Sería no conocerle pensar que él había de ser hipócrita, escéptico: no; se aplicó de buena fe a las prácticas religiosas, y si, modestamente, al sentir el dolor de sus pecados, se contentó con el de atrición, fue porque comprendió con su gran golpe de vista, que no estaba la Magdalena para tafetanes y que a D.
22 También su voz allí dictó a los vientos la guerra de los bárbaros Titanes, que en el sol asignaron sus asientos, y en el cielo arbolaron tafetanes hasta que defraudados sus intentos Júpiter alto los mudó en volcanes, y al Etna de Sicilia que los sufre dio en vez de llanto lágrimas de azufre.
Vos mandamos que en vuestras posadas no seáis atrevidas a colgar cosas de seda como catalufas y tafetanes, sino guardamecies, por ser de cuero, y salir de vuestros cueros y ganarlos vosotras mostrando los vuestros.
Los que pasan le contemplan con decisión de evitarle, y él contempla a los que pasan como si a alguien aguardase Los tímidos aceleran los pasos al divisarle, cual temiendo de seguro que les proponga un combate; y los valientes le miran cual si sintieran dejarle sin que libres sus estoques en riña sonora dancen. Una mujer, también sola, se viene el llano adelante, la luz del rostro escondida en tocas y tafetanes.
El señor Pepe aguantó, canturreando con voz cascada unas guajiras, el aguacero aquel con que hubo de obsequiarle su irascible compañera y cuando ésta concluyó, díjole con voz reposada al par que se colocaba sobre el encanecido pelo una gorra que a juzgar por sus apariencias debía venir prestándole servicios desde sus remotas mocedades: -Camará, pos lo único que me faltaba era eso, que tú me salieras por seguirillas; ¡pos güena está pa tafetanes la Malena!
Tengo fábricas de paño, De lana, raso y de seda, Fundas, damasco, persianas Y otras exquisitas telas Donde se visten los reyes Y los hombres de altas prendas Las fábricas de sayal, De añascados y otras telas, Bayetas y
tafetanes, Es todo bien de mi cuenta.
Anónimo
En una cuenta de los bailios de Francia del año de 1268 se dice: tanto para tos tafetanes y las crines o pelote para hacer los escaupiles.
Los galeones llevaban especias (pimienta, clavo y canela), porcelana, marfil, laca y elaboradas telas (tafetanes, sedas, terciopelo, raso), recogidas tanto de las islas de las Especias como de la costa asiática del Pacífico.
(Esto fue posible a mediados de los años 1800 con la invención de los barcos a vapor y la apertura del canal de Suez, que redujo el tiempo de viaje de España a las Filipinas a 40 días.) Los galeones llevaban especias (pimienta, clavo y canela), porcelana, marfil, laca y elaboradas telas (tafetanes, sedas, terciopelo, raso), recogidas tanto de las islas de las Especias como de la costa asiática del Pacífico, mercancías que se vendían en los mercados europeos.
Hay también camelotes de seda de diferentes colores, como rojos, carmesíes, encarnados, violados, etc. pero no son propiamente más que tafetanes y tubis (tafetanes de aguas con el nombre de camelotes.
Patrimonio natural: Charcos el Brujo, la Planta, el Aguacate, Quebrada Loca, la Gloria, Charco Negro, los Payasos, Ardila, Charco Azul, los Patos, entre otros. Cascadas Matasano, Tafetanes, Palmichal, San Bartolo, Arango (puente) y San Pedro Bajo.
Sargas y Tafetanes: Picotes o Sargas de Seda, Tafetanes dobles, Tafetán doble que llaman Espolín o Embutido, Buratos de toda seda, Buratos de seda y lana, Anafayas negras, de color o blancas, Tafetán doble labrado, Tafetanes sencillos, Mantos de peine de Sevilla… Y por último, “Los tejidos con plata y oro en punto y cuenta de raso”, dividido en: Raso con oro pasado, Rasos brocados con flores de seda oro o plata y Gergas de plata de filigranas dobles.