Ramón Serrano Ahumada, Secretario.- Rúbricas." En cumplimiento de lo dispuesto por la fracción I del Artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y para su debida publicación y observancia, expido el presente Decreto en la residencia del Poder Ejecutivo Federal, en la Ciudad de México Distrito Federal, a los diecinueve días del mes de julio de mil novecientos noventa y tres.- Carlos Salinas de Gortari.- Rúbrica.- El Secretario de Gobernación, José Patrocinio González Blanco Garrido.- Rúbrica.
A los hombres y a los sucesos les pasa lo mismo. Que lo digan, si no, mil ochocientos cincuenta y seis y mil ochocientos sesenta, y nueve: Madrid y Alcolea; O'Donnell y Serrano.
Ínterin, entre tanto, días y mientras que aprovecho yo toda la alegría que debo a la campaña electoral para cantar otra de las virtudes que reconozco en el Gobierno que preside el general Serrano, y no es la que menos ha contribuido a inspirarme cierto ministerialismo que ustedes habrán notado en mí hace días.
Ruiz Zorilla, el ministro revolucionario por excelencia, el hombre de las incautaciones, el secularizador de todos los objetos que la piedad, que la fe de los españoles había consagrado al culto divino en templos y monasterios; el que, como sus demás colegas de Gobierno, hizo decir al general Serrano ante las Cortes Constituyentes: «Toda opinión que se funde en la razón y en la controversia es para mí respetable»; el mismo Ruiz Zorrilla, digo, oye, al republicano Suñer negar a Jesucristo, denigrar hasta la honra de la Virgen María, y, protestando que «tiene familia» que puede oírlo, pide a la Presidencia que haga enmudecer a la blasfema boca.
Es lo que dice el tratadista español Pérez Serrano, con frases expresivas: “ Creemos, por lo demás, que la inmunidad es una garantía contra abusos de una Magistratura claudicante que se somete a un Gobierno opresor; por tanto, cuando no se trate de persecución de éste contra un parlamentario, ni de delitos políticos, la Cámara no debe entrar a estudiar el fondo del asunto: otra cosa es convertir la inmunidad en impunidad con todo el descrédito consiguiente.
” (Nicolás Pérez Serrano, “La Constitución Española”, 9 de Diciembre 1931 página 227). ¡El Tribunal al usurpar las facultades de la Cámara y negar el allanamiento del fuero que ésta ha concedido, vendría a defender a la Cámara contra el propio Tribunal!
n la Ciudad de Pamplona del Nuevo Reino de Granada, de las Indias del Mar Océano, en diez e nueve días del mes de Mayo, año del Señor, de mil e quinientos y sesenta años, estando juntos en Cabildo como lo han de uso y costumbre, los muy magníficos Señores Justicia y Regimiento de esta Ciudad, conviene a saber; el Muy magnifico Señor Capitán Hortun Velasco, Justicia Mayor; el Señor Andrés Martin Calvillo, Alcalde; el Señor Nicolás de Palencia, el Señor Alonso de Esperanza; el Señor Juan del Rincón, el Señor Alonso Martin Carrillo, el Señor Gonzalo Serrano...
Asín es que como el colmenero que yo igo está una miajita asoliviantao con el zagal de ostés, y ella está pa él más dura que una jerriza, pos lo que yo me dije esta mañana, que me dije: «Oye tú, señó Pepe Villarrubia: si tú quiées jechar por el camino mejor, hoy mesmito te vas a ver al señó Toño el Serrano...
Ansí mismo los Maestros de Herrería de esta Ribera: Luis de Morillo, Sebastián de Morillo, Manuel de Morillo, Nicolás Pumarejo, Joseph Borrego, Juan de Rocha, Diego de Córdoba, Dionisio Zerrato, Gregorio Pumarejo, Adeán Serrano, Domingo Curiche, Solano Curiche, Nicolás de Castro, Solano Francisco, y Christóbal Duarte.
En 1.912, Machala hizo sentir su airada voz, de protesta por los infamantes crímenes cometidos en las personas del glorioso Alfaro y sus valientes guerreros, entre los que figuraba el Martir orense, General don Manuel Serrano.
Benigno Dávila Romero, Dr. A. 13. Serrano y el infrascrito Secretario. Con lo cual terminó el acto firmando la mayoría de los concurrentes.
Una bomba estalló en la esquina de las calles Su ere y Montalvo, matando de contado a los Profesores Ramón Agurto Castillo, Inspector Provincial de Educación Física; Zoila Esperanza Crespo, Profesora de una escuela fronteriza; un niño de apellido Yépez; e hiriendo a los señores José Serrano Murillo, Pedro B.