collera

(redireccionado de colleras)
También se encuentra en: Sinónimos.

collera

1. s. f. Collar de lona o cuero, relleno de paja o borra, que se pone al cuello de las caballerías o bueyes para que no les haga daño el arreo.
2. Adorno que se pone al cuello de un caballo.
3. Cadena de presidiarios.
4. s. f. pl. Colomb., Chile INDUMENTARIA Y MODA Gemelos de camisa le regaló las colleras del abuelo cuando se graduó.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

collera

 
f. Collar de cuero o lona, relleno, que se pone al cuello de las caballerías o bueyes.
fig.Cadena con que se ata a los presidiarios.
pl. (Amér. Merid) Gemelos de camisa; juego de dos botones u otros objetos iguales.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

collera

Manschette

collera

SF
1. (Agr) → horse collar
2. colleras (Cono Sur) (= gemelos) → cufflinks
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Finalmente no fallaron, marcaron dos puntos buenos y ya eran los campeones, antes que los Ortega corrieran sus dos últimas colleras.
Hace pocos años, si le ocurría a usted hacer un viaje, empresa que se acometía entonces sólo por motivos muy poderosos, era forzoso recorrer todo Madrid, preguntando de posada en posada por medios de transporte. Éstos se dividían entonces en coches de colleras, en galeras, en carromatos, tal cual tartana y acémilas.
Los que están acostumbrados á caminar en coche de colleras, ó en silla de posta, se pasmarán de los carruages de allá arriba, porque nosotros, en nuestra pelota de cieno, no entendemos de otros estilos que los nuestros.
El eco retozón de los cencerros acompañaba las apuestas y decires chalanescos, y la llanura parecía jadear ante aquel marcial y fanfarrón estrépito de trotes y de colleras, de fustas y de bocados.
El que le tenía muy fastidiado con su eterna cantinela de que era necesario arreglar las cosas de la corte de modo que no padeciera el decoro del Rey y su Gobierno, era el presidente del Consejo de ministros, encargado de las carteras de Guerra, Gobernación, Hacienda, Estado, Fomento, Gracia y Justicia y Ultramar, porque siempre estaba diciendo: -Señor, conviene al decoro de vuestra majestad y su gobierno adecentar un poco el real palacio y los ministerios, poner en la corte una miaja de alumbrado público, y adquirir para uso de vuestra majestad aunque sea un coche de colleras y para uso del gobierno aunque sea un carromato.
Debajo del cobertizo había dos grandes carros y cuatro arados, con sus látigos, sus colleras, sus aparejos completos cuyos vellones de lana azul se ensuciaban con el fino polvo que caía de los graneros.
La silla de posta caminaba por una vieja calzada: Las mulas del tiro sacudían pesadamente las colleras, y el golpe alegre y desigual de los cascabeles despertaba un eco en los floridos olivares.
El día señalado me bajaron hasta el portal en una silla; vi enganchado ya el coche de colleras que nos llevaría donde alcanzase el camino real; allí nos aguardarían mayordomo y caseros con cabalgaduras, para internarnos en la montaña.
Dicho esto, elige entre los trescientos hermosos y velocísimos caballos que tenía en sus soberbias cuadras, uno por cada troyano, y manda que se les lleven por su orden, cubiertos de ricas gualdrapas de púrpura, recamadas de varios colores. Del pecho les penden colleras de oro, de oro son sus jaeces, de rojo oro también los frenos que tascan sus dientes.
El PATAGÓN lleva la cuerda que une a los seis borricos en que van montados, por el orden siguiente: MISS KETTY, SOLEDAD, ESCOLÁSTICO, SIR CLYRON, MOCHILA y el DOCTOR MIRABEL. Los borricos llevan colleras con muchas campanillas, y alforjas y mantas de colores muy vivos.
Sin embargo, éstos acaban por emprender la marcha, y los cascabeles de sus colleras, violentamente sacudidos, comienzan a sonar, pero con tal intensidad que el cascabeleo rompe inmediatamente la tela de araña de mi sueño.
Su primigenia obra narrativa se ambienta en los sectores juveniles, en donde se conjugan los problemas de la adolescencia con el desajuste económico y la crisis psicológica con la desadaptación social. Los protagonistas son adolescentes agrupados en colleras o patotas (pandillas).