JUSTO VILLAFANE
PROFESOR DE TEORIA DE LA IMAGEN
EN LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
Introducción a la teoría
de la imagen
EDICIONES PIRÁMIDE
Cubierta: Narcís Fernándcz
A Murian
Reirnpresión, 2006
cultura Libre
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esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de
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artística o científica, o 5U transformación, interpretación o cjccución artística fijada en cualquicr tipo de soportc o comunicada a través de
cualquier otro media, sin la preceptiva autori-
zación.
(C- Justo Villafafic
© Edicioncs Pirámidc (Grupo Anaya. S. A.), 2006
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lmpreso en Lavei, S. A.
Polígono Industrial Los Llanos. Gran Canaria. 12
Humanes de Madrid (Madríd)
índice
Prólogo.
11
Introducción .
IY
PARTE PRIMERA
la conceptualización de la imagen
1.
La naturaleza de la imagen ..
1.1. La modelización icónica de la rcalidad.
1.2. La realidad modelizada.
2. la definición de la imagen.
2.1. FI nivcl de rcalidad.
2.2. La materialidad de las irnágenes .
2.3. Originales y copias
.
2.4. La definición estructural .
2Y
30
3ó
3Y
Jl)
44
47
4Y
PARTE SEGUNDA
La selección de la realidad
3.
La falacia de las teorias perceptivas.
3.1.
La teoria de la Gest olí.
3.1.1. El concepto mismo de Gcstaít .
3.1.2. Concepto de campo.
57
5X
3.1.3.
61
Concepto de isomorfismo ..
3.1.4. Concepto de pregnancia .
3.2.
3.3.
3A.
4.
La tcoría psicofísica de la percepción
3.2.1. Principias gencralcs de la psicofísica.
3.2.2. Variables de estímulo para la visión
El planteamiento ncurofisiológico .
Otros plantearnientos acerca de la percepción .
EI proceso cognitivo de la percepción
4.1. Percepción y conocimiento.
4.2.
55
56
La sensación visual.
.
.
4.3. La memoria visual ..
4.3.1. La memoria icónica transitória .
4.4. FI pensamiento visual.
4.4. J. Abstracción y conceptualización visual: la percepción
de la forma ..
62
66
67
ÓX
71
n
76
77
79
X2
X4
XX
10
índice
PARTE TERCERA
La representación
5. Los elementos morfológicos de la imagen .
5.1.
5.2.
5.3.
5.4.
5.5.
5.6.
FI punto.
La linca .
EI plano.
La textura.
EI color .
5.5.1. Dimensiones objetivas de la cxperiencia cromática.
5.5.2. Funciones plásticas dei color.
5.5.3. Nomenclatura cromática.
La forma.
5.6.1. La simplicidad estructural .
5.6.2. Tres opciones plásticas para representar la forma.
6. Elementos dinâmicos de la imagen
6.1.
6.2.
6.3.
Conccpto de tcmporulidad .
La tension .
fI ritmo.
7. Los elementos escalares de la imagen ..
7.1. La dimensión.
7.2. EI formato.
7.3.
7.4.
La escala .
La proporción .
8. La síntesis icónica
H.I.
H.2.
H.3.
Concepto de ordcn icónico
Estructuras de la imagen .
La xignificación plástica.
9. La composición de la imagen.
9.1.
9.2.
9.3.
Algunas puntualizaciones acerca de la composición.
EI equilíbrio dinárnico .
Peso y direccion visual
97
9S
103
lOS
lOS
111
112
l1S
123
126
127
134
13S
13S
146
152
155
156
157
160
160
164
165
167
171
177
177
ISI
IS7
PARTE CUARTA
EI análisis de la imagen aislada
10. EI análisis «sin sentido» .
lO.l.
Objetivo deI análisis.
10.2.
Metodologia analítica.
10.2.1. Lecturu dei GlIeI'niclI .
10.2.2. Dcfinicion de la imagen .
10.2.3. Análisis plástico de la composición .
Bibliografía .
Prólogo
193
195
197
19R
205
219
225
La ensenanza universitaria ha cambiado de una manera radical en
todo el mundo y en los últimos anos. No se trata solo de que la estructura administrativa y docente de esa vieja institución -- cuyos origenes, si queremos verias asi. se remontan a la Edad Media
haya
dado varios giros espectaculares. sino que la materia misma de nuestro
trabajo, ai com pás de las tremendas transformaciones de nuestro entorno, es muy distinta, espectacularrnente diferente, de la que ocupaba
las atcnciones de nuestros maestros. y de los maestros de nuestros
maestros, hace sólo unos anos. A lo rnejor habría que cambiar los
nornbres, incapaces de servir a tan distintos planteamientos, o. si no
nos molesta demasiado, seria más juicioso aceptar que las denominaciones eternas
Universidad, Facultades, disciplinas, clases magistraleso scminarios. departamentos. cátedras. etc.- deben admitir los carnbios brutales impuestos por la misma fuerza de los hechos, sin lamentaria
más de lo necesario.
Todo, o casi todo, forma parte ahora de la ensefianza universitaria
y, por definición, nada debería ser excluído de su âmbito pro pio,
aunque falte todavia demasiado
por desgracia- para que este propósito integrador se cumpla por completo. Hemos adelantado bastante,
sin embargo, hasta el extremo de que nuestros centros superiores de
ensenanza se parecen, hoy, a la sociedad de la que nacen, y a la que
sirvcn, más de lo que creemos, y, por supuesto, bastante más de lo
que nuestros remotos antepasados estimaban. Nuestras universidades,
con sus flaquezas a cuestas, y con las heridas de bastantes combates
encima, intentan adaptarse a las neccsidadcs realcs de la comunidad
general. En lugar de enquistarse, orgullosamente, ar margen de ella,
procuramos, con mejor o peor fortuna, averiguar lo que debe de
hacerse y cómo debemos estudiar para justificar nuestra presencia en
este marco universitario. Los compafíeros cuyo trabajo se inscribe en
las Facultades antiguas ---algunas milenarias- no lo tienen muy di-
12
Prólogo
ficil : les basta seguir las huellas de la tradición y no quedarse atrás.
Estos profesores enseiian e investigan sobre un campo de conocimientos
y de problemas que ya fue trabajado por innumerables personas a
veces en una tradición que dura más de mil anos. Existe una inmensa
sabiduria acumulada por esas generaciones ensefiantes, que han sabido
ofrecer lo mejor de sí mismos a los que venían detrás, gracias a lo que
recibieron de sus antecesores. La experiencia docente y la intuición
investigadora en esas Facultades de saberes más que centenarios -fílosofia y Letras, Derecho, Medicina, Ciencias, etc.--- nace de esa
difícil conjunción de lo ya conocido y de la angustia ante los nuevos
problemas, que siempre serán más fáciles de abordar con unos métodos
de probada eficacia, acufiados durante siglos. La vida cambia sin cesar,
pero esos cambios son previsibles y, desde un ángulo estrictamente
científico, controlables mediante la aplicación de métodos certeros. La
imaginación o la audacia intelectual serán mayores o menores, pero
ahi están las herramientas dei espiritu, dispuestas a ser usadas y válidas,
asimismo, para comprobar el grado de acierto o de error al que se
llegue. EI ser humano es limitado, pero los métodos científicos, nacidos, desarrollados y estudiados en la institución universitaria, permiten
averiguar hasta dónde Ilegan esos Iímites.
Pera, i,y qué pasa con aquellos centros -Ias Facultades de Ciencias
de la Información constituyen un perfecto ejemplo, sin duda --- que
nacen abruptamente, de pronto, sin antecedentes manifiestos salvo los
de unas escuelas profesionales? i,Es posible encontrar --tras larga
búsqueda, por supuesto- alguna legitimación universitaria para estas
materias y sistemas pedagógicos integrados en las nuevas Facultades?
i,Será todo el resultado de una turbia conspiración que ha llevado a
unos huéspedes indeseados a ese alma mater, incapaz de resistírse,
como antes, manteniêndose incontaminada, ajena a tolerancias peligrosas y a purezas discutibles?
Tales interrogantes están ahi, no nos enganemos y, si algunas veces
no se repiten demasiado, no será porque muchos no lo piensen, sino
porq ue se cansen de decirlo. Los recién Ilegados encontramos, con
bastante frecuencia, el receio de los que están instalados en la casa
desde siempre, casi desde que empezó la eternidad. Pero la antigüedad
de las instituciones no es suficiente garantía para la calidad de los resultados y ninguna, en absoluto, para la valia de los que formamos
parte de los claustros. Que nuestros centros se remonten a varios
siglos, o hayan nacido ayer mismo, no cambia las cosas. Todos, antiguos y novísimos, estamos obligados a estar aI dia, a preguntarnos
sin cesar por los fundamentos de nuestro trabajo y a criticar nuestras
Protoço 13
propias aportaciones. La tradición es un maravilloso fundamento para
seguir adelante, pero no representa ninguna panacea contra la estupidez humana. Los profesores que no seamos capaces de usar bien
nuestra imaginación, con tradición o sin ella, nos equivocamos. Arrancar de una linea segura es cômodo y tranquilizante, pero también
representa una cierta excitación adentrarse por territorio virgen e intentar saber cómo es. Tan importante puede ser la conquista como
la exploración, el trabajo de asentarniento como la tarea de los que
desbrozan los caminos, y, como decia el «Guerra» ----cuando le dijeron,
aproximadamente, lo que era ser filósofo-- «hay gente pa tó». Bueno,
pues esa gente válida para cualquier cosa, o para ninguna. está aqui.
trabajando, en silencio, pensando y corrigiendo su pensarniento, delimitando fronteras y estableciendo demarcaciones. Nosotros, aqui, en
las Facultades de Ciencias de la lnformación --especialmente, en su
rama de Imagen- estamos poniéndole puertas ai campo, conscientes
de que, mana na y pasado mana na, habrá que replantearse muchas cosas, y serán otros tiempos, pero que la tarea de hoy es ésta y no otra.
Es una labor necesaria, sin duda, y también ingrata, porque todo trabajo
fundacional lo es. Detrás de nosotros hay mucha gente venida de todas
partes, faltaría más, pera no existe tradición universitaria regular. EI
mundo de la lmagen está ahi, con su tremendo poder de sugestión y
su indudable influencia social, sus incógnitas y problemas, que exigen
una pronta solución, siquiera sea ilusoria. Las imágenes no son de hoy,
sino que vienen de un pasado muy remoto y su mágica influencia no
ha hecho más que crecer, a veces de forma espectacular y, en ocasiones, muy humildemente, en los últimos siglas. Algunos han querido
c1asificar a nuestra época eon el ambicioso rótulo de «era de la imagem>.
Quizá no sea suficiente, y otras realidades -Ia energía atómica, los
computadores, las máquinas de matar, etc.- sean tanto o más significativas, pera esas imágenes que vemos por doquier, en los carteles
de las paredes, con las fotografias que hacemos o en las que vemos
reproducidas, en las pantallas de la televisión o en las salas de cine,
marcan uno de los hechos esenciales de nuestro tiempo. Hay una línea
eomún que va desde los garabatos prehistóricos ----esas conmovedoras
huellas de la presencia humana, fijadas cien mil anos atrás en una pared
gracias a un poco de grasa asociada aI carbón de la cueva- hasta
la última maravilla tecnológica. EJ hombre no ha ignorado el poder
mágico de la comunicación icónica, pero só lo ahora es consciente de
su inrnenso poder, casi sin limites, para fijar los anhelos de la humanidad y exorcizar, i,por qué no?, a nuestros fantasmas. Entretenimiento
y evocación, o inforrnación y alrnacén de ideas y sugerencias, esas
14
Prólogo
imágenes, hechas por y para los hombres, nos interpelan con su nuev.a
realidad. Nunca como en nuestros días ha habido tantas y tan maravillosas: ningún tiempo pasado ha sido capaz de reunir tantas creaciones
icónicas como el nuestro. Los cambies. a menudo espectaculares. en
los soportes e instrumentos no han alterado, casi nada,. la. razón de s:r
última de estas curiosas realidades que llegan al entendimiento a traves
de los ojos, que desafian al lenguaje verbal y constituyen una vieja
forma de sabiduría.
Preguntarse aqui, ahora, qué son las imágenes, córno se hacen y
para qué sirven continua siendo una tarea necesaria, con un eco social evidente, aI menos para nosotros. Las imágenes nos revelan cómo
somos y constituyen el mejor signo de nuestra identidad profunda.
De esta forma, estudiarlas y analizarlas, familiarizarnos con ellas y escrutarlas sin cesar es una buena práctica de inmediata rentabilidad.
Existe una facultad icónica en eI hombre, esto es evidente, una cierta
predisposición a usar el ojo más que la mano -el contacto visual puede
ser inofensivo: la mano despide fuego ai tocar las cosas y las personasde manera que estas raíces antropológicas de la imagen marcan su
concepción, desarrollo y alcance, en estrecha relación con las posibilidades de la imaginación humana.
Las imágenes, la Imagen con mayúscula, tienen su historia, que es
la de la transformación de las ideas icónicas, la constante aparición
de nuevos soportes y sistemas de grabación y reproducción. Dichas
técnicas se amplían e intensifican gracias a un despliegue tecnológico
cada dia más increíble, abundante y rico en vertientes muy distintas.
EI mundo de la Imagen es complejo y dilatado, se abre en esos núcleos
industriales de gran solidez que son los medias -eI cine, la fotografia,
la televisión, el disco, la radio, eI video, etc.--- en su dimensión sonora
y visual, pero tampoco es ajeno a los sectores más tradicionales de
la pintura, el dibujo y el grabado. Desde la imagen hecha con las manos, con procedimientos técnicos aparentemente muy SImples, con el
agua, el huevo o eI aceite para disolver los pigmentos, o sólo con. セi
carbón y algún color orgánico o mineral, se lIega a la tremenda dificultad de la imagen fotoquímica, magnética o electrónica, aunque en
todas y cada una haya líneas, tonos, formas y colores para inte.ntar
reconstruir la riqueza visual y sonora deI universo. Hace muchos siglas
que el Arte, gran enunciado general, ha estudiado una elase de imágenes, y todavía sigue haciéndolo y provocando la aparición de ョオセZッウ
ejemplares icónicos, aunque también la Psicología nos. ha permitido
conocer los procesos de la percepción icóriica y la Sociologia nos ha
prestado sus métodos para evaluar el impacto social de las imágenes.
Prólogo
15
Necesitamos la ayuda inapreciable de la Economia para saber determinar el valor de la circulación de las creaciones visuales, su costa
y sus potencialidades comerciales. Las imágenes son caras y exigen una
gran inversión energética para existir, y también influyen en la vida
de los hombres, se prestan a amenazar la intimidad y a interferir con
las vidas ajenas: pueden llegar a ser un arma peligrosa o a servir de
ayuda inestimable, con los limites fljados por el Derecho y la Teoria
Política ... N inguna de las ciencias tradicionales, en mayor o menor medida, es ajena a la realidad concreta o genérica de las imágenes. Precisamente por esta, aunque nuestra Facultad sea nueva, no son radicalmente nuevos los métodos que hemos ido aprendiendo en otros
dominios deI saber para ir aplicándolos, pacientemente, al nuestro.
Existe, desde luego, un campo propio, específico, la Teoria de la
Imagen, que es la materia troncal de nuestra rama, la reflexión más
amplia y rigurosa sobre los limites de este concepto central, sobre sus
posibilidades todavia inéditas. Y es preciso reconocer que una cosa
son las propuestas abstractas y otras, muy distintas, los trabajos concretos. En esta disciplina nueva
no tanto, ya hay unos ocho anos
de experiencia directa
existen varias dirccciones de investigación y
una determinada práctica docente que las avala. Como dice en este
texto que tienen en sus manos el profesor Villafafie, podríamos hahlar
de una Teoría de la Imagen estricta, que se ocuparía de los elementos
centrales de toda imageri, junto a una Teoria de los procesos de comunicación visual -de los que siempre resulta una imagen o muchas
inmersos en un ambiente complejo que determina el sentido, la forma
y el uso de unas u otras realizaciones visuales y sonoras. Entre el punto
de vista más rígido o el más amplio, yo elegiria este último, pero siempre reconociendo el papel director de un análisis centrado en los factores
más hondos, com unes a todo mensaje icónico.
Resulta muy difícil determinar el futuro que nos aguarda. Es muy
posible que la tarea universitaria en la que estamos empenados acabe
dando unos frutos inmediatos, directamente aplicables ai universo de
la creación por imágenes y sonidos. Es posible, quizá, que ese vínculo
entre profesión y teoria no sea tan fácil de cubrir. Probablemente
existan resistencias desconocidas y desconfianzas que deban ser acalladas, antes de lograr una aceptación unánime. No es fácil descubrir
adecuadamente -los obstáculos no faltan. desde luego- los problemas
que afectan a la generalidad de las imágenes y los que gravitan, de
una forma especial, sobre alguno de sus principales medios. Soportes,
instrumentos, acciones, técnicas, sistemas y formas están ahi, y exigen
ser descritos, analizados, comprendidos e interpretados. EI mundo de
16
Prólogo
Prólogo
la imagen informática está a punto de abrirse a una radical riqueza
y transformación, sin olvidar lo que dará de si la imagen magnética
de defínición elevada, incluyendo, además, las continuas posibilidades
de traducción de un soporte a otro. Instantaneidad, resistencia, eficacia, riqueza icónica son algunos de los retos deI mana na. Las iconotecas numéricas permitirán una facilidad de acceso, lo permiten ya,
de una inimaginable facilidad e inmediatez. Estas y otras cuestiones
entran, desde luego, en nuestro campo y exigen una respuesta inmediata, desde la universidad y para la sociedad, siempre.
Si, es posible que la Universidad deba tolerar e incluso exigir nuevas
transformaciones. En ellas entrarão inequivocamente estas realidades
universales que no sólo no están agotadas, sino que empiezan a demostrarnos sus posibilidades inéditas. Nadie puede atreverse a profetizar lo que va a llegar, pero estoy seguro de que, sea 10 que sea,
necesitará profesores e investigadores responsables. que sean capaces
de reaccionar frente a este desafio intelectual y científico. No somos
distintos de nuestros cornpaüeros universitarios, como he dieho, y, por
eso, queremos traer a nuestro campo, como ellos, la honestidad, el
rigor y la exigencia. Y, para esta aventura, necesitamos personas disciplinadas, con ilusión y esperanza, que sepan estudiar con entusiasmo,
hondura y dedicación, con la audacia deI pionero y la tranquilidad
deI que se asienta sin prisas, dándole tiempo aI tiempo. EI profesor
Justo Villafaâe es, sin la menor duda -soy un testigo de excepción-uno de estas profesionales y el libra que vas a leer, lector amigo, es
una buena prueba de ello ; un libro heeho eon amor y paciencia, doy
fe, eon dedieación y miles de horas invertidas. Su filiación intelectual
es muy clara; no se inventa nada, sino que prosigue las lecciones de
los grandes maestros dei pensamiento que han reflexionado eon seriedad sobre la imagen en nuestros dias. De ahi proceden sus cartas de
nobleza y en esa solidez reside su mayor interés. No somos los primeros
que hemos pensado lo que son las imágenes y para que sirven, pero
sí somos los iniciadores de una dirección universitaria sobre la Imagen
en Espana. Los antecedentes son valiosos e interesantes, pero nunca se
habia intentado fijar una meta definida y, aunque no estemos demasiado seguros de haber lIegado, ai menos si lo estamos de haber empezado a andar y de haber seiialado algunas direcciones, con el mejor
espíritu e intención, abiertos a toda oferta que merezca la pena, sin
exelusiones.
Y en esta tarea, en la que Justo Villafafte ha desempenado y desempena una función fundamental -hay que decirlo con justicia---, no
podemos olvidar a nuestros amigos y compafieros, que, unas veces a
17
favor y otras en contra de su línea ----estan en su derecho, claro está-trabajan cada a codo con nosotros. Hay que nombrar, además. a sus
alumnos, que nos permiten y le permiten contrastar las ideas, dia a
dia, única forma de averiguar si resistirán la dureza de la práctica docente o se vendrán abajo, inoperantes.
En esas estamos. Este libra es un ensayo general. con todo puesto,
que se abre (indefenso, como toda publicación) ai juicio dei lector,
síntesis de experiencias universitarias que constituyen, acaso. su servidumbre y su grandeza, pero con una voluntad de servicio social, para
todos, en el que reside - a roi juicio- su máxima grandeza.
ANTONIO LARA
Catedrático numeraria de Teoria de la Imagen
en la Universidad Complutensc.
Introducción
La inserción co la vida universitaria, hace más de una década, de
las Facultades de Ciencias de la Inforrnación, supuso la irrupción de
una serie de nuevas disciplinas científicas que iban a constituir la parte
más específica de estos estudios universitarios: éste es el caso de la
Teoría de la Imagen. Los dos problemas principales con los que se
encuentran esta y otras disciplinas similares (Teoría de la Realización Cinematográfica, Narrativa, etc.) 80n, en primer lugar, la falta
de unos planteamientos teóricos basados co una metodologia específica de tales ciencias ; y en segundo lugar, y esta a veces es fundamental, la existencia de un buckqround artesanal que proviene de las actividades profesionales de los distintos medios de producción de irnágenes y que de alguna manera ha yugulado hasta ahora cualquier
intento teorizador sobre los problemas que plantea la creación de
imágenes. Hasta hace poco tiernpo, ha sido frecuente en estas medias
profesionales la indiferencia, cuando no el desprecio, hacia los trabajos teóricos acerca de la irnagen, y en este sentido, resultaba desolador
oir hablar de su trabajo a bastantes directores de cine, fotógrafos,
e inc1uso pintores. En cierta ocasión, comentaba yo una exposición
pictórica con un pintor y profesor de la Facultad de Bellas Artes
quien después de un breve intercambio de pareceres respecto a una
de las obras expuestas, conc1uyó la conversación aseverando que
la pintura es arte, sensibilidad y «cocina» y todo lo demás son
pamplinas.
Pero la necesidad de una teoria que formalice gran parte de los
contenidos icónicos, trasciende a lo puramente universitario. Por una
parte, es urgente incardinar las ciencias de la imagen en la tradición
científica clásica, sobre todo a la hora de dotar a estas ciencias de
métodos de investigación y análisis específicos: y en segundo lugar, resultaría altamente provechoso ofrecer a los profesionales de la cornunicación visual, un «objeto» teórico que sirviese para objetivar algunos
20
Introducción
de los problemas visuales con los que el diseúador gráfico, el artista
plástico, el fotógrafo, etc .. se encuentra cotidianamente.
Dos sono por tanto. los objetivos que este libro pretende cumplir:
EI primero, y fundamental, es ofreccr a la cornunidad universitaria, sobre todo ai ulumnado, una propuesta didáctica de la
Teoría de la Imagen. En este destino universitario que este Iibro
debe tener, he de advertir, que aunque en la actualidad son numerosos los centros universitários que han integrado en sus planes
de estudios disciplinas similares a la Teoría de la Irnagen. son,
a mi juicio, las Facultades de Bellas Artes y Cicncias de la Inforrnacion , fundamentalmente en la rama de Ciencias de la Imagen,
los receptores naturales de un trabajo de estas características.
En segundo lugar, este libro pretende contribuir en lo que en el
futuro debcria ser una formulación de una Teoría General de la
lmagen: y en este sentido arrostro con los riesgos que supone
la ausencia, no só lo en Espana, sino también en la comunidad
científica internacional, de un corpus teórico referido específicamente a esta disciplina.
Delimitados los objetivos gene rales de este libro, es urgente justificar algo más importante, que trasciende incluso ai plantearniento
concreto de esta obra: .Por qué es necesaria una Teoria de la Irnagen?
En una sociedad urbana, tecnificada, colonizada culturalmente por
los media, cabria pensar que muy pecas -cosas quedan por explicar
acerca de uno de sus principales sistemas de cornunicación : la imagen:
y, sin embargo, cuando reflexionamos sobre eI fenómeno icónico en
todas sus dimensiones, se observan muchos aspectos, implicados en el,
aún ignotos o poco desarrollados.
Esa naturaleza polidimensional de la irnagen se ha tipificado sobremanera en las últimas décadas, sin duda como consecuencia del desarrol1o de los medios que la producen, y en este sentido existen compartimientos más o menos imbricados, como el tecnológico, eI sociocultural, el estético, el econórnico, etc., que han generado otras tantas
disciplinas cientificas que se unen a las ya existentes. De alguna manera,
hasta ahora, se ha intentado explicar este fenórneno que es la imagen,
a través de esos héchos (mo icónicos» que en ella intervienen, a veces
de forma determinante, pero que no constituyen lo escncial de las
imágenes : su naturaleza.
La configuración de la Teoria de ia Imagen como disciplina específica para el estudio de la naturaleza icónica puede satisfacer, además,
Introducción
21
la necesidad de encontrar un marco metodológico para cl análisis de
las imágenes. Es lógico pensar que si la imagen se ha coustituido en
objeto científico, la Teoría que explique la naturaleza de dicho objeto,
será la más eficaz en el análisis de las diversas manifestaciones dei
rrusmo.
Los análisis que tradicionalmente se han venido haciendo de las
imágenes, no contemplan entre sus critcrios analíticos la considcración
de aquellas variables que desde una perspectiva como la de la Teoria
de la Imagen deberían ser las más pertinentes; asi la H isto ria dei Arte,
por ejemplo. cuando explica la transición dei renacirniento ai barroco,
rara vez trasciende los criterios historicistas. más pendientes de la evolución social que de la pro pia diacronia representativa justificada en
tantas ocasiones con ese inefable concepto de estilo. Muy rocas razones
nos dan los teóricos e historiadores dei arte que justifiquen por qué,
por ejemplo, la estructura plástica y visual dei barroco es más dinâmica
que la renacentista. cuando, ai analizar los elementos icónicos básicos
de ambos sistemas de representación, es evidente que el barroco supone la opción por formas tensas (la tensión es uno de los tres elementos
dinâmicos de la imagen) en contraposición con las formas atensas dei
renacimiento, y que una maneta de producir tensión es alterar las proporciones (la proporción es uno de los cuatro elementos escalares de
la imagen), y en este sentido, las formas circulares y cuadradas dei
renacimiento son sustituidas en ei barroco por otras ovaladas y rectangulares, sin duda más dinâmicas.
Si he citado como ejernplo de análisis no específicos, los que provienen de la Teoria e Historia dei Arte, es porque considero que quizá
sean éstos los que mejor ilustran el primero de los dos problemas que
la práctica deI análisis icónico plantea en la actualidad, es decir. la
ínextstencía de unos planteamientos que articulen dícho anátisis en funcion de uno,\' criteríos específicos, los cuales a mi juicio só lo pueden
ser surninistrados por un corpus como el de la Teoria de la Imagen.
EI olro problema ai que me refiero ai hablar dei análisis, es el de la
significación en las imágenes: y aunque he de ocuparme de este hecho
en eI futuro, si quiero apuntar desde ahora una diferencia, que considero decisiva, entre los conceptos de significación plástica y semântica
de una imagen. Entender el primero de estos conceptos implica adoptar
una actitud particular ante eI hecho plástico que cs, ante todo, una
imagen ; actitud basada en la consideración de los elementos icónicos
como portadores de un tipo de significación que no es susceptible de
ser analizada semánticamente ni ser reducida a sentido. Sin entrar para
nada en esa obsoleta y caduca cornparación entre los elementos de
22
Introducción
art iculación de la imagen y los de lalengua, es obvio, sin embargo,
que mientras que un fonema no posee ningún tipo de significación,
un elemento icónico. el calor por ejernplo, si es un elemento de significación. aunque esta no se base en la conexión de dicho elemento con
referente alguno, sino que funciona como correlato analógico de una
característica sensible de la realidad, la cual no es sustituida monosémicamente por ese elemento icónico. sino modelizada.
Un tercer hecho que, desde mi punto de vista, justifica la formulación de una Teoría de la Imagen, es la necesidad de reinterpretar
esa diacronia de los sistemas de representación visual a la que antes
me referia, una vez que estén fijados los cri terias específicos y pertinentes de valoración de las imágenes. Las claves de esta evolución representativa son, a mi juicio, fundamentalmente plásticas, o ai menos
son susceptibles de ser analizadas desde un punto de vista plástico; y
como ya he dicho anteriormente, las variables de análisis que tienen
en cuenta la mayor parte de los tratados de H istoria dei Arte no consideran dichas claves sino como elementos secundarias imbricados en
un cornplejo de factores de todo tipo.
No se trata de sustituir la História deI Arte por una Teoría de la
Imagen y. mucho menos. de intentar perfeccionar a quélla ; las dos
disciplinas poseen ámbitos de trabajo específicos. los cuales, adernas.
coinciden en muchas ocasiones; lo que se pretende es cubrir ese vacio
que en el estudio diacrônico de los sistemas de representación visual
la Historia dei Arte no ha podido ocupar. primero, repito, por no corresponder a su ámbito específico de investigación, y en segundo lugar,
sobre todo a partir de la eclosión de las imágenes registradas, porque
se ha ocupado sólo de unos pocos medias de producción de imágenes
(pintura, escultura, arquitectura, etc.),
Hasta ahora he intentado razonar la necesidad de construir una
Teoria que se constituya como la disciplina específica para el estudio y
análisis de las imágenes. Dando un nuevo paso hacia adelante hay que
preguntarse ahora : (:cuúl seria el objeto cientlfico de esta Teoria de la
lmaqen?
Como ya apuntaba líneas atrás, éste no puede ser otro que el estudio
de la naturale:a iconica, de ese componente esencial que constituye lo
específico de todo especirnen icónico independientemente deI medio de
producción, deI contexto cultural que lo genera o de cualquier otra
circunstancia externa.
Entiendo, sin embargo, que una pregunta como la que he planteado
requiere una respuesta menos genérica y más precisa; identificar eI
objeto científico de la Teoría de la Imagen con la naturaleza icónica
Introducción
23
y ambas cosas con ese abstracto atributo de lo escncial, es dejar sm
contestación dicha pregunta. Por una vez, el Diccionario de la Academia nos resulta eI mejor instrumento para explicar un hecho fundamental en la Teoría de la Imagen. La voz «escncia: es definida asi :
Naturaleza de las cosas. Lo permanente e invariable en
ellas 1.
AI aplicar esta definición a la imagen obtengo de forma nítida los
tres hechos que constituyen la naturaleza icónica y. por tanto, el objeto
científico de la Teoria de la Imagen. Una imagen supone primariamente:
I.
Una sclccción de la realidad.
2.
3.
U n repertorio de elementos fácticos.
Una sintaxis,
Siempre que me refiero ai concepto de naturaleza icónica viene a
mi memoria un comentaria dei dramaturgo polaco Jerzy Grotowsky
cuando afirmaba que en el teatro era posible prescindir de todo excepto
de dos cosas; el actor y el espectador. Pues bien, esos rasgos permanentes e invariables que según la Academia constituyen la naturaleza
esencial de las cosas y que son irreductibles en el sentido dei comentario
de Grotowsky, son en la imagen los tres hechos citados anteriormente.
Desde mi punto de vista, la Teoria de la Imagen se debe plantear.
en prirner lugar, el estudio de los procesos básicos sobre los que la
imagen se sustenta, responsables de esos hechos invariantes que constituyen su naturaleza, a partir de los cuales, y una vez definidos, es
posible explicar todas aquellas características visuales propias de operaciones secundarias que constituyen matizaciones de tales procesos,
e introducir posteriormente las características icónicas pro pias de cada
media concreto.
En este último sentido, la Teoría de la Imagen debe fundamentar
ai resto de las disciplinas que tienen como objeto el estudio de alguna
de esas dimensiones icónicas a las que me referia aI principio de esta
introducción. Antes de explicar. por ejernplo, como vehiculan el cine
o el comic la secuencialidad. es necesario explicar los fundamentos de
esa secuencialidad en si misrna ; es a partir de esta fundamentación
-tarea específica de la Teoria de la Imagen-. cuando una posible
I Díccionarío munual ttustraâo de la Rl!fll Academia Espaiiola. Espasa-Calpc. Madrid.
1975. pág. 677.
24
tntroauccián
lntroduccion
Teoria de la Rcalización Cincmatogrúfica o de las Narraciones Gráficas cobra verdadero sentido.
Hasta ahora he intentado explicar la neccsidad de formular una
Teoria de la Imagen. cuál seria su objeto cientifico y que objetivos
básicos pretende curnplir esta obra. Me he referido tarnbién a la inexístencíu de un bagaje teórico en lo que a la imagen se reficrc, y en
estas circunstancias me gustaría dcjur claro desde la introducción de
este libro. que mi oferta teórica no es. en este sentido, nada más que
una propuesta de forrnulación de una Teoría de la Imagen que ha de
ser completada, modificada o incluso refutada con otros trabajos posteriores de otros autores que, me consta, están investigando sobre los
mismos problemas a los que este libra hace referenda.
EI propio título de la obra ilustra claramente el deseo de su autor:
colaborar en la arena editorial con un trabajo que contribuya a Ja
crcación de una Teoria General de la Imagen, provecto muy difícil
aunque no menos ncccsario y en cualquier caso sugestivo, ya que sugestivo es el universo de la imagen que dicha Teoría General debe formalizar.
Aunque. como he dicho. no existen demasiadas obras específicas
sobre esta disciplina, sí puede hablarse. sin embargo, de dos concepclones diferentes, aunque complementarias, en torno a ella. Ambas
están desarrollándose en el âmbito dei Departamento de Comunicación Visual de la Facultad de Ciencias de la Inforrnación de Madrid
y son fruto de la contrastación, en los últimos anos, de los diversos
puntos de vista de los profesorcs que componen el área de Teoría de
25
dei impacto emocional que puedan producir. el análisis que ponga cn
evidencia no solo la intencionalidad dei realizador. sino los elementos
que ha utilizado para conseguiria. como la cornposición. el color. la
textura, el movimicnto, la cxpresión dei gesto, el ritmo, etc. Análisis
diacrônicos posteriores pueden permitir, incluso, la evaluación global
de un creador. su repercusión en la sociedad y su influencia en los
movimientos artísticos o como creador de escuela.
Según este plantearuiento. una Teoría de la Imagen debe recoger,
además de los aspectos rescftados. los relacionados con el proceso de
génesis de ideas. realización de la obra y factores que la condicionan
tanto en su crcación como en su difusión. Se debc partir de la experiencia fisica de la imagen merced a la intcrucción de un soporte y un
conformante de la misma : la naturaleza y cornportamiento de los elementos matéricos que forrnan ese soporte, los instrumentos necesarios
para realizar las imágenes y las técnicas de trabajo concretas, dan lugar
a unas posibilidades expresivas de cada uno de los medios y. por consiguiente, son determinantes dei resultado final.
La presencia de otros lactores. como los culturules. económicos.
jurídicos, etc., condicionan también. incuestionab1cmente, cl proceso
de creación de las irnágenes, La posibilidad de que la obra creada. por
otra parte, l1egue hasta nosotros depende de los canales de distribución
y exhibición, suficientemente complejos como para que determinen el
tipo de imágenes a las que podemos l1egar y de que manera estas
llegan a nosotros. Estos factores a los que me acabo de referir son
tambicn objeto de estudio, según Lara y Pcrea , de la Teoria de la
la Imagen.
Imagen.
Me voy a referir. en esta introducción, solo ai primero de ambos
plantearnientos. puesto que, de alguna maneta. este libro supone la
pu esta de largo deI segundo. Este planteamiento ai que me refiero se
identifica, a mi juicio, con una Teoría de la Cornunicación Visual; a
continuación expongo. sucintamente, sus principales coordenadas.
Los profesores A. Lara y J. Perca. autores de un trabajo de investigación titulado Elaboraciôn de un modelo de la Comunicacíón Visual,
y que desgraciadarnente aún no ha sido publicado, encabezan esta
concepción de la Teoría de la Imagen a la que me refiero. Parten de
una clasificación elementaJ de las imágenes ai dividirias en naturales,
mentales y creadas. Las dos últimas remiten a las imágenes naturales,
origen de toda representación, de las que sólo las imágenes creadas
perrnitcn, ai menos hasta hoy, una difusión masiva y, por consiguiente,
adquirir el carácter de vehículo de la comunicación visual.
Todas las imágenes crcadas adrniten. según Lara y Perea, adernás
Resumiendo este planteamiento, cabria apuntar que hacer una Teoría de la Imagen no supone, en definitiva, partir sólo de la imagen que
vemos, sino considerar. también. su proceso de generación y transmisión. Esta Teoria debería contemplar todo el proceso de la com unicación a través de la imagen.
Mi concepción de la Teoría de la Imagen. como el lector podrá
comprobar a lo largo de este libra, es justamente la contraria: aunque
como ya he dicho, entre las dos no existe incompatibilidad. sino que
ambas se neccsitan.
Desde mi punto de vista, si la Teoria de la lmagen tiene sentido, es
como una cicncia particular encargada de estudiar los hechos específicos
de la imagen, y éstos, en mi opinión, se reducen a los tres antes mencionados que configuran la naturaleza icónica. Y ai afirmar esto, no
estoy haciendo ningún juicio de valor respecto a la importancia que
otros factores involucrados en la cornunicación a través de las imágenes
26
truroauccián
puedan tener en el resultado y cn los efectos de dicha cornunicación.
Este enfoque sectorial y hasta reduccionista de la Teoria de la Irnagen
イ・セーッョ、
a una nccesidad exclusivamente metodológica. EI planteanucn to de los profesores Lara y Perea no sólo cs lícito. sino. adernas.
muy correcto. si de lo que se trata es de formular una Teoria de la
Cornunicación Visual en la que se neccsita considerar todas las variables
específicas セ no específicas de las imágenes y de los medias que las
producen ; Sll1 embargo. yo cntiendo que entre las dos Teorias existen
diferencias; de hecho, la Teoria de la Imagcn. en mi opinión, se encuentra contenida dentro dei marco rnucho más general de la Comunicación Visual. Espero que el lector. ul concluir la lectura de este libra,
encuentre justificada rui concepción de esta disciplina.
PARTE PRIMERA
La conceptualización
de la imagen
Pocos fenomenos humanos poseen la variedad que el universo de
la imagen presenta. La multiplicidad de sus usos. de los medios que la
produccn, de las funciones que satisface, hacen de la imagen un macrocosmos dificilmente abordable desde una exclusiva perspectiva científica. La Teoria de la Imagen parte, como ya se ha indicado en la
introducción, de una definición precisa de su objeto cientifico, lo cual
posibilita y requiere un estudio sectorial : la naturaleza icónica. Pera
incluso, después de esta delimitación, se hace necesario un trabajo
conceptual--igualmente preciso--- que permita establecer con claridad
cuáles son las variables pertinentes de este plantearnicnto. el cual, si se
distingue en algo dei resto de las disciplinas que de una u otra manera
se han interesado por la imagen es, precisamente, por pretender ser
específico.
En el terreno de la formalización teórica de la imagen, apenas SI
existe una pequena tradición en lo que se puede considerar la ciencia
clásica ; algunas aportaciones novedosas de la Teoría dei Arte, una
série reducida de obras encuadradas dentro de la Psicologia de la Irnagen y determinadas contribuciones. siempre aisladas, en el campo teórico hcchas por artistas plásticos contemporâneos. constituyen las únicas
fuentes de esta disciplina que, hoy por hoy. se debate aún en la búsqueda
de un estatuto epistemológico pro pio.
He querido comenzar esta obra brindando ai lector desde el principio una serie de conceptos básicos sobre determinados aspectos de
la imagen. necesarios para un mejor entendimiento de lo que significa la Teoría de la Imagen como disciplina específica en el estudio y
análisis icónico. Asimismo, en esta primera parte del libro , el lcctor
encontrará un conjunto de criterios que perrniten reducir esta inmensa
variedad que el universo de la imagen presenta a un conjunto limitado
de categorías que hacen más asible su estudio.
1
La naturaleza
de la imagen
Este primer capítulo deberia comenzar definiendo qué es una imagen : pero el problema es más complcjo de lo que parece. La imagen
como representación es la conceptualización más cotidiana que poseemos y, quizá por ello, se reduce este fenômeno a unas cuantas rnanifestaciones. Sin embargo. el concepto de imagen com prende otros
âmbitos que van más aliá de los productos de la cornunicación visual y
dei arte; implica también procesos como el pensarniento, la percepción, la memoria, co suma, la conducta. Es, por tanto, un concerto
más amplio que eI de representación icónica y, pese a que el análisis de
ésta ha de constituir el objetivo último de este libra, conviene echar la
vista atrás e intentar una explicación dei fenómeno partiendo de los
orígenes deI mismo.
Creo innecesario justificar la ineficacia de una definición de la
imagen. ai menos en los términos en los que son definibles cosas como
la fotosintesis. el calor o lo que es un mamífero. Para que una aproximación al concepto de imagen no resulte descabellada es necesario,
en primer lugar. que los limites de dicho concepto sean arnplios y ai
mismo tiempo precisos y, adernás, disponer de unos elementos definitorios especificamente icónicos, que sirvan aI mismo tiempo para diferenciar unas imágenes de otras.
i,En qué se diferencian una foto de un nino. la imagen natural que
dei rnismo obtenemos mediante la percepción directa. eI recuerdo de
su fisonomía cuando está ausente, un retrato suyo, o 5US movimientos
grabados en un video?
Existen múltiples hechos capaces de diferenciar estas cinco manifestaciones icónicas. Uno de ellos es la naturaleza deI soporte: en el
primer caso es fotoquímico. Ia retina cumple esta función en eI segundo,
éste no existe eo el tercer ejernplo, el Iienzo es el soporte deI retrato.
y una cinta magnética el dei último supuesto. Vemos cómo una sola
característica es suficiente para distinguir unos ejemplos de otros, e
30
La naturaleza de la imagen
Introducción a la Teuria de la Imagen
incluso podria formularse una clasificación de las imágenes en función
dei soporte que las contiene : la primera y la última serian registradas,
la segunda natural, la tercera mental y la cuarta creada. Diferenciar
unas imágenes de otras no es complicado. 'j definirias una vez que
están homogeneizadas en un grupo en función de algún criterio de
pertinencia (en este caso el soportc), resulta. asimismo. fácil. EI problema. como decia ai principio, es definir la imagen genericamente.
(,Qué tienen en común las imágenes que he utilizado como ejernplo ?
Adernas dei referente, que en este caso es lo que menos importa, todas
ellas poseen una misma naturaleza. Como ya he dicho en la introducción, existen en la imagen tres hechos irrcductibles: una selección de
la rcalidad, unos elementos configurantes. y una sintaxis. entendida
ésta como una manifestación de ordeno Todo fenómeno que admita
reducirse de esta manera. sin alterar su naturaleza, puede considerarse
una rmagen.
Establecidos estas tres hechos esenciales en la irnagen, el estudio de
su naturaleza puede reducirse a dos grandes procesos : la percepción y
la representación. Del primero de ellos dependen todos los mecanismos
de selección de la realidad : la rcpresentación supone, a su vez, la explicitación de una forma particular de tal realidad. un aspecto de la
misma.
1.1.
La modelización' icónica de la realidad
La idea base de la que parto es que toda imagen posee un referente
en la realidad independienternente de cuál sea su grado de iconicidad,
su naturaleza o eI media que la produce. Incluso las imágenes que
surgen dei nivel de 10 imaginario, mantiencn con la realidad nexos, que
a veces son más sólidos de lo que una primera lectura hiciera suponer.
Piense el lector, que todo proceso de sintesis visual es posible a partir
de un bueo número de conceptos visuales que el sujeto ha ido extrayendo de su entorno real desde los primeros estadias de su desarrollo
cognitivo. Sin embargo. Ia idea de que toda imagen tiene su origen
en lo real. puede resultar enganosa si se utiliza como pretexto para
reducir una de las características más importantes de la naturaleza
\ El lector disculpará la profusa utilización de este término que, sin embargo. no
está recogido en e! diccionario. En la literatura anglosajona especifica, una de las voces
más frecuentes es palrem. que puede traducirse sencillamente como «modelo». pero el
sentido con el que se cmplea hace referencia a un proccso distinto dei que podriamos
identificar con el verbo espaftol «modelar».
31
icónica. Ia modclización de la realidad que supone dicha imagen a una
sim ple escala que indique el grado de correspondencia entre una y otra.
Las imágenes constituyeu modelos 2 de realidad dcl mismo modo que la
música o la literatura. por ejernplo. Sin embargo. Ia diferencia entre
estas tres manifestaciones radica en la naturaleza de los procesos modelizadores. La percepción y la representación visuales. responsables de
la modelización icónica, se basan en una serie de mecanismos sui gene ris
que confieren a la imagen esa especificidad que la caracteriza y distingue
de otro tipo de productos comunicativos.
EI esquema de la figura 1.1 hace referencia a las distintas fases
dei proceso de modelización icónica. La primera parte dei mismo, la
más pertinente ahora, culmina con la obtención de la imagen, pero la
segunda parte. Ia apreciación que el observador hace de ésta, completa
el sentido de este proceso de modelización icónica de la realidad.
De su análisis visual de la realidad, el emisor extrae un esquema
preiconico que recoge los rasgos estructurales más relevantes deI objeto
de la representación. Esto es posible gracias a los mecanismos mentales
de la percepción capaces de llevar a cabo operaciones de sclección.
abstracción y sintesis que permiten extraer de la realidad los elementos
o rasgos pertinentes de acuerdo con la intcncicnalidad de dicho emisor.
Este esquema preicónico supone. de alguna manera. el principio de
la representación, cuyo proceso ha de culminar en la materialización
de la imagen. La estructura de tal esquema está íntimamente relacionada con esos primeros apuntes de cornposición que la mayoria de
los pintores utilizan para iniciar una obra. o con ese encuadre imaginaria que el fotógrafo busca para crear las relaciones plásticas acordes
con sus objetivos. Entre estas imágenes materializadas y dicho esquema
preicónico existen diversos grados de identidad , pero aún cn las obras
muy elaboradas y que han sufrido grandes rnodificaciones, si un observador perspicaz pudiese asornarse primero aI cerebro y después por
encima dei hombro de un pintor, sin duda observaria que tales rnodificaciones no afectan generalmente a la estructura primaria de la obra.
sino, más bien, a determinados factores de cornposición tendentes a conseguir un enunciado visual más claro e identificado con el objetivo dei
artista. Un ejemplo gráfico que ilustrase lo que estoy diciendo es imposible, ya que todo lo que está representado es ya una imagcn y la
naturaleza dei esquema descrito está a cabalIo entre lo perceptivo y lo
icónico : sin embargo. sería razonable cornpararlo, por ejemplo. con el
2 Este término se entiende como un sistema de represcntación que explicita una estructura de relaciones entre los elementos de un conjunto homólogo a otro cn el que se
basa.
La naturaleza de la imagen
33
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Figura 1.2. - Pri mcr estudio de composición dcl GUl'rni('(/.
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I
Il
-
primer estudio de composición que Picasso hizo para el GuerllicCl
(Fig. 1.2). Entre esta imagen garabateada y el cuadro final (Fig. 1.3)
no existen, aunque ello parezca insólito, demasiadas diferencias en
cuanto a la estructura de la obra: la representación de dos espacios,
uno interior (los dos tercios de la izquierda) y otro exterior (los paneles
verticales de la derecha). están ya indicados en el boceta; las direcciones de escena se encuentran, asimismo, definidas, comenzando a
apuntar el vector de lectura de la obra (de derecha a izquierda) que
con el desarrollo plástico dei cu adro quedará nitidamente explicitado;
incluso la mayor parte de los personajes dei repertorio guerniquiano
están ya recogidos en este primer apunte (Ia mujer portadora dei candil, el caballo herido, el toro, el ave, el guerrero. etc.): la ratío dei
formato deI cu adro nos anticipa la naturaleza narrativa que posteriormente constituirá una de las características plásticas más notables dei
Guernica, etc.
Como he dicho antes, los primeros apuntes de composición de un
cuadro, o la operación de encuadrar un objeto con una cámara , es lo
La naturaleza de la imagen
35
que más se parece a ese esquema preic ónico , resultado de la perce pción de la rea lida d y que co nstituye la pr ime ra modelizac ión de la misma .
La fase siguiente en el proceso global supone una abstracción po r
parte dei em isor ic ónico, ai seleccio na r unos elementos plásticos que
deberán ejerce r el papel de los elementos rea les. Este proceso a bstractivo supo ne la segunda modeli zación y es más evidente . incluso.
que la primera. ya que siempre que en una imagen fija se represente
una estructura espacial. por ejem plo, median te el co ncurso de determinados elemento s ic ónicos, la característica fundamental dei espacio
real , su pr ofund idad, se halla a bstra ida . La representación espacia l en
la imagen fija es, pues, uno de los mejores cjemplos de mode lización
representativa.
Esta segunda operaci ón modelizadora a través de la representación
es posib le gracias a que la imagen posee equ ivalentes estructurales de
cualquier situació n de la realidad. No só lo los elementos icónicos so n
modeli zacio nes de los elementos reales que sustituyen, sino q ue, adem ás,
las relacio nes de o rde n que impera n en el tiernp o y espacio de la realidad pueden ser traducidas mediante relac io nes de o rden visual. haciendo
posible una represen ta ción inal terada de las estructura s sensibles de la
real idad . EI co ncepto de o rden visual ai que necesariamente hay que
acud ir ai habla r de la naturaleza de la representación está desarrollad o
en el ca pítulo 8 de este libr o.
En la segunda pa rte de i esquema que se refiere ai proceso de modelizaci ón icónica de la realidad, una vez más. todo comi enza por la
percepción . EIob servador extrae de la imagen un esquema ic ônico, equivalen te estructural de la realidad obje tiva (no la figurativa) q ue representa y cuyos elementos son modelizacion es de los elementos reales, a
partir de los cuales el ob servador procede mentalmente a identificar
esas dos realidades, la o bjetiva y la figurat iva (o mo de lizada), como si
de do s plan tillas superpuestas se tra ta se. Dos so n los resultados posibles : q ue el o bservador co nceptua lice la imagen, en cuyo cas o se produce una co nexió n con la realidad objetiva mediante un mecanismo
similar a i feedback y en el que se puede producir , inclu so, un a tra nsferen cia de la imagen a la realidad : o qu e, siendo impo sible la co nceptualiza ción (ca si siempre porque la imagen posea un elevado nivel de
abstracc ión o porque ésta sea arbitraria o fruto de una con vención ).
se interrumpa esta co nexión última con dicha realidad .
36 lntroduccion a la Teoría de la Imagen
1.2.
la realidad modelizada
En eI apartado anterior he intentado justificar por quê toda imagen
constituye un modelo de realidad. mencionando genéricamente las fases
principales de dicho proceso de modelización. EI resultado dei mismo,
como figura en el esquema anterior, es la realidad modelizada.
Pero no todas las imágenes Ilevan a cabo este proceso de la misma
manera. lo que equivale a decir que existen diversas formas de modelización ; concretamente tres: la modelización representativa, la simbólica y la convencional.
La existencia de tres formas de modelización no implica, sin embargo, considerar tres clases distintas de imágenes, más bien habría que
hablar de tres funciones modelizadoras o, en aras de una mayor elaridad, simplemente, de tres funciones icónicas, Además, es frecuente que
una misma imagen cumpla, ai mismo tiempo, más de una función, por
lo que es recomendable utilizar el término de funcion iconica dominante
ai referirse a la forma de modelización más clara que la imagen haga
de la realidad.
La conceptualización de cada una de estas tres funciones icónicas
ha de hacerse, como es obvio, desde la confrontación entre la realidad
y la imagen que la modeliza ; en este sentido, conviene advertir que
no se debe reducir tal confrontación a una mera diferencia en cuanto aI
nivel de realidad entre una y otra, aunque éste sea una de las variables
que ha de servirnos para establecer las diferencias entre la función representativa y la simbólica como veremos más adelante.
Se habla de una modelización representativa si la imagen que sustituye a la realidad lo hace de forma analógica 3; entre la imagen y la
realidad existe una correspondencia estructural que puede ser vanable
en cuanto a la iconicidad, ya que corno dice Arnheim (1976a, 135):
Una representación es un enunciado sobre las cualidades
visuales, y tal enunciado puede ser completo a cualquier nivel
de abstracción.
La introducción dei concepto de analogia y su diferenciación dei
de iconicidad completa el significado de la función representativa de
la imagen, ai menos en los términos en los que es enunciado por
Arnheim (l976a. 135):
.\ Analogía es el fcnómeno de homologación figurativa entre la forma visual y cl
concepto visual correspondiente.
La naturaleza de la imagen
37
Las imágenes son representaciones en la medida en que
retratan cosas ubicadas a un nivel de abstracción más bajo que
ellas rnismas.
Esta definición, que es cicrta, resulta, sin embargo, un tanto simplista, porque equivale a afirmar que las representaciones son imágenes
más abstractas que sus referentes.
AI advertir Iíneas atrás que en el análisis .entre la imagen y la realidad existia el peligro de reducir el mismo a una mera cuantificación
de la iconicidad entre una y otra, que es lo que hace Arnheirn, me
estaba refiriendo implícitamente a la característica fundamental que
define la naturaleza de la representación: la homologación estructural
entre ésta y su referente.
Las representaciones modelizan la realidad restituyendo sólo algunas características visuales pertinentes de dicha realidad. Esto no quiere
decir que una representación medianamente abstracta sea completada
por el observador hasta !legar a una copia mimética. EI observador
infiere la realidad a partir de unos rasgos pertinentes y genéricos, que
son los que la representación le ofrece. En una caricatura. el proceso
de conexión con la realidad no tiene por que devolver a un tamaüo
natural la nariz dei personaje caricaturizado, por ejernplo : la representación en este caso, gracias a esa capacidad abstractiva de la irnagen,
nos facilita esa captación «inteligente» de la realidad, discriminándola.
La modelización simbólica implica una transferencia de la imagen
a la realidad. La palama de Picasso es portadora además de una forma
visual, de un significado simbólico: la paz. En este caso una imagen
le ha otorgado una configuración visual particular a un hecho abstracto.
Es evidente que cualquier imagen puede actuar como un símbolo, para
que esta suceda só lo es necesario un acuerdo colectivo en tal sentido.
Si esto es asi, la imagen como dice Arnheim-- «deja por cuenta dei
usuario el esfuerzo de lIevar a cabo la abstracción»,
La relación entre el símbolo icónico y la realidad se caracteriza
por poseer aquél un grado de abstracción menor (o un nivel de iconicidad más alto) que su referente simbólico. EI concepto de paz hemos
visto que es abstracto o, ai menos, no se puede identificar con una
configuración visual particular; el símbolo visual que lo vehicula -la
paloma picassiana- o cualquier otra convención colectiva, posee una
menor abstracción que tal concepto, ya que por tratarse de una imagen
hay que relacionarIa con su referente en la realidad: una paloma
genérica .
Vemos, por tanto, que en las imágenes que cumplen una [unción
38
Introducción a la Teoria de la Imagen
simbólica existe un doble referente: uno figurativo y otro simbólico.
Dichas imágenes actúan, por tanto, en primer lugar como representaciones y en última instancia como sim bolos. La diferencia entre ambas
funciones se aprecia claramente en el siguiente esquema:
Iconicidad
Abstracción
Representación
-
+
Símbolo
+
-
2
La definición
de la imagen
Realidad
En la rnodelización convencional la irnagen funciona como un signo
no analógico. A diferencia de las representaciones o los símbolos, estas
signos no poseen relación alguna con la realidad, ai menos visualmente.
Estas hacen referencia a un contenido particular o a un objeto, sin
ref1ejar sus caracteristicas sensibles ; sono en este sentido. arbitrarias.
Con frecuencia , las características visuales de los signos no cxisten
en la realidad que ellos modelizan y responden más bien a critérios de
utilidad tales como la facilidad de reconocirniento, su simplicidad, etc.
La infinita variedad icónica hace imposible cualquier definición monosémica dei concepto de imagen. Afirmar que toda imagen es un
modelo de realidad, o enunciar los hechos que constituyen la naturaleza
icónica, es eI máximo riesgo que estoy dispuesto a correr en este sentido. No obstante, el intento de definir, o de conceptualizar la imagen,
no es tanto un fin en sí mismo como la necesidad de encontrar un
instrumento que formal ice su clasificación. Es a partir de la formulación
coherente de unas tipologías icónicas cuando resulta útil una definición
sensata de cada uno de los tipos de imágenes obtenidos, siempre que
dicha definición no reduzca la naturaleza de una imagen a un aspecto
parcial de la misma.
Las imágenes pueden ser clasificadas y posteriormente definidas en
función de múltiples criterioso Desde la perspectiva dei capitulo anterior, el primero de estas criterios, quizá el más natural, ha de ser el
grado de correspondencia que las imágenes guardan con la realidad que
modelizan.
2.1.
EI nível de realidad
Esta variable expresa el grado de iconicidad, o de abstracción, que
posee una imagen. EI nivel de realidad constituye un hecho objetivo;
10 que es convencional es su cuantificación, que está basada en las
llamadas escalas de iconicidad. Dichas escalas, que son formulaciones
teóricas de todos los posibles niveles de realidad, difieren fundamentalmente en dos hechos:
1.
2.
EI número de niveles, cada uno de los cuales representa un determinado valor de iconicidad o abstracción.
Los criterios utilizados para adscribir a cada nivel el grado de
iconicidad correspondiente.
40 tntroduccion
a la Teoría de la Imagen
EI primero de estas hechos resulta irrelevante en comparación con
el segundo. Que una escala posea diez o veinte niveles no tiene mayor
importancia : tan sólo una elemental norma de metodologia científica,
la parsimonia 1. aconseja que dicha escala no sea prolija en exceso. Sin
embargo. de la elección de los criterios sobre los que se va a formular
determinado nivel de realidad, dependerá la bondad o maldad de la
escala.
Todo criterio debe cumplir dos objetivos: diferenciar claramente
cada categoria icónica de las dernás, por lo que deberá tener una formulación lo más particular posible y, aI mismo tiempo. conseguir que
el nivel basado en tal criterio abarque eI mayor número de imágenes :
sólo así es posible construir una escala aceptable con un número reducido de niveles. La escala que satisfaga estas dos exigencias, no exentas de un cierto antagonismo. cs decir. aquella que con eI menor número
de niveles se reficra a más tipos de imágenes distintas. será la más idónea.
La escala de iconicidad más conocida es, sin duda, la de Moles
(\975), sin embargo, tengo serias dudas respeeto a la utilidad de una
escala que identifica determinado nivel de iconicidad con «el tema deI
lenguaje natural de Swift en Laputa», o indica que su nivel 8 se
corresponde a <da operación visual dei universal aristotélico» 2. La de
Moles es una escala que puede servir para la clasificación de esquemas
y símbolos normalizados. pero que resulta bastante ineficaz cuando se
aplica a la irnagen.
La escala que a continuación propongo 3. como todas las existentes
o imaginadas. es considerablemente reduccionista (véase páginas 41 y 42).
Piénsese que reducir todos los valores posibles de iconicidad a unos pocos niveles paradigmáticos implica valorar sólo algunas características
de la imagen a definir. por lo tanto cualquier valor asignado a una imagen es siempre relativo. EI grado de iconicidadJabstracción es un elemento más de definición icónica, en ningún caso suficiente por sí mismo.
Del grado de iconicidad de una imagen depende, a veces, la mayor
o menor idoneidad de esta para desempenar determinada función pragmática 4. Lejos de cualquier determinismo. podría formuIarse una nueva
1 Según el principio de Parsimonía, si varias bipótesis explican un mismo hecho.
debe elegirse la más scncilla. Según Cohen y Nagel, «se dice que una hipótesis es más
sencilla que otra si el numero de tipos de elementos independientes es menor en la primera que en la segunda».
2 Moles, op. cít., pág. 335.
3 Es una nueva Iormulación de la escala que aparece en Villafaõe (1981, 57).
4 Hay que diferenciar esta función icónica de las expuestas en el capítulo anterior;
aquéllas eran fruto de tres modelizaciones diferentes de la realidad, en las cuales, el
valor de iconicidad era secundaria.
La definición de la imagen
Escala de íconículad pura /0
Grado
1I
Nivel de rculidad
La imagcn natural.
ェiャuセ・QNヲゥHOMウ、
Criterio
EjC111plo
Rcstublccc todas las
pro piedades dei oh-
Cual q uier percc pcion de la rcalidad
S1l1 más mediacion
que las variablcs fisicus dei estímulo.
[etc. Existe idcntidado
10
Modelo tridimensio-
nal a escala.
9
lmágcncs de registro
estercoscópico.
41
Rcstablcce todas las
propiedades dei oh[etc. Existe idcntificución pero no identidad.
La Venus de Mito.
Rcstublece la forma
y posición de los
objetos errusorcs de
lJn holograma.
radiación presentes
cn el cspacio.
Fotografia en colar.
Cuando el grado de
definición de la imagen este equiparado
ai poder resolutivo
dei ajo rnedio.
Fotografia en la que
un círculo de un metro de diámetro SItuado .:1 mil metros,
sca visto como un
punto.
7
Fotografia en blanco y negro.
Igual que cl anterior.
Igual que el anterior.
6
Pintura realista.
Restablcce razo nablemente las relaciones espacialcs cn un
plano bidimensiona!.
Las meninas de Velázquez.
5
Rcprc sentación figurativa no realista.
Aún se produce la
identificación. pera
las relaciones espaciales están alteradas.
Guernica de Picasse.
Una caricatura de
Peridis.
4
Pictograma.
Todas las características sensibles. ex-
Siluetas. Monigotes
infantiles.
cepto la forma. están abstraídas.
42
La definición de la imagen
Introducción a la Teoria de la Imagen
Escuíu de iconícidad para {a imuqen fíja-aisíada (contimwciún)
Grado
3
Nivcl de rcalidad
Critério
Ejcmplo
Esquernus motiva-
Todas las caructcristicas sensibles abstraídas. Tan só lo restableccn las rclaciones orgánicas.
Organigramas. PIanos.
No rcprcscntan ca-
La sefial de circulación que indica (\ce-
dos.
2
Esquemas arbitranos.
racte ristica s sensiblcs. Las relaciones
de dependencia en-
da cl paso».
tre sus elementos no
siguen ningún enterio lógico.
1
Represen tació n no
figurativa.
Tienen abstrai das
todas las propiedades sensibles v de
Una obra de Miro.
rclación.
escala que asociara algunas de estas funciones con los niveles de la
escala anterior más adecuados para su cumplimiento:
Grado
Nivel de realidad
Función pragmática
11
Imagen natural.
Reconocimiento.
la
Modelo tridimensional a escala.
Imagen de registro estereoscópico.
Fotografia en color.
Fotografia en blanco y negro.
Descripción.
Pintura realista.
Reprcsentación figurativa no realista.
Artistica.
3
2
Pictogramas.
Esquemas motivados.
Esquemas arbitrarios.
Información.
1
Representación no figurativa.
Búsqueda.
9
8
7
6
S
4
43
La irnagen natural cumple una función básica que es la de rcconocimiento. AI cerebro es preciso suministrarie un buen material visual
para que las operaciones de conceptualización, que tienen por objeto
homologar la identidad (basada en la estructura) dei estímulo con un
pattern" almacenado previamente, tengan éxito y dicho estímulo pueda
ser reconocido. Para cumplir esta decisiva función se requieren, obviamente, imágenes con el máximo de iconicidad.
Las imágenes cuya iconicidad corresponde a los niveles 10, 9, g Y
7, son las más adecuadas para satisfacer funciones descriptivas, que no
necesitan la máxima perfección como en el caso anterior, pero que,
sin embargo, deben representar las propiedades estructurales dei objeto,
así como sus proporciones para que sea posible la idcntificución.
Los niveles intermedios de la escala, debido a la posibilidad de
interpretación de la realidad que una imagcn de nivel 5 ó 6 posee, son
los más apropiados para la expresión artística. Esa tierra de nadie
entre la abstracción y el realismo es un terreno fértil para la creación.
Es evidente que los grados 7 y 8 pueden ser asimilados a esta [unción
en el caso de la fotografia artística.
Los niveles 4, 3 y 2, correspondientes ya a imágenes de una considerable abstracción. son los más idóneos para la inforrnación visual.
En 10 que se reficre a la imagen. distingo claramente descripción de
información ; ésta, implica discriminar la parte más importante de los
contenidos que se quieren comunicar, lo que requiere una mayor abstracción a fin de que algunos elementos secundarios de la imagen no
actúen como distractores. EI plano dei metro no necesita «informar»
dcl color de las estaciones, oi el pictograma clavado en la puerta de
un lavabo representando una mujer, nos indica si ésta es joven o vicja.
Ahora bien, la maqueta que tiene que presentar un arquitecto ai que
le han encargado el proyecto de una nueva Iínea de metro, o la foto
de una mujer archivada en una agencia matrimonial. deberán poseer
otro tipo de datos visuales mucho más elaborados para poder cumplir
su función primordial: la descripción.
Por último, el nivel 1, se reficre a imágenes cuya función pragmática puede ir desde la búsqueda de nuevas formas de exprcsión visual
a la ausencia de tal función. En este interregno son posibles las estructuras abiertas, las proyeccioncs. la catarsis, etc.
5 Existen muchas traducciones de este término anglosajón: Escarpir (1977). Moles
(1975), Gregory (1965). EI sentido que yo le doy cs el de una cstructura de rcconoci-
miento homologable con la del estímulo visual conceptualizado. Fn inglês
coqnuíon.
partem r e-
44
2.2.
Introduccíón a la Teoría de la Imagen
La materialidad de las imágenes
Todas las imágcnes poscen idêntica naturaleza : los hechos que la
definen son los mismos para cualquier manifestación icónica Y. sin
embargo, la apariencia que una irnagen pueda prescntar constituye un
nuevo c importante elemento de diferenciación que conviene analizar
y definir.
Del mismo modo que en el epigrafe anterior se reducían, mediante
una convención, todos los posibles grados de correspondencia entre
la imagen y la realidad a una doccna de casos, ahora voy a agrupar
todas esas apariencias icónicas en cuatro tipos, utilizando como criterio
la materialidad que informa a las imágenes,
Los cuatro tipos a los que me refiero son las imágenes mentales,
las natu rales, las creadas y las registradas. Las dos primeras son imágenes no manipuladas. ai contrario que las dos restantes. obtenidas
mediante un sistema de registro que puede ser manual o mecánico,
Las imágenes mentales poseen, por paradójico que esto parezca,
gran parte de las características de la naturaleza icónica «convencional». Tienen un contenido sensorial; suponen modelos de realidad, en
muchos casos altamente abstractos ; tienen, por tanto. un referente. etc.
Jean Paul Sartre (1976, 85) dice:
Hemos definido más arriba la imagen ---como un acto que
en su corporeidad trata de aprehender un objeto ausente o
inexistente a través de un contenido fisico o psíquico que no
se da por sí. sino a titulo de representante analógico dei objeto que se trata de aprehender-. EI contenido no tiene exterioridad en el caso de la imagen mentaL
Efectivamente. Sartre nos ofrece en este comentaria suyo los criterios más importantes que definen a esta clase de imágenes.
En primer lugar. el «contenido» de la imagen está interiorizado (en
términos sartrianos, el contenido de la pintura. por ejernplo. sería la
tela manchada), es de naturaleza psíquica. Y, en segundo lugar, la
imagen mental no necesita la presencia de un estímulo fisico para
surgir. Se podrían afiadir nuevas especificaciones, como el hecho de
que son estas imágenes las únicas que no tienen un soporte físico. pera
las características específicas de su naturaleza están definidas.
Existe incluso gran variedad dentro de las imágenes mcntales. Neisscr
(1976, 170) distingue entre imágenes eidéticas, hipnagógicas, oniricas,
alucinatorias y ordinarias. Estas últimas las imágenes deI pensamien-
La definición de la imagen
45
to- son el mejor ejemplo de la cotidianeidad de la imagen mental,
variedad icónica que cuando se la considera, generalmente se la identifica con extrafias y esotéricas psicopatologias, y que, a mi juicio, es
una variedad tan digna como cualquier otra, siempre que se considere
la naturaleza de la imagen en sentido general.
Las irnágenes naturales son aquellas que eI individuo extrae dei
entorno que le rodea cuando existen unas condiciones luminicas que
permitan la visualización. Son las imágenes de la percepción ordinaria.
Aunque no están manipuladas, cabe hablar de un elemento más
propio de las que sí lo están: el soporte, que en el caso de las imágenes na tu rales es la retina. y que como en las crcadas o registradas
puede mediatizar el resultado visual aI igual que el resto de los componentes dei sistema óptico humano.
En ausencia de cualquier anomalía en el sistema visual humano,
estas imágenes poseen el grado de iconicidad más elevado, ya que son
las únicas que guardan una identidad total con el referente. No hay
que confundir, en este sentido, imagen natural eon la representación
retínica de un estímulo, ya que en ésta muchas de las propiedades dei
mismo se encuentran abstraídas.
Las imágenes que normalmente son consideradas como tales son
aquellas que implican una manipulación de unos utensilios y materiales, y que cuentan con un soporte. Las anteriores, insisto, participa n
de la misma naturaleza que las imágenes creadas o registradas en la
medida que suponen modelos de realidad. Entre ambos grupos existe,
no obstante, una gran diferencia: la necesidad de las imágenes manipuladas de contar con un sistema de registro.
Existen tres sistemas de registro de imágenes: por adición, por modelación y por transformación. El registro por adicion consiste en aüadir
ai soporte nuevos elementos, los conformantes, que son los que construyen la imagen materialmente; este tipo de registro deja inalterado
el soporte. Las pinceladas sobre un lienzo es el ejemplo más ilustrativo.
En eI registro por modelacion la acción directa sobre eI soporte constituye el elemento generador de la imagen ; es el caso de una pieza
escultórica o de la matriz de un grabado, donde parte deI soporte es
eliminado. Por último, el registro por transformación implica, como el
término indica, una alteración profunda de la rnaterialidad deI soporte,
como ocurre con las emulsiones fotosensibles cuando son impresionadas por la luz.
EI sistema de registro más com ún en las irnágenes ereadas es el de
adición, aunque también pueden registrarse por modelación. Cualquiera
de los dos casos implica disponer de unos utensilios y de un soporte
46
Introducción a la Teoría de la Imagen
sensible, el cual, sin embargo, no posibilita el copiado exacto de la
imagen.
Si las imágenes descritas anteriormente eran, normalmente, involunta rias y carecian de una intención comunicativa, las creadas son generalmente vehículos de cornunicación o, ai menos, son significativas.
Este último extremo dependerá de los limites que se le impongan ai
concepto mismo de comunicación.
A medida que aumenta la complejidad de una imagen se incrcmentan también las mediaciones que imponen los distintos agentes de
la mediación visual. Asi, en las imágenes mentales. la única mediación
posible es la propia dei equipo mental deI individuo; prácticamente
todos los procesos de la conducta pueden, en determinadas condiciones, convertirse en agentes mediadores de este tipo de imágenes, En
las naturales, aunque la mediacion fundamental depende dei sistema visual humano, estas imágenes acumulan también la mediación psíquica
o conductual, propia de las mentales. En las imágenes creadas, además
de las anteriores, hay que contar con la mediación deI material, que
general mente afecta sobremanera aI resultado visual de la imagen.
Una última característica de las imágenes creadas, común también
a las mentales, es que no necesitan inexcusablemente la presencia dei
referente para producirse.
Las imágenes sin duda más complejas, desde un punto de vista material ai menos, son las registradas. Reproduzco a continuación una
cita de Lara y Perea (1980, 197) que sintetiza muy claramente el
concepto de irnagen registrada:
EI soporte no queda inalterado por la accion dei conformante, sino que se da una transformación profunda, ejcmplificada en la imagen latente producida en la emulsión fotosensible por la actividad de los fotones (... ) En los sistemas de
transforrnación es absolutamente necesaria la escena real (... )
EI registro por transforrnación exige la intervención humana,
antes y después dei momento de la exposición entre luz y
material, conformante y soporte.
EI facto r más relevante de esta c1ase de imágenes es su registro
por transforrnación, que permite, además de una representación con
un elevado ruvel de iconicidad, un copiado razonablemente exacto de
la imagen. La mayor parte de estas imágenes tienen una clara intención
comunicativa. Por ser las más complejas, acumulan todas las mediaciones anteriores (sensibilidad deI soporte, instrumentos, etc.) afiadiendo.
además, las dei proceso de copiado.
La definición de la imagen
47
Creo que es nccesario plantear algunos cjernplos eon el fin de clarificar más exactamente la naturaleza de las imágenes registradas y
creadas, y sobre todo, sus diferencias. Está claro que una obra pictórica es un ejemplo de imagen creada y que la fotografia de nuestro
carné de identidad lo es de imagen registrada. Éstos son ejemplos
claros, pero, (,qué clase de imagen es el comic que compramos en el
kiosco de prensa", y i,cuál el grabado numerado que cuelga en la pared
de nuestro estudio? La primera es una copia registrada (el fotolito) de
un original el dibujo dei autor dei comic- que es una imagen única
creada, y la segunda, el grabado numerado, es un original múItiple de
una imagen creada
la matriz deI grabado.
2.3,
Originales y copias
EI auge que está tomando la llamada Ecologia de la Imagen está
plenamente justificado, sobre todo en los rnedios urbanos en los que el
individuo se mueve cotidianamente en un paisaje icónico de enorme
variedad. EI hombre crea y consume imágenes con una avidez y fruición
sin Iímites.
La mayor parte de estas imágenes son registradas. EI universo cultural y social dei hombrc se transformo. como pocas veces lo ha hecho,
con la aparición a principias dei siglo pasado de la imagen fotográfica
-e1 paradigma, sin duda más evidente. de este tipo de imágenes . La
posibilidad que la imagen registrada ofrecía a los ciudadanos decimonónicos de inmortalizarse visualmente, hizo que el estrecho mundo donde éstos se movían comenzara a poblarse de copias fotográficas. Los
adocenados y prósperos pintores de la época, aquellos maestros dei
pompier, pronto sintieron en sus pro pias carnes la crisis que el advenimiento dei nuevo invento les infringia. EI carácter de unicidad que
hasta ese momento era una característica firme de las imágenes desapareció y, como ya he dicho, el mundo ccnoció la duplicacióri icónica y,
poco a poco, fue descubriendo los usos y ventajas que este hecho
proporcionaba.
El lector me perdonará esta digresión con la que he comenzado
este apartado, pero son muchas las razones que aconsejan definir los
conceptos de imagen original y copia, y no só lo por razones socioculturales ; anteriormente he insistido en la importancia que tiencn en
el resultado visual de una imagen los diferentes agentes mediadores;
sin duda, entre éstos. los más determinantes son los propios de los
procesos de copiado.
48
La definición de la imagen
Introducción a la Teoría de la Imagen
Como sucedia con el propio concepto de imagen, una definición en
sentido estricto de los de original o copia, no tiene mucho sentido, por
eso he preferido, una vez más, clasificar las distintas variedades con las
que habitualmente nos encontramos, para definir después algún caso que
pueda resultar controvertido. En el esquema siguiente cito, como ejernpio, entre paréntesis, una imagen que pertenece a esa categoria.
Única
original!
i
Creada (pintura, dibujo de un comic. matriz de un grabado).
Registrada (película reversible).
Múltiple (grabado numerado de baja tirada).
Imagen
Registrada
De imagen original-única-creada (fotolito de un comtcí.
De imagen original-única-registrada (fotografia).
De copia o de original-múltiple (fotograbado).
Copia
C
d
rea a
De imagen original-única-creada (el trabajo
dei copista de arte).
De imagen original-múltiple o de copia
(copia de un grabado).
I
Una vez leído este cuadro, pienso que una posible duda se plantea
en relación con el carácter «original» de nuestro grabado numerado
dei ejemplo anterior. A roi juicio, los conceptos de «reproducción icónica limitada» y «original múltiple» se corresponden. Piénsese que de
una matriz de grabado se pueden obtener un número limitado de
imágenes, las cuales forzosarnente presentarán diferencias dado que la
matriz ai ser prensada sobre el papel se va degradando, sin que esta
degradación fisica de la matriz suponga una degradación cualitativa
desde un punto de vista plástico o estético, en cualquiera de las imágenes obtenidas. Creo. por tanto, que no existe incompatibilidad alguna
entre los términos de «original» y «original múltiple».
Este concepto de «original múltiple» no sólo es aplicable ai grabado. En la actualidad, muchos fotógrafos cuando venden una de sus
obras destruyen el negativo de la misma, quedándose ellos con una
49
copia. además de la que cntrcgnn ai cliente: estas dos irnágenes, o alguna más que hubiese sido copiada. pueden ser consideradas. también.
como «originales múltiples»,
2.4.
La definición estructural
Continuo. en este nuevo apartado. con ese principio de «definir
clasificando» que ha presidido todo el capítulo actual, Reconozco que
metodológica mente no es muy ortodoxo, pero ya he mencionado repetidas veces las razones que me obligan a ello. Si el problema que
siempre ha yugulado cualquier intento globalizador en el cstudio de la
imagen ha sido su enorme divcrsidad, cabe pensar que una segrnentación de la misma pueda aliviar tal problema. Adernas. la ortodoxia
científica pienso que ha de ser una cuestión de principio cuando se trabaja en disciplinas con un elevado grado de lormalización, pero. desgraciadarnente, éste no es el caso de la Teoría de la l magen que sigue
pareciéndose más a un rincón umbrío de la selva que a los encerados
pasillos de una academia de ciencias. Creo que es muy pertinente, en
este sentido, un párrafo de Tomás Maldonado (1977, 256) pertcncciente
a un artículo suyo de 1974 titulado Apuntes sobre la íconícidad:
Es evidente que las teorías de la modelacián (modelling
theor y ). de la simulación [simulutíon theorv). de la categorización y de la clasificación (í axonomv). son de gran interés en
la problemática de la semejanza, y en especial de la iconicidad.
La teoria de la modelación y de la simulación. por un lado. y la
de la categorización y la clasificación. por el otro. actualmcnte
muestran una fuerte tendencia a la integración. e incluso a la
fusión.
Hasta ahora he analizado diversos aspectos de la imagen considerando ésta como una unidad, pero Lqué es 10 que la confiere esc carácter uni ta rio que está por encima de la función que ésta desempena,
de su misma rnaterialidad o dei grado de semejanza con su referente?
EI tercer hecho que constituía la naturaleza icónica, una forma de sintaxis como ordenación de sus elementos constitutivos, es el responsable de dicho carácter unitario. De igual manera que la imagen posee
unos componentes materiales (soporte, conforrnante, etc.], cuenta, tarnbién, con unos elementos for males -los cuales a veces son coincidentes
con los anteriores- organizados en estructuras y responsables de la
50
Introducción a la Teoría de la Imagen
significación plástica de la imagcn. No voy a referirme aún a los con-
certos de orden. estructura y significación icónica que seràn tratados
cn la parte tercera dei libra, pero en un capítulo que se refiere a la
dcfinición de la imagen y que utiliza la taxonomía como método definirorio, no pucde faltar una clasificación de las imágenes basada en
el criterio estructural.
Toda imagen tiene tres estructuras: la espacial, la temporal y la de
relación. Las dos primeras son las únicas que admiten una formalización teórica aI margen de su constatación eon una imagen concreta,
ya que en la estructura de relación constituida por los elementos escalares de la imagen [tamafio. escala, formato y proporción l no es posible
establecer categorias significativas. Seria ridículo, por ejernplo, categorizar las imágenes en función de su ta mafio ; lo que TIO quiere decir que
esc elemento no pueda llcgar a ser determinante co eI resultado visual
de una imagen.
Nos qucdan. pues. las dos estructuras cualitativas de la imagen: el
espacio y el tiernpo, como nuevos elementos de definición icónica. Estas
dos pará metros poseen bastantes características formales que intluyen
en la significación plástica de la misma ; sería posible, por tanto, hacer
un gran listado de variables y en función de cada una de ellas formular
nuevas clasificaciones, sin embargo, la experiencia en el análisis formal
de las imágenes aconseja reducir estos criterios a cuatro: dos espaciales y otros dos ternporales, porque de lo contrario nos encontraríamos
eon una taxonomía poco útil por disponer de muchos tipos de irnágenes que easi nunca van a ser utilizados.
EI prirner criterio espacial que voy a tener en cuenta es la dinámica
objetiva de la irnagen, el cual ticne mayor importancia en este Iibro
dedicado a la imagen fija. En íunción de tal criterio podemos clasificar
las imágenes en Pias o mooiles.
EI segundo cri teria se refiere a la naturaleza de las dimensiones
físicas dei soporte. EI nuevo par dicotómico que se extrae recoge los
dos espacios posibles en este tipo de imágenes: el bidimensional y el
tridimensional. No considero el espacio TI-dimensional en el que, fundamentalmente, se tiene en cuenta la dirncnsión temporal, porque la
temporalidad de las imágenes rijas depende de la estructura espacial.
La segunda categoría espacial agrupa las imágenes en planas o estereoscópicas.
Entre los criterios tempo rales, el primero y más importante hace
referencia a la temporalidad o estructura temporal de la irnagen. Existen
dos alternativas: la simultaneidad o la secuencia temporal, lo que origina imágenes aisludas o secuencíales. Estos dos conceptos y el propio
La definición de la imagen
51
de temporalidad los desarrollaré detenidamente en la parte tercera dei
libro específicamente dedicada a la representación.
Por último, en íunción de las características dinárnicas formales de
la imagen, éstas pueden dividir-se eo estáticas o dinámicas. Las primerus
son atensas. No se producen tensiones visualcs cn su seno ai contrario
que cn las dinámicas en las que existe tensión, que es la variable dinámica de las imágenes Iijas.
(,Resulta útil esta escucta taxonornia? Efectivamente, si estos rótulos
terminológicos no se desarrollan. definiendo en cada caso, con mayor
precisión, la naturaleza de sus características, el valor de esta labor
clasificatoria sería muy exiguo. poro ya he manifestado la nccesidad de
c1asificar antes de definir. Es menester individualizar mediante la observación retlexiva las distintas clases de irnágenes para estudiar después
los elementos que vchiculan lo más específico de su naturaleza.
PARTE SEGUNDA
La selección de la realidad
En los dos capítulos precedentes creo que quedá suficientemente
justificado que 01 origen de toda imagen es la realidad. Cualquier manifestación icónica, independientemente de su nível de realidad.. posee uo
referente co el mundo de las apariencias sensiblcs. pero como una imagen co ningún caso significa una traducción mecánica de su referente.
eI resultado no es otro que una cualificación de la realidad manifestada
a través de la imagen.
En otro sentido, y como ya apunté en la introducción dei libra, la
sclección de la realidad constituye el primero de los tres hechos específicos de la naturaleza icónica ; el análisis de ésta pasa, por tanto, por
el estudio de aquel proceso responsable de dicha selección: el proceso
de la percepción que, de esta rnanera, se constituye, junto con el representativo, en el corpus conceptual de la Teoría de la Imagen.
Los principios fundamentales que han de servir para explicar los
conceptos claves de la representacióri, tienen su origen en mecanismos
perceptivos. EI orden icónico emana dei orden impuesto por la percepción, La capacidad estructural de la imagen está basada en la propia
estructura de la realidad. EI concepto de significación plástica, por
último, no es otra cosa que la expresión de una doble operación selectiva, primero perceptual y después representativa. que la imagen hace
de la realidad.
En esta segunda parte dei libro, he planteado el estudio de la percepción siguiendo una doble línea: en primer lugar. se examinan las
principales teorías históricas, haciendo hincapié, fundamentalmente, en
el paradigma gestáltico que es, sin duda, el de mayor vigencia y el
más útil para fundamentar, posteriormente, un análisis de la representación visual; en segundo lugar, y en el capítulo cuarto, se intenta justificar la naturaleza cognitiva de la percepción, extremo este que ninguna
de las teorías anteriores tiene en consideración y que desde la perspectiva de esta disciplina es fundamental.
3
La falacia de las
teorías perceptivas
No conozco ninguna disciplina científica cuyo estudio sea tan lábil y
camaleónico como el de la percepción. Su investigación, si uno sigue la
producción bibliográfica existente, es una constante invitación ai abandono. En todas las ciencias coexisten diversos planteamientos que explican su objeto desde puntos de vista diferentes, eon métodos asimismo
diferentes; sin embargo, por radicales que sean sus postulados, el
lector siempre encuentra una estructura dei problema, común a todos
ellos, que da cuenta de la totalidad dei fenómeno que se está estudiando.
El problema ai que me refiero aqui es mucho más complicado; no
es que exista una teoría de la percepción explicada desde muchas
ópticas diferentes. sino Ia cxistencia de muchas teorías denominadas
perceptivas que, ocupándose de aspectos muy parciales deI proceso. pretenden explicaria en su conjunto.
Otra característica asustante en lo que se refierc a las investigaciones
sobre percepción, es la falta de innovación científica que existe en este
campo. Hace afios, solícité una búsqueda bibliográfica retrospectiva
sobre el tema; pasados unos dias, recíbí una relación de casi un millar
de títulos. Afortunadamente para mí equilibrio mental sólo necesité leer
una pequena parte de los libras cuyos títulos me habían remitido, para
dar me cuenta que las obras consideradas clásicas eran las que seguían
teniendo mayor vigencia, pese a que algunas de eIlas como Principios
de psicología de laforma de Koffka, Principios de orqanizacion perceptiva
de Wertheirner, o Psicología de la forma de Kohler, tienen aproximadamente medio siglo. EI mismo hecho que hace que una teoría como la
Gestalt., que comienza a desarrollarse con el siglo, siga síendo en la
actualídad una de las alternativas metodológicas más seguras para explicar el proceso perceptivo, ilustra esta obsolescencia a la que me
refiero.
Otra constante, fácilmente observable, en la bibliografia dei tema, y
que demuestra aún más lo anterior, es la sensacíón que uno tiene en
56
muchos casos de haber Icído un libro aun cuando éste acaba de publicarse. Desgraciadamente los «refritos» bibliográficos abundan eo mayor medida que co otros campos de la ciencia.
No deja de ser sintomático. por otra parte, que algunos planteamientos piuridisciplinares como el psicoanálisis, que se ha ocupado de
lo divino y 10 humano, hayan pasado como gato sobre ascuas en lo
que se refiere a la percepción. Sin duda, el tema resulta lo suficientemente importante. y se cncuentra conectado con tantos otros procesos
de la conducta humana. como para no poder obviaria; pera, sin embargo, la aportación psicoanalitica, como la de otras líneas de investigación (behaviourismo, psicofísica. etc.). dcja mucho que dcscar.
Ante este panorama, que quizà mi experiencia particular haga más
sombrio de lo que es, el lector se interrogará sobre la utilidad de este
capítulo o, co el peor de los casos, de la que pueda tener el estudio
dei proceso perceptivo en un libro como este, que no es de psicologia.
La razón que me aconseja incluir este capítulo y el siguiente entre
los contenidos de esta obra cs, fundamentalmente, de orden metodológico. Si la percepción es el proccso rcsponsable de la selección de
la realidad, y este hecho es el primero de los tres que constituyen lo
específicamente icónico, resulta evidente que su estudio no puede obviarse en una obra sobre Teoría de la Imagen.
En el presente capítulo expondré, de forma muy selectiva, aquellos
aspectos de distintas teorías perceptivas que considero todavía vigentes
o que. aun siendo éstos discutibles, hayan constituido hasta ahora los
conceptos clave en el estudio de la percepción, No necesito advertir
que cn este remake no me anima ningún espiritu de exhaustividad,
10 cual, sinceramente, pienso que es de agradecer a fin de no aumentar
la entropia existente. EI lector curioso podrá completar la inforrnación
en los textos básicos que convenientemente iré citando.
3.1.
La falacia de las teorías perceptivas
Introducción a la Teorie de la Imagen
la teoria de la Gestalt
Intentar resumir en unas pocas pagmas el sentido y los planteamientos de la Gestalt es una tarea arriesgada. casi condenada ai fracaso, porque eIlo implica un empobrecimiento que puede I1egar a anular conceptualmente dicha teoria. La producción científica de la Gestolt
y, sobre todo, algunos de sus postulados (organización perceptiva, procesos de campo. etc.) han trascendido ai mundo de la psicologia. y sus
conclusiones han sido, en no pocas ocasiones, asumidas provechosamente por disciplinas tan dispares entre si como la Teoria de la Información o la Teoria dei Arte.
57
Los orígenes históricos de la Gestolt se encuentran en los trabajos
que Von Ehrenfels desarrolla en Viena, continuados más tarde por un
grupo de investigadores en la Universidad de Berlín desde los primeros
afias deI sigla hasta que la ascensión de los nazis aI poder en 1931
marca el principio deI éxodo de un gran número de intelectuales alemanes. Los gestaltistas no fueron una excepción, ya que, además. entre
ellos habia un buen número de judies: pera, incluso, científicos arios
como Wolfgang Kóhler -exiliado en 1933- tienen, también. que abandonar su pais.
Este hecho extracientífico y la sólida innovación que supuso la
Gestalt en el campo de la ciencia, Iavoreció sobremanera su influencia
dentro y fuera de la psicologia contemporánea en todo el mundo occidental. En Estados Unidos. país receptor de la mayor parte de los
exiliados germanos. los planteamientos mecanicistas, tan en baga en los
afias cuarenta, que estudian las respuestas de la conducta en función
de los estímulos que las provocan, reciben un fuerte impacto de la psicologia de la forma produciéndose una curiosa síntesis entre «behaviourismo» y Gestalt.
La Gestalt es ya una teoria clásica si atendemos a la fecha de edición
de los primeros manuales de Koffka, Wertheirner, Kõhler. Rubin. Voth,
Lewin, etc. Hasta 1920. como confiesa Kohler -uno de sus más prominentes pioneros--, no se pasó de efectuar interesantes y meticulosas
descripciones de los fenómenos perceptivos, pero en los afias siguientes
hasta 1936. fecha de publicación de los Princípios de psicologia de la
[orma' de Koffka. la teoría alcanza un grado elevado de formalización
con una creciente utilización de métodos experimentales.
Pese a este discutido carácter experimental que algunos de sus defensores han atribuido ai conjunto de la Gest alt. lo cierto es que muchos
de sus postulados nunca traspasaron el umbral de la hipótesis, lo que
no ha impedido, sin embargo. que en el estudio de la percepción el
planteamiento gestaltista haya sido considerado durante muchos anos
el paradigma metodológico más adecuado. A continuación voy a exponer algunos de los principales conceptos gestálticos.
3.1.1.
EI concepto mismo de «Gestalt»
Podría definirse este concepto como «una agrupación de estímulos
que no es fruto deI azar». La Gestalt, no obstante, no es algo que
posean los objetos, sino que hace referencia a un «reconocimienu» por
1 La primera cdición de la que lenga noticia cs: Principie.'> oI' Gestau
Edit. Paul Kegan, Londres, 1936.
pNセャ£HIケイ
58
La falacia de las teortss perceptivas
Introducción a la Teorte de la Imagen
parte de un observador; la Gest att solo se manifiesta en la percepción
dei estímulo cuando se reconoce la eslruclura 2 de éste.
El concepto de Gestait es sugerido por Ehrenfels, quien apunta que
por encima de las partes de un estímulo está la idea deI todo. Las partes
o los elementos pueden cambiar. pera lo esencial --Ia Gestuit-« se mantiene. Él ofrcce un buen ejemplo para ilustrar este concepto: si ai piano
se cambia la escala musical de una melodia, los elementos sonoros (ai
menos las Irecuenciasj van a cambiar. pera la Gestalt (el dibujo melódico) se mantendrá. Lo rnismo ocurrc si se altera el ritmo de la composición, Todas las posibles composiciones diferentes en su ritmo o en su
frecuencia estarán relacionadas entre si porque poseen la misma Gest uít.
La relación que mantienen entre ellas se lIama isomorfismo.
La idea de forma está asociada, según la teoría Gestalt, a la de
contorno. En la percepción deI mundo, eI observador articula ésta en
diversas formas, jerarquizando de este modo, y ai mismo tiempo, el
material estimular que percibe. EI espada encerrado dentro de los contornos constituye la figura (zona endotópica), el resto, el jondo (backoround ) (zona exotópica); la energia que se emplea para percibir la zona
endotópica es mayor que la empleada en la exotópica. Pera, como
quiera que las formas de la realidad están amalgamadas unas con atras
y rara vez se encuentran independientes, mediante un trabajo perceptivo
que puede adaptar diversas manifestaciones, nuestra percepción bien a
través dei cierre, el cornpletamiento, la sernejanza, etc, reafirma la
fuerza de la forma haciendo que esta adquiera preqnancta.
3.1.2.
Concepto de campo
Kôhler (1972,24) decia que «el mundo fenoménico es para la ciencia
el único mundo abierto a la inspección», La teoría Gestalt es, en cierto
sentido, una teoria fenomenológica. Estudia las experiencias visuales
dei individuo, las formaliza y postula las leyes que rigen esta formaIización, es decir, las leyes en las que se basa la organización perceptiva.
Partiendo dei concepto de campo visual. postulan la existencia de
otro campo, el cerebral, en el cual culmina el proceso perceptivo; en
éste se producen los lIamados «procesos de campo» los cuales hacen
que los objetos a1cancen una Gestaít y sean conceptualizadas.
Para explicar este concepto, parten de una analogía con un campo
1 En este apartado están subrayados los concepros nucleares de la Gesta/r. algunos
de los cu ales serán expuestos en apartados posteriores.
59
electromagnético como el que se crea entre los dos palas de un irnán.
Cuando se introducen en dicho campo unas limaduras de hiena, no
sólo se demuestra la energía potencial de los paios, capaz de producir
trabajo, sino que, además, en función de la naturaleza del trabajo pr?ducido, se pueden definir las características dei campo de fuerzas. Segun
los teóricos de la Gestall, algo similar ocurre en la percepción: las
diferencias entre el estímulo deI campo visual y la experiencia de ese
estímulo, es decir, ese mismo estímulo ya conceptualizado, demuestran
dos hechos:
1. Que se ha producido un trabajo perceptivo.
2. La naturaleza y los resultados de dicho trabajo.
Nセ
\
)
Figura 3.1
Si alguien nos pregunta qué representa la figura 3.1, la mayor parte
de las respuestas serían: «un círculo» y, sin embargo, esta no es así.
Un círculo, todo el mundo lo sabe, es una línea curva y cerrada, formada por puntos equidistantes de otro centraL Nuestro ejemplo gráfico
ni es una línea cerrada, ni los puntos que forman esa línea irregular
equidistan de ningún otro.
Esta serie de imperfecciones na son, sin embargo, suficientes para
impedir que dicho estímulo sea «reconocido» y conceptualizado como
un verdadero círculo gracias a la existencia de un trabajo perceptivo 3
que en el caso que nos ocupa se manifiesta mediante eI cierre de esa
3 La existencia de un trabajo perceptivo queda demostrada por la diferencia entre cl
estimulo real (un circulo que no lo es) y la experiencia perceptiva (un circulo).
60 Introducción a la Teoria de la Imagen
curva que no lo está y la requtarizacián de la misma. EI caso anterior
sirve para ilustrar )0 que antes he denominado procesos de campo;
éstos son posibles merced a las características y a la naturaleza dei
campo cerebral Dicho campo es dinámico; su dinamismo proviene de la
atracción recíproca de procesos semejantes que se dan en su seno. Estos
procesos de atraccióndan origen a unas fuerzas de «cohesión» dentro
del propio campo, el cuai es tetradímensíonuí, ya que. además de contar
con las tres dimensiones dei espacio, posee la temporal. Es un hecho
evidente que mientras más próximos están, en el espacio y en el tiempo,
procesos semejantes, es mayor la cohesión que existe entre ellos. Si en
el campo visual no existiese otro tipo de fuerzas que las de cohesión,
todos los objetos presentes en él se unirían formando un todo indiferenciado; como esta no sucede asi, sino que nosotros percibimos un
campo visual estructurado jerárquicarnente, cabe pensar que a esas
fuerzas se oponen otras de sentido opuesto, las «segregadoras»,
La intensidad entre procesos semejantes variará en función de la
relación que haya entre estos dos tipos de fuerzas, relación que según
Osgood (1976, 237) depende de cuatro hechos:
1. Cuanto mayor es la semejanza cualitativa entre procesos desarrollados cn el campo visual, tanto mayor será la fuerza cohesiva
entre ellos.
Ersiude
Si las letras de la izquierda que figuran en mafJisgvii
yúsculas estuviesen en minúsculas, sería imposikdEoude
ble descubrir la palabra EJEMPLO, ya que .el
xeoMvsp
conjunto de letras formaría un todo indiferendkdIPhq
ciado.
uryxnLu
koxwijO
2. Cuanto mayor es la semejanza intensiva entre procesos, tanto
mayor es la fuerza cohesiva entre ellos. EI lIamado efecto de
Liebman (Koffka, 1973, 155) es un buen ejernplo para ilustrar
este hecho. Una figura coloreada sobre fondo gris neutro comienza a hacerse imperceptible a medida que se va igualando
su luminosidad y la dei fondo; cuando sus luminosidades son
iguales el contorno se pierde.
3. Cuanto menor es la distancia entre procesos semejantes, tanto
mayor será la fuerza que hay entre ellos. Este hecho se complementa con el siguiente en algunos casos.
4. Cuanto menor es el intervalo de tiernpo entre procesos sem ejantes, tanto mayor será la fuerza cohesiva entre éstos.
La falacia de las teorias perceptivas
61
EI ejemplo más claro para ilustrar estas dos últimos hechos lo
tenemos en un experimento formulado por los teóricos de la Gesraít:
el fenómeno phi, que explica las leyes que rigen el movimicnto aparente. Dos luces próximas que se encienden alternadamente con un
intervalo de tiempo apropiado, se perciben como una sola, pera en
movimiento.
3.1.3.
Concepto de isomorfismo
Es la rclación que existe entre un estímulo deI campo visual y el
rnismo estímulo en el campo cerebral; o lo que es lo mismo, la relación
entre la realidad y nuestra experiencia de ésta ----es en lo que se refiere
a la forma- una relación de isomorfismo. Si existe Gestalt, existirá
isomorfismo entre el estímulo y el pattern memorizado.
EI isomorfismo psicofísico es, según Kôhler, una hipótesis sólo verificable por analogía en otros fenómenos similares de la naturaleza
(la fisica, la biologia). Las correspondencias entre el campo perceptivo
y el cerebral que este concepto implica. no son réplicas fieles como la
representación de un estímulo en la retina, sino correspondencias estructu rales como el propio Kõhler (1972, 96) apunta:
Pera no nos referíamos a las cualidades sensoriales cuando empezamos a sospechar que ciertas propiedades deI campo
perceptivo se parecen a las propiedades de los procesos corticales con los que están relacionados. Las propiedades en que
pensábamos eran las pro piedades estructura!es. (...) Son sólo
estas características estructurales las que, en este caso y en
muchos otros, pueden tener en común los hechos perceptivos
y sus correspondientes hechos cerebrales. (...) Los hechos psicológicos y los acontecimientos que los sustentan en el cerebro
se parecen en todas sus características estructurales.
Para ilustrar este concepto cito a continuación un ejemplo ya c1ásico de Boring (1942): si sobre un hule se marcan una serie de puntos,
y luego se tensa sobre un objeto irregular, los puntos de esta superficie,
tensa e irregular, serán isomórficos respecto a los de la superficie plana
inicial, independientemente de que las distancias entre los puntos hayan
variado.
Este concepto es, hasta cierto punto. válido y razonable, ya que.
debido a la proyección de la superficie sensorial (retiniana) sobre la
62 Introducción a la Teoría de la /magen
cortical, un objeto, un cuadrado blanco, por ejernplo, supone la excitación en el área 17 de la corteza de una superficie razonablemente
cuadrada. Pero los gestaltistas van mucho más allá con el principio
deI isomorfismo y sostienen que un cuadrado conscientemente percibido, supone también la excitación cerebral de una superficie aproximadamente cuadrada ; es decir, que la visión de sólo cuatro puntos
supondría, según ellos, la percepción de un cuadrado.
3.1.4.
Concepto de pregnancia
Páginas atrás, cuando explicaba el concepto de Gestaít, decía que
ésta sólo se manifiesta cuando se reconoce la estructura dei estímulo.
Este reconocimiento implica la homologación de dos estructuras, la
dei estímulo y la del concepto visual o pattern almacenado en la
memoria. En eI ejemplo del círculo que no lo era, esta homologación
era posible, y debido a ello, aquel estímulo imperfecto era conceptualizado como un círculo; ahora bien, si ese círculo fuera mucho más
imperfecto, su estructura no poseeria la cualidad de la pregnancia, por
lo que no se alcanzaria nunca una Gestalt y no seria reconocido. La
pregnancia, en este sentido, está asociada a la fuerza de la estructura
dei estímulo. La organización visual será estable, y existirá pregnancia,
cuando las fuerzas cohesivas y segregadoras se contrarresten; si no es
。ウセL
」Nオセョエッ
mayores sean las diferencias entre ambas fuerzas, más energía
exisnra en el campo cerebral capaz de producir trabajo perceptivo. Las
relaciones posibles entre las fuerzas perceptivas son las siguientes:
I.
LC < LS: La relación de dominancia de las fuerzas segregadoras
es una relación teórica; só lo se puede dar muy ai comienzo de
la organización perceptiva, cuando las fuerzas cohesivas desplazan los objetos dentro dei campo visual en pos de una organización más estable, pero antes de que el trabajo perceptivo culmine con un cambio fenoménico.
La la/acia de las teorías perceptivas
63
nización dei campo perceptivo está regido por esa cualidad que Wertheimer denominó pregnancia (priiynullz) y que Koffka definió asi:
La organización psíquica será siempre tan buena" como lo
permitan las condiciones existentes.
La ley de la pregnancia es la más general en la organización perceptiva. EI resto de las que rigen los principias de la segregación son
derivaciones o especificaciones de este principio básico. Wertheimer
(1960) habla de dos tipos generales de leyes de organización perceptiva:
las intrínsecas y las extrínsecas. Para que la exposición de las mismas no
sea prolija me referiré sólo a las que son más frecuentes, remitiendo
a la citada obra de Wertheimer para obtener una información completa.
La le y dei cierre es la primera de las leyes intrínsecas. Una figura
incompleta, real o virtualmente, es acabada por el observador para
lograr una mayor sencillez y estabilidad. Los dos casos más comunes
de cierre son los de figuras incompletas y aquellos otros donde dos o
más objetos están interseccionados.
En el primer caso se ha comprobado, experimentalmente, que el
cierre se lIeva a cabo de manera natural y sin que el aprendizaje tenga
mayor importancia. EI experimento consistió en mostrar círculos incompletos a pacientes hemianópticos, de forma que la parte incompleta
dei círculo cayese dentro dei área ciega de la retina; los pacientes manifestaban haber visto el círculo completo sin ninguna interrupción. Este
hecho fue verificado también por los investigadores de la corriente
neurofisiológica, los cuales explicaban dicho fenómeno en función dei
traslapamiento de las vías nerviosas en el área cortical dei cerebro.
Respecto al segundo tipo de cierre, el de figuras interseccionadas,
se hicieron pruebas a sujetos sin patología y se observó que estos veían
objetos solapados. pero nunca superficies independientes (Fig. 3.2).
2. LC > LS: Esta relación indica la existencia de un trabajo perceptivo que, como ya he dicho, puede tomar muchas formas:
plenitud, cierre, continuidad, etc. Es 01 estado propio de los
cambios fenoménicos.
3. LC = LS: El resultado es la ausencia de energia que tiene como
consecuencia la total estabilidad.
La percepción estable es el resultado de un proceso de interacción
de fuerzas que tiende siempre hacia el equilíbrio. El criterio de orga-
Figura 3.2
4 EI critério de «buena forma» o «buena organización» es ambiguo. En este caso la
cualidad de pregnancia comprende propiedades como la regularidad. simetria, simplicidad.
inclusividad, continuidad y unificación.
64
La falaeia de las teorías perceptivas
Introducción a la Teoría de la Imagen
65
La ley dei enmascaramiento se demostró también experimentalmente.
Cuando una figura simple (si es compleja, la dificultad aumenta) es
enmascarada al formar parte de una configuración más cornpleja, pierde
su identidad y resulta dificil reconocerla, deja de existir fenoménicamente (Fig. 3.3). Esta tendencia de las propiedades de un conjunto unificado
a modificar la identidad de sus partes es otro de los principios de la
Gestalt, conocido con el nombre de «ley de la inclusividad»".
(I)
(2)
Figura 3.4
Figura 3.3
Según la ley de la buena continuidad y dirección. toda configuración
formada por elementos continuos e ininterrumpidos es más estable y,
por tanto, es percibida más fácil mente.
La ley de la proximidad puede resumirse asi: a igualdad de circunstaneias, los estímulos más próximos serán percibidos como integrantes
de una figura independiente.
Ley de semejanza. En auseneia de una ley de organización perceptiva
más eficaz, el criterio de semejanza deI estimulo puede configurar una
organización estable e independiente. Este criterio puede modificarse y
ser modificado por otro. La figura 3.4 ilustra este hecho comparando
las leyes de proximidad y semejanza.
5 Ésta ha sido una de las leyes de organización perceptiva que más ha encendido la
vieja polémica entre nativistas y empiristas sobre el carácter innato o aprendido de
las configuraciones visuales. Sin entrar en tal polémica quiero mencionar un famoso
experimento, el de Gottschaldt, que demuestra la ineficacia dei aprendizaje en algunas
de estas configuraciones. EI experimento consistía en mostrar a los observadores un número de figuras simples dei tipo de la 3.2 durante un segundo. Algunas de estas figuras se
mostraron sólo tres veces mientras que otras fueron expuestas 520 veces. A continuación
se ensefíó a los sujetos figuras complejas dei tipo de la 3.3 durante dos segundos y se les
pidió que describieran dichas figuras. EI resultado fue que un 6,6 por 100 de los sujetos
a los que se les había mostrado figuras repetidas sólo tres veces, descubrió la inclusión
de la figura dentro de la compleja, mientras que sólo un 5 por 100 de los sujetos a los
que se les había mostrado las figuras durante 520 veces, descubrió tal inclusión en las
configuraciones complejas.
En la figura 3.4 (I l, aunque las lineas son iguales. cl principio de
proximidad es superior ai de semejanza y las configuraciones posibles
siempre Ilevan a un emparejamiento de dichas lineas. EI criterio de
proximidad cn la figura 3.4 (2) se ve superado cn eficacia por otros
factores estrueturales, como la semejanza e incluso el eierre. Se produce
una configuración más estable y, por tanto, se percibe el estímulo como
dos rectángulos y dos líneas.
Las le yes extrínsecas de la orqanizacion percepcíón hacen referencia
al conjunto de normas que nada tienen que ver con la organización
estructural deI estímulo y que, gencralmente, se basan en la experiencia.
Bastantes autores opinan que la organización perceptiva se rige por las
leyes deI aprendizaje y que todas, o casi todas, las configuraciones son
aprendidas. En este sentido se manifiesta, por ejemplo, toda la psicologia
conduetista de la percepción. En términos similares hay teorías que
sostienen la importancia deI adiestramiento en la observación de formas, lo que modifica, en parte, el sistema nervioso en la conexión entre
los receptores y los centros de proyección de la corteza cerebral 6 .
No dudo de la influencia poderosa que el aprendizaje ejerce sobre la
percepción; que existen configuraciones aprendidas es evidente, pero,
セ」ュッ
se Ilegan a formar esos patrones o esas configuraciones en un
principio? Un bebé tiene que organizar sus primeras experiencias se.nsoriales de alguna manera, y el hecho de que todos poseamos casi los
misrnos conceptos visuales hace pensar en la existencia de alguna ley que
organice estas primeras sensaciones. Insisto, de nuevo, en que las leyes
gestálticas, y gran parte de esta teoria. no son en sentido estricto excesivamente ortodoxas; algunos de sus hallazgos no pueden ser verificados
con un electrorretinograma ni eon mediciones eléctricas en las vías
(; La teoria de Hcbb (1949) sobre los cambias estructurales cn la corteza es un buen
ejemplo.
66
Introducción a la Teoria de la Imagen
visuales, su metodologia no es tan aséptica como la de otras líneas de
investigación, pero no por cllo están justificados los furibundos ataques
que ha recibido, ni son menos ciertas muchas de sus conclusiones.
En este apartado me he referido a algunas leyes intrínsecas para
explicar una serie de fenómenos de organización perceptiva; sin embargo. puede suceder que ante determinadas configuraciones. ninguna de
estas leyes sea lo suficientemente eficaz como para organizar nuestra
experiencia sensorial o lo haga deficientemente. Aqui es donde el aprendizajc ticne una importancia específica a la hora de producir un percepto
en vez de otro. Por ejernplo. para un observador que conozca la lengua
espanola, la tarea de reconocer y organizar la frase «elpe rroc omep an»
será algo costosa, pero podemos pensar razonablemente que el resultado
será positivo. Sin embargo, para un observador que no conozca nuestra
lengua, será imposible entender y organizar la misma frase de esta manera «elperrocornepan». Vemos. por tanto, que las leyes extrínsecas
no lo son tanto de la organización perceptiva, como de un conjunto de
normas de naturaleza distinta más próximas a las leyes dei aprendizaje que a las de la perccpción.
3.2.
la teoría psicofísica de la percepción
Jarnes J. Gibson, sin duda el máximo exponente de la psicofisica,
escribe en el prefacio de 5U obra fundamental, La percepcton del mundo
visual!, lo siguiente:
La elaboración de una teoria es de máxima utilidad cuando
la teoría es vulnerable.
La vulnerabilidad de este planteamiento no se debe ni a su metodología, que es correcta, ni a sus conclusiones, que son bastante csclarecedoras respecto al comportamiento de las áreas periféricas de recepción visual, sino a 10 incompleta que resulta una teoría como ésta, que
deja al margen de su objeto de estudio lo que podria llamarse la via
cerebral de la percepción. La representación retínica de los estímulos
marca el punto medio deI proceso perceptivo; a partir de ahí, se encuentran todos los mecanismos internos dei proceso, estudiados desde
Como ya comenté al principio dei capítulo, este libra. que cs la obra fundamental
de la psicofísica, fue publicado por Houghton Mifflin, en 1950, con el titulo de Tíw
Percepiíon uI' Vísua! wond. AI igual que sucedia con la Gesion, las obras clàsicas en
pocas ocasiones han sido superadas. AI citar este libra me referiré a la edición cspaüola
publicada en Buenos Aires en 1974 por Ed. Infinito.
La la/acia de las teones perceptivas
67
un punto de vista funcional por las teorías neurofisiológicas, y desde
una óptica eminentemente fenoménica por la Gesta/c. Esta ornisión.
confesada y justificada por el propio Gibson, no invalida en absoluto
la teoría psicofísica de la percepción a no ser que se pretenda con ella
una explicación global dei proceso.
3.2.1.
Principios generales de la psicofísica
Esta teoría mantiene la existencia de correlaciones entre las variaciones deI estímulo exterior y las de la respuesta retiniana dei espectador.
Dicho de otro modo. según la psicofísica hay una correspondencia
entre las variables de la estimulación y las de la percepción.
La imagen retiniana y sus variaciones. contituycn un correlato deI
estímulo externo. lo que suponc que determinados elementos visuales.
como los contornos, las superfícies, las texturas, etc., tienen una representación retiniana característica. La percepción dei mundo físico supone
captar el espacio concreto en el que se mueve el hombre. Este espacio
es característico debido a sus propicdades: tiene profundidad, es estable,
ilimitado, está matizado por distintos tipos de luces y texturas c integrado por superficies, formas, interespacios, etc. Estas caraclerí.')ticQs de!
espacío visual constiluyen la clave para .')u percepcion.
Los estudios anteriores sobre el tema se apoyaron en una metodología equivocada. Se estudiaban relaciones espaciales entre objetos inscritos en un espacio no continuo y se consideraba que eran éstos los
portadores de la espaciabilidad. La concepción de un espacio continuo
iluminó la investigación forzando un replanteamiento de la misrna ; la
espacialidad ya no venía conferida por los objetos, sino por el marco
espacial en el que se inscríben. Las bases de esta teoría, que Gibson
(1974) ha lIamado «teoria terrestre» (en oposición al planteamiento
anterior o «teoria aérea») y que yo he reformulado y sintetizado, son
las siguientes:
1. La sensación de espacialidad viene dada elementalmente por un
marco visual, el cual implica. ai menos, dos elementos: una superfície y un límite.
2. Existen variables en la representación dei estímulo en la retina.
que corresponden a propiedades espaciales. La teoria psicofísica
de la percepción mantiene que algunas pro piedades de la realidad espacial vienen indicadas ---codificadas- en la imagen
retiniana de dicho estimulo. de tal forma que algunas de ellas,
como. por ejernplo.Jas «superficies». están representadas por una
68
La falacia de las teones perceptivas
Introducción a la Teoria de la Imagen
imagen rctiniana texturada : las «distancias» por pequenos cambios a lo largo dei eje de dicha imagen en la retina; la «proIundidad» por un gradiente" de textura en dicha imagen retiniana, etc.
3. Esta variable deI estímulo que indica una propiedad espacial
no es más que un correlato de la misma y no necesita ser una
réplica exacta de dicha propiedad. Este postulado es evidente
y la prueba la tenemos en la perccpción estereoscópica, donde
la bidimensionalidad de la retina no impide la captación de
volúmenes (la cualidad de «solidez» o «volurnen» no tiene réplica
exacta cn la retina).
4. La falta de homogeneidad y las variaciones de la retina pueden
analizarse cn función de algunas leyes matemáticas como las
progresiones numéricas (si se dobIa la distancia de un objeto ai
ojo, el tarnafio de la imagen retiniana se reduce a la mitad).
5.
Existen dos tipos de percepción: una general y otra cualificada,
selectiva, que capta el mundo visual significante. Gibson (1974)
las lIama percepción «literal» y «esquemática», respectivamente,
y. según él, dependen de la motivación dei espectador. La percepción general, o literal, supone la captación de un mundo
amalgamado de colores, texturas. superfícies, etc., mientras que la
cualificada o esquemática es discrirninatoria y se llega a ella
a partir de una selección de la percepción general.
Antes de seguir con la exposición de la teoria psicofísica convicne
recapitular los princípios fundamentales de la misma. Ya se ha dicho
que las características dei espacio visual son la clave para su percepción. que todas estas características espaciales constituyen variables
de estímulo diferentes. y que la mayoría de estas variables están codificadas en la retina. Para explicar la percepción según este planteamiento,
es necesario explicar en primer lugar estas variables de estímulo y formalizar su posible codificación,
3.2.2.
Variables de estimulo para la visián
Las variables clásicas para la visión son las [uminicas: longitud de
onda e intensidad. En función de ellas pueden ser explicadas todas las
experiencias de cualidad cromática y brillo. Si viviésemos en un mundo
e El concepto de yradiel1lf' es básico cn la teoria psicofísica; pucde deflnirse como un
aumento o disminución gradual de alguna cualidad perceptiva cn cl cspacio o en el tiernpo.
69
iluminado homogénearncnte y desprovisto de objetos con sus correspondientes superficies, nuestra representación retiniana de dicho mundo
podría especificarse en función de estas variables de estímulo, pero no
es éste el caso de nuestra realidad visual. Nosotros percibimos superficies, contornos. etc., (.qué tipo de estímulo es el responsablc de la
percepción de las superfícies, por ejemplo? (,exclusivamente los lumínicos? Parece ser que las superficies y otros elementos visualcs tienen
representaciones retinianas específicas y que son las superficies texturadas las variables de estímulo que hacen posible la percepción de
estas elementos visuales. De hecho, el firmamento y la oscuridad no se
percíben como superfícies. sino como simples masas de luz. Huelga
explicar que aI hablar de textura, como variable de estímulo, se entiende
que está presente, además, el estímulo lu minico sin el cu al no hay visión. En la imagen retiniana, en resumcn, existen dos tipos de variables
de estímulo:
1.
2.
Variables lumínicas: lonqitud de onda. que supone una cualidad
de colar determinado, e íruensídad, a la que corresponde un
cierto valor de brillo.
Variables de textura. Vienen determinadas por la relación particular de estas puntos luminicos entre si. es decir, por el gradiente.
AsL una imagen retiniana es un conjunto de puntos de color
que puede variar en su cualídad cromática o en la agrupación.
La hipótesis de Gibson de que todos los estímulos físicos son codificados en la retina de una manera característica. dependiente de las
variables de estímulo ya descritas y de lo que él lIama la estímulación
ordinal, que consiste en una excitación diferencial de los receptores
retinicos. puede ilustrarse mediante un supuesto de codificación.
Las posibles variaciones de estimulación dependen de las tres rnagnitudes anteriormente citadas: longitud de onda. intensidad y gradiente textura!. Para que el supuesto de codificación resulte viable
considerare exclusivamente las variables de luz y. para mayor sencillez,
supondré dos estímulos de igual longitud de onda e intensidades diferentes. En el elemento visual existirán de esta manera dos únicas
variaciones posibles: claro-escuro. EI estímulo claro 10 denominaré así:
cccc, y el oscuro: 0000. Veamos ahora las posibles variables de estímulo:
1.
Estímulacíón retina! homoqénea, dei tipo cccc cccc, o bien, 0000
Correspondería a la captación de una energía radiante
constante. propia de campos visuales como cl firmamento. Ia
oscuridad completa. etc.
0000.
70
La falacia de las teorias perceptivas
Introducción a la Teoría de la Imagen
2. Estímuíución resina! discontínua, deI tipo cccc 0000, o bien, 0000
cccc, que sería un correlato de áreas de energía discontinua
propias de la percepción de contornos. ya que para percibir un
borde o contorno es necesario separar siempre dos planos, lo
que se consigue mediante un salto en la energía lumínica (recuérdese el principio gestáltico de la articulación figura-fondo,
en el que la percepción figurai requiere un mayor consumo de
energia).
3. Estimulación retlnianu cíclica, dei tipo ccoo ecoa, o bien, oocc
oocc. Esta agrupación de estímulos retinianos constituye el correlato de una superficie visual texturada. EI ejemplo de agrupación
dei estímulo es muy esquemático y limitado si se compara con
la variedad de texturas existentes en la realidad. Dado que una
textura visual es el correlato fenoménico de algún tipo reiterativo
de estímulo retiniano, podria ser representado con unos pocos
códigos (claro, oscuro, matiz cromático, etc.), siempre que se
averigüe el orden de estímulos.
4. Variación de los gradientes texturales. Corresponde ai tipo de
estímulo cccc 0000 ccc 000 cc 00 c o. Una serie decreciente de
elementos puede llegar a representar bastante fielmente la distancia.
Éstos son varios ejemplos de codificación de algunas representaciones retínicas de otros tantos estímulos visuales. Ni que decir tíene que
la variedad de estímulos es infinitamente más diversa y que. por tanto.
los códigos reales, si se quisiera pormenorizar tal estimulación, deberían
ser más complejos. En el siguiente esquema recojo de forma sintética
este supuesta de codificación:
Codificación retínica
cccc
0000
cccc
0000
0000
cccc
C\ase de estimulación
Percepción
Homogénea.
Firmamento,oscuridad.
Disccntinua.
Contornos, bordes, etc.
3.3.
CCCC 0000
cc
00
ccc
co
000
Cíclica.
Supcrficies.
Variación gradientes.
Profundidad.
EI planteamiento neurofisiológico
Tradicionalmente. se ha intentado explicar la percepción en función
de mecanismos periféricos conocidos. En el caso de la retina, eon una
cornplejidad funcional similar a la de algunos centros superiores, este
intento ha dado resultados positivos. Sin embargo, no todos los mecanismos perceptivos pueden cxplicarse en la periferia. por lo que los
neurofisiólogos han intentado explicar la percepción según mecanismos
centrales cuyo funcionamiento es comprobable. EI objeto de estudio
se ha desplazado asi desde la retina a la corteza cerebral (concretamente aI área 17 de Brodmann).
Si el mecanismo perceptivo no puede explicarse completamente en
la periferia, (,significa esta que existen fuerzas ycampos en el cerebro?
Ésta es una pregunta básica en el intento de explicar la percepción.
Para algunos investigadores --Koffka, Wcrtheirner, Kôhler y cn general
toda la Gestalt- esta es inequivocamente cierto; para los psicofísicos
la cuestión no tiene mayor importancia, ya que su planteamiento empieza y casi acaba en las áreas periféricas. Los neurofisiólogos opinan.
sin embargo. que no deben existir necesariamente estas campos de
fuerzas, pera que su existencia. si se da, es hipotética hasta el momento.
De ahí su intento de explicar la percepción a partir de 10 conocido a
nivel retiniano y cerebral: las características íuncionales del sistema
visual.
En los órganos senso riales desarrollados --y el sistema visual es el
primero de ellos- existen dos mecanismos básicos: uno, primario. que
convierte la energía fisica en otro tipo de energía de naturaleza muy
diferente, adecuada para excitar las neuronas sensoriales, y otro, secundaria, que activa el nervio eonectado. EI mecanismo primaria de la visión es fotoquímico; la luz activa algunas sustancias químicas que poseen
los receptores, lo que da lugar a la sensación. EI mecanísmo secundario es eléctrico. Hasta aquí lIega el conocimiento tradicional en
cuanto ai sistema visual se refiere. Veamos ahora las características
concretas sobre las que algunos investigadores intentan crear una teoria
de la percepción:
1.
ccoo ccoo
oocc ooce
71
2.
EI sistema vísual actúa espontaneamente, ya que se ha demostrado la existencia de descargas eléctricas en algunas células cerebrales, independienternente de la estimulación aferente.
Existe un traslapamiento a nivel cerebral (en el geniculado) de
las fibras nerviosas que provienen dei nervio óptico, lo que da
origen a una multiplicación de las vias de estimulación y a una
72
La talacia de las teorías perceptivas
Introducción a la Teoría de la Imagen
suma de diversas estimulaciones. Tradicionalmente se creia en la
cxistcncia de una correspondcncia espacial entre la retina y la
corteza cerebral, de tal modo que un punto estimulado a nivel
retinal exigia otro análogo en la certeza, con una sincronia
temporal. Invesrigaciones llevadas a cabo por Bartley y Bishop
(1940) y Marshall y Talbot (1942) demostraron una dispersión.
tanto espacial como temporal, que hace impensable la correspondencia mimética de una imagen retinal con otra cortical,
3. Esta dispersión temporal se dcbe a la cxistcncia de circuitos
cerrados entre neuronas a distintos niveles, lo que produce estas
asincronias.
4. La dispcrsión espacial es evide-ite una vez demostrado que no
hay una correspondencia «punto a punto» entre el área retiniana
y el área cortical. Podría representarse gráfieamente la correspondencia real como un cono en cuyo vértice se sitúa la célula
retinal y" en la base cI área cortical estimulada. Es evidente
que el centro de la base dei cano, que se correspondcria linealmente con cl vértice deI mismo, debcrà poseer un grado de
estimulación cuantitativamente superior ai de otros puntos en la
periferia de dicha base, pera csto no supone, de ninguna manera,
que las de más células corticales encerradas en esa hipotética
base dei cano, carezcan de cstimulación. Rcproduzco una cita
de Marshall y Talbot (1942) que quizá clarifique esta dispersión
espacial a nivel cortical :
Debemos sacar en conclusión que hay un lugar cortical
prima rio para cada cano de la fóvea. Pera la multiplicación
de vias hace que ese lugar sea un grupo de células corticales,
todas las cuales tendrian conexiones casi equivalentes con el
cono retiniano.
EI principal objetivo de los neurofisiólogos cs el de establecer una
teoria que explique los mecanismos perceptivos sin tener que admitir
la existencia de campos de fuerzas productores de configuraciones visuales. Nunca han negado lo que la Gestait llama «cambias fenoménicos», cs decir, la diferencia entre un estímulo físico y la experiencia
que produce su percepción. Asimismo, están de acuerdo con la formulación de unos principios que formalieen los fenómenos de organización
perceptiva. En lo que difieren de los gestaltistas es precisamente en la
explicación de estas fenómenos.
73
i,Cuáles han sido los resultados prácticos de estas invcstigaciones
sobre cl Iuncionarnicnto dei sistema visual'? (,Qué fenómenos de organización perceptiva pucden ser explicados en función dei comportamiento fisiológico'? Los resultados han sido ciertamentc exiguos:
1.
Una línea discontinua tenderá a complctarsc debido ai traslapamiento, dado que cl área cortical que corresponde a dicha
discontinuidad está también estimulada. Este hecho fue enunciado por Wertheimer como la «lcy de la continuidad». La
explicación dei hccho. evidentemente, no fue la misma.
2. Las figuras incompletas scrán completadas tarnbién debido ai
traslapamiento. Las células existentes en la zona incompleta dei
área cortical se estimulan por un mecanismo similar a la simpatía. Existe otra ley de Wertheimer, la deI «cicrre» que supone
el mismo fenómeno.
3. Hay tarnbién un tímido intento de cxplicación neurofisiológica
de la percepción tridimensional. La multiplicación exagerada
de vías nerviosas que se producc en el área cortical aumenta cl
traslapamiento y produce unos gradientes de intcnsidad muy
activos, en función de los cuales los contornos de figuras ticnden
a verse en relievc.
Vemos, pucs. que pese a su rigor, el planteamiento neurofisiolóaico
es incapaz de explicar cabalmente cuál es el principio de la organización perceptiva, lo que no quiere decir que las conclusiones parciales
de tal investigación no deban ser tcnidas co cucnta, sino rnuy ai contrario, la argumentación neurofisiológica sobre las leyes de continuidad
y cierre es muy coherente, pero nada nos dicc sobre otros hechos
propios de la organización perceptual.
3.4.
Otros planteamientos acerca
de la percepción
Las tres tcorías descritas anteriormente constituyen lo más significativo en lo que se refiere ai estudio de la percepción, La Gestalt
es la teoria clàsica por excelencia; los gestaltistas formularon un buen
número de leyes que formalizan el compIejo fenómeno de la organización perceptiva, explicando de esta mancra el proceso de integración
estimular co la conciencia. La teoria psicofísica cs, quizú. el mejor
instrumento para entender la percepción deI espacio, aunquc. como ya
he dicho. es profundamente incompleta, pucs omite la parte dei proceso
74
Introducción a la Teoría de la Imagen
perceptivo que trasciende a la recepción retínica de los estímulos. Por
último, la neurofisiología. pese a no tener como objeto específico el
estudio de la percepción, constituye una gran ayuda en la investigación
funcional dei sistema visual humano. Además de estas tres, existen
otros planteamientos que por proceder de distintas escuelas de la
psicologia enfocan el estudio de la percepción de manera dispar. extrapolando con frecuencia algún aspecto de ésta que consideran capital.
pera que fuera dei contexto de tales disciplinas muchas veces resulta
secundario.
Dentro dei psicoanálisis no son infrecuentes los estudios sobre la
percepción artística. Desde los dei mismo Freud hasta los de Rosolato,
Lacan, Ehrenzweig, etc., existen numerosos trabajos acerca de la naturaleza dei proceso creativo en el arte, y si bien es cierto que en muchos
de ellos se dan las claves generales que explican los puntos de vista deI
psicoanálisis respecto al proceso perceptivo, son, sín embargo, excepcionales aquellos en los que el lector puede encontrar un cuerpo teórico
suficientemente desarrollado que explique dicho proceso.
Una de estas excepciones es Anton Ehrenzweig. que en su libro
Percepción y psicoanálisis establece dos clases de percepciones: una
«superficial», caracterizada por una tendencia articulante -gestáltica-,
y otra «profunda», de tendencia distorsionante e inarticulada. Este segundo tipo de percepción se produce aI ser estimulados los estratos más
profundos de la mente y hallarse paralizadas las funciones superficiales.
En una obra posterior 9, EI orden oculto dei arte, Ehrenzweig, aplicando aI arte sus teorias de la pércepción, habla de dos formas de
visión antagónicas: la «analítica» y la «sincrética». Define el sincretismo
como la captación comprensiva y precisa de un todo, cuyos elementos
son variables e intercambiables. Este concepto lo antepone ai de visión
analítica que es una forma de percepción diferenciadora, que fragmenta
el objeto o la realidad en los distintos componentes que la constituyen.
Según este autor, en el arte existe una estructura profunda que sólo
se puede percibir mediante la visión sincrética o inconsciente. Para
evitar las críticas apresuradas y un tanto fáciles que podrían recaer
sobre su teoría acerca de la dudosa utilidad de una percepción inconsciente --.....critica muy frecuente entre los detractores dei psicoanálisis,
al identificar ésta con una interrupción de la conciencia-, Ehrenzweig,
en el primer libro aqui citado, dedica casi un capítulo a lo que élllama la
«falácia dei psicólogo», negando que una percepción inconsciente supon-
9 The Hídden Orâer in Art; A Study in lhe Psycholoyy 01' Anísnc lmaqínauon fue
publicado en 1967. aunque la traducción espaãola es de 1973.
La lalaeia de las teorias perceptivas
75
ga tal interrupción, ya que la integración de la realidad puede producirse
conectando ciertos estímulos de ésta con determinados materiales inconscientes.
Un paisaje, una pintura. o una sinfonia. puedcn captarsc sincrética
o analíticamente. pero el sincretismo. que para este autor es una forma
de percepción inteligente. sólo será posible co la medida en que se
consiga indiferenciar nuestra visión, lo que en la práctica supone el
abandono de las jerarquias en las estructuras estimulares (los fondos
tienen tanta importancia como las figuras). Ia desatención ai detalle en
beneficio dei todo. la integración igualitaria de todos los estimulas. etc.
E1 sincretismo, que es incluso frecuente en los primcros anos de vida
dei ser humano, se va perdiendo a medida que este alcanza un mayor
nivel de conceptualización ; en este sentido afirma Ehrenzweig (1973):
EI chiquillo no quebranta la forma de un objeto concreto
dividiéndolo en porciones abstractas para ir juntando luego en
su dibujo los diversos elementos deI modelo (...) La visión
normal de la realidad no se basa en la interpretación de ningún
esquema, sino que va directamente ai objeto visual interesándose muy poco por su forma abstracta.
EI psicoanálisis, si se compara con los planteamientos expuestos en
este capitulo. puede ser considerado como una teoría marginal en el
estudio de la percepción, Algo parecido ocurre con el punto de vista deI
conductismo. aunque, evidentemente. por razones muy diferentes. Los
estudios sobre la relación entre la percepción y el aprendizaje han
dado pie a que la psicología conductista se haya manifestado sobre
cuestiones genéricas dei proceso perceptivo. Su planteamiento es absolutamente reduccionista, pues su tesis fundamental es que la percepción
es el resultado de un proceso de aprendizaje y. como tal. son las leyes
generales de este proceso las que rigen y explican la percepción.
En la última década las investigaciones sobre percepción que más
interés han despertado son las que integran este proceso dentro dei
marco general de la llamada «psicologia cognitiva». La hipótesis de
partida, según la cualla percepción posee una suerte de inteligencia que
le confiere esa naturaleza cognitiva, hasta ahora sólo reconocida en
los procesos superiores de la conducta como el pensarniento, ha dado
pie a numerosas investigaciones que ofrecen nuevos puntos de vista en
el estudio de este proceso. El capítulo siguiente recoge lo más pertinente
de este planteamiento e intenta justificar esa hipótesis inicial.
EI proceso cognitivo de la percepción
4
77
tica que implica cuestioncs como el orden representativo, la simplicidad.
la significación plástica, etc., podría estar intimamente relacionado, o
más aún, podría depender de esa forma de inteligcncia de la percepción
visual.
EI proceso cognitivo
de la percepción
4.1.
En la introducción dei capítulo anterior, me referí a la insuficiencia
de cualquiera de las teorías perceptivas expuestas a la hora de explicar
globalmente dicho proceso. (,Significa esta que nos encontramos ante
uno de los hechos más crípticos dei conocimiento humano", セ」。「・
pensar
en una «laguna» científica en lo referente aI estudio de la percepción ?
Ambas preguntas ticnen una respuesta negativa. EI problema en la investigación perceptiva es, en rni opinión, más epistemológico que metódico; la psicología contemporánea ha tenido un brillante desarrollo
cientifico, sobre todo a partir de la aternperación de la corriente
conductista, lo que hace ridículo pensar que una insuficiencia científica
pueda ser la causa dei estado de la cuestión en la investigación perceptiva. En otro sentido, la percepción -pese a su complejidad- no
es un proceso conductual esotérico e informal que implique métodos de
investigación y estudio excepcionaIes. EI problema creo que radica en
lo que cada uno entiende por percepción. y aI hablar de la polisernia
de este término no me refiero sólo a los indivíduos particulares, sino a
las distintas escuelas que desde presupuestos cientificos han abordado
el tema. Desde la mera explicación de córno se produce un registro
retínico de un objeto dei exterior. ai papel que éste puede jugar en lo
que William James llamó «campos de la conciencia», existe todo un
sinfin de hechos perceptivos que, si son aislados, pueden ser identificados con el proceso mismo de la percepción.
De todo lo anterior es fácil deducir la necesidad de fijar los límites
de cualquier explicación acerca deI proceso perceptivo, y por aquello de
que la claridad cs una cuestión de cortesía con el lector, resulta,
asimismo, deseable declarar las intenciones de dicha explicación. En este
sentido, el objetivo de este capítulo es compro bar en qué medida eI
proceso de la percepción participa de una naturaleza cognitiva. Si esto
fuese asi, nos encontraríamos ante uno de los hechos más importantes
para la Teoría de la Imagen, ya que el concepto de norrnatividad plás-
E1 enfrentamiento entre la capacidad cognitiva dei intelecto y la
misma capacidad sensorial nace casi con el hombre. Fucron los pitagóricos quiencs produjeron la primera grave escisión entre estas dos
formas de conocimicnto al plantear, de forma dicotórnica, la existencia
de un mundo «celeste» y otro «terrestre», EI prirnero de cllos, basado
en la lógica matemática, era el reino de la astronomia: el segundo era
impredecib1e, igual que la naturaleza y la existencia humana, las cu ales
estaban gobernadas por leyes individuales.
Esta concepción primitivista evolucionó siempre dentro de los estrechos cauces de la dicotomia: conocimiento sensorial rersus conocimiento
racional. Asi, Parrnénides de Elea afirmaba que la razón debía corregir
las ilusorias sensaciones que los sentidos proporcionaban, es decir, que
distinguia entre percepción y razonamiento.
A excepción de los pitagóricos, los griegos no rechazaron por completo el conocimiento sensorial, aunque su receIo era mal disimulado
y, en general, estaban de acuerdo con la proposición de Parménides en
considerar el razonamiento intelectual como el media de valoración
cualitativo de la experiencia sensorial de la percepción.
Platón escribe posteriormente en su Menàn que toda búsqueda y
todo aprendizaje no son sino recuerdo, lo que bien puede interpretarse
como un reconocimiento de la capacidad cognitiva de la expcriencia
sensorial, aunque es cierto que el propio Platón parece contradecir
esta interpretación ai recomendar, en Fedon. la convenicncia de no
perder el «ojo» de la mente, ya que los sentidos no nos ofrecen la incuestionabilidad dei raciocinio. En los mismos términos contradictorios,
lIega a plantearse e] siguiente dilema: (,son la irnperfección, la inconstancia, la labilidad de los objetos, los responsables de la inferioridad
de las imágenes sensoriales '1, o, por el contrario, (,es la propia percepción una operación cognitiva insuficiente debido a la cual nuestro conocimiento se ve empobrecido?
Es Aristóteles el primer pensador que le otorga carta de naturaleza
ai conocimiento sensorial aI desarrollar los conceptos de inducción y
abstracción, Mediante la inducción, lIegamos a un conocimiento basado
Percepción y conocimiento
78
Introducción a la Teoría de la Imagen
cn nuestra propia expcriencia de la realidad. Gracias a la abstracción
tomamos de estas hechos repetidos (aplicando un principio de pertinencia) aquellos datos particulares y específicos, y desechamos o vaciamos de contenido cl resto. Construímos, de esta forma, una realidad
preexistente, pero abstracta, racional, a partir de los datas que nuestra
capacidad sensorial y, por tanto. cognitiva, nos suministra.
Como puede apreciarse, el caracter cognitivo de la percepción es un
tema casi tan antiguo como el hombre. Desde eI pensamiento c1ásico
hasta nuestros dias, se han sucedido las opiniones a favor y en contra
de esta tesis. Sin embargo, tal desacuerdo trasciende los límites de lo
opinable para convertirse en dos concepciones radicalmente distintas
de lo esencial deI proceso perceptivo.
Para cl primero de estas planteamientos, el material suministrado
por los sentidos es corregido por el conocimiento ; de esta maneta, se
evita que la mente pueda ser «enganada» por las falsas apariencias
visuales que la percepcíón a menudo suministra. Este punto de vista es
sostenido por la que podríamos denominar teoria mentuíista. El ejemplo
que rnejor ilustra dicha teoria cs la percepción deI tamafío de los objetos:
eo este momento la representación retínica de la máquina de escribir que
estoy utilizando tiene un tamafío superior ai de la puerta deI despacho
donde me encuentro. Si el conocimiento previo que yo tengo de ambos
objetos - - afirma la teoria mentalista-i- no mediara en el mismo acto
de la percepción, mi mente se confundiria, entorpeciendo los procesos
mentales superiores que siguen a la percepción.
La teoria mentalista fue desarrollada por Herman Von Helmholtz
(1924) entre 1860 y 1870, Y sustituia la pereepeión sensorial por el
conocimiento intelectual afirmando que cn las representaciones infantiles
y primitivas, el nino sustituye 10 que su ojo capta por conceptos abstractos de caracter intelectual, es decir, dibuja antes lo que sabe que 10
que ve. La crítica a esta teoría se fundamenta en dos puntos básicos:
EI proceso cognitivo de la percepcián
(,de dónde ha obtenido el nifio la forma redonda con la cual
representar el objeto cabeza? Lógicamente deI conacimiento
visual.
EI segundo planteamiento, que sostiene que la percepción posee una
naturaleza cognitiva, explica de diferente manera cl problema planteado
en el ejernplo anterior. La propia situación perceptual cuenta con una
serie de rasgos visuales que confieren a la imagen de la puerta un
tamafío relativo distinto ai de su representación retínica (1a teoria de los
gradientes de Gibson puede explicar este hecho sin necesidad de acudir
aI papel corrector que el conocimiento pueda ejercer).
EI argumento fundamental. sin embargo, para justificar ese carácter
inteligente de la percepción visual es la existencia en dicho proceso de
las tres fases básicas que caracterizan toda operación cognitiva: la recepción, el almacenaje y el procesamiento de información. que en el
caso de la percepción será, lógica mente, de naturaleza sensorial. En el
siguiente gráfico resumo el proceso perceptivo especificando la fase
visual correspondiente:
4.2.
1.
2.
La capacidad abstractiva de mentes no maduras es mínima. La
figura de un hombre vista frontalmente es simétrica, un edifício
con la superficie plana de la calle forma un ángulo recto; éstos
son datos suministrados por un conocimiento visual que puede. cs cierto, formalizarse, pera 10 que resulta dudoso es que el
nino posea esta capacidad de abstracción y lIegue a representar
la simetría y la perpendicularidad gracias a una forrnalización
abstracta y no debido a un conocímiento visual.
Los mentalistas afirman: «EI nifío representa una cabeza redonda porque ha oi do que ésta es redonda». De acuerdo, pero
79
Primera fase
Segunda fase
Tcrcera fase
Recepción
de información.
Almacenaje
de información.
Proccsamicnto
de información.
Sensación
visual.
Memoria
visual.
Pensamicnto
visual.
La sensación visual
En la literatura específica sobre el tema, existe una cierta entropía
en torno a los conceptos de sensación y percepción, aumentada, si cabe.
cuando se relacionan ambos procesos con esa supuesta capacidad cognitiva de la que aqui se está hablando. Luria (1978. 9), por ejemplo,
afirma:
Las sensaciones constituyen la fuente principal de nuestros
conocimientos acerca deI mundo exterior y de nuestro pro pio
cuerpo.
ao
EI proceso cognitivo de la percepción
Introducción a la Teoría de la Imagen
Otro reputado autor. espano! esta vez, el profesor Pinillos (1975,
153), opina lo siguicntc:
La unidad psicológica básica deI conocimiento sensible no
es la sensación, aI menos en el hornbre, sino la percepción.
He utilizado estas dos citas porque, como he dicho, ambas pertcnecen a dos cualificados especialistas cn la materia ; sin embargo, podría
haber utilizado muchas otras, todas ellas expresadas en términos similares, ya que los limites de la cuestión no están nada claros. A mi juicio,
existen dos problemas en la misma: distinguir el concepto de sensación
dei de percepción y, en segundo lugar, dilucidar la posible naturaleza
cognitiva de cada uno de estas procesos.
La obra de Luria que antes he citado se titula Sensaôón y percepción y no es la única que plantea un estudio diferencial entre los dos
procesos. No voy a entrar aquí en tal diferenciación, ya que para los
fines de este libra me parece coherente y lícito zanjar el tema considerando la sensación como la primera fase de la percepción. una especie
de subproceso perceptivo. Como indica el esquema anterior, la sensación visual es el mecanismo receptor de información. Sin embargo, aunque no carezca de utilidad distinguir la parte de un proceso mismo en su
totalidad, la diferencia fundamental entre sensación y percepción es la
naturaleza cognitiva de este último proceso, propiedad que no posee la
sensación. Se ha dicho en este capítulo que la información sensorial
tiene un earácter cognitivo, pero tal earácter se lo confieren mecanismos
perceptivos ulteriores y no se da en la fase de recepción de esa información, es decir, en la sensación propiamente dicha.
Las sensaciones visuales son posibles gradas ai sistema visual periférico. La retina, el componente fundamental de este sistema, tiene una
complejidad funcional propia de los órganos superiores y, quizá por ello,
algunos autores tan solventes como Rudolf Arnheim (1976a) no hayan
dudado en otorgar a las operaciones de recepción de inforrnación visual un carácter cognitivo. EI mismo James J. Gibson (1974), el más
relevante exponente de la teoría psicofísica, mantiene, aunque implícitamente, un punto de vista similar. El funcionamiento de este sistema
visual periférico en operaciones como la fijación ocular o la exploración
activa que realiza el ojo en la visión, son los argumentos con los que
estos autores justifican la supuesta naturaleza cognitiva de esta fase de
la pereepción.
Considerar cognitivo todo el proceso de la percepción, incluyendo
la sensación visual, creo que es exagerado; en mi opinión este carácter
81
tan sólo lo posec la última fase de dicho proceso. Los autores que
general mente niegan tal carácter, no sólo a la sensación. sino. incluso.
a la pcrcepción, esgrimen casi sicrnpre la misma razón: 10 automático
de estos proecsos. Sin embargo, si bicn cs cierto que los mecanismos
oculares pro pios de la sensación visual se encuentran entre el automatismo y la respuesta voluntaria, no es ésta la causa principal por la que
la sensación no es un proceso pro pio dei conocimiento. Lo cognitivo
es el resultado de relacionar dos inforrnaciones distintas para extraer
un resultado nuevo ; en la percepción, esta sólo es posible ai final dei
proceso, cuando se conecta la estimulación aferente (sensación visual)
con el material almaeenado (memoria visual). Es evidente, por tanto,
que aunque en la sensación existan algunos mecanismos como la sclección, que también se encuentran en la fase perceptiva final (pensamiento
visual) -que si es cognitiva ._, este hecho no es suficiente para otorgarlc
tal carácter, ya que la función que cumplen en ambas fases es diferente.
Creo que es conveniente hacer un punto y aparte para hablar de la
capacidad de selección visual, sin duda la característica más notable de
la percepción. Todo sistema capaz de seleccionar y discriminar se aproxima bastante a lo que es una conducta inteligente. En todas las fases
de la percepción visual este hecho se manifiesta de manera permanente,
pera como decia en el párrafo anterior, la naturaleza cognitiva de esta
selección depende de la fase dei proceso en la que se produce. En el
esquema siguiente ilustro este hecho citando en cada fase una manifestación significativa de esta selección visual.
Manijestacíones de la seíeccíón visual
Fase perceptiva
Ejemplo
Naturaleza
Scnsación visual.
Obtención dei colar.
No cognitiva.
Memoria visual.
Cualquicr concepto VIsual (e1 de mi peno).
Semicognitiva *.
Pensamicnto visual.
Reconocimiento de for-
mas.
Cognitiva.
* No es muy correcto utilizar el término «semicognitivo»: si lo bago, es porque no
existe alguno mejor. Lo cognitivo no admite cuantificaciones: algo es o no es cognitivo.
Sin embargo, como veremos en el apartado siguicnte, la memoria visual consta de tres
fases, de ellas, la primcra -el almacén de información sensorial- no posee esta naturaleza y, a partir deI segundo almacén de mcmoria. ul existir procesamiento (en la memoria
a corto plazo se proccsa, por ejemplo, una información aferente con variables de atención,
aprendizaje.' etc.) todo el proceso se torna cognitivo.
82
Introducción a la Teoría de la Imagen
La sensación es el punto de partida dei proceso perceptivo y, por
ello, el principio de la percepción visual. Esta, no es sólo una selección
cuantitativa relacionada con valores de umbral o medidas dei lapso de
aprehensión. La combinación que se produce, por ejemplo, entre los
tres o cuatro tipos de receptores retinicos sensibles ai colar, demuestra
la existencia de unos mecanismos con un grado de complejidad muy
superior aI de cualquier otro órgano de recepción sensorial; pese a ello,
insisto una vez más, resulta sumamente arriesgado atribuir un carácter
cognitivo a dichos mecanismos.
4.3.
La memaria visual
Constituye, según el esquema ai que me estoy refiriendo, la segunda
fase dei proceso perceptivo. La capacidad de almacenar ciertas informaciones para procesarlas en otro momento junto a la inforrnación
aferente o inmediata, es la base de los procesos cognitivos, ya sean
humanos o artificiales. En el hombre el sistema de memoria lo componen
tres almacenes de información:
1.
La memoria icónica transito ria (m.i.t.), que también recibe los
nombres de almacén de inforrnación sensorial (a.i.s.) o «icón»,
dependiendo dei autor que se utilice. Este primer almacén tiene
una naturaleza sensorial.
2. La memoria a corto plazo (m.c.p.), que es un tipo de memoria
primaria de naturaleza verbal, donde la información mediante
técnicas de repetición puede ser preservada y transferida ai
siguiente almacén.
3. La memoria a largo plazo (m.l.p.) o memoria secundaria. es el
almacén definitivo de algunas informaciones (hábitos, conceptos, destrezas psicomotrices, lenguaje, etc.). Aqui la información,
si es necesario, puede mantenerse durante tiempo ilimitado.
Estos tres almacenes constituyen la dirnensión estructural y constante de la memoria, pera, además, existe otra dimensión que hay que
tener en cuenta en el funcionamiento de la memoria: los procesos de
control, es decir, el conjunto de variables (atención, aprendizaje, etc.) que
regulan qué información ha de guardarse y cuál otra no resulta necesaria. La mayor parte dei input informativo va a perderse en alguno
de los continuas filtros existentes debido ai olvido, pera las causas que
lo provocan, así como la cantidad de información perdida, son diferentes
según el lugar donde dicha pérdida se produzca.
EI proceso cognitivo de la percepción
83
Muy sucintamente, ésta podría ser una descripción deI tratamiento
de la inforrnación en la memoria. EI estímulo es registrado sensorialmente en eI primer almacén de memoria, el cual tiene una capacidad
de absorción limitada, lo que supone que una parte de dicha información no se va a procesar. Esta selección se produce mediante dos mecanismos simultáneos: una exploración t scanninq ) de dicho material y
una operación de búsqueda (search ) de posibles asociaciones con la
información ya almacenada en la memoria a largo plazo. La información que se desecha sufre un proceso de deterioro y decaimiento (decay)
sumamente rápido (en torno a un segundo), el resto pasa a la memoria
a corto plazo. Hay que advertir que só lo eI primero de los tres almacenes de memoria tiene una naturaleza sensorial; antes de que la información sea transferida ai siguiente almacén, se codifica verbalmente.
lo que hace que a partir de la m.c.p. toda la información se encuentre
homogeneizada, importando poco cual haya sido la naturaleza dei input
sensorial.
La memoria a corto plazo es el almacén de mayor actividad dentro
del sistema de memoria (working rnemory); esto se debe a dos hechos:
el período de decaimiento, que aunque es mayor que en eI almacén
anterior dificilmente supera los veinte segundos, y la capacidad de almacenamiento de información que es bastante limitada (simultáneamente
no admite más de siete bits). Por estas dos razones, la información
sufre un continuo desplazamiento que sólo es evitable mediante la repetición (rehearsal ), posibilidad ésta que no se daba en la memoria
sensorial. Otra diferencia entre la memoria a corto plazo y la sensorial
es la forma de registrar la inforrnación ; mientras que en ésta se produce
una copia exacta del estímulo, en aquélla se da una interpretación
selectiva de esa mimética información sensorial. Tanto en eI almacenamiento como en la pérdida de información en la m.c.p. juegan un papel
primordial los procesos de contrai anteriormente citados, especialmente
la atención.
Por último, la información que llega a la rnemoria a largo plazo es
codificada en este almacén en función de categorias semânticas. A diferencia de los dos almacenes anteriores, la m.l.p. tiene una capacidad
casi ilimitada y cualquier información que en ella se almacene puede
permanecer por tiempo indefinido sin alterarse; sólo mediante algún tipo
de interferencias un dato puede perderse.
Como he dicho anteriormente, el único almacén de memoria que
posee una naturaleza sensorial es el primero ; esto supone que el estudio
de la memoria visual debe centrarse fundamentalmente en él, ya que a
partir de ahí toda la información es codificada verbalmente. Por ello,
84
Introducción a la Teoria de la Imagen
a continuación voy a desarrollar más detenidamente las características
específicas de este tipo de memória.
4.3.1.
La memaria icónica transitaria
Si se parte de la idea de que la experiencia visual condiciona y es,
asimismo, condicionada por la memoria visual, ya que ésta constituye
uno de los tres subprocesos dei proceso perceptivo, conviene aclarar
algunos puntos referentes a dicha cxperiencia visual, los cu ales están
intimamente relacionados con la mcmoria icónica. Me refiero a lo que
Neisscr (1976.26) denomina «realismo ingenuo». cuyos planteamientos
podrían resumirsc en los siguientes tres puntos:
1.
La experiencia visual de un sujeto se corresponde fisicamente
con la estimulación.
2. Dicha cxpcricncia visual sólo se da en el tiempo en que cl estímulo
se halla presente.
3. La experiencia visual se retleja en el informe verbal que el sujeto
ofrece después de la mísma.
Si estas planteamientos fueran ciert os que no lo son-.la memoria
visual no existiria, y. en caso contrario, no tendría ningún valor. dado
que cualquier estímulo visual almacenado en ella no influiria para nada
en la experiencia visual, ya que ésta, según el punto segundo, concluye
ai desaparecer la estimulación.
La crítica a tales plantearnientos es obvia debido a que la experiencia
visual no se corresponde directamente con cI estímulo, ya que. a causa de
los procesos de selección y análisis habidos en el proceso perceptivo,
la naturaleza dei estímulo se ve fuertemente alterada. Estos procesos
no son absolutamente inmediatos por otra parte, sino que se extienden
en el tiernpo (1uego la experiencia visual durará más que el estímulo).
y, por último, el informe verbal depende de varios hechos además de
la experiencia visual correspondiente a tal estímulo.
Neisser cuando critica los planteamientos deI «realismo ingenuo»
afirma:
...la percepción no es una toma pasiva de estímulos, sino un
proceso activo de sintesis o construcción de una figura visual'.
I
Neisser. op. cít.. pág. 26.
EI proceso cognitivo de la percepción
85
Y considera que tal proceso de construcción deberá durar un mínimo
de tiernpo, aunque sea una fracción de segundo. El problema que se
quería suscitar está planteado ya: si construir una figura visual depende
de una serie de mecanismos (1os que constituyen el proceso perceptivo),
y el trabajo de éstos requiere un tiernpo. sólo podríamos completar la
percepción de un objeto en presencia de este. a no ser... que se pudiese
preservar durante una pequena cantidad de tiempo esa entrada sensorial
dei estímulo.
Que la expericncia visual dura más tiempo que la presencia del estímulo es algo que está demostrado ernpiricamente, pero. adcrnás, existen ya datos experirnentales absolutamente Fiables que permiten el
estudio del deterioro de la imagen contenida en ese primer almacón que
es la memoria icónica transitaria. Los trabajos más decisivos en este
sentido son los de Sperling (1960) en los que, además de demostrar
definitivamente que la cxperiencia visual trasciende ai estímulo, apunta
un método para medir el desvanccimicnto de la imagen en la m.i.t. y,
por tanto, para fijar cuál es el tiempo máximo de perrnanencia de esa
huella en dicha memoria.
Spcrling presentó t aquistoscópicamente a sus sujetos durante 50 milisegundos (en este tiempo no es posible realizar más de una fijación
ocular) rectángulos compuestos por letras:
S R G C
LYXM
WKQP
Éstos. informaban a continuación verbalmente de la exposición, y el
acierto media era de cuatro o cinco letras (amplitud de memoria = 4,5),
independientemente dei número de letras que formasen el rectángulo.
Hasta ahora nada se había demostrado ni sobre la existencia de la
memoria icónica transito ria, ni sobre el cornportamiento de la información visual en su seno; las únicas conclusiones posibles eran ciertos
valores de umbral o que, efectivarnente, el lapso de aprehensión era
limitado.
Sperling replanteó el experimento y preparó exposiciones taquistoscópicas de tres hileras de letras, dando instruccioncs a los sujetos para
que sólo leyesen una de ellas después de oir una seüal acústica. La senal
consistía en un tono agudo para la primera hilera, grave para la tercera
y otro intermedio para la restante (2.500 Hz, 650 Hz y 250 Hz, respectivamente). Esta seiíal siempre se via inmediatamente despues de concluir
la preseruación. EI resultado fue que el casi 100 por 100 de los sujetos
86
tntroduccion a la Teoría de la Imagen
informaron correctamente de las letras que forrnaban la hilera crítica;
si la sefial se retrasaba incluso una mínima fracción de segundo, la
precisión decrecía en función deI tiempo de retraso.
Un afio después, Averbach y Coriell con una técnica distinta a la
dei «informe parcial: empleada por Sperling, llegan a unos resultados
muy similares a los de éste. Las conclusiones que extrae Neisser ' de
ambos experimentos son muy claras respecto ai comportamiento de la
información en la m.i.t.:
Parece que el ingreso visual puede ser almacenado brevemente en algún medio que esté sujeto a un deterioro muy
rápido. Antes de que se deteriore, se puede leer la inforrnación
de este media como si el estímulo estuviera aún activo. Podemos
estar seguros de que este almacenamiento es, en cierto sentido,
una «imagen visual». Los sujetos de Sperling inforrnaron que
las letras parecían estar presentes visualmente y que eran legibles
aI momento de la scíial tonal, aun cuando, de hecho, el estimulo
habia estado apagado durante 150 mg, esto es, a pesar de que
la ejecución se basaba en la «memoria» desde el punto de
vista dei experirnentador. era «perceptual» en cuanto a la
experiencia de los observadores.
La cadena de investigaciones inauguradas por Sperling han propiciado un conocimiento exhaustivo sobre el comportamiento de la información sensorial en la memoria verificado general mente por pruebas de
laboratorio sujetas a una rigurosa experimentación. No obstante, y pese
a los veinte anos largos transcurridos, algunos enigmas, como el lugar
donde se localiza la m.i.t., siguen aún sin desvelarse. Parece lógico pensar
que se encuentre en el «área visual» de la corteza cerebral (área 17 de
Brodmann), pero como dicen Lindsay y Norman (1975, 46):
...la naturaleza no ha sido benévola con nosotros. No ha puesto
nuestro sistema de memoria en una caja específica del cerebro
donde pueda identificarse y estudiarse fácilmente.
Para los fines generales de este capítulo, lo fundamental es poder
aportar una referencia científica que justifique que la información sensorial
puede permanecer durante algún tiernpo en un ámbito específico para
tal fino Respecto a la duración de la m.i.t. no hay completo acuerdo
sobre el tiempo de persistencia visual después que ha desaparecido el
estímulo que la origina. Parece ser que el máximo es un segundo,
1
Neisser, op. cit., pág. 30.
EI proceso cognitivo de la percepción
87
tiempo indicado por Sperling de acuerdo con sus experimentos. ya que,
a partir de ese tiernpo, los informes parciales, es decir. la lectura de
una hilera de letras nada más, no son más precisos que los totales.
Superado este tiempo máximo de un segundo, el sujeto tiene que basar
su recuerdo en otro tipo de mcmoria de naturaleza no visual, sino verbal.
Para Lindsay y Norman (1975, 46) cl tiempo que la información permanece en la m.i.t. es 0,25 segundos: estas dos medidas podrían considerarse como los limites máximo y mínimo de duración de este almacén
de memoria. Neisser (1976) sostiene que si la memoria icónica transito ria
es un eslabón dei proceso visual, la duración de ésta dependerá de las
variables visuales tradicionales, es decir, de la intensidad, dei tiempo de
exposícíón y de la iluminadón de la postexposicíon.
Antes de que la información sensorial se desvanezca en la rn.i.t., ocurre
un hecho trascendental para todo el sistema de memoria: la codíficacíon
verbal. Si la información taquistoscópica permanece realmente visible
50 rns, y el icón' dura aproximadamente medio segundo, i,cómo es
posible que un sujeto tenga tiempo suficiente para informar ai experimentador sobre cinco o seis letras como lo hacian los sujetos de
Sperling?",
Se ha dicho ya que cuando la huella visual se desvanece, eI recuerdo
se confia a otro tipo de memoria de naturaleza fundamentalmente
verbal. Esta otra modalidad de memoria se origina después de una recodificación deI medi o visual al verbal, siendo imprescindible que esta
operación se lleve a cabo durante el tiempo en el que la información
se encuentre en la memoria icónica transito ria. De este modo, y gracias
a ella, se soluciona el problema planteado aI sistema cognitivo humano
por la efímera vida del icón. La codificación verbal -aunque la más
cfcctiva no es la única manera de evitar la pérdida de la información
visual; si esta fuera asi, tanto los animales como los bebés, sin capacidad
de verbalización, estarían desprovistos deI mecanismo de memoria visual.
Si como veiarnos antes, la m.i.t. depende de las variables visuales
(intensidad estimular, tiempo de exposición y campo de postexposición),
y para evitar la pérdida de la información visual es necesaria una codificación verbal de ésta, habria que deducir que. adernas de las variables
visuales, la memoria icónica transitaria depende, a su vez, de las voriables
de codífícación s.
>-
3 Término utilizado por Neisser y otros autores para rcfcrirse a la mcmoria icónica
transitoria.
4 Téngase en cuenta que en los experimentos que se realizan en los laboratorios de
percepción. los tiempos son casi siempre infiniresimales, debido a lo cual períodos de
media segundo son relativamente muy grandes.
5 El lector podrá encontrar una referencia a estas variables en Villafaãe (1981, 147).
88
4.4.
Introducción a la Teoría de la Imagen
EI proceso cognitivo de la percepción
EI pensamiento visual
Según la tesis principal que estoy manteniendo en este capítulo, la
percepción es un proceso cognitivo porque posee la capacidad de procesar informaciones de distinto origen y diferente naturaleza. El término
pcnsanuento vísuu! hace relerencia a esa última fase dei proceso perceptivo donde se pone de manifiesto su naturaleza cognitiva. Esta denominación no cs original. Ia tomo prestada de la obra dei mismo título
de Rudolf Arnheim que, en mi opinión, sigue siendo la aportación más
importante desde el punto de vista cognitivo ai estudio de la percepción visual.
EI pensamiento visual constituye el ámbito de relación de las diversas instancias que intervienen en la percepción: la estimulación aferente
a través de la sensación visual, la inforrnación almacenada en los sistemas
de mernoria, y los procesos de la conducta que intervienen como elementos modificadores deI resultado perceptivo.
En la conducta humana, el proceso cognitivo por excelencia es el deI
pcnsamiento ; tal carácter lc viene conferido gracias a una serie de mecanismos mentales, algunos de los cu ales son responsables de las operaciones superiores dei intelecto. Pucs bicn, cn la percepción se dan prácticamente los mismos mecanismos que caracterizan ai pensamiento como
un proceso cognitivo. EI siguiente esquema ilustra esta analogía; en la
columna de la izquierda están ordenados verticalmente, en función de su
cornplcjidad, algunos de estas mecanismos propios dei pensamiento; a la
derecha se recogen. a modo de cjcrnplo. los posibles análogos perceptivos:
Mecanismos rncntales
Exploración activa.
Complctamiento.
Simplificación.
Slntesis.
Corrección.
Selección.
Conccptualización.
Mecanismos perceptivos
Fijación ocular.
Superposiciones.
Visión tridimensional.
Visión cromática.
Constancias perceptivas.
Abstracción visual.
Conceptualización visual.
EI estudio de la analogia entre el pensamiento y la percepción puede
resultar provechoso si se logra demostrar que en este último proceso
se dan los mecanismos cognitivos propios dei pensamiento. Es evidente
que no todos los mecanismos perceptivos citados en el esquema anterior
89
participan de esa naturaleza; tampoco puedcn ser enjuiciados en estos
términos todas las operaciones mentales que intervienen en el acto dei
pensamiento. Esta me exime de Ilevar a cabo un estudio pormenorizado de cada uno de estas mecanismos perceptivos; de hccho. bastaría
con justificar que existe una capacidad de conceptualización visual
similar a la intelectual y que, como en ésta, se basa en una operación
previa de abstracción.
Se ha dicho ya en este capítulo que la característica más notable
de la percepción es su poder de selección, el cual se manifiesta a lo
largo de todo el proceso de muy diversas manetas. No obstante, la
selección perceptiva no cs cn sí rnisma un factor que conduzca a la
cognición si no existe un proceso de conceptualización : asi, antes he
mencionado que la síntesis cromática que se produce en la retina demuestra una complejidad muy superior a la de algunos automatisrnos
de la conducta, pero. sin embargo, esta operación que es fundamentalmente selectiva-- no implica inteligencia visual alguna. En la percepción
se dan otras formas de selección, como ahora veremos, que no son el
resultado final de ningún mecanismo, sino una fase inicial de un proceso
más complicado y vital cuyos resultados demuestran esa clase de inteligencia visual a la que implicitamente me cstoy refiriendo a lo largo de
este capítulo.
4.4.1.
Abstracción y conceptualización visual:
la percepción de la forma
John Locke y los empiristas ingleses dei diecisiete legitimaron la
noción aristotélica de abstracción. Para ellos, ésta se basaba cn la generalización ; asi, de un conjunto de casos particulares, se seleccionaban una
serie de rasgos com unes, se agrupaban y su denominador común era la
abstracción, posibilitada, como digo, gracias a la generalización.
AI estudiar la abstracción visual, surge una pregunta muy razonable:
セ「。ェッ
qué criterios se seleccionan unos determinados rasgos más o menos
com unes a todos los objetos de una clase? Los criterios lógicos de
selección -los de forma, función o semejanza- no siempre resultan
válídos a estas niveles. Un ejemplo muy ilustrativo de esta lo encontramos en los resultados de ciertos trabajos sobre psicoanálisis. La mente
agrupa oníricamente (recordemos que el suefio es pensamiento inconsciente vehiculado mediante imágenes) objetos tales corno as tas de toro,
cuchillos, bastones, Iápices, etc., reunidos en una misma clase; y en otra,
bolsillos, bocas, agujeros, cucvas. etc., es decir. objetos que de alguna
90 /ntroducción a la Teoria de la Imagen
forma representan los órganos sexuales. Estas agrupaciones no están
basadas en rasgos determinantes de los objetos, eomunes a éstos, ni esos
rasgos poseen característica sensible alguna común eon los órganos
sexuales ; la selección viene condicionada aquí, unicamente, por el carácter puntiforme de unos y receptivo de otros. Entonces, i,no existe una
cierta clase de abstracción en esa operación generalizadora? Parece
evidente pensar que una operación real de abstracción se ha lIevado a
cabo, pues, セ」ュッ
explicar, si no, que se haya considerado pertinente
un rasgo determinado de tales objetos, despreciando el resto? No deja
de resultar paradójico que la abstracción visual no sólo no dependa, como
en el caso de la intelectual, de un proceso de generalización, sino que
suponga un requisito previa a ésta.
Para que la abstracción visual resulte un instrumento útil en el
proceso de conceptualización debe cumplir dos requisitos básicos: ser
esencial y qeneratioa. EI primero de ellos significa que la abstracción
nunca puede quedarse en una mera enumeración de rasgos, sino que
scleccionará aquelIos que posean un alto grado de pertinencia para que
sea posible distinguir un objeto de otros de su clase, precisamente en
íunción de esos rasgos. AsL la abstracción de la estructura de un cubo
nunca podrá ser una sola de sus caras, es dccir. un cuadrado. Tal
abstracción recogería, lógicamente, ai menos una arista en la que se
unieran tres de los planos que forman el cubo y que indican la verdadera estructura de la figura. La abstracción visual funciona, en este
sentido, lo mismo que la intelectual, ya que, si queremos abstraer el
concepto de hombre en un solo rasgo, éste no podrá ser «bipedo»,
pera si «racional». Una representación abstracta, por último, será generativa 6 cuando sea capaz de producir nuevas representaciones que completen la primera, es decir, de incorporar a la representación aquelIos
aspectos que ésta no recoge pera que el objeto posee.
En relaeión con estas atributos de la abstracción visual es pertinente
hacer una observación que retomaré al plantear el tema de la representación plástica: la percepción de los rasgos más pertinentes de un
objeto no está, necesariarnente, condicionada por el nivel de realidad
(iconicidad) deI mismo. Una réplica exacta deI objeto, una imagen
mimética, no nos proporciona un conocimiento superior de dicho objeto,
sino unos datas, a veces superfluos, de reconocimiento. Esta sucede
asi debido a que en la representación realista no existe discriminación
M [セM。エイゥ「オ ッ
diferencia los conccptos de «objeto abstracto» y «parte». La abstracción muestra no una serie de propiedades de un objeto tomadas indiscriminadamente.
sino aquellas más pertinentes sobre las cuales reposa la especificidad de su naturaleza.
En el caso dei cubo, una de sus aristas.
EI proceso cognitivo de la oerceocion
91
(otra característica perceptiva) entre rasgos pertinentes y no pertinentes,
mientras que otro tipo de representación intcrrncdia entre la abstracción
total y el mimetismo icónico favorece la acentuación de esos rasgos pertinentes, los discrimina, y son estas los que conllevan el valor cognoscitivo de la imagen.
EI resultado de la abstracción es la conccptualización visual que se
manifiesta en la percepción de la forma, la cu al. según los teóricos de
la Gestalt. supone la captación de lo esencial, es decir, la aprehensión
de los rasgos estructuralcs genéricos de un objeto. Para esta escuela, este
proceso de percepción de la forma supone el inicio de la formacíón de
conceptos.
Recordemos brevemente cómo se efectúa esta percepción de la forma.
Cuando contemplamos un área estimular informe, la operación básica
de la percepción es organizar dicha área ai imponer un patrón formal
10 más sim pie posible. Este patrón que no reproduce general mente la
forma real deI objeto que nos estimula es un concepto visual 7 • Este
hecho es fácil mente comprobable con un cierto entrenamiento. Muchas veces nos encontramos en nuestra realídad visual con formas
geométricas, pera éstas rara vez son formas perfectas y. sin embargo.
las identificamos como formas regulares. Un nino, cuando dibuja un
monigote, intenta crear una cabeza lo más redonda posible, aun cuando
la redondez no se da en ninguna cabeza que él haya percibido, por
lo que el nino ha conceptualizado visualmente esa forma como algo
redondo.
Para que estas patrones de forma puedan ejercer el papel de conceptos visuales deben poseer dos cualidades .fàcil identificación y generalidado Conviene hacer una aclaración en lo que a la conceptualización
se refiere. La percepción se completa cerebralmente, y nunca en los
órganos sensoriales. Es evidente que en la retina se producen respuestas
a la forma de determinados objetos por parte de los órganos receptores,
ya que, aI ser estimulado el ajo por un objeto, toda una seric de puntos
sensib.es de la retina se pane en funcionamiento y producen una respu esta. La percepción es un proceso que culmina en el área visual de
la corteza donde se presupone la existencia de campo de fuerzas formado por las termínaciones nerviosas de los órganos fotorreceptores de
la retina, un equivalente de forma se transmite inmediatamente ai cercbro quedando «dibujado: en dicho campo cerebral. Dicho «dibujo», como conclusión, es lo que aqui lIamo concepto visual.
7 Aunque haya maticcs difcrenciadores, tomo este termino como sinónimo de prccepto y concepto perceptual.
92 tntroduccián a la Teoria de la Imagen
Hemos visto que la conccptualización visual es el resultado de un
proceso de abstracción que se rnanifiesta en la percepción de la forma.
Veamos ahora de que manera sucede csto, es decir, i,cómo se abstrae
la forma'? La rcpresentación de un objeto tridimensional cn un plano
requicre una operación de abstracción. ya que si representamos un cubo
en nuestro plano bidimensional, aparecerán cuatro o, como máximo,
seis de los acho ángulos que posee dicho cubo. En ninguna representación proyectiva de hccho se dan por entero las pro piedades de un
objeto y. sin embargo. co muchos casos nosotros reconocemos la forma
representada mediante la proyeccíón.
La explicaeión de este hccho nos la ofreee Gurwitsch (1979). Según
este autor, las distintas proyecciones de un sólido obtenidas mediante
cl cambio de su ángulo de visión no están desconectadas en el espacio
ni en cI tiernpo, sino que forman parte de una secuencia organizada y
los aspectos parciales de esta secuencia, que son las distintas proyecciones. mantienen una armonía y concordancia suficientes para salvaguardar la constancia de la forma. Además, afirma Gurwitsch, cada
proyección dentro de esta secuencia contiene una serie de referencias
hacia las proyecciones anteriores y siguientes, de tal modo que, mediante
estas referencias, se produce una intcracción constante entre las diversas
proyeeciones dei objeto que completan su forma. Arnheim (1976a. 46)
a su vez afirma:
Cuando los varias aspectos de un objeto pueden verse como
desviaciones ---o deforrnaciones->- de una forma más simple, st
se obtiene como resultado la constancia de la forma.
Asi, eI cubo que sólo mostraba cuatro o seis ángulos pasaba perfectamente por una representación válida deI mismo. Dicho cubo visto
frontalmente, por el contrario. es decir, con una de sus caras paralela
a un plano perpendicular el eje de la visión, no aparece como un cubo,
sino como un cuadrado. La cxplicación es la misma, la sirnplicidad, ya
que esta última representación no implica deformación alguna, muy aI
contrario, su forma es tan simple que nunca podrá verse como una
deformación de otra más sencilla.
PARTE TERCERA
La representación
Como ellector recordará, en la introducción dei libra ya se expuso,
por primera vez, la hipótesis básica de trabajo, aI considerar que el
estudio de la naturaleza icónica constituía el objeto científico de la Teoria de la Imagen. En tal sentido, los tres hechos esenciales de una
imagen eran: la selección de la realidad que ésta supone, la utilización,
para tal fin, de un repertorio de elementos plásticos específicos y. cn
tercer lugar, la ordenación de dichos elementos de una manera sintáctica con el objetivo de producir una forma de significación tarnbién
especificamente icónica. Estas tres hechos dependen, como se dijo entonces, de dos procesos gene rales, el de la percepción y el representativo.
AI primero de ellos me he referido en la segunda parte deI libro ; el
estudio de la representación será, por tanto, el objetivo de esta tercera
parte.
La estrecha relación existente entre ambos procesos se pane de manifiesto en el concepto mismo de representación. Ésta. como veremos
a lo largo de los próximos capítulos, no se entiende, ai menos idealmente.
si no es conectada con la percepción de un estímulo de la realidad cn
eI que se basa. Es ingenuo pensar en un tipo de representación surgida
de la nada; aunque se opte por una imagen con un alto grado de
abstracción, en la que el referente no esté identificado, el proceso habido
antes de la representación no difiere apenas del que se da en la obra de
un fotógrafo o de un retratista con modelo. Es conveniente recordar
que gracias aI proceso de conceptualización visual, el individuo adquiere
una gran cantidad de imágenes genéricas que son equivalentes estructu rales de otros tantos estímulos de la realidad. Vemos. pues, que la
única diferencia entre los ejemplos anteriores estriba en una mayor o
menor mediaeión deI equipo mental deI individuo en el doble proeeso
percepción-representación.
EI concepto de representación es definible. pera como todas las definiciones, ésta tiene un valor muy limitado. Reproduzco, no obstante.
La representación
94 Introducción a la Teoria de la Imagen
la que Arnheim (1980. 42) nos ofrece en un artículo suyo titulado
La obstracción perceptuaf en el arte, haciendo más hincapié en el sentido
de la definición y en los términos en los que ésta se expresa, que en el
contenido literal de la misma:
La representación consiste en «ver» dentro de la configuración estimular un esquema que rcíleje su estructura (. .) y
luego inventar un equivalente pictórico para ese esquema.
De la cita de Arnheim se desprende que la representación es el resultado de la interacción de dos esquemas, uno perceptivo y otro de
representación; el primero es un equivalente de la realidad (en el capítulo primero lo denominé «prcicónico»), el segundo es una réplica
plástica deI percepto. Dicho de otra forma, la representación es un equivalente plástico dei percepto o, lo que es lo mismo, de la estructura
dei estímulo. El siguiente gráfico esquematiza esta definición:
Esquema
Representación.
pcrceptual
Esquema
icónico
Estructura dei
estímulo.
Equivalente perceptual de la
realidad.
Percepto.
Equivalente
plástico dei
perccpto.
+
Si la percepción es el proceso responsable de la selección de la
realidad -el primero de los tres hechos que constituyen la naturaleza
icóníca-, la representación ínc1uye a los dos hechos restantes: los
elementos plásticos y su sintaxis. EI primero de estos dos temas lo
desarrollaré en los tres capítulos siguientes y la sintaxis de la imagen
en el octavo y novena.
Respecto a los elementos de la imagen, voy a proponer un repertorio
cerrado de trece elementos, agrupados en tres grupos en función de su
naturaleza plástica. Quiero advertir antes de comenzar un estudio pormenorizado de los mismos, que esta cifra no responde a una caprichosa
superstición mia, lo mismo que tampoco debe tomarse en un sentido
excluyente. EI concepto de elemento icóníco o plástico no está del todo
delimitado; básicamente en la imagen se debería hablar de elementos
materiales (soportes, útiles de registro, conformantes, etc.) y formules
セイ・ャ。」ゥッョウN
95
equilibrio. significación plástica. etc.). La tecnología de la
irnagen es la disciplina apropiada para explicar las funciones y el comportamiento de los primeros, y la Teoria de la Imagen. a su vez. cstudia
la n.aturaleza de los elementos formales. Hecha esta ac1aración respecto
de elementos a los que me referia, he de sefíalar que es posible
aI エャーセ
reducir o aumentar eI número de agentes plásticos, pero cn mi opinión
esta sucede al descomponer un elemento básico de los trece aquí recogidos en dos o más elementos o, ai contrario, cuando se hacen coincidir
en uno solo las funciones plásticas de varias.
EI repertorio que propongo para formalizar los elementos de la
imagen y que constituye su alfabeto visual, agrupa a éstos en tres tipos:
1.
2.
3.
Elementos morfológicos: punto, linea, plano. textura, colar y
forma.
Elementos dinàmicos: movimiento, tensión y ritmo.
Elementos escalares: dimensión, formato, escala y proporción,
5
Los elementos morfológicos
de la imagen
Los elementos morfológicos de la representación son aquellos que
poseen una naturaleza espacial. Constituyen la estructura en la que
se basa eI espacio plástico, eI cual supone una modelización deI espacio
de la realidad. Aunque 10 más pertinente en ellos sean 5US características forma1es y la posibilidad que tienen de producir diferentes relaciones plásticas en función de 5U utilización, SOU, entre todos los elementos de la representación, los únicos que poseen una presencia material y tangible en la imagen.
La complejidad objetiva de cada uno de estos elementos es variable.
Entre la naturaleza y las funciones plásticas deI punto y las deI color
o la forma hay, obviamente, una considerable diferencia; sin embargo,
éste no es un criterio suficiente para establecer una escala de valor que
indique la importancia plástica de ninguno de ellos. Esta importancia,
o la idoneidad de un elemento frente a otros para satisfacer determinada solución icónica, depende siempre deI contexto plástico en el que
participe dicho elemento. La complejidad de los elementos morfológicos
sólo es analizable en función de la capacidad que algunos de ellos
tienen de asimilar otros más sencillos. La forma puede estar integrada
por líneas. y éstas, a su vez. por puntos; el color implica. en muchos
casos, la textura, etc.
Es difícil codificar la inmensa variedad deI espacio real a través
de un pequeno repertorio de elementos icónicos; esto sólo es posible
homogeneizando gran parte de las caracteristicas sensibles de dicho
espacio y aislando, ai mismo tiernpo, los elementos originales que son
irreductibles, y de cuya combinación se extraen otros componentes
espaciales no específicos. Por ejemplo, el contraste es un hecho común
en la naturaleza sensible; sin embargo, no se le puede considerar un
elemento básico, sino una relación, ya que puede obtenerse por la
yuxtaposición de elementos espaciales o, también, de los elementos
dinámicos ; su naturaleza plástica no está asociada a ninguna estructura
98
Introducción a la Teoria de la Imagen
Los elementos morfológicos de la imagen
icónica en particular. Dentro de los elementos morfológicos existen
tarnbién diferencias cualitativas, las cu ales pueden ser expresadas subdividiéndolos en dos categorías: los que podríamos denominar superficiales, que normalmente, implican un espacio en dos o tres dimensiones --el colar, la textura, el plano y la forma-, y los unidimensionales, que se refieren, como su nombre indica, a una sola dimensión.
5.1.
EI punto
Es, sin duda, el elemento icónico más simple; sin embargo, su
simplicidad no debe servir para ocultamos la influencia plástica de
éste y otros elementos similares. Kandinsky (1983, 69) aI referirse a
ellos afirmaba:
AI analizar los elementos más simples (elementos originales)
comprobamos que lo verdaderamente simple no existe, cada
elemento original es un fenómeno ウオセ。イゥッ
complicado.
Quizá mereciese la pena reflexionar, como lo hacía Kandinsky en
los cursos que impartió en la Bauhaus, sobre las propiedades deI punto
y la Iinea, los únicos elementos capaces de ser representados con
nitidez mediante las artes visuales, la música, la poesía, etc. Esta sirnplicidad les confiere una naturaleza que trasciende a la pro pia materialidad
dei media de representación en cl que se expresan y a la forma misma
de esa expresión. En un cierto sentido, son elementos sinestésicos que
nos conectan con otras modalidades sensoriales. EI siguiente esquema
ilustra, en alguna medida, este hecho:
•
•
Xilofón, triângulo.
Piano .
Violin, flauta.
Viola, clarinete.
Contrabajo, tuba.
El punto, como digo, trasciende a la materia; no necesita estar
gráficamente representado para que su influencia plástica se haga notar.
EI centro geométrico de una superficie, y sobre todo si ésta es regular,
es un punto, que aunque no esté seõalado fisicamente condiciona el
99
espacio deI plano porque constituye uno de los centros de atención.
Lo mismo ocurre, por ejemplo, en una representación en perspectiva
central con eI punto de fuga de la cornposición, incluso aunque las
líneas no lleguen a con verger.
Las propiedades que definen aI punto como elemento plástico son:
la dirnensión, la forma y el colar I. Las innumerables posibilidades de
variación de cada una de ellas, hacen posible que el punto, por si solo,
pueda cumplir perfectamente cualquier función plástica. Sus dimensiones físicas no son. ni mucho menos, un factor decisivo; la materialidad
dei punto puede constituir una escala que vaya de un nivel cera -v-en el
que éste objetivamente no existe, independientemente de que intluya
en la composición- hasta unos niveles máximos en los que el punto
adquiere una superficie susceptible de ser medida (Fig. 5.1). Este aspecto dimensional deI punto es, adernás, un hecho relativo, pu esta que
varia en función de la distancia. En 10 que se refiere a la forma y el
calor que pueda adaptar este elemento, lo más notable es, como ya
se ha apuntado, su capacidad de variación; el ejemplo que mejor ilustra
ambos hechos lo tenemos en la pintura puntillista. Algunas de las obras
de Seurat o Signac son un auténtico catálogo de las posibilidades plásticas deI punto.
La característica más importante deI punto no tiene, sin embargo,
nada que ver con su aspecto gráfico o morfológico. sino con su naturaleza dinámica. AI situar un elemento puntual sobre el plano de la
representación, ai que de ahora en adeIante denominaré «plano original» (PO), se crean tensiones visuales que dependen de su ubicación,
aunque alguna de las propiedades antes indicadas, el colar sobre todo,
puede dinamizar la composición ai producir un fuerte contraste con
el calor deI PO. Comprobemos esta naturaleza dinámica mediante
algunos ejemplos gráficos (Fig. 5.2).
EI punto posee, además de estas características estrictamente formales, un poder de constitución en algunos tipos de imagen. Las
tramas de puntos son el fundamento de los medias mecânicos de reproducción de la imagen. Compárese la fotografia reproducida en la
figura 5.3 con una ampliación parcial de la misma en la figura 5.1.
En otro tipo de imágenes «no registradas», eI punto posee también
esta característica de elemento configurante; el mismo ejemplo ya citado
deI puntillismo es un caso de ello. Seurat utilizaba tan sólo cuatro
colores (rojo, azul, amarillo y negro), mediante los cuales consiguió
imágenes de bastante definición. Su método, de algún modo, es una
1
Kandinsky, op. cít .. pág. 67.
Los elementos morfo lógicos de la imagen
101
Un punt o centra l esta biliza la composici ón ai coincid ir el centro geométrico dei PO (primer núcleo jerá rq uico) con el estímulo visual (segundo núcleo jerá rqu ico). Este supuesto no indica la ausencia de dinam ismo.
sino q ue las tensiones visuales que se esta blecen entre
cl estimulo y el espacio de la composición se eq uilibran
mut uam ente.
AI disociar se de una forma poco clara ambos puntos
de atención , se produce una tensión desde el estimulo
puntual ai cent ro geo m ét rico deI cuadro. Si esta disociación no está muy acentuada. ambos puntos aca bará n
co incidiendo co mo resultad o de un tra bajo percepti vo
(ver p ág. 62). EI dinam ismo se rnani f iesta aqui en la
atracción que hacia el centro geo métrico dei PO sufre el
punto.
En una ubicaci ón menos am bigua la tensi ón decrece.
sobre tod o si el punt o no se encuentr a so bre alguno de
los principales ejes estructurales deI PO (vertical-ho rizontal-diagonal). Si su ubícación no coincide con ninguno de esta s ejes. este punt o produ ce. más que un
eíecto dinam izador. una pcrtu rbaci ón visual qu e requiere ser compen sada con otro elemento visual si se quiere
restablecer un cierto equilibric dinámico.
Dos puntos en un espacio cerrado crean un vector
de dir ecci ón (una llnea visual) con un alto poder dinamizado r. Este efecto se ve increment ado en el caso en el
q ue ambos pun ias se alojen sobre una de las diagon ales
regula res dei PO .
Figura 5. I.- Fotografia muy ampliada .
Figura 5.2
Los elementos morfológicos de la imagen
103
anticipaci ón ai fotogra bad o en cuatricrom ía, utilizado act ualmente para
las repro ducc iones cro máticas.
5.2 .
la Iínea
Es un elemento visual de primer ordeno Sus usos en la comunicación visua l son infinitos, como 10 demu estran los paisajes urbanos que
constantemente se encuentran definidos y limitados por estructuras
lineales ; o las grafias, compuestas casi exclusivamente por lineas ; o los
planos, esquemas, pat ron es de moda, lo mismo qu e multitud de diseiios.
Berger (1976a. 231) hace notar ta mbién los innum erabJes fines a
los que la línea se presta como elemen to plástico, pero, sin embar go,
hace una observació n muy acertada :
...en tant o que (la linea) sirve a esos fines, qu eda fuera dei dominio dei art e, en el cual no 'entra en realid ad, más qu e a
partir dei momento en qu e, sea cualquiera el fin que sirva,
tiene en cuenta su misma natu raleza, su cualida d gráfica.
Par a no crear nuevos problemas de competencia artística conclu yo
esta afirmación de René Berger ai asignar a este elemento dos grandes
funciones: -<enalar y siqnificar, Co mo es evidente que la topografia no es
uno de los objet ivos de este libro, me dedicaré, exclusivamente, a las
funciones de significación plástica de este elemento, que b ásicarnente son :
La capacidad de la linea para crear vectores de dirección qu e
apo rta n dinamicidad a la imagen. No hay otro elemento icónico
qu e sat isfaga esta función de una manera tan simple, lo qu e es
muy destaca ble, ya que los criterios de econ omia plástica son
fundamentales en la composici.ón de la imagen. Los vectores
direccionales, creados mediant e líneas o por cualquier otro procedirniento, además de crear las relaciones plásticas entre los
elementos de la composición, condicionan la dirección de lectu ra
de la imagen.
2. Una linea separa dos planos entre si. Sobre tod o, los cont orn os
lineales que diferencian cualitat ivamente dos áreas de distin ta
intensidad visual. En esta separación de planos, no es la línea
el único agente que interviene ; tal separación puede consegui rse,
igualmente. mediante el contraste cro mático, pero, en este caso,
a unque la línea no exista com o tal, feno ménicamente se percibe
igual qu e si tuviera una presencia objetiva. Igual qu e en el caso
I.
Figura 5.3.- Fotografia anterior eon ampliación norma l.
104
Los elementos morfológicos de la imagen
Introducción a la Teoria de la Imagen
105
plano original deI cuadro cuchillos, pipas de fumar u objetos
similares de estructura absolutamente lineal, que son dibujados
en diagonal con el resto de la composición para favorecer la
profundidad. Hay que decir, en relación con este hecho, que si
la línea es, en si misma, un elemento dinamizador, cuando se
aloja sobre la diagonal dei plano esta propiedad es todavia
más acusada.
5. Por último, y como resumen de otras funciones secundarias,
puede decirse que la linea es un elemento plástico con fuerza
suficiente para vehicular las características estructurales (forma,
proporción, ctc.) de cualquier objeto. Este hecho demuestra una
vez más cómo un elemento aparentemente simple puede sutisfacer una compleja función dentro de la representación: salvaguardar la identidad visual deI objeto representado a través de
su estructura. En este apresurado recuento de las funciones de
la linea no hay que olvidar que ésta es la base deI dibujo, y,
por ello, en gran número de imágenes nega a constituirse en el
elemento dominante,
Figura 5.4. El uso de la linea en el comic.
anterior. la línea es el elemento más sencillo para disociar
cualitativamente dos superficies.
3. Otra función de este elemento es la de dar volumen a los objetos
bidimensionales mediante el sombreado, que se consigue superponiendo líneas curvas casi tangentes a la línea de contorno
que delimita la superficie plana deI objeto aI cual se le quiere
dotar de esa tridimensionalidad. La mayor parte de los grabados
de Durero son un buen ejernplo de esta nueva función lineal y,
a la vez, demuestran cómo un procedimiento tan simple logra
unos resultados tan eficaces para la representación de la tercera
dimensión en el plano.
4. La pintura ha aprovechado la facultad de la linea para representar la tercera dimensión. y así resulta casi una norma que
ante asuntos o temas en los que la profundidad apenas se puede
representar, como pueden ser los bodegones en los que el espacio
real es tan limitado que no se puede sugerir con gradientes de
tamaüo, colar o cualquier otro elemento, eI artista recurre,
con frecuencia, al empleo de objetos lineales que aporten esa
profundidad de la que la escena carece, introduciendo en el
A partir de la descripción de algunos de los usos plásticos de la
línea, advertimos que éste es un elemento polivalente; su actividad
plástica y su aspecto morfológico son muy variables. Desde la representación implícita de la linea, en la que no existe como tal y sólo
está sugerida (mediante la yuxtaposición de dos planos cromáticos,
por ejernplo), hasta la representaeión de un objeto construido exclusivamente por líneas, existen diversos niveles que permiten y aconsejan
establecer una mínima taxonomía de dicho elemento. Básicamente
pueden distinguirse tres tipos:
La línea objetual, que se percibe como un objeto unidimensional.
Aqui la línea no es un componente más de la imagen. sino que
constituye, además de su estructura formal, la pro pia materialidad
de ésta. Un buen ejemplo son los pictogramas. Para que un
conjunto de lineas se perciba como un objeto independiente,
deben formar una estructura más simple que la suma de las
mismas sin una ley de ordenación.
2. La linea de sombreado, que como ya se ha dicho, forma tramas
que sirven para dar volumen a los objetos y aportar profundidad
al plano de la representación,
3. La línea de contorno. En muchas imágenes este tipo de Iínea
constituye su definición formal. La pintura primitiva nunca
I.
106
Int roducción a la Teor/e de la Imagen
Lo s elementos morfológicos de la image n
107
René Berger (1976a) habla, ad ern ás de la línea de conto rno . de ot ra
moda lidad qu e es la linea recorte. En mi opinión, las diferencias entre
ambas existen no tant o por la mayor definción de las fi guras cuyos
limites se encuentran marcados por esta Iínea recorte de la que habla
Berger, sino porque esta Iínea perfectamente nítid a pertenece a un espacio
bidimension al. y. sin emba rgo. Ia de co ntorno se asocia mucho más
fácilmente a un espacio con profundid ad, ai no estar las figura s lan
nitidamente diferenciadas como en el caso anterior (F igs. 5.5 y 5.6: dos
retra tos de muje r).
f igura 5.5.- Rastro femenino definido por «linea de contorno».
prescindió dei contorno : para los artistas prerrenacentisla s era
un elemento de segurida d, algo así como tener la garantia de
qu e la masa cro mática no se iba a escapar dei lugar donde
debia esta r. Este procedimiento se comi enza a olvida r en eI renacirniento con la utilización del sf urnatt o. Algunos movimienlos
contempor âneos. co mo el cub ismo. vuelven ai uso de la Iínea
de con to rno,
Figura 5.6.- Rostro femenino sin linea de conto rno .
108 Introducción a la Teoria de la Imagen
5.3.
EI plano
El término plano se presta a muchas interpretaciones. Mediante esta
palabra uno puede referirse aI plano de la representación (plano original)
que es un espacio físico. normalmente identificado con el soporte de
la imagen, en el que se construye el espacio plástico, es decir, la estructura espacial de la imagen, que constituye un parámetro de significación
por encima de su propia materialidad; o bien, ai plano como elemento
morfológico bidimensional limitado por Iineas u otros planos. A este
segundo sentido deI término es al que me voy a referir aqui, distinguiéndolo no sólo dei anterior, sino, además, de otros como superfície,
encuadre, cuadro, o, incluso, formato; todos ellos utilizados, a veces,
indiscriminadamente para referirse ai espacio de la representación.
EI plano, como elemento icónico, tiene una naturaleza absolutamente espacial. No sólo queda ligado ai espacio de la composición,
sino que, además, implica otros atributos como los de superfície y bidimensionalidad, por lo que, generalmente, se representa asociado a otros
elementos superficiales como el colar o la textura.
Los planos son elementos idóneos para compartimentar y fragmentar el espacio plástico de la imagen. Sugieren la tercera dimensión
a partir de la articulación de espacios bidimensionales que, normalmente,
se hallan superpuestos.
EI aforismo cubista «ver en planos» indica la propiedad más notable
de este elemento: su capacidad de codificar bidirncnsionalmcnte todas
las características morfológicas y escalares de un objeto y la superación,
además dei punto de vista único que implicó la representación espacial
hasta los primeros afios dei siglo actual. Gracias a este elemento es
posible la representación múltiple de la realidad.
En la historia de las representaciones visuales hay manifestaciones
plásticas en las que e1 plano se ha constituido como el elemento icónico
más relevante, pese a su evidente simplicidad, Parte de la obra de Gauguio. los fauvistas y el mencionado cubismo, sobre todo el deI período
analítico, son los ejemplos más destacados en este sentido.
5.4.
La textu ra
Es también un elemento morfológico superficial y por ello normalmente asociado aI calor y en ocasiones ai plano (aunque no necesariamente). Antes de describir sus pro piedades resumiré brevemente lo que
dicen de este elemento los pocos autores que lo incluyen como uno
Los elementos morfológicos de la imagen
109
de los elementos icónicos. Casi todos ellos coinciden en la importancia
visual de las superfícies texturadas, pera, sin embargo, apenas dedican
unas pocas líneas a su estudio.
Para Moholy-Nagy (1972, 40), un material se define en función de
cuatro elementos: estructura, textura, aspecto superficial y por el agrupamiento de las masas. Por estructura entiende la composición inalterable dei material; así, la estructura dei papel es fibrosa, la dei metal
cristalina, etc. La superficie externa de ese material sería la textura del
mismo, y deI tratamiento, ya sea natural o mecánico, de dicho material,
se obtendría su aspecto superficial. Según este autor, las definiciones de
estos tres elementos, estructura, textura y aspecto superficial, son intercambiables.
En un sentido similar se expresa Knobler (1970, 108), ai constatar
la dificultad para aislar algunos elementos plásticos individuales en
multitud de imágenes:
...el empaste de la pincelada puede ser textura, forma y colo r
simultáneamente.
En uno de sus libros, bastante superficial pera con un cierto valor
didáctico, Dondis (1976, 70) ai referirse a la textura dice:
...está relacionada con la cornposición de una sustancia a través
de variaciones diminutas en la superfície dei material.
Para Kepes (1976, 206), gracias a la microfotografia y a la fotografia
aérea, el hombre y, en particular, el pintor han descubierto infinitas
variedades texturales que han ido aportando progresivamente a sus obras.
La textura es un elemento visual idôneo para dilatar o comprimir el
espacio y crear nuevas relaciones plásticas. Gyorgy Kepes afirma en
este sentido lo siguiente:
En razón de la relatividad de la escala espacial, las diversas
cualidades de los valores texturales se han convertido en los
únicos signos visibles que pueden indicar las relaciones espaciales.
Munari (1979, 21) piensa, por último, que la textura es un elemento
que sensibiliza y caracteriza materialmente a las superficies. Le atribuye
el máximo valor plástico aI afirmar que en algunas ocasiones:
110 tntroduccián a la Teoria de la Imagen
Es la misma materia de la textura la que forma las imágenes,
ai densificar o espaciar el fondo.
A mi juicio, lo más destacable de la textura como elemento plástico
es que en ella coexisten unas cualidades táctiles y ópticas. Son dos,
pues, las modalidades de sentido afectadas por este elemento; aunque
también se consideran superficies texturadas aquellas que sólo afectan
al sentido de la vista y que suponen transformaciones de experiencias
táctiles en representaciones visuales. Este último tipo de texturas son
las más interesantes para un estudio formal de la imagen.
La textura tiene dos dimensiones básicas: una perceptiva y otra
plástica. Dentro de la primera conviene recordar que las texturas son
una de las dos variables de estímulo para la visión junto con las lumínicas. En el apartado 3.2.2 de este libro eran definidas asi:
Las variables texturales vienen determinadas por la agrupación de estas puntos lumínicos entre si, es decir, por el gradiente. AsL una imagen retiniana es un conjunto de puntos de
color que puede variar en su cualidad cromática o en la agrupación.
La textura es pues, junto eon la luz, el elemento visual necesario
para la percepción espacial, y la visión en profundidad depende además
de ella en gran medida, ya que ésta es el producto de la conjunción
de dos imágenes dispares; si no existe disparidad, la percepción es más
dificultosa. Para que exista es necesaria una cierta textura en las superficies. Un firmamento uniformemente azul, o la oscuridad total, no producen ningún tipo de disparidad y, por tanto, la visión estereoscópica
no es posible. La operación ocular de enfoque tiene, adernás, relación
con un cierto estímulo textural. No es posible enfocar un ajo ni una
câmara fotográfica sin un punto de fijación, y éstos sólo existen en las
superficies texturadas.
La dimensión plástica de las texturas no es menos importante, ya que
el aspecto superficial que presentan muchos objetos e imágenes influye
en el resultado visual de éstos.
La textura colabora en la construcción y articulación dei espacio
porque crea superficies y planos. Un espacio limitado por una forma
lineal no significa plásticamente lo mismo que si su superficie interior
aparece texturada.
La textura depende en gran medida deI soporte empleado en la rcpresentación de la imagen. En las imágenes fotográficas, por ejernplo,
Los elementos morfológicos de la imagen
111
la diferente sensibilidad dei tipo de emulsión empleada va a condicionar
el resultado textural de la imagen; no es lo mismo, en iguales condiciones
de luz, emplear una emulsión de 400 ASA que una de 25; la primera
dará una imagen mucho más texturada que la segunda. Algo similar
ocurre en las imágenes creadas: la textura de una imagen pictórica
dependerá, en gran medida, de la estructura material y de la propia
textura de la tela sobre la que se trabaje. En este tipo de imágenes
también influye 01 tipo de utensilio y, sobre todo, la técnica empleada;
el resultado textural de una acuarela no es comparable ai de una pintura
ai óleo o ai pastel.
5,5,
EI color
Con el estudio dei color nos introducimos en una de las más complejas naturalezas plásticas entre las de los elementos morfológicos. Sin
que tal complejidad implique criterio de valor alguno en lo que se refiere
ai resultado visual de la imagen, es evidente que nos encontramos
ante un elemento cuya naturaleza es cuando menos ambigua. Téngase
en cuenta, por ejemplo, que aunque eI colar sea una experiencia sensorial
que satisface determinadas funciones plásticas, no es lo mismo el color
que utiliza un fotógrafo que el de un pintor, ni el de una pintura aI
óleo se comporta dei mismo modo que el de una acuarela ; es necesario
establecer una serie de requisitos previ os, relacionados con esta naturaleza cambiante, antes de intentar formalizar los usos plásticos de dieho
elemento y, pese a ello, tenga el lector la certeza que una gran parte de
los aspectos que conforman dicha naturaleza permanecerán aún ignotos.
No es casual que en el estudio de este elemento se hayan enfrascado
ilustres fisicos (Newton, Maxwell), fisiólogos (Hering), artistas (Kepes,
Kandinsky), filósofos (Schopenhauer), poetas (Goethe), psicólogos (Arnheim), teóricos dei arte (R. Berger), etc.; casi todas estas disciplinas
tienen que ver con alguno de los aspectos implicados en la naturaleza
cromática, seria, por tanto, ingenuo por mi parte em prender un análisis
exhaustivo de este elemento.
Lo primero que habría que hacer es contestar a la pregunta: セアオ←
es el color? Con frecuencia, se responde que es una forma visible de
energía luminosa, o que constituye uno de los atributos de definición
de los objetos o que es el resultado de la excitación de las células
fotorreceptoras de la retina. Todas estas respuestas se refieren a esa
dimensión objetiva dei colar; pera, adernás, son posibles otra serie de
conceptualizaciones de este elemento que están basadas en aspectos más
112 tntroauccion
a la Teoría de la Imagen
subjetivos deI mismo, generalmente relacionados con la experiencia dei
observador: sus cuaiidades térmicas; su dinamismo, que produce sensaciones cromáticas de avance o retroceso ; ciertas pro piedades sinestésicas de los colores, que se asocian a determinados sonidos, etc. Existen,
también, dos naturalezas cromáticas distintas, lo que podría denominarse
el calor de la «paleta» y el dei «prisma» o, dicho de otro modo, el
colar pigmentaria y el colar luz. Pera, por si esta fuera poco, no hay
una manera cabal de nombrar a las distintas variedades cromáticas,
lo que ha producido una entropía terminológica que hace casi imposible
referirse a un color sin tenerlo delante de los ojos.
EI lector habrá advertido ya que no es posible estudiar el color
desde un único punto de vista como aquí se había hecho, hasta ahora,
con el resto de los elementos morfológicos; por ello, en los tres próximos
apartados me ocuparé de aquellos hechos objetivos de la naturaleza deI
colar, de sus principales funciones plásticas y, por último, recojo la
propuesta de H. Küppers de nomenclatura cromática, que soluciona en
gran medida el último problema apuntado.
5.5.1.
Dimensiones objetivas de la experiencia
cromática
EI color cs, ante todo, una experiencia sensorial. Para producirse
requiere, básicamente, tres elementos: un emisor energético, un media
que module esa energía y un sistema receptor específico. Las tres
fuentes de la experiencia cromática son, en este sentido, la luz, las superfícies de los objetos y la retina. No es posible defínir el colar sólo
en Iunción de una de estas tres fuentes. EI colar no es energía luminosa,
ni es algo que posean los objetos en sí misrnos, no surge, tampoco,
espontáneamente cn los conos retínicos. No hay colar hasta que no se
produce la expertencía sensorial, y hasta entonces, su existencia es só lo
potenciaL
El estudio de la experiencia cromática ha de partir, necesariamente,
deI análisis de la energia que la produce. EI ajo humano, lo mismo que
el de algunos animales -los peces, los monos y las abejas-, es sensible
a determinadas longitudes de onda deI espectro de energía electromagnética (aproximadamente entre los 400 y 700 nanometros) que está
limitado en un extremo por las ondas de radio y por los rayos gamma
en el opuesto. En esta banda visible del espectro están cornprendidas
todas las variedades cromáticas de la luz, que pueden ser observadas
haciendo pasar un rayo de luz blanca a través de un prisma; éste
Los elementos morfológicos de la imagen
113
se fragmenta en sus componentes y aparecen los colores espectrales ; si
a continuación se hacen pasar, de nuevo, por otro prisma, se obtiene
otra vez luz blanca, que es la única, como todo el mundo sabe, que
contiene la totalidad de las gamas cromáticas dei espectro.
Desde la perspectiva de la física, el comportamiento de la luz no
plantea ningún problema. Es posiblc, mediante un espectrofotómetro,
determinar con exactitud el colar de una superficie midiendo la longitud de onda de los rayos que refleja, pero, como ya se ha dicho, ninguna
de las fuentes de la experiencia cromática es suficiente, en sí misma, para
explicaria. La longitud de las ondas luminosas y su amplitud son las
magnitudes que definen un colar fisicamente, pera la experiencia sensoria que produce esa luz, es mucho más tangible c inmediata que esas
formalizaciones científicas y requiere ser expresada a través de sus propiedades sensoriales: el matiz, el brillo y la saturación dei color.
Todo alejamiento de la ciencia se paga caro, y si bien es cierto que,
normalmente, no se puede definir una luz cromáticamente indicando
el número de nano metros que mide su longitud de onda, no es menos
cierto que resulta inexacta la correspondencia entre las pro piedades
físicas y sensoriales de dicha luz. Asi, el matiz de un color coincide,
más o menos, con un cierto valor de longitud de onda, pera éste puede
variar manteniendo la longitud de onda constante al cambiar la intensidad 2. El brillo, normalmente, se corresponde con la intensidad, pero
esto también resulta arnbiguo, puesto que el amarillo parece un color
brillante y, sin embargo, no lo es ; además, el brillo no sólo depende de
la intensidad de la luz, sino también de la sensibilidad de la retina ante
determinadas longitudes de onda, y ésta es variable a lo largo de la
superfície retínica. Por último, la saturación, que indica la cantidad de
luz blanca que posee un colo r, aunque vulgarmente se la utilice para
indicar su «pureza», también está condicionada por la intensidad deI
estímulo (intensidades muy altas o muy bajas reducen la saturación),
el tiempo mismo de estimulación (un tiempo prolongado actúa en detrirnento de la saturación) y por la zona de la retina que sensibilice determinada luz (en la periferia de la retina disminuye la saturación),
No obstante, y a pesar de todo esta, un colar queda moderadamente
definido a partir dei matiz, el brillo y la saturación, las tres propiedades en las que se basa la expericncia cromática.
A partir de este bautismo de los colores, ahora que ya podemos
no minar las diferencias entre las distintas longitudes de onda, se plantea
2 Las únicas longitudes de onda que no varían con la intensidad son las de 475 nm
(azul), 505 nm (verde) y 570 nm (amarillo).
114
Introducción a la Teoria de la Imagen
un nuevo problema. La apariencia que algunos de estas colores presentan es muy similar, algunos parecen ser el resultado de la combinación de otros y, efectivamente, asi es. Sin embargo, a la hora de establecer cuáles son los colores primarias (en la bibliografia clásica se los
denominada fundamentales), es cuando surge el problema entre la paleta y
el prisma. Los colores primarias de naturaleza lumínica son el rojo,
el verde y e1 azul y, sin embargo, los que mezcla un pintor en su
paleta para obtener nuevos colores son el rojo, azul y amarillo. Este
hecho nos introduce en el segundo de los elementos básicos que producen la experiencia cromática: el entorno físico, poblado de superficies
que modulan la luz reflejándola o absorbiéndola. Esta paradoja que
tradicionalmente lia enfrentado a pintores y fotógrafos lia sido explicada
casi siempre en función de dos maneras diferentes de obtención deI
colar: la adición y la sustracción. Según esta generalizada creencia,
todos los colores espectrales pueden obtenerse aditiva mente a partir
de los tres primarias y los colores de los pigmentos por sustracción.
A pesar de que tal idea, como digo, cuenta eon numerosos adeptos, a
mi juicio no deja de resultar artificiosa, Arnheim (1979, 375) lo ilustra
muy bien en la siguiente cita:
Particularmente enganosa es la afirmación de que la luz
se mezcla aditiva mente, mientras que los pigmentos lo hacen
sustractivamente. En realidad, cualquiera puede combinar luces
aditivamente superponiéndolas sobre una pantalla de proyección. pera los filtros ópticos coloreados que se empleen para
obtenerlas actúan sustractivamente sobre la luz que pasa a través de ellos. De modo sernejante, dos o tres filtros coloreados
colocados en serie efectúan una sustracción sobre la luz.
La clave de la paradoja entre el calor luz y el pigrnentario no está
en el tipo de sintesis cromática que se emplee para conseguir determinado colar. sino en la relación que existe entre la luz y la materia.
Las estructuras moleculares que constituyen la mate ria de los objetos
que habitan en nuestro entorno son las que determinan el comportamiento de la luz que incide sobre ellos; esta variedad estructural es tan
diversa como los colores que adoptan los objetos. Las plantas son
verdes porque las moléculas de los pigmentos de la clorofila absorben
el azul y el rojo reflejando el verde. Esta interacción entre la luz y la
materia es la razón para considerar a esta como una de las tres
fuentes de la experiencia cromática.
Los sistemas de obtención dei colar hay que separarias, hasta
Los elementos morfológicos de la imagen
115
donde esto sea posible, deI estudio de la naturaleza de este elemento;
creo que tienen que ver más con el media que se utiliza para la representación de la imagen que con cualquier otro aspecto. Por ejemplo,
si un acuarelista mezcla azul y amarillo obtendrá verde; un fotógrafo
ai iluminar conjuntamente con luz azul y amarilla producirá luz blanca', y, por último, cuando un ceramista hace un mosaico y yuxtapone
los dos colores anteriores, el resultado de esta «rnezcla óptica» será el
gris. Vemos cómo en tres medias distintos, los resultados cromáticos
son, asimismo, diferentes. En el primer caso el colar se obtiene mediante
una síntesis sustractiva, aditiva cn el segundo y partitiva en el último.
Con el fin de simplificar ai máximo estas tres sistemas de obtención
dei colar, recojo en el esquema de la página siguiente el fundamento y
los resultados de las tres sintesis cromáticas.
La retina es el tercer y último elemento deI que depende la experiencia cromática y en ella concluye la parte objetivable de dicho
proceso. El hombre es capaz de diferenciar cerca de ciento treinta colores diferentes mediante yuxtaposición. Este dato era conocido por
Young ai comienzo dei pasado sigla, lo que le hizo pensar que las
diferentes luces que los producen debían mezclarse en la retina. Según
la teoria tricromática formulada por él y desarrollada media sigla más
tarde por Von Helrnholtz, existen en la retina tres tipos de receptores
sensibles cada uno de eIlos a diferentes longitudes de onda, concretamente a las que producen los colores rojo, verde y azul. Cada receptor
cromático es excitado al mismo tiempo por los tres colores primarias,
pera por uno de e1los en mayor medida que los otros dos. De las múltiples variaciones que esta combinación admite, se obtenian, según la
teoría de Young-Helmholtz, todas las gamas cromáticas que el ajo es
capaz de percibir. La teoria tricromática consideraba que todos los
colores se obtenían mediante la mezcla de los tres primarias ya citados
y que, por tanto, los canos retínicos serían más sensibles a sus longitudes de onda que a las de cualquier otro color obtenido por combinación. Esta errónea suposición y el intento de refutar la teoría que
la sustentaba, dio origen en 1870 a la formulación por Hering de la
teoria de los procesos opuestos. Los experimentos que éste realizó demostraron que para sujetos con visión normal los colores primarias se
correspondían con longitudes de onda de 470 nm (azul), 500 nm (verde),
570 nm (amarillo) y una cuarta longitud de onda, no determinada
exactamente, propia de un colar rojo mezclado con violeta. Otro
J La luz blanca se obtiene mezc1ando los tres colores primarias: en el ejemplo sucede
así, ya que el amarillo es el resultado de combinar rojo y verde, que junto con el azul
dan blanco.
Los elementos morfológicos de la imagen 117
hecho que el propio Hcnng desconocia entonces, las longitudes de
onda a las cuales los conos son más sensibles (447 nrn, azul; 540 nrn.
verde: 577 nrn, amarillo), demostrado experimentalmente en nuestro
siglo, ensombreció, aún más. Ia teoría tricromática.
Para Hering, los colores primarios son cuatro, y están asociados en
dos parejas: rojo/verde y azul/amarillo. a las que hay que afiadir la
pareja blanco/negro. Estas tres pares constituyen las únicas relaciones
cromáticas posibles a partir de las cuales, por combinación, se obtienen
todas las demás gamas cromáticas. Un receptor retínico no puede ser
excitado ai mismo tiempo por los dos componentes de la pareja, a excepción deI receptor blanco/negro que daría una respuesta intermedia
de gris. Si, por ejernplo, a la retina llega luz verde, se excita el componente de esc color inhibiéndose el componente rojo. Esta actividad
alternativa de los colores de cada pareja encuentra una posible justificación en eI fenómeno de las postimágenes. Si durante unos cuantos
segundos se observa una superficie coloreada y a continuación se fija
la vista sobre otra superficie neutra, el calor de la postimagen será el
de su complernentario ; este fenómeno podría explicarse por la imposibilidad de estimular los dos colores de una pareja, ya que la actividad
de uno inhibe aI complernentario, el cual aparece cuando deja de producirse la excitación deI primero.
La teoria de los procesos opuestos tiene también puntos oscuros.
Por ejemplo, las personas que padecen protanopía o deuteranopía (ceguera aI rojo y aI verde) deberán obtener el resto de los colores que
puedan percibir a partir dei azul y el amarillo, pero resulta paradójico
que siendo incapaces de percibir el rojo y el verde si lo hagan con el
amarillo, que se obtienc por combinación de los dos anteriores.
A mediados de la década de los sesenta, una investigación sobre las
propiedades de absorción de los conos retínicos demostró que en las
células de éstos existían tres c1ases de pigmentos sensibles a longitudes
de onda correspondientes aI azul, verde y rojo. Mac Nichol 4 , uno de
los responsables de esta investigación, resume así los resultados de la
misma, que parecen apuntar hacia una integración de la teoria tricromática y la de los procesos opuestos:
,
o
.S:!
セN
E
2
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o
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'"
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Mエ セ MK セM i
ゥ⦅セ ェM M M M
Aparentemente, la visión cromática es un proceso que ocurre
en dos etapas y que concuerda con la teoria de Young-Helmholtz
en 10 que respecta a los receptores, y con la de Hering en lo
que se refiere ai nervio óptico y etapas posteriores. No hay un
4
Citado por Mueller-Rudolph (1969,126).
118
Introducción a la Teoría de la Imagen
carnino directo ai cerebro para cada receptor; de alguna manera, en la retina se elabora la visión tricromática y es traducida en sefiales bicolores por cada una de las células ganglionarcs de la retina sensibles aI color, para su transrnisión a los
centros visuales superiores.
5.5.2.
Funciones plásticas dei color
Si resulta trabajosa una descripción de las dimensiones físicas del
color, formalizar sus funciones plásticas es un riesgo deI que casi nunca
se sale indemne. El color es la «loca de la casa» dentro de los elementos
de la imagen. Su lábil naturaleza, la inconstancia de sus pro piedades,
los miles de usos diferentes que de él se pueden realizar lo hacen
informalizable.
EI colar es, por definición, un elemento morfológico de la imagen;
su presencia material y tangible en la cornposición le confiere, objetivamente, ese atributo. Sin embargo, su consideración como elemento
dinámico tampoco seda un error. En un cierto sentido puede decirse
que es el elemento espacial que más dinamicidad puede aportar a una
imagen. Estas dos propiedades gene rales dei calor, como elemento
espacial y dinámico. reúnen sus principales funciones plásticas. Recojo
a continuación las más significativas, con el riesgo de omitir alguna
otra manifestación importante de este paradójico agente plástico.
1. EI colar, como todo elemento morfológico, contribuye a la
creación dei espacio plástico de la representación, el cual puede tener
una naturaleza bi o tridimensional dependiendo de córno se ernplee este
elemento. Berger (1976b, 15) apunta dos opciones espaciales dei colar
cuyo resultado va a ser una representación plana o en profundidad.
...en sentido amplio puede decirse que las relaciones de colores
obedecen a dos perspectivas: la perspectiva cromática y la
perspectiva valorista. En esta, los colores se comportan en
función de su mayor o menor grado de intensidad luminosa;
en la perspectiva cromática en función de un grado igual de
saturación.
La denominada perspectiva valorista es un gradiente de intensidades luminicas que constituye un espacio en profundidad, en el que son
frecuentes las sombras y el c1aroscuro, así como las escenas muy con-
Los elementos morfológicos de la imagen
119
trastadas. Como ejernplo de esta opción valorista pueden citarse, en
pintura, las escuelas flamenca y holandesa y, muy en particular, gran
parte de la obra de Rembrandt. En otro media, el cine, todos los modos
de iluminación cuyo origen se encuentre en el expresionismo alernán,
sirven como ejemplo para ilustrar esta opción valorista dentro de la
imagen registrada.
La perspectiva cromática crea. por el contrario, un espacio plástico
de dominancia frontal, un espacio plano. Los colores forman aquí un
bloque indiviso con la superficie. Es también frecuente en la perspectiva cromática el contraste de luces, pera, ai revés que en la valorista,
los colores no forman un gradiente que cs, en definitiva, el mecanismo
para crear profundidad.
2. EI colar, además de contribuir activamente en la construcción
deI espacio de la representación, lo articula en diversos términos en los
que éste se organiza. Este hecho es particularmente importante en las
composiciones donde no existe perspectiva, es decir, en aquéllas donde
no es posible satisfacer esta función mediante procedimientos convencionales como la reducción del tarnafio relativo de los objetos o la
orientación oblicua. La ordenación de diferentes planos cromáticos
posibilita la segmentación dei plano original, dando lugar a un nuevo
espacio donde es posible establecer relaciones plásticas que produzcan
una cierta significación (direcciones de escenas, ritmos, contrastes progresivos, etc.).
3. La naturaleza cromática no puede reducirse a lo espacial, aunque
el colar sea un elemento fundamental en la definición morfológica de
los objetos o de sus imágenes. Sus propiedades son, aI mismo tiempo,
intensivas y cualitativas y, en este sentido, eI calor es eI elemento idóneo
para crear ritmos dentro de la irnagen. EI ritmo es uno de los tres
elementos dinámicos de la imagen; éstos, ai no poseer una presencia
material en la representación, deben ser vehiculados por los elementos
deI espacio.
4. La característica dinâmica del color es, por excelencia, el contraste. La importancia de este hecho trasciende a su Iorrnulación como
una más de las funciones plásticas de este elemento; téngase en cuenta
que la forma, visualmente, es posible gracias al contraste lumínico o
cromático. Si no existiesen esas diferencias de luz o colar, eI individuo
perdería toda capacidad de discriminación espacial, y eI conocirniento
que éste extrae deI mundo de las apariencias visuales careceria de
120
Los elementos morfológicos de la imagen
Introducción a la Teoría de la Imagen
valor (un firmamento homogéneamente azul constituiria un dato amorfo de un espacio en el que no se puede establecer relación alguna).
EI contraste cromático puede analizarse a dos niveles: uno cualitativo. que depende dei matiz de cada uno de los colores, y otro
cuantitativo, relacionado con la diferencia entre sus intensidades 5. Respecto aI punto de vista cualitativo, caben pocas formalizaciones minimamente objetivas. EI resultado visual de un azul/arnarillo es diferente, por ejemplo, al de un azul/verde, pero las diferencias entre estos
dos contrastes no pueden explicarse científicamente al margen de la
constatación puramente fisica (diferentes longitudes de onda). Es posible,
no obstante, utilizando otros criterios más cercanos a la experiencia
artística, admitir que el primero es un contraste más activo, o que el
segundo implica una ligera progresión térmica. pera para ello hay que
basarse en la naturaleza sinestésica dei color que, evidentemente, no es
formalizable. Resumiendo, en lo que se refiere a las diferencias de
matiz, más importante que su objetivación es la inmensa variedad de
contrastes que pueden obtenerse, cada uno de los cuales produce un
diferente resultado plástico; intentar constrefiir éstos a unos cuantos
significados visuales, más o menos convencionalizados, sería como obligar a los poetas a escribir en redondillas.
Las diferencias cuantitativas del contraste cromático están, por el
contrario, sujetas a muchas menos valoraciones. Básicarnente, el contraste, y, por tanto, el dinamismo de la imagen, aumenta:
a)
h)
c)
d)
Con la saturación.
En las zonas azules deI espectro.
Con la proximidad de los colores.
Si no existen líneas de contorno en la figura.
Un último hecho propio del contraste y que afecta tanto a su dimensión cualitativa como a la cuantitativa es el de la interacción cromática. En la yuxtaposición de dos colores, que es la fuente primaria
dei contraste, la superficie que actúa de fondo asume un calor complementaria al de la superficie de la figura. Esta circunstancia hay que
tenerla muy en cuenta durante la composición de la imagen, pues el
resultado visual puede verse alterado por la misma.
5. Otra importante propiedad dinámica dei colar está basada en
ciertas manifestaciones sinestésicas de éste. Las sinestesias, ya 10 he di5 La diferente saturación que pueden poseer los colores pertenece, también, aI nivel
cuantitativo deI contraste.
121
cho, constituyen un fenómeno dificilmente objetivable, pese a lo cual
no conviene ignorar algunas de estas manifestaciones producidas por
el colar. Kepes (1976,225) afirma que:
Hay una base estructural común para todas las clases de
sensaciones. Poseemos una facultad de percibir pro piedades
estructurales que es común a la vista, el oído, el tacto y el
gusto.
Sin generalizar esta dimensión sinestésica Hei calor. a la que también
se refiere Kepes, a todas las modalidades sensoriales, creo que es conveniente considerar, aI menos, sus cualidades térmicas, no tanto por la
existencia objetiva de colores cálidos o fríos -lo cual no deja de ser
una convención más-e-, sino porque ciertas pro piedades que se atribuyen a unos y otros es posible constatarIas fenoménicamente. En
este sentido, Kandinsky (1982), refiriéndose ai colar pigmentaria, plantea
dos antinomias en función de las cuales un calor puede ser definido
por cuatro atributos: cálido/frio y claro/escuro. La tendencia de tal
colar hacia el amarillo o hacia el azul determina la propiedad térmica
correspondiente:
Amarillo
I
Calor
Ov・イ、・Oセaコオャ
Los colores cálidos, siempre según Kandinsky, producen una sensación de desplazamiento de la imagen hacia el observador, y los fríos
parece que se alejan de éste. Estos movimientos horizontales de acercamiento y alejamiento que producen gran dinamismo en la composición, pueden adaptar también otra forma dinárnica: un efecto centrífugo en el caso dei amarillo y el resto de los colores cálidos, o un
efecto centripeto pro pio del azul y los colores frios. Un circulo amarillo se expande, posee un movimiento excéntrico ; uno azul se comprime.
La segunda antinomia a la que se refiere Kandinsky (claro/escuro)
viene determinada por la tendencia dei color ai blanco o aI negro. El
efecto plástico que produce la claridad o la oscuridad es una multiplicación de las pro piedades anteriores. La sensación de acercamiento que
produce un colar cálido se incrementa con la claridad y la sensación
de alejamiento de uno frío puede ser total cuando, además, es oscuro.
6. Las funciones plásticas descritas hasta ahora se referian ai espacio, a la dinámica de la irnagen y a esa naturaleza sinestética del
colar. Para completarIas es necesario hablar de la relación existente
entre los dos elementos morfológicos más complejos, es decir, de la
122
Introducción a la Teoría de la Imagen
Los elementos morfológicos de la imagen
relacion forma-coloro Toda apariencia sensible puede ser codificada
visualmente en función de ambos elementos; si consideramos un mayor
número de éstos, es por intentar restablecer la variedad de tales apariencias sensibles, pera lo esencial, es decir, la identidad visual de un objeto
de la realidad queda preservada en la imagen gracias a la forma y ai
calor. Ante este hecho surge una pregunta elemental : l.son el colar y
la forma en igual medida garantes de esa identidad dei objeto? La
cuestión es sumamente interesante porque de este hecho depende eI
reconocimiento visual, sin duda, eI mecanismo perceptivo más decisivo;
y como quiera que el reconocimiento implica la relación de dos estructuras, una de las cuales -Ia deI concepto visual-- es invariable, cl elemento en eI que se basa tal reconocimiento ha de ser, asimismo, constante. i,Posee el color tal propiedad ? Es evidente que no, luego ha de
ser la forma, o más exactamente, la estructura 6 , el vehiculo de tal reconocimiento por ser el único elemento capaz de salvaguardar la identidad visual dei objeto que se representa. Una verificación elemental de este hecho la tenemos en el ejemplo gráfico de la figura 5.7: i.cuál de las
dos figuras de la izquierda es más parecida ai cuadrado de la derecha?
Excepto en algunas edades de la infancia deI individuo, en las que
la capacidad de conceptualización no está plenamente desarrollada y
el colo r puede ofrecer una mayor identidad que la forma estructural, el
resultado ha de ser la identificación entre los dos cuadrados. Además
de la explicación dada anteriormente a este hecho, existe otra complementaria, la constancia perceptiva de la forma es más intensa que la
dei color. Éste es un elemento de una riqueza plástica inagotable, pero
no tiene en la permanencia su virtud más acrisolada. Quizá una cosa
explique la otra.
5.5.3.
Ya en nuestra época, Hilaire Hiler ha compilado una tabla
de nombres de colores que indica, por ejemplo, que el color
correspondiente a la longitud de onda de 600 nm recibe en
diversos autores los nombres de cromo anaranjado, amapola dorado, anaranjado espectro, anaranjado dulcamara, rojo oriental, rojo saturno, anaranjado rojo-cadmio, o anaranjado rojo.
Rojo
Figura 5.7
6 La diferencia entre forma y estructura se verá en el siguiente apartado (5.6) dedicado a la forma.
Nomenclatura cromática
La ambigüedad terminológica es uno de los problemas más senos
que ticne planteada la Teoria de la Imagen. En lo que se refiere aI
color, este problema es especialmente grave porque a la dificultad que
supone no tener fijados exactamente los campos semánticos de aquellos
términos que le son pro pios, se afiade otro problema adicional: la
nominación dei propio color. EI inconveniente que plantea referirse, por
ejemplo, a la sensación cromática producida por una determinada longitud de onda es evidente, porque para eIlo existen al menos tres términos totalmente admitidos: matiz, tono y croma, pera resulta irrelevante si lo comparamos con el que se plantea ai tener que distinguir
nominalmente todas y cada una de las diferentes sensaciones cromáticas. Arnheim (1979, 379) ilustra muy bien dicho problema.
Rojo
Azul
123
Si a esto afiadimos que pese a que el ajo humano distingue eficazmente una serie muy limitada de gamas cromáticas (si éstas no se
yuxtaponen), existen atlas de colores con cientos de gamas a las que hay
que nombrar necesariamente 7, eI problema de la nomenclatura cromática adquiere unas dimensiones cósmicas.
La propuesta que. en este sentido, ofrece Harald Küppers en su
obra Fundamentos de la teoría de los colores 8, puede servir para paliar
セー ・イウ
B
(1979) recoge más de 5.500 gamas cromáticas diferentes.
Gustavo Gili, Barcelona, 1980.
124 Introduccíón a la Teoría de la Imagen
este problema. ai menos en lo que se rcfierc ai colar-luz. En la retina,
ya se ha visto, existen tres tipos de receptores cromáticos sensibles,
cada uno de ellos a las longitudes de onda que se corresponden con
las sensaciones de colar rojo, verde y azul, los tres colores primarias
(que, según Küppers, son las capacidades de sensación deI órgano de
la vista), de los cu ales se derivan las restantes sensaciones de colar, los
llamados colores elementales. que son definidos para este autor como:
Los elementos morfológicos de la imagen 125
lizar un poco más este sistema de designación dei colar. es conveniente
respetar el orden alfabético inglés comenzando por eI azul y terminando por el rojo. Reproduzco a continuación una tabla de codificación de
los colores elementales en la que se sigue este sistema de codiflcación.
Colores primarias
Gama
Azul
...las acho posibilidades indivisas de variación que resultan de
los tres colores primarias, representan las sensaciones de calor
extremas que eI órgano de la vista es capaz de producir.
Rojo + Verde = Amarillo
Rojo + Azul = Magenta
Verde + Azul セ Cyan
Rojo + Azul + Verde セ Blanco
A estas cuatro hay que afíadir el negro, que supone la ausencia de
los tres primarias. y estas tres que. como he dicho, actúan tarnbién como
colores elementales. Según Küppers (1980) una gama puede ser definida
por sus colores primarios y por los elementales. Veamos cuál es la codificación de una gama en cuanto a los primeros.
Cualquier gama de colar se puede codificar con un sistema ternario
de dígitos. Si se toma como unidad de sensación de colar eI «cuanto
de sensación», una gama podrá ser definida a partir de tres valores,
cada uno de los cuales se corresponde con la cantidad de cuantos de
sensación que el color posea de cada color primario (Cp). Asi, cuando
una gama posea la sensación máxima de un colar primaria, ésta vendrá
consignada numéricamente con ellOO por 100, aunque, para simplificar
la codificación, se usará para este valor numérico máximo el dígito 99.
De esta forma. una gama de colar quedará definida por seis dígitos. dos
para expresar cada porcentaje de colar primaria. Para intentar uni versa9
Es decir. pueden actuar indistintamente como colores primarios o elementales.
99
99
99
00
99
00
99
99
99
00
00
00
00
00
00
99
99
99
En relación con la cita anterior hay que seííalar dos cosas. Primero,
que las sensaciones de calor rojo, verde y azul son también sensaciones
de colar extremas", y. en segundo lugar, que no existe material cromático alguno que pueda producir tales sensaciones aI actuar sobre el
ajo. Los colores elementales se obtienen aditiva mente de la siguiente
manera:
Verde Rojo
00
00
00
00
99
99
Blanco.
Amarillo.
Magenta.
Cyan.
Azul.
Verde.
Rojo.
Negro.
Una gama cromática se define, cuantitativamente, a partir de los
tres colores correspondientes a los colores primarias, pera también puede
definirse en función de los colores elementales (Ce). En este caso, cada
gama posee cuatro cantidades parciales de color elemental. EI siguiente ejemplo gráfico sirve para explicar este hecho.
Dada una gama definida en función de sus colores primarias por el
código (19, 85, 64) (Fig. 5.8), i,cuál seria su definición en cuanto a sus
colores clcmcntales?
Negro
85
Verde
ᄋセwェvOWLャM
64
- - - - - - ---1-------1
Amarillo
Blanco
Azul
Verde
Rojo
Figura 5.8
126
Introducción a la Teoría de la Imagen
Los elementos morfológicos de la imagen
Esta representación gráfica se corresponde con los siguientes valores
numéricos:
00
00
00
00
19
21
45
19
19
85
OOJ
00
45
19
Definición en cuanto a Ce.
Definición en cuanto a Cp.
La cantidad deI Ce negro resulta de la diferencia entre el total y la
suma de las cantidades deI resto de los Ce.
N
5.6.
セ
99 - L Ce.
En el ejemplo anterior:
N = 99 - 85 = 14
127
A lo largo de este capitulo se observa cómo la naturaleza plástica
de los elementos morfológicos está íntimamente ligada a algunos aspectos significativos de la percepción. En el caso de la forma estructural,
su invariabilidad garantiza el reconocimiento deI objeto; ya que la
conceptualización deI mismo, que es el requisito previa a dicho reconocimiento, se basa en su estructura. Como se vio en el capítulo anterior, el reconocimiento se produce como resultado de la combinación,
o superposición, de dos estructuras: la dei concepto visual almacenado
en la memoria (imagen genérica) con la propia deI objeto. EI éxito de
esta operación requiere un único requisito, que los rasgos estructurales
que definen ambos patrones no varien, ya que de lo contrario se necesitaría un concepto visual para cada elemento o especimen concreto de
una clase. es decir. no podría reconocerse un perro si no se dispusiera
de un pattern específico para cada perro en particular. En resumcn. la
propiedad perceptiva más importante de la forma estructural es que de
ella depende la identidad visual deI objeto.
la forma
Form is the visible shape of contento セcュッ
se traduciría ai espaãol
esta frase de Ben Shahn? Aunque no son insalvables, su traducción
plantea ciertos problemas que pueden inducir a un error conceptual
serio. Los anglosajones cuentan con dos palabras, form y shape, para
referirse a lo que en espafiol denominamos «forma». Sin embargo, los
términos ingleses no son exactamente sinónimos, sino que se refieren
a dos conceptos distintos cuya diferenciación es en nuestro idioma más
prolija y, como digo, puede producir un problema conceptual importante. «La estructura es la forma visual dei contenido», ésta sería, eo mi
opinión, la traducción correcta de la cita inicial, y de ella se desprende
la necesidad de distinguir entre el concepto de forma y el de estructura
como paso previo a cualquier teorización sobre este elemento morfológico de la imagen.
A partir de ahora utilizaré el término «forma» para referirme ai
aspecto visual y sensible de un objeto o de su imagen, aI conjunto de
características que se modifican cuando dicho objeto cambia de posición,
de orientación o, simplemente, de contexto. Aquellas otras características inmutables y permanentes de los objetos, sobre las cuales reposa
su identidad visual, las designaré con el término de «estructura» o
«forma estructural», EI hecho fundamental de esta diferenciación conceptual es la invariabilidad de la estructura ante cualquier cambio
espacial frente a la modificación de la forma que dicho cambio conlleva.
5.6.1.
La simplicidad estructural
En los apartados precedentes, aI hablar deI colar, decía que éste no
lo poseían los objetos en sí mismos, sino que era consecuencia de la
interacción entre la luz y el media fisico y entre dicho medio y la retina.
En el caso de la estructura, este elemento sí existe objetivamente; como
veiamos antes, de él depende la propia identidad deI objeto y, sin embargo, deI mismo modo que sucedía con las sensaciones cromáticas, es
el aparato perceptivo humano quien organiza la capacitación de las
relaciones estructurales de un objeto, como quedó demostrado en el
capítulo tercero aI enunciar las leyes de organización perceptiva. Es
necesario, pues, aI iniciar el estudio de la forma estructural, tener
presente la ley básica de la percepción, que podría resurnirse así:
Todo esquema estimulador tiende a ser visto de manera tal
que la estructura resultante sea tan simple como lo permitan las
condiciones dadas 10.
EI tema está planteado ya: ccuándo una estructura es simple?; y de
él se derivan muchos otros interrogantes que son básicos dentro de la
10
Arnheim (1979, 70).
128 Introducción a la Teoria de la Imagen
Teoria de la Imagen: (,de qué depende la simplicidad ') "cómo se evalúa 'I,
"qué relación guarda con la propia simplicidad de la imagen?, etc. EI
orden visual, el que impone la percepción, tiende siempre a la simplicidad. En la medida en que el orden de la imagen, que es el único cri teria
normativo que tiene sentido, se base en aquél, la simplicidad dentro de
la representación icónica es, asimismo, la única norma natural existente.
No estoy descalificando, en absoluto, las transgresiones plásticas a este
principio, hacerlo sería tan necio como dar la espalda a todos los
sistemas de representación simbólicos y conceptuales (representación
egipcia, iconografia medieval, vanguardias, etc.). Só lo pretendo decir, aI
margen de cualquier valoración, que la única representación natural,
paradigmática, es aquella que asume el orden visual de la percepción
y. por tanto, la que tiende a la sirnplicidad.
Hecha esta aclaración, en el estudio de la sirnplicidad estructural
aparecen dos posibles vías:
1. La de la experiencia,
2. La de los componentes estructurales.
Si efectivamente la organización estructural de un estímulo depende
de nuestro sistema perceptivo, cabría pensar que un análisis de los
resultados de tal organización fuese el mejor modo de evaluar la simplicidad de una estructura. Así, un esquema sería más sim pie que otro
cuando se percibiese antes, se recordase mejor, etc. Cualquier método
basado en esta filosofia sería posible técnicamente, pues existen equipos
de laboratorio capaces de medir con exactitud los valores de umbral,
lapsos de aprehensión, etc. Sin embargo, el problema se plantea ante
la imposibilidad de aislar la experiencia puramente perceptual de la
influencia y condicionamientos que otros procesos de la conducta van
a tener sobre ésta en el momento dei experimento.
Desechada esta primera via, sólo queda plantear el análisis de la
simplicidad estructural a partir de la evaluación de los rasgos formales
que componen dicha estructura. Existen dos tipos de métodos para llevar
a cabo esta evaluación: los cuantitativos, que analizan la simplicidad en
sentido absoluto, y los cualitativos, que 10 hacen en sentido relativo.
Comenzaré explicando el que denomino método de cuantificación
de rasgos. que corresponde a la primera categoría. Este método se basa
en la cuantificación de los elementos que definen una estructura. En
este sentido, mientras menos elementos sean necesarios para definiria
más simple será ésta. Entre estas elementos hay que distinguir dos tipos:
los que tienen valor estructural y los que carecen de él. A los primeros
Los elementos morfológicos de la imagen
129
los denominaré rasgos estructurales genéricos (r.e.g.) y a los segundos
rasgos de forma (r.f.). Una vez más se plantea la necensidad de distinguir
forma de estructura: en 10 que se refiere a la simplicidad, tal distinción
es sencilla y queda perfectamente ilustrada con el siguiente ejemplo.
i,Qué estructura es más simple, la de una rueda de bicicleta con cuarenta
radios o la de otra con veintc? EI valor de la simplicidad estructural
es el mismo en ambos casos, de 10 que se deduce que el número de
elementos o, mejor dicho, de rasgos de forma, no afecta a la simplicidad
de una estructura. Puede darse el caso en el que dos estructuras
tengan igual número de rasgos estructurales genéricos y que la primera,
por ejemplo, posea mayor número de rasgos de forma; el resultado en
este caso es que el segundo objeto o imagen será más simple en su
conjunto; aunque estructuralmente sean igual de sencillos.
Los r.e.g. en los que se basa el método de cuantificación de rasgos
son las dos variables estructurales que definen la estructura dei círculo,
que es la más sim pie de cuantas existen ; éstos son el ángulo y la distancia.
Existe una tercera variable, la orientacion. que aunque no tiene valor
estructural, puede afectar también a la simplicidad general de un objeto
o una imagen, ya que cualquier elemento es más estable si se orienta
sobre las coordenadas espaciales básicas y sus diagonales regulares que
en cualquier otra orientación. Esta variable se considerará, aI igual que
el número de elementos, como un rasgo de forma. La diferencia cualitativa entre estas dos tipos de rasgos en lo que se refiere a la evaluación
de la simplicidad estructural se pane de manifiesto en el análisis de
cualquier estructura. Veámoslo comparando tres triângulos: uno equilátero, otro isósceles, y escaleno el tercero (Fig. 5.9).
{N.O
elementos (total lados diferentes)
f
r.. Orientación (diferentes en el espacial
Total r.f.:
]
]
)
)
)
J
6
6
6
2
2
]
4
6
0
{ÁngUIO (0. de ángulos diferentes)
r.e.g.
Distancia (n.? lados diferentes)
Total r.e.g.:
2
Figura 5.9
3
130
Introducción a la Teoria de la Imagen
Si se atiende a los rasgos de forma, el resultado no deja de ser
paradójico: las tres estructuras triangulares son igual de simples. Evidentemente esta no es posible; tan sólo la irregularidad que presenta
el triángulo escaleno es suficiente para afirmar que su estructura es la
más compleja sin necesidad de verificarIo con método alguno. Los
únicos elementos con valor estructural, los r.e.g., son los responsables
de la simplicidad; el resultado es perfectamente coherente si se evalúa
en función de éstos. La estructura más sencil1a es la dei equilátero que
sólo posee dos r.e.g. distintos. en el isósceles son cuatro, y seis en el escaleno, cuya estructura es la más compleja. Sólo en e! caso de igualdad
entre los r.e.g. de dos estructuras, como ya se ha dicho, es conveniente
valorar los rasgos de forma antes citados, recordando que ello no
altera el resultado real de la simplicidad estructural, sino el de! objeto
o la imagen en su conjunto.
EI método de Hochherg-McAlister para medir la simplicidad estructural se basa también en criterios cuantitativos como el anterior.
Estos autores en un artículo suyo titulado A Quantitative Approach to
Figurai «Goodness» se plantean el análisis de la simplicidad, utilizando
lo que yo he llamado aqui <da via de la experiencia», sin embargo,
utilizan, asimismo, una serie de variables estructurales, aunque éstas se
refieran a la estructura percibida por el sujeto en el experimento y no
a la que posee e! estimulo visual realmente. Hochberg y McAlister parten
de la siguiente hipótesis:
...las posibilidades de organización perceptual alternativas, ante un estímulo dado, son inversamente proporcionales a la cantidad de informaciôn requerida para definir dichas alternativas 1,.
Para ellos, mientras menor sea la cantidad de información necesaria
para definir una estructura, más sim pie será ésta. Las variables que
utilizan para medir la cantidad de información son:
1. EI número de ángulos diferentes.
2. El número de ángulos diferentes partido por el número total
de ángulos.
3. EI número de líneas continuas diferentes 12.
Hochberg-McAlister (1953, 361).
Ni Hochberg-McAlister ,en el artículo original. ni Arnheim (1979, 73) donde se
refiere ai mismo, especifican si el número de ángulos y el de líneas continuas es el total
o sólo el número de lados y ângulos diferentes. Yo me inclino por la segunda posibilidad.
11
12
Los elementos morfológicos de la imagen
131
Si se utiliza el método de cuantificación de rasgos para averiguar
qué estructura es más sencilla entre las de un cuadrado y un triángulo
equilátero, e! resultado seria que ambas son igual de simples. Aplicando el método de Hochberg-McAlister, la más sencilla resulta ser la
del cuadrado, por una diferencia mínima en cuanto al valor numérico
de la simplicidad (Fig. 5.10).
Método de cuantíiicacíàn de rilsyos
Variables pertinentes (r.e.g.):
- Número de ângulos diferentes. .
-- Número de lados diferentes.
Total r.e.g.
I
I
I
-.l_
2'
2
Valorando los rasgos de forma:
Orientaciones espacia1es
-- Número de elementos.
Total rasgos forma ..
2
3
-.1.
.l..
I
I
6
6
Método de Hocnberq-McAííster
Variables pertinentes (cantidad de
informaciónj:
--- Número de ángulos diferentes.
- Angulos dif.yúngulos totales .
- Número de líneas continuas dif.
Valor de la eantidad de información
I 3
\(4
I
-,,-,-
/4-
I
2Ç
Figura 5.10
El método ponderado constituye un tercer sistema para la evaluación
de la simplicidad estructural...
Tanto el sistema de análisis de Hochberg y McAlister como el expuesto anteriormente son eficaces ante formas estructurales con bajo
nivel de cornplejidad. ya que ambos son sistemas cuantificadorcs. Ahora
bien, en la naturaleza y en el arte nos encontramos, frecuentemente,
con cstructuras más cornplejas que requieren nuevas aproximaciones
metodológicas para el estudio de la simplicidad. Si ésta dependia, en
sentido absoluto, de la cantidad de r.e.g. diferentes que poseyera un
132
tntroduccián a la Teoria de la Imagen
objeto, en sentido relativo. esta sirnplicidad vendrá determinada por los
princípios de pursimonia y orden. EI primero de ellos exige que. ante
diversas alternativas. se escoja sicrnpre la más scncilla, En este sentido,
según Cohen y Nagel (1968):
Una hipótesis cs más sencilla que otra si eI número de
tipos de elementos independicntes es menor en la primera que
en la segunda 13.
EI principio de orden implica una distribución de esos elementos
en función de un grado máximo de pertinencia. AI aplicar a la imagen
estas dos principias, se desprenden los siguientes hechos que sirven para
confeccionar un cuadro de factores más eficaz que la cuantificación
de rasgos o la cantidad de información, de los cuales depende la simplicidad estructural. Básicamente éstos son:
1. La correcta elección dei medio de representacion. Aunque los
medios de representación visuales han demostrado, en muchas ocasiones,
que son polivalentes y, pese a que un determinado «tema» pueda comunicarse por medias visuales diferentes, existen medi os más idóneos
que otros en función deI contenido. Ciertos aspectos de la narratividad,
por ejemplo, como pueden ser la secuencialidad o las acciones desarrolladas en el tiempo, pueden representarse de una manera estructuralmente más senciila en medios como el comic o el cine, independientemente de que, aI hacerlo en otros de naturaleza distinta. el resultado
estético sea más o menos alto. A continuación transcribo una cita de
Arnheim (l976a, 135) en este sentido:
La representación ofrece una equivalencia estructural de
la experiencia que le dia origen, pera la forma particular concreta en que dicha equivalencia se muestra, no puede infcrirse
sólo dcl objeto. Está también determinada por el medio.
Los elementos morfológicos de la imagen
constituyentcs de la rnisma trae consigo la rcducción dei número de
r.e.g. y, por tanto, una mayor sencillez. Cuulquicra de los métodos anteriores sirvc para ilustrar esto.
3. Un rel'crrorio íínnmdo de elementos píústícos favorece la simplicidad de la forma. Tiziano abandono cl tradicional sistema de crear
superficies y de seiíalar lincal mcntc las siluctas de los objetos. y procedió, mediante tramas de pinceladas muy cortas. a crear todas las relaciones plásticas en SllS obras. La línea y el color se convirtieron dentro
de ellas casi en los únicos elementos plásticos. Tarnbién Rcmbrandt. aI
final de su obra. utilizaba prácticarnentc tan sólo cuatro: ocre. verde
oliva. dorado y rojo.
AI recapitular 10 dicho hasta ahora sobre la sirnplicidad esr ructural.
ésta parece depender. cn primcr lugar y en sentido absoluto. dei número
de r.e.g. diferentes que posca un objeto o su imagcn, y, en segundo
lugar y en sentido relativo, de los principies de parsirnonia y ordeno
los cuales en el caso que nos ocupa suponen optar por la fórmula
más econômica en cuanto a la rcpresentación se refiere. Cabe destacar
un tercer factor, las condiciones perceptivas existentes. que pueden afectar aI percepto que da origen aI conocirniento visual del objeto. Tal
factor se desprende también de la lcy básica de la percepción. enunciada anteriormente. y se reficrc no a unos rasgos materialcs. sino a unos
hechos de índole visual, aunque no por cllo menos determinantes. En
consecuencia, un estudio sobre la sirnplicidad debe tcner en cuenta los
factores de los que ésta depende desde un PU/lfO de vista percctuívo.
Éstos pueden reducirse a tres:
1.
2.
2. La unijicaciún de los agentes plásticos influye en gran manera
en la simplicidad formal. En la pintura se encuentran valiosos ejemplos
de este hecho. Durero, por ejernplo, utílizaba lineas paralelas cortas y
curvilíneas como único procedirniento para vehicular dos funciones
plásticas: dar volumen a los objetos y crear sombras. En lo que se
refiere a la simplicidad de una estructura, la unificación de los elementos
13
Citado por Arnheim (1979. 75).
133
3.
La intensidad dei estímulo que da origen ai percepto. Si éste es
débil, o está mal definido, es más fácil que se produzca un trabajo perceptivo. el cual tiene siernprc como resultado una
simplificación de dicho estímulo.
La pro pia simplicidad dei estimulo. Si éste es estructuralmente
simple. producirá, asimismo, un percepto simple. La simplicidad
o cornplejidad estructural de un pcrcepto depende directamente
de la dei estímulo que lo origina; bastan tan sólo cuatro puntos,
simétricos dos a dos, para percibir la estructura de un cuadrado.
Adernás de estas fenómcnos. relacionados con la naturalcza deI
estímulo. existe otro hecho perceptivo que afccta a la simplicidad
de cualquier estructura que posea un grado mínimo de ambigüedad, ya que el equipo perceptivo humano tiende a eliminar
134
Los elementos morfológicos de la imagen
Introducción a la Teoría de la Imagen
ésta para estabilizar dicha estructura. Me refiero a lo que en
inglés se denomina shurpeninq y íereíínq. términos que son traducidos normalmente aI espanol con las palabras «agudización»
y «nivelación», respectivamente.
Tanto una como otra son fórmulas para obtener una mayor simplicidad en la estructura de una composición o de un esquema. Mediante la nívelacion se procede a disminuir los r.e.g. deI objeto al utilizar
diversos procedimientos. tales como la acentuación de la simetría. la
repetición de elementos o series, el abandono de detallcs discordantes,
la eliminación de la oblicuidad. etc. A través de la aqudizacíón. se
consigue simplificar un esquema y diferenciar, aún más. los rasgos
estructurales ya dados. para lo cual, lógica mente, se siguen los procedimientos contrarias a los de la nivelación.
Nivelación
Agudización
Figura 5.11
Ambas fórmulas, aunque utilicen recursos opuestos, tienden a eliminar esa mínima ambigüedad que favorece la simplicidad estructural por
la unificaeión o por la diferenciación de los r.e.g. Que nuestro equipo
perceptivo opte por una u otra fórmula dependerá exclusivamente deI
grado de arnbigüedad de ambas estrueturas.
5.6.2.
Tres opciones plásticas para representar
la forma
Estructura y forma son dos aspectos de un mismo elemento dei
cual dependen. respectivamente. la identidad visual dei objeto y la significación plástica que su representación implica. En la imagen, forma
y estructura son tan indisolubles como en la realidad, ya que toda
proposición visual de ésta tiene, como fórmula de enunciación, una
135
forma plástica que es la expresión de una estructura. Existen, sin embargo, opciones representativas que priman, fundamentalmente. Ia representación de la estructura, y otras en las que predorninan los rasgos
de forma. aunque en ambas. insisto. forma y estructura no pueden
disociarse. La primera opción es la representación proyectiva ; la segunda.
el escorzo y la superposición. Estas tres representaciones suponen otros
tantos resultados visuales distintos y. por ello. formas de significación
plástica asimisrno diferentes.
La proveccíón implica adoptar un punto de vista fijo y representar
un único aspecto dei objeto, es decir, seleccionar una forma que identifique aI objeto en cuestión de entre las infinitas que éste posee. i,Cuál
será esa forma, y quê propiedades deberá poseer para salvaguardar la
identidad de la estruetura '!
AI seleecionar esta forma, habrá que elegir aqueIla que reúna el
número suficiente de rasgos estructurales capaces de preservar la identidad visual dei objeto, teniendo en cuenta que ésta depende de la
estructura y no de la forma o aspecto visual que, como ya he dicho,
es variablc. Tal forma no se corrcsponde con ningún ángulo de visión
o punto de vista característico y es tan variable como eI objeto aI que
representa. Asi, la forma más eficaz para identificar un automóvil será
la lateral o de perfil, mientras que ésta sería menos eficaz que la planta en la identificación de un a vión,
La proyección de un objeto con volumen en un plano bidimensional
no es más que una forma de abstracción visual. Para que esta proyección
sea válida deberá poseer los dos atributos típicos de toda abstracción:
ser esencial y generativa. Tendrá, como ya he apuntado, los rasgos
básicos de la estruetura dei objeto, pero además habrá de generar nuevas
formas o aspectos deI mismo porque, aunque la proyección recoja 10
eseneial, no hay que olvidar que es sólo una de las múltiples formas
visuales dei objeto, algo muy parcial.
La proyeeeión restableee la totalidad dei objeto que representa; el
escorzo, sin embargo, sugiere esa totalidad mediante una parte solamente.
Una imagen está escorzada visualmente cuondo se la percibe ('orno una
desnioción de otra estructuralmente más sencilla. Tal desviación supone
la adopción en la imagen escorzada de la orientación oblicua cuando
el objeto que se representa posee una orientación horizontal o vertical
(Ia figura 5.12 es una imagen escorzada).
Arnheim (1979, 137) apunta tres maneras diferentes de emplear
el término escorzo. En primer lugar. puede hablarse de escorzo cuando
la proyección de un objeto no es ortogonal, ya que, en este caso. siempre
existe contracción proyectiva. En segundo lugar. puede hablarse de
Los elem ent os modotáç ícos de la imsçen
137
escor zo a un en la proyección or togonal, cuando la imagen no suministra un aspecto ca racterístico de la tot alid ad. Asi, una proyección
ortogonal de una cara no seria un escor zo si se rep resenta frontalment e,
y si estaría escorzada si se hacc de perfil. Torla proy ección implica
escorzo, por últ imo, ya q ue todas las partes de un objet o, fuera dei
plan o paralelo ai de la represent aci ón, sufreo una deformación de sus
prop or cion es.
Las formas, nor mal mente. oi se eocuentra n ni se rep resentan aisladarnent e ; más bien las encont ra mos a malga mada s unas coo otras. Pa ra
qu e esta super posic í ôn de formas sea plástica ment e eficaz, su percepción
debe cumplir una condición : que sean vistas como cosas independientes
y situ ad as en diferentes términos. Si esto se da , la superposición curnpl e,
eficazmente, dos funcion es plásticas :
Esta blecc una jerarqu ía entre las diversas formas representad as.
ya que éstas no se perciben com o un tod o indiferenciado, sino
como unid ades ind ependientes.
2. Articula el espacio en diversos términos y favor ece, en cierta
medid a, la construcción de Ia tercer a dirnensi ón en el plan o,
a unque la superposición no es. realmente, una clave pa ra la profundid ad, co mo muchos a uto res sefialan (por ejemplo, Kepes,
1976. 11 2) o. aI menos. no es muy o bjetiva. ya qu e presuponc cl
pro blema que quiere explica r : que un objeto se encuen tra «delant e» de otro sólo es posible en un medio con profundid ad. Se
mezcla, de esta forma, una experiencia sensoria l y una sit uación fisica.
I.
Figura 5.12.- lmagcn escorzad a.
Elementos dinámicos de la imagen
6
Elementos dinámicos
de la imagen
Hasta ahora me he referido a aquellos elementos que tienen una
presencia real y material dentro de la imagen; elementos que, mediante
sus relaciones, crean un espacio al cual quedan ineludiblemcntc asociados. La adición de elementos y relaciones plásticas como los descritos,
no son, en ningún caso, suficientes para crear ese modelo de realidad
que constituye toda imagen. La realidad tiene por encima de todas sus
características una predominante: la dinamicidad. Para ir completando
este análisis «horizontal» de la imagen, deben estudiarse aquellos elementos por los que la imagen adquiere esa naturaleza dinâmica. y que
pueden reducirse a tres:
1. El movimiento.
2. La tensión.
3. El ritmo.
La naturaleza dinámica de la imagen está íntimamente asociada al
concepto de temporalidad. Ésta constituye la segunda estructura icónica,
que articulada con la espacial y la de relación produce la significación
plástica que toda imagen posee. Es conveniente, por tanto, desarrollar
este concepto antes de abordar el estudio de los dos elementos dinámicos específicos de las imágenes fijas: la tensión y el ritmo. EI movimiento no es pertinente en este tipo de imágenes, ya que no se da en
ellas una representación real dei rnismo.
6.1.
Concepto de temporalidad
En una primera aproximación al concepto de temporalidad, podria
definirse éste como la estructura de representación dei tiempo real a
través de la imagen. EI tiempo de la imagen es una modelización del
real; aquél se basa en éste, pero ambos son diferentes, e] tiempo real
139
no es significante, la temporalidad sí. De los diversos modos en los
que la ternporalidad modeliza el tiernpo real surgen imágenes diferentes.
Si en la representación icónica del tiernpo se pretende reconstruir el
esquema temporal de la realidad, dotàndolo de una significación que
00 tiene. las imágenes serán secuenciales ; si, por el contrario, se opta
por la abstracción del tiempo real. éstas serán aisladas.
EI esquema temporal de la realidad ai que me refiero está articulado sobre la dialéctica pasado-presentc-futuro, es un ticmpo lineal y
continuo; la única relación temporal existente en este esquema es la de
sucesiól1. En ella, cualquier momento temporal está precedido por otro
y da paso a un tercero de igual significación y valor que los anteriores.
La sucesión no tiene capacidad de crear estructuras de significación
porque no implica un orden sintàctico, tan sólo existe un orden lineal.
Por ejemplo, uno de los elementos dinámicos de la imagen, el ritmo,
está asociado a la temporalidad. EI ritmo, que implica un orden, produce una significación que está originada por la ordenación sintáctica
de unos elementos (en el caso de la imagen son los elementos morfológicos, en la música la escala de notas) que no son equipotentes, es
decir, unos tienen un valor plástico mayor o menor que otros y su
actividad visual varia de muy diversas maneras. i,Qué posibilidad existiría de crear estructuras rítmicas basadas en un esquema temporal
como cl de la realidad en el que todos sus elementos son equivalentes?
Prácticamente ninguna, y lo más que se conseguiría con un esquema
temporal de sucesión serían cadencias regulares incapaces de producir
una significación.
AI contrario de lo que sucede en la realidad, la imagen si es capaz
de crear estructuras temporales ' y, por tanto. de producir significación. Hay dos formas de temporalidad icónica que originan, como he
apuntado anteriormente, dos tipos de imágenes diferentes: las secuenciales y las aisladas. Las primeras, como su nombre indica, se basan
en una estructura temporal de secuencia . el orden temporal de las
imágenes aisladas está basado en la simultaneidad. Explicar los conceptos de secuencia y simultaneidad es lo mismo que explicar la naturaleza temporal de las imágenes secuenciales y de las aisladas, y en
ambos casos es necesario ya integrar en una misma unidad los conceptos
de espacio y tiempo.
1 La diferencia entre esquema y estructura temporales es decisiva. En el esquema la
dimensión temporal de cada elemento y. por tanto. su capacidad de significación se
desvanece en el momento en el que éste desaparece. mientras que en la estructura temporal de la imagen. un elemento encuentra su valor significativo cn el conjunto de las
imágenes de la secuencia.
140 Introducción a la Teoría de la Imagen
En las imágenes secuenciales los parámetros espacial y temporal
son equipotentes. es decir, a efectos de la significación plástica que la
imagen posee. ésta depende por igual dei espacio y dei tiempo. ya que
debido a la naturaleza de estas irnágenes, estos parámetros son inseparables. Piénsese que en un comic o en una secuencia cinematográfica,
los distintos cuadros espaciales se activan significativamente en la medida
en que estén ordenados sintácticamentc y que esta ordenación la posibilita la estructura temporal de la secuencia,
Si se extrae de esta secuencia una vifieta dei comic o un cuadro
cinematográfico, es decir, un segmento exclusivamente espacial, este
espacio es absolutamente neutro, y si bien es cierto que posee todavía
una cicrta significación, ésta se halla mutilada porque ese espacio que
en principio corresponde a una unidad espacio-temporal se encuentra
destemporalizado. EI lector podria pensar que esa vineta o ese cuadro,
separados deI contexto secuencial. constituyen dos imágenes aisladas, y,
por tanto, o bien poseerían la significación propia de este tipo de
imágenes, o bien que esa significación íntegra fuese algo privativo de las
imágenes secuenciales.
En lo que se refiere a esta segunda suposición, es evidente que todo
tipo de imágenes posee una capacidad total de significación de acuerdo
con su naturaleza. Es cierto que existen imágenes más útiles que otras
para cumplir ciertas funciones; por ejemplo, si de lo que se trata es
de contar visualmente una historia en la que existen diversas acciones
que suceden en tiempo y espacios diferentes, la imagen estrueturalmente
más sencilla y, por tanto, la más idónea para satisfaeer este objetivo
sería la secuencial, con o sin movimiento, ya que su naturaleza es
fundamentalmente narrativa. Si, por el contrario, el propósito que debe
cumplir la imagen es el de expresar, recrear o interpretar una acción
desarrollada en un espacio cerrado, o el de describir una cierta atrnósfera creada por elementos estables, el tipo de imágenes que eon mayor
coherencia cumplirán dicho propósito serán las aisladas debido a su
naturaleza básicamente descriptiva.
Con respecto a la primera cuestión, es decir, si una imagen extraída
de una secuencia poseerá la misma significación que una aislada, la
respuesta es negativa. ya que las fórmulas de composición de ambos
tipos de imágenes son diferentes, siendo la razón de esta diferencia de
carácter espaciaL En las imágenes aisladas, el espacio es permanente y
cerrado; por el contrario, en las secuenciales, éste es cambiante y además
se prolonga, al menos fenoménicamente, más al1á de los límites fisicos
dei cuadro. En el espacio de las imágenes aisladas, los elementos morfológicos están organizados unos en funeión de los otros, pera todas las
Elementos dinámicos de la imagen
141
relaciones plásticas que erean no trascienden el espacio acotado por el
cuadro de las imágenes.
Cabria citar muchos ejemplos para explicar el hecho ai que acabo
de referirrne, voy a citar tan sólo un par de eIlos. Si la intención deI
creador de la imagen es que ésta posea un carácter dinámico, una de las
fórmulas para conseguirlo es el contraste. Cualquiera de los seis elementos morfológicos puede producirlo, sm embargo, los más eficaces
para ello son aquellos que poseen pro piedades intensivas y cualitativas
aI mismo tiempo, es decir, el colar y la forma. Si se opta como fórmula
dinamizadora por el contraste cromático entre dos elementos, éstos,
necesariamente, han de estar, en el caso de la imagen aislada, dentro
de un mismo marco espacial; en este sentido, la significación plástica
que puede producir tal contraste digamos que está salvaguardada para
el observador cuando éste observa la imagen. Como el espacio de la
imagen secuencial no es cerrado, es posible que un elemento de contraste, eI blanco por ejernplo, esté ubicado en un cuadro espacial, y el
segundo, el negro, se encuentre en el siguiente, Si se extrae uno de esos
dos cuadros espaciales fuera de la secuencia, la relación plástica entre
los dos elementos de constraste se habrá perdido ai no poder relacionarse uno y otro. Corno son las relaciones plásticas las que generan la
significación en la imagen, ésta, como decia aI principio, se hallará
mutilada -cuando no eliminada- en el caso dei cuadro destemporalizado.
Otro ejemplo lo encontramos en las direcciones que existen en el
seno de las imágenes y en general en todos los elementos de continuidad
que poseen las imágenes secuenciales y que están asociados a la temporalidad. Los vectores de dirección que se crean entre los elementos
morfológicos de una imagen aislada dan un caracter unitario a la composición, dei mismo modo que estas direcciones se 10 dan al conjunto de
imágenes que forman una secuencia, pero si una de estas imágencs se
extrae del contexto, las direcciones en ella contenidas carecerán de
sentido. ya que en muchos casos relacionan elementos que no están
presentes en su pro pio marco espacial.
La alteración a pérdida de significación de una imagen secuencial
destemporalizada (extraida de la secuencia) es bastante variable dependiendo, una vez más, de la fórmula de cornposición que se emplee en la
representación, o en la pu esta en escena en el caso del cine. Se puede
componer una secuencia de imágenes teniendo en cuenta bastantes de
los principias cornpositivos de las irnágenes fijas-aisladas, lo que trae
consigo que cada cuadro aumente su significación en sí mismo sin
menoscabo de la significación de la secuencia; o bien, basar esta signi-
142
Introducción a la Ieorte de la Imagen
Elementos dinâmicos de la imagen
ficación en el encadenamiento sintáctico de las imágenes secuenciales.
Los aficionados ai cine encontrarán un ejemplo altamente ilustrativo
de estas dos formas de composición en la obra de Orson Welles y
Alfred Hitchcock de cuyas filmografías podrían extraerse en este caso
los títulos de Tóuch oi eoíl t Sed de mal) y Notoríus (Encadenados ).
respectivamente.
Veamos a continuación en qué consiste la temporaIidad por símuítuneídad, la específíca de las imágenes aisladas, y que para los propósitos de este libro cs la más interesante, ya que es la temporalidad pro pia
de la imagen aislada.
Si el hecho más significativo cn las imágenes secuenciales era la equipotencia entre los pará metros espacial y temporal, en las aisladas tal
equipotencia no existe, ya que la estructura temporal depende dei espacio
figurativo. Pero antes de explicar este hecho considero oportuno razonar la existencia misma de csa temporalidad propia de las imágenes
aisladas que está basada, como ya he dicho, en una relación temporal
de simuitaneidad.
Una de las ideas prirnigenias a las que se asocia el concepto de
tiempo es a la dei transcurso de una acción o un acontecimiento
desde un momento a otro. Este transcurso hemos visto que puede ser
Iineal (pasado-presente-futuro) cn el esquema temporal de la realidad
basado en la sucesión, o discontinuo y elíptico en el caso de algunas
imágenes cuya temporalidad se basa en la secuencia. En ambos casos,
el esquema o la estructura temporal se integra eon un espacio que
tampoco es permanente, l.cómo es posible entonces una temporalidad
asociada a un espacio invariable como eI de las irnágenes aisladas? La
respuesta a este interrogante supone la explicación deI concepto de
simultaneidad o, lo que es lo misrno, la justificación de la exístencia
de una temporalidad específica de las irnágenes aisladas.
Si la temporalidad exige un orden, entendiendo éste como una articulación sintáctica de diversas unidades espacio-temporales, la sucesión
queda descartada como posible relación temporal de las imágenes
aisladas porque no implica sintaxis alguna. Por diferentes razones hay
que excluir la temporalidad por secuencia, ya que. pese a existir en
ella esa articulación sintáctica, ésta se basa en la ordenación de diferentes espacios que configuran en su conjunto una estructura espacial
variable. AI poseer la imagen aislada un espacio único y permanente. debe existir una tercera fórmula temporal, la simultaneidad. que posibilite
una ordenación de los elementos espaciales y tempo rales en un mismo
espacio.
Antes de abordar los hechos específicos que definen esta elase de
143
temporalidad sería conveniente interrogamos sobre la セクゥウエ・ョ」。
セ・
la
misrna, a fin de evitar, como a veces ocurre, construir una realtdad
ficticia que justifique la teorÍa. La explicación ュセウ
cabal para ヲオョ、セᆳ
mentar la simultaneidad temporal de las irnágenes aisladas es la presencia
en las mismas de los elementos dinámicos. los cuales están asociados
a dicha temporalidad. Esa idea de transcurso que antes se 。ウッセゥ「L
セi
concepto original de tiempo implica. asirnismo. una suerte de dinamicidad : en un media espacial como el de la imagen fija-aislada (el de la
que ウセーッョ・N
pintura) en el que no es posible esa progresión ョセエオイ。ャ
por ejemplo. Ia temporalidad de una imagen secuencial. es necesano que
sean los elementos espaciales contenidos en un marco cerrado lo.s que
creen dicha progresión. Pero estos elementos que yo he denominado
morfológicos no crean. con su mera presencia. esa estruc,t,ura エ・ューセイ。ャ
progresiva; para ello, necesitan ser activados, y esta fun.clOn es precisamente la que cumplen los elementos 、ゥョ£ュゥ」ッセN
de. la imagen: セャ movirniento, la tensión y el ritmo (en la irnagen fija-aislada, tan solo Nャセウ
dos últimos). De esta combinación de los dos tipos de elementos ICOnicos, y mediante la composición correcta de los rnismos, セオイァ・ョ
las
relaciones plásticas responsables de la significación de la irnagen aI
existir ahora una estructura espacio-temporal resultante de la ッイ、セョ。ᆳ
ción sintáctica de esos elementos. Téngase en cuenta, en este sentido,
que eI orden genera estructuras y éstas son las que pr?d,ucen la significación plástica de la imagen (ver el esquema de la pagma 166). .
Como ya he comentado, el hecho que mejor define la ternporalidad
de las imágenes fijas-aisladas es su dependencia de la ・ウエイセ」オ。Nャ
Es evidente que la estructura temporal de una sccucncia de iセ。ァ・ョウ
hace referencia también a diversos espacios, el tiernpo nunca existe por
si solo; pero mientras que en las imágenes secuenciales existen 、ゥカセイウ。
unidades temporales y espaciales, en las fijas-aisladas sobre una ュiウセ。
unidad espacial hay que crear diversas unidades tempo rales ; este espacl?
debe, por tanto, estar jerarquizado para que en セオ seno puedan consutuirse núcleos temporaIes diferentes. La ternporalidad, 」セ ッ
セッ、。
・ウセイオ」ᆳ
tura, exige elementos de articulación ; en la ゥュ。ァ・セ
ヲエ}。Miウセ
・ウセ_
deben ser necesariamente de caracter espacial. Voy a CItar a contmuacion
algunos de los hechos que producen la temporalidad en este tipo de
imágenes, justificando en cada caso esta dependencia espacial,
.
EI formato de la imagen es un factor que afecta. a la temporalidad
de ésta. Si dicha temporalidad surge de la articulación de diversos momentos o núcleos tempo rales creados dentro de un mismo espacio por.
la jerarquización dei misrno. es evidente que u.n ッセ。Zョイッヲ
como el dei
Guernica de ratio 1:2,2 producirá una temporalidad distinta a la de La
144 Introducción a la Teorie de la Imagen
CCIlU de Thierry Bouts de ratio 1,4: I. Los formatos de ratio largo (aquéllos
en los que ellado horizontal es considerablemente mayor que el vertical)
se acomodan mejor a lo que podríamos denominar una temporalidad
natural, es decir. la de la secuencia. En estos formatos, la segmcntación
dei espacio a lo largo de la base de la imagen en diversas unidades espaciales. produce. asirnismo. una cierta secuencialidad originada por los
elementos de unión y continuidad entre esas unidades espaciales. El
formato no crea, sin embargo, una mayor o menor ternporalidad. sino
dos formas distintas de ésta.
La falta de equipotencia entre el espacio y la temporalidad en las
imágenes fijas-aisladas, consecuencia de tener estas abstraído el parámetro temporal, las configura como imágenes fundamentalmente descriptivas, ai contrario de las sccuencialcs en las que la función narrativa
es la dominante. En este sentido. Ias imágenes eon formato de ratio corto, carecen, casi por completo, de narratividad, mientras que las de
ratio largo poseen, a veces, una autentica estructura narrativa comparable a la de las imágenes secuenciales tradicionales. En relación con
esta, y aunque se hable de dos tipos de temporalidad, ésta se evidencia
más claramente en el segundo caso, es decir, en las irnágenes con formato de ratio largo.
Volviendo a roi intento de justificar que la estructura temporal
depende dei espacio en la imagen fija-aislada, he de resumir este punto
referido ai formato diciendo que aunque éste sea un elemento no espacial, sino escalar:
EI formato marca los límites deI espacio físico donde debe
construirse ese otro espacio imaginario en cuyo seno se manifiestan las relaciones plásticas originadas por los elementos
icónicos que en él se albergan y que definen, y dan especificidad,
ai tipo de imagen que ellas crean. EI formato es, pues, el
prirner factor que condiciona las relaciones espaciales de los
componentes de una imagen, principalmente las de forma,
tarnafío y u bicación 2.
EI ritmo es otro de los factores de los que depende la temporalidad
de una imagen, independientemente de que esta sea aislada o secuencia1.
Sin embargo, en la imagen fija-aislada. este elemento dinámico -de
naturaleza puramente temporal- debe ser vehiculado por los elementos
espaciales de la irnagen, ya que al no existir diversos marcos espaciales
2
Villafaiie (19H L pág. 250).
Elementos dinámicos de la imagen 145
entre los que establecer relaciones que produzcan una cstructura rítmica.
dichas relaciones deben ser producidas por los elementos cspaciales
internos dei único marco espacial existente.
El ritmo de la imagen posee una naturaleza similar ai de la música.
Basicamente, deben existir elementos que lo vchiculen y para ello es
necesario que tengan propiedades intensivas y cualitativas. Cualquiera
de los seis elementos morfológicos de la imagen posee esa doble naturaleza cuantitativa y cualitativa y, por tanto, la posibilidad de crear
estructuras rítmicas de caracter espacial mediante cl contraste, la jerarquización, los gradientes de masas, etc. Valga como ejemplo las posibilidades rítmicas de un elemento morfológico. cl color. con el cual es
posible crear no sólo las tres fórmulas de composición dinâmicas apuntadas (contraste. jerarquización, gradientes), sino, además. cualquier otra
manifestación dinámica expresada mediante una estructura rítmica.
En resumen, si los elementos espaciales son el vehículo de los dinámicos, y éstos son los que justifican la temporalidad en la imagen
fija-aislada, ésta dependerá forzosamente deI espacio cn este tipo de
imágenes.
Las direcciones producen también temporalidad cn la imagcn ; éstas
pueden ser de escena o de [('cfura. Las primeras, a su vez, pueden estar
presentes materialmente en la imagen -Ias l1amaré «reprcsentadas»-.
o no. cn cuyo caso estarán «inducidas». Es evidente que son las direcciones de escena las responsables de las de lectura. y estas. a su vez,
constituyen en muchas imágenes el mecanismo deI que depende la objetivación dei orden compositivo de los elementos plásticos. Mucho tíenen
que ver las direcciones de una irnagen con aspectos tan importantes
como el equilibrio. la continuidad en las imágenes secuenciales, la prolongación deI espacio fuera de los límites del cuadro. Ia estructura
interna de la composición y, por supuesto, como ya he dicho, con la
temporalidad.
En una imagen móvil. por ejcmplo. Ias direccioncs de escena pueden
ser crcadas por el propio movimiento de un objeto; en este caso. la
ternporalidad que implica la dirección dependerá de un elemento dinámico. Si la imagen es secuencial, la dirección de escena puede depender
de la distinta ubicación de un elemento en varias espacios diferentes;
la temporalidad aquí dependerá de una articulación espacio-temporal
particular (Fig. 6.1).
En la imagen fija-aislada, una vez más, toda posibilidad de crear
direcciones dentro de la escena pasa por la ordenación de los elementos
espaciales contenidos en la misma. En la imagen figurativa existen mil
recursos para producir dirccciones de escena representadas (el brazo
146
Introducción a
te
•
E/ementas dinemicos de la imagen
Teoría de la Imagen
•
..
Figura 6.1
extendido de un pcrsonaje, la perspectiva, etc.j, o inducidas (la mirada
de ese misrno personaje, la ubicación de dos objetos equidistantes dei
centro de la cornposición. etc.). En la imagen abstracta los recursos son
menores, pero tarnbién cxisten (1a atracción de masas de tarnafio diferente, los gradientes cromáticos, etc.).
Por último: el cuarto. factor que yo destacaría como responsablc
de セ エ・ューッセ。ャ、
en la rmagen fija-aislada, es la fórmula de representacion espacial que se adopte. La misma enunciación de este factor
・ャゥセ ョ。
toda duda ウNセ「イ・
su naturaleza espacial; veamos entonces por
que. m.tluye esta opcion representativa en la temporalidad de este tipo
de imagenes. AI hablar antes deI formato, decía que, en los de ratio
larg.o. una s.egmentación. es.pacial a lo largo de la base dei misrno producia una cierta secuencialidad, favorecida por la conexión de las distintas オョゥ、。 セウ
espaciales. Esa idea de secuencia progresiva puede provocarse no solo sobre la base horizontal de la imagen, sino también
a. lo. largo de un eje irnaginario perpendicular a la superficie del cuadro,
similar aI que crea la línea de visión: este caso es posible si la fórmula
de representacíón espacial supone un espacio óptico en profundidad
(la Nセ・イウー」エゥカ。L
por ・ェ セーャッIL
y no se dará en el caso de una represenエセ」ャッョ
plana dei espacio, es decir, en una imagen sin ninguna profundidad de campo.
6.2.
La tensión
La tensión es la variable dinárnica de las imágenes fijas. Dado que
cumple la misma función en este tipo de imágenes que el movimiento
セ ャセウ
セカゥャ・ウL
puede ser una tentación para el creador de imágenes
fijas irmtar los efectos dei movimiento real; quien asi procediera, demostraría desconocer la naturaleza de estas imágenes en cuanto a su cualidad
dinámica se refiere.
147
El primer error sería confundir una imagen fija activa, es decir,
poseedora de tensiones dirigidas en su seno, con una fase congelada cn
el tiempo del movimiento real, que, evidentemente, es dinâmico por
naturaleza. La tensión siempre es producida por los pro pios agentes
plásticos encerrados en la cornposición, y la irnitación mim ética dei
movimiento real no siempre consigue aportar dinamicidad o tensión
a la imagen fija. Es famosa la comparación de un cuadro de Gericault,
EI derby de Epsom. con cualquier foto finisn de hipódromo; en esta
imagen que capta el veloz galope final de los caballos alllegar a la meta
no se aprecia el mismo dinamismo que posee el citado cuadro, en el
que, sin embargo, las patas de los animales ofrecen una posición imposible ai desplegarse en horizontal hacia atrás y hacia adelantc.
Otro carnino equivocado para buscar un mayor dinamismo en este
tipo de imágenes sería desequilibrar la composición plástica. Es sabido
que el equilibrio estabiliza cualquier cornposición: alguien podría pensar
que ai desestabilizarla se produzca una cierta energía manifestada como
una tensión dentro de la imagen. El cálculo vuelve a ser erróneo porque
una composición estable no quiere decir que no posea energía, sino que
las fuerzas producidas se contrarrestan unas con otras. Una cornposición con equilibrio inestable 3 es, precisamente, la más eficaz para crear
tensiones dirigidas en su seno. Arnheim (l976c, 339) explica este procedimiento equivocado de la siguiente forma:
En las cornposiciones de equilibrio imperfecto, las formas
no se estabilizan en la ubicación que le corresponde, sino que
se muestran como si fueran a trasladarse a localizaciones más
adecuadas. Lejos de hacer que la obra resulte más dinâmica,
esta tendencia produce eI penoso efecto de una parálisis.
Antes afirmé que la tensión la crean los propios agentes plásticos
presentes en la cornposición. Veamos cuáles son estos elementos activadores de los que depende la dinâmica en la imagen fija.
1. Las proporciones. Como regia general puede afirmarse que: toda
proporción que se perciba como una deformación de un esquema más
simple, producirá tensiones dirigidas aI restablecimiento dei esquema
original en aquellas partes o puntos donde la deformación sea mayor.
EI cambio en las proporciones que se manifiesta entre eI rena3 Por equilibrio inestable entiendo aquella forma de equilíbrio conseguida mediante
compensación de las tensiones particulares de los elementos de la composición ubicados
asimétricamente. La simetría compositiva seria una forma de equilibrio estable.
148
tntr oducci án a la Teoria de la Imagen
cimiento y el bar roco. es un ejemplo muy ilustrativo de lo que estoy
diciendo. La ar quitectura barroca es más dinámica que la renace ntista,
ya qu e sustituye formas atensas o equilibrad as, como el cuad rado o eI
circulo, por ot ras más din àrnicas o tensas, como el rectán gulo y el óvalo.
Los rect ángulos son otro ejemplo que podría servir para crear una escala
de tensión en lo que se refiere a sus proporcion es: mientras más
difieran éstas de las de un cuadrad o. se producirá mayor tensi ón; es
fácil comprobar cóm o un rect ángul o. construido según la sección áu rea.
sigue par eciendo atenso y esta ble, y prolongando. sin embargo. su lado
mayor, pierde súbita mente tales pro piedade s.
..
t .
2. La / arma. No creo necesario adver tir qu e las formas irregu lares
son las más diná micas. Dentro de este tipo de formas , la tensi ón se
produ cirá en las part es menos consistentes de los obje tos o de sus
imágenes. EI mismo mecanismo qu e produ cía la tensión en las prop orciones es el hecho dinamizador en las formas: la deformaci ón . Ocurre,
sin embarg o. que en el caso anterior lo deform ado eran los rasgos de
estructura y aquí 10 son los de forma ; es decir, una caricatura, por
ejemplo, mantiene inalterada la estructura de la person a representada
pera ai exagera r algunos rasgos no estructuraJes produ ce el mismo efecto
din ámi co qu e en eI caso citado. Se encuentra n una buena serie de
ejemplos en los bocetas de rostros femeninos qu e Picasso realizó como
pru ebas para el Guemica (Figs. 6.2 y 6.3). En la medida en que el
reconocimiento de tales dibujos como repr esent aciones femeninas es
aut omático. quiere decir que la estruct ura -elemento portad or de la
identidad visual- está claramente definida y que la alteración sólo
afecta a la forma.
3. La orientación. La oblicuidad es la más dinámi ca de las o rientaciones espaciales, dinam ismo qu e se ve muy aum entad o en el caso en
el que la orientación o blicua no sea la común dei o bjeto que se representa. Dos son los hechos fundam entales en este sentido, que produ cen
dinamismo en la gran ma yorí a de las im ágenes lijas:
- La oblicuidad se separa de la orientació n principal (horizon talvertical) propi a de los estados de reposo y estatismo.
- En todas las representaciones eo perspecti va central, la o blicuidad siempre está presente en la representació n de la tridi mensionalidad.
4. Otros hechos plásticos pueden , en determinad as imágene s, constituirse como los elementos más din ámicos de la composición. Menciono
a continuación algunos de los más frecuentes: ri contraste cromático.
Figura 6.2.- Mujer. Boceto para el Guernica.
Figura 6.4.- Boceto para el Guernica.
Figura
VN
S Nセ
m
オ ェ・イ
N
Boceta para el Guernica .
Figura 6.5.-Boceto para el Guemtca.
152
que como dije en cl capítulo anterior ai referirme a las pro piedades
dinárnicas dei color, posee propiedades intensivas y cualitativas. En
función de esta doble posibilidad de variación muchas imágenes, sobre
todo dentro de la pintura no figurativa dei sigla actual, basan su dinámica en la tensión que produce el contraste cromático (repásese, en este
sentido, cualquier catálogo de Joan Miró, Hans Hofmann, Piet Mondrian, etc.).
En la representación bidimensional de la prcfundidad. siempre hay
un rnovimiento aparente, una cierta sensación de progresión y, por tanto,
cierta tensión en la dirección de las líneas que convergen en los puntos
de fuga.
Las sínestesías, fundamentalmente acústicas y táctiles. presentes en
algunas irnágenes son, a veces, la causa que produce la tensión. En la
figura 6.4 la posición imposible de los dedos de la mano aferrada aI
candiL es la causa de una sinestesia táctil con un efecto altamente
dinamizado r basado en la tensión. Algo similar ocurre con el relincho
sarda dei caballo en la figura 6.5.
6.3,
Elementos dinámicos de la imagen
tntraduccion a la Teoria de la Imagen
mente ineficaz y, en ciertos casos, falsa. No voy a acufiar aqui una nueva
dicotomia entre ritmo temporal y espacial porque seria absurdo. pero
si es posible hablar de manifestaciones rítmicas espaciales o, lo que es
10 mismo, de un tipo de ritmo propio de la imagen rija. No se deben
confundir, sin embargo, estas características rítmicas eon propiedades
espaciales dei tipo de la regularidad o la simetria, como lo ha hecho
E. d'Eichtal quien ha lIegado a afirmar que:
...el ritmo es ai tiempo lo que la simetría a1 espada 5.
Tanto eo las relaciones espaeiales como en las tempo rales, cuando
se produce regularidad o simetria, se pierde en actividad y dinamismo;
existe cadencia pera no ritmo. Matila Ghyka, un autor que ha estudiado profundamente los problemas dei ritmo en su obra Essai SUl' le
rythme, habla de los ritmos diferentes que se corresponden, en función
de lo dicho anteriormente, eon el ritmo y la cadencia. A eontinuación
transcribo un pasaje de su obra:
Estos transcursos puntuados ambos por un jalonamiento
periódico, una continuidad discontinua, ilustran respectivamente las dos especies de ritmos posibles: el ritmo homogêneo.
estático, completamente regular, cadencia propiamente dicha o
metro, y el ritmo dinárnico, asimétrico, eon olas de fondo
inesperadas, rel1ejo dei pro pio aliento de la vida, o ritmo propiamente dicho .
EI ritmo
Mitry comienza un ensayo suyo sobre el ritmo citando más de una
docena de definiciones acerca de la naturaleza de este elemento. Ninguno
de los autores que han abordado su estudio, afirma, ha conseguido una
explicación coherente:
...uno se pierde en explicaciones que sólo tiencn en cuenta las
normas particulares a través de las cuales se manifiesta (el
ritmo)'.
Ésta es una puntualización acertada, ya que el ritmo, como elemento
dinámico, sólo se puede percibir intelectualmente; es lícito afirmar, por
tanto, que se trata de una abstracción. La mayoría de las veces se confunde este elemento con sus efectos. En este sentido, la naturaleza dei
ritmo y la tensión se encuentran ligadas, intimamente, a la experiencia
dei observador.
Otro prejuicio extendido es asignar ai ritmo una única dimensión :
la temporal, de donde se deriva la clasificación de las representaciones
en tcmporales y espaciales ; c1asificación que a mi juicio es absoluta4
Mitry (1978a, 339).
153
En el estudio deI ritmo hay que partir, como lo hace Ghyka, de la
diferencia entre cadencia, que no es otra cosa que la repetición regular
de un elemento, y ritmo, que es un agente plástico de la representación con valor estructural. No creo que sea correcto hablar de un ritmo
sencillo para referirse a la cadencia y de otro más complejo, el pro pio
ritmo. La diferencia es, una vez más, la que existe entre forma y estructura. Lo que sí es posible, en algunos casos, es la transformación de
la cadencia cn estructura, si aquel1a no es demasiado lenta -en el
espacio o en el tiempo-v- y cuenta con elementos diversos capaees de
crear una alternancia entre unos elementos débiles. los «intervalos». y
otros fuertes, los «acentos».
EI ritmo, como ya lo he sugerido, sólo existe en la medida que
pueda ser percibido y conceptualizado, y la conceptualización es evi5
Mitry. op. cií .. pàg. 340.
154 Introducción a la Teoría de la Imagen
dente que requiere estructuras que posibiliten el reconocimiento. La
,deI ritmo ョ。セ・ セ・
la pro pia percepción de su estructura y de
ウセ
イセー・エャ」oョ[
es algo similar a lo que Ruckmick l1ama «experiencia
ntnuca».
セョ
tO,do ritmo existen siempre dos componentes: la periodicidad,
que implica la rcpetición de elementos o de grupos idénticos de éstos
y. Nセi estructurucion, que es muy variable y puede incluir desde la イ・ーセ
ución de grupos de elementos a lo que se denomina ritmo libre. En
este sentido, y en función dei componente que se prime, ai crear ritmos
se puede dar preferencia, bien aI juego de las repeticiones o bien al de la
」ッュセウォZゥョ
de. estructuras. Manifestaciones de la primera opción son las
ーセ・i。ウ
infantiles, las marchas militares, la arquitectura de la Grecia
clásica, etc.; por el contrario, la versificación libre, la arquitectura barroca
o la セウゥ」。
clásica, son ejernplos de la segunda opción.
SI las representaciones espaciales pueden ser analizadas también en
ヲセョ」ゥ
dei ritmo, i,qué naturaleza poseerá éste?, (,de qué factores plásエャセos
dependerá? Siempre que exista ritmo en una cornposición espacial
fija, ésta se encontrará jerarquizada en cuanto a sus componentes. Lo
mrsmo que e,n la música, el ritmo se consigue en la plástica rija mediante
la alternancia de esos elementos fuertes y débiles de los que antes
hablaba, sm olvidar, naturalmente, los silencias, que también contribuyen
a セイ・
la ・ウエイオ」セ。
rítmica. Si se cambian los sonidos por las formas
plásticas, las relaciones que se crean pueden definirse, a un cierto nivel,
en cuanto a sus características de ritmo.
Res.pecto a la segunda pregunta planteada, la respuesta es clara:
cualquier elemento plástico es capaz de crear relaciones rítmicas dentro
de una composición espacial fija, aunque aquellos elementos, como eI
calor, que ーッNウ・ セ
ai mismo tiempo pro piedades intensivas y cualitativas,
son los mas indicados para cumplir esta función.
ー・イ」ゥ_セ
7
Los elementos escalares
de la imagen
La significación plástica inherente a toda imagen es el resultado de
la interrelación de los elementos icónicos que la componen. Éstos se
ordenan formando estructuras y de esta ordenación surge dicha significación. Hasta ahora he analizado «horizontalmente» los elementos
que constituyen la estructura espacial y temporal de la imagen. Pero
la relación de los elementos morfológicos y dinárnicos necesita de un
marco adecuado que posibilite eI surgirniento de esa significación, es
decir, es necesaria una estructura, la de relación, que armonice el resultado visual de la imagen. Los elementos escalares forman esta última
estructura icónica. Tales elementos poseen, a diferencia de los anteriores,
una marcada naturaleza cuantitativa, lo que no menoscaba, en absoluto,
su influencia en el resultado de la imagen ni la posibilidad de ser analizados, asimismo, desde un punto de vista formaL Estas elementos
escalares pueden reducirse a cuatro:
1. La dimensión.
EI formato.
La escala.
La proporción.
2.
3.
4.
Debo insistir en la influencia que sobre el resultado visual de la
imagen tienen estas elementos porque, frecuentemente, son considerados
elementos secundarios. El tarnafio de una imagen, por ejemplo, es un
factor muchas veccs despreciado; 10 que una imagen significa. se piensa
a menudo, en nada depende de la dimensión de tal imagen. Las formas,
los colores, el ritmo, existen aI margen de ella y cumplen igual su
función. En un buen número de casos, sin embargo, un agente plástico
de naturaleza estrictamente cuantitativa, como eI tarnaíio, puede arruinar
el resultado de una imagen si no es convenientemente utilizado. Los
grafistas y, en general, los disenadores de imágenes de consumo masivo
Los elementos escalares de la ímagen
156 Introduccíón a la Teoría de la Imagen
entienden muy bien este hecho. Cu ando se disefia, por ejemplo, un
logotipo, deben tenerse en cuenta no sólo los factores formales y de
cornposición de los elementos que lo forrnan. sino tarnbién cuál será
el resultado visual deI mismo no sobre el tablero de trabajo, sino ampliado enormemente y situado sobre la azotea de un rascacielos o reducido convenientemente para insertarlo en una tarjeta de visita.
7,1,
La dimensión
En nuestra realidad la dimensión es uno de los factores clave de
definición de las cosas y de la propia naturaleza ; podría decirse que el
último atributo de un objeto es su tarnano. Pero mientras que en la
naturaleza y en el entorno urbanístico creado por el hombre, la dirnensión está, más o menos, normativizada o modulada en función dei pro pio
tamafio dei ser humano. en la imagen la dimensión es más relativa.
セッウN
tarnafios de ャッセ
automóviles, aunque varíen, son todos ellos muy
similares; en los edificios, pese a las diferencias que puede haber entre
una vivienda unifamiliar y un rascacielos, la cornpartimentación dei
espacio interior es, asimismo, muy parecida. EI tarnafío en la imagen,
sin embargo, es mucho menos uniforme y este hecho confiere a este
elemento y a sus posibilidades de variación un valor plástico nada
desdefiablc.
Antes de abordar las funciones plásticas que la dimensión desempena
en una imagen hay que tener en cuenta, como 10 he hecho con algunos
elementos anteriores, su relación con el proceso perceptivo, manifestada, fundamentalmente, a través de la constancia de tamafio, La disminución deI tamaii.o relativo de un objeto ai aumentar la distancia,
es un principio psicofísico absolutamente demostrado; concretamente,
el tamafio de la representación retínica de ese objeto se reducirá a la
セゥ。、
ai doblarse la distancia y, sin embargo, nuestra experiencia coエャ、。ョセ
nos dice lo contrario, es decir, que el ta mano de un objeto
conocido no se altera, ya que su disminución relativa la entendemos.
perceptivamente. como un cambio de distancia y nunca de tamafio.
Arnheim (1979, 306) lo explica claramente:
. Cuand? en una película de dibujos animados se ve expandirse un diSCO pequeno, la percepción ha de elegir entre mantener constante la distancia y registrar un cambio de tamafio,
o mantener constante el tarnafio y cambiar la distancia. Sopesando estas dos factores de simplicidad, la percepción opta
por la segunda alternativa: transforma el gradiente de distancia.
157
La constancia de tamaiío es un hecho psicofisico que ticne un importante valor plástico. La mayor parte de las imágenes fijas son
bidimensionales y, en su rnayoria, su espacio pretende ser tridimensional
utilizando para ello cualquier opción representativa basada cn la proyección: en este tipo de representaciones proyectivas. el gradiente de
tamafios dentro de la composición cs el recurso más simple para sugerir
esa profunaídad que físicamente la imagen no tiene.
Otra función plástica dei tamaüo cs la jerarquización que impone
en toda irnagcn. sobre todo en aquéllas cuyo espacio plástico o representativo es plano. En la pintura medieval, por ejernplo, la dimensión
se constituye en eI elemento más importante de la composición. Plásticamente el simbolismo religioso presente en la mayor parte de estas
pinturas está vehiculado por eI tamafio, ya que otros elementos icónicos
como la forma se utilizan en la representación de una manera arquetípica, sin apenas variaciones. La fisonomía de Jesucristo no es muy
diferente a la de otro personaje próximo a él. pero su tarnafio cs, a
-vcces, el doble o el triple.
La dimensión es, en cualquíer c1ase de imagen, un faetor que afecta
de manera notable ai peso visual. Knobler (1970, 117) la cita junto a
la estructura y el colar como responsable de dicho peso visual. A mi
juicio existen otros elementos responsables de él. pera, sin duda, la
influencia dei tarnaiio es evidente. Téngase en cuenta, para valorar justamente este hecho, que el peso visual es uno de los factores de los
que depende el equilibrio com positivo.
Por último, hay que referirse a otro hecho plástico, muy poco formalízable, pero de indudable trascendencia en la comunicación icónica
y en el arte: eI impacto visual. No se parece en nada el resultado que
produce la observación dei Guernica original ai de una reproducción
bibliográfica. Esta diferencia podría explicarse en función de aIgunos
hechos teóricos como la superacíón por la imagen de la superficie del
campo visual, la necesidad de «leer» el cuadro según una dirección
debido ai tamafio deI mismo, etc., pero el hecho que mcjor lo explica
es el impacto visual que produce una imagen de más de veintisiete
metros cuadrados frente a otra de ta mano reducído.
7.2.
EI formato
EI formato es el elemento escalar por excelencia. La naturaleza que
define la estructura de relación de una imagen se pane de manifiesto
en el formato como en ningún otro elemento. ya que, por definición.
Los elementos escalares de la imagen
158 tntroduccion a la Teoría de la Imagen
éste supone una selccción espacio-ternporal. El espacio plástico con la
temporalidad que a él va asociada, se diferencia del espacio estrictamente fisico gracias a un encuadre definido por un formato; cn su seno
se ponen en relación los elementos morfológicos y dinámicos que han
de producir la significación plástica de la imagen. EI formato es, en este
sentido, el primer elemento icónico condicionante dei resultado visual
de la cornposición.
Plasticamente. el formato de una imagen viene definido por la proporción que existe entre sus lados, es decir, por la «ratio»; ésta se sefiala
numéricamente consignando en primer lugar la medida dei lado vertical
y a continuación la dei horizontal; el menor de los dos valores se reduce
a la unidad y el otro es el cociente entre el mayor y el menor. EI cuadro
de Goya Los [usilamientos dei 3 de mayo tiene unas dimensiones de
266 x 345 em, su ratio será por tanto de 1:1,3 (el mismo que otros cuadros del pintor: La carga de los mamelucos, La qaílina ciequ, etc.).
La opción plástica que supone elegir un formato u otro, es similar
a la de cualquier elemento icónico o fórmula de cornposición de la
imagen. sin embargo, en algunas imágenes ---fundamentalmente las registradas- esta opción viene limitada por los procesos industriales de
fabricación dei material sensible. Los fabricantes de material fotográfico,
por ejernplo, ofrecen una gran variedad de tarnafios en el papel para
copiar las imágenes, pero éstos poseen, en general, un formato muy
parecido. ya que la ratio varia sólo entre 1 :1,25 y 1 :1.5. EI siguiente
gráfico explica claramente este hecho.
Papel de copiado [otoorófico
Tamaüo en em
Ralio
6/9
9;13
13/18
18/24
20/25
24/30
27,5/35
30/40
40/60
1:1,5
1:1,4
1:1,3
1:1,J
1:1,25
1:1.25
1:1,27
1:1,3
1:1,5
La película cinematográfica es de 24/36 mm, lo que supone imágencs
con una ratio de 1 :1,5, el mismo que cl de las diapositivas. El de las
159
imágenes de televisión es de 1:1.3. Como puede apreciarse, la mayoría
de las imúgenes registradas que el hombrc consume son casi iguales en
cuanto al formato, y si bien es cierto que los formatos de una imagen
fotográfica no tienen por quê coincidir con cl dei papel que se utiliza
para su copiado, puede afirmarsc, sin demasiadas posibilidades de
erro r, que la mayor parte de los formatos, en lo que se refiere a la
imagen registrada, se encuentran entre los límites y las proporciones
que se sefialan en el siguientc esquema:
---------------- 1:1.2 ----------------.
1: 1.5 --------- ----------
De este hccho se pueden extraer varias conclusiones. En primer
lugar, y dada la masiva utilización de imágenes registradas en la comunicación visual, la cultura visual del ciudadano medio se está hacicndo
cada vez más uniforme en un sentido estrictamente formal. Es lógico
pensar que una imagen horizontal, similar a la dei gráfico, sea エッュセ、。
como normativa y que otra vertical o simplernente como la anterior.
pera de ratio largo (el lado de la base considerablcmente mayor que
la altura), suponga una transgresión visual. Este hecho no encierra para
mí juicio de valor alguno, pero es destacable.
Desde un punto de vista plástico, vemos cómo el formato se convierte en el gendarme de los elementos icónicos o, mejor dicho, de su
composición. Las proporciones dei formato condicionan de manera
importante la composición de la imagen; los formatos de ratio corto
-próximos al cuadrado- son fundamentalmente descriptivos. La narración, tantas veces asociada a la secuencialidad, req uiere, ai menos
idealmente, formatos largos en los que sea posible crear direcciones,
ritmos, compartimentaciones espaciales, etc. La profundidad espacial
puede curnplir, no obstante, en los formatos cortos todas estas funciones
plásticas, porque no hay que olvidar que el espacio icónico no se constriííe a la bidimensionalidad dei soporte.
Pero el formato no siempre se impone ai resto de los factores de
la cornposición ; en ocasiones, él es el elemento afcctado. EI «tema»
160 Introducción a la Teoría de la Imagen
o repertório iconográfico en el sentido que Panofsky (1979) le da ai
término, condiciona el formato de la imagen, y así las «anunciaciones»
se caracterizan por formatos diferentes a los de las «crucifixiones» o aI
dc las «últimas cenas». En cada una de estas iconografias puede hablarse
de un formato normativo o natural, una espccie de formato que se ha
convertido en el devenir de la diacronía representativa, en un paradigma.
Podrían apuntarse las proporciones dei formato de cada una de estas
iconografias, teniendo en cuenta que estos valores son siempre relativos;
asi, las «anunciaciones», que general mente constituyen composieiones
binarias, tcndrían un formato tipo de ratio 1: 1,5. Las «crucifixiones».
en general. se aproximan bastante aI formato cuadrado, y las «últimas
cenas» se caractcrizan, normalmente, por formatos de ratio largo.
7.3.
la escala
Éste es. sin duda, el elemento escalar más sencillo, y pese a su sencillez, sin embargo, es imprescindiblc para el conocimiento y eomprensión visuales, dado que es el procedimiento que posibilita la modificación
de un objeto sin que se vcan afectados sus rasgos estructurales ni
cualquier otra propiedad dei mismo, excepto su tarnafio. La escala implica siempre relación, y. más exactarnente, la cuantificación de ésta.
La constancia de tarnafio, a la que aludía en el epígrafe dedicado
a la dimensión, puede explicarse en función de la escala, ya que es
ésta la que, en realidad, permanece constante y no el ta mano de los
objetos. Esta continua relaeión eon cl entorno es la característica más
importante de la escala. Gradas a este elemento es posible poner en
relación los objetos de la realidad y los de la imagen.
7.4.
la proporción
Los elementos escalares de la imagen
para verias desde cierta distancia, sino que hay que estar casi
debajo de ellas. hay que hacerlas una o dos cabezas más altas.
(...) Lo que se aiiadc en altura viene a consumirse en el eseorzo
y al mirarias resultan realmente proporcionadas. corrcctas y
no empequenecidas. sino llcnas de gracia.
Cuando Vasari habla de aumentar cl tamafio de las estatuas una
o dos cabezas, lo hace porque la medida de la cabeza era el módulo
dimensional de los cánoncs clásicos: asi, en el canon de Políclcto (sigla v a.C.I. Ia cabeza es la séptirna parte de la altura total dei cuerpo,
co el de Lisipo (siglo IV a.C.), este ticnc acho veces la altura de la
cabeza, etc. No existe, pues, una respuesta a la primera de las dos
preguntas formuladas y. mucho menos aún. en lo que se refiere a la
segunda, ya que como siempre que se alude a la experiencia visual
para resolver un problema, éste queda, necesaria y parcialmente. sm
solución ai no ser tal experiencia totalmente objetivable.
La historia deI arte ofrcce una serie de propuestas acerca de las
proporciones que han tenido mayor o menor persistencia a lo largo de
la historia, pero que, cn ningún caso, han supuesto un hecho irrefutable.
entre otras razones porque la objetivación de la proporción ideal parece
ser una utopía histórica.
EI modelo de proporción que más se acercó a esta utopia, según
muchos autores, es el de la sección Jurea. Utilizada por los griegos y
ensalzada en el renacimiento, esta «divina proporción» pasa por ser la
forma más sencilla de relación de un euerpo eon sus componentes.
Vearnos, brevemente, el fundamento de tal proporción.
Gráfieamente se obtiene aI biseccionar un cuadrado regular y proyectar la diagonal de una de las dos mitades sobre la prolongación de
la base dei cuadrado ; el lado horizontal dei rectángulo resultante es
aI lado vertical, como la suma de ambos es ai primero.
Es la rclación cuantitativa entre un objeto y sus partes constitutivas
y entre las partes de dicho objeto entre sí. Si se aplica, una vez más.
el principio básico de la percepción, el de la simplicidad, ai ser la proporción una relación, la más sencilla resultará la más idónea. (,Cuál
es la proporción más sencilla? o, aI menos, セ」オ£ャ
es la que se percibe
más Iácilmente?
Vasa ri, en pleno renacimicnto, al hablar de las proporciones correctas de las estatuas, recomendaba lo siguiente:
Cu ando las estatuas van a ir colocadas en lugar elevado,
y abajo no queda mucho espacio que haga posible alejarse
161
:
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\
\
\
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162 Introducción a la Teoría de la Imagen
Los elementos escalares de la imagen
Numéricamente, la relación más sencilla entre las dos partes a y b
de un segmento es conocida con los nombres de media o extrema razón
y sección áurea, y su expresión y valor numérico son los siguientes:
a
b
a+b
a
a
b
/5+
2
=
1,618
Valor que fue denominado «número de oro» y que Mark Barr y
Schooling fueron los primeros occidentales en designarIo con la letra
griega phi (1)) en los anexos de la obra de Theodore Cook, The Curves
of Life.
Una peculiaridad intercsante cs que la progresión geométrica de
números de razón rjJ se caracteriza porque cada uno de sus valores se
obtiene por la suma de los dos precedentes:
1
1
1> 1>2 1>3
La razón rjJ parece estar presente en todas las figuras geométricas
derivadas deI pentágono regular y deI decágono regular. También afecta, por tanto, aI dodecaedro e icosaedro regulares. Toda subdivisión
o síntesis de cualquiera de estas figuras se tendrá que hacer por particiones o sumas de segmentos en función de la sección áurea.
Matila Ghyka (1978a y b, 1979), quizá el autor que más a fondo
se ha planteado cl estudio de la proporción, afirma que-las estructuras
de los estados finales de las formas inorgánicas son regulares con una
simetría de tipo cúbico; esto es debido aI principio rector que rige su
evolución, el de «mínima acción» o de «Hamilton». En sistemas vivos
con materia organizada, sin embargo, los estados finales se basan en
formas con simetria pentagonal (gobernadas por el modelo de proporción de la sección áurea).
Ya he dicho antes que la sección áurea es quizá la que más se aproxima a esa utopia de la divina proporción. En cualquier caso, este hecho
no deja de resultar anecdótico desde la perspectiva actual. Dos razones
pueden esgrimirse, sin embargo, para justificar dicha hipótesis, La primera hace referencia a la tradición representativa occidental. Ya se vio
en el apartado dedicado ai formato, cómo este elemento apenas variaba
163
en las imágenes registradas; eo las creadas no sucede algo muy distinto,
aunque existe una mayor variación en las proporciones deI formato.
Si fuese posibIe hacer un estudio estadistico de la ratio de todos los
formatos de las imágenes, ai menos las producidas desde el renacimiento, sin duda no diferiría demasiado dei de la sección áurea. La segunda
justificación de ésta como la proporcióo más simple, se basa eo su
similitud con la proporción misma del campo visual humano. En este
sentido, la divina proporción sería la que mejor se adaptase a la visión
humana.
Con el estudio de los elementos escalares concluye este análisis
«horizontal» deI alfabeto visual de la imagcn. Cada uno de estos trece
elementos posee una naturaleza y cumple unas funciones plásticas determinadas, pero el valor de significación só lo lo obtienen cuando se
inscriben en el contexto plástico de la composición. Es a partir de su
ordenación sintáctica, formando estructuras, que a su vez también se
articulan entre ellas, cuando se produce la significación plástica cuyo
aislamiento y análisis es el objetivo último de este libro. Es menester,
por tanto, estudiar a continuación los mecanismos y fórmulas de composición icónica, la sintaxis de los elementos icónicos que constituye
el tercer hecho especifico de la naturaleza de la imagen.
La sintesis iconics
8
La síntesis icónica
Hasta ahora he analizado los elementos que constituyen el «alfabeto
visual» de la imagen. Este análisis horizontal careceria de sentido si
no explicase a continuación las diversas maneras que tienen estas elementos de combinarse entre si, siguiendo un principio de orden dentro
de la cornposición que tiene como resultado la producción de una
determinada significación plástica. La articulación sintáctica de los elementos plásticos formando estructuras constituye, asimismo, eI tereer
hecho específico de la naturaleza icónica enunciado co la introducción
dei libra.
Aunque eI término sintaxis ]0 tomo prestado de la gramática y, co
este sentido, es un término ajeno a la Teoría de la Imagen, existe una
gran semejanza entre aquélla y la composición de una imagen. La
sintaxis está constituida por un conjunto de regias para coordinar y
unir unos elementos -las palabras- y formar oraciones; en la composición, igualmente, se ordenan unos elementos formando estructuras
y éstas. ordenadas a su vez. producen la significación de la imagen.
En la gramática existe una sintaxis regular y otra figurada; la primera
se basa en la unión más lógica y sim pie de las palabras, y la segunda,
sin embargo, autoriza eI uso de figuras de construcción. En la imagen
existe, de la misma manera, una cornposición regida por ese principio
básico que es la simplicidad y que a partir de ahora denominaré normativa, y otra forma de cornposición en la que también caben las
transgresiones dei orden natural de la imagen y que hace casi infinitas
las maneras diferentes de significación plástica.
Esta innominada forma de componer las imágenes ha sido adaptada en la historia de la representación visual en muchas ocasiones.
Los modelos de representación realistas o naturalistas, basados en composiciones normativas se han alternado con otros bautizados de muy
diversas maneras (conceptuales, simbólicos, etc.). Las razones que llevaron al hombre a abrazar la mimesis en unos casos y la representa-
165
ción de ideas en otros, son muy diversas; general mente responden a
actitudes enraizadas en lo más profundo de la conciencia colectiva de
los pueblos. Los egipcios, por ejemplo, ai representar la figura humana
utilizaban un modelo arquetípico que no diferenciaba unos hombres
de otros; sin embargo, cuando la figura correspondía a una jerarquía
social y religiosa, el grado de diferenciación era extremo. Lo mismo
sucedía con las figuras de sus enemigos, los nubios y los hititas, o
con los tratados de botánica; siempre que la función requiriese modificar el esquema representativo éste se adaptaba ai nuevo objetivo.
No siempre la transgresión dei naturalismo ha perseguido fines tan
pragmáticos como en Egipto. EI rechazo dei paradigma renacentista
que se produce en las postrimerías dei siglo pasado y su superación
definitiva en el primer tercio deI actual, es otro ejemplo de modelo
transgresor que sólo pretende una transforrnación formal alejada de
los motivos que movieron a los egípcios, o a los hornbres deI medievo,
a utilizar esas formas de composición no realistas.
EI análisis de esta alternancia de dos modelos básicos de representación, uno normativo y otro transgresor, resulta tan apasionante que
sólo la disciplina que impone el indice dei libra me hace acabar con
esta digresión actual. No obstante. este aparte mío tiene bastante
sentido en este primer capítulo sobre la composición de la irnagen. ya
que, necesariamente, me he de referir a un tipo de composicíon normativa,
cuyo objeto primordial es conseguir el enunciado visual más idóneo
de la realidad, mediante la selección y ordenamiento de los elementos
icónicos apropiados para tal fin; es decir, aquélla en la que los criterios
de eficacia visual y la coherencia en los resultados están presentes y
priman sobre cualquier experimento de búsqueda o investigación de
nuevos comportamientos plásticos basados, precisamente, en la transgresión de toda norma y, a veces, de la pro pia naturaleza de los elementos plásticos.
Creo innecesario justificar que el hecho de ocuparme sólo de un
tipo de composición que inspira uno de los dos modelos de representación a los que antes aludía, el realista, no implica por mi parte juicio
de valor alguno; el lector entenderá que antes de analizar cualquier
ruptura del orden representativo hay que estudiar el mismo concepto
de orden que es el único que da sentido a dicha ruptura.
8.1,
Concepto de orden icónico
EI orden de la imagen es el principio que rige su cornposición. Se
manifiesta a través de las estructuras icónicas y la articulación de
166
Introducción a la Teoría de la Imagen
La síntesis iconics
éstas. Es cl concepto nuclear sobre el que se basa la cornposición de
la imagen, ya que ésta puede reducirse a la relación entre:
Estructuras セ
dcbid"s a
Significación
、セ「ゥB
Orden
(pri-
mera
sintaxis)
セ
Estructuras
(ámbito de
rclación de
los elementos ordcnados)
セ
Orden
(segunda
sintaxis)
セ
Significación plástica
(resultado de las relaciones plásticas.
Susccptib l c de ser
analiz a d a formalmente)
Vemos, por tanto, que la significación plástica, cuyo análisis es el
fin último de la Teoría de la Irnagen, depende dei sistema de orden que
se elija en la representación. El orden visual de una imagen se basa
en el orden visual natural, es decir, el de la percepción. Si el orden
icónico asume el orden perceptivo, la composición será normativa; si
lo transgrede, la imagen producirá una significación plástica directamente relacionada con el elemento o la estructura de la realidad que
ha sido alterada.
Como digo, el orden visual, en sentido general, está impuesto por
nuestra percepción y se manifiesta en la construcción de una imagen
natural." y en la conceptualización posterior de ésta. Las tres manifestaciones más notables de dicho orden visual son los fenómenos de
la tridimensionalidad, la organización perceptiva y las constancias.
Existen entre ambos órdenes, el visual y el icónico, diversos grados
de correspondencia. Cualquier cualificacion deI orden visual a través de
la imagen produce significación plástica. Los limites de dicha significación van, por tanto, desde la representación naturalizada a la transgresión total deI orden visual. En el primer caso la única cualificación
de la realidad es la impuesta por la naturaleza dei media de representación, es decir, la significación depende dei medio que produce la
imagen. En el segundo, esa entropía icónica también es portadora de
una significación basada en una representación dcsestructurante de la
1
8.2.
Estructuras de la imagen
a
Aunque el principio de orden icónico se pane de manifiesto desde
el primer momento de la representación en la combinación de los
elementos de la imagen:
セ
realidad y, cn este sentido, depende más de la propia composición de
la imagen que dei media que la alberga.
produce
ーイHI、ャ セ
Orden セ
Elementos
(los 13 que
forman el
alfabeto
visual)
167
Concepto definido en el capitulo 2 deI libra.
Una estructura icónica define la opción elegida para representar
cada pará metro de los que depende la identidad visual de la realidad.
Como ya he dicho.iésta vicne definida, dentro de un marco de relación,
por el espacio y el tiempo, y en el caso de la imagen aislada, fundamentalmente, por el parámetro espacial, ya que en esta clase de imágenes
la temporalidad depende dei espacio.
EI concepto de estructura icónica se basa, cómo no, en la estructura
dei percepto que produce el estímulo (1a realidad en sentído general).
En la introducción de la parte terccra dei libro se incluía un gráfico
en el que se indicaba que la representación era la suma de dos esquemas:
uno perceptual y otro icónico ; este último se identifica con la estructura
de la imagen constituida, naturalmente, por las tres estructuras icónicas:
espacio, temporalidad y la de relación. También comentaba en la mencionada introducción que la representación es un equivalente plástico
dei percepto o, dicho de otra manera, de la estructura deI estímulo:
luego, las tres estructuras icónicas o, lo que es lo misrno, la estructura
resultante de la imagen deberá recoger aquellos rasgos estructurales
que definen el estímulo que ha de representarse, ai menos, si se pretende
una represcntación normativa. Una vez más, nos encontramos con el
ejemplo dei cubo; en la representación de esta figura existen múltiples
posibilidades que contienen, cada una de ellas, un grado diferente de
información para definir su identidad estructural. De los tres ejernplos
recogidos en la figura 8.1., sólo el tercero posee el número suficiente
de rasgos de estructura para defini rIo.
De lo anterior se desprende que el carácter transgresor o normativo
de una composición depende de las estructuras de representaeión de
la imagen, porque son éstas las que asumen o rechazan el orden de la
realidad; yo decia, ai principio dei apartado, que el orden de la imagen
se manifiesta a través de ellas, en este sentido, si la primera representación dei cubo nos ofrece un espacio plano, tal representación será
transgresora porque la estructura espacial de la misma no asume la
principal característica de ese objeto que es su volumen.
En el arte y en la comunicación visual aplicada en general, se encuentran ejernplos mucho más cornplejos y, ai mismo tiernpo, más sugestivos que el que acabo de citar, pero el fundamento de todos ellos
168 Introducción a la Teoria de la Imagen
es sicmprc cl mismo: la imagen posee una capaeidad cstructural de
reprcsentación y ofrccc, asimisrno. opcioncs muy diversas para restablecer o no el orden visual de la realidad: la clccción só{o depende
dei crcador de la imagen.
Existe una crecncia bastante generalizada que atribuye un cierto
caracter normativo a algunos medios y transgresor a otros ; asi, por
ejemplo. la fotografia perteneeería a los primeros porque restableee eon
razonable fidelidad las formas, los tamaiios, las distancias, las luces,
etcétcra. A esta idea que se podría bautizar como la «falácia deI medio» no hay que darle mayor crédito puesto que. básicamentc, confunde los elementos materiales y formales de la representación ; sabido es.
por ejemplo. que fotográfica mente se puedc crear un espacio plano o estereoscópico.
AI ocuparme en el capítulo cinco de la simplicidad estructural,
expuse varios métodos con los cuales podía evaluarse dicha simplicidad.
Los primeros. los métodos cuantirativos, no cran útiles, como entonces
se dijo, para valorar estructuras con un cicrto grado de cornplejidad :
en este caso era necesario utilizar otro método que denominé «ponderado» y que sirve para evaluar la simplicidad estructural eo un sentido relativo. Tal método se basa, fundamentalmente, en tres factores:
I.
2.
3.
La elección dei medio de representación estructuralmente más
simple.
La unificación de los elementos de la representación.
La utilización de un repertorio reducido de estos elementos.
Quizá el lector se pregunte por qué retomo el tema de la simplicidad
en un apartado en el que se intentan aclarar algunos extremos acerca
dei concepto de estructura icónica. Hay una doble razón para ello.
En primer lugar, es necesario reconocer con claridad cuál es la estructura de una imagen, es decir, qué elementos o que parámetros son los
responsables de la identidad deI objeto representado en la imagen; qué
aspectos de dicha representación poseen un carácter de invariabilidad,
de perrnanencia, cuyo cambio traería consigo la transformación de
la representación y la pérdida de esa identidad. La segunda razón
aludida tiene que ver con el concepto de composición normativa definido en la introducción de este capítulo. Si el orden visual tiende a
la organización más simple de los estímulos y la representación se
rige por un orden, el icónico, emanado deI anterior, e1 enunciado
visual más idóneo será, en principio, el más simple, Intentaré ilustrar
ambos hechos con un único y conocido ejemplo: el Guemíca de Picasso.
La síntesis icónica
169
Esta imagen, en mi opinión, es un modelo de simplicidad que está
basada en una estructura igualmente sirnple y rcconocible, la cual se
adapta perfectamente ai «tema» de la representación (existe, por tanto,
una correspondencia estructural entre tema y reprcscntaciónj,
Picasso, a la luz de todos los bocetas previos ai mural, parece que
optó desde el principio por la construcción de una narración visual. Si
aplicamos a rajatabla eI primer principio dei método ponderado. se cncuentra, aparentemente, una contradicción entre este caracter normativo
de la imagen y mi afirmación anterior que atribuye a ésta una gran
simplicidad. Para toda narración es más idónca, estructuralrncnte, una
irnagen secuencial que una aislada, como son cn principio la rnayoría
de las obras pictóricas, las cuales resultan a su vez más adecuadas para
cumplir funciones descriptivas. Sin embargo, el Guernicu. como justificaré detalladarncnte en eI último capítulo del Iibro, resulta ser una imagen
secuencializada gracias a una estructura tríptica de la composieión y a los
elementos temporales (fundamentalmente las direcciones de eseena). Los
dos principias restantes, de los que depende la simplicidad de una
imagcn, se cumplen, asimismo. sobradamente: la utilización de una
inmensa gama de grises para traducir todos los valores de luz en la
escena ; la utilización de los rnismos repertorios iconográficos (rostros
femeninos, ajas, cabellos. bocas, etc.] ; el propio acabado superficial dei
cuadro que simplifica esa abigarrada escena gracias a la nitidez de los
contornos de los personajcs, y otros faetores similares, demuestran la
economia representativa que posee la obra.
En cuanto a la estructura de la irnagen, el primer estúdio de composición (véase figura 1.1) cuenta con bastantes de esos hechos plásticos
que a lo largo deI proceso de elaboración deI mural se demostraron
permanentes. Tan sólo un elemento, eI formato, difiere entre esta primera
composición y la definitiva; sin embargo, si no se tiene en cuenta la
superficie inferior dei papel que está vacia, y la inmediata superior, ocupada por una Iínea circular, la ratio dei boceto se aproxima aI :1,9, muy
próximo ai definitivo.
Existen ya en este prirner apunte compositivo tres elementos icónicos, cada uno perteneciente a una de las tres estructuras de la irnagen
que configuran la estructura general de la obra: el formato (estructura de
relación), un espacio triptico (estructura espacial) y las direcciones
(temporalidad). En cada imagen existe esa estructura básica sobre la que
se sustenta toda la representación. En unas imágenes se advierte más
fácil mente que en otras ; esto, generalmente. correlaciona con el nivel de
simplicidad.
Antes de ocuparme de otro concepto básico, en lo que a la composi-
La sintesis icánice
171
ción se refiere, el de significación plástica, voy a relacionar gráfica mente
a éste con los de orden y estructura icónica, ya que los tres están intimamente ligados y, como he dicho en repetidas ocasiones, la significación de una imagen depende de la ordenación sintáctica de las estructuras
que la forman (véase esquema de la página anterior).
8.3.
*
la significación plástica
EI concepto de significación plástica es tan simple como fundamental
dentro de la Teoría de la Imagen. Normalmente, en una imagen existen,
asociados. dos tipos de significación: el sentido, o componente semántico, y la pro pia significación plástica de la imagen. Es posible, sin
embargo, que una imagen carezca de sentido, pera siernpre poseerá ese
otro tipo de significación cuyo aislamiento es el objetivo primordial de la
Teoría de la Imagen en lo que se refiere ai análisis icónico.
Este planteamiento constituye una cuestión de principio dentro de
esta disciplina, ya que si la Teoría de la Imagen cuenta con algún campo
de trabajo específico, éste, sin duda, es el dei estudio de los elementos
for males que componen la irnagen, así como el deI análisis de la significación que dichos elementos producen. En mi opinión, es provechosa,
asirnismo, una cierta beligerancia respecto a tal planteamiento, puesto
que de todos los aspectos que se integran en una imagen (estéticos,
sociológicos, técnicos, etc.], este componente formal al que me refiero es,
desde luego, el menos desarrollado pese a ser, como he dicho, el más
específico. Un mensaje puede comunicarse verbal o icónicamente; cualquier anàlisis de contenido, mínima mente elaborado, seda útil a la
hora de explicitar las claves semánticas dei mismo, pera, sin embargo,
esta rcducción a sentido deI rnensaje verbal o deI icónico acabada con
lo especifico de uno y otro.
Como decía en el apartado donde desarrollé el concepto de orden
icónico, la significación plástica surge de la cualificación que a través de
la imagen se hace dei orden visual; pero la imagen, además, puede
producir también una cualificación dei sentido que ella misma vehicula,
pudiendo alterar la pro pia semántica de dicha imagen mediante determinados recursos exclusivamente icónicos (angulaciones de cámara, tamano dei cuadro, formato, proporciones, etc.). Quiero decir con esta,
que la utilización de los métodos de análisis de contenido tradicionales,
los cuales apenas valoran los aspectos formales de la imagen, no só lo
son ineficaces porque no tienen en cuenta la significación plástica, sino
que, adernás, tampoco son correctos porque no consideran la influencia
172 Introducción a la Teoria de la Imagen
que la «puesta en escena» tiene sobre el sentido de la imagen. de lo
que se deduce que el análisis de este tipo de significación asociada
primariamente a los elementos formales de la cornposición es imprescindible para entender la naturalcza irrepetible de cualquier imagen. asi
como para efectuar, posteriormente, cualquier otro tipo de análisis (de
contenido, de estilo. iconográfico, etc.).
Desde esta perspectiva, podría enunciarse eI concepto de significación
plástica, en una primera aproximación, como la suma de todas las
relaciones producídus por los elementos icónicos organizados en estructuras
según un principio de orden. ai margen deI sentido deI que, ocaísionalmente, la imagen es portadora. Existen dos niveles de significación ;
si nos fijamos en el esquema que cerraba eI apartado anterior puede
observarse que en él figuran dos sintaxis: la primera, que se corresponde
con el primer nivel de significación, ordena los elementos básicos de la
imagen ; el resultado se manifiesta a través de una serie de opciones
representativas, que aunque en el esquema citado se reducen a cuatro,
pueden ser más numerosas. EI otro nivel de significación se corresponde
con la segunda sintaxis ; la nueva manifestación dei orden icónico se
basa en la elección y posterior articulación de tres opciones representativas, una espacial, otra temporal y una tercera que relaciona las dos
anteriores. Estas tres estructuras constituyen la estructura general de la
imagen a la que va asociada, como ya se ha dicho, la significación
plástica. Ambos niveles son fácilmente constatables, aunque para ello,
lo rnismo que para entender el concepto misrno de significación plástica,
hay que huir de la lógica deI sentido y profundizar más en lo que podría
lIamarse la respuesta perceptual organizada. Una figura representada
sobre fondo blanco va a diferir, en cuanto a dicha significación, si
el fondo es gris o negro, pese a que el sentido se mantenga inalterado
en los tres casos. EI segundo nivel de significación depende de la estructura de representación que se elija; el ejemplo más sencillo para ilustrar
este hecho es quizá la posibilidad de representar la realidad a través
de una sola imagen aislada o de hacerlo mediante varias imágenes
secuencializadas.
La valoración de la significación plástica de una imagen sólo es
posible mediante el análisis ; en este sentido, si se ha definido esta forma
de significación como específica y desconectada de otros componentes
de la imagen, se necesitará un método de análisis, asimismo específico,
que tenga en cuenta primordialmente las variables forrnales, aquéllas
de las que depende este tipo de significación. Esta práctica de análisis
requiere una actitud desprejuiciada respecto a la imagen a analizar y,
sobre todo, respecto a los resultados dei mismo. No se trata de reducir
La sintesis ic6nica
173
la imagen a sentido como pretende, por ejemplo, la serniótica: ni de
explicitar las claves estéticas, las variables de estilo o ellugar y la época
en los que se ha producido la imagen, como harían la Teoria y la
Historia dei Arte; no se puede valorar, tampoco, la imagen como un
producto genérico de la comunicación humana 2. Si el objetivo es analizar la significación plástica, sólo un método basado en aquellas variables
de las que ésta depende será útil para ello. Hay que acostumbrarse aI
analízar una imagen, a no esperar resultados conclusivos como si se
tratase de una operación matemática. EI rigor de un método no se basa
en la monosemia y concisión de tales resultados. sino en la formalización de sus presupuestos. La exposición de esta metodologia, pro pia
de la Teoria de la Irnagen, es e1 objeto dei último capítulo deI libra, por
lo que ahora prefiero obviar el tema no sin antes referirme a un hecho
que, sin duda, es el que mejor explica el concepto de significación
plástica: los rep.ertorios iconográficos.
En la representación visual existen multitud de iconografías que no
son otra cosa que variaciones plásticas de un determinado tema. Asi,
por ejemplo, en la pintura sacra son numerosas las representaciones de la
«anunciación», la «crucifixión», la «última cena», la «adoración», etc.
En cada uno de estas repertorios cl sentido, es decir, eI componente
semántico de la imagen, es el mismo y, sin embargo, seria ridículo no
establecer diferencias entre las distintas manifestacioncs iconográficas.
Tales diferencias se explican, básicamente, en función deI concepto de
significación plástica aI que me estoy refiriendo. Por ejemplo, compárese la «última cena» de Leonardo da Vinci (Fig. 8.1) con la de Thierry
Bouts (Fig, 8.2). Entre estas imágenes se dan multitud de semejanzas:
ambas pertenecen a la segunda mitad deI siglo xv, las dos representan
la última colación de Jesucristo con los apóstoles antes de su prendimiento, eI espacio escénico es tarnbién muy similar, etc.; existen, asimismo, analogias formales entre las dos representaciones: la tridimensionalidad está sugerida en ambos casos por la perspectiva creada por
ventanas, techo y suelo, la figura de Jesucristo ocupa en una y otra el
centro de la composición, esta posición se estabiliza, aún más, ai quedar
enmarcada dentro de la puerta central presente en ambos refectorios,
podría negar las diferencias entre una
etcétera. Sin embargo, セアオゥ←ョ
y otra imagen?
La diferencia fundamental entre la significación de una y otra hay
que buscarla en la estructura compositiva de cada una de ellas. Pese
1 Una crítica de las disciplinas que han abordado el anàlisis de la imagen la encontrará ellector en Villafafte (1981, 20 Y ss.].
Figura 8.2.- La cena. de T. Bouts.
176
Introducción a la Teoría de la Imagen
a que ambas se caracterizan por una gran simetria, los efcetos que
ésta produce son bastante distintos. En la cena de Leonardo, la figura
central ocupa una posición sumamente estable dentro dei cuadro; este
hecho, en condiciones normales, supondría una merma considerable deI
peso visual deI elemento ubicado en esa posición, ya que eI peso visual
y la estabilidad son inversamente proporcionales; sin embargo, el Cristo
de Leonardo ve incrementado dicho peso gracias aI aislamiento que
paradójicamente posee en relación a los dos grupos de tres apóstoles
que le flanquean por la derecha y por la izquierda.
EI espacio deI cuadro está segmentado en cinco partes sobre la
horizontal, que es la orientación dominante de la imagen no sólo debido
a la ratio deI formato (I :1,7), sino, además, a la distribución de las
masas que forman los personajes,
De cada una de las cuatro partes que ocupan los cuatro grupos de
tres apóstoles surge, ai menos, un vector de dirección que va hacia la
figura dei centro. EI efecto que producen estas direcciones entre el
pcrsonaje central y los laterales es de atracción-repulsión, el mismo
resultado que producía eI aislamiento antes citado de un elemento que
ocupaba aI mismo tiempo la posición más estable de la cornposición,
su centro geométrico.
Si el Cristo de Leonardo puede decirse que se encuentra solo, pese
a la compafiía de sus discípulos. el de Bouts se halla integrado sólidamente con todo el grupo de personajes deI cuadro. De hecho, el carácter
sobresaliente deI Cristo de Bouts sólo existe debido aI forzamiento
de la simetría y el equilíbrio estático de toda la composición. De todos
los triângulos sobre los que se basa el equilibrio de esta imagen
(Fig. 8.2), el más nítido es el que forman las dos cabezas de los apóstoles
sentados de espaldas en primer término con la cabeza de Jesucristo que
coincide con eI vértice su perior de dicho triángulo, así como con una
vertical que atraviesa eI cuadro con una rectitud excesiva (viga central
deI artesonado, soporte de la lárnpara, línea central de la puerta, cabeza,
dedo vertical de la mano derecha y hostia sobre la izquierda).
EI resto de los triángulos de la composición favorecen esta posición
estable que ocupa el personaje central, el cual, aI margen de estos
recursos, muy poco dinámicos por cierto, no posee un excesivo peso
visual. La composición sobre la vertical deI cuadro (de ratio 1,2:1) favorece, aún más, esta integración de todos los personajes,
Si se realizara un verdadero análisis de ambas imágenes, las diferencias plásticas serian más evidentes; no obstante, a partir de estas someras descripciones sobre la estructura de ambas cornposiciones. pienso
que resulta más fácil entender el concepto de significación plástica.
9
La composición
de la imagen
En el capitulo anterior me ocupé de la composición desde un punto
de vista teórico, definiendo los conceptos de orden, estructura y significación. Es menester ahora descender a la casuística que la operación
de componer una imagen implica y explicar los hechos y los factores de
los que ésta depende. Forzosamente esta explicación ha de ser genérica,
ya que las infinitas posibilidades de variación de la imagen ímpiden
tanto los juicios particulares como las afirmaciones categóricas.
En este capítulo me voy a referir a un tipo de composición normativa, cuyo concepto definí en el anterior; ello implica, como ellector
recordará, una forma de representación que asume el orden visual natural, el que impone nuestra percepción y dei que deriva, en esta clase
de cornposiciones, el pro pio orden icónico. En este sentido, la propiedad
más destacada deI orden de la percepción, la simplicídad, se constituye,
asimismo: en la característica primordial de toda norma cornpositiva.
En la composición de la imagen, salvo que existan razones justificadas
en contrario, hay que tender siempre a la simplicidad y a la economia
de medios. Cuando en el capítulo 5 describi las funciones plásticas que
cumplía cada elemento icónico, en ningún caso quise dar a entender que
tales funciones sólo podrían ser satisfechas por un determinado elemento, sino que éste era el más idóneo para eIlo. Tal idoneidad no se
basaba en otro critcrio que el de la simplícidad.
9.1.
Algunas puntualizaciones acerca
de la composición
La cornposición セウ el procedimiento que hace posible que una serie
de elementos inertes cobren actividad y dinamismo al relacionarse unos
con otros. Cualquier agente plástico tiene un cierto valor de significación en sí mismo ----cn esto se diferencian, por ejemplo, de las unidades
178 Introducción a la Teoría de la Imagen
de articulación de otras formas de lenguaje-, sin embargo, esos valores
individuales de los elementos siempre son relativos, puesto que el
contexto plástico que se crea aI componerlos los modifica, potenciando
o inhibiendo dichos valores. La formalización teórica de los aspectos
producid os por la composición de los elementos de una imagen plantea,
general mente, muchas dificultades; no obstante, es posible enunciar una
serie de hechos genéricos que la afectan, así como algunas consideraciones que pueden aclarar la naturaleza de esta operación.
1. Los objetivos de la composición plástica y los factores que la
rigen son independientes dei grado de iconicidad de la imagen. Si existcn
unas normas de las que depende la idoneidad compositiva, es decir, su
simplicidad, éstas deben ser las mismas en una obra de Mondrian que
en un cuadro de Velázquez. Téngase en cuenta que la significación plástica, que es el resultado de la cornposición, no se basa en factores semán ticos, los cu ales serían los más afectados por una merma de la
iconicidad, sino en otros exclusivamente plásticos (proporciones, colores,
formas, etc.): entre éstos pueden establecerse relaciones de todo tipo
(contrastes, simetrías, direcciones, equilibrios, etc.). Tales relaciones surgen de las pro pias característícas scnsibles de los elementos y éstas
nunca se ven alteradas por el gra .lo de iconicidad ; cl rojo sigue siendo
rojo en un cuadro de Mondrían lo mísmo que en uno de Velázquez.
Este hecho quedará meridianamente claro cu ando me ocupe más adelante dei equilibrío compositívo; si en una ímagen un elemento tiene
determinado peso visual, para contrapesarlo y conseguir el equilibrio
habrá que situar otro elemento de un peso similar en una zona adecuada deI plano original; este segundo elemento no debe ser necesariamente figurativo.
2. Otro factor a tener en cuenta en la composición de la imagen,
como ya he comentado en diversas ocasiones, es cl orden visual impuesto
por eI sistema perceptivo humano. Sus tres manifestaciones fundamentales son la tridimensionalidad, las constancias y la organización perceptiva, las cuales pueden ser asumidas en diferentes grados por la
composición.
Reitero, una vez más, el sentido relativo que tienen estas puntualizaciones acerca de la cornposición y, sobre todo, insisto en mi referencia continua ai concepto de composición normativa, ya que, de lo
contrario, algunas de mis afirmaciones podrían resultar ciertamente
dogmáticas. Una imagen resulta más simple compositivamente, si su
espacio tiene, real o virtualmente, profundidad, si en éste se establece una
La composición de la imagen
179
progresión decreciente de los tamafios de los objetos en función de la
distancia y si la organización dei espacio y la temporalidad en la representación asumen los principios naturaíes c la organización perceptiva; ahora bien, no se deben hacer composiciones de manual y,
aunque existan transgresiones menores dei orden visual perceptivo, la
composición puede seguir considcrándose normativa si el resultado
plástico es todavía suficientemente simple.
3. En relación con lo anterior, hay que puntualizar que la simplicidad no es antónimo de complejidad en la composición, ai menos
si se entiende ésta como una multiplicidad de elementos y no de relaciones plásticas. En este sentido, técnicas compositivas basadas en la
simetría y la regularidad, no suponen un resultado compositivo necesariamente simple, o en cualquier caso, esta simplicidad no tiene demasiado valor plástico.
Lo que hace que una imagen sea compleja y, por tanto, posea
mayores posibilidades de significación es la diversidad de las relaciones
plásticas que los elementos de la imagen pueden crear. Si éstos se utilizan
para cumplir una sola función (el color y la textura, por ejemplo, para
dar corporeidad a los objetos, la forma para delimitar el contorno de
los mismos, los planos para albergar simplemente a otros elementos,
etcétera) y no se articulan entre sí para crear relaciones que no dependan de un único elemento y que posibiliten la superación de esa
idea de la composición como simple suma de unos elementos, no será
posible conseguir e1 efecto de totalidad que implica la operación de componer.
Este matiz diferenciador entre una simplicidad que bien podría denominarse estructural y otra que sólo se refiere a la elementahdad de
las formas, no siempre es apreciado; un ejemplo de ello lo tenemos en
Dondis (1976, 133) cuya opinión puede resumirse en la siguiente cita:
El orden contribuye consíderablemente a la síntesis visual
de la simplicidad, técnica visual que impone el carácter directo
y simple de la forma elemental, libre de complicaciones o
elaboraciones secundarias. La formulación opuesta es la complejidad, que implica una complicación visual debido a la presencia de numerosas unidades y fuerzas elementales, que dan
lugar a un difícil proceso de organización deI significado.
La simplicidad, como digo, nada tiene que ver con la elementalidad
de la forma o de cualquier otro elemento, ni con un tipo de compo-
180 Introducción a la Teoría de la Imagen
sición poco elaborada. La obra de Picasso es, en este sentido, un claro
ejemplo de cómo formas estructuralmente muy evolucionadas se armonizan de una manera sencilla en el proceso de la cornposición de la
obra, proceso por otra parte, enormemente cambiante y elaborado,
como lo demuestra la historia gráfica dei Guernica o La Garoupe. eo las
cuales el denominador común de los resultados plásticos es, siempre,
eI vigor expresivo conseguido de una manera plásticamente simple como
tendremos ocasión de compro bar en el último capítulo dellibro ai analizar, precisamente, la primera de estas obras.
4. Aunque se prcscntan en la cornposición plástica, en cada caso
concreto, elementos no equipotentes entre sí dado que una de las propiedades básicas de la misma es su jerarquización, no existe razón
objetiva alguna, en principio, por la cual atribuir a ningún elemento
una mayor influencia plástica dentro de dicha cornposición,
Éste es el mismo hecho que se planteaba ai estudiar los elementos
morfológicos. Entre estos seis elementos parece. a primera vista, que el
color y la forma son más importantes que el resto de los elementos,
entre los que destaca alguno de ellos, como eI punto, por su extremada
sencíllez: sin embargo, no se puede admitir, al menos a nivel teórico,
tal valoración, puesto que en un contexto determinado, alguno de estos
elementos más complejos puede convertirse en secundario y, por el
contrario, el punto o cualquier otro pasar a desempenar un carácter
dominante en la composición.
La historia de la pintura demuestra cómo, en determinados períodos,
se ha recurrido ai empleo de determinados elementos morfológicos con
un carácter dominante, siendo tales elementos en ocasiones enormemente simples. Dos buenos ejernplos los tenemos en el puntillismo y
en el cubismo analítico. En el primer caso el punto se constituye en el
elemento formal más importante. asi como en el configurante material
de la imagen. En el segundo ejemplo el plano es el responsable de una
nueva forma de representación dei espacio.
5. Del mismo modo que no existe ninguna escala de valor dentro
de los elementos icónicos de una cornposición, tampo co éstos poseen
valores estables de significación. Su actividad y dinamismo plástico
dependen de su interrelación. Un contorno, por ejemplo, es más activo
cuando se superpone sobre una superfície, y este hecho produce unos
valores intensivos y cualitativos diferentes en dicha superfície. La zona
endotópica (aquella porción de superficie encerrada por el contorno)
se activa en mayor medida que el resto.
La composición de la imagen
181
6. EI resultado visual inherente a toda cornposición. depende de
un efecto de totalidad y nunca de una adición de elementos. La composición es algo más que la selección mecánica de un espacio y unos
elementos que lo habitan, el efecto de totalidad es fácilmente perceptible si comparamos una imagen «cornpuesta» de un tema con otra
imagen accidental de dicho tema. Los límites de la imagen resultan
prolongables a izquierda y derecha en la segunda. por arriba y por
abajo, mientras que, en la compuesta, dichos límites resultan infranqueables. Este efecto de totalidad ofrece a la imagen una impresión de
unidad y no de multiplicidad,
EI efecto de totalidad tiene mucho que ver con el equilíbrio. que
como se verá en el siguiente apartado es eI resultado de la composición. Cuando una imagen obtiene el equilibrio entre todos sus elementos
y éstos pierden su autonomia en beneficio de la síntesis icónica, ésta
adquiere un carácter de permanencia que, sobre todo, en el caso de
la imagen aislada es fácilmente perceptible. Una vez más, este hecho
depende en gran medida de la simplicidad de la estructura que sustenta
la cornposición.
9.2.
EI equilibrio dinámico
Introduzco premeditadamente en el enunciado de este apartado el
término dinámico, porque ésta es la primera propiedad del tipo de
equilibrio ai que me refiero. No quiero multiplicar la terminologia propia
de la Teoría de la Imagen. pero haya o no unaoformulación explícita de este hecho, existen, y esta es indudable, dos formas de composición cuya resultante es una diferente versión dei equilibrio.
La primera de éstas se corresponde con un tipo de equilibrio que
podría denominarse estático, caracterizado básicamente por tres técnicas
cornpositivas:
1. La simetría.
2. La repetición de elementos o de series de elementos.
3. La modulación dei espacio en unidades regulares.
Y un segundo tipo de equilibrio cuyo resultado es esa permanencia
e invariabilidad de la composición característica de ese estado de «necesidad», dei que habla Arnheim (1979, 35). dei todo con respecto a sus
partes:
En una composición equilibrada, todos los factores deI tipo
de la forma, la dirección y la ubicación se determinan mútua-
182 tntroauccion
a la Teoría de la Imagen
mente de tal modo que no parece posible ningún cambio, y el
todo asume un caracter de -necesidad- en cada una de sus
partes.
Este equilibrio dinárnico se basa fundamentalmente en:
1. La jerarquización dei espacio plástico.
2. La diversidad de elementos y relaciones plásticas.
3. EI contraste.
Cuando eI equilíbrio es imperfecto, la cornposición aparece como
una fase más deI proceso de elaboración, algo que no está concluido
y que puede modificarse en cualquier momento. El resultado in mediato es la aparición de varias opciones visuales de diversas alternativas, la composición se torna ambigua y su primer objetivo, la consecución dei enunciado visual más idóneo, se derrumba. En algunas
ocasiones, qué duda cabe, la intención deI «compositor» icónico es
obtener un resultado arnbiguo. Ya he advertido que me estoy refiriendo
a cornposiciones normativas y que, por tanto, tales procedimientos
no son objeto de consideración.
La formalización de las causas y factores de los que depende el
equilibrio en una imagen es bastante problemática. Los escasos trabajos
de investigación que existen sobre este tema son, en su mayoria, bastante
incompletos y sus resultados tienen, por tanto, una validez muy limitada.
En muchos casos, las regias para equilibrar una cornposición se basan
en las experiencias que determinados creadores visuales han transmitido
en algunos de sus escritos; éstos se fundamentan en casos muy particulares que no han tenido verificación empírica a nivel general.
Yo mismo pude compro bar estas dificultades que ahora comento
cuando en 1979 llevé a cabo una investigación específica sobre el equilibrio plástico. Se trataba de un estudio experimental centrado en torno
a cinco aspectos:
I.
2.
Valoración del equilibrio.
Fijación de un repertorio de elementos icónicos.
3. Jerarquización de tales elementos.
4. Jerarquización de la superficie dei cuadro.
5. Conmutación de las diversas variables plásticas.
Para el desarrollo de esta investigación conté con la colaboración
de casi media centenar de estudiantes de la Facultad de Bellas Artes
La composición de la imagen
183
de Madrid, todos ellos con la suficiente experiencia y pericia plásticas
como para no tener que inventar soluciones gráficas en cada momento
de la prueba. Durante varios meses de trabajo recogí más de un millar
de cornposiciones que los sujetos de la prueba realizaron siguiendo rnis
indicaciones. Los resultados fueron desiguales ; junto a determinados
hallazgos, cuya formalización teórica todavía pasa hoy día como una
aportación original, hubo también conclusiones ambiguas de las cu ales
no fue posible extraer consecuencia alguna. En cualquier caso, la experiencia fue un éxito en un determinado sentido, ya que sirvió como
pretexto para una ref1exión colectiva sobre innumerables problemas
plásticos, algunos de los cu ales, según los testimonios de los participantes, era la primera vez que se planteaban en un centro docente
como aquel. Algunas de las conclusiones positivas de la prueba han sido
citadas ya en algunos capitulos de este libro. no obstante, a continuación expongo sintéticarnente las más notables:
El primer punto, la valoradón dei equilíbrio, supuso un intento de
objetivación de las causas de las que supuestamente dependía el equilibrio. Obtuve algunas conclusiones parciales y una general que cs, sin
duda, la más importante. Entre las primeras destaco las siguientes:
1. Algunos aspectos de los que depende el equilibrio son cuantificables; por ejernplo, la superfície de los objetos dentro dei marco visual,
la relación de ésta con la superficie total deI cuadro, los repertorios
de elementos plásticos, el grado de ambigüedad que puede establecerse
en composiciones no figurativas en función de los cuatro visionados
básicos que se obtienen aI tomar corno base dei cu adro cada uno de
los cuatro márgenes, las distancias internas de la composición, etc. En
un cierto sentido, podría decirse que está equilibrada aquella composición que supone una única opción visual para un grupo de observadores. Cabe argumentar, y con acierto, que es posible que ninguna de
las cuatro opciones básicas de visionado de la imagen esté equilibrada
y que la menos desequilibrada pueda tomarse como idónea. Tal objeción
es correcta, y hay que admitir que, si es relativamente fácil darse cuenta
de ligeros desequilibrios en las imágenes, emitir un juicio sobre lo contrario está, general mente, lejos de la objetividad. En las pruebas relacionadas con este punto recomendé a los sujetos el uso de formas
simples para facilitar el discernimiento y poder llegar. aI menos, a unas
mínimas conclusiones.
2. Otro de los pequenos hallazgos fue compro bar, además de la
existencia de un equilibrio dinámico y otro estático, que este último no
184 Introducción a la Teoría de la Imagen
está ligado absolutamente a la simetria y a la regularidad, sino que,
condicionado lógicamente por el equipo perceptivo humano, favorece
ligeras desviaciones de esta exactitud que se le atribuye. Se consiguió
mejorar, por ejcmplo. los resultados visuales de algunas composiciones
basadas en la simetria, aI trucar algunas medidas y distancias de los
elementos entre sí. Un ejemplo conocido, que sirve para ilustrar este
hecho, es la bisección de una recta vertical; el sujeto siempre divide
la recta en dos mitades desiguales de las cuales la superior es más corta.
Este equilibrio estático, eo el que, al contrario que en el dinâmico, la
mayor parte de sus pro piedades si son objetivables por su posibilidad
de cuantificación, puede mejorarse, como decia, si se tienen en cuenta
ciertos fenómenos como el de la división de la recta.
3,
En el equilibrio dinámico, a medida que aumentan los elementos
icónicos y su diversidad, es más dificultosa la valoración dei equilibrio,
no tanto por razones puramente cuantitativas, sino porque los elementos
son absolutamente polivalentcs, modifican sus funciones de relación y
no mantienen valores estables.
4. Otra conc1usión parcial fue, que el formato «áureo» favorecia,
quizá por razones de aprendizaje y tradición representativa, el equilibrio
dinâmico. Se ensayaron composiciones con formatos circulares, ovalados, rectangu lares de base menor y cuadrados, con lo que crecía el
grado de ambigüedad considerablemente.
La conc1usión general a la que me he referido antes es negativa,
aunque no por ello deja de tener valor. EI equilibrio, como fenómeno
natural, es una respuesta humana y en él están implicados la mayor
parte de los procesos de la conducta; "hasta qué punto se puede objetivar la conducta? La psicologia tan só lo ha conseguido predecirla, y
esta capacidad de predicción es lo único posible en lo que se refiere a
un posible método de valoración objetiva deI equilibrio com positivo.
En un sistema de fuerzas físicas. el estado de equilibrio se caracteriza
porque la resultante de todas las fuerzas que actúan sobre él es cero :
de este modo en fisica es perfectamente analizable el estado de equilibrio
de un cuerpo, asi como las variedades de este equilibrio, en función de
la dirección de desplazamiento dei centro de gravedad de dicho cuerpo, en las cuales es perfectamente posible medir la intensidad de
las fuerzas que actúan y sus propiedades. No ocurre lo mismo con las
fuerzas de una composición. Los elementos plásticos, que son los que
engendran tales fuerzas, no poseen -como ya se ha dicho- valores
de actividad estables: se potencian en un contexto determinado o se
La composición de la imagen
185
inhiben en otro similar. Si afíadimos a esta naturaleza cambiante de
los elementos que el espectador condiciona, en gran medida, su propia
percepción dei equilibrio debido a la implicación de los procesos conductuales, acabaremos concluyendo que es inviable la objetivación deI
equilibrio.
EI segundo punto de la investigación, la [ijacum de un repertorío de
elementos icónicos, no resultó tan problemático como el anterior. De la
multitud de pruebas plásticas recogidas extraje los tres grupos de elementos que se han expuesto en los tres primeros capítulos de esta tercera
parte dei libro, y que fueron agrupados en función de su naturaleza en
tres conjuntos: morfológicos, dinâmicos y escalares.
Los resultados deI punto tres, acerca de la posible jerarquización de
este repertorio de elementos, fueron negativos. Como ya dije en el apartado anterior, no hay ninguna razón objetiva para entender que exista
jerarquización alguna.
Sin embargo, en lo que se refiere a la posible jerurquizuciàn de la
superficie dei cuadro, se encontró, por el contrario, que el espacio plástico
está muy jerarquizado y que, incluso la superficie física que delimita
tal espacio -Ia superficie de la tela o deI muro en pintura, o la de la
placa fotográfica-, que no puede considerarse todavia espacio plástico, ya posee distintos valores de actividad en su seno. La zona
central de una irnagen es, lógica mente. la de máxima atracción visual,
ya que coincide con su centro geométrico; asimismo, es una ubicación
estable para cualquier elemento ai pasar por ella todas las orientaciones
principales deI cuadro. l,Qué diferencias existen entre el resto de las zonas
de dicho cuadro?, (,se comportan del mismo modo en cualquiera de
esas zonas los elementos plásticos?
Los resultados de la investigación fueron rotundos en este sentido,
pero para explicarias hay que introducir el concepto de peso visual,
que hace referencia aI valor de actividad plástica de un elemento en la
cornposición. Como se ha dicho anteriormente, este valor no es estable,
y uno de los factores que lo modifican es la ubicación dei elemento
en la superficie deI cuadro. En ésta, existen zonas más estables que
otras; en las primeras, el peso visual de un elemento disminuye y en
las zonas de mayor inestabilidad aumenta.
La razón de ser de este hecho hay que buscarIa en una característica
dei espacio plástico: su anisotropia. La mitad superior de una composición no pesa lo mismo que la inferior. La anisotropía está originada
por la fuerza de la gravedad ; un objeto, situado en la parte superior
dei cuadro, pesará más que en la inferior, por eso no es posible el
equilibrio en la vertical deI espacio a no ser con objetos diferentes en
186
La composición de la imagen
Introducción a la Teoría de la Imagen
alguno de los aspectos de los que depende el peso visual. Nuestros
hábitos perceptivos nos han acostumbrado, sin embargo, a ver el mundo
amalgamado y compacto en la parte inferior dei campo visual, hasta el
punto de entender que algo situado en ese limite inferior tiene más peso
que en el superior. EI equilibrio se conseguirá con la corrección de estas
hábitos aI colocar algo en el límite superior en pos de una correlación
de pesos. La tradición representativa, sobre todo en pintura, parece haber
respetado celosamente esta norma; buen ejemplo de ello suponen las
obras de los paisajistas ingleses de los siglas XVII y XVIII.
Volviendo ai origen de esta cuestión, la jerarquización deI espacio
plástico puede decirse que es producto dei peso de cada elemento,
aunque existen otros factores que lo afectan, y que dicho peso está
condicionado poderosamente por la ubicacion deI elemento en la vertical dei cuadro. La primera conclusión que se obtiene de este hecho,
como ya he dicho, es la existencia de zonas activas en las cuales un
elemento incrementa su peso com positivo, y zonas estables en las que
éste se ve disminuido. Las primeras son inversamente proporcionales
a las segundas. En el ejemplo anterior de los paisajistas ingleses, el
centro de gravedad de la cornposición se halla por debajo dei centro
geométrico deI cuadro; tales imágenes poseen, obviamente, una gran
estabilidad.
Arnheim (1979, 45) en su capitulo sobre el equilibrio cita como ejempio de lo que aqui se dice una obra de Piet Mondrian. Según este
autor, sus cuadros parecen equilibrados sobre la vertical y las masas
cromáticas están dispuestas aparentemente casi por igual en tal orientación. Si se da la vuelta aI cuadro, sin embargo, el observador tiene
la impresión de que todas las formas se vienen hacia la parte inferior.
;,Qué sucede con la otra orientación básica, la horizontal?
Aunque resulta menos evidente que en el caso anterior, existen en
esta orientación zonas estables y zonas más activas. La izquierda deI
cuadro posee una mayor estabilidad y, por tanto, los elementos cobran
un mayor peso en la zona derccha. A todos nos ha sucedido alguna
vez que aI visionar diapositivas de arte, de repente, encontramos que
las relaciones espaciales y, sobre todo, las direcciones inducidas por los
elementos de la imagen, se encuentran alteradas súbitamente, AI dar la
vuelta a la imagen, eI orden y el equilibrio se restablecen, Diversos autores
se han ocupado de este hecho de forma general (Arnheim, Wolflin, etc.),
pero es quizá Mercedes Gaffron, en un sugestivo articulo titulado Right
and Left in Pict ures, quien a partir de un análisis dei cuadro de Peter
Janssen, Reading Wornan, establece con más concisión estas diferencias
cualitativas a las que me rcfiero.
187
Las causas de este hecho pueden ser varias. La más razonable parece
ser que, debido a los hábitos occidentales de lectura según la dirección
izquierda-derecha y de arriba-abajo, se han creado ciertas inducciones
perceptivas acomodadas a esta dirección.
Las explicaciones neurofisiológicas, quizá las más extendidas, no son
demasiado convincentes, ya que la función básica deI equilibrio corresponde a centros subcorticaIes dei cerebro en los cuales no existe orientación alguna, ni izquierda ni derecha. Las tesis mantenidas por algunos
autores afirrnan que la Iocalización dei equilibrio corresponde ai hemisferio izquierdo dei cerebro, pero un hecho muy concreto como son los
enfermos de corea y parkinson, privados deI sentido de equilíbrio. demuestran 10 erróneo de esta teoria, ya que las áreas afectadas en tales
patologías son precisamente los centros subcorticales cerebrales.
Como resumen de este punto, referido a la jerarquización de la
superficie del cuadro, se puede decir que existe una zona de máxima
estabilidad, coincidente con eI cuadrante inferior izquierdo, la cuai va
decreciendo ai desplazarse la ubicación dei elemento hacia la parte
superior y hacia eI margen derecho dei cuadro.
EI último punto de la investigación sobre la naturaleza dei equilibrio plástico fue un ensayo de validación de los anteriores mediante
la conrnutación de algunos elementos de los que supuestamente dependia éste. En el momento en que advertí, después de concluir con el punto
tres, que no existe una jerarquización de los elementos plásticos, este
último punto perdió una parte de su intencionalidad. Se podia afirmar
ya que en la conmutación de un elemento por otro, eI equilibrio podía
no ser alterado, y si lo era, este hecho no se debía a la actividad específica dei elemento conrnutado, sino al nuevo contexto que este elemento constituía. Establecí, no obstante, una relación de factores que afectan ai equilibrio compositivo, a partir de los scfialados por Arnheim
(1979, 37).
9.3.
Peso y dirección visual
EI peso visual de los elementos plásticos y las direcciones de la
imagen, parecen ser los dos factores generales de los que depende el
equilibrio de una composición o, aI menos, aquellos que son formalizables. Además de éstos, una gran diversidad de circunstancias pueden
afectar a dicho equilíbrio. Para ser coherentes con la línea metodológica
mantenida a lo largo de todo el libro, he de rechazar los motivos psicológicos que, indudablemente, pueden inlluir en el observador de la
imagen, el propio conocimiento que tal observador posea de la realidad.
188
/ntroducción a la Teoría de la Imagen
el «interés intrínseco>l! que tenga determinado objeto o elemento figurativo (por ejemplo, la figura de Jesucristo en una «crucifixión» o una
«piedad»], etc. Tales factores no son específicamente plásticos y su
posible influencia afecta más al componente semántico de la imagen
que a su significación plástica.
EI peso visual de un elemento que. como se ha indicado ya, se corresponde con la actividad y el dinamismo plástico de dicho elemento, es
variable. Los factores que lo hacen variar son, básicamente. éstos:
1. La ubicaôón. Como se ha visto aI analizar la jerarquización
que existe entre las distintas zonas de la superficie dei cuadro, esta
variable puede incrementar o disminuir el peso visual específico de
cualquier elemento. Las diferencias cualitativas entre estas posibles
ubicaciones, aunque en sentido relativo sean dignas de tenerse en cuenta,
pueden lIegar a parecer inapreciables de forma absoluta, ya que otros
factores pueden influir de manera más activa sobre el peso visual dei
elemento. Otra cosa es que alguno de los elementos principales de la
representación, plásticos o figurativos, se ubique en alguna de las zonas
sobresalientes de la composición (el centro o alguno de los cuadrantes],
puesto que, en este caso, toda la estructura representativa va a depender de esta ubicación. Tomando nuevamente como ejemplo las dos
«últimas cenas» de Leonardo y Bouts, vemos cómo la posición central
de Jesucristo produce una cornposición, en ambos casos, basada en una
simetría frontal.
2. EI tamano. Las pequenas diferencias cualitativas causadas por la
ubicación pueden ser compensadas y superadas ai aumentar, por ejempio, el tarnafio de un elemento. Si en una cornposición de formato
rectangular se sitúan dos objetos de igual forma. color y tarnafio, uno
en el ángulo inferior izquierdo y otro en el superior derecho, teóricamente, el equilibrio no será perfecto por esas diferencias que provoca
la ubicación. Bastará con disminuir el tamafio deI elemento de la derecha
y el equilibrio se conseguirá fácil mente.
3. He hablado de elementos iguales en forma, colar y tamafio ; se
ha considerado este último elemento como un posible corrector de las
diferencias cualitativas debidas a la ubicación de un elemento en el
cuadro. Si el tamafio es capaz de anular esas diferencias también podrá
crearlas. La forma y el cotor, ambos elementos morfológicos, pueden
también ejercer el rol de polidas plásticos y salvaguardar el orden y el
1 Este hecho y el anterior son citados por Arnheim (1979, 39) como modificadores
deI peso visual.
La composición de la imagen
189
equilibrio de la cornposición. Scgún Arnheim (1979, 58) las formas
regulares pesan más que las irregulares y los colores claros más que
los oscuros. No me atrevo a sostener tales afirmaciones porque los resultados de roi investigación no fueron ésos, más bien indicaban lo contrario en lo que se refiere a la forma.
4. La projundídad de campo. En las imágenes que utilizan la perspectiva central como sistema codificador deI espacio, se crean unos
gradientes que resaltan los primeros y últimos términos. Cuando una
imagen posee bastante profundidad, cualquier objeto situado, a foco,
en los últimos términos de la composición ve incrementado su peso
visual de manera importante. pese a que, como es lógico, su ta mano
disminuya notablemente.
5. EI aíslamiento es, probablemente, el hecho que más afecta aI
peso visual. En las imágenes formadas por un grupo de objetos o personajes, es fácil conseguir eI equilíbrio situando en una de las mitades
dei espacio representativo, sobre todo en la izquierda, la masa mayor,
y en ellado opuesto un solo elemento figurativo; pese a que las diferencias en cuanto a la superficie ocupada son grandes, el equilibrio se
obtiene sin demasiadas dificultades debido aI aislamiento de uno de los
elementos que potencia sobremanera su peso visual.
6. E1 tratamiento superficial constituye eI último factor destacable
que intluye sobre el peso visual. Los objetos y elementos plásticos con
un acabado texturado pesan más que aquellos que ofrecen un acabado
pulido. La textura parece prolongar la superficie dei objeto más allá
de sus propios Iirnites, mientras que las superficies tratadas homogéneamente refuerzan el efecto plástico de los contornos aI interrumpir,
bruscamente, la superficie de los objetos.
La jerarquización dei espacio plástico ------<:aracterística fundamental
de las composiciones con equilibrio dinámico-- es producto deI peso
de cada elemento, pera para que exista tal jerarquización es preciso
que todos los elementos se interrelacionen, só lo así es posible establecer esas diferencias en cuanto ai peso visual de cada uno. Las direcciones de la imagen son el media de relación de los elementos representativos, asi como el segundo hecho determinante dei que depende el
equilibrio.
De alguna manera puede decirse que de las direcciones internas de
una imagen depende que ésta aparezca como una suma de elementos
más bien amorfa o como una combinación dinárnica de relaciones
plásticas que pane en relación todas las instancias de la composición
190
Introducción a la Teoria de la Imagen
y produce la significación plástica. Componer implica unir ordenadamente los elementos de la imagen, ésta es la función básica de las
direcciones visuales. En principio cabe hablar de los siguientes tipos de
direcciones:
D
' { - Representadas.
e escena _ Inducidas.
De lectura.
Las de escena son las direcciones internas de la cornposición, creadas
por los elementos plásticos. Son las responsables de las relaciones significativas de la imagen y de la puesta en común de sus elementos. Éstas
pueden estar representadas realmente o inducidas. Cu ando la dirección
se representa depende de una serie de elementos presentes en la imagen
que explicitan gráfica mente los vectores de dirección; los más comunes
son los objetos puntiformes, los brazos y dedos extendidos, tan frecuentes en la imaginería cristiana, el movimiento en la imagen cinética,
que crea un sentido en la dirección deI desplazamiento, etc.
Las direcciones representadas, sin embargo, no son las más frecuentes
ni las más importantes. EI otro tipo de direcciones, las inducidas,
activan a veces, de una manera más eficaz, la composición. Los recursos
más frecuentes para crear estas direcciones suelen ser las miradas, que
en la bibliografia anglosajona reciben el nombre de visual /ines; pueden
establecerse entre dos o varios personajes o desde uno de éstos aI espacio
fuera de campo, consiguiendo en este caso potenciar la zona dei cuadro
por donde escapa la mirada. También son producidas gracias a la atracción de objetos o elementos entre si, efecto muy frecuente en composiciones con perspectiva central en las cuales el gradiente de tarnafio
marca unas direcciones de avance o retroceso entre el primer término y
el punto de fuga. EI formato y la propia estructura de la composicion
imponen, a veces, vectores de dirección dominantes apoyados por otros
secundarios como los anteriores. Los formatos de ratio larga son los
más adecuados para este tipo de direcciones, ya que pueden albergar
estructuras de cornposición secuencializadas.
En ocasiones, la composición de estas direcciones da origen a un
vector direccional de lectura que indica la manera en la que se debe leer
la imagen para restablecer todas las relaciones plásticas y obtener el
máximo de su significación. No todas las imágenes poseen tal vector, pero
si existe, normalmente, en aquéIlas cuya estructura representativa carece
de arnbigüedad y es 10 suficientemente simple. En en el próximo capítulo,
ai analizar el Guernica. se podrá observar con toda nitidez su vector
de lectura, que va dei ángulo inferior derecho ai superior izquierdo.
PARTE CUARTA
EI análisis
de la imagen aislada
10
EI análisis «sin sentido»
EI título dei capitulo no es ninguna ironia. Delimitados los planteamientos y los cauces metodológicos de la Teoría de la Irnagen, en
cuya exposición, a lo largo dei libro, se ha hecho una cuestión de principio el tema de la utilización de categorías específicamente icónicas
para la formalización teórica de esta disciplina, no tendría sentido eludir
el análisis de la imagen desde esta misma perspectiva. Además, en e)
análisis de una imagen concreta es posible relacionar una buena parte
de la teoria expuesta hasta ahora; sin duda, la aplicación práctica de
esta teoría completará 5U conocimiento y la validará o no, frente a otras
metodologías.
La mayor parte de las disciplinas que se han acercado ai terreno dei
análisis icónico utilizan aparatos metodológicos generales, a partir de
los cuales se puede analizar lo misrno un comic, una novela o 'una
película; la semi ótica, las teorías de la información y la comunicación,
la sociologia aplicada, etc., sirven, en tanto que disponen de sus pro pios
paradigmas metodológicos, para analizar casi cualquier producto de la
comunicación humana. A pesar de las diferencias que existen entre ellos,
el común denominador de todos estos planteamientos y ai mismo tiempo
la diferencia fundamental con el que aquí voy a utilizar es la reducción
a sentido dei producto analizado.
Se ha definido ya el concepto de significación plástica que. en cierto
modo, se enfrenta a ese componente semántico que muchas veces la
imagen vehicula; el aislamiento de este tipo de significación que, como
he apuntado en numerosas ocasiones, surge de la ordenación sintáctica
de los elementos de la imagen, es el objetivo fundamental, en lo que ai
análisis se refiere, de este método propio de la Teoria de la Imagen y
que yo denomino, para acentuar aún más su característica más notable,
el «análisis sin sentido»,
Este método, que se puede encuadrar perfectamente dentro de la
tradición formalista, requiere para su comprensión un hecho previo que
194 lntroduccián a la Teoría de la Imagen
nada tiene que ver con variables, lecturas ni conclusiones y si con una
disposición mental libre de prejuicios en cuanto a los resultados, de
inducciones metodológicas, de afanes experimentales, etc.; es decir, es
nccesaria una actitud nueva respecto aI pro pio método en si y, fundamentalmente, respecto a sus resultados. Me ha sucedido en varias ocasiones, después de analizar con mis alumnos una imagen durante varias
dias, que al final alguien me pregunte acerca deI resultado concreto deI
análisis o qué significaba aquelIa imagen. De nada habia servido desmenuzarla, explicitar hasta sus más ocultas relaciones plásticas, haber
analizado sus elementos fundarnentales, etc.; como no había una conclusión expresada en términos que hicieran preferencia a un contenido,
a mi interlocutor el análisis le parecia incompleto. Lo que le faltaba
era, sin duda, ese ingrediente que premeditadamente este método deja
fuera, aI menos, hasta donde elIo es posible: eI sentido.
Quiero advertir aI lector, aunque tal advertencia pueda parecer
poco humilde, que no se va a utilizar en el análisis ningún facto r o variable que no esté definido previamente en los capítulos anteriores; con
ello quiero demostrar, en primer lugar, que la Teoria de la Imagen
dispone de herramientas suficientes para efectuar cualquier análisis icónico sin necesidad de recurrir a esas otras disciplinas que tradicionalmente se han ocupado de los escasos trabajos que hay sobre análisis
de la imagen y, en segundo lugar, que existen, asimismo, grandes diferencias entre un análisis en sentido estricto y la mera labor de crítica
con la que, frecuenternente, se despachan pretendidos análisis de todo
tipo de productos visuales. AI margen de la bondad o maldad del método
que voy a exponer, el hecho diferenciador entre crítica y análisis es que
la primera no depende de una teoria del objeto; esta supone que, en la
crítica, es lícito utilizar categorias no especificamente icónicas, lo que
no es posible en el análisis, que se basa en una formulación teórica
previa.
Otra circunstancia sobre la que deseo lIamar la atención deI lector,
es la inexistencia de un modelo único de análisis icónico. La razón, es
evidente, es la diversidad de las imágenes, pero incluso dentro de un
mismo media de representación, un modelo analítico puede servir para
una imagen y para ninguna otra. Debido a esta, la metodologia que
voy a exponer .recoge los principias generales que si son aplicables a
cualquier imagen y a continuación ofrezco las pautas para un análisis
particular y pormenorizado.
Voy a utilizar para la puesta en escena de los planteamientos teóricos expuestos hasta ahora y para su verificación en el análisis, una
imagen muy conocida, quizá sobre la que más se haya escrito: el Guernica
EI análisís «sin sentído»
195
de Pablo Picasso. Para mí, esta obra es tan cotidiana como un retrato
de familia, la he analizado muchas veces y, sin embargo, me sigue pareciendo una imagen extraordinariamente didáctica ; por esta razón y
también porque -ai haber sido analizada por numerosos autorespermite un contraste de métodos, la he escogido de nuevo para ilustrar
el método propio de la Teoría de la Imagen.
10,1.
Objetivo dei análisis
EI carácter simbólico dei Guernica ha motivado a la mayoría de los
autores que lo han estudiado, a centrar sobre la ínterpretación semántica de la obra sus mayores esfuerzos. Libros como los de Larrea
(1977), Schneider (1974), Barr (1974), Berger (1976c), Palau i Fabre (1979),
Arnheim (1976b), y muchos otros, son un buen ejemplo de lo que este
hecho significa. EI común denominador de todos elIos, en mayor o menor
grado, son sus contradicciones, puestas de manifiesto sobre todo ai
intentar asignar a cada elemento humano y no humano dei mural un
referente en la realidad. As! Larrea (1977, 52 y ss.), por ejemplo, no
duda en definir aI toro como el sim bolo deI pueblo republicano espaüol
víctima de la agresión fascista que a su vez representa el caballo presente en el centro dei mural.
Tirados a los pies deI caballo yacen los restos de un personaje, una cabeza cercenada y unos brazos extendidos, con
una espada rota: el miliciano, víctima de las pezufias de la
bestia franquista, sin equivocación posible.
Más adelante Ilega a afirmar que la madre sollozante que ocupa la
izquierda dei cuadro representa a Madrid, el corazón de Espana; y a la
mujer portadora dei candille asigna el «personaje» de la República:
Sin demasiado riesgo puede, por consiguiente aventurarse
aqui que esa misma República, en actitud militante, es la que
se precipita sobre el caballo nacional blandiendo la lámpara.
Y de esta forma, uno por uno, explica Larrea el enigma simbólico
que se encierra en cada personaje dei Guernica. Incluso cuando en
cierta ocasión Picasso Ilegó a decir a Jerome Seckler que el caballo deI
Guernica simbolizaba aI pueblo espafiol, Ias pala bras de Larrea fueron
éstas:
EI análisis esin sentido» 197
196 Introducción a la Teoría de la Imagen
Por eso ya desde ahora me atrevo a afirmar que si Picasso
dijo o dejó de decir a Mr. Seckler que el caballo representaba
aI pueblo fue porque en su fuero interno estaba pensando que
representaba aI pueblo espafiol falangista. i,O acaso Iõs falangistas no han crecido en los lugares de Espana '!
Aun sintiendo profundo respeto por la obra intelectual de Juan
Larrea, fallecido no hace mucho en el más absoluto ostracismo, y
considerando su análisis dei Guerníca tan lícito como cualquier otro,
no puedo estar de acuerdo con el mismo por una razón fundamental:
se trata de un análisis sernántico. Este procedimiento reduce el texto
plástico a una serie de claves de interpretación que nada tienen que
ver con la imagen: los significados priman sobre Ias formas, el carácter
de unicidad de la imagen se pierde ai considerar la plástica dei Guernica
como algo secundario, la obra se degrada ai quedar reducida a unos
pocos personajcs centrales que vehiculan el «sentido: despreciándose
todo el buckground que la misma posee, el universo de los objetos, las
formas abstractas y figurativas secundarias, los detalles iconográficos,
etcétera.
En mi opinión, las categorias plásticas de las que se dispone son
suficientes para «explicar» el texto dei Guernica, siernpre que no se
pretenda averiguar qué es lo que Picasso quiso decir al mundo, sino
cómo lo dijo. Los elementos de juicio para esta explicación han de ser
forzosamente icónicos, 10 mismo que los que se empleen, por ejernplo,
para el análisis dei Romancero aitano de García Lorca, deberán ser
lingüísticos; perder de vista estas limites elementales nos llevaria a un
reduccionisrno que anularia la especificidad de lo plástico y de lo poético. Que duda cabe que en el trasfondo de la obra de Picasso y Lorca,
próximas en el tiempo y en las circunstancias, existen grandes identidades, sin embargo, estas datas como tantos otros, válidos para análisis
socioculturales, no son pertinentes en un análisis icónico que además
se pretende formalista.
Este análisis formal de la plástica del Guernica será, pues, mi único
objetivo en este capitulo, dejando abiertos, córno no, los que puedan
completar el mismo con otras interpretaciones históricas, culturales o
semióticas. Además, el análisis de una imagen particular me ha de servir'
también para- poner en escena los principias básicos expuestos en la
parte anterior deI libro dedicada aI estudio de la representación.
10.2.
Metodología analítica
Un análisis que respete ese carácter de unicidad inherente a toda
irnagen. que permita valorar no sólo lo evidente. sino también lo secundaria, que posea, adernás, un grado mínimo de forrnalización de
acuerdo con una teoria previa, requiere una formulación metodológica
necesariamente genérica, susceptible de ser particularizada y desarrollada en el análisis de una imagen concreta. En este sentido, tres son, a
mijuicio, los niveles de aproximación al análisis de la imagen fija-aislada:
1. En primer lugar. hay que proceder a una exhaustiva operaciàn
de lectura de la que se obtendrán los datas suficientes para la definición
plástica de la irnagen.
Con frecuencia he podido comprobar la poca importancia que se
le concede a este primer nivel. Parece evidente que la lectura de una
imagen es un paso previa a cualquier rcflexión posterior sobre la misma
y que, por tanto, no es necesario llamar la atención sobre este extremo.
Pues bien, no sólo reclamo el máximo interés en esta lectura, sino que,
además, recomiendo leer la imagen como 10 hari- un nino al que se le
indica que cuente 10 que está viendo en esa imagen. Mientras mayor
sea el número de detalles que se consigan discriminar. mayores serán
las posibilidades de encontrar ciertos hechos plásticos que posteriormente puedan explicar algún problema visual que aún permanece
ignoto. La mayor parte de los datos extraídos de la lectura resultarán
ineficaces en el análisis de la irnagen, pera esta no lo sabremos hasta el
final y por ello no hay que despreciar ningún tipo de inforrnación
presente en la obra.
2. La definición de la imagen, que supone el segundo paso metodológico, permite averiguar las variables de análisis. Estas variables son
una cualificación de los datas extraídos de la lectura. Siguiendo un
cri teria de pertinencia en función de la naturaleza de la imagen, se
obtienen dos tipos de elementos de análisis, aquellos que vehiculan la
significación plástica son los únicos que se consideran como variables.'
Definir una imagen plásticamente significa formular una hipótesis
de trabajo, y de la correcta Iormulación de esta hipótesis va a depender
en gran medida todo el análisis de la imagen. Ésta ha de ser una dejinición estructural basada en los datas extraídos de la lectura que posteriormente habrá que confirmar mediante el análisis plástíco de la imagen.
Conseguir definir una imagen es de gran utilidad, puesto que ello implica
una dirección determinada en el análisis; por ejemplo, si una imagen
198 Introducción a la Teoría de la Imagen
es definida セ・ョ
lo que se refiere a su estructura temporal-e- como
secuencial, esto implica una selección de los hechos plásticos que hay
que compro bar, es decir, aquéllos de los que depende la secuencialidad;
si entre los da tos obtenidos de la lectura existen evidencias de dinamismo
y la imagen cs, en consecuencia, definida como dinárnica, só lo queda
compro bar qué factores de los que depende la dinamicidad se encuentran
presentes en la imagen. No hay que olvidar que se dispone de una
forrnulación teórica previa (fundamentalmente recogida en los cinco
capítulos anteriores) que va a permitir con bastante facilidad justificar
la definición de la imagen, si ésta es correcta.
Este segundo nivel trasciende a una sim pIe definición de la naturaleza de la imagen, es. de hecho, una operación de análisis en todas sus
dimensiones. ya que se lleva a cabo el estudio de las variables de análisis
utilizando cri te rios plásticos. Podría decirse que se trata de un análisis «horizontal» o «sincrónico» a falta tan solo de una explicación
global de la obra para poder considerario como definitivo.
3. EI análisis plástico propiamente dicho supone el estudio sintáctico de la imagen y la explicación plástica de la misma. En el nivel
anterior del método se analizaban aspectos parciales de la cornposición,
aquellos que definen estructuralmente la imagen y que, fundamentalmente, hacen referencia ai espacio y a la temporalidad. Ahora, en
esta última fase, es necesario un análisis global, totalizador, de la com:'
posición; no se trata ya de analizar cada una de las estructuras icónicas
por separado, sino de hacerlo con la estructura general de la imagen
que es la responsable de la significación plástica de la misma. Esto, dicho
con otras palabras, implica un estudio de la sintaxis compositiva de la
obra y deI resultado visual que tal sintaxis produce. La valoración dei
equilibrio com positivo como expresión más genuina de este resultado
visual coincide con la última fase de esta metodología para el análisis
de la imagen ; a lo largo de él, se irá explicitando la significación visual,
cuyo aislamiento, insisto. constituye el único objetivo de este método.
10.2.1.
Lectura dei «Guernica»
Necesariamente la lectura de una imagen debe comenzar por el establecimiento deI nivel de realidad que ésta posea. Si la iconicidad es
suficiente para identificar los referentes de la imagen, como lo es en
el Guernica, será posible nevar a cabo una lectura monosémica, indispensable para establecer sin ambigüedad las relaciones plásticas exis-
EI análisis «sin sentido»
199
tentes entre los elementos figurativos de la obra 1. Por ejemplo, es evidente
que el cuadrante superior izquierdo es el más activo debido ai concurso
de casi todos los elementos figurativos en él presentes cuyo nivel de
abstracción no es lo suficientemente alto como para entorpecer la concatenación que existe entre eIlos y que produce esas relaciones de potenciación, dependencia, etc., que tienen como resultado esa activación dei
mencionado cuadrante.
Si dicho nivel de realidad no fuera suficiente para salvaguardar estas
relaciones e hiciese por tanto imposible una lectura monosémica de la
imagen, la metodología del análisis debería ser otra. Es por esto que el
primer dato a tener en cuenta en la lectura icónica es el nivel de realidad.
Otro punto a tener en cuenta en la lectura es la cualificacton que
dei referente se hace en la imagen, sobre todo en aquél1as cuyo nivel de
realidad se encuentra comprendido en los niveles intermedios de la escala
de iconicidad (concretamente en los grados 5, 6, 7 y 8 de la escala que
se recoge en el capítulo 2). EI aspecto que en una representación visual
presente un objeto, no puede entenderse como algo casual. Los referentes de una imagen actúan como paradigmas normativos de la representación y cualquier desviación o alteración plástica de esa norma va
a producir una significación. Si el guerrero deI Guernica aparece despedazado, este hecho no se puede valorar de la misma manera que se haría
en el caso dei nino que lafemme en pleur tiene en sus brazos, pese a que
ambos estén muertos. Existen, en este sentido, dos categorias para representar la muerte, y ambas cuentan con una expresión visual particular; esta individualización que la imagen nos ofrece debe ser respetada
en el análisis porque responde a dos maneras distintas de cualificar la
realidad y por tanto implica, asimismo, diferentes formas de significación.
Es necesario ya en esta primera fase del método hacer una valoración
aunque sea sornera, de la naturaleza espacial y de la temporalidad de
la imagen. En este sentido. se pueden establecer unas pautas de lectura
que sirvan de guía para esta primera aproximación espacio-temporal:
l.qué fórmula de construcción espacial posee la obra?; si como en este
caso se trata de una imagen aparentemente aislada i,es coherente la esエイセ」オ。
espacial con este atributo temporal? l.existen, por el contrario.
atisbos de otra forma de temporalidad?; l.la estructura de relación formada por los elementos escalares cs neutra '1, l.posee ésta alguna propie1 Con el término «elemento figurativo» me refiero a los elementos que cuentan con
un referente ーNイセ」ゥウッ
en I,a realidad, es decir.Jos personajes dei mural, los objetos inanimaッエセ・ュ ャ ᆱ
rcónico» o «elemento plástico» hago refcrencia
dos. etc. AI utilizar lo.s ウ_ュ イセエ
a iセウ
elementos de significación exclusivamente plástica {lineas, planos, formas. ritmos,
etcetera).
200
Introduccián a la Teoría de la Imagen
dad destacable que pueda condicionar la relación entre el espacio y la
temporalidad de la imagen?
La planitud dei Guernica es su característica más acusada a nivel
espacial. EI espacio es plano en cuanto ai soporte, a la terminación no
texturada 2 dei rnismo y en cu anta a la representación que no está construida en eI Guerníca en función de Ieyes ópticas. En lo que se refiere a la
temporalidad, eI Guernica posee una clara estructura narrativa, sin duda
alguna debido ai orden espacial interno que se organiza en tres compartimientos espaciales a modo de tríptico. Esta narratividad le confiere,
pues, un marcado carácter secuencial que se ve reforzado, además, por
el tipo de formato que la obra posee.
Otro dato imprescindible que hay que extraer de la lectura de una
imagen es el repertorio de elementos plásticos presentes en la misma, para
poder establecer posteriormente cuales de ellos tiencn un carácter dominante y se utilizan más profusamente. No es necesario aún entrar en el
análisis de las relaciones plásticas que éstos crean,
Dentro de los elementos morfológicos destaca desde el principio el
carácter dibujistico de la obra; se prima, en este sentido, la utilización
de la línea. La forma es otro de los elementos espaciales dominantes;
en lo que se refiere al colar, éste no existe en el Guernica, pera sus funciones plásticas -también fundamentales en la cornposición-> se basan
en el tratamiento luminico que presenta la obra, muy elaborada en este
sentido, pues presenta una escala de grises muy diversa.
Desde el principio se advierte una gran dinárnica en el Guernica, la
tensión y el ritmo son otros dos elementos muy potenciados en la composición. Entre los escalares, dos son los más pertinentes: el formato
(definido por una ratio de 1:2,2) y el tama;;o (el mural tiene una superficie de más de 27 metros cuadrados).
Los anteriores constituyen los cuatro niveles básicos y genéricos en
los que ha de basarse la operación de lectura de una imagen, pera
como ya se dijo anteriormente, en función de las peculiaridades que
una imagen concreta pueda presentar se hace necesario un tipo de lectura más particularizado. En este sentido, y en el caso dei Guernica, pueden asimilarse a esta operación de lectura otros hechos.
U no de ellos es eI repenorio iconográfico que caracteriza a muchos
de los elementos figurativos presentes en el mural. La iconografia guerniquiana está basada en la economia y la simplicidad. Si el lector recuerda los factores de los que dependia la simplicidad desde un punto
de vista relativo (véase el apartado 5.6.1), estará de acuerdo en que dos
2 No existe textura «táctil», es decir, su acabado es pulido. Sí tiene, sin embargo,
numerosas texturas visuales, pero que no contradicen la planitud dei mural.
EI análisis esin sentido» 201
de los tres hechos que allí se mcncionaban : la unificación de los agentes
plásticos y la existencia de un repertorio reducido de elementos, aparecen claramente explicitados en el Guernica. Esta obra es un raro ejemplo,
como hay pocos en la historia de las representaciones visualcs, de simplicidad basada en la diversidad; la suya es una simplicidad poco evidente, pera absolutamente cierta, como lo demuestra el hecho que acabo
de mencionar. Existe, en relación con este hecho, una especie de colección reducida de formas visuales que son utilizadas de manera diferente
en la representación evitando la multiplicación de formas y de recursos
plásticos y consiguiendo. por tanto, la simplicidad a la que me refiero.
EI mural posee una iconografia muy uniforme. De las cuatro mujeres,
la madre y la mujer que cae en la parte derecha poseen una identidad
fisionômica notable, lo mismo que las otras dos mujeres. Incluso esta
uniformidad se encuentra en detalles más secundarias tales como la forma de la lengua de los personajes que, en el caso dei toro, caballo y
madre es puntiaguda, mientras que el resto aparece con la boca abierta
y sin lengua (excepto el nino, que mantiene la boca cerrada). Los ajas
constituyen otro tipo de variación formal, en el toro y guerrero son ojivales (igual que la gran lámpara-ojo situada en la parte superior del
mural), en la mujer fugitiva y el caballo los ajas son circulares, mientras
que la mujer en lIamas, la paloma y la madre los tienen en forma de
lágrima, lo mismo que los orificios nasales de estas dos mujeres y deI
guerrero (es curioso advertir que este último tipo de ajas tienen la misma
forma que los pétalas de la fiar que sale deI puno deI guerrero). Los
ajas de la mujer portadora dei candil son los únicos que mantienen
un ápice de realismo. Otro elemento significante lo constituye el pelo
de los personajes, caido en las mujeres, excepto en la portadora del
candil, que lo tiene, igual que la crin deI caballo y la cola dei toro, a
modo de columna de humo. Los dos elementos humanos masculinos, el
nino y el guerrero -ambos sin vida-, aparecen sin pelo.
Otro hecho también asimilable a la lectura de la obra y que tiene
mucho que ver con lo dicho anteriormente son los antecedentes iconográficos dei Guerníca. A veces la explicación de determinado hecho, ya
sea de naturaleza plástica o de otra índole, requiere la contrastación
con otro hecho similar perteneciente a otra imagen, anterior o posterior, deI misrno autor. La identidad iconográfica apuntada en el apartado anterior se mantiene, asimismo, con otras dos obras de Picasso que
pueden considerarse, por tanto, antecedentes dei Guernica . me refiera a
la Minotuuromuquio (1935) y a Sue;;o y mentira de Franco (1937) (Figs. 10.1
y 10.2 a y b)
Un último hecho que conviene no pasar por alto en la lectura dei
EI enstisis esin sentido»
205
Guern ica es el repertorio de elementos .!iyurat;ros qu e se encuent ran en el
mur al. Este lo componen tres catego rias: lo human o. rep resentado por
cua tro mujeres, un hombre y un nino : 10 animal , un toro. un caba llo y
una pa lorna ; lo obj etual. qu e inciuye , leyend o el mural de derecha a izquie rda : dos puertas, una de ellas desquiciada. do s vent an as, lIamas,
un pav imento de ba ldosas , un tejad o, una espada rota. una flor, un candil,
una la nza , un a lámp ar a, una flech a rot a. una mesa. etc.. tod o ello cnma rcad o por la s arista s de techo y par edes.
Resum en de la íecturu del «Guernicw)
l. Nivcl de realidad.
2. Proceso de cuahficación deI referente.
3. Apro ximación a la nat uraleza espacio-tcmporal.
4. Rcpcrtori o de eleme nt o s plásticos.
5. Reper to rio iconog ráfico .
6. Antccedenes iconog ráficos.
7. Rcpertori o d e elementos figurati vos.
10.2.2.
Definición de la imagen
Co mo ya se dijo en la exposició n general dei métod o, se tra ta aho ra
de fo rmu lar una hipót esis de definición estruc tura l de la imagen, teniendo en cuenta que los a tributos de definici ón van a indi ca r aque llos
elementos, relacion es plásticas, factores de co m posici ón, etc.. que han de
ser analizados en la últim a fase dei an á lisis.
EI Guernica. como cu alquier irnagen. podría delinirse en función de
múltiples atributos espa cio-tem porale s : sin emb ar go, y por motivos de
opera tivida d, con viene que la definición sea lo más escueta posible y se
complete poster iormente co n otro ti po de explicaciones secunda rias derivadas de esta defin ición general. Pa ra ello me voy a basar en las cuat ro
ca tegori as de definic ión expue stas en el apa rtado 2.4 y, en este sent ido,
el Guernica pu ede considerarse, a priori , como una imagen: ji ja-plunasecuenclal-din ámíca. Veamo s qué sentido tiene una definici ón de est a
natur aleza y en qué co nsiste esa guía que ha de orienta r el a n álisis.
EI hecho más destacable de esta defin ición es el ca rácler secuenc ial
que, hipot éticarnen tc, se le atribuye ai mural. Si realmente esta secuencialid ad existe, imp licar á una construcción espacial mu y característica.
ya qu e. se hará necesa rio que en el único espacio «objetivo» de la
206
Introducción a la Teoria de la Imagen
imagen se creen distintos subespacios sobre los que articular esas relaciones tempo rales necesarias para producir dicha secuencialidad.
Para ser rigurosos con la terminología, se debería hablar en este caso
de ímauen secuencializada. refiriendo esta categoría a aquel tipo de imágenes que tienen una temporalidad secuencial en un único espacio. La
importancia dei parámetro espacial es, por tanto, muy notable porque,
como decia antes, ha de ser un espacio jerarquizado, con distintos valores de actividad en su seno; ha de estar segmentado, para que puedan
definirse con c1aridad esos subespacios que cn última instancia van a
producir la secuencialidad ; necesariamente ha de ser un espacio dinámico
que facilite la conexión de esas unidades espaciales y las active adecuadamente para conseguir la progresión típica de la imagen secuencial.
Todo lo anterior requiere una estructura espacial muy característica,
que posibilite todas estas relaciones plásticas; estructura ésta que va
a ser el parámetro más importante de la cornposición, puesto que la
temporàlidad va a depender de su sintaxis. No se puede crear una
estructura secuencial dentro de un espacio único, cerrado y permanente
-como es el dei Guernica---. sin organizar sintácticamente dicho espacio
de manera adecuada para que tal secuencialidad surja en la imagen.
Con lo expuesto hasta ahora aparecen ya las claves fundamentales
de la sintaxis compositiva deI Guernica: ésta parece ser una imagen
secuencial con la estructura espacial típica de las imágenes fijas-aisladas.
No existe equipotencia espacio-temporal -el espacio es la estructura
dorninante->, pera parecen existir bastantes indicias de que la temporalidad no se encuentra, ni mucho menos, tan atenuada como en las irnágenes aisladas, Esta importante actividad plástica que produce la estructura temporal parece depender, en buena medida, además de la estructura
espacial de la imagen, de los elementos dinámicos de la misrna. La última
clave que puede inferirse de la definición haee referencia ai papel que
juega en esta imagen la tercera estructura icónica : la de relación. Se ha
es posible entonces
definido eI espacio dei Guernica como plano, セ」ュッ
segmentar y jerarquizar un espacio que no posee profundidad? Evidentemente sobre la horizontal deI cuadro, lo que es perfectamente posible
porque la ratio del formato (1 :2,2) no es nada ambigua en este sentido
y permite esa organización horizontal, única posibilidad dada la frontalidad de la imagen,
EI cuadro siguiente recoge de forma muy esquemática la hipótesis
de definición ya apuntada y los factores plásticos, elementos, relaciones,
estructuras icónicas, etc., que habrá que analizar para confirmar la definición inicial. Este cuadro es incompleto, pera ellector entenderá que
los hechos responsables de la significación plástica dei Guernica no pu e-
EI análisis «sin sentido»
207
den, ウセイ
explicitados sinópticamente como si de una fórmula de química
orgamca se tratase; la función de este esquema es indicar aquellos aspectos de los que depende cada uno de los atributos definitorios de
la imagen.
FIJA·
Análisis
estructura
espacial.
Espacio:
- Único.
-Cerrado.
- Permanente.
anZiセョ
Nセ セ i c イ 」 ウ N ⦅
Lセci }nN
construcción:
espacial.
Análisis
temporalidad.
Línea.
Plano.
Textura.
Luz.
Narratividad.
Formato.
Estructura triptica.
Direcciones.
-- Escena.
- Lectura.
Ritmo.
Tamafio.
Tensión.
Segmentación
horizontal.
:
'
r·······
セM M M
A セイゥ
de ahora セッュゥ・ョコ。L
de hecho, cl tercer nivel metodológico
dei análisis, aunque dejo para más adelante el apartado referido a dicho
セゥカ・ャ
con el fin de analizar en él la estructura de la cornposición de la
irnagen. Todas las variables analíticas que voy a utilizar se encuentran
recogidas en I.os c.i?co 」。セ■エオャッウ
precedentes deI libra, y aunque su grado de forrnalización es diverso, cualquier conclusión extraída de ellas
está justificada por ese corpus teórico previa.
10.2.2.1.
EI espacio en el Guerniea
'Ya se ha dicho que no es un espacio óptico y, en este sentido, no
restituye la tercera dímensión pese a que hay algunos atisbos de lo contrario, corno son las aristas que forman el techo y las paredes en los
extremos izquierdo y derecho dei mural, el pavimento dei solar que
nene una ャエセ・イ。
セLッョカ・イセ ョ」i。L
la superposición madre-tora-mesa, y en
general la dirección obhcua de la gran cantidad de lineas que pueblan
el cuadro. La construcción espacial dei Guerníca es muy similar en bastantes aspectos a una escenografía teatral.
La imagen es plana debido a tres hechos: las características físicas
deI soporte, que aqui no se consideran, la ausencia de textura no visual,
208
tntrcdüccián a la Teoría de la Imagen
como he dicho, no óptica dei espacio. Sin embargo, la característica
más importante dei Guernica es la simbiosis que su autor hace entre
dos espacios diferentes, uno exterior y otro interior, como si de un
fundido encadenado se tratara. En las figuras \0.3 y 10.4 reproduzco
en negro las superficies que ocupan a mi juicio ambos espacios.
Esta integración de dos espacios en un mismo plano, se manifiesta
de nuevo en la pro pia espacialidad de un elemento figurativo, el caballo,
que como bien dice Berger (1976c, 1681:
...el animal nos muestra el flanco derecho y a la vez el flanco
izquierdo que normalmente debería estar oculto. Gracias a este
desp!iegue deI espacio, vemos a un tiempo la lIaga abierta deI
lado izquierdo, asi como la lanza clavada en el cuerpo, y el
orificio deI lado derecho deI que brota sangre.
En resurnen. el espacio dei Guernica es elástico; pese a su planitud
ofrece tarnbién una cierta profundidad, se transforma en interior o exterior lo mismo que las figuras ambiguas de Rubin, no muestra un
único aspecto de las cosas, sino que integra diversos puntos de vista;
es quizá lo que más se parece al espacio mental.
Antes de pasar aI aná!isis de la tempora!idad hay que detenerse en
la explicación dei uso de tres elementos morfológicos asociados ai espacio: la !inea, el plano y la textura.
EI empleo con fines de eonstrucción espacial de la !inea y el plano
es obvio dei Guernica. Las direcciones internas de la escena son vehiculadas, desde un punto de vista plástico, mediante el uso de la !inea, y la
compartimentación de los dos espacios presentes en cl mural se ejecuta
mediante el contraste lumínico de los diversos planos que los componen.
En cuanto a la textura visual, explicitada sobre todo en el cuerpo
deI caballo, ésta cumple dos funciones plásticas fundamentales. En primer lugar. diferencia ai animal deI resto de los elementos circundantes
de la escena, que es la más poblada deI mural; en esta zona el caballo
es el único que tiene ese tratamiento superficial texturado. La segunda
función es la de descomponer su movimiento; el animal avanza de
izquierda a derecha, creando, por tanto un vector direccional contrario
a la dirección de lectura, pera esto no sucede porque tiene vuelto su
cuello y cabeza hacia el ángulo superior izquierdo dei mural; la íntensidad de la dirección anterior es absorbida por este nuevo sentido dei
vector que sale considerablemente reforzado. La superficie dei caballo
que marca 5U avance hacia la derecha aparece texturada. la que apunta
hacia el lado contrario no tiene ya textura.
EI análisis «sin sentido»
10.2.2.2.
211
Temporalidad, narratividad y secuencia
EI Guernicu es un relato icónico en el que están definidos con toda
claridad sus limites, su orden sintáctico y en el que existe una progresión -cualitativa y cuantitativa- de los acontecimientos. Esta naturalcza narrativa que es evidente en la imagen, se debe a su forma de
temporalidad por secuencia.
Si el lector revisa el apartado 6.1, en el que se desarrolla el concepto de temporalidad, verá que al final dei mismo se mencionan cuatro
faetores principales que favorecen dicha temporalidad en las imágenes
aisladas: éstos son:
1.
2.
3.
4.
La fórmula de representación espacial.
EI formato.
EI ritmo.
Las direcciones.
EI Guemica no se puede considerar como una imagen aislada ; ahora
bien, tampoco es una imagen secuencial en sentido estricto como la
página de un comic o una película. Ya advertí anteriormente que este
tipo de imágenes que poseen una estructura secuencial en un único
espacio deberían denominarse irnágenes secuencializadas. En este sentido, los factores anteriores -aun estando referidos a la imagen aislada - pueden ser asumidos en el análisis de la temporalidad dei Guernica
porque su espacio es único, cerrado y permanente, como se apunta en
la definición de la imagen.
Como se verá en el último niveI deI análisis --el de la sintaxis compositiva-, el orden interno de la obra nos obliga a 11evar a cabo una
lectura de izquierda a derecha y de abajo arriba; además, de las tres
zonas deI mural vemos que la derecha es la menos activa (ningún elemento figurativo alojado en esta zona participa en ese gran vector
direccionaI aI que antes aludía y, sin embargo, no es ésta una zona
desconectada de las otras dos debido a la «extremidad» de la mujer
fugitiva; esta actividad como decia va aumentando a medida que el
relato llega a su fino La progresión cualitativa se produce aI fijarse definitivamente, en las zonas dos y tres dei mural, todas las direcciones
internas de la escena que crean ese vector general de dirección que
potencia sobremanera eI sentido y progresión de la narratividad del
relato. Para mayor abundamiento, esta prcgresión formal entre las tres
zonas viene justificada cuantitativarnente por el aumento, dentro de la
superficie deI cuadro, de la que ocupan las figuras implicadas en e1
212
EI análisis «sin sentido»
tntroduccion a la Teone de la Imagen
relato (siete, ya que eI nino y la madre pueden considerarse como una
unidad), a medida que uno se traslada hacia la izquierda de la composición.
Esta naturaleza secuencial, y las características narrativas y temporales inherentes a la misma, están vehiculadas por unos agentes plásticos
muy concretos. Hasta ahora he apuntado tres: la estructura tríptica dei
mural, las direcciones marcadas por la propia escena y la dirección de
lectura que es consecuencia de lo anterior. Existen otros dos elementos
escalares: eI tamafio y el formato, y uno dinámico ---el ritmo-. que
favorecen esas características y naturaleza.
EI tamafio de una imagen es un elemento que con mucha frecuencia
se menosprecia y, sin embargo, hay razones de orden perceptual y compositivo, además de otras de diversa índole, que aconsejan tenerlo en
cuenta en el análisis de la irnagen. Pera por encima de cualquier argumento teórico está el hecho de la grandiosidad dei Gucmtca, el impacto
visual de una superficie de más de 27 metros cuadrados capaz de fagocitar ai observador. La dimensión del Guernícu obliga a dicho observador. a no ser que éste se sitúe a una considerable distancia, a leer
la imagen pa.norámicamente.
EI formato, ya se ha dicho, es tipicamente narrativo; las dimensiones
deI mural -7,8 x 3,5 metros-, que suponen una ratio de 1:2,2, potencian esa progresión longitudinal antes aludida. Cabe destacar un
hecho en lo que ai formato deI Guernica se refiere y es que Picasso en
los primeros estudios de composición utilizó formatos de ratio aproximado 1:1.2; posteriormente realizó una nueva cornposición, bastante
acabada (01 8 de mayo), y la nueva ratio fue ya de I :1,9, lo que parece
indicar una cierta evolución hacia formatos más narrativos que le permitieran construir la totalidad de la estructura espacial. No creo, como
muchas veces se ha afirmado, que el formato del Guerntca sea un hecho
que tenga más que ver con la casualidad que con la concepción de la
obra que Picasso tenía: este elemento es coherente con el resto de los
planteamientos icónicos presentes en la imagen.
Por último, el ritmo es otro elemento que además de dinamizar la
cornposición, redunda en la narratividad expresada en el Guernica. Es un
ritmo progresivo basado, fundamentalmente, en el contraste y no en la
repetición, que produce una aceleración muy viva en la lectura de la
imagen, sobre todo en la parte central de ésta. En el siguiente apartado
se analiza este elemento con más detalle.
10.2.2.3.
213
La dinámica dei Guernica
EI cuarto atributo cou el que definia ai Guernica hacía referencia a su
naturaleza dinámica. Existe un dinamismo objetivo en los elementos
figurativos del mural, como indica la figura 10.5, pero éste es producido
por los elementos específicamente dinámicos de la imagen: la tensión y
cI ritmo.
En el capítulo dedicado a estas elementos se decia que. la. tensión
era la variable dinámica de la imagen fija ; es decir, el rnovirmento de
este tipo de imágenes. Sin embargo, en el Guernica, pese a que muchos
de los elementos figurativos aparecen en movimiento, no es su imitación,
la congelación en el tiempo de dicho movirniento, la causa que produce
eI dinamismo de tales figuras. La tensión en esta imagen la producen
fundamentalmente la orientación y la forma de tales elementos figurativos.
De los cuatro elementos dinámicos, dos de ellos -Ia fugitiva y la
mujer portadora del candiI- se alojan sobre sendas ッイゥ・ョエ。」ゥッョ・セ
?blicuas: los otros dos lo están solo parcialmente. pera poseen el suficiente
grado de «oblicuidad» como para aportar dinamismo a la cornposición.
En cuanto ai segundo factor, la forma, en el Guernica el aspecto de
cada elemento figurativo es altamente dinâmico debido a su deformación. Los personajes de] mural no poseen un nivel de abstracción elevado todos ellos son fácilmente reconocibles y, sin embargo, casi todas
sus características de forma se encuentran alteradas.
El elemento clave, no obstante, en la dinámica dei Guernica es el
tratamiento íuminíco de la composición. EI movimiento de cada personaje en el interior del mural es creado mediante eI contraste progresivo de distintos valores lurninicos: las escalas de grises que van de
tonos claros a otros oscuros, resultan ser el recurso dinamizador más
eficaz dentro de esta monocromía. En los cuatro elementos figurativos
dinámicos es fácil apreciar este contraste progresivo de luz; baste citar
como ejemplo el brazo de la mujer portadora deI candil, que «avanza»
poderosamente hacia el centro de la composición, y en el que se dIStinguen claramente tres valores de grises que suponen una progresión
de luz.
EI segundo elemento dinámico dei Guernica es el ritmo. EI lector me
disculpará por reproducir un pasaje deI capítulo sexto referido a dicho
elemento:
Siempre que exista ritmo en una composición espacial fija,
ésta se encontrará jerarquizada en cuanto a sus componentes.
Lo mismo que en la música. el ritmo se consigue en la plástica
fi análisis «sin sentido))
215
fija mediante la alternancia de elementos «[uertes» y «débiles».
sin olvidar los silencioso Si se cambian los sonidos por las
formas plásticas, las relaciones que se crean pueden definirse a
un cierto nível, en cuanto a sus características rítmicas. (...) Cualquier elemento plástico es capaz de crear relaciones rítmicas
dentro de una composición espacial fija, aunque son aquellos
elementos que poseen aI mismo tiempo propiedades intensivas
y cualitativas, los más indicados para esta función.
EI subrayado de este párrafo explica perfectamente el sentido ritmico
dei Guerníca. La composición está altamente jerarquizada como ya se
ha advertido en repetidas ocasiones; existe una progresión cualitativa
de izquierda a derecha y los elementos presentes en las zonas una y
dos, son dependientes, a nivel cornpositivo, de esa tercera zona que es
la más activa del mural, pues a su pro pia actividad suma la de las
otras dos.
En cuanto a las alternancias que producen el ritmo propiamente
dicho, son producidas básicamente por los siguientes elementos icónicos:
la linea, las curvas se interrumpen constantemente con las rectas; la
forma, existen gran cantidad de formas geométricas, fundamentalmente
triangulares, que se combinan con el resto de las formas figurativas y
no figurativas deI mural. Pera de nuevo el elemento fundamental vuelve
a ser la luz, ya que, como deeia aI hablar de la tensión, los mayores
contrastes son los lumínicos. En las figuras 10.6, 10.7 Y 10.8 se reproducen las superfícies ocupadas en el mural por los «negros», «grises» y
«blancos».
Un último hecho relacionado con la técnica de elaboración deI
cuadro, favorece también estas cualidades rítmicas apuntadas. Me refiero
a la ausencia de pinceladas que se aprecia en la imagen, lo que produce una doble díferenciación de las formas que éste alberga.
En resumen, el ritmo dei Guernica tiene dos características fundamentales: es un ritmo sincopado y a la vez progresivo. La primera es
el resultado de las continuas alternancias plásticas que se dan en el mural,
la pincelada no existe, quedando por ello las formas bruscamente interrumpidas, las rectas se combinan con las curvas, los blancos se articulan
con los negros lo mismo que los grises de diferente valor tonal, provocando todo ello cortes en la composición y en la lectura de la misma.
pero a la vez que se avanza de la zona uno a la tres, el ritmo es
progresivo, se produce un «crescendo» a medida que van siendo implicados nuevos elementos figurativos y nuevas relaciones plásticas creadas por los primeros.
-,
EI análisis «sin sentido»
Para concluir este apartado dedicado a las características dinámicas
deI Guernica quiero referirme a un hecho plástico que tiene un gran
valor dinamizado r en esta imagen: las sinestesias. En un trabajo anterior mío sobre eI Guernicat el segundo nivel metodológico utilizado
entonces suponía un análisis de la fenomenologia deI ernisor, que tenia
en cuenta cuatro niveles: el sinestésico, eI asociativo, eI emotivo y eI
ideológico. Incorporo ahora el primero de ellos por considerar, como
ya he dicho, que las diferentes sinestesias que presentan los elementos
figurativos dei Guernica son un nuevo factor dinamizador. En el trabajo
citado utilicé un repertorio de doce elementos figurativos, además de
la sinestesia visual que todos ellos posccn. ocho de éstos presentan
sinestesias de otro tipo. A continuación reproduzco la definición sinestésica de estos elementos citando entre paréntesis la naturaleza de la
rmsma.
•
(
I
I
219
Mujer en lIamas (acústica y visual).
Mujer fugitiva (acústica y visual).
Mujer portadora dei candil (acústica, visual y táctil).
Madre (acústica. visual y táctil).
Guerrero (acústica. visual y táctil).
Nino (visual).
Toro (acústica y visual).
Caballo (acústica y visual).
Paioma (acústica y visual).
Flor (visual).
Flecha (visual).
Puãal (visual).
10.2.3.
I
,
Análisis plástico de la composición
Constituye el tercer y definitivo nivel de análisis. Ahora es necesario
explicar la sintaxis de la imagen, explicitar cuál es su estructura general, la que vehicula un cierto tipo de significación plástica asociada
de manera particular al resultado visual de la imagen.
La facilidad y eficacia dei análisis plástico de la composición está
muy condicionada por los dos niveles anteriores; si la lectura de la
imagen y, sobre todo, si su definición es correcta, ahora tan sólo queda
justificar tal definición y poner de manifiesto los hechos plásticos en
los que ésta se basa. En la medida que una imagen posea ese «efecto
de totalidad» ai que se hacia referencia en el primer apartado dei ca3
Villafaãe y Pérez (1978,178).
220
Introducción a la Teoria de la Imagen
pítu lo anter ior, es dec ir, qu e su sinta xis co rnposi tiva - se base ésta en la
técnica que se base- a parezca clara mente exp licitada y co n un carácter unitario. el a n álisis de dicha co mpo sición no plan teará excesivos problemas. Éste es el caso dei Gllernica. que cons tituye un mo de lo paradi gmá tico cn lo que a su com posición se refiere, ya que
además de conta r con una clar a estructura genera l de rep resent ación,
es un ejemplo so bresa liente de simplicida d en su forma de equilibrio.
De lo anterior pod ría dedu cirse qu e la obra de Picasso se basa en
una co mposición normat iva Y. sin emba rgo, se trata de una imagen
tra nsgreso ra, ai menos en 10qu e se refiere aI par ámetro espacial. Oc urre,
sin embargo, que a pesar de que 5U espacio sea plano, simbi ótico, integre varias puntos de vista sobre un mismo plan o, etc., es, pese a tod o,
una imagen en la que prima por encima de cualquier otro, el prin cip io
de la simplieida d. Don de mejor se ap recia este heeho es en eI estud io
dei equilibrio qu e se basa en la estruelura general de la imagen.
La estructura co mpositi va dei Guernica favorece en gra n medida
dicho equilibrio, ya que se trat a de una constr ucción terna ria, sólidamente asentada so bre un gra n trián gulo centra l que es flanq uead o por
d os rectán gulos verti cales cuyas di mensiones so n cas i idéntica s. En la
figura 10.9 pueden apreciarse las Ires zo nas a las que me refiero. EI
gra n tri ângu lo, cuya base es la deI mural, tiene inscr ito otro más pequeno. pero cuyos lados, sobre tod o el derecho, parecen tr azados co n
tiral incas.
La co mpos ición , co mo puede co mpro ba rse a través de los vértices
de los do s tri ân gul o s, está ligeramente desplazada hacia la der echa, lo
qu e favo rece esa progresión de tod a la escena hacia el cua dra nte superior de ese lad o.
Co mo elleclor recorda rá, dos era n los facto res de los qu e dependia
prima riamenle el equilibrio : el peso y la di recció n. En pocas o bras
plást icas se encue ntr an estos d os facto res tan co necta dos como en el Guer nica ; es más. Ia dir ección qu e sin du da es el elemento compositivo más
pertinent e es uno de los fa ctores más importantes que hace inc rementar
el peso visua l de a lgunos elemenlos dei mural, los de aq uellos qu e se
inser tan en la dirección general de lectu ra de la obra.
Este vecto r di reccio nal dominante atraviesa el mural diagon alm ent e
desde el àngulo inferior de recho ai superior izq uierdo. Est á creado por
el sentido dei desplazami ent o de los tres element os figur at ivos q ue
ocupa n la zona centra l (fugit iva. portad ora y ca ballo) y reforza do , además, por otras tr es di reccion es inducidas que actú an en la zo na izqu ierd a
(madre, guerre ro y flecha). Estas seis dir eccion es parciales de la escena
tienen com o resulta nte el menci on ad o vector principal, qu e es qu ien
EI análisis
c
1:0
•E
esin sentidos 223
impo ne también la direcci ón de lect ura de la obra . En la figu ra 10.10
se repr esenta n grúficamente tales d irecciones.
En lo que se refiere a las dir ecciones dei GuerIJica. co mo puede
co mpro ba r el lector, los cua tro hechos que las gcncra ba n en la imagen
fija-a islad a - Ias miradas, la a tra cci ón de o bjetos o elemen tos entre si,
el formato y la propia est ructura de la co mposición- están present es
de forma clar a en el mu ral.
Mucho se ha insistid o a lo la rgo de este ca pítulo acerca de esta dirección principal q ue pr ivilegia la ubicació n de la cab eza dei to ro, de cuyo
hecho, no o bsta nte, no extraigo ningun a conclusión sem ántica: pera si el
lector alberga dudas so bre este hecho, le reco miendo que coloque frente
a un espejo una repr od ucción dei Guem ica y observe c órno a i desequ ilibra rse cl cuadro cn la imagen espe cula r, casi tod os los elementos figura tivos de la o bra se a balanza n má s a ún so bre el luga r cn el qu e se encuentr a el to ro. justifica ndo esa po sici ón pri vilegiad a en la co mposició n.
Ya dije ai esboza r los fundamen tos teór icos de la co mposición de
la imagen, qu e la zo na en la que los element os ic ónicos adq uirian un
mayor peso .co mpositivo era la correspondi enl e ai cuadra nte superio r
derech o dei cuad ro y, sin emba rgo, vem os qu e P ica sso util iza el cuad rante contrario para ubi car la figura que, plástica ment e. tiene más impo rtan cia, i,no resulta esta contradictorio '! Efectivamente, Ia zona de ma yor
peso visua l en condicio nes normales es la superior derecha, pera esas
condicio nes a las qu e me reficro irnplican una lectura de a rriba haci a
abaj o y de jzquierda a derecha ; como en cI Guem ica csa dirección de
Icctura cs la co ntra ria, no existe contradicción a lguna y la zona que
ocupa cl tor o result a ser la de mayo r peso visua l.
Hasta ah or a se ve que todos los elementos inclinan el fiel de la
ba lanza hacia la parte izquie rda; sin embarg o. esto no favorcc ería el
equ ilibri o co mposit ivo si en el lado con trario no existiesc otro elemento
co mo la mujer en Ila mas con una propiedad importante qu e le confiere
el suficiente peso visua l como para evita r tal desequilibrio : el a ísíam íent o.
Fact or éste que . co mo ya ad vertí en el ca pítulo anterio r. pued e a umenta r
con siderablemente la activida d plástica y el peso visual de un elemento .
En resume n, se ve que una correlación de los pesos visua les de los
element os y la ordenac ión de las d irecciones, hacen qu e el Guernica resulte
una co mposición equilibrada din ámicarnente, con una co mposició n sólida basad a, fund am entalmente, en la propi a est ru ctura espac ial de la
imagen que se encuentra mu y jerarquizad a y qu e permite. por ta nto. el
surgimiento de distinta s unidades espac iales en su seno qu e so n la
ca usa de esa tem po ralidad basada en la seeuencia y no en la sirnultane idad como seria lo propi o de una imagen fija-a islada .
Bibliografía
A continuación se recogen las obras y autores citados en el texto.
En esta relación se hace referencia, siempre que es posible, a las ediciones
espaiíolas de las citadas obras.
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