Y en el caso de Miguel Galluccio estuvo en los dos lados del mostrador, desde la producción en Los Perales, en Comodoro Rivadavia, hasta lo que son las prestadoras de servicio.
Con grandísimas dificultades cuenta los veintisiete doblones y medio, o sea 1.650 reales, y se los entrega al vendedor, quien, en el acto, y con no menores amarguras, los cuenta también; y envueltos en la bula, y la bula en la muselina de la mujer de Antón Perales, desaparecen en los profundos abismos de la faltriquera que debajo del refajo lleva ésta 4 .
Nuestra casucha a orillas del Chili, aseada, fresca y sombreada de higueras y perales, tenía siempre un aire de fiesta; y en los ojos de mi madre brillaba una ternura tan ardiente, que yo equivocaba todo aquello con la felicidad.
Pero Antón Perales no quiere ser menos que su contrinca, y paga otros ocho cuartillos que se beben con la misma solemnidad que los anteriores, con el mismo ceremonial, pero con mayor locuacidad de parte de los bebedores y con peor pulso de la del escanciador.
Aquello ya no es hablar, es una algarabía incomprensible e insoportable. La mujer de Perales, sobre todo, desafina como una cotorra; cuenta lo suyo, lo de los vecinos y hasta lo que no sabe.
Ogenio palpa con torpe mano las monedas que le quedan en el bolsillo, y contando por los dedos de la otra, sostiene y jura que ha dado dinero de más a Perales.-Los cuatro intrusos dan la razón a todo el mundo, pero trocando los asuntos.
Carmela habitaba una casa algo desviada del pueblo, al margen de la carretera y con un huerto que cercaban altas tapias, de las cuales se desbordaba el ramaje nudoso y fresco de viejos manzanos y
perales.
Emilia Pardo Bazán
A Perales le aseguran que Ogenio le engañó, dándole dinero de menos; a éste, que está, en efecto, relampagueando y que al fin tronará; a la pobre mujer, que realmente ha sido muy atrevesá y muy revoltosa, y que si pellizca al tío Juan, hace muy bien, porque ella se entiende...
Son semejantes a los perales los caremitas, cuyos frutos parecen a las ciruelas damascenas, que son de agradable gusto, casi como a la leche dulce; son negros por dentro y sus pepitas son tal vez dos, otras tres y cinco, grandes como un fríjol, no siendo menos agradable pasto a los jabalíes que el precedente, pero no se hallan tan comúnmente por la isla como otros.
Sus padres habían fallecido hacía pocos años dejándole casi niño; pero cultivando unas piececillas que le habían dejado en la veguita de la ribera, explotando la viñita que había hecho en una cuestecilla que no daba más que brezo; vendiendo buena parte de la fruta de los nogales, los cerezos, los perales...
CORIA: Acebo, Cachorrilla, Cadalso, Calzadilla, Casas de Don Gómez, Casillas de Coria, Cilleros, Coria, Descargamaría, Eljas, Gata, Guijo de Coria, Guijo de Galisteo, Hernán-Pérez, Holguera, Hoyos, Huélaga, Moraleja, Morcillo, Pedroso de Acim, Perales del Puerto, Pescueza, Portaje, Portezuelo, Pozuelo de Zarzón, Riolobos, Robledillo de Gata, San Martín de Trevejo, Santibáñez el Alto, Torrecilla de los Ángeles, Torre de Don Miguel, Torrejoncillo, Valverde del Fresno, Villa del Campo, Villamiel, Villanueva de la Sierra, Villasbuenas de Gata, Vegaviana.
Ved a qué miserable y lastimero estado a los cuitados ciudadanos condujo el obstinado pecho entero. Ve, pues, ¡oh Melibeo!, y con tus manos en orden pon las vides, y curioso enjiere los perales y manzanos.