Papers by Julio Cesar Penenrey Navarro
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Huellas, 2017
La última película de Víctor Gaviria, La mujer del animal (2017), cuenta una historia desgarrador... more La última película de Víctor Gaviria, La mujer del animal (2017), cuenta una historia desgarradora, en extremo violenta, con la cual el director se acerca a la actualidad colombiana. Como bien lo ha reseñado la prensa nacional, la cinta está basada en la experiencia de vida de Margarita Gómez (Amparo, en la película), una mujer que doce años atrás le contó su historia a Gaviria: Margarita fue secuestrada, violada y recurrentemente maltratada entre 1975 y 1982 por un hombre al que todos temían y apodaban El animal. De manera que si lo pensamos bien, la obra, además de funcionar como una producción cinematográfica realista, en el sentido de transmitir una realidad cruda y cercana, también puede ser recibida como el documento testimonial de una víctima, entre tantas, de la violencia masculina en el país.
El presente artículo aborda la representación de las masculinidades y la descentralización del pe... more El presente artículo aborda la representación de las masculinidades y la descentralización del pene en las dos primeras novelas del escritor dominicano Pedro Antonio Valdez, Bachata del ángel caído (1999) y Carnaval de Sodoma (2002) . Con el apoyo teórico de los Estudios de las masculinidades se analizan los espacios de representación, las credenciales propias del género de los sujetos varoniles y las relaciones entre ellos. La contrasexualidad, como segundo marco conceptual, permite interpretar la sexualidad de estos personajes, la significación de sus mecanismos, sus aparatos y tecnologías.
En la primera parte del artículo, la propuesta principal se centra en el proyecto de deconstrucción de la hipermasculinidad del Machote, personaje de Bachata del ángel caído, referente de hombría y virilidad en el contexto principal de la obra. Si para los Estudios de las masculinidades la categoría de lo masculino es una construcción de género diseñada para indicarles a los hombres el lugar que ocupan dentro de una sociedad, la conducta hipermasculina lleva esa noción a los límites, hasta desbordarla. El Machote, alimentado por sus frustraciones, cree encarnar esa figura hegemónica viril en el burdel y sus alrededores. Sin embargo, cuando es desafiado por otros personajes, tanto femeninos como masculinos, su identidad se revela como una pose escénica, suma de sus aspiraciones, y deja relucir su falsa condición de macho. En un segundo momento se analizan las representaciones sexuales en Carnaval de Sodoma, tanto heteros como homosexuales, con el propósito de interpretar los mecanismos de funcionamiento y la ideología imperante en ellas. En estas prácticas, la hegemonía y centralidad del pene arroja información sobre la heterosexualidad como el régimen político que las fundamenta. El pene cumple una función doble: ocupa el lugar del deseo-placer y sirve de eje para la consolidación del pensamiento heteronormativo. En el último aparte se problematiza el ya mencionado rol central del pene y se hace una lectura que, siguiendo los postulados de la cultura contrasexual de Preciado (2011), busca su reinterpretación en el marco sexual heteronormativo mediante el proyecto de su descentralización. En otras palabras, se examina el desplazamiento del miembro viril por otras tecnologías de la sexualidad como la mano masturbadora, los dildos y el culo, en las representaciones sexuales de la segunda novela de Valdez.
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Papers by Julio Cesar Penenrey Navarro
En la primera parte del artículo, la propuesta principal se centra en el proyecto de deconstrucción de la hipermasculinidad del Machote, personaje de Bachata del ángel caído, referente de hombría y virilidad en el contexto principal de la obra. Si para los Estudios de las masculinidades la categoría de lo masculino es una construcción de género diseñada para indicarles a los hombres el lugar que ocupan dentro de una sociedad, la conducta hipermasculina lleva esa noción a los límites, hasta desbordarla. El Machote, alimentado por sus frustraciones, cree encarnar esa figura hegemónica viril en el burdel y sus alrededores. Sin embargo, cuando es desafiado por otros personajes, tanto femeninos como masculinos, su identidad se revela como una pose escénica, suma de sus aspiraciones, y deja relucir su falsa condición de macho. En un segundo momento se analizan las representaciones sexuales en Carnaval de Sodoma, tanto heteros como homosexuales, con el propósito de interpretar los mecanismos de funcionamiento y la ideología imperante en ellas. En estas prácticas, la hegemonía y centralidad del pene arroja información sobre la heterosexualidad como el régimen político que las fundamenta. El pene cumple una función doble: ocupa el lugar del deseo-placer y sirve de eje para la consolidación del pensamiento heteronormativo. En el último aparte se problematiza el ya mencionado rol central del pene y se hace una lectura que, siguiendo los postulados de la cultura contrasexual de Preciado (2011), busca su reinterpretación en el marco sexual heteronormativo mediante el proyecto de su descentralización. En otras palabras, se examina el desplazamiento del miembro viril por otras tecnologías de la sexualidad como la mano masturbadora, los dildos y el culo, en las representaciones sexuales de la segunda novela de Valdez.
En la primera parte del artículo, la propuesta principal se centra en el proyecto de deconstrucción de la hipermasculinidad del Machote, personaje de Bachata del ángel caído, referente de hombría y virilidad en el contexto principal de la obra. Si para los Estudios de las masculinidades la categoría de lo masculino es una construcción de género diseñada para indicarles a los hombres el lugar que ocupan dentro de una sociedad, la conducta hipermasculina lleva esa noción a los límites, hasta desbordarla. El Machote, alimentado por sus frustraciones, cree encarnar esa figura hegemónica viril en el burdel y sus alrededores. Sin embargo, cuando es desafiado por otros personajes, tanto femeninos como masculinos, su identidad se revela como una pose escénica, suma de sus aspiraciones, y deja relucir su falsa condición de macho. En un segundo momento se analizan las representaciones sexuales en Carnaval de Sodoma, tanto heteros como homosexuales, con el propósito de interpretar los mecanismos de funcionamiento y la ideología imperante en ellas. En estas prácticas, la hegemonía y centralidad del pene arroja información sobre la heterosexualidad como el régimen político que las fundamenta. El pene cumple una función doble: ocupa el lugar del deseo-placer y sirve de eje para la consolidación del pensamiento heteronormativo. En el último aparte se problematiza el ya mencionado rol central del pene y se hace una lectura que, siguiendo los postulados de la cultura contrasexual de Preciado (2011), busca su reinterpretación en el marco sexual heteronormativo mediante el proyecto de su descentralización. En otras palabras, se examina el desplazamiento del miembro viril por otras tecnologías de la sexualidad como la mano masturbadora, los dildos y el culo, en las representaciones sexuales de la segunda novela de Valdez.