Violador enfurecido, Amnón huye con su jaca. Negros le dirigen flechas en los muros y atalayas. Y cuando los cuatro cascos eran cuatro resonancias, David con unas tijeras cortó las cuerdas del arpa.
7 Porque como los hijos de Israel pecasen contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de Egipto de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temiesen á dioses ajenos, 8 Y anduviesen en los estatutos de las gentes que Jehová había lanzado delante de los hijos de Israel, y en los de los reyes de Israel, que hicieron; 9 Y como los hijos de Israel paliasen cosas no rectas contra Jehová su Dios, edificándose altos en todas sus ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fuertes...
7¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salud, del que dice á Sión: Tu Dios reina! 8¡Voz de tus atalayas!
n un rincón de Castilla, allá en el fondo de un valle, sobre tres cerros distintos hay tres torres semejantes. Castillos los llaman unos, otros atalayas árabes, mas su origen positivo, a la verdad no se sabe.
15 Este inmenso yo que me trasciende - escala fugitiva - y me obliga a caminar, aunque no quiera, por internos vericuetos, tras torreones nuevos y
atalayas de mi alcázar fortaleza, envuelto entre capas transparentes - túnicas de viento - recorre mis parajes presentidos - somnámbulo poseso de otros sueños - y mostrando pasadizos descubiertos, encubiertos por decreto, me revela los secretos insondables en sus ecos...
Antonio Domínguez Hidalgo
Creían, no que las letras eran signos convencionales, sino espíritus, que no sólo funcionaban como mensajeros, sino también como
atalayas o espías.
Ricardo Palma
Palacios encantados, ciudadelas de honda cava y ancho foso, castillos de torres de plata, enanos, atalayas, encantadores, mágicos, ¿en dónde sino en los Pirineos?
Muchas veces los amantes se aprovechan del sueño de los maridos y mueven las armas contra adversarios que duermen. Escapar a las manos de los guardianes y a los ojos de los atalayas, constituye el empeño del soldado y del mísero amante.
— De Ocaña á Alicante; del Alto de las Atalayas á Murcia; de Silla á Alicante; de Játiba á Alicante; de Cocentaina á Denia; de Pego áBenidorm; de Gota á Jávea; de Alcoy á Tecla; de Silla á Alicante á los Baños de Benot; de las Casas del Campillo á Valencia á Villena; de la estación de Monóvar al límite de la provincia; de Novelda á Torrevieja; de Aspe á Santa Pola; de Alicante á la de Orihuela; de la de Torrevieja á Balsicas; de San Miguel de Salinas al puerto de Torrevieja; de Torrevieja á Balsicas; de San Vicente á la de Alcoy á Yecla; de Callosa de Ensarriá á Alcoy.
Rueda el polvo en negros torbellinos hasta los muros, donde las matronas, subidas en las atalayas, alzan hasta los astros sus mujeriles clamores, golpeándose los pechos.
–Nadie lo sabe aún, mas cuando se viaja por los países del norte, fríos, secos y llenos de atalayas, los viejos refieren esta leyenda de la virgen de cera y el rey Míndor.
Viendo pues que igualmente les quedaba 630 para el lugar a ellas de camino lo que al Sol para el lóbrego Occidente, cual de aves se caló turba canora a robusto nogal que acequia lava en cercado vecino, 635 cuando a nuestros Antípodas la Aurora las rosas gozar deja de su frente, tal sale aquella que sin alas vuela hermosa escuadra con ligero paso, haciéndole
atalayas del Ocaso 640 cuantos humeros cuenta la aldehuela.
Luis de Góngora y Argote