8 43 PB
8 43 PB
8 43 PB
ESTUDOS
SOCIAIS
17/12/2013,
DA DIRETORIA DE PESQUISAS
SOCIAIS
16:01
Sumrio
ARTIGOS | NMERO 2
A ANTROPOLOGIA NO ENSINO MDIO: UMA ANLISE A
PARTIR DOS LIVROS DIDTICOS....................................... 167
Amurabi Oliveira
cadernos de
ESTUDOS
SOCIAIS
dossi temtico
Crise e protesto social: 2008-2013
Volume 28 | nmero 1
Janeiro a Junho de 2013
RESUMEN
El 2011 result ser un ao extraordinario. La convergencia de insurgencias
en torno a tiempos y geografa le imprimi un tono poltico a las estaciones.
Los comentaristas hablaban de la primavera rabe, el verano europeo y
el otoo estadounidense. La revista TIME incluso design al manifestante
como su personaje del ao. Posteriormente surgieron revueltas similares en
Mxico, Turqua y Brasil. Algunos cuestionaron su falta de planes y propuestas. Esta crtica es injusta pues confunde la disrupcin de lo dado con
la tarea de reconfigurarlo. Las insurgencias no son prcticas polticas cotidianas o ejercicios de elaboracin de polticas pblicas. Son actos colectivos
en los que la gente dice basta! y se niega a continuar como antes. Son
operadores de la diferencia: las insurgencias son el plan en el sentido de que
el medio es el mensaje. Abren posibilidades que pueden o no materializarse
pero nos ayudan a vislumbrar algo diferente por venir, son performativos
polticos los participantes comienzan a experimentar aquello por lo cual
luchan y funcionan como mediadores evanescentes o portales que comunican al mundo existente con uno posible. Discuto estos puntos en relacin
con el remanente material de dos insurgencias, la primavera rabe y las
movilizaciones estudiantiles en Chile.
PALABRAS CLAVE: Insurgencias.Occupy Wall Street. Indignados. Poltica. Performativos. Mediadores evanescentes.
RESUMO
O ano de 2011 foi um ano extraordinrio. A convergncia temporal e geogrfica de insurgncias imprimiu um tom poltico s estaes. Os comentaristas
falavam da Primavera rabe, do Vero Europeu e do Outono Norte-americano. A Revista Time, inclusive, designou o manifestante como seu personagem
do ano. Posteriormente, surgiram revoltas semelhantes no Mxico, Turquia
1. Este trabajo fue presentado en el King Juan Carlos I Center del Hemispheric
Institute for Performance and Politics de New York University, Nueva York, el
20 de septiembre de 2011. Se public en Journalism, Media and Cultural Studies,
vol. 1, nm. 1, 2012, http://www.cf.ac.uk/jomec/jomecjournal/1-june2012/arditi_
insurgencies.pdf. La versin actual es ms extensa y actualizada.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
15
INTRODUCCIN
En su artculo Shoplifters of the World Unite (2011), cuyo ttulo es un
juego de palabras con la frase Proletarios del mundo, unos! de Marx o
un guio a la cancin de The Smiths que lleva el mismo nombre, Slavoj
16
iek describe los disturbios del Reino Unido del verano de 2011 como
una protesta de grado cero, una accin violenta que no exige nada.
Los participantes no tenan un mensaje y se parecan ms a lo que Hegel
llamaba la chusma que a un sujeto revolucionario emergente. El problema
para iek no es la violencia callejera como tal sino su incapacidad de ser
lo suficientemente asertiva: es una violencia que aparece como furia y
desesperacin impotentes disfrazada como una demostracin de fuerza;
es la envidia disfrazada de carnaval triunfante.
Luego de esto iek desplaza su atencin hacia las insurgencias en
Egipto y Espaa. Comenta el derrocamiento de dinastas de autcratas
corruptos y las acciones de los indignados espaoles que acamparon en
plazas pblicas justo antes de las elecciones de mayo de 2011 para protestar contra el desempleo y, en general, contra la falta de perspectivas
de futuro para los jvenes. No cabe duda de que iek simpatiza con los
insurrectos, pero tambin se muestra pesimista en cuanto a sus chances
de salirse con la suya. Por eso nos pide que evitemos caer en la tentacin
del narcisismo de la causa perdida: es demasiado fcil admirar la belleza
sublime de levantamientos que estn condenados al fracaso.
Su consejo es desconcertante dado que iek escribi un libro titulado
En defensa de las causas perdidas. Por qu sus causas perdidas son defendibles mientras que las otras son callejones sin salida? Por qu alega
que Egipto y Espaa son falsos positivos de la emancipacin si las causas
perdidas que l abraza fracasan tan estrepitosamente como las dems? Su
criterio es si tienen o no un programa de cambio. Las causas recientes no
lo tuvieron. Ellas expresan una rabia autntica que no logra convertirse
en un programa positivo de cambio sociopoltico. Expresan el espritu de
la revuelta sin revolucin. Su fracaso radica en no poder generar una
propuesta para reemplazar el status quo. Sin un plan, las revueltas carecen
de la dignidad de las revoluciones y estn condenadas a convertirse en
causas perdidas del tipo narcisista.
Esto es poco convincente. Primero porque hay narcisismos y narcicismos. Sigmund Freud y Jacques Lacan vean al narcisismo primario como
un momento inevitable en el desarrollo de un organismo humano. Esto se
debe a que la unidad no es una rasgo distintivo de los infantes, sea porque
el infante est inicialmente inmerso en un caos de instintos auto erticos
que se satisfacen de manera anrquica o porque no logra superar una
imagen fragmentada del cuerpo (LACAN 2009, p. 102-103). El sentido
de totalidad la posibilidad de decir Yono existe desde un comienzo
y debe ser formado o configurado. El narcisismo primario es el vehculo
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
17
19
poltica (CASTELLS, 2012, p. 30), y si lo hiciera, podra ser contraproducente. En Occupy Wall Street, agrega Castells, el movimiento era popular
y atractivo para muchos porque estaba abierto a todo tipo de propuestas y
no presentaba posiciones polticas especficas que habran suscitado apoyo
pero tambin oposicin en su seno (p. 185). Por otro lado, las polticas
(en el sentido de policy) no son asunto de las insurgencias, pero si llegan
a necesitarlas, se las ingeniarn para contar con ellas. Paul Krugman lo
expres muy bien al decir que cuando vemos algo como las protestas de
Ocupa Wall Street en Nueva York (y sus rplicas subsecuentes a escala
global), no debemos preocuparnos demasiado por su falta de detalles
especficos dado que lo suyo es impulsar un cambio en el ambiente poltico; los detalles vendrn despus y sern llenados por gente que se dedica
a elaborar polticas (KRUGMAN, 2011).
Las insurgencias que precedieron a stas tampoco tenan una hoja de
ruta. No lo encontraremos en el Caracazo venezolano de 1989 que Jon
Beasley-Murray (2010: 265, 269) describe como la primera de las rupturas
sociales que sealan el final del pacto social de la modernidad, un indicador de la presencia continua de la multitud y un presagio de los giros a la
izquierda en Amrica Latina ni en la Guerra del Agua y del Gas de 2000
y 2003 respectivamente que obligaron a reconsiderar la privatizacin de
las empresas de servicios en Bolivia. Tampoco lo hubo en las protestas que
movilizaron a la sociedad argentina en 2001 en torno a la consigna Que
se vayan todos, que no quede ni uno solo (donde todos se refiere a los
polticos corruptos e incompetentes) y que eventualmente condujeron a
la renuncia del presidente Fernando de la Rua. Ocurre lo mismo con los
movimientos a favor de la democracia en el Mediterrneo, Amrica Latina
y Europa oriental en las dcadas de 1970 y 1980. Para ellos la democracia
era un trmino que funcionaba menos como el nombre de un rgimen
poltico que como una superficie de inscripcin para una variedad de
aspiraciones y deseos. Democracia significaba bsicamente algo distinto
de lo que tenemos ahora. El algo distinto inclua cosas tales como que
uno no pondra en riesgo su empleo, no ira a la crcel ni sera torturado
por expresar su oposicin a la Junta, el partido u hombre fuerte del momento. La democracia tambin se vea como una manera de empoderar a
la gente para exigir que las autoridades se hicieran responsables por sus
decisiones. Pero era raro encontrar propuestas sistemticas sobre cmo
sera la estructura de un rgimen democrtico. Los que reivindicaban a la
democracia luchaban por la dignidad y el futuro y no tenan un programa
de lo que vendra despus. Al igual que quienes participaron en las revueltas
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
21
23
Es evidente que para l no todas las utopas fueron creadas iguales. Las
convencionales son un universal sin un sntoma pues constituyen un no-lugar atascado en el limbo de la pureza discursiva. En cambio, la variante
escenificada o en acto nos dice algo sobre la dimensin performativa de la
poltica emancipatoria. La utopa en acto anticipa algo por venir a medida
en que la gente empieza a experimentar aquello en lo que busca convertirse.
iek juega con la posibilidad de reconocer la naturaleza performativa
de esta utopa cuando describe el trnsito del hipottico como si de la
libertad y la felicidad al ms imperativo ya comenzamos a ser libres y
felices. Es una felicidad de facto ms que de jure, aunque se tendra que
ver si la felicidad puede ser algo ms que de facto. Nada de esto requiere
un programa para vislumbrar el futuro o una hoja de ruta para llegar a l.
Jacques Rancire tiene su propia manera de pensar la ausencia de programas. Lo plantea como una pregunta retrica: No necesitamos acaso
delimitar una temporalidad especfica, una temporalidad de la existencia
de lo inexistente para que el proceso de subjetivizacin poltica tenga
sentido? Su respuesta es muy clara: Prefiero invertir el argumento y decir
que el esbozo del futuro es una consecuencia de la invencin poltica y no
su condicin de posibilidad. Los revolucionarios inventaron un pueblo
antes de inventar su futuro (RANCIRE, 2011, p. 13). La especificacin
del futuro es lo que he descrito como planes y programas. Cuando Rancire
minimiza su funcin en las luchas emancipatorias, no est diciendo que las
representaciones del futuro son una mera ocurrencia de ltimo momento.
Slo quiere enfatizar que los revolucionarios suelen ocuparse de ellas ms
tarde, en el proceso mismo de tratar un dao. Esto se debe a que para l
la poltica comienza cuando aparecen sujetos de enunciacin tales como
24
25
es decir, al exigir que los sacerdotes vivieran entre sus fieles y que el
mundo como tal se volviera un monasterio en el sentido de orientar las
acciones en torno a valores religiosos (76, 77). Pero con el tiempo el
protestantismo se desvaneci del escenario histrico del capitalismo. No
es que el capitalismo abrazara el atesmo o que la gente perdiera la fe en
Dios y dejara de ir a las iglesias. El capitalismo sencillamente se haba
afianzado lo suficiente como para poder operar sin tener que apoyarse
en la tica protestante.
El jacobinismo tuvo el mismo destino. Funcion, dice Jameson, como
un guardin de la moralidad revolucionaria, de los ideales democrticos,
universalistas y burgueses, labor de la que puede prescindirse en Thermidor, cuando se asegura la victoria prctica de la burguesa y un sistema
explcitamente monetario y mercantil puede cobrar vida (JAMESON,
1973 p. 78). Trtese del jacobinismo o del protestantismo, un mediador
evanescente funciona como agente de cambio y transformacin social,
slo para ser olvidado una vez que el cambio ha ratificado la realidad de
las instituciones (80).
Los mediadores evanescentes son tiles para discutir las insurgencias
en la medida en que ambos son conectores o pasadizos entre el mundo
existente y algo otro por venir. Pero tenemos que recargar la nocin para
expandir su fuerza explicativa. El primer paso en esta direccin es considerar la indecidibilidad de sus resultados. Jamesonal igual que iek,
quien se refiere a los mediadores evanescentes frecuentemente en sus escritosslo se ocupa de los mediadores exitosos, de los que hacen su trabajo
y despus desaparecen. Y qu hay con el fracaso? No debemos incluirlo
tambin en la estructura de las posibilidades del concepto? Me imagino que
Jameson dira que no porque un mediador que fracasa no califica como
mediador. Esto se debe a que ms arriba lo cit diciendo que un mediador
es un agente cataltico que permite el intercambio de energas entre dos
trminos que de lo contrario se excluiran mutuamente y funciona como
agente de cambio. Si ponemos el acento en la ltima parte de esta cita,
en el mediador como agente de cambio, entonces el xito, asumiendo
que pudiramos ponernos de acuerdo acerca de cmo medirlo, es el nico
resultado compatible con un mediador evanescente. Un catalizador que
no conduce a nada simplemente no cuenta como mediador.
Sin embargo, si ponemos el nfasis en la primera parte de la cita, donde Jameson describe al mediador como agente cataltico que permite
el intercambio de energas entre dos trminos, lo relevante ya no es la
capacidad de asegurar un cambio sino ms bien la accin de intercambio
26
en cuanto tal. Este paso del cambio al intercambio conlleva algo ms que
la sonoridad de las palabras involucradas. Hay intercambio independientemente de si genera un cambio o no. Esto es decisivo. Nos indica que un
mediador evanescente, como agente cataltico que permite el intercambio
de energas, siempre est expuesto a la doble posibilidad de que el intercambio logre modificar lo dado o que se esfume sin pena ni gloria como
entropa o energa no productiva. El desenlace del intercambio precipitado por el catalizadorsea como partero del cambio o nodeber ser
juzgado retrospectivamente y no sin controversia. No hay un desenlace
claro y definitivo para este tipo de controversia. Quienes participaron en
los eventos inventariados bajo el rtulo de Mayo de 1968, por ejemplo,
se propusieron cambiar el mundo. Hemos estado rememorando su gesto
por ms de cuatro dcadas y an no hay consenso acerca de qu es lo que
lograron. Las interpretaciones oscilan entre describir a Mayo de 1968
como un fracaso colosal la Quinta Repblica sobrevivi, y tambin el
capitalismo y como un precursor de la sociedad post-disciplinaria y, por
lo tanto, como un mediador evanescente de la sociedad en la que vivimos
ahora. De ah que podemos tomar como regla general que el resultado
de un proceso de mediacin es indecidible, o al menos es ambivalente, ya
que la eficacia del catalizador no puede ser tratada fuera de una polmica
o desacuerdo.
La teora de los actos de habla contempla esta bifurcacin de opciones.
Hemos visto que los enunciados performativos no pueden separarse de las
acciones que enuncian. Pero no se puede garantizar la efectividad de esas
acciones. Por eso Austin califica los desenlaces. Cuando tienen xito, los
denomina felices o afortunados (como en el caso de dos personas que son
casadas por una autoridad competente), mientras que cuando no alcanzan
su objetivo pasan a ser infortunios o enunciados desafortunados (si el matrimonio en cuestin es declarado nulo porque un impostor se hizo pasar
por el juez de paz). Lo importante aqu, al menos para mi argumento, es
que el xito y el infortunio no modifican la naturaleza de un performativo.
Un enunciado desafortunado sigue siendo un performativo.
Quiero usar este razonamiento para sostener algo anlogo en el caso
de los mediadores evanescentes diciendo que el xito y el infortunio
forman parte de su estructura de posibilidades. Pero a diferencia de los
performativos, o por lo menos a diferencia de la visin ms convencional
acerca de stos, el desenlace de los mediadores evanescentes es objeto de
controversia y raramente podr ser resuelto de una vez por todas. Ilustr
este punto con el ejemplo de Mayo de 1968. Las insurgencias que dan
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
27
29
31
33
35
instantes insurgentes Tahrir fue una puesta en acto del pueblo en el sentido
de un demos que se resiste a su sometimiento.
El ritmo y la direccin del cambio pueden ser subsecuentemente cooptados y colonizados por la Hermandad Musulmana y otras variantes de la
ortodoxia as como por las fuerzas del viejo partido gobernante luego de
que ste se reagrupe o por toda una gama de nuevos empresarios polticos.
Pero incluso cuando esto pase, si es que de verdad ocurre, estos actores
saben que la instauracin de una autocracia con ropaje diferente es menos
probable puesto que los egipcios (al igual que los tunecinos, libios, sirios,
etc.) ya habrn perdido gran parte del asombro reverencial que sentan
en presencia del poder y los poderosos. Como dijo un comentarista, Por
todo el mundo rabe, los activistas hablan de haber traspasado la barrera
del miedo a tal punto que hasta la represin ms dura ya no desaliente a
nadie (BLACK, 2011). No hay que subestimar el papel del miedo como
freno para la accin, pero esta voluntad de actuar es uno de los efectos
colaterales de la Primavera rabe. Sobre todo en el caso del levantamiento
sirio, donde la gente ha mostrado un valor admirable ante la implacable
brutalidad del gobierno: sale a las calles pese a su temor y no porque no
lo sientan.
Lo importante es que los poderosos pierdan su aura sagrada. El espectculo de tiranos desorientados yendo a la corte en juicios televisados, que
se esconden de las cmaras o que huyen al extranjero con el dinero que
robaron del erario pblico es una experiencia maravillosa. Tiene un valor
didctico extraordinario. Le abre los ojos a la gente de una manera parecida
a cuando pasaron a Luis XVI por la guillotina: los franceses aprendieron
que un pueblo poda seguir existiendo sin un rey. Tal es la pedagoga existencial de la poltica emancipatoria y sera ingenuo hacerla de lado como si
se tratara de tonteras subjetivas. Sus lecciones probablemente sobrevivan
mucho despus de que se haya aplacado la efervescencia en las calles.
37
39
***
Sea que observemos los eventos relacionados con la Primavera rabe
o las movilizaciones estudiantiles en Amrica del Sur y las encabezadas
por los movimientos #Ocupa otros lugares, todos ellos tiene grandes
expectativas acerca de lo que vendr pero no cuentan con modelos de
cmo ser el futuro. Son sucesos episdicos y en algn momento sern
rebasados por viejos y nuevos operadores polticos embarcados en la
prctica cotidiana de manejar la maquinaria gubernamental. Pero la
vida espectral de las insurgencias despus de su muerte ser todo menos
etrea porque impregna las prcticas y las instituciones tanto como las
maneras de ver y de hacer.
La materialidad de este remanente se manifiesta en los cambios cognitivos que producen las insurgencias, el aprendizaje adquirido de la vida
en las calles y de la participacin en asambleas generales para planear los
siguientes pasos, en los recuerdos de estas experiencias, en los lderes que
pudieran surgir en el proceso de ocupacin, en las asociaciones y campaas
subsecuentes que fomentan y en los cambios de polticas que generan. La
inventiva es otra cara de esta materialidad. Los activistas inventaron el
micrfono humano para darle la vuelta a la decisin del Departamento de
Polica de Nueva York de prohibir el uso de megfonos y amplificadores
de sonido en actos pblicos a menos que stos contaran con un permiso
policial que no tenan intencin de conceder. Se trata de una solucin
anacrnica y decididamente low tech ideada por jvenes que se sienten
ms a sus anchas con el uso de las nuevas tecnologas de la informacin.
El familiar Mic check! [prueba de sonido] poda orse en los actos de
los ocupas cuando un orador u oradora suba al podio sin micrfono en
la mano o la solapa. La frase preparaba a la asamblea para una manera
inusual de amplificar el sonido: la gente repeta a coro lo que deca la
persona que hablaba para que quienes estaban lejos tambin pudieran or
lo que deca. (REGUILLO, 2012, p. 33-34). A primera vista la experiencia
del micrfono humano podra haberse confundido con una escena de La
vida de Brian de Monty Python. En esa pelcula, Brian le dice a la multitud
que est reunida bajo su balcn: Todos ustedes son individuos, a lo que
la multitud responde a coro, S, todos somos individuos! Pero el mic
check! no era nada parecido a eso. Lejos de ser una expresin de conformismo era una solucin ad hoc para un problema prctico. Constitua
una manera de ser-juntos en el sentido que Blanchot le da a esa expresin
en relacin con 1968.
40
REFERENCIAS
ACUA, Esteban (2012). En Chile s hubo dictadura. El Ciudadano, 8 de enero,
http://www.elciudadano.cl/2012/01/08/46777/en-chile-si-hubo-dictadura/. Consultado en internet en enero de 2012.
BEASLEY MURRAY, Jon (2010). Post-hegemona: teora poltica y Amrica Latina,
Buenos Aires: Paids.
BLACK, Ian (2011). A year of uprisings and revolutions: uncertainty reigns in the
Arab world. The Guardian, 13 de diciembre, http://www.guardian.co.uk/theguardian/2011/dec/13/arab-world-uprisings-2011-future. Consultado en internet en diciembre de 2012.
BLANCHOT, Maurice (1999). La comunidad inconfesable. Mxico: Arena Libros.
CASTELLS, Manuel (2012). Redes de indignacin y esperanza. Los movimientos
sociales en la era de internet, Alianza: Madrid.
CENTRO DE ESTUDIOS PBLICOS, CEP (2011). Estudio Nacional de Opinin
Pblica, Junio-Julio 2011. http://www.cepchile.cl/dms/lang_1/doc_4844.html. Consultado en internet en noviembre de 2011.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
41
43
RESUMO
O objetivo deste trabalho promover discusses acerca do fenmeno bastante recente visto no Brasil: as manifestaes de junho de 2013, que tomaram as ruas de dezenas de cidades espalhadas por vrios estados. Se, no
comeo as reivindicaes estavam ligadas ao aumento da tarifa de nibus
em So Paulo, com a represso policial, em poucos dias, tomaram propores gigantescas, unindo milhares de pessoas com pautas bastante distintas.
Frente a isso, proponho neste artigo uma reflexo do contexto luz dos
autores ps-estruturalistas Ernesto Laclau e Chantal Mouffe. Ambos colocam o pluralismo como condio de existncia da democracia. Para eles, a
presena do outro nos impede de sermos ns mesmos, isto , as relaes
no surgem de identidades plenas, mas da impossibilidade de constituio
delas. As relaes vo ser frutos de cadeias de equivalncias, que vo sempre originar relaes hegemnicas e antagnicas. Assim, possvel se pensar
sobre como essas relaes so construdas para que possamos compreender
alguns dos fatores deste acontecimento que tem atrado a ateno de muitos
pesquisadores.
PALAVRAS-CHAVE: Pluralismo. Antagonismo. Articulaes. Protestos.
ABSTRACT
The aim of this study is to discuss the fairly recent phenomenon seen in
Brazil: the June 2013 protests, which brought people to the streets in dozens of cities across several states. If claims were initially linked to bus
fare increases in Sao Paulo leading to police repression, within a few days,
they took gigantic proportions, involving thousands of people with very
different agendas. Given this, I propose in this article to reflect on the context in the light of poststructuralist authors Ernesto Laclau and Chantal
Mouffe. Both set pluralism as a condition of existence of democracy. For
them, the presence of the other hinders us from being ourselves, that is,
relationships dont emerge from full identities, but from the impossibility
of constituting them. The relations will be fruits of chains of equivalence,
which will always lead to hegemonic relations and antagonistic. Thus, its
possible to think about how these relations are built so that we can unders-
44
tand some of the factors of this fact that has attracted the attention of many
researchers.
KEYWORDS: Pluralism. Antagonism. Articulations. Protests.
RESUMEN
El objetivo de este trabajo es promover la discusin sobre un fenmeno
reciente en Brasil: las manifestaciones junio 2013, lo que llev la gente a las
calles de decenas ciudades, en varios estados. Si al principio las reivindicaciones estaban vinculadas al aumento del precio del billete de autobs en
Sao Paulo, ante la represin de la polica en pocos das las manifestaciones
tomaron proporciones gigantescas, con miles de personas en las calles con
agendas muy distintas. Teniendo en cuenta esto, propongo en este artculo
una reflexin del contexto a luz de los autores postestructuralistas Ernesto
Laclau y Chantal Mouffe. Los dos ponen el pluralismo como condicin de
existencia de la democracia. Para ellos, la presencia del otro nos impide de
ser nosotros mismos, es decir, las relaciones no surgen de identidades completas, pero de la imposibilidad de constitucin de ellas. Las relaciones sern
resultados de cadenas de equivalencia, que siempre conducen a relaciones
hegemnicas y antagnicas. Por lo tanto, es posible pensar en cmo se construyen estas relaciones, para as comprender algunos de los factores de este
evento, lo cual ha atrado atencin de muchos investigadores.
PALABRAS CLAVE: Pluralismo. Antagonismo. Articulaciones. Protestas.
INTRODUO
O contexto de protestos e indignaes vivenciadas nas ruas do Brasil,
sobretudo, em junho de 2013 traz tona reflexes sobre a democracia
vivenciada no pas. possvel perceber, por exemplo, em mensagens veiculadas pela mdia, que o fato de se viver em um sistema democrtico
motivo de orgulho para os brasileiros. Ento, possvel nos questionarmos: o que a democracia para os referidos cidados? Certamente, nesse
contexto, entendida como liberdades individuais e de expresso. O voto
direto transmite a ideia de a populao ter a possibilidade de colocar no
poder quem escolher e, ao mesmo tempo, de que a responsabilidade se
encerra nas urnas. Porm, o que foi visto em 2013 evidenciou uma grande
insatisfao com o sistema poltico representativo. O filsofo Vladimir
Safatle chegou a colocar em entrevista concedida a Gabriel Bonis (2013),
da revista Carta Capital: As pessoas no se sentem mais representadas.
Isso algo global. Aparece em vrios locais do mundo, at da mesma
maneira em relao aos partidos polticos e imprensa.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
45
impede de sermos ns mesmos, isto , as relaes no surgem de identidades plenas, mas da impossibilidade de constituio delas. De que forma
podemos visualizar o pluralismo, nesses termos, nos protestos? Ou, ainda,
podemos visualizar isso nos protestos? Ser que podemos perceber articulaes e fixaes parciais de identidades no que eles denominam de pontos
nodais? Quais so as cadeias de equivalncia que podemos perceber?
Para respondermos a essas questes, precisamos antes entender as lutas
sociais no Brasil e o contexto poltico. importante termos em mente que
estamos diante de um fenmeno extremamente novo de mobilizaes
nas ruas que no foram, necessariamente, convocados pelos movimentos
organizados, tampouco estiveram unificados em torno de uma nica
pauta1. Alm da heterogeneidade, podemos destacar a horizontalidade,
evidenciada pela falta de lideranas, inclusive, partidrias, bem como o
carter espontneo, pois muitas manifestaes foram convocadas pelas
redes sociais, estando presentes ali milhares de cidados que nunca haviam
participado de mobilizaes.
47
nela onde se luta por influncia atravs do agir orientado para o entendimento mtuo, permeado pela troca de argumentos, que o autor pontua
como a ao comunicativa. central na abordagem dele a racionalidade,
que a capacidade de fundamentar e justificar as aes nos contextos comunicativos. Para que o conceito da racionalidade seja clareado, preciso
que se estudem as condies que devem ser cumpridas para que se chegue
comunicativamente ao consenso (HABERMAS, 1981). Temos a princpios normativos da democracia defendida por ele, o modelo deliberativo,
que, segundo o autor, as deliberaes realizam-se de forma argumentativa,
sendo marcadas pela incluso e pela abertura do espao, alm da liberdade
em relao s coeres internas e externas. As tomadas de posio so,
dessa forma, movidas exclusivamente pela fora no coercitiva do melhor
argumento. Habermas acrescenta que as deliberaes polticas devem levar
em conta a deciso da maioria, abrangendo todas as matrias possveis
de regulao, tendo em vista o interesse de todos (COHEN, 1954 apud
HABERMAS, 2003, p. 30).
A partir do conceito, o autor insere a discusso em torno da sociedade
civil que, em sua concepo, formada por movimentos, associaes e
organizaes livres, no-estatais e no econmicas, tendo como propsito
fundamental captar os ecos dos problemas sociais que ressoam nas esferas
privadas, ao mesmo tempo em que os transmite s instncias de tomada de
deciso (HABERMAS, 2003, p. 99). Percebemos, ento, que a sociedade civil
marcada por uma pluralidade de sujeitos e de reivindicaes. Ele pontua
que o sistema poltico se conecta com a esfera pblica e com a sociedade
civil atravs das atividades dos partidos polticos e da atividade eleitoral
dos cidados. Temos a, portanto, princpios normativos da democracia que
esto inseridos no Estado democrtico de direito. Segundo Lgia Helena
Hahn Lchmann (2011, p. 131), atuar e assumir papis de representao
implica na promoo de um pressuposto central da democracia deliberativa,
qual seja, o estabelecimento de conversas com os que pensam diferente ou
a abertura para ouvir o outro lado. No entanto, essa perspectiva, bastante
presente no pensamento habermasiano, duramente criticada por autores
que trabalham mais com a dimenso conflitual das relaes sociais, como
Ernesto Laclau e Chantal Mouffe, que abordarmos neste trabalho.
Segundo Ilse Scherer-Warren, num mundo globalizado contemporneo,
podemos perceber alguns iderios que tm permeado as demandas e lutas
dos mais variados movimentos sociais: a ampliao da democracia por
meio da participao da sociedade civil organizada, o alargamento dos processos de incluso social e de reconhecimento de diferenas socioculturais e
48
49
pas era para estar em xtase por causa da Copa das Confederaes. No
entanto, o resultado foi o contrrio: centenas de pessoas foram s ruas protestarem, sendo alvo de uma polcia altamente repressora. O acontecimento
gerou um efeito domin e, em poucos dias, diversas cidades passaram a
realizar atos em apoio causa de So Paulo. Porm, com a mesma rapidez
e intensidade, foi veiculada a mensagem que no era apenas por causa dos
vinte centavos que se estava lutando. Por trs desse valor, estava uma srie
de insatisfaes com as polticas pblicas e os diversos investimentos dos
governos, em diferentes esferas. A populao d ntidas demonstraes da
indignao com o descaso dos representantes governamentais em relao
a diversas polticas pblicas. A cidade, nesse contexto, torna-se o lcus
da violao dos direitos sociais com a emergncia de graves problemas:
falta de investimentos na sade e na educao, aumento da criminalidade,
vias pblicas intransitveis, seja pela falta de pavimentao, seja pelos
engarrafamentos quilomtricos, entre outros problemas.
nas cidades onde se tem valorizado exacerbadamente os bens materiais, sobretudo atravs da diminuio dos impostos nas compras dos
carros em detrimento da valorizao do transporte coletivo. A qualidade
de vida de boa parte da populao encontra-se seriamente comprometida.
Podemos constatar pessoas presas em trnsitos interminveis em nibus
lotados ou, mesmo, isoladas dentro dos seus automveis, muitas vezes, com
medo da violncia urbana. O que est em jogo a no apenas a relao
dos indivduos com as cidades onde vivem, mas, principalmente, suas
dignidades. Quando no existe uma mobilidade urbana eficiente, a vida
de muitos cidados se restringe a ir e voltar dos seus trabalhos, passando
horas se deslocando, tendo, portanto, diversos direitos sociais violados.
No texto a questo urbana, estpido!, Ermnia Maricato pontua:
As cidades so o principal local onde se d a reproduo da fora de trabalho. Nem toda melhoria das condies de vida acessvel com melhores
salrios ou com melhor distribuio de renda. Boas condies de vida dependem, frequentemente, de polticas pblicas urbanas transporte, moradia,
saneamento, educao, lazer iluminao pblica, coleta de lixo, segurana.
Ou seja, a cidade no fornece apenas o lugar, o suporte ou o cho para essa
reproduo social. Suas caractersticas e at mesmo a forma como se realizam
fazem a diferena (MARICATO, 2013, p. 19-20).
Nessa mesma perspectiva, David Harvey (2013, p. 32) pontua que o direito cidade no pode ser entendido como algo individual, pois demanda
50
51
Essas questes apontadas no presente texto tomaram propores gigantescas atravs da internet, principalmente, do Facebook e do Twitter.
Na rede, houve uma exploso de manifestaes de, muitas vezes, uma
massa que nem ao certo sabia o que realmente queria reivindicar. Segundo
Sakamoto:
Muitos desses jovens esto descontentes, mas no sabem o que querem.
Apenas o que no querem. Neste momento, por mais agressivo que sejam,
boa parte deles est em xtase, alucinada com a diverso que estar na rua e
com o poder que acreditam ter nas mos. Mas, ao mesmo tempo, com medo.
Pois, cobrados de uma resposta sobre suas insatisfaes, no fundo, no fundo,
conseguem perceber apenas um grande vazio (SAKAMOTO, 2013, p. 100).
PLURALISMO DEMOCRTICO
A filsofa belga Chantal Mouffe coloca o modelo do pluralismo
agonstico como alternativo ao conceito de democracia deliberativa. A
estudiosa argumenta que o conflito, a paixo e o poltico so elementos
fundamentais da democracia. Alm disso, pontua a existncia de relaes
de desigualdade e de poder presentes na democracia. Dessa forma, a poltica no entendida como resultado apenas de debates racionais, mas
que envolve emoes.
A autora afirma que preciso vislumbrar a democracia a partir das
prticas e no nas formas de argumentao, tais como os deliberativos
defendem. Em sua perspectiva, reconhecer o pluralismo significa admitir
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
53
os limites do consenso e o fato de que a deliberao pblica, livre e desimpedida de interesses pessoais uma impossibilidade na democracia.
Mouffe acrescenta que uma democracia que funcione bem clama pelo
confronto nas posies polticas (2005). Em sua viso, o consenso deve
existir como resultado temporrio de uma hegemonia provisria, como
estabilizao do poder, sempre acarretando alguma forma de excluso.
Frente a isso, colocada a necessidade de um modelo que aborde o poder e
o antagonismo como questes centrais na democracia, que ela coloca como
o pluralismo agonstico. Para apresentar o que representa esse modelo, ela
faz uma distino importante entre a poltica (politics) e o poltico (political):
Por o poltico refiro-me dimenso do antagonismo inerente s relaes
humanas, um antagonismo que pode tomar muitas formas e emergir em
diferentes tipos de relaes sociais. A poltica, por outro lado, indica o
conjunto de prticas, discursos e instituies que procuram estabelecer uma
certa ordem e organizar a coexistncia humana em condies que so sempre
afetadas pela dimenso do poltico (MOUFFE, 2005, p. 20).
Ela acrescenta que, para formular a questo central para a poltica democrtica, preciso reconhecer a referida dimenso do poltico e entender
que a poltica consiste em domesticar a hostilidade e em tentar conter o
antagonismo em potencial que existe nas relaes humanas. Dessa forma,
no se pode resolver os desacordos presentes nas discusses a partir da deliberao racional. O modelo que ela defende prope que o antagonismo (a
luta entre inimigos) seja transformado em agonismo (luta entre adversrios).
Segundo a autora, a abordagem do pluralismo agonstico mais receptiva multiplicidade de vozes e complexidade da estrutura social de
poder. E, a partir do momento em que aceitamos que relaes de poder
so constitutivas do social, a principal questo da poltica democrtica
passa a constituir formas que sejam mais compatveis com os valores democrticos e no em como eliminar o poder (tal como os deliberativos)
(MOUFFE, 1999, p. 753).
Mais de dez anos antes de escrever os textos sobre o pluralismo agonstico, que colocamos neste projeto, Mouffe, em 1985, publicou junto
com o tambm filsofo Ernesto Laclau o livro Hegemona y estrategia
socialista: hacia una radicalizacin de la democracia3. Nele, os autores
55
57
58
CONSIDERAES FINAIS
Conforme foi explicitado no presente texto, vivenciamos no Brasil um
fenmeno social extremamente novo, de carter espontneo, heterogneo
e horizontal e que, rapidamente, tomou grandes propores, visto pela
ltima vez em 1992 nos protestos em prol do impeachment de Fernando
Collor de Melo. Um dos aspectos que impressionou foi em relao faixa
etria dos manifestantes: muitos jovens que, provavelmente, nem tinha
nascido naquela fase. Porm, uma coisa parecia estar clara: a indignao
em relao efetivao dos direitos sociais, negligenciados por uma boa
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
59
parcela da classe poltica, bem como uma crise da democracia representativa que vivenciamos no Brasil.
Se, por um lado, temos a dimenso normativa da democracia, pontuada
neste artigo pela teoria da democracia deliberativa, marcada pela racionalidade e pelo consenso a partir da troca argumentativa proposta por
Habermas, temos a dimenso ontolgica, trabalhada por Laclau e Mouffe
por meio da democracia agonstica, que nos mostra que, na realidade, a
poltica feita por diversas alianas, nem sempre to consensuais como
a deliberao postula. As manifestaes evidenciaram, ento, uma crise
nesse sistema de representao, fazendo que os polticos fossem forados
a entenderem que uma parte do povo exige a efetivao de polticas
pblicas e, mais do que isso, exige ser protagonista no jogo poltico e
transmite a mensagem de que no precisa estar inserida em movimentos
sociais organizados para reivindicar os direitos.
A pluralidade de identidades e de discursos vistas nos protestos traz
tona a necessidade de se questionar a democracia como sistema poltico
que proporciona a igualdade, bem como a racionalidade como o meio de
se constituirem as relaes entre os sujeitos polticos. preciso vislumbrarmos a democracia como locus de articulaes discursivas. Mouffe (2005,
p. 21) acrescenta ainda que preciso mobilizarmos as paixes da esfera
do poltico em prol de desgnios democrticos, mostrando assim que a
poltica no deve eliminar essa dimenso das emoes nas relaes entre os
sujeitos polticos. No entanto, concordo com a sociloga Roseane Xavier
que, no texto Ensaio sobre a estranheza: impresses sobre os protestos
recentes no Brasil, afirma: E, se de um lado a pluralidade importante,
por outro possvel que toda sociedade precise acreditar em algo que lhe
d unidade, que a faa sentir um conjunto.
Ainda cedo para sabermos se haver outras manifestaes nas
ruas como as que vivenciamos em junho, como tambm se, novamente,
veremos as pessoas indo alm do ativismo das redes sociais, como o
Facebook ou o Twitter. Mas, podemos, diante das posturas polticas
aps esse perodo (como, dentre outros, o prprio discurso da presidenta
ou das medidas adotadas por Geraldo Alckmin e Fernando Haddad em
So Paulo), adotar a frase escrita em um dos cartazes: 20 centavos de
mudana.
REFERNCIAS
BONIS, Gabriel. Protestos mostram esgotamento da democracia parlamentar liberal,
defende Safatle. Carta Capital, 2013. Disponvel em: <http://www.cartacapital.com.
60
61
62
RESUMO
Uma importante alegao dos que saram s ruas nos protestos brasileiros
de junho de 2013, foi a de que conseguiram vencer a suposta inrcia do chamado ativismo de sof. Samos do Facebook foi dito poca. Contudo,
o contedo levado s ruas estava impregnado dos textos e memes que circularam nas redes sociais em especial no prprio Facebook semanas antes
dos protestos. O presente artigo pretende estabelecer pontos de contato entre o contedo que circulava no Facebook imediatamente antes e durante os
protestos e aquele que foi s ruas na forma de cartazes.
PALAVRAS-CHAVE: Cartazes. Ciberativismo. Facebook. Protestos.
ABSTRACT
An important plea from those who went to the Brazilian protests on June
2013 was that one of winning an alleged apathy known as couch activism. We came out from Facebook was said at the time. However, the
contents taken to the streets were full of references to the texts and memes
from social networks specially the Facebook. This paper aims to set common contents exhibited in the Facebook right before and during the protests
with those which went to the streets, written on cards or said in watchwords.
KEYWORDS: Posters. Cyberactivism. Facebook. Protests.
RESUMEN
Una alegacin importante de los que salieron a las calles en las protestas
brasileas de junio de 2013, fue la que han conseguido vencer la supuesta
inercia del llamado activismo de sof. Salimos del Facebook fue dijo en el
momento. Sin embargo, lo que se ha llevado a las calles estaba impregnado
de los textos y memes que han circulado en las redes sociales, en especial en
proprio Facebook, semanas antes de las protestas. El presente artculo pretende establecer puntos de contacto entre contenidos que han circulado en
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
63
INTRODUO
A internet tem sido espao para manifestaes de carter poltico pelo
menos desde o incio da sua popularizao no fim da dcada de 1990.
Na verdade, nesta poca o termo ciberativismo aparece quando o curso
online Utilizar a internet e sistemas eletrnicos para o ciberativismo
oferecido pela Left Online University1. A oferta de um curso sinaliza, de
certo modo, que a ideia geral de ciberativismo j circulava nas redes anteriormente, lembrando-se que aes de hackers, passeatas virtuais (floods)
abaixo-assinados, peties, debates, fruns e organizao de eventos esto
entre as aes mais comuns de ciberativismo.
Em adio, o termo pode assumir diferentes conceitos. Aqui o empregaremos como o conjunto de atividades de articulao, mobilizao e troca
de contedos em prol de determinada causa ou conjunto de causas de
carter diverso (recorrentemente ambiental, poltico ou social) realizada
atravs das mdias digitais (ALCNTARA, 2013), entendendo-se aqui
que o emprego de mdias digitais no lugar de internet j amplia a noo
original de ciberativismo e considera mltiplos suportes, possibilidade que
o prefixo ciber suporta plenamente.
O ciberativismo tem como marco a participao do Exrcito Zapatista
de Libertao Nacional em listas de discusso de e-mail e sites j em 1994
(Ibidem, p.1). Em 1996 o grupo cria sua prpria pgina. Dois anos depois
o Greenpeace comea a usar aes de ciberativismo em sua militncia,
mantendo-as at hoje (ver http://www.greenpeace.org/). Largo alcance,
velocidade de disseminao e baixo custo encontram-se entre as vantagens
do ciberativismo. Contudo, mais do que argumentos pragmticos, o que
est por trs do engajamento nestas aes a sensao de adeso determinada causa e identificao dos sujeitos com as demandas apresentadas
por elas. Dentro da noo de Aldeia Global de McLuhan (1972), adeso
e identificao independem de proximidade fsica, mas de produo de
identidades e compartilhamento de crenas.
2. Para ilustrar melhor este ponto, tomamos como caso emblemtico a reao mundial
s leis antigays na Rssia. Ao longo de 2013, polticos, pessoas pblicas (artistas
como Elton John e Lady Gaga) e usurios da internet em geral, se posicionaram
contra as medidas do governo russo e cobraram retaliao da comunidade
internacional.
3. No Brasil, a Constituio de 1988 prev o direito de petio em defesa de direitos
ou contra ilegalidade ou abuso de poder (BRASIL, 1988).
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
65
poltica por maior que seja o nmero de indivduos nelas envolvidos. Quando muito estas aes servem para pressionar os governos institudos, o que
vale tambm para os pases no democrticos. Por no ser convertido em
ganhos polticos reais, o ciberativismo eventualmente desqualificado e
cabe questionar at que ponto esta desqualificao no contribui com a
manuteno do status quo dos poderes tradicionalmente institudos.
Outros problemas se somam a esse. Um deles de ordem simblica
e complementa o argumento anteriormente apresentado. O virtual
recorrentemente apresentado como antagnico ao real. Ora, o que
antagnico ao real considerado irreal e no deve ser levado em conta,
o ciberativismo cai ento numa espcie de fantasia de bits e bytes. A esse
respeito, Zizek (2003) fala da paixo pelo Real citando Alain Badiou.
Contudo, o virtual imaterial e no irreal. Os acontecimentos do ciberespao existem para os sujeitos neles envolvidos e, por conseguinte,
existem tambm nos meios fsicos onde esto inseridos. Virtual e real
so extenses das experincias dos sujeitos, no sendo excludentes ou
limitantes entre si.
O outro argumento de ordem democrtica e vale para localidades
e este o caso do Brasil em processo de incluso digital. Se camadas
significativas da populao esto fora da rede (seja em termos numricos
ou de representatividade) as decises polticas que partem da rede no
teriam validade, pois no consideram a maioria ou pelo menos a diversidade de segmentos de determinada sociedade. Trata-se do argumento
mais relevante dos trs apresentados, mas que no senso comum quase no
aparece. A democracia das redes seria ento a democracia daqueles que
tm meios financeiros, educacionais e tecnolgicos para acess-la, o que
implica necessariamente em distores.
Real e virtual nos processos polticos se completam, alis, como em
todas as esferas da vida dos sujeitos. Nesta primeira dcada do sculo
XXI, tem havido uma ubiquao entre estes espaos antes considerados
antagnicos. Quando os dispositivos digitais comeam a ser utilizados
em larga escala entre finais dos anos 80 e ao longo dos anos 90, eles so
apropriados pelos sujeitos como um outro, dispositivos aliengenas
recm chegados ao cotidiano. esta lgica que inaugura o discurso do
antagonismo. Porm, em pouco tempo estes dispositivos se naturalizam
no cotidiano e os sujeitos que nasceram da ltima dcada em diante,
pelo menos nas metrpoles do mundo ocidental, no tero vivido sem
ter acesso a dispositivos digitais e por extenso internet. A experincia
66
4. Tunsia, Arglia, Lbia, Jordnia, Mauritnia, Om, Imen, Arbia Saudita, Lbano,
Egito, Sria, Palestina, Marrocos, Djibuti, Iraque, Barein e Kuwait.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
67
68
A mobilizao rpida atravs das redes denomina-se swarming. Segundo monitoramento da empresa Scup5, o swarming brasileiro impactou
mais de 79 milhes de internautas. Embora a forma de quantificao seja
imprecisa devido ao prprio fluxo dos dados nas redes, possvel que o
alcance do swarming brasileiro tenha sido igual ou maior do que o das
Primaveras rabes. O mesmo monitoramento indica que entre mais de
236 mil termos analisados os mais comuns foram protesto, o gigante
acordou, vem pra rua e acorda, Brasil.
As redes sociais so, ao mesmo tempo, gatilho e reflexo da insatisfao
que levada s ruas. No s as hashtags e termos recorrentes so indcio
disso, como tambm o compartilhamento de textos, imagens, vdeos e udios funcionaram como catalisadores da insatisfao geral dos brasileiros.
As relaes deste fenmeno com as redes sociais, em especial com o Facebook so estreitas, pode-se dizer mesmo que a Primavera Brasileira6, como
os acontecimentos passaram a ser chamados, s aconteceu em funo da
articulao dos sujeitos atravs desta rede. Da o uso da expresso samos
do Facebook. Efetivamente, o potencial da rede para o exerccio de uma
nova cidadania j existia desde os primrdios da sua fase comercial, contudo o aumento da base de usurios e a sua articulao em redes sociais
que amplia a circulao das informaes e, por conseguinte, os debates.
Em relao ao Facebook especificamente o brasileiro conseguiu sair dele
quase 10 anos depois do seu lanamento.
Embora o swarming brasileiro tenha pego de surpresa diversos segmentos da sociedade, de 2012 at os protestos acontecidos em julho
de 2013, houve uma srie de movimentos menos comentados na mdia, mas significativos para perceber que comeava a se delinear uma
nova forma de uso do Facebook pelos usurios brasileiros. Questes
de carter poltico-social comearam a eclodir na rede, como o apoio
aos Guarani-Kaiow em 2012, manifesto pela adio do nome do povo
indgena ao sobrenome do usurio em seu perfil. Meses antes, tornou-se
popular a frase somos todos Pinheirinhos, alusiva expulso violenta
69
71
redes sociais, muitos continham hashtags, estendendo a lgica de indexao que torna o contedo visvel por catalog-lo e arquiv-lo. Alm
disso, havia textos em ingls, sugerindo a expectativa de que a internet
os tornesse visvel tambm a estrangeiros. Os cartazes foram pensados
no apenas para serem vistos ao vivo, mas para serem fotografados,
filmados e compartilhados. Temos aqui trs pontos interessantes. O primeiro se refere noo de que os textos dos cartazes voltariam s redes
sociais na forma de imagens, captadas tanto por aqueles que os portavam
quanto pelo pblico presente nas manifestaes. A este papel adiciona-se,
num primeiro momento, o de conclamar aqueles que estavam em casa
(#vemprarua) para tomar parte dos acontecimentos. O segundo se refere
mdia tradicional. Mesmo tendo surgido de uma crtica incipiente a
seu modus operandis, as demandas dos protestos foram reincorporadas
por elas e agendadas. O usurio das redes percebeu isso e foi capaz de
elaborar estratgias de visibilidade para as mdias de massa. Do mesmo
modo, de posse da noo de Aldeia Global (McLUHAN, 1972) o internauta produziu contedos compreensveis por estrangeiros, de modo
anlogo Primavera rabe (para citar um evento originado em pases
de lngua no inglesa), com a diferena que neste caso os manifestantes
buscavam sensibilizar tambm a comunidade internacional em busca
de solues para os problemas apontados, o que no pareceu se aplicar
ao caso brasileiro.
Tem-se a sensao geral de que, em portugus ou ingls, com ou sem
humor, os cartazes foram feitos para amplificarem nas mdias digitais
ou tradicionais os discursos de seus portadores. O uso das hashtags nos
cartazes refora isto, num movimento multiplataformas (a lgica de indexao e identificao de temas correlatos atravs das hashtags passa
por diferentes suportes miditicos). Os sujeitos saram do Facebook, mas
aparentemente o Facebook no saiu deles. Tanto em termos de discurso
quanto em termos estratgias de visibilidade.
73
compartilhados. Em adio, e corroborando para sua excluso dos materiais analisados, os textos que circularam durante o perodo muitas vezes
refletiam opinies pessoais, reproduo de colunas ou editoriais dos meios
tradicionais ou alternativos, o que ampliaria a complexidade da coleta e
posteriormente da anlise, alm de implicar em questes ticas, j que os
usurios teriam suas opinies particulares coletadas e escrutinadas sem
aviso ou anuncia prvia. Vdeos e udios foram descartados por aparecerem em quantidade muito menor.
A prpria pgina pessoal da pesquisadora foi utilizada como ponto de
partida. Contando com cerca de 200 contatos e tomando-se como pressuposto que cada um desses contatos possui uma mdia outros 200 em sua
lista, tem-se um alcance de 40.000 usurios. Cabe destacar que, utilizando-se uma mostra por proximidade, dois vieses so possveis: o primeiro
quanto abrangncia geogrfica e o segundo quanto faixa etria dos
donos dos perfis em que a coleta foi feita. Embora a pesquisadora tenha
contatos de outras regies do pas em sua rede, a maioria oriunda da
Regio Metropolitana do Recife, local de sua moradia e trabalho. Em
funo disto apareceram na coleta muitas questes referentes ao estado de
Pernambuco e mobilidade urbana na RMR que foram descartadas para
este artigo. Em relao idade, a mdia dos contatos gira entre 20 e 40
anos. Nesse ponto, por falta de subsdios para uma anlise mais acurada,
no fomos capazes de supor se em outras faixas etrias discursos distintos
foram levantados pelos usurios.
Numa segunda etapa, para que fosse realizada a comparao entre os
textos que circulavam no Facebook e os que foram s ruas na forma de
cartazes, foram coletadas obedecendo-se a mesma metodologia imagens
de cartazes dos protestos em todo o Brasil. A ttulo de complementao
foram feitas fotografias dos cartazes do protesto do Recife do dia 20 de
julho de 2014. Este cuidado duplo (coleta e captao de imagens) se deu
a partir da percepo que j nas manifestaes de So Paulo havia um
rebatimento entre os textos que circulavam no Facebook e aqueles que
iam s ruas. Com isso, formula-se a hiptese do rebatimento dos textos
do Facebook e dos cartazes, analisada a seguir.
No decorrer de junho de 2013 foram coletadas imagens de 235 cartazes
atravs do perfil da pesquisadora no Facebook. Para o presente artigo selecionamos alguns destes cartazes de acordo com cinco categorias: (1) uso
de hashtags; (2) textos em ingls como estratgia de visibilidade; (3) Vem
pra rua e variaes e (4) Jogaram Mentos na gerao Coca-Cola. Em
todos os casos criamos uma figura composta de diversas imagens relativas
74
1. Uso de hashtags
75
2.Textos em ingls
Figura 2 Cartazes em ingls.
A imagem acima, coletada do Facebook e aqui reproduzida sem qualquer edio, demonstra a ocorrncia de cartazes em ingls durante os
protestos. Por ser uma montagem previamente realizada, difcil precisar
o lugar de origem destes cartazes. Contudo, durante julho de 2013, textos
em ingls foram utilizados em pelo menos cinco capitais brasileiras: So
Paulo, Rio de Janeiro, Belo Horizonte, Recife e Fortaleza, conforme levantamento feito atravs da visita a perfis de moradores de tais localidades. No
caso dessas cidades, a questo da visibilidade internacional pode ter sido
agravada em funo da Copa das Confederaes, evento preliminar Copa
do Mundo, que ocorreu no pas durante o mesmo perodo. Cabe ressaltar
76
O mote principal da convocao dos brasileiros s ruas e da transposio do ciberativismo para as manifestaes foi a frase vem pra rua
e suas variaes. Convertida na hashtag #vemprarua, a expresso serviu
no s para chamar para os protestos, mas tambm para concentrar
informaes a seu respeito atravs do processo de indexao. Alm do
chamamento, vem pra rua contm uma crtica grande mdia, pois se
refere a uma propaganda da empresa de automveis Fiat, alusiva Copa
das Confederaes veiculada na primeira quinzena de junho em que se dizia
77
vem pra rua, que a rua a maior arquibancada do Brasil11. Por coincidir
com o incio e com o esprito dos protestos a frase foi reapropriada pelos
usurios das redes sociais. O que deveria ser uma convocao festa,
virou um slogan das manifestaes; um lembrete sutil pelo menos num
primeiro momento de que a propaganda de uma indstria de carros era
antagnica questo da mobilidade urbana, primeira pauta dos protestos
e, mais adiante, uma indicao de que o brasileiro no queria apenas ir s
ruas para celebrar, mas para reivindicar direitos.
11. O jingle foi composto por Henrique Ruiz Nicolau e produzido pela empresa S de
Samba, atuante no mercado publicitrio brasileiro desde 1998. Marcelo Falco
empresta a voz gravao feita para a Fiat. O vdeo da campanha pode ser visto
no endereo <https://www.youtube.com/watch?v=SxMIwZZPlcM>. Acesso em
24 de abril de 2014.
78
CONSIDERAES FINAIS
Percebeu-se, de um modo geral, a reproduo quase literal dos discursos
das ruas no Facebook e vice-versa. difcil afirmar que todos os discursos seguem o fluxo Facebook rua, como aparentou ser num primeiro
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
79
REFERNCIAS
LCANTARA, Lvia Moreira. Ciberativismo: mapeando discusses. Anais da Anpocs. 2013. Disponvel em <http://www.anpocs.org/portal/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=8679&Itemid=429>. Acesso: em 20 abr. 2014.
CASTELLS, Manuel (1999). A sociedade em rede. So Paulo: Paz e Terra.
JENKINS, Henry (2009). Cultura da convergncia. So Paulo: Aleph.
HABERMAS, Jrgen (1984). Mudana estrutural da esfera pblica. Rio de Janeiro:
Tempo Brasileiro, 1984.
McLUHAN, H. M (1972). A galxia de Gutenberg: a formao do homem tipogrfico. So Paulo: Nacional.
MANOVICH, Lev (2001). The language of new media. Cambridge: MIT Press.
LEVY, Pierre (2010). Cibercultura. So Paulo: Editora 34.
ZIZEK, Slavoj (2003). Bem Vindo ao Deserto do Real: cinco ensaios sobre o 11 de
Setembro e datas relacionadas. So Paulo: Boitempo Editorial. Coleo Estado de
Stio.
81
RESUMO
Este artigo remete a reflexes produzidas aps a realizao de trabalho de
campo sobre as manifestaes estudantis portuguesas entre 2012 e 2013.
Sugere a reviso e reconstruo de preconcepes metodolgicas durante
a execuo do trabalho de campo em antropologia. Produz reviso terica
sobre a pesquisa e a militncia na antropologia contempornea enquanto
profere dilogo com o observado em campo.
PALAVRAS-CHAVE: Metodologia de pesquisa. Teoria antropolgica. Antropologia reflexiva.
ABSTRACT
This article refers to reflections produced after conducting fieldwork about
Portuguese student manifestations between 2012 and 2013. It suggests a
revision and reconstruction of methodological preconceptions while performing fieldwork in anthropology. It puts forwards a theoretical review
on research and activism in contemporary anthropology while promoting
dialogue with the observed on the field.
KEYWORDS: Research methodology. Anthropological theory. Reflexive anthropology.
RESUMEN
Este artculo se refiere a las reflexiones producidas despus de la realizacin del trabajo de campo sobre las manifestaciones estudiantiles portuguesas entre los aos 2012 y 2013. Sugiere una revisin y reconstruccin
de las preconcepciones metodolgicas durante la ejecucin del trabajo de
campo en antropologa. Genera una revisin terica de la investigacin y
del activismo en la antropologa contempornea y articula con el campo
observado.
PALABRAS CLAVE: Metodologa de la investigacin. Teora antropolgica.
Antropologa reflexiva.
82
INTRODUO
Vivemos em um ambiente que prima por ser globalizado, unificado,
padronizado, e ao invs de desenvolver melhores condies de vida, e
situaes estveis para a sociedade, acaba por provocar as denominadas
crises, e as catstrofes.
Ambas as situaes solicitam uma ou mais anlises sociais que busquem
identificar causas, explicaes e tentativas de compreenso, e na medida
do possvel solues para tais eventos. possvel, esperado e recomendado
que o antroplogo, como cientista social que , seja utilizado como analista
nestas situaes, permitindo ao mesmo a execuo de uma de suas maiores
caractersticas, que a etnografia.
No entanto, realizar etnografia pode ser bastante complicado e peculiar,
como os cenrios inseridos em contexto de violncias apresentados nas
colees de Greenhouse et al (2002) e de Nordstrom e Robben (1995),
ou mesmo o observado por Marcus (1995, p. 97-98) com a sua sugerida
etnografia multissitiada, conforme o terreno onde o antroplogo se insere.
O espao assim identificado contemporaneamente, como um dos provocadores de alteraes metodolgicas no nvel de pesquisa.
Situaes de guerras, conflitos e confrontos militares, polticos e religiosos tendem a serem exemplos cruciais de campo onde o modelo de prtica
etnogrfica necessitou ser adaptado (NORDSTROM; ROBBEN, 1995,
p.4-6), seja por questes de sobrevivncia, seja por questes tericas de
(idealizada) melhoria dos resultados em campo. O material aqui proposto
pretende apresentar algumas reflexes sobre estas adaptaes, enquanto
apresenta o observado em campo.
Os movimentos sociais de protestos estudantis lisboetas apresentam
significativo nvel de confronto com as foras policiais, sendo que, em
algumas das manifestaes observadas, o contato fsico entre as partes
ocorre de fato, com perceptveis danos corporais para os dois grupos
envolvidos. Recordo ainda, que o contexto onde me identifico como pesquisador em antropologia para parte de meus interlocutores precedido
por uma tentativa de minha expulso da manifestao pelos respectivos
manifestantes, atravs do uso de fora fsica e violncia.
Acrescento que no foram poucas as pessoas interlocutoras as quais eu
acabei por descobrir que foram presas ou hospitalizadas aps confrontos
com a PSP, com algum destaque para as situaes que envolveram encontros em frente assembleia da repblica.
83
85
87
mesmo, buscar (o improvvel) resgate ao conhecimento dos valores identitrios e sociais prvios2.
Mesmo conceitos e laos de unio social nos quais so naturalmente
bastante resistentes, como ligaes familiares e de parentesco, ou relaes
organizadas por questes de crena e religio, podem perder sua efetividade, funcionalidade, ou mesmo deixar de existir ou de ser confivel em
situaes de instabilidade extrema. possvel, e esperado, que os sujeitos
de estudo demonstrem que eles no sabem at quando, de que forma,
como e em quem confiar, por exemplo.
Esta barreira ao mtodo antropolgico, pode ser comparada as dificuldades na realizao das primeiras etnografias, por tericos clssicos,
como Malinowski, 1932, porm as dificuldades identificadas dificilmente
entrariam no mesmo grau de complexidade. A situao atual est mais
prxima de uma breve atualizao do que de uma completa reviso,
como j exposto nos pargrafos iniciais.
Um pesquisador que no se afirme e posicione como uma parte ativa, e
presente, do grupo, nesses contextos facilmente um dos primeiros laos
a serem desfeitos pelas partes envolvidas. Uma vez que o descarte de
parentes e amigos, que em suas palavras: mais atrapalham do que ajudam,
ao serem contra a participao em manifestaes, pelos mais diversos
motivos podem ocorrer, o que dir do antroplogo, que em muitos casos
quase que um aliengena, alm de infiltrado e indesejado.
Em paralelo as dvidas que as situaes de crise, ou catstrofe, podem
trazer aos grupos sociais, existem obviamente as necessidades de reconstruo, tanto dos valores e laos sociais, como da prpria existncia de
cada individuo.
A incluso (ou aceite) de agentes (em tese) externos ao grupo ocorre
em momentos pontuais, de crise, e o aproveitar desta possibilidade de
entrada, pelo antroplogo, que permitida pelos sujeitos de estudo,
no deveria ser alvo de contestao ou repudio por aqueles que ousam
querer praticar antropologia, notadamente por aqueles que no estiveram naquele campo. sim, um claro chamado autoridade etnogrfica
89
90
91
92
93
ANTROPLOGOS NATIVOS
Um modo levemente eficaz de contornar a situao envolvendo a
limitao de acesso ao campo, pelas particularidades desse, quando o
prprio antroplogo residente ou originrio da situao, ou encontra-se
em situao, em tese, prxima a do nativo. Esclareo que ter vivido 2-3
anos da infncia, ou ser bisneto de um suposto nativo no torna o antroplogo nativo, como alguns antroplogos nativos gostam de se afirmar.
E viver antes da situao de crise, acompanhar a mesma distncia por 2-3
anos, e depois resolver fazer campo, j com toda uma inveno histrica
carregada na mente no tampouco de grande valia.
A pertena a uma classe social (ou casta) infinitamente superior ao
corpo (ou parte do corpo) de sujeitos de estudo tambm no uma mais
valia. Toda essa pr-construo de valores e conceitos sobre o campo
tem de ser removida4. Esta noo de identidade, muito bem definida,
clara, e ancorada a partir de um nmero reduzidssimo de pontos criticada, e entendo que superada, pela noo de intelectuais cosmopolitas
de Appiah (1996), na qual o autor sugere no somente uma identidade
que transcende um eventual ponto de pertena, como permite a reflexo
sobre uma pertena mltipla, tal qual a que eu observo quando transito
de pesquisador brasileiro que infiltrado para estudante de cincias
humanas que integrado.
Acreditar (previamente) que possui valores compatveis aos dos nativos
somente piora a situao. Um antroplogo externo, ciente que no possui
tais valores, e que tente os conhecer de mais valia que um antroplogo
95
REFERNCIAS
ADAMI, Vitor Hugo (2008). Etnografias como mtodos e dados de pesquisas: as
experincias etnogrficas que atravessam os movimentos Hare Krshina brasileiro e
espanhol. In: BLANES. Ruy Llera; CANTN, Manuela; CORNEJO, Mnica. Teoras y prcticas emergentes en antropologa de la religin. Gipuzkoa: Ankulegi Editorial, p. 21-38.
APPIAH, Kwame Anthony (1996). Cosmopolitan patriots. In: NUSSBAUM, Martha
C. (Ed.) For love of country: Debating the limits of patriotism. Boston: Beacon Press,
p. 21-29.
BOURDIEU, Pierre (1990). The logic of practice. Stanford: Stanford University Press.
CARDOSO, Ruth (1986). A pesquisa antropolgica com populaes urbanas: pro96
97
98
cadernos de
ESTUDOS
SOCIAIS
temas livres
Volume 28 | nmero 1
Janeiro a Junho de 2013
RESUMO
O presente artigo investiga a matriz terica da Economia Poltica da Comunicao (EPC) expondo pontos fundamentais como a definio de Economia Poltica e tambm questes que carecem de maior ateno, como
a passagem de Economia Poltica a Economia- quando essa segunda
quase sufoca a primeira. Ainda expe os fenmenos que justificam a aproximao entre Economia Poltica e Comunicao e discorre sobre as diferentes escolas e temas em EPC. A escolha por abordar esses pontos deve-se
argumentao aqui defendida, que destaca a EPC como corrente terica
com potencial explicativo para fenmenos contemporneos de comunicao, quando os meios de comunicao ganham espao central em processos
sociais, econmicos, polticos e culturais, produzindo contedos sujeitos a
diferentes foras e quase sempre desregulamentados.
PALAVRAS-CHAVE: Economia Poltica da Comunicao. Comunicao.
Economia Poltica. Economia. Meios de comunicao.
ABSTRACT
This paper investigates the theoretical matrix of the Political Economy of
Communication (EPC) exposing fundamental issues as the definition of political economy as well as issues that need further attention, such as the passage
of political economy to economics - when this second almost suffocates
the first. Also exposes the phenomena that justify the approximation of Political Economy and Communication discusses the different schools and themes
in EPC. The choice to address these points should be the argument advanced
here, which highlights the EPC as a theoretical chain with explanatory potential for contemporary communication phenomena, when the media gain
center stage in social, economic, political and cultural processes, producing
content subject to various forces and often deregulated.
KEYWORDS: Political Economy of Communication. Communication. Political Economy. Economy. Media.
101
RESUMEN
Este trabajo investiga la matriz terica de la Economa Poltica de la Comunicacin (EPC), y expone cuestiones fundamentales como la definicin de la
economa poltica, as como temas que requieren mayor atencin, como por
ejemplo el paso de la economa poltica a la economa - cuando este segundo casi sofoca el primero. Tambin expone los fenmenos que justifican
la aproximacin de Economa Poltica y Comunicacin y analiza las diferentes escuelas y temas en EPC. La decisin de tratar estos puntos debe ser el
argumento presentado aqu, lo que pone de relieve la EPC como una cadena
terica con potencial explicativo de los fenmenos comunicativos contemporneos, cuando el contenido de la media gana el centro de la escena en
los procesos sociales, econmicos, polticos y culturales, e la produccin esta
sujeta a diversas fuerzas y, a menudo, desregulado.
PALABRAS CLAVE: Economa Poltica de la Comunicacin. Comunicacin. Economa Poltica. Economa. Media.
ORIGEM E DEFINIO
O termo Economia Poltica surge no sculo XVII, sendo utilizado
para definir o estudo das relaes de produo, acumulao e distribuio
de riquezas, entre as classes da crescente sociedade burguesa: capitalistas,
proletrios e latifundirios. Pelos registros, o francs Antoine Montchrtien,
autor de Tratado da Economia Poltica (1615), foi o primeiro a usar a
expresso, fazendo observaes e recomendaes que tinham como objetivo o enriquecimento do reino (SCHUMPETER, 1964).
Economia Poltica torna-se o nome da nova cincia que surge no
sculo XVIII, no processo da Revoluo Industrial e consolidao do
modo de produo capitalista na Europa. Serve, em parte, para explicar,
justificar e fomentar o capitalismo nascente e os benefcios de se separar
poltica (vinculada a um Estado conservador) e economia (baseada na
crescente classe industrial). Considerava como ineficiente e improdutivo
um mercado que necessitava de uma ajuda forte do Estado. Por isso foi
um poderoso brao do liberalismo e, de incio, progressista, defendendo
a libertao das pesadas leis do Estado e acreditando que o mercado se
autorregularia de forma mais justa.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
103
104
Para os tericos clssicos como Adam Smith, David Ricardo e John Stuart
Mill, significava compreender a revoluo do grande capitalismo e a convulso que transformou as sociedades baseadas primariamente no trabalho
agrcola em sociedades comerciais, manufatureiras e finalmente industriais.
Para os economistas polticos crticos como Marx, significava examinar as
foras dinmicas do capitalismo responsveis por seu crescimento.
105
106
107
108
109
Analisando de modo mais direto o que teria determinado o desenvolvimento de uma Economia Poltica direcionada Comunicao, Mosco
(2009) aponta a transformao da imprensa, da mdia eletrnica e das
telecomunicaes que, de empresas modestas, muitas vezes familiares,
transformaram-se em grandes empresas de modelo industrial durante o
sculo XX.
Mattelart e Mattelart (2010) localizam o incio dos estudos de Economia
Poltica voltados comunicao nos anos de 1960. As primeiras pesquisas
assumem a forma de um questionamento sobre o desequilbrio dos fluxos
de informaes e produtos culturais entre os pases situados de um lado
ou outro do desenvolvimento. Esses estudos ficaram conhecidos como
teoria da dependncia cultural, depois questionada por se constituir em
uma abordagem mecanicista, calcada numa viso dicotmica da realidade
social e impossibilitada de ultrapassar o nvel da denncia.
A partir da dcada de 1970, a Economia Poltica da Comunicao fala
de indstrias culturais, tirando o termo do singular e propondo o plural,
alertando para a necessidade de se penetrar na complexidade das diversas
indstrias de produo simblica (cinema, livro, msica, TV, jornal, etc),
com o objetivo de tentar compreender o processo crescente de valorizao
das atividades culturais pelo capital, o que se verifica de forma ainda mais
intensa a partir do final do sculo XX.
Desde ento, os estudos trazem para o centro do debate em
EPC a terminologia indstrias culturais e sua relao com o mercado,
revisando o termo original e exigindo a atualizao de conceitos. A produo de contedo nas vrias indstrias culturais, geralmente influenciada
pelos processos de mercantilizao, passa a ser discusso em muitos estudos
de EPC, especialmente em sua vertente crtica.
Se o aparecimento das indstrias da mdia no sculo XX justificam a
aproximao da Economia Poltica com a comunicao, para Fonseca
(2005, p. 33) o crescimento de sua vertente crtica teria resultado do
esforo de entender o processo de constituio das indstrias culturais na
sua relao com o marketing e com processos econmicos e sociais mais
amplos.
Sobre as transformaes que trazem para o centro das discusses os
meios de comunicao e suas interseces com os conceitos de indstrias
culturais e modelo de mercado, Bolao (2008, p. 72-73) reflete:
[...] as empresas de cultura passaram a desempenhar um papel no s de
unidades econmicas de valorizao do capital de seus titulares, cada vez
110
mais com origem em outros setores, mas do mercado em geral. [...] A compreenso do fenmeno das corporaes voltadas para a comunicao deve
ser encarada considerando-se a larga articulao entre comunicao miditica
e capitalismo avanado, sabendo-se que contemporaneamente as indstrias
culturais relacionam-se com o prprio funcionamento dos mercados.
Para o autor s possvel compreender o produto dos meios de comunicao se se leva em conta a dimenso central que os veculos de comunicao adquirem especialmente desde as dcadas finais do sculo XX,
articulando-se com o capitalismo avanado, com o modelo de mercado e
contribuindo para a manuteno e avano desse modelo.
Ainda refletindo sobre as articulaes entre capitalismo avanado,
transferncia da autoridade econmica e poltica para sistemas comerciais
e as foras que arrastam os interesses do Estado, Bolao e Braz (2010,
p. 87) destacam:
O atual perodo de desenvolvimento do capitalismo caracterizado pela
mudana do papel do Estado, que progressivamente se afasta da atividade
econmica direta e altera qualitativamente a regulamentao, redirecionada
ao fortalecimento dos mercados. O estado passa de uma linha intervencionista, de produtor de bens e servios e controlador dos ciclos econmicos, para
uma posio de repassador ao mercado de grande parte das suas atividades,
afastando-se tambm em grande medida de sua funo fiscalizadora.
111
existe oficialmente, ela termina sendo exercida pelos setores mais poderosos.
(BECERRA, N 06, jan/fev. 2013, p. 64-65)
113
A VARIEDADE DE TEMAS
Contemporaneamente a EPC tem numerosos interesses temticos,
grande parte envolvendo as transformaes advindas da reconfigurao
capitalista de modo global, que se apresenta de forma mais visvel a partir
do final do sculo XX e tem como caractersticas principais o aumento da
concorrncia, a expanso de novos mercados, o crescimento das inovaes
tecnolgicas e o avano em todas as reas da comunicao, inclusive
informtica e telecomunicaes. Essas transformaes trazem os meios
de comunicao para o centro das mudanas, exigindo reflexes sobre
produo, circulao e consumo de contedos, num cenrio de indstrias
culturais, onde essa produo de contedo ocorre de modo cada vez mais
frtil.
Lanando luz sobre esse cenrio, Brittos (2009) desenvolveu o conceito
fase da multiplicidade de ofertas, para definir o perodo, a partir de
meados dos anos de 1990, em que h maior gama de opes inclusive
de comunicao - para escolha do consumidor. A diversidade de produtos,
no entanto, muitas vezes mascara a concentrao de produo e atende de
modo preponderante a interesses mercadolgicos. Desde esse perodo se
intensifica a ideia de segmentao de mercado e o lanamento de novos
produtos, ainda que pertencentes aos mesmos grupos produtores. Assim,
as indstrias culturais operam no mercado de forma paradoxal, unindo
variedade de produtos e concentrao de produo.
Todas essas questes estimulam os interesses temticos em EPC. Mosco
(2009) apresenta uma lista de interesses dos estudos: as empresas de
114
115
116
CONSIDERAES FINAIS
A perspectiva terica da EPC dispe de potencial explicativo para os
fenmenos que se colocam nas comunicaes de forma mais clara nestas primeiras dcadas do sculo XXI. Por ser inclusiva, a EPC permite
recorrer a vrias explicaes para que se estude os efeitos complexos de
transformaes contemporneas que se interrelacionam, como o avano
do capitalismo, o crescimento das comunicaes e das tecnologias, a
expanso dos mercados e a proliferao das indstrias culturais. Todos
esses processos so atravessados pela comunicao e pelos produtos de
comunicao.
Ainda que questionamentos sobre o socialismo possam representar
um desafio para o marco terico mais crtico da EPC, por outro lado as
dificuldades da teoria da modernizao e dos projetos desenvolvimentistas,
alm das flagrantes desigualdades do capitalismo global, impulsionam esse
mesmo olhar crtico nos estudos.
Em um cenrio neoliberal, com transferncia de autoridade econmica e poltica para agentes privados, com avano da mercantilizao em
diversos processos e com a centralidade que os meios de comunicao
adquirem, faz-se necessrio buscar argumentos que ponham em discusso
os formatos neoconservadores, que resgatem as anlises sobre as relaes
de poder e que estejam atentos s condies de produo, distribuio e
trocas nas indstrias culturais.
A tendncia de concentrao nos aspectos econmicos, os movimentos
que tendem a buscar a ruptura entre econmico e poltico, as interpretaes mais pragmticas e matemticas, menos crticas e sociais, antes de
naturalizadas, devem ser problematizadas.
Com a crescente integrao dos meios de comunicao na estrutura
econmica mundial necessrio que se estude empresas e produtos de
comunicao, buscando amparo em correntes tericas que avaliem processos e prticas de modo crtico e considerem as relaes de poder que
se expressam no sistema econmico, na cultura e nas suas interaes,
buscando assim compreender o papel dos meios de comunicao nos
contextos atuais.
117
REFERNCIAS
BECERRA, Martn (2013). La television pblica em Amrica Latina: condicionantes
y desafios. In: DOURADO, Jacqueline Lima (org.). Economia Poltica do Jornalismo:
campo, objeto, convergncia e regionalismo. Teresina: EDUFPI.
______ (2013). Muito alm do futebol: comunicao, jornalismo e TV. Revestrs,
edio 06, janeiro/fevereiro, p.64-65.
BOLAO, Csar (2008). Desafios da economia poltica da informao, da comunicao e da cultura frente s inovaes tecnolgicas e mudana social: a atual batalha epistemolgica do pensamento crtico latino-americano. In: BRITTOS,Valrio
Cruz (org.). Economia poltica da comunicao: estratgias e desafios no capitalismo
global.So Leopoldo:Unisinos, p. 59-75.
______ (2000). Indstria cultural: informao e capitalismo. So Paulo: Polis.
______ (2004). Mercado brasileiro de televiso. 5.ed. Sergipe: UFS.
______ (2002). O imprio contra-ataca. In: Textos para discusso III. Eptic Economia poltica das tecnologias da informao e da comunicao. Sergipe, p. 1-30.
______ (2005). Mercado Brasileiro de Televiso, 40 anos depois. In: BRITTOS, Valrio Cruz; BOLAO, Csar (orgs). Rede Globo: 40 anos de poder e hegemonia. 2a.ed.
So Paulo: Paulus, p. 19-55.
______; BRAZ, Rodrigo (2010). A regulao das comunicaes no Brasil: conservadora ou liberal? O caso da TV por assinatura. In: BRITTOS, Valrio Cruz (org.). TV
digital, economia poltica e democracia. So Leopoldo: Unisinos,. p.87-103.
BRITTOS, Valrio Cruz (2001). Capitalismo contemporneo, mercado brasileiro de
televiso por assinatura e expanso transnacional. Tese de doutorado Programa de
Ps-graduao em comunicao e cultura contempornea da Universidade Federal
da Bahia, Salvador.
______ (2009). Digitalizao, democracia e diversidade na fase na multiplicidade
da oferta. In: BRITTOS, Valrio Cruz (org.). Digitalizao, diversidade e cidadania:
convergncias Brasil e Moambique. So Paulo: Annablume, p.17-29.
______; MIGUEL, Joo (2008). Indstria cultural: conceito, especificidades e atualidade no capitalismo contemporneo. In: BRITTOS, Valrio Cruz; CABRAL, Adilson (orgs). Economia poltica da comunicao: interfaces brasileiras. Rio de Janeiro:
E-papers, p.37-56.
______; NAZRIO, Paola Madeira (2008). Sociedade civil, digitalizao e movimentos
miditicos estruturantes. In: BRITTOS, Valrio Cruz (org.). Economia poltica da comunicao: estratgias e desafios no capitalismo global. So Leopoldo: Unisinos, p. 29-58.
CLEMENT, Wallace; WILLIAMS, Glen (1987). The new canadian political economy. Kingston: McGil-Queens University Press.
DE PAULA, Joo Antnio (2010). Coleo Economia Poltica e Sociedade. In:
MARX, Karl. Para a crtica da economia poltica. Belo Horizonte: Autntica, p. 7- 8.
DOURADO, Jacqueline Lima (2011). Rede Globo: mercado ou cidadania? Teresina:
EDUFPI.
118
FONSECA, Virgnia P.S. (2005). O jornalismo no conglomerado de mdia: reestruturao produtiva sob o capitalismo global. Tese de Doutorado Programa de Psgraduao em Comunicao e Informao da Universidade Federal do Rio Grande
do Sul, Porto Alegre.
FRANCISCATO, Carlos Eduardo (2013). Possibilidades da Economia Poltica do
Jornalismo nas interfaces entre estudos sobre jornalismo e Economia Poltica da
Comunicao. In: DOURADO, Jacqueline Lima (org.). Economia Poltica do Jornalismo: campo, objeto, convergncia e regionalismo. Teresina: EDUFPI.
GOLDING, Peter; MURDOCK, Graham (2000). Culture, communications and political economy. In: CURRAN, James; GUREVITCH, Michael (orgs.) Mass media and
society. Londres: Arnold, p. 70-92.
GRAMSCI, Antonio (2011). In: COUTINHO, Carlos Nelson (Org.). O leitor de
Gramsci. Rio de Janeiro: Civilizao Brasileira.
MARQUES DE MELO, Jos (2011). Brasil Democrtico: Comunicao e Desenvolvimento. Braslia: Ipea.
MARTINO, Luiz C. (2005). Ceticismo e interdisciplinaridade: paradoxos e impasses
da teoria da comunicao. In: XIV Comps: Niteri.
______ (org) (2007). Teorias da comunicao: muitas ou poucas? So Paulo: Ateli.
MATTELART, Armand; MATTELART, Michle (1999). Histria das Teorias da Comunicao. So Paulo: Loyola.
MARX, Karl (2010). Para a crtica da economia poltica. Belo Horizonte: Autntica.
______ (1977). Parte III. In: Contribuio para a crtica da economia poltica. Lisboa:
Estampa.
MOSCO, Vincent (1999). Economia poltica da comunicao: uma perspectiva laboral. Comunicao e sociedade 1: cadernos do Noroeste, Braga, v.12, n. 1/2, p.
97-120.
______ (2009). La economia poltica de La comunicacin. Barcelona: Editorial Bosch.
SCHUMPETER, Joseph (1961). Capitalismo, socialismo e democracia. Rio de Janeiro: Editora Fundo de Cultura.
______ (1964). Histria da anlise econmica, v.1. Rio de Janeiro: Editora Fundo
de Cultura.
TEIXEIRA, Aloisio (2000). Marx e a economia poltica: a crtica como conceito.
Revista Econmica, v.2, n.4, dezembro, p. 85-109. Disponvel em <http://www.uff.
br/revistaeconomica/v2n2/5-aloisio.pdf>. Acesso em: 20 jan. 2013.
WOLF, Mauro (2008). Teorias das comunicaes de massa. So Paulo Martins Fontes.
ZAIAT, Alfredo (2012). Economia a contra mano: como entender La economia poltica. Buenos Aires: Planeta.
119
RESUMO
O objetivo deste trabalho apresentar as possveis relaes de similaridade e
diferenas entre discurso ps-colonial e o tropicalismo, com nfase no livro
de ensaios Verdade Tropical, lanado por Caetano Veloso em 1997, e no
lbum Noites do Norte (2000) do mesmo autor. Para isso, vamos primeiro
apresentar uma viso geral dos temas centrais do ps-colonialismo, especialmente a crtica ao binarismo epistemolgico e o cosmopolitismo etnocntrico e destacar a dimenso poltica do relativismo crtico do universalismo ocidental. Feito isso, vamos apresentar algumas das possveis relaes
desses temas com a maneira em que Caetano Veloso tentou conceituar tropicalismo no livro Verdade Tropical e no lbum Noites do Norte (2000).
PALAVRAS-CHAVE: Ps-Colonialismo. Tropicalismo. Poltica.
ABSTRACT
The objective of this article is to present the possible relationships of similarity and differences between post - colonial discourse and Tropicalism, with
an emphasis on the collection of essays Tropical Truth released by Caetano
Veloso in 1997 and the album Northern Nights (2000), by the same author.
First we present an overview of the central themes of post-colonialism, especially the critique of epistemological binarism ethnocentric cosmopolitanism, and highlight the political dimension of the critical relativism of
Western universalism. Then we discuss some of the possible relationships
of these themes by an analysis how Caetano Veloso tried to conceptualize
tropicalism in both Tropical Truth and Nights of the North (2000).
KEYWORDS: Post-colonialism. Tropicalism. Political
RESUMEN
El objetivo de este trabajo es presentar las posibles relaciones de similitud y
diferencias entre el discurso postcolonial y tropicalismo, con nfasis en el libro
de ensayos Tropical Truth, lanzado por Caetano Veloso en 1997, y lo lbum
Noches del Norte (2000) del mismo autor. Para esto, primero presentamos
120
una visin general de los temas centrales del post-colonialismo, sobre todo la
crtica de binario epistemolgico y cosmopolitismo etnocntrico y poner
de relieve la dimensin poltica del relativismo crtico del universalismo occidental. Listo, vamos a presentar algunas posibles relaciones de estos problemas con la forma en que Caetano Veloso intent conceptualizar tropicalismo
en el libro Tropical Verdad y lo lbum Noches del Norte (2000).
PALABRAS CLAVE: Post-colonialismo. Tropicalismo. Poltica
INTRODUO
O Brasil padece de uma espcie de priso de crebro: tem peonha no miolo.
preciso sujeitar-se dolorosa operao da crtica de si mesmo, do desapego,
Do desdm, e at do asco de si mesmo, a fim de conseguir uma cura radical
Tobias Barreto
121
123
cognitivo, uma vez que ofusca aquilo que supostamente busca elucidar, a
saber, as diferenas internas dessa multiplicidade de fenmenos sociais subsumido nesse outro genrico, bem como as relaes efetivas entre o Ocidente
imaginado e o resto do mundo (COSTA, 2006, p.88).
124
125
127
() Mais avanado que a mais avanada das mais avanadas das tecnologias (Um ndio, Bicho, 1978) entre outras, e trechos significativos de
entrevistas e de ensaios em especial neste ltimo captulo que estamos
analisando, em que se pode ler frases como Sendo assim, que a ambio
brasileira seja a de levar o atesmo, filho do Ocidente, s suas ltimas
consequncias (VELOSO, 1997, p. 498); ou trechos extensos e auto
elucidativos como este:
A grande movimentao que levou a chama civilizatria das reas quentes
para o frio norte do hemisfrio norte parece estar depois de atingir o Japo
e tigres asiticos neocapitalistas e China neocomunista - madura para fazer
um desvio de rota. Ter como horizonte um mito do Brasil - gigante mestio
lusfono Americano do hemisfrio sul como desempenhando um papel
sutil mas crucial nessa passagem simplesmente uma fantasia inevitvel
(VELOSO, 1997, p. 501).
por conta disso que Caetano se baseia no livro O mundo desde o fim
do filsofo brasileiro Antonio Cicero (1995), um livro que se situa em uma
posio curiosa em relao ao campo intelectual brasileiro por se colocar
numa posio contrria tanto em relao aos adeptos do neomarxismo
da Escola de Frankfurt, quanto em relao aos adeptos do ps-estruturalismo francs, postulando a necessidade de uma retomada petulante do
cogito cartesiano. Ora, se a noo do eu forjada na modernidade por
Descartes o alvo preferido das crticas do pensamento contemporneo, a
proposta de Cicero pode ser encarada como, no mnimo, um gesto ousado e anacrnico. Curiosamente, esse gesto anacrnico que ser visto
aqui como um gesto ousado. O livro de Ccero equivale ao gesto ousado
tropicalista e
() pe o Brasil na responsabilidade de ser, no o grande exotismo ilegvel que se ope a razo europeia, mas o espao aberto para a transio
para (parafraseando Fernando Pessoa sobre Mrio de S-Carneiro) um
Ocidente ao ocidente do Ocidente. O que no , de modo nenhum, a
mesma coisa que inibir o Brasil, como querem fazer muitos acadmicos
que se creem antifolclorizantes, reduzindo-o a um bom comportamento
dentro dos parmetros ocidentais cristalizados. Com isso, Ccero destri
a falsa opo entre bizarrice estridente e imitao modesta (VELOSO,
1997, p. 448/449).
128
A DIMENSO POLTICA E O DESRECALQUE PROMOVIDO PELA CANO POPULAR, OU SOBRE A VOLTA DO RUDO
Enquanto os homens exercem seus podres poderes/ morrer e matar de
fome, de raiva e de sede/
So tantas vezes gestos naturais
Podres poderes, Caetano Veloso
129
O ttulo de Noites do Norte se refere a um trecho do livro Minha formao (NABUCO, [1900] 1963), o livro autobiogrfico do abolicionista
pernambucano Joaquim Nabuco. Segundo o que disse Caetano em uma
srie de entrevistas aps o lanamento do lbum, a descoberta de Minha
formao o levou a desistir de fazer um disco experimental, sem a presena
de canes fechadas. Este um ponto crucial para o nosso argumento,
pois as discusses a respeito da escravido como fator decisivo na formao
da sociedade brasileira, no sentido de ter criado todo um imaginrio e um
ethos internalizado nos sujeitos como mostra a complexidade de todo
o livro de Nabuco superaram o interesse de Caetano em fazer um disco
meramente experimental, mais voltado para um esteticismo metalingustico. A questo racial e social do problema da escravido exigiu de Caetano
um disco no qual pudesse expressar a sua forma de pensar o Brasil e o
mundo via perspectiva ps-tropicalista. Curiosamente, neste momento
que o discurso tropicalista se aproxima mais do discurso ps-colonialista.
Um exemplo interessante pode ser retirado de um momento do disco Noites
do Norte ao vivo (2001), em que Caetano canta Caminhos cruzados2,
uma cano de amor feita por Tom Jobim e Newton Mendona, mas
que, neste contexto, se transforma em um cruzamento dissonante entre
segmentos expressivos da sociedade brasileira, que aponta para caminhos
paralelos que s raramente se cruzam. Os rudos da percusso baiana em
dissonncia com a harmonia perfeita sutilmente dissonante dos acordes
da Bossa-Nova.
H um momento em que se podem ouvir rumores de pulsos recalcados no processo civilizador da msica ocidental (WISNIK,1999). Longos
trechos de percusso baiana de msicos estrategicamente colocados no
fundo do palco entrando em choque com o tom suave e bem-resolvido das
harmonias de Tom Jobim. Caminhos cruzados de outras histrias do Brasil.
Os rudos podem ser entendidos aqui como a apario dos segmentos da
2. No CD Noites do norte ao vivo cantada uma srie de canes do disco
131
social afinal de contas, eram mulheres negras pobres que deveriam estar
na cozinha e que eram denominadas macacas de auditrio.
A questo racial e social se imbrica sutilmente neste exemplo e aponta tambm para a complexidade da sociedade brasileira, pois, j em
fins da dcada de 60, mulheres brancas da alta burguesia paulistana se
autodenominavam as macacas de auditrio de Caetano Veloso. E
neste intermezzo entre o surgimento do termo macacas de auditrio
e o tropicalismo, que emerge a Bossa-Nova como
[...] um esforo de criar e consumir uma msica respeitvel () que fosse a
prpria superao da ansiedade que o exigia: ela realizou uma estilizao
mais exigente e, ao mesmo tempo, valorizou o passado, conscientizando-nos
da grandeza da nossa tradio (VELOSO, 1997, p.503/504).
CONCLUSO
A nossa inteno neste trabalho foi apresentar um quadro de ideias associadas ao discurso ps-colonialista, que pudesse mostrar algumas conexes
de sentido e afinidades eletivas com um movimento artstico surgido no
Brasil dos anos 60: o tropicalismo. Vimos que, embora possa haver uma
srie de dessemelhanas entre tropicalismo e discurso ps-colonial, h
alguns pontos curiosos de proximidade, em especial no ps-tropicalismo,
ou seja, na obra musical e terica de Caetano Veloso conduzida aps a
fase heroica e coletiva do movimento tropicalista. Por um lado, a adeso
de Caetano ao universalismo liberal e modernista nos impede de fazer tal
aproximao, enquanto as aventuras estticas que descartam a questo
poltica e social o aproximariam mais de um ps-modernismo e multiculturalismo. Por outro lado, a sua obra tardia e o livro de ensaios Verdade
Tropical nos possibilitam fazer a associao com o discurso ps-colonial,
em especial por conta de uma tentativa de pensar questes sociais e polticas sem aderir automaticamente s esquerdas tradicionais, apresentando
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
133
REFERNCIAS
ANDRADE, Oswald de (1990). A utopia antropofgica. So Paulo: Editora Globo.
BHABHA, Homi K (2007). O local da cultura. Belo Horizonte: UFMG.
BUTLER, Judith (2008). Problemas de gnero: feminismo e subverso da Identidade.
So Paulo: Civilizao Brasileira.
CICERO, Antonio (1995). O mundo desde o fim. Rio de Janeiro: Francisco Alves.
CAMPOS, Augusto de (1978) Balano da bossa e outras bossas. So Paulo: Perspectiva.
COSTA, Srgio (2006). Dois Atlnticos: teoria social, anti-racismo, cosmopolitismo.
Belo Horizonte: Editora UFMG.
FAVARETTO, Celso (1996). Tropiclia: alegoria, alegria. 2 ed. rev. So Paulo: Ateli
Editorial.
FOUCAULT, Michel (2005). As palavras e as coisas. So Paulo: Martins Fontes.
NABUCO, Joaquim. (1963) Minha formao. Braslia, DF: Editora Universidade
deBraslia.
SANTIAGO, Silviano (1978). Uma literatura nos trpicos ensaios sobre dependncia cultural. So Paulo: Perspectiva.
SPIVAK, Gayatri Chakravorty (2010). Pode o subalterno falar? Belo Horizonte:
UFMG
VELOSO, Caetano (1997). Verdade tropical. So Paulo: Companhia das Letras.
______ (2005). O Mundo no chato. So Paulo: Companhia das Letras.
XAVIER, Ismael (1993). Alegorias do subdesenvolvimento: cinema novo, tropicalismo, cinema marginal. So Paulo: Brasiliense.
WISNIK, Jos Miguel (1999). O som e o sentido. Uma outra histria das msicas.
So Paulo: Companhia das Letras.
134
Bernadete Zimmerle
Sociloga. Diretora de projetos quantitativos do Lince Instituto de Pesquisa. E-mail:
bernadete@lincepesquisa.com.br.
RESUMO
O artigo objetiva refletir a situao dos abrigos institucionais da Regio Metropolitana do Recife aps mais de vinte anos da promulgao do Estatuto
da Criana e do Adolescente (ECA). No se prope a elaborao de diagnstico sobre a totalidade do Sistema Protetivo, mas aprofundamento de
questes subjetivas relacionadas ao desenvolvimento integral dos acolhidos.
A finalidade evidenciar os fatores que prevalecem e esto relacionados com
violaes dos direitos da criana e do adolescente e/ou dificuldades para seu
cumprimento. Paralelamente, o artigo identificar certos avanos no sentido
de buscar a adequao do Sistema de Garantia de Direitos da Criana e
do Adolescente (SGDCA) ao ECA. A abordagem das questes tratadas se
baseia em pesquisa qualitativa, pesquisa bibliogrfica (dados secundrios)
e estudos empricos, realizados por institutos e rgos do poder pblico, a
exemplo do Instituto de Pesquisa Econmica e Aplicada (IPEA), do Instituto Pr-Cidadania e do Conselho Nacional do Ministrio Pblico (CNMP).
PALAVRAS-CHAVE: Acolhimento institucional. Sistema protetivo. Violao de direitos. Desenvolvimento integral. Regio Metropolitana do Recife.
ABSTRACT
The article reflects on the situation of institutional shelters of Metropolitan
Region of Recife over twenty years after the enactment of the Estatuto da
Criana e do Adolescente (ECA). The purpose is to highlight the factors that
are still prevailing and somehow relating to violations of the rights of children
and adolescents or difficulties in its implementation, as well as highlighting
aspects that represent positive outcomes in the process of adjusting the current situation to the Children and Young people Guaranteed System - Sistema
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
135
INTRODUO
O Estatuto da Criana e do Adolescente (ECA) foi, sem dvida, um
avano expressivo em termos de estrutura legal e institucional na garantia
dos direitos e proteo da criana e do adolescente. Segundo Simes (apud
Machado, 2011), o ECA inovador na medida em que concebe a criana
e o adolescente como seres passveis de proteo integral em virtude de
serem indivduos em desenvolvimento. Nesse sentido, a criana e o adolescente passam a ser priorizados, independentemente de raa, classe social,
gnero, sexo ou qualquer outra categoria identitria.
Apesar dos avanos ocorridos desde a promulgao do ECA, em 1990,
as instituies que deveriam proporcionar a garantia efetiva dos direitos
e proteo criana e ao adolescente ainda no conseguem, na maioria,
lidar com os desafios cotidianos de forma eficaz. A maioria delas ainda
precisa se adequar ao novo paradigma estabelecido pelo Estatuto, o qual
136
137
Quando, nos servios de acolhimento, as crianas e os adolescentes so vistos pelos profissionais como menores abandonados, coitadinhos, que no
tiveram sorte de receber o amor maternal (segundo os padres idealizados
por nossa sociedade), esses profissionais s podero realizar um acolhimento assistencialista, que oferece condies para que os desprivilegiados e
incapazes possam apenas sobreviver e ocupar posies subalternas em sua
comunidade (ELAGE et al., 2011, p. 27).
O grande desafio do Estatuto exatamente essa intersetorialidade, a gente comear a se articular, a gente olhar e dizer que temos toda uma rede, um sistema
de garantia e que tem que ser articulado. O Estatuto, o princpio dele esse Sistema de Garantia de Direito, Poder Judicirio, Ministrio Pblico, Conselho Tutelar, Defensoria Pblica, Conselho de Direito, tudo isso faz parte do sistema de
garantia. Agora, como estamos nos articulando hoje, no h integrao. Cada
um est fazendo o seu, como de praxe, cada um faz o seu e pronto. (TJPE).
Ressalte-se que dois aspectos que emergiram como centrais nas vrias
etapas da pesquisa, no somente do sistema protetivo, mas tambm do
socioeducativo, do Recife e RM, muito embora o socioeducativo no seja
discutido neste artigo, foram: a fragilidade da rede socioassistencial tais
como a rea de educao, de sade, que no do conta de atender as necessidades das crianas e adolescentes hoje e a falta de articulao dos vrios
atores sociais e instituies que compem o sistema de garantia de direitos
das crianas e adolescentes, fazendo com que os destinos dessas crianas e
adolescentes passem a ser decididos, majoritariamente, pelo Judicirio (o
poder do juiz em particular). Nesse contexto, a articulao dos vrios profissionais e rgos que fazem parte do sistema de garantias quando ocorre
marcada pela desarticulao e fragmentao, no chegando a funcionar
propriamente como um sistema integrado, que fiscaliza e executa de forma
inter-relacionada, e tampouco exerce o poder de deciso em conjunto.
Observadas essas questes que permeiam o Sistema de Garantia de
Direitos e impactam diretamente no Sistema Protetivo, pretende-se fazer uma reflexo sobre a situao dos abrigos institucionais do Recife e
Regio Metropolitana sob o ponto de vista de entidades fiscalizadoras e
executoras do SGDCA, bem como representante do Executivo municipal
que trabalha na diviso da criana e do adolescente, alm de gestor de
casa de acolhimento do Recife. A finalidade evidenciar, por meio da
anlise deste artigo, os fatores que ainda prevalecem e, de alguma forma,
esto relacionados com violaes dos direitos da criana e do adolescente
e/ou dificuldades para seu cumprimento, bem como destacar aspectos
que representam avanos no sentido de buscar a adequao do SGDCA
ao ECA.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
139
Nmero de Entrevistas em
Profundidade
1
1
1
1
1
1
6
UM OLHAR PARA O SISTEMA PROTETIVO: IDENTIFICANDO VIOLAES DE DIREITOS EXERCIDAS NO PERODO DE ACOLHIMENTO
INSTITUCIONAL
Diferentemente dos internatos e orfanatos, onde historicamente as
crianas e os adolescentes permaneciam por tempo indeterminado e no
eram oferecidas condies adequadas para seu desenvolvimento pleno e
integral, o acolhimento institucional definido pelo ECA recebe crianas
e adolescentes que tiveram seus direitos violados, mas o afastamento
temporrio na maioria dos casos, para que as crianas e os adolescentes
fiquem longe de sua famlia de origem o menor tempo possvel. Segundo
Silva (2004), o termo acolhimento institucional modifica, de fato, as
concepes anteriores sobre a finalidade dessas instituies, que devem
funcionar como residncia provisria, na qual as crianas e os adolescentes
cujos direitos foram violados permanecem at que possam retornar ao lar
de origem ou, em caso de impossibilidade, serem colocados em famlias
extensas ou em famlias substitutas; ou, em ltimo caso, permanecerem
sob a tutela do Estado. Conforme as Orientaes Tcnicas dos Servios de
Acolhimento para Crianas e Adolescentes, deve ocorrer [e]xcepcionalidade do afastamento do convvio familiar: garantia do convvio familiar
e comunitrio, e garantia de que o afastamento do contexto familiar seja
uma medida excepcional, aplicada quando a situao represente risco
grave integridade fsica e psquica (BRASIL, 2009, p. 18).
A pesquisa sinaliza que a mudana conceitual de orfanato para
casa de acolhimento est trazendo, mesmo de maneira parcimoniosa
e assistemtica, a transformao no funcionamento das instituies de
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
141
143
8. Com isso no estamos querendo afirmar que o uso abusivo de drogas restringe-se
a essas famlias cujos filhos so acolhidos, uma vez que sabemos o quanto droga
impacta hoje junto aos mais variados tipos de famlias de diferentes classes sociais.
9. As respostas foram mltiplas, o que permitiu citar mais de um motivo para o
ingresso de crianas e adolescentes nos acolhimentos institucionais.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
145
Hoje tem a realidade do crack, muitas mes que usam a droga, esto perdendo o contato com os filhos por conta do crack, saem noite e deixam
eles sozinhos, dormindo, e quando eles acordam e saem chorando pela rua,
ento a vizinhana v e chama o Conselho Tutelar (TJPE).
[...] ele muda de caso a caso. H casos que so mais demorados, mais
complicados, uma famlia que demanda mais cuidados, principalmente,
na grande maioria, as que tm o crack, que o que infelizmente a gente
tem recebido muito... que o pano de fundo. O crack est dilacerando as
famlias, nesses casos... e isso faz com que o tempo fique maior (Gestor de
instituio de acolhimento do Recife).
Eu s fao uma ressalva, realmente, com relao ao crack. O crack o inimigo todo poderoso, ele muito poderoso; a gente no consegue, realmente,
a criana que vem para c e que a famlia usuria e traficante porque s
vezes so as duas coisas , essa famlia, a gente perde (Gestor de instituio
de acolhimento do Recife).
147
definem uma vida minimamente digna no mundo contemporneo (BERNARDI, 2010, p. 37).
Em consonncia com o Estatuto, defendemos a opinio de que a pobreza no deve ser jamais motivo para crianas oriundas de famlia de
baixa renda ingressar em instituies de acolhimento. Apesar do estudo
do CNMP (2013) apresentar que 26% dos representantes dos abrigos
pesquisados terem citado a carncia de recursos materiais, por parte da
famlia ou responsvel, como um dos fatores que favorecem o ingresso
das crianas e adolescentes nos acolhimentos institucionais, no identificamos a pobreza em si como razo que justifique o acolhimento, uma vez
que papel do Estado oferecer condies para que seus cidados adultos
encontrem as oportunidades necessrias para trabalhar, sustentar-se e
manter seus dependentes.
Nessa perspectiva de atrelar pobreza com maiores possibilidades de
violaes de direito cabe citar a correlao enfatizada pelo Plano Nacional
de Convivncia Familiar e Comunitria (PNCFC, 2006) ilustrando que
famlias que vivem em um estado de misria tm maior probabilidade de
gerar e enfrentar situaes de estresse11 e, como consequncia, h, nesses
ambientes, maior propenso para que ocorram violaes de direitos e atos
de violncia contra os mais vulnerveis, como crianas, adolescentes e
idosos. Esse tipo de correlao aparentemente superficial e de certa forma
simplista, no sentido de no problematizar as inmeras formas de estresse
que tambm impactam famlias de alta renda e, certamente, fragilizam as
crianas e os adolescentes, tende a funcionar como forma de respaldar
necessidades de acolhimento conforme salientado por entrevistado:
Se voc for pegar o aspecto legal, pobreza no motivo de acolhimento, mas
existe, no papel no est, o que tem como motivo abandono, negligncia;
mas quando voc vai ver, o motivo pobreza. Uma famlia em que voc v
que os laos afetivos so fortssimos, que eles se amam, se querem bem, mas
no tm condies de estarem juntos, a acolhe. A vou te dar uma opinio
pessoal: eu acho isso um crime, voc tirar uma criana, um adolescente da
sua famlia porque o motivo pobreza. A gente tem que trabalhar aquilo
149
ali, foi aquilo que falei: a gente tem que ponderar aquela famlia, que habilidades aquelas pessoas tm, porque isso no motivo (Gestor de abrigo
institucional no Recife).
151
As escolas esto ruins, a gente tem meninos aqui que passam, que esto s
vezes no quarto ano e no sabem nem ler direito, o que a gente chama
dos analfabetos funcionais. Ento isso um problema srio das escolas e
eles so nossos parceiros. A instituio de acolhimento no tem obrigao
de alfabetizar, no o papel dela, o papel dela proporcionar e garantir
a escola, agora, no alfabetizar ou ensinar, ento como fao com esse
parceiro, que a escola, que a educao de um modo geral, que a gente
tem essa questo costumeira: hoje no tem aula... hoje a gente tem o Projeto
Travessia, que passou o semestre todinho sem funcionar, comeou agora,
foi retomado agora no segundo semestre, quer dizer que um projeto de
acelerao, por a voc v, que um projeto de acelerao que passa o
semestre sem ter aula. Ento uma coisa que evidencia muito isso, comprometendo o princpio da completude, porque a gente precisa dessa rede,
e essa rede tambm est muito capenga e cheia de buracos, a gente vai para
a sade, tambm, que a demanda muito grande e, s vezes, a gente no
consegue atendimento, principalmente o atendimento odontolgico. Os
outros, eu at fico calada, com exceo do neuropediatra, que no existe
no Estado (Gestor de instituio de acolhimento do Recife).
acolhimento utilizam todos os servios que esto disponveis na comunidade, tais como creches, ensino regular, profissionalizao para adolescentes,
assistncia jurdica, assistncia mdica e odontolgica, atividades culturais,
esportivas e de lazer.
Ainda de acordo com as Orientaes Tcnicas dos servios de acolhimento para crianas e adolescentes (BRASIL, 2009), a estrutura interna das
casas de acolhida deve proporcionar um ambiente confortvel e digno para
que as crianas e os adolescentes sintam-se seguros e protegidos. Contudo,
um dos representantes do TJPE pesquisado, responsvel pela fiscalizao
nos abrigos institucionais da RMR, revelou de forma enftica que h
total descaso quanto a esse aspecto na maioria das casas de acolhimento
do Recife e RM. Segundo informado no processo da pesquisa, parece ser
comum o fato de no haver utenslios bsicos para os acolhidos, como
mveis em quantidade suficiente, objetos pessoais ou mesmo produtos
para higiene pessoal. Alm do mais, a fragilidade da agenda pedaggica,
com pouca oferta de atividades, faz com que muitos fiquem ociosos em
boa parte do tempo.
Ento, o que a gente observa muito de violao de direito o seguinte: como
o Estado, a instituio, o municpio tm tratado no sentido da casa mesmo
do acolhimento, muitas vezes voc chega l os meninos no tm sandlias,
sapatos, roupas, produtos de higiene pessoal, colches, lenis furados, no
tem ventilador, muita sujeira na casa, faltam atividades para eles. Outro dia
eu cheguei l e estavam todos ociosos, sem ter o que fazer, aqueles educadores
todos sentados, sem nenhum estmulo para trabalhar (TJPE).
153
acolhimentos institucionais no Recife e na RMR vive de doaes e de poucos recursos, por isso ainda se vem em situaes precrias dentro das casas.
Elas so, como enfatiza um entrevistado, modelos da condio de uma
casa de famlia de baixa renda, com recursos escassos. E mais, as relaes
so construdas reproduzindo, muitas vezes, o padro de vida familiar,
distanciado de um processo pedaggico de dilogo e afeto, geralmente sem
um trabalho psicolgico que priorize a individualidade dos acolhidos, o
que acaba reproduzindo a cultura punitiva do cdigo do menor. Ento as
crianas e os adolescentes dependem da boa vontade dos indivduos que
trabalham nos abrigos institucionais da RMR. Se eles tm a propenso de
acolher, de investir na autoestima dos acolhidos, de acreditar neles, esses
acabam recebendo maior segurana e oportunidade de superar suas perdas,
seus medos, o abandono. No caso dos educadores sociais, trabalhadores
em geral do servio de acolhimento, que punem e reproduzem a viso
das crianas e adolescentes como abandonados, portanto, no sujeitos
de direitos, mas dignos de pena, dependentes da boa-vontade e favores,
o que temos no caracteriza acolhimento, visto que retroalimenta todas
as inseguranas e baixa autoestima das crianas e adolescentes. O reflexo
disso, diz um entrevistado, a dificuldade nos estudos, problemas com a
oralidade, criana ou adolescente retrado, com dificuldade de socializao. O abrigo institucional nesse contexto est mais prximo dos antigos
orfanatos do que de um modelo de casas de acolhimento definida pelas
orientaes tcnicas, acima referendadas.
A pesquisa mostrou, tambm, que h problemas relacionados com a
rotina de trabalho, particularmente, nos abrigos governamentais. Segundo
alguns pesquisados, h profissionais que no se identificam com o trabalho
das instituies de acolhimento, carecem de empatia na relao com as
crianas e os adolescentes e cumprem suas tarefas por questes meramente salariais, no realizando as atividades planejadas. Normalmente so
pessoas que entraram por meio de seleo (concurso pblico) e chegam
sem ter muita informao sobre o tipo de atividade a ser executada. Esses
profissionais em alguns casos tm nvel superior, mas no se identificam
com as atribuies do cargo relacionadas ao cuidado direto das crianas.
O encontro com uma realidade bem diferente da esperada provoca, em
muitos casos, grande insatisfao e desmotivao, o que leva a uma intensa
rotatividade nessas instituies. Tal situao constatada especialmente
entre os educadores sociais, que atuam nas casas de acolhimento:
154
[...] voc precisa ter uma pessoa comprometida, com nvel de escolaridade,
logicamente, mas no precisa elevar tanto esse nvel, porque um trabalho
que requer muito cuidado, carinho, muita empatia, ento eu acho que no
ato dessa seleo o gestor deveria ser ouvido. Isso uma coisa que me angustia profundamente, para evitar essa rotatividade, agora parou mais, mas
chega, passa dois, trs dias, um ms depois pede para sair e isso gera uma
inquietao nos acolhidos (Gestor de instituio de acolhimento do Recife).
155
156
pedaggica em vigor nas casas de acolhimento que parece fomentar processos de dependncia das crianas e adolescentes acolhidos.
Indiscutivelmente, reconhecemos o impacto dos conflitos emocionais
enfrentados por crianas e adolescentes, vtimas de violncias, perdas e
inmeras formas de abandono. Ao mesmo tempo, salienta-se a importncia
da casa de acolhimento dispor de uma equipe profissional qualificada e
oferecer oportunidades, capazes de proporcionar escutas atentas a essas
crianas e adolescentes, para que elas passem a ter condies de confrontar
e reelaborar suas dores e ausncias. Com isso, pontuamos a importncia de
que a recriao e a re-elaborao de significados de vida sejam produzidas
no cotidiano, com a confrontao de memrias passadas e supostamente
experincias do presente (RICOEUR, 1988, 1992) inovadoras da vivncia de novas rotinas e oportunidades, lembranas da famlia de origem,
enfrentamento da dor da saudade e/ou de sentimentos de raiva, mgoa
quanto aos familiares podendo emergir inmeras possibilidades para
re-elaboraes.
O processo de elaborao e recriao de significados de vida, assim
como a prpria construo do desejo de autonomia e individualidade esto
imbricados nas experincias vividas pelos sujeitos no tempo e no espao.
Com isso, estamos reiterando que as crianas e os adolescentes acolhidos
so heterogneos, com histrias de vida especficas e singulares, apesar
de, na maioria, eles terem em comum a vivncia de precrias condies
socioeconmicas. Ao mesmo tempo, no se pode negligenciar o fato das
casas de acolhimento ter um papel significativo, que, se exercido de forma
eficaz, pode, por meio da vivncia de novas oportunidades, favorecer a
reconstruo e o fortalecimento da autoestima, a procura por experincias
singulares e a busca pela autonomia.
No entanto, o que esta pesquisa demonstrou, por meio das entrevistas
com profissionais de rgos e entidades diferentes, que as casas de acolhimento hoje no vm favorecendo o processo de construo de sujeitos
independentes, seguros e autnomos. Por essa razo, de certa forma, vem
sendo comum o fato de os adolescentes, oriundos de casas de acolhimento,
encontrarem-se pouco preparados ou mesmo despreparados para assumir,
responsabilizar-se por sua vida como adultos. Esse aspecto foi enfatizado
como extremamente preocupante por alguns entrevistados, visto que
tende a perpetuar precrias condies materiais, escolhas limitadas e,
consequentemente, trazer tona vivncias negativas e/ou novas excluses.
Afora os aspectos listados, alguns motivos especficos podem estar
contribuindo para o comprometimento da independncia dos acolhidos,
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
157
considerado problemtico, pois impacta diretamente na dinmica estabelecida nas casas de acolhimento. Segundo Dourado (2012, p. 5),
O governo do Estado ainda responsvel por oito instituies, embora o
processo de municipalizao esteja em curso. Identifica-se, tambm, a falta
de planejamento e de uma definio clara de responsabilidades, recurso e
metas nesse processo.
A gestora de uma casa de acolhimento da RMR expressou preocupao pela possibilidade de que o processo de municipalizao venha a
desestruturar todo o quadro profissional, comprometendo o andamento
e a eficcia do trabalho nessas instituies. Ressaltou que uma mudana
assim poderia afetar emocionalmente as crianas e os adolescentes, por
estarem acostumados com esses profissionais e serem forados, uma vez
mais, a enfrentar o rompimento de laos afetivos.
A pesquisa indica que o processo de municipalizao, ainda em andamento em Pernambuco, no tem sido fcil, e a substituio de profissionais
nos abrigos institucionais do Estado ocorreu com grandes danos para os
acolhidos. Conforme salientado por Dourado (2012, p. 8),
A grande maioria dos educadores sociais e dos tcnicos que cuidavam diretamente das crianas e dos adolescentes submetidos medida protetiva de
acolhimento institucional foram afastados abruptamente de suas funes.
159
160
161
adolescentes acolhidos. Segundo o CNMP (2013), as aes para o desligamento gradativo so realizadas em mais de 80% dos abrigos institucionais.
No entanto, o trabalho da rede socioassistencial fundamental para que
essa famlia seja encaminhada a servios de acompanhamento psicolgico,
programas de promoo sade integral e programas sociais que atuem
desde a perspectiva da preveno a novos abrigamentos, bem como o
fortalecimento dos vnculos familiares, incidindo, consequentemente, na
reduo do nmero de crianas e adolescentes reabrigados.
Os participantes da pesquisa referiram-se, tambm, ao fato de que o
processo de fortalecimento dos vnculos familiares inclui o acompanhamento aos egressos durante seis meses por parte dos profissionais do
acolhimento institucional, mesmo que esse acompanhamento seja feito
de forma ainda muito aqum do esperado. Conforme o CNMP (2013),
58,4% dos abrigos institucionais realizam esse acompanhamento, contra
41,4% que ainda no o fazem.
A gente tem um trabalho de acompanhamento que a gente classifica como
trabalho do regresso, que aquele que deixou a casa por seis meses. Isso
importante at para ver se essa rede to falada, cantada em verso e prosa, est
funcionando. Voc desacolhe uma criana ou um adolescente, voc precisa
que a rede funcione, que o CREAS, que o CRAS com uma assistncia funcione, dando suporte a essa famlia, a esse adolescente, a essa criana. Ento,
assim a gente faz esse trabalho durante seis meses, esse trabalho propriamente
dito do regresso; antes disso tem a preparao para o seu desacolhimento
que toda uma conversa com a criana e o adolescente, com a famlia, e
primordial (Gestor de abrigo institucional no Recife).
163
CONSIDERAES FINAIS
Analisando aspectos da realidade dos abrigos institucionais do Brasil
e da RMR em particular, pode-se inferir que algumas mudanas j ocorreram. Ainda assim, as casas de acolhimento tm pela frente um caminho
extenso para se adequar integralmente ao ECA. Observa-se que, apesar
dos avanos significativos citados neste artigo, resta ainda muito por fazer.
Em comparao com um passado recente, as conquistas so expressivas.
No entanto, quando se intensifica o olhar sobre o Sistema Protetivo, emerge
a necessidade de se fomentar polticas pblicas que realmente promovam
e assegurem os direitos fundamentais e as transformaes de carter infra
e supraestruturais. Alm disso, preciso que a sociedade civil fortalea as
aes de controle social e exijam do Estado o monitoramento e a avaliao
contnua e sistemtica dos servios de acolhimento, a fim de certificar a
implementao dessas mudanas. preciso estabelecer o dilogo com os
representantes dos rgos do SGDCA a fim de garantir o cumprimento
efetivo dos direitos das crianas e dos adolescentes sob medida protetiva.
A pesquisa demonstrou que a cultura do menor parece ainda no
ter sido plenamente extinta no mbito do protetivo, visto que persistem
percepes e intervenes equivocadas em relao s crianas e aos
adolescentes acolhidos, os quais ainda no usufruem integralmente seus
direitos como sujeitos e cidados. Somente a integrao dos vrios atores do SGDCA Conselho Tutelar, Conselho de Direito da Criana e do
Adolescente, Ministrio Pblico, Poder Judicirio, entre outros com a
famlia e a comunidade pode construir perspectivas melhores quanto
realidade das crianas e dos adolescentes em situao de risco pessoal e
social no Brasil.
O desafio para o presente e para o futuro, em curto, mdio e em longo
prazo, assegurar que cada vez menos crianas e adolescentes necessitem de acolhimento nos abrigos institucionais e, caso precisem, que sua
permanncia seja mnima. Outro desafio que a opo pela alternativa
da famlia substituta ocorra somente aps um trabalho exaustivo com a
famlia de origem ou famlia extensa. Por ltimo, ressalta-se que preciso
investir na sensibilizao da sociedade, a fim de garantir a desconstruo
de estigmas, preconceitos e marginalizao que tendem a ser dirigidos s
crianas e aos adolescentes acolhidos.
Esse processo exige um grande trabalho e esforo, que deve ser caracterizado por comprometimento na elaborao de polticas pblicas
estruturais, que invistam na qualidade das intervenes tcnicas, com foco
164
REFERNCIAS
BERNARDI, Dayse C. F. (Coord.) (2010). Cada caso um caso: estudos de caso,
projetos de atendimento. So Paulo: Associao Fazendo Histria: NECA. (Coleo
Abrigos em Movimento). Disponvel em: <http://www.fazendohistoria.org.br/downloads/5_cada_casa_e_um_caso.pdf>. Acesso em: 4 set. 2013.
BRASIL (2009). Conselho Nacional dos Direitos da Criana e do Adolescente. Conselho Nacional de Assistncia Social. Orientaes tcnicas: para os servios de acolhimento para crianas e adolescentes. Braslia. Disponvel em: http://www.sdh.gov.
br/assuntos/criancas-e-adolescentes/programas/pdf/orientacoes-tecnicas.pdf<http://
portal.mj.gov.br/sedh/conanda/documentos/orientacoes_acolhimento_consulta_publica.pdf. Acesso em: 26 ago. 2013.
______ (2006). Presidncia da Repblica. Secretaria Especial dos Direitos Humanos. Ministrio do Desenvolvimento Social e Combate Fome. Plano Nacional de
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
165
166
cadernos de
ESTUDOS
SOCIAIS
ARTIGOS
Volume 28 | nmero 2
Julho a Dezembro de 2013
RESUMO
O presente trabalho visa realizar uma reflexo em torno do Ensino da
Antropologia no Ensino Mdio, que se d por meio da disciplina de Sociologia no Ensino Mdio, sintetizada principalmente atravs do conceito
de Cultura. Partiremos para a realizao de nossa anlise dos Livros de
Sociologia selecionados pelo Plano Nacional do Livro Didtico (PNLD).
Cabe-nos aqui uma crtica reduo da discusso da Antropologia ao
conceito de cultura, bem como marginal posio que esta cincia ocupa
na discusso mais ampla elaborada no Livro Didtico de Sociologia.
PALAVRAS-CHAVE: Ensino de Antropologia. Ensino de Cincias Sociais no Ensino Mdio. Antropologia da Educao.
ABSTRACT
This study reflects on the Teaching of Anthropology in High School,
which is through the discipline of Sociology in high school, mainly synthesized through the concept of culture. We will use for our analysis the
books of Sociology selected by the Plano Nacional do Livro Didtico
[National Plan for Textbooks (PNLD)]. It behooves us a critique here
to the reduction of the discussion of the Anthropology to the concept of
culture as well as the marginal position which this science occupies the
wider discussion elaborated in Textbook of Sociology.
KEYWORDS: Teaching Anthropology. Teaching of Social Sciences in
High School. Anthropology of Education.
RESUMEN
Este trabajo tiene como objetivo llevar a cabo una reflexin sobre la enseanza de la Antropologa en la escuela, que ocurre a travs de la disciplina Socio-
169
loga en la escuela secundaria, sintetizada principalmente a travs del concepto de cultura. Nos vamos a llevar a cabo el anlisis de los libros de Sociologa
seleccionados por el Plano Nacional do Livro Didtico [Plan Nacional de
Libros Didcticos (PNLD)]. Hacemos aqu una crtica de la reduccin del
concepto de la discusin de la Antropologa al concepto de cultura, as como
la posicin marginal que esta ciencia ocupa el debate ms amplio elaborado
en los libros didcticos de sociologa.
PALABRAS CLAVE: Enseanza de Antropologa. Enseanza de las Ciencias
Sociales en la escuela secundaria. Antropologa de la educacin.
INTRODUO
Ao refletirmos sobre a Antropologia, ao menos dentro da tradio acadmica instaurada no Brasil, inevitavelmente nos remetemos ao conceito
de Cultura, tendo em vista que esta cincia que se desenvolve ligada a esta
categoria (KUPER, 2002; LARAIA, 2007). Desde Tylor (2005) que buscou
defini-la como um conjunto de hbitos, leis, costumes etc., passando por
Malinowski (2009) que almejou elaborar uma teoria cientfica da Cultura,
ou mesmo por Lvi-Strauss (2003) que a definiu como tudo aquilo que no
natureza, este conceito mostrou-se central para a formulao e delimitao
do campo da Antropologia, pois como nos coloca Sahlins (1997, p. 41):
A cultura no tem a menor possibilidade de desaparecer enquanto objeto principal da antropologia tampouco, alis, enquanto
preocupao fundamental de todas as cincias humanas. claro que
ela pode perder, e j perdeu, parte das qualidades de substncia natural adquiridas durante o longo perodo em que a antropologia andou
fascinada pelo positivismo. Mas a cultura no pode ser abandonada,
sob pena de deixarmos de compreender o fenmeno nico que ela nomeia e distingue: a organizao da experincia e da ao humanas por
meios simblicos. As pessoas, relaes e coisas que povoam a existncia
humana manifestam-se essencialmente como valores e significados
significados que no podem ser determinados a partir de propriedades
biolgicas ou fsicas.
170
171
pois como nos coloca Geertz (2001) o relativismo cultural no pode ser
entendido como niilismo.
Em todo o caso a definio da Cultura parece sempre algo desafiador,
em uma das interpretaes mais difundidas no campo da Antropologia
Geertz (1989) elaborou uma conceituao que ele assume como semitica, partindo dos pressupostos lanados por Weber, ele assume a cultura
como uma teia de significados, tecida pelo prprio homem. A definio de
Geertz remete nitidamente a uma matriz hermenutica, atravs da qual
se busca compreender a ao humana por meio do contexto no qual se
insere, no caso, atravs da visceral relao em termos compreensivos que
se estabelece entre as partes e o todo, como nos aponta Dilthey (2010).
Muito sinteticamente apontamos aqui alguns expoentes neste debate,
ainda que haja ensimas outras discusses que partem das teorias acima
expostas, em todo o caso, cabe ressaltar que esta discusso que historicamente tem adentrado no espao escolar de forma bastante marginal possui
hoje, ao menos teoricamente, um lugar para sua discusso, por meio do
Ensino de Sociologia no Ensino Mdio, que deveria garantir em verdade
espao para o Ensino das Cincias Sociais, incluindo a a Antropologia e
a Cincia Poltica.2
Buscaremos no decorrer desse texto problematizar o ensino de Antropologia na Educao Bsica, que se d por meio da disciplina Sociologia3,
e tem se substanciado principalmente atravs do conceito de Cultura no
Ensino Mdio, que tomaremos como fio condutor dessa discusso, para
tanto partimos dos Livros Didticos de Sociologia selecionados pelo
Plano Nacional do Livro Didtico PNLD4, bem como do documento
2. No nos interessa nesse momento aprofundar o debate em torno do conceito de
Cultura, este tomado como fio condutor dessa discusso, por compreendermos
que por meio dessa categoria que a Antropologia aparece no Ensino de
Sociologia no Ensino Mdio, ainda que de maneira residual e dispersa. De
forma mais contundente trata-se aqui de elaborar uma crtica a forma como a
Antropologia tem figurado no Ensino de Sociologia.
3. Cabe ressaltar que no nvel universitrio a formao acadmica no campo das
Cincias Sociais se d atravs da articulao entre a Antropologia, Cincia Poltica
e Sociologia, todavia, os limites existentes entre essas cincias no nvel superior
no coincidem com os limites existentes dentro da disciplina de Sociologia na
Educao Bsica.
4. Esse programa surge em 1985 enquanto poltica pblica, no qual o governo federal
centraliza o planejamento, avaliao, compra e distribuio do livro escolar para a
maioria dos alunos da educao bsica no Brasil, tendo sido o programa ampliado
progressivamente, e a partir de 2003 passou a abarcar alm do ensino fundamental
172
referente avaliao de tais livros, para analisar como esse conceito tem
sido apresentado.
173
175
costuma acontecer, mas coma psicologia e a sociologia.. O que nos interessa aqui ressaltar que, devido tradio intelectual instaurada no
Brasil quando discutimos o Ensino de Sociologia na escola estamos nos
referindo, inevitavelmente, ao Ensino das Cincias Sociais, o que no
deve se confundir com o processo de regionalizao dos conhecimentos
de Cincias Humanas por meio dos chamados Estudos Sociais, que se
deu no Brasil principalmente na segunda metade do sculo XX, durante
o regime militar.
A publicao dos Parmetros Curriculares Nacionais (PCN), em 1999,
reforou o indicativo de que deveriam ser abarcados os conhecimentos das
demais Cincias Sociais no currculo do Ensino Mdio, ainda que devamos
ressaltar os limites postos na elaborao desses parmetros, assentados em
uma perspectiva flexibilizante de currculo (CASO, QUINTEIRO, 2007;
OLIVEIRA, 2013a)
Posteriormente as Orientaes Curriculares Nacionais OCN (2006)
assumiram um carter mais disciplinar, ao se voltarem exclusivamente para
a Sociologia ainda que as fronteiras entre as Cincias Sociais sejam tnues
e porosas avanando ainda ao pontuarem a finalidade dessa disciplina
no Ensino Mdio a partir do estranhamento e da desnaturalizao da realidade social. Porm, vale a pena rememorar que autores como Durkheim
so considerados clssicos tanto pela Sociologia, como pela Antropologia,
Laplantine (2006) chega a consider-lo, junto com Mauss, como um dos
pais da teoria antropolgica. Este reconhecimento se faz presente tambm
no processo de seleo dos livros didticos de Sociologia pelo PNLD, tendo
em vista os critrios utilizados:
1. Assegurar a presena das contribuies das trs reas que compem as Cincias Sociais: Antropologia; Cincia Poltica; e Sociologia.
2. Garantir que as Cincias Sociais se apresentem nas pginas do
livro como um campo cientfico rigoroso, composto por estudos clssicos e recentes e por diferenas tericas, metodolgicas e temticas.
3. Permitir, por meio de mediao didtica exitosa, que o aluno
desenvolva uma perspectiva analtica acerca do mundo social.
4. Servir como uma ferramenta de auxlio ao trabalho docente, preservando- lhe a autonomia (BRASIL, 2011, p. 8, grifo nosso).
mas sim motivar uma reflexo que permita ao aluno perceber o carter de construo cultural das regras. Pois o conceito de cultura,
considerado em sua dimenso antropolgica, emerge enquanto um
recurso terico capaz de viabilizar uma atitude comparativa, atravs
da chamada observao participante, que nos permite compreender
as relaes entre um conjunto de normas e outro conjunto diferente
(BRASIL, 1999, p. 39).
177
179
181
Este problema em torno da parca utilizao dos referenciais da Antropologia, bem como da apropriao aligeirada do conceito de Cultura
apresenta-se em ambos os livros analisados. Mostra-se especialmente
problemtica a dificuldade de trazer os avanos da discusso no campo
mais recente da Antropologia, mesmo anlises j consagradas como a
182
183
CONSIDERAES FINAIS
No Ensino Mdio, na busca pela construo de um conhecimento
que rompa com as elaboraes dadas no senso comum devemos destacar
que a Cultura vai para alm de uma herana social, ou mesmo de um
conjunto de crenas, costumes, ritos etc. Ela o que anima as prticas
sociais, que permite que ns enxerguemos o mundo. O que observamos
nos livros didticos analisados , por um lado, uma reificao do conceito
de Cultura, por outro, uma reduo da Antropologia ao debate em torno
deste conceito, alm de ocupar uma posio menor dentro das discusses
articuladas neste artefato cultural.
Apesar de reconhecermos que os livros didticos nunca so reproduzidos integralmente e perfeitamente em sala de aula, voltamos a argumentar
184
11. Destaca-se que nos ltimos anos a Associao Brasileira de Antropologia tem
promovido seminrios, bem como dentro de seus eventos tem aberto espao para
a discusso sobre o Ensino de Antropologia, porm ainda muito centrado na
discusso sobre o ensino de graduao e ps-graduao, tomando destaque mais
recentemente a discusso acerca dos cursos de bacharelado em Antropologia.
Todavia sintomtico que haja ainda um nmero pfio de trabalhos em nvel de
ps-graduao sobre Ensino de Antropologia.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
185
REFERNCIAS
ADORNO, Theodor; HORKHEIMER, Max (1985). A Dialtica do Esclarecimento.
Rio de Janeiro: Jorge Zahar.
ALEXANDER, Jeffrey (2001). Sociologa cultural: formas de classificacin en las
sociedades complejas. Barcelona: Anthropos.
BENEDICT, Ruth (1983). Padres de Cultura. Lisboa: Livros do Brasil.
BOAS, Franz (2004). Antropologia Cultural. Rio de Janeiro: Zahar.
BOMENY, Helena; FREIRE-MEDEIROS, Bianca (2010). Tempos Modernos, Tempos de Sociologia. Rio de Janeiro: editora do Brasil.
BOURDIEU, Pierre (2003). O Amor pela arte: os museus de arte da Europa e seu
pblico. So Paulo: EDUSP, Porto Alegre, RS: Zouk.
BOURDIEU, Pierre (2007). A Distino: crtica social do julgamento. So Paulo:
EDUSP, Porto Alegre, RS: Zouk.
BRASIL (1999). Ministrio da Educao. Parmetros Curriculares Nacionais. Braslia.
______ (2006). Ministrio da Educao. Orientaes Curriculares Nacionais. Braslia.
______ (2011). Guia de livros didticos: PNLD 2012: Sociologia. Braslia: Ministrio
da Educao, Secretaria de Educao Bsica.
BRASIL (2001). Parecer CNE/CES n 492/2001. Diretrizes Curriculares Nacionais dos
cursos de Filosofia, Histria, Geografia, Servio Social, Comunicao Social, Cincias Sociais, Letras, Biblioteconomia, Arquivologia e Museologia. Dirio Oficial da
Unio, Braslia, 9 de julho de 2001.
CAPES (2013). Documento de rea 2013: Antropologia. Ministrio da Educao:
Braslia.
CASO, Carolina Dias Cunha; QUINTEIRO, Cristiane Thas (2007). Pensando a
186
sociologia no Ensino Mdio atravs dos PCNEM e das OCNEM. Revista Mediaes, v. 12, n2, p. 225-238.
CASSIANO, Clia Cristina de Figueiredo (2007). O mercado do livro didtico no
Brasil: da criao do Programa Nacional do Livro Didtico (PNLD) entrada do
capital internacional espanhol (1985-2007). Tese (Doutorado em Educao: Histria Poltica e Sociedade) Departamento de Educao, Pontifcia Universidade
Catlica de So Paulo.
CHUCHE, Denys (1998). A Noo de Cultura nas Cincias Sociais. Florianpolis:
EDUSC.
CUNHA, Manuela (2009). Cultura com Aspas. So Paulo: Cosac Naify.
DILTHEY, Wilhelm (2010). Introduo s Cincias Humanas. So Paulo: Forense
Universitria.
ELIAS, Norbert (1994). O processo civilizador: uma histria dos costumes. Rio de
Janeiro: Zahar, v.1.
FARKAS, Melanie (2009). O ingresso na escola de sociologia. In: KANTOR, Iris; MACIEL, Dbora A.; SIMES, Jlio Assis (orgs.). Escola Livre de Sociologia e Poltica:
anos de formao 1933-1953 depoimentos. So Paulo: Sociologia e Poltica, p.
191-198.
FREITAG, Barbara; MOTTA, Valria Rodrigues; COSTA, Wanderley Ferreira da
(1989). O Livro didtico em questo. So Paulo: Cortez.
GEERTZ, Clifford (1989). A Interpretao das Culturas. Rio de Janeiro: LTC.
______ (2001). Nova Luz Sobre a Antropologia. Rio de Janeiro: Jorge Zahar.
GOMES, Ana Laudelina F. (2007). Notas Crticas sobre as Orientaes Curriculares
Nacionais para a Sociologia no Ensino Mdio. Cronos, v. 8, n 2, p.10-20.
GUSMO, Neusa Maria (2003). Os desafios da diversidade na escola. In: GUSMO,
Neusa Maria (Org.). Diversidade, cultura e educao: olhares cruzados. So Paulo: Biruta, p. 83-105.
KANTOR, Iris; MACIEL, Dbora A.; SIMES, Jlio Assis (orgs.) (2009). Escola
Livre de Sociologia e Poltica: anos de formao 1933-1953 depoimentos. So
Paulo: Sociologia e Poltica.
KUPER, Adam (2002). Cultura A Viso dos Antroplogos. Florianpolis: EDUSC.
LAPLANTINE, Franois (2006). Aprender Antropologia. So Paulo: Brasiliense.
LARAIA, Roque de Barros (2007). Cultura: um conceito antropolgico. So Paulo:
Brasiliense,.
LVI-STRAUSS, Claude (2012). A Antropologia diante dos problemas do mundo
moderno. So Paulo: Companhia das Letras.
______ (2003). As estruturas elementares do parentesco. Petrpolis, RJ: Vozes.
LIMA, Jnia Marsia Trigueiro de; SANTOS, Valdonilson (2012). (Des) Apropriaes do Conceito de Cultura. In: RAMALHO, Jos Rodorval; SOUSA, Rozenval
de Almeida (orgs.). Sociologia para o Ensino Mdio: contedos e metodologias.
Campina Grande: EDUFCG, p. 39-51.
187
SAHLINS, Marshall (1997). O pessimismo sentimental e a experincia etnogrfica: por que a cultura no um objeto em via de extino (parte I).
Mana, v.3, n.1, p.41-73.
SANTOS, Mrio Bispo. A Sociologia no Contexto das Reformas do Ensino Mdio.
In: CARVALHO, Lejeune Mato Grosso de. (org.) (2004). Sociologia e Ensino em
Debate: experincias e discusso de sociologia no ensino mdio. Iju: Ed. Uniju,
p. 131-180.
______ (2012). Diretrizes Curriculares Estaduais para o Ensino de Sociologia: em
busca do mapa comum. Percursos, v. 13, n 1, p. 1-59.
188
189
RESUMO
Este artigo teve como objetivo discutir e analisar quais os papis que os tutores presenciais devem desempenhar na modalidade a distncia no ensino
superior. Para que este objetivo fosse alcanado, os autores realizaram um
estudo de caso em um polo vinculado a uma instituio de ensino superior
de atuao nacional. Para coleta de dados, utilizaram-se entrevistas em profundidade com alunos do polo e observao das interaes entre estes e os
tutores locais. Por meio da anlise dos dados obtidos, pode-se verificar que a
presena de um tutor local minimiza a insegurana dos alunos em relao
educao a distncia. Alm disso, constatou-se que a atuao do tutor local
deve ser bastante ampla, de modo a atender as demandas dos alunos mais
autodidatas e, ao mesmo tempo, dos alunos que necessitam de um acompanhamento mais prximo. Neste sentido, estes profissionais devem desempenhar papis motivacionais, papis de orientao e papis de docncia, de
modo a atender as demandas de diferentes grupos de alunos.
PALAVRAS-CHAVE: Papis dos tutores presenciais. Educao a distncia.
Interao entre alunos e tutores presenciais.
ABSTRACT
Thisarticle discusses and analyzeswhat rolesclassroom tutors should play
at distance learningin college education. To achieve this goal,we conductedacase studyon apoleattached toahigher education institutionof national
performance.For data collection, we conducted interviews withstudentsand
observed the interactionsbetween them andlocal tutors. Throughdata analysis, we can highlight that the presence of local tutors minimizes the uncertainty of students in relation with the distance education. Furthermore, it
190
was foundthat the performance oflocal tutorshould be fairlywide, ensuringthat demands ofself-taught studentsand others,who needcloser monitoring. In this sense,these local tutorsshould play motivationalroles,guidance
roles and teaching roles in order to meet the demands of different groups
ofstudents.
KEYWORDS:Rolesof classroom tutors.Distance education.Interaction between students and classroom tutors.
RESUMEN
Este artculo tiene como objetivo discutir y analizar el papel que los tutores
presenciales deben desempear en la modalidad a distancia en la educacin
superior. Para lograr este objetivo, los autores desarrollaron un estudio de
caso en un polo conectado a una institucin de las operaciones a nivel nacional de educacin superior. Para la recoleccin de datos se utiliz entrevistas
en profundidad con los estudiantes y la observacin de las interacciones
entre ellos y tutores locales. A travs del anlisis de los datos obtenidos, se
puede observar que la presencia de un tutor local minimiza la incertidumbre
de los estudiantes en relacin con la educacin a distancia. Por otra parte,
se encontr que la actuacin de tutor local debe ser muy amplia, a fin de satisfacer las demandas de los estudiantes autodidactas, as como de los estudiantes que requieren una vigilancia ms estrecha. En este sentido, estos profesionales deben desempear papeles de motivacin, direccin y enseanza,
con el fin de satisfacer las demandas de diferentes grupos de estudiantes.
PALABRAS CLAVE: Roles de los tutores presenciales. La educacin a distancia. La interaccin entre alumnos y tutores presenciales.
INTRODUO
A educao a distncia uma abordagem que vem crescendo de maneira bastante acentuada nos ltimos anos no Brasil, principalmente depois
de 2003 (INEP, 2010), o que evidencia a tendncia de crescimento desta
modalidade de educao e a importncia do tema no contexto atual.
Deve-se ressaltar, entretanto, que os pesquisadores que estudam o
tema ainda no chegaram a um consenso acerca de todos os aspectos ou
dimenses que compem a EaD; prova disso a quantidade de conceitos
diferentes que buscam definir o prprio termo educao a distncia.
Especificamente no ensino superior oferecido na modalidade a distncia, um dos componentes do sistema que merece destaque o profissional
denominado como tutor presencial, responsvel por intermediar a relao
191
REFERENCIAL TERICO
1. Fundamentos da educao a distncia
Segundo Moore (1996), educao a distncia uma modalidade de
ensino-aprendizagem na qual os meios tecnolgicos so utilizados para
mediatizar a comunicao que ocorre durante o processo de aprendizado.
Segundo este mesmo autor, a modalidade de ensino-aprendizagem que ficou
tradicionalmente conhecida como educao a distncia, baseada somente
em materiais instrucionais que eram estudados por alunos distribudos
por todo o territrio, era caracterizada por apresentar reduzido nvel de
dilogo entre os envolvidos.
J de acordo com Tight (1998), educao a distncia pode ser caracterizada como uma modalidade de ensino-aprendizagem na qual os aprendizes
e os profissionais responsveis pelo aprendizado esto separados geograficamente, sendo que, quando h encontros presenciais, os mesmos exercem
funo de reforo e complemento para as atividades de aprendizado que
ocorrem a distncia.
192
193
194
METODOLOGIA DE PESQUISA
Baseado nas afirmaes de Hair Junior et al. (2005, p. 84), que defendem que quando bem conduzida, a pesquisa exploratria abre uma
janela para as percepes, comportamentos e necessidades, escolheu-se
fazer uma pesquisa qualitativa de carter exploratrio.
Segundo Cooper e Schindler (2003) e Aaker, Kumar e Day (2001),
a pesquisa exploratria indicada quando se tem pouco conhecimento
acerca de determinado assunto e quando se busca um maior entendimento
a respeito deste.
Em relao pesquisa qualitativa, Malhotra et al. (2006) explicam que
a pesquisa qualitativa busca descrever, compreender e interpretar os fatos
e fenmenos analisados.
Hair Junior et al. (2005) destacam que a abordagem qualitativa baseada em dados qualitativos, ou seja, dados que representam descries de
coisas sem que haja qualquer atribuio direta de nmeros. Estes mesmos
autores defendem que os dados qualitativos normalmente so coletados
por meio de entrevistas no estruturadas, tais como grupos de foco e entrevistas em profundidade.
Complementarmente, Hair Junior et al. (2005) explicam que as entrevistas em profundidade realizadas em pesquisas qualitativas geralmente
so longas (com durao superior a meia hora), o tamanho da amostra
pequeno (variando entre um e 50 indivduos) e os resultados so subjetivos,
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
195
196
Objeto de estudo
Referencial terico
Coleta dos dados primrios - entrevistas
em profundidade
Descrio
Discutir e analisar quais os papis que os tutores presenciais devem desempenhar na educao a distncia,
no ensino superior.
Um polo de uma instituio de educao a distncia de
grande porte, localizado no Estado de So Paulo, que
possui cerca de 160 alunos.
Desenvolveu-se um referencial terico abordando os
fundamentos da educao a distncia e os papis do
tutor presencial nesta modalidade de ensino.
Entrevistas com doze alunos do polo estudado, de trs
turmas distintas, seguindo um roteiro semi-estruturado
de pesquisa.
Questes especficas
1
2
3
4
5
6
7
197
198
199
CONSIDERAES FINAIS
Este trabalho teve como objetivo discutir e analisar os papis que o
tutor presencial deve desempenhar no ensino a distncia.
200
REFERNCIAS
AAKER, D. A.; KUMAR, V.; DAY, G. S (2001). Pesquisa de marketing. So Paulo: Atlas.
ARETIO, G (1994). Educacin a distancia hoy. Madrid: UNED.
ARREDONDO, S. C. (1998). Accin tutorial en los centros educativos: formacin y
prctica. Madrid: UNED.
201
202
RESUMO
O presente trabalho tem como finalidade discutir a formao do campo
cientfico em Pernambuco a partir da implantao de instituies de pesquisa, ensino e fomento no Estado e como tais instituies contriburam
para a consolidao do referido campo. Alm disso, debater como o habitus
cientfico foi reproduzido entre os agentes atravs das prticas cotidianas
(o saber-fazer) incorporadas no mbito de tais instituies. Para isso, o referencial terico se respaldou na teoria bourdiesiana, especialmente no que
se refere ideia de campo cientfico e habitus. No que se refere aos procedimentos metodolgicos, foram utilizadas fontes documentais e bibliogrficas,
bem como entrevistas semi-estruturadas com pesquisadores da comunidade
cientifica pernambucana. Os dados da pesquisa revelaram que os agentes
da comunidade cientfica local reproduzem prticas universais do campo
cientifico e que as instituies de ensino e pesquisa, alm da Fundao de
Amparo Cincia e Tecnologia do Estado de Pernambuco (Facepe), so
microcosmos do campo cientfico.
PALAVRAS-CHAVE: Campo cientfico. Habitus. Facepe. Pernambuco.
ABSTRACT
This article discusses the formation of the scientific field in Pernambuco
taking into account the implementation of research, teaching and promotioninstitutions and how theseinstitutions contributed to the consolidation
of that field. Also, discuss how scientific habitus was played its role among
the agents through the practices (know-how) incorporated within such institutions.For this, the theoretical framework was endorsed in Bourdieusian
theory, especially related to the idea of scientific field and habitus. As regards to the methodological procedures, documentary and bibliographical
sources and semi-structured interviews with researchers from Pernambuco
scientific community were used and/or made.The survey data revealed that
agents of the local scientific community reproduce universal practices of the
scientific field and the institutions of education and research, in addition to
the Fundao de Amparo Cincia e Tecnologia do Estado de Pernambuco
[Foundation for Science and Technology of the State of Pernambuco (Facepe)], are microcosms of the scientific field.
KEYWORDS: Scientific field. Habitus. Facepe. Pernambuco.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
203
RESUMEN
Este trabajo tiene como objetivo discutir la formacin del campo cientfico
en Pernambuco desde la implementacin de las instituciones de investigacin, la enseanza y la promocin del Estado como tal y las instituciones
contribuido a la consolidacin de ese campo. Adems, discutir cmo se jug
habitus cientfico entre agentes a travs de las prcticas cotidianas (know
-how) incorporados dentro de tales instituciones. Para ello, el marco terico
fue refrendado en la teora bourdieusiano, especialmente con respecto a la
idea de campo cientfico y habitus. En cuanto a los procedimientos metodolgicos, documentales y las fuentes bibliogrficas y se utilizaron entrevistas
semi-estructuradas con los investigadores de Pernambuco comunidad cientfica. Los datos de la encuesta revelaron que los agentes de la comunidad
cientfica local reproducen prcticas universales de la esfera cientfica y las
instituciones de educacin e investigacin, adems de la Fundao de Amparo Cincia e Tecnologia do Estado de Pernambuco [Fundacin para la
Ciencia y Tecnologa del Estado de Pernambuco (Facepe)], son microcosmos
del campo cientfico.
PALABRAS CLAVE: campo cientfico. Habitus. Facepe. Pernambuco.
INTRODUO
Este escrito tem como finalidade discutir a formao do campo cientfico em Pernambuco, a partir da implantao de instituies de ensino,
pesquisa e fomento, bem como suas contribuies para existncia do referido campo1. Em outras palavras, o objetivo realizar, em certa medida,
uma genealogia do campo cientfico local, que se consolidou por meio da
criao das instituies UFPE, UFRPE, Fundaj etc., desdobrando, inclusive,
na criao de uma agncia estadual de fomento pesquisa (a Fundao
de Amparo Cincia e Tecnologia do Estado de Pernambuco Facepe).
Ainda relevante mencionar que, mesmo considerando a importncia e a
aproximao do tema deste artigo com o debate da Sociologia da Cincia
e da Tecnologia, no este o foco da discusso aqui proposta.
O artigo est estruturado em duas dimenses centrais: a) discusso
sobre a constituio do campo cientfico em Pernambuco, por meio da
205
4. Nunca demais lembrar que Tobias Barreto foi um dos principais crticos do
positivismo, sendo influenciado diretamente pela literatura alem, de onde vem sua
base evolucionista, a exemplo de Kant e Marx. Tobias Barreto conseguiu reunir
vrios intelectuais, que se fizeram seus seguidores. Entre eles, podemos destacar:
Clvis Bevilqua, Gumercindo Bessa e Fausto Cardoso. Com sua nomeao e,
portanto, com o reconhecimento de seus seguidores (seus pares) para Professor da
Faculdade de Direito, a instituio que anteriormente defendia as ideias de uma
classe social favorecida e se alinhavam a uma viso poltica de direita, passou a
desenvolver debates poltico-sociais mais intensos, se tornando um ambiente de
reflexes tericas e discusses sobre mudanas polticas do pas (MOURA, 2010).
Slvio Romero tambm foi influenciado pelo positivismo, foi um dos fundadores
da Academia Brasileira de Letras, juntamente com Machado de Assis e ficou
conhecido pelo seu temperamento forte e pelos textos crticos dirigidos elite,
pois a considerava responsvel pelos problemas que o pas atravessava. Uma das
grandes polmicas do referido pensador foi sua defesa ao branqueamento da raa
brasileira (DIMAS, 2009).
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
207
propores nacionais (a exemplo do caso da USP e a chegada de professores estrangeiros como Claude Lvy-Strauss), devido, em larga medida,
ao modelo de cincia e de cientista inspirados na Europa e nos EUA, que
proliferou no Brasil enquanto uma linguagem universal da prpria cincia.
Nesse sentido, a ampliao do processo de institucionalizao representou a consolidao de um habitus tpico das pessoas de cincia, seu
distanciamento dos padres de intelectuais do sculo XIX e incio do XX
to tpicos FDR. Habitus esse que comum e universal aos cientistas,
pois por mais que eles faam parte de uma comunidade local jamais
deixam de pertencer a um corpo universal do fazer cientfico, algo tpico
do iderio moderno de cincia, de seu paradigma fundante. Ademais, outro componente tpico da autonomia do campo cientfico, das instituies
que a fazem e de sua reproduo, em termos gerais, que os prprios
pesquisadores e suas atividades de pesquisas recriam-se, so superadas e
se renovam em seus prprios orientandos, estudantes, que conferem, com
isso, continuidade ao habitus acadmico em seu sentido mais geral, pleno,
ao prprio campo cientfico.
Ento, por meio das prticas produzidas e reproduzidas pelos pesquisadores que as instituies se consolidam, firmam-se e podem ser
reconhecidas, dentro e fora do referido campo cientfico e acadmico.
atravs da atuao dos pesquisadores e da existncia das instituies (ensino e pesquisa) que a atividade cientfica encontra sua razo de ser. Sob
este aspecto importa mencionar o depoimento do Professor Ivon Palmeira
Fittipaldi5 sobre o mrito conferido atuao dos pesquisadores:
Um pesquisador importante ao publicar trabalho, ao divulgar o que ele faz.
Tambm importante quando orienta um estudante de iniciao [cientfica],
mestrado e doutorado. A formao de recursos humanos fundamental,
essa a vida do pesquisador! Se ele estril, se ele no produziu ningum,
ele pode at ser um excelente pesquisador, pode ter dado uma grande contribuio a um campo da cincia, mas ele assimtrico, ele no completo,
no pleno, porque ele no contribuiu em tudo (Prof. Dr. Ivon Fittipaldi,
5. Professor Titular e um dos fundadores do Departamento de Fsica da Universidade
Federal de Pernambuco-UFPE. Alm de diversos cargos na UFPE, foi Diretor
Cientfico da Fundao de Amparo Cincia e Tecnologia do estado de Pernambuco
- FACEPE (97-99). Atualmente Coordenador-Geral da Representao Regional
do Ministrio da Cincia e Tecnologia no Nordeste (ReNE/MCTI). Informaes
disponveis em http://buscatextual.cnpq.br/buscatextual/busca.do. Acesso em
13/03/2012.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
209
ex-diretor cientfico da Facepe e atual Coordenador da Representao Regional do MCT no Nordeste - ReNE/MCT 18/08/2011).
A partir do exerccio da profisso de cientista, do habitus de pesquisador, principalmente no que se refere sua capacidade de formar novos
pesquisadores, que as instituies fortalecem-se e cumprem sua funo, ao
reproduzir-se e ser reproduzida pelo campo cientfico e seu habitus peculiar.
valido ressaltar que as universidades e centros de pesquisa (federais e
estaduais), que surgiram posteriormente ao Curso de Direito, fortaleceram
o desenvolvimento cientfico e tecnolgico de Pernambuco. Foram elas que
permitiram o desenvolvimento de pesquisas, nas mais diversas reas do
conhecimento, oportunizando a formao de recursos humanos, e, portanto, a construo de um campo cientfico e de uma comunidade cientfica
que se consolidou atravs de instituies expressivas que surgiram entre
fins do sculo XIX e as trs primeiras dcadas do sculo XX, com suas
regras especficas de funcionamento e organizao, como foram os casos
da Escola de Engenharia de Pernambuco, de 1895; da Escola Superior de
Agricultura e Medicina Veterinria (ESAMV), de 1912 (SANTOS; LIMA;
MACIEL, s/d), que posteriormente deu origem a Universidade Federal
Rural de Pernambuco (UFRPE)6; da Faculdade de Medicina do Recife,
de 1920; da Escola de Belas Artes de Pernambuco, de 1932; do Instituto
de Pesquisas Agronmicas (IPA), datado de 1935 (ver Quadro abaixo).
Tais espaos tornaram-se a materializao do campo cientfico e de seu
habitus, e, dessa maneira, representam sua gnese e desenvolvimento em
Pernambuco, dentro de um quadro de autonomia do espao cientfico
nesse sentido que o texto tem sua continuidade, ou seja, faz uma
relao do campo cientfico com a implantao de instituies de ensino
e pesquisa (estaduais e federais) no estado, as quais so as responsveis
pela consolidao do campo bem como a reproduo do habitus (prticas
universais dos cientistas, identidade coletiva).
ANO DE
CRIAO
ESFERA
ATIVIDADE
1827
Federal
Ensino
1862
Estadual
Cultura
1895
Federal
Ensino
1912
1920
1932
Estadual
Federal
Federal
Ensino e Pesquisa
Ensino
Ensino
1935
Estadual
Pesquisa
1942
Federal
Ensino e Pesquisa
1946
Federal
1949
Federal
Ensino, Pesquisa
e Extenso
Pesquisa
211
ANO DE
CRIAO
ESFERA
ATIVIDADE
1950
Federal
Ensino e Pesquisa
1966
Estadual
Pesquisa
1967
Federal
1968
Estadual
Fundao de Hematologia e
Hemoterapia de Pernambuco
(HEMOPE)
1977
Estadual
Pesquisa
Estadual
Fomento
Pesquisa
Cientfica e
Tecnolgica
INSTITUIO/RGO
1989
Ensino, Pesquisa
e Extenso
Ensino, Pesquisa
e Extenso
213
11. Os cientistas citados pelo Professor Arnbio Gama, entre outros, sero
homenageados com uma publicao de um livro, como resultado do projeto
intitulado Caravana dos Notveis Cientistas Pernambucanos. O projeto tem
a coordenao do Professor Ivon Palmeira Fittipaldi e conta com o apoio da
Assemblia Legislativa de Pernambuco (ALEPE), a FACEPE, o CNPq, a ReNE/
MCTI e a Secretaria de Cincia e Tecnologia do Estado de Pernambuco (SECTEC).
importante mencionar tambm que tambm foi criada a Lei Estadual 13.176,
datada de 28 de dezembro de 2006, fruto da iniciativa da ALEPE, instituiu o
Memorial pblico de homenagens pstumas de chamado Notveis Cientistas
Pernambucanos: um memorial de seu povo.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
215
216
217
pesquisas sociais, sugestes para uma agenda de aes pblicas, visto que
a sua misso voltou-se para se debruar sobre o debate e os estudos da
realidade brasileira e, fundamentalmente, das regies Norte e Nordeste,
com vistas a contribuir para superao das desigualdades regionais no Brasil, embora isso no se confundisse com uma atuao poltica da referida
instituio ao resguardar seu carter de rgo de pesquisa.
Depois da dcada de 1960, surgiu apenas o HEMOPE em 1977, enquanto instituio de pesquisa ligada ao aparelho pblico estadual. De
maneira geral, as dcadas seguintes vo colher os frutos dessas instituies,
da institucionalizao do saber acadmico nos mencionados locais de ensino, pesquisa e/ou extenso, de suas expanses. O habitus dos acadmicos
em Pernambuco j havia se consolidado por meio desses rgos pblicos,
que as construram ou foram formados por elas no decorrer de mais de
um sculo aps o aparecimento da Faculdade de Direito do Recife.
No que se refere Facepe, criada atravs da Lei 10.401 de 26 de
dezembro de 1989, esta instituio desempenha atividade diferente das
demais por ser uma agncia de fomento pesquisa, a primeira do gnero
no Nordeste. No entanto, a fora da comunidade cientfica local, aliada a um conjunto de mudanas nos diversos campos (poltico, social e
econmico) no cenrio nacional e apoio do governo do estado fizeram
com que a Fundao surgir-se, se estabelecesse e compusesse o conjunto
de instituies do campo cientfico local (cabe destacar que os cargos de
dirigentes Diretor Cientfico e Diretor Presidente so ocupados por
pesquisadores de instituies de ensino e centros de pesquisas localizados
em Pernambuco).
Em depoimento para esta pesquisa, o Professor Diogo Simes aludiu
aspectos que merecem destaques e que podemos relacionar constituio
de um ethos acadmico. Argumentou, ento, o entrevistado:
apenas da dcada de 60, ou, alis, no caso de Pernambuco, acho que
apenas a partir da dcada de 70 que existe a criao do tempo integral nas
universidades, que um fator absolutamente determinante para existir a
possibilidade concretamente de algum que profissionalmente full time,
em tempo integral dedicado na produo do saber e atividades de ensino
tambm. Isso muito tardio na histria brasileira, na histria de Pernambuco,
e, portanto, isso tem repercusses, levou muito tempo at, por exemplo, que
o corpo docente das grandes instituies fosse majoritariamente representado
por pessoas em dedicao exclusiva. Uma boa parte deles, durante muito
tempo ainda, continuou sendo a de professores que eram essencialmente
218
219
Portanto, a necessidade de um perito profissional da cincia e a normatizao da dedicao exclusiva so fatores inerentes profisso de pesquisador, aspectos que so desdobramentos do prprio ethos acadmicos e da
necessidade da cultura cientfica de reproduzir-se, bem como essenciais ao
desenvolvimento da burocracia moderna. De maneira geral,
As instituies educacionais do continente europeu, especialmente as de instruo superior as universidades, bem como as academias tcnicas, escolas
de comrcio, ginsios e outras escolas de ensino mdio so dominadas e
influenciadas pela necessidade de tipo de educao que produz um sistema
de exames especiais e a especializao que , cada vez mais, indispensvel
burocracia moderna (WEBER, 2002, p.167-168).
220
221
inclusive pelo baixo nmero de doutores. Na viso de Rezende isso resultou num certo choque de geraes, ou seja, isso reflete as tenses no campo
entre os agentes, antigos e recm-chegados, que ocupam o espao social
(a universidade). Houve, portanto, uma mudana nas normas do campo,
no habitus, onde o pesquisador precisou adequar-se para se manter ou
passar a ter condies de disputas, tanto por recursos financeiros, quanto
por capital simblico. Ainda, segundo o entrevistado, em virtude dessa
conjuntura que a comunidade cientfica local passou a sentir necessidade
de um rgo de apoio pesquisa em mbito estadual, que se traduziu na
implantao da Facepe, situao que mostra, historicamente, o peso e a
importncia das agncias de fomento em mbito geral (CNPq, Capes,
Finep, Fapesp), quando o campo cientfico estabeleceu-se.
Nessa perspectiva, Baiard mostrou que:
O sculo XX tem como marca uma radical transformao na condio
do homem de cincia, cujo papel, se bem que em muitos casos associado,
sobrepe-se ao do professor universitrio. Desaparece tambm a figura do
pesquisador arteso ou quem pesquisa o que quer ou considera relevante.
Em lugar dessa ampla liberdade de escolha, surge a figura do projeto de
pesquisa submetido burocracia do centro de pesquisa, ao departamento
universitrio, ao comit de experts da fundao, agncia de financiamento,
etc. (BAIARDI, 1996, p. 173, grifos do autor).
223
Os profissionais dessa rea buscaram apoio para suas pesquisas porque reconhecem sua condio privilegiada, visto que so historicamente
legitimadas pelas instituies, pelo habitus existente no campo cientfico,
e sabem, acima de tudo, da importncia que a produo de seus estudos
tem para reas essenciais da sociedade, como a economia, a sade. Dessa
maneira, so reconhecidos pelos campos econmicos e polticos, o que
permite a esses cientistas maior poder, que o de outras reas, a exemplo
das cincias sociais, de presso sobre os referidos campos. Foi a cobrana
e a aproximao desses cientistas com o Governo Arraes, que surgiu a
proposta e, enfim, a criao da Facepe (Arnbio Gama).
Diante das questes discutidas possvel remet-las noo de campo
cientfico elaborada por Bourdieu (2003, p. 122-123) quando este frisou
que o campo cientfico sistema de relaes objetivas entre posies
adquiridas em lutas anteriores - o lugar, o espao de jogo de uma luta
concorrencial. Para o autor, o que est em jogo nessa luta :
[...] o monoplio da autoridade cientfica definida, de maneira inseparvel,
como capacidade tcnica e poder social; ou, se quisermos, o monoplio da
competncia cientfica, compreendida enquanto capacidade de falar e de
agir legitimamente (isto , de maneira autorizada e com autoridade), que
socialmente outorgada a um agente determinado (Idem, p. 122-123, grifos
do autor).
225
CONSIDERAES FINAIS
Diante do que foi discutido, possvel afirmar que as instituies
implantadas em Pernambuco tiveram peso decisivo na consolidao do
campo cientfico e tambm para o fortalecimento da comunidade cientfica local.
As condies histricas e universais do campo cientfico, isto , o
habitus do fazer da cincia, apresentadas acima influenciou as prticas
dos agentes atravs do fazer-se cientista no mbito das organizaes acima mencionadas e que fortemente contriburam para a constituio do
campo cientfico em Pernambuco. As instituies so determinantes para
que haja pesquisa, extenso, formao de recursos humanos, divulgao
cientfica, publicaes, intercmbio entre cientistas, etc., sem elas o habitus
do campo cientfico inexistiria. No caso de Pernambuco, receberam forte
influncia em relao ao Poder Pblico Estadual, a partir de uma agenda
de reivindicao que teve na ideia de constituio da Facepe, a Fundao
de Apoio Pesquisa (FAP) seu ponto central nos anos de 1980.
O estado de Pernambuco, conforme discutido na primeira parte deste
artigo foi palco de diversas manifestaes da comunidade cientfica que
comeava a ser tecida mediante a criao da Faculdade de Direito do
Recife, instituio que formou muitos intelectuais do pensamento social
REFERNCIAS
AGUIAR, Ronaldo Conde (1999). O rebelde esquecido: tempo, vida e obra de Manoel Bomfim. Rio de Janeiro: Ed. Topbooks.
ALENCAR, Ana Lcia Hazin (2008). Estilo de vida e sociabilidade: relaes entre espao, percepes e prticas de lazer na sociedade contempornea. Recife: Fundao
Joaquim Nabuco/ Ed. Massangana.
ANDRADE, Manuel Correia de (2005). A terra e o homem no Nordeste: contribuio ao estudo da questo agrria no Nordeste. 7 Ed. So Paulo: Cortez.
BAIARDI, Amilcar (1996). Sociedade e Estado no apoio Cincia e Tecnologia: uma
anlise histrica. So Paulo: Hucitec.
BAS, Glaucia Villas (2006). Mudana provocada: passado e futuro no pensamento
sociolgico brasileiro. Rio de Janeiro: Ed. FGV.
BURKE, Peter (2003). Uma Histria Social do Conhecimento: de Gutenberg a Diderot. Rio de Janeiro: Jorge Zahar.
BOURDIEU, Pierre (1996). Razes prticas. Campinas: Papirus.
______ (2008). Para uma sociologia da Cincia. Lisboa: Edies 70.
DEL PRIORI, Mary; VENNCIO, Renato (2006). Uma histria da vida rural no
Brasil. Rio de Janeiro: Ediouro.
227
228
RESUMO
O tema tratado neste artigo se refere posio que o consumo ocupa na
contemporaneidade. Nosso intuito tratar teoricamente a emergncia de
uma cultura de consumo, considerando que, a partir de sua consolidao
na modernidade, os indivduos passaram a organizar e distribuir suas prticas sociais em contextos os mais variados tomando por base, em maior ou
menor grau, os princpios de funcionamento dessa cultura. A discusso aqui
apresentada constitui-se a partir de um dilogo entre autores localizados em
diferentes posies nas teorias social e sociolgica, nos permitindo identificar consensos, dissonncias e possibilidades interpretativas sobre as relaes
que os indivduos estabelecem no mbito do consumo. Por fim, esboaremos
brevemente uma discusso acerca dos princpios estruturantes da cultura
de consumo propondo uma investigao de seus efeitos escala individual.
PALAVRAS-CHAVE: Consumo. Cultura de consumo. Indivduo. Sociologia
do consumo.
ABSTRACT
The topic covered in this article refers to the contemporary consumption. Our
aim is treat theoretically the emergence of a consumption culture, whereas,
from its consolidation in modernity, individuals began to organize and distribute their social practices in varied contexts the operating principles of this
culture. The discussion presented here is constituted from a dialogue between
authors located in different positions in the social and sociological theories,
allowing us to identify consensus, dissonance and interpretative possibilities
about the relations that individuals establish within the consumption. Finally,
we will line out a brief discussion of the key principles of culture of consumption by proposing an investigation of its effects on an individual scale.
KEYWORDS: Consumption. Culture of consumption. Individual. Sociology
of consumption.
RESUMEN
El tema que se trata en este artculo se refiere a la posicin que el consumo
ocupa en el mundo contemporneo. Nuestro objetivo es tratar tericamente
el surgimiento de una cultura del consumo, partiendo del hecho que desde
229
INTRODUO
Estabelecer dilogo entre autores localizados em diferentes posies nas
teorias social e sociolgica, objetivando encontrar consensos, dissonncias
e possibilidades interpretativas inovadoras, um exerccio audacioso e
arriscado. Uma das dificuldades previsveis reside no risco de no trazer
para o debate um ou outro terico considerado, segundo o olhar do leitor
interessado, fundamental. Outro problema surge nas exigncias que so
requeridas ao pesquisador para que seu discurso seja considerado pertinente para sua rea de atuao: o que muitas vezes o leva ao uso de uma
gramtica demasiadamente erudita, marcada pelo (mal) uso de conceitos
e expresses frequentes no lxico que marca as produes do campo que
participa. Isso quer dizer, na luta pelo reconhecimento da legitimidade
cientfica do seu pensamento, o cientista acaba por evocar, muitas vezes,
autores de tempos anteriores de forma quase ritualstica, como se buscasse
na reproduo do discurso do passado a legitimao da sua palavra nos
dias de hoje1.
1. Para uma crtica ao uso indevido de autores, ver: ALEXANDER, Jeffrey. A
importncia dos clssicos. In: GIDDENS, A. & TURNER, J. (orgs.). Teoria Social
Hoje. So Paulo: Editora UNESP, 1999. p. 23 - 89. Neste texto, Alexander faz
crticas ao positivismo, em especial ideia do acumulo do conhecimento cientfico,
o que levaria o pesquisador em formao no ir at os clssicos de sua disciplina,
mas apenas aos autores mais contemporneos, como se o discurso desses j
trouxessem consigo toda a contribuio daqueles. Para uma reflexo sobre a
reproduo automtica de conceitos e aplicao inapropriada, ver: LAHIRE,
Bernard. Esplendores e misrias de uma metfora: a construo social da realidade.
In: Estudos de Sociologia: revista do programa de ps-graduao em sociologia da
230
231
233
McCracken enumera trs momentos significativos para visualizar mudanas no consumo. O primeiro deles se refere ao que ele denomina de
boom de consumo na Inglaterra do sculo XVI. Esse perodo se refere
poca elizabetana, na qual o consumo foi utilizado como instrumento de
dominao poltica e econmica, principalmente sobre aqueles que pertenciam s classes mais abastadas. Na tentativa de manterem-se em uma alta
posio na estrutura social, os indivduos dessas classes eram impelidos
a gastar significativamente em cerimnias, vesturio e na manuteno de
suas posses, o que lhes garantiam uma representao correspondente
posio de classe elevada (MCCRACKEN, 2003). Dessa forma, a relao
entre consumo e poder poltico verificada nesse primeiro momento,
na medida em que Elizabeth I fez com que as despesas se tornassem um
instrumento de governo.
A luta para assegurar uma posio social de prestgio um dos pontos
necessrios para o desenvolvimento do nosso argumento e evidenciado
nesse momento inicial destacado por McCracken. Quando falamos de
uma luta por posio social nos referimos dimenso das relaes sociais
orientadas para a aquisio de status, no apenas econmicos, mas cultural, poltico e social em determinados grupos. De acordo com McCracken
(2003), a competio social, levando os indivduos a agirem de modo um
tanto teatralizado, na tentativa de adquirirem uma imagem distintiva
que lhes garantissem proximidade realeza, o elemento que traz subsdios para explicar o boom de consumo nesse momento da histria inglesa.
Cada vez mais, na tentativa de corresponder s exigncias da realeza, os
nobres se tornavam poltica e economicamente dependentes do governo.
Nesse contexto, percebemos uma transformao significativa na lgica
prtica do consumo, passando a se voltar cada vez mais para a figura do
indivduo em si mesmo em detrimento da comunidade familiar3:
O efeito desta dependncia no foi apenas um gasto cada vez maior empreendido em nome da rainha; levou tambm, indiretamente, a uma despesa
3. Essa constatao na lgica prtica do consumo aproxima-se das diversas teorias dos
processos de modernizao e individualizao. Seja por uma chave durkheimiana
(da solidariedade mecnica solidariedade orgnica), seja na perspectiva weberiana
(autonomizao das esferas sociais), ou mesmo em Bourdieu (especializao dos
campos e sua autonomia), a dimenso individual ganha fora na modernidade.
Todavia, isso no significa que o indivduo se sobreponha em relao estrutura,
mas que h uma maior diferenciao social e especializao das funes, o que
implica, em maior ou menor grau, em novas formas de dependncia social.
234
4. Vale ressaltar que aqui que se encontra uma mudana radical na lgica do consumo.
O consumo da ptina para o consumo do novo, eis a mudana estrutural mais
evidente. O consumo de ptina se refere propriedade de bens legitimadores da
honra familiar, envelhecido pelo tempo e, por representar a existncia da famlia
proprietria, dotado de alto valor. A posse do bem historicamente adquirido
marca o indivduo possuidor como aquele que nasceu e permaneceu em uma
posio social privilegiada em um determinado contexto. Esse tipo de consumo
era frequente entre os nobres do sculo XVI e XVII, especialmente na Inglaterra e
na Frana. Taschner (2009) destaca que a mudana do consumo de ptina para
o consumo da moda decorre, em grande medida, da ascenso da classe burguesa
que, como afirma Marx, era composta principalmente por indivduos que cresceram
economicamente via atividades mercantis. Os burgueses queriam possuir status,
mas sua origem social no era nobre. Desse modo, ao verem no consumo da moda
uma forma de distino que os diferenciava inclusive da nobreza, dando-lhe uma
identidade prpria, passaram a legitimar tanto a produo do novo e, assim, suas
prprias atividades comerciais recorrentemente modificadas junto modificao
das condies de produo, quanto sua prpria origem social.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
235
de determinadas perspectivas e atitudes individuais e coletivas. Consideramos aqui a ideia de que a inculcao de disposies para o consumo
uma das chaves que permite observar o universo das relaes entre os
consumidores e os bens de forma mais sofisticada. O desenvolvimento
do mercado, da indstria e as novas configuraes cotidianas de contato
com as dimenses heterogneas do consumo, a nosso ver, inseriram nos
processos de socializao, momentos de constituio das identidades dos
indivduos, valores que legitimam as prticas de consumo. Desse modo, as
palavras de ONeil so perfeitas para nosso argumento, quais sejam: o/a
consumidor(a) no nasceu, mas foi produzido(a) pelo processo que o/a
ensinou a querer querer... (1978, p. 224 apud MCCRACKEN, 2003, p. 41).
O terceiro momento indicado pelos autores corresponde ao sculo
XIX. Aqui a revoluo do consumo j se verifica instalada na vida social.
A transformao que se iniciou no sculo XVI e se expandiu no sculo
XVIII era, por volta do sculo XIX, um fato social permanente. Profundas
mudanas no consumo haviam gerado profundas mudanas na sociedade e
estas, por sua vez, haviam produzido ainda mais modificaes no consumo.
Por volta do sculo XIX, consumo e sociedade estavam inextrincavelmente
ligados em um contnuo processo de mudanas. No houve, por tanto,
nenhum boom de consumo no sculo XIX, porque havia agora uma relao dinmica, contnua e permanente entre as mudanas no consumo e as
sociais, as quais, juntas, conduziam a perptua transformao do Ocidente
(MCCRACKEN, 2003, p. 43).
237
239
O objeto no um objeto geral, mas um objeto determinado, que foi consumido de uma certa maneira por mediao, mais uma vez, da produo.
A fome a fome, mas a fome que se satisfaz com carne cozida, que se come
por meio uma faca ou de um garfo, uma fome muito distinta da que devora
carne crua com ajuda das mos, unhas e dentes (MARX, 2008 [1859], p. 248).
O pensamento marxista clssico abre caminho para pensar, como dissemos, dimenses ideolgicas da relao com os bens. Isso porque, com efeito,
indo alm do que marca o prprio marxismo, ou seja, o olhar materialista
sobre o mundo social, identificamos em Marx a abertura necessria para
pensar a dinmica da subjetividade, dos valores e dos significados inscritos
nas prticas e nos bens de consumo.
Podemos entender, desde j, que o consumo no se limita ao processo de produo e reproduo de capital. preciso escapar das atitudes
economicistas, marcadas por reduzir o consumo s questes de cunho
estritamente econmico, e promover uma anlise considerando outros
nveis da experincia da vida social. Como apontado na seo anterior, as
prticas de consumo so definidas pela estrutura simblica compartilhada
de um tempo, esto preenchidas pelos valores legitimados em um momento histrico. na modificao desses valores que se transforma tambm
a percepo sobre os modos pelos quais o consumo deve ser praticado.
A cultura determinante na constituio do sentido e da forma do
consumo (SLATER, 2002). Assim, na busca dos significados atribudos
s aes orientadas para a posse e uso dos objetos, ela deve ser leva em
considerao. Ao olhar os processos de consumo para alm de uma determinao da produo que se pode comear a fazer sentido problematizar
sociologicamente a cultura de consumo.
Falar sobre uma cultura de consumo , como explica Slater (2002, p.
32), considerar os valores dominantes de uma sociedade como valores que
no s so organizados pelas prticas de consumo, mas tambm, de certo
modo, derivados delas. Os valores so moldados no tempo e no espao,
ou seja, no decorrer da histria. Uma trajetria de acontecimentos que nos
permite compreender melhor a gnese e o desenvolvimento de uma sociedade constituda sob a proeminncia de uma produo que visa massificar
o consumo e sob a gide de valores que derivam e so organizados pelas
prticas de consumo pode ser identificado em Taschner (2009). Para ela:
O crescente domnio do capital sobre o trabalho no processo de trabalho,
assim como a especializao do trabalhador e dos instrumentos de trabalho, a
alienao da decorrente, a revoluo industrial, o crescimento das empresas,
240
O raciocnio acima importante na medida em que nos mostra, mesmo que de forma apenas pontuada, que o entrelaamento entre cultura
e consumo resulta de um processo social bastante amplo. A nosso ver, a
publicidade, o marketing e a indstria cultural possuem, nesse processo,
papel importantssimo na produo e reproduo da cultura de consumo
na modernidade.
importante ressaltar, todavia, que cultura de massa e cultura de consumo so categorias diferentes. Elas mantm relaes estreitas, sem dvida,
mas no so sinnimas. Segundo Morin (1984), os valores de consumo
so o elemento bsico da cultura de massa. Isso significa que a cultura
de massa, ao ter como unidade fundamental os valores de consumo, age
na propagao direta dos princpios da cultura de consumo. A cultura de
massa, portanto, promovida pelo desenvolvimento e atuao da indstria
cultural, representa a entrada, na esfera da cultura, do mercado (ADORNO,
2002). Com isso, os bens culturais adquiriram a face de uma relao de
consumo, mesmo que no se reduzam somente a este aspecto: a lgica que
rege a produo cultural de massa promove o consumo como mbito de
experincias significativas, de distino social e de exerccio da expresso
individual (ROCHA, 2002, p. 30).
Nessa linha de pensamento, podemos afirmar que a mdia o canal
pelo qual a cultura de consumo potencializada. As narrativas miditicas
- discurso jornalstico, de telenovela, propagandstico e os programas de
entretenimento estimulam, direta ou indiretamente, as prticas e as formas de efetivao da ao orientada orientadas para a aquisio de bens,
mesmo que muitas vezes seus produtores no percebam que contribuem
para a construo de um indivduo que vive cada vez mais em busca do
atendimento dos seus desejos de consumo (MELO, 2010). A indstria cultural, difundindo uma imagem do mundo social que legitima frequentemente
a posse (de bens, de poder, de mercadorias e, inclusive, de pessoas), produz
e atua na reproduo de uma viso de mundo em que o consumo se torna
o crivo pelo qual a existncia social ganha sentido: pelo estilo de vida5,
5. Compreendemos estilo de vida a partir da tica bourdieusiana que nos diz que o
estilo de vida corresponde a um conjunto unitrio de preferncias distintivas que
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
241
243
245
reais. uma iluso nitidamente moderna, a aptido de criar uma iluso que
se sabe falsa, mas se sente verdadeira (CAMPBELL, 2001, p. 115).
247
CONSIDERAES FINAIS
Desde as dimenses materiais da vida at as subjetivas, a cultura de
consumo poder ser, em maior ou menor grau, verificada. O importante
no mais se resume a perceb-la em si mesma, mas analisa-la considerando seus efeitos, suas consequncias e suas diferentes determinaes sobre
os indivduos, as classes e as relaes sociais. O olhar sociolgico precisa
expandir-se e considerar que sua anlise no pode esquecer que os parmetros individuais so fortes dispositivos que dinamizam a vida social, o
que os inscrevem na agenda terico-metodolgica de pesquisas.
No podemos limitar a sociologia do consumo s questes institucionais, de grupos, coletivas. Ela deve considerar os vrios nveis da vida
social em busca de uma sntese da realidade do capitalismo atual e de
como as prticas a estabelecidas se integram dinmica desse sistema
e dos indivduos que esto nele submetidos. A abordagem sociolgica
sobre o consumo precisa ser reconhecida como um dos ramos mais
frutferos da sociologia contempornea, pois tem como objetivo maior
compreender e explicar o momento histrico que estamos vivendo, em
que o consumo possui uma posio privilegiada na estrutura cultural,
social e poltica.
248
Uma proposta de pesquisa que parte de uma sociologia escala individual, por exemplo, no pode ser desconsiderado. Pensar o indivduo,
considerando suas inquietaes intraindividuais e a variao de contextos
de relaes sociais a que est sujeito, permite anlise sociolgica reconhecer dimenses normalmente no contempladas pelas metodologias mais
tradicionais, que foram esquecidas ou mesmo negadas anteriormente: os
sentimentos, as inquietaes, as angstias, os sentidos de pertena etc.
Portanto, tais abordagens precisam ser consideradas na mesma medida.
Assim, diferentes pontos de observao sero produzidos em prol do
conhecimento sobre os fenmenos estudados.
Desse modo, reafirmando que para ns a sociologia no deve se
limitar a uma disciplina restrita e restritiva, reconhecemos na anlise
do indivduo uma maneira de apreender a cultura de consumo em uma
dimenso ainda no verificada. Se nossa discusso provocar no leitor
inquietaes que resultem em novas propostas de pesquisas sobre o
tema, nos sentiremos satisfeitos, na medida em que nosso intuito desde
o incio foi estimular um debate cientfico que possa contribuir para
o surgimento de novas reflexes sobre o consumo na realidade social
contempornea. Esperamos ter aguado, assim, a sensibilidade para
os problemas provenientes do tema considerado e suas interfaces. Sem
dvida, h muito a se fazer em prol dessa temtica. Existem ainda diversas questes a serem lanadas. A sociologia do consumo encontra-se
em seus passos iniciais rumo a sua consolidao no campo mesmo das
cincias sociais.
REFERNCIAS
ADORNO, Theodor (2002). Indstria cultural e sociedade. So Paulo: Paz e Terra.
ASSIS, Rodrigo Vieira de (2012). Jovens, consumo cultural e polticas pblicas. Revista Habitus, v. 10, p. 126-142.
BOURDIEU, Pierre (1982). Gostos de classe e estilos de vida. In ORTIZ, Renato
(org.). Pierre Bourdieu. So Paulo: tica, Coleo Grandes Cientistas Sociais, v. 39.
______ (2008). A distino crtica social do julgamento. So Paulo: EDUSP; Porto
Alegre, RS: Zouk.
______ (2010). O poder simblico. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil.
______ (2011). O mercado de bens simblicos. In BOURDIEU, Pierre. A Economia
das trocas simblicas. Introduo, organizao e seleo Sergio Miceli. So Paulo:
Perspectiva, p. 99-181.
CAMPBELL, Colin (2001). A tica romntica e o esprito do consumismo moderno.
Rio de Janeiro: Rocco.
249
250
RESUMO
A sociedade est interligada em rede, fenmeno que ocorreu por conta da
popularizao do acesso internet. Com isso, as relaes sociais dos indivduos que integram o processo de produo da notcia foram alteradas.
Todos podem ser consumidores e produtores da informao. A sociologia
contempornea desafiada a aprofundar os seus estudos para identificar as
disposies que o cidado deflagra quando impulsionado a agir como produtor. Este artigo pretende contribuir para essas pesquisas, tomando como
base a teoria disposicionalista e mais especificamente a sociologia escala
do indivduo de Bernard Lahire. A partir dela, buscamos entender como o
ator, em meio ao emaranhado das variaes inter e intraindividuais, sente-se
estimulado a ser reprter-amador.
PALAVRAS-CHAVE: Sociologia. Disposies sociais. Jornalismo. Reprter
-amador.
ABSTRACT
The society is linked in a network, due to the popularization of the internet
access. Because of this the social relations among those who integrates the
process of news production have changed. Everyone can be an information
consumer and producer. The contemporary sociology has been challenged to
deepen its studies in order to identify the citizen disposition when led to act as
a producer. This article proposes a contribution for these researches, based on
the traditional dispositional theory and more specifically on the sociological
study program based on Bernard Lahire. From there, we seek for answers on
how the actor, among all the inter and intra individual variations, feels stimulated to be an amateur reporter.
KEYWORDS: Sociology. Social dispositions. Journalism. Amateur reporter.
251
RESUMEN
La sociedad est interconectada en red, fenmeno que se dio gracias al acceso
masivo al internet. Como consecuencia, se modificaron las relaciones sociales
de los individuos que integran el proceso de produccin de la noticia. Todos
pueden ser consumidores y productores de la informacin a la vez. La sociologa contempornea se ve desafiada a profundizar sus estudios visando
identificar las disposiciones deflagradas por el ciudadano cuando motivado
a actuar como productor. Este artculo pretende contribuir con estas investigaciones, basndose en la teora de la disposicin y mas especficamente
en la sociologa la escala del individuo de Bernard Lahire. A partir de ella,
buscamos entender como el actor se siente motivado a ser reportero-amador,
mediante el enmaraado de variaciones interindividuales e intraindividuales.
PALABRAS-CLAVE: Sociologa. Disposiciones sociales. Periodismo. Reportero-amador.
INTRODUO
Para um acontecimento virar notcia2, ele tem que passar por um
complexo sistema de produo e o seu valor informativo que indicar
a sua relevncia. O enquadramento da notcia subjetivo, construdo a
partir do lugar de fala de uma srie de atores: do reprter, do editor, do
proprietrio do veculo e das fontes de informao. A verso do indivduo
que procura o jornalista na posio de simples consumidor da notcia,
alado eventualmente a personagem das histrias que a mdia conta, de
uma forma geral menos valorizada do que a do especialista, identificado
tradicionalmente como fonte.
Mesmo diante desse cenrio adverso, o cidado comum3, que no
expert em um determinado tema nem fonte oficial, no se contenta
253
eram as disposies sociais que mais frequentemente os motivavam a deixar de ser consumidores da informao para desempenharem os papis de
cidado-reprter e reprter-amador. Em uma segunda etapa, aprofundamos
a pesquisa para compreender como essas mesmas disposies foram sendo
construdas por cada um deles em meio ao emaranhado de influncias
contextuais e relacionais recebidas nos processos de plurissocializao
nos mundos das famlias original (pai, me e irmos) e formada (marido/
esposa e filhos), da escola, da comunidade, do trabalho e do jornalismo.
Essa prtica do cidado tem sido importante para as mudanas nas
configuraes e relaes sociais que so estabelecidas pelos atores que
esto dentro e fora da grande imprensa. Esse mundo social fechado,
quase inacessvel, e esses indivduos, que tm um papel mais participativo
e provocador, esto contribuindo para quebrar regras, como as da concepo das notcias, e trazer mudanas estruturais ao campo de disputas
do jornalismo.
Muitas hipteses poderiam ser pensadas no mbito da comunicao
para esses questionamentos. No decorrer da pesquisa de doutorado,
porm, percebemos a existncia de correlaes e inter-relaes entre as
estratgias e os interesses da grande imprensa de um lado, e as percepes,
os sentimentos individuais e as competncias envolvidos na ao individual e nas interaes sociais, de outro. O problema ultrapassava a mera
investigao culturalista6 na qual as interaes se restringem a uma luta
(organizada ou no) pela hegemonia de interesses ideolgicos dos grupos
sociais em questo.
Deste ponto de vista, buscamos as respostas no mbito da sociologia,
e no numa sociologia terico-crtica7 de base frankfurtiana, ou numa
sociologia culturalista, ambas pouco atentas aos processos de construo
255
256
257
esquemas disposicionais que o levem a agir ativamente no processo de produo da notcia, esteja ele cooperando com as grandes empresas ou no.
AS TEORIAS DA AO E DO ATOR
As teorias da ao e do ator esto no subterrneo do programa de estudo de Lahire, construdo em torno de uma srie de tenses geradas pelas
interpretaes sobre o papel do ator. Para estud-las, preciso conhecer
a base da teoria sociolgica da ao de Weber. A sociologia uma cincia
que tenta compreender a ao social de forma interpretativa por meio da
qual poderamos explic-la causalmente atravs do seu curso e de seus
efeitos (WEBER, 2005; 1999; SCHUTZ, 1979). A ao humana s deve
ser considerada quando a pessoa que age atribui um significado ao,
dando-lhe uma direo. uma conduta intencionada e intencional que se
torna social quando dirigida conduta de outros.
Weber defendia que a sociologia deveria se ocupar do significado subjetivo da conduta social, significado este que pode ter suas interpretaes:
a que o prprio autor atribui sua conduta e a que a sociologia tem da
conduta do indivduo que observado. Nesse ltimo caso, a sociologia
procura estabelecer uma mdia tpica de sentido para um mesmo tipo de
ao ou constri um tipo ideal de conduta.
Weber (BRUNKHORST, 1996) estudou a ao racional. Em funo de
seu interesse pela compreenso racional, criou o conceito de Verstehen ou
compreenso, que est ligado conduta subjetivamente significativa que
interpretada por outro ator ou pelo socilogo. Essa compreenso pode ser
real, quando originada da observao direta do indivduo, ou explicativa,
quando se baseia nas motivaes subjacentes da ao observada. Nesse
ltimo sentido, o socilogo interpreta atravs das motivaes.
As teorias da ao e do ator podem ser reunidas em dois grupos, a
partir de postulados que, segundo Lahire (2002), no so discutidos, mas
dados a priori. No primeiro grupo esto os trabalhos que privilegiam a
unicidade e a homogeneidade do indivduo, conferindo um peso grande ao
passado e ao reflexiva, o que resulta em modelos macrossociolgicos.
Esse grupo no valoriza as caractersticas singulares e complexas de um
contexto imediato da ao. Nele, pode-se inscrever Bourdieu (1983; 1996;
1997; 2003; 2008) e o seu conceito de habitus.
Quando os especialistas interiorizam e praticam os valores, as normas
e os princpios de um campo social, para Bourdieu (1996; 1997; 2003;
2008), eles asseguram, de certa forma, as relaes de reproduo e de
258
poder. dessas relaes que se origina o habitus, um conhecimento, sentimento, percepo, comportamento e pensamento adquirido, produzido
e acumulado a partir da capacidade que cada indivduo tem de dominar
rituais e linguagens prprias de um determinado campo social.
A noo de habitus de Bourdieu no se aplica apenas interiorizao
de normas e valores, mas tambm aos sistemas de classificaes que j
existem e que so anteriores s representaes sociais. na reproduo
dessas representaes que h um processo de dominao. Bourdieu (2008)
tambm destaca que uma das primeiras funes de orquestrao do habitus
justamente a autorizao da transferncia intencional para o outro, como
se fosse uma prtica que fizesse parte da lgica natural da ao.
Uma das funes do conceito de habitus, segundo Bourdieu (1996;
2003; 2008), o de unificar as prticas de um ator e de uma categoria.
, sobretudo, um princpio gerador de prticas distintas e distintivas.
tambm um esquema classificatrio de gostos. So essas diferenas nas
prticas, nos bens possudos e nas opinies expressas que terminam se
transformando em diferenas simblicas entre grupos e classes. Essas diferenas iro constituir um sistema de disposies durveis e transferveis
inconscientemente.
Dessa forma, para Bourdieu (1996; 2003; 2008), as disposies se realizam no habitus e surgem em condies homogneas de socializaes, evidenciando um ajustamento s situaes que poderiam gerar tenses. Apesar
disso, Bourdieu (1983) admite que o habitus, como produto objetivo de
variaes de classe e de capitais econmico, social, cultural e simblico,
pode gerar prticas diversas e imprevisveis se olhadas de forma individual.
Lahire parte deste ponto do trabalho de Bourdieu e avana, flexibilizando o conceito de habitus para elaborar o seu programa para uma
sociologia escala do indivduo. importante ressaltar que, para Lahire
(1991; 1993; 2002; 2004a; 2004b; 2005; 2006a; 2006b; 2010a; 2010b),
a noo de disposio est relacionada ao pensamento e ao que so
colocados em prtica por qualquer indivduo a partir de suas experincias
incorporadas por meio de esquemas de socializaes passadas e presentes.
O indivduo vai mobilizando inconscientemente as suas disposies de
acordo com cada situao vivida, levando em conta aspectos singulares
das variaes interindividuais e intraindividuais. Por isso, Lahire prefere
utilizar o termo esquema disposicional, ao qual caracteriza mais aberto,
em vez do de sistema disposicional de Bourdieu, que considera mais fechado. Lahire d ao termo esquema disposicional flexibilidade porque
259
261
262
263
265
266
Fonte: Elaborao prpria com base em Lahire (2002; 2004a; 2005; 2006a; 2010a; 2010b)
267
Fonte: Elaborao prpria com base em Lahire (2002; 2004a; 2005; 2006a; 2010a; 2010b)
268
jornalstica uma forma de torn-lo pblico, consideramos que essa variao deflagrada em um momento singular.
Lahire (2004a) percebeu que algumas disposies so ativadas ou no
em funo de imposies econmicas (no ter mais os meios financeiros),
temporais (no ter mais tempo) e espaciais (no viver mais no mesmo lugar).
Ao estudar o patrimnio disposicional, as foras externas (contextuais),
como o tempo, o lugar e os meios financeiros, podem ser determinantes da
ao. Lahire (2006a) alerta, porm, que as variaes intraindividuais de
prticas e de preferncias nem sempre so horizontais. Elas podem adquirir,
conforme o nvel de legitimidade (de reconhecimento), um sentido mesmo
que subjetivo positivo ou negativo e de controle ou de submisso. Em
funo disso, ele prefere usar o termo dissonncia, que se revela mais
frequentemente na pesquisa da sociologia escala do indivduo do que a
consonncia, principalmente se olharmos as singularidades.
CONCLUSO
De acordo com Lahire (2004a), a sociologia no pode ficar indiferente
s variaes intra e interindividuais dos atores. Por isso, o pesquisador
precisa tentar destacar e fazer surgir as diferenas e as contradies do
indivduo singular, uma vez que ele no est reduzido a uma nica frmula
geradora. Muito pelo contrrio, estimulado por mltiplas variaes. Lahire nos leva a olhar o indivduo de perto e a descobrir as variaes de seus
contornos, que esto longe de ser claros e precisos. Lahire (2004a) fez um
estudo dos perfis de oito atores a partir de suas histrias e deslocamentos,
abordando as dimenses contextuais e subjetivas. Afinal, a perspectiva da
subjetividade a da no conscincia no deixa de ser outra forma pela
qual a objetividade se manifesta, acionada como resultado dos processos
sociais vivenciados pelos indivduos.
O percurso da anlise disposicional que propomos, tomando como
base a sociologia escala do indivduo de Lahire, nos conduz a investigar
e identificar que as disposies dos cidados estudados so individuais,
mas impulsionam mudanas no mbito social. As motivaes partem dos
indivduos, formadas por influncia dos processos de socializao nos
diversos mundos sociais, mas provocam aes que repercutem no coletivo
porque esto direcionadas para outro ator.
Lahire leva o pesquisador a ir alm das causas aparentes e gerais e
mostra as origens das disposies que cada indivduo analisado aciona
para se sentir estimulado a participar do processo de produo da notcia.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
269
informaes mesmo que isso envolva algum grau de dificuldade, o compreender o problema da coletividade, o mobilizar o outro, o orientar ou
o ensinar a partir do prprio exemplo, o mudar de vida, o dialogar com
jornalistas e veculos de comunicao, o acompanhar as notcias divulgadas pela grande imprensa e o criar alternativas prprias de comunicao.
Todas essas disposies se articulam como se fossem gatilhos motivadores
da ao para o agir ativamente e materializam-se quando so observadas, o
que ocorre por meio do estmulo para a realizao de prticas jornalsticas.
Esse esquema disposicional mobilizado inconscientemente pelo cidado
comum quando h um contexto social e relaes entre os indivduos que
favorecem a sua atualizao no momento presente. O jogo do agir ativamente est ligado s disposies hedonistas. Nenhum dos indivduos
analisados sociologicamente demonstrou que elas poderiam se manifestar
por meio de uma imposio. Em sociedades como a nossa, com tantas diferenas culturais, no podemos compreender as disposies sociais de um
indivduo como resultado do efeito do deslocamento de uma nica ao,
pois correramos o risco de ser reducionistas. Em funo da diversidade
dos processos de socializao, os atores demonstraram que so levados a se
movimentarem de um contexto a outro e de uma relao a outra para que
possam acionar os seus esquemas disposicionais para ser reprter-amador.
REFERNCIAS
BOLTANSKI, L. (2005). Usos fracos e usos intensos do habitus. In: ENCREV, P. e
LAGRAVE, M. Trabalhar com Bourdieu. Rio de Janeiro: Ed. Bertrand, p. 155-165.
BOURDIEU, P. (1983a). Sociologia. So Paulo: tica.
______. (1983b). A juventude apenas uma palavra. In: Questes de sociologia.
Rio de Janeiro, Marco Zero.
______. (1996). Razes prticas. So Paulo: Papirus.
______. (1997). Sobre a televiso. Rio de Janeiro: Jorge Zahar.
______. (1999a). A economia das trocas simblicas. So Paulo: Perspectiva.
______. (1999b). A misria do mundo. Petrpolis, RJ: Vozes.
______. (2003). O poder simblico. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil.
______. (2006). O campons e seu corpo. Revista de sociologia e poltica, Curitiba,
junho, n. 26, p.1-16.
______. (2008). A distino: critica social do julgamento. So Paulo: Edusp; Porto
Alegre, RS: Zouk.
BRUNS, A. (2005). Gatewatching: collaborative online news production. New York:
Peter Lang Publishing.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
271
272
MARTINI, S. (2000). Periodismo, noticia y noticiabilidad. Buenos Aires: Grupo Editorial Norma.
MELO, P. B. (2003). Sujeito sem voz: agenda e discurso sobre o ndio na mdia em
Pernambuco. UFPE, Recife: Mimeo.
______. (2011). Polmicas no jornalismo do sculo XXI: discusses a partir da Revista Carta Capital. Revista eletrnica Contempornea, (Comunicao e Cultura). Disponvel em: <www.contempornea.poscom.ufba.br> Vol. 09, n 2, agosto de 2011,
p. 115-135. Acesso em: 15 out. 2012.
MIRANDA, J. M. G. de M. (2008). El periodismo em el siglo XXI: uma profesin em
crisis ante la digitalizacin. Madrid: Editorial Dykinson, SL.
MORAIS, W. (1997). El periodismo y el arte de contar historias: um estudio acerca
de la construccin de la noticia cientifica. Tesis Doctoral, UAB, Barcelona: Mimeo.
MORETZSOHN, S. (2007). Pensando contra os fatos. Jornalismo e cotidiano: do
senso comum ao senso crtico. Rio de Janeiro: Revan.
NAVILE, P. (1942). La psychologie, science du comportement Le behaviorisme de
Watson. Paris: Gallimard.
PONTES, T. P. (2009). Esquemas disposicionais e reflexividade: elementos para uma
abordagem dialtica. Dissertao Instituto Universitrio de Pesquisas do Rio de
Janeiro, Rio de Janeiro.
PROUST, M. (1971). Contre Saint-Beuve precede de pastiches et mlanges et suivi de
Essais et articles. Paris: Gallimard.
SBARAI, R. S. A. (2012). Minha notcia, IReport e OhmyNews: modelos de cooperao ou colaborao no jornalismo digital? In: LIMA JUNIOR, W. T. (org.).
Comunicao, tecnologia e cultura de rede. So Paulo: Momento Editorial, 2011, p.
12-39. Disponvel em: <http://www.livroteccred.blogspot.com> ltimo acesso em:
10 de outubro de 2012.
SCHUTZ, A. (1962). El problema de la realidad social. Buenos Aires: Amorrortu
Editores.
______. (1970). Concept and theory formation in the social science, In: EMMETT,
D. & MACINTYRE, A. (org.). Sociological theory and philosophical analysis. Londres: MacMillan.
______. (1979). Fenomenologia e relaes sociais. Rio de Janeiro: Zahar Editores.
TURNER, J. (1999). Sociologia: conceitos e aplicaes. So Paulo: Makron Books.
VIZEU, A. E. (2003). Decidindo o que notcia: os bastidores do telejornalismo.
Porto alegre: EDIPUCRS.
WEBER, M. (1999). Metodologia das cincias sociais. So Paulo/Campinas: Cortez/
Unicamp.
WEBER, M. (2005). A tica protestante e o esprito do capitalismo. So Paulo: Martin Claret.
273
RESUMEN
En este artculo se discute, en un primer momento, los procesos de desinstitucionalizacin de la universidad, susceptibles de anlisis a partir del alejamiento que comenz a existir entre las funciones escolares de seleccin, educacin
y socializacin o a partir de las crisis de hegemona y legitimidad, considerando, en este caso, las crisis del Estado-Providencia y de la desaceleracin de
la productividad industrial. Sin embargo, se considera que, siendo una mutacin o crisis, esos procesos pueden ser discutidos segn una solo perspectiva, pues tiene en la base los problemas relacionados a la modernidad y a la
posmodernidad. Lo que sugiere la necesidad de que la universidad se renueve
continuamente, llevando a discutir, en un segundo momento, cinco dilogos
considerados estratgicos para establecer una dinmica para esa renovacin.
PALABRAS-CLAVE: Universidad. Desinstitucionalizacin. Renovacin.
Dilogo.
RESUMO
Neste artigo se discute, em primeiro lugar, os processos de desinstitucionalizao da universidade, passveis de anlise a partir do distanciamento que
passou a existir entre as funes escolares de seleo, educao e socializao ou a partir da crise de hegemonia e legitimidade, considerando, neste
caso, as crises do Estado-Providncia e da desacelerao da produtividade
industrial. No entanto, considera-se que, tal como mutao ou crises, esses
processos podem ser discutidos segundo uma s perspectiva, uma vez que
tm na sua base os problemas relacionados modernidade e ps-modernidade. Isso sugere a necessidade de contnua renovao da universidade, levando a discutir, em segundo lugar, cinco dilogos considerados estratgicos
para estabelecer uma dinmica para sua renovao.
PALAVRAS-CHAVE: Universidade. Desinstitucionalizao. Renovao.
Dilogo.
ABSTRACT
This article discusses, at first, the process of deinstitutionalization of the university, amenable to analysis from the distance that now exists, among the
school functions of selection, education and socialization, or from the crisis
274
of hegemony and legitimacy, considering in this case, the welfare state crisis
and the deceleration in industrial productivity. However, it is considered that,
as a mutation or crises, these processes can be discussed according to a single
perspective: they have the basic problems related to Modernity and PostModernity. This suggests the need for a permanent renewal of the university,
leading to discuss, in a second moment, five strategic dialogues to establish a
dynamic for that renewal.
KEYWORDS: University. Deinstitutionalization. Renewal. Dialogue.
INTRODUCCIN
Con las profundas transformaciones sociales, intensificadas a partir
de las dos ltimas dcadas en el siglo pasado, se produjo importantes
procesos de desinstitucionalizacin de las escuelas, en particular de las
universidades. Algunas veces, los diversos autores prefieren hablar de estos
procesos como mutacin (DUBET, 1994, 1998, 2002); otras veces, como
crisis (SANTOS, 2005).
En el primer caso, se refiere a la participacin efectiva de la escuela,
la inflacin de los diplomas, la fragmentacin de las fronteras entre
la educacin y la instruccin, la dispersin de los modelos educativos,
entre otros, contribuyendo para profundizar la separacin entre las
funciones escolares de seleccionar, educar y socializar (DUBET, 1994).
En el segundo caso, se refiriendo sobre todo a la universidad, estos
procesos implican la prdida de la exclusividad de los conocimientos
producidos y transmitidos por la institucin, la diversificacin de los
perfiles sociales de los destinatarios de estos conocimientos, la prdida
de la peculiaridad organizacional de la universidad, caracterizando las
llamadas crisis de hegemona, de legitimidad e institucional (SANTOS,
2005).
Este contexto parece convocar la universidad a destacar su caracterstica fundamental de ser un lugar de dilogo (MENDES, 1968). Seala la
universidad como responsable por establecer dilogos estratgicos, que
contribuyan, entre otros, para fomentar un sistema educacional continuo
en el cual se ubican los establecimientos de educacin bsica y superior;
promover la interaccin intergeneracional, involucrando alumnos y profesores; articular aspectos informativos y formativos de la educacin; conectar los diversos tipos de contenidos en las clases; establecer, en la prctica,
vnculos entre concepciones de ser humano y de proyecto educativo.
275
277
LA DESINSTITUCIONALIZACIN DE LA UNIVERSIDAD
Una escuela consiste en el encuentro entre educadores y educandos que,
en el cambio de vivencias y en la construccin de experiencias sociales
(DUBET, 1994), se desarrollan en diferentes reas, como la cognitiva, la
afectivo-emocional, la motora, la social y la profesional (MASETTO, 1997);
mientras la universidad, adems de eso, consiste en el amplio encuentro
con el mundo, en el cotidiano construido por generaciones de profesores
y alumnos, en la colaboracin de funcionarios, todo esto en la accin contextualizada con el medio en el que se insiere (BUARQUE, 1994). Aparte
las diferencias de amplitud de los saberes y la diversidad de experiencias y
vivencias sociales que permean su hacer, la escuela de educacin bsica y la
universidad, que pertenecen al mismo sistema continuo, han sido afectadas
de manera similar por los procesos de desinstitucionalizacin, situado en
la burbuja del lugar-comn en que se forjan los problemas relacionados
con la modernidad y con la posmodernidad.
Si aqu el foco de la reflexin est en esos procesos, lo que sera una
institucin? Desde la sociologa durkheimiana, el trmino institucin
denota la conversin de valores en normas y roles, con efectos sobre la
personalidad de los individuos (DURKHEIM, 2006, 2011). En el mbito de
la educacin, sera de responsabilidad de la institucin escolar ensear a los
individuos como efectivamente tornarse miembros de la sociedad. De ese
modo, sera la educacin la accin ejercida, por las generaciones adultas,
sobre las generaciones que no se encuentran an preparadas para la vida
social (DURKHEIM, 1965, p. 41), competiendo al proceso educacional
contribuir para que se concretice esa accin, trasmitiendo costumbres y
278
279
Modernidad
Procesos de
desinstitucionalizacin
Posmodernidad
Seleccionar
Masificacin
de la escuela.
Inflacin de los
diplomas.
Educar
Socializacin interesada
en ayustar expectativas de
Dispersin de
alumnos, profesores y familos modelos
lias a valores encarnados
educativos.
por la escuela, implicando
Socializar
Ajustamientos
en una fuerte segregacin
parciales (estasocial, encerramiento de la
blecimiento o
escuela sobre s misma y
clase).
alejamiento entre alumnos y
profesores.
Fuente: elaboracin propia, con base en Dubet (1994).
281
283
285
la globalizacin. O incluso internalizar que la investigacin es una actividad que implica el descubrimiento de la realidad, suponiendo que esta
no se revela en la superficie, a menudo hay algo ms all de los esquemas
explicativos (DEMO, 2010).
Segn Severino (2007), la actitud investigadora debe anclar la actividad de aprendizaje. Para este autor, incluso, la universidad no puede
desarrollar sus actividades de enseanza e investigacin abandonando la
sociedad donde pertenece el quehacer pedaggico tambin se produce en
condiciones de entender que la extensin es una exigencia intrnseca de la
educacin superior, pues conocimiento y educacin son comprometidos
con la sociedad.
Presuponiendo que estas condiciones sean atendidas, son exigidas
algunas competencias del profesor. Tomando el concepto de competencia
en relacin con una serie de aspectos desarrollados en forma conjunta,
tales como los saberes, los conocimientos, los valores, las actitudes y las
habilidades (PERRENOUD, 2000), Masetto (2012) proponen tres competencias bsicas de la enseanza universitaria: 1) competencia en un rea
del conocimiento: es necesaria la realizacin de cursos en el nivel de la
educacin superior, la prctica profesional y la actividad de investigacin;
2) dominio en el rea pedaggica: es necesario comprender el proceso de
enseanza y aprendizaje, el currculo, la integracin de disciplinas, relacin
profesor-alumno y alumno-alumno, la teora y la prctica de la tecnologa educacional, los procesos evaluativos y planeacin; 3) el ejercicio de
la dimensin poltica de la docencia universitaria: tiene como principal
requisito la comprensin de los tiempos actuales. Estas aptitudes son
consistentes con la necesidad de la exigencia al profesor universitario de
saber convivir con la diversidad de pblicos debido a la democratizacin
del acceso a la educacin superior.
Estas condiciones del quehacer pedaggico, competencias y saberes
ponen de manifiesto la necesidad de la universidad desarrollar dilogos con
el profesor. Se cita un ejemplo grave: en Brasil, la formacin del profesor
universitario se desarrolla al desprendimiento de la legislacin brasilea.
No hay soporte legal relacionado con su formacin pedaggica. La Ley
de Directrices y Bases de la Educacin Nacional (LDBEN) establece que la
formacin de los profesionales de la educacin tenga como fundamentos:
la presencia de una formacin bsica slida que pueda proporcionar el
conocimiento de los fundamentos cientficos y sociales de sus competencias de trabajo; la relacin entre teoras y prcticas a travs de pasantas
supervisadas y capacitacin en el empleo; la utilizacin de la formacin y
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
287
Por lo tanto, la universidad iluminar su fundamento, el dilogo, contando con la accin de los jvenes para renovarse continuamente. En esta
perspectiva, Mendes (1968), asumiendo el ideal griego de que dialogar
significa capturar su logos y, valorando la creatividad y la inquietud de
las nuevas generaciones, explica que los profesores de la universidad a
menudo cometeran el error de no entender que los jvenes tienen sus
logos. Cometeran el error de no comprender que slo a partir de este se
hace posible al joven atrapar su verdadera comunicacin con el logos del
288
Es fundamental percibir que la autonoma de la universidad es la autonoma del estudiante. Siendo la tarea inicial del alumno al ingresar en
la universidad el aprendizaje de la labor de estudiante, o sea, aprender
a cuidarse para no ser eliminado o para no eliminarse solo porque permaneci como extranjero en un espacio nuevo para l, su ingreso puede
ser considerado un pasaje, en el sentido etnolgico del trmino, cuando
el joven experimenta el tiempo de extraamiento, del aprendizaje y de la
afiliacin (COULON, 2008). Durante ese pasaje, el alumno busca autonoma (ahora estudia con otros adultos); se prepara para la vida activa
(trabajo, por ejemplo); aprende a decidir la propia vida (incluso estudiar
en la universidad).
289
compleja, marcada por enorme riqueza informativa, en un clima de dificultad, por parte de las personas, para enfrentar nuevas informaciones,
que las llenan y que se mezclan con ideas y problemas, oportunidades,
desafos y amenazas. Aunque haya la riqueza informativa, existe el riesgo
de establecerse un proceso educacional basado en la acumulacin de conocimientos, en detrimento de la mejor formacin de los alumnos. Se eso
ocurre, en los trminos de Freire (1987), el profesor pasa a comprender
que su papel sera llenar los alumnos de conocimientos, como depsitos
de contenidos.
En el caso de la universidad, la pura trasmisin de conocimientos
encuentra amplio espacio en la espectacular expansin de la educacin
superior en escala mundial. La universidad pas a recibir poblaciones de
alumnos de diversas formaciones socioculturales, en la mayora siendo
hbiles en el arte de dominar tanto el currculo del saln de aula como
tambin el currculo de la calle, socializndose de cualquier modo, aunque
ejerciendo protagonismos (GOMES; VASCONCELOS; LIMA, 2012),
desafiando la universidad, ponindola en la lnea de riesgo que bate a la
puerta de la educacin bancaria, una pedagoga bancaria, que valora el
contenido y, por eso mismo, monolgica (FREIRE, 1987) llena de una
racionalidad coherente con la sociedad slida (BAUMAN, 2001).
Tambin la pura trasmisin de conocimientos encuentra amplio espacio cuando predomina en la universidad la idea de profesionalizarse para
tener empleo. En este caso, se prioriza el desarrollo de competencias para
el mundo de trabajo. Los estudios de Pais (2003) sobre las relaciones entre
educacin y trabajo, en el mbito de la educacin superior, demostraron
que, aunque la masificacin de la enseanza y la generalizacin de que los
estudios universitarios san capaces de promover movilidad social entre
los jvenes, hay frustraciones entre stos por no poder disfrutar de status sociolaboral correspondiente a los ttulos acadmicos obtenidos (an
ms a partir de la crisis financiera de 2008). El autor indaga si no habra
seleccin social a impulsar la problemtica una indagacin posible de
ser elaborada alrededor de la relacin Yo-T y Yo-Eso (BUBER, 2009)
desarrollada en la clase.
Antes de ser pura trasmisin de contenidos, la educacin problematizadora del mundo es dialgica, considerando la relacin Yo-T en esta
problematizacin (FREIRE, 1987; BUBER, 2009). Caso esta educacin
sea internalizada por las diversas instancias de la universidad, el proceso
educacional desarrollado en clase puede asumir relevante significado, en el
equilibrio entre conocimiento terico y desarrollo humano, posibilitando
290
al profesor actuar de modo a contribuir para que los alumnos, en el encuentro con el mundo, sean capaces de problematizarse, sean capaces de
descubrir o divisar el indito viable, trascendiendo situaciones-lmites.
291
Ser humano
Cmo se
manifiesta:
Proyecto educativo
Evidencia su
Posee, por su naturale- existencia, entre
za biolgica, capaciotros, al:
dad para:
Raciocinar
Conocer
Actuar
Emorcionarse
Hacer
Querer conocer-hacer
Quin es:
Cmo se manifiesta:
Posee la funcin de contribuir para el desarrollo integral del ser humano, pues
promueve la articulacin
entre principios como:
Evidencia su funcin
cuando el proceso educacional, entre otros, articula
contenidos:
Conceptuales
Educacin en valores
(BOLVAR, 2000)
Equilibrio razn/emocin
(CASASSUS, 2009)
Fuente: elaboracin propia, con base en Vasconcelos (2012).
Procedimentales
Actitudinales
292
CONCLUSIN
Los problemas relacionados con la modernidad y la posmodernidad
originan procesos de desinstitucionalizacin, que causan impacto en la
escuela en su conjunto. En la educacin bsica o superior, las funciones
escolares de seleccionar, educar y socializar no se integran. Estos procesos,
como algunos autores entienden, no se constituyen propiamente en crisis.
Sin embargo, como en el caso de la universidad, otros los entienden en
trminos de una crisis de hegemona y legitimidad, lo que reflejara en una
crisis institucional. De cualquier manera, pudiendo implicar una crisis
del Estado-Providencia o la convocatoria de la universidad a la mayor
participacin en los procesos de produccin, configura que la crisis de la
universidad es la crisis del paradigma de la modernidad. Por lo tanto, la
desinstitucionalizacin de la universidad incluira soluciones relacionadas
con la resolucin de esta segunda crisis.
Lo que impone a la universidad la obligacin de establecer dilogos
estratgicos. Por ejemplo, el amplio dilogo entre la educacin superior y
la educacin bsica; el dilogo con los nuevos pblicos, desde el mayor
acceso a las diversas poblaciones estudiantiles a la educacin superior;
as como el dilogo con los profesores; el dilogo entre los aspectos informativos y formativos de la educacin, y fundamentalmente pensar en
la complejidad que contiene el dilogo entre concepcin del ser humano
y concepcin del proyecto educativo.
Por lo tanto, urge dialogar. Desarrollar y mejorar la capacidad de establecer dilogos. Las diversas voces que demanda la sociedad postmoderna
a la universidad establece la urgencia de dilogos, teniendo en cuenta reas
prioritarias en la construccin de un conocimiento, que incluso y sobre
todo, sea merecedor del rigor terico y emprico capaz de combatir las
crisis, sean de hegemona, de legitimidad o de la llamada crisis institucional.
REFERENCIAS
ALARCO, Isabel (2008). Professores reflexivos em uma escola reflexiva. 6. ed. So
Paulo: Cortez.
ALMEIDA, Ana Nunes de; VIEIRA, Maria Manuel (2006).A escola em Portugal:
outros olhares, novos cenrios. Lisboa: Imprensa de Cincias Sociais.
293
BOLVAR, Antonio (2000). A educao em valores: o que aprendemos com o seu esboo e o seu desenvolvimento curricular em Espanha? In: TRILLO, Felipe (Coord.).
Atitudes e valores no ensino. Lisboa: Instituto Piaget,cp. 123-170.
BRASIL (1996). Lei n 5.540, de 28 de novembro de 1968. Fixa normas de organizao e funcionamento do ensino superior e sua articulao com a escola mdia, e
d outras providncias. Revogada pela Lei n 9.394, de 20 de dezembro de 1996, a
qual estabelece as diretrizes e bases da educao nacional. Braslia: Casa civil, 1968.
Disponvel em: <http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/leis/l5540.htm>. Acesso em:
24 fev. 2014.
______ (1988). Constituio da Repblica Federativa do Brasil de 1988. Braslia:
Senado Federal, 1988. Disponvel em: <http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/constituicao/constituicaocompilado.htm>. Acesso em: 24 fev. 2014.
______ (1996). Lei n. 9.394, de 20 de dezembro de 1996. Estabelece as diretrizes e
bases da educao nacional. Braslia: Casa Civil, 1996. Disponvel em: <http://www.
planalto.gov.br/ccivil_03/Leis/L9394.htm>. Acesso em: 24 fev. 2014.
______ (1997). Parmetros Curriculares Nacionais: introduo aos parmetros curriculares nacionais. Braslia: MEC.
______ (2006). Decreto n. 5.773, de 9 de maio de 2006. Dispe sobre o exerccio
das funes de regulao, superviso e avaliao de instituies de educao superior
e cursos superiores de graduao e sequenciais no sistema federal de ensino. Braslia:
Casa Civil, 2006. Disponvel em: <http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/_ato20042006/2006/decreto/d5773.htm>. Acesso em: 24 fev. 2014.
______ (2007). Portaria Normativa n. 40, de 12 de dezembro de 2007. Institui o
e-MEC e o Cadastro e-MEC de Instituies e Cursos Superiores e consolida disposies
sobre indicadores de qualidade, banco de avaliadores (Basis) e o Exame Nacional de
Desempenho de Estudantes (ENADE) e outras disposies. Braslia: MEC. Disponvel
em: <http://meclegis.mec.gov.br/documento/view/id/17>. Acesso em: 24 fev. 2014.
_____ (2009). Documento sntese do Frum Nacional de Educao Superior. Braslia: MEC, 2009. Disponvel em: <http://portal.mec.gov.br/dmdocuments/documento_sintese.pdf>. Acesso em: 24 fev. 2014.
______ (2012). Censo da educao superior 2010: resumo tcnico. Braslia: Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais Ansio Teixeira. Disponvel em:
<http://download.inep.gov.br/educacao_superior/censo_superior/resumo_tecnico/
resumo_tecnico_censo_educacao_superior_2010.pdf>. Acesso em: 24 fev. 2014.
BUARQUE, Cristovam (1994). A aventura da universidade. So Paulo: Editora da
Universidade Estadual Paulista; Rio de Janeiro: Paz e Terra.
______ (2003). A universidade numa encruzilhada. In: APELL, Emmanuel (Org.).
A universidade na encruzilhada: seminrio universidade: por que e como reformar?
Braslia: UNESCO, p. 23-65.
BUBER, Martin (2009). Eu e tu. 10. ed. So Paulo: Centauro Editora.
CASASSUS, Juan (2009). Fundamentos da educao emocional. Braslia: UNESCO,
Liber Livro Editora.
294
CASTELLS, Manuel (2008). A sociedade em rede. 11. ed. So Paulo: Paz e Terra.
COLL, Csar et al. (1998). Os contedos na reforma: ensino e aprendizagem de conceitos, procedimentos e atitude. Porto Alegre: Artes Mdicas.
______ (2001). Psicologia e currculo: uma aproximao psicopedaggica elaborao do currculo escolar. So Paulo: Editora tica.
COULON, Alain (2008). A condio de estudante: a entrada na vida universitria.
Salvador: EDUFBA.
CUNHA, Clio da; SOUSA, Jos Vieira de; SILVA, Maria Abdia da (Org.) (2012).
Universidade e educao bsica: polticas e articulaes possveis. Braslia: Faculdade
de Educao/Universidade de Braslia; Liber Livros.
DEMO, Pedro (2010). Introduo metodologia da cincia. 2. ed. So Paulo: Atlas.
DUBET, Franois (1994). Sociologia da experincia. Lisboa: Instituto Piaget.
______ (1998). A formao dos indivduos: a desinstitucionalizao.Contemporaneidade e Educao, [Rio de Janeiro], v. 3, s/n, p. 27-33.
______ (2002). Le dclin de linstitution. Paris: ditions du Seuil.
DURKHEIM, mile (1965). Educao e sociologia. 4. ed. So Paulo: Melhoramentos.
______ (2006). As regras do mtodo sociolgico. So Paulo: Editora Martin Claret
Ltda.,.
______ (2011). O suicdio: estudo de sociologia. 2. ed. So Paulo: Editora WMF
Martins Fontes.
FIELDEN, John (1999). O pessoal do ensino superior: um permanente desafio. In:
UNESCO. Tendncias da educao superior para o sculo XXI. Braslia: UNESCO/
CRUB, p. 427-448.
FREIRE, Paulo (1987). Pedagogia do oprimido. 17. ed. Rio de Janeiro: Paz e Terra.
GALLAND, Olivier (1997). Sociologie de la jeunesse. Paris: Armand Colin.
GIDDENS, Anthony (1990). The consequences of modernity. Cambridge: Polity
Press.
GOFFMAN, Erving (2011). A representao do eu na vida cotidiana. 18. ed. Petrpolis: Vozes.
GOMES, Candido Alberto (2005). A educao em novas perspectivas sociolgicas.
4. ed. So Paulo: EPU.
______ (Org.) (2011). Juventudes: possibilidades e limites. Braslia: UNESCO: UCB.
______; VASCONCELOS, Ivar Oliveira de; LIMA, Diogo Acioli (2012). Juventude:
se correr o bicho pega. Revista Dilogos, Braslia, v. 17, n. 1, p. 51-62. Disponvel
em: <http://portalrevistas.ucb.br/index.php/RDL/article/view/3825/2309>. Acesso
em: 24 fev. 2014.
HABERMAS, Jrgen (1981). Modernity versus postmodernity. New German Critique, Nova Iorque, v. 22, n.4, p. 3-14.
______ (1990). Discurso filosfico da modernidade. Lisboa: Dom Quixote.
295
JOSPIN, Lionel (1999). Discurso na abertura da Conferncia Mundial sobre o Ensino Superior. In: UNESCO. Tendncias da educao superior para o sculo XXI.
Braslia: UNESCO/CRUB, p. 47-50.
LYOTARD, Jean-Franois (1988). O ps-moderno. 3. ed. Rio de Janeiro: Jos Olympio Editora.
______ (2000). La condicin postmoderna: informe sobre el saber. 7. ed. Madri:
Ctedra.
MASETTO, Marcos Tarciso (1997). Didtica: a aula como centro. 4. ed. So Paulo:
FTD.
______ (2012). Competncia pedaggica do professor universitrio. 2. ed. So Paulo:
Summus.
MENDES, Durmeval Trigueiro (1968). A universidade e sua utopia. Revista Brasileira de Estudos Pedaggicos, Braslia, v. 50, n.112, p. 223-231.
______ (1974). Fenomenologia do processo educativo. Revista Brasileira de Estudos
Pedaggicos, Rio de Janeiro, v. 60, n. 134, p. 140-172.
ORGANISATION FOR ECONOMIC CO-OPERATION AND DEVELOPMENT
(OECD) (2010). Education at a glance 2010. Paris: OECD. Disponvel em: < http://
www.uis.unesco.org/Education/Documents/45926093.pdf>. Acesso em: 24 fev.
2014.
PAIS, Jos Machado (2003). Ganchos, tachos e biscates: jovens, trabalho e futuro
juvenis. 2. ed. Porto: Ambar.
PERRENOUD, Philippe (2000). Dez novas competncias para ensinar. Porto Alegre:
Artmed.
REALE, Giovanni; ANTISERI, Dario (1990). Histria da filosofia: Antiguidade e
Idade Mdia. So Paulo: Paulinas (Coleo Filosofia, I).
ROGGERO, Rosemary (2007). Contradies na educao superior: o perfil do jovem contemporneo e o discurso pedaggico. In: INSTITUTO DE ESTUDOS DE
FORMAO E ASSESSORIA EM POLTICAS PBLICAS. Acta Semitica e Lingustica: Sociedade Brasileira de Professores de Lingustica: Vol. 11 (2006, ano 30),
Revista Internacional. So Paulo: Universidade Braz Cubas, p. 167-185.
SANTOS, Boaventura de Sousa (2005). Pela mo de Alice: o social e o poltico na
ps-modernidade. 10. ed. So Paulo: Cortez.
______ (2007). Renovar a teoria crtica e reinventar a emancipao social. So Paulo:
Boitempo.
SEVERINO, Antnio Joaquim (2007). Metodologia do trabalho cientfico. 23. ed.
So Paulo: Cortez.
SVERES, Luiz (2006). Universidade: torre ou sino? Braslia: Universa.
______ (2010). A extenso como um processo aprendente. In: FREITAS, Lda Gonalves de; CUNHA FILHO, Jos Leo da; MARIZ, Ricardo Spindola (Org.). Educao superior: princpios, finalidades e formao continuada de professores. Braslia:
Universa: Lber Livro, p. 101-120.
296
SPOSITO, Marilia Pontes (Org.). (2009). O Estado da arte sobre juventude na psgraduao brasileira: educao, cincias sociais e servio social (1999-2006). Belo
Horizonte: Argvmentvm.
TAVARES, Jos (1996). Uma sociedade que aprende e se desenvolve: relaes interpessoais. Porto: Ed. Porto.
TENTI FANFANI, Emilio (2012). Docentes y alumnos: encuentros y desencuentros
entre generaciones. In: BELLEI CARVACHO, Cristian et al. La escolarizacin de
los adolescentes: desafos culturales, pedaggicos y de poltica educativa. Buenos
Aires: Instituto Internacional de Planeamiento de la Educacin IIPE-UNESCO, p.
191-207. Disponvel em: <http://www.iipe-buenosaires.org.ar/inicio>. Acesso em: 24
fev. 2014.
THOMPSON, John B. (1998).A mdia e a modernidade: uma teoria social da mdia.
Petrpolis: Vozes.
UNESCO (1999). Tendncias da educao superior para o sculo XXI. Braslia:
NESCO/CRUB.
______ (2009). Conferncia mundial sobre ensino superior 2009: as novas dinmicas
do ensino superior e pesquisas para a mudana e o desenvolvimento social. Paris:
UNESCO. Disponvel em:
<http://www.unesco.org/education/WCHE2009/comunicado_es.pdf>. Acesso em:
24 fev. 2014.
VASCONCELOS, Ivar Csar Oliveira de (2011).Desenvolvimento humano: como
se articulam informao e formao no processo educacional? Braslia. Dissertao (Mestrado em educao) Universidade Catlica de Braslia, Braslia, 2011.
Disponvel em: < http://www.bdtd.ucb.br/tede/tde_busca/arquivo.php?codArquivo=1361>. Acesso em: 24 fev. 2014.
______ (2012). Contedos atitudinais como o lugar da investigao no processo
educacional. Revista de Educao, Gesto e Sociedade, Jandira, v. 6, n. 6, p. 1-14.
Disponvel em: http://www.uniesp.edu.br/faceq/regs/edicoesAnteriores.asp. Acesso
em: 24 fev. 2014.
VIEIRA, Maria Manuel (1995). Transformao recente no campo do ensino superior. Anlise Social, Lisboa, v. 30, n. 131-132, p. 315-373. Disponvel em:
<http://analisesocial.ics.ul.pt/documentos/1223379860Z6xOE5yb4We41VZ6.pdf>.
Acesso em: 24 fev. 2014.
297
ABSTRACT
In the spring of 2013, the U.S. Supreme Court ruled in United States v.
Windsor to declare the unconstitutionality of Section 3 of the Defense of
Marriage Act (DOMA) that defined the term marriage between one man
and one woman, and spouse as a partner of the opposite sex. After nearly
forty years of activity, DOMA marked the most recent culmination of success for both the Gay Rights Movement and its subset, the Marriage Equality Movement. This essay offers a critical rhetoric analysis of key messages
after the DOMA ruling and argues that DOMA can only be viewed as a
partial success for the Lesbian, Gay, Bisexual, and Transgender (LGBT)
community. I argue that despite official lawmaking, the striking of Section 3
of DOMA has contributed to the cultural conversation only in limited ways
and that LGBT discriminations will continue in local legislations. Utilizing
critical rhetoric as brought forward by McKerrow (1989), this essay offers
a critique of key messages employed by the Supreme Court Judges involved
in the DOMA ruling, the President, and various LGBT activist groups. By
employing McKerrows twofold taxonomy - the critique of freedom and critique of domination - I argue that critical rhetoricians must focus on these
kinds of social events to contribute to ongoing conversations on the cultural
and societal subordination of LGBT individuals and groups.
KEYWORDS: Critical Rhetoric. DOMA. Marriage Equality. Gay Marriage.
RESUMO
Na primavera de 2013, a Suprema Corte dos EUA decidiu em United States
vs. Windsor declarar a inconstitucionalidade da Seo 3 da Lei de Defesa do
Casamento [Defense of Marriage Act (DOMA)], que definiu o termo casamento como unio entre um homem e uma mulher e cnjuge como parceiro do sexo oposto. Depois de quase quarenta anos em atividade, a DOMA
demarcou o pice de sucesso mais recente para o Gay Rights e sua subdiviso,
o Marriage Equality Movement [Movimento de Igualdade no Casamento].
Este ensaio oferece uma anlise retrica crtica de mensagens relevantes aps
1. A previous version of this paper was presented at the 2014 Eastern Communication
States Annual Convention in Providence, RI.
298
a deciso da DOMA e sustenta que ela s pode ser vista como sucesso parcial
para a comunidade de Lsbicas, Gays, Bissexuais e Transexuais (LGBT). O
ensaio defende que, apesar da legislatura oficial, a derrubada da Seo 3 da
DOMA contribuiu para a troca de ideias culturais apenas de modo limitado e
que as discriminaes contra a LGBT continuaro nas legislaes locais. Utilizando a retrica crtica conforme apresentada por McKerrow (1989), este
ensaio oferece uma crtica das principais mensagens empregadas pelos juzes
da Suprema Corte que emitiram o veredito da DOMA, o Presidente e vrios
grupos de ativistas LGBT. Empregando a dupla taxonomia de McKerrow
a crtica da liberdade e a crtica da dominao sustento que os retricos
crticos precisam enfocar esses tipos de eventos sociais para contribuir com o
permanente intercmbio de ideias sobe a subordinao cultural e social dos
indivduos e grupos LGBT.
PALAVRAS-CHAVE: Retrica crtica. DOMA. Igualdade no Casamento. Casamento Gay
RESUMEN
En la primavera de 2013, la Corte Suprema de EE. UU. fall en el caso United States v. Windsor a favor de la inconstitucionalidad de la Seccin 3 de
la Ley de Defensa del Matrimonio [Defense of Marriage Act (DOMA)] que
defina el trmino matrimonio como aqul entre un hombre y una mujer
y esposo/a como la pareja del otro sexo. Tras casi 40 aos de actividad,
la DOMA ha supuesto el xito ms reciente de los derechos de los homosexuales y de uno de sus defensores, el Movimiento para la Igualdad Matrimonial. Este ensayo presenta un anlisis retrico crtico de los principales
mensajes emitidos tras el fallo de la DOMA y defiende que la DOMA solo
puede ser considerada un xito parcial de la comunidad de Lesbianas, Gais,
Bisexuales y Transexuales (LGBT, por sus siglas en ingls). Este ensayo defiende que, pese a la legislacin oficial, el ataque a la Seccin 3 de la DOMA
solo ha realizado contribuciones limitadas al dilogo cultural y que la discriminacin de LGBT continuar en las legislaciones locales. Haciendo uso de
la retrica crtica en lnea con la propuesta de McKerrow (1989), este ensayo
incluye una crtica de los principales mensajes empleados por los jueces de la
Corte Suprema involucrados en el fallo de la DOMA, el Presidente y varios
grupos de activistas LGBT. Empleando la doble taxonoma de McKerrow, la
crtica de la libertad y la crtica de la dominacin, argumento que los retricos crticos deben centrarse en este tipo de eventos sociales para contribuir al
dilogo constante sobre la subordinacin cultural y social de los individuos
y grupos LGBT.
PALABRAS CLAVE: Retrica crtica. DOMA. Igualdad Matrimonial. Matrimonio Gay.
299
INTRODUCTION
Like no other movement, the Gay Rights Movement has been stimulating activists, sympathizers, and challengers for over forty years. With
its rather informal beginnings at the Stonewall Inn Riot in 1969, the Gay
Rights Movement has developed into a multi-facetted outlet for Lesbian,
Gay, Bisexual, and Transgender (LGBT) activism for generations. Compared to just forty years ago, the movement has come a long way; it was
successful in attaining some objectives for its members, and has enjoyed
growing social acceptability. Shortly after its origination, reports of the
1970s predominantly framed homosexuality as a social corruption that
[could] cause the downfall of a civilization (LEVITT & KLASSEN, 1974,
p. 30). Since that time, the percentage of Americans who think homosexuality is morally wrong has dropped significantly and receives continuous
support from younger individuals (SAAD, 2010).
As of 2013, thirteen states recognize same-sex marriage, or their comparative form, civil union; however, of the remaining forty-two states,
thirty-one continue to have specific anti-gay constitutional amendments
(FREEDOM TO MARRY, 2013). With the repeal of Section 3 of the
Defense on Marriage Act (DOMA) on June 26, 2013 by the U.S. Supreme
Court in United States v. Windsor, the discrimination of state legislations
that granted same-sex marriages or unions are supposedly history. Yet,
despite official lawmaking, the striking of Section 3 neither carries implications for LGBT discrimination in local legislations, nor does it contribute
significantly to the cultural conversation around the acceptability of samesex marriage. Thus, it becomes clear that the struggles of the Marriage
Equality Movement are not over yet -- the key issue is changing how the
LGBT community is viewed culturally, not legally (KELSEY, 2009). Unfortunately, a partial ruling, such as the striking of one of DOMAs Sections,
only vaguely attributes to a societal solution and does not provide the
desired equality.
Utilizing McKerrows (1989) critical rhetoric, this essay offers a critique
of key messages employed after the DOMA ruling on June 16, 2013 by
three important opinion-makers: the Supreme Court Judges involved in
the trials, the President, and important LGBT organizations. In order to
do so, this essay will firstly position the movement within existing social
movement scholarship, provide an overview of the history of DOMA,
and explicate critical rhetoric as per McKerrow (1989). Lastly, this essay
concludes by arguing that critical rhetoricians must focus on these kinds
300
CONTEXT
1. Marriage Equality: A Movement
Social movement scholarship in rhetorical studies formally began with
Griffins (1952) piece on the rhetoric of social movements. Since then,
rhetorical scholars have aimed to explain, dissect, and analyze social efforts of equality for various groups in a plethora of ways. Griffin (1952)
conceptualized the stages of movements, Bitzer (1968) explained how
rhetorical situations are called into existence, Stewart (1980) prescribed
five guidelines to a successful movement, and Simons (1970) analyzed the
role of persuasion with regards to social movement leaders. In response
to a time of social change and resistance, much scholarship emerged post1970 that sought to define the aims and components of social movements
using rhetorical theory (GREGG, 1971; CATHCART, 1972; HAHN &
GONCHAR, 1980; STEWART, 1980).
Utilizing Bitzers conceptualization (1968), the imperfection marked by
urgency (p. 6) in the struggle for Marriage Equality is the legal denial of
LGBT individuals to marry the person they love. As this particular movement stems from the Gay Rights Movement, its inception (GRIFFIN,
1952, p. 184) is well in the past. Kelsey (2009) notes that the right to marry
whomever one desires, is a civil rights issue that has been argued since the
1993 Baehr v. Miike trial in Hawaii. Darsey (1990) has been identifying
such catalytic events in the Gay Rights Movement since the AIDS crisis of
the 1980s and 90s. This movement requires rhetors to lend it a voice in its
struggle for social change, the so-called mediators of change (BITZER,
1968, p.7). These are composed of different LGBT organizations and
support groups, heterosexual supporters and sympathizers and those in
legislative positions capable of effecting social change.
The constraints (BITZER, 1968, p.8) the movement is facing come in
many different forms: conservatives of different ideologies (political and/or
religious); anti-gay activists groups who position the homosexual lifestyle
as sinful; and those inactive individuals who continue to take part in
heteronormative discourse that keeps the abnormal view of same-sex
couples in place. In spite of the first true legal triumph with the repeal of
Section 3 of DOMA, full legal consummation of the movement has yet
to be achieved (GRIFFIN, 1952, p. 152). When examining the current
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
301
of defining marriage in a strictly heterosexual manner (ADAM, 2003; BUTLER, 1998; KOPPELMAN, 1997; RUSKAY-KIDD, 1997). Ruskay-Kidd
(1997) warns that DOMA imposes a federal definition of marriage that will
govern federal programs and law in a manner that celebrates inequality
while Koppelman (1997) voices similar concern about the consequences
this oversimplification will hold. Butler (1998) echoed these critiques and
comments on the manipulation of narratives to justify [the] DOMA laws
(p. 844). By detailing the narrative of gays and lesbians in the U.S. up to
1996, he illustrates that the regulation of marriage on a federal level is neglecting the many conventional stories of commitment and love the LGBT
community has to offer. While these critiques appear as rather conclusive
reactions, it is also important to observe events that precede DOMA.
Adam (2003) calls attention to the passing of the anti gay-marriage
law in Utah of 1995 as an important milestone in the development of
LGBT discrimination. Adam notes that this event triggered other state
legislations to follow suit in what he calls mini-DOMAs (p. 259). He
explains that gay marriage is not an American issue but indeed a human
rights issue and draws parallels to the lack of international comparability.
While other industrialized parts of the world including the European
Union, Canada, Australia and others are taking (or have taken) steps to
include LGBT individuals into their legislation, the U.S. is representing a
curious out-layer (ADAM, 2003, p. 261). Yet, DOMA seems to be fitting
in just fine on a national level.
Adam (2003) speaks of Americas utopian moralism that is preventing the country from moving forward in the local and international
debate on accepting diverse lifestyles (p. 267). Fueled by religious arguments (LEWIN & GOSSETT, 2008) and conservative values (Prince et
al., 2005), the connection between equality and morality becomes clear.
Abrajanos (2012) study yields which populations are more likely to
identify pro-gay or anti-gay and results are unsurprising: The author lists
factors such as political dispositions, media consumption, marital status,
religious affiliation, rate of church attendance to be determining factors
whether one identifies as pro or anti-gay.
Adam (2003) notes that for decades now, conservative Protestant
political influence has been able to solidify because of the symbiotic
relation between the Republican Party and the Christian Right (p. 264).
Similarly, Drumheller & McQuay (2010) found that there is a prevalent
correlation between anti-gay activists and conservative communities. It
is thus unsurprising that those opposing Marriage Equality continue to
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
303
ANALYSIS
1. Critical Rhetoric
The 1960s and 70s marked the beginning of the critical turn in rhetorical studies. Authors such as Burke, Campbell, McGee, and McKerrow
call attention to the social implications of rhetoric, allowing for a new
perspective to view rhetorical situations (BITZER, 1969) and human
motifs (BURKE, 1976). According to McGee (1990), the field used to be
primarily preoccupied with the pure act of criticism (p. 274), meaning
that much of the focus of rhetoricians was placed on historical studies
of evaluating the orations of individual rhetors. Later echoed by McGee
(1990), Campbell (1974) argues that a critic ought not only analyze, but
also produce pieces that serve a social function, an important change in
thinking toward the later critical rhetoric (MCKERROW, 1989).
McKerrow (1989) positions critical rhetoric as a tool to analyze and
evaluate the discourse of power in society. Under the assumptions of the
critical paradigm that social inequalities exist because of power imbalances,
McKerrow tasks the critical rhetor with unmasking them to effect cultural
304
305
as opposed to the woman (or gay couple) without rights points at the same
biological conversation. Similarly, DOMA opposers have enthusiastically
employed theological questions that closely alight with earlier debates. For
both movements, the theological key-arguments have essentially focused
on whether or not womens rights (or same-sex marriage) are appropriate or potentially harming. Thus, the posing of these biological and
theological questions constitutes a recurring them across the movements.
Just as women in the early 20th century, and African Americans in the
recent past, LGBT individuals are cast into incongruent stereotypes. As
troubling as this appears, the comparisons made by the DOMA opposition
are equally as incongruent.
Freedom to Marry, a pro-gay nonprofit organization out of New York,
laid out a Roadmap to Victory after the DOMA ruling in June of 2013
(FREEDOM TO MARRY, 2013). At the center of their mission now
lays the challenge to win over more states in order to achieve marriage
equality across the United States. They draw a parallel to the Civil Rights
Movement and call for local activists. Freedom to Marry indicates that
we still far short of the 34 states that had ended race-based marriage discrimination when the Supreme Court ruled in Loving vs. Virginia (1967)
(FREEDOM TO MARRY, 2013). This is an interesting comparison as it
draws on sympathy of the Civil Rights Movement, a group that Marriage
Equality advocates have formed little to no coalition with (CHVEZ,
2011). Calling the legal implementation of nation-wide Marriage Equality
a victory also alludes to the fact that this organization is solely concerned
with the legal aspects of LGBT matters.
Since the repeal of Section 3 of DOMA, many opinion-leaders of the
DOMA opposition have voiced their enthusiasm and congratulated the
LGBT community on their latest victory. Among them is our current president, Mr. Barack Obama. Obamas official statement on DOMA followed
quickly upon the reading of the verdict. Obama, an open sympathizer and
LGBT supporter, opens his statement by saying:
I applaud the Supreme Courts decision to strike down the Defense of Marriage Act. This was discrimination enshrined in law.It treated loving, committed gay and lesbian couples as a separate and lesser class of people.The
Supreme Court has righted that wrong, and our country is better off for
it.We are a people who declared that we are all created equal and the love
we commit to one another must be equal as well (para 2).
306
307
This case is about power in several respects. It is about the power of our
people to govern themselves, and the power of this Court to pronounce the
law. Todays opinion aggrandizes the latter, with the predictable consequence
of diminishing the former. We have no power to decide this case. And even
if we did, we have no power under the Constitution to invalidate this democratically adopted legislation (CNN, 2013).
308
This concept, rooted in traditional gender perceptions, has been valorized as the right way of living and having the right sexual orientation
and has been consistently utilized across most conservative arguments
that sought to uphold the DOMA statutes. It is fair to assume that an
unabridged repeal of DOMA is not going to change this perception overnight, and neither does the current partial repeal. It is important that LGBT
activist continue to challenge these normative structures.
The continuous scrutiny of heteronormativity is vital to a critique of
freedom, as it constitutes the core challenge LGBT members have to face
when seeking Marriage Equality. Same-sex marriage opponents, or -- in
domination terms -- the elite, are those individuals in power who uphold
the heterosexual cultural privilege and view marriage as an institution.
According to Hsu (2006), the Marriage Equality Movement has faltered
pre-DOMA because of its ineffective argument structure on the concept
of marriage. He notes a lack of cohesion in the rhetoric of the movement,
which is responsible for the current status of crisis (GRIFFIN, 1952).
The current, partial, repeal of DOMA is no exception.
Pro-gay organizations such as Freedom to Marry and the Human Rights
Campaign (HRC) continue to employ a radical, yet normative rhetoric
(see HANSEN & DIONISOPOULOS, 2012). By positioning gay and
lesbian relationships as non-threatening to society, these agencies mostly
rely on pointing out the normative structure these relationships possess
(i.e., monogamy, commitment, child rearing) (KELSEY, 2009). The key
arguments from those agencies address readers directly and are centering
around explaining how LGBT families are normal and just as yours
(HRC, 2013; MARRIAGE EQUALITY, 2013). These statements, while
purposeful on the surface, are merely reinforcing normative structures and
do not contribute much to the cultural debate. Essentially, these arguments
do not address the root of the problem of LGBT discrimination. Not only
have these organizations failed to realize that these kinds of statements are
counter-productive, but they have also failed to contribute to the overall
conversation on diverse understandings of love, kinship, family and sexual
orientation.
Pro-gay agencies should concentrate their efforts on challenging those
normative constructs, as they exist within the larger struggle of re-conceptualizing perceptions of marriage. As Smith and Winders (1997) have
explained, pro-gay members frame their discourse around essentialist claims
that position marriage equality as a necessity to attain full citizenship. Full
citizenship, a term that has already been used in the Womens Suffrage
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. duplo, jan.-dez. 2013
309
310
311
REFERENCES
ABRAJANO, M. (2010). Are Blacks and Latinos responsible for the passage of Proposition 8? Analyzing voter attitudes on Californias proposal to ban same-sex marriage in 2008. Political Research Quarterly, 63(4), 922-932.
ADAM, B. D. (2003). The Defense of Marriage Act and American exceptionalism:
The gay marriage panic in the United States. Journal of the History of Sexuality,
(12)2, 259-276.
BITZER, L. F. (1968). The rhetorical situation. Philosophy & Rhetoric, 1(1), 1-14.
BURKE, K. (1966). Language as symbolic action: Essays on life, literature, and method. Berkeley, CA: University of California Press.
CAMPBELL, K. K. (1974). Criticism ephemeral and enduring. The Speech Teacher,
23(1), 9-14.
312
313
MCGEE, M. C. (1990). Text, context, and the fragmentation of contemporary culture. The Western Journal of Speech Communication, 54, 274-289.
MCKERROW, R. E. (1989) Critical rhetoric: Theory and praxis. Communication
Monographs, 56, 91-111.
______. (1991). Critical rhetoric in a postmodern world. Quarterly Journal of Speech, 77, 75-78.
NAKAYAMA, T. K.; KRIZEK, R. L. Whiteness: A strategic rhetoric. Quarterly Journal of Speech, 81(3), 291-309.
OBAMA, B. (2012). Statement by the President on the Supreme Court ruling on the Defense of Marriage Act. Retrieved from <http://www.whitehouse.gov/doma-statement>.
ONO, K. A.; SLOOP, J. M. (1992). Commitment to telos: A sustained critical rhetoric. Communication Monographs, 59, 48-60.
ONO, K. A.; SLOOP, J. M. (1995). The critique of vernacular discourse. Communication Monographs, 62, 19-46.
PRICE, V., Nir, L.; CAPELLA, J. N. (2005). Framing public discussion of gay civil
unions. Public Opinion Quarterly, 69(2), 179-212.
RUSKAY-KIDD, S. (1997). The Defense of Marriage Act and the overextention of
congressional authority. Columbia Law Review, 97(5), 1435-1482.
SIMONS, H. W. (1970). Requirements, problems, and stategy: A theory of persuasion for social movements. The Quarterly Journal of Speech, 56(1), 1-8.
SMITH, R. R.; WINDERS, R. R. (1997). The progay and antigay issue culture: Interpretation, influence and dissent. Quarterly Journal of Speech, 83, 28-48.
STEWART, C. J. (1980). A functional approach to the rhetoric of social movements.
Central States Speech Journal, 31(4), 298-305.
SUPREME COURT OF THE UNITED STATES. (2013). Reply brief on the jurisdictional questions for respondent Edith Schlain Windsor [Data file]. Retrieved from <http://
www.supremecourt.gov/docket/pdfs/12-307_bsrb_windsor_(jurisdiction).pdf>
UNITED STATES GOVERNMENT PRINTING OFFICE. (1996). The Defense of
Marriage Act [Data file]. Retrieved from <http://www.gpo.gov/fdsys/pkg/PLAW
-104publ199/html/PLAW-104publ199.htm>.
WADSWORTH, N. D. (2011). Intersectionality in Californias same-sex marriage
battles: A complex proposition. Political Research Quarterly, 64(1), 200-216.
314
RESUMO
O presente estudo coloca sob exame os pressupostos analticos de Berger
(1985; 2012) e Guerra (2000; 2003), os quais apontam para a transformao das mensagens e propostas religiosas em produtos para consumo no
mercado, no qual as instituies religiosas competem, utilizando como estratgia mais comum a assemelhao com os bens religiosos que apresentam
alta performance entre os consumidores-alvos. Comparando sites de uma
amostra de Parquias da Diocese de Campina Grande - PB com os sites
de uma amostra de igrejas neopentecostais da mesma cidade, constatou-se
um conjunto de produtos religiosos semelhantes oferecidos, principalmente para o segmento dos jovens, destacando a assemelhao entre modelos
de prticas de orao, de louvor, de testemunhos oferecidos nos sites das
instituies catlicas com aqueles oferecidos nos das neopentecostais. Substituindo assim, o antigo modelo da diferenciao/oposio entre catlicos
e evanglicos em geral pelo Paradigma da Semelhana. Tambm foram observadas semelhanas entre os sites catlicos e neopentecostais com a esfera
secular no que se referem aos eventos religiosos de maior porte, tais como
shows e encontros temticos.
PALAVRAS-CHAVE: Igreja Catlica. Mercado Religioso. Paradigma da Semelhana.
ABSTRACT
This study puts under scrutiny the analytical assumptions of Berger (1985;
2012) and Guerra (2000, 2003), which indicate a transformation of religious
messages and proposals in consumer products like any other in the economic
market in which religious institutions compete using the common strategy of
resemblance with religious goods that have high performance among consumers. Comparing sites of a sample of Parishes of the Campina Grande Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. 1, jan.-jun. 2013
315
INTRODUO
O processo definidos como secularizao, segundo Berger (1985),
aponta para a diminuio relativa da importncia da esfera religiosa na
sociedade, da resulta a situao pluralista e o crescente individualismo
religioso que produz a desinstitucionalizao da religio e a privatizao
do sagrado. Isto submete a religio competio mais geral entre sistemas de legitimao e significao do mundo, oferecidos aos indivduos
sob uma lgica operativa analgica do mercado secular. Enquanto um
conjunto de elementos simblico-prticos, a religio se transforma em
contato com a cultura do consumo que atravessa fortemente as sociedades
316
317
319
321
Contedos/atividades
Louvor, espiritualidade,
palestras, testemunhos,
dramatizaes e dinmicas.
Formao
Matrimonial
Pblico
Jovens
Verbo da
Vida
Eventos
Acampamento
Curso de
Jovens e noivos
adultos
Contedos
Pblico
Ministrao da palavra, louvor, oraes,
musica e luau.
Jovens
Encontro
dos
namorados
Contedos/atividades
Celebrao e Palestra
capacitando os fiis.
Jovens
solteiros e
namorados
Seminrio
Jovens e
de lderes e
adultos
liderados
Motivar e aproximar
os lderes da igreja.
Jovens e
adultos
Jovens
Contedos
Pblico
Ministrao, louvores, testemunhos
de casais, filmes e
palestras com temas
voltados para o
relacionamento.
Passar habilidade de
Curso de
liderana para formar
Dinmica
grupos onde no tenha
para Lderes
trabalho com jovens.
Semana
Missionria
Pblico
Verbo da
Vida
Eventos
Pit-Stop do
amor:
No Quadro 1 esto expostos diversos eventos com atividades e contedos semelhantes se consideradas essas duas instituies religiosas.
Inicialmente destaca-se o retiro da Parquia Nossa Senhora das Graas,
semelhante ao acampamento da Verbo da Vida, onde os jovens, pblico
alvo desses eventos, como demonstrado no site, se isolam do mundo,
passando de um a alguns dias apenas em atividades religiosas, nas quais
predominam a orao, o louvor e o testemunho.
Os eventos especiais para capacitar lderes e missionrios realizados
na Parquia Nossa Senhora das Graas tambm so semelhantes aos
realizados na igreja Verbo da Vida. Na primeira instituio percebe-se a
preocupao em formar e capacitar lideranas (Curso de Dinmica para
Lderes), com a finalidade de formar grupos com prticas voltadas para o
pblico jovem, com um pblico tanto de jovens quanto de adultos, e incentivar e capacitar jovens missionrios (Semana Missionria), especialmente
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. 1, jan.-jun. 2013
323
Contedos/atividades
Pblico
Eventos
Jovens e Curso de
adultos lderes
Jovens e Seminrio
adultos/ Relacionamento em
jovens
Santidade
Jovens
Adultos
Casal Palestrante.
Jovens e
adultos
(solteiros
e casados)
325
Eventos
Associao de
Casais
ECC
Verbo da Vida
Contedos/atividades
Pblico
Palestras acerca do compromisso, apreo e comu- Adultos
nicao no casamento.
Encontro para evangelizar Adultos
casais
Natal
Entrega de presentes a
Solidrio crianas pobres.
(casais)
Jovens
Assim, foram encontrados na Semana Nacional da Famlia, da Parquia Nossa Senhora do Rosrio, eventos com contedos semelhantes ao
10. PARQUIA NOSSA SENHORA DO ROSRIO. Disponvel em <http://www.
rosario.org.br/portal/> Acesso de 30 ago. a 30 set. 2013.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. 1, jan.-jun. 2013
327
Sagrado-Cora%C3%A7%C3%A3o-de-Jesus-Catol%C3%A9/1485638686
35651?fref=ts>. Acesso de 30 ago. a 30 set. 2013
329
Curso de Noivos
Grupo de orao e
Pregaes.
Instruir casais para
o casamento.
Trio de forr.
FONTE: Dados da Pesquisa (2013)
Evento
Hot Dogs
Night
DISCUSSO
A partir das comparaes dos contedos dos sites das instituies religiosas catlicas e neopentecostais, verificaram-se diversas assemelhaes
entre os produtos oferecidos pelas instituies catlicas e pela Igreja Verbo
da Vida. Poucas assemelhaes foram encontradas entre as Parquias e a
Igreja Bola de Neve Church e a IURD. Isso pode indicar que a concorrncia
principal no mercado religioso local entre a Igreja Catlica e a Igreja Verbo da Vida, bem como isso pode indicar uma hierarquizao de produtos
de sucesso e as pistas para sua localizao. No entanto, a Igreja Bola de
Neve que tem apenas uma sede chegou h apenas cinco anos na cidade,
no representando ainda um concorrente forte. Este aspecto significa que
a assemelhao dos produtos religiosos, como deixa claro Guerra (2003),
ao enfatizar a demanda e a oferta no campo religioso (diferenciando-se
assim de Berger, que enfatiza apenas a demanda), tanto maior quanto
mais intenso o nvel de competio entre mensagens religiosas, o qual leva
as instituies a moldarem seus produtos com referncia demanda dos
fiis. Assim, foram encontradas mais assemelhaes entre os catlicos e a
Igreja Verbo da Vida do que entre aqueles e a Bola de Neve, pelo fato de
que a Verbo da Vida, pelo tempo (instalada desde 1992) e o nmero de
instituies no mercado, implica mais concorrncia do que a Bola de Neve,
que se instalou na cidade apenas em 2008, possuindo apenas um templo.
No caso da IURD que tm inmeras sedes, sendo forte no mercado
religioso local, mas cujos produtos apresentaram um baixo nvel de assemelhao se considerados os subcampos neopentcostal e o catlico, uma
hiptese a ser destacada pode ser tambm relativa ao aspecto concorrencial. Como o direcionamento dos produtos da IURD parece ser mais para
adultos, que possuam renda e autonomia para seu uso, do que para jovens
ainda desengajados no mercado de trabalho, os segmentos disputados
podem no ter um amplo espectro interseccional.
Cadernos de Estudos Sociais, n. 28, v. 1, jan.-jun. 2013
331
e encontrar no pentecostalismo evanglico. Os prprios retiros de carnaval e as viglias de oraes, presentes na Parquia Sagrado Corao
de Jesus, so eventos que durante muito tempo foram associados aos
evanglicos em geral, mas agora so encontrados tambm no campo
catlico. Sobre os retiros de carnaval e as viglias de orao, Guerra
expe que:
Atividades tais como retiros espirituais para a juventude, em perodos de
carnaval, com o objetivo de evitar as impurezas da festa da carne, viglias
de orao e louvor e reunies de cura, que sempre foram associadas aos
evanglicos em geral, e, especificamente, aos pentecostais, principalmente
no que se refere a celebraes especiais com nfase na cura [...] (GUERRA,
2003, p. 115).
Foi observada tambm uma grande quantidade de shows e eventos religiosos com estilos musicais semelhantes ao da esfera secular. As Parquias
mantm, em alguns casos, diferenas entre as instituies neopentecostais
ao promover eventos com as prprias bandas da esfera secular. Mas,
como a Igreja Catlica tambm tem que competir com a no religio e os
shows das bandas evanglicas, s quais combinam um estilo de msica
mundana com mensagens religiosas, uma estratgia de sucesso que
j foi destacada por Guerra (2000), a Igreja Catlica tambm comeou
a adotar essa estratgia, como pode ser visto nos eventos das Parquias
analisadas, como o JOVEX, o show da banda de rock crist Anjos de
Resgate e o Momento da Juventude.
CONSIDERAES FINAIS
A tendncia assemelhao entre as organizaes religiosas entre si e
entre essas e instituies no religiosas de sucesso, apontadas nos trabalhos
de Berger (1985) e nos trabalhos de Guerra (2000; 2003) sobre o campo
religioso brasileiro, foi constatada nesse estudo, no qual se verificou os
aspectos que vm se assemelhando entre os produtos religiosos oferecidos
por uma amostra de Parquias e aqueles oferecidos pelas igrejas neopentecostais da cidade de Campina Grande.
Diante do que foi verificado, se compreende que as Parquias analisadas, com exceo da Parquia Nossa Senhora do Rosrio, esto passando
333
REFERNCIAS
BERGER, P. L. (1985). O Dossel Sagrado: elementos para uma teoria sociolgica da
religio. [Traduo de Jos Carlos Barcellos] So Paulo: Paulinas.
______; ZIJDERVELD, A. C. (2012). Em Favor da Dvida: como ter convices sem
se tornar uma fantico. [Traduo de Cristina Yamagami] Rio de Janeiro: Elsevier.
CARREIRO, G. C. (2008). Mercado Religioso Brasileiro: do monoplio livre concorrncia. So Paulo: Nelpa.
CAMARGO, C. P. F. (1971). Igreja e Desenvolvimento. So Paulo: Editora Brasileira
de Cincias LTDA.
FINKE, R.; STARK, R. (1992). The churching of America - 1776 - 1990: Winners
and losers in our religion economy. New Brunswick, NJ: Rutgers University Press.
GUERRA, L. D. Paradigma da Semelhana: uma tentativa de interpretao da conjuntura recente do campo simblico religioso no Brasil. Aris, Revista do Centro de
Humanidades do Campus II, Campina Grande. N 9/ 1999-2000/ p. 65-74.
______ (2003). Mercado Religioso no Brasil: competio, demanda e a dinmica da
esfera da religio. Joo Pessoa: Idia.
IANNACCONE, L. R.; STARK, R. A. (1994). Supply-Side Interpretation of the Secularization of Europe. In Journal for The Scientific Study of Religion, N 33, p.
230-52.
PIERUCCI, A. F.; PRANDI, R. (1996). A Realidade Social das Religies no Brasil.
So Paulo: HUCITEC.
SOFIATI. F. M. (2009). Religio e Juventude: os jovens carismticos. 2009 211 p.
Tese (Doutorado em Sociologia) - Programa de Ps-Graduao em Sociologia, Universidade de So Paulo, digitada, So Paulo.
SOUZA, A. R. (2001). A Renovao Popularizadora Catlica. Revista de Estudos
da Religio. So Paulo. N 4/ 2001/ p. 46-60. Disponvel em <http://www.pucsp.br/
rever/rv4_2001/p_ souza. pdf>Acesso em: 10 out. 2013.
TEIXEIRA F. (2001). Inculturao da F e Pluralismo Religioso. In: TAVARES, S.
(Org). Inculturao da F. Petrpolis: Vozes, p. 82-94.
Sites consultados
BOLA DE NEVE. Disponvel em:<https://www.facebook.com/pages/Bolade-Neve-Campina-Grande/391506680917811?fref=ts>. Acesso de 30 de ago. a 30
set. 2013.
FORA JOVEM CAMPINA GRANDE. Disponvel em <https://www.facebook.com
/fjovemcg?fref=ts> Acesso de 30 ago. a 30 de set. 2013.
335
336
cadernos de
ESTUDOS
SOCIAIS
A revista Cadernos de Estudos Sociais uma publicao semestral da
Fundao Joaquim Nabuco. A proposta de alternar edies de temas
livres e dossis temticos, que sero definidos na medida em que surjam
demandas consistentes no meio acadmico, acolhendo textos escritos em
portugus, ingls e espanhol, acompanhados de resumo, abstract e resumen, seguidos de trs a cinco palavras-chave, keywords e palabras clave.
A publicao ser feita na lngua original da submisso, podendo ser
traduzido para o portugus caso o autor se responsabilize pela traduo.
O objetivo divulgar artigos originais na rea de cincias sociais, nos
campos da educao, sociologia, cincia poltica, antropologia, economia,
demografia, estatstica e correlatos. A CES uma revista aberta colaborao de pesquisadores de universidades e instituies de pesquisa do Brasil
e do exterior. Sua linha editorial busca dar espao para o debate de temas
atuais da sociedade, seja atravs de discusses terico-metodolgicas, seja
de resultados de pesquisas fundamentados terica e metodologicamente,
resenhas e notas de pesquisa. So bem recebidos trabalhos que tragam
estudos comparativos entre o Brasil e outros pases, em um dilogo inter
e multidisciplinar entre os campos de conhecimento das cincias sociais.
Por isso, a CES no uma revista de carter institucional, mas focada no
debate social e cultural internacionalizado.
A edio poder ser especial temtica na ntegra ou compor um dossi
de uma edio regular. A revista tem verso em PDF (em processo de editorao) e impressa. Cada autor ter direito a 5 edies impressas, cujo
recebimento depende do correto preenchimento do cadastro no momento
da submisso do artigo.
O texto deve ser original. Em caso de trabalhos que tenham sido apresentados em congresso, mas cuja relevncia justifique a publicao, deve-se
indicar o evento em que houve a apresentao.
O trabalho no pode estar sendo avaliado para publicao por outra
revista; caso contrrio, deve-se justificar em Comentrios ao editor.
Relevncia do objeto;
Pertinncia e consistncia terico-metodolgica;
Qualidade da redao;
Clareza da argumentao;
Contribuio aos estudos na rea de cincias sociais.
Para garantir a integridade da avaliao cega por pares para submisses revista, devem-se tomar algumas providncias para que a autoria
e a avaliao do texto no sejam reveladas. Para isso, autores, editores e
avaliadores devem adotar as seguintes medidas:
1. Os autores do documento devem excluir do texto seus nomes,
substituindo-os por Autor e o ano de publicao, em referncias e ao
longo de todo o trabalho, em vez de nomes de autores, ttulo do artigo