cigarrero

cigarrero, a

s. Persona que hace o vende cigarros.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

cigarrero, -ra

 
m. f. Persona que hace o vende cigarros.
f. Caja o mueblecillo para cigarros puros.
Petaca.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

cigarrero

SM (= obrero) → cigar maker; (= vendedor) → cigar seller
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Archivo:virgen granada.png Procesión de la Virgen de la Granada. Archivo:Cristo del Perdón Cigarrero.jpg Santísimo Cristo del Perdón (Siglo XVI) Viernes Santo en La Puebla del Río.
Colaboró, además de en las publicaciones ya mencionadas, en El Productor, El Obrero Cigarrero, Justicia y Lucha de Clases, del que fue también director.
Una cigarrera (o un cigarrero) es una persona que hace cigarrillos, o cigarros. También se llama cigarrera a un mueblecito o a una caja en que se guardan y se tienen a la vista los cigarros puros.
El Cristo del Perdón de la Puebla del Río. El Cristo del Perdón Cigarrero, del siglo XVI. Grupo escultórico de la Quinta Angustia de la Real Hermandad de la Soledad de Écija.
En la esquina de Cárcel se establece la agencia de los automóviles Packard & Cunnighamm, que administraba Juan Ulloa, y en los altos abrió sus puertas el primero de abril de 1940 lo que fue R.H.C. Cadena Azul, del magnate cigarrero Amado Trinidad.
Röser, obrero cigarrero; 2) Heinrich Bürgers, que había de morir siendo diputado progresista en la Dieta; 3) Peter Nothjung, sastre, muerto hace pocos años en Breslau, siendo fotógrafo; 4) W.
Tanto oí nombrar al Cigarrero de Huacho en las diversas ocasiones que he vivido en amor y compaña con las honradas gentes de Luariama y la Cruz Blanca, que a la postre me invadió la comezón de conocer la historia del supradicho don Dionisio, y hela aquí tal cual de mis afanes rebuscadores aparece.
Las contestaciones del cigarrero corrieron de boca en boca con notas y comentarios, llevando a todos los ánimos la convicción de que el forastero era por lo menos hereje y que el mejor día tendría Huacho la visita de algún comisario de la Santa.
Usted, que es de la profe­ sión, sabrá si sus cofrades en Hipócrates poseen el antídoto, que lo que es este humilde sacristán no ha de ir a importunar con la curiosidad al médico de casa. Para mí la susodicha opinión es grilla; pues a ser sincera, buen 2 cigarrero de Huacho: V.
El cigarrero de Huacho (TPC, 692). cuidado tendrían los médicos de no imitar a los frailes, que en la práctica hacen lo contrario de lo que predican, y más cuando está de por medio la pelleja.
El bofetón, bien sonado y mejor recibido, bastó para que la chica tomara a capricho corresponder al cigarrero, y entendido se está que si no se repitió la serenata fue porque los billeticos y las citas misteriosas por la puerta falsa menudeaban que era una maravilla.
De lo bendito poquito. Lo que voy a contar pasó en la tierra donde el diablo se hizo cigarrero, y no le fue del todo mal en el oficio.