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LABERINTO JODOROWSKY

Abstract

Prólogo al libro "La voie poétique d’Alejandro Jodorowsky", de Joy Courret, donde se definen las claves del autor franco-chileno.

La voie poétique d’aLejandro jodorowsky La voie poétique d’aLejandro jodorowsky Joy Courret éditions orbis tertius La voie poétique d’Alejandro Jodorowsky Collection Universitas, num. LXXVI Première édition : juin, 2024 Ouvrage publié avec le soutien du l’erpil, groupe de recherche en poésie du laboratoire Ameriber, de l’université de Bordeaux E.R.P.I.L. Équipe de Recherches sur la Poésie Ibérique et Latino-américaine Image de couverture : Photographie d’Alejandro Jodorowsky © Les auteurs, 2024 © Éditions Orbis Tertius, 2024 Tous droits réservés. Toute utilisation ou reproduction, en tout ou en partie, sous quelque forme que ce soit, est interdite sans le consentement écrit de l’éditeur. isbn : 978-2-36783-384-2 issn : 0765 - 5681 info@editionsorbistertius.com www.editionsorbistertius.com Imprimé sur les presses de Dicolorgroupe Saint-Apollinaire, Bourgogne, France Índice Laberinto Jodorowsky Francisca Noguerol 9 La voie poétique d’Alejandro Jodorowsky Joy Courret Introduction 15 I. 1930-1954 La jeunesse de Jodorowsky et la rencontre de la poésie : Le Chili 21 II. 1954-1975 L’âge adulte 37 III. 1980-2016 L’épanouissement poétique 71 Conclusion 125 Bibliographie 133 Laberinto jodorowsky | 11 Señala el argentino Roberto Juarroz en Poesía y realidad: “El poe- ta es un cultivador de grietas. Fracturar la realidad aparente o esperar que se agriete, para captar lo que está más allá del simulacro. […] La poesía es la vida no fosilizada o desfosilizada del lenguaje”. En El camino poético de Alejandro Jodorowsky, libro que me cabe el honor de prologar, Joy Courret demuestra hasta qué punto esta definición se ajusta a las búsquedas emprendidas a lo largo de su vida por Alejandro Jodorowsky, un autor tan plural —mimo, dibujante, dramaturgo, cineasta, narrador, ensayista, aforista y, sobre todo, poeta— como fascinante por las numerosas facetas de su poliédrica creatividad, aunque la complejidad de su pensamiento haya provocado una escasa atención a su actividad lírica. Courret contribuyó a subsanar este vacío con la tesis doctoral Hacia una poesía filosófica: espiritualidad y alquimia en la poesía de Alejandro Jodorowsky, volumen de 400 páginas en el que demostró su valiente apuesta como investigadora: no en vano eligió a un creador signado por la diversidad de perspectivas estéticas, al que dedicó años de investigación para comprenderlo en las múltiples aristas que explican su obra. Hoy ve la imprenta la síntesis de aquel trabajo, que la editorial Orbis Tertius edita con excelente criterio. El franco-chileno encuentra así la posibilidad de que se ahonde en su inclasificable figura, muchas veces mal entendida por privilegiarse su rol de histrión al de pensador a la hora de abordar sus creaciones. Así, Courret acomete la empresa de comentar la producción poética del autor —escrita siempre en español— de acuerdo con los diferentes aprendizajes de los que este se ha beneficiado a lo largo de 12 | Francisca Noguerol su trayectoria. Gracias a ello, conocemos una obra definida por la actitud lúdica y la libertad, en las que el absurdo, la sorpresa y la provocación constituyen marcas reconocibles, pero que nunca renuncia a reflexionar sobre lo que Jung acertadamente denominara “ese yo que no soy yo”. La autora demuestra, de este modo, la coherencia del pensamiento de Jodorowsky, que ha creado un muy personal panteón de ídolos en su búsqueda del reencantamiento del mundo. Muestra de ello es que su lírica, solo publicada bajo este marbete genérico desde 1995, se haga eco de búsquedas estéticas realizadas anteriormente como la “poesía fuera del poema” presente en sus Fábulas pánicas, pequeñas láminas psicodélicas publicadas en el diario mexicano El Heraldo y que constituyeron un temprano ejemplo de lo que hoy llamamos “escrituras expandidas”. Poesía sin fin, título del recopilatorio que integra todos los textos líricos de Jodorowsky y, asimismo, de una de sus películas, ofrece buena prueba de lo unitario de su proyecto en el verso que abre la cinta: “Poesía alumbrarás mi camino como una mariposa que arde”. Así, la escritura se concibe como acto que modifica la vida cotidiana y el lenguaje: un arte ligado a la idea de camino —de ahí lo acertado del título escogido por Courret— que persigue la transformación del “yo”. Para explicar el periplo del chileno, nada mejor que atender a su trayectoria biobibliográfica. Por ello, la primera sección explora su juventud en esa tierra de poetas llamada Chile, donde Jodorowsky se siente fascinado por las figuras más iconoclastas. Buena prueba de ello la ofrece su relación con la poco conocida Stella Díez Varín —se agradece que Courret destaque su relevancia en el canon nacional— y, sobre todo, con Nicanor Parra y Enrique Lihn. Con estos últimos imagina Quebrantahuesos, lienzo semanal de carácter satírico —poesía visual y efímera— nacido a partir de la mezcla de fragmentos periodísticos e inspiración poética, que los tres amigos pegaron en las paredes de Santiago en 1952. El segundo capítulo de cuenta del “segundo nacimiento” experimentado por Jodorowsky a su llegada a París, que pisó con 24 años con la ambición de “salvar” al surrealismo de su decadencia. Embelesado en principio por autores como André Breton o René Daumal, Laberinto Jodorowsky | 13 pronto se aparta de ellos para constituir, con Fernando Arrabal y Roland Topor, el “movimiento Pánico”, reivindicador de valores como la confusión, el erotismo y la vulgaridad (de los que siempre renegó Breton). Y, puesto que “el hombre pánico no es sino que está siendo” (Teatro Pánico), se entiende que el próximo paso del autor fuera su estancia en México, país especialmente sensible al espíritu de las vanguardias. Allí verán la luz numerosos proyectos: teatrales, cinematográficos y la citadas Fábulas Pánicas, que Courret analiza en algunos significativos ejemplos. Es el momento, además, del encuentro de Jodorowsky con Ejo Takata, quien se convertirá en su mentor, enseñándole filosofía Zen y constituyendo el primer eslabón en su acercamiento a Asia. Llega el momento de hablar del tarot, estudiado por Jodorowsky a lo largo de cuatro décadas: método de “revelación” donde se unen de forma indisoluble imagen simbólica y texto que, por su capacidad secreta de interpretar el mundo —no olvidemos la significación primera de arcano— ha fascinado a numerosos autores signados por la búsqueda de una heterodoxa trascendencia: recuerdo, entre otros, El juego de Marsella (1940) de Breton, Victor Brauner y Óscar Domínguez; Los juegos peligrosos (1962) de Olga Orozco; El Tarot del Inconsciente Anónimo (1997) de Leopoldo María Panero; o, más cercano en el tiempo, Ajedrez. Libro de naipes (2011), de Eduardo Scala. En esta línea, Courret descubre la potencia lírica del poemario Yo el tarot, arrojando luz sobre poemas tan complejos como “xxi El mundo” o “La papisa”. En el tercer capítulo se mantiene el close reading —sin duda, uno de los grandes valores del presente volumen— con el análisis de “Sin comienzo ni fin es esta vía”, “Perla sola” o “La culebra del espino”. En un momento de especial atención a las espiritualidades orientales, descubrimos la recurrente atención jodorowskiana a una serie de símbolos: es el caso del sol y la luna —comentados en “VI El enamorado” o “Queja de los sedentarios”— y el Abismo, central en títulos como “Transmutación”, “Perdido” o “De sombra en mi frente una corona”. El acercamiento al taoísmo se muestra crucial en Pasos en el camino y en poemas como “Sin meta”, al que Courret se acerca para 14 | Francisca Noguerol demostrar cómo la palabra china Dao, de la que proviene Tao, significa “camino”. Para continuar la exploración de espiritualidades alternativas —tan cercana a la de otros autores contemporáneos como Hugo Mujica, Chantal Maillard o Clara Janés— nace la colección Imagen del alma, concebida como conversación con los grandes pensadores del mundo oriental. La voz lírica del volumen revela el vínculo existente entre Oriente y el tarot de Marsella en el prólogo de la colección: “El tarot, semejante al Tao, con su ying y su yang, es un canto de complementariedad de los opuestos: materialización del espíritu, espiritualización de la materia”. Y así lo muestra un título tan oximorónico como el “xiv. Chen Mi—Ignorancia sabia”, que de nuevo Courret analiza con precisión. Llegamos así a las últimas colecciones líricas del autor: Todas las piedras, compuesta por quinientos haikus, o Viaje esencial, ilustrada por la fotógrafa y escritora Pascale Montandon-Jodorowsky. En esta última, la lectura del poema debe combinarse con la consulta del Yi-King, método oriental de revelación cercano al Tarot. Así lo demuestra Courret al desvelarnos los entresijos de textos como “Posteridad”, “Vacío emplumado” o “Liberación”. En definitiva, Joy Courret debe ser reconocida como gran exégeta del psicomago chileno por todo lo comentado hasta ahora; no en vano, ha sabido adentrarse en el “laberinto Jodorowsky” sin salir extraviada del empeño. Francisca Noguerol Universidad de Salamanca