2018, 2do Congreso de Etnomusicología de la Facultad de Música de la UNAM-Cuidad de México (https://youtu.be/Lsu5aKeRL00)
Por consecuencia del gran proyecto nacionalista posrevolucionario, el mariachi moderno fue puesto en un discurso de mexicanidad y arraigado fuertemente con características ideales de hipermasculinidad o machismo. Esto es transmitido a través de un mundo experiencial de mariachismo, una fenomenología de machismo musical sonado y eschuchado simultáneamente en un performance encarnado de sonido, lírica y gestos, haciendo eco de las normas de género y sexualidad. En la sociedad cotidiana, el machismo ejerce violencia sobre todos los géneros y sexos, a través de actos hipermasculinos de agresión y dominación, culturalmente amplificado por un ambiente de sufrimiento y de competencia diaria para sobrevivir. A pesar de esto, el machismo nutre la eficacia performativa del mariachismo con una profunda energía experiencial, y puesto en el amplio discurso de la mexicanidad, constituye un componente esencial de la autenticidad musical. La dominación y agresión hipermasculina se traducen en sonoros romantizados y afectos escuchados como emoción, sentimiento, fuerza, sabor—percepciones performativas de la auténtica musicalidad mariachera ritualizando una experiencia de lo mexicano. Con este estudio, analizo el paisaje sonoro del mundo experiencial del mariachismo, incluyendo los timbres instrumentales y vocales, así como los chiflidos y los gritos que sónoricamente construyen el machismo trayendo al estar un ser-musical. Desde una perspectiva fenomenológica, exploro el concepto de la “performatividad sónica” (Alaghband-Zadeh 2015), destacando el orden de género, dentro de una percepción sonora que realiza un sujeto masculino y da forma simbólica a la práctica musical del mariachi moderno por un modo-de-oír auténtica identidad nacional.