Papers by Ginés del Castillo
2018_Periodico Amagi- La Cecilia, 2018
Una nota que recorre una escuela que propone una nueva educación, para crecer en libertad.
Es buena idea que las alternativas seamos lugares de cobijo en la transición pero políticamente debemos hacernos cargo de ocupar espacios, 2020
Entrevista de Dolores Bulit, de AlterEdu a Ginés del Castillo, referente de la Escuela de la Nuev... more Entrevista de Dolores Bulit, de AlterEdu a Ginés del Castillo, referente de la Escuela de la Nueva Cultura La Cecilia y de las redes de educación transformadora.
Cuadernos de pedagogía, 2010
Veintitrés años atrás nacía nuestro hijo menor y con él la idea de evitar que fuese “escolarizado... more Veintitrés años atrás nacía nuestro hijo menor y con él la idea de evitar que fuese “escolarizado”, entregado a las manos de un sistema que hacía de todo lo mismo. Veíamos que las escuelas destruían la naturalidad de los niños, reemplazaban sus preguntas incesantes por respuestas uniformes, tendientes a implantar una visión del mundo en estos recién llegados que constituían la última generación y tenían pleno derecho a ver la vida como nunca vista. Nos preguntábamos cómo sería un adulto que no hubiese sido sometido a semejante adiestramiento durante toda su infancia y adolescencia ¡con la colaboración de los propios padres! En algún momento, la opción que se nos presentaba era simplemente no enviar nuestro hijo a la escuela y educarlo en el hogar, pero veíamos en ello una cantidad de inconvenientes que nos llevaron a crear una nueva escuela. Una escuela que no repitiese el mandato social de reproducir seres humanos idénticos en función de las necesidades de los factores de poder y que permitiese a los niños crecer en libertad. Así nació la Escuela de la Nueva Cultura “La Cecilia”, en una zona rural próxima a la ciudad de Santa Fe en Argentina, en el año 1991.
Aulas abiertas y el derecho a aprender, 2010
Veintitrés años atrás nacía nuestro hijo menor y con él la idea de evitar que fuese “escolarizad... more Veintitrés años atrás nacía nuestro hijo menor y con él la idea de evitar que fuese “escolarizado”, entregado a las manos de un sistema que hacía de todo lo mismo.
Veíamos que las escuelas destruían la naturalidad de los niños, reemplazaban sus preguntas incesantes por respuestas uniformes, tendientes a implantar una visión del mundo en estos recién llegados que constituían la última generación y tenían pleno derecho a ver la vida como nunca vista.
Nos preguntábamos cómo sería un adulto que no hubiese sido sometido a semejante adiestramiento durante toda su infancia y adolescencia ¡con la colaboración de los propios padres!
En algún momento, la opción que se nos presentaba era simplemente no enviar nuestro hijo a la escuela y educarlo en el hogar, pero veíamos en ello una cantidad de inconvenientes que nos llevaron a crear una nueva escuela. Una escuela que no repitiese el mandato social de reproducir seres humanos idénticos en función de las necesidades de los factores de poder y que permitiese a los niños crecer en libertad. Así nació la Escuela de la Nueva Cultura “La Cecilia”, en una zona rural próxima a la ciudad de Santa Fe en Argentina, en el año 1991.
Entrevista realizada por Graciela Savickas, pra la revista Mandala Literaria, a Ginés del Castill... more Entrevista realizada por Graciela Savickas, pra la revista Mandala Literaria, a Ginés del Castillo, fundador de la Escuela de la Nueva Cultura La Cecilia.
Imaginen una escuela que no haya existido antes, ¿cómo sería?; si les permitiesen diseñarla a vue... more Imaginen una escuela que no haya existido antes, ¿cómo sería?; si les permitiesen diseñarla a vuestro antojo ¿cómo la querrían? Esas eran las preguntas que nos hacíamos en los inicios y de ese modo fuimos recorriendo un camino que hoy está cumpliendo veintiseis años y cuyos resultados están en el actual escenario que constituye la Escuela de la Nueva Cultura “La Cecilia”.
Nuestro interés central es el de posibilitar el crecimiento de los niños en libertad, una libertad que no han conocido los niños escolarizados en los últimos doscientos años y que posiblemente la humanidad no haya conocido desde sus albores. Comprendemos que la libertad no puede plantearse como un ideal a lograr sino que debe poder ser vivida en cada momento de la vida y que lo que lo impide son los múltiples condicionamientos externos e internos entre los que se cuenta el trabajo sistemático de las escuelas para transmitir a los niños y jóvenes una visión del mundo que es funcional al poder.
De modo que la educación, como la concebimos, no debe ser fuente de nuevos condicionamientos a través de los contenidos de enseñanza ni de las prácticas educativas, a la par que debe estar atenta para desenmascarar los condicionamientos presentes en la cultura y en cada uno, a medida que se van presentando.
Resumen Tal vez con las mejores intenciones, se lanzó hace 26 años el programa " Educación para T... more Resumen Tal vez con las mejores intenciones, se lanzó hace 26 años el programa " Educación para Todos " , sin que se pudiesen obtener a la fecha los resultados esperados. Mientras tanto, el mundo continúa cambiando. En la Argentina de los últimos años, en la búsqueda de una mayor inclusión y justicia social, se implementó la obligatoriedad de la educación hasta los 18 años, con la pretensión de un currículo uniforme para toda/os en todo el país. Alegando que " todos tienen derecho a aprender " se condenó a la mitad de la población escolar al fracaso y a la repitencia y/o a la virtual expulsión del sistema educativo. Esta paradoja de tan buenas intenciones con tan malos resultados está lejos de ser resuelta si no se repara en el error de base que encierra y que consiste en confundir la igualdad con la equidad. Si bien todos tenemos los mismos derechos, estos se implementan de manera diferente para cada uno. Si bien todos tienen el derecho a aprender, no se puede castigar al que no aprende lo que es impuesto desde arriba. Finalmente, no todos podemos aprender todo o tal vez no nos interese. El diseño de un ámbito de libertad de aprendizajes puede permitir a cada joven construir su propio trayecto de aprendizajes basados en sus intereses y capacidades, desarrollando así su pasión y viendo posteriormente cómo hacer de ello un medio de vida con sentido social. La Escuela de la Nueva Cultura " La Cecilia " viene trabajando de esta manera desde hace 25 años y les vamos a contar los aspectos principales de su implementación y los resultados que se obtienen.
Resumen
La escuela tradicional era la escuela de la Revolución Industrial y la Modernidad, la
esc... more Resumen
La escuela tradicional era la escuela de la Revolución Industrial y la Modernidad, la
escuela funcional al capitalismo y al control del Estado sobre los individuos,
inmersa en una sociedad diferente a la actual.
Estamos en un período de transición donde hay una escuela que ya no cumple sus
funciones pero no hay otra que la reemplace.
En este marco, las nuevas experiencias educativas alternativas aparecen como
verdaderos laboratorios donde se elaboran propuestas posibles para la educación y
la sociedad del futuro. Como tales, muchas de ellas podrán hacer sus aportes a
una nueva educación, aunque no todas prosperarán y tampoco tendrá el futuro un
único modelo educativo.
En medio de este florecimiento de decenas o cientos de opciones, habrá que
encontrar un eje, un hilo conductor, un elemento ordenador que otorgue sentido a
lo diverso y a lo disperso, que sirva desde un extremo a otro, desde la educación
pública estatal hasta aquella que educa en casa o en la naturaleza; ello surgirá de
la práctica, validando un camino o varios pero, para que ocurra, debemos estar en
movimiento y juntos, aún con diferencias.
Veintitrés años atrás nacía nuestro hijo menor y con él la idea de evitar que fuese "escolarizado... more Veintitrés años atrás nacía nuestro hijo menor y con él la idea de evitar que fuese "escolarizado", entregado a las manos de un sistema que hacía de todo lo mismo.
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Papers by Ginés del Castillo
Veíamos que las escuelas destruían la naturalidad de los niños, reemplazaban sus preguntas incesantes por respuestas uniformes, tendientes a implantar una visión del mundo en estos recién llegados que constituían la última generación y tenían pleno derecho a ver la vida como nunca vista.
Nos preguntábamos cómo sería un adulto que no hubiese sido sometido a semejante adiestramiento durante toda su infancia y adolescencia ¡con la colaboración de los propios padres!
En algún momento, la opción que se nos presentaba era simplemente no enviar nuestro hijo a la escuela y educarlo en el hogar, pero veíamos en ello una cantidad de inconvenientes que nos llevaron a crear una nueva escuela. Una escuela que no repitiese el mandato social de reproducir seres humanos idénticos en función de las necesidades de los factores de poder y que permitiese a los niños crecer en libertad. Así nació la Escuela de la Nueva Cultura “La Cecilia”, en una zona rural próxima a la ciudad de Santa Fe en Argentina, en el año 1991.
Nuestro interés central es el de posibilitar el crecimiento de los niños en libertad, una libertad que no han conocido los niños escolarizados en los últimos doscientos años y que posiblemente la humanidad no haya conocido desde sus albores. Comprendemos que la libertad no puede plantearse como un ideal a lograr sino que debe poder ser vivida en cada momento de la vida y que lo que lo impide son los múltiples condicionamientos externos e internos entre los que se cuenta el trabajo sistemático de las escuelas para transmitir a los niños y jóvenes una visión del mundo que es funcional al poder.
De modo que la educación, como la concebimos, no debe ser fuente de nuevos condicionamientos a través de los contenidos de enseñanza ni de las prácticas educativas, a la par que debe estar atenta para desenmascarar los condicionamientos presentes en la cultura y en cada uno, a medida que se van presentando.
La escuela tradicional era la escuela de la Revolución Industrial y la Modernidad, la
escuela funcional al capitalismo y al control del Estado sobre los individuos,
inmersa en una sociedad diferente a la actual.
Estamos en un período de transición donde hay una escuela que ya no cumple sus
funciones pero no hay otra que la reemplace.
En este marco, las nuevas experiencias educativas alternativas aparecen como
verdaderos laboratorios donde se elaboran propuestas posibles para la educación y
la sociedad del futuro. Como tales, muchas de ellas podrán hacer sus aportes a
una nueva educación, aunque no todas prosperarán y tampoco tendrá el futuro un
único modelo educativo.
En medio de este florecimiento de decenas o cientos de opciones, habrá que
encontrar un eje, un hilo conductor, un elemento ordenador que otorgue sentido a
lo diverso y a lo disperso, que sirva desde un extremo a otro, desde la educación
pública estatal hasta aquella que educa en casa o en la naturaleza; ello surgirá de
la práctica, validando un camino o varios pero, para que ocurra, debemos estar en
movimiento y juntos, aún con diferencias.
Veíamos que las escuelas destruían la naturalidad de los niños, reemplazaban sus preguntas incesantes por respuestas uniformes, tendientes a implantar una visión del mundo en estos recién llegados que constituían la última generación y tenían pleno derecho a ver la vida como nunca vista.
Nos preguntábamos cómo sería un adulto que no hubiese sido sometido a semejante adiestramiento durante toda su infancia y adolescencia ¡con la colaboración de los propios padres!
En algún momento, la opción que se nos presentaba era simplemente no enviar nuestro hijo a la escuela y educarlo en el hogar, pero veíamos en ello una cantidad de inconvenientes que nos llevaron a crear una nueva escuela. Una escuela que no repitiese el mandato social de reproducir seres humanos idénticos en función de las necesidades de los factores de poder y que permitiese a los niños crecer en libertad. Así nació la Escuela de la Nueva Cultura “La Cecilia”, en una zona rural próxima a la ciudad de Santa Fe en Argentina, en el año 1991.
Nuestro interés central es el de posibilitar el crecimiento de los niños en libertad, una libertad que no han conocido los niños escolarizados en los últimos doscientos años y que posiblemente la humanidad no haya conocido desde sus albores. Comprendemos que la libertad no puede plantearse como un ideal a lograr sino que debe poder ser vivida en cada momento de la vida y que lo que lo impide son los múltiples condicionamientos externos e internos entre los que se cuenta el trabajo sistemático de las escuelas para transmitir a los niños y jóvenes una visión del mundo que es funcional al poder.
De modo que la educación, como la concebimos, no debe ser fuente de nuevos condicionamientos a través de los contenidos de enseñanza ni de las prácticas educativas, a la par que debe estar atenta para desenmascarar los condicionamientos presentes en la cultura y en cada uno, a medida que se van presentando.
La escuela tradicional era la escuela de la Revolución Industrial y la Modernidad, la
escuela funcional al capitalismo y al control del Estado sobre los individuos,
inmersa en una sociedad diferente a la actual.
Estamos en un período de transición donde hay una escuela que ya no cumple sus
funciones pero no hay otra que la reemplace.
En este marco, las nuevas experiencias educativas alternativas aparecen como
verdaderos laboratorios donde se elaboran propuestas posibles para la educación y
la sociedad del futuro. Como tales, muchas de ellas podrán hacer sus aportes a
una nueva educación, aunque no todas prosperarán y tampoco tendrá el futuro un
único modelo educativo.
En medio de este florecimiento de decenas o cientos de opciones, habrá que
encontrar un eje, un hilo conductor, un elemento ordenador que otorgue sentido a
lo diverso y a lo disperso, que sirva desde un extremo a otro, desde la educación
pública estatal hasta aquella que educa en casa o en la naturaleza; ello surgirá de
la práctica, validando un camino o varios pero, para que ocurra, debemos estar en
movimiento y juntos, aún con diferencias.