Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
¿Son los criterios de la Economía del bienestar
satisfactorios? ¿Son los criterios de la Economía del
bienestar satisfactorios?
Are the criteria of Welfare Economics satisfactory?
Os critérios da Economia do bem-estar são satisfatórios?
Jorge A. Rodríguez Soto1
Resumen
Históricamente la economía se articuló de forma dual, entre ciencia y
práctica, hasta tiempos recientes se establece la separación entre aspectos
científicos y normativos. Aun así, es imperante hacer el tránsito entre ambos
para ofrecer soluciones a los problemas reales, dejando un problema:
¿cómo hacerlo? Ante esto surge la economía del bienestar, como anexo a la
teoría neoclásica, brindando un criterio de pretensión objetiva para juzgar y
comparar elecciones de política y arreglos sociales. El objetivo de este
escrito es unificar los criterios de decisión propuestos por la economía del
bienestar y las principales críticas a los mismos. Para ello se realiza una
revisión teórica y crítica sobre los postulados de la economía del bienestar y
las teorías del equilibrio general. En la segunda parte se presentan las ideas
subyacentes a la teoría del bienestar, mostrando como realiza el tránsito
entre eficiencia y optimalidad, para separar lo positivo de lo normativo. En
la tercera parte, se presentan revisiones críticas al criterio de la economía
del bienestar, desarrollando objeciones a sus supuestos, pretensión de
objetividad, realidad descriptiva y estrechez. En la cuarta parte la conclusión
y discusión. Concluyendo que, pese a sus limitaciones, el criterio no debe ser
DOI: https://doi.org/10.15359/eys.30-64.1
Recibido: 8-4-2023. Reenvíos: 16-11-2023, Aceptado: 10-5-2024. Publicado: 3-7-2024.
1
Bachiller en economía, estudiante de M.Sc. en Política Económica Centro Internacional en Política
Económica, Universidad Nacional, Costa Rica. Correo electrónico: jorgeandresrodriguezsoto@gmail.com,
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2586-1459
1
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
desechado, en especial en una sociedad que organiza gran parte de su
actividad económica a través del mercado como institución económica; pero
que tampoco debe tomarse como criterio final o definitivo, pues presenta
falencias.
Palabras clave: Economía, política económica, teoría económica,
microeconomía, economía heterodoxa.
Abstract
Historically, economics was articulate in a dual manner, as science and
practice, the separation between scientific and normative aspects is recent.
Even so, it is necessary to make the transition between the two levels of
analysis to offer solutions to real problems, leaving the issue of how to do it.
Faced with this, welfare economics arises, as an appendix to neoclassical
theory, providing a criterion with objectivity pretensions to judge and
compare policy choices and social arrangements. The objective of this paper
is to unify the theory of welfare economics, its decision criteria, and critics.
To do this a profound theoretical and critical revision is carried out,
regarding welfare economics and general equilibrium theory. The second
part of the paper explains the ideas underlying the theory of welfare
economics, showing how the transition between efficiency and optimality is
made, to separate the positive and normative aspects of the analysis. In the
third part, critical revisions to the criterion of welfare economics are
presented, pointing out objections to its theoretical assumptions, claims of
objectivity, descriptive reality, and narrowness. Concluding that, despite its
limitations, the criterion should not be discarded, especially in a society that
organizes a great part of its economic activity through the market as the
main economic institution; but it isn’t adequate as a unique final criterion
either.
Keywords: Economics, economic policy, economic theory, microeconomics,
heterodox economics.
Resumo
Historicamente, a economia foi articulada de forma dual, entre ciência e prática,
até que recentemente se estabeleceu a separação entre aspectos científicos e
normativos. Mesmo assim, é imperativo fazer a transição entre os dois para
oferecer soluções para problemas reais, deixando um problema: como fazer isso?
A economia do bem-estar surge como um anexo à teoria neoclássica, fornecendo
2
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
um critério de pretensão objetiva para julgar e comparar escolhas políticas e
arranjos sociais. O objetivo deste artigo é unificar os critérios de decisão propostos
pela economia do bem-estar e as principais críticas a eles. Para isso, é feita uma
revisão teórica e crítica dos postulados da economia do bem-estar e das teorias de
equilíbrio geral. A segunda parte apresenta as ideias subjacentes à teoria do bemestar, mostrando como ela faz a transição entre eficiência e otimalidade, de modo
a separar o positivo do normativo. Na terceira parte, são apresentadas revisões
críticas da abordagem da economia do bem-estar, desenvolvendo objeções às suas
premissas, alegação de objetividade, realidade descritiva e estreiteza. Na quarta
parte, a conclusão e a discussão. Conclui-se que, apesar de suas limitações, o
critério não deve ser descartado, especialmente em uma sociedade que organiza
grande parte de sua atividade econômica por meio do mercado como instituição
econômica; mas também não deve ser tomado como um critério final ou definitivo,
pois apresenta deficiências.
Palavras-chave: Economia, política econômica, teoria econômica, microeconomia,
economia heterodoxa.
Introducción
Al inicio, la economía se desarrolla dualmente como práctica y conocimiento (Cuadrado
et al., 2001; Rodríguez, 2022). El pensamiento económico es antiguo como la organización
social, pero la economía de hoy se perfila en el mercantilismo, antes el pensamiento al
respecto era mediado por la iglesia, como juicios normativos (Rodríguez, 2020). El
mercantilismo se caracteriza como momento histórico y corriente de pensamiento (Ekelund
y Herberth, 2006), en conjunto, una práctica bullonista, e interés por temas económicos.
Por aquel entonces, se pensaba la economía como juego de suma cero, el bienestar de
uno era pérdida de otro, este razonamiento aplicado a las sociedades como conjunto llevó
a la obstinación mercantilista con el oro y el comercio internacional (Brue y Grant, 2008).
Para los mercantilistas la “riqueza” de la sociedad (no es apropiado hablar de bienestar en
esta época) se medía por sus posiciones relativas en oro en comparación con otras naciones.
Las recomendaciones de política económica mercantilistas eran duras para con el pueblo,
con argumentos que hablan de habituar al pueblo al trabajo desde niños y restringir
cualquier actividad que ocasionara la salida de flujos de oro (Brue y Grant, 2008). Esta
dureza en las ideas normativas se debe a que consideraban las motivaciones de los agentes
como directamente contrapuestas al interés público; de hecho, son quienes acuñan el
término de “buscadores de rentas” (Ekelund y Herberth, 2006).
Cabe mencionar a dos pensadores que se enmarcan históricamente en el período, pero
con ideas avanzadas a su época: Petty y Cantillon. Petty, fue pionero en el cambio de
proceder de la economía, proponiendo, en su Political Arithmetick, el uso de métodos
3
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
cuantitativos e intentando apartar los juicios de valor del análisis económico. Algunos lo
consideran uno de los fundadores de la estadística (Brue y Grant, 2008), otros, precursor de
la econometría (Ekelund y Herberth, 2006). Por su parte, Cantillon posee ideas curiosas
sobre el mercado. Consideraba que los agentes y sus motivaciones son egoístas, podrían
ser irracionales, y reconocía la incertidumbre e inestabilidad de deseos y preferencias; pese
a ello, creía que el mercado funcionaba “como un conjunto interrelacionado, constituido
por partes que funcionaban de un modo racional” (Ekelund, R. & Hébert, F., 2006, p. 81).
Su pensamiento influyó en J. W. Jevons, pionero en el desarrollo del aparataje matemático
del análisis marginalista.
En la segunda mitad del siglo XVIII, en Francia, se articula un grupo de pensadores en torno
a F. Quesnay, llamados fisiócratas (Ekelund y Herberth, 2006). Se les atribuye la filosofía de
“laissez faire” (frase acuñada por Vincent de Gournay), el movimiento es una reacción al
mercantilismo e intervencionismo, que en Francia fue particularmente absolutista (poco
antes Luis XIV proclamaba L` État c`est moi). Los fisiócratas consideraban que la mejor forma
de aumentar el bienestar social era dando libertad a los agentes para elegir su propio
camino, y creían que la única fuente de riqueza era la tierra (Ekelund y Herberth, 2006).
Estuvieron directamente implicados en aspectos normativos, Quesnay escribe una lista de
máximas para el gobierno económico (ver en Herzog, 1950: Quesnay, F. (1760). Maximes
genérales du Gouvernement économique).
Durante este desarrollo histórico la economía se articula sin separar lo “científico” y
“aplicado”. La dualidad difusa se mantiene hasta J. N. Keynes (padre de J. M. Keynes), qué
formaliza la división entre economía orientada a la comprensión de fenómenos y la que
pretende modificar la realidad (Cuadrado, 2001; Rodríguez, 2022). Pero, persistía el asunto
de cómo juzgar o comparar arreglos sociales (Gravelle y Rees, 2006). La economía
neoclásica no escapa a este debate entre lo normativo y positivo, autores, como Marshall y
Pigou, fijaban el bienestar material como objetivo final (Cuadrado et al., 2001; Fernandez,
Parejo y Rodríguez, 2006).
De estas ideas surge la economía del bienestar, como intento de crear un aparataje que
permita juzgar elecciones de política económica y comparar arreglos sociales (Gravelle y
Rees, 2006). El objetivo de este escrito es poner en entredicho la economía del bienestar
como criterio de elección, y brindar un marco de referencia unificado para los postulados
teóricos y críticas. Debido a que actualmente la literatura está dispersa, y suele centrarse
en demostraciones matemáticas sin entrar en la razón de ser de la teoría; mientras que las
críticas suelen estar aisladas en campos disciplinares. Metodológicamente, la investigación
se articula como una revisión y discusión teórica profunda. Primero, se procede a delimitar
y comprender adecuadamente los conceptos de economía del bienestar y equilibrio
general, que muchas veces se emplean de manera indistinta, aunque no son lo mismo.
4
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
Luego se presentan y discuten las principales y más fuertes críticas que se esgrimen contra
esta teoría desde un entendimiento correcto y riguroso de sus postulados.
A nivel de estructura, en la segunda sección se plantean las ideas del equilibrio general y
economía del bienestar, que, aunque se trabajan en conjunto, tienen diferencias claras. La
economía del bienestar posee una connotación puramente normativa, basada en la teoría
de pretensión positiva del equilibrio general, lo que rompe la máxima de no establecer un
debe ser desde lo que es del positivismo lógico. En la tercera parte se presentan algunas
objeciones críticas que se esgrimen contra la teoría del equilibrio general y la economía del
bienestar. Finalmente, en la cuarta parte se presentan las conclusiones y discusión.
Encontrado que, si bien las críticas sobre los postulados de la economía del bienestar son
atinadas, tampoco debe desestimarse la teoría del todo; pues ofrece un escenario
trascendental de comparación o criterio de juicio ético, que, tal vez, no sea el mejor, pero
es relevante, en especial en una sociedad que depende del mercado como institución
económica para organizar su actividad en buena medida. Las demostraciones matemáticas
de la maximización económica se incluyen como apéndice, esto no afecta el desarrollo
teórico, por ello se dejan únicamente a los interesados en profundizar aspectos técnicos.
1. Economía del bienestar
La economía del bienestar intenta amalgamar los aspectos positivos y normativos de la
economía. Partiendo de criterios de equilibrio se determina la eficiencia de los arreglos
sociales (Cuadrado et al., 2001; Gravelle y Rees, 2006). Mediante la construcción de
funciones de bienestar social es posible evaluar estos arreglos sociales en términos de
utilidad, y tomar decisiones (Cuadrado et al., 2001; Gravelle y Rees, 2006). Siendo así, el
análisis de la economía del bienestar tiene dos componentes, uno positivo, asociado al
equilibrio general, y otro normativo, relacionado con la optimalidad. Se presentan a
continuación la construcción y tránsito entre ambos.
1.1.
Equilibrio general
El equilibrio general es una rama de la economía que estudia bajo qué circunstancias las
economías llegan al equilibrio. Hay varios modelos que explican el tránsito al equilibrio, por
ejemplo, el del subastador (Walras) o el de negociación (Edgeworth) (Gravelle y Rees, 2006).
Pese a las diferencias, el interés está en las condiciones de eficiencia económica asociadas
al mercado. Los trabajos suelen ser de elegancia técnica y matemática que, partiendo de
pocos supuestos, demuestran que el mercado alcanza la eficiencia. Los supuestos de
comportamiento necesarios se agrupan en la hipótesis de racionalidad, que plantea que los
agentes maximizan su bienestar intertemporal (Gravelle y Rees, 2006), con implicaciones
en la conducta, motivación y procesos decisorios.
5
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
La maximización es inter-temporal, entonces, se supone que los agentes conocen
distribuciones de probabilidad de ocurrencia de eventos a lo largo de su vida al elegir (Kreps,
1995). La racionalidad implica consistencia en las preferencias (Sen, 1977; Kahneman,
2012), es decir, poseen propiedades matemáticas: transitividad, completitud, reflexividad,
no-saturación, continuidad y convexidad (Gravelle y Rees, 2006). También, se asume que
los agentes tienen motivaciones utilitarias, su objetivo es maximizar su bienestar, entendido
como utilidad (Dussel, 2009). Además, se reduce conducta a procesos de maximización de
utilidad mediante elecciones de cestas de consumo en el mercado, llevando el análisis a un
nivel material (Dussel, 2009), esto para hacerlo observable (Varian, 2010).
Estos supuestos generan críticas debido a sus fallas descriptivas (Kahneman, 2012). El
positivismo señala la racionalidad como tautología, no puede falsificarse ni verificarse
(Cadwell, 1994). Suponiendo que son racionales y persiguen su interés, toda conducta es
racional en relación con las preferencias del ejecutor (Gravelle y Rees, 2006). A lo cual se
presentan dos soluciones, unos reconocen el problema de fondo y tratan la racionalidad
como hipótesis, no como supuesto, así se puede calificar a ciertos agentes de irracionales o
de anomalías (Gravelle y Rees, 2006). Otros optan por ignorar la parte descriptiva,
recurriendo al instrumentalismo metodológico, como Friedman y la vertiente racionalista
de la escuela austriaca (Hinkelamert, 1970; Cadwell, 1994). Finalmente, otras críticas son
humanistas, señalando la imagen retorcida que brinda la teoría sobre la humanidad, como
tontos racionales (Sen, 1977; Dussel, 2009).
Pese a sus falencias, estos supuestos permiten ciertos análisis y libertades teóricas
interesantes, entre ellos el estudio del equilibrio general. Bajo las consideraciones de la
racionalidad se concluye que cada uno es el mejor juez de su propio bienestar (Gruber,
2016), y, por lo tanto, la tarea del Estado es dejar que cada uno busque su camino. Al sumar
dos hipótesis adicionales, conocidas como hipótesis de Edgeworth, que dicen que: 1) los
agentes aceptarán un trato en el que al menos uno salga ganando, y, 2) nadie acepta tratos
en los que sale perdiendo (Gravelle y Rees, 2006); se llega a la conclusión de que, partiendo
de cualquier asignación, el libre mercado asigna los recursos de manera eficiente.
Entendiendo eficiencia como unanimidad, en el sentido que le da Pareto significa que no
es posible para los agentes económicos realizar más intercambios, pues alguno se vería
perjudicado (Cuadrado et al., 2001). Cada uno maximiza su bienestar hasta donde el
bienestar de los demás se lo permite, y se llega a un punto en el cuál nadie está dispuesto
a realizar más intercambios. El sistema en conjunto alcanza un estado de equilibrio, donde
todas las fuerzas contrapuestas se equilibran entre sí. Para alcanzar este resultado
solamente se requiere que ningún agente tenga poder suficiente para influenciar los precios
de mercado, es decir, que sean precio - aceptantes. Nótese que no se trata de un estado de
máxima satisfacción o felicidad, solo de eficiencia en el sentido material, donde no es
posible mejorar las condiciones de nadie sin empeorar las de otro a cambio.
6
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
Se trata de un resultado muy conveniente, ya que solo debe asegurarse que nadie puede
modificar los precios de mercado y los agentes por si solos llevarán la economía a la
eficiencia. En este punto aún se está trabajando en los aspectos positivos de la economía,
no se emiten juicios de valor, solo se afirma que el resultado del libre mercado es eficiente
en el sentido de Pareto. Este último es el primer teorema de la economía del bienestar, que
dice que, si existen mercados para todas las mercancías y son competitivos, el equilibrio de
la economía será Pareto-eficiente (Gravelle y Rees, 2006; Gruber, 2016).
1.2.
Optimalidad en sentido de Pareto
El asunto es que las metodologías para llegar al equilibrio general plantean rutas distintas.
Por ejemplo, el modelo del subastador de Walras ofrece un vector de precios de equilibrio,
y un resultado, pero modelos como el de negociación de Edgeworth ofrecen un conjunto
de posibles equilibrios (curva de contratos), y dentro de ella un núcleo, en vernáculo de
teoría de juegos, que incluye los equilibrios posibles dadas las hipótesis de Edgeworth
(Gravelle y Rees, 2006). Esto deja una cuestión de difícil solución a la economía normativa:
¿cómo elegir un equilibrio competitivo? La cuestión es compleja, ya que existen muchos
posibles puntos eficientes, la pregunta es cuál de ellos es mejor. A partir de aquí los criterios
objetivos como eficiencia dejan de ser útiles, todos los puntos son eficientes entonces,
eficiencia deja de ser un criterio satisfactorio (Gravelle y Rees, 2006; Gruber, 2016).
La elección entre puntos eficientes llevó al desarrollo de funciones de bienestar social,
como mecánica para evaluar los puntos eficientes (Cuadrado et al., 2001; Gravelle y Rees,
2006; Gruber, 2016). Estas funciones cambian la base del análisis, al hablar de eficiencia la
cuestión es situar la economía en algún punto sobre la frontera de posibilidades de
producción; el ámbito de las funciones de bienestar social se encuentra en el análisis de la
frontera de posibilidades de utilidad (Gravelle y Rees, 2006). En palabras simples, la
eficiencia siempre se mantiene a nivel material, las funciones de bienestar social evalúan la
utilidad total producto de las asignaciones materiales eficientes. Así, se pretende establecer
que asignación eficiente, de todas las posibles, genera el mayor bienestar social agregado
desde criterios utilitarios (Cuadrado et al., 2001; Gravelle y Rees, 2006; Gruber, 2016).
Este último es el criterio de optimalidad, según define la economía del bienestar.
Entonces, solo es necesario encontrar la asignación óptima en la sociedad y promoverla.
Ahora bien, para los teóricos del bienestar el mercado es la institución que llega a las
asignaciones eficientes, y las distorsiones del mercado suelen culminar en pérdidas de
eficiencia. Aquí aparece el segundo teorema de la economía del bienestar: si los mercados
son competitivos podrán llegar a un equilibrio Pareto-eficiente tras una redistribución de
las dotaciones iniciales (Gravelle y Rees, 2006). Por lo tanto, para alcanzar el óptimo solo
deben redistribuirse los recursos de manera que el resultado final sea el punto óptimo de
Pareto. Si se conoce cuál es la asignación óptima, y esta asignación se alcanza mediante los
7
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
precios, actuando como señales de mercado, también se conocen los precios, y este
resultado coincidirá con el del modelo de Walras, que ofrecía un único vector de precios de
equilibrio (Gravelle y Rees, 2006).
Revisiones y observaciones
El criterio de la economía del bienestar es relevante por ofrecer un intento de tránsito
entre lo normativo y lo positivo. Reconociendo la importancia del paso, que eventualmente
es inevitable en una ciencia social, y aún más en la economía, debe ponerse en entredicho
su conveniencia. Las revisiones críticas y señalamiento surgen desde diversas dsiciplinas,
como la economía política, la economía conductual, el public choice, entre otras; pero
también aparecen revisiones dentro de la misma economía del bienestar. Algunas críticas
van dirigidas a los supuestos, otras señalan que la objetividad pretendida es ilusoria,
también se menciona la irrealidad descriptiva de la situación, o la estrechez de miras. Ahora
se presentarán brevemente los argumentos de cada uno de los enfoques críticos
mencionados.
En cuanto a las observaciones relativas al comportamiento, las más recientes y de mayor
peso actualmente son las que se articulan desde la economía conductual. Pese a componer
críticas severas se pueden considerar como afines al enfoque de la economía del bienestar
(Altman, 2021). Por paradójica que suene la afirmación anterior puede corroborarse desde
la pretensión y enfoque de la economía del comportamiento. La economía conductual se
articula epistemológicamente de manera falsacionista, recopilando y observando sesgos y
desviaciones del comportamiento propuesto por la hipótesis de racionalidad. Esto con el
objetivo de que los hacedores de política puedan prever los sesgos, considerándolos en las
estructuras de incentivos de las políticas propuestas (Altman, 2021). Lo que implica que la
economía del comportamiento considera deseable la misma eficiencia de la economía del
bienestar y pretende acercar las decisiones reales a las racionales (Altman, 2021). Aunque
debe cuestionarse hasta qué punto los hacedores de política no son sujetos a otros sesgos,
o si realmente tienen un criterio adecuado para modificar artificialmente las estructuras de
incentivos (Muramatsu y Barbieri, 2017).
El segundo punto crítico por considerar surge de la dimensión ética de la economía. La
economía neoclásica, de que parte la economía del bienestar, no es objetiva, parte de una
concepción ética específica. La teoría económica ortodoxa se articula desde una perspectiva
utilitaria, la ética utilitaria considera que lo deseado es maximizar la felicidad total agregada
de la sociedad, si el mercado es la institución que logra esto, el mercado se entiende como
un imperativo ético para los hacedores de política económica (Dussel, 2009). Pero la ética
utilitaria no es la única existente, existen otros criterios éticos, llevando a que existan
múltiples razones válidas con sus correspondientes racionalidades, que pueden divergir
sustancialmente de la utilitaria (Sen, 1999, 2019; Rodríguez, 2022). Sin mencionar que las
8
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
decisiones de las personas pueden no ser maximizadoras sin por ello ser irracionales, a
veces los seres humanos actúan por deber, compromiso o simpatía hacia sus semejantes
(Sen, 1977).
La tercera observación que se hace es la irrealidad de la situación inicial. Es innegable que
bajo las condiciones descritas por la economía del bienestar y la teoría del equilibrio general
el libre mercado lleva a la eficiencia. Pero la teoría presupone la existencia de esas
condiciones, y se molesta poco en indagar si en algún momento de hecho han existido o
pueden existir (Hinkelamert, 1970). En esta línea la teoría se aleja de la realidad en sentido
utópico, se concibe la sociedad de mercado perfecto como una utopía, como un estado
estático del sistema donde todo se resuelve por sí solo de la mejor manera posible
(Hinkelamert, 1970). Aún en el seno de la misma teoría se cuestiona la posibilidad de
establecer una función de bienestar social que cumpla con ciertos requisitos mínimos
esenciales para ser funcional, tal como muestra el teorema de imposibilidad de Arrow
(Cuadrado et al., 2001; Gravelle y Rees, 2006). Sin restar a la importancia de un estado
hipotético deseable para guiar las decisiones de política y marcar rumbo. Vale señalar que
desarrollos más recientes plantean extensiones al modelo, para comprender otras
estructuras de mercado y el equilibrio del sistema, pero no serán abordados por motivos
de extensión y delimitación.
Finalmente, el último punto está relacionado a la estrechez de miras de la teoría. En este
sentido surgen críticas en cuanto a los aspectos distributivos y a los relacionados con los
ecosistemas. La teoría hace frente al primer señalamiento argumentando que el propósito
es maximizar la utilidad social, y que, por el principio de rendimientos decrecientes, quienes
valoran más los recursos son los que menos tienen; por lo tanto, maximizar la utilidad social
implica redistribuir los recursos de los que más poseen hacia los desposeídos, pues su
utilidad marginal será mayor (Cuadrado et al., 2001; Gravelle y Rees, 2006; Gruber, 2016).
Aunque se debe cuestionar hasta qué punto es confiable esta respuesta, en especial con un
concepto tan abstracto como la utilidad o el bienestar subjetivo (Rodríguez, 2022).
El segundo señalamiento se responde con las técnicas de la economía ambiental, que
consisten en realizar compensaciones por hacer o dejar hacer (variación compensada o
variación equivalente), asignando precios a lo que no lo tiene o derechos de propiedad
(Cuadrado et al., 2001; Labandeira, León y Vázquez, 2007). Aun así, los ecologistas
responden que esto no es suficiente, ya que el ecosistema posee valor intrínseco, más allá
de cualquier valoración económica (Mora, 2021), criticando de antropocéntrica la solución
de la economía ambiental.
En sí, estas críticas se agrupan bajo el calificativo de monismo, asociado a los conceptos
de unidimensionalidad (al hablar de desarrollo), o al enfoque de recursos (al tratarse de
métricas), estos parten de la existencia una o pocas variables claves identificables que guían
9
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
el proceso (Rodríguez, 2022), materializado como teoría del desarrollo en el trickle-down
economics. La lógica es simple, una variable “principal” que arrastra a las demás (Rodríguez,
2022). Aunque se pueda pensar que se trata de simpleza o estreches de miras, no debe
subestimarse, en especial en este caso, pues el mercado es la principal institución
económica de aprovisionamiento en la sociedad moderna (Sen, 1999; Rodríguez, 2022).
Pueden existir múltiples dimensiones para pensar el bienestar, pero la condición sine qua
non de todas ellas es la materialidad corpórea, sin mantenerse vivo primero no hay
bienestar que valga (Dussel, 2009), y el mercado es la forma más común para conseguir los
medios de vida. Reconociendo la validez de las críticas planteadas, el estudio del mercado
y su funcionamiento sigue siendo esencial.
Discusiones y conclusiones
A lo largo del escrito se resumen las ideas de la teoría de la economía del bienestar
(segunda parte), y luego algunos señalamientos y observaciones que se esgrimen contra
ella (tercera parte). Encontrado que se trata de un criterio consistente lógicamente y con
gran sentido dentro de su propio marco, al que pueden hacérsele diversos señalamientos
al evaluarlo críticamente. Aun así, su importancia teórica e histórica es crucial, pues intenta
tender un puente entre los aspectos científicos y políticos de la economía. Como tal,
pretende dar un criterio de elección a la hora de tomar acciones de política económica, ya
que permite comparar el bienestar social final esperado de cada cambio implementado
para elegir los rumbos que generen mayor utilidad social.
Debe tomarse en cuenta que se trata de un enfoque completamente enmarcado en la
teoría neoclásica y es inseparable de esta. Sus resultados son casi consecuencias “naturales”
de la teoría del equilibrio general. Esto es importante señalarlo, pues, aunque se pretende
una separación al pasar de la eficiencia material a la maximización de la utilidad social en
las funciones de bienestar social, como marcando hasta dónde llega lo positivo y donde
empieza lo normativo, la separación ilusoria. Lo quimérico de la separación que pretende
dar cientificidad se nota en que la maximización desde una ética utilitaria está presente en
los supuestos de comportamiento que llevan a las conclusiones de los aspectos positivos.
Es decir, la valoración ética utilitaria no es algo nuevo de las funciones de bienestar social,
se encuentre solapada desde el problema de elección de los consumidores. También, debe
considerarse que se trata de una proposición científica cuasi-tautológica, agregando el cuasi
para dar el beneficio de la duda al planteamiento de la racionalidad como hipótesis.
El énfasis en la materialidad, llegando incluso a hacer identidad entre consumo material y
bienestar, es preocupante. Se trata de una cuestión bastante extendida en los estudios del
desarrollo, justificada por la facilidad operativa o por la representatividad indirecta del resto
de las condiciones. Pese a que ambas justificaciones tienen sentido, no deben tomarse más
que de manera instrumental, sin olvidar la multi-dimensionalidad de la realidad y como los
10
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
demás objetivos que demandan atención se interrelacionan entre sí. Reconociendo siempre
la necesidad de estados utópicos que marquen el rumbo para que la sociedad tenga cierto
grado de coherencia direccional, debe cuestionarse hasta qué punto este sería un rumbo
utópico deseable.
Esta duda aparece porque los criterios del bienestar solucionan muchos problemas, pero
colocando una fe casi teológica sobre el mercado y sus mecanismos. Que, como se ilustró
en la sección 3, no parece funcionar tan adecuadamente siempre. Sin reducir la importancia
del rol de los mercados en una sociedad que depende económicamente de ellos en gran
medida, debe cuestionarse si realmente pueden abarcar automáticamente la solución de
todos los problemas de manera integral. Los mercados tienen fallas importantes, se alejan
de los modelos teóricos, y muchos problemas que enfrenta la sociedad trascienden lo que
puede ser enjuiciado por criterios de eficiencia económica. Una parte importante de los
asuntos relacionados con el bien-estar y la calidad de vida poseen valores intrínsecos, no
sujetos al análisis económico de eficiencia.
Bibliografía
Altman, M. (2021). Methodological challenges in Behavioral Economics: Towards a more
holistic and empirically rooted economic science. Journal of Behavioral Economics
for Policy 5(3), 19-33. Disponible en: https://sabeconomics.org/wordpress/wpcontent/uploads/JBEP-5-S3-2.pdf
Brue, S. y Grant, R. (2008). Historia del pensamiento económico. México: CENAGE Learning.
Cadwell, B. (1994). Beyond positivism: Economic Methodology in the Twentieth Century.
London, United Kingdom: Taylor & Francis Group.
Cuadrado, J. R. et al. (2001). Política Económica: Objetivos e instrumentos. Madrid:
McGraw-Hill Interamericana.
Dussel, E. (2009). Ética de la liberación en la edad de la globalización y la exclusión. Madrid,
España: Editorial Trotta, S.A.
Ekelund, R. y Hébert, F. (2006). Historia de la teoría económica y su método. México D.F:
McGraw-Hill Interamericana Editores S.A.
Fernández A., Parejo J., Rodríguez L. (2006). Política Económica. Madrid, España: McGraw
Hill
11
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
Gravelle, H, y Rees, R. (2006). Microeconomía. Madrid, España: PEARSON EDUCACIÓN, S. A.
Gruber, J. (2016). Public finance and public policy. New York, US: Worth Publishers.
Herzog, S. (1950). Tres siglos de pensamiento económico. México: Fondo de Cultura
Económica.
Hinkelamert, F. (1970). Ideologías del desarrollo y dialéctica de la historia. Santiago, Chile:
Nueva Universidad.
Kahneman, D. (2012). Pensar rápido, pensar despacio. Barcelona, España: Penguin Random
House Grupo Editorial S.A.U.
Kreps, D. (1995). Curso de Teoría Microeconómica. Madrid, España: McGraw-Hill
INTERAMERICANA de España, S.A.
Labandeira, X., León, C., Vázquez, M. (2007). Economía ambiental. Madrid, España: Pearson
Educación, S.A.
Mora, R. (1-3 de diciembre, 2021). Una interpretación ecologista de la teoría rawlsiana de
la justicia [Nuevas perspectivas teóricas y metodológicas sobre la socioeconomía]. V
Reunión
Iberoamericana
de
Socioeconomía.
Madrid.
https://sase.confex.com/sase/5im/meetingapp.cgi/Paper/18595
Muramatsu, R., y Barbieri, F. (2017). Behavioral economics and austrian economics: Lessons
for policy and the prospects of nudges. Journal of Behavioral Economics for Policy,
1(1), 73-78. Disponible en: https://www.sabeconomics.org/wordpress/wpcontent/uploads/JBEP-1-1-11-F.pdf
Rodríguez, J. (2020). Herencia Institucional y desarrollo. Revista De Política Económica Y
Desarrollo Sostenible, 6(1), 1-18. https://doi.org/10.15359/peds.6-1.3
Rodríguez, J. (2022). Medidas económicas del bienestar. Revista De Política Económica Y
Desarrollo Sostenible, 7(2), 1-8. https://doi.org/10.15359/peds.7-2.2
Sen, A. (1977). Rational Fools: A Critique of the Behavioral Foundations of Economic Theory.
Philosophy
&
Public
Affairs,
6(4),
317-344.
Disponible
en:
http://www.jstor.org/stable/2264946
Sen, A. (1999). Development as freedom. New York: Alfred A. Knopf, Inc.
12
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
Sen, A. (2019). La idea de la justicia. Barcelona: Penguin Random House, Grupo Editorial
S.A.U.
Varian, H. (2010). Microeconomía intermedia. Barcelona, España: Antoni Bosch, editor, S.A.
Apéndice
1.3.
Problema de optimización
En esta sección se plantea el problema de optimización para una economía con dos
agentes u hogares, dos bienes y dos factores de producción. Puede pensarse como una
economía con dos tipos de hogares o sectores, el número absoluto no importa, siempre y
cuando las ecuaciones de comportamiento sean representativas para los tipos. Se advierte
que se resuelve el problema para una economía con solo dos sectores y dos tipos agentes
para poder llegar a relaciones concretas e ilustrar gráficamente el punto de equilibrio. Pese
a ello, se emplea la nomenclatura de la fórmula general, en caso de que algún lector desee
emplear el modelo de forma práctica o con más tipos solo deberá cambiar el límite de
bienes o sectores (i) o de hogares (h) en cada proceso de sumatoria y restricciones.
Se procede a plantear el problema de optimización para encontrar el punto eficiente en
una economía con dos hogares (h) y dos sectores o bienes (i). En cuanto a denominaciones,
el consumo se representa con x, el factor productivo con L, los precios son P, y los salarios
w. El problema por resolver es:
Max U1(x11, x12, L1)
s.t. U2 (x21, x22, L2)
s.t. 𝑥! − ∑#"$% 𝑥"!
s.t. 𝐿" − ∑#!$% 𝐿"!
s.t. 𝑓! (𝐿%! , 𝐿#! ) − 𝑥!
La primera restricción que se incluye es con respecto a la utilidad del agente u hogar 2,
esto viene a reflejar la definición de mejoras eficientes en el sentido de Pareto, que dice
que debe velarse por obtener un cambio que mejore el bienestar de, al menos, un agente,
sin perjudicar al resto. Lo que indica es que el problema consiste en maximizar el bienestar
del agente 1 tanto como sea posible sujeto a que no perjudique al agente 2.
13
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
Las otras tres restricciones de la ecuación están asociadas con la factibilidad material de
la asignación económica resultante del proceso de maximización. La primera es una
restricción sobre el consumo total y los consumos individuales, dice que la suma de
consumos individuales no puede ser mayor al consumo total de un determinado bien x. La
segunda tiene una interpretación idéntica, pero sobre el factor de producción, el factor total
empleado no puede ser mayor a la suma de ofertas individuales del factor. La tercera es la
condición que asocia el consumo con la producción y la asignación del factor en las
diferentes industrias. Lo que dice es que el consumo total del bien i no puede ser mayor
que la producción total del i, que depende, a su vez, de los factores L empleados en su
proceso de producción. Obsérvese que esto supone que los factores son complementarios
en el proceso de producción.
En la siguiente página, se plantea el problema de optimización para una economía con dos
hogares (h) y dos sectores o bienes (i). Nótese que solo la restricción del segundo agente se
acompaña del multiplicador l; esto porque para las demás relaciones se emplean
parámetros de la teoría económica que cumplen la misma función de medir el aporte
marginal de la restricción y llevarla a un valor aproximado de 0. Para el consumo y factor,
sus precios (𝑃! , 𝑤" ), y, para la alocación de factores el costo de oportunidad (𝜇! ).
14
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
&SOCIEDAD
G = U1(x11, x12, L1) + l( U2(x21, x22, L2) + ∑#!$% 𝑃! ∗ (𝑥! − ∑#"$% 𝑥"! ) + ∑#"$% 𝑤" ∗ (𝐿" − ∑#!$% 𝐿"! ) + ∑#!$% 𝜇! ∗ [𝑓! (𝐿%! , 𝐿#! ) − 𝑥! ]
A
B
D
E
C
A: Es la función de utilidad del agente u hogar 1, los términos x se leen como el consumo del hogar 1 del bien 1, luego del bien 2, y L
corresponde a la oferta del factor por parte de esta unidad doméstica. Se supone que el consumo genera utilidad al hogar, mientras
que la oferta del factor desutilidad.
B: Es la función de utilidad para la unidad doméstica 2, su lectura es idéntica a la de A. En este caso se multiplica por l, para indicar
que se trata de una restricción sobre la maximización del hogar 1. Recordando la definición de eficiencia en sentido de Pareto, se trata
de maximizar el bienestar de cada agente, sujeto a no perjudicar a otros, eso indica esta restricción. El l corresponde a un multiplicador
larangiano, y su interpretación económica viene a ser el aporte marginal de la restricción, i.e. cuál es el efecto marginal de la utilidad
del agente 2 en la utilidad del 1, o, en general, el efecto en la función objetivo de cambios en la restricción.
C: Es la restricción material al consumo, similar a la conclusión del equilibrio walrasiano. Dice es que dados los 𝑃! (precios de bien i), el
consumo total de 𝑥! (bien i) debe ser igual a la suma de los 𝑥"! (consumos individuales h del bien i). 𝑃! implica que los mercados se
vacían y la restricción tiende a 0.
D: Es la restricción material a la oferta del factor. Su interpretación es muy similar al de la ecuación anterior, plantea que a los niveles
de 𝑤" (precio de los factores de producción de los hogares h) el 𝐿" (factor total empleado en la economía) debe ser igual a la suma de
𝐿"! (oferta de factor individual de cada hogar). 𝑤" implica que los mercados se vacían y la restricción tiende a 0.
E: Esta restricción habla de la combinación del factor de producción en los diferentes sectores. En este caso 𝜇! es una medida de la
productividad relativa entre sectores i, puede interpretarse como un coste de oportunidad en la asignación de factores entre diferentes
sectores; el término 𝑓! (𝐿%! , 𝐿#! ) son las funciones de producción de cada sector i. La ecuación nos indica que 𝑥! (consumo total del bien
i) debe ser igual a 𝑓! (𝐿%! , 𝐿#! ) (producción total del bien i). 𝜇! implica que consumo y producción se igualen para cada sector y que
restricción tienda a 0.
15
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Economía
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
&SOCIEDAD
Se procede a derivar la ecuación anterior con respecto a x1i, x2i, L1, L2 y xi. Es decir, con respecto al consumo de los hogares 1 y 2, que
desean maximizar (+ utilidad), y con respecto a la oferta de factor de los hogares 1 y 2, que desean minimizar (-utilidad), y con relación
a las producciones de bienes, para relacionar ambos problemas. Se presentan las condiciones de primer orden, e inmediatamente se
plantean como sistema de ecuaciones igualado a 0, para evitar pasos extra. La línea puntuada diferencia secuencias de pasos, de
𝜕𝐺
: 𝑈𝑀𝑔#$ − 𝑃$ = 0
𝜕𝑥#$
𝑈𝑀𝑔!" = 𝑃"
𝜕𝐺
: l ∗ 𝑈𝑀𝑔&$ − 𝑃$ = 0
𝜕𝑥&$
𝜕𝐺
: 𝑈𝑀𝑔'! + 𝑤# = 0
𝜕𝐿#
𝜕𝐺
: 𝜇 ∗ 𝑃𝑀𝑔'# − 𝑤( = 0
𝜕𝐿$( $
𝜕𝐺
: 𝜇 − 𝑃$ = 0
𝜕𝑥$ $
Construyendo relaciones
𝜇! = 𝑃!
𝑈𝑀𝑔11 𝑃𝑥1
=
𝑈𝑀𝑔12 𝑃𝑥2
l𝑈𝑀𝑔(" = 𝑃"
−𝑈𝑀𝑔'# = 𝑤!
𝜕𝐺
: l ∗ 𝑈𝑀𝑔'" + 𝑤& = 0
𝜕𝐿&
Para el agente 1: Para el agente 2:
l𝑈𝑀𝑔21 𝑃𝑥1
=
l𝑈𝑀𝑔22 𝑃𝑥2
Pero,
Para el agente 1: Para el agente 2:
Construyendo relaciones
con consumo eficiente
−l𝑈𝑀𝑔'# = 𝑤(
𝜇" ∗ 𝑃𝑀𝑔'& = 𝑤+
Paso 1
Sustituyendo
Para el agente 1:
−𝑈𝑀𝑔𝐿 𝑤1 −l𝑈𝑀𝑔𝐿 𝑤
1
2
2
=
=
𝑈𝑀𝑔1𝑖
𝑃𝑖
𝑃𝑖
l𝑈𝑀𝑔2𝑖
𝑃𝑀𝑔'& =
Recordando que, según la
teoría del mercado el w es
igual al valor de la PMg,
y debe igualarse encada
sector.
Para el agente 2:
−𝑈𝑀𝑔𝐿
−𝑈𝑀𝑔𝐿
1
2
= 𝑃𝑀𝑔𝐿
= 𝑃𝑀𝑔𝐿
1
𝑈𝑀𝑔1𝑖
2
l𝑈𝑀𝑔2𝑖
El negativo corresponde a desutilidad
𝑃" ∗ 𝑃𝑀𝑔'& = 𝑤+
Alternativamente,
𝑃𝑥
𝑅𝑀𝑔𝑆!" = 1
𝑃𝑥2
Entonces,
𝑈𝑀𝑔11 𝑃𝑥1 𝑈𝑀𝑔21
=
=
𝑈𝑀𝑔12 𝑃𝑥2 𝑈𝑀𝑔22
𝑃𝑥 1 𝑃𝑥 1
=
𝑃𝑥 2 𝑃𝑥 2
𝑤
𝑃"
Para el agente 1 Dividiendo una por otra,
𝑃𝑀𝑔'# =
𝑤
𝑃"
Para el agente 2
𝑃𝑀𝑔'$
A cada paso, se despejan las relaciones de sustitución con respecto a la relación de precios, que como supone la economía ortodoxa, son parámetros
dados a los que todo agente tiene acceso siempre. Si cada relación se iguala a la relación de precios, y se asume transitividad, es posible llegar a una
conclusión como la siguiente. Donde cada sector y agente de la economía toma decisiones en base a precios, y, al tener una referencia común, la
economía opera como un todo ordenado.
𝑃!
𝑅𝑀𝑔𝑆𝑇 = ! = 𝑅𝑀𝑔𝑆 = 𝑅𝑀𝑔𝑇
𝑃!"
Con, 𝑅𝑀𝑔𝑆𝑇: relación marginal de sustitución técnica; 𝑅𝑀𝑔𝑆: relación marginal de sustitución; y 𝑅𝑀𝑔𝑇: relación marginal de transformación. En la página siguiente se
muestra la representación gráfica de este equilibrio.
𝑤
=
𝑃"
𝑤
𝑃𝑀𝑔𝐿
𝑃%
1
= 𝑤!
𝑃𝑀𝑔𝐿
2
𝑃%"
Lo que equivale a,
𝑃𝑀𝑔𝐿
𝑃𝑥 1
1
=
𝑃𝑀𝑔𝐿
𝑃𝑥 2
2
Alternativamente,
𝑃𝑥
𝑅𝑀𝑔𝑆𝑇!" = 1
𝑃𝑥2
16
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia
Relaciones se combinan y se
igualan a relación de
precios.
Combinación Uso
eficiente de eficiente Oferta eficiente
Consumo eficiente
productos de factor de factor
izquierda a derecha.
Economía y Sociedad, Vol. 28, N. º 65, julio-diciembre 2024, pp. 1-17
EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia
Economía
&SOCIEDAD
Las relaciones anteriores pueden ser representadas gráficamente de la siguiente forma:
Figura 1.
Modelo de equilibrio general
Fuente: Elaboración propia.
17
Jorge A. Rodríguez Soto
Revista Economía y Sociedad by Universidad Nacional is licensed under a CreativeCommons ReconocimientoNoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia