En las
plateadas hojas de los álamos, en los huecos de las peñas, en las ondas del agua, parece que nos hablan los invisibles espíritus de la Naturaleza, que reconocen un hermano en el inmortal espíritu del hombre.
Gustavo Adolfo Bécquer
Se ubicaba sobre una protuberancia de conchas que al abrirse mostraban perlas de color rosado de las cuales brotaban esplendentes energías que hacían flotar el suntuoso edificio. En los torreones de éste, había pegadas como adornos, enormes estrellas marinas plateadas.
VII ¡Colinas
plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, oscuros encanares, ariscos pedregales, calvas sierras, caminos blancos y álamos del río, tardes de Soria, mística y guerrera, hoy siento por vosotros, en el fondo del corazón, tristeza, tristeza que es amor!
Antonio Machado
Por las tardes íbamos juntos a pescar y a la caída del sol volvíamos con las cestas de las cuales pendían por las agallas rojas, las plateadas mojarrillas, las chitas de vientres blancos, y a veces ciertos peces raros, deformes y babosos.
ancho dos metros, divididos en los tres colores nacionales, con las proporciones expresadas en el artículo 3º; y de largo tres metros, debiendo llevar en el centro un escudo ovalado, de fondo azul, con tantas estrellas plateadas de siete rayos, cuantos son o sean los Estados de la Unión.
Díme: ¿acaso dejaste la vibradora selva, donde enredar solías tus plateadas hebras en las obscuras ramas de las frondosas ceibas, por venir a mi alcoba en el misterio envuelta, como una envidia muda, como una viva mueca?
En la mutua confianza que depositan el uno en el otro —el padre de sienes
plateadas y la criatura de trece años—, no se engañan jamás.
Horacio Quiroga
Lejos de los dioses habita un espléndido palacio con techo de enormes rocas; por todas partes se encuentra apoyado sobre plateadas columnas que llegan hasta el cielo.
Mas si trepáis a un cerro y veis el campo desde los picos donde habita el águila, son tornasoles de carmín y acero, llanos plomizos, lomas
plateadas, circuidos por montes de violeta, con las cumbres de nieve sonrosada.
Antonio Machado
Veía el horizonte cerrado por colinas oscuras, coronadas de robles y de encinas; desnudos peñascales, algún humilde prado donde el merino pace y el toro arrodillado sobre la hierba rumia, las márgenes del río lucir sus verdes álamos al claro sol de estío y, silenciosamente, lejanos pasajeros, ¡tan diminutos! —carros, jinetes y arrieros—, cruzar el largo puente y bajo las arcadas de piedra ensombrecerse las aguas
plateadas del Duero.
Antonio Machado
A veces, antes de llegar, el sol se había ocultado completamente, y en su lugar la luna bañaba el tranquilo paisaje, iluminando a lo lejos las plateadas lagunas de la Sabana.
Las siluetas, de las lomas, con iluminadas líneas, poco a poco comenzaron a dibujarse indecisas sobre ellas, formando copos de formas todas distintas, se encendió un hermoso grupo de
plateadas nubecillas; de entre ellas salieron rayos perdidos entre ellas mismas, los átomos encendidos brillaron con luz tranquila, y de entre todos, besando a nubes, rayos y líneas, serena se alzó la luna con quieta melancolía, acariciando a la tierra con su luz diáfana y tibia.
Juan Zorrilla de San Martín