Título original del libro: ( تفسير آية من سورة يونسExégesis de una aleya de la sura Jonás)
Autor: Ahmed Alhasan
Primera edición en español: 2012
Segunda edición en español: 2024
Primera edición en árabe: 2008
Segunda edición en árabe: 2010 (1431 H)
Exégesis de una aleya de la sura Jonás / Ahmed Alhasan;
Traducción: Mariano Ricardo Calle en colaboración con el Official Comitee of Translation of
Ansar Imam Al-Mahdi PBUH
Extractos del Corán: traducción adaptada.
Las citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS © Copyright 1986, 1995,
1997 by The Lockman Foundation Usadas con permiso y corregidas.
Para más información y obras del Imam Ahmed Alhasan (a) por favor visite
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Exégesis de una aleya de la sura Jonás
1
2
Ahmed Alhasan
Exégesis de una aleya de la sura Jonás
3
En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo
Dijo el Glorificado:
{Y hicimos que atravesaran los hijos de Israel el mar.
Así pues, los siguió el faraón y sus tropas por iniquidad
y enemistad hasta que cuando lo alcanzaba el ahogo,
dijo: «He creído que no hay divinidad sino aquella en la
que han creído los hijos de Israel y soy de los
musulmanes»}.1
1
Sagrado Corán – sura «Yunus» (Jonás), 90.
4
Ahmed Alhasan
Exégesis de una aleya de la sura Jonás
5
En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo
Y la alabanza a Dios, Señor de los mundos
Y que Dios bendiga a Muhammad y a la familia de Muhammad, los
Imames y los Mahdis, y les bendiga en entrega
«Oh, hijo de Adán, recuérdame cuando te enojes, que yo te recordaré
cuando me enoje, para que no te destruya entre quienes destruya. Y si te
oprime una injusticia, confórmate con mi venganza para ti, pues mi
venganza para ti es mejor que tu venganza para ti mismo».1
Oh, Dios, soy el siervo indigente, débil, vilipendiado. Me conformo con tu
venganza para mí de quien me ha oprimido.
En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo
{Y es que casi los que han descreído han de hacerte resbalar con sus
miradas cuando escuchan el recuerdo y dicen: «Él es un loco» * Y no es
sino un recuerdo para los mundos}.2
Antes de empezar a explicar el significado de la aleya:
Primero: Citaré algunas palabras de Sarji con las que me ataca: “Con esto,
el reclamante ha ido contra el intelecto y los intelectuales, contra las costumbres
y la gente de costumbres, y contra el ser humano sensato y la humanidad… Este
reclamante ignorante y oscuro… él reclama esta convocatoria falsa, corrupta,
extraviadora y extraviada… La mediocridad, la necedad, la inconsistencia, la
ignorancia y la oscuridad en el pensamiento, el intelecto, el corazón y el alma
del reclamante… Lo que ha escrito el reclamante es banal, banal, banal, trivial,
trivial, trivial, y él es más banal y más trivial de lo que imagináis… la banalidad
1
2
Al-Kafi, vol. 2, pág. 304 | Daaim al-Islam, vol. 2, pág. 537.
Sagrado Corán – sura «Al-Qálam» (El cálamo), 51-52.
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Ahmed Alhasan
del pensamiento del reclamante, la enfermedad de su intelecto y la desviación
de su alma… etc.”.1
Este enfoque y estas palabras que escribió Sarji están lejos, muy lejos de la
moral y cualquier escritor que guste de un poco de educación se alejaría de ellas,
por no hablar de quien afirma estar escribiendo una respuesta científica. Por
Dios, que Sarji me ha recordado a Ibn Al-Aas cuando descubrió sus partes
pudendas para salvarse.2
Y no hay poder ni fuerza sino en Dios, el Altísimo, el Grandioso. Y es
suficiente esta discordancia entre nosotros, pues cada recipiente derrama de lo
que contiene.
Y Sarji expulsó de su pecho lo que lo alborotaba de la envidia con sus
palabras, y con su envidia añadió una evidencia más a esta bendita convocatoria
yamaní, pues nosotros, la familia de Muhammad (a) somos los hombres
envidiados. Dijo el Exaltado:
{¿O es que envidian a los hombres por lo que les ha dado Dios de Su
favor? Pues ya hemos dado a la familia de Abraham el libro, y la sabiduría,
y les hemos otorgado un dominio grandioso}.3 4
Segundo: Sarji citó el siguiente extracto del libro Aclaraciones de las
convocatorias de los enviados: «En cuanto al milagro material, no puede ser
por sí solo el único camino para la fe de los hombres, pues Dios no se
complace con una fe puramente material. Si la aceptara, hubiera aceptado
la fe del Faraón después de ver el milagro material contundente e
inexplicable que fue la división del mar, viendo cada parte como un gran
monte elevado y tocándolo con su mano, y entonces dijo: “¡He creído! ...”».5
1
Mahmud Sarji es un clérigo iraquí que intentó desacreditar las reclamaciones de Ahmed
Alhasan, pero no ha presentado ninguna evidencia de esta declaración. (N. del T)
2
Muawiya dijo a Amr Ibn Al-Aas: “… cuando Alí hijo de Abu Táleb te perseguía, te
lanzaste de tu caballo y descubriste tus partes pudendas. ¿Cómo recuperaste la cordura en esta
situación?”. Abdul Husein Ahmed Al-Amini An-Nayafi, Al-Gadir, vol. 2, pág. 163. (N. del T)
3
Sagrado Corán – sura «An-Nisá» (Las mujeres), 54.
4
Al-Kulaini narró con su cadena de narración: de Hammad Bin Muhammad, de
Muhammad Bin Abu Umair, de Saif Bin Umaira, de Abu As-Sabah Al-Kanani, que dijo: Abu
Abdulá (a) dijo: «Nosotros somos la gente a la que Dios (a) ha decretado obedecer, nuestros
son los botines, por nosotros se purifican los bienes, nosotros somos los arraigados en la
ciencia, y nosotros somos los envidiados sobre los que Dios dijo {¿O es que envidian a los
hombres por lo que les ha dado Dios de Su favor?}», Al-Kafi, vol. 1, pág. 186.
5
Aclaraciones, vol. 2, parte 2, pág. 24.
Exégesis de una aleya de la sura Jonás
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Este es un comentario sobre el versículo coránico y no una interpretación
completa del mismo, pues no estaba en el contexto interpretar la aleya, sino que
la traje como prueba de que la fe no se acepta cuando el milagro es contundente
e inexplicable.
Mis palabras son claras. Por ellas solo se puede entender, por lo que
respecta a la aleya de la sura Jonás, lo siguiente: Que el Faraón dijo “he creído”
como está en el Corán después de ver y tocar con su mano el agua del mar que
era como un gran monte elevado, y que Dios no acepta la fe del Faraón; porque
se lo obligó con el milagro contundente que no se puede explicar.
Sin embargo, Sarji intenta hacer creer al lector que yo dije que el Faraón
dijo “he creído” por simplemente haber visto el milagro, cuando las palabras
anteriores que él cito de mí del libro Aclaraciones dejan completamente claro
que yo había dicho «viendo cada parte como un gran monte elevado y
tocándolo con su mano».
Y Sarji también intenta hacer creer al lector que yo dije que el Faraón no
seguía a los hijos de Israel, hacia el final de las palabras de Sarji, que están lejos,
muy lejos de la credibilidad, por no hablar de ser un planteamiento científico.
Tercero: Sarji dijo: «Dada la importancia del asunto y su gravedad, y para
aclarar la cuestión y su consolidación, no hay inconveniente en identificar,
resaltar y afirmar la realidad coránica divina definitiva y concluyente, que
implica que el Faraón no exclamó ni dijo “he creído” cuando el mar se partió.
Su exclamación y su frase “he creído” no tuvo ninguna relación con el milagro
de la partición del mar, es decir, que el milagro de la partición del mar no fue el
motivo, ni fue el impulso, ni lo que obligó al Faraón a decir “he creído”». Fin.
Debe prestarse atención a dos cosas en este discurso:
1) La cuestión de que la fe del Faraón haya sido por simplemente haber
visto el milagro de la división del mar, está claro por las palabras mías que Sarji
citó que yo dije eso. Será que la envidia les puso una venda a los ojos de Sarji y
le haya impedido leer “y tocándolo con su mano”. Dijo el Exaltado, {¿O es
que envidian a los hombres por lo que les ha dado Dios de Su favor? Pues
ya hemos dado a la familia de Abraham el libro, y la sabiduría, y les hemos
otorgado un dominio grandioso}.1
1
Sagrado Corán – sura «An-Nisá» (Las mujeres), 54.
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Ahmed Alhasan
2) Además, Sarji dijo: Que la frase del Faraón “he creído” no está
relacionada con el milagro de la división del mar y que este milagro divino no
obligó al Faraón a decir “he creído”.
Sarji considera que lo que empujó al Faraón a decir “he creído” fue que lo
alcanzaba el ahogo. Sarji no distingue entre “que lo alcanzaba el ahogo” y “el
ahogo”. Si entendiera la diferencia entre ambos, sabría que si la fe del Faraón
fuera consecuencia de que lo alcanzaba el ahogo significaría que la fe del Faraón
sería a causa del milagro de la división del mar, es decir, después de haber
tocado las dos montañas de agua que lo rodeaban a él y a su ejército y de haber
sabido definitivamente que la división del mar era real y no hechicería, de lo
cual había sido acusado Moisés antes.
La diferencia entre “que lo alcanzaba el ahogo” y “el ahogo” es:
Que el ahogo alcanzaba al Faraón significa que se estaba acercando y
llegando a él, es decir: que el incidente del ahogo se estaba acercando y que
hasta el momento no había ocurrido. Y el ahogo significa el hecho de que ocurra
el ahogamiento. ¿Entiendes ahora, Sarji, que el Faraón, hasta que dijo “he
creído” aun no había ocurrido el incidente del ahogo, por lo que el único motivo
que quedaba para decir “he creído” era el milagro (la división del mar) que tocó
con su mano, cerciorándose de que era un milagro?
Además, lo que indica claramente que Sarji no distingue entre “que lo
alcanzaba el ahogo” y “el ahogo”, es que él atribuye la fe del Faraón al mismo
ahogo, como Sarji dijo: «Es más, lo que lo empujó a decir “he creído” es el
ahogo y que lo alcanzaba el ahogo, y los indicios y señales de la muerte».
He aquí las preguntas de Sarji y cómo las respondió:
«¿Acaso el Faraón creyó antes del ahogo o antes de que lo estuviera
alcanzando el ahogo?
¿Acaso el Faraón exclamó y dijo “he creído” antes del ahogo o antes de
que lo estuviera alcanzando el ahogo?
¿Acaso el Faraón creyó antes del ahogo… y exclamó y dijo “he creído”
después del ahogo?
… Más bien, se podría decir que él siguió en su injusticia, su opresión y su
hostilidad hasta después de que lo alcanzaba el ahogo, y continuó de esta manera
y en esta situación hasta que dijo “he creído”», (nótese que su frase “he creído”
viene después de que lo alcanzaba el ahogo, o después de que empezara a
alcanzarlo el ahogo).
Exégesis de una aleya de la sura Jonás
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«… Es más, lo que lo empujó a decir “he creído” es el ahogo y que lo
alcanzaba el ahogo, y los indicios y la señales de la muerte».
Así que Sarji, como queda completamente claro para quien lea sus
palabras, no distingue entre “el ahogo” y “que lo alcanzaba el ahogo”. Si
distinguiera entre ambos, sabría que el alcance del ahogo ocurrió tan pronto
como el Faraón y su ejército bajaron al lecho del mar, del cual se había retirado
el agua formando dos montañas y antes de que el Faraón dijera “he creído”.
En cuanto al ahogo, ocurrió después de que el Faraón dijera “he creído”,
es decir: que la frase “he creído” del Faraón fue después de que lo alcanzaba el
ahogo y antes de ahogarse.
Cuarto: Sarji dijo: «… observa, lector sensato, observa, imparcial, ser
humano sano, observa cómo deduce que el Faraón dijo “he creído” donde el
reclamante dice [Y dijo: “he creído”], y deduce por la división del mar y que el
Faraón haya visto el milagro y lo haya tocado con su mano…, y lo haya
considerado contundente e inexplicable. Este entendimiento de los versículos
coránicos y de su significado se opone a la realidad divina cierta que hemos
establecido. Con esto, el reclamante ha ido contra el intelecto y los intelectuales,
contra las costumbres y la gente de costumbres, y contra el ser humano sensato
y la humanidad, y ha ido contra el Corán, sus aleyas y sus significados
indispensables…». Fin.
Es decir: que Sarji considera que el milagro de la división del mar para el
Faraón, después de haberlo visto y haber tocado las montañas de agua con su
mano, no es contundente y puede explicarse con respecto al Faraón.
Dejo al lector que haga a Sarji la pregunta para la cual Sarji jamás
encontrará respuesta, que es: ¡¿cómo podría explicarse el milagro de la división
del mar desde la perspectiva del Faraón después de que se convirtiera en algo
evidente ante sus ojos cuando el Faraón la tocó con su mano, o después de que
hubo descendido al lecho del mar y se encontrara entre dos montañas de agua,
mientras andaba sobre la tierra de la cual el agua se había retirado formando dos
montañas a su derecha y su izquierda?!
Quinto: Lo que Sarji ha considerado como una investigación o un libro —
como su portavoz lo ha declarado en los medios para responder a Ahmed
Alhasan— no contiene más que estas líneas anteriormente mencionadas en el
cuarto punto que Sarji imaginó que sería una respuesta. Si él supiera cómo evitar
la jactancia de la verborragia y el lenguaje grosero, habría resumido lo que él
imaginaba que era un problema con un versículo coránico usado como ejemplo
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Ahmed Alhasan
en Aclaraciones en una sola línea. ¿Acaso esta línea (inútil) pues llamarse “libro
en respuesta a Ahmed Alhasan”? Pero no hay daño, vosotros sois los herederos
de los tambores de Muawiya y de Ibn Al-Aas. Y antiguamente se decía: “si no
te avergüenzas, haz lo que quieras”.
En todo caso, Sarji y muchos otros antes de él se imaginaron una exégesis
de este versículo coránico, y explicaré la equivocación que cometieron en la
interpretación y el entendimiento al que han llegado, ya que se explicará su
invalidez a través de la exégesis del versículo coránico y de la mención de las
posibilidades incorrectas y su refutación.
***
Exégesis de una aleya de la sura Jonás
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Exégesis de la aleya de la sura Jonás
Dijo el Exaltado: {Y hicimos que atravesaran los hijos de Israel el mar.
Así pues, los siguió el faraón y sus tropas por iniquidad y enemistad hasta
que cuando lo alcanzaba el ahogo, dijo: «He creído que no hay divinidad
sino aquella en la que han creído los hijos de Israel y soy de los
musulmanes»}.1
¿Cuándo empezó la fe del Faraón de la que habla el Exaltado: {«He creído
que no hay divinidad sino aquella en la que han creído los hijos de Israel y
soy de los musulmanes»}?
Para responder aquí, hay varias posibilidades:
1) Que la fe del Faraón fuera cuando vio el milagro de la división del mar
con sus ojos.
2) Que la fe del Faraón fuera después de haber bajado al lecho del mar
persiguiendo a los hijos de Israel, pero antes de que el agua lo cubriera y lo
ahogara.
3) Que la fe del Faraón fuera después de que el agua lo cubriera y lo
ahogara, pero antes de morir definitivamente. Esta posibilidad es la que Sarji
considera como una realidad coránica segura. Sarji dijo: «… Es más, lo que lo
empujó a decir “he creído” es el ahogo…».
Sometamos las tres posibilidades al rigor científico con base en las
mencionadas palabras de Dios Glorificado y Exaltado, y en el hecho físico de
lo dicho o de las palabras pronuncias por el hombre. La disposición de las
posibilidades será la primera, luego la tercera y luego volver a la segunda
posibilidad.
La primera posibilidad: Que la fe del Faraón haya sido cuando vio
la división del mar.
Esta posibilidad es incorrecta; por lo que dijo el Exaltado: {Y hicimos que
atravesaran los hijos de Israel el mar. Así pues, los siguió el faraón y sus
tropas por iniquidad y enemistad hasta que cuando lo alcanzaba el ahogo,
dijo: «He creído…}. Pues el Faraón perseguía a los hijos de Israel, es decir, que
1
Sagrado Corán – sura «Yunus» (Jonás), 90.
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Ahmed Alhasan
no se conformó con ver la división, sino que ordenó a su ejército bajar al lecho
del mar y perseguir a los hijos de Israel, {Así pues, los siguieron el faraón y
sus tropas por iniquidad}.
Tercera posibilidad: Que la fe del Faraón fuera después de que el
agua lo cubriera y lo ahogara, pero antes de morir definitivamente.
Esta es la posibilidad que Sarji imaginó correcta es incorrecta. Porque el
habla del ser humano en este mundo material significa pronunciar palabras y
esto no se puede lograr sin un medio en el que pronunciarlas, que es el aire. Con
el agua cubriendo al Faraón, el medio para pronunciarlas, que es el aire, se
ausentó, así que no pudo haber dicho nada.
Además, debe prestarse atención a que el agua que rodeaba al Faraón eran
dos montañas, {Entonces inspiramos a Moisés que: «Golpea con tu vara el
mar». Así pues, se hendió, y fue cada parte como un monte elevado
inmenso}.1 Y tienes que imaginar cuánto tiempo necesitan dos grandes
montañas cuando colapsan totalmente para llenar la altura máxima de un ser
humano en un ancho de solo unos metros. Quien haya estudiado física sabe que
la presión del agua en la base de dos montañas de agua es enorme. Por
consiguiente, que el agua cubriera al Faraón y a sus tropas cuando las dos
montañas colapsaron no necesitó minutos, ni siquiera segundos, sino una muy
pequeña fracción de segundo. No es suficiente para que un ser humano
pronunciara más de unas pocas letras. Entonces, ¿cómo podría imaginarse que
pronunciara más de una frase? {«He creído que no hay divinidad sino aquella
en la que han creído los hijos de Israel y soy de los musulmanes»}.
Además, debe notarse la situación del Faraón cuando el agua lo cubrió,
pues estaba pesado por el hierro de su armadura, tal como su tropa, pues habían
salido a luchar contra los hijos de Israel. Así que no puede imaginarse que flotara
o nadara, de modo que tuviera la oportunidad de decir algo, pues el hierro se lo
hubiera impedido. Debido a que estaba pesado por el hierro, la salida de su
cadáver del agua después de su muerte es un signo de Dios, pues se supone que
el hierro lo dejara en el lecho del mar, {Así pues, hoy te salvamos en tu cuerpo
para que seas a quien te suceda, un signo. Y es que hay muchos de los
hombres que de nuestros signos están distraídos}.2
1
2
Sagrado Corán – sura «Ash-Shuará» (Los poetas), 63.
Sagrado Corán – sura «Yunus» (Jonás), 92.
Exégesis de una aleya de la sura Jonás
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Por lo tanto, nadie sensato podría imaginarse que el Faraón, después de que
colapsaron las dos montañas y lo cubrió el agua, {Dijo: «He creído que no hay
divinidad sino aquella en la que han creído los hijos de Israel y soy de los
musulmanes»}.
Además, lo que confirma la invalidez de esta posibilidad es que Dios
Glorificado y Exaltado no dijo «hasta que cuando se ahogaba, dijo “he creído”»,
sino que dijo: {hasta que cuando lo alcanzaba el ahogo, dijo: «He creído»},
es decir, que el ahogo estaba cerca de él, en contacto con él, no que él se hubiera
ahogado de hecho. El Faraón se había dado cuenta de que el ahogo lo alcanzaba
al tocar la montaña de agua, y al palpar su situación real mientras andaba sobre
la tierra en el lecho del mar entre dos montañas de agua lo que rodeaban.
Para aclarar más la diferencia entre “que lo alcanzaba el ahogo” y “el
ahogo” en sí, presta atención a esta aleya, dijo el Exaltado: {Y cuando se vieron
los dos grupos, dijeron los compañeros de Moisés: «Hemos sido
alcanzados»}.1
Ellos afirmaron que el Faraón y sus tropas los habían alcanzado {«Hemos
sido alcanzados»}, aunque el Faraón y sus tropas solo se habían acercado a
ellos hasta el punto de que los dos grupos se veían, y no habían caído sobre
ellos.
La segunda posibilidad: Que la fe del Faraón fuera después de
haber bajado al lecho del mar persiguiendo a los hijos de Israel, pero antes de
que el agua lo cubriera y lo ahogara.
Esta es la correcta. El Faraón y su ejército habían bajado al lecho del mar
siguiendo a los hijos de Israel, pero en su persecución a los hijos de Israel, Dios
ordenó a los vientos que golpearan la superficie del agua, haciendo precipitar
algo de agua sobre el Faraón y su ejército. Entonces él se dio cuenta de que
andaba entre dos montañas de agua que podían cubrirlo en cualquier momento.
Tocó las montañas de agua con su mano y se le hicieron evidentes los indicios
de su destrucción de él y la de su ejército cuando supo que este milagro era
contundente, y que no podía explicarse como hechicería o cualquier otra cosa.
En ese momento, {Dijo: «He creído que no hay divinidad sino aquella en la
que han creído los hijos de Israel y soy de los musulmanes»}.
1
Sagrado Corán – sura «Ash-Shuará» (Los poetas), 61.
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Ahmed Alhasan
La fe tiene niveles. El primero de ellos es la atestación. Estas palabras del
Faraón son una atestación que nadie puede negar después de que el Avasallador
de los Cielos y la Tierra la narrara en Su noble libro, y luego la confirmara
después de mencionarla con Sus palabras, Exaltado sea: {¿Ahora, que ya has
desobedecido antes y fuiste de los corruptores?}.1
Es decir: ¿Ahora crees, después de que el milagro contundente te ha
obligado, cuando antes de esto rechazabas la fe {que ya has desobedecido
antes}? Además, como cualquier persona fácilmente entendería, ¿por qué el
Faraón diría “he creído” si no es con la esperanza de ser salvado por Dios en
este mundo temporal y en la última vida, o al menos, como algunos entienden,
solo en este mundo temporal y del ahogo específicamente? ¿Y cómo esperaría
que Dios Glorificado lo salvara cuando él no cree en su existencia?
Así que le fe (la atestación) del Faraón no puede negarse en absoluto. De
hecho, en más de una narración, los Imames han dado testimonio de su fe (su
atestación), la cual no lo ayudó. En Wasail ash-Shia, de Musa Bin Yafar (a):
«… ¿No has escuchado que Dios dice: “Hasta que cuando lo alcanzaba el
ahogo, dijo: ‘He creído que no hay divinidad sino aquella en la que han
creído los hijos de Israel y soy de los musulmanes’”? Y Dios no acepta su
fe, y dice: “¿Ahora, que ya has desobedecido antes y fuiste de los
corruptores?”».2
He hecho, al principio, cuando Dios envío a Moisés (a) al Faraón
(maldígalo Dios), el Glorioso y Exaltado señaló que recordaría y temería
(aunque este recuerdo y temor de Dios no lo beneficiaría, porque vino a causa
de un milagro contundente que lo obligó a la fe (a la atestación).
Muhammad Bin Ammar, de su padre, de Sufián Bin Saíd, que dijo:
Escuché a Abu Abdulá Yafar hijo de Muhammad As-Sadiq (a), y por Dios, que
él era veraz como fue nombrado… Sufián dijo: «Entonces le dije: “Oh, hijo del
Mensajero de Dios, ¿es posible que Dios (a) dé esperanzas a sus siervos de algo
que no puede ser?”. Dijo: “No”. Entonces dije: “Entonces, ¿cómo es que Dios
(a) les dijo a Moisés y a Aarón (a), {Quizá recuerde o tema},3 sabiendo que el
Faraón no recordaría ni temería?”. Y él dijo: “El Faraón sí que recordó y
temió, pero cuando vio la adversidad, momento en el que la fe no lo
Sagrado Corán – sura «Yunus» (Jonás), 91.
Wasail ash-Shia (Al Al-Beit), vol. 16, pág. 90.
3
Sagrado Corán – sura «Ta Ha» (Ta Ha), 44.
1
2
Exégesis de una aleya de la sura Jonás
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beneficiaría. ¿No has escuchado a Dios (a) decir: {Hasta que cuando lo
alcanzaba el ahogo dijo ‘He creído que no hay divinidad sino aquella en la
que han creído los hijos de Israel y soy de los musulmanes’}? Y Dios no
acepta su fe, y dice: {¿Ahora, que ya has desobedecido antes y fuiste de los
corruptores? Así pues, hoy te salvamos en tu cuerpo para que seas a quien
te suceda, un signo}. Dice: “Te arrojaremos a un terreno elevado de la
tierra para que seas a quien esté después de ti una señal y una lección”».1
La adversidad que vio el Faraón, como dijo el Imam Al-Kadim (a): «No es
que hubiera caído sobre él, pues hasta que dijo “he creído” … no había
caído sobre él la adversidad», que era el milagro contundente que lo obligó a
la fe, que eran las dos montañas de agua que lo rodeaban, y que hicieron que el
Faraón se percatara de su destrucción por el colapso de ellas, {hasta que cuando
lo alcanzaba el ahogo, dijo: «He creído»}.
Si no hubiera sido por este milagro contundente que el Faraón tocó su mano
y lo obligó a la fe, Dios Glorificado y Exaltado habría aceptado la fe del Faraón,
lo habría librado de la adversidad y lo hubiera dejado salir intacto del mar, o al
menos, habría aceptado su fe solamente, pues Dios Glorificado acepta el
arrepentimiento del ser humano hasta el último instante de su vida.
También hay que notar que el Faraón que el Faraón había escuchado a
Moisés (a) y aceptado el debate de Moisés (a) por lo que Moisés (a) había traído
de parte de Dios Glorificado. Así que el Faraón era mucho menos malvado que
los faraones y tiranos de esta época, que Dios los maldiga y los humille en el
mundo temporal y la última vida.
{Y dijo Moisés: «Oh, Faraón, yo soy un mensajero del Señor de los
mundos» * «Corresponde que no diga sobre Dios sino la verdad. Ya he
venido a vosotros con una evidencia de vuestro Señor. Así que envía
conmigo a los hijos de Israel» * Dijo: «Si has venido con un signo, tráelo si
eres de los veraces» * Entonces, arrojó su vara, así pues, cuando fue una
serpiente evidente * Y extrajo su mano, así pues, cuando fue blanca para
los miraban * Dijeron los dignatarios de la gente del Faraón: «Esto es,
ciertamente, un hechicero sapientísimo» * «Quiere expulsaros de vuestra
tierra. Así pues, ¿qué ordenáis?» * Dijeron: «Demóralo a él y a su hermano,
y envía en las ciudades congregadores» * «Que te traigan a todo hechicero
sapientísimo»}.
1
Maani al-Ajbar, pág. 385.
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Ahmed Alhasan
La cuestión de no aceptar el arrepentimiento, la fe y el reconocimiento de
la lealtad al allegado a Dios y Su argumento sobre Su creación cuando llega un
milagro contundente e inexplicable como el tormento mundanal (la adversidad)
es una cuestión mencionada en el Corán, no solo en el caso de la fe del Faraón
y la no aceptación de su fe, sino también en otros sitios, como por ejemplo:
{¿Acaso no esperan sino que vengan a ellos ángeles, o que venga tu
Señor, o que vengan algunos signos de tu Señor? El día que vengan algunos
signos de tu Señor, no beneficiará a un alma su fe que no haya creído antes,
ni haya ganado en su fe algún bien. Di: «Esperad. Nosotros esperamos»}.1
{Di: «El día de la conquista, no beneficiará a los que han descreído su
fe, y no se les hará esperar»}.2
{Así pues, cuando vieron nuestra adversidad, dijeron: «Hemos creído
en Dios, solo, y hemos descreído de aquello por lo que éramos politeístas» *
Así pues, no les ha beneficiado su fe cuando vieron nuestra adversidad.
Tradición de Dios, la que ya ha librado sobre Sus siervos y han perdido allí
los infieles}.3
La pregunta aquí es: ¿Por qué {no beneficiará a un alma su fe que no
haya creído antes, o haya ganado en su fe algún bien. Di: «Esperad.
Nosotros esperamos»}4 mientras que Dios acepta el arrepentimiento del siervo,
como está en las narraciones, hasta que ve a la muerte con sus propios ojos?
De Abu Abdulá (a), que dijo: «El Mensajero de Dios (s) dijo: “A quien
se arrepienta un año antes de su muerte, Dios le aceptará su
arrepentimiento”. Luego dijo: “Un año es mucho. A quien se arrepienta un
mes antes de su muerte, Dios le aceptará su arrepentimiento”. Luego dijo:
“Un mes es mucho”. Luego dijo: “A quien se arrepienta una semana antes
de su muerte, Dios le aceptará su arrepentimiento”. Luego dijo: “Una
semana es mucho. A quien se arrepienta un día antes de su muerte, Dios le
aceptará su arrepentimiento”. Luego dijo: “Un día es mucho. A quien se
arrepienta antes de ver la muerte con sus propios ojos, Dios le aceptará su
arrepentimiento”».5
Sagrado Corán – sura «Al-Anaam» (Los ganados), 158.
Sagrado Corán – sura «As-Sayda» (La prosternación), 29.
3
Sagrado Corán – sura «Gafir» (Perdonador), 84-85.
4
Sagrado Corán – sura «Al-Anaam» (Los ganados), 158.
5
Al-Kafi, vol. 2, pág. 440 | Wasail ash-Shia (Al Al-Beit), vol. 16, pág. 87.
1
2
Exégesis de una aleya de la sura Jonás
17
De Muawiya Bin Wahb, en un hadiz: «“A un hombre anciano, que era de
los opositores, se le presentó el hijo de su hermano jurándole lealtad1 cuando
estaba a punto de morir y él se la reconoció. Él expiró y murió”. Dijo: “Entonces
entramos a lo de Abu Abdulá (a), y Alí Bin As-Sarí se presentó hablando de
esto a Abu Abdulá (a), y él dijo: “Él es un hombre de la gente del Paraíso”.
Alí Bin As-Sarí le dijo: “¡Él no conoció nada de esto excepto en su hora!”. Dijo:
“Pues, ¿qué queréis de él? Por Dios, que él ya ha entrado al Paraíso”».2
As-Saduq dijo: «Y se le preguntó a As-Sadiq (a) sobre lo que dijo Dios (a),
{Y no es el arrepentimiento para los que hacen maldades hasta que cuando
se le presente a uno de ellos la muerte, diga: «Yo me arrepiento ahora»}.
Dijo (a): “Eso es cuando vea con sus propios ojos algo de la última vida”».3
La respuesta a la pregunta anterior está clara y se encuentra en la misma
aleya mencionada anteriormente: {… El día que vengan algunos signos de tu
Señor, no beneficiará a un alma su fe que no haya creído antes, ni haya
ganado en su fe algún bien. Di: «Esperad. Nosotros esperamos»}.4
Entonces, ¿cuándo {no beneficiará a un alma su fe que no haya creído
antes, ni haya ganado en su fe algún bien. Di: «Esperad. Nosotros
esperamos»}?
La respuesta: {El día que vengan algunos signos de tu Señor}.
El asunto está claro ahora, que con la llegada de algunos signos divinos, es
decir, algunos milagros, la fe no beneficia. En realidad no es aceptada, porque
es la compulsión, la coacción a la fe y la rendición a una cuestión de hechos. No
es fe, ni islam, ni entrega, porque estos milagros son milagros contundentes e
inexplicables. En cuanto a los demás milagros y signos divinos, la fe es aceptada
aunque ya hayan venido, porque se dejado espacio para la fe en lo oculto. La
vara con la que vino Moisés (a) y su mano blanca fue explicado por los
intérpretes, aunque Moisés habían superado a los hechiceros, pero {Dijeron:
«Son dos hechicerías que se respaldan». Y dijeron: «Nosotros de todo
descreemos»}5 y el Faraón dijo: {«Ciertamente, él ha de ser vuestro grande
1
A la Gente de la Casa. (N. del T.)
Al-Kafi, vol. 2, pág. 440 | Wasail ash-Shia (Al Al-Beit), vol. 16, pág. 87.
3
Man La Yahdaruhu al-Faqih, vol. 1, pág. 133 | Wasail ash-Shia (Al Al-Beit), vol. 16,
pág. 89.
4
Sagrado Corán – sura «Al-Anaam» (Los ganados), 158.
5
Sagrado Corán – sura «Al-Qasas» (El relato), 48.
2
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Ahmed Alhasan
que os ha enseñado la hechicería»},1 así que quedaba espacio para la fe en lo
oculto con la llegada del milagro.
Pero cuando creyó el Faraón mientras estaba entre las dos montañas de
agua, no había ningún espacio para la fe en lo oculto, sino que fue una fe (una
atestación) material cien porciento, porque vio la capacidad contundente que
dividió al mar en dos mitades, y él no lo vio solamente con sus propios ojos
como para que se le dijera que había sido hechicería, sino que bajó al lecho del
mar y tocó las dos montañas de agua con su mano. Así que este milagro no podía
ser explicado con respecto al Faraón por lo que sabía de él y lo convencido que
estaba de él. Así que se quedó parado, perplejo en medio del lecho del mar, y
solo encontró la fe y la atestación para salvarse. Así pues, la fe del Faraón no
fue aceptada, porque era una fe y una atestación material cien porciento, y Dios
no acepta sino la fe en lo oculto.
{Los que creen por lo oculto, y levantan el azalá, y de lo que les hemos
provisto gastan}.2
{Los que temen a su Señor por lo oculto y están por la hora
preocupados}.3
{Solamente adviertes a los que temen a su Señor por lo oculto}.4
{Solamente adviertes a quien ha seguido el recuerdo y ha temido al
Misericordioso por lo oculto. Así que albríciale un perdón y una
recompensa generosa}.5
{Quien ha temido al Misericordioso por lo oculto y ha venido con un
corazón contrito}.6
{Ciertamente, ya hemos enviado mensajeros Nuestros con las
evidencias y hemos hecho descender con ellos el libro y la balanza para que
se levanten los hombres por la equidad. Y hemos hecho descender el hierro
en él, como poderío severo y utilidad para los hombres, y para que sepa
Sagrado Corán – sura «Ta Ha» (Ta Ha), 71 y sura «Ash-Shuará» (Los poetas), 49.
Sagrado Corán – sura «Al-Báqara» (La vaca), 3.
3
Sagrado Corán – sura «Al-Anbiyá» (Los profetas), 49.
4
Sagrado Corán – sura «Fatir» (Iniciador), 18.
5
Sagrado Corán – sura «Ya Sin» (Ya Sin), 11.
6
Sagrado Corán – sura «Qaf» (Qaf), 33.
1
2
Exégesis de una aleya de la sura Jonás
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Dios quién lo apoya a Él y a sus mensajeros por lo oculto. Dios es Fuerte,
Poderoso}.1
{Los que temen a su Señor por lo oculto, para ellos hay perdón y una
recompensa grande}.2
Para completar el beneficio, cito una líneas que este siervo necesitado de
la misericordia de su Señor ha trazado con su mano en el libro El yihad es la
puerta al paraíso, sobre la cuestión de la incertidumbre en el milagro:
«… pero solo debatiré un aspecto de los milagros con los que se respaldó
a los profetas, debido a su importancia y al descuido de los hombres al respecto,
que es: la cuestión de la incertidumbre en el milagro y su propósito.
Los hombres conocen que entre los milagros de Moisés (a) esta la vara que
se convirtió en serpiente, y esto fue en una época en que la hechicería estaba
extendida. Entre los milagros de Jesús (a) estaba la curación de enfermos en una
época en que la medicina estaba extendida. Y entre los milagros de Muhammad
(s) está el Corán en una época en que la retórica estaba extendida. Aquí, quienes
ignoran el motivo real justifican la similitud del milagro con lo que estaba
extendido en esa época diciendo que era solo para superar a los hechiceros, los
médicos y los retóricos, y así demostrar la inimitabilidad. Pero la realidad oculta
para los hombres, aunque está mencionada en el Corán, es que el milagro
material vino de esta manera para confundir a quienes no conocen sino la
materia. Pues Dios Glorificado no se complace con que haya una fe material,
sino que debe haber una fe en lo oculto:
{Los que creen por lo oculto, y levantan el azalá, y de lo que les hemos
provisto gastan}.3
{Solamente adviertes a quien ha seguido el recuerdo y ha temido al
Misericordioso por lo oculto. Así que albríciale un perdón y una
recompensa generosa}.4
{Quien ha temido al Misericordioso por lo oculto y ha venido con un
corazón contrito}.5
Sagrado Corán – sura «Al-Hadid» (El hierro), 25.
Sagrado Corán – sura «Al-Mulk» (El dominio), 12.
3
Sagrado Corán – sura «Al-Báqara» (La vaca), 3.
4
Sagrado Corán – sura «Ya Sin» (Ya Sin), 11.
5
Sagrado Corán – sura «Qaf» (Qaf), 33.
1
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Ahmed Alhasan
{Ciertamente, ya hemos enviado mensajeros Nuestros con las
evidencias y hemos hecho descender con ellos el libro y la balanza para que
se levanten los hombres por la equidad. Y hemos hecho descender el hierro
en él, como poderío severo y utilidad para los hombres, y para que sepa
Dios quién lo apoya a Él y a sus mensajeros por lo oculto. Dios es Fuerte,
Poderoso}.1
La fe en lo oculto es lo que se pide y lo que quiere Dios Glorificado. El
milagro que el Glorificado envía debe dejar algo para la fe en lo oculto, y por
eso hay en él algo de incertidumbre. Por eso, en muchas ocasiones era similar a
lo que estaba extendido en la época de su envío, {Y si lo hubiéramos puesto
como un ángel, lo hubiéramos puesto como varón y ciertamente, lo
hubiéramos vestido para ellos con lo que ellos se han vestido}.2
Por eso, los materialistas y los que no conocen sino la materia, encontraron
en su similitud una excusa para sus errores: {Así pues, cuando vino a ellos la
verdad de parte nuestra, dijeron: «¿Por qué no se le ha dado lo mismo que
se le ha dado a Moisés?» ¿Y no es que descreyeron de lo que se le ha dado
a Moisés antes? Dijeron: «Son dos hechicerías que se respaldan». Y
dijeron: «Nosotros de todo descreemos»}.3
Su similitud se convirtió en una excusa para que dijeran {«dos hechicerías
que se respaldan»} y {«Nosotros de todo descreemos»}. Y el Comandante de
los Creyentes (a) dijo, describiendo a uno de los hipócritas: «… hizo de las
similitudes una excusa para sus errores».4
Por otro lado, si el milagro fuera contundente y no hubiera nada parecido
para él, entonces no quedaría ningún espacio para la fe en lo oculto, y el asunto
se convertiría en una coacción a la fe y una subyugación a ella. Esto no es fe ni
es islam, sino rendición. Esto no es complaciente ni lo que quiere Dios, y él no
lo acepta, {Y hicimos que atravesaran los hijos de Israel el mar. Así pues,
los siguió el faraón y sus tropas por iniquidad y enemistad hasta que cuando
Sagrado Corán – sura «Al-Hadid» (El hierro), 25.
Sagrado Corán – sura «Al-Anaam» (Los ganados), 9.
3
Sagrado Corán – sura «Al-Qasas» (El relato), 48.
4
El Comandante de los Creyentes (a) dijo a Ammar Bin Yasir, después de haberlo
escuchado discutir con Muguira Bin Shuba: «Déjalo, oh, Ammar, pues él no ha tomado de la
religión sino lo que se acerca al mundo temporal. Se ha confundido deliberadamente a sí
mismo para hacer de las similitudes, excusas para sus errores», Nahyul Balaga con
comentario de Muhammad Abduh, vol. 3, pág. 95.
1
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Exégesis de una aleya de la sura Jonás
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lo alcanzaba el ahogo, dijo: «He creído que no hay divinidad sino aquella
en la que han creído los hijos de Israel y soy de los musulmanes»}.1 El Faraón
cree y se entrega al islam, o digamos, se rinde justo antes de morir, pero Dios
no se complace y no acepta esta fe ni este islam, y Dios Glorificado responde
con esta respuesta: {¿Ahora, que ya has desobedecido antes y fuiste de los
corruptores?}.2
Esto, porque era una fe que vino por motivo de un milagro contundente
que no dejó espacio para que quienes no conocen sino este mundo material lo
interpretaran o introduzcan incertidumbre en quienes creyeron en él. Por eso no
queda espacio para lo oculto, que es en lo que Dios quiere que crea y a través
de lo cual se crea. En este punto, no se acepta la fe; porque es coacción y
subyugación, y no fe. {¿Acaso no esperan sino que vengan a ellos ángeles, o
que venga tu Señor, o que vengan algunos signos de tu Señor? El día que
vengan algunos signos de tu Señor, no beneficiará a un alma su fe que no
haya creído antes, o haya ganado en su fe algún bien. Di: «Esperad.
Nosotros esperamos»},3 {Di: «El día de la conquista, no servirá a los que
han descreído su fe, y no se les hará esperar»}.4
Si Dios hubiese querido coaccionar y subyugar a los hombres a la fe,
hubiera enviado con Sus profetas milagros contundentes que no dejaran espacio
para que nadie dijera {«dos hechicerías que se respaldan»} o {«Es un
embrollo de sueños», «más bien, se lo ha inventado», «más bien es un
poeta». «Pues que nos traiga un signo como el que fue enviado a los
primeros»}.5 Dijo el Exaltado: {Y si hubiera querido tu Señor, habrían
creído quienes están en la tierra, todos ellos juntos. ¿Acaso, pues, forzarías
a los hombres hasta que sean creyentes?}.6 Y dijo el Exaltado: {Y si es
demasiado para ti la aversión de ellos, aunque pudieras procurar un túnel
en la tierra o una escalera en el cielo y traerles un signo. Y si hubiese
querido Dios, Él habría de reunirlos sobre la guía, así que no seas de los
ignorantes}.7
Sagrado Corán – sura «Yunus» (Jonás), 90.
Sagrado Corán – sura «Yunus» (Jonás), 91.
3
Sagrado Corán – sura «Al-Anaam» (Los ganados), 158.
4
Sagrado Corán – sura «As-Sayda» (La prosternación), 29.
5
Sagrado Corán – sura «Al-Anbiyá» (Los profetas), 5.
6
Sagrado Corán – sura «Yunus» (Jonás), 99.
7
Sagrado Corán – sura «Al-Anaam» (Los ganados), 35.
1
2
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Ahmed Alhasan
Así que la alabanza a Dios, que se complace con la fe en lo oculto, y ha
puesto la fe en lo oculto y a través de lo oculto, y no se complace con la fe en la
materia, ni la ha puesto en la materia ni a través de la materia, para distinguir a
la gente de corazones vivos y visiones penetrantes de los ciegos de visiones y
sellados de corazones…».1
Y la alabanza a Dios, Señor de los mundos.
Y pido a Dios, que todo aquel que lea estas pocas palabras se guíe, conozca
la verdad y la apoye. Él es mi allegado y Él ampara a los que hacen el bien.
Ahmed Alhasan
Muharram 1429 H
1
Al-Yihad Bab al-Yanna (El yihad es la puerta al Paraíso), pág. 47, segunda edición.