secretario Reyes Rodolfo Flores Zaragoza: -Por acuerdo de la presidencia se consulta a esta asamblea si se aprueba el documento que acaba de dar lectura el ciudadano diputado Valls, presidente de la Comisión Especial, y se proceda en consecuencia con su difusión y comunicación...
ACUERDO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA GRAL. LÁZARO CÁRDENAS, POR EL QUE SE DA DE BAJA DEL EJÉRCITO NACIONAL AL GENERAL BRIGADIER RODOLFO HERRERO HERNÁNDEZ.
Julio Galdamez Zepeda Pedro Barahona Castillo Odilón Ayestas L. DEPARTAMENTO DE COPÁN: Rodolfo E. Interiano Arturo Rendón Pineda Ángel Augusto Morales V.
V. P.- David Pérez Rulfo, D.P.- Román Campos Viveros, S.S.- Rodolfo Delgado, D.S.- Rúbricas. En cumplimiento de lo dispuesto por la fracción I del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y para su debida publicación y observancia, promulgo el presente decreto en la residencia del Poder Ejecutivo Federal, a los siete días del mes de junio de mil novecientos treinta y ocho.- Lázaro Cárdenas.- Rúbrica.- El Secretario de Estado y del Despacho de Hacienda y Crédito Público, Eduardo Suárez.- Rúbrica.- El Secretario de Estado y del Despacho de la Economía Nacional, Efraín Buenrostro.- Rúbrica.- Al C.
secretario Reyes Rodolfo Flores Zaragoza: - Por acuerdo de la presidencia informamos a la asamblea que la proposición del diputado Jorge Montúfar, aprobada por esta misma asamblea, fue de que por cada intervención del orador representante de cualquier fracción parlamentaria, hablara un orador de la fracción parlamentaria del PRI.
Si en torno de estas tesis y de otras muchas que deben discutirse, se inicia y desarrolla el tema de la sucesión presidencial y la renovación de los poderes constitucionales del país, podremos tener la seguridad de que a los hombres habrán quedado relegados a segundo término en importancia y de que bastará una breve búsqueda de antecedentes, de capacidades, de caracteres y de honestidad para encontrar a las personalidades adecuadas y resolver, así, en forma orgánica, el más inquietante de los procesos políticos de México. Contestación del Dip. Rodolfo Delgado, Presidente del Congreso.
Antonio Valdivieso, constituida con la asistencia de los concejales señores Miguel A. García, Damián Alba, Dr. Rafael Flores, Rodolfo Jaramillo y Rafael Araujo M. Dignatarios: Presidente Dr.
Esto fue leído y estudiado por un grupo de profesores de la vieja Escuela Normal Superior de México y despertó tal entusiasmo, aunado a otras lecturas como las del chileno Rodolfo Lenz, el español Américo Castro o el mexicano Rafael Ramírez, que propusieron darle un cambio a la enseñanza de la Lengua y la Literatura por un enfoque que permitiera al alumnado, de modo funcional, desarrollar sus reales capacidades comunicativas ante situaciones sociales, en lugar de insistir en gramaticalismos y preciosismos lectores.
Se encomendó la confección de un Decreto Ley para la creación de esta Comisión al Sr. Almirante Dn. RODOLFO VÍO VALDIVIESO. La Comisión se atendría a las siguientes normas: a.- Selección b.- Tratamiento c.- Proposición d- Expulsión - Remisión a Tribunales Militares - Libertad Esta Comisión, en cuanto a su organización y forma de funcionamiento, será instruida por intermedio del Sr.
En el segundo acto se dispone ésta; sale el anciano padre, predica un rato a su hijo, como es de cajón, y apenas acaba de predicar, llegan a darle la mala nueva, pero ya tarde, porque se le pegaron las sábanas al señor
Rodolfo, y en pos viene el tío que confirma las sospechas concebidas contra el hijo; pero viene tan inmediatamente después de
Rodolfo, que habiendo llegado éste tarde, se hace inútil del todo su comisión.
Mariano José de Larra
Y en un instante comunicó su pensamiento con sus camaradas, y en otro instante se resolvieron de volver y robarla, por dar gusto a
Rodolfo; que siempre los ricos que dan en liberales hallan quien canonice sus desafueros y califique por buenos sus malos gustos.
Miguel de Cervantes Saavedra
Arremetió
Rodolfo con Leocadia, y, cogiéndola en brazos, dio a huir con ella, la cual no tuvo fuerzas para defenderse, y el sobresalto le quitó la voz para quejarse, y aun la luz de los ojos, pues, desmayada y sin sentido, ni vio quién la llevaba, ni adónde la llevaban.
Miguel de Cervantes Saavedra