Análisis lingüístico de las
onomatopeyas vascas1
(Linguistic analysis of Basque onomatopoeia)
Ibarretxe Antuñano, Iraide
Univ. de Zaragoza. Dpto. de Lingüística General e Hispánica. Fac.
de Filosofía y Letras. Pedro Cerbuna, 12. 50009 Zaragoza
iraide@unizar.es
Recep.: 2010.02.02
BIBLID [ISSN: 1137-4454, eISSN: 2255-1050 (2012), 27; 129-177] Acep.: 2012.12.28
Este trabajo presenta un estudio lingüístico de las onomatopeyas del euskara. Tras una breve
introducción sobre el lugar que ocupan estos elementos en la lingüística general y en la lingüística
vasca, el artículo se centra en la descripción detallada de las características fonético-fonológicas,
morfo-sintácticas y semántico-pragmáticas de las onomatopeyas. Finalmente, se reflexionará brevemente sobre las posibles aplicaciones del estudio a áreas de la enseñanza y la traducción, y sobre
las implicaciones tipológicas.
Palabras Clave: Onomatopeya. Tipología. Euskara.
Lan honetan, euskararen onomatopeiei buruzko hizkuntza-ikerketa bat aurkezten da. Elementu
horiek hizkuntzalaritza orokorrean eta euskal hizkuntzalaritzan betetzen duten eginkizunaren inguruko sarrera egin ostean, artikuluak onomatopeien ezaugarri fonetiko-fonologiko, morfosintaktiko eta
semantiko-pragmatikoen azalpen zehatza egiten du. Azkenik, gogoeta laburra egiten da ikerlanak
irakaskuntzan eta itzulpengintzan izan lezakeen aplikazioari buruz eta inplikazio tipologikoei buruz.
Giltza-Hitzak: Onomatopeia. Tipologia. Euskara.
Ce travail présente une étude linguistique des onomatopées de l’euskara. Après une brève
introduction sur la place qu’occupent ces éléments dans la linguistique générale et dans la linguistique basque, l’article se concentre sur la description détaillée des caractéristiques phonético-phonologiques, morphogènes-syntactiques et sémantico-pragmatiques des onomatopées. On réfléchira
finalement sur les implications typologiques.
Mots-Clés : Onomatopée. Typologie. Euskara.
1. Este trabajo ha contado con una ayuda a la investigación del año 2008 de Eusko Ikaskuntza.
La revisión de este trabajo se ha llevado a cabo dentro del proyecto MovEs (FF12010-14903)
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1. INTRODUCCIÓN: ONOMATOPEYAS EN LA LINGÜÍSTICA GENERAL Y VASCA
Si buscamos la palabra onomatopeya en un diccionario general nos
encontraremos con una deinición muy parecida a las siguientes:
•
“Imitación o recreación del sonido de algo en el vocablo que se
forma para signiicarlo” (DRAE)
•
“Vocablo que imita o recrea el sonido de la cosa o la acción nombrada” (Enciclopedia Auñamendi)
Fijándonos en este tipo de deiniciones, los primeros ejemplos que se
nos ocurren serían los ruidos que hacen los animales, como el guau guau
del perro o el croac de la rana, los sonidos de algunos objetos como el ring
del teléfono o el ding dong del timbre de la puerta, o las expresiones tan
comunes en los cómics como el pam de un golpe, el bum de una explosión
o el buaa de un llanto. Ciertamente, este tipo de palabras son onomatopeyas porque ‘imitan’ los sonidos de estos elementos, es decir, los sonidos
que utilizamos para representarlos los escogemos de una manera motivada,
ya que nos parece que son los que mejor representan a estos ruidos, y tal y
como decía Saussure (1916), varían de lengua en lengua, ya que los inventarios fonológicos son diferentes en cada idioma, y los hablantes tendemos a
imitar estos sonidos utilizando los sonidos que conocemos.
Prueba de ello son las diferentes colecciones de onomatopeyas para los
sonidos de los animales, tanto para designarlos como para representar el
sonido que hacen, que se pueden obtener hoy en día de diferentes fuentes,
desde estudios lingüísticos (véase Hays 1994 sobre los sonidos de la
rana en Nueva Guinea), pasando por diccionarios como el DRAE, hasta en
páginas web de Internet (véase p. ej. http://www.eleceng.adelaide.edu.au/
Personal/dabbott/animal.html). Estas colecciones describen los sonidos
de los diversos animales en diferentes lenguas, y suele ser curioso darse
cuenta de que el mismo animal ‘habla’ de diferente forma en cada una de
estas lenguas. El caso quizás más conocido o el que se suele siempre citar
para ejempliicar esta disparidad es el del canto del gallo, que según la
lengua puede hacer kikirikí, kokoriko o incluso el complicado cock-a-doodledoo. En (1) se recogen algunos de los cantos del gallo en diversas lenguas:
(1)
Cantos del gallo en diversas lenguas
Akan kokrokoo, alemán kikeriki, afrikáans koekelekoe, chino gou gou,
cantonés gok4-gok1-gok3-gok6, coreano kko kko dek, dagaare konkoliirikoo, danés kykyllky, español quiquiriquí / kikirikí, estonio kikerikii, euskara
kukurruku, inlandés kukkoklekuu, francés cocorico, griego kikeriki, hebreo
coo-koo-ri-co, hindi kukuaruku, holandés kukeleku, húngaro kukuriku, inglés
cock-a-doodle-doo, italiano chicchirichì, japonés ko-ke-kok-ko-o, lingala kokolikó, marati kukručku, portugués cucurucu, rumano cucurigo, ruso kukareku, sueco kuckeliku, tailandés ake-e-ake-ake, turco kuk-kurri-kuuu, urdu
kukiooku…
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Si tenemos en cuenta esta deinición y estos ejemplos, sería bastante
sensato estar de acuerdo con autores como Saussure ([1916] 1989: 10607) que decía sobre estas palabras:
[…] no son nunca elementos orgánicos de un sistema lingüístico […] no
solamente son poco numerosas, sino que su elección es ya en cierta medida
arbitraria, porque no son más que la imitación aproximativa y ya semiconvencional de ciertos ruidos. […] Son de importancia secundaria, y su origen
simbólico es en parte controvertible.
O con lingüistas más actuales como Newmeyer que las sigue describiendo con un fenómeno anecdótico: “the number of pictorial, imitative, or
onomatopoeic nonderived words in any language is vanishingly small” (1993:
758). En otras palabras, según estos autores las onomatopeyas son casos
marginales de las lenguas y apenas se utilizan diariamente salvo en contextos muy marcados. El problema con este tipo de opiniones, además de
la posible inluencia que puedan ejercer en los estudios lingüísticos, es que
solamente se ijan en lenguas como el inglés, el francés o el español, que
‘teóricamente’ no tienen muchas onomatopeyas en sus inventarios léxicos,
pero no tienen en cuenta otras lenguas, menos conocidas, menos estudiadas
o quizás con menos repercusión en los estudios tradicionales de lingüística.
Si tuvieran en cuenta lenguas asiáticas como el japonés, lenguas
africanas como el suto o lenguas americanas como el quechua de Pastaza
tendrían que reformular estas opiniones porque este tipo de palabras no
solamente las utilizan en el habla infantil o para imitar a los animales,
sino para representar conceptos tan comunes a la vez que importantes
como maza-maza ‘darse cuenta claramente’, pun-pun ‘oler fuerte’ en
japonés (Kakehi, Tamori y Schourup 1996), shokotjho ‘denegar’, Jekethe
‘tener sabor salado’ en suto (Kunene 1978) o dzing ‘intuir o ser consciente
repentinamente’, polo ‘atravesar’ en el quechua de Pastaza (Nuckolls
1996). Lo que es más, si se ijaran aún más en algunas de las palabras de
estas lenguas más conocidas se darían cuenta de que en la práctica, las
onomatopeyas o palabras derivadas de las onomatopeyas están presentes
de manera constante en inglés, francés o español. Solamente hay que tomar
como ejemplo casos como susurrar, sisear, bambolear o borbotar. Quizás
como dicen Hinton, Ohala y Nichols (1994), la cuestión no es si existen o no
onomatopeyas, sino el hecho de que algunas lenguas tienen mayor o menor
número de estos elementos en sus lexicones.
Si bien es cierto que opiniones como la de Saussure han podido inluenciar y marcar el devenir del estudio de estos elementos, hay que tener en
cuenta también otros factores fundamentales que intervienen decisivamente
en la marginalidad de las onomatopeyas. Podemos mencionar, por ejemplo,
las peculiares características lingüísticas (veáse sección 2), la diversidad de
‘etiquetas’ con las que se les ha denominado2 (Childs 1994, Dingemanse
2. Algunas de las más conocidas son, además de onomatopeya, expresiones miméticas
…
(japonés), ideófonos (lenguas africanas) o simbolismo fónico (Hinton et al. 1994).
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2012, Jendraschek 2002, Samarin 1970, 1971, Tedlock 1999), la diicultad
para su traducción (Difloth 1972, Mphande 1992, Mphande y Rice 1994,
Noss 1989), la preferencia de uso en los registros orales que muchas veces
no forman parte o están poco representados en los corpus lingüísticos
(Voeltz and Kilian-Hatz 2001: 2), y un uso con una marcada carga sociolingüística (Childs 1996, 1997, 1998, 2001), entre otros.
1.1. El estudio de las onomatopeyas en euskara: antecedentes
Como hemos visto en la sección anterior, el estudio de las onomatopeyas
en general se enfrenta a varios problemas no solamente por parte de los
propios lingüistas, sino también debidos a su naturaleza esquiva. En el
caso especíico del euskara y de los estudios sobre este tipo de palabras,
pensamos que todos son importantes para explicar el trato que han recibido
estos elementos a lo largo de la historia de la lingüística vasca.
Al igual que sucede en otras lenguas con inventarios ricos en
onomatopeyas (Fortune 1962), las referencias a este tipo de elementos en
las descripciones gramaticales del euskara son pocas. A pesar de ser un área
especialmente notoria en la lengua vasca, ya Schuchardt (1925: 18) decía que
“das Baskische ist sehr reich an deutlichen Schallworten”, y que la mayoría
de los autores que mencionaremos más abajo dan un valor fundamental a
estas palabras como rasgo del primitivismo de la lengua, hay hasta la fecha
muy pocos estudios lingüísticos que traten a estos elementos no como algo
anecdótico sino como una característica fundamental y diferenciadora del
euskara. Como diría Trask (1997: 259) en su libro sobre la historia del euskara,
“[it] is a topic which has so far received nothing like the attention it deserves”.
En esta sección vamos a repasar brevemente algunos de los trabajos en
los que se han mencionado las onomatopeyas vascas. El objetivo es poder
contar, aunque sea de forma breve, con una bibliografía vasca básica de
estas palabras. Los trabajos más relevantes son los siguientes:
•
Azkue (1923-25) Morfología vasca
Además de las onomatopeyas recogidas en su diccionario (1905-1906
[1984]), en Azkue (1949) y en su obra Euskalerriaren Yakintza (1934
[1989], véase sobre lenguaje infantil tomo III, 357-361), Azkue incluye
un pequeño capítulo sobre estas palabras en la Morfología Vasca
(1923-1925: 401-405). Los llama ‘compuestos onomatopéyicos’ y,
además de considerarlos muy numerosos en la lengua vasca, los
divide en dos tipos: los de primera especie introducen una m- en el
segundo elemento de la reduplicación pero sin cambio vocálico, y los
de segunda especie que introducen un cambio vocálico i-a.
…
Hoy en día el término onomatopeya se reserva para las imitaciones directas de los sonidos (guau
guau) y el de simbolismo fónico para los fonestemas (véase sección 2.1.3), mientras que la
etiqueta de ideófono se utiliza para englobar todos estos casos. En este trabajo vamos a utilizar
el término onomatopeya siguiendo la tradición vasca.
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•
Zamarripa (1914 [1987]) Manual del vascóilo
Zamarripa recoge en esta obra uno de los primeros listados que
aparecen de las onomatopeyas vizcaínas, unas 140, muchas de
las cuales según el propio autor las encuentra en el diccionario de
Azkue. Cada onomatopeya cuenta con una breve explicación de su
signiicado, en algunos casos muy interesante ya que distingue entre
onomatopeyas casi sinónimas; por ejemplo, dice “se distinguen
laprast e irrist, en que laprast es de un resbalón corto y con ruido
bastante perceptible, e irrist, en cambio, es de resbalón más largo y
con ruido casi imperceptible” (pág. 189).
•
F. Diego J. de Alzo (1961) Estudio sobre el euskera hablado
Al igual que sus coetáneos, las considera elementos característicos
del primitivismo del euskara. Tras dar una breve descripción de
alguna de sus características, ofrece una lista con 107 entradas
de distintas onomatopeyas y variaciones de las mismas con su
signiicado. Es interesante destacar las últimas palabras que recoge
este autor y que reproducimos a continuación:
Las voces onomatopéyicas dan al euskara una nota de primitivismo, de gracia
y de candor. Sería lástima que por la falta de uso ya en el lenguaje hablado, ya
en el escrito se fuera perdiendo este tesoro onomatopéyico. (1961: 257)
•
Lecuona (1964) Literatura oral vasca
Las considera como elementos fundamentales y constitutivos
de la poesía decorativa, ya que hace un uso muy frecuente de
estos elementos. Además Lecuona también ofrece una pequeña
caracterización y deine a este tipo de palabras. En sus propias
palabras:
[…] imita a los sonidos de la naturaleza. […] están formadas, en efecto,
de sílabas que quieren remedar o traducir o interpretar de algún modo los
sonidos de las cosas. […] es por demás notable para nuestro caso, su
gran fuerza de expresión. […] es un gran elemento de estilización. […] La
estilización reduce a la mínima expresión el número de los rasgos escogidos
del asunto, compensando el número con la calidad, con el vigor expresivo de
los mismos. […] Las voces onomatopéyicas, si se comparan con las palabras
que integran una descripción literaria al uso, son también verdaderos rasgos
sueltos, pero de tal vigor dinámico, que, como ya lo dijimos antes, cada una de
ellas es capaz de darnos una impresión de los objetos mucho más verdadera
que la mejor descripción realista de los mismos. (págs. 134-137)
Es decir, que son elementos expresivos fundamentales porque
dan viveza al texto en el que se encuentran. Además de estas
características, Lecuona también observa que la propia lengua vasca,
o “el genio del Euskera” como él lo llama, ofrece al hablante la
posibilidad de crear nuevas y diversas onomatopeyas para el habla
de cada día, aunque se conservan más en el habla infantil (véase
Aurkenerena et al. 1999) y en el rural (véase Lecuona 1921), ya que
constituyen un rasgo fundamental del primitivismo del euskara.
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•
García de Diego (1968) Diccionario de voces naturales
Esta es quizás una de las pocas obras dedicadas al estudio
sistemático de las onomatopeyas en general en el ámbito hispánico
(véase también Alvar (1998), Morris y Bernstein (2001), Casas (2009)).
A pesar de que no es un estudio exclusivo de las onomatopeyas
vascas, incluimos aquí esta obra porque García de Diego incluye en
su diccionario de voces naturales de diferentes lenguas, muchas
entradas y datos del euskara, especialmente tomadas de la obra de
Azkue. Lo interesante de esta obra es que, a través del minucioso
trabajo de recopilación de este autor, vemos desde una perspectiva
interlingüística, que muchas de las onomatopeyas propias del euskara
tienen elementos cognados en otras lenguas del ilo indoeuropeo.
Además del diccionario, García de Diego incluye varios capítulos de
corte ensayista sobre el lenguaje natural, la etimología patrimonial y la
natural, el origen del lenguaje y la onomatopeya, entre otros.
•
Orpustan (1997) Basque et français. Méthode abrégée de traduction
Navarro-labourdin classique
Este es un libro que está dirigido a ayudar a los traductores de
francés a euskara, y como tal, y desde esa perspectiva, se incluye un
capítulo especíico a las onomatopeyas, interjecciones y locuciones.
A pesar de ser pocas las páginas que se dedican especíicamente
a las onomatopeyas, es importante destacar algunos aspectos.
Orpustan, además de dar una brevísima pero sucinta descripción de
algunas de las características lingüísticas, incluye una lista de las
onomatopeyas más comunes organizadas según su campo nocional:
ruidos de la naturaleza y los objetos, sonidos de animales, sonidos
humanos y otros.
•
Trask (1997) The History of Basque
Es posiblemente la primera vez que se hace hincapié en la importancia de estas palabras desde un punto de vista lingüístico. Trask, en
la descripción que sobre el léxico recoge en su libro The History of
Basque, hace un pequeño repaso de algunas de las características
lingüísticas más signiicativas de estas palabras: rasgos fonológicos inusuales, compuestos de tres o cuatro sílabas y reduplicados.
También incide en el hecho de que son muy diferentes dialectalmente tanto en su formación como en la preferencia de uso. Desde
el punto de vista semántico, incide en que estas palabras sirven para
lexicalizar diferentes y numerosos signiicados, y inalmente incluye
una clasiicación semántica de las áreas que cubren estas palabras
con ejemplos: criaturas pequeñas, tipos de actividades, tiempo, instrumentos, características físicas y términos sexuales.
•
Coyos (2000) Les onomatopées rédupliquées en basque souletin
En este excelente y completo trabajo publicado en Lapurdum, Coyos
recoge una lista de 280 entradas onomatopéyicas reduplicadas
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
suletinas. Además de dar una descripción sobre algunas de las
características lingüísticas de estas palabras, ofrece una deinición
de su signiicado y, lo más interesante, utiliza a informantes suletinos
para saber el uso y el conocimiento de estas onomatopeyas; sobre
este punto concluye:
Il faut observer que toutes les onomatopées rédupliquées données ne sont
pas admises par tous les informateurs; certaines leur sont inconnues. Pour
d’autres, ils les ont entendues mais ne les utilisent pas. (pág. 14)
También señala que la elección y la forma (características formales)
de las onomatopeyas dependen realmente, no solo de la variedad
dialectal—de hecho, la mayoría de los elementos de su listado pueden considerarse aceptables en cualquier variedad del euskara—sino
del propio hablante, lo que Coyos denomina la liberté du locuteur, ya
que a pesar de hablar una misma variedad son los propios informantes los que deciden de entre todas las posibilidades formales (reduplicaciones, palatalizaciones, alternancias vocálicas-consonánticas)
qué variación preieren. Al inal del artículo, incluye, entre otras, una
sección sobre algunos posibles fonestemas del euskara que describiremos en más detalle en la sección 2.
•
Ibarretxe-Antuñano (2006a) Hizkuntzaren bihotzean: euskal onomatopeien hiztegia
Se puede decir que este es el primer diccionario comprehensivo de
las onomatopeyas vascas, ya que recoge todas las que se citan en los
principales diccionarios vascos (OEH, Azkue, Retana, entre otros). El
diccionario consta de dos partes: una introducción teórica sobre estas
palabras y un léxico compuesto de más de 4500 elementos, con su
traducción al español y al inglés, además de ejemplos y dibujos ilustrativos (véase Ibarretxe-Antuñano 2006c para una descripción).
•
Ibarretxe-Antuñano (2006b) Sound symbolism and Motion in Basque
En este libro se estudian exclusivamente las onomatopeyas que sirven para describir el movimiento. En la primera parte, se hace un
análisis lingüístico de estas palabras, incluyendo un detallado análisis semántico basado en estudios de tipología semántica (Talmy
2000). En la segunda parte, se recogen en un apéndice las más de
800 onomatopeyas encontradas, con su traducción al inglés y con su
clasiicación lingüística (fonología, morfología, semántica).
•
Santisteban (2007) Onomatopeia eta adierazpen hotsen hiztegia
Este trabajo es un diccionario de onomatopeyas vascas en las que
se recogen definiciones en euskara y algunos ejemplos. Incluye
también un capítulo con sonidos de animales en varias lenguas, y un
apéndice con citas de algunos escritores vascos en las que aparecen
estas onomatopeyas.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
Las obras que hemos mencionado arriba son en general estudios en
los que o bien se recogen listados de onomatopeyas más o menos extensos y con más o menos explicaciones (Azkue, Zamarrita, Alzo, Coyos,
Ibarretxe-Antuñano, Santiesteban) o se describen por su importancia o
función en un determinado contexto (traducción—Orpustan, tipología—
Ibarretxe-Antuñano). Como se puede observar no se ha incluido ninguna
gramática del euskara, y es que las menciones a estos elementos son
prácticamente inexistentes. Aún así, y por mencionar algunos ejemplos,
podemos poner dos casos ilustrativos sobre gramáticas vascas en las que
al menos aparece una breve mención a estas palabras (véase también
Azkue (1949) para una breve revisión en estudios anteriores). Un ejemplo
es la Grammaire Basque de Laitte (1995 [1944]). En esta obra aparecen
algunas anotaciones en el artículo 37, al hablar de los nombres primitivos,
en el artículo 339 que trata sobre la composición depreciativa y se menciona la reduplicación con m- o b-, y en el artículo 406, donde se da una
pequeña lista sobre interjecciones impropiamente dichas en las que se
incluyen las onomatopeyas descriptivas. Otro ejemplo más reciente es la
obra A Grammar of Basque editada por Hualde y Ortiz de Urbina (2003). A
pesar de ser esta obra de referencia del euskara una de las más completas y recientes, solamente se mencionan estas palabras de pasada por
sus características fonológicas especiales (capítulo 2, pág. 26) y por su
reduplicación morfológica (capítulo 3, págs. 360-362). Finalmente, y desde
una perspectiva más didáctica, también podemos mencionar la Gramática
Vasca de Umandi (1976). Es posiblemente éste uno de los pocos casos
en los que un método de enseñanza del euskara incluye una lección para
los elementos onomatopéyicos (153’gn. Ikaskaya, véase también la 124)
con ejercicios de traducción y sus soluciones, además de un apartado con
modismos onomatopéyicos.
Como se ve en estas líneas, a pesar de ser un área bastante importante en la lengua vasca, los estudios sobre las onomatopeyas vascas no
han hecho más que empezar. En este trabajo, se quiere lo primero de todo
dar una visión global de las características lingüísticas de las onomatopeyas
vascas; esta caracterización se va a realizar utilizando las características
tipológicas descritas para este tipo de elementos en trabajos anteriores
con lenguas de diferente iliación genética y tipológica. El objetivo es que
esta descripción sirva de base para posibles estudios más detallados sobre
ciertos aspectos concretos de estas palabras en euskara y para una comparación interlingüística posterior. La base de datos de onomatopeyas con las
que trabajamos para dicha descripción proviene principalmente del diccionario de Ibarretxe-Antuñano (2006a), pero también se han consultado los trabajos de Coyos (2000) y Santiesteban (2007).
También queremos estudiar, o al menos empezar a describir, algunas
de las funciones discursivas más impor tantes de estos elementos
en euskara. Intuitivamente, los hablantes tienden a relacionar las
onomatopeyas solamente con el lenguaje infantil (apa apa ‘ir andando’,
kurrin-kurrin ‘cerdo’), con estribillos de canciones (Tiriki-trauki hiru ta
lau dira zazpi, xurruxumurru bat batean dira urrun…), con la imitación
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de los sonidos de los animales (el perro zaunk, el polluelo txio-txio) y
otros fenómenos puramente onomatopéyicos (el tañir de la campana dilindalan), es decir, identiican el uso de estos elementos con otro tipo de
discurso, ajeno al suyo. Este tipo de identiicación está aún presente
incluso entre los propios filólogos vascos, que a pesar de tener un
conocimiento profundo la lengua, no parecen ser conscientes de que
palabras tan comunes, y que han pasado incluso al español norteño,
como pil-pil, di-da o sirimiri son realmente onomatopeyas3. A través de la
descripción del uso queremos demostrar que las onomatopeyas están
presentes constantemente en la lengua, y que a pesar de no ser utilizadas
actualmente tanto en contextos formales (o al menos conscientemente), se
las puede encontrar en situaciones cotidianas, en una novela, en el logo de
un evento o como el nombre de una tienda de ropa.
Finalmente, en la última parte de este trabajo queremos hacer una relexión sobre el futuro del estudio de estos elementos indicando ciertas áreas
de interés cientíico.
2. CARACTERIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE LAS ONOMATOPEYAS VASCAS
Aunque es cierto que las onomatopeyas son creaciones propias de cada
lengua como decía Saussure, y por lo tanto, con unos rasgos únicos para
cada idioma, no es menos cierto el hecho de que puedan considerarse como
una ‘categoría universal’ con unas características estructurales, morfo-sintácticas, semánticas y pragmáticas comunes a las lenguas del mundo (Voeltz y
Kilian-Hatz 2001). Basándonos en la caracterización tipológica de este tipo
de elementos en diversas lenguas, vamos a describir en esta sección cuáles
son las principales características lingüísticas de las onomatopeyas vascas.
2.1. Rasgos estructurales en las onomatopeyas vascas
Hinton et al. (1994: 9) proponen que estos elementos tienen tres características estructurales principales: el uso de la reduplicación total y / o
parcial, el empleo de elementos fonológicos y prosódicos inusuales, y la asociación de ciertas clases fónicas con ciertos campos semánticos. Pasemos a
analizar detenidamente cada una de estas características en la lengua vasca.
2.1.1. Uso de la reduplicación total y/o parcial
La repetición parcial o total de ciertos segmentos en las onomatopeyas
es una de sus características clave, ya que según Hinton et al. (1994), si una
lengua utiliza este recurso es más probable que dicha lengua posea un rico
repertorio de onomatopeyas. Aunque estos autores sugieren que el uso de la
3. A este fenómeno, el hecho de que los hablantes no sean conscientes de la utilización
de elementos onomatopéyicos, se le conoce con el nombre de de-ideofonización de los hablantes
(Childs 1996).
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
reduplicación no está muy extendido en las lenguas europeas, o que es menos
común que en otras lenguas, el hecho es que es un recurso lingüístico muy
común en euskara. Su uso no solamente se circunscribe a las palabras onomatopéyicas, como veremos a continuación, sino que también se utiliza como
mecanismo para expresar un uso enfático como en los ejemplos gorri-gorria
‘muy rojo’, zabal-zabalik ‘abierto de par en par’, txiki-txikia ‘pequeñísimo’, y en
menor medida, para expresar un signiicado distributivo como en los ejemplos
aldian-aldian ‘cada cual a su tiempo’, banan-banan ‘uno por uno’, lerro-lerro
‘línea a línea’ (Hualde y Ortiz de Urbina 2003: 360, véase también de Rijk
2008). Algunos autores más clásicos, como Laitte (1995 [1944]: art. 322) o
Alzo (1961: 191), denominan al uso de la reduplicación enfática como superlativo repetido o superlativo absoluto de palabra repetida. Además no solo incluyen
la reduplicación, sino también la triplicación denominada superlativo de palabra
repetida de segundo grado—el que se forma repitiendo dos veces la misma
palabra, como por ejemplo, burni txar-txar-txar ‘un trozo de hierro pequeñísimo’—o superlativo de palabra de tercer grado—el que se forma repitiendo la
palabra tres veces, como por ejemplo, en estaziora gau; an egon, egon, egon ‘fui
a la estación; allí esperé larguísimo tiempo’ (Alzo 1961: 190-191). La triplicación, aunque menos común, también se utiliza en algunas lenguas en este tipo
de elementos. En la lengua chintang (kiranti, Nepal), por ejemplo, la triplicación
aparece en casos como en rep-rep-rep-wa ‘muy brillante’, donde la base se triplica y ha de seguirle obligatoriamente el suijo adverbial –wa (Rai et al. 2005).
En otros casos, como en el tibetano, la triplicación es un rasgo especíico de
los ideófonos no compartido con otro tipo de elementos (Uray 1954).
En el caso de las expresiones onomatopéyicas vascas, encontramos numerosos ejemplos de reduplicación total, es decir, casos donde el
segundo morfo repite exactamente la estructura del primer morfo.
(2)
Reduplicación total
bolo-bolo ‘esparciendo’, dzarra-dzarra ‘garrapatear’, farrasta-farrasta ‘de
cualquier manera’, gurka-gurka ‘a tragos’, klika-klika ‘comer a dos carrillos,
torpemente’, mara-mara ‘nevar suavemente y sin parar’, nir-nir ‘fulgor’, pafa-pafa ‘fumar en pipa’, puin-puin ‘aicionado a estar junto al fuego’, trinkulin-trinkulin ‘tambaleando’, zanga-zanga ‘devorar; beber haciendo ruido; andar
torpemente’
Como hemos comentado más arriba, algunos autores incluyen la triplicación en euskara. En los datos que hemos manejado sobre las onomatopeyas
hemos encontrado muy pocos ejemplos de triplicación; son los que reproducimos a continuación.
(3)
Triplicación total
bil-bil-bil ‘relejar el sol con el calor’, bir-bir-bir ‘hormigueo’, bul-bul-bul
‘borboteo’, buil-buil-buil ‘borboteo’, dra-dra-dra ‘discurso monótono’, il-ilil ‘caer en círculos y suavemente’, gol-gol-gol ‘beber a tragos’, po-po-po
‘reventar, estallar’, pul-pul-pul ‘ebullición suave’, ter-ter-ter ‘en línea recta’,
138
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
ttok-ttok-ttok ‘cualquier persona pequeña que busca algo’, txix-txix-txix
‘chistido’, za-za-za ‘hablar rápido’
La mayoría de los casos que hemos descrito en (3) solo existen como
triplicaciones, es decir, que no cuentan, al menos documentados, con el
correspondiente ejemplo duplicado o sin duplicar. Hemos incluido también tres
casos, dra-dra-dra, il-il-il y ter-ter-ter, que sí cuentan con un homólogo duplicado
o sin duplicar, pero éste tiene un signiicado diferente: dra signiica ‘caída;
golpe; aparición repentina; acertar’, il-il ‘ruido de ebullición (supericial)’ y terter ‘poco a poco; en ila’. Además de estos ejemplos de triplicación, siempre se
puede utilizar este recurso para formar onomatopeyas aún más expresivas que
sus homólogos duplicados. En todos estos casos la unidad que se reduplica
suele ser monosilábica. Un buen ejemplo tradicional de esta posibilidad es la
siguiente canción popular recogida del Cancionero popular vasco de Azkue:
(4)
¿Bart non otenintzen ni?
Gan nintzen Arbosera
danbore baten erostera,
danbore orrek ton-ton-ton.
Bart non ote nintzen ni.
Gan nintzen Arbosera
xulubita baten erostera,
xulubita orrek fri-fri-fri,
danbore orrek tton-tton-tton.
¿Bart non ote nintzen ni?
Azkenik:
¿Bart non ote nintzen ni?
Gan nintzen Arbosera
antxume baten erostera:
10, antxume ori beaka;
9, oilo ori karaka;
8, neskatxa orrek ajaja;
7, atso zar orrek marmarmar;
6, zorotzar orrek farfarfar;
5, zanbonba orrek bunbunbun;
4, atabala orrek tarrapatapa;
3, kitarra orrek gringringrin;
2, xulubita orrek frifrifri;
1, danbore orrek ttonttontton.
¿Bart non ote nintzen ni?
También es muy frecuente la reduplicación parcial, es decir, casos en los
que el segundo morfo no repite exactamente la estructura del primer morfo.
Estas diferencias estructurales, se pueden deber a varias causas: a una
alternancia vocálica, donde el patrón i-a es el más usual como en (5.a, b), a
una alternancia consonántica como en (5.c), a una inserción consonántica,
donde el patrón más común es la adición de la consonante m- como en (5.d,
e), o a varias causas a la vez como en (5.f).
(5)
Reduplicación parcial
a. alternancia vocálica i-a
birrimirri-barramala ‘ruido sordo, retumbando’, dilin-dalan ‘tañido de
campana; colgando’, iri-fara ‘movimiento del viento suave y templado;
tontamente’, ipi-apa ‘con perfección’, klik-klak ‘tragar’, miliki-malaka
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
‘comer sin ganas’, nikiki-nakaka ‘hacer rabiar’, plisti-plasta ‘chapotear’,
sigi-saga ‘andar haciendo eses’, tinki-tanka ‘martilleando’, xirmi-xarma
‘sortilegio, encantamiento’, zipirri-zaparra ‘andar sin garbo; chapucear;
zurrar, golpear en muchas partes del cuerpo’
b. otras alternancias vocálicas
binbili-bonbolo ‘suavemente; tañido; balancear’; dingili-dangolo ‘cojo
en sentido burlesco, tambaleándose’, furrust-farrast ‘choque de olas,
hojas…’, pilpil-pulpul ‘palpitación’, tikili-tokolo ‘andar con diicultad;
hablar con torpeza’, tupus-tapas ‘tropezar’
c. alternancia consonántica
fits-mits ‘mancha, mota’, ganguren-manguren ‘vagueando’, pikomiko ‘detalle’, purru eta murru ‘zumbar’, saski-naski ‘batiburrillo,
desorden’, sinkulin-minkulin ‘gimoteador, quejicoso’, terreil-merreil
‘rebelde, incontrolado; a la desbandada’, terresta-erresta ‘arrastrarse;
andar con diicultad’, txingili-mingili ‘campana menor de la torre;
andar sobre un pie’, xirimiri ‘trabajillos de poca monta; llovizna’,
zalantza-malantza ‘indecisión’, zikili-bokili ‘desaseadamente’, zinkulinminkulin ‘melindrosamente’
d. inserción consonántica maiko-maiko ‘alboroto, lío; excusa, pretexto; indeciso’, autu-mautu
‘cuentos’, inkiminki ‘flaquear, mantenerse a duras penas; estar
indeciso’, irrimirri ‘apocado, pusilánime’, uzkur-muzkur ‘remolón’,
utxuka-mutxuka ‘cuchicheando’
e. otras inserciones consonánticas
arret-zarret ‘en zig-zag; en cualquier caso’, inura-banura ‘irresoluto’,
uko eta buko ‘muy tieso’
f.
varias causas
hildo-maldoka ‘renqueando, tambaleando’, ingla-mangla ‘signo de
disgusto’, kili-molo ‘indeciso’, txatean-pitean ‘a cada paso’, ziltzimaltza ‘lío, embrollo’, zikirri-makarra ‘hacer algo a la ligera’
2.1.2. Fonología y prosodia particular
El empleo de una fonología y prosodia particular es otra de las
características fundamentales de estas palabras. Según Hinton et al. (1994),
las onomatopeyas suelen estar formadas por sonidos que no son muy
comunes en el resto de las palabras de la lengua o, al menos en estadios
anteriores, bien porque aparecen en posiciones diferentes o bien porque su
uso se restringe mayoritariamente a estas palabras. Por ejemplo, el uso del
tono alto en la lengua nigeriana emai (Egbokhare 2001) o el empleo de la
vibrante simple labiodental vr en mundang (níger-congo) (Elders 2001) son
rasgos relacionados exclusivamente con este tipo de palabras.
140
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
En el caso del euskara se pueden encontrar varios casos en los que
las onomatopeyas presentan unos rasgos fonéticos y fonológicos bastante
particulares4, pero también como describiremos más abajo, con algunos
casos en los que se utilizan recursos expresivos propios y comunes de la
lengua como la palatalización o el empleo de ciertos fonemas.
Uno de los rasgos más claros es el empleo de la africada lamino-alveolar
sonora dz- ejempliicada en (6). Este sonido aparece exclusivamente en este
tipo de palabras (Hualde 1991: 53).
(6)
Africada lamino-alveolar sonora dz-
dzanga ‘sorber; zambullirse en el agua’, dzanp ‘detenerse de repente;
romper’, dzarra-dzarra ‘garrapatear’, dzart egin ‘romperse una cuerda o algo
tirante’, dzartalahara ‘a borbotones’, dzaust egin ‘engullir’, dzinka ‘acción
fuerte del sol’, dzir-dzar ‘brillar’, dzirrin-dzarran ‘aserrar; chirriar’, dzist-dzast ‘pinchar una y otra vez; destello; andar desgarbadamente’, dzuintaz
‘apresuradamente’
El uso de las otras dos africadas del euskara, la palato-alveolar tx- y la
lamino-alveolar tz-, al inicio de la palabra como vemos en (7), también es una
característica típica de las onomatopeyas, ya que apenas aparecen en esta
posición en otro tipo de elementos (Hualde 1991: 12).
(7)
Africadas en posición inicial
a. Palato-alveolar txtxankarrankan ‘andar sobre un pie’, txart-txart ’castigar’, txen-plen
‘completamente lleno’, txikolo-takolo ‘desaseadamente’, tximist ‘rayo’,
txonbo ‘zambullida’, txotx ‘palillo’, txuntxur ‘giba; promontorio; orzuelo’
b. Lamino-alveolar tztzainku-tzainku ‘cojear’, tzillo-tzallo ‘andar arrastrando los pies’, tzitzi-pitzi ‘en busca de noticias’, tzotz ‘leña menuda’, tzurruntzuntzun
‘viajar en carro viejo’
Además, en este tipo de palabras también se utilizan fonemas que, aunque hoy en día aparecen constantemente en el léxico vasco y no tienen origen onomatopéyico, suelen considerarse propios de palabras no nativas o
préstamos recientes como, por ejemplo, algunas oclusivas5 al principio de
palabra incluidas la dental palatalizada tt-, las fricativas labiodental
f- y prepalatal x-, y las nasales bilabial m-, alveolar n- y palatal ñ- (Trask
4. Para más información sobre el sistema fonológico vasco y su evolución diacrónica pueden consultarse Hualde (1991), Hualde et al. (1995), Hualde y Ortiz de Urbina (2003), Michelena
(1985), y Trask (1997), entre otros.
5. Las oclusivas que no son normales dentro del léxico nativo son las sordas /p,t,k/ y la
dental /d/ (excepto en formas verbales); la /b/ y la /g/ son típicas en palabras nativas como
begi o gogo, aunque también aparecen en formaciones onomatopéyicas. Agradezco y debo esta
puntualización al revisor externo.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
1997:258, v. también Morvan 1996: 184-185, 238-239). A este respecto es
importante señalar que estos fonemas no aparecen actualmente solamente
en palabras onomatopéyicas y que tampoco se pueden considerar hoy en
día “inusuales” al mismo nivel que, por ejemplo, la dz- que hemos descrito
más arriba, ya que aparecen comúnmente en palabras actuales vascas. Sin
embargo, parece ser que son también muy comunes en las onomatopeyas
vascas. Veamos algunos ejemplos de cada grupo.
(8)
Sonidos en posición inicial
a. oclusivas
pil-pil ‘ebullición supericial; copo de nieve; palpitación’, tauki-tauki
‘martilleando’, kirrikili-karrakala ‘torpe, sin habilidad’, bolo-bolo
‘esparciendo’, di-da ‘golpear; proceder drásticamente’, gal-gal ‘hervir’,
ttakun-ttakun ‘sonido de la txalaparta’, ttirri-tturru ‘gorjeo’
b. fricativa labiodental ffarras ‘desaliñado’, irri-farra ‘tontamente’, its-mits ‘mancha, mota’,
furrustrada ‘mala constestación’
c. sibilante fricativa prepalatal sorda xxast ‘hacer una cosa rápidamente’, xinta-minta ‘lloriqueando;
cuchicheando’, xorrotatu ‘luir, chorrear’, xumli-xumla ‘abracadabra’
d. nasales m-, n-, ñmarmar ‘murmullo’, mela-mela ‘totalmente calado’, mir-mor egin
‘regañar’, momorro ‘insecto; bobalicón’, nar-nar ‘dolor sordo’, nistiki-nastaka ‘confundiendo’, nono ‘oveja’, ñauka ‘andar a gatas’, ñir-ñir
‘brillar’, ñoñorro ‘pequeño de estatura’
También es muy común, aunque no exclusivo, en la formación de onomatopeyas, el empleo de la sibilante fricativa laminoalveolar sorda z- en posición inicial como en los ejemplos de (9).
(9)
Sibilante fricativa laminoalveolar sorda z- en posición inicial
zaiki-paiki ‘a empellones’, zanbulu ‘columpio; cabezada de sueño; tambaleo’, zaramalka ‘embrollo’, zifri-zafra ‘meneando, azotando, golpeando’, zingulu-zangulu ‘andar arrastrando los pies’, zinkulin-minkulin ‘melindrosamente,
con afectación’, zorro-zorro ‘roncando’, zunburrun ‘zumbido’, zurrust ‘trago,
sorbido; caída de agua’
Otra de las características que se observa muy a menudo en estas
palabras es la palatalización de ciertos sonidos como las oclusivas o las
africadas. Al igual que en el caso anterior, la palatalización es un rasgo
característico del euskara en general, aunque más productivo en las variedades orientales. Se utiliza como un recurso expresivo para crear tanto diminutivos como palabras afectivas. Una de las palatalizaciones más frecuentes
es el cambio de las sibilantes s y z por la prepalatal x como en el diminutivo
sagu-xagu ‘ratón’ o en el afectivo gozo-goxo ‘dulce’. También se puede utilizar
142
Oihenart. 27, 2012, 129-177
Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
para estos casos la africada tx si es que no hay otra sibilante como en zuri/
xuri-txuri ‘blanco’ vs. zezen > xexen, no *txetxen. En estos casos, en algunas
variedades en las que la forma palatalizada es la neutral, la palabra con s o z
tiene un valor aumentativo o despectivo (txakur ‘perro’- zakur ‘perro grande’).
Otro de los casos más comunes es la palatalización de las oclusivas dentales para formar diminutivos como en tanta-ttanta ‘gota’. Aunque menos
frecuente también se suelen palatalizar las líquidas (lateral alveolar y la
vibrante simple) y la nasal alveolar. En el caso de las onomatopeyas encontramos varios ejemplos de estas palatalizaciones documentados:
(10) Palatalizaciones
ddalanddal ‘completamente lleno’ (dalan-dalan), llapa-llapa ‘beber
haciendo ruido con la lengua’ (lapa-lapa), ñir-ñir ‘fulgor’ (nir-nir), ttapa-ttapa
‘andar a pasos cortos’ (tapa-tapa), txirrist ‘resbalón, deslizamiento’ (irrist),
txurrupa ‘sorbo’ (zurrupa)
Es también frecuente el uso de grupos consonánticos compuestos,
por un lado, de oclusivas (bilabiales, apicodentales, velares) o la fricativa
labiodental f, y por el otro, de una líquida (lateral alveolar, vibrante alveolar),
una sibilante fricativa (apico-alveolar, prepalatal) o una nasal (bilabial,
alveolar) tanto al principio como al inal de la palabra como en (11). Estos
grupos consonánticos solo son frecuentes en este tipo de palabras y en
préstamos recientes (Trask 1997: 87):
(11) Grupos consonánticos
a. Posición inicial: oclusiva + líquida
plasta-plasta ‘caerse un objeto a pedazos’, plei-plei ‘en abundancia’,
plisti-plasta ‘chapotear’, plost ‘trago’, plux egin ‘salir mal, fracasar’
tlak ‘ruido del molino’, trankula-trankaka ‘haciendo ruido una puerta’,
trikili-trakala ‘a trancas y barrancas’, trinkolo-tronkolo ‘balanceando’,
tripili ‘rechoncho’, triska-triska ‘destrozando’
klask ‘devorar; separar objetos pegados; desgarrar; mordisco’, klika-klaka ‘comer torpemente, a dos carrillos’, kluka-kluka ‘a tragos’, klun-klun ‘sapo’, krak-krak ‘borrachera’, krik-krak ‘cerrar con prontitud’,
kriskitin-kraskitin ‘castañetear, chasquear los dedos’, krosk ‘de golpe,
prontamente’
blin-blan ‘dando tumbos’, blisti-blasta ‘ruido de golpe repetido, especialmente con la mano’, braust ‘zas’, brista-brista ‘andar rápidamente’, bro-bro ‘hervir fuertemente’, brun-brun ‘zumbido’
drai-drai ‘trabajo intensivo’, dranbal ‘tuerca’, drasta-drasta ‘dar
moneda por moneda’, dringili-drangala ‘balanceándose, meciéndose’,
drungun-drungun ‘beber con torpeza’
glaska-glaska ‘roer, perro al comer’, gli-gli ‘ruido del agua’, gliska-gliska ‘cortar el pelo’, glok egin ‘ahitarse’, gran-gran ‘ruido del tren’,
grausk ‘morder’, grik-grak ‘crujido de huesos’
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143
Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
b. Posición inicial: f + líquida
lalada ‘gran cantidad, reiriéndose a cosa blanda y gustosa’, lisk-lask ‘restallar’, liu-lau ‘golpe de ola’, lost ‘caerse al agua’, frasta
frasta ‘andar con paso decidido’, frink ‘faltar a la palabra’, fristi-frasta
‘de cualquier manera’
c. Posición inal: líquida/sibilante/nasal + oclusiva
aurt egin ‘darse la vuelta’, dart ‘sensación brusca, temblor producido
por esa sensación’, zirt-zart ‘dar golpes; crujido, chisporroteo’, xort-xort ‘gota a gota’
arrast egin ‘arrastrar(se)’, ausk ‘ruido del acto de morder’, brixt
‘rápido, veloz’, drisk-drask ‘acción violenta’, irrist ‘resbalar; rasgar’,
plost ‘trago’, traust ‘cosa alguna’, irrixt ‘chasqueo’
benk ‘púa’, blink ‘beber algo de un sorbo’, dank ‘tocar ligeramente
algo’, dint ‘fuertemente’, hint ‘deseo; queja; palabra’, trink egin
‘encontrarse’
2.1.3. Fonestemas
Se llama fonestema a los sonidos que están asociados con ciertos
campos semánticos. Aunque la fonoestesia pueda considerarse muy especulativa, hay varios estudios en los que se muestra que existe una relación
motivada entre forma y sonido. Un ejemplo muy conocido es la relación
entre el tamaño y sonido. Estudios como los de Ultan (1978) revelan
que las vocales altas como /i/ están asociadas al diminutivo, mientras
que otros como el de Silverstein (1994) en la lengua chinooka demuestran que el inventario fonético está estructurado como lo aumentativo y lo
diminutivo.
En euskara sí que se pueden observar patrones que relacionan ciertos
sonidos con ciertos signiicados. Por ejemplo, la asociación de sonidos oclusivos velares a las acciones asociadas con engullir o tragar como en gurka-gurka, glu-glu, klik-klak, zanga-zanga, zarga-zarga. La utilización de diferentes
sonidos vocálicos para expresar los diferentes grados de una misma acción
como en las onomatopeyas de ebullición, donde la o está asociada a la ebullición fuerte (bor-bor), la a a la ebullición normal (gal-gal), y la i a la ebullición
supericial (pil-pil), es decir, parece que se cumple una de las tendencias
fonoestésicas más comunes desde el punto de vista interlingüístico, la relación entre el tamaño (entendido no solamente en el plano físico) y las vocales (Ultan 1978), es decir, la progresión de pequeño a grande relacionada
con el punto de articulación de palatal a velar. La relación entre vibrantes y
sibilantes con movimientos relacionados con el arrastre, normalmente con
las vocales a y e, como en arrast egin, herrestatu, narratu ‘arrastrar’, karraka,
tarra-tarra ‘arrastrarse’, terrel-terrel ibili, terrest-merrest ‘arrastrar los pies’,
y con movimientos relacionados con el deslizamiento, normalmente con la
vocal i, como en irrist ‘resbalar’, zirin-zirin ‘jugar a resbalarse’, zirristatu ‘deslizar, resbalar’.
144
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
A continuación resumimos en la Tabla 1 una propuesta de posibles
fonestemas con algunos ejemplos adaptada del trabajo de Coyos (2000)
para el euskara suletino. Este autor toma como punto de partida los
fonestemas universales que propone Fónagy (1983 [1991]). A pesar de
algunas diferencias fonéticas, prácticamente los mismos casos que este
autor propone para esta variedad se pueden aplicar al euskara en general.
Tabla 1. Fonestemas del euskara según Coyos (2000: 78-82)
Fonestemas
Ejemplos
[i] menos pesado que [a]
tiki taka ‘ruido de pasos rápidos’
taka taka ‘ruido de pasos
rápidos más pesados
ur pirrista bat ‘una salpicadura de agua’
ur parrasta bat ‘una
buena cantidad de agua’
[i] menos pesado que [u]
tilin tilin ‘ruido de una campanilla’
tilin tulun ’ruido de una
campana, mezcla de sonidos graves y agudos’
tulun tulun
‘ruido de una campana grande’
[a] menos pesado que [u]
karraskatü ‘crujir, comer a mordiscos como una manzana’
kurruskatü ‘crujir más fuerte, partir, agrietar’
[i] menos pesado que [a]
menos pesado que [u]
kiska ‘golpe ligero’
kirriska ‘crujido leve’
’crujido sordo’
Oclusivas sordas más
duras que las sonoras
panpa panpa ‘a grandes golpes’ más secos y violentos que
banpa banpa ‘a grandes golpes’
Lateral [l] más ligera que
la vibrante [r]
liu lan ‘ruido ligero’ menos duro que friu frau
Fricativas labiodental y
sibilantes
Rapidez y ruido leve como en ixta mixta ‘rápidamente, sin ruido,
como una serpiente’
Líquidas
Algo resbaladizo como en laka laka, lapa lapa ‘ruido de beber’
[i] con [r]
Pequeño, poco como en pirpir ‘poco a poco’
kaska ‘golpe’
kuska ’golpe fuerte’
karraska ‘crujido fuerte’
kurruska
Además de los ejemplos en la Tabla 1, Coyos también relaciona los
sonidos consonánticos con posibles signiicados concretos que aportan en
varios campos nocionales que pasamos a resumir en la Tabla 2.
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145
Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
Tabla 2.6Relación entre sonidos y signiicados de campos nocionales de Coyos
(2000: 90-95)
Campo
nocional
Ruido, sonido
Base
consonántica6
Signiicado
Ejemplos
b / b.b / p.p
/ b.d.b / b.r.b
Efecto de eco,
golpes fuertes,
repetidos,
bruscos,
entrecortados
badabim badabam, banba banba,
barrabim barrabam, barranba barranba,
binba banba, binbi banba, birribim
barrabam, birrinba barranba, birrinbi
barranba, blau blau, briu brau, bunba
bunba, burrunba barranba, burrunba
burrunba, panpa panpa, pinpa panpa,
pinpi panpa
b.g
Golpes
repetidos
danga danga, dinga danga, dingi danga
f / l / l.st /
fr / fx.t/ frx.t
/ f.rx.t
Movimiento
rápido, ligero
farrasta farrasta, farraxta farraxta, ia ia,
irrista farrasta, irristi farrasta, ixta ixta,
ixti faxta, listi lasta, liu lau, frista frista,
friu frau
j.g / s.g / s.k
Pequeños
golpes
repetitivos
jiga jaga, jigu jaga, jigu jigu, saka saka,
sigu sigu, zigu zigu
h.l / h.bl /
z.l
Ruidos al
comer
hala hala, hanbla hanbla, zala zala,
zila zala, zili zala
kr / kx / krxk
/ kr.k / kx.k /
kls.k / klx.k /
k.rx.k
Crujido leve en
monosilábicas
y más fuerte en
bi-trisilábicas
kirriski karraska, kirriski karraska, kirrixka
karraxka, kiska kaska, kiski kaska, kis
kas, kixka kaxka, kix kax, kixki kaxka,
kliski klaska, klixka klaxka, krai krai, kra
kra, krak krak, krask krask, krixka kraxka,
kurruska kurruska, kurruxka kurruxka
l.k / l.p
Ruidos al beber
laka laka, lapa lapa, llapa llapa
ms.t
Ruidos al
comer
masta masta, miasta miasta, miaxta
miaxta, ñasta ñasta
t.l
Campanas
tilin tilin, tilin tilun, tilin tulun, ttilin ttilin,
ttulun ttulun, tulun tulun
x.l / tx.p /
tz.p / tx.l /
pls.t / tx.ps.t
Ruido hecho
en el agua al
andar, al agitar
o por el agua
misma
plasta plasta, plisti plasta, txala txala,
txala txala, txapa txapa, txipi txapa,
txipista txapasta, txipista txipista, txipisti
txapasta, txula txula, txupa txupa, tzapa
tzapa, tzipa tzapa, tzipi tzapa, xala xala,
xila xala, xili xala
-r / -l
Ruido
continuado
ligero como un
murmullo
bur bur, far far, kal kal, kar kar, mur mur,
pal pal, par par, pur pur, tzur tzur
6. La barra oblicua separa las diferentes posibilidades de combinación por sílaba. El punto
separa los sonidos consonánticos que componen la misma sílaba.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
Desplazamiento,
movimiento
Sensación física
Evaluación
subjetiva
d.l.d / d.l.g
Balanceo,
movimientos
periódicos
dilinda dilinda, dilinga dalanga, dilinga
dilinga, dilingo dalanga
f / l / f.r
Movimiento
rápido, ligero,
furtivo
ia ia, iu iu, liu lau, farra farra, irri irri
t.k / t.p / tx.k
/ tr.k / tr.k.l
Andar paso a
paso o al trote.
Ritmo binario
taka taka, tiki taka, tapa tapa, ttaka ttaka,
tanpa tanpa, tinpa tanpa, tinpi tanpa,
tipa tapa, tipi tapa, toko toko, traka traka,
trika traka, triki traka, troko troko, ttaka
ttaka, ttapa ttapa, ttiki ttaka, ttika ttaka,
ttiki ttiki, ttipi ttapa, ttoko ttoko, traka
traka, trika traka, triki traka, trinka tranka,
trinkala trankala, trinkala trunkala, truku
truku, ttuku ttuku, tuku tuku, txuku txuku
z.b / z.p
Movimiento
regular, brusco
zanba zanba, zanga zanga, zanpa zanpa,
zinba zanba, zinpa zanpa, zinpi zanpa,
zunpa zunpa
zrt / z.pr.t
Movimiento
brusco, rápido,
desatento
zirt zart, zipirta zaparta, zipirti zaparta
dl / dr / nr
Sensación
repetitiva,
breve
dal dal, dar dar, nar nar
dzst / sst /
zrt / zst / zz.t
/ tzs.t
Dolor breve,
picadura
dzirt dzart, dzist dzast, dzist dzast, sist
sast, sista sasta, sisti sasta, tzista tzista,
tzisti tzista, zist zast, zizti zazta
b.rs.t / p.rs.t
/ t.rs.t
Brúscamente,
de manera
desordenada,
en gran
cantidad
birrista barrasta, birristi barrasta burrusta
burrusta, pirrista parrasta, pirrista
pirrista, pirristi parrasta, turrusta turrusta,
tzirrista tzirrista, tzurrusta tzurrusta
ñ.k
Pequeños
golpes
repetidos
ñika ñaka, ñiki ñaka, ñiku ñaka
-r
Pequeña
cantidad
ñir ñir, pir pir, ter ter, tter tter, ttir ttir, txer
txer, txir txir, txur txur, tzur tzur
zr.t / z.pr.t
Movimiento
brusco, sin
ruido, acción
rápida y
decidida
zipirta zaparta, zipirti zaparta, zirta zarta
Como hemos dicho al principio de esta sección, a pesar de que algunas de las asociaciones entre sonidos y signiicados que acabamos de ver
también se encuentran en otras lenguas, el ámbito de los fonestemas sigue
siendo un área que necesita de estudios empíricos que cercioren que estas
uniones van más allá de la intuición del lingüista. Estos estudios pueden
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
ser tanto de experimentación psicolingüística (Bergen 2004, Hutchins 1998)
como estadísticos (Abelin 1999, Drellishak 2007). Esta es un área que se
podría desarrollar en futuras investigaciones.
Para terminar con esta sección, vamos a comentar brevemente las características silábicas de estas onomatopeyas. Según Trask (1997: 258) estos
elementos tienen normalmente entre tres y cuatro sílabas; sin embargo, los
datos que hemos manejado nos indican que hay una gran cantidad, si no
más numerosa aún, de onomatopeyas de una y de dos sílabas, y excepcionalmente también alguna de cinco7. En (12) mostramos algunos ejemplos.
Hemos incluido dentro del mismo grupo silábico pero por separado, las onomatopeyas reduplicadas y no reduplicadas.
(12) Sílabas
a. Una
frink ‘faltar a la palabra’, klask ‘devorar; separar objetos pegados;
desgarrar; mordisco’, plaust ‘catapum’, zart ‘chasquido; ruido seco’
bar-bar ‘engullir’, da-da ‘sopapo’, diz-diz ‘brillar, destellear’, gal-gal
‘hervir’, tter-tter ‘poco a poco’
b. Dos
arrast ‘arrastrar’, talka ‘choque’, zapart ‘estallido’
danba-danba ‘estrepitosamente; con insistencia’, kirriz-karraz ‘arrastrar los pies’, fara-fara ‘movimiento suave’, giri-giri ‘sumergir, nadar’,
tupus-tapas ‘tropezar’, txirri-mirri ‘estar medio enfadado’
c. Tres
birristi-barrasta ‘andar de cualquier manera’, irristi-farrasta ‘trabajar
sin esmero’, kirriki-karraka ‘roer’, pinpili-panpala ‘predilecto’, prapapa-prapapa ‘hablar rápido y sin parar’, txitxiri-bitxiri ‘cachibaches’, zipirti-zaparta ‘a diestro y siniestro’
d. Cuatro
barranbila-birrinbala ‘estrépito’, hirrinbili-harranbala ‘moverser torpemente’, kirrikili-karrakala ‘torpe, sin habilidad’, tiribili-tarabala ‘caer/
echar algo rodando’, ttirripitti-ttarrapatta ‘persona ligera de cascos’,
zinkurina-minkurina ‘quejas, lamentos’
e. Cinco
tibiribiri-tibiribiro ‘charla que te charla’
7. Es interesante también mencionar que en el caso de las onomatopeyas de cuatro o más
sílabas, éstas parecen ser el resultado de elementos de dos sílabas con reduplicación como, por
ejemplo, barran-bila/birrin-bala. Agradecemos esta observación al revisor externo.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
2.2. La morfosintaxis de las onomatopeyas vascas
La función gramatical de las onomatopeyas es uno de los aspectos más
controvertidos de su análisis. La opinión de los estudiosos está divida ya
que hay una gran disparidad con respecto a la función sintáctica que realizan
estos elementos en las lenguas. Para algunos, estas palabras constituyen
una clase coherente. Autores como Doke (1935), Awoyale (1989) o Kabuta
(2001) abogan por establecer una categoría aparte, la de los ideófonos, ya que
tienen características lingüísticas suicientemente particulares como para ser
considerados diferentes. Difloth (1976), por ejemplo, no llega a posicionarse en
su trabajo sobre los ideófonos en emai, pero sí que señala que estas palabras
no se comportan sintácticamente como ninguna otra clase, por lo que al inal
concluye: “they are not at all integrated in the syntax of the language and function
mostly in the manner of independent clauses, all by themselves” (p. 256).
Para otros autores como Amha (2001) o De Jong (2001), sin embargo, estos
elementos se considerarían parte del léxico en general ya que se distribuyen
en clases diferentes; a veces incluso pueden ser multicategoriales porque
pueden desempeñar diferentes funciones gramaticales en una misma lengua.
Otros autores como Moshi (1993) proponen que estas palabras no tienen
porqué identiicarse con ninguna o con todas estas categorías, sino que los
considera moduladores discursivos. En euskara, nos encontramos con que las
onomatopeyas pueden desempeñar diferentes funciones, desde adverbios como
doke-dokeka ‘limping’ hasta nombres como iskimili ‘tropel de gente’, pasando
por verbos como tipi-tapa ‘andar con paso ligero y corto’, adjetivos como topolo
‘gordinlón’ e interjecciones como aida! ‘¡arre!, ijui ‘grito de gozo’. Aunque es
cierto que los grupos más numerosos son los nombres y los adverbios.
En relación con la morfosintaxis, estas palabras sufren procesos
morfológicos como la derivación o la composición, y en algunos casos,
también se ha señalado que a veces pueden recibir un tratamiento especial.
En numbami, por ejemplo, una lengua austronésica de Papúa Nueva Guinea,
estos elementos tienen un comportamiento diferente a otras palabras.
Son las únicas palabras que, a diferencia del resto de los adverbios, se
marcan con el suijo –a(n)dala ‘-mente’, como en ambale-andala ‘ocurriendo
irregularmente’ o púpúadala ‘mal oliente, podrido’ (Bradshaw 2006). En
euskara, hay muchos ejemplos tanto de derivación como de composición
como se verá a continuación, pero no parece que vaya asociado a las
onomatopeyas vascas ningún proceso morfosintáctico especial o propio.
En euskara además, dada la facilidad de formar nuevas palabras a través
de estos mecanismos morfológicos es muy común y sencillo crear nuevos
verbos, nombres o adverbios a partir de unidades onomatopéyicas. A
continuación vamos a repasar brevemente algunas de estas categorías.
2.2.1. Nombres
Uno de los grupos más numerosos es el formado por onomatopeyas que
desempeñan la función de nombre como en (13). La mayoría de este tipo de
palabras no sufre ningún proceso morfológico (13.a), pero a veces, pueden
formarse a partir de suijos derivativos como –ada que denota acción, y –ako
como en (13.b).
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
(13) a. Sin proceso morfológico
armiarma ‘araña’, iringalo ‘jilguero’, gur-gur ‘arroyo; gruñido’, izkirimiri
‘conversación ligera y agradable’, kirrink-kurrunk ‘arrullo’, nir-nir
‘fulgor’, pilpil-pulpul ‘palpitación’, tinta-minta ‘pequeños detalles’, trikitraku ‘batiburrillo’, girriski-garraska ‘persona que come a mordiscos y
ruidosamente la fruta’, furrifarra ‘persona mal vestida’
b. Por derivación
arramaskada ‘rasguño’, dzistada ‘centella’, sartada ‘acción momentánea; incisión’, irristada ‘resbalón’, zalapartada ‘desorden; resbalón’
xinkako ‘empujón’, zanpako ‘trago’, tunpako ‘caída con ruido sordo’
2.2.2. Adverbios
Otro grupo numeroso de onomatopeyas es el que desempeña la función
de adverbio, que en su mayoría son de modo. Muchas de estas onomatopeyas no reciben ningún tipo de aijo derivativo (14.a), pero otras toman el
suijo derivativo –ka, que tiene un valor iterativo (14.b). Algunas también se
declinan en los casos locativo (-n) e instrumental (-z) como en (14.c).
(14) a. Sin proceso morfológico
traka-traka ‘trotando’, hirrinbili-harranbala ‘atropelladamente’, irri-farra ‘tontamente’, sik eta sag ‘bruscamente’, trinkilin-trankulun
‘balanceando’
b. Por derivación
tirritaka ‘chirriando’, garra-garraka ‘revolcándose’, pirritaka ‘rodando’
c. Por caso
zanpean ‘de golpe y porrazo’, irrindan ‘rápidamente’, txitean-pitean ‘a
bocaditos; a cada rato’
narraz ‘arrastrando’, tirilikaz ‘rodando’
2.2.3. Verbos
Muchas de estas onomatopeyas también funcionan como verbos. En
estos casos siempre resultan de procesos de derivación, a través de suijo
verbal –tu (-du) como en (15.a), o de procesos de composición, en los
que se les añade un verbo como egin ‘hacer’, u otros como ibili ‘andar,
mover’, o egon ‘estar’ como vemos en (15.b). Este tipo de composiciones,
que se conocen con el nombre de ‘predicados complejos’ (Etxepare 2003:
285), es muy frecuente en lenguas con onomatopeyas. Como señala
Childs (2003: 125), a estas onomatopeyas les acompañan normalmente
verbos, denominados comúnmente ‘de soporte’ (inglés dummy verbs) que
signiican ‘hacer’, ‘decir’, ‘pensar’, y ‘andar/mover’. Por ejemplo, en japonés
encontramos expresiones miméticas con el verbo aruku ‘caminar’ como
en yoro-yoro(-to) aruku ‘temblar’, bura-bura(-to) aruku ‘pasear’, teku-teku(-to)
aruku ‘caminar’, pero también con el verbo suru ‘do’ (Hamano 1998, Hirose
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
1981). Lo interesante en este tipo de construcciones es que el signiicado
no lo aporta el verbo soporte sino la onomatopeya (Amha 2001).
(15) a. Por derivación –tu (-du)
arrastakatu ‘arrastrar’, dunduratu ‘resonar’, irrindalatu ‘girar, blandir’,
gongolatu ‘balancear; pasar buena vida’, karrankatu ‘chirriar’, sastatu
‘punzar’, txoromorotu ‘ponerse alegre a causa del vino’, xilintxautu
‘colgar’, zarrastatu ‘rasgar’, zirpinzindu ‘rociar, salpicar’
b. Por composición
verbo soporte
aurt egin ‘darse la vuelta’, dzanga egin ‘engullir, sumergirse’, gili-gili
egin ‘hacer cosquillas’, jaurt egin ‘lanzar’, klaska egin ‘morder’, pist
egin ‘escabullirse’, tart egin ‘romperse’
irin da faran ibili ‘andar sin ton ni son, gandulear’, pinpili-panpala ibili
‘caer rodando’, terrel-terrel ibili ‘arrastrar los pies al andar’
karraka egon ‘graznar’, kuli-mulika egon ‘estar con poco trabajo’, tint
egon ‘quejarse’
2.2.4. Adjetivos
También encontramos onomatopeyas con la función de adjetivos como
en (16). La mayoría de estos adjetivos no toman ningún aijo derivativo, aunque sí encontramos contados casos en los que estas palabras se transforman en adjetivos a través del suijo –tsu.
(16) a. Sin proceso morfológico
bri-bri ‘brillante’, gexa-mexa ‘débil’, mokoplaust ‘torpe’, pinpili-panpala
‘predilecto’, sara-sara ‘transparente’, sino-mino ‘ceremonioso’, zirtzin
‘tacaño’, zirzil ‘desaliñado’
b. Por derivación
zarraparratsu ‘ruidoso’, zizkolatsu ‘estridente’
2.2.5. Interjecciones
Finalmente, algunas onomatopeyas se pueden clasificar como
interjecciones:
(17) afa! ‘expresión de alegría’, afut ‘expresión de asco’, arasut! ‘grito provocador’, blaust! ‘expresión de algo que sucede repentinamente’, eit! ‘¡bah!’,
lost! ‘¡plas!’, mau-mau ‘expresión de incredulidad’, panp ‘¡pum!’
2.2.6. Multicategoriales
Es importante señalar que algunas de estas onomatopeyas, sobre
todo aquellas que no han sufrido ningún proceso morfológico, pueden
desempeñar varias funciones. Es decir, que resultan sintácticamente
ambiguas y en estos casos, es el contexto en el que aparecen, el que nos
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
indica cuál es su función. Por ejemplo, el caso de ir-ir en (18) o el de traka
traka en (19).
(18) a. Aize epela dabil ir-ir, ostoakin jostalari
viento templado anda ir-ir hojas.com juguetón
‘El viento templado se mueve suavemente, jugueteando con las
hojas’ (ece)
b. Hosto gorrien irir isilak iratzartzen nauenean…
hoja roja.gen irir callado.erg despertar.hab aux.cuando
‘Cuando el rumor suave de las hojas rojas me despierta…’ (ece)
(19) a. Traka-traka, zaldi gainean Durangon ziar
traka-traka caballo encima.loc Durango.loc a través
‘Trotando, en su caballo, a través de, Durango’ (oeh)
b. Jabeari baimenik eskatzeke, traka-traka bizi-xamarrean joan zan
dueño.dat permiso.part preguntar.sin traka-traka vivo-bastante.loc ir.
perf aux
‘Sin pedirle permiso a su dueño, [el burro] se marchó con un buen
trote’ (oeh)
Como vemos en estos ejemplos, tanto ir-ir como traka traka pueden funcionar como adverbios en (18.a) y (19.a), pero las mismas onomatopeyas
desempeñan también la función de sustantivo en (18.b) y (19.b).
2.3. La semántica de las onomatopeyas vascas
Como ocurre en la mayoría de las lenguas que cuentan con un numeroso
léxico onomatopéyico, en el euskara las onomatopeyas se utilizan principalmente para la descripción de determinados campos semánticos. Trask
(1997: 257) propone cinco áreas donde se puede observar una mayor concentración de este tipo de palabras: animales de pequeño tamaño, acciones
diversas, fenómenos atmosféricos, instrumentos musicales, características
físicas y términos sexuales. Después de analizar en detalle el corpus de
onomatopeyas del que disponemos (Coyos 2000, Ibarretxe-Antuñano 2006a,
Santisteban 2007), hemos ampliado las categorías originales de Trask, y proponemos la siguiente clasiicación semántica:
2.3.1. Acciones y actividades
La categoría de las acciones y actividades es el grupo más numeroso
dentro del corpus de onomatopeyas vascas. Lo hemos subdivido en las
siguientes subcategorías como vemos en (21):
(21) a. Movimiento
erren egin, herremelka, tangala, trikilaka, txangika-mangika ibili, tzainku-tzainku ‘cojear’, hinkili-hankala ‘sostenerse a duras penas’, irrist
egin, laprast egin, txokoldu, zirin-zirin ‘resbalar’, dzapart egin, punpatu
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
‘saltar’, antxintxi egin ‘correr’, farrastaz, karra egin, nisnaska, siltsi-saltsa, tzipi-tzapa ‘correr atropelladamente’, tipirri taparra ‘correr
con diicultad’, tzillotzallo ‘andar arrastrando los pies’, xingi-xango
‘andar a saltitos’, herrestatu, kirrikimarraka, narrastu ‘arrastrar’, hilinki-halanka, kinki-kanka ‘andar con diicultad’, bulundatu, dzanga egin,
pulunp egin, txonbo egin, zapatz egin ‘sumergirse’, plisti-plasta, tala-tala, tiltil, tipisti-tapasta, xapa-xapa, zili-zala ‘patullar’, zala ‘caerse
en el barro’
El grupo de las onomatopeyas que describen el movimiento es uno
de los más numerosos en euskara. Ibarretxe-Antuñano (2006b)
recoje más de 800 ejemplos de palabras imitativas del movimiento
como las llaman Hinton et al (1994). Entre la descripción que esta
autora ofrece de estos elementos, da un análisis semántico mucho
más detallado basado en varios subcomponentes semánticos y que
pasamos a resumir brevemente y ejempliicar a continuación:
•
‘Figura’: el objeto que se mueve (características físicas). Ej. Talapast
‘líquido moviéndose en un contenedor’.
•
‘Base’: la(s) entidad(es) con respecto a la(s) cual(es) se mueve la
Figura. Ej. Tala-tala ‘chapotear’.
•
‘Camino’: la trayectoria que sigue la Figura. Ej. Zirku-mirku ‘ir de un
lado a otro’.
•
‘Movimiento’: la acción de moverse en sí misma. Ej. Faia-faia ‘ir’.
•
‘Límites del movimiento’: la duración temporal o aspectual, el inicio o
la conclusión del movimiento. Ej. Krak ‘pararse de repente’.
•
‘Postura’: cambio de postura del protagonista al principio o al inal de
la trayectoria del movimiento. Ej. Kirimildu ‘enroscarse’.
•
‘Manera’: la forma en la que se desarrolla el movimiento. Esta a su
vez se subdivide en las siguientes categorías:
–
‘Energía’: la resistencia que se requiere para llevar a cabo el
movimiento (alta-baja). Ej. Zirkin ‘impulsión’, mara-mara ‘movimiento
suave’.
–
‘Movimiento forzado’: el movimiento que requiere un esfuerzo
para ser llevado a cabo. Ej. Hirrinbili-harranbala ‘moverse
torpemente’.
–
‘Movimiento furtivo’: el movimiento que esconde un propósito. Ej.
Jitipiti-jatapata ‘andar a gatas’.
–
‘Movimiento con obstrucción’: el movimiento que conlleva un
impedimento u obstáculo. Ej. Zirkun-zarkun ‘ir a trompicones’.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
–
‘Velocidad’: el ritmo y la velocidad del movimiento (rápido-lento).
Ej. Haia-haia ‘rápidamente’.
–
‘Movimiento suave’: el movimiento que luye. Ej. Dringili-drangala
‘balancearse, mecerse’.
–
‘Patrón motriz’: las diferentes posiciones que el cuerpo adopta
para llevar a cabo el movimiento (andar, correr, saltar, volar,
nadar). Ej. Tipi-tapa ‘andar con pasos cortos y ligeros’, atxi-atxika
‘corriendo’, txingili-mingili ‘andar sobre un pie’, la-la ‘volar’, igerimigeri ‘como nadando’.
b. Comunicación
Además de incluir palabras generales relacionadas con esta categoría, destacan tres grupos principales: onomatopeyas que describen acciones relacionadas con el cuchicheo o con el murmurar, con
la cantidad y/o la velocidad de lo que se habla, y con el hablar con
algún defecto de dicción:
ink, itx edo atx, murt ‘ni mu, ni palabra’, intzire-mintzire ‘queja’, iritzi-miritzi ‘dimes y diretes’, ixil-mixil ‘conversación en secreto’, kirimikatu
‘mascullar’, kiskun-kaskun ‘farfullar, balbucear’, mir-mor egin ‘regañar’
atxumurka ‘murmurando’, autu-mautu, ulumulu, zitzimutzika ‘hablillas’,
kuxmux, xuxu-muxu, tzutzuputzu, zarzo ‘cuchicheo’, inku-minku, txutxu-mutxu egin, xuxurlatu ‘susurrar, cuchichear’
bala-bala ‘de boca en boca’, bis-bis ‘parloteo’, kalaka ‘charlatán’, tal-tal ‘hablar sin interrupción’, tarantula ‘habladuría larga y enojosa’,
tibiribiri-tibiribiro ‘charla que te charla’, zitzipatza ‘verborrea’
erremerre ‘pronunciación defectuosa de la r’, ji-ja, jijimaja, jin-jau ‘gangoso’, sisibasa ‘pronunciar con imperfección’, tirli-torlo ‘hablar defectuosamente’, ziza ‘ceceo’, zizo-ziza ‘cecear’
c. Luz
Las onomatopeyas de la luz lexicalizan sobre todo conceptos relacionados con diferentes tipos de brillo, resplandor, luz…:
bill-bill egin ‘relejar (el sol con el calor en el tejado), brizt egin, dirdiratu, diz-diz, dris-dris, dzir-dzar, nir-nir egin, pindatu, zirt-zart egin ‘brillar’, birrist, printz ‘brillo’, brizdriztadako ‘relejo del sol’, gir-gir egin
‘parpadear’, inkatz-zapart, pinda, pirrin, sista, txatar, txintar, txipistada
‘chispa’, zirpitaka ‘despedir haces de luz’, zirrinta ‘rayo de luz’
d. Sonido
En esta subcategoría se incluyen todos aquellos casos que son propiamente imitaciones de los sonidos, como los sonidos de los animales, de las personas, de los instrumentos, etc.
arrama ‘gemido’, arranba ‘mugido’, arrantza ‘rebuzno’, bafa ‘resoplido’, banpalahara ‘cataplum’, barranba ‘estrépito’, bilin-banga laun
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
‘talán’, binbilikatu ‘vibrar’, bir bor ‘ruido de todo tipo’, birrinbi-barranba ‘estruendo’, brinbraun ‘ruido metálico confuso’, brun-brun
‘zumbido’, bunpa ‘ruido sordo’, dilin-dolon ‘talán talan’, dindatu ‘tintinear’, dulun ‘tañido de campaña o cencerro grande’, durduratu ‘resonar’, lisk-lask ‘restallar’, furrust ‘refunfuño’, furruxt ‘zumbido, aleteo’,
gara-gara ‘graznido’, girrin ‘chillido’, gran-gran ‘ruido del tren’, irringa
‘crujido’, izkirrita ‘griterío’, karrak egin ‘graznido, cacareo’, kilin-kilin
‘ruido cristalino (de espadas)’, kirrinka-karranka ‘chirrido del carro’,
marruma egin ‘bramar, aullar, mugir’, orrugu ‘aullido’, purrust-parrast
‘ruido de las olas’, tir-tir ‘ruido de la lluvia’, ttakun-ttakun ‘ruido de la
txalaparta’, zart ‘ruido seco’, zirris-zarras ‘ruido de la sierra’
e. Ingestión
Se incluyen las onomatopeyas que describen diferentes tipos de
comer y beber:
glaska-glaska, grask, lafa-lafa ‘roer’, klika ‘gana de comer’, klika-klaka,
marru-marru, masta-masta, mauka-mauka, maun-maun, zurrut eta
murrut ‘comer a dos carrillos’, kurruxkaka, marra-marra, zaka-zaka,
zanka-zanka, zanpa-zanpa ‘comer con torpeza’, meleka-meleka, miliki-malaka, ñasta-ñasta ‘comer sin ganas’, zala-zala, zapa-zapa, zausta-zausta ‘comer devorando’,
hikilimili klik ‘beber de un trago’, hurrupa-mupaka ‘ofrecer a beber a
tragos’, krik, txurru-txurru ‘beber’, kluku ‘beber a tragos’, sanga-sanga,
tinka-tinka, zarra-zarra, zinga-zinga ‘beber torpemente’, tala-tala ‘beber
agua un perro’, turla-turla ‘beber a grandes tragos’, xurru-xurru ‘beber
constantemente’, zuku-zuku ‘beber chupando’, zurga-zurga ‘beber a
sorbos’, zurrupa ‘trago, sorbo’, zurrust egin, zurrut egin ‘sorber’
f.
Destrucción
Las onomatopeyas de destrucción incluyen toda clase de acciones
cuyo resultado cambia el estado del objeto que ha sido manipulado,
como por ejemplo, romper, rasgar, perforar, punzar:
astrapalada ‘hecatombe’, birrin-birrin ‘devastar; rasgar’, blangatu
‘cortar la madera en troncos mayores’, dart egin, dzanp, ‘romper’,
dzapartatu, klaskaratu, txirtxilatu, zalapart egin ‘estallar’, dzart egin
‘romperse algo tirante’, dzist-dzast ‘perforar una y otra vez’, lisk-lask
‘restallar’, gliska-glaska ‘cortar el pelo’, karaskatu ‘romper crujiendo’,
karra-karra, tarrat egin ‘rasgar’, korrok egin, kraskatu ‘quebrar’, krik-krik ‘ruido de romper huesos’, sast edo xixt, sisti-sasta ‘punzar’,
zapart egin ‘agrietar’, parrastatu, ris-ras, urratu, xirtxikatu ‘desgarrar’
g. Golpeo
En este grupo incluimos todos aquellos elementos relacionados
con golpear en diferentes grados e intensidades, con partes (mano,
palma…) y supericies distintas (puerta):
bla, dzabradako, dzapart ‘sopapo’, blast, blaust ‘bofetada’, blisti-blasta
‘dar golpes repetidamente con la palma de la mano’, bliu-blau, dibli-
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
-dabla ‘abofetear’, da-da ‘golpear a la puerta’, danbatako ‘golpe
violento’, dinbi-danba ‘tundir a golpes’, dzart ‘golpe seco’, farfatu
‘sacudir, golpear’, furrust-farrast ‘chocar las olas, hojas…’, kask-kask
‘golpear en la puerta’, kiska-kaska, pan-pan, txatxi egin, xala-xala,
zalatu ‘pegar’, panpa-panpa ‘golpear continuamente’, talka ‘tope,
choque’, zapla ‘golpecito y bofetada’, zart-zart ‘palmetazo’
h. Ebullición
Estas onomatopeyas distinguen entre diferentes grados de ebullición:
bal-bal, bor-bor egin, bro-bro, bur-bur ‘hervir fuertemente’, bol-bol ‘hervir en el fondo’, gal-gal, gar-gar, kal-kal, parpaz ‘hervir’, il-il, pil-pil egin,
txil-txil ‘hervir suavemente (supericial)’, tastarika, tazt ‘ebullición’, pul-pul-pul ‘ebullición exterior’
i.
Emociones
En este grupo incluimos todo tipo de sentimientos, actitudes y emociones, así como acciones relacionadas con estos como la risa o el
llanto:
jusjus, pispilin, ttuntturruntun ‘alegre’, tast ‘desdén’, tarrita ‘provocar ira’
irri egin, par egin ‘reír’, irri-karkara, irri-zala ‘risotada, carcajada’,
irrimurri ‘sonrisa maliciosa’, kafailaka, kar-kar, santzo ‘carcajada’
hipa, zipa ‘sollozo’, intziri-mintziri ‘sollozar’, taska-taska ‘llorar mucho’
j.
Funciones corporales
En esta categoría se encuentras los elementos relacionados con el
cuerpo, ya sean funciones, acciones o sensanciones físicas:
bir-bir-bir ‘hormigueo’, gili-gili, kili-kili ‘cosquillas’, kirri-kirri ‘dentera’,
nar-nar ‘dolor sordo’, panpa-zalaparta ‘palpitación con ruido’, pirri-pirri, pirrit ‘diarrea’, pilpiratu, pilpil-pulpul ‘palpitar’, taupada ‘latido del
corazón’, tirri-tarra ‘cuesco’, txu ‘saliva’, zirri-zorro ‘respiración ruidosa’, zurrunga ‘ronquido’
k. Miscelánea
Para evitar más categorías en este grupo se recogen otro tipo de actividades que aún teniendo presencia en el corpus, no son tan numerosas como los anteriores:
bil-bil egin ‘envolver’, bilo-biloka ‘pelearse entre mujeres’, bir-bir ‘extender, derramar’, birri-barra, bolo-bolo ‘esparcir’, bixilli-baxalla ‘hacer travesuras’, drai-drai ‘trabajar intensamente’, drasta-drasta ‘dar moneda
a moneda’, dri-dra ‘proceder drásticamente’, farra-farran ‘hilar torpemente’, irrin-irrin ‘hilar’, irristi-farrasta ‘trabajar sin esmero’, lirin-laranka ‘canturrear’, mela-mela ‘totalmente mojado’, pafa-pafa ‘fumar en
pipa’, txatxamurka egin ‘pellizcar’, plot egin ‘agotarse’, sorki-morki ‘coser
torpemente’, telent-telent ‘sin hacer nada, de brazos cruzados’
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2.3.2. Animales
El grupo de las onomatopeyas para designar animales de pequeño tamaño
es bastante numeroso, y engloba diferentes tipos como vemos en (22).
(22) a. Insectos
arkamele ‘escarabajo’, armiarma ‘araña’, bibirritingo ‘mariquita’,
burrun bipi ‘carcoma’, burrun ‘abejarruco’, pinpilipauxa ‘mariposa’,
tximirrika ‘abejaruco’, txiritxa, zirrika-mandika ‘saltamontes’, txitxitera
‘cigarra’, txamorro ‘gorgojo’, tximinta ‘chinche’, ziringilo ‘sabandija’,
zizka ‘carcoma’
b. Crustáceos, moluscos
karramarro ‘cangrejo’, marraskilo ‘caracolillo’, txangurru ‘cangrejo’,
txirla ‘almeja pequeña’, txirtxita ‘almeja’
baranda ‘limaco’
c. Pájaros
amiamo ‘cigüena’, auxulunt ‘francolín’, bili-bili ‘pato’, bilibarro ‘tordo’,
iringalo ‘jilguero’, goronbilo ‘golondrina’, irra-irra ‘vencejo’, kakamilikuri ‘cacatúa’, kirrikoloka ‘pájaro marino zancudo’, parpara, purruta
‘codorniz’, txantxangorri ‘petirrojo’, txirlet ‘gaviota de pico amarillo’,
xirri ‘gaviota pequeña’, xoxo ‘mirlo’
d. Anibios
atangala ‘rana’, anpalaubri, burrunbilo ‘renacuajo’, apupulunka, klunklun, konka, txantxiku ‘sapo’
e. Peces
mamar ‘pez marino’, maztranga ‘pez parecido a la raya’, perpelete
‘dorada’, pinpino ‘pez colario’, txilo ‘pancho’, txitxarro ‘turel’, txipiroi
‘calamar’, xipa ‘bermejuela’, txitxardin ‘angulas’
f.
Otros
igiri-bigiri ‘nutria’, kirikiño, tiriku ‘erizo’, mitxin ‘gato’, mumu ‘vaca,
buey’, nono ‘oveja’, pututx ‘hurón’, tximino ‘mono’
Además de todos estos tipos de animales, quizás sea interesante señalar que para denominar a algunos de estos animales encontramos una gran
variedad de apelativos onomatopéyicos. Uno de los ejemplos más notable es
el caso de ‘mariposa’ que cuenta con más 32 posibilidades: atxitamatatxi,
axandalo, falfala, libirita, makara, mitxilikote, mitxirrika, moxorrika, panpiña,
pinpilinpauxa, pinpilinpika, pinpirin, pinpiripoxa, pitixileta, pitxeleta, pitxoleta,
pitxilota, txalupitxi, txilipitaina, tximilot, tximirrika, txipileta, txipiritona, txiribiri,
txirripita, txiruliru, txitxildola, txitxipapa, xintxitoil, xinxitola, xirita, zirimita.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
2.3.3. Plantas
Aunque es menos numeroso que el grupo de los animales también se
encuentran ejemplos relacionados con las plantas:
(23) kalanba ‘aloe’, kalikola ‘amapola’, malmai ‘cereza negra’, txantxar
‘beleño’, panpun ‘seta muy grande’, txinrintxo ‘alelí amarillo’, txuatxin ‘hongo’
2.3.4. Fenómenos atmosféricos
En el grupo de las onomatopeyas relacionadas con los fenómenos
atmosféricos, la mayoría de los ejemplos describen fenómenos relacionados
con el mal tiempo, como vemos en (24):
(24) arrabar, kaskabar, kaskabiko, kazkaradar, txingor, txintxerrol, tzitzar, xiskor ‘granizo’, txitxer ‘granizo pequeño’, xirimiri, zirzira ‘llovizna’, baurre, burbur,
burrunba, burrunbunbun, dulunda, orro ‘trueno’, dirtada, dzistada, txilibista,
ximist, xista-mixta, ‘rayo, relámpago’, xirimola ‘huracán’, gangarabi ‘niebla en
un río producida por el frío’, truxalak egin, truxu ‘llover a cántaros’, xurrupita
‘lluvia torrencial’
2.3.5. Instrumentos musicales
En el siguiente grupo de onomatopeyas, destacan sobre todo los instrumentos de percusión, cualquier tipo de tambor o campana, y los de viento,
cualquier tipo de lauta. Veamos algunos ejemplos en (25).
(25) bulunba, drunba, zintzila ‘cencerro’, dunbala ‘bombo’, gargal, kirkila,
txintxirri ‘sonajero’, txantxan, txingalango, txingili-mingili ‘campana’, txintxa,
txintxila, xilinda, zintzarri ‘campanilla’, tuntun, txun-txun, xiribika ‘tamboril’,
tururu, txirola, txuztu, zinburrun ‘silbo’, txulubi ‘silbato’, turuta ‘bocina’, txirula
‘lauta’, zinburruna ‘albogue’
2.3.6. Características físicas y psíquicas
En la categoría de las características físicas, aunque se describen todo
tipo de características (gordura, belleza…), destacan las onomatopeyas
que señalan defectos físicos, o rasgos que tienen connotaciones negativas.
Aunque en la clasiicación de Trask (1997: 257) no se incluyen, vamos también a meter en este grupo las onomatopeyas que lexicalizan características
psíquicas, que normalmente también aluden a una interpretación negativa.
(26) a. Características físicas
bonbili, gangarra, mamanton, motolote, pipor, pottolo, tarrapalot, tontorrobilo, txotxontxu, zokolo ‘gordo’, danglo ‘persona tosca’, farras
‘desaliñado’, gelge, gexal-mexal, txankil, txepel, xistrin, zinlindroin
‘débil’, patal, tatelka, tartalo ‘tartamudo’, tatar, tipi, ttuttu ‘pequeño’,
zitzimutzika, zitzipara ‘zopenco, tosco’
monono, panpoxta, txirripitin ‘bonito’
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
b. Características psíquicas
barraban ‘pícaro’, berrinba-barranba, patraka ‘torpe’, gangun ‘persona loja, vaga’, gelpe, kokolo-mokolo, momolo, papau, tetele, txaldan,
txontxa ‘bobalicón, tonto’, pinpirinakeri, ttittulin ‘pomposo, pedante’,
indura-bandura, inka-manka, kili-kala, koko-meko ‘indeciso’, melenga,
sinkulin-minkulin ‘quejicoso’
2.3.7. Herramientas y artilugios
Otro grupo de onomatopeyas es el que describe diversos aparatos, normalmente pequeños como en (27)
(27) akulu-makulu ‘zancos’, benk ‘púa’, dranbal ‘tuerca’, irinda ‘polea,
garranga ‘anzuelo’, taunk ‘martillo’, ruedecita’, txanga ‘bisagra’, txirritol ‘molinillo; rueca; polea’
2.3.8. Cosas
Este grupo recoge objetos y cosas de diverso tipo; destacan las cosas
que tienen poco o ningún valor.
(28)
a. en general
arazo-marazo ‘asunto’, bi-bi, muñi-muñi, txin ‘dinero’, birbil ‘botón’,
ganga ‘bóveda, arco’, kiribil ‘espiral’
b. de poco valor
kirkira, ziztrin ‘cosa insigniicante’, mingil ‘cosa efímera’, hink, tintik,
tunt ‘nada’, tinta-minta ‘pequeños detalles’, surruburru ‘trabajillos de
poca monta’, txirimir ‘cosa de poco importancia’, tzirtzil ‘cosa futil’
2.3.9. Habla infantil
Gran parte del habla infantil está compuesto por elementos onomatopéyicos que designan todo tipo de actividades, objetos, personas y animales
como vemos en (29). De ahí que en numerosas ocasiones se relacionen
erróneamente las onomatopeyas exclusivamente con este registro.
(29) acciones y actividades como apatx egin ‘sentarse’, bitxbitx ‘orina’,
mau-mau ‘comer’; objetos txitxi ‘carne’, txatxa ‘manzana, fruta’; animales
como kurrin-kurrin ‘cerdo’, ttotto ‘perro’; personas como txetxe ‘niño
pequeño’.
2.3.10. Cantidad
Si antes mencionábamos que las onomatopeyas sirven para designar
objetos de poco valor, como vemos en (30), también hay un gran número de
elementos que indican gran cantidad de algo.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
(30) bar-bar, barra-barra ‘en cantidad’, barrasta-barrasta, bedera-bedera
‘con profusión (gastar dinero), birbirika ‘multitud de cosas pequeñas’, boldroko ‘amontonamiento’, dalan-dalan ‘repleto’, farra-farra ‘profusamente’, gilgil ‘lleno’, kuñkuñkuño ‘lleno de fruta’, arrastan ‘a puñados’
2.3.11. Naturaleza
En esta categoría incluimos todo tipo de accidentes geográicos y elementos relacionados con la naturaleza en general:
(31) argizirrinta ‘alba’, atxuntxua ‘peñasco’, brenk ‘cima escarpada’,
draka ‘pendiente muy fuerte en caminos’, zurrumilo ‘remolino de agua’
2.3.12. Términos sexuales
Otro de los campos característicos, aunque no tenemos documentados
demasiados ejemplos en nuestro corpus es el de los términos sexuales
como en (33)
(32) txitxil ‘verga, miembro genital del hombre’, txuringa ‘esfínter anal’
2.3.13. Miscelánea
Finalmente, hemos incluido una categoría mixta (características,
cosas…) que recogen otros elementos que quedan fuera de los grupos descritos anteriormente:
(33) asa-asa ‘ligero de ropa’, kikirriki ‘multicolor’, kinkirrinkon ‘champán’,
dsilipurta ‘salpicadura’, sara-sara ‘transparente’, tanta ‘gota’, trikimailu
‘trampa’, tolot ‘podrido’, zurrunpi ‘viruela, sarampión’
2.4. La pragmática de las onomatopeyas vascas
Finalmente en lo que concierne a la pragmática de estos elementos,
especialmente, a algunas de las funciones discursivas que cumplen8,
parece que hay consenso en que estas palabras sirven para llevar a cabo
una función dramatúrgica, es decir, para añadir expresividad a la situación
comunicativa (Voeltz y Kilian-Hatz 2001: 3). En el caso del registro oral, es
muy frecuente que estos elementos además vayan acompañados de gestos
8. En este artículo, solo vamos a centrarnos en dos funciones discursivas: la dramatúrgica
y la estilística. Sin embargo, un análisis más completo de la pragmática de estos elementos
requeriría también la descripción de su función lingüística (véase al respecto Ibarretxe-Antuñano
2009a para el euskara, o autores como Alpher 2001, Gabas y Van der Auwera 2004, Nuckols
1996, 2001), además de un detallado estudio del uso de las onomatopeyas por parte de los
hablantes. Se sabe aún poco sobre los factores que intervienen y determinan el uso de este
tipo de palabras. Autores como Childs (1996, 1997, 1998, 2001) apuntan a diversas variables
de base sociolingüística como la edad, el entorno, la educación o la rusticidad, y otros como
Ottenheimer y Primrose (1990) y Moshi (1993) también incluyen la necesidad de un ambiente
cultural apropiado, es decir, de un entorno en el que tanto los interlocutores como las necesidades
semánticas y sociopragmáticas sean propicias y favorezcan su uso.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
que refuerzan o representan el signiicado de las onomatopeyas (Kita 1993,
1997). Moshi (1993) incluso señala que en la lengua bantú kivunjo-chaga,
el uso de estas palabras está incompleto si no lleva consigo un gesto ritual
con la mano u otra parte del cuerpo. Hay además algunos autores como
Nuckolls (2001: 277) que van aún más allá, e indican que las onomatopeyas
de hecho son formas híbridas, que combinan propiedades tanto del dominio
verbal como del gestual. Kunene (1978, 2001) comparte esta opinión e
indica que los ideófonos en la lengua africana sesoto son los substitutos
lingüísticos más cercanos de los actos físicos no verbales, por los que
entiende los gestos conscientes y cualquier otro acto imitativo.
Además de la expresividad que aportan las onomatopeyas, estos elementos son fundamentales por su función estilística, es decir, por su aportación
estética a la estructura de un texto. Las onomatopeyas sirven tanto para destacar ciertos elementos como para ser utilizados como herramientas de cohesión narrativa, de intertextualidad. Noss (2001), por ejemplo, dice:
[…] the meaning of the Gbaya ideophone is found in the network of ideas
and sounds from which the artist draws; the meaning is in the aesthetic tradition and its interpretation before the audience; it is in the artist’s selection
and placement of the ideophones in their poetic context; it is in the social
and cultural setting that is the past and present World of the Gbaya; the meaning is in the vital and dynamic nature of the ideophones themselves. (pág.
269)
Esta misma opinión la comparten otros autores que trabajan con onomatopeyas en lenguas tan diferentes como el quechua de Pastaza (Nuckolls
2006), el siwu (Dingemanse 2009) o el navajo (Webster 2008, 2009).
A continuación vamos a describir cómo se desarrollan estas dos funciones en las onomatopeyas del euskara.
2.4.1. La función dramatúrgica
La función dramatúrgica consiste en dar expresividad a las situaciones
comunicativas en las que se utiliza la onomatopeya como, por ejemplo, en
los casos que se recogen en los siguientes ejemplos:
(34)
Upela oso-osorik atzaparretan artu ta zanga, zanga! ustu arte
cuba lleno-lleno.part zarpa.loc coger y zanga zanga vaciar hasta
‘Agarró con las manos la cuba llena hasta los topes y zanga, zanga!
hasta vaciarla (oeh)
(35)
Ñir-ñir-ñir hasten dira izarrak zeruan
ñir-ñir-ñir empezar aux estrellas.abs cielo.loc
‘Las estrellas empiezan a ñir-ñir-ñir en el cielo’ (oeh)
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
(36)
Goizean haizia iri-iri zebillen
mañana.loc aire.abs iri-iri andaba
‘Por la mañana andaba un aire iri-iri’ (oeh)
En todos estos ejemplos la manera en la que se produce la acción se
describe en la onomatopeya. En el ejemplo (34), el ideófono zanga zanga
describe la acción de beber, pero no de cualquier forma, sino continuada, a
grandes tragos y haciendo ruido. En el (35), ñir-ñir-ñir signiica brillar, pero de
una forma especial, es la luz intermitente, fugaz, destelleante que emiten
como en este ejemplo las estrellas, o cualquier cuerpo celeste por la noche.
Firi-iri en (36) también indica un tipo especial de viento, es el vientecillo
suave, como una leve brisa. En estos casos la onomatopeya es realmente
la que aporta todos los matices del evento; hay que tener en cuenta que,
por un lado, en ninguno de estos ejemplos aparece ningún verbo concreto
que lexicalice los conceptos de ‘beber’, ‘brillar’ o ‘soplar’, y por otro lado, las
onomatopeyas son realmente las que nos llevan a imaginar, cómo se lleva a
cabo la acción. Nuckolls (2001, 2006) en su análisis de los ideófonos del
quechua de Pastaza no solamente los llamaba, gestos verbales, porque describían cómo se realizaba una acción, sino que además, en un reciente artículo señalaba lo siguiente:
Although this description [se reiere a un ejemplo] is lacking any inite verb,
the ideophones themselves assume the pragmatic importance of verbs. […] In
discourse, ideophones are a likely locus of intonational and gestural foregrounding, which contributes to their pragmatic status as performance. […] They capture what is aesthetically salient and absolutely true, what is emotionally riventing
and objectively factual. Insofar as they do this, they are pragmatically quite different from the occasional whimsical ideophones used in English such as ka-ching,
or bling bling. (2006: 40-41)
Esta cita de Nuckolls con respecto al quechua nos recuerda a la que
veíamos unas páginas más arriba de Lecuona (1964: 137) cuando decía:
“[cada onomatopeya] es capaz de darnos una impresión de los objetos
mucho más verdadera que la mejor descripción realista de los mismos”.
Estas palabras demuestran, junto a los ejemplos que acabamos de ver que,
al igual que en quechua, el valor pragmático de estos elementos es fundamental en euskara.
Dentro de esta función dramatúrgica, se suele mencionar también cómo
estos elementos suelen a veces ir acompañados por gestos, que no solo
añaden signiicado, sino que refuerzan lo que ya se ha representado en la
onomatopeya. Este sería el caso de los ejemplos (37) y (38) con sus correspondientes Figuras (1) y (2) donde se ve el gesto que va con la onomatopeya. Incluímos también la imagen original que los informantes estaban
describiendo en ese momento.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
Figs. 1 y 2. Plisti plasta (dibujos de Mercer Mayer. Frog, where are you?). Fig. 3: Gesto de dar pasos
(37)
Aoztarrek hartu dau txakurra gainean eta plisti plasta, plisti plasta,
urten dira errekatik
Aoztar.erg coger aux perro.abs encima.loc y plisti plasta plisti plasta
salir aux río.abl
‘Aoztar [el niño] se pone al perro encima y plisti plasta plisti plasta
salen del río’ [B20e2]
En este caso, la informante está describiendo cómo el niño después de
caerse al río, coge al perro y van caminando por el río. Utiliza plisti plasta
que signiica ‘andar patullando en el agua’, y al mismo tiempo, gesticula con
las manos el andar, los pasos. Este gesto se realiza de forma sincronizada
con la onomatopeya, es decir, el primer elemento plisti coincide con el movimiento de la mano izquierda y el segundo elemento plasta con el movimiento
de la mano derecha. Como se puede ver en el ejemplo (37), la onomatopeya se repite dos veces, así que se puede decir que se dan ‘cuatro pasos’.
En este caso el gesto no añade signiicado nuevo, ya que el andar o el dar
pasos está incluido en la semántica del ideófono plisti-plasta pero sí que se
añade una gran expresividad a toda la escena descrita.
2.4.2. La función estilística
Otra de las funciones características de los ideófonos es su aportación
estética a un texto. En el caso del euskara, esta función es quizás una de
las más reconocidas de las onomatopeyas. Lecuona (1964) ya mencionaba en su estudio sobre la literatura oral vasca que estos elementos son
unos de los constituyentes fundamentales de la llamada poesía decorativa,
además de entre otras cosas, el ritmo y la rima. En este librito, Lecuona
recoge algunos de los versos más conocidos y que forman parte del acervo
cultural-musical tradicional vasco. Como se ve en (38), (39) y (40), están llenos de elementos ideofónicos:
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
(38)
baga, biga, higa
laga, boga, sega
zai, zoi, bele
harma, tiro, pum!
xirrixti-mirristi, gerrena, plat
olio zopa, kikili salda,
urrup edan edo klik...
ikimilikiliklik!
un, dos, tres
cuatro, cinco, seis
siete, ocho, cuervos
arma, tiro, pum!
xirrixti-mirristi (palabras mágicas), asador, plato
sopa de aceite, caldo de kikili (gallo)
urrup (sorber), beber o klik (trago)
ikimilikiliklik! (trago)
(39)
din-dan, boleran
elizako kanberan
din-dan, boleran
gure aurra koleran.
Dingindin-dangandan, dingindin-dan
Dingindin-dangandan, dingindin-dan
din-dan volteo de campanas
en la cámara de la iglesia
din-dan campaneo
nuestro niño en cólera (¿)
Dingindin-dangandan, dingindin-dan
Dingindin-dangandan, dingindin-dan
(40) ttun kurrun kuttun, kuttunku
ttun kurrun kuttuna!
run kuttun kuttun kuttunku
run kuttun kuttuna!
loa, loa
run kuttun kuttuna!
ttun kurrun (arrullo) kuttun (querido), kuttunku
ttun kurrun (arrullo) kuttuna (querido),
run kuttun (querido) kuttun kuttunku
run kuttun kuttuna (querido)!
duerme, duerme
run kuttun kuttuna (querido)!
Algunos de estos elementos simplemente representan ritmos
especíicos, como el dingindin-dangandan, dingindin-dan o el din-dan que
recuerda al repicar de las campanas en (39), otros como en el caso de la
canción de cuna en (40) son todos onomatopéyicos y proporcionan un juego
entre onomatopeyas con signiicado (kurrunka ‘arrullar’ y kuttun ‘querido’)
y su combinación con otras sin un signiicado tan claro, salvo por la parte
fonoestética (run), y otros como algunos de los ejemplos en (38), que dan
viveza, expresividad y una carga estilística a acciones como el sorber en
ikimilikiliklik ‘trago’.
El cancionero vasco tradicional, así como dichos y juegos (véase Azkue
1923), está lleno de versos donde las onomatopeyas se reproducen sin
cesar. Sin embargo, lo interesante de la función estilística es que no hace
falta solamente centrarse en la poesía oral tradicional o en lo tradicional en
general, también en la poesía contemporánea se encuentran ejemplos de
usos estilísticos de estos elementos. Uno de los mayores exponentes es,
por ejemplo, Bitoriano Gandiaga. Veamos algunos de sus poemas en (41),
(42) y (43). Hemos subrayado nosotros los elementos onomatopéyicos, el
resto es original de la publicación.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
(41) (1977) Uda batez Madrilen (178)
[Anuntzioak]
Anuntzioak
dir-dir
txaplata
mila
tamaina
tankera
mila
lekutan
tzapasta
hiria
txapastan.
mila
abata
milatan
txipizta
zehar
Argitarako jarri
bonbilen argia baino
anuntzioen bristada,
NEBRASKA, IMPERIAL
ta anuntzio gehiago:
CAMEL, BIMBO, MARTINI
CLUB, PASAPOGA, CAPITOL,
ESPASA CALPE, S.A.
CERTINA…
Anuntzioak
zaplada
mila
mailatan,
ziplika
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dist-dast
mila
tamaina
mila
zaplaka
mila
blastada
tankera
lekutan
hiria
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
zehar
Anuntzioak argiz,
Irriz anuntzioak,
hirrikatuz gizona
Anuntzioak
zartada
mila
milatan
sistaka
zehar
blisti-blast.
argi zirtada biziz,
bristakoan, begiz.
eskaintza kilikariz
kolore zirtakariz,
irritsa irristaraziz
tirriatuz zirriz.
zirt-zart
mila
mila
sastada
tamaina
tankera
mila
lekutan
sastaka
hiria
sisti-sast.
(42) (2004) Adio (93)
Trinkili trankala ari gara
trinkili trankala betikoan
trinkilik trankala
trankalak trinkili
bizitza bideko
egunen orduen
uneen ritmoan.
Trinkili trankala bizi gara
betiko trinkili
-trankal trajiko
majiko
sorpresa
handiko bidaia
bizitza beteko
noiznahikoan tranbala
(43) (2004) Adio (110)
Tzi-tzi.
Tzi-tzi, tzi-tzi-tzi.
Pinadiz, tzi-tzi-tzi.
Pinadiz pinadi tzi-tzi-tzi.
Gaueko pinadiz, tzi-tzi-tzi.
Tzi-tzi,
tzi-tzi,
166
tzi-tzi...
Pinadiz, tzi-tzi-tzi.
Tzi-tzi tzi-tzilari,
tzi-tzi, xomorroa, tzi-tzi,
hegoak hegoz igurtzi
ta igurtzi.
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
Como se puede observar en estos tres ejemplos, Gandiaga maneja las
onomatopeyas magistralmente. En el primer poema, se nos habla de los
anuncios de neón que hay en una gran ciudad. Además del efecto visual
de la organización y distribución de estas palabras, que aún apoya más el
ritmo de las onomatopeyas y la sensación que causan estos anuncios en
una persona no acostumbrada, tenemos el signiicado y la utilización de las
onomatopeyas que describen lo que siente y lo que piensa de los anuncios
el poeta. Anuncios que brillan (dir-dir, zirta), que nos abofetean por todas
partes (blastada, zartada), intermitentes, decididos y rápidos como pinchazos
(sisti-sast, zirt-zart, brista), que nos salpican (tzapasta), nos producen risas
(irri) y nos ofrecen cosas dudosas (kilika). En el segundo poema, habla de
la vida y de como siempre vamos en este viaje trinkili trankala ‘moverse con
cansacio, a trancas y barrancas, ruidosamente como un tren’. Finalmente, en
el último poema, Gandiaga juega con el ruido de los pinares, de los insectos,
el tzi-tzi-tzi, que escucha todas las noches.
Estos ejemplos, sacados de los muchos que utiliza Gandiaga en su obra,
junto con los casos anteriores, son un claro ejemplo de que la utilización
de las onomatopeyas tiene un valor clave en la poesía vasca, son un
componente fundamental, sin el cual, la poesía vasca no sería la misma.
Podríamos adaptar perfectamente al caso vasco, las palabras de Burbridge
(1938: 234) sobre la obra africana Uganda Martyrs: “The ideophone is the
key to Native descriptive oratory. I can’t imagine a Native speaking in public
with intense feeling without using it”.
Además de estos ejemplos de literatura oral y escrita, a continuación
se van a presentar algunos casos de otro de los campos en los que, no
solamente en euskara, sino en todas las lenguas en general (véase Gasca y
Gubern 2008), más se han utilizado estas palabras: los cómics. Los ejemplos
se han tomado de dos dibujantes vascos, Patxi Huarte ‘Zaldi Eroa’ (2005,
2007) y Patxi Gallego (2004, 2006). Aquí se presentan unos ejemplos de cada
autor, la selección completa se puede ver en Ibarretxe-Antuñano (2009b).
Fig. 3. Zaldieroa: mar mar, tiki-taka
mar mar ‘cuchichear, murmurar’
Tiki-taka ‘poco a poco’
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I
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
Fig. 4. Patxi Gallego: ttakun ttakun, tipi tapa, zapla
Ttakun ttakun ‘sonido del
instrumento de la txalaparta’
Tipi tapa ‘marchar a paso corto y
ligero’
Zapla ‘bofetada’
Hasta ahora nos hemos centrado en ejemplos orales y escritos en donde
se ve la utilización de onomatopeyas con valor estilístico. Sin embargo, los
casos que ejempliican la utilización de estos elementos con esta función
no se restringen a este tipo de textos. Cada vez más, se encuentran estas
onomatopeyas utilizadas como ‘nombres propios’, es decir, como etiquetas
que se dan a diferentes tipos de tiendas, organizaciones, grupos… En
Ibarretxe-Antuñano (2009b), hemos recogido algunos ejemplos encontrados
por toda la geografía vasca, y los hemos clasificado en varios grupos:
negocios (bares, clínicas, guarderías, hoteles, tiendas), eslogans, grupos y
asociaciones, lugares, revistas y publicaciones. Mostramos aquí, en la Figura
4, una pequeña selección de ejemplos de cada uno de los grupos.
Fig. 5. Onomatopeyas en nombres propios
Bar
Zurrumurru
Bilbo
Fuente: IIA
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Ibarretxe Antuñano, Iraide: Análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas
Clínica Podología
Ttipi-ttapa
Gernika
Fuente: IIA
Ibilaldi 2003
Dzanga
Lekeitio
Fuente: IIA
Asociación de montañismo
Pol-pol
Bergara
Fuente: IIA
Euskara elkartea
Zingi Zango
Legazpi
Fuente: IIA
Urbasa-Andia
Durrundurrungo zuloa
Kiskilikaskala
Fuente: Sua
Revista
Xirika
Fuente: IIA
Como podemos ver en estos ejemplos, la mayoría de estos negocios,
asociaciones, etc. escogen una onomatopeya que tiene una relación directa
con la actividad que se desarrolla en ese grupo. Así, por ejemplo, en una
clínica de podología, uno de los nombres más adecuados es ttipi ttapa ‘andar
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pasito a pasito, marchar a paso corto o ligero’. Esta misma onomatopeya
aparece también muchas veces ligada a tiendas de calzado (véase IbarretxeAntuñano 2009b). En un bar también es adecuada una onomatopeya como
zurrumurru ‘rumor, susurro, chismorreo’, a in de cuentas esta es una de las
actividades que se van a hacer a los bares. Pero además de la relación directa
entre el nombre propio y lo que designa, estos ejemplos ponen de maniiesto
que las onomatopeyas se consideran, aunque sea a nivel intuitivo del hablante
vasco, como uno de los rasgos más importantes y característicos de la lengua
vasca. Para más información sobre la relación entre simbolismo fónico y
branding, véanse Klink (2000, 2003), Lowrey y Shrum (2007), Shrum et alli.
(2012), Yorkston y Menon (2004), entre otros.
3. CONCLUSIONES
En este estudio sobre las onomatopeyas vascas hemos intentado dar
una visión global sobre los rasgos lingüísticos que caracterizan a estos
elementos. Partiendo de las descripciones tipológicas que se han llevado
a cabo sobre estos elementos, hemos visto que las onomatopeyas vascas
cumplen cada una de las características que comparten estas palabras.
Desde un punto de vista fonético-fonológico, tienen elementos fónicos
inusuales, utilizan la reduplicación total y parcial, e incluso la triplicación y
presentan fonestemas. Por lo que respecta a su morfo-sintaxsis, además
de la reduplicación que hemos mencionado, cumplen diferentes funciones
sintácticas, especialmente funcionan como sustantivos y adverbios, aunque
también muchas veces son multicategoriales, y solamente su utilización en
un contexto sintáctico determinado nos revela su posible categoría.
En relación a su semántica, también encontramos numerosos ejemplos
que lexicalizan campos característicos de estos elementos: acciones y
actividades—entre los que podemos destacar: movimiento, comunicación,
luz, sonido, ingestión, destrucción, golpeo, ebullición, emociones, funciones
corporales—animales y plantas, fenómenos atmosféricos, instrumentos
musicales, características físicas y psíquicas, herramientas y artilugios,
cosas, habla infantil, candidad, naturaleza y términos sexuales, entre otros.
Desde una perspectiva pragmática, cumplen tanto funciones dramatúrgicas,
es decir, dar expresividad, bien solas o bien acompañadas por gestos, como
funciones estilísticas, especialmente importante su uso en la literatura oral
y escrita, en los cómics, pero también en la publicidad, a la hora de elegir un
nombre propio para diferentes actividades (negocios, asociaciones, etc.).
Quizás el único rasgo que no parecen compartir las onomatopeyas
vascas con la caracterización tipológica general es el hecho de que sean
propias de registros orales tal y como proponen Voeltz y Kilian-Hatz (2001).
Los ejemplos que hemos utilizado a lo largo de este estudio están tomados
de diferentes fuentes tanto orales como escritas, lo que demuestra que en
euskara, las onomatopeyas no se restringen a un solo registro. Es posible
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de todos modos, explicar esta diferencia si tenemos en cuenta la propuesta
de Koch y Oesterreicher (véanse Koch y Oesterreicher 1985, Oesterreicher
2001) sobre la diferencia entre las lenguas que son conceptualmente
escritas y las lenguas que son conceptualmente orales. Según estos autores,
el espacio comunicativo de una comunidad lingüística, es decir, el uso del
lenguaje tanto oral como escrito, se puede colocar a lo largo de un continuo
entre dos polos: el de la inmediatez comunicativa que se relaciona con la
oralidad concepcional, y el de la distancia comunicativa que se relaciona con
la escrituralidad concepcional. Cada uno de estos polos tiene una serie de
características morfosintácticas, léxicas y pragmáticas particulares y unos
usos comunicativos concretos. La oralidad concepcional se caracteriza por
construcciones elípticas, violaciones de congruencia, proporción baja de
tipo-token en el léxico, redundancia, expresiones hiperbólicas, repeticiones…
mientras que todas estas características no están presentes en la
escrituralidad concepcional. El euskara se puede decir que es una lengua
conceptualmente oral, ya que presenta muchos de estos rasgos como la
elipsis o la repetición tanto en el registro oral como en el escrito (véase
Ibarretxe-Antuñano 2004a,b). Si incluimos el uso de las onomatopeyas como
uno de los rasgos característicos de esta oralidad concepcional, entonces
se puede entender que estas palabras se usen en cualquier registro ya que
mantienen las características propias de este tipo de lenguas.
A pesar de que se ha intentado ser exhaustivo en este trabajo, quedan
aún numerosas cuestiones pendientes para futuras investigaciones. Vamos
a mencionar solamente algunas de las que nos parecen más interesantes.
Por ejemplo, se tendría que llevar a cabo un estudio del uso de las onomatopeyas en el discurso natural para observar si es cierto que las variables
sociolingüísticas juegan un papel fundamental en el uso de estos elementos
tal y como apuntan algunos autores (Childs 1996, 2001). Este tipo de trabajo requiere tanto el diseño de experimentos psicolingüísticos en los que se
incite al informante a utilizar estas palabras a través de diferentes técnicas
de elicitación de datos, como el análisis de corpus de datos orales espontáneos así como escritos.
Otra de las áreas que también necesitan de más trabajo es la aplicación
práctica de este estudio a áreas de la enseñanza y la traducción. Si echamos un vistazo a los manuales actuales del euskara, tanto a las gramáticas
pedagógicas (Alberdi 2008, Zubiri y Zubiri 1995) como a libros de texto, la
atención que se le dedica a estos elementos es prácticamente nula. En las
programaciones curriculares (Escuela Oicial de Idiomas), por ejemplo, las
onomatopeyas no solo aparecen esporádicamente en la sección de vocabulario, sino también exclusivamente en niveles superiores (B2, C1). Si
realmente estamos de acuerdo con que estas palabras son un rasgo fundamental de la lengua vasca, no se puede permitir que se dejen de enseñar
puesto que no son, como hemos demostrado en este estudio, simples elementos marginales de la lengua, propios del habla infantil o rural, sino adaptando una frase de García de Diego (1968: 5) la sal de la lengua vasca.
Onomatopeiak gatza eta piperra!!!
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