morbo


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morbo

(Del lat. morbus, enfermedad.)
1. s. m. Atracción hacia lo desagradable y lo perverso le dan morbo las relaciones ilícitas.
2. Atractivo de lo desagradable y lo prohibido la película tenía morbo porque era muy irreverente.
3. Enfermedad, alteración de la salud. dolencia, mal
4. morbo comicial MEDICINA Epilepsia, enfermedad nerviosa.
5. morbo gálico MEDICINA Sífilis, enfermedad infecciosa.
6. morbo regio MEDICINA Trastorno hepático que produce aumento de bilis en la sangre, y que se manifiesta por la coloración amarilla de la piel y de las conjuntivas.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

morbo

 
m. Enfermedad.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

morbo

('moɾβo)
sustantivo masculino
1. alteración de la salud morbo colérico
2. tendencia obsesiva hacia lo cruel o desagradable Ver películas de terror a veces es considerado como morbo.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

morbo

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

morbo

morbo

morbo

morbo

morbo

morbo

morbo

morbo

morbo

morbo

morbo

SM
1. (= curiosidad) → morbid curiosity
la prensa amarilla alimenta el morbo de la gentethe gutter press feeds people's morbid curiosity
2. (= atractivo sexual) no es guapa pero tiene morboshe's not pretty but she's sexy
3. (Med) (= enfermedad) → disease, illness
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005

morbo

m. illness.
Spanish-English Medical Dictionary © Farlex 2012
Ejemplos ?
Vibra y se agita una voluntad perversa en nuestra patria, antítesis regresiva de nuestro devenir histórico, morbo que amenaza con la destrucción y el odio, y que aconseja sin embozo ser cautos como palomas y astutos como serpientes para asaltar el Poder en el momento más propicio, y sacia sus resentimientos y venganzas conforme a sus premeditadas listas negras; porque, torpes manoseadores de los fundamentos de la Revolución y de las reivindicaciones proletarias, que no entendieron ni sintieron, atribuyen a los llamados líderes, lo que no es sino la expresión de las angustias colectivas, lo que no es, sino la expresión de las contradicciones económicas de la sociedad actual, lo que no es, sino la expresión de un momento de la Historia.
Estos dos versecitos han hecho más víctimas que el cólera morbo; porque nosotros los pícaros hombres, a fuerza de oírlos repetir, nos imaginamos que ha de ser verdad evangélica aquello de que el bien ajeno es manjar apetitoso y del que podemos darnos un atracón sin necesidad de pagar bula.
Tengamos conciencia de ello para entender lo que se nos sucede y no añadir a la presiones y tensiones de fuera las cargas internas de la impaciencia y la inculpación, que nada remedian e incitan a quienes se alimentan del morbo, la provocación y la insidia, a graznar y revolotear, en vano intento por ensombrecer nuestro horizonte.
Suele suceder, entonces, que el derecho a la información y la libertad de expresarlo, deriven en desconcierto, cuando se deforma la realidad con la exageración, se aturde con el escándalo, se azora con sensacionalismo, se provoca con el morbo, se vende el temor como noticia; se extorsiona con el chantaje, se afama por difamar, se prestigia por desprestigiar, se calla para cobrar, se miente para argumentar y se calumnia para vivir.
Los pueblos, aterrorizados con el olor de la pólvora y el tufillo de la sangre, como en tiempos de cólera morbo, no pensaban en el mañana, si no era para prepararse a bien morir.
Qué remolino de espejos en la mente excitada por memorias cínicas que palpitan de pasión y envidia, morbo insolente de no ser tú en mí por ti mi cuerpo víctima.
Apenas podían creer lo que veían. Entre el morbo y la lástima; el asco y el miedo, lo contemplaban con una triste sensación de encanto.
Entonces fue cuando, venciendo timideces aparentes, se lanzaron hacia él, el último poderoso de una raza en extinción, debilitada por el morbo y la molicie.
Los cascos bandálicos fueron dejando en cada pisada el morbo de su conducta repulsiva y detractora: tras de la soldadesca se erguían nada más que casas esqueletizadas, sin techos, ventanas ni puertas, que daban la impresión yerma de nichos vacíos, donde dormían cadáveres de recuerdos de otrora.
Así las de la Prensa oficialista, como las de la oposición y aun la profesional, a las que se sumaron las de los pasquines; las de los libros de fortuna que explotaban el morbo.
La ciencia nada hallaba que el germen revelase de profilaxis, base de morbo de mi ser; mas fueron de ilusiones años diez y ocho: un día el áspid mis pulmones mordió y me hizo toser.
-¡Partís de un error! El cólera morbo existía ya en tiempo de los Faraones... Cuando yo haga el grado de licenciado, escribiré una Memoria...