TEJIDOS, VESTIDOS E IMÁGENES:
LA EXPOSICIÓN CON-FÍO EN GALICIA
Fátima Díez Platas
Universidade de Santiago de Compostela
Entre marzo y septiembre de 2016, el Museo Centro Gaiás de la Cidade da Cultura de
Galicia se convirtió en el escenario de una
muestra de moda, arte y textil, a través de la
exposición Con-io en Galicia. Vestir Galicia,
vestir o mundo, comisariada por el historiador
Miguel Anxo Seixas y diseñada por Pepe Barro.
La exposición, cuyo título jugaba con la realidad
material del hilado y la prominencia de la industria del vestido en Galicia en el momento actual,
no fue una simple muestra de moda, ni una exposición etnográica sobre la realidad de la producción textil y su historia. Con el concurso de
más de trescientas piezas de diversos tipos e interesantes procedencias, se buscó construir un
discurso que, sobre todo, pretendía dar cuenta
de la historia de una industria que, en el tiempo presente y en Galicia, mueve millones, tanto en el sector económico como en el creativo.
Partiendo de la aguja paleolítica hallada en la
cueva Eirós (Triacastela, Lugo), la primera pieza
que representa el inicio de la actividad textil en
el horizonte arqueológico gallego, se iniciaba
el recorrido expositivo que desembocaba en la
actualidad del diseño y en el impacto internacional del imperio Inditex.
Con más de treinta mil visitantes en los seis
meses que estuvo abierta, la muestra se convirtió en un evento singular, que aglutinó una serie
de actividades de distinta índole, desde eventos
sociales y talleres de creación a unas jornadas
académicas que congregaron a importantes especialistas en todos los campos de la moda, el
arte y el textil; eventos que intentaron establecer
relaciones entre la labor artesanal y manual, la
creación, el arte y el impacto económico y social
de un fenómeno como es la moda en el momento presente.
Fotografía: Manuel G. Vicente. Cortesía de Cidade da Cultura
de Galicia
El discurso expositivo y el diseño, hasta cierto
punto conservador, que tuvieron que lidiar con
el siempre difícil espacio del museo de la Cidade
da Cultura, con los retos del tamaño y la gestión
de la luz y la visualización, se articuló en un recorrido complejo y heterogéneo con algunos aspectos muy vistosos e interesantes. La estructura
contemplaba cuatro grandes ámbitos donde se
encontraban la actividad artesanal del hilado y el
tejido, la realidad del vestido desde el punto de
vista histórico y social en la Galicia de distintas
épocas, la conversión y el desarrollo económico
de la industria textil, el despegue del diseño y la
imagen en los años 80 y la vibrante creación que
se está produciendo en el momento actual.
En el primer ámbito de la muestra, y a través de una selección de piezas históricas, artísticas, fotografías, vídeos, documentos y objetos
artesanales, se mostraba la historia, tanto de
la actividad del tejido como de la vestimenta.
Las piezas arqueológicas que mostraban petriicada la realidad del vestido en la época romana o medieval dialogaban en este espacio
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Tejidos, vestidos e imágenes: la exposición Con-fío en Galicia
de manera sugerente con la recreación de la
indumentaria de personajes especialmente
representativos de la historia de Galicia y de
Compostela, como Alfonso IX o la reina Berenguela, vestidos por Arantxa Vilas, responsable
de ayudar a crear fantasías medievales con su
colaboración en la realización del vestuario de
la conocida serie Juego de Tronos. Un aspecto especialmente atractivo de este ámbito lo
constituía, además, la exposición de vestidos
y atuendos con la magníica colección de las
hermanas González-Moro, que mostraba cien
años de indumentaria burguesa –de 1850 a
1950- por medio de auténticas joyas en perfecto estado de conservación, que provocaron
la admiración y la envidia de visitantes e instituciones de moda.
Los tres ámbitos restantes ofrecían un giro
en el sentido del discurso volviéndose hacia los
aspectos económicos e industriales y entrelazándolos con la imagen de la moda gallega y el
boom que experimentó en los dorados años 80
-bajo la máxima del diseñador Adolfo Domínguez “la arruga es bella”-, para, al inal, conducir la mirada a una pequeña pasarela de moda,
resumen de la historia de más de trescientas empresas y diseñadores hasta el momento actual.
Además del deseo de mostrar la evidente
realidad de que el textil gallego es un sector estratégico que da empleo a más de diez mil personas y constituye una importante parte de la
riqueza de Galicia, merece una reseña el intento realizado por Con-fío en Galicia de mostrar
cómo esta realidad se ha fraguado a lo largo de
décadas y gracias a aspectos y iguras clave, representadas por empresas como la camisería Regojo que implicó a Dalí en la imagen publicitaria
de sus camisas que no necesitaban planchado, o
por entidades como la Sociedad Textil Lonia, de
Ourense, Adolfo Domínguez o Inditex, que gestionan importantes marcas y llevan el nombre de
Galicia por el mundo, asociándolo indisolublemente a la moda y el diseño.
En otro orden de cosas, la imagen y la fotografía estrechamente vinculadas a la creación
de moda y al diseño resultan especialmente relevantes en una muestra como la que nos ocupa.
El ámbito dedicado a recordar el gran despegue
de la moda gallega en la década de los años
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80 se resolvió con la reunión de los numerosos
nombres y marcas que se consolidaron y consagraron en el momento, expuestos al mundo
a través de las imágenes de Galicia Moda y de
los objetivos de los grandes fotógrafos de moda
como Outumuro, Xoán Piñón, Luis Carré o Eloy
Lozano.
Por último, la muestra transformaba este
desile de nombres e imágenes en una pasarela,
algo exigua y constreñida en el espacio, en la
que se materializaban creaciones de las marcas
que han sido y son industria, diseño y moda,
como Selmark, Bimba y Lola o Kina Fernández,
por citar solamente unos “botones”. El inal
del recorrido desembocaba en la presentación
de una “nueva colección”, en palabras de los
organizadores, de creaciones contemporáneas
de los nuevos talentos que descuellan en el irmamento de la moda española e internacional.
Junto a la elegancia de Jorge Vázquez y María
Barros, se exponían la interesante propuesta trufada de experimentación artística de Sara Coleman, la minuciosa precisión de los plegados de
Eva Soto o el vestido “Fátima” de José Castro,
entre otros. La evidente propuesta estética y
visual se completaba con la presentación de la
labor de Latitude y otras empresas, que están
en la tarea tan actual de conjugar la moda, el
diseño y la producción textil con la sostenibilidad
y la preocupación medioambiental, ofreciendo
como contrapunto la experiencia táctil de tejidos
nuevos, de inusitadas procedencias que, sobre
todo, contribuían a ampliar el conocimiento y la
cultura textil.
Fotografía: Manuel G. Vicente. Cortesía de Cidade da Cultura
de Galicia
Con-fío en Galicia no puede considerarse,
como ya hemos adelantado, ni una exposición
documento sobre la historia y la industria del
vestido y del tejido y el textil, ni una exposición
de moda al uso, en la que se busca el diálogo
con el arte o se explora la producción creativa
de una época o de uno o varios diseñadores. La
muestra constituyó más bien un intento algo heterogéneo de mostrar bajo muchos aspectos, y
una vez más, la realidad gallega, al amparo del
poderío económico y creativo de una industria
en la que es innegable que Galicia destaca.
En este momento y desde hace tiempo, Galicia es moda, es industria textil y es fuerza creativa en los diseñadores que ya han conseguido un
lugar y un reconocimiento, y en los que se están
formando en instituciones como la Escuela de
Estudios Superiores en Diseño Textil y Moda de
Galicia (ESDEMGA) o la EASD Mestre Mateo . Y
la moda gallega también atraviesa fronteras con
el impacto que provocan en las redes sociales fe-
nómenos como las “bloggeras” o las “inluencers”, o con los profesores universitarios que
postulan a través de publicaciones académicas
elevar la moda a otro nivel, y considerarla como
“el octavo arte”.
Por todo ello, se agradece el intento, que
ha dejado sembrada una semilla, materializada
en un fantástico catálogo, y nos hace abrigar la
esperanza de que la iniciativa cuaje y en el futuro se produzcan nuevas propuestas expositivas,
que se embarquen de una manera más creativa
y rompedora, desde el punto de vista estético,
en la aventura de presentar la moda -y la moda
concebida en Galicia- desde nuevos puntos de
vista. Se ha dado, pues, el primer paso para iniciar la tarea de explorar y presentar el punto de
vista de la creación, la apuesta por la calidad,
unas propuestas estéticas únicas, y una industria
económica y formativa, que todavía promete y
que se está convirtiendo en una gran realidad.
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Tejidos, vestidos e imágenes: la exposición Con-fío en Galicia