Macbett Eugene Ionesco

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Eugne

Ionesco
Macbett
Traduccin de Luis Vaisman,
para uso restringido al Seminario de Lectura Dirigida.
Departamento de Literatura,
Facultad de Filosofa y Humanidades
Universidad de Chile
Primer Semestre 2000
Personajes
Macbett (M)
Lady Duncan (LD)
Lady Macbett (LM)
Hechicera 1 (H1)
Hechicera 2 (H2)
La dama de compaa (Dc)
La sirvienta (S)
Glamiss (G)
Candor ( C )

Banco (B)
El monje (Mj)
El obispo (Ob)
Macol (Ma)
Soldados, generales. Cazador de mariposas. Comensales. Mujeres y
hombres de pueblo.
Vendedor de limonada, etc.
*
(Lugar: un campo. Glamiss y Candor.
G entra por la izquierda. Al mismo tiempo, C entra por la derecha.
Entran sin saludarse, se instalan de pie en medio del escenario, de frente
al pblico.
Permanecern as unos momentos.)
G: (volvindose hacia C) Buenos das, barn de Candor.
C: ( volvindose hacia G) Buenos das, barn de Glamiss.
G: Escuchadme, Candor.
C. Escuchadme, Glamiss.
G: Eso ya no puede continuar.
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C: Eso ya no puede continuar.


(G y C montan gradualmente en clera. Clera y mofa que van en
aumento. El texto servir
de apoyo a la progresin de la clera de ambos)
G: ( mofndose) Nuestro soberano
C: ( igual) Duncan, el archiduque Duncan bienamado, Ja, ja!
G: Ah, s! Bienamado. Demasiado amado.
C: Demasiado amado.
G: Abajo Duncan!
C: Abajo Duncan!
G: Caza en mis tierras como si fueran suyas.
C: Para ahorrar gastos al Estado.
G: Porque afirma que
C: El Estado es l.
G: Le entrego mil aves al ao, incluidos los huevos.
C: Tambin yo.
G: Si otros aceptan
C: Yo, no.
G: Yo tampoco.

C: El que acepta, es asunto suyo.


G: Me pide jvenes para su ejrcito
C: Para la armada de la nacin.
G: Lo que naturalmente me deja desarmado.
C: Lo que nos desarma.
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G: Yo tengo mi gente. Tengo mi ejrcito. l podra usar a mis propios
hombres contra m.
C: Tambin contra m.
G: Jams se ha visto cosa igual.
C: Nunca jams desde que mis antepasados
G: Y tambin mis antepasados.
C: Con todos esos que pululan y mascullan a su alrededor.
G: Que engordan con el sudor de nuestra frente.
C: Con la gordura de nuestras aves.
G: De nuestros rebaos.
C: De nuestros cerdos.
G: El muy cerdo!
C: Con nuestro pan!

G: Diez mil aves, diez mil caballos, diez mil jvenesQu hace con todo
eso? No puede
comrselo todo. Lo que sobra se pudre.
C: Y mil jovencitas.
G: Bien sabemos lo que hace con ellas.
C: Qu deuda tenemos con l? l es quien est en deuda con nosotros.
G: Y ms an.
C: Sin contar lo dems.
G: Abajo Duncan!
C: Abajo Duncan!
G: No vale ms que nosotros.
C: Yo pienso que bastante menos.
G: Incluso menos que el peor.
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C: Mucho menos.
G: Se me revienta la mandbula de slo pensarlo.
C: Yo me llego a elevar de pura rabia.
G: Mi honor!
C: Mi gloria!

G: Nuestros derechos ancestrales


C: Lo que me hace ms feliz
G: El patrimonio!
C: El derecho a nuestra felicidad.
G: Debo decirte que le importa un bledo.
C: No es verdad que le importa un bledo?
G: No somos nada.
C: Al contrario.
G: Alguna cosa somos.
C: No somos cosas, quiero decir.
G: No queremos ser vctimas de las trapaceras de cualquiera, y menos an
de las de Duncan.
C: Ni hechos lesos, ni embolinados.
G: Ni embolinados, ni hechos lesos.
C: Ni en sueos.
G: Hasta en mis sueos se mete, como una pesadilla viviente.
C: Hay que expulsarlo de all.
G: Hay que expulsarlo de todas partes.
C: De todas partes.

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G: Independencia!
C: El derecho de aumentar nuestras riquezas. La autonoma.
G: La libertad!
C: Amo y seor de mi espacio.
G: Ocuparemos el suyo.
C: Ocuparemos el suyo.
G: Propongo que lo dividamos.
C: Mitad-mitad.
G: Mitad-mitad.
C: Administra mal.
G: Es injusto con nosotros.
C: Haremos justicia.
G: Reinaremos en su lugar.
C: Que ser en adelante el nuestro. (Candor y Glamiss se acercan el uno al
otro. Miran a la derecha,
por donde entra Banco.) Salud, Banco, valiente general.
G: Salud, Banco, gran capitn.
B: Salud, Glamiss; salud, Candor.

G: (a Candor) No le digamos nada de este asunto. Es leal a Duncan.


C: (a Banco) Tombamos aire.
G: (a Banco) Est bueno el tiempo, para esta poca del ao.
C: (a Banco) Sentaos un instante, querido amigo.
B: Durante mi caminata matutina, jams me siento.
G: Ah, s. Es lo mejor para la higiene.
C: Admiramos vuestra bravura.
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B: Pongo mi espada al servicio de mi soberano.
G: Hacis muy bien.
C: Tenis nuestra ms completa aprobacin.
B: Caballeros, os saludo. (Sale por la izquierda)
C: Salud, Banco.
G: Salud, Banco. (A Candor) No se puede contar con l.
C: (Sacando a medias su espada) Est de espaldas. Podramos matarlo. (Da
unos pasos en puntillas
en direccin a Banco).
G: An no; no es el momento. Nuestro ejrcito no est listo todava. Ya lo
estar.

(Candor reenvaina. Entra Macbett por la derecha, en el mismo momento


en que Banco sale por la
izquierda)
C: (A Glamiss) ste tambin es leal al archiduque.
G: Salud, Macbett.
C: Salud, Macbett; os saludo, fiel y virtuoso gentilhombre.
M: Salud, barn de Candor; salud, barn de Glamiss.
G: Salud, Macbett, gran general. (A Candor) Que no sospeche nada de este
asunto. Hagamos
como si nada.
C: (A Macbett) Justamente Glamiss y yo estbamos alabando vuestra
fidelidad, vuestra lealtad
para con nuestro bienamado soberano, el archiduque Duncan.
M: No debera serle yo fiel y leal? Acaso no he jurado servirle?
G: No queramos decir eso. Muy por el contrario: tenis toda la razn. Os
felicitamos.
C: Su reconocimiento, sin duda, os satisface.
M: (Con una gran sonrisa) La bondad de nuestro seor Duncan es
legendaria; desea el bien del
pueblo.

G: (Guio a Candor) Lo sabemos.


C: Estamos seguros de ello.
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M: Duncan es la encarnacin misma de la generosidad. Regala todo lo que
posee.
G: (A Macbett) Sin duda habris sacado provecho de eso.
M: Es valiente tambin.
C: Seguramente hazaas esforzadas han demostrado su valor.
G: Eso es pblico y notorio.
M: Y no es slo leyenda. Nuestro soberano es bueno, es leal. Su esposa,
nuestra soberana, la
archiduquesa, es tan buena como hermosa. Es caritativa. Ayuda a los
pobres, atiende a los
enfermos.
C: Cmo no admirar a un hombre as: un hombre admirable, un soberano
perfecto?
G: Cmo no devolver lealtad por lealtad, generosidad por generosidad?
M: (Casi haciendo el gesto) Desenfundara mi espada contra cualquiera
que afirmara lo contrario.
C: Estamos convencidos, absolutamente convencidos de que Duncan es un
soberano ms

virtuoso todava que todos los dems soberanos.


G: Es la virtud misma.
M: Trato de parecerme a ese modelo. Intento ser valiente, virtuoso, leal y
bueno como l.
G: No debe ser fcil.
C: En efecto, l es adems muy, muy bueno.
G: Y Lady Duncan es muy bella.
M: Intento parecrmele. Seores, os saludo. (Desaparece por la derecha)
G: Terminar por convencernos.
C: Es un creyente. Es un ingenuo.
G: Es incorruptible.
C: Peligrosa especie. l y Banco son los generales en jefe de las tropas
archiducales.
G: No iris a echaros para atrs.
C: Eh! Ni lo pienso.
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G: (Como que va a sacar la espada) Sobre todo no lo pensis.
C: Claro que no lo pienso. Os aseguro que no lo pienso. Claro que s, claro
que s. Claro que
podis contar conmigo. Claro que s, claro que s, claro que s.

G: Entonces, apresurmonos. Saqumosle brillo a nuestro armamento,


reunamos a nuestros
hombres, preparemos nuestros ejrcitos. Atacaremos al alba. Maana al
atardecer Duncan
habr sido derrocado y nosotros compartiremos el trono.
C: Creis de verdad que Duncan es un tirano?
G: Un tirano, un usurpador, un dspota, un dictador, un descredo, un ogro,
un asno, un ganso,
y peor an. La prueba es que reina. Si no estuviera convencido de eso,
por qu iba yo a
querer destronarlo? Me mueven solamente sentimientos honorables.
C: Es verdad, en efecto.
G: (A Candor) Juremos confiar totalmente el uno en el otro. (Ambos sacan
sus espadas y se saludan)
Tengo confianza en vos y juro sobre mi espada no tener hacia vos sino la
ms inmaculada
lealtad.
C: Tengo confianza en vos y juro sobre mi espada no tener hacia vos sino
la ms inmaculada
lealtad.
(Reenvainan sus espadas. Salen rpidamente, Glamiss por la izquierda,
Candor por la derecha).

(El escenario queda vaco algunos minutos. Debe trabajarse


cuidadosamente la luz que
viene del fondo y los ruidos que aunque solamente al fin se
transformarn en una
especie de msica concreta.
Disparos, relmpagos; deben verse pequeas llamas. Incendio del cielo al
fondo del
escenario.
Una luz llameante podra tambin venir de lo alto; sobre la plataforma
debe verse reflejos
de este incendio, luego relmpagos y tormenta.
El cielo se aclara. Al fondo del escenario, un hermoso cielo rojo, un cielo
trgico. Al
mismo tiempo que el horizonte se aclara, y luego enrojece, las
crepitaciones de la metralla
se atenan, se hacen ms distanciadas.
Se oyen gritos, estertores, gemidos de los heridos, despus algunos
disparos. Un solo
lamento, muy agudo, de un herido.
Las nubes se disipan, se puede ver la gran extensin de una llanura
desierta. El grito del
herido se detiene pero, despus de dos o tres segundos de silencio, se oye

el grito agudo de
una mujer.
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Antes de la aparicin en escena de los personajes que van a entrar, es
preciso que los
efectos escnicos, las luces, los ruidos se extiendan por un buen rato. Los
efectos
lumnicos, los ruidos no deben, sobre todo hacia el final, jugar en contra
de la
verosimilitud. El trabajo del escengrafo, el iluminador y el sonidista son
aqu muy
importantes.
Al mismo tiempo que los ruidos, hacia el final, un soldado que entra por la
derecha y sale
por la izquierda representa en pantomima un duelo a espada: molinetes,
ataques de punta,
paradas, cuerpo a cuerpos, ataques al rostro etc. Todo muy rpido.
Despus de todos estos ruidos, una tregua silenciosa, antes de recomenzar
los molinetes,
ataques, etc., que se realizarn muy rpido, sin coreografa estetizante.
Una mujer desmelenada atraviesa a la carrera de izquierda a derecha,
gritando.

Por la derecha entra el Vendedor de limonada.)


V: Limonada fresquita! Limonada para civiles y para militares! Vamos,
vamos, quin
quiere refrescar el gaznate? Quin quiere aprovechar la tregua?
Limonada con harta
azcar! Limonada para sanar las heridas, limonada para evitar el miedo,
limonada para
militares! A un franco la botella, cuatro por tres francos. Es buena tambin
para
rasmilladuras, araazos, quemaduras.
(Por la izquierda entran dos soldados, uno llevando al otro a la espalda)
V: (al primer soldado) Est herido?
S: No, est muerto.
V: Fue una espada? Fue una lanza?
S: No.
V: De un pistoletazo?
S: No. Infarto.
(Los dos soldados salen por la derecha. Otros dos entran por la derecha.
Pueden ser los
mismos, pero ahora el que era llevado es el que acarrea al otro.)

V: (Mostrando al que es llevado). Infarto?


S: No. Ensartado por una espada.
(Los soldados salen por la izquierda)
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V: Limonada fresquita! Limonada militar! Limonada para el miedo,
limonada para el
corazn! (Otro soldado entra por la derecha) Bebidas refrescantes!
S: Qu vendes?
V: Limonada dulcecita; sana las heridas.
S: No estoy herido.
V: Es buena para el miedo.
S: Nunca tengo miedo.
V: A un franco la botella. Tambin es buena para el corazn.
S: (Golpeando su armadura) Tengo siete bajo la coraza.
V: Para las quemaduras.
S: Rasmillones, tengo. Fue una buena pelea. Con esto (muestra una maza).
Y tambin con esto
(muestra su espada). Pero sobre todo con esto (muestra su pual).
Hundirlo en una barriga
en las tripas Es lo que ms me gusta. Mira! Todava tiene sangre fresca

encima. Con
esto corto yo mi queso y mi pan.
V: Ya veo, seor soldado. Veo muy bien de lejos.
S: Tienes miedo?
V: (Asustado) Mi limonada mi limonada es buena para la tortcolis, el
resfro, la gota, la
rubola y la viruela
S: Es que pude masacrar, hacer papilla, y gritaban, y la sangre chorreaba
Qu fiesta! No las
hay tan buenas con frecuencia. Dame de beber.
V: Para usted es gratis, mi general.
S: No soy general.
V: Mi comandante.
S: No soy comandante . (El Vendedor le da de beber)
V: No cabe duda que lo ser.
S: (despus de echarse un par de tragos) No es buena. Meado de gato. No
te da vergenza?
Ladrn!
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V: Le devolver el dinero.

S: Tiemblas. Tienes miedo. Entonces no te cura el miedo tu limonada?


(Saca su pual).
V: No haga eso, seor soldado.
(Se oye un clarn)
S: (Yndose por la derecha y reenvainando su pual) Tienes suerte de que
yo no tenga tiempo ahora.
Nos volveremos a ver.
V: (Solo, temblando) Qu miedo me ha dado. (Mirando hacia la
izquierda). Deseo que ganen los
otros y que te corten en pedacitos. Tan finitos como el pur de papas.
Asqueroso! crpula,
cerdo! (Cambiando de tono). Limonada fresquita, a tres por cuatro francos.
(Se dirige hacia la derecha, lentamente, y luego a la carrera porque de la
izquierda
aparece, con su daga y su espada, el soldado.
El soldado alcanza al Vendedor al borde de las bambalinas. Slo se ve, de
costado o de
espaldas, al soldado que da el golpe y se escucha el grito del Vendedor. El
soldado
desaparece.
Otra vez, pero con menor intensidad, como si ocurriera a lo lejos, el ruido
de la metralla y

los gritos. El cielo vuelve a incendiarse, etc.


Macbett entra por el fondo. Est cansado; se sienta en un mojn. Tiene en
la mano la
espada desenvainada. La mira.)
M: La hoja de mi espada est toda roja de sangre. He matado docenas y
docenas, con mi
propia mano. Doce docenas de oficiales y soldados que no haban hecho
nada. He hecho
fusilar a otros, cientos de cientos, por pelotones de ejecucin. Miles ms
estn muertos,
quemados vivos, en los bosques en que se haban refugiado, y que yo he
hecho incendiar.
Decenas de miles, hombres, mujeres y nios, han muerto asfixiados en
cuevas, bajo los
escombros de sus viviendas, que yo he hecho saltar por los aires. Cientos
de miles han
muerto ahogados en el canal de la Mancha que, aterrados, trataban de
cruzar. Millones han
muerto de espanto o se han suicidado. Decenas de millones ms han
muerto de clera, de
apopleja o de tristeza. Ya no alcanza el terreno para enterrar a la gente.
Los cuerpos
hinchados de los ahogados se han bebido toda el agua de los lagos a los

que se haban
lanzado. Ya no queda agua. Ni buitres suficientes para desembarazarnos de
esos cadveres.
Imaginaos, algunos quedan todava, y siguen combatiendo. Hay que acabar
con eso. Si los
descabeza un sable, saltan de sus gargantas, como si fueran fuentes,
toneladas de sangre en
la que se ahogan tambin mis soldados. Por batallones, brigadas,
divisiones, cuerpos de
ejrcito con sus jefes, comenzando por los generales de brigada, luego,
siguiendo la va
jerrquica, los generales de divisin, los generales de cuatro estrellas, los
mariscales, las
cabezas tronchadas de nuestros enemigos nos escupen e insultan. Los
brazos desgajados de
los cuerpos siguen blandiendo la espada o disparando sus pistolas. Los pies
amputados nos
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patean el culo. Eran traidores, se entiende. Enemigos de la patria. Y de
nuestro soberano
bienamado, Duncan, el archiduque, a quien Dios guarde. Queran
destronarlo. Con ayuda
de soldados extranjeros. Pienso que tuve razn. En la embriaguez de la

lucha, a menudo se
golpea a tontas y a locas. Espero no haber matado amigos sin querer.
Combatamos en filas
cerradas; espero no haberles aplastado los dedos de los pies. S, nosotros
tenamos la razn.
Voy a descansar en esta piedra. Hasta siento un poquito de nusea. Dej a
Banco solo
dirigiendo el ejrcito. Ms tarde ir a relevarlo. Es raro, pero despus de
tanto esfuerzo no
tengo mucha hambre. (Saca un enorme pauelo del bolsillo, se enjuga la
frente y el rostro.) He
golpeado un poco demasiado fuerte. Me duele la mueca. Nada
estropeado, por suerte.
Hace bien una diversin. (Se dirige a su ordenanza, que est entre
bastidores a la derecha) Eh,
t! Anda a limpiar mi espada al ro y treme de beber! (El ordenanza
entra, luego sale con la
espada. Vuelve de inmediato, sin siquiera haber desaparecido del todo del
escenario).
ORDENANZA: Aqu est su espada limpia, y esta jarra de vino.
M: (Toma la espada) Como nueva (la coloca en su funda y bebe de la jarra
en tanto que el ordenanza
sale por la izquierda.) No, nada de remordimientos; eran traidores. No he

hecho ms que
obedecer las rdenes de mi soberano. Obediencia debida. (Deja la jarra).
Muy bueno este
vino. Ya no siento el cansancio. Vamos (mira hacia el fondo). Ah est
Banco. Eh! En qu
estn?
VOZ DE BANCO, O BANCO, O LA CABEZA DE BANCO (que aparece
y desaparece): Estn
al borde de la derrota. Continuad vos en mi lugar. Descansar un momento
y despus me
reunir con vos.
M: (a Banco) Hay que impedir que Glamiss escape. Voy a rodearlos.
Rpido. (Sale por el
fondo)
(Macbett y Banco se parecen. El mismo traje, la misma barba.
Banco entra por la derecha. Est cansado; se sienta sobre un mojn.
Lleva la espada
desnuda en la mano. La mira.)
B: La hoja de mi espada est toda roja de sangre. He matado docenas y
docenas, con mi propia
mano. Doce docenas de oficiales y soldados que no haban hecho nada. He
hecho fusilar a

otros, cientos de cientos, por pelotones de ejecucin. Miles ms estn


muertos, quemados
vivos, en los bosques en que se haban refugiado, y que yo he hecho
incendiar. Decenas de
miles, hombres, mujeres y nios, han muerto asfixiados en cuevas, bajo los
escombros de
sus viviendas, que yo he hecho saltar por los aires. Cientos de miles han
muerto ahogados
en el canal de la Mancha que, aterrados, trataban de cruzar. Millones han
muerto de espanto
o se han suicidado. Decenas de millones ms han muerto de clera, de
apopleja o de
tristeza. Ya no alcanza el terreno para enterrar a la gente. Los cuerpos
hinchados de los
ahogados se han bebido toda el agua de los lagos a los que se haban
lanzado. Ya no queda
agua. Ni buitres suficientes para desembarazarnos de esos cadveres.
Imaginaos, algunos
quedan todava, y siguen combatiendo. Hay que acabar con eso. Si los
descabeza un sable
saltan de sus gargantas, como si fueran fuentes, toneladas de sangre en la
que se ahogan
tambin mis soldados. Por batallones, brigadas, divisiones, cuerpos de
ejrcito con sus

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jefes, comenzando por los generales de brigada, luego, siguiendo la va
jerrquica, los
generales de divisin, los generales de cuatro estrellas, los mariscales, las
cabezas
tronchadas de nuestros enemigos nos escupen e insultan. Los brazos
desgajados de los
cuerpos siguen blandiendo la espada o disparando sus pistolas. Los pies
amputados nos
patean el culo. Eran traidores, se entiende. Enemigos de la patria. Y de
nuestro soberano
bienamado, Duncan, el archiduque; a quien Dios guarde. Queran
destronarlo. Con ayuda
de soldados extranjeros. Pienso que tuve razn. En la embriaguez de la
lucha, a menudo se
golpea a tontas y a locas. Espero no haber matado amigos sin querer.
Combatamos en filas
cerradas; espero no haberles aplastado los dedos de los pies. S, nosotros
tenamos la razn.
Voy a descansar en esta piedra. Hasta siento un poquito de nusea. Dej a
Macbett solo
dirigiendo el ejrcito. Ms tarde lo relevar o le ayudar. Es raro, pero
despus de tanto

esfuerzo no tengo mucha hambre. (Saca un enorme pauelo del bolsillo, se


enjuga la frente y el
rostro.) He golpeado un poco demasiado fuerte. Me duele la mueca. Nada
estropeado, por
suerte. Hace bien una diversin. (Se dirige a su ordenanza, que est entre
las bambalinas de la
derecha) Eh, t! Anda a limpiar mi espada al ro y treme de beber! (El
ordenanza entra,
luego sale con la espada. Vuelve de inmediato, sin siquiera haber
desaparecido del todo del
escenario).
ORDENANZA: Aqu est su espada limpia, y esta jarra de vino.
B: (Toma la espada) Como nueva (la coloca en su funda y bebe de la jarra
en tanto que el ordenanza
sale por la izquierda.) No, nada de remordimientos; eran traidores. No he
hecho ms que
obedecer las rdenes de mi soberano. Obediencia debida. (Deja la jarra).
Muy bueno este
vino. Ya no siento el cansancio. Vamos (mira hacia el fondo). Ah est
Macbett. Eh! En qu
estn?
VOZ DE MACBETT, O MACBETT, O LA CABEZA DE MACBETT
(que aparece y

desaparece): Estn al borde de la derrota. Ven. Hay que acabar de una


vez!
B: (a M.) Hay que impedir que Glamiss escape. Voy a rodearlos. Ya voy.
(Sale por el fondo)
(Recrudecen los ruidos de la batalla.
Incendio ms intenso del cielo.
Msica muy rtmica y brutal.
De derecha a izquierda una mujer atraviesa tranquilamente el escenario,
con una cesta al
brazo como si fuera de compras, y sale.
El ruido de fondo se apaga hasta quedar convertido en un simple fondo
sonoro.
El escenario queda vaco unos momentos. Despus, cubriendo el ruido de
la batalla,
fanfarrias ridculamente pomposas.
Un oficial (O) de Duncan entra rpidamente por la izquierda y se detiene
en mitad del
escenario.)
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O: (Llevando una especie de sof o trono ambulante) Nuestro seor, el
Archiduque Duncan, y

la archiduquesa.
(Entran por la Izquierda Lady Duncan y el archiduque; Lady Duncan
precede al
archiduque; lleva una corona y un largo vestido verde floreado; viste con
cierto lujo. Tras
el archiduque entra la Dama de compaa, una personita joven y bella,
que permanece de
pie cerca de la salida. Duncan va a instalarse; los otros dos a sus
costados).
O: Venid, venid, Monseor, la batalla se ha alejado. La metralla ya no
llega hasta aqu. No hay
balas locas. No temis. Hasta hay gente que se pasea.
D: Han vencido a Candor? Si lo han vencido, lo han ejecutado? Han
matado a Glamiss
como lo orden?
O: Hay que esperar. Deberais haberos acercado ms para ver. El horizonte
est
completamente rojo. Parece que sigue, pero a lo lejos, a lo lejos. Esperad
el fin. Tened
paciencia, Monseor.
D: Y si son Macbett o Banco los que van perdiendo?
LD: Vos mismo tomaris las armas, e iris al combate.

D: Si los han vencido, dnde me refugiar? El rey de Malta es mi


enemigo. El emperador de
Cuba tambin. El prncipe de las Baleares tambin. Los reyes de Francia e
Irlanda
igualmente. Tengo muchos enemigos en la corte de Inglaterra. Dnde ir?
Dnde
refugiarme?
O: Tened confianza en Macbett y Banco, Monseor. Son buenos
generales. Valientes,
enrgicos, perfectos estrategas. Han dado pruebas de ello no pocas veces.
D: No tengo ms remedio que confiar en ellos. De todos modos tomar
precauciones. Que
ensillen mi mejor caballo, el que no corcovea, y mi mejor embarcacin, la
ms estable
sobre el oleaje, la que tiene botes salvavidas. Por qu no podr ordenarle a
la luna que est
llena y al cielo que est estrellado, ya que viajar de noche. Es ms
prudente. La prudencia
es la madre de la sabidura. Yo mismo llevar un cofrecillo lleno de
monedas de oro. Pero,
adnde iremos? Al Canad quizs, o a los Estados Unidos.
O: Esperad otro poco. No os descorazonis.

(Llega un soldado herido (S), titubeante.)


D: Qu hace aqu este borrachn?
O: No es un borrachn. Me da la impresin de ser un soldado herido.
D: Si vienes de la batalla, dame noticias. Quin gan?
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S: Qu puede importar?
O: Te preguntan quin gan, si es que hay ganadores! Responde. Es tu
Seor, aqu delante de
ti, quien te lo pregunta.
D: Soy tu soberano, el archiduque Duncan.
S: En ese caso, es diferente. Excusad, estoy herido. Recib un lanzazo y
varios pistoletazos.
(Trastabilla)
D: No se te ocurra fingir un desmayo. Hablas, s o no? Quin gan?
Ellos, o los nuestros?
S: Excusad, no lo tengo muy claro. He quedado hasta el copete. Para
deciros la verdad, me
vine mucho antes. Antes del final.
D: Debiste quedarte.
O: No habra podido estar aqu, Seor, para responder a tus preguntas.

D: Abandona el combate en la mitad, como si se tratara de un espectculo


que lo hubiese
aburrido.
S: Le estoy diciendo que me derrumb, que perd el conocimiento.
Despus, recuper el
conocimiento. Me levant como pude, y me arrastr como pude hasta aqu.
D: (Al soldado) Eres de veras uno de los nuestros?
S: Quines son, los nuestros?
O: El archiduque y la archiduquesa que ves ante ti, naturalmente.
S: No vi a Monseor en el campo de batalla.
D: (Al soldado) Cmo se llamaban tus generales?
S: No s. Cuando sala de la posada, un sargento a caballo me lace. Fue l
quien me
enganch. Los camaradas que estaban conmigo alcanzaron a escapar.
Tuvieron suerte. Yo
trat de resistir: me pegaron, me amarraron, me llevaron. Me dieron un
sable. Bah! ya
no lo tengo. Y despus una pistola. (Pone el can de la pistola contra su
sien, presiona el gatillo).
Bueno, ya no le quedan balas. Quiere decir que dispar. Adems, ramos
muchos, y all, en

la llanura, nos hicieron gritar: Viva Glamiss, viva Candor!


D: Estabas con nuestros enemigos, traidor.
O: (A Duncan) No le cortis la cabeza, Monseor, si queris informacin.
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S: Y entonces, nos dispararon. Y entonces, les disparamos nosotros.
D: A quines?
S: Y entonces nos tomaron prisioneros. Y entonces nos dijeron: si quieres
conservar la cabeza
sobre los hombros en vez de verla rodar a tus pies, nete a nosotros ahora.
Nos dijeron que
gritramos: Abajo Candor, abajo Glamiss! Y entonces les disparamos, y
entonces nos
dispararon. Y recib varias balas, y despus el lanzazo en la cadera, aqu, y
entonces no
supe ms, me desplom. Y entonces me despert y la batalla segua a lo
lejos. Y entonces
slo haba montones de moribundos todo en derredor, y entonces camin
como ya os lo he
dicho. Y me duele la pierna derecha, y me duele el brazo izquierdo, y el
flanco me est
sangrando. Y entonces aqu estoy. Es todo lo que puedo decir Y que
pierdo sangre.

Mucha sangre.
D: Con este idiota no podremos obtener ninguna informacin.
S: (Enderezndose penosamente y tropezando) Es todo lo que os puedo
decir. No s ms.
D (A Lady Duncan) El muy desertor.
(Lady Duncan saca un pual, y lo eleva con la intencin de apualar al
soldado.)
S: Ah, Seora, puedo reventar sin ayuda (mostrando hacia la derecha).
Puedo reventar yo
solito all, al pie del rbol; no os molestis, no vale la pena que os
fatiguis para nada. (Se
va con paso titubeante, por la derecha)
LD: Por lo menos, es corts. Raro, para un soldado.
(Se oye, desde la derecha, el ruido de un cuerpo que cae)
D: (Al Oficial) Quedaos aqu para defenderme si es necesario. (A Lady
Duncan:)
Apresrate. Toma un caballo, ve hasta el frente y vuelve a decirme qu
pasaNo te
acerques demasiado, en todo caso Yo tratar de mirar por mi largavista.
(Lady Duncan sale por la derecha, seguida por su Dama de compaa.
Mientras Duncan

mira por su largavista, se ve en el fondo a Lady Duncan a caballo. Luego


Duncan reenfoca
su largavista.
Mientras tanto, el Oficial saca su espada y mira, amenazante, hacia todos
lados.
Despus Duncan sale por la derecha, seguido por el Oficial, que lleva el
silln.)
*
17
(La escena: cerca del campo de batalla.
Se oye, viniendo del frente, de la derecha y la izquierda, gritar:
Victoria, victoria,
victoria!
Se escuchar esta palabra repetida, modulada, orquestada, hasta el final
de la escena
siguiente.
Se escucha desde el bastidor derecho el ruido del galope de un caballo
que se acerca. Por
la izquierda entra apresuradamente un ordenanza (Or).)
Or: (Hacindose visera con la mano) Qu es este galope de caballo?
Pareciera que se aproxima.

S, viene hacia nosotros a toda carrera.


B: (Entrando por la derecha, y hacindose visera con la mano) Qu desea
ese caballero que se
acerca a toda carrera montado sobre ese magnfico semental? Debe ser un
mensajero.
Or: No es un caballero. Es una amazona!
(Relinchos; el galope se detiene. Lady Duncan hace su aparicin, con una
fusta en la
mano)
B: Pero si es Su Alteza, la archiduquesa, la archiduquesa! Saludo
humildemente a Vuestra
Alteza. (Hace una reverencia y despus, de rodillas, besa la mano que le
tiende la archiduquesa.)
Qu viene a hacer Vuestra Alteza tan cerca del campo de batalla?
Estamos muy contentos
y orgullosos del inters que Vuestra Alteza presta a nuestras pendencias.
Sin embargo
nosotros, que no tenemos miedo a nada, tememos por Vuestra Alteza.
LD: Es Duncan, que me enva a por noticias. Quiere saber en qu estis y
si habis ganado la
guerra.
B: Comprendo vuestra impaciencia. Hemos ganado.

LD: Bravo! Alzaos, mi querido Macbett.


B: No soy Macbett; soy Banco.
LD: Excusadme. Alzaos, mi querido Banco.
B: (Alzndose) Gracias, Seora. (Al Ordenanza:) Qu haces ah
mirndonos con cara de ternero?
Aljate, maldito, mierda, cretino!
18
Or: Entendido, mi general. (Desaparece)
B: Que Vuestra Majestad me excuse este lenguaje grosero de soldado.
LD: Estis excusado, Banco. Es absolutamente normal en tiempos de
guerra. La gente por
fuerza anda ms nerviosa que en tiempos de paz; lo principal es ganar. Si
alguna groseras
pueden ayudaros, tanto mejor. Habis capturado al barn de Candor?
B: Por supuesto.
LD: Y al barn de Glamiss?
VOZ DE MACBETT (que viene de la derecha): Banco! Banco! Con
quin hablas?
B: Con Su Alteza Lady Duncan, enviada por el mismo archiduque para
informarse. (A la

archiduquesa:) Macbett en persona os informar acerca de la suerte de


Glamiss.
VOZ DE MACBETT: Ya voy.
B: (A LD) Seora, os dejo con Macbett, que os expondr la suerte que
espera a nuestros
prisioneros y que os dar adems todos los detalles que requiris.
VOZ DE MACBETT: (De ms cerca) Voy.
B: Que Vuestra Alteza me excuse; voy a dar de comer a mis soldados. Un
buen general es la
mam de sus soldados. (Sale por la derecha)
VOZ DE MACBETT: (ms cercana todava) Aqu estoy! Aqu estoy!
(Entra por la derecha)
M: (Saludando a LD) Seora, hemos servido bien a nuestro Soberano
bienamado. Candor est en
nuestras manos, y perseguimos a Glamiss hasta esa montaa que veis a lo
lejos. Est
cercado. No podr escaprsenos.
LD: Sois sin duda el general Macbett verdad?
M: (Haciendo una reverencia) Vuestro servidor, a vuestros pies, Alteza.
LD: El recuerdo que conservaba de vuestro aspecto era diferente. No os
parecis tanto a vos.

M: Cuando estoy cansado, mis rasgos cambian; entonces, en efecto, ya no


me parezco a m.
Me toman por mi propio sosas. A veces, por el de Banco.
LD: Seguramente os fatigis a menudo y en exceso.
M: La guerra no es un oficio descansado. La guerra es la guerra. Son
riesgos del oficio(LD
tiende la mano a M, que ste besa arrodillndose; se levanta rpidamente)
que es preciso correr.
19
LD: Corro a anunciar la buena nueva al archiduque.
VOZ DE BANCO (entre bastidores) El peligro ha sido eliminado.
(LD va hasta el bastidor de la derecha, hace una aparatosa seal con la
mano, y regresa al centro del
escenario. Se escuchan fanfarrias.)
LD: Ah viene!
M: Su Alteza el archiduque!
UN SOLDADO: Su Alteza el archiduque!
VOZ DE BANCO. El archiduque!
LD: He aqu al archiduque!
CABEZA DE BANCO ( apareciendo y desapareciendo): El archiduque!

UN SOLDADO: El archiduque!
M: el archiduque!
LD He aqu al archiduque!
VOZ DE B: El archiduque!
UN SOLDADO: El archiduque!
M: El archiduque!
LD: he aqu al archiduque!
CABEZA DE BANCO: El archiduque!
UN SOLDADO: El archiduque!
LD: He aqu al archiduque!
(Fanfarrias brillantes. Se escuchan estruendosos aplausos.
Por la derecha entra Duncan. Cesan las fanfarrias)
La batalla ha terminado.
M: Salud, Alteza!
20
CABEZA DE BANCO: Saludamos a Vuestra Alteza!
UN SOLDADO Saludamos a Vuestra Alteza!
M: Os saludo muy humildemente, Alteza!

D: Hemos ganado?
M: El peligro ha sido eliminado.
D: Tena un peso en el corazn. Se ha ejecutado a Candor? (Ms fuerte)
Se ha ejecutado a
Candor?
M: No, mi buen soberano. Pero es nuestro prisionero.
D: Qu esperis para matarle?
M: Una orden vuestra, mi buen soberano.
D: La doy. Que le corten la cabeza. Y que se eleve por los aires. Qu
habis hecho con
Glamiss? Le habis arrancado los miembros?
M: No, mi buen soberano. Pero est cercado. Le echaremos mano
incesantemente. No temis,
Monseor.
D: Bueno. Entonces, felicitaciones y gracias.
(Se escuchan los hurras de los soldados y de la multitud que no se ven, a
menos que se usen
proyecciones)
M: Estamos tan contentos y orgullosos de haberos servido, mi buen
soberano.

CABEZA DE BANCO (apareciendo y desapareciendo): No hemos hecho


ms que nuestro deber,
Monseor.
(De nuevo suenan las fanfarrias, que disminuyen progresivamente de
intensidad hasta ser solamente
un fondo sonoro).
D: Gracias, mis queridos generales. Y a ustedes en primer lugar, gracias,
mis valientes
soldados, valerosa gente del pueblo, que habis salvado la patria y mi
trono. Muchos de
vosotros lo habis hecho sacrificando vuestras vidas. Gracias, una vez
ms, a todos
vosotros, muertos y vivos, que habis defendido mi trono que es
tambin el vuestro. Al
retornar a vuestros hogares, sea en vuestras humildes aldeas, en vuestras
pobrsimas
viviendas o en vuestras tumbas sencillas pero gloriosas, seris el modelo
de las jvenes
generaciones presentes y futuras; an ms: tambin de las pasadas. A ellas
hablaris por
los siglos de los siglos, tanto con la palabra como con el ejemplo, mudos
pero vivos,
annimos o no, de cara a la Historia tan eterna como efmera. Vuestra

presencia porque
21
an vuestra ausencia estar presente ante los ojos de todos los que
contemplarn vuestra
imagen, visible o no, de Epinal , vuestra presencia sealar la ruta del
bien que tan bien
iluminis para aquellos que, maana y pasado maana, podran sentirse
tentados de no
seguirla. Desde este momento, continuad, como lo habis hecho en el
pasado, ganndoos
siempre tan valerosamente el pan cotidiano con el sudor de vuestra frente,
bajo el sol
ardiente y la vigilancia de vuestros seores y sus delegados, que os aman a
pesar de
vuestras cualidades y que os estiman, gracias a vuestros defectos, mucho
ms de lo que os
podis imaginar. Idos.
(Durante el discurso de Duncan, entra por la derecha la Dama de
compaa.
Se oyen las fanfarrias unos instantes ms, y tambin los hurras)
M: Bravo!
UN SOLDADO: Bravo!

D: He puesto los puntos sobre la es.


LD: Bravo, Duncan! (Aplaude) Esta vez, habis hablado bien. (A la Dama
de compaa) Llegis
tarde, querida.
Dc: He venido a pie, Seora.
(Macbett y el soldado aplauden el discurso)
VOZ DE BANCO: Bravo!
D: Esos hombres lo merecan. Mis generales, mis amigos, de ahora en
adelante, compartirn
mi gloria. Nuestra noble esposa tambin. (Sonrisa a LD y besamanos).
Todos podis estar
orgullosos. Y ahora, justicia y castigo. Que venga Candor, el prisionero.
Pero dnde est
Banco?
M: Est con el prisionero.
D: Ser el verdugo.
M (aparte): Es sobre m que debera recaer este honor.
D ( al soldado): Que venga con el rebelde. Ve a buscarlo.
22
(El soldado sale por la izquierda, al momento en que entran por la derecha

Candor y Banco. ste lleva


una capucha y cubre la parte superior de su cuerpo con una prenda de tosca
lana roja. Tiene un hacha
en la mano. Candor est esposado.)
D (a Candor): Vas a pagar el precio de tu rebelin.
C: Que ser alto! No me hago ilusiones. Ay, por qu no habr ganado yo
la guerra! La razn
del vencedor es siempre la mejor. Vae victis! (A Macbett:) Si hubieses
combatido por m,
habras sido recompensado. Yo te habra hecho duque, Macbett. Y a ti,
Banco, tambin.
Los habra abrumado de honores y riquezas a ambos.
D (a Candor): No te preocupes. Macbett ser barn de Candor. Heredar
todas tus tierras y, si l
quiere, tambin tu mujer y tu hija.
M (a Duncan): Os soy fiel, Seor. No soy sino fidelidad. Nac fiel a
vuestra persona como el
caballo o el perro nacen fieles a sus amos.
D (a Banco): No te inquietes t tampoco, ni ests celoso. Una vez que
capturen a Glamiss, sers
t barn de Glamiss, y heredars todos sus bienes.

M (a D): Os lo agradezco, Monseor.


B (a D): Os lo agradezco, Monseor.
M: Os habramos sido fieles.
B: Os habramos sido fieles
M : An sin la recompensa.
B : An sin la recompensa.
M: Serviros nos basta.
B : Serviros nos basta.
M: Pero vuestra generosidad colma nuestra rapacidad.
B: Os agradecemos con toda nuestra alma
M y B (al unsono, el uno sacando su espada, el otro blandiendo su hacha):
con toda el alma
nuestra que se hara condenar por Vuestra Graciosa Alteza.
( De derecha a izquierda, un hombre cruza el escenario)
EL HOMBRE: Vendo trajes, terciopelos! Vendo trajes, terciopelos!
23
D (a Candor) Ves con qu devocin me sirven estos hombres?
M y B (aDuncan): Porque sois un buen soberano, justo y generoso.
EL HOMBRE: ndo trajes, terciopelos! (Sale por la derecha)

(Este episodio del Vendedor, el director podr conservarlo o eliminarlo)


(En el momento en que ste sale, llega un sirviente con sillones para
Duncan, Lady
Duncan y los dems.
Durante toda la accin que sigue, ayudado por la Dama de compaa, el
sirviente traer
una toalla, un lavatorio y un jabn, o simplemente agua de Colonia, para
Lady Duncan,
que se lavar las manos de modo muy marcado, como para sacar una
mancha por
ejemplo, pero lo har de manera un poco mecnica, un poco distrada.
Luego el mismo sirviente traer una mesa y un servicio de t, y servir
tazas de t a los
personajes presentes.
Mientras, mediante efectos luminosos, se har aparecer una guillotina, y
luego una serie
de muy numerosas guillotinas.)
D (a C): Tienes algo que decir? Te escuchamos.
(Todos se instalan para escuchar y mirar)
SIRVIENTE (a LD): El t est servido, Seora.
C: Si mi fuerza hubiese sido mayor, yo sera vuestro sagrado soberano.

Vencido, no soy ms
que un cobarde y un traidor. Por qu no habr ganado yo esta batalla! La
Historia, en su
marcha, no lo ha querido as. Y la Historia tiene razn, objetivamente. No
soy ms que un
desecho histrico. Por lo menos, que mi suerte sirva de ejemplo a todos y a
la posteridad.
No sigis nunca sino a los ms fuertes. Cmo saber quin es el ms
fuerte, antes de la
batalla? Que la mayora no entre en la batalla. Que otros no sigan ms que
a los que ganan.
La lgica de los acontecimientos es la nica que vale. No puede haber otra
razn que la
razn histrica. No hay trascendencia alguna que pueda menoscabarla. Soy
culpable.
Nuestra revuelta fue sin embargo necesaria para probar hasta qu punto era
yo criminal.
Estoy feliz de morir. Mi vida no cuenta. Que mi cuerpo y el de todos los
que me han
seguido sirvan de abono en los campos, para que crezca el trigo, para las
cosechas del
porvenir. Soy el ejemplo de lo que no hay que hacer.
D: (con una voz dulce a LD) Este discurso es demasiado largo. No os

aburrs, Seora? Sin duda


estis impaciente de ver lo que sigue? No, no; no habr tortura. Solamente
se le dar
muerte. Eso os decepciona? Os he reservado una sorpresa, querida. El
espectculo ser
ms nutrido de lo que pensis. (A todos:) Es justo que los soldados que
han servido a Candor
lo sigan a la muerte. No son muy numerosos: ciento treinta y siete mil, no
es mucho ni
24
poco. Apresurmonos; es preciso terminar antes de que acabe la noche. (Se
ve al fondo un
gran sol rojo que baja lentamente hacia el ocaso. Duncan golpea las
manos) Adelante. Ejecutad.
C: Viva el archiduque! (Banco le habr puesto ya la cabeza bajo la
cuchilla de la guillotina. Para
hacerlo, habr arrojado el hacha).
(Unos tras otros los soldados de Candor en realidad, los mismos actores
que pasan y
vuelven a pasar por el fondo - se dejan cortar la cabeza en la guillotina.
El cadalso y la guillotina pueden haber aparecido justo despus de la
orden de ejecucin

dada por Duncan. Las cabezas caen a la voz de Banco, que oprime el
botn)
B: Rpido!Rpido!Rpido!Rpido! (Despus de cada rpido!, cae la
cuchilla. Cabeza al
canasto).
D: (A Macbett) Tened la bondad de sentaros, querido amigo, junto a mi
noble esposa.
(Macbett se sienta junto a LD. Es necesario que el pblico pueda verlos
muy bien, para
que pueda captar fcilmente lo que ocurrir entre ambos a continuacin.
LD puede estar, por ejemplo, de frente a los espectadores y tener la
guillotina tras de s
Eso no impedir que ella haga como que sigue atentamente las
ejecuciones, y que cuente
las cabezas.
Simultneamente, el sirviente sirve otra taza de t a uno u otro de los
personajes, ofrece
galletitas, etc., siempre ayudado por la Dama de compaa)
M: Me siento emocionado, Seora, de estar tan cerca de vos.
LD (contando): Cuatro, cinco, seis, siete, diecisiete, veintitrs, treinta y
tres, Ah! Creo que me
salt una.

(Contina contando, mientras da con el pie y con el codo a Macbett,


primero discretamente, y luego
de manera progresivamente visible, hasta convertirse en excesiva y
groseramente indecente.
Macbett se aparta un poco, molesto y confuso al principio, cediendo
luego, dejndose
hacer con una mezcla de placer y timidez, ya cmplice.)
D (A Macbett): Para hablar de negocios, y hay que hacerlo, os hago barn
de Candor; vuestro
camarada, Banco, ser barn de Glamiss cuando Glamiss, a su vez, haya
sido ejecutado.
LD (continuando su jueguito): Ciento diecisiete ciento dieciocho, Qu
espectculo tan
emocionante!
M: Le estoy reconocido a Vuestra Alteza, Monseor.
LD: Trecientos, es vertiginoso. Nueve mil trecientos.
25
D (a M): Pero entendmonos bien.
M (apartndose ligeramente de Lady Macbett, que contina su juego con
Macbett, estrechndose ms
a l, ponindole la mano en la rodilla) : Soy todo odos, Monseor.

D: Yo me quedo con la mitad de las tierras de Candor, y har lo mismo


con las de Glamiss;
las anexar al dominio de la corona.
LD: Veinte mil
B (que sigue como guillotinador): Agradezco a Vuestra Alteza.
D (a Macbett): Tendris ambos algunas obligaciones, servicios, impuestos
que entregarnos.
(Sale corriendo por la derecha un oficial y se detiene en mitad del
escenario)
OFICIAL: Glamiss ha escapado!
D (a Macbett): Precisaremos todo eso ms tarde.
OFICIAL: Monseor, Glamiss ha escapado.
D (al oficial): Qu dices?
OFICIAL: Glamiss ha escapado! Una parte de su ejrcito consigui
reunrsele.
(Banco detiene su trabajo, se acerca. Los dems personajes se levantan
sobresaltados.)
B: Cmo ha podido evadirse? Estaba cercado. Estaba prisionero. Tiene
que haber tenido
cmplices.
D: Chis!

LD (que sigue contando sin dejar sin embargo de apretujarse contra


Macbett): Chis!
M: Chis!
D (a Banco): Sea culpa vuestra o de vuestros subordinados, igual no seris
barn de Glamiss ni
dueo de la mitad de sus tierras en tanto no me traigis a Glamiss, vivo o
muerto, amarrado
de pies y manos. (Volvindose al oficial:) A ti se te cortar la cabeza por
habernos trado
tan desastrosa noticia.
OFICIAL: No tengo nada que ver en eso
(Aparece un soldado que arrastra al oficial hacia el fondo del escenario,
donde est la
guillotina. El oficial grita. Se le corta la cabeza.
26
Sale Duncan, con msica. Lady Duncan le hace otra vez ojitos y con el pie
a Macbett.
Sale tambin la Dama de compaa.)
D: (a Lady D., que se retira reculando y tirndole besos a Macbett) No os
quedis atrs, Seora.
LD: Yo quera ver lo que sigue.

VOZ DE DUNCAN: (a Banco) Quiero a Glamiss maana aqu.


(Msica a la salida del rey)
B: Todo de nuevo. Caramba, qu catstrofe!
M: Caramba, qu catstrofe!
B: Caramba, qu catstrofe!
M : Caramba, qu catstrofe!
*
(Ruido de viento y tempestad.
El escenario est oscuro o en penumbra.
Slo se distinguir el rostro de Macbett y, solamente ms tarde, el de la
primera bruja
(B1), y despus el de la segunda (B2).)
M: Qu tempestad, Banco! Da miedo. Se dira que los rboles quieren
escapar de la tierra,
arrancando sus propias races. Mientras no nos caigan en la cabeza
B: El albergue ms prximo est a diez kilmetros. Y no tenemos caballos.
M: La mana de pasearnos a pie nos ha trado demasiado lejos.
B: Y henos aqu sorprendidos por la tormenta.
M: No estamos aqu para hablar del tiempo, sin embargo.

B: Voy a ver si no pasa algn carro entoldado por el camino, que nos
pueda llevar.
27
M: Os espero aqu. (Banco se va)
B1: Salud, Macbett, barn de Candor!
M: Me habis asustado. No saba que haba alguien aqu. (Para s:) No es
ms que una anciana.
Parece que fuera una bruja. (A la bruja) Cmo sabes que ya soy barn de
Candor? Es que
el rumor popular ha hecho coro con los estremecimientos del bosque? El
viento y la
tempestad se han hecho eco de esta noticia?
B2: (a Macbett) Salud, Macbett, barn de Glamiss!
M: Barn de Glamiss? Glamiss no ha muerto. Y es a Banco que Duncan
prometi su ttulo y
sus tierras. (Dndose cuenta de que es otra bruja la que le ha hablado:)
Bah! sta es otra
B1: Glamiss est muerto. Acaba de ahogarse, con su caballo, arrastrado
por la crecida.
M: Qu significa esta broma de mal gusto? Os har cortar la lengua a
ambas, brujas, mulas
viejas!

B1: Caballero Macbett, Duncan est muy desconforme con Banco, porque
dej escapar a
Glamiss.
M: Cmo lo sabis?
B2: l quiere aprovecharse de esta falla. Te dar el ttulo que haba
prometido a Banco, pero
dejar todas las tierras para el trono.
M: Duncan es leal. Mantiene lo que promete.
B1: Sers archiduque, soberano de este pas.
M: Mientes, yo no tengo ambicin. O ms bien tengo slo una: servir a mi
soberano.
B1: El soberano sers t. Ests predestinado. Veo la estrella en tu frente.
M: En primer lugar, eso no es posible. Duncan tiene un hijo, Macol, que
est estudiando en
Cartago. l es el heredero natural y legtimo del trono.
B2: Tiene incluso otro, que est terminando sus estudios superiores en
Ragusa, donde se ha
especializado en economa y en ciencias de la navegacin. Y que se llama
Donalban.
M: Jams he odo hablar de Donalban.
B1: Ni lo recuerdes, caballero Macbett, no vale la pena; en lo que sigue ya

no se volver a
saber de l. (A la B2:) No es navegacin lo que ha estudiado, sino ciencias
comerciales, y
dentro de ellas, naturalmente, comercio martimo.
28
M: (a las brujas:) Puras pamplinas. (Saca su espada ) Morid, brujas!
(Blande su espada en molinete,
da golpes en el vaco. Se oye rer a las brujas, con voces aterradoras,
naturalmente) Demonacas
criaturas! (Han desaparecido) Las he visto de verdad, las he odo acaso?
Se han convertido
en lluvia y tormenta. Se han convertido en races de rboles.
VOZ DE BRUJA 1 (pero esta vez es una voz armoniosa de mujer): No soy
el viento. No soy un
sueo, Macbett, hermoso caballero. Te volver a ver pronto. Conocers mi
poder y mi
encanto.
M: Vaya, vaya(Sigue dando un par de molinetes, se detiene) Qu voz
es sta, que me parece
reconocerla? Oh, voz! Tienes cuerpo? Tienes rostro? Dnde ests?
LA VOZ (melodiosa): Estoy muy cerca, estoy muy cerca. Y estoy lejos.
Hasta pronto, Macbett.

M: Me estremezco. Es el fro? Es la lluvia que me penetra? Es el


temor? Es el horror? O
es la nostalgia misteriosa que esta voz despierta en m? Estoy ya
embrujado? (Cambiando
de tono) Pero si no eran ms que un par de brujas espantosas. (Cambiando
de tono de nuevo)
Banco! Banco! Pero, dnde est, ste? Encontraste la carreta? Dnde
ests? Banco!
Banco!
(Sale por la derecha. La escena permanece vaca unos instantes. Sigue la
tempestad)
B1 (a B2) Ah viene Banco.
B2: Cuando Macbett y Banco no estn juntos, siempre andan uno en busca
del otro. O se
buscan mutuamente.
(La primera bruja, sin salir de escena, se esconde a la derecha del
escenario. La segunda
bruja se esconde igualmente a la izquierda.
Banco aparece por el fondo.)
B: Macbett! Macbett! (Hace como que busca a Macbett) Macbett!
Encontr el vehculo! (Para
s:) Estoy empapado. Felizmente no llueve tan fuerte.

(Se oye en lontananza una voz que llama)


LA VOZ: Banco!
B: Me pareci que me llamaban. Debi haber esperado aqu. Seguro que
perdi la paciencia.
LA VOZ: Banco! Banco!
B: Estoy aqu, Macbett! Dnde ests?
LA VOZ (Ms cercana, de la derecha): Banco! Banco!
29
B: Voy, pero dnde ests? (Corre hacia la derecha)
OTRA VOZ (transformada, desde la izquierda): Banco!
B: (precipitndose hacia la izquierda) Dnde ests? Dirgeme!
VOZ de B1: Banco!
B: Es Macbett quien me llama?
VOZ de B2: Banco!
B: No es la voz de Macbett.
(Las dos brujas, de brujas, salen al mismo tiempo de su escondite,
avanzando muy
cerca de Banco, a izquierda y derecha)
B: Qu significa esta farsa?

B1: Salud caballero Banco, compaero de Macbett!


B2: Salud, general Banco!
B: Quines sois? Horribles criaturas qu queris de m? Si no
parecierais ser algo as
como mujeres, estarais contemplando vuestras cabezas rodando a vuestros
pies, ante
vuestros ojos, por haberos burlado de m.
B1: No os enojis, general Banco.
B: Cmo sabis mi nombre?
B2: Salud, Banco, que no sers barn de Glamiss!
B: Cmo sabis que debera serlo? Cmo sabis que no lo ser? Es que
el rumor popular ha
hecho coro con los estremecimientos del bosque? El viento y la tormenta
se han hecho eco
de las palabras de Duncan? Y cmo es que estis seguras de conocer sus
intenciones, que
no ha comunicado a nadie? Adems, no puedo ser barn de Glamiss,
porque Glamiss an
vive.
B1: Glamiss acaba de ahogarse, con su caballo, arrastrados por la crecida.
B: Qu significa esta broma de mal gusto? Les voy a cortar la lengua a

ambas, mulas viejas;


seguro que sois brujas!
B2: Caballero Banco, Duncan est descontento contigo, por haber dejado
escapar a Glamiss.
30
B: Cmo lo sabis?
B1: Quiere aprovechar tu falta para enriquecerse ms. Le dar el ttulo de
barn de Glamiss a
Macbett, pero todas las tierras las dejar para el trono.
B: Con slo el ttulo me sentira honrado. Por qu habra de querer
Duncan privarme de l?
No. Duncan es leal. Mantiene lo que promete. Por qu le iba a dar el
ttulo a Macbett?
Por qu me castigara? Por qu iba a obtener Macbett todos los honores
y todos los
privilegios?
B2: Macbett es tu rival. Tu rival afortunado.
B: Es mi compaero. Es mi amigo. Es mi hermano. Es leal.
AMBAS BRUJAS (alejndose un poco y saltando): Dice que es leal!
Dice que es leal! (Ren)
B: (sacando la espada) Ya entiendo quines sois, monstruosas criaturas!

Viejas brujas
inmundas! Sois espas enviadas por los enemigos de Duncan, nuestro
querido y leal
soberano! (Trata de cortarlas en dos con la espada, pero ellas se le escapan
y desaparecen a la
carrera, la primera por la derecha, la segunda por la izquierda).
B1 (antes de desaparecer): Macbett es el que ser soberano! Tomar el
lugar de Duncan!
B2: Subir al trono. (Desparece. Banco, blandiendo la espada, intenta
atravesarlas, corriendo a
derecha e izquierda del escenario)
B: Dnde estis, malditas vagabundas? Criaturas demonacas! (Se instala
en medio del
escenario y envaina la espada) Las he visto y odo de verdad? Se han
convertido en lluvia y
tormenta. Se transformaron en las races de los rboles. O fue una
alucinacin? Macbett,
Macbett!
VOZ DE B2: Banco, escchame, escchame! (la voz de la bruja se hace
fresca y melodiosa)
Escchame bien: no sers soberano. Pero sers ms grande que Macbett.
Ms grande que

Macbett. Sers el origen de una dinasta de prncipes que reinar mil aos
en nuestro pas.
Sers ms grande que Macbett, padre, abuelo, tataratatarabuelo de reyes.
B: Vayavaya! (sigue asestando un par de molinetes al aire, y se
detiene.) Qu voz es sta, que
me parece reconocerla? Oh, voz! Tienes cuerpo? Tienes rostro? Dnde
ests?
LA VOZ (melodiosa): Estoy muy cerca, estoy muy cerca. Y estoy lejos.
Hasta pronto, Banco.
M: Me estremezco. Es el fro? Es la lluvia que me penetra? Es el
temor? Es el horror? O
es la nostalgia misteriosa que esta voz despierta en m? Estoy ya
embrujado? (Cambiando
de tono) Pero si no eran ms que un par de brujas espantosas. Espas,
intrigantes,
mentirosas.Padre de reyes yo? Cuando nuestro soberano bienamado
tiene hijos? Macol,
que estudia en Cartago, heredero natural y legtimo del trono? Y tambin
Donalban que
31
acaba de terminar su diploma de altos estudios comerciales en Ragusa?
Puras pamplinas.
No pensemos ms en ello

(Se oye a la izquierda la voz de Macbett)


VOZ DE M: Banco! Banco!
B: Es la voz de Macbett! Macbett, ah es Macbett!
VOZ DE M: Banco!
B: Macbett!
(Se precipita hacia la derecha, por donde se oye la voz de Macbett.
El escenario queda vaco por unos instantes.
La luz comienza a cambiar, invade el escenario. Puede verse como se
agranda, al fondo,
una especie de luna enorme, muy luminosa, rodeada de grandes estrellas.
Sera bueno que
pudiese verse tambin una Va Lctea, como un gran racimo de uvas.
El decorado se precisar y ampliar a medida que avanza la accin. Slo
poco a poco
podr verse, perfilada en el fondo, la torre de un castillo en mitad de la
cual podremos ver
una pequea ventana iluminada. Es importante que el decorado siga su
propia accin,
estando o no los personajes en el escenario.
Lo que sigue podr conservarse o suprimirse: Duncan pasa de derecha a
izquierda, sin

hablar. Aparece Lady Duncan en cuanto el archiduque desaparece por la


izquierda, y
atraviesa la escena en el mismo sentido. Desaparece. Macbett atraviesa la
escena en
sentido inverso, sin hablar. Un oficial atraviesa el escenario de derecha a
izquierda, sin
decir nada. Una mujer atraviesa lentamente la escena en sentido
contrario, sin hablar.
(Mi opinin es que debera conservarse por lo menos esto de la mujer)
Escenario vaco por un momento. Banco entra por el fondo.)
B: No ocurrir as. La bruja ha dicho la verdad. Cmo consigui la
noticia? Quin ha
podido informarla de ello en la corte? Y tan pronto? O ser que tiene
poderes
sobrenaturales? O, por lo menos, poco comunes? Habr encontrado un
mtodo para
captar las vibraciones de las ondas? Habr descubierto la va rpida de la
que hablan
ciertos mitos, que permite unir instantneamente al que habla con el que
escucha? Habr
inventado los espejos que reflejan imgenes y figuras lejanas como si
estuvieran aqu
mismo, como si nos hablaran a no ms de dos metros de distancia? Tiene

anteojos capaces
de dirigir la vista a centenares o miles de leguas para captar las imgenes y
trarnoslas
vivitas y coleando? Tiene instrumentos que amplifican el odo
confirindole una agudeza
32
insospechada? Un oficial del archiduque acaba de traerme la noticia de la
muerte de
Glamiss, y con ella la de mi desposeimiento. Intrig Macbett para obtener
l el ttulo, en
mi lugar? Ser este amigo leal, este compaero de luchas, nada ms que
un hipcrita?
Ser Duncan tan ingrato, al punto de despreciar los esfuerzos y riesgos
que enfrent, los
peligros que arrostr para defenderlo y salvarlo? Debo desconfiar de todo
el mundo, hasta
de mi hermano? Del ms fiel de mis canes, y hasta del vino que bebo?
Del aire que
respiro? No, no. Conozco demasiado a Macbett como para no estar seguro
de su lealtad y
de su virtud. Seguramente la decisin de Duncan viene de l mismo. Nadie
se la ha
inspirado. Esa decisin lo desenmascara. Pero seguramente Macbett no lo

sabe an.
Cuando lo sepa, rehusar. (Se dirige hacia la izquierda, luego regresa al
centro del escenario). Esta
monstruosas hijas del demonio han visto a travs de los espacios. Podrn
ver el povenir?
Me han predicho que ser el antepasado de toda una dinasta de reyes. Es
extrao e
increble. Quisiera que estas brujas me dijeran ms. Tal vez conocen el
futuro? Me
gustara verlas. No las veo. Sin embargo, aqu estaban.
(Sale por la derecha. Macbett entra por la izquierda; antes de su entrada,
se oye a Macbett
gritar:)
VOZ DE M: Banco! Banco! (Avanza. Llama una vez, dos veces:)
Banco!
M: Dnde se habr escondido, el animal? Me dijeron que andaba por
estos lados. Hubiera
querido hablarle. Un enviado del archiduque me ha llamado a la corte. El
soberano me ha
informado que Glamiss haba muerto y que yo heredaba los ttulos, aunque
no las tierras.
Se cumple as lo que me dijeron las brujas. Trat de decirle a Duncan que
yo no quera que

desheredara a Banco en mi favor. Trat de decirle que ramos demasiado


buenos amigos y
que Banco no haba hecho menos mritos, que sirvi bien a su soberano.
No quiso ni or
hablar. Si acepto este ttulo, corro el riego de perder la amistad de mi
querido compaero
Banco. Si rehso, disgusto al archiduque. Tengo derecho a
desobedecerle? No le
desobedezco cuando me enva a la guerra; no puedo desobedecerle cuando
me recompensa.
Sera humillarlo. Debo explicrselo a Banco en suma, barn de Glamiss
es slo un ttulo,
no implica riquezas, puesto que Duncan se reserva las tierras para la
corona. En realidad,
quiero ver a Banco, pero al mismo tiempo deseo esperar un poco. Mi
situacin es difcil.
Cmo pudieron saber las brujas? Se cumplirn tambin las dems cosas
que predijeron?
Me parece imposible. Me gustara mucho saber cul es la lgica de sus
predicciones.
Cmo explican las concatenaciones de causas y efectos que me llevaran
al trono?
Quisiera saber qu contestan a eso. Slo para burlarme de ellas.

(Sale por la derecha.


La escena queda vaca unos momentos.
Un cazador de mariposas, con su malla en la mano y vestido de claro y
con un sombrero
de paja, entra por la derecha. Tiene un bigotito negro y lleva
impertinentes. Corre tras una
o dos mariposas y sale por la derecha persiguiendo una tercera.
Banco entra por la derecha.)
33
B: Dnde estn las brujas? Me anunciaron la muerte de Glamiss, y
ocurri. Me anunciaron
que sera desposedo del ttulo de barn de Glamiss, que me corresponde
por derecho. Me
anunciaron que sera el origen de toda una dinasta de prncipes y reyes.
Cmo han podido
saberlo las brujas? Lo que predijeron acerca del porvenir de mi raza, se
cumplir tambin,
como lo dems? Me gustara mucho saber cul es lgica de sus
predicciones. Cmo
explican las concatenaciones de causas y efectos que llevaran a mis
descendientes al
trono? Quisiera saber qu contestan a eso. Slo para burlarme de ellas.

(Sale por la izquierda. Escenario vaco unos momentos.


Entra Macbett por la derecha. La Bruja 1, a quien no hemos visto entrar,
est escondida
cerca de los bastidores de la derecha.)
B1 (con voz ronca, dirigindose a Macbett:) Macbett, queras verme. (La
luz hace aparecer a la bruja.
Est vestida de bruja, anda con la espalda curvada, y habla con una voz
spera. Se apoya en un gran
bastn. Tiene los cabellos blancos, sucios, mal peinados.) Te saludo,
Macbett.
M (Se sobresalta, y pone instintivamente la mano en la empuadura de la
espada): Aqu estabas,
maldita.
B1: Respondo a tu llamado.
M: Jams he tenido miedo en el campo de batalla. No temo a ningn
campen de la caballera.
He estado rodeado por tremendas balaceras. He atravesado bosques en
llamas. Me he
arrojado a las olas desde el barco insignia que naufragaba, en medio de los
tiburones, y les
he cortado el pescuezo sin pestaear. Pero en cuanto diviso la sombra de
esta mujer o la

escucho dirigirme la palabra, se me erizan los cabellos. Se dira que


esparce un olor de
azufre, y si pongo la mano en mi espada es porque es ms que una espada:
es una cruz. (A la
bruja) Has adivinado que quera verte.
(Detrs de la Bruja 1 aparecer la Bruja 2 durante los parlamentos
siguientes. No
demasiado cerca de la primera, porque es necesario que haya una cierta
distancia entre el
sitio de aparicin de una y otra.
La Bruja 2 deber moverse lentamente de izquierda a derecha, hasta
llegar al centro
luminoso detrs de la Bruja 1.
La aparicin de la Bruja 1 debe haberse realizado de manera sbita,
enfocndola con el
proyector para sacarla de la oscuridad.
La otra, antes de dar los pocos pasos que la llevarn cerca de los dems
personajes,
deber aparecer: primero la cabeza, luego los hombros, el resto del
cuerpo y su bastn. Su
sombra, agrandada por efecto de la luz, se proyectar sobre el decorado
del fondo.)

34
B1 (A Macbett): Te he escuchado. Escucho los pensamientos tan bien
como los leo. S lo que
ests pensando, todo lo que acabas de pensar en voz baja. Tratabas de
creer que era para
burlarte que queras volverme a ver. Te confesaste que tenas miedo.
Valor, por mil
demonios, gran capitn! Qu deseas saber de mis labios?
M: Deberas saberlo mejor que yo, por lo que dices.
B1: Hay cosas que s. Pero no lo s todo. Incluso nuestro saber tiene
lmites. Pero leo lo
bastante en ti como para comprender que, a espaldas tuyas, la ambicin
acaba de nacer en
tu corazn pese a todas las explicaciones que te des, y que son falsas; son
slo mscaras.
M: No deseo ms que una cosa: servir a mi soberano.
B1: Con qu farsa pretendes engaarte!
M: Quieres hacerme creer que soy otro que el que soy; no lo logrars.
B1: Si no le fueras til, te querra muerto.
M: Es el dueo de mi vida.
B1: No eres ms que su instrumento. Ya viste como te hizo combatir

contra Candor y Glamiss.


M: Tena razn. Eran rebeldes.
B1: Se qued con todas las tierras de Glamiss, y con la mitad de las de
Candor.
M: Todo pertenece al soberano. El soberano y todo lo suyo nos pertenece
igualmente. l
administra en beneficio de todos.
B1: Pero la contabilidad la llevan sus sirvientes.
B2: Ji, ji, ji, ji!
M (Dndose cuenta de su presencia:) De dnde sale, sta?
B1 (a B2): l no sabe desbrozar el campo. No sabe servirse de una hoz.
M: Qu sabes t de eso?
B1: Manda a otros a combatir. Pero l mismo no sabe hacerlo.
B2: Tendr demasiado miedo.
B1: Sabe tomar la mujer de otro.
35
B2: Tambin forman parte del dominio pblico, es decir, del prncipe?
B1: l no sabe servir, pero sabe hacer que lo sirvan.
M: No he venido para escuchar vuestras mentiras y vuestras calumnias.

B1: Si no conocemos verdades, Para qu me has buscado?


M: Me lo pregunto. Es una equivocacin.
B1: Entonces, mrchate, Macbett.
B2: Si no te interesa
B1: Veo que titubeas. Veo que te quedas.
B2: Si te acomoda mejor
B1: Si es ms fcil para ti
B2: Podemos desaparecer.
M: Quedaos, hijas de Satn, quiero saber ms.
B1: S dueo de ti mismo. En este momento no lo eres.
B2: Duncan arroja a la basura los tiles ya usados. Lo has servido
suficiente.
B1: Desprecia a quienes le son fieles.
B2: Los toma por cobardes.
B1: O por imbciles.
B2: Respeta a los que lo resisten.
M: Tambin los combate. Venci a Glamiss y Candor, los rebeldes.
B1: Macbett los venci. No l.
B2: Glamiss y Candor haban sido sus fieles servidores y sus generales

antes que t.
B1: Detestaba su independencia.
B2: Recuper lo que les haba dado.
36
B1: Ese es un buen ejemplo de su generosidad.
B2: Glamiss y Candor eran orgullosos.
B1: Y nobles. Duncan no poda soportar eso.
B2: Y valerosos.
M: No ser otro Glamiss. Ni otro Candor. No hay otro Macbett para
derrotarlos.
B1: Comienzas a comprender.
B2: Ji, ji, ji, ji!
B1: Si no tienes cuidado, se tomar todo el tiempo que sea necesario. Y
despus, encontrar
un nuevo Macbett.
M: No he manchado mi honor. He obedecido a mi soberano. Esta ley nos
viene del cielo.
B2: Manchaste tu honor al combatir a tus pares.
B1: Pero su muerte te resultar til.
B2: Se hubiera servido de ellos contra ti.

B1: Ya no hay obstculos entre el trono y t.


B2: Deseas el trono, confisalo.
M: No.
B1: No te lo ocultes. Eres digno de reinar.
B2: Ests hecho para eso. Las estrellas lo dicen.
M: Es ms bien la pendiente resbalosa de la tentacin lo que hacis
espejear ante mis ojos.
Quines sois y qu persegus? Estaba a punto de sucumbir a vuestras
trampas. Soy dueo
de m otra vez. Atrs!
(Las dos brujas se apartan)
B1: Es para abrirte los ojos que estamos aqu.
B2: Nada ms que para ayudarte
B1: No queremos sino tu bien.
37
B2: Y que reine la justicia.
B1: Que reine la verdadera justicia.
M: Esto me parece cada vez ms raro.
B2: Ji, ji, ji, ji!

M: Es de veras mi bien lo que deseis? Tanto amis la justicia?


Vosotras, viejas horribles,
feas con la fealdad de todos los vicios, viejas cnicas, vosotras podrais
sacrificar vuestras
vidas por mi felicidad, no es cierto? Ja, ja, ja!
B2: Claro que s! ji, ji, ji! Claro que s!
B1 (con una voz que empieza a cambiar:) Porque te amamos, Macbett.
B2: Porque ella te ama. (La voz cambia) Tanto como al pas, tanto como la
justicia, tanto como
el bienestar de la poblacin.
B1 (con voz melodiosa:) Es para ayudar a los pobres. Es para establecer la
paz, en este pas que
ha sufrido tanto.
M: Me parece conocer esta voz
B1: Nos conoces, Macbett.
M (sacando la espada:) Por ltima vez, os ordeno que me digis quines
sois, u os corto el
cuello.
B2: No valdr la pena.
B1: Lo sabrs, Macbett.

B2: Envaina (Macbett lo hace). Y ahora, Macbett, mira bien: abre los ojos,
abre las orejas.
(B2 da vueltas en torno a B1 como en un acto de magia.
Da vueltas saltando dos o tres veces, despus los saltos se convertirn en
una danza
graciosa a medida que se develen las nuevas apariencias de las dos
brujas. Hacia el final,
la danza se har lenta.)
B2 (girando en torno a la B1:) Quis, quid, ubiquibus auxiliis, cur,
quomodo, quando, Felix qui
potuit regni cognoscere causas. Fiat lux hic et nunc et fiat voluntas tua. Ad
augusta per
38
angusta, ad augusta per angusta. (B2 toma el bastn de B1 y lo arroja
lejos.) Alter ego surge,
alter ego surge.
(B1, que estaba encorvada, se endereza. En esta escena, que es una escena
de
transformacin, B1 est en el centro del escenario, muy iluminada por un
proyector.
B2 pasa girando por zonas de luz cuando se encuentra delante de B1 y por
zonas sombras

cuando se encuentra detrs de ella.


Macbett, algo apartado, se encuentra en la sombra o la penumbra.
Vagamente puede
percibrsele sobresaltndose a medida que se desarrolla el embrujo. B2
utiliza su bastn
como si fuera una varita mgica. Cada vez que toca con el bastn a B1, se
produce una
parte de la transformacin de sta.
Toda esta escena de hechicera debe hacerse, por supuesto, con msica.
La ms apropiada
sera, al menos al principio, una msica espasmdica.)
B2 (mismo juego:) Ante, apud, ad, adversus(toca con el bastn a B1 y
sta deja caer su viejo manto.
Pero trae puesto otro debajo.) Circum, circa, citra, cis(toca nuevamente
a B1 que deja caer el otro
manto. Todava queda con un chal viejo cerrado alrededor del cuello,y que
le cae hasta los pies.)
Contra, erga, extra, infra(B2 se endereza a su vez) Inter, intra, juxta,
ob(pasando delante de B1, le
arranca los lentes, girando a su alrededor) Penes, pone, post et praeter (le
arranca el chal; bajo el chal
aparece un vestido muy bello con oro y pedrera deslumbrantes) Prope,
propter, per, secundum

(msica mas fluida y melodiosa: le arranca el falso mentn puntiagudo)


Supra, versus, ultra, trans
(B1 entona algunas notas y trinos.)
(Luz suficiente para que se vea el rostro y la boca de B1 cantando. Se
detiene.
B2, aprovechando que pasa brevemente tras B2, arroja su bastn)
B2: Video meliora, deteriora sequor.
M (Subyugado por el trance y el movimiento:) Video meliora, deteriora
sequor.
(B2 gira alrededor de B1)
B1 M (juntos) Video meliora, deteriora sequor.
B1 y B2: Video meliora, deteriora sequor.
LOS TRES: Video meliora, deteriora sequor. Video meliora, deteriora
sequor. Video meliora,
deteriora sequor.
(B2 retira el resto de la mscara de B1, es decir la nariz puntuda y el
sujetador de la cabellera.
Coloca, girando todava, un cetro en la mano de B1 y una corona en su
cabeza, que
aparece bajo los reflectores como en una aureola de luz. Al pasar por
detrs, B2 se saca

con un solo movimiento, su rada vestimenta y su mscara. A la vista del


pblico, en toda
39
su belleza, aparecen B1 convertida en Lady Duncan, y B2 como la Dama
de compaa,
igualmente bella.)
M: Oh, Majestad! (Cae de rodillas.)
(Si no fuera posible que B2 ahora la Dama de compaa colocara un
escabel detrs de
Lady Duncan (lo que sera preferible), sta retroceder lentamente hacia
la derecha,
donde se habr puesto el escabel, y subir a l, manifestndose en toda su
majestad.
La Dama de compaa llevar la cola a Lady Duncan, quien deber
permanecer todo el
tiempo envuelta en esa especie de halo luminoso.
Macbett se alzar y se echar de nuevo a los pies de Lady Duncan.)
M: Mirabile visu! Oh, Madame!
(La Dama de compaa arranca de un golpe las vestimentas de Lady
Duncan, que aparece
en un bikini deslumbrante, con una capa negra y roja en la espalda, en
una mano un cetro

y en la otra un pual que le tiende la Dama de compaa.)


Dc (sealando a Lady Duncan:) In naturabilis.
M: Quisiera ser vuestro esclavo.
LD (a Macbett, tendindole el pual:) No depende sino de ti que sea yo tu
esclava. Lo deseas?
He aqu el instrumento de tu ambicin y nuestro ascenso. (Con voz de
sirena:) Tmalo, si lo
deseas, si me deseas. Pero acta resueltamente. Aydate, que el infierno te
ayudar.
Contmplate y repara en cmo el deseo trepa en tu interior y cmo la
ambicin escondida
se revela y te inflama. Con este pual matars a Duncan. Tomars su lugar
junto a m. Yo
ser tu amante. T sers mi soberano. Una mancha de sangre indeleble
marcar esta hoja
para que recuerdes tu triunfo y te d valor para la realizacin de otras
empresas an ms
grandes que llevaremos a cabo juntos, compartiendo la gloria. (Lo pone de
pie)
M: Seora Seor.. o ms bien mi sirena
LD: Dudas an, Macbett?
Dc ( aLD:) Convencedlo. (A Macbett:) Decidos.

M: No s qu escrpulos podemos?
LD: S que eres valiente. Incluso los valientes pueden experimentar
debilidades y cobardas.
Sobre todo si se sienten culpables, si sufren esa enfermedad mortal.
Snate. Jams tuviste
miedo de matar cuando era otro quien te lo ordenaba. En este momento, el
miedo podra
aplastarte. Apyate en m. Yo puedo tranquilizarte, prometerte que nunca
sers vencido por
40
hombre alguno nacido de mujer, que tu ejrcito no ser jams vencido por
otro ejrcito, a
menos que el bosque se convierta en un ejrcito y marche contra ti.
Dc: Lo que es prcticamente imposible. (A Macbett:) Decos que
queremos salvar el pas.
Vosotros dos juntos construiris una sociedad mejor, un mundo nuevo y
feliz.
(Poco a poco, la oscuridad se aduea del escenario.
Macbett rueda a los pies de Lady Duncan. No se ve ya sino a Lady
Duncan en su desnudez
respandeciente. Se oye la voz de la Dama de compaa, que dice:)
Dc: Omnia vincit amor.

(Oscuridad total en la escena.)


*
(Una sala del palacio. Un oficial y Banco)
O: Su Alteza est fatigado. Su Alteza no puede recibiros.
B: Conoce Monseor el objeto de mi visita?
O: Se lo he explicado todo. Dice que es asunto zanjado. Le ha dado ya el
ttulo de barn de
Glamiss a Macbett. Y no se lo puede quitar. Es de una sola palabra.
B: En fin an as
O: As es.
B: Sabe que Glamiss ha muerto? Qu se ahog?
O: Yo se lo he informado. Ya estaba al corriente, por lo dems. Lady
Duncan lo supo por su
Dama de compaa.
B: Entonces, no hay motivo; debe darme la recompensa prometida. El
ttulo o las tierras. Si no
las dos cosas.
O: Qu queris que haga yo? No puedo hacer nada.
B (enardecido, gritando:) Pero no es posible! No puede hacerme eso! A
m!

(Entra Duncan por la derecha)


D (A Banco:) Por qu tanto escndalo?
B: Monseor
41
D: No me gusta que me molesten. Qu ms queris?
B: No me habis dicho que una vez capturado Glamiss, vivo o muerto,
me entregarais mi
recompensa?
D: Dnde est Glamiss, vivo o muerto? No lo veo.
B: Bien sabis que se ahog.
D: No tengo pruebas. Son rumores. Traedme el cuerpo.
B: El cuerpo, hinchado, surc la corriente. Del afluente pas al ro, y el ro
se lo entreg al
mar.
D: Id a buscarlo. Tomad un barco.
B: Lo devoraron los tiburones.
D: Llevad un cuchillo grande. Buscad en el vientre del tiburn.
B: No se lo comi uno solo.
D: Revisadle el vientre a varios.

B: Arriesgu mi vida para defenderos de los rebeldes.


D: No la habis perdido.
B: Masacr a todos vuestros enemigos.
D: Habis tenido ese placer.
B: Habra podido evitrmelo.
D: No lo habis hecho.
B: Pero, Monseor, mirad
D: No miro nada, no quiero mirar nada. Mientras no mire a Glamiss, el
corpus delictus.
B: La muerte de Glamiss es pblica y notoria. Le habis dado su ttulo a
Macbett.
D: Me estis pidiendo cuentas, acaso?
B: Es una injusticia.
42
D: Yo soy el juez. Ya encontraremos otros barones rebeldes que despojar.
Siempre habr algo
para vos en el futuro.
B: Monseor, ya no quiero creeros.
D: Cmo osis insultarme?
B: Ahora sals con eso!

D (Al oficial) Llevad al seor hasta la puerta.


O: (Haciendo como que se va a abalanzar sobre Banco:) Shu, shu!
D: No le empujis. Banco es uno de nuestros amigos. Est un poco
nervioso hoy. Se le pasar.
Tendr su oportunidad.
B (Saliendo:) Caramba! Caramba, se pas de la raya. Vaya!
D (Al oficial:) No s lo que me ha dado. Deb hacerlo barn. Pero tambin
quera la fortuna. Y
ella vuelve por ley a la corona. En fin, as es. Aunque si se pone peligroso,
habr que tener
cuidado. Mucho cuidado.
O (Poniendo la mano sobre la empuadura de la espada:) S, Monseor. A
vuestras rdenes,
Monseor.
D: No. No tan rpido. No ahora. Ms tarde. Si se pone peligroso
Querras t la mitad de
sus dominios y su ttulo?
O (con energa:) S, Monseor! A vuestras rdenes, Monseor!
D: T tambin eres un ambiciocillo, verdad? Te gustara tambin que yo
le quitara a Macbett
sus ttulos y riquezas, y que te diera aunque fuera una parte.

O (mismo juego:) S,Monseor! A vuestras rdenes, Monseor!


D: Macbett tambin se est poniendo peligroso, muy peligroso. Quiz
est pensando en
sentarse en este trono, en lugar mo? Hay que tener cuidado con toda esa
gente. Son
gangsters, os digo, todos unos gangsters. No piensan ms que en el poder,
el dinero, la
lujuria. De Macbett, no me extraara que codiciara incluso a mi mujer.
Sin contar a mis
cortesanas. (Al oficial:) Y a ti? Te gustara que te prestara a mi mujer?
O (enrgico, horrorizado:) Oh no, Monseor.
D: No te gusta?
O: Es muy bella, Monseor. Pero est el honor, y vuestro honor antes que
nada.
43
D: Eres valiente. Te agradezco. Te recompensar.
O: A vuestras rdenes, Monseor.
D: No me rodean ms que enemigos codiciosos y amigos peligrosos.
Nadie es desinteresado.
La prosperidad del reino y el bienestar de mi persona debera bastarles. No
tienen ideales.

No de verdad. (Al oficial:) Sabremos defendernos.


*
(Fanfarrias y msica. Tonadas antiguas.
Una sala en el palacio del archiduque. Algunos elementos, asientos y un
teln de fondo
diferente bastarn para construir el decorado durante el apagn, que no
debe durar ms
que medio minuto en el escenario.
Entrada, con msica, de Duncan por la derecha, agitado, seguido de Lady
Duncan, que
est algo molesta por seguirle.
Duncan se detiene bruscamente en mitad del escenario. Se vuelve hacia
Lady Duncan
D: No, Seora. No lo permitir.
LD: Tanto peor para vos.
D: Puesto que os digo que no lo permitir.
LD: Por qu? Pero por qu?
D: Permitidme que os lo diga francamente, con mi franqueza habitual.
LD: Francamente o no, da lo mismo.
D: Es algo que me concierne?

LD: De eso me hablis, no lo neguis.


D: Si se me antoja. Puede ser
LD: Y yo, entonces? Qu dir?
D: Lo que os pase por la cabeza.
LD: Yo no digo cosas que me pasan por la cabeza.
D: Y de dnde sacis las cosas, si no os pasan por la cabeza?
44
LD: Decais una cosa, decs otra, maana ser una tercera.
D: Aprecio lo que quiero apreciar.
LD: Yo tambin aprecio lo que quiero apreciar.
D: Toda la verdad no est en las opiniones contrarias.
LD: Siempre maana, siempre maana!
D: Tomoslas con vos misma.
LD: Dnde encontrarais un cafarnam como se?
D: Seora, Seora, Seora!
LD: Qu porfiado podis ser! Todos los hombres son unos egostas!
D: Volvamos al asunto en cuestin.
LD: Por ms que os enojis, y a m tambin me sulfura, lo ms urgente ya
est hecho. Si

fuerais ms objetivo pero no lo sois. Entonces, no hay salida. Y es por


culpa vuestra.
D: Seora, dejemos las grandes palabras. Y las pequeas tambin. El que
re ltimo re mejor.
LD: Ah, s, s, vuestras obsesiones, vuestras ideas fijas
D: Cortmosla.
LD: Seor, no querrais sin embargo?
D: Os arrepentiris.
LD: Todos los huevos son uno, en la misma tortilla.
D: Os daris muy bien cuenta de lo que cuesta.
LD: Me amenazis?
D: Desde la punta del dedo gordo hasta la misma garganta.
LD: Me amenaza, encima.
D: Conoceris lo incurable.
LD: Me sigue amenazando.
45
D: No puedo de ningn modo aceptar, y vais a ver que las flores estn
siempre en la misma
tienda. Escucharis lo que le dir al espaol y de qu manera se lo voy a
restregar por la

nariz. (Sale, seguido de Lady Duncan)


LD: Tomar la delantera, Duncan, y cuando os deis cuenta, ser demasiado
tarde.
(Duncan sale por la derecha, siempre agitado, y Lady Duncan, que le
sigue, ha dicho esta
ltima frase casi corriendo.
La escena anterior debe actuarse como si se tratase de una violenta
querella.
Entran Macbett y Banco por la derecha. Macbett tiene aire preocupado,
grave.)
M: No, os lo digo abiertamente. Pensaba que Lady Duncan era una mujer
frvola. Me
equivocaba. Es capaz de una pasin profunda. Es una mujer activa,
enrgica. De veras. Es
filsofa. Tiene una perspectiva muy amplia sobre el futuro de la
humanidad, sin caer en un
irrealismo utpico.
B: Es posible. Os creo. La gente se muestra con dificultad. Pero una vez
que abren el
corazn (indica a la cintura de Macbett) Llevis un hermoso pual all.
M: Ella me lo regal. En todo caso, estoy feliz de haber podido conversar
con vos, despus de

todo este tiempo en que hemos andado persiguindonos el uno al otro.


Como el perro detrs
de su cola, o el diablo detrs de su sombra.
B: Bien dicho.
M: Ella no es muy feliz en su matrimonio. Duncan es duro, la maltrata.
Eso la pone muy triste.
Es tan delicada. Adems, l es hurao, grun. Lady Duncan es muy nia,
le gusta jugar,
divertirse, hacer locuras No es que yo quiera inmiscuirme en lo que no
es de mi
incumbencia.
B: Por supuesto.
M: Lejos de m querer calumniar al rey o hablar mal de l.
B: Os capto.
M: El archiduque es muy bueno y muy leal y generoso. Sabis cuan
apegado soy a su
persona.
B: Y yo?
M: En pocas palabras, es un monarca perfecto.
B: Casi perfecto.

46
M: En la medida, evidentemente, en que la perfeccin es posible en este
mundo. Es una
perfeccin que no excluye ciertas imperfecciones.
B: Una perfeccin imperfecta es perfeccin de todos modos.
M: Personalmente no tengo nada que reprocharle. No tiene que ver
conmigo. No puede
tratarse sino de nuestro amado pas. Oh, es un buen soberano. Debera sin
embargo poner
atencin a consejeros desinteresados, como vos, por ejemplo.
B: O como vos.
M: Como vos y yo
B: Ciertamente.
M: Es un poco absoluto.
B: Muy absoluto.
M: Es un monarca absoluto. El absolutismo en nuestra poca no es el
mejor sistema de
gobierno. Es lo que piensa por otra parte Lady Duncan, que siendo una
rapazuela tiene la
cabeza muy bien puesta. Difcil conciliar estas dos cosas, pero en su
persona ella las

concilia.
B: Es raro.
M: Ella podra darle consejos, consejos interesantes en cuanto al modo
de hacer entender, a
nuestro soberano, ciertos ciertos principios de gobierno que ella nos
dara desinteresadamente. Nosotros tambin somos desinteresados.
B: Hay que vivir, ganarse el pan.
M: Eso, Duncan lo entiende muy bien.
B: Es muy comprensivo con vos, querido amigo. Os ha colmado.
M: No he pedido nada. Ha pagado, ha pagado bien, me ha pagado ms o
menos bien, no me ha
pagado demasiado mal los servicios que le hice, que deba hacerle, ya que
es nuestro seor.
B: Y a m no me pag absolutamente nada. Como sabis. Se qued con las
tierras y os entreg
el ttulo de barn de Glamiss.
M: S a lo que aluds. Me sorprende de Duncan. No me sorprende mucho,
me sorprende un
poco. A veces es distrado. En todo caso no fueron intrigas mas, os lo
aseguro.

B: Eso es verdad, lo admito. No fue culpa vuestra.


47
M: No fue mi culpa. Od: quizs se podra hacer algo por vos. Se podra
Lady Duncan y yo
podramos aconsejarle por ejemplo, que os tomara como consejero.
B: Lady Duncan est al corriente?
M: Ella piensa mucho en vos. Lamenta la desconsideracin del
archiduque. Ella quisiera
compensarla y recompensaros. Puedo deciros que ella ya ha alegado a
favor vuestro ante Su
Alteza. Yo se lo suger. Ella ya haba pensado hacerlo. Intervinimos entre
los dos.
B: Si vuestras tentativas de ayudarme fueron en vano, para qu intentarlo
de nuevo?
M: Utilizaramos otros argumentos. Con ms fundamento. Tal vez
comprenda. Si no
seguiremos intentndolo. Con argumentos ms potentes todava.
B: Duncan es porfiado.
M: Porfiado, porfiado. Porfiado (mira a derecha e izquierda) porfiado
como un burro. Pero
todas las porfas pueden ser vencidas, si uno se empea con suficiente
fuerza.

B: S, con fuerza.
M: Me dio tierras, est claro. Pero conserva derecho de caza en mis
dominios. Parece que es
para gastos del Estado.
B: As dice.
M: El Estado es l.
B: De mis dominios, que l no aument, se lleva diez mil aves al ao,
incluyendo los huevos.
M: Es inaceptable.
B: He combatido por l, vos lo sabis, a la cabeza de mi ejrcito personal.
Quiere ahora
integrarlo a su ejrcito. A mis propios hombres, que l podra lanzar
despus en contra ma.
M: Tambin en contra ma.
B: Cosa nunca vista.
M: Nunca, desde que mis antepasados
B: Y tambin los mos.
M: Con todos esos que pululan y farfullan a su alrededor.
B: Que engordan con el sudor de nuestra frente.
48

M: Con la gordura de nuestras aves.


B: De nuestros rebaos.
M: De nuestros cerdos.
B: El cerdo!
M: Con nuestro pan.
B: Con la sangre que hemos vertido por l
M: Los peligros en que nos coloca
B: Diez mil aves, diez mil caballos, diez mil jvenes Qu hace con
todo eso? No se lo
puede comer todo. El resto se pudre.
M: Y mil jovencitas.
B: Bien sabemos lo que hace con ellas.
M: Nos lo debe todo.
B: Y mucho ms.
M: Sin contar el resto.
B: Mi honor
M: Mi gloria
B: Mis derechos ancestrales
M: Mi bien

B: El derecho de acrecentar nuestras riquezas.


M: La autonoma.
B: nico dueo de mi espacio.
M: Hay que expulsarlo de ah.
B: Hay que expulsarlo de todas partes. Abajo Duncan!
M: Abajo Duncan!
49
B: Hay que derrocarlo.
M: Os lo iba a proponer Nos dividiremos el principado. Cada uno tendr
su parte, yo tomar
el trono. Yo ser vuestro soberano. Vos seris mi visir.
B: El primero despus de vos.
M: El tercero. Pues lo que vamos a hacer no es fcil. Necesitaremos ayuda.
Hay una tercera
persona en el complot: es Lady Duncan.
B: Vayavaya! De acuerdo! Felizmente.
M: Ella es indispensable.
(Lady Duncan entra por el fondo)
B: Seora qu sorpresa!

M (A Banco:) Es mi novia.
B: La futura Lady Macbett? Vaya! (a ambos) Mis felicitaciones. (Besa
la mano a Lady Duncan)
LD: Hasta la muerte!
(Los tres sacan sendos puales, levantan la mano, cruzan los puales.
Juntos:) Juramos
matar al tirano!
M Al usurpador.
B: Abajo el dictador!
LD: Al dspota.
M: No es ms que un descredo.
B: Un ogro.
LD: Un asno.
M: Un ganso
B: Un piojo.
LD: Juremos exterminarlo!
LOS TRES: Juramos exterminarlo!
50
(Fanfarrias. Los tres conjurados desaparecen rpidamente por la
izquierda.

El archiduque aparece por la derecha. En esta escena, por lo menos en su


primera parte,
Duncan est verdaderamente majestuoso.
Entra el oficial, por el fondo.)
O: Monseor, como primero del mes, hoy es el da en que los escrofulosos,
los flemosos, los
tsicos, los histricos vienen a vos para que los curis de sus males gracias
al don y la
gracia que os ha otorgado Dios.
(Por la derecha entra un monje)
Mj (saludando:) Salud, Monseor.
D: Salud, monje.
Mj: Que Dios sea con vos.
D: Que Dios sea contigo.
Mj: Dios os guarde.
(Bendice al archiduque, que se inclina.
El oficial, que lleva el manto de prpura, la corona y el cetro del
soberano, se dirige
hacia el monje.
El monje toma la corona de las manos del oficial, despus de haberla

bendecido. Va hacia
Duncan y coloca la corona sobre la cabeza de ste, que se arrodilla.)
En el nombre de Nuestro Seor todopoderoso, te confirmo en tus poderes
soberanos.
D: Que Nuestro Seor me haga digno de ellos.
(El oficial entrega el manto de prpura al monje, quien viste con l a
Duncan)
Mj: Que el Seor te cubra con su proteccin, y que nada te dae mientras
lleves sobre ti este
manto.
(Entra por la derecha un sirviente, trayendo el cliz para la comunin. Se
lo entrega al
sacerdote, que presenta la hostia a Duncan)
D: Domine non sum dignus.
Mj: Corpus Christi.
51
D: Amen.
(El monje devuelve el cliz al sirviente, que sale. El oficial vuelve a poner
el cetro en
manos del monje.)

Mj: Renuevo el don de curacin que el Seor nuestro Dios te transmite por
medio de m, su
indigno servidor. Que Nuestro Seor cure nuestras almas como cura las
enfermedades de
nuestros pobres cuerpos. Que nos cure de la celosa, del orgullo, de la
lujuria, de nuestros
deseos malsanos de poder y que nos abra los ojos para poder ver la
vanidad de los bienes
del mundo.
D: Escchanos, Seor.
O (arrodillndose:) Escchanos, Seor.
Mj: Seor, escchanos. Que el odio y la clera se disipen como el humo en
el viento, que el
orden humano revierta el orden natural en que medran el sufrimiento y el
espritu de
destruccin. Que el amor y la paz sean librados de sus cadenas y que sean
encadenadas las
fuerzas negativas, que la alegra resplandezca en la luz celestial, que la luz
nos inunde y nos
bae. As sea.
D y O: As sea.
Mj (a Duncan:) He aqu tu cetro, que bendigo, con el que tocars a los

enfermos.
(Duncan se levanta, seguido por el oficial, mientras que el monje, a su vez,
se arrodilla
delante de Duncan, que sube las gradas del trono y se instala sobre l. El
oficial se tiene
de pie a la izquierda de Duncan. Esta escena debe ser actuada creando
una atmsfera
seria y grave.)
D: Que se haga entrar a los enfermos.
(El monje se pone de pie, y se instala a la derecha de Duncan.
Llega el primer enfermo, por el fondo a la izquierda. Est curvado,
camina penosamente,
con un bastn en la mano. Cubre su cabeza con un capuchn y lleva una
capa. Se le ve el
rostro, una mscara estragada como la de un leproso. Duncan, al primer
enfermo (E1):)
Acrcate. Acrcate ms. No tengas miedo.
(El enfermo se acerca y se arrodilla sobre uno de los ltimos escalones del
trono. Est de
espaldas al pblico.)
E1: Gracia, Monseor. Vengo de lejos. Vivo en un a regin del otro lado
de los ocanos. Ms

all est el continente, ms all siete pases que atravesar antes de llegar a
otro ocano, ms
all estn las montaas. Habito al pie de la otra vertiente de esas montaas,
en el valle
52
sombro y hmedo. La humedad roe mis huesos, estoy lleno de chancros,
de tumores y de
pstulas que rezuman por todas partes. Todo mi cuerpo no es ms que una
llaga viva.
Hiedo. Mis hijos, mi mujer me expulsan de la casa. Salvadme, Seor.
Sanadme.
D: Te sanar. Creme. Espera. (Toca con el cetro la cabeza del enfermo.)
Por la Gracia de Nuestro
Seor, por el don y la fuerza de que estoy investido en este da, te absuelvo
del crimen que
has cometido y que ha manchado tu alma y tu cuerpo. Que tu alma sea tan
pura como el
agua lmpida, como el cielo del primer da de la creacin.
(E1 se endereza, se vuelve hacia el pblico, despliega toda su altura, deja
caer el bastn,
eleva las manos al cielo.
Su rostro es sonriente y fresco .Lanza un grito de alegra y sale corriendo
por la izquierda.

Entra el segundo enfermo (E2). ste entra por la derecha y se aproxima al


trono.)
D: Cul es tu enfermedad?
E2: Monseor, no puedo vivir y no puedo morir. No puedo estar sentado,
no puedo estar
acostado, ni parado, sin moverme o correr. Tengo quemaduras y
comezones desde la
cabeza hasta la planta de los pies. No puedo soportar la casa ni la calle. El
universo es para
m una prisin o una condena a trabajo forzado. Mirar el mundo me hace
mal. No puedo
soportar la luz, no puedo sufrir las tinieblas, tengo horror de los humanos y
me asusta la
soledad. Evito mirar los rboles y los corderos, los perros y la hierba, las
estrellas o las
piedras. No soy feliz en ningn momento. Quisiera poder llorar,
Monseor, y conocer la
alegra. (Mientras dice esto, se ha ido acercando y ha subido algunos
peldaos del trono)
D: Olvida que existes. Recuerda que eres.
(Pausa. Segn la expresin de los hombros del hombre a quien vemos de
espaldas, se
reconoce la imposibilidad de ste para seguir el consejo.)

Te lo ordeno. Obedece.
(E2, que estaba crispado, da, por la expresin de los hombros, la
impresin de que se
distiende y se calma. Lentamente se levanta, deja caer los brazos a los
costados, se vuelve
y el pblico puede ver distenderse el rostro crispado, e iluminarse.
Despus se le ve partir hacia la izquierda con paso ligero, casi bailando.)
O: El siguiente!
(Un tercer enfermo se aproxima al soberano, que lo sana del mismo modo.
Esto, cada vez ms rpido: se ve un cuarto, un quinto, un sexto un
dcimo, un undcimo
enfermo entrar por la derecha, salir por la izquierda, salir por el fondo a
la derecha, venir
53
por el fondo a la derecha, salir por la izquierda despus de haberse hecho
tocar por el
cetro de Duncan.
Cada llegada de cada enfermo est precedida por el anuncio: El que
sigue!, dicho por
el oficial.
Algunos enfermos pueden llegar en angarillas, o en silla de ruedas,

acompaados o no.
Lo que se acaba de indicar, hacia la segunda mitad de la serie de
movimientos, debe
hacerse muy ordenadamente, acompaado de una msica que se acelera
ms y ms.
Durante todo este tiempo, el monje se ha dejado caer de a poco, ms
sentado en el suelo
que de rodillas
Despus del undcimo enfermo el movimiento se hace ms lento, al tiempo
que la msica
se aleja.
Un penltimo y un ltimo enfermo hacen su entrada, uno por la izquierda,
el otro por la
derecha. Estos tambin llevan largas capas y capuchones que les ocultan
el rostro.
El oficial que ha repetido El que sigue! no ve al ltimo enfermo, que
llega por su
espalda.
Bruscamente, la msica se calla. En ese momento el monje se saca el
capuchn o la
mscara, y el pblico ve la cabeza de Banco, que saca un largo pual.)
D: (a Banco:) T?

(En el mismo momento, revelndose tambin, Lady Duncan apuala por la


espalda al
oficial, que cae.
A Lady Duncan, apualando:)
Vos, Seora?
(El penltimo mendigo o Macbett saca igualmente un pual.)
Asesinos!
B (a Duncan:) Asesino!
M (a Duncan:) Asesino!
LD (a Duncan:) Asesino!
54
(Duncan escapa de Banco, y se encuentra con Macbett, va a la salida de
la derecha, y all
est Lady Duncan cerrndole el paso, con los brazos abiertos, y un pual
en uno de ellos.
A Duncan:) Asesino!
D (a Lady Duncan:) Asesina! (Corre a la derecha, encuentra a Macbett)
M: Asesino!
D: Asesino! (Corre hacia la derecha, donde lo intercepta Banco)
B (a Duncan:) Asesino!

D (a Banco:) Asesino!
(Duncan retrocede hacia el trono; los otros tres lo rodean estrechando
lentamente el crculo)
D (a los tres:) Asesinos!
LOS TRES (a Duncan:) Asesino!
(Cuando Duncan llega cerca del primer escaln del trono, Lady Duncan
le arranca el
manto. Duncan sube retrocediendo los escalones, tratando de cubrirse el
cuerpo con los
brazos, porque se siente desnudo y desarmado sin el manto.
No sube ms que un par de escalones, porque los otros lo siguen; su cetro
cae por un lado
y la corona por otro; Macbett le da un tirn y lo hace caer)
D: Asesinos! (Rueda por tierra. Banco le da la primera pualada.)
B (gritando:) Asesino!
M (le da la segunda pualada, gritando:) Asesino!
LD (le da la tercera pualada, gritando:) Asesino!
(Los tres se enderezan, rodeando siempre a Duncan)
D: Asesinos! (Menos fuerte) Asesinos! (Dbilmente) Asesinos!
(Los tres personajes se van separando; Lady Duncan permanece ms

cerca del cuerpo; lo


contempla)
LD: De todos modos era mi marido. Muerto, se parece a mi padre. Yo no
quera a mi padre.
(Apagn)
55
(Una sala del palacio. Se oye a lo lejos a la multitud gritando Viva
Macbett! Viva la
novia! Viva Macbett! Viva la novia!.
Por el fondo entran dos sirvientes, uno por cada lado, y se juntan en el
centro del
escenario, junto a las candilejas. Los sirvientes pueden estar
representados por dos
hombres, un hombre y una mujer, o eventualmente por dos mujeres.)
LOS DOS SIRVIENTES (Mirndose:) Helos aqu!
(Van a esconderse al fondo, mientras por la izquierda aparece la viuda de
Duncan, que ser
Lady Macbett, seguida de Macbett. An no portan los atributos de los
soberanos.
Se escuchan ms fuerte los Hurra! Y los gritos de Viva Macbett y su
dama!, proferidos

por la multitud.
Van hasta la salida izquierda del escenario.)
M: Madame
LA VIUDA DE DUNCAN: Os agradezco que me hayis acompaado
hasta mis habitaciones.
Ahora reposar, despus de tantos trabajos y fatigas.
M: Reposad, Seora. Bien lo merecis. Vendr a buscaros maana a las
diez para la ceremonia
de la boda. La entronizacin tendr lugar a medioda. En la tarde, a las
cinco, ser el festn,
el verdadero matrimonio. Nuestro matrimonio.
LA VIUDA DE DUNCAN (dando a Macbett su mano a besar:) Hasta
maana, pues, Macbett.
(Sale. Macbett atraviesa el escenario para salir por la derecha: Se
escuchan algunos
hurra todava.
Los dos sirvientes (S1 y S2) que se haban escondido reaparecen en medio
del escenario,
junto a las candilejas.)
S1: Todo est preparado para la ceremonia y para el festn.
S2: Habr vinos de Italia y de Samos.

S1: No paran de traer decenas de botellas de cerveza.


S2 Y de gin.
S1: Y bueyes.
S2: Manadas de ciervos.
56
S1: Y de cabritos, que se asarn a palo.
S2: Fueron cazados en Francia, en los bosques de las Ardenas.
S1: Arriesgando sus vidas, pescadores pescaron tiburones, para servir las
aletas en la cena.
S2: Para las ensaladas y los fiambres se usar el aceite de una ballena que
se consigui
arrancar de las olas.
S1: Habr pastis de Marsella.
S2: Vodka de los Urales.
S1: Habr una tortilla gigante, de ciento treinta mil huevos.
S2: Se traern panqueques de la China.
S1: Y del frica se han trado melones de Espaa.
S2: Una fiesta como no se ha visto nunca.
S1: Y pastelera vienesa.

S2: El vino correr como arroyos por las calles.


S1: Mientras tanto se escucharn decenas de orquestas cngaras.
S2: Ser mejor que en Navidad.
S1: Mil veces mejor.
S2: Cada habitante tendr derecho a doscientos cuarenta y siete prietas.
S1: Y una tonelada de mostaza.
S2: Y salchichas de Francfort.
S1: Y chucrut.
S2: Y ms cerveza.
S1: Y ms vino.
S2: Y ms gin.
S1: Ya estoy borracho, nada ms que de pensar en todo eso.
57
S2: De puro pensar, ya siento que la barriga me estalla.
S1: Y que se me hincha el hgado. (Se echan los brazos al cuello y salen
tambalendose como
borrachos, gritando:) Viva Macbett y viva su dama!
(Banco entra en escena por la derecha)
Avanza hasta la mitad del escenario y se detiene, de frente al pblico.

Parece reflexionar
unos instantes.
Por el fondo, algo a la izquierda, aparece Macbett)
M: Ah, aqu est Banco. Qu viene a hacer aqu, solo? Escondmonos.
Escuchemos lo que
va a decir. (Hace un gesto como cerrando cortinas invisibles)
B: As pues Macbett ser rey. Barn de Candor, barn de Glamiss, y
despus soberano, desde
maana. Una a una las predicciones de las brujas se han realizado en el
orden anunciado.
No predijeron el asesinato de Duncan al que yo prest mi contribucin.
Pero cmo habra
llegado Macbett a ser el jefe de este Estado sin que muriese Duncan o sin
que hubiese
abdicado a favor de Macbett, lo que era imposible constitucionalmente?
Un trono se toma
por la fuerza. Lo que tampoco estaba dicho era que Lady Duncan se
convertira en Lady
Macbett. As Macbett lo tiene todo. Qu carrera extraordinaria: la riqueza,
la gloria, el
poder, la mujer!Est colmado. Apual a Duncan, le tena rencor. En
qu aporta eso a

mi provecho personal? Es verdad que Macbett me ha hecho promesas. Me


ha dicho que
ser su visir. Pero cumplir sus promesas? Lo dudo. No le haba
prometido fidelidad a
Duncan? Y sin embargo lo mata. Se dir que yo actu como l. No puedo
negarlo. No
puedo olvidar. Tengo remordimientos. Y no tengo ni el xito ni la gloria
de Macbett para
ahogarlos. No ser ni archiduque ni rey, declararon las brujas. Pero me han
predicho que yo
sera el origen de toda una dinasta de prncipes, de reyes, de presidentes
de la repblica, de
dictadores. Tengo este consuelo. Ellas lo profetizaron; s, ellas lo
profetizaron. Y han dado
pruebas de su clarividencia. Yo no tena ni deseo ni ambicin, salvo la de
servir a mi
soberano, antes, cuando no me haba encontrado con las brujas. Y ahora
ardo de envidia y
de celos. Ellas levantaron la tapa de la caja de las ambiciones. Y heme aqu
impulsado,
llevado por una fuerza sobre la que no tengo dominio, sediento, vido,
insaciable. Ser el
padre de decenas de soberanos. Eso s. Pero an no tengo hijas ni hijos. Y
no estoy casado.

Con quin me casar? La dama de compaa de Lady Macbett me


gustara bastante. Ir de
inmediato a pedirla en matrimonio. Es algo bruja, pero tanto mejor. Ser
capaz de prever
los desastres que nos amenazaran y que as podramos evitar. Y una vez
casado, una vez
padre, una vez visir, me las arreglara para impedir que Macbett reine
como le d a gana;
ser su eminencia gris. Y quin sabe si brujas podran reconsiderar su
prediccin? Quizs
hasta podra yo reinar soberanamente en vida! (sale por la derecha).
M (acercndose al borde del escenario:) Lo he odo todo, traidor. Es as
como quieres
recompensarme por la promesa que te hice de darte el rango de visir del
principado? Yo no
saba que mi mujer y su dama de compaa le haban predicho que sera
padre de una
multitud de reyes. Es raro que no me lo hayan dicho. Es inquietante que
me lo hayan
ocultado. De quin se habrn querido burlar? De Banco o de m? Con
qu fin? Banco,
58
padre de una dinasta de reyes! habr pues matado a Duncan para gloria

de su raza? Soy
presa de una maquinacin siniestra. Ah! No pasarn as las cosas!
Veremos si mi libertad
y mi iniciativa pueden o no desarmar las trampas del destino que el diablo
me prepara!
Destruyamos en la misma semilla la posteridad de Banco; es decir, en el
mismo Banco. (Se
dirige hacia la derecha; llama:) Banco! Banco!
VOZ DE B: Ya voy, Macbett, aqu estoy! (Aparece Banco)
B: Para qu me quieres, Macbett?
M: Cobarde es as como queras agradecerme los beneficios que tena la
intencin de
otorgarte? (Hunde el pual en el corazn de Banco.)
B (desplomndose:) Ah! Dios mo! Perdonadme!
M: Dnde estn ahora todos esos reyes? Se pudrirn contigo y dentro de
ti! He aniquilado su
porvenir. Se estn congelando ya en tu semilla. Maana ser coronado!
(Sale)
(Apagn)
*
(Se oyen gritos de Viva Macbett! Viva Lady Macbett! Viva nuestro

soberano
bienamado! Viva la desposada!
Por la izquierda entran Macbett y Lady Macbett. Lucen atavos de
soberanos. Llevan
corona y manto de prpura.
Macbett lleva su cetro en la mano. Se detiene en medio del escenario y,
mientras que se
escuchan los mismos gritos entusiastas de la multitud y que se oye el feliz
repicar del
carilln que suena muy hermoso, Macbett y lady Macbett, de espaldas al
pblico, saludan
a la multitud imaginaria, luego de haber entrado majestuosamente.
Saludan a la derecha,
saludan a la izquierda.
Se oye a la multitud: Hurra! Viva el archiduque! Viva la
archiduquesa!
Macbett y Lady Macbett se vuelven y saludan al pblico de la sala,
haciendo seas con las
manos y lanzando besos. Despus, Macbett y lady Macbett se enfrentan
uno al otro.)
M: Ya hablaremos de nuevo, Seora, de esta historia.
LM (perfectamente calmada:) Te explicar, querido.

M: He anulado el cumplimiento futuro de vuestra prediccin. La he


destruido en la semilla.
No sois la ms fuerte. Lo supe todo y lo evit todo.
59
LM: No quise esconderte nada, mi amor. Te lo explicar, ya te dije. Pero
no delante de toda
esta gente.
M: Ya hablaremos de nuevo.
(Macbett vuelve a tomar la mano de Lady Macbett y, sonriendo a la
multitud imaginaria,
salen por la derecha, mientras continan las aclamaciones.
La escena queda vaca por unos instantes. Luego entran Lady Macbett,
con el mismo traje,
junto a su Dama de compaa.)
Dc: Os veais muy bella de novia. Y la multitud que apaluda! Y vuestra
gracia! Y vuestra
majestad! Y l tambin se vea de muy buena facha! Completamente
rejuvenecido. Hacan
una muy buena pareja.
LM: Macbett est durmiendo ahora. Bebi despus de la iglesia. Bebi
demasiado. Y todava

falta el gran banquete de boda, esta noche. Aprovechemos mientras


duerme. Aprate.
Dc: S. (Saca la maleta de entre los bastidores de la derecha, y la trae a
escena)
LM: A los perros con esta corona sagrada y bendita! (Arroja la corona. Se
saca el collar con una
cruz que llevaba sobre el pecho.) Me ha quemado, esta cruz! Tengo una
quemadura en el
pecho. Pero la he cargado de maleficios! (Entretanto, la dama de
compaa abre la maleta y
saca los viejos ropajes de las brujas, y la viste). El combate de las dos
potencias, la de arriba y la
de abajo, se libra en la cruz. Cul ser la ms fuerte? Qu campo de
batalla tan reducido,
y sin embargo en l se condensa la guerra universal! Aydame!
Desabrocha mi vestido
blanco, smbolo de la burla a la virginidad. Scamelo rpido, que tambin
me quema. Y
escupo la hostia que se me qued atragantada! Era espina y brasa. Psame
esa calabaza
llena de vodka con embrujos y especies. Este alcohol de 90 es para m
como el agua ms
fresca. Dos veces estuve a punto de perder el conocimiento delante de las
imgenes que

tena que ver y tocar. Pero sal airosa. Bes una puaj! Qu desagradable!
(Mientras tanto, la
dama la desviste) Oigo un ruido, aprate.
Dc: Ya, querida, ya.
LM o B1: Vamos, vamos, vamos! Que encuentre mis vestimentas! (No
lleva encima ms que
una especie de camisa sucia) Y mi vestido viejo y piojoso. Y mi delantal
todo vomitado. Y
mis borcegues cagados, rpido! Qutame esta peluca! Que aparezca mi
cabellera gris y
sucia! Y devulveme el mentn! toma mis dientes! Rehaz mi nariz
puntuda como estaba,
y mi bastn con su punta de fierro envenenada.
(La dama de compaa toma el bastn de uno de los peregrinos que se
encontraba en el
escenario
A medida que LM o B1 da las rdenes, Dc o B2 hace lo que se le dice)
60
B1: Aprate! Ms rpido!
B2: Ya, ya, querida.
B1: Nos estn esperando en otro sitio. (B2 saca un viejo y largo chal de la

maleta, Se lo pone con un


solo movimiento, al mismo tiempo que una peluca gris sucia).
Las dos brujas aparecen encorvadas, riendo burlonamente:) Me siento
bien con mis ropas.
B2: Ji, ji, ji! (Cierra la maleta. Ambas se instalan a horcajadas sobre la
maleta.)
B1: No tenemos nada ms que hacer aqu.
B2: Salimos bien del asunto.
B1: Lo hemos arreglado todo. Lo hemos enredado todo.
B2: Ji, ji, ji, ji! Macbett no saldr de sta.
B1: El patrn va a estar contento.
B2: Le contaremos todo.
B1: Nos espera para confiarnos otra misin.
B2: Ahuequemos el ala! Maleta, vuela!
B1: Vuela, maleta! Vuela, maleta!
(B1 est adelante y hace como que gira el volante El motor ruge. B2
extiende los brazos
a los costados para simular alas.
Apagn. Se ve la maleta, en proyeccin, volando encima de la platea)
*

(La gran sala del palacio. Al fondo, el trono. Adelante, ligeramente a la


derecha, una mesa
con taburetes. Cuatro comensales (Co) estn ya instalados. Cuatro o cinco
grandes
muecas estn tambin instaladas, simulando otros comensales. En el
fondo se ven otras
mesas con otros comensales, detrs del trono a la izquierda y a la
derecha, en
transparencia.
Macbett entra por la derecha)
M: No os levantis, mis buenos amigos.
Co1: Viva el archiduque!
61
Co2: Viva nuestro soberano!
Co3: Viva Macbett!
Co4: Viva nuestro gua! Nuestro gran capitn! Nuestro Macbett!
M: Gracias amigos mos.
Co1: Gloria, honor y salud a nuestra soberana bienamada, Lady Macbett!
Co4: Su belleza y su gracia la hacen digna de vos. Deseamos que vivis y
prosperis y que el

pas est floreciente, gobernado por vuestro sabio poder en la gracia de


Lady Macbett.
M: Gracias en mi nombre y en el de ella. Debera estar aqu.
Co2: Aunque Su Alteza es siempre puntual.
M: La dej hace slo unos instantes. Iba a venir con su dama de compaa.
Co3: Habr tenido Su Alteza algn malestar?. Soy doctor.
M: Volvi a su habitacin para ponerse un poco de rojo de labios, algo de
polvo y otro collar.
Seguid bebiendo mientras la esperamos. (Aparece un sirviente) No hay
suficiente vino.
Trenos ms vino!
S: Voy a buscar, Monseor. (Va a buscar el vino)
M: A vuestra salud, amigos mos! Qu alegra estar con ustedes! Me
siento rodeado por el
calor de vuestro afecto. Si supierais hasta qu punto me es indispensable
vuestra amistad.
Tan indispensable como el agua para las plantas y el vino para los
hombres. Veros a mi
alrededor me serena, me conforta, me tranquiliza. Ah, si supierais pero
contengmonos.
Para otra vez, las confidencias. Quisiera uno hacer cosas, no las hace. Se
hacen otras, que

no se ha querido realizar. La historia es astuta. Todo se va de las manos.


No manejamos lo
que hemos desatado. Las cosas se vuelven contra uno. Todo lo que pasa es
lo contrario de
lo que uno habra querido que pasara. Reinar, reinar; son los
acontecimientos los que
reinan sobre el hombre, no el hombre sobre los acontecimientos. Yo era
feliz en la poca en
que serva fielmente a Duncan. No tena preocupaciones. (Vuelve el
sirviente; dirigindose a l:)
Vamos, rpido; nos morimos de sed! (Mirando un cuadro con el retrato de
un hombre tambin
podra ser un cuadro vaco:) Quin tuvo la idea de esta farsa siniestra?
S: No s, Monseor. No veo nada, Monseor.
M (al sirviente:) Desvergonzado! (lo agarra por el cuello, despus lo
suelta. Va a descolgar el retrato,
que puede ser invisible o un simple cuadro.)
Co1: Pero si es vuestro retrato, Monseor!
62
Co2: No es el de Duncan que han puesto en lugar del vuestro, es el vuestro
que lo han puesto
en el lugar del de Duncan.

M: Se le parece, sin embargo.


Co3: Veis mal, Monseor.
Co4 (a Co1:) El acceso al poder produce miopa?
Co1 (a Co4:) No es una condicin necesaria.
Co2: Pero sucede a menudo.
(El sirviente ha huido por la derecha apenas Macbett le solt el cuello.)
M: Me equivoco, quizs. (A los dems, que se haban levantado al mismo
tiempo que l).
Sentmonos, amigos mos. Un poco de vino me aclarar el espritu. Sea
que se parezca a
Duncan o a m, rompamos ese cuadro. Y despus sentmonos y bebamos. (
Se sienta y bebe)
Por qu me miris as? Sentmonos, os digo, y bebamos. (Se levanta y
golpea la mesa con el
puo) SENTAOS!! (Los comensales se sientan. Macbett se sienta
tambin.) Bebamos, seores!
Bebed! Duncan no era mejor soberano que yo.
Co3: Somos de la misma opinin, Monseor.
M: El pas necesitaba un soberano ms joven, ms enrgico y ms valiente.
No habis perdido
nada con el cambio.

Co4: Es lo que pensamos, Alteza.


M: Qu pensabais de Duncan en tiempos de Duncan? Le decais lo que
pensabais de l?
Decais que era el ms valiente? El ms enrgico de los capitanes? O le
decais que
deberais vosotros tomar su lugar y que el trono me convendra a m mejor
que a l?
Co1: Monseor
M: Yo mismo pensaba que l era el ms digno. Pensis lo mismo?
Pensis distinto?
Responded!
Co2: Monseor
M: Monseor, Monseor, Monseor Y qu? Es lo que viene ahora lo
que quiero saber. Os
habis quedado mudos. Que el que se atreva a pensar que no soy el mejor
de los soberanos,
pasados, presentes y por venir, se levante y me lo diga. No os atrevis?
(Pausa) No os
atrevis. El ms justo, el ms grande? Sois unos pobres tipos. Vamos,
emborrachaos.
(Se apaga el fondo del escenario. Ya no se ven las mesas del fondo que se
vean en transparencia o

por medio de espejos.


63
Aparece sbitamente Banco. Est en el marco de la puerta de la derecha
cuando comienza
a hablar. Desde all ir avanzando)
B: Yo s me atrevo, Macbett!
M: Banco!
B: Yo me atrevo a decirte que eres un traidor, un bellaco, un matn.
M (reculando ante Banco que avanza:) Entonces no ests muerto! (Los
cuatro comensales se han
levantado. Macbett sigue reculando) Banco! (desenvaina a medias su
pual) Banco!
Co1 (a Macbett:) No es Banco, Monseor!
M: Es l, os lo juro.
Co2: No es l en carne y hueso, es slo su espectro.
M: Su espectro? (Re) En efecto, no es ms que su espectro. Mi mano
pasa a travs suyo, y
veo detrs de su espalda. As que ests bien muerto. No me asustas.
Lstima que no te
pueda matar por segunda vez. Tu lugar no est aqu.

Co3: Viene de los Infiernos.


M: Vienes de los Infiernos. Debes volver all. Ests en orden? Mustrame
el permiso que te
dio el ayudante de Satans. Ests libre hasta la medianoche? Toma el
puesto de honor en
esta mesa. Desgraciado! No puedes ni beber ni comer. Sintate aqu, entre
mis valientes
(Los comensales se apartan, espantados) Qu temis de parte suya?
Rodeadle, ms bien.
Dadle la ilusin de que existe. Estar ms desesperado an cuando retorne
a su morada
oscura, demasiado ardiente y demasiado hmeda.
B: Canalla! Ay de m! No puedo hacer ya ms que maldecirte.
M: No conseguirs darme remordimientos. Si no te hubiera matado, me
habras matado t, as
como lo hiciste con Duncan. No fuiste t el primero en hundirle el pual
en el corazn?
Yo quera hacerte gran visir, t queras tomar mi lugar.
B: Como t tomaste el lugar de Duncan, que te haba hecho dos veces
barn.
M (a los comensales:) No temblis, vosotros. Qu es lo que os pasa?
Decir que eleg mis

generales entre puros gallinas!


B: Yo tuve confianza en ti. Te segu, y despus t y tus brujas me
embaucaron.
64
M: Queras sustituir mi posteridad con la tuya. Avanzaste mucho. Todos
tus hijos, nietos y
biznietos murieron en tu esperma antes de nacer. Y por qu me tratas de
canalla? Slo me
adelant. Fui el ms rpido.
B: Tendrs sorpresas, Macbett. No lo dudes. Pagars.
M: l me hace rer. Digo l, en realidad no son ms que algunos restos,
algunos desechos de su
antigua persona residuos, un autmata
(Banco desaparece. Justo en ese momento aparece, cerca del trono e
instalndose en l, Duncan)
Co4: El archiduque! Mirad, mirad, el archiduque!
Co2: El archiduque.
M: No hay aqu otro archiduque que yo! Os dirigs a m, pero miris a
otra parte.
Co3: El archiduque. (Muestra con el dedo)
M (dndose vuelta:) Se han dado cita todos aqu?

(Los comensales se acercan cautelosamente a Duncan, detenindose a


cierta distancia. El primero y
el segundo comensales se arrodillan a la derecha y a la izquierda del trono.
Los otros dos, ms lejos,
enmarcan, siempre a alguna distancia, a Macbett.
Los ltimos tres estn de espaldas a la sala, los dos primeros de perfil.
Duncan, en su
trono, de frente al pblico.)
Co1 y Co3 (al archiduque:) Monseor
M: No habis credo en la realidad de Banco. Parecis creer que Duncan
existe y que est en
ese trono. Es porque era vuestro soberano y habais tomado la costumbre
de doblegaros
ante l y de temerle? Ahora soy yo el que les dice: no es ms que un
espectro. (A Duncan:) Y
as es. Yo me hice cargo de tu trono. Y de tu mujer. Yo te haba servido
bien, y sin embargo
no te fiabas de m. (A los comensales:) Volved a vuestros lugares.(Saca su
pual:) Retornad de
prisa a vuestros lugares, no tenis aqu otro rey ms que yo. Es ante m que
debis
doblegaros ahora. (Los comensales retroceden, asustados). Y llamadme
Monseor. Decid

LOS CUATRO COMENSALES (doblando los espinazos:) Monseor, os


obedecemos. Nuestra
felicidad consiste en someternos.
Co4: Nuestra mayor felicidad es obedeceros.
M: Veo que habis comprendido. (A Duncan:) No regreses, hasta que seas
perdonado por los
miles de guerreros que he matado en tu nombre, y antes que sean ellos
mismos perdonados
por los miles de mujeres que han violado, por los miles de nios y de
valientes trabajadores
que han matado.
65
D: He matado y he hecho matar decenas de miles de hombres y de
mujeres, militares y civiles.
He hecho incendiar innumerables cabaas. Es verdad. Es la pura verdad.
Pero hay una
mentira entre las verdades que has dicho: no has tomado a mi mujer. (Risa
sardnica)
M: Ests loco? (A los cuatro comensales:) Su propia muerte lo ha vuelto
loco. No es as,
seores?
LOS COMENSALES (uno tras otro:) S, Monseor.

M (a Duncan:) Vete, desaparece, fantasma idiota!


(Duncan desaparece detrs del trono. Acababa de levantarse, preparando
su salida)
UNA SIRVIENTA: Monseor, Monseor! Su Alteza ha desaparecido!
M: Qu Alteza?
LA SIRVIENTA: Vuestra augusta esposa, Monseor, Lady Macbett.
M: Qu dices?
LA SIRVIENTA: Entr en su habitacin. La pieza estaba vaca, su
equipaje no estaba all, y
su dama de compaa tampoco.
M: Ve a buscarla y tremela. Tena una jaqueca. Debe estar paseando por
el parque para tomar
un poco de aire antes de reunrsenos en el festn.
LA SIRVIENTA: La hemos buscado, la hemos llamado. Slo el eco nos
ha respondido.
M (a los cuatro comensales:) Registrad el bosque! Registrad la campia!
Tradmela! (A la
sirvienta:) Y t, ve a buscarla, en los graneros de palacio, en las
mazmorras, en la bodega.
Tal vez la han encerrado all? Ve pronto, no te detengas. (La sirvienta
sale) Y vosotros?

No os detengis tampoco; tomad vuestros perros policiales, entrad en cada


cabaa, ordenad
que se cierren las fronteras. Que todos los patrulleros de nuestra marina
exploren los
mares, que traspasen las aguas territoriales. Que los faros poderosos
rastrillen las olas con
su luz. Que se tome contacto con los pases vecinos para que la expulsen
de all si es que
estuviera, y que nos la traigan. Si un pas invoca el derecho de asilo o si
nos responden que
no han firmado un tratado de extradicin con nosotros, declaradle la
guerra. Enviadme
estafetas cada cuarto de hora para tenerme al corriente del resultado de
vuestras
investigaciones. Detened a todas las ancianas que tengan aspecto de brujas,
buscad en todas
las cavernas.
(Entra por el fondo la sirvienta.
Los cuatro comensales que se estaban poniendo los cinturones con las
espadas que
haban dejado colgadas en los muros, equivocndose algunas veces de
espada y de
cinturn, se detienen bruscamente y se vuelven hacia la sirvienta.)

66
S: Aqu est Lady Macbett. (Aparece Lady Duncan). Vena del subsuelo,
subiendo las escaleras.
(Sale)
(Aparece Lady Macbett. Lady Macbett, o ms bien Lady Duncan, est un
poco diferente
de la que se haba visto hace un momento. Es decir, no lleva corona, y su
traje est algo
arrugado.)
Co1 y Co2 (juntos:) Lady Macbett!
Co3 y Co4 (juntos:) Lady Macbett!
Co4: Lady Macbett!
M: Madame, habis tardado bastante. He puesto el pas patas arriba
buscndoos. Dnde
estabais todo este tiempo? Me daris las explicaciones ms tarde. (A los
cuatro comensales)
Volved a vuestros asientos, seores. La cena de bodas puede comenzar.
Comamos y
bebamos. Vos aqu, querida ma. En el lugar principal. Festejemos y
regocijmonos junto a
nuestros queridos amigos que os aman como yo y que os han esperado.

(De nuevo aparecen en el fondo, por transparencia o efecto de espejos, las


mesas y los comensales
que se vean antes)
Co1 y Co2: Viva Lady Macbett!
Co3 y Co4: Viva Lady Macbett!
M (a Lady Macbett:) Tomad el sitio de honor.
Co4: Viva Lady Macbett, nuestra soberana bienamada!
LM o LD: Bienamada o no, soy vuestra soberana. Pero no soy Lady
Macbett. Soy Lady
Duncan, la viuda desgraciada pero fiel de nuestro soberano legtimo, el
archiduque Duncan.
M: (a Lady Macbett:) Estais loca?
(Lo que sigue, cantado como en pera)
Co1: Est loca.
Co2: Est ella loca?
Co3: Ha perdido la cabeza.
Co4: Ya no sabe lo que hace
(fin del pasaje cantado.)
67
Co1: Hemos asistido a su matrimonio.

M (a Lady Duncan:) Sois mi esposa. Lo habis olvidado? Todos ellos han


asistido a nuestro matrimonio.
LD: No ha sido mi matrimonio al que habis asistido. Habis asistido al
matrimonio de
Macbett con la hechicera que suplant las facciones de mi rostro, las
formas de mi cuerpo y
el sonido de mi voz. Ella me ech a las prisiones de este palacio y me
encaden. Hoy las
cadenas se soltaron y los candados se abrieron por arte de magia. No tengo
nada que ver
contigo, Macbett. No soy tu cmplice, asesino de tu seor y de tus
amigos, usurpador e
impostor!
M: Pero, cmo es que estis al tanto de lo ocurrido?
Co1 (cantado, como antes:) En efecto, cmo es que lo sabe?
Co2 (dem:) No poda saberlo, puesto que estaba encerrada.
Co3: No poda saberlo.
LOS CUATRO COMENSALES: (d) No poda saberlo.
LD (hablado): Me enter de todo por el telgrafo de los prisioneros. Mis
vecinos de celda
daban golpes contra el muro. Los golpes estaban codificados. Lo supe
todo. Ve pues a

buscarla a ella, a tu bella novia, la vieja bruja!


M (cantando). Ay, ay, ay! Esta vez no es un espectro lo que se me
aparece. No es un espectro lo se me
aparece esta vez. (Fin de la parte cantada.) S, la vieja bruja. Me gustara
volverla a encontrar.
Tom las facciones de tu rostro y las lneas de tu cuerpo al que hizo an
ms bello. Se hizo
una voz ms hermosa que la vuestra. Y todo eso para m.Dnde la
encontrar? Debe haber
desaparecido en la bruma o en el aire. No tenemos mquinas voladoras
para encontrarla, ni
aparatos que detecten los cuerpos desconocidos a distancia.
LOS CUATRO COMENSALES (juntos cantando:) Viva Macbett, abajo
Macbett! Viva
Macbett, abajo Macbett! Viva Lady Duncan, abajo Lady Duncan! Viva
Lady Duncan,
abajo Lady Duncan!
LD (a Macbett:) Ya no te puede ayudar, tu bruja. Te ha abandonado a tu
desgracia.
M: Desgracia? Es una desgracia ser soberano de este pas? No necesito a
nadie para que me
ayude en mi reinado. (A los comensales) Salid, esclavos! (Salen)

LD: No escapars de sta. No reinars. Macol, el hijo de Duncan, acaba de


desembarcar de
Cartago. Ha levantado un ejrcito grande y poderoso. El pas est contra ti.
Ya no tienes
amigos, Macbett.
68
(Se oye gritar Abajo Macbett! Viva Macol!Abajo Macbett! Viva
Macol! Desparicin
de Lady Duncan)
M (la espada al aire en direccin a la multitud que grita a la derecha:)
No necesito a nadie! (A la
derecha:) No le tengo miedo a nadie! (Hacia la sala:) No le tengo miedo
a nadie! A nadie!
(Fanfarrias. Macol (Ma) entra por el fondo)
Ma (a Macbett, que se vuelve:) Al fin te encuentro! ltimo de los
hombres, despreciable,
innoble, abyecta criatura! Monstruoso bribn! Fango de la humanidad!
Srdido asesino!
Idiota moral! Serpiente babosa! Acrocordus! Vbora cornuda!
Inmundo sapo gigante!
Excremento de sarnoso!
M: No me impresionas, jovenzuelo tonto, cretino que se las da de

vengador! Dbil
psicosomtico! Idiota ridculo! Nulidad heroica! Ladilla incongruente!
Zopenco,
chambn!
Ma: Te matar, basura! Y despus arrojar la espada impura!
M: Pobre pelotudo! Sigue tu camino. Mat al cretino de tu padre, y
quisiera evitarte la
muerte. No puedes nada contra m. Est predicho que ningn hombre
nacido de mujer
podr matarme.
Ma: Te han engaado, Macbett! Te han hecho leso! (Cantado o hablado,
pero wagneriano) Yo no
soy el hijo de Duncan, no soy ms que su hijo adoptivo. Soy el hijo de
Banco y de una
gacela, que una hechicera haba metamorfoseado en mujer. Banco
ignoraba que la haba
fecundado. Volvi a convertirse en gacela antes de echarme al mundo.
Lady Duncan haba
abandonado secretamente la corte antes de mi nacimiento, para que no se
supiera que no
estaba encinta. Volvi a la corte trayndome a m. Se me ha consider hijo
suyo y de

Duncan, que quera un heredero. (Hablado:) Retomar el nombre de Banco


y fundar una
dinasta nueva que reinar por siglos. La dinasta Banco. Yo ser Banco II.
Y estos son los
primeros descendientes que me sucedern: Banco III (se ve aparecer las
cabezas de la dinasta
de los Pies Niquelados, sucesivamente, empezando por Enmallador),
Banco IV (cabeza de
Remendn), Banco V (cabeza de Papirote), Banco VI (cabeza del autor de
esta obra, riendo a
mandbula batiente) y habr decenas ms.
M: Jams, desde Edipo, el destino se haba burlado hasta tal punto de un
hombre. Oh mundo
insensato, donde los mejores son peores que los malos!
Ma: Tomo venganza por mi padre adoptivo y por mi padre natural a la vez,
no puedo renegar
de mi padre. (Sacando su espada, a Macbett:) Arreglemos rpido nuestras
cuentas. Tu aliento
no debe apestar ni un segundo ms el universo.
M: Vas a morir, imbcil, ya que lo deseas. Cuando el bosque se convierta
en regimiento y
venga en mi contra, slo entonces podr ser vencido.

69
(Hombres y mujeres se dirigen hacia el centro del escenario donde estn
Macbett y Macol. Llevan sea
una pancarta con un rbol dibujado, o simplemente ramas. Estas dos
soluciones no deben ponerse en
prctica sino all donde no existan las disponibilidades tcnicas adecuadas:
en realidad, todo el decorado debera cercar lentamente a Macbett.)
Ma: Vulvete y vers el bosque en marcha!
(Macbett se vuelve)
M: Mierda!
(Macol mata a Macbett dndole con la espada en la espalda. Macbett se
desploma.)
Ma: Que se lleven esta carroa!
(gritos de la multitud invisible: Viva Macol! Viva Macol! El tirano ha
muerto! Viva
Macol, nuestro soberano bienamado! Viva Macol!)
M: Que me traigan un trono!
(Dos comensales toman el cuerpo de Macbett, al mismo tiempo que se trae
el trono.)
UN COMENSAL: Instalaos, Monseor.
(Llegan los otros comensales. Unos instalan paneles en los que se lee

Macol is always
right)
LOS COMENSALES: Viva Macol! Viva la dinasta de Banco! Viva
Monseor!
(Se oyen sonar las campanas. Macol est cerca del trono. Por la derecha
llegan un obispo y
un monje)
Ma (al obispo:) Es para el sacramento?
Ob: S, Alteza!
(Una mujer del pueblo entra por la izquierda)
MUJER:Que vuestro reinado sea feliz!
OTRA MUJER (entrando por la derecha:) Que seis bueno con los
pobres!
UN HOMBRE (entrando por la derecha:) Que no haya ms injusticia!
OTRO HOMBRE: El odio ha destruido nuestras viviendas El odio ha
emponzoado nuestras
almas!
70
OTRO HOMBRE: Que vuestro reinado sea el de la paz, la armona y la
concordia.

PRIMERA MUJER: Que vuestro reinado sea santificado.


OTRA MUJER: Que vuestro reino sea el reino de la alegra.
UNO DE LOS HOMBRES: Ser el reino del amor.
OTRO HOMBRE: Abracmonos, hermanos mos!
EL OBISPO: Abrazaos y yo os bendecir.
Ma (de pie, justo delante del trono:) Silencio!
MUJER 1: Nos va a hablar!
HOMBRE 1: Monseor nos va a hablar.
MUJER 2: Escuchemos lo que va a decir.
HOMBRE 2: Os escuchamos, Monseor, y beberemos vuestras palabras.
OTRO HOMBRE: Que el Seor os guarde.
Ob: Que el Seor os guarde!
Ma: Silencio, os digo, y no hablis todos a la vez!. Debo hacer una
declaracin.Que nadie se
mueva! Que nadie respire. Y metos esto bien en la cabeza: Nuestra patria
sucumba bajo el
yugo. Cada da que pasaba agregaba una llaga ms a esta herida. S, he
aplastado y puesto
en la punta de mi espada la cabeza del tirano. (Aparece un hombre, que
muestra la cabeza de

Macbett en la punta de una pica)


HOMBRE 3: Bien lo ha merecido.
MUJER 2: Lo mereca bien.
HOMBRE 4: Que el cielo no lo perdone.
MUJER 1: Que sea condenado ad aeternam!
HOMBRE 1: Que se queme en el Infierno!
HOMBRE 2: Que lo torturen!
HOMBRE 3: Que no le dejen un segundo de respiro.
HOMBRE 4: Que se convierta en llamas y que el Seor rehuse su
conversin.
71
MUJER 1: Que le arranquen la lengua, que le vuelva a salir y que se la
arranquen veinte veces
por da.
HOMBRE 2: Que sea empalado! Que sea empalado!. Y que sea testigo
de nuestra alegra.
Y que nuestras carcajadas le perforen los odos!
MUJER 2: Aqu tengo mis palillos de tejer, para que le revienten los ojos
con ellos!
(Carteles)

Ma: Si no os callis al instante, arrojar sobre vosotros a mis soldados y a


mis perros.
(Guillotinas numerosas al fondo, como en el primer cuadro)
Ahora que el tirano ha muerto y que est maldiciendo a su madre por
haberle dado a luz,
os dir esto: Mi pobre patria ver reinar ms vicios que antes. Sufrir ms
y de maneras
ms diversas que nunca, bajo mi administracin. (A medida que Macol
dice su declaracin, se
escuchan murmullos de reprobacin, de desesperacin, de estupor. Al final
de esta tirada, no quedar
nadie cerca de Macol.) Siento que todos los vicios estn tan bien afincados
en m que, cuando
broten, la negrura de Macbett parecer pura como la nieve y nuestro pas
lo considerar un
cordero, al comparar sus actos con mis innumerables fechoras. Macbett
era sanguinario,
lujurioso, avaro, falso, trapacero, atropellador, malicioso, imbuido de todos
los vicios que
tienen nombre. Pero mi libertinaje no tendr fondo. Vuestras mujeres,
vuestras hijas,
vuestras matronas, vuestras vrgenes, no sern capaces de colmar la
cisterna de mi deseos, y

mis pasiones franquearn todos los diques que se opongan a mi voluntad.


Ms vale Macbett
que un soberano como yo. Adems de eso, hay en mi naturaleza,
compuesta de los peores
instintos, una avaricia tan insaciable, que, durante mi reinado, le cortar la
cabeza a todos
los nobles para quedarme con sus tierras. A uno le quitar las joyas, a otro
su mansin, y
cada nueva posesin no ser para m ms que la salsa que me aumentar el
apetito. Armar
querellas injustas con los mejores y ms leales, y los destruir para
quedarme con sus
bienes. No tengo ninguna de las virtudes que convienen a los soberanos, la
justicia, la
sinceridad, la temperancia, la estabilidad, la generosidad, la perseverancia,
la piedad, la
paciencia, el coraje, la firmeza; de todo esto no conozco ni un trasnochado
sabor. Pero
abundo en inclinaciones criminales diversas que satisfar por todos los
medio a mi alcance.
(El obispo, que haba permanecido solo junto a Macol, sale, deprimido,
por la derecha)
S; ahora que tengo el poder, mandar al infierno la dulce leche de la
concordia,.

Revolucionar la paz universal, destruir toda unidad sobre la tierra[2].


Comencemos por convertir este archiducado en un reino y ya soy rey.
Un imperio, y soy
emperador. Super-alteza, super-majestad, emperador de todos los
emperadores.
(Desaparece en la bruma.
72
La bruma se disipa. El cazador de mariposas atraviesa el escenario)
FIN DE LA OBRA
(Trad. de L. Vaisman, febrero 2000)
73

Document Outline

Personajes
Soldados, generales. Cazador de mariposas. Comensales.
Mujeres y hombres de pueblo. Vendedor de limonada, etc.

(Lugar: un campo. Glamiss y Candor.


Entran sin saludarse, se instalan de pie en medio del
escenario, de frente al pblico. Permanecern as unos
momentos.)
C: (volvindose hacia G) Buenos das, barn de Glamiss.
G: (mofndose) Nuestro soberano

Table of Contents
Personajes
Soldados, generales. Cazador de mariposas. Comensales. Mujeres y
hombres de pueblo. Vendedor de limo
G: (mofndose) Nuestro soberano

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