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Del Odioamoramiento al Odio desanudado

Artículo psicoanalítico sobre las características de la agresividad en la época actual.

Del Odioamoramiento al Odio desanudado* Maggie Jáuregui O.** Durante los años de la Gran Guerra, Freud organiza y sintetiza sus conceptos de metapsicología (1914 - 1918). Con la introducción del concepto de narcisismo (1914), las pulsiones sexuales dirigen su libido hacia el yo o hacia los objetos, manteniendo aún la oposición de estas pulsiones con las de autoconservación. En Pulsiones y Destinos de Pulsión (1915) describe que, “luego que la etapa puramente narcisista es relevada por la etapa del objeto, placer y displacer significan relaciones del yo con el objeto” (Freud, 1992b pág. 132). Relacionará el amor del yo a los objetos en tanto son placenteros y el odio cuando estos son fuente de displacer para el yo, “este odio – dice Freud – puede después acrecentarse convirtiéndose en la inclinación a agredir al objeto, con el propósito de aniquilarlo” (Freud 1992b:132). Planteando la polaridad entre amor y odio, advierte que ambos “no han surgido de la escisión de algo común originario, sino que tienen orígenes diversos” y expresando sobre el complicado origen del odio, lo relaciona con “la lucha del yo por conservarse y afirmarse” (Freud 1992b pág.132). En 1920 Freud advierte que “más allá del principio del placer” se encuentra esta tendencia de “todo lo vivo a volver atrás, hasta el reposo del mundo inorgánico” (Freud 1975a:60). A partir de ello, planteará que hay una predisposición al odio, ubicándolo del lado de la pulsión de muerte, y el amor del lado de la pulsión de vida. Existe una compulsión a la repetición que la entrama con lo pulsional, para dar cuenta de “un carácter universal de las pulsiones” (Freud 1975a:60). Esto se relaciona con lo planteado en Pulsiones y Destinos de Pulsión al sostener que el odio es más antiguo que el amor, surge ante la repulsa del mundo exterior que produce displacer. Este rechazo original de lo displacentero, llega a ser lo que genera el exterior, con unos límites siempre vacilantes con lo interior del yo. Así mismo plantea Freud que amor y odio no se oponen uno a otro, sino más bien se manifiestan indisociables en su principio, como polaridades de origen distinto, se oponen a la indiferencia. No plantea que el amor se transforme en odio o viceversa sino que ambas tendencias persisten de manera ambivalente. Para esta reversibilidad entre amor y odio, Lacan creó el neologismo “odioamoramiento”, dice en el seminario 20 que “no conocer para nada el odio, es también desconocer el amor” de modo que “no se conoce amor sin odio”. Así mismo, hay un juego de palabras homofónicas en francés entre los verbos “hait” que significa odio y “est” que significa es, identificando el ser con odiar, si no se odia no se es, agregando además que “el verdadero amor desemboca en el odio” (Lacan 1992b págs. 112- 113). Mucho antes, en el Seminario 1 Lacan ya decía que el odio es una de las pasiones del ser, junto con el amor y la ignorancia. Estas tres pasiones están registradas en el psiquismo, cada una en el anudamiento borroméico, en la unión entre lo simbólico y lo imaginario sitúa el amor; entre lo imaginario y lo real, el odio; y en la unión entre lo real y lo simbólico, la ignorancia. Del amor dirá que no es lo mismo el amor como don activo que la pasión del amor. En el primero, que se constituye en el plano simbólico, “amar es amar a un ser más allá de lo que parece ser” (Lacan 1992a pág. 402). El amor como don activo apunta al ser del sujeto en su singularidad, más allá del semblante, es por ello que se puede aceptar al otro en sus debilidades, sus errores, sus fallas, da cuenta de un más allá de la relación especular. En cambio, el amor de quien desea ser amado, implica la vivencia imaginaria con el otro, “es esencialmente una tentativa de capturar al otro en sí mismo, como objeto” (Lacan 1992a pág. 401). En este plano es que se efectiviza el odioamoramiento, en el plano especulativo de la relación con el otro, en una tensión agresiva que puede derivar a lo más paranoico del yo, “hay amor padecido pero no don activo de amor” (Lacan 1992a pág. 403). Hacia el límite con el registro de lo real, la irrupción en un instante de algo indeterminado, imprevisible arremete contra el semblante, provocando un tope al amor. A partir de allí, de ese límite real, el odio - dice Lacan - se obstinará en todo lo contrario al bienestar del otro. El odio, pasión, pathos entra en escena ubicado entre lo imaginario y lo real. Mientras el amor aspira al desarrollo del ser del otro, el odio aspira a lo contrario, a su envilecimiento, su pérdida, su destrucción, su negación total.  En el trabajo de Freud “Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad” (1922) da cuenta de este proceso de amor y odio en la paranoia persecutoria “en la cual las personas a quienes primero se amó devienen los odiados perseguidores”, del mismo modo sucede en los celos exagerados, “donde los odiados rivales se trasmudan en objetos de amor” (Freud 1975c:225). Épocas en que Freud, en “Psicología de las masas y Análisis del yo” (1921), sostiene que casi toda relación afectiva prolongada, tales como la relación de pareja, amistad o entre padres e hijos, existen sentimientos de hostilidad, muy comúnmente reprimidos, dando cuenta del “sentimiento de ambivalencia”, el odioamoramiento en Lacan. Cuando en 1953, Lacan habla de “la floculación difusa del odio” como característica de la civilización, se refiere a que “el odio en nuestro discurso cotidiano se reviste de muchos pretextos, encuentra racionalizaciones extremadamente fáciles” (Lacan 1992a pág.403) dando cuenta del sentido simbólico con el que se puede revestir el odio en la cultura, sosteniendo que en las guerras “algunos sujetos privilegiados lo realizan plenamente” (Lacan 1992a pág.404). Ahora, en esta época en que el “orden simbólico ya no es el que era”, donde prevalece el “quiebre de la moral civilizadora” de la época de Freud, la caída de la función reguladora, cuyos efectos eran la pérdida de goce y la represión, ¿qué deriva para el odio si el nombre del padre no anuda los tres registros? Miller, nos recuerda que, desde el estructuralismo, Lacan nos presentó una dependencia de un registro sobre otro, de tal modo que “de lo imaginario se extrae lo que será simbolizado” siendo este último entendido como orden y ley. Del mismo modo, “lo real estaba penetrado por lo simbólico, así era como todo se mantenía unido” (Miller 2013 pag.59). Sin embargo, en el seminario 20 cada uno de los registros es UNO en sí mismo, introduciendo la disyunción de los tres registros, cada uno es independiente de otro. En el seminario 23 vuelve a insistir que las instancias Imaginario, Simbólico y Real debemos considerarlas como realmente separadas, y que “encontrar un sentido implica saber cuál es el nudo y unirlo bien gracias a un artificio” (Lacan 2006 pag.71). Por tanto, la deriva de registros sueltos precisa de un anudamiento que surja de la invención sinthomática, artificio sin el cual, se tiende a una floculación, ya no difusa del odio, sino explosiva, exhibida sin los disfraces de la represión, característica cada vez más frecuente en los lazos actuales: el odio pleno, sólido. Referencias bibliográficas: Freud, S. 1975a Más allá del principio del placer. O.C. Vol. XVIII Ed. Amorrortu. Bs. As. Freud, S. 1975b Psicología de las masas y análisis del yo. O.C. Vol. XVIII. Ed. Amorrortu. Bs. As. Freud, S. 1975c Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad. O.C. Vol. XVIII. Ed. Amorrortu. Bs. As. Freud, S. 1992a Introducción al Narcisismo OC. Vol. XIV Ed. Amorrortu. Bs. As. Freud, S. 1992b Pulsiones y Destino de Pulsión. OC. Vol. XIV Ed. Amorrortu. Bs. As. Freud, S. 1992c Malestar en la Cultura. OC. Vol. XXI Ed. Amorrortu. Bs. As. Lacan, J.  1992a Seminario 1 Los escritos Técnicos de Freud. Ed. Paidós. Bs. As. Lacan, J.  1992b Seminario 20 Los escritos Técnicos de Freud. Ed. Paidós. Bs. As. Lacan, J.  2006 Seminario 23 El Sinthome Ed. Paidós. Bs. As. Miller,J.A. 2013 Piezas Sueltas Ed. Paidós. Bs. As. * Trabajo realizado en el Cartel “¿Qué relación cabe entre Violencia y Pasión?”. Cartelizantes: Alejandra Hornos, Fabiana Chirino, Maggie Jáuregui, Samantha Rojas y Teresita Díaz. Más Uno: Liliana Bosia. Este cartel se inscribe en el trabajo clínico del Cartel: “Lo real de la Pasión, entre trauma y pulsión”. Más Uno: Mónica Pelliza. Hacia las IX Jornadas de la NEL: Violencias y Pasiones. Octubre 2016 Guayaquil, Ecuador. **Miembro de la Asociación Psicoanalítica de Estudios Lacanianos de Santa Cruz, Bolivia (APEL- SC). Grupo Asociado a la NEL. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Agosto de 2016