Y lo particular es que todo solicitante posee un
derrotero con el que a ojos cerrados puede determinar el sitio del tapado,
derrotero que o se lo han remitido de España, o de un modo casual vino a sus manos.
Ricardo Palma
De repente le llega a un vecino de Lima, como caída de las nubes, carta de Cádiz o de Barcelona, en la que tras una historieta más o menos verosímil, le hablan de próximo envío de
derrotero.
Ricardo Palma
Tuerce, pues, el derrotero; ¿puede haber tierra más grata para mí, ni en que más desee guarecer mis fatigadas naves, que la que me conserve el troyano Acestes y cubre los huesos de mi padre Anquises?" Dicho esto, enderezan las proas a los puertos, impelidas las velas por los bonancibles céfiros; deslízase la armada rápidamente por el mar y arriban alegres en fin a las conocidas playas.
Perdido el rumbo, andamos errantes por el tenebroso piélago; el mismo Palinuro no acierta a distinguir el día de la noche, ni recuerda el derrotero en medio de las olas.
72.- Los dichos Pilotos y Maestres, en todos los viajes que hicieren vayan tomando el altura, especialmente en todos los puertos en que entraren y la tomen por ante el Escribano del Navío; y otrosí, vayan tomando la longitud de cada rumbo y derrota que llevaren por la singladura y por observaciones celestes, y por otros instrumentos que para ello supieren y lo vayan todo poniendo muy precisamente en su Libro y Derrotero.
Antes que en ese camino, por donde corres sin tino, des con un mal caballero que juegue con tu imprudencia, te invito a hacer penitencia y a cambiar de
derrotero.
José María Gabriel y Galán
Respirando una atmósfera propia que parece rodearles, como una muralla impenetrable a los ojos profanos, habitan un mundo ignorado de todos, y mientras las modernas gentes se ríen de su apariencia carcomida y haraposa, y de aquellos usos ya perdidos que ellas guardan cuidadosamente como un precioso tesoro; mientras las personas sensatas y cuerdas murmuran, sin duda con intención moralizadora, de las rarezas y excentricidades de esos entes que viene a mezclarse entre ellas como una tela sucia entre sus ropas domingueras, esas pobres ruinas vivientes siguen impertubables su marcha por el derrotero de la vida...
73.- Los Pilotos y Maestres que hicieren viaje a parte donde no hayan de volver a Sevilla, a doquiera que llegaren, den el treslado de su Libro y Derrotero al nuestro Gobernador de la tierra, para que lo invíe al nuestro Consejo (de las Indias).
Dios le señalará su derrotero: Cayó en la inmensidad del Océano y flota en los cristales errabunda; la sublima y abate el mar insano, la esconde entre sus senos y la inunda: Tras agitadas noches con sus días encalla en arena, en un paraje do no hay vegetación ni sombras frías...
74.- Cada Piloto y Maestre, todo el tiempo que usare el dicho oficio, vaya acrecentando su Libro derrotero de lo que de nuevo descubriere y supiere, y cuando dexare el dicho oficio o muriere, sea obligado a dexar el dicho Libro a la Caxa de la Casa de la Contratación de las Indias, o al del nuestro Consejo (de las Indias), y al tiempo que se le diere carta de examen y pilotaje, y antes que se le dé, haga obligación ante el Escribano de la Casa de la Contratación de lo ansí hacer y cumplir, y lo jure y otrosí, jure de no comunicar los secretos de la navegación a ningún extranjero destos nuestros Reinos y Señoríos.
Esta concepción moderna del liderazgo nacional representa su decisión de examinar a fondo todo lo que hemos logrado al amparo de las libertades individuales y sociales de que disfrutamos; este análisis, a la luz de nuevas circunstancias históricas, de una sociedad en movimiento, de lo que es necesario enmendar y la forma como debemos encarar nuestras realidades, muestra que se gobierna con la verdad y que es el juicio de la opinión pública lo que guía y orienta el derrotero del Estado.
El bien común, los derechos y libertades del hombre, la excelencia de las instituciones a su servicio, la honestidad política, marcan el norte de ese derrotero insustituible hacia la consolidación del perfeccionamiento social.