Aunque Kike Maíllo intenta construir un thriller original, los guionistas dejan mucho que desear en cuanto a la originalidad del guión, quizás porque además de estar influenciados claramente por otros filmes, no se ponen de acuerdo para cerrar y dotar de personalidad propia al que nos ocupa, que es su verdadero trabajo. Supongo que beber de diversas fuentes, como si de chatos de vino se tratara, en diferentes locales y de diversas marcas, trae consigo una mala borrachera, y eso es lo que ocurre con "Toro".
Sin embargo, y dejando de lado el guión y la horrible banda sonora que le acompaña, Maíllo consigue dotar de ritmo al filme, quizás por la excelente actuación de José Sacristán, al que le había perdido la pista, como viejo mafioso de la Costa del Sol, y tras tantos viajecitos costeros de Málaga a Almería pasando por Granada, tanto Luis Tosar como Mario Casas se convierten en sujetos entrañables, recuperando el concepto de familia que habían perdido, aunque la niña ayuda mucho, y aunque ambos buscan la redención, cada uno a su manera, los caminos para su obtención son muy diferentes.
Convincentes en mi opinión los papeles de los tres protagonistas, sorprendiendo quizás el de Mario Casas por tenernos poco acostumbrados a modos violentos y sangrientos, demostrando que tiene sangre en las venas, y muy correctos, como casi siempre, tanto Sacristán que goza de un envejecimiento tranquilo y un Tosar camaleónico al que le saca jugo a cualquier papel al que se enfrente.
No es una película notable, pero bien se merece un aprobado alto. Un 6.
votos
Aunque Kike Maíllo intenta construir un thriller original, los guionistas dejan mucho que desear en cuanto a la originalidad del guión, quizás porque además de estar influenciados claramente por otros filmes, no se ponen de acuerdo para cerrar y dotar de personalidad propia al que nos ocupa, que es su verdadero trabajo. Supongo que beber de diversas fuentes, como si de chatos de vino se tratara, en diferentes locales y de diversas marcas, trae consigo una mala borrachera, y eso es lo que ocurre con "Toro".
Sin embargo, y dejando de lado el guión y la horrible banda sonora que le acompaña, Maíllo consigue dotar de ritmo al filme, quizás por la excelente actuación de José Sacristán, al que le había perdido la pista, como viejo mafioso de la Costa del Sol, y tras tantos viajecitos costeros de Málaga a Almería pasando por Granada, tanto Luis Tosar como Mario Casas se convierten en sujetos entrañables, recuperando el concepto de familia que habían perdido, aunque la niña ayuda mucho, y aunque ambos buscan la redención, cada uno a su manera, los caminos para su obtención son muy diferentes.
Convincentes en mi opinión los papeles de los tres protagonistas, sorprendiendo quizás el de Mario Casas por tenernos poco acostumbrados a modos violentos y sangrientos, demostrando que tiene sangre en las venas, y muy correctos, como casi siempre, tanto Sacristán que goza de un envejecimiento tranquilo y un Tosar camaleónico al que le saca jugo a cualquier papel al que se enfrente.
No es una película notable, pero bien se merece un aprobado alto. Un 6.