ISSN – 2027 – 1824
Volumen 04 Numero 12
Abril del 2011
Revista Científica de la Fundación Iberoamericana para la Excelencia Educativa
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COLABORACIONES
¿Tienen los músicos cerebros diferentes?
Do Musicians Have a Different Brains?
Lauren Stewart.
Traducción al español por el Dr. Raúl Ibarra O.
Dra. Laurent Stewart14
Directora de la Maestria en Música
l.stewart@gold.ac.uk
Dr. Raúl Ibarra Ovando.15
willshak5280@yahoo.com.mx
Publicación original:
Medicine, Music and the Mind. Clinical Medicine, vol. 8, No. 3, June 2008. 304 – 308.
(El artículo original incluye un Abstract y 31 Referencias Bibliográficas )
Traducción al español: Dr. Raúl Ibarra Ovando
I.- Introducción:
En un museo de Salsburgo cuelga un dibujo de 2 oidos, con fecha del siglo XVI. El de la izquierda
pertenece a uno de los músicos más eminentes de la historia, y el de la derecha es de un sujeto “
ordinario ”. Las anotaciones de la exhibición no revelan si es que los escolásticos de aquella época
hicieron algo sobre del lóbulo más largo o en la mayor curvatura gradual del oído de la izquierda, pero
no es difícil ver al dibujo como un intento por esclarecer sobre la base de las prodigiosas habilidades
de Mozart. El papel del cerebro en los procesos mentales fue establecido en el siglo XIX, después de
lo cual los orígenes de los “ talentos ”, incluyendo la música, se buscaron en la corteza. Auerbach
examinó los cerebros post morten de varios músicos notables y observó peculiaridades en las áreas
temporal y parietal que se supuso fueran responsables de las habilidades musicales superiores de
esos individuos. En la ausencia de rigorosos métodos estadísticos, sin embargo, era imposible
determinar si es que esas variaciones fueran otras que diferencias individuales en la configuración
cerebral. El desarrollo de técnicas modernas tales como la resonancia magnética ha hecho posible
obtener imágenes tridimensionales de alta resolución del cerebro viviente. Enfoques estadísticos
ahora permiten la cuantificación precisa de los diferentes aspectos de la estructura cerebral, haciendo
posible determinar si es que grupos de individuos con habilidades especiales presentan
especializaciones anatómicas.
Estos avances técnicos se han acompañado de una revolución en la comprensión de la capacidad del
cerebro para cambiar como respuesta a la experiencia. Hace solo unas cuantas décadas, el cerebro
14
Licenciada en Psicología, Magister en Ciencias, Doctora en Filosofía. Actualmente se desempeña como Directora de la
Maestría en Música, Mente y Cerebro de la Universidad de Londres, Reino Unido. La Doctora investiga la arquitectura cognitiva
de la música, y su relación con otros ámbitos, como el lenguaje y la cognición espacial. Ella también está interesado en la
adquisición de la alfabetización musical desde la perspectiva de los músicos como un modelo de neuroplasticidad.
15
Medico General y Homeópata por la Universidad Nacional Autónoma de México. El Doctor Ibarra realiza investigación
medica sobre el deporte del tenis, así como la influencia de la música en el desarrollo cognitivo.
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maduro se consideraba amarrado fuertemente con alambres e inmutable, pero estudios animales y
humanos han ahora demostrado capacidad considerable para re-organizarse después de una
desconexión o un derrame; enriquecimiento o aprendizaje ambiental. La reconceptualización del
cerebro como un sistema maleable nos obliga a considerar la dirección de causalidad en casos en que
los hechos anatómicos están ligados a la posesión de dotes musicales, artísticos o intelectuales.
Mientras que estos hechos pudieron haber sido considerados determinados como innatos, la evidencia
de la plasticidad del cerebro nos invita ahora a un enfoque alternativo. El siguiente artículo resume las
especializaciones estructurales y funcionales que los músicos presentan, and muestra evidencia para
sugerir que son el resultado, más que la causa, de la adquisición de habilidades.
II.- Mapas Motores y Somatosensoriales Alterados en los Músicos:
Un tecladista profesional puede producir hasta 1,8000 notas por minuto, con una precisión en el
espacio y tiempo que es inigualable en ninguna otra esfera del comportamiento humano. Esta
experiencia en el control fino de los dedos tiene una correlación en el cerebro. Un estudio
morfométrico demostró que la longuitud intraesculcal ( intrasculcal ) del gyrus precentral, un
marcador cortical del área motora de la mano, es más larga en tecladistas en comparación con
controles no - músicos. Aunque es posible suponer que los individuos nacidos con mayor tamaño en
esa área tendrán mayor aptitud para tocar un teclado en comparación con aquellos en quienes el
tamaño de dicha área es menor; la asociación entre dicha área y la edad en la cual se inició el
entrenamiento sugiere que las diferencias anatómicas en la corteza motora son el resultado, no la
causa del aprendizaje. Al explotar las diferencias en las demandas motoras requeridas para diferentes
instrumentos, es posible explorar posteriormente las relaciones entre la anatomía y la experiencia. En
intérpretes de cuerdas, por ejemplo, existe una asimetría entre las dos manos en los requerimientos
para el control fino de los dedos, en la cual la mano izquierda ( corteza motora derecha ) realiza los
movimientos rápidos de los dedos y la mano derecha ( corteza motora izquierda ) realizando el
movimiento del arco. En los pianistas, existe una división más pareja del trabajo, con el control fino
de los dedos requerido por ambas manos.
Un estudio reciente comparó la anatomía de la corteza motora entre los tecladistas, intérpretes de
cuerdas y no - músicos. El signo omega invertido o “ pulgar de la mano ” del gyrus precentral es un
hecho anatómico grueso que se asocia con la representación de los movimientos de los dedos. Su
prominencia puede variar desde estar escasamente presente, a claramente visible, a veces al grado
que puede encontrarse una doble omega. Puesto que un aumento en el volumen cortical resulta en
mayores pliegues en el gyrus, la extensión de la prominencia puede utilizarse como un índice
indirecto del volumen de esta área motora de la mano. Basado en los resultados de promedios que
evaluaron las imágenes estructurales de resonancias magnéticas de tecladistas, intérpretes de
cuerdas y no – músicos, se encontró que los músicos tienen una configuración más prominente en el
signo de la omega que los no - músicos. En tanto que los ejecutantes de cuerdas mostraron mayor
prominencia del signo de la omega en el hemisferio derecho, consistente con el control fino de los
dedos que se requiere en la mano izquierda, los tecladistas mostraron mayor prominencia en el
hemisferio izquierdo.
Mientras que pudiera esperarse una prominencia bilateral en el grupo de tecladistas, los autores
señalan que la mano derecha frecuentemente está más involucrada en los movimientos rápidos de los
dedos, que la izquierda, la cual frecuentemente tiene un papel de acompañante.
Las diferencias específicas en la anatomía del instrumento parecerían proporcionar mayor soporte al
punto de vista de las especializaciones anatómicas en los músicos dependen del uso. El punto de vista
alterno, de que las diferencias innatas específicas en la anatomía cortical determinan la elección del
instrumento, parece poco probable en base a los hallazgos que enfatizan el papel significativo de los
factores ambientales en esta decisión.
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Figura 1. Representación esquemática de las
regiones de especialización en el cerebro de los
músicos. CC = Corpus callosum, HG = Gyrus de
Heschl ( sitio de la corteza auditiva primaria ), IF
= corteza frontal inferior,
IT = Corteza
temporal inferior, M(h) = Area de la mano en la
corteza frontal, PT = Planum temporale, S(h) =
Area de la mano en la corteza somatosensorial, SP
= Corteza parietal superior .
Las representaciones expandidas que
se observan en el sistema motor de
los músicos son paralelas con los
cambios
en
el
sistema
somatosensorial. Se ha demostrado
que la estimulación de los dedos de la
mano izquierda ( digitación ) de los
intérpretes de cuerdas produce un
aumento
somatosensorial
en
la
respuesta
evocada
que
se
correlaciona con la edad a la cual se
inicia el entrenamiento. La respuesta evocada de la mano derecha ( no – digitación ) no fue diferente
entre interpretes de cuerdas y no – músicos, sugiriendo que la representación cortical expandida
resulta del aumento en el impulso aferente recibido por la mano encargada de la digitación. La
evidencia correspondiente al significado funcional semejante de las respuestas somatosensoriales
aumentadas proviene de un estudio en el cual se encontró que los pianistas tienen una mayor
sensibilidad táctil en ambas manos en comparación con controles no- músicos, correlacionándose con
la duración de la práctica diaria. La especificidad del efector y la relación entre el tamaño del efecto y
la historia de los aspectos del entrenamiento en esos 2 estudios soportan un punto de vista
dependiente del uso de esas especializaciones. Ambos paradigmas llevarían a estudios
longuitudinales, mediante los cuales pueden medirse las respuestas evocadas y la sensibilidad táctil
durante el curso del aprendizaje. Las diferencias conductuales y neurofisiológicas emergentes serían
evidencia irrefutable para el papel causal del aprendizaje y tal enfoque también esclarecería en el
tiempo que tardan estos cambios.
III.- Mayor Procesamiento Interhemisférico en los Músicos:
El control fino de los dedos es de crítica importancia para el desempeño de la habilidad musical, pero
de igual significado es la habilidad para coordinar el procesamiento sensoriomotor a través de los
efectores – no solo las manos, pero a veces los músculos de los pies, labios y respiratorios. La
coordinación entre las manos es el caso más simple de coordinación sensoriomotora, requiriendo
transmisión neural extensa entre ambos hemisferios cerebrales. La evidencia La evidencia a partir de
estudios morfométricos sugiere que las conexiones interhemisféricas están aumentadas en los
músicos. Se encontró que los músicos profesionales que comenzaron su entrenamiento antes de los 7
años de edad tenían una porción anterior del cuerpo calloso más larga en comparación con los
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controles no – músicos. En tanto sugestivos de un aumento en la comunicación interhemisférica, las
diferencias estructurales por si solas no dicen nada acerca del papel funcional de estas diferencias
anatómicas. Un estudio de estimulación magnética transcranial investigó la comunicación
interhemisferica en músicos y en no - músicos, el cual implica el envio de un pulso magnético al
cerebro a través de una espiral coloca sobre del cuero cabelludo. El campo eléctrico inducido
despolariza las neuronas subyacentes a la espiral, en la superficie de la corteza. Al aplicarse sobre el
área de la mano en la corteza motora primaria, permite la contracción muscular en la mano
contralateral que puede medirse mediante electrodos superficiales aplicados al primer músculo dorsal
interóseo.
Cuando se da un pulso “ condicionante ” sobre el área motora ipsilateral antes de dar el pulso “ de
prueba ”, la contracción muscular es de menor amplitud, debido a la activación de los circuitos
inhibidores entre las áreas motoras de la mano de cada hemisferio. Se sabe que esta inhibición
interhemisférica tiene un importante papel en el control motor, por ejemplo, al prevenir movimientos
en espejo y permitir a los efectores que operen independientemente uno del otro. Sin embargo, los
músicos mostraron menor inhibición interhemisférica, puesto que el pulso condicionante fue menos
efectivo para reducir la amplitud de la contracción muscular como respuesta al pulso de prueba, en
comparación con los controles de los no - músicos.
A primera vista esto pudiera parecer contra – intuitivo puesto que la habilidad para controlar
independientemente ambas manos, es un hecho definitivo de la habilidad pianística. Sin embargo, el
papel de la inhibición interhemisférica puede depender del nivel de experiencia. El pianista
principiante pudiera experimentar movimientos involuntarios en espejo cuando ambas manos tocan
juntas, pero una vez que se logra la independencia de movimiento, hay una necesidad obvia para la
coordinación en la ejecución de estos programas motores por separado. Los ejecutantes expertos
pudieran ser capaces de acomodar y beneficiarse de los efectos de la inhibición interhemisférica
reducida entre sus áreas motoras de las manos porque ya han logrado el control automático e
independiente de ellas.
IV.- Diferencias en el Procesamiento Auditivo en los Músicos:
El procesamiento sensoriomotor en los músicos favorece un objetivo por encimar de la meta : el de
producir sonido. Los músicos están intensamente adaptados a los sonidos que producen, utilizando un
sistema de información – hacia delante ( feed – forward ) con objeto de filtrar y modular los sonidos
producidos hasta que lo que oyen corresponde con un modelo interno del sonido deseado. Los
músicos han demostrado tener más substancia gris que los no – músicos en el gyrus medial anterior
de Heschl ( HG ), correspondiente a la corteza auditiva primaria. Un subgrupo de músicos que
poseen el tono absoluto, o sea, la habilidad para identificar tonos por su nombre, en ausencia de un
tono de referencia tienen diferencias posteriores en el planum temporale, que es un área de
asociación auditiva. Dos estudios sugieren que los que poseen dicho tono absoluto muestran una
mayor asimetría hacia la izquiera de la normal en esa región, producida por una reducción en el
volumen cortical en el hemisferio derecho, en contraposición a un mayor volumen en el izquierdo. A
nivel funcional, se ha encontrado diferencias específicas de los
músicos en los componentes
tempranos y tardíos de la respuesta auditoria evocada, siguiendo la presentación de tonos puros y
complejos respectivamente. El último componente es influenciado por la relevancia conductual de las
propiedades espectrales de los tonos. Cuando los violinistas escuchan tonos de violín, muestran una
respuesta aumentada relativa a cuando escuchan tonos de trompetas, mientras que sucede lo
contrario con los trompetistas. Por un lado, este efecto pudiera haber surgido por haber tenido mayor
experiencia con los rasgos espectrales de su propio instrumento. También es posible, sin embargo,
que el aumento en la capacidad surge de un esfuerzo para producir o modular las características del
timbre de su instrumento.
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El acoplamiento obligatorio entre el sonido y la acción en el desempeño musical es bien conocido
entre los músicos. Los cantantes que necesitan descansar sus voces antes de una audición reciben
instrucciones de no escuchar música, con objeto de evitar el estiramiento de su voz a través de la sub
– vocalización automática (Collyer, comunicación personal, 2007 ). Dos estudios de resonancia
magnética funcional compararon la activación cuando los músicos escucharon una pieza de música sin
tocarla, en comparación a cuando ejecutaron una pieza musical sin retro – alimentación auditiva.
Ambos estudios mostraron áreas de sobreposición entre las 2 condiciones, incluyendo la corteza
premotora, el área motora suplementaria y el planum temporale. Un estudio de
magnetoencefalografía mostró que unicamente escuchar música que estaba dentro del repertorio del
escuchante produjo una respuesta de la corteza motora primaria. Aún más, se observó una
disociación en la respuesta evocada entre aquellas notas que habían sido tocadas por el pulgar y el
dedo meñique. Igualmente, cuando los pianistas escucharon una pieza de piano que habían
practicado, presentaron una mayor excitabilidad de la corteza motora, que cuando escucharon una
pieza de flauta la cual no habían practicado. La demostración de que la percepción y la acción pueden
estar cercanamente acopladas a través de la ejecución musical abre las posibilidades de utilizar la
música para influir en la acción, por ejemplo, al promover la recuperación del funcionamiento motor
después de una embolia.
V.- Procesamiento Visual - Espacial en los Músicos:
Los músicos pueden confiar seguramente en un sonido para iniciar una acción, pero a la mayoría de
ellos también se les pide que traduzcan rapida y contínuamente entre los símbolos visuo – espaciales
y sus acciones correspondientes, con una precisión y fluidez que les permita estar a tiempo con su
ritmo pre determinado, o con la batuta del director. Los aspectos de la secuencia en la lectura musical
parece tener una correlación en la corteza frontal inferior izquierda . Dos grupos reportaron un
aumento en la substancia gris de esta área, y uno de ellos mostró adicionalmente que los músicos,
pero no los no – músicos, activaron esta área al ejecutar una tarea de secuencia no – musical. Las
diferencias específicas de los músicos también se han encontrado en las circunvoluciones de la
corteza parietal superior y temporal inferior, que se piensa que reflejan las adaptaciones a diferentes
aspectos del proceso de lectura musical. La notación musical consiste de información espacial y de
hechos, que expresan el “ que ” y el “ cuando ” de la respuesta musical. Un estudio longitudinal de
resonancia magnética, en el cual a adultos que se iniciaban en la música se les enseñó a leer música
y tocar el piano durante 3 meses, mostraron cambios funcionales diferentes, asociados con el
aprendizaje de cada uno de estos aspectos de la notación musical. Cuando se les solicitó a los
participantes que le leyeran la partitura para encontrar únicamente el tono ( pitch ) solo, se
encontraron cambios relacionados con el aprendizaje en la corteza temporal. Aunque la experiencia
de leer música es algo integrado, estos hallazgos demuestran que los diferentes aspectos de la
notación musical son, por lo menos inicialmente, se relacionan con diferentes regiones del cerebro,
antes de que estos productos se combinen para producir una respuesta que se unifica en tiempo y
espacio.
VI.- Los Músicos Como Modelos :
Los músicos entrenados proporcionan una oportunidad de estudiar la plasticidad estructural y
funcional asociada con la adquisición de un número de sub – habilidades sensoriales, motoras y
cognitivas, pero también brindan la oportunidad de hacer preguntas más genéricas en relación con el
aprendizaje y la plasticidad. Una de ellas se relaciona con el papel de los periodos sensibles en el
aprendizaje. ¿ Tiene el aprendizaje temprano un impacto más profundo en el desarrollo de habilidades
en comparación con el aprendizaje tardio ?. Varios estudios han demostrado que correlaciones entre
las diferencias cerebrales y la edad a la que se inicia el entrenamiento, pero en la mayoría de los
casos, los individuos que inician su entrenamiento tempranamente también han estado tocando por
más tiempo, haciendo imposible diferenciar el papel de la duración del entrenamiento de la etapa a la
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cual este se inició. Sin embargo, un estudio reciente, comparo a músicos entrenados tempranamente
( antes de los 7 años de edad ) con aquellos entrenados tardiamente ( después de los 7 años de edad
) en la ejecución de una nueva secuencia rítmica compleja. Los primeros mostraron un aumento en el
rendimiento, en comparación con los segundos, aunque la duración del entrenamiento fue la misma
para ambos grupos. Una interpretación de esto es que el entrenamiento temprano puede coincidir
más cercanamente con cambios estructurales relevantes en el cerebro, en comparación con el
entrenamiento tardío. Este punto de vista se apoya en un estudio que utilizó imágenes de difusión con
tensor ( difusión tensor Imaging ), una forma de resonancia magnética estructural que se optimiza
para evaluar la integridad de las vias de la substancia blanca.
Este estudio utilizó datos biográficos
de un grupo de pianistas en relación al tiempo estimado de práctica durante la infancia, adolescencia
y edad adulta. Cuando estos datos se correlacionaron contra la organización de la substancia blanca,
diferentes áreas del cerebro se asociaron con la práctica durante los diferentes periodos de
entrenamiento. La práctica en la infancia se asoció con la integridad estructural en la cápsula interna
y el cuerpo calloso, en tanto que la práctica durante la adolescencia se asoció con la organización
estructural del cuerpo calloso y el splenium. El hecho de que el entrenamiento interactua con el
tiempo de maduración de los trayectos de las fibras individuales, soporta la idea de los periodos
sensibles, a través del cual la adquisición de ciertas habilidades se facilita durante ciertos periodos del
desarrollo. Un punto de vista es que el aprendizaje durante los periodos sensibles no solo afecta el
desarrollo de esa habilidad en particular en ese tiempo en particular, pero también puede determinar
como responde el cerebro a las futuras experiencias del aprendizaje. Esta asi llamada “ meta –
plasticidad ” ( “ aprendiendo a aprender ” ) ha sido encontrada en 2 estudios recientes con músicos
entrenados tempranamente. Los músicos mostraron mayor desarrollo en la precisión tactil, después
de la estimulación en la punta de los dedos y cambios exagerados en la excitabilidad de la corteza
motriz, después de estimulación magnética transcranial. La experiencia intensiva durante un periodo
de desarrollo neuronal exuberante no solo afina los circuitos cerebrales para los requerimientos de
procesamiento inmediato, pero parece abarcar a los circuitos cerebrales con la capacidad de
adaptarse cuando se les presentan nuevas experiencias, bastante tiempo después de que el periodo
de sensibilización ha terminado.
VII.- Conclusiones:
En los 400 años desde que se hizo el dibujo del oido de Mozar, ha habido un cambio gigantesco en la
forma en la que pensamos acerca de los orígenes de las habilidades especiales. El punto que surge
colocan al entrenamiento y a la práctica en el centro del escenario, al grado de que los músicos son
ahora campeones como modelos por excelencia para entender la reorganización - dependiente del
uso – en el cerebro humano. Es claro que nos hemos colocado mas allá de la pregunta, ¿ son
diferentes los cerebros de los músicos ?, para preguntarnos actualmente como es que esas
diferencias pueden esclarecer las relaciones entre la experiencia y el funcionamiento cerebral. Un
objetivo a futuro sería el desarrollar marcos teóricos dentro de los cuales los músicos puedan ser
considerados al lado de otros grupos de individuos ocupacionalmente especializados o privados de
algunos sentidos. Al comparar y contrastar los efectos de los diferentes parámetros de la experiencia
en el funcionamiento cerebral, será posible trascender las obligaciones situacionales de cualquier
grupo y aclarar los principios generales del aprendizaje y plasticidad que pudieran encontrar
aplicación en las preguntas de relevancia educativa y clínica.
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