serrana

serrana

1. s. f. POESÍA Composición poética parecida a la serranilla.
2. MÚSICA Canción andaluza, variedad del cante hondo.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

serrana

SF = serranilla
V tb serrano
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
¡Vaya un amaguito tan dulce que tienen los ojos azules que tanto me gustan..., que tanto me ofenden! Sin verte de día, serrana, no vivo...
Y a más, serrana, hay aquí Sitio tan fresco y tan blando, Que tengo yo para mí, Que anhelo tardanza en ti Por sólo estarte aguardando.
Machala hace su comercio directo con Guayaquil por intermedio de los Puertos de Bolívar y Tendales. Gran parte de los productos que consume, de procedencia serrana, le llegan de Cuenca y Loja.
Y sea dicho en encomio del voluble Bolívar, que desde ese día hasta fines de Noviembre, en que se alejó del departamento, no cometió la más pequeña infidelidad al amor de la abnega- da 5 entusiasta serrana que lo acompañó, como valiosa y ne- cesaria prenda anexa al equipaje, en sus excursiones por el territorio de Ancachs, y aún lo siguió al glorioso campo de Junín, regresando con el Libertador, que se proponía formar en el Norte algunos batallones de reserva.
-Pero lo que no se sabe de memoria toito er mundo es que en dispués de estar medio comprometío con ella me he medio comprometío también con Angustias la Serrana.
Y al concluir de decir esto se levantó bruscamente el Ortigosa para evitar que la risa desbordara en sus labios al ver la cara que había puesto el Torongiles al comprender la partidita serrana que habíanle jugado toreando al alimón Joseíto el Meriñaque y el más viejo chalán y tunante de los barrios de mi tierra.
Y vaya si era bonita Amparo; con razón la llamaban la Serrana, y luego que además de bonita era buena desde la raíz a la pámpana; para ella todo hombre que no fuese él como si fuera una estampa..., y eso que para él no había pasado inadvertido que Juan el Galafate la miraba con las de Caín, y si él ya no le había dado el quien vive al Galafate era por no dar una campanada...
Así corrieron tres años. Pero, ni tan largo padecimiento, consiguió alterar la firmeza, por cierto marmórea, de la hermosura serrana.
Aquí las flores campestres Me dan los blandos perfumes De sus cálices silvestres, Y gozo en que no te muestres Mucho más que tú presumes. »Pues si al fin has de salir Altiva asaz y enojada, Tarda, serrana, en venir, Que el alma te ha de fingir Más fácil y enamorada.
Que si al fin de mi esperar, De mi amoroso gemir, Te dejaras ablandar, Y saliendo del lugar Acabaras por venir; »Si cual las aguas hicieras Que aquí murmurando están, Y entra arenillas ligeras, Bullendo en tropel parleras, Al valle rodando van; »Si hicieras como esas flores Que cierran de noche al frío Sus tocas de cien colores, Y despliegan sus primores Del alba al fresco rocío; »Delicioso por demás Fuera esperarte, serrana; Mas si hoy al fin no vendrás Será persuadirme más De que tampoco mañana.
Pues tan tenaz como soy, Al fin de buscarte, sé, Que si no te encuentro hoy, Mañana te encontraré. »Que he dejado mi ciudad, Serrana, y venido así Tan sólo por tu beldad, Y ya, por tu terquedad, No he de volverme sin ti.
¡Parecía de primavera! Sólo faltabas tú... -Pues, serrana...; yo a cada paso más sujeta. Entre los muñecos de carne y la enfermita...