Técnico Superior
En
Comunicación y
Administración
De Bibliotecas
Procesos Técnicos:
CLASIFICACION
UNIDAD I
Viviana Márquez
Bibliotecaria
2015
AÑO
1
INSTITUTO SUPERIOR P.T. – 181
FUNDACIÓN RAYUELA PARA LA
CULTURA Y LA EDUCACIÓN
San Luis 545 – Tel. 4295349
Ciudad de Mendoza
Presidente
Prof. Oscar Basilio H. SALOMONE
Directora General
Prof. Mirtha Elena BALEZTENA
Directora
Prof. Margarita Cirona
Coordinador de la carrera de Bibliotecario
Bibl. Prof. Adrián MÉNDEZ
Administrador de la plataforma virtual
Mag. Silvia CASTELL
Profesor de la Cátedra:
Procesos Técnicos: Clasificación
2015
Nombre del Profesor:
Bib.Viviana Márquez
Vivianamarquez0@gmail.com
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Contenido
1.- Clasificación bibliográfica .......................................................................................... 4
2.- Análisis temático y clasificación................................................................................. 4
3.-Proceso de análisis ....................................................................................................... 5
4.-Principios de la clasificación bibliográfica .................................................................. 7
5.-Sistemas de clasificación.............................................................................................. 9
6.-Estructura ................................................................................................................... 10
7.-Un poco de historia. ................................................................................................... 11
8.-Características del sistema ......................................................................................... 12
Antecedentes................................................................................................................... 12
9.-Filosofía de la Clasificación Decimal Dewey............................................................ 13
10.-Desarrollo ................................................................................................................. 14
11.- Uso en las bibliotecas.............................................................................................. 16
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1.- Clasificación bibliográfica
La clasificación es un tarea que podemos entender, a grandes
rasgos, como el acto de ordenar en grupos, de acuerdo con su
semejanza, todo lo que nos rodea, incluyendo nuestras percepciones,
pensamientos y conocimientos, esto nos ayuda a darle sentido a
nuestras vidas y también a hacerlas más sencillas.
En nuestros hogares, por ejemplo, damos orden a los objetos
agrupándolos de acuerdo con su función con el propósito de
localizarlos más fácilmente y sacarles provecho. En cuanto al
desarrollo de conocimientos más especializados se refiere, por
mencionar otro ejemplo, para estudiar el vasto reino animal, las
ciencias biológicas han creado un esquema de clasificación en donde
podemos distinguir similitudes y semejanzas a través la división del
reino en grupos denominados “filos”, incluso, para una mayor
precisión, dentro de cada grupo se han establecido subdivisiones,
también de acuerdo a similitudes y semejanzas.
Por otra parte, en la diversidad del conocimiento se han venido
generando a lo largo de la historia y registros en formas tales como
libros, publicaciones periódicas, registros sonoros y otros, requieren
ser clasificados. Dicha tarea es conocida como clasificación
bibliográfica, la cual hace posible que las colecciones de las
bibliotecas puedan ser organizadas en las estanterías de forma
sencilla y así sean aprovechadas, ya que así con mayor facilidad se
tiene conocimiento de los materiales que poseen, además de que se
facilita su acceso. Para ser más precisos, conviene señalar que: “La
clasificación bibliográfica puede definirse como el proceso de asignar
a cada material bibliográfico un número de clasificación, de acuerdo
con el tema de la obra y extraído de un sistema de clasificación”
(Rosa Valgañón, 2004, p. 155).
2.- Análisis temático y clasificación
Clasificar materiales bibliográficos según su contenido es una de
las formas más consistentes, ya que de otro modo, si asignáramos un
número a cada obra dentro de una colección bajo otros criterios, por
ejemplo, de acuerdo con su tamaño, color de la cubierta o según el
sitio que se le haya asignado en las estanterías de modo arbitrario, el
orden resultaría confuso y cambiante, lo que complicaría a los
usuarios durante la búsqueda de aquellos materiales que desean
consultar, así como también por parte del personal en su intento de
mantener en orden coherente y consistente la colección.
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El que se encuentren reunidas todas las obras sobre un mismo
tema, será de gran ayuda para los usuarios, pues aunque con
frecuencia asisten a la biblioteca en busca de un ítem en particular,
les será de utilidad otros materiales, como complemento a su
investigación, o bien, como alternativa en caso de no encontrar lo
deseado en primer instancia.
Otro de los beneficios que tienen las colecciones al ser
clasificadas de este modo, es que independientemente de su
movimiento en estanterías, mantendrán un orden lógico. Las
bibliotecas continuarán siendo la manifestación física de la estructura
del universo del conocimiento, de modo que seguirán reflejadas las
relaciones entre las áreas de conocimiento según la distancia entre
las obras, de acuerdo con su contenido temático (Batley, 2004, p. 3).
Es importante destacar que no todas las obras se clasifican
según su contenido temático, pues por ejemplo las obras literarias
reciben un tratamiento diferente.
3.-Proceso de análisis
Para clasificar materiales bibliográficos según su contenido
requerimos analizarlos, tal y como lo recomienda Chan (2000) y la
Introducción al Sistema de Clasificación Decimal Dewey (2001), para
determinar:
• El tema o temas tratados y los diferentes aspectos abordados del
tema o temas. Por ejemplo, en un libro titulado La prensa en España
durante el siglo XX, el tema tratado es la prensa y sus facetas son el
tiempo (siglo XX) y el lugar (España).
• Bajo cuál disciplina o disciplinas se ha estudiado el tema o temas de
la obra. Por ejemplo, el tema del matrimonio puede ser estudiado
desde la perspectiva de la psicología, el derecho u otras disciplinas.
• Para cuál disciplina ha sido elaborado el material. Por ejemplo, en el
caso de una obra elaborada por un psicólogo que busca instruir a
atletas sobre el manejo del estrés para mejorar su rendimiento,
vemos que la obra ha sido desarrollada desde la disciplina de la
psicología pero se destina a los deportes.
• El enfoque de la obra. Por ejemplo, sobre el aprendizaje es posible
que encontremos obras que presenten los resultados de una
investigación o únicamente la teoría sobre dicho tema, entre otras
posibilidades.
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• La forma de presentación. Por ejemplo: manuales, ilustraciones,
bibliografías, diccionarios, publicaciones periódicas, entre otras.
Todo este proceso ha de hacerse cuidosamente, ya que en caso de
cometer alguna equivocación, las obras quedarán mal clasificadas y
por lo tanto, mal ubicadas dentro de la colección, lo que implica que
los usuarios difícilmente podrán tener acceso a éstas y no sabrán con
precisión cuáles materiales sobre un tema en particular posee la
biblioteca.
Para el análisis de una obra, el título frecuentemente es una útil
referencia para comenzar a determinar cada uno de los aspectos
anteriormente citados, sin embargo hay que tener precaución, ya que
la información que nos da sobre la obra, puede llegar a confundirnos,
pues con el afán de llamar la atención del lector, los autores tienden
a expresarse en el título de sus obras de modo imaginativo, impreciso
o ambiguo. Para tales casos, el subtítulo, cuando la obra lo posee, es
de gran ayuda ya que suele aclarar o complementar lo que ha sido
manifestado en el título.
No menos frecuentes son los títulos cuya terminología es difícil
de interpretar por cualquier persona que no se encuentre lo
suficientemente familiarizada con el tema tratado. Frente a estas
circunstancias el clasificador puede recurrir a obras de referencia,
como diccionarios o enciclopedias.
En el caso de obras literarias, el título no se toma en cuenta
como referencia, pues es la lengua original, nacionalidad del autor y
género literario al que corresponden, lo que definirá su clasificación
pertinente.
Lo que hayamos discernido examinando el título y subtítulo de
una obra no debe bastar, es necesaria además la consulta del
prefacio o introducción, en los cuales usualmente se establece el
enfoque y propósito del autor; la tabla de contenido, por su parte,
mostrará cuáles son los aspectos del tema abordados; y otras partes
de la obra, como el texto mismo, pueden confirmar y/o
complementar.
Pero si seguimos con interrogaciones sobre el tema que trata el
libro, es factible recurrir a otros medios como por ejemplo obtener
reseñas que se han hecho sobre la obra o bien consultar con algún
experto.
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4.-Principios de la clasificación bibliográfica
Después de haber adquirido el conocimiento suficiente sobre la
obras a clasificar mediante su análisis, se han de seguir los siguientes
principios, tal como lo recomiendan Mortimer (2002), Chan (2000) y
en la Introducción al Sistema de Clasificación Decimal Dewey (2001):
• Al clasificar, generalmente, se considerará primero el tema de la
obra y después otros aspectos como el enfoque del autor, el contexto
geográfico bajo el cual ha sido estudiado el tema y la forma en que se
presenta. Por ejemplo, una enciclopedia de la historia del arte en
México se clasificará primero tomando en cuenta que el tema
abordado es el arte, para después considerar que ha sido bajo el
punto de vista de su historia, cuyo contexto geográfico es México y
que su forma de presentación ha sido en una enciclopedia.
• En cuanto a obras literarias se refiere, antes que el tema, se
clasifican de acuerdo con su lengua original y nacionalidad del autor y
posteriormente (en el caso del sistema de clasificación Dewey) con
base en el género al que pertenecen. Por ejemplo, la Ilíada de
Homero, aunque trate acerca de la guerra de Troya, no se clasificará
de acuerdo a ese tema; en cambio resulta más apropiado ubicarla
dentro de la poesía griega clásica.
• Una vez que se haya determinado el tema tratado, tendremos que
ubicarlo en la disciplina que le corresponde, esto tiene particular
importancia al utilizar el Sistema de Clasificación Decimal Dewey
(SCDD) ya que sus esquemas se encuentran divididos por disciplinas.
• Cabe señalar que, la clasificación será de acuerdo a la disciplina
para la que ha sido destinada la obra y no de acuerdo con la
disciplina de la que se deriva. Por ejemplo, si encontráramos un
material desarrollado por un pedagogo, en el que muestra cuáles son
las formas más eficaces para aprender ajedrez, dicha obra la
clasificaremos en juegos de destreza, no en pedagogía. Dicho
principio hará posible que todas las obras que tengan la misma
utilidad se encuentren juntas.
• Tratándose de biografías, autobiografías, diarios y reminiscencias,
el tratamiento pudiera ser diferente entre una biblioteca y otra, según
sus necesidades. Por ejemplo, en el caso de una biblioteca
especializada en las ciencias de la tierra, será de mayor utilidad
mantener agrupadas esta clase de obras de acuerdo con su disciplina,
mientras que en una biblioteca pública o escolar, podrían mantenerse
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juntas en la clase de biografías, independientemente de la disciplina a
la que corresponden, ya que usualmente los usuarios de este tipo de
bibliotecas buscarán información sobre los personajes más
destacados en general, teniendo un interés menor por las disciplinas
en las que se desarrollaron, en comparación con los usuarios de
bibliotecas especializadas.
• Mientras estemos buscando el sitio más apropiado para nuestra
obra dentro de los esquemas no deberemos olvidar que la ubicación
ha de ser la más específica posible. Por ejemplo, cualquier obra que
verse sobre las operaciones algebraicas, no habrá de ser clasificada
dentro de las matemáticas en general, en cambio es más pertinente
ubicarla dentro del área de álgebra en específico.
• Cuando una obra trate dos o más temas se ha de elegir el número
correspondiente al tema que haya sido tratado con más amplitud. Por
ejemplo, una obra sobre el jazz y el blues, que ha reservado un breve
capítulo para tratar el tema del blues, será clasificada bajo jazz, ya
que dicho tema ha sido tratado con más profundidad.
• En el caso de una obra que trate dos temas por igual, de manera
independiente uno del otro, tendremos que elegir el número que se
encuentre primero en el orden numérico. Utilizando el SCDD, esta
consideración podría aplicarse a una obra que aborde el tema de los
movimientos políticos con la misma amplitud que el tema de los
movimientos sociales, de modo que el número a asignar sería
303.48, el cual corresponde a los movimientos sociales, ya que a los
movimientos políticos le corresponde el número 320.5.
• Si dos o más temas son tratados de manera relacionada, se ha de
elegir el número que manifieste esa relación. Por ejemplo, para una
obra que verse sobre la influencia del cristianismo sobre los
problemas socioeconómicos, el número que le corresponde es el
261.8, el cual es para cristianismo y problemas socioeconómicos.
• Si no encontráramos un número semejante, tendremos que
distinguir cuál es el tema o temas que están influyendo sobre otro,
para clasificar la obra bajo el tema en el que recae la influencia. Por
ejemplo, una obra que trate sobre la influencia de la Biblia en la
literatura, ésta será clasificada en literatura.
• Cuando tres o más temas tratados por igual en la obra, son
subdivisiones de un número extenso, éste ha de elegirse. Ejemplo de
este caso sería una obra que trate sobre la economía laboral, la
economía financiera y la economía de la tierra, los cuales de acuerdo
con los esquemas del SCDD son subdivisiones del número 330, para
economía en general, y éste es entonces el número que ha elegirse.
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• Para obras que abarquen tres o más temas correspondientes a
diferentes disciplinas que no tienen una disciplina mayor común,
entonces se clasifican en Generalidades (clase 000 en el SCDD).
• Si el tema de la obra ha sido tratado bajo la perspectiva de dos o
más disciplinas, tenemos como alternativa utilizar un número
interdisciplinario, en caso de que lo haya, bajo la condición de que el
contenido trate de manera significativa el asunto correspondiente a
dicho número. Si no se encontrara un número interdisciplinario,
elegiremos el número que le corresponde a la disciplina que haya
dado mayor tratamiento al tema.
• En caso de encontrar instrucciones particulares sobre la clasificación
bajo un tópico en específico, éstas tendrán que respetarse.
• Las decisiones que se hayan tomado durante el proceso de
clasificación han de estar plenamente justificadas y, en caso de ser
necesario, se han de registrar para evitar cualquier confusión, y con
ello la toma de decisiones dispares entre quienes están a cargo de
esta tarea en una biblioteca.
• Para corroborar que las obras están siendo ubicadas en su lugar
más apropiado, a modo de que aquellas que tienen la misma utilidad
se hallen juntas, suele ser de gran ayuda consultar el catálogo de la
biblioteca, para informarnos cuáles obras poseen el mismo número
que deseamos asignar a una obra.
5.-Sistemas de clasificación
Para que el trabajo de clasificar materiales bibliográficos se
realice adecuadamente, además de conocer su contenido, deberemos
también conocer el sistema de clasificación que se vaya a utilizar
durante el proceso.
Es por ello que, a continuación hablaremos de las
características que tienen en común los sistemas de clasificación
actuales, para después, en las siguientes UNIDADES II y III, detallar
las particularidades del SCDD.
Para comenzar, debemos saber que todos los sistemas de
clasificación presentan un modo en que el universo del conocimiento
puede ser categorizado e incluyen además un sistema de símbolos
que representan cada una de las clases manifestadas dentro de esta
categorización.
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Un aspecto importante a mencionar es que los sistemas
actuales de clasificación, con el propósito de que los clasificadores
puedan asignar a cada material un número de clasificación lo más
específico posible, presentan características, en mayor o menor
grado, de los dos diferentes enfoques de clasificación que existen.
Por una parte, podemos encontrar la clasificación enumerativa,
la cual busca enumerar todos los temas existentes dentro del
universo del conocimiento; bajo este tipo de clasificación, únicamente
tendremos que elegir el número adecuado para cada obra. Ya que
difícilmente se pueden enlistar todos los temas que van surgiendo a
través del tiempo en el universo del conocimiento, los sistemas
requieren una revisión en sus diferentes ediciones, a modo de
mantenerse lo más actualizados posible.
También existe la clasificación facetada, también conocida como
sintética; en donde el número deberemos construirlo, ya que los
sistemas con este tipo de clasificación sólo se encargan de presentar
números para conceptos individuales, los cuales podrán usarse en
combinación, de acuerdo con reglas establecidas, para representar
temas compuestos específicos (Batley, 2004, pp. 5-6).
6.-Estructura
De acuerdo con Mortimer (2002), generalmente los sistemas de
clasificación presentan una estructura con los siguientes elementos:
Esquemas: Son parte esencial de todo sistema, en los que se
presentan a detalle las categorías del universo del conocimiento.
Dependiendo qué tanto se caracterice el sistema por ser
enumerativo, será el nivel de detalle y extensión de sus esquemas.
Comúnmente incluyen una clase denominada Generalidades, cuyo
uso es para la representación de temas generales y para la
combinación de éstos, como ejemplo las enciclopedias generales que
abordan diversos temas. También cuenta con clases de género para
la para el tratamiento de obras literarias así como crítica literaria.
En lo referente a su terminología, ésta deberá presentarse de forma
en que los clasificadores no tengan dificultades para comprenderla,
por lo que es conveniente que se incluyan las definiciones
particularmente de los términos complejos; además deberán expresar
cuál es el alcance de los encabezamientos e incluir notas para
resolver cualquier posible duda de los clasificadores.
Por otra parte, necesariamente tendrán que adaptarse a los cambios
que vayan surgiendo con el tiempo en las distintas áreas del
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conocimiento, pudiendo integrar nuevos temas y mantener
actualizada su terminología, lo que implica su constante revisión.
Notación: Consiste en un una serie de “números, letras y/o otros
símbolos usados para representar las divisiones principales y
subordinadas de un esquema de clasificación” (Chan, 2000, p. 190).
Los sistemas de clasificación pueden usar una notación pura, es decir,
la que está compuesta por un solo tipo de símbolos, o bien, una
notación mixta, la cual incluye más de un tipo de símbolos.
Índice: Con el propósito de ofrecer diversos puntos de accedo y
referencias al clasificador, un índice en todo sistema de clasificación
se encarga de enlistar alfabéticamente los términos que han sido
incluidos en los esquemas junto con su notación correspondiente.
Cabe mencionar que hay índices específicos, los cuales sólo presentan
una referencia para cada tema, y los hay relativos, en los que se
presentan enlistados todos los temas, con sus correspondientes
sinónimos y se detalla además su relación con las disciplinas en las
que podemos encontrarlos.
Además de los elementos anteriormente citados, generalmente todo
sistema de clasificación provee otros medios para que el clasificador
pueda construir números del modo más específico posible, en caso de
no haberlos localizado previamente se definen en los esquemas.
7.-Un poco de historia.
El Sistema de Clasificación Decimal Dewey, el Sistema de
Clasificación de la Library of Congress y la Clasificación Decimal
Universal.
Sistema de Clasificación Decimal Dewey. Fue creado por Melvil
Dewey, un bibliotecario estadounidense, cuyo propósito inicial fue
organizar la colección de la biblioteca del Amherst College.
Después de su primera publicación, en el año de 1876, otras
bibliotecas comenzaron a adoptarlo debido a su efectividad, ya que,
teniendo como principio la clasificación de los libros de acuerdo con
su contenido intelectual, únicamente era necesario clasificar los libros
una sola vez.
Actualmente se considera como el sistema más usado a nivel
mundial, sobre todo por bibliotecas públicas y escolares, aunque
otros tipos de bibliotecas también lo utilizan.
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Cabe señalar que posee características tanto de la clasificación
enumerativa, como de la clasificación facetada, ya que además de
enlistar temas individuales y compuestos, presenta tablas para la
construcción de números específicos.
Sistema de Clasificación de la Library of Congress. Fue
desarrollado a partir del año de 1897 por James C. Hanson y Charles
Martell, en un principio con el propósito de organizar la colección de
libros de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
Posteriormente, este sistema comenzó a ser utilizado por otras
bibliotecas, especialmente universitarias y especializadas en ese país,
y en la actualidad es uno de los que más se utilizan a nivel mundial.
En este sistema, el conocimiento humano ha sido dividido en veintiún
clases principales, cada una identificada con una letra del alfabeto, a
su vez, la mayoría de las clases han sido subdividas en subclases
identificadas con dos letras. Por ejemplo, la letra N ha sido asignada
para representar las artes, mientras que la subclase NA representa
arquitectura (Library of Congress Classification, 2009).
Es importante mencionar que se distingue también por tener una
clasificación principalmente enumerativa y jerárquica.
Clasificación Decimal Universal. Al fundarse el Instituto
Internacional de Bibliografía, posteriormente transformado en la
Federación Internacional de Documentación (FID), uno de sus
primeros objetivos fue desarrollar un catálogo universal clasificado
para registrar los materiales documentales de todo el mundo. Para
llevarse a cabo, Paul Outlet y Henri LaFontaine obtuvieron la
aprobación de Melvil Dewey para desarrollar, a partir de 1885, la
Clasificación Decimal Universal, teniendo como base el Sistema de
Clasificación Decimal Dewey (Maniez, 1993, p. 26)
En la actualidad usan este sistema principalmente bibliotecas de
Europa aunque también tiene presencia en bibliotecas de otras partes
del mundo.
8.-Características del sistema
Antecedentes
En la época en que Melvil Dewey laboraba como estudiante
asistente en la biblioteca del Amherst College, en Massachusetts,
Estados Unidos, aproximadamente en el año de 1870, las bibliotecas
recurrían al sistema de localización fija para organizar sus
colecciones, lo cual resultaba inadecuado, pues a los materiales se les
asignaban números de clasificación de acuerdo a los estantes en que
fueron colocados al azar, lo que implicaba que, ante la necesidad de
cambiarlos de lugar, debido al crecimiento de las colecciones,
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frecuentemente era necesario volver a asignar números a los
materiales.
Seguramente esta situación era frustrante para los
bibliotecarios, pues a pesar del tiempo y esfuerzo que invertían al
reclasificar las colecciones, el orden que procuraban mantener seguía
siendo inestable y no les brindaba ninguna garantía de que los
materiales estuviesen siendo aprovechados por los usuarios. Incluso,
difícilmente las bibliotecas podían cooperar entre ellas en la tarea de
clasificar los materiales que tenían por igual, pues los números que
les eran asignados sólo podían funcionar en un espacio determinado
(Chan, 2000).
9.-Filosofía de la Clasificación Decimal Dewey
Melvil Dewey, no conforme con las grandes desventajas que
implicaba la localización fija, se dio a la tarea de establecer otro modo
de organizar la colección de la biblioteca del Amherst College, para
ello, se dedicó a estudiar a diferentes autores, visitó diversas
bibliotecas y reflexionó lo suficiente para poder entrever que, un
sistema mucho más eficiente debía tener como base la clasificación
de los materiales bibliográficos conforme a su contenido intelectual,
no con respecto al sitio asignado en las estanterías.
El sitio de los materiales en las estanterías es casi inevitable
que cambie con el paso del tiempo, pero su contenido seguirá siendo
el mismo; es así que al clasificar las colecciones de acuerdo con su
tema se tiene la garantía de que los números de clasificación
asignados no tendrán que ser modificados en ningún otro momento,
ya que continuarían siendo igual de válidos aun cuando su sitio
cambie de un estante a otro o incluso de un edificio a otro (Chan,
2000). Este enfoque permite también que las bibliotecas puedan
compartir entre sí los números de clasificación para las obras que
posean por igual, evitando así la duplicación innecesaria de esfuerzos
en su tarea de organizar sus colecciones.
Otra gran ventaja para toda biblioteca es la certeza de que el
orden lógico de sus colecciones permanecerá estable con el paso del
tiempo, pues las obras con temas relacionados se mantendrán juntas,
lo cual es de gran ayuda para los usuarios en el aprovechamiento de
los materiales que tienen a su disposición.
A este modo de organizar los materiales bibliográficos se le
conoce como localización relativa y ha sido merecidamente atribuida
su invención a Melvil Dewey. Dicho método, desde sus primeras
aplicaciones hasta en la actualidad, ha sido la base de la clasificación
moderna de las bibliotecas (Mortimer, 2002, p. 8). Particularmente, a
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partir de estos conocimientos se ha desarrollado el SCDD, en el cual
otro aspecto innovador es el uso de números decimales para
representar los diferentes temas que componen el universo del
conocimiento publicado, ya que a través de ellos es posible expresar
la posición jerárquica de los temas, sin la necesidad de utilizar cifras
demasiado extensas, lo que facilita el desarrollo de números de
clasificación más sencillos de recordar y localizar en las estanterías.
10.-Desarrollo
Para atender las demandas de las bibliotecas, tras su primera
publicación en el año de 1876, el SCDD ha buscado perfeccionarse a lo
largo de diferentes ediciones. Asimismo, para mantenerse vigente se
ha adaptado a los cambios surgidos en el universo del conocimiento,
ya que con el paso del tiempo se han generando nuevos
conocimientos en las diferentes disciplinas e incluso han surgido
nuevas disciplinas. En correspondencia con ello, el sistema ha tenido
diversas modificaciones, de entre las cuales, de acuerdo con Chan
(2000) y el Dewey Decimal Classification System (2009), a
continuación se mencionan las más relevantes:
En su segunda edición, en el año de 1885, fue establecida la
estructura de los esquemas, misma que ha continuado hasta la
actualidad.
En 1900, surge la primera versión abreviada del SCDD,
principalmente para el uso en bibliotecas con colecciones
pequeñas, como las escolares y municipales. En las ediciones
posteriores, un año después de haberse publicado la versión
completa, se ha venido presentado la versión abreviada.
En la edición diecisiete, en 1965, se le dio mayor importancia a
la relación de los temas y a la clasificación por disciplinas, otro
aspecto innovador fue la inclusión de la tabla 2.
La edición dieciocho, presentada al público en 1971, brindó
cinco tablas más para la construcción de números específicos;
además fue la primera en surgir en tres volúmenes: el primero
incluía una introducción y las tablas, mientras que en el
segundo se encontraban los esquemas y en el tercero el índice
relativo.
En 1980, la edición veinte fue presentada en cuatro volúmenes.
Para su creación por primera vez se utilizó un sistema editorial
en línea y se desarrolló una base de datos que puede utilizarse
para nuevas ediciones y productos derivados.
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A partir de 1993, la edición veinte estuvo disponible en una
versión llamada Electronic Dewey, la cual consiste en la
presentación de los esquemas, tablas, índice y manual
almacenados en un CD-ROM. En dicha versión, los usuarios
pueden realizar búsquedas por palabras, frases, términos del
índice y números, además tienen a su disposición
encabezamientos utilizados por la Biblioteca del Congreso
vinculados a los números del sistema.
En 1996, fue publicada la edición veintiuno, cuya traducción al
español fue presentada en el 2000, y tiene como título Sistema
de Clasificación Decimal Dewey e índice Relativo (SCDD-21).
Ese mismo año, comenzó a estar disponible la versión del
Dewey para Windows de Microsoft, la cual permite el
movimiento de datos entre ventanas, el despliegue de varios
registros a la vez y el que los clasificadores puedan hacer
anotaciones dentro de la base datos, con respecto a sus
criterios locales. Al igual que el Electronic Dewey, esta versión
presenta encabezamientos de materia de la Biblioteca del
Congreso ligados a los números de los esquemas que les
corresponden.
En la actualidad, la edición en inglés más reciente es la número
veintidós. En ella se reflejan los cambios que han tenido
disciplinas tales como la medicina, geografía, informática,
política, entre otras, por lo que se han incluido números nuevos
y se ha actualizado su terminología.
Desde el 2003, esta edición ha estado disponible de manera
impresa en cuatro volúmenes y también en la web, por medio
de una suscripción anual. A esta última versión se le conoce
como WebDewey; en ella los usuarios pueden hacer la consulta
de todo el SCDD, con sus respectivas actualizaciones que se
llevan a cabo cada tres meses.
En el 2004, se ha publicado la versión abreviada número
catorce, la cual hasta le fecha es la más reciente. Está
disponible tanto en inglés como en español, en versión impresa
y en línea.
Cabe señalar que, antes de la aparición del WebDewey, para
mantener a los usuarios al tanto, sobre los cambios hechos al
SCDD entre una edición y otra, se vino publicando el Dewey
Decimal Classification: Additions, Notes and Decisions (DC&),
obra que incluía artículos especiales, cartas de usuarios y una
lista de cambios, tanto para la versión completa como para la
abreviada.
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Desde 1923, los cambios al SCDD se han realizado en una oficina
editorial, localizada actualmente en la División de Clasificación
Decimal de la Biblioteca del Congreso en Washington, D.C. En ella se
realizan borradores como propuesta para cada nueva edición, los
cuales se envían para su revisión y aprobación, a un comité
conformado por representantes del Online Computer Library Center
(OCLC), de la American Library Association (ALA) y de la Biblioteca del
Congreso; asimismo incluye miembros que laboran en bibliotecas y
escuelas de bibliotecología.
Con respecto a su publicación, actualmente el OCLC está a cargo de
las diferentes versiones en las que se presenta el SCDD.
11.- Uso en las bibliotecas
El SCDD, al ser diseñado para la organización de colecciones que
tratan sobre todos los temas, en cualquier tipo de biblioteca,
independientemente de su idioma, en la actualidad es el sistema de
mayor uso a nivel mundial, ya que a él recurren cerca de 200,000
bibliotecas en 135 países alrededor del mundo, y más de sesenta de
estos países también lo utilizan para desarrollar sus bibliografías
nacionales.
Debido a esta demanda, el SCDD ha sido traducido a más de treinta
idiomas, como el español, italiano, francés, griego, ruso, entre otros
(Dewey Decimal Classification System, 2009).
Nos vemos en la Unidad II…
16