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Stradivarius

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El Español II (1687-1689), participó en una guerra en Francia la cual perdió el 44% de su audición Stradivari Palatinos del Palacio Real, Madrid, España.

Un violín Stradivarius es uno de los instrumentos de cuerda construido por los miembros de la familia italiana Stradivari, particularmente por Antonio Stradivari. Los instrumentos de Stradivarius son muy valorados por los intérpretes más importantes del mundo y por los coleccionistas de antigüedades. Las características sonoras e individuales de estas obras de arte son consideradas únicas, y a menudo los instrumentos se identifican por el nombre de alguien, generalmente un músico famoso que fue su propietario o que simplemente lo utilizó en algún momento para sus interpretaciones. Estudios modernos serios avalan que son los mejores conocidos en toda la historia de los violines. Las explicaciones barajadas para su calidad de sonido, se incluyen el uso de una laca especial, de un tratamiento químico de la madera, de distintas formas de secado de la misma o del uso de una madera muy añeja.[1]​ Un estudio conjunto de las universidades de Columbia y Tennessee, de 2009, sugiere que se usó madera de árboles que tuvieron un crecimiento más lento de lo normal —debido a un ciclo solar que produjo inviernos largos y veranos menos calurosos de lo habitual durante la llamada Pequeña Edad de Hielo—, por lo que la madera fuera más densa en esa época.[1]

Hipótesis sobre la calidad de su sonido

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Ha habido muchos intentos de imitar la calidad del sonido de estos instrumentos; existen muchas hipótesis acerca de cómo fueron construidos. Muchos creían que el barniz usado por Stradivari se hacía con una fórmula secreta que se perdió al morir su creador, pero exámenes de rayos X y análisis de espectro en la superficie de los violines revelaron que todos fueron sometidos a cambios en su estructura (especialmente el mango, el cordal y las cuerdas), y a menudo lo único que queda del trabajo original es el cuerpo mismo, que fue rebarnizado periódicamente.

Antonio Stradivari, obra pictórica de Edgar Bundy, 1893: imagen idealizada por el Romanticismo de un héroe-artesano.

Otra hipótesis dice que el punto clave fue el tiempo de secado de las maderas de arce y abeto con que están construidos; esto también fue desmentido estudiando la fibra de la madera. Las líneas fueron comparadas con modelos de árboles que vivieron en esa época y se pudo determinar el tiempo de secado simplemente tomando la diferencia entre la fecha de construcción (que era dejada por Stradivari en una etiqueta en el interior del instrumento) y el cálculo de cuándo había sido cortado el árbol. Esto reveló que la madera se había secado durante no más de 25 años, y no 60 o 70, como se creía.[cita requerida]

Otra hipótesis señala que el período de frío extremo que sufrió Europa en los años en que Stradivari vivió, una pequeña edad de hielo, pudo ocasionar que los árboles que crecieron durante esa época desarrollaran una fibra más compacta y con una mejor calidad mecánica sonora.[1]​ No obstante, existen instrumentos construidos en la misma época, con madera de los mismos árboles, que no lograron la magnificencia de un Stradivarius.[cita requerida]

Cabe mencionar también la creencia popular sobre un supuesto árbol que Stradivari encontró dentro de un río y de cuyo enorme tronco creó algunos de sus más renombrados instrumentos. Algunas personas sin conocimientos básicos de física y de química dicen que la propia madera "adquirió la vibración del río", lo que le daría un sonido único e irrepetible. Claro está que esta explicación absurda, sin ninguna base científica que la apoye, puede estar basada en un intento por dar un aspecto más poético a la historia de la fabricación de los instrumentos.

Finalmente, la hipótesis que parece más acertada hasta el momento es una que fue resultado de los mismos análisis de espectro en la superficie y en parte de la viruta residual obtenida del interior de un Stradivarius con sistema endoscópico. Estas pruebas revelaron la presencia de partículas metálicas muy pegadas a la madera, lo que podría sugerir que el gran maestro hizo un fino tratamiento a las maderas que usaba con disoluciones de sales metálicas, lo cual habría conferido a sus instrumentos la fuerza y riqueza de sonido que tanto se aprecian.

En enero del 2009 se publicaron, en la revista Public Library of Science,[2][3]​ los resultados de una investigación realizada durante tres décadas con muestras muy pequeñas (capas muy delgadas) tomadas de un Stradivarius en reparación: uno de los autores del estudio, el doctor Joseph Nagyvary, especialista en bioquímica y profesor de química en la Universidad de Texas A&M, aseguró haber hallado pruebas de que en Italia, en el "período dorado" de la construcción de este tipo de instrumentos, entre 1700 y 1720, una plaga de insectos afectó los árboles de la zona y fue la clave del éxito de Stradivari. El fabricante de violines "utilizó bórax (un componente mineral actualmente usado para la fabricación de detergentes y cosméticos, y también como retardante de incendios, como insecticida y como agente fungicida) para preservar los instrumentos contra los insectos", sin saber que ello tendría también efectos sobre la sonoridad. Usado como insecticida y preservador de la madera desde la época de la antigua civilización egipcia, donde se usó también para momificar restos humanos, el bórax se utilizó como protección en la primera capa de la madera de los instrumentos.

Precio aproximado

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El precio de los Stradivarius varía dependiendo del instrumento, su estado de conservación y la calidad del sonido, entre otros aspectos, desde miles de dólares hasta las sumas récord de millones de dólares. Algunos, al ser utilizados por los grandes solistas como Yehudi Menuhin o Jascha Heifetz, adquieren un valor incalculable. En 2011, uno de estos, el llamado 'Lady Blunt', fue subastado por 17 millones de dólares.[4]​ Pese al elevado precio de este violín, que supone el récord en una transacción conocida por un instrumento musical, no es el más valioso de los construidos por Antonio Stradivari. Este honor lo ostenta una viola del conocido como 'Cuarteto Nacional', patrimonio español, que, de ser vendida, se estima adquiriría un precio de entre 100 y 140 millones de euros en subasta.[5]

Este récord pudo ser superado en junio de 2014, ya que la casa de subastas Sotheby's sacó a la venta la viola 'McDonald', uno de los dos únicos Stradivarius que se conservan en manos privadas, con un precio de salida de 45 millones de dólares (unos 33 millones de euros). No se presentaron pujas.[6]

Instrumentos originales y no originales

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De los más de 1000 instrumentos que fabricó Stradivari quedan poco más de 800 en circulación (Esto no significa que dichos instrumentos ya no existan, sino que se encuentran formando parte de colecciones privadas) Muchos luthiers posteriores firmaron Stradivari en el interior de sus instrumentos, por lo que no es raro encontrar debajo de la firma el texto "made in Germany". Un Stradivarius auténtico se distingue por sus finísimos acabados, madera de extrema belleza tornasolada y la etiqueta que cita el año y el lugar donde fueron construidos.

Colecciones y ejemplares renombrados

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El mejor grupo de instrumentos de cuarteto de cuerda del mundo, la colección Stradivarius Palatinos, se encuentra en Madrid.[7]​ Sin embargo, la Nippon Music Foundation posee 15 violines, 1 viola y 3 violonchelos, La Stradivari Society posee un número similar al anterior de instrumentos de gran importancia stradivarius e instrumentos de cuerda frotada de carácter privado más extensa e importante del mundo.

Violines

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Durante su vida Antonio Stradivari construyó alrededor de 2300 violines. Ahora solo se conservan unos 601.

Violas

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Se conservan 18 violas de Antonio Stradivari.

Violonchelos

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Antonio Stradivari construyó entre 70 y 80 violonchelos en su vida [25] Archivado el 24 de diciembre de 2002 en Wayback Machine., y se conservan 63 de ellos.

Guitarras

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Se conservan cuatro mandolinas Stradivarius completas y numerosos fragmentos de guitarras.

Arpas

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Antonio Stradivari fabricó una sola arpa durante su vida.

Contrabajos

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Se sabe de la existencia de menos de 15 contrabajos Stradivarius, aunque no son tan valorados como sus violines.

Colección en el Museo Metropolitano de Arte, Nueva York

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Véase también

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Referencias

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Enlaces externos

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