FI N AN ZAS PERSON ALES Y ED UCACI ÓN FI N AN CI ERA:
¿H ila r de lga do o t r a za r gr u e so?
Rica r do A. For n e r o
Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza - Argentina)
2017
Presentado en XXXVII Jornadas Nacionales de Administración Financiera, SADAF, Septiembre 2017
Para comentarios: ricardo.fornero@fce.uncu.edu.ar
Finanzas personales y educación financiera
FI N AN ZAS PERSON ALES Y ED UCACI ÓN FI N AN CI ERA
¿H ila r de lga do o t r a za r gr u e so?
SUMARIO
1. Conocer herramientas, desarrollar hábitos, planear el capital personal
2. Evidencia de competencias financieras básicas
Conclusiones de estudios iniciales
Pruebas PISA
S&P Global FinLit Survey
Un comentario final
3. Enfoque académico de las finanzas personales
Orientación y dimensiones de las finanzas personales
Evolución de los libros de formación en finanzas personales
4. Perspectivas opuestas sobre la educación financiera
Educación financiera en beneficio de individuos y sociedad
Precauciones: Posibles consecuencias negativas de la educación financiera
Algunas opiniones negativas acerca de las propuestas de educación financiera
5. Efectos de la educación financiera
Tipos de estudios empíricos
Educación financiera y conducta: Tres meta-análisis
6. Programas de expansión de la educación financiera
Tipos y características de los programas
Estrategias nacionales de educación financiera
Medios empleados para la educación en finanzas personales
Características y obstáculos de la educación financiera
Resumen: cómo debe ser un programa de educación financiera
7. El campo de la educación financiera y los resultados metodológicos
Anexo 1. Prueba PISA de competencia financiera
Anexo 2. S&P Global FinLit Survey
2
Finanzas personales y educación financiera
3
1. Conocer herramientas, desarrollar hábitos, planear el capital personal
La relación entre educación financiera y competencia financiera de los individuos es un tema que recibe creciente atención, en los estudios académicos y empíricos y en las políticas
públicas. Este tema se expande más allá del ámbito de las finanzas personales (que está centrado en las herramientas y las conductas para la planificación financiera personal) hacia las consecuencias económicas de las diferencias en la formación financiera de los individuos y su actuación como consumidores e inversores.
“Existe un creciente consenso de que el éxito de los esfuerzos para aumentar la competencia financiera debería ser el bienestar financiero individual.” Para esto “se deben explorar los
tipos específicos de conocimiento, la conducta y los rasgos personales de los individuos”. “Esta
es un área importante de indagación porque no sólo ayuda a identificar cuáles herramientas,
hábitos y habilidades financieras pueden ser útiles que los consumidores adquieran, sino que
también revela cuáles medidas de resultados intermedios pueden emplearse para evaluar el
éxito de las iniciativas de educación financiera, es decir, qué resultados intermedios tienden a
preceder a las mejoras reales en el bienestar financiero individual.” 1
Es importante distinguir entre educación financiera (financial education), competencia financiera (financial literacy)2 y capacidad financiera (financial capability).
La educación financiera se refiere a los medios educativos y formativos con los que se busca desarrollar el conocimiento, las actitudes y las habilidades para emplear instrumentos financieros y administrar la propia situación financiera dentro de las circunstancias que las personas
viven.3
La competencia financiera (financial literacy) es un posible resultado de ese proceso: es el
grado en que “las personas comprenden los conceptos financieros fundamentales y poseen la
habilidad y la confianza para administrar sus finanzas personales mediante decisiones adecua-
1
Consumer Financial Protection Bureau, Financial well-being: The goal of financial education, 2015.
La expresión financial literacy (que aquí se enuncia como competencia financiera) comienza a usarse
a mediados de los años 1990. Fue empleada por primera vez en el estudio Jump$tart Survey of Financial Literacy Among High School Students de 1997, con el significado de “capacidad para usar el conocimiento y las habilidades para administrar efectivamente los recursos financieros de la persona para
tener seguridad financiera a lo largo de la vida”. Puede verse el análisis comparativo de los resultados
en Lewis Mandell, The Financial Literacy of Young American Adults: Results of the 2008 National
Jump$tart Coalition Survey of High School Seniors and College Students, Jumpstart Coalition, 2009.
3
A diferencia de la competencia financiera, que es una expresión relativamente reciente, la educación
financiera como una forma de mejorar las decisiones financieras personales está en la agenda desde los
años 1950. En los Estados Unidos, a partir de 1957, se fueron incorporando tópicos de finanzas personales, economía y otros temas de educación para el consumidor en el currículo escolar establecido por
cada estado. Pueden verse comentarios en B. Douglas Bernheim, Daniel M. Garrett & Dean M. Maki,
Education and saving: The long-term effects of high school financial curriculum mandates, Journal of
Public Economics, 2001.
2
Finanzas personales y educación financiera
4
das de corto plazo y un planeamiento sólido de largo plazo, teniendo en cuenta las condiciones
económicas que enfrentan”.4
Competencia financiera se refiere a la posibilidad de aplicar el conocimiento en las decisiones personales, mientras que educación financiera es el proceso por el que se adquiere ese conocimiento y se desarrollan las actitudes que facilitan su aplicación. La capacidad financiera es
el grado en que se realiza la aplicación efectiva de la competencia.5
La formación básica es un punto de partida para la autoconciencia de los hábitos personales
y para conocer los instrumentos y el ambiente social e institucional en el que viven los individuos.
En las decisiones financieras personales, como en el manejo de un idioma, hay diferentes
niveles de autonomía. La competencia financiera (financial literacy) a veces se entiende como
alfabetización financiera, la formación en las nociones financieras y las habilidades básicas.
La educación financiera implica desarrollar la habilidad de explorar un ambiente relevante
para los asuntos financieros que enfrenta una persona y para desenvolverse en el mismo. “La
competencia financiera es necesaria pero con frecuencia es insuficiente. Suele existir un gran
salto desde conocer algo en principio a hacer que realmente suceda en la vida cotidiana. Tomar
mejores decisiones financieras es similar a comer alimentos saludables o ejercitarse físicamente: las buenas intenciones pueden ser postergadas para atender otras cosas que se consideran
más urgentes.”6
El punto de partida para que las personas puedan convertir sus aspiraciones financieras en
acciones es la conciencia de los propios límites: evitar la postergación de la acción, la tentación
de gastar en vez de ahorrar, la sensación de sentirse abrumado por los detalles técnicos de la
situación. Esta es la dimensión de formación de hábitos y aumento de la autoconciencia.
La capacidad financiera se forma con conocimiento, hábitos y acceso a los productos financieros que pueden ser útiles para alcanzar las aspiraciones personales. “Para ser capaces (capable) financieramente los individuos deben poder comprender y aplicar el conocimiento financiero. También deben adquirir hábitos monetarios saludables, normas y reglas de decisión, así
como la habilidad de seguir un plan y completar exitosamente actividades financieras.”7
En el aspecto de conocimiento aparecen las cuestiones relacionadas con el tipo de formación: en qué momento de la vida es más adecuado introducir los temas, cuál es el modo más
efectivo por su impacto en las decisiones (la mezcla de principios e información detallada y de
reglas simples; la combinación de conocimiento de los asuntos legales y derechos con la práctica de las preguntas a formular).
Entonces, la educación financiera, con la experiencia de los individuos, es la base sobre la
que se desarrolla la competencia financiera. Se piensa que si la competencia se manifiesta en la
4
David L. Remund, Financial literacy explicated: The case for a clearer definition in an increasingly
complex economy, Journal of Consumer Affairs, 2010.
5
Puede verse Antonio Romero, Inés García-Pintos y Nerea Vázquez, La educación financiera y el sector financiero, en Alberto Placencia Porrero (Ed), Nuevos desafíos del sector financiero, Fundación de
Estudios Financieros, 2014.
6
Barbara Kiviat & Jonathan Morduch, From financial literacy to financial action, McGraw-Hill Research Foundation, 2012.
7
Consumer Financial Protection Bureau, Building blocks to help youth achieve financial capability: A
new model and recommendations, 2016.
Finanzas personales y educación financiera
5
conducta o las decisiones financieras de los individuos aumenta su bienestar financiero (figura
1).
Figura 1
Educación financiera, conducta
financiera y bienestar financiero
Educación
financiera
Experiencia
Competencia
financiera
Bienestar
financiero
Decisión y
conducta
financiera
El bienestar financiero (financial well-being) es “un estado en que una persona puede cumplir completamente sus obligaciones financieras actuales y futuras, puede sentirse seguro de su
futuro financiero y es capaz de hacer elecciones que le permiten disfrutar de la vida”.
Un estudio empírico cualitativo 8 muestra que “el concepto de bienestar financiero tiene
cuatro elementos centrales:
Tener control de las finanzas, día a día, mes a mes;
Tener la capacidad de hacer frente a shocks financieros;
Sentir que el individuo está en camino de alcanzar sus objetivos financieros
Tener la libertad financiera de tomar decisiones que permitan disfrutar de la vida.”
El bienestar financiero depende de factores de oportunidad e individuales. Los factores de
oportunidad son las circunstancias dentro de las que se mueven los individuos: contexto económico, riqueza familiar, acceso a la educación, ubicación geográfica. El conjunto de alternativas disponibles para un individuo depende de estos factores de oportunidad. El comportamiento de las personas en este marco produce un determinado nivel de bienestar financiero; ese
comportamiento depende de factores individuales (conocimiento, actitudes, hábitos y confianza).
Bienestar financiero es una noción con muchos componentes subjetivos (una situación en
que se está satisfecho y libre de preocupaciones financieras).9 Sohyun Joo se refiere a una no8
Consumer Financial Protection Bureau, Financial well-being: The goal of financial education, 2015.
El bienestar personal tiene componentes físicos, psicológicos, sociales y financieros, que están conectados y estrechamente relacionados. Zemtsov y Osipova plantean que estos se relacionan con los tipos
de capital que posee una persona (salud física, capital humano, capital social, bienes patrimoniales y
capital financiero). “Para hablar de cualquier forma de bienestar personal es necesario mostrar la presencia del tipo de capital relevante de la persona, cuya combinación genera un determinado flujo de
ingresos.” Anatoliy A. Zemtsov & Tatiana Yu. Osipova, Financial wellbeing as a type of human well9
Finanzas personales y educación financiera
6
ción más específica, vinculada con la salud financiera (financial wellness), “un concepto multidimensional que incorpora la satisfacción financiera, el estatus objetivo de situación financiera,
las actitudes financieras y la conducta que no puede ser evaluada con una sola medida”.10 Esto
permite obtener medidas de los componentes, que pueden reunirse en un indicador compuesto
o estructural.11
La educación financiera y su consecuencia buscada, la capacidad financiera, se relaciona no
sólo con el bienestar financiero individual sino también con el funcionamiento de la economía.
La efectividad del mecanismo de mercado en la evolución de las relaciones sociales requiere un cierto nivel de autonomía del consumidor/inversor para identificar alternativas de decisión y sus consecuencias. En el límite, esta autonomía se manifiesta en la construcción teórica
del consumidor racional.
Por la complejidad de los servicios y los instrumentos financieros se comienza a enfatizar la
importancia de la educación financiera para que los consumidores puedan desempeñarse en
esos ámbitos cada vez más sofisticados de relaciones contractuales.
La evidencia de menor capacidad financiera de los consumidores e inversores tiene consecuencias en la interpretación de otras características financieras. “Una importante derivación de
la investigación en competencia financiera es el reconocimiento de que las variaciones observadas en las decisiones financieras de los individuos no necesariamente pueden atribuirse a
variaciones en las preferencias individuales. Si los individuos no tienen la habilidad de evaluar
con precisión cómo afectarán su bienestar las decisiones financieras, la conducta observada
puede reflejar esta ignorancia en vez de preferencias.”12
El fenómeno multifacético de la conducta financiera individual es estudiado en la actualidad con la perspectiva de la educación financiera. En la amplia literatura del tema es posible
encontrar todo tipo de enfoques empíricos: desde los que apuntan a estudiar el nivel de conocimiento de conceptos financieros hasta los que buscan explorar las relaciones causales entre el
conocimiento financiero y la conducta, pasando por la efectividad de los distintos medios de
educación y la motivación de los individuos para adquirir esos conocimientos y emplearlos en
sus decisiones.
También se estudia la relación entre el nivel de educación financiera y características económicas tales como la distribución de la riqueza y la efectividad del uso de servicios financieros (un tema relacionado con la inclusión financiera).
En este ensayo se presentan los principales aspectos del campo así delineado. En primer lugar se comenta un resumen de los resultados de estudios internacionales sobre competencia
financiera básica. Esta es una línea de base que muestra la distancia a recorrer para alcanzar un
nivel dado de capacidad financiera (es claro, siempre y cuando se considere que estos resultados son representativos de aquello que se busca estudiar).
being: Theoretical review, II International Scientific Symposium on Lifelong Wellbeing in the World,
2015.
10
Sohyun Joo, Personal financial wellness, en Jing Jian Xiao (Ed.), Handbook of Consumer Research,
2008.
11
Puede verse el análisis comparativo de las posibles medidas en Paul Gerrans, Craig Speelman &
Guillermo Campitelli, The relationship between personal financial wellness and financial wellbeing: A
structural equation modelling approach, Journal of Family and Economic Issues, 2013.
12
Michael S. Finke & Sandra J. Huston, Financial literacy and education, en H. Kent Baker & Victor
Ricciardi (Ed), Investor Behavior: The Psychology of Financial Planning and Investing, 2014.
Finanzas personales y educación financiera
7
Después se esquematiza el otro extremo de esta amplia brecha: el enfoque integral de las finanzas personales tal como se manifiesta en las propuestas formales de formación.
En el apartado 4 se comentan las líneas actuales del debate acerca de la educación financiera: el tema tiene aspectos sociopolíticos además de técnicos, que se observan en las diferentes
perspectivas acerca de la organización económica y del rol del Estado.
La cantidad de estudios empíricos y experimentales referidos a la competencia financiera y
su relación con la conducta aumenta de modo exponencial. En el apartado 5 se comentan los
tipos de investigación y los resultados de tres estudios meta-analíticos referidos a varios centenares de experiencias.
El papel de la educación financiera en el funcionamiento de la economía y el bienestar individual ha impulsado la implementación de estrategias de educación en diversos países. En el
apartado 6 se describen las características que tienen y los modos de realizar la educación financiera.
Finalmente se reúnen algunas observaciones acerca del desarrollo que ha tenido este campo
de estudio y de práctica.
Las estrategias de educación financiera pueden verse como un espacio que tiene, en uno de
sus lados, la búsqueda de capacitación básica para resolver las carencias más generalizadas. En
el lado opuesto se encuentra la formación integral en todas las dimensiones financieras que
actualmente podría tener la vida de los individuos.
Enfocar la educación financiera desde la perspectiva de la planificación financiera personal
de los individuos como consumidores e inversores puede ser adecuado para una pequeña parte
de la población, en especial la motivada para buscar una mayor formación. Sin embargo, los
programas de educación financiera generalizada requieren resolver los problemas de base. Más
que hilar delgado en la planificación del capital personal parece necesario comenzar con un
enfoque de trazos gruesos en el nivel de conocimiento financiero al que puede aspirarse como
resultado, con métodos efectivos que permitan elevar la línea de base.
Es importante considerar el avance en el campo de la educación financiera y su relación con
el bienestar suscita una gran cantidad de cuestiones de naturaleza estratégica y operativa. Entonces, el estudio de la efectividad de los medios que se emplean para apoyar las decisiones
personales está generando nociones acerca de esos procesos que permiten hilar delgado dentro
del trazo grueso de la línea de base. De este modo, la educación financiera parece orientarse no
a más conocimiento individual, sino a medios más efectivos para que se consolide el conocimiento financiero de base y se complemente con formas de apoyo tales como orientaciones y
regulaciones.
Finanzas personales y educación financiera
8
2. Evidencia de competencias financieras básicas
El diagnóstico del nivel de competencia financiera se ha realizado a través de estudios de
amplio alcance en diversos países, en el ámbito escolar y para la población adulta. Los resultados no son alentadores: el nivel de competencia financiera básica es bajo.
Sin embargo, la complejidad de este ámbito limita la representatividad de los resultados.
Los estudios apuntan a medir el conocimiento y la habilidad para aplicarlo en tareas; esto pone
en juego las dimensiones de motivación y actitudes, así como la relevancia de los problemas
para el ámbito vital de los sujetos que se consideran.13
Aún con estas limitaciones, los resultados son una evidencia comparativa que permite identificar las condiciones en que pueden plantearse iniciativas de formación específicas.
Conclusiones de estudios iniciales
La OCDE publica en 2005 un informe basado en los estudios que se habían realizado en varios países referidos a competencias financieras básicas.14 En esos países se habían implementado algunos programas de educación financiera, siguiendo las recomendaciones de la misma
organización. “Todos los estudios concluyen que el nivel de competencia financiera de la mayoría de los consumidores es muy bajo” y existe una diferencia significativa entre los estratos
sociales.
También tiende a ser común una característica: los encuestados se sienten más competentes
en materia financiera de lo que son realmente y sobrevaloran sus conocimientos de conceptos
como interés compuesto, diversificación de riesgo e inflación. Por ejemplo, un estudio en Australia informa que la mayoría de los encuestados dicen que son financieramente competentes.
Pero cuando se requiere la aplicación de conocimiento financiero para resolver un determinado
problema demuestran falta de comprensión financiera: mientras que 67% de los individuos
afirman que comprenden el concepto de interés compuesto, sólo 28% responde correctamente
un problema en el que se usa este concepto. Algo similar ocurre en los otros países de economías desarrolladas que se consideran en el informe.
Para avanzar de modo más definido en este tema, la OCDE considera que es más útil emplear un cuestionario único en diferentes países (con preguntas comunes y otras específicas
según las características de cada país). También señala que las preguntas objetivas de conceptos financieros son mejores para medir la competencia financiera. Sin embargo, las preguntas
que requieren una opinión evaluativa acerca de la propia competencia financiera (selfassessment) permiten, con las preguntas objetivas, analizar la discrepancia entre lo que los individuos piensan que saben y lo que realmente saben. Este análisis es una guía para orientar los
13
Para comentarios acerca de la limitación del enfoque para medir efectivamente las respectivas competencias puede verse Michael Schuhen & Susanne Schürkmann, Construct validity of financial literacy,
International Review of Economics Education, 2014.
14
OECD, Improving financial literacy: Analysis of issues and policies, 2005.
Finanzas personales y educación financiera
9
programas de formación y para seleccionar modos de comunicación que sensibilicen a las personas para que busquen su formación mediante esos programas.15
Pruebas PISA
En las pruebas PISA (Programme for International Student Assessment) de 2012 se incluyen por primera vez, en 18 países, preguntas referidas a competencias financieras (proeficiency
of financial literacy).
Se busca determinar el grado en que jóvenes de 15 años de edad tienen la habilidad de aplicar sus conocimientos y destrezas a situaciones de la vida real que involucran temas y decisiones financieras. En promedio, 15% de los estudiantes no son capaces de realizar esta aplicación
de conocimientos (entre los extremos de sólo 2% en Shanghai, China, y 57% en Colombia).16
Se emplea la noción de línea de base o nivel mínimo de independencia en las decisiones que
involucran aspectos financieros comunes. En el ordenamiento de 5 niveles de competencia (de
menor a mayor) que se realiza con la prueba PISA, la línea de base es el nivel 2. Este nivel
implica que se pueden comprender magnitudes y aspectos esenciales sin acudir a otro (es el
equivalente de la competencia lingüística elemental).
En 2015 los resultados muestran un deterioro: 22% de los estudiantes no pueden aplicar sus
conocimientos para comprender temas económicos y financieros en circunstancias cotidianas.
El rango se reduce entre el país con menor cantidad de estudiantes en esta condición (China, en
cuatro regiones, 9%) y el que tiene más población con esa característica (Brasil, 53%).17
En el anexo 1 se incluyen algunos resultados y características de la prueba.
S&P Global FinLit Survey
Standard & Poor’s Ratings Services organiza en 2014 un estudio que se basa en una encuesta de competencias financieras de personas mayores de 15 años en 148 países. Se consideran las competencias financieras básicas en cuatro conceptos: diversificación de riesgo, inflación, cálculo de números e interés compuesto.18
15
Un estudio realizó experimentos del grado en que las personas aceptaban realizar un curso de formación de medio día ofreciendo distintos tipos de compensación (por ejemplo, un pago de aproximadamente 72 dólares, o bien uno de 36 dólares, o bien la oferta de transporte gratuito hasta el lugar del curso). Considerando grupos de control, el efecto de la compensación, en general, fue pequeño en términos
absolutos. Sin embargo, el nivel de aceptación de la formación es bastante bajo (entre 20% y 39% según
los casos), lo cual muestra que esa formación no se considera prioritaria, tal vez porque los individuos
tienden a considerarse más competentes en esos temas de lo que lo son realmente. (Miriam Bruhn, Gabriel Lara Ibarra & David McKenzie, The minimal impact of a large-scale financial education program
in Mexico City, Journal of Development Economics, 2014)
16
OECD, PISA 2012 Results: Students and Money: Financial Literacy Skills for the 21st Century (Volume VI), 2014.
1717
OECD, PISA 2015 Results (Volume IV) Students’ financial literacy, 2017.
18
Leora Klapper, Annamaria Lusardi & Peter van Oudheusden, Financial literacy around the World:
Insights from the Standard & Poor’s Ratings Services global financial literacy survey, 2015.
Finanzas personales y educación financiera
10
En conjunto, 35% de los varones y 30% de las mujeres son financieramente competentes en
el nivel básico considerado. Se observa que las mujeres son más proclives que los varones a
emplear la alternativa de respuesta no lo sé.
El uso de servicios financieros tales como una cuenta bancaria actúa en dos direcciones: la
competencia financiera mayor puede llevar a un mayor uso de bancos (lo que se denomina inclusión financiera), pero también la operación de una cuenta o el uso de crédito puede ampliar
las habilidades financieras de los individuos. Hay alguna independencia con respecto al nivel
de ingreso: “Las personas pobres que tienen una cuenta bancaria es más probable que sean
competentes financieramente que las personas pobres que no tienen una cuenta; y los adultos
con más dinero que usan crédito también tienen mejores habilidades financieras que los adultos
con dinero que no lo hacen.” Por ejemplo, 47% de los adultos de India (es decir, 415 millones
de personas) no tienen una cuenta bancaria y aproximadamente 80% de estas personas tienen
muy poca competencia financiera.
En el anexo 2 se describe la encuesta, con las preguntas y los resultados por país.
Un comentario final
Las pruebas PISA se realizan en un entorno escolar y muestran las diferencias en la enseñanza de los conceptos financieros básicos y su aplicación a problemas similares a los que están acostumbrados los estudiantes. No se relacionan necesariamente, por tanto, con la manifestación que, en algún momento posterior, tendrán estos conocimientos y habilidades en la conducta.
El estudio FinLit apunta a la comprensión de nociones financieras sencillas por una persona
adulta promedio. Tampoco es una medida de capacidad en el sentido ya mencionado.
Hay diferencias notables en la figura relativa que dejan ambos estudios. Por ejemplo, China
tiene los mejores resultados en PISA (20% mayor que el promedio OECD) pero en FinLit se
ubica en el tramo de resultados mediocres (15% por debajo del promedio mundial, 28% frente
a 33%). Por el contrario, Estados Unidos tiene resultados en PISA similares al promedio
OECD y en FinLit supera ampliamente el promedio mundial (57% frente a 33%).
Del mismo modo, España se encuentra levemente por debajo del promedio OECD en PISA
(469 frente a 489) y supera de modo significativo el promedio FinLit (49% frente a 33%). En
PISA 2015 Perú tiene un puntaje mayor que Brasil, mientras que en FinLit la relación se invierte: Brasil está levemente por arriba del promedio mundial y Perú está bastante por debajo
(28% frente a 33%).
Finanzas personales y educación financiera
11
3. Enfoque académico de las finanzas personales
La disciplina académica de las finanzas personales comienza a desarrollarse en los años
1970 con modelos formales de cartera intertemporal.19 La teoría financiera del ciclo de vida
busca responder la pregunta ¿cómo puedo extender el ingreso de mi vida laboral a mi vida
completa? Esta pregunta, que tenía respuestas de origen actuarial, se plantea como la base de
una disciplina que introduce modelos de comportamiento intertemporal y que también es la
base para referirse a políticas públicas de seguridad social.20
En su vertiente de disciplina práctica, las finanzas personales reúnen los resultados tanto de
los enfoques de inversión financiera como de las reglas y los instrumentos de planificación
personal.
Orientación y dimensiones de las finanzas personales
Las finanzas personales (o familiares) han tenido atención creciente desde los años 1990.
Se ha desarrollado un enfoque integral de la vida financiera de las personas que está basado en
la planificación financiera. En enfoque se consideran los objetivos en el ciclo de vida, la posición frente a riesgos patrimoniales y el impacto impositivo.
“El concepto de gestión integral de la riqueza de las familias comprende diferentes disciplinas que interactúan en función de la posición patrimonial y las necesidades de las familias. Por
un lado, la planificación financiera, que es el conjunto de decisiones realizadas a lo largo del
ciclo vital de una unidad familiar con el objetivo de dar respuesta a sus necesidades financieras
presentes y futuras. Por otro lado, la planificación sucesoria, entendida como las actividades
encaminadas a transmitir riqueza entre distintas generaciones familiares de forma fiscalmente
eficiente. Y, finalmente, la gestión de inversiones, que se define como la selección de estrategias de inversión adecuadas a cada perfil de riesgo de los individuos.” “La gestión integral de
la riqueza de las familias se puede definir, de esta manera, como la selección de aquellas estrategias e instrumentos de inversión, ajustadas al perfil de riesgo del individuo y óptimas desde
el punto de vista financiero y fiscal, adoptadas con el objetivo de dar respuesta a las necesidades financieras de los individuos y alcanzar los objetivos de conservación y transmisión patrimonial deseados.”21
Las necesidades en la unidad familiar se pueden resumir en una aspiración de nivel de vida,
la formación de fondos para educación, emergencias y retiro (incluyendo un objetivo de edad
19
Robert C. Merton, Optimum consumption and portfolio rules in a continuous-time model, Journal of
Economic Theory, 1971.
20
Puede verse, por ejemplo, Gopi Shah Goda, Colleen Flaherty Manchester & Aaron J. Sojourner, What
will my account really be worth? Experimental evidence on how retirement income projections affect
saving, Journal of Public Economics, 2014.
21
Alberto Ruiz Rodríguez y Ángel Bergés, El nuevo paradigma de las finanzas personales, Revista
Bolsa de Madrid, 2002.
Finanzas personales y educación financiera
12
de retiro individual) y la consideración del bienestar de otros (de la familia o ajenos a ella), tal
como se esquematiza en la figura 2.22
Figura 2
Finanzas personales: Necesidades
Necesidades
Nivel de vida
Fondo para
educación
Fondo para
emergencias
Fondo para
retiro
Edad de retiro
Bienestar
de otros
La base de la planificación es la consideración del disponible en cada período, teniendo en
cuenta la relación entre el ingreso, el consumo y la administración de liquidez (con medios
financieros inmediatos para destinar excedentes o financiar faltantes) (figura 3).23
Figura 3
Finanzas personales: Disponibilidad
Disponible
Trabajo
Ingreso
Rentas
Consumo
corriente
Dinero
disponible
Manejo de
liquidez
La planificación financiera se suele presentar como el vínculo entre las necesidades (figura
2) y el disponible (figura 3). Se considera que ese vínculo consiste básicamente en el planeamiento del consumo según el ciclo de vida: “el enfoque no es en el plan financiero en sí mismo, sino en el perfil de consumo que implica”.24
22
Puede verse G. Victor Hallman & Jerry S. Rosenbloom, Private wealth management: The complete
reference for the personal financial planner, 2009, págs. 5-15.
23
Jeff Madura, Personal finance, 2017, págs. 135-212.
24
Zvi Bodie, Jonathan Treussard & Paul Willen, The theory of optimal life-cycle saving and investing,
en Zvi Bodie, Dennis McLeavey & Laurence B. Siegel (Ed), The Future of Life-Cycle Saving and Investing, 2007, pág. 21.
Finanzas personales y educación financiera
13
Esto enfatiza el papel de los activos financieros en ese planeamiento: considerando “la
complejidad del planeamiento del ciclo de vida y la relevancia de las fricciones financieras al
nivel del individuo”, se destaca el papel de las firmas especializadas en la administración de
riqueza “para diseñar y poner a disposición productos del ciclo de vida que satisfagan las necesidades de las familias”.
Se consideran, entonces, la inversión, el financiamiento y la protección como los modos en
que se concreta el plan según los objetivos relacionados con las necesidades (ver la figura 4).
Figura 4 Finanzas personales: Inversión, financiamiento, protección
Inversión
Adquisición
de bienes
para renta
Inversión
financiera
Adquisición
de bienes
para uso
Inversión
en negocios
Financiamiento
Protección
Protección
para riesgos
de activos
Préstamos
personales
Protección
para riesgos
personales
Préstamos
hipotecarios
En tal esquema, la manifestación de estas actividades y determinaciones es la acumulación
patrimonial, incluyendo la magnitud y composición de legados (figura 5).
Figura 5
Finanzas personales: Acumulación patrimonial
Acumulación
patrimonial
Patrimonio en
vida (capital)
Patrimonio
legado (estate)
Sin embargo, parece adecuado matizar esta noción de planificación basada en el perfil intertemporal de consumo. Deborah J. Lucas, en el coloquio sobre ahorro e inversión en el ciclo
de vida, coordinado por Bodie, McLeavey y Siegel, en Boston (2006), comenta que, si bien “es
fácil caracterizar un plan óptimo de consumo y ahorro en el ambiente estacionario del modelo
estándar del ciclo de vida”, no parece una noción útil en la práctica. Enfatiza que las incertidumbres acerca de hechos tales como la evolución de la familia, divorcios, educación, empleos
y emprendimientos “hacen que sea difícil predecir los ingresos futuros o decidir una estrategia
óptima de inversión”. El planeamiento financiero se complica a medida que las personas se
Finanzas personales y educación financiera
14
mueven hacia su período de retiro. “Teniendo en cuenta estas complejidades, no llama la atención que el ciclo de vida de ahorro e inversión óptimos sea más atractivo en la teoría que en la
práctica, al menos en su forma más literal. Formular un plan contingente al consumo que tenga
en cuenta todas las posibilidades que pueden sobrevenir es claramente impracticable para la
mayoría de las personas.” Entonces, la práctica parece orientarse a algunos “niveles meta de
patrimonio a partir de los cuales puede encararse un rango no completamente especificado de
tipos de consumo”.25
Las seis dimensiones comentadas se reúnen en la figura 6. Allí se muestra que el espacio de
las finanzas personales queda regido por las metas de acumulación patrimonial. Estas articulan
tanto los requerimientos de nivel de vida (bienes durables y educación) como la inversión para
rentas y crecimiento, el planeamiento impositivo y la protección frente a riesgos y otras contingencias personales.26
Figura 6 Dimensiones de la administración de finanzas personales
Planeamiento según
el ciclo de vida
Necesidades
Circunstancias
y preferencias
personales
Contingencias
patrimoniales
Acumulación
patrimonial
Inversión
Disponible
Protección
Financiamiento
Planeamiento
impositivo
25
Session 1 Comments by Deborah Lucas, en Zvi Bodie, Dennis McLeavey & Laurence B. Siegel (Ed),
The Future of Life-Cycle Saving and Investing, 2007, pág. 38.
26
Por ejemplo, divorcios. Jeffrey Rattiner, experto en formación de especialistas en asesoramiento financiero personal, publica en 2009 el libro Personal financial planning for divorce, donde se refiere
específicamente al planeamiento considerando esta posible situación.
Finanzas personales y educación financiera
15
Evolución de los libros de formación en finanzas personales
Hay unos pocos antecedentes de libros de finanzas personales durante los años 1920 y
1930.27 El primer libro que tiene una difusión amplia es de 1948 y se realizan sucesivas ediciones hasta 1980.28
En los años 1950 y 1960 existe una cantidad creciente de libros referidos a finanzas personales, pocos de los cuales tienen más de una edición.
En 1972 se publica el primer libro que presenta la materia como administración financiera
personal.29 Y el primero que en su título enfatiza el planeamiento financiero personal es el
clásico de Hallman y Rosenbloom, que tiene varias ediciones desde 1975; la octava edición, en
2009, se presenta como administración de riqueza personal.30
El libro de estudio de Lawrence Gitman se publica en 1978; es el primero que se mantiene
vigente hasta la actualidad, con sucesivas ediciones hasta la décimotercera en 2014 (desde la
edición de 1987 se denomina planificación financiera personal).31
Durante los años 1980 se introducen numerosos libros: algunos se presentan como de finanzas personales, otros como de administración financiera personal y otros como de planificación financiera personal. En 1985 se publica otro libro que es editado hasta la actualidad, de
Garman y Forgue.32 Y en 1988 el libro de Kapoor, Dlabay y Hughes.33
A partir de los años 1990 se abandona la denominación administración financiera personal
y en su lugar se generaliza la expresión planificación financiera personal (manteniéndose en
uso también la denominación genérica, finanzas personales). Las tres, básicamente, se refieren
a los mismos temas.
En 1999 se publica otro de los libros que se edita hasta el presente, de Michael Dalton.34 Y
en 2001, el experto en libros de estudio de temas financieros, Jeff Madura, publica su libro de
finanzas personales, que también se edita hasta la actualidad.35 Madura publica además un libro
27
Wesley W. Ferrin, Personal finance course: Simple instructions and advice on how to manage your
household and personal finances, 1920; Morris R. Neifeld, The personal finance business, 1933.
28
Elvin F. Donaldson, Personal finance, 1948. La séptima edición, en 1980, es de David T. Crary, John
K. Pfahl & Elvin F. Donaldson.
29
David A. West & Glenn L. Wood, Personal financial management, 1972.
30
G. Victor Hallman & Jerry S. Rosenbloom, Personal financial planning: How to plan for your financial freedom, 1975; G. Victor Hallman & Jerry S. Rosenbloom, Private wealth management: The complete reference for the personal financial planner, 2009.
31
Lawrence J. Gitman, Personal finance, 1978; Lawrence J. Gitman, Michael D. Joehnk & Randall S.
Billingsley, Personal financial planning, 13th Ed, 2014.
32
E. Thomas Garman, Sidney W. Eckert & Raymond E. Forgue, Personal finance, 1985; E. Thomas
Garman & Raymond E. Forgue, Personal Finance, 11th Ed, 2012.
33
Jack R. Kapoor, Les R. Dlabay & Robert J. Hughes, Personal finance, 1988. La décima edición se
publica en 2012.
34
Michael A. Dalton, Personal financial planning: Theory and practice, 1999; Michael A. Dalton,
James F. Dalton, Randal R. Cangelosi, Randall S. Guttery & Scott A. Wasserman, Personal financial
planning: Theory and practice, 7th Ed, 2011.
35
Jeff Madura, Personal finance, 2001. La sexta edición se publica en 2017.
Finanzas personales y educación financiera
16
de fundamentos en 2010, que se enfoca en las competencias financieras iniciales para la formación de jóvenes.36
Estos libros de estudio se refieren de modo sistemático a todas las dimensiones de las finanzas personales. Buscan, con diversas formas didácticas, la capacitación conceptual e instrumental, como en cualquier otra disciplina económica aplicada.
Por esto, en términos de formación financiera pueden considerarse en la categoría hilar
delgado. En relación con la población general tienen un público relativamente limitado.
Y también es limitada su efectividad en términos de la generalización de competencia financiera.
36
Jeff Madura, K. Michael Casey & Sherry J. Roberts, Personal financial literacy, 2010.
Finanzas personales y educación financiera
17
4. Perspectivas opuestas sobre la educación financiera
Educación financiera en beneficio de individuos y sociedad
El informe de la OCDE define: “La educación financiera es el proceso por el que los consumidores/inversores mejoran su comprensión de los productos y los conceptos financieros y, a
través de información, instrucción y/o consejo objetivo (objective advice), desarrollan las habilidades y la confianza para comenzar a ser más conscientes de los riesgos y las oportunidades
financieras, para tomar decisiones informadas, para saber cuándo buscar ayuda y para realizar
otras acciones efectivas que mejoran su bienestar financiero.”37
Y se especifica:
“Información implica proveer hechos, datos y conocimiento específico a los usuarios
para que sean conscientes de las oportunidades financieras, las alternativas y las consecuencias.
“Instrucción implica asegurar, mediante entrenamiento y guía, que los individuos adquieran las habilidades y la capacidad para entender los términos y los conceptos financieros.
“Consejo (advice) implica proveer a los usuarios con orientación (counsel)38 acerca de
temas y productos financieros genéricos, de modo que puedan hacer buen uso de la información y la instrucción financieras que han recibido.”
La definición de competencia financiera que se enuncia en la prueba PISA es similar:
“Competencia financiera es el conocimiento y la comprensión de conceptos y riesgos financieros, y las habilidades, la motivación y la confianza para aplicar tal conocimiento y comprensión
a fin de tomar decisiones efectivas en un rango de contextos financieros, para mejorar el bienestar financiero de los individuos y la sociedad y permitir la participación en la vida económica.”39
“Se puede interpretar que participación en la vida económica no se considera meramente
desde un punto de vista individual (realizar una compra o decidir ahorrar parte de los ingresos)
sino también como una contribución a la democracia y a la evaluación de políticas en economías orientadas al mercado. En este sentido, es fácil concluir que los ciudadanos deben poder
evaluar y apoyar políticas públicas en varios contextos económicos.”40
37
OECD, Improving financial literacy: Analysis of issues and policies, 2005, pág. 13.
La palabra counsel, en este contexto, es próxima a la de asistencia profesional para enfrentar conflictos o decisiones acerca del bienestar personal (counseling). Esta última puede entenderse como equivalente a consejería, más que a asesoramiento o consultoría. Para mantener la distinción se emplea orientación (en algunos casos, personalizada).
39
OECD, PISA 2012 Results: Students and Money: Financial Literacy Skills for the 21st Century (Volume VI), 2014, págs. 32-33.
40
Elsa Fornero, Economic-financial literacy and (sustainable) pension reforms: Why the former is a key
ingredient for the latter, Bankers, Markets & Investors, Nº 134, january-february 2015.
38
Finanzas personales y educación financiera
18
Se enfatiza que la importancia de la educación financiera ha aumentado por los cambios en
los mercados financieros y en las condiciones demográficas, económicas y políticas.41
Por una parte, hay más productos financieros, que son más sofisticados. Además, los consumidores tienen acceso a más instrumentos de crédito y de ahorro.
Por otra parte, el aumento de la expectativa de vida provoca que los individuos deban considerar más detenidamente el nivel de vida que podrán tener en el período consiguientemente
más largo de su retiro. Y los cambios en la administración de pensiones en la etapa de retiro
implican que los individuos deben asumir una mayor responsabilidad para su situación financiera en esa etapa.
Estos aspectos son también causa de las dificultades de las personas para administrar sus finanzas. Específicamente, entre esas causas se menciona:
La complejidad creciente de los productos financieros.
“Una persistente cultura de gratificación inmediata reforzada por el marketing agresivo
y la proliferación del crédito para el consumo.”42
Los cambios en la expectativa de vida y en la administración de pensiones.
Entonces, el interés de los individuos es la primera línea argumental: se requiere una competencia financiera básica, ya que la comprensión y el vocabulario mínimo de temas financieros es un medio de comunicación y de participación en la vida económica. Además, hay un
conocimiento financiero que no es susceptible de ser completamente contratado a expertos.43
El desarrollo de competencia financiera es un elemento para el empoderamiento de los consumidores y para el bienestar financiero de los individuos y la sociedad.44 También se presentan argumentos para la educación financiera que se relacionan con la solidez del sistema financiero:45
la competencia financiera facilita una administración prudente de las finanzas individuales y esto reduce el riesgo de crédito de los intermediarios financieros
41
William Anthes, Financial literacy in America: A perfect storm, a perfect opportunity, Journal of
Financial Service Professionals, 2004.
John Kozup & Jeanne Hogarth, Financial literacy, public policy, and consumers’ self-protection:
More questions, fewer answers, Journal of Consumer Affairs, 2008.
42
David L. Remund, Financial literacy explicated: The case for a clearer definition in an increasingly
complex economy, Journal of Consumer Affairs, 2010.
43
Estos dos elementos son similares a lo que decía Stigler acerca de la competencia económica: “¿Por
qué las personas deberían ser competentes en economía, y no competentes en música, o competentes en
historia, o competentes en química? Para dar a la economía una posición especial, diciendo que la mayoría de las personas deben aprender fundamentos básicos de economía, ese conocimiento debería ser
de uno de estos dos tipos: 1) un modo de comunicación: un vocabulario y una lógica que cualquiera
debería poseer; 2) un conocimiento que se requiere con frecuencia y que no es susceptible de ser contratado a expertos.”
George Stigler, The case, if any, for economic literacy, Journal of Economic Education, 1970.
44
Se ha estudiado que la falta de competencia financiera está asociada con malas decisiones financieras
personales, tales como una conducta inadecuada de ahorro, deudas personales excesivas, inversiones
fantasiosas o impulsivas, ingenuidad en las transacciones y una incorrecta decisión sobre los fondos
para retiro.
Annamaria Lusardi & Olivia S. Mitchell, The economic importance of financial literacy: Theory and
evidence, Journal of Economic Literature, 2014.
45
OECD, Improving financial literacy: Analysis of issues and policies, 2005, págs. 35-38.
Finanzas personales y educación financiera
19
un mayor discernimiento acerca de productos financieros aumenta los incentivos para
que las entidades financieras respondan de modo innovador haciendo que el sistema financiero sea más eficiente: se eleva el estándar de servicios financieros y la disciplina
acerca de la administración de riesgos
las decisiones bien informadas producen una asignación de recursos más productiva,
con una mejor evaluación del balance de riesgo y rendimiento
También se afirma, en esta línea argumental, que la competencia financiera permite la evaluación y la aceptación de las reformas económicas. Elsa Fornero señala que las reformas económicas se orientan a modificar el comportamiento de las personas y que su efectividad depende de la capacidad de los ciudadanos de comprender su necesidad, su diseño y su dirección.46
“El único modo de que las sociedades apoyen las reformas es formando a las personas para que
puedan entenderlas.” “La educación financiera debe jugar en nuestros días el rol de las ideologías en el pasado.”47
Precauciones: Posibles consecuencias negativas de la educación financiera
Lauren Willis plantea que algunos aspectos de la educación financiera son negativos en relación con el bienestar individual al que supuestamente apunta. Se pueden resumir en los siguientes:
1) Posible ineficiencia social de invertir en mucha formación financiera individual
2) Apoyo al argumento de sustituir la regulación de los mercados por la educación financiera de los individuos
3) Puede aumentar el exceso de confianza en la propia competencia financiera de los individuos
1) Inversión en educación financiera individual. La noción de que el bienestar financiero de los
individuos aumenta mediante la educación financiera debe ser evaluada, entre otras cosas, considerando la complejidad actual de los productos financieros y las economías de escala que
existen en la información acerca de los mismos.
Para apoyar la noción del efecto en el bienestar individual y social es necesario realizar una
evaluación empírica de la efectividad de la educación financiera, así como considerar el costo
individual de educación financiera y el costo de oportunidad de los programas que buscan aumentar la competencia financiera.
2) Regulación mediante educación financiera. El interés gubernamental en aumentar la educación financiera parece presentarla como un sustituto de la regulación de mercados (reales y
financieros). Teniendo en cuenta que este objetivo difícilmente se alcance, no debe usarse el
46
Elsa Fornero, Economic-financial literacy and (sustainable) pension reforms: Why the former is a key
ingredient for the latter, Bankers, Markets & Investors, Nº 134, january-february 2015.
47
En la conferencia Reforma de Pensiones y Educación Financiera, Fornero también destaca: “Si tú no
ves que el sacrificio es inevitable y que en el futuro esto será mejor para ti y tus hijos, nunca apoyarás
las reformas esta apuesta formativa debe empezar por la propia clase política. Ahora que nos estamos
moviendo en un terreno de reformas, se necesita que la gente tenga más formación financiera para entender los cambios. Esta materia educativa es un instrumento para una sociedad democrática.”
Finanzas personales y educación financiera
20
argumento de que los mercados poco regulados funcionarán adecuadamente con un mayor nivel de competencia financiera de los consumidores.
“Está difundida la creencia de que la educación en competencia financiera (financial literacy education) convertirá a los consumidores en participantes económicos responsables y empoderados, motivados y competentes para manejar su propio crédito, seguro, ahorro e inversión, navegando confiadamente en el mercado. En este mundo financieramente competente
otras formas de regulación legal de los productos financieros son innecesarias e incluso contraproducentes.” “Esta seductora visión resulta de la creencia en la eficacia de la educación financiera, la cual se basa más en ideología que en evidencia.”48
“La revelación de información (disclosure) del vendedor y la elección del consumidor sin
restricciones es el modelo dominante de regulación en los Estados Unidos para los productos
de crédito, seguro e inversión. Estos productos se hacen cada vez más complejos y son peores
las consecuencias de la incapacidad de los consumidores para comprenderlos. La educación
financiera es el corolario inevitable del modelo de revelación.”49
3) Aumento del exceso de confianza. Impulsar la educación en competencias financieras básicas puede tener como resultado que los consumidores/inversores piensen que son más competentes de lo que realmente pueden llegar a ser. Esto puede potenciar los efectos negativos de
sus decisiones, en especial en situaciones en que se relajan o disminuyen las regulaciones.
“Los educadores necesitarían impartir una comprensión sofisticada de las finanzas, porque
las reglas de decisión simples no son útiles en las decisiones sobre productos complejos en un
mercado volátil. Además, una competencia financiera alta puede ser necesaria para buenas decisiones financieras, pero no es suficiente. Es poco probable que las heurísticas, los sesgos y
los efectos emocionales que interfieren con las conductas personales orientadas al bienestar
financiero sean erradicados mediante la educación. Al contrario, si los individuos se sienten
más confiados por la educación financiera, las empresas de servicios financieros pueden estar
en mejor posición para obtener ventajas de los sesgos de decisión de sus clientes.”
Willis resume estos argumentos con algunas preguntas retóricas: “¿Queremos vivir en una
sociedad en la que los consumidores comunes pueden navegar por sí mismos en la continuamente cambiante cornucopia de productos financieros, armados sólo con educación? ¿Qué
“educación” contrarrestaría los determinantes no racionales de la conducta financiera que parecen existir? Si podemos crear una sociedad en la que la educación financiera funcione efectivamente como regulación financiera, ¿estaríamos mejor?”50
Algunas opiniones negativas acerca de las propuestas de educación financiera
Chris Arthur presenta una argumentación a favor del desarrollo de una educación financiera
crítica.51 “Ser un ciudadano financieramente competente y responsable requiere más que evitar
la quiebra, contribuir a obras caritativas, calcular adecuadamente el riesgo financiero o aún
cultivar la disposición a apoyar a los clientes de bajos ingresos descaradamente intoxicados con
48
Lauren E. Willis, Evidence and ideology in assessing the effectiveness of financial literacy education,
San Diego Law Review, 2009.
49
Lauren E. Willis, Against financial literacy education, Iowa Law Review, 2008.
50
Lauren E. Willis, The financial education fallacy, American Economic Review, 2011.
51
Chris Arthur, Financial Literacy Education: Neoliberalism, the Consumer and the Citizen, 2012.
Finanzas personales y educación financiera
21
hipotecas a tasa variable que unos se venden a otros para transferir el riesgo de incumplimiento. Estas habilidades y virtudes pueden tener un mérito significativo, pero no son suficientes.
Es necesario comprender nuestra responsabilidad por el riesgo económico creado socialmente
para poder actuar responsablemente y asumir los efectos de nuestras acciones colectivas como
productores y consumidores.”
Evalúa negativamente la vision consumista dominante en los libros de estudio que se emplean en las iniciativas de educación financiera. “La educación en competencias financieras del
consumidor no es neutral sino que complementa las políticas de austeridad. Ambas son dos
caras de la misma moneda neoliberal.” “Las iniciativas de competencias financieras ofrecen
recursos y prácticas que dan a la devastada clase trabajadora los instrumentos para reinventarse
como consumidores emprendedores que no ven otra alternativa que aceptar la creciente austeridad e inseguridad.”
“La educación financiera del consumidor es, entre otras cosas, un elemento del aparato hegemónico de la clase capitalista que, junto con otros, permite a la clase capitalista ocultar y
reinterpretar la explotación de la clase trabajadora, lograr el consentimiento para esa explotación y neutralizar la capacidad de los ciudadanos de formular y llevar adelante alternativas al
proyecto neoliberal.”
Esta línea argumental se resume en la afirmación “la educación financiera se sustenta en un
implícito como el de que el modelo neoliberal es el ‘lógico’, el único posible, que no existen
otras alternativas”. “Una prueba de ello es que las decisiones acerca de los contenidos obligatorios, los recursos didácticos y sobre la formación del profesorado, según el Ministerio de Educación le corresponden a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Banco de
España y al propio Ministerio de Educación.” “La propia OCDE ofrece una explicación acerca
de la necesidad de una educación financiera en la que se subrayan las dimensiones individualistas de esta formación.”52
Torres Santomé critica también el papel de los estándares internacionales: “en este mundo
globalizado bajo parámetros neoliberales, un entramado bien organizado de instituciones internacionales condicionan cada vez más, y de manera más decisiva, las políticas a implementar
por cada uno de los distintos países. La OCDE con PISA vigila la educación, como estamos
viendo; el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, la
economía; la Organización Mundial del Comercio, el mundo de los negocios, el mercado laboral y la producción; la OTAN, las políticas de defensa y el mercado de armamentos; el Vaticano, los asuntos religiosos y, a mayores, muchos aspectos de la vida social, familiar y de la
educación, etc.” “Una de las claves del poderío de estas instituciones (…) radica en su capacidad de manejar y sacar a la luz datos estadísticos de cada uno de los países; en establecer comparaciones y hacerlas públicas. Sus estadísticas deciden y reorientan continuamente la toma de
decisiones de los gobiernos de cada país. Hasta los propios partidos políticos que en cada momento están en la oposición recurren a estas estadísticas para extraer los dardos que dirigir contra el gobierno y sus distintos ministerios.”
52
Jurjo Torres Santomé, La Educación financiera en el sistema educativo: Una apuesta neoliberal, en
el sitio web yoestudieenlapublica.org.
Finanzas personales y educación financiera
22
José Antonio Marina es igualmente crítico:53 “La educación financiera, si se enfoca en
transacciones y mercados financieros, puede profundizar la hipertrofia de la economía financiera.”
“Lo que necesitamos es que nuestros estudiantes tengan una formación económica básica, y
no una mera educación financiera (…) para que desarrollen su pensamiento crítico.” “Y, en
especial, deben saber dos cosas: que la economía financiera no es toda la economía y que el
mercado es una institución necesaria pero suicida –o asesina– si no está sometida a un marco
ético. Esto es lo que deben saber nuestros alumnos si queremos que sean ciudadanos libres.”
“Que la OCDE advierta que los instrumentos financieros se van a hacer cada vez más complicados y que pretenda que los consumidores se defiendan de esos sofisticados instrumentos
que en ocasiones no entienden ni siquiera quienes los comercializan, me suena a impostura. Es
como si dijera que la educación sanitaria de los ciudadanos debería decidir qué bisturí utiliza el
cirujano que va a operarle.”
Y concluye “¿Educación económica? Indispensable. ¿Educación financiera? Ideológicamente sectaria.”
Miren Alonso comenta los intereses que considera que existen en la difusión de la educación financiera.54 La prueba PISA de competencias financieras “tiene un propósito muy preciso: desarrollar evidencia de necesidad”. “Así lo expresa la OCDE en una publicación en la que
da consejos para introducir la educación financiera en los colegios y en la que sugiere crear
encuestas e indicadores con este propósito. Se construye un instrumento de medición para
diagnosticar la situación en torno a un fenómeno que, antes de dicha medición, apenas existía;
y se hace atendiendo a unas competencias y a unos contenidos muy concretos, que no son neutrales ni inocentes.”
Tal enfoque supone “que la responsabilidad pasa del Estado al individuo. Para las entidades
que educan en finanzas se vuelve una cuestión fundamental ‘preparar nuestra jubilación’, ahorrar por si surgen ‘imprevistos como la pérdida de empleo’; pagar ‘la cobertura de las necesidades de salud’; o ‘financiar estudios’.” Con esta perspectiva, la crisis de 2008 es un “momento
pedagógicamente aprovechable”: una coyuntura en donde la población podía ser “más fácilmente convencida” de la necesidad de educación financiera.
En una línea relacionada, aunque diferente, Rojas Alaya defiende un proyecto de educación
matemática “desde una perspectiva crítica y política de las relaciones sociales, económicas,
culturales e históricas”.55
Como parte de un proyecto acerca de la didáctica crítica de la matemática financiera desarrolla las nociones de cálculo de valor con una perspectiva de socialismo bolivariano.
El enfoque general se basa en el enunciado de Paulo Freire: “Si yo, por ejemplo, le sugiero
a mis alumnos que hagan la siguiente actividad: ustedes tienen 10.000 dólares y los llevan al
banco, donde obtendrán 3% por concepto de intereses, ¿cuánto tendrán dentro de seis meses?
Algunos piensan que es solamente una actividad de cálculo, pero realmente esa tarea tiene que
ver algo con política e ideología. Es una pregunta capitalista; en tal sentido, tú les suministras a
53
José Antonio Marina, No a la educación financiera en la escuela, en sitio web elconfidencial.com
Marzo 24, 2015.
54
Miren Alonso, La lógica perversa de la educación financiera, en sitio web MSEPA (Movimiento
social por la escuela pública en Asturias), Junio 5, 2017.
55
Alí Ramón Rojas Olaya, Las venas abiertas de la matemática financiera, Integra Educativa, vol. III,
2010.
Finanzas personales y educación financiera
23
tus alumnos la representación del valor capitalista. Yo le pregunto a ustedes: ¿dónde está la
neutralidad de la Matemática?”
El tipo de enfoque que plantea Rojas Alaya puede verse en la reformulación de este problema matemático: “los habitantes de una comuna han producido 215.000 bolívares fuertes (el
equivalente a 10.000 dólares) y los llevan al banco, donde obtendrán el 3% por concepto de
intereses que serán reinvertidos para el desarrollo endógeno de la comuna y así colaborar con
el fortalecimiento del socialismo bolivariano, ¿cuánto tendrán dentro de seis meses?”
Entonces, en lugar de una formulación matemática que, se considera, promueve en niños y
adolescentes una visión rentista de la economía se busca una didáctica que transmita otra ideología.
En resumen, la perspectiva crítica se refiere a lo que Chris Arthur denomina “la producción
de competencia financiera” influida por el sector financiero y los agentes de la clase capitalista.
La alternativa, entonces, es el desarrollo de una competencia financiera crítica buscando “la
educación de ciudadanos responsables que puedan reflejar y actuar críticamente para alterar el
sistema económico que condiciona su libertad”.
Finanzas personales y educación financiera
24
5. Efectos de la educación financiera
Tipos de estudios empíricos
La educación financiera es un fenómeno multifacético, que busca la competencia y la capacidad financiera, a fin de que mejores prácticas de decisión de las personas, basadas en información y conocimientos pertinentes, permitan alcanzar un mayor bienestar financiero. En la
figura 7 se esquematizan los factores que influyen en el bienestar financiero personal.
Figura 7
¿Qué influye en el bienestar
financiero?
Personalidad
y actitudes
Cómo se tiende
a pensar, sentir
y actuar
Ambiente
social y
económico
Qué hay en
torno a uno,
en la familia y
la comunidad
Contexto de
decisión
Cómo se presenta
una decisión en
particular
Conducta
Lo que una
persona hace
realmente
Conocimiento
y habilidades
Bienestar
financiero
personal
Cuán satisfecho
está uno con su
situación financiera
Qué sabe una
persona y cuánto
sabe de cómo hacer
Adaptado de Financial wellbeing: The goal of financial
education, Consumer Financial
Protection Bureau, 2015
Oportunidades disponibles
Qué alternativas están
abiertas para uno
Las investigaciones se enfocan hacia algunos de estos factores. La competencia financiera,
como objeto de investigación académica, puede referirse a conocimiento específico, habilidades específicas, conocimiento percibido, conducta financiera, experiencia financiera, resultados
financieros y/o educación financiera. Por tanto, se han propuesto muchas definiciones y métodos para medir la competencia financiera.56
Los estudios sistemáticos para medir la competencia financiera son anteriores al propio uso
de esa expresión. A principios de los años 1990, la Federación de Consumidores de Estados
Unidos (Consumer Federation of America) impulsó una serie de estudios sobre el conocimiento del consumidor que incluían varios temas de finanzas personales: crédito al consumidor,
cuentas bancarias, seguros, etc.57
Se pueden considerar tres tipos de estudios de la competencia financiera:
56
Angela A. Hung, Andrew M. Parker & Joanne K. Yoong, Defining and measuring financial literacy,
RAND Working paper, 2009.
57
Stephen Brobeck, U.S. Consumer Knowledge: Results of a Nationwide Test, Consumer Federation of
America, 1990.
Finanzas personales y educación financiera
25
1) Medir la competencia financiera con pruebas de conocimiento o identificación de la
autoconfianza de los individuos
2) Evaluar el efecto de la educación financiera en la calidad de las decisiones personales
3) Medir el efecto de las decisiones en el bienestar financiero.
1) Competencia financiera: conocimiento y autoconfianza. Una forma de evaluar el nivel de
competencia financiera es con pruebas de conocimientos sobre tópicos de interés compuesto,
diversificación, habilidades aritméticas, tales como las que se mencionaron en el apartado 2.
Otra forma de medir la competencia financiera se enfoca en la autoevaluación que los individuos hacen de su conocimiento financiero, o bien en el nivel de confianza que tienen sus habilidades financieras. Si bien la autoevaluación individual y las decisiones financieras reales no
parecen estar correlacionadas,58 se ha determinado que hay correlación positiva entre la autoevaluación de las capacidades financieras y las medidas más objetivas de competencia financiera.59
2) Intervenciones educativas y decisiones financieras. El estudio empírico puede referirse a los
resultados de la educación financiera, es decir, la calidad de las decisiones. “Si estamos interesados en entender las habilidades que mejoran las decisiones financieras, deberíamos definir
medidas de variables relacionadas con el éxito, es decir, aquellas que, cuando cambian, producen una conducta financiera mejorada.”60
Para esto se realizan estudios que evalúan los resultados de intervenciones educativas. Las
intervenciones pueden ser educación presencial (classroom financial education), educación
online, orientación (counseling) personalizada o suministro de información en temas específicos.61 En los últimos años se observa un interés creciente en estudiar los efectos de las distintas
modalidades de transferencia, así como la identificación de potenciales mecanismos causales
del impacto en la conducta posterior.62
58
J. Michael Collins, Rochelle N. Gorey, Maximilian D. Schmeiser, Christi A. Baker & Diana Ziegler,
Building indicators measures: Analysis and recommendations, 2009.
Justine S. Hastings & Olivia S. Mitchell, How financial literacy and impatience shape retirement
wealth and investment behaviors, NBER Working paper, 2011.
59
Annamaria Lusardi & Olivia Mitchell, How ordinary consumers make complex economic decisions:
Financial literacy and retirement readiness, Quarterly Journal of Finance, 2017 (versión inicial, NBER
Working paper, 2009).
60
Justine S. Hastings, Brigitte C. Madrian & William L. Skimmyhorn, Financial literacy, financial
education, and economic outcomes, Annual Review of Economics, 2013.
61
Parece existir un grado de sustitución entre la competencia financier y la participación en el diseño de
los servicios que brindan las agencias de orientación (counseling). Puede verse Martin Mende & Jenny
van Doorn, Coproduction of transformative services as a pathway to improved consumer well-being:
Findings from a longitudinal study on financial counseling, Journal of Service Research, 2015.
62
Alejandro Drexler, Greg Fischer & Antoinette Schoar, Keeping it simple: Financial literacy and rules
of thumb, American Economic Journal: Applied Economics, 2014.
William L. Skimmyhorn, Evan R. Davies, David Mun & Brian Mitchell, Assessing financial education
methods: Principles vs. rules-of-thumb approaches, Journal of Economic Education, 2016.
Sandro Ambuehl, B. Douglas Bernheim & Annamaria Lusardi, The effect of financial education on the
quality of decision making, NBER Working Paper, 2014.
Finanzas personales y educación financiera
26
3) Bienestar financiero: decisiones y dinero. La conducta y las oportunidades influyen en el
bienestar financiero. Este campo de estudio ha sido explorado principalmente por la investigación psicológica 63 y se está ampliando con estudios específicos de bienestar financiero.64 En lo
vinculado con el bienestar financiero se consideran dos enfoques de las intervenciones: de comunicación y estructurales. Las intervenciones de comunicación se enfocan a cambiar el conocimiento o las percepciones de los participantes; las intervenciones estructurales intentan cambiar las condiciones del planeamiento financiero (con beneficios fiscales, incentivos al ahorro,
esquemas de retiro, etc.)65
Educación financiera y conducta: Tres meta-análisis
Hay una gran masa de estudios empíricos de la efectividad de la educación financiera. Este
es un tema de creciente interés, ya que gobiernos, empresas y organizaciones sin fines de lucro
encaran programas de educación financiera que tienen costos erogados y costos de oportunidad
de muchos miles de millones de dólares por año. “Si bien la competencia financiera se refiere a
habilidades, las medidas más difundidas son del conocimiento objetivo.”
Además de varios estudios de revisión (principalmente cualitativa) de los resultados que se
han obtenido en estudios empíricos de diversos países, se han realizado tres meta-análisis sistemáticos con diferente alcance.
1) Daniel Fernandes, John Lynch Jr y Richard Netemeyer realizan un meta-análisis con los
resultados de 201 estudios empíricos en 168 informes publicados entre 1987 y 2013. Concluyen que el efecto de la educación financiera en la conducta financiera es muy pequeño.66
Separan los estudios según se refieran a intervenciones de educación financiera (estudios
experimentales o cuasi-experimentales) y a educación financiera medida (estudios econométricos y de correlación). Las intervenciones buscan estudiar los efectos de la educación financiera
en la conducta subsiguiente. Los estudios de medición consideran las respuestas correctas en
pruebas de conocimiento financiero y predicen las conductas posteriores. En el total de estudios que consideran, 90 corresponden a intervenciones y 111 a mediciones.
En conjunto, los efectos de la educación financiera son menores en las intervenciones que
en los resultados de estudios de medición y correlación. También realizan una validación con
tres estudios empíricos de control. De esta resulta que el mayor efecto de la educación financiera en los estudios de correlación resulta, al menos en parte, de características omitidas.67
63
Puede verse, por ejemplo, Wendy Johnson & Robert F. Krueger, How money buys happiness: Genetic and environmental processes linking finances and life satisfaction, Journal of Personality and Social
Psychology, 2006.
64
Elaine Kempson, Andrea Finney & Christian Poppe, Financial Well-Being: A conceptual model and
preliminary analysis, Project Note Consumption Research Norway-SIFO, 2017.
65
Pueden verse comentarios en Elisabeth C. Brüggen, Jens Hogreve, Maria Holmlund, Sertan Kabadayi
& Martin Löfgren, Financial well-being: A conceptualization and research agenda, Journal of Business
Research, 2017.
66
Daniel Fernandes, John G. Lynch Jr & Richard G. Netemeyer, Financial literacy, financial education, and downstream financial behaviors, Management Science, 2014.
67
Los estudios que se basan en medición del conocimiento reflejan los efectos acumulativos de toda la
información que los individuos acumulan durante su vida y que afectan su conocimiento financiero. Los
Finanzas personales y educación financiera
27
Cuando se dice que el efecto de la educación financiera es muy pequeño es porque sólo
0,1% de la variabilidad de las conductas financieras es explicada por el hecho de que existió
una determinada intervención que buscaba aumentar la competencia financiera.68 Otros metaanálisis de estudios en el ámbito de la educación (por ejemplo, educación matemática, educación para trabajo organizacional o para pensamiento creativo) explican entre 2% y 5% de la
variabilidad de las conductas posteriores.69
En los estudios de validación, Fernandes et al consideran cinco rasgos que pueden originar
diferencias en las conductas individuales:
confianza en la búsqueda de información financiera
propensión a planificar
disposición a tomar riesgos financieros
habilidades aritméticas
autoeficacia (confianza en la propia capacidad de ejecución).
Sin embargo, los resultados no permiten afirmar que estos rasgos causen las conductas financieras.70
Además, la efectividad de las intervenciones de educación financiera tiene una alta tasa de
decrecimiento: los efectos prácticamente desaparecen al cabo de 20 meses, aún para las intervenciones más intensas. Por esto, concluyen que “el contenido de conocimiento puede ser mejor transmitido por medio de una educación financiera just-in-time,71 atada a una decisión particular, mejorando la relevancia percibida y minimizando el olvido. Puede ser difícil recuperar
y aplicar el conocimiento obtenido de la educación a decisiones personales posteriores, con
estudios basados en intervenciones prueban el efecto de un pequeño subconjunto de información (la que
corresponde a la dosis educacional del estudio). “Esto es análogo a encontrar, en el marketing, que una
determinada publicidad tiene un pequeño efecto en la conducta, pero que los efectos de largo plazo de
la publicidad acumulada pueden ser grandes.” “El efecto acumulativo puede ser una explicación plausible, pero aparece la pregunta de cuánta educación se requeriría para que una iniciativa específica tenga
un efecto mensurable.”
68
Es lo que se denomina tamaño del efecto (effect size), la magnitud estimada de una relación entre
variables. Es una medida de la fortaleza de la relación (tal como se refleja en la correlación o en el impacto que la intervención en una variable tiene sobre otra). La medida de tamaño del efecto que se emplea está basada en correlación (r) y una magnitud menor que 0,1 se considera que es un tamaño del
efecto pequeño en estudios conductuales (Jacob Cohen, Statistical Power Analysis for the Behavioral
Sciences, 2nd Ed, 1988, ch.3)
69
Mark W. Lipsey & David B. Wilson, The efficacy of psychological, educational, and behavioral
treatment: Confirmation from meta-analysis, American Psychologist, 1993.
70
“Cuando los fenómenos son estudiados sin poderse formular en el laboratorio, la influencia de variables extrañas incontrolables (ruido) hace que el tamaño del efecto sea pequeño (la señal es difícil de
detectar).” Jacob Cohen, Statistical Power Analysis for the Behavioral Sciences, 2nd Ed., 1988, pág. 25.
71
Hay evidencia mezclada acerca de los efectos de la educación financiera just-in-time. Lewis Mandell
concluye que “la relevancia por sí misma no es la respuesta” para mejorar el conocimiento y/o la conducta financiera. Otros estudios muestran diferencias significativas en conductas financieras específicas
(toma de crédito para consumo o hipotecas, tipo de fondos de pensión). Robert I. Lerman & Elizabeth
Bell, Financial Literacy Strategies: Where do we go from here?, The Urban Institute, 2006.
Finanzas personales y educación financiera
28
similares principios relevantes pero que se presentan con detalles diferentes, en particular las
decisiones que se toman años después de la educación”.72
2) En un meta-análisis realizado en un programa del Banco Mundial de inclusión financiera 73
se consideran los estudios que se ocupan de determinar los efectos de las intervenciones, tanto
en competencia financiera (al fortalecer el conocimiento) como en capacidad financiera (al
modificar actitudes o conductas).
A partir de los resultados que se informan en 188 documentos publicados se consideran 19
que cumplen la condición de similaridad, con referencia a conductas de ahorro y retiro, incumplimiento de préstamos y prácticas de registro y presupuesto de las finanzas personales.
Concluye que “la educación financiera puede tener impacto en algunas conductas financieras, en especial de ahorro y de registro y presupuesto personal”. Si bien estos elementos son
importantes para una buena administración financiera personal, parece que tales resultados son
pobres en relación con las expectativas que se tienen de la educación en competencias financieras.
3) Tim Kaiser y Lukas Menkhoff realizan el meta-análisis de 126 estudios de evaluación de
impacto de intervenciones. De esos estudios extraen y condifican 539 resultados expresados
como tamaño del efecto.74
Se basan en los impactos de una intervención educacional exógena sobre la competencia financiera y/o la conducta financiera. De los 126 estudios de intervención, 90 informan 349 tamaños del efecto sobre la conducta financiera, 67 informan 190 tamaños de efecto sobre la
competencia financiera y 31 estudios informan efectos tanto sobre la competencia financiera
como la conducta financiera.
Señalan que el meta-análisis ha podido ampliarse significativamente (en comparación con
el de Fernandes et al) por el crecimiento rápido de este campo de estudio: de los 126 estudios
publicados, 39 lo fueron entre 2014 y 2016 y 41 entre 2010 y 2013.
Una conclusión es que la educación financiera tiene un impacto positivo sobre la competencia financiera (el tamaño del efecto es 0,26, mayor que el límite superior para un tamaño
pequeño, 0,2) y un impacto positivo menor sobre la conducta financiera (tamaño del efecto
0,09).
Sin embargo, estos efectos de la educación financiera dependen del grupo en el que se realiza la intervención: hay un impacto menor en los grupos de menores ingresos y en los grupos
72
Existe bastante evidencia de que las personas con frecuencia no recuperan en el momento adecuado el
conocimiento que es relevante para una decisión: “Una de las experiencias más lamentables en la vida
es sentir que uno sabía algo después del hecho, pero no cuando se presentó la oportunidad en sí.” Parece
que es más efectiva la educación basada en principios que permiten reconocer situaciones análogas
aunque con distinta presentación, en comparación con la enfocada a casos específicos. Leigh Thompson, Dedre Gentner & Jeffrey Loewenstein, Avoiding missed opportunities in managerial life: Analogical training more powerful than individual case training, Organizational Behavior and Human Decision
Processes, 2000.
73
Margaret Miller, Julia Reichelstein, Christian Salas & Bilal Zia, Can you help someone become financially capable? A meta-analysis of the literature, World Bank Research Observer, 2015.
74
Tim Kaiser & Lukas Menkhoff, Does financial education impact financial literacy and financial
behavior, and if so, when?, DIW Berlin Discussion papers, 2017 (también Policy Research Working
Paper 8161, World Bank).
Finanzas personales y educación financiera
29
de economías de ingreso bajo. “Un desafío es impactar en la conducta financiera a medida que
aumenta el ingreso del país y los años medios de escolaridad debido, probablemente, a que un
mayor nivel de base provoca un rendimiento marginal decreciente de la educación financiera.”
También surge de este meta-análisis que el impacto positivo de la educación financiera depende del tipo de conducta financiera a que se apunta: “la evidencia muestra que la conducta
frente a préstamos puede ser más difícil de impactar mediante la educación financiera convencional que la conducta de ahorro”.
Tanto la intensidad como las características de la educación financiera producen una diferencia en el impacto. Se observa un efecto positivo de proporcionar educación en los momentos más adecuados para el aprendizaje (teachable moments), es decir, cuando la enseñanza está
relacionada directamente con decisiones que son de importancia inmediata para los individuos.
Por el contrario, cuando la educación financiera se establece como obligatoria se observa un
menor tamaño del efecto.
Conclusión. Los dos meta-análisis con alcance más amplio de los estudios de intervenciones
educativas llegan a conclusiones en parte opuestas en el efecto promedio general de la educación financiera.
Kaiser y Menkhoff comentan que las diferencias en sus conclusiones, en comparación con
el estudio similar de Fernandes et al, con el que tienen un solapamiento de 44% en los estudios
considerados para el meta-análisis, pueden atribuirse a que realizan una codificación más detallada de los resultados y consideran varios resultados por estudio para medir los tamaños de
efecto. Además, incluyen experimentos más recientes (posteriores a 2013) cuyo diseño proporciona mejores evidencias de efectividad de las intervenciones.
Ambos estudios, sin embargo, coinciden en que los efectos son muy heterogéneos según el
público que se analiza. También coinciden en que parece más efectiva, en términos de impacto
en la conducta, la educación que se realiza en los momentos en que resulta significativa. Fernandes et al enfatizan la posible importancia de la educación financiera just-in-time, mientras
que Kaiser y Menkhoff destacan la efectividad de la educación en las oportunidades más cercanas a los problemas que enfrentan las personas (teachable moments).
Finanzas personales y educación financiera
30
6. Programas de expansión de la educación financiera
Tipos y características de los programas
Desde los años 1990 se desarrollan numerosos programas de educación financiera. Tanto
las organizaciones de gestión privada como los gobiernos y sus agencias realizan una amplia
variedad de programas de formación de competencia financiera.
La OECD define la estrategia nacional de educación financiera como “un enfoque coordinado que consiste en un marco o programa adaptado que:
Reconoce la importancia de la educación financiera y define su significado y alcance en
el nivel nacional en relación con las necesidades y brechas identificadas;
Involucra la cooperación de diferentes participantes así como la identificación de un
cuerpo o consejo nacional que conduce o coordina;
Establece una hoja de ruta para alcanzar objetivos específicos y predeterminados en un
periodo de tiempo; y
Proporciona guías a ser aplicadas en los programas individuales para contribuir eficiente y apropiadamente a la estrategia nacional.”75
Este esfuerzo educativo es realizado por organizaciones comunitarias y religiosas, cooperativas, entidades financieras, empresas, agencias sociales. Los programas públicos se encaran en
el ámbito educativo (en los diferentes niveles de escolaridad) y para diversos grupos etarios
fuera de ese ámbito (en este caso, realizados por reguladores y agencias públicas). En la figura
8 se reproduce un esquema de estrategia múltiple de educación financiera.
Diversos estudios muestran que la educación financiera incluida en los primeros niveles de
escolaridad producen un mayor interés y conocimiento de temas financieros, pero que los efectos en la conducta inmediata son mixtos: esta formación reduce la conducta impulsiva en las
compras pero no aumenta las conductas relacionadas con el ahorro.76
La educación financiera comienza en las primeras etapas escolares, a partir de las experiencias cotidianas de los niños en temas vinculados con el dinero, el ahorro y el préstamo: “Las
primeras experiencias vinculadas con el campo del dinero, así como con otros campos, son
cruciales para el desarrollo de la comprensión posterior de los niños y su relación con estos
temas.”77
75
Russia/WB/OECD Trust Fund for Financial Literacy and Education, Current Status of National
Strategies for Financial Education: OECD/INFE comparative analysis and relevant practices, 2013.
76
Melanie Lührmann, Marta Serra-Garcia & Joachim Winter, Teaching teenagers in finance: Does it
work?, Journal of Banking and Finance, 2015.
Lewis Mandell, Teaching young dogs old tricks: The effectiveness of financial literacy intervention in
pre-high school grades, Academy of Financial Services 2006 Annual Conference Salt Lake City.
Jing Jian Xiao, Joyce Serido & Soyeon Shim, Financial education, financial knowledge and risky
credit behavior of college students, en Douglas J. Lamdin (Ed), Consumer Knowledge and Financial
Decisions: Lifespan Perspectives, 2012.
77
Simon Starcek & Ales Trunk, The meaning and concept of financial education in the society of economic changes, International Conference 2013 Active Citizenship by Management, Knowledge Management & Innovation Knowledge and Learning.
Finanzas personales y educación financiera
31
Las necesidades de habilidades financieras que son más importantes para los jóvenes se refieren a los fundamentos del planeamiento financiero, ajustar los gastos a los ingresos, reconocer los productos y servicios financieros básicos, los principios del riesgo y el rol de los reguladores financieros y de las organizaciones de consumidores.
Figura 8 Un posible esquema de estrategia de educación financiera
Políticas y estrategias públicas
Programa para
sistematizar y ajustar la
aspiración de aumentar las
habilidades financieras de
los individuos
Educación financiera
Grupos objetivo
(considerando conectividad horizontal o
políticas relevantes)
Niños en kindergarten y escuelas
primarias
Estudiantes en
escuela
secundaria
Experiencias de
la vida cotidiana
Instituciones
educacionales
Estudiantes,
adultos jóvenes,
padres, ancianos
Jóvenes fuera del
sistema educativo,
grupos poco
educados,
desempleados
Dominio de conocimientos básicos de banca,
seguros, pensiones e impuestos
Bancos
Compañías de
seguros
Mercado de
capitales
Organizaciones
no gubernamentales
Educadores
Herramientas,
materiales, etc.
Autoridades
estatales
Fuente: Basado en Simon Starcek & Ales Trunk, The meaning and concept of financial education in
the society of economic changes (International Conference 2013 Active Citizenship by Management,
Knowledge Management & Innovation Knowledge and Learning)
“La educación financiera es un proceso de toda la vida” y una estrategia nacional de educación financiera debe incluir programas para formación y desarrollo, protección de consumidores, inclusión social, conducta impositiva, etc. “Los roles y funciones de los participantes en
estos programas deben ser determinados claramente. La responsabilidad de todos es asegurar
información precisa, adecuada y neutral que considere el interés de los individuos y que pueda
distinguirse de la publicidad y la comunicación de mercado para propósitos empresariales.”
Finanzas personales y educación financiera
32
Un modelo de formación financiera que reconoce las etapas vitales de las personas plantea
que, para desarrollar individuos financieramente capaces, es necesario considerar tres bloques
constitutivos:78
1) la función ejecutiva: los procesos mentales que usamos para manejar la información y
controlar las conductas: auto-control, determinar objetivos, priorizar tareas, resolver
problemas.
2) los hábitos financieros: las prácticas saludables que las personas emplean para manejarse financieramente, es decir, hábitos, normas, reglas simplificadas de decisión (rules-ofthumb).
3) el conocimiento financiero y las habilidades para decisiones: conocimiento fáctico; habilidad para indagar y analizar los hechos relevantes; planear y fijar objetivos.
Los individuos desarrollan estos tres bloques desde la niñez y cada uno es relevante sólo en
función de las preocupaciones inmediatas de las personas.
Como el resultado de la educación financiera es en parte la formación de hábitos y actitudes, las formas habituales de enseñanza basada en conocimientos deberían complementarse con
un enfoque metacognitivo que permita formar conciencia acerca de cómo trabaja nuestra mente
en las situaciones de decisión, en las creencias que se mantienen y en la forma de considerar la
información.79
Sin embargo, no hay respuesta satisfactoria a la cuestión ¿Cómo inducir a las personas para
que participen en la educación financiera que podrían necesitar? “Los programas de educación
financiera basados en la estructura escolar tienen la ventaja de que los estudiantes son una audiencia cautiva. Pero las escuelas sólo pueden enseñar algunos temas. Muchas de las decisiones
financieras que los individuos enfrentarán en sus vidas de adultos tienen poca relevancia para
estudiantes de 17 años de edad. ¿Cómo suministrar educación financiera a los adultos antes de
que cometan errores financieros, si la educación financiera es sólo una de las cosas que compiten por su tiempo y atención?”80
Estrategias nacionales de educación financiera
En 2015, 59 países informaron que desarrollan, implementan o revisan una estrategia nacional y cinco más consideran iniciarla. “Esto es un aumento continuo desde 2011, cuando 26
países informaron que estaban desarrollando o implementando una estrategia nacional.”81 En el
cuadro 1 se resumen los grupos según la fase en que se encuentran.
78
Consumer Financial Protection Bureau, Building blocks to help youth achieve financial capability: A
new model and recommendations, 2016.
79
Alessandro Antonietti, Andrea Borsetto & Paola Iannello, A metacognitive approach to financial
literacy, en Carmela Aprea et al (Ed), International Handbook of Financial Literacy, 2016.
80
Justine S. Hastings, Brigitte C. Madrian & William L. Skimmyhorn, Financial literacy, financial
education, and economic outcomes, Annual Review of Economics, 2013.
81
OECD, National Strategies for Financial Education, OECD/INFE Policy Handbook, 2015.
Finanzas personales y educación financiera
33
Cuadro 1 Situación de las estrategias nacionales en 2015
Estado de la estrategia nacional de
educación financiera
Cantidad
Países o territorios
11
Australia, Eslovaquia, España, Estados Unidos, Japón,
Malasia, Nueva Zelanda, Países Bajos, Reino Unido,
República Checa, Singapur
23
Armenia, Bélgica, Brasil, Canadá; Corea del Sur, Croa‐
cia, Dinamarca, Eslovenia, Estonia, Ghana, Hong Kong,
India, Indonesia, Irlanda, Israel; Letonia, Marruecos,
Nigeria, Portugal, Rusia, Sudáfrica, Suecia, Turquía
Se está diseñando una estrategia
nacional
25
Arabia Saudita, Argentina, Chile, China, Colombia,
Costa Rica, El Salvador, Francia, Guatemala, Kenya,
Kirguistán, Líbano, Malawi, México, Pakistán, Para‐
guay, Perú, Polonia, Rumania, Serbia, Tailandia, Tan‐
zania, Uganda, Uruguay, Zambia
Se está planeando formular una
estrategia nacional
5
Austria, Filipinas, Macedonia, Ucrania, Zimbabue
La primera estrategia nacional ya
aplicada se revisa o amplía
Se implementa una primera estra‐
tegia nacional
Fuente: OECD, National Strategies for Financial Education, OECD/INFE Policy Handbook, 2015
En la figura 9 se muestra una síntesis del plan español de educación financiera, desarrollado
para jóvenes (en el sistema educativo) y para adultos.82
Medios empleados para la educación en finanzas personales
Existen iniciativas de educación general en finanzas personales, que consideran los temas
básicos como presupuesto, ahorro y administración del dinero y del crédito. Bancos y empresas
desarrollan programas específicos (por ejemplo, para ahorro y retiro, para propiedad de la vivienda). También existen programas para formación de inversores realizados por entidades del
sector financiero.
Los medios que se emplean son:
Publicaciones (folletos, revistas, manuales, informes, hojas de noticias, etc.)
Instrucción basada en internet, sitios web, portales y servicios online
Servicios de orientación (líneas telefónicas de ayuda, podcasts, aplicaciones de apoyo,
campañas educativas, cursos de capacitación)
82
Comisión Nacional del Mercado de Valores, Banco de España – Eurosistema, Plan de Educación
Financiera 2008-2012, 2008. Puede verse una evaluación y actualización en Plan de Educación Financiera 2013-2017, 2013.
Finanzas personales y educación financiera
Figura 9 Esquema del plan de educación financiera de España
Fuente: Comisión Nacional del Mercado de Valores, Banco de España–Eurosistema, Plan de Educación Financiera 2008-2012, 2008
34
Finanzas personales y educación financiera
35
Lusardi et al 83 evalúan experimentalmente la efectividad de cuatro medios que se emplean
en los programas educacionales online: un folleto informativo, una aplicación visual interactiva, una narrativa escrita y una narrativa en video. “Los participantes fueron expuestos a uno de
los programas y después se les plantearon preguntas que medían la competencia financiera (en
particular la competencia en evaluación de riesgo) y la autoeficacia.”84
Los resultados muestran que el empleo de videos es más efectivo para mejorar los puntajes
de competencia financiera y de confianza en el conocimiento financiero: los participantes que
fueron expuestos a un video se mostraban más competentes financieramente que aquellos que
habían estudiado por una narrativa escrita. Lusardi et al señalan que el empleo de una aplicación visual interactiva aumenta la confianza en el propio conocimiento financiero, pero no tiene efecto en el puntaje de competencia financiera.
“Que intervenciones breves ayuden a mejorar la competencia financiera (en especial en la
evaluación de riesgo) es un hecho que nos habla de la amplia falta de conocimiento financiero
en la población.” Y que esas intervenciones breves afecten “no sólo la competencia financiera
sino también la confianza y la autoeficacia es algo puede ser particularmente importante para
algunos grupos demográficos”.
Características y obstáculos de la educación financiera
El principal desafío de estos programas es lograr que la estructura sea efectiva: que realmente se produzca el cambio buscado en las decisiones de los consumidores/inversores y su
consecuencia en el bienestar financiero.
William Emmons señala que, en los temas de conducta financiera de los consumidores, uno
de los mitos es que el problema de la poca competencia financiera se resuelve con más tiempo,
recursos, información, entrenamiento, etc.85 Estos medios no son suficientes para superar tres
obstáculos importantes:
la falta de habilidades básicas de la población (habilidades técnicas y emocionales que
se requieren en las decisiones financieras)
el conflicto de intereses entre los oferentes de servicios financieros y sus clientes
la creciente complejidad de los productos financieros
Además de estas condiciones, la efectividad está afectada por el enfoque de los programas.
Muchos programas tienen el supuesto de que la competencia financiera se adquiere con el acceso a la información, la instrucción y la orientación (counseling) relevantes. Los programas
buscan “proporcionar la información y la instrucción relevantes”, pero “pero esto no es suficiente para empoderar completamente a los ciudadanos, en particular aquellos que están en una
83
Annamaria Lusardi, Anya Samek, Arie Kapteyn, Lewis Glineri, Angela Hung & Aileen Heinberg,
Visual tools and narratives: New ways to improve financial literacy, Journal of Pension Economics and
Finance, 2016.
84
La autoeficacia es la creencia que una persona tiene acerca de su capacidad para realizar una tarea y
lograr los resultados que busca obtener. Se vincula con las nociones generales de sí mismo, con el modo
en que la persona encara las actividades y con la interpretación que hace de su éxito o su fracaso.
85
William Emmons, Consumer-finance myths and other obstacles to financial literacy, St. Louis University Public Law Review, 2005.
Finanzas personales y educación financiera
36
situación financiera precaria”, ya que “no desarrollan las capacidades (capabilities) para convertir la información o la instrucción en competencia financiera o en bienestar financiero”.
Henchoz destaca que para alcanzar el objetivo de “movilizar habilidades cognitivas y prácticas” debe considerarse también “el contexto y las relaciones sociales en las que actúan los
individuos”, contexto y relaciones que influyen en las habilidades cognitivas y prácticas con
que están equipados.86
Skimmyhorn et al analizan los efectos de dos metodologías de educación: basada en principios y en reglas simplificadas (rules-of-thumb).87 Por ejemplo, consideran que explicar el presupuesto personal mediante un ejercicio con interacción grupal es la aplicación de educación
basada en principios; las reglas simplificadas enfatizan “no gastar más que el ingreso” o “hacer
un presupuesto con la regla 20/50/30”. En otro orden, la decisión de alquilar o comprar una
casa se explica mediante principios con un ejercicio realizado sobre un calculador online; la
regla simplificada enuncia: “no comprar una casa por un importe mayor que 2,5 veces el ingreso anual”.
El estudio considera el efecto en el conocimiento, en la autoevaluación del mismo y las preferencias de riesgo y temporales. Observan que hay pocas diferencias en la efectividad de cada
método; que la metodología basada en principios genera una mayor autoeficacia y que el método basado en reglas simplificadas reduce la predisposición individual a buscar consejo de terceros.
El conocimiento personal, la etapa de vida y sus experiencias, los rasgos de personalidad,
los impulsos emocionales, los grupos en que actúa el individuo, el encuadre de la información
y la decisión, son elementos que afectan la conversión del conocimiento en acción. Una investigación con entrevistas de Consumer Financial Protection Bureau resume la relación del conocimiento, las capacidades y el bienestar financiero (figura 7 en el apartado 5) y señala: “Maximizar la efectividad de la educación financiera no es sólo un asunto de usar mejor las aulas o
desarrollar mejores materiales de estudio (…) ayudar a las personas a tomar mejores decisiones
financieras debe ir más allá de aumentar el conocimiento individual.”88
Consideremos este relato como ejemplo:
“Dave Cannon ha hecho varios intentos para aprender los fundamentos de la administración del dinero. El emprendedor de Seattle tomó una clase de finanzas personales en
el college y otra cuando asistía a la escuela de negocios de Brigham Young University.
Pero las lecciones no sirvieron. A sus 30 años, Cannon tiene un saldo deudor de 12.000
dólares en la tarjeta de crédito y, junto con su esposa, otra deuda de 60.000 dólares en
préstamos estudiantiles. Dice: “Es difícil convertir una hora de educación en un sistema
que se pueda usar de modo cotidiano”.” 89
86
Caroline Henchoz, Sociological perspective on financial literacy: A critical examination of three
assumptions underlying financial literacy programmes, en Carmela Aprea, Eveline Wuttke, Klaus
Breuer, Noi Keng Koh, Peter Davies, Bettina Greimel-Fuhrmann & Jane S. Lopus (Ed), International
Handbook of Financial Literacy, 2016.
87
William L. Skimmyhorn, Evan R. Davies, David Mun & Brian Mitchell, Assessing financial education methods: Principles vs. rules-of-thumb approaches, Journal of Economic Education, 2016.
88
Consumer Financial Protection Bureau, Financial well-being: The goal of financial education, 2015.
89
Helaine Olen, The quest to improve America's financial literacy is both a failure and a sham, Pacific
Standard, 2014.
Finanzas personales y educación financiera
37
Helaine Olen concluye: “Las iniciativas públicas y privadas para la educación financiera
han proliferado. Sólo hay un problema: demasiada evidencia muestra que no funciona. La experiencia de Dave Cannon no es la excepción sino la norma. John Lynch, un especialista en
psicología del consumidor de Leeds School of Business (University of Colorado), señala que la
idea es que si enseñamos buenos hábitos a los jóvenes, éstos los practicarán. Pero no es verdad.
No todas las conductas están regidas por intenciones racionales.”
Resumen: cómo debe ser un programa de educación financiera
En función de las características mencionadas, un programa de educación financiera efectivo debería responder a los siguientes criterios:90
1) Basado en resultados (outcomes): es necesario “desarrollar los resultados financieros deseables y fortalecer las competencias financieras de los participantes”. “Los
programas que sólo apuntan a una mayor conciencia de los productos y las oportunidades financieras son insatisfactorios y están sujetos a manipulación por quienes
los auspician.”
2) Basado en competencias: las competencias específicas que se desarrollan dependen
de la población de referencia, los objetivos del programa y el contexto institucional.
“Las competencias básicas tienen tres componentes principales: a) conciencia, conocimiento y comprensión financieros; b) confianza, motivación y actitudes; y c)
habilidades y conductas.”
3) Orientado a las etapas de crecimiento de los individuos: el programa debe ser relevante para las decisiones que los participantes enfrentan (el programa “debería basarse en la comprensión de cómo los niños pueden llegar a ser adultos financieramente capaces”).
4) Relacionado con el contexto relevante para los participantes: el acceso a productos
financieros y al manejo de las finanzas personales es distinto según los países y sus
regiones. Las diferencias normativas e institucionales hacen que sean distintas las
expectativas acerca de la utilidad de la formación en competencias financieras.
5) Flexible y con posibilidad de medición: el programa debe poder ajustarse a las necesidades de los participantes sin que se desnaturalice y requiere un marco simple para
evaluar la efectividad. La efectividad se relaciona con la evaluación de impactos:
“sin un marco de evaluación efectivo para medir los impactos de los programas los
objetivos de éstos tienden a desvirtuarse”.
90
Pilar Beatriz Álvarez-Franco, Melisa Muñoz-Murillo & Diego Alexander Restrepo-Tobón, Challenges in assessing the effectiveness of financial education programs: The Colombian case, Cuadernos de
Administración, 2017.
Finanzas personales y educación financiera
38
7. El campo de la educación financiera y los
resultados metodológicos
Se han difundido las iniciativas de educación financiera tanto en el ámbito de las políticas
públicas como de los actores privados. Estas buscan aumentar la competencia financiera de los
individuos como consumidores y como inversores. El campo de la educación financiera, entonces, es un lugar en que converge el interés público en el papel de los individuos en el sistema
financiero (inclusión y desarrollo financiero personal) como en las transacciones comerciales
(protección del consumidor).
Por esto, desde hace unos años ese ámbito es un lugar muy activo, tanto en programas públicos y privados de educación como en programas de investigación sobre los resultados y las
características del mismo. A estos se destina un volumen bastante grande de recursos.
Durante varios años se han desarrollado muchos programas nacionales de educación financiera y también se han realizado muchas intervenciones educativas en diferentes países y contextos. Sin embargo, según una gran cantidad de estudios realizados acerca de la efectividad de
esa educación, se puede concluir que, hasta ahora, no ha habido resultados espectaculares. Podría decirse que sólo hay algunos resultados de los otros, que tienden a ser bastante evanescentes: los efectos de la educación, al menos los que se miden en los estudios, se diluyen con rapidez.
Los resultados de ese esfuerzo parece que son principalmente metodológicos: se ha avanzado mucho en delinear el campo de la educación financiera, en determinar los elementos que
pueden influir en la efectividad de esas prácticas y en identificar los factores que deben considerarse para que los estudios de los resultados de intervenciones sean representativos y comparables.
También se ha avanzado en determinar un perfil del bienestar financiero que permita evaluar los efectos de las intervenciones educativas y, de este modo, redefinir los programas de
educación y de apoyo para aumentar su efectividad.
Michael Finke y Sandra Huston señalan:91 “Quienes formulan políticas y están interesados
en mejorar la calidad de las decisiones financieras personales pueden considerar que la correlación entre la competencia financiera y las mejores decisiones de los individuos es una evidencia de que los recursos públicos deberían asignarse a la educación financiera. Poca evidencia
sugiere, sin embargo, que las iniciativas más amplias de educación financiera mejorarán la
competencia y las decisiones lo suficiente como para justificar el gasto. Una educación financiera concisa y específica, suministrada a consumidores motivados, parece ser la solución de
política más eficiente. Ejemplos son la divulgación de información que permite a los consumidores entender fácilmente el balanceo intertemporal de los préstamos o la información que
permite al consumidor seleccionar en su cuenta de retiro un fondo de inversión de bajas comisiones y más diversificado. Este tipo de política sustituye la inversión costosa en capital humano relacionado con lo financiero por información financiera preprocesada por una entidad
pública.”
91
Michael S. Finke & Sandra J. Huston, Financial literacy and education, en H.Kent Baker & Victor
Ricciardi (Ed), Investor Behavior: The Psychology of Financial Planning and Investing, 2014.
Finanzas personales y educación financiera
39
“Si bien la evidencia puede llevar a concluir que la educación financiera sería un mecanismo efectivo para mejorar los resultados financieros, la causalidad de estas relaciones es inherentemente difícil de especificar. ¿La competencia financiera lleva a mejores resultados en decisiones económicas? ¿O el hecho de estar involucrado en determinados tipos de conductas
económicas lleva a una mayor competencia financiera? ¿O algún factor adicional subyacente
(por ejemplo, la habilidad para realizar cálculos, la inteligencia general, el interés en temas
financieros, la paciencia o valor tiempo del dinero) contribuye tanto a altos niveles de competencia financiera y a mejores resultados de las decisiones?”.92
En un estudio de la relación entre el conocimiento financiero y la conducta, la mayoría responde que la experiencia personal es la fuente más importante de su aprendizaje financiero.93
Entonces, para mejorar la competencia financiera es necesario conocer más acerca de cómo los
individuos la adquieren: por la educación, por la experiencia personal o por la interacción de
ambas.
Puesto que la mayor competencia financiera es un objetivo intermedio en el camino de mejorar las decisiones y, a partir de esto, el bienestar financiero, es necesario estudiar más las relaciones entre los tres aspectos. Así se podrá evaluar si existen alternativas más efectivas para
alcanzar esos resultados.
Hastings et al también señalan: “Como economistas consideramos la pregunta vinculada a
un fallo de mercado: ¿Es una necesidad para la política pública mejorar el conocimiento y los
resultados financieros, o el mercado puede trabajar eficientemente sin intervención gubernamental? Si, de modo similar a otras formas de capital humano, la acumulación de conocimiento
financiero tiene un costo, tal vez haya un nivel óptimo de adquisición de competencia financiera que varía entre individuos, en función de su necesidad esperada de experticia o destreza financiera y sus preferencias individuales.”94
La educación financiera, en sus distintas expresiones, se centra principalmente en cuatro categorías: planificación financiera personal, ahorro, préstamo, inversión.
Los estudios han permitido identificar algunos de los factores que influyen en la vinculación entre educación, competencia, decisiones y bienestar. Sin embargo, en la amplia literatura
del tema se han planteado respuestas muy variadas a las preguntas fundamentales que delimitan el campo de la educación financiera:
92
¿Cuáles son las competencias financieras que necesitan las personas? ¿Qué decisiones
financieras deberían ser capaces de tomar las personas por sí y cuáles es mejor que se
basen en consejos de expertos
Justine S. Hastings, Brigitte C. Madrian & William L. Skimmyhorn, Financial literacy, financial
education, and economic outcomes, Annual Review of Economics, 2013.
93
Marianne A. Hilgert, Jeanne M. Hogarth & Sondra G. Beverly, Household financial management:
The connection between knowledge and behavior, Federal Reserve Bulletin, 2003.
94
Se han formulado modelos de la formación de competencia financiera, considerando costos y beneficios (respectivamente, recursos que se requieren para formarla y mejores oportunidades de decisión). Se
determina que esa formación se relaciona positivamente con el nivel inicial de competencia financiera y
con las motivaciones para ahorrar. Puede verse Tullio Jappelli & Mario Padula, Investment in financial
literacy and saving decisions, Journal of Banking and Finance, 2013; Annamaria Lusardi, Pierre-Carl
Michaud & Olivia S. Mitchell, Optimal financial knowledge and wealth inequality, Journal of Political
Economy, 2017.
Finanzas personales y educación financiera
40
¿La educación financiera es un complemento o un sustituto de la experiencia personal?
¿Qué lugar debería tener el desarrollo de hábitos y capacidades generales que influyen
en las decisiones financieras?
En el caso de la parte que se busca desarrollar con la educación financiera: ¿cómo debe
enseñarse las competencias financieras a que se apunta? ¿Qué tipos de educación financiera son más efectivos? ¿En qué proporción debe buscarse una educación financiera
distribuida durante el ciclo de vida y cuál debe enfocarse para que coincida con decisiones específicas?
En la parte de la competencia financiera que se desarrolla mediante la experiencia personal: ¿Cómo se puede reducir el potencial daño para los consumidores durante el proceso de aprender de la experiencia?
Finalmente, en la búsqueda de un balance entre educación financiera y regulaciones o
cambios de contexto que modifiquen el marco de las decisiones personales, ¿qué tipo
de regulación o de instituciones mejoran los resultados de las decisiones financieras a
través de incentivos?
Las finanzas personales y la capacidad financiera de las personas es un ámbito de interés
tanto individual como público. En ese ámbito se suscitan y se indagan las cuestiones del alcance y la efectividad de la educación financiera. Y la diversidad de los resultados es un espacio
amplio que permite interpretaciones contrapuestas.
Finanzas personales y educación financiera
41
Anexo 1
Prueba PISA de competencia financiera
Para medir la competencia financiera en la población adulta, la OCDE desarrolló la siguiente definición operativa: Competencia financiera es la combinación de conciencia, conocimiento, habilidad, actitud y comportamiento que se requiere para tomar decisiones financieras sólidas y alcanzar finalmente una situación de bienestar financiero individual. Esta definición está
reconocida actualmente en todos los países que actúan en organizaciones como G20 y OECD.
Para la evaluación de competencia financiera en la prueba PISA se ajusta esa definición a
fin de que sea relevante a las competencias de estudiantes de 15 años de edad: Competencia
financiera es el conocimiento y la comprensión de conceptos y riesgos financieros, y las habilidades, la motivación y la confianza para aplicar tal conocimiento y comprensión a fin de tomar
decisiones efectivas en un rango de contextos financieros, para mejorar el bienestar financieros
de los individuos y la sociedad y permitir la participación en la vida económica.95
Niveles de competencia financiera
El desempeño de los estudiantes en la prueba se considera en cinco niveles de competencia
financiera (proficiency of financial literacy).96
El nivel de competencia 1 implica que los estudiantes muestran habilidades financieras básicas: pueden identificar productos y palabras comunes e interpretar información referida a conceptos financieros básicos, tales como reconocer el propósito de
una factura. Pueden reconocer la diferencia entre necesidades y deseos y tomar decisiones simples de gastos cotidianos, tales como reconocer el valor comparando precios por unidad. También pueden aplicar operaciones numéricas básicas, tales como
suma, resta o multiplicación, en contextos financieros en los que probablemente se
encuentren.
El nivel de competencia 2 se considera la línea de base de la competencia financiera. Además de lo mostrado en el nivel 1, los estudiantes pueden aplicar su conocimiento para tomar decisiones financieras en contextos que son inmediatamente importantes para ellos. Pueden reconocer el valor de un presupuesto simple y formular
un juicio simple de valor que reciben por su dinero. Pueden aplicar operaciones numéricas para responder preguntas financieras y muestran comprensión de las relaciones entre diferentes elementos financieros, tales como la cantidad usada y los costos
incurridos.
Estas habilidades son esenciales para una participación plena en la sociedad, como
ciudadano independiente y responsable. Estas competencias pueden también permitir
el desarrollo de otras que son importantes, como el pensamiento crítico y la solución
de problemas.
95
OECD, PISA 2012 Results: Students and Money: Financial Literacy Skills for the 21st Century (Volume VI), 2014, págs. 32-33.
96
OECD, PISA 2012 Results: Students and Money: Financial Literacy Skills for the 21st Century (Volume VI), 2014, págs. 60-64.
Finanzas personales y educación financiera
Los estudiantes en el nivel de competencia 3 pueden aplicar su conocimiento a
conceptos, palabras y productos financieros empleados habitualmente en situaciones
que son relevantes para ellos. Además de las competencias del nivel 2 o menor, comienzan a considerar las consecuencias de las decisiones financieras y realizan planes
financieros simples en contextos comunes, tal como comparar algunos de los beneficios de pedir dinero prestado con diferentes tasas de interés y formas de pago. Son
capaces de realizar interpretaciones correctas de un conjunto de documentos financieros, tal como una factura o un recibo de sueldo. Pueden elegir las operaciones numéricas necesarias para resolver problemas rutinarios en contextos financieros comunes.
Por tanto, muestran no sólo capacidad de emplear instrumentos matemáticos sino
también de elegir entre ellos el que mejor se aplica a la tarea que enfrentan.
En el nivel de competencia 4 los estudiantes pueden, además de las competencias
del nivel 3, aplicar su conocimiento de conceptos y palabras financieras menos comunes a contextos que serán relevantes para ellos cuando avancen hacia la edad adulta. Pueden interpretar y evaluar un rango de documentos financieros detallados y explicar las funciones de productos financieros no tan usados. También pueden tomar
decisiones teniendo en cuenta las consecuencias de largo plazo y pueden resolver
problemas rutinarios en contextos menos familiares.
Las tareas del nivel 4 requieren una comprensión de conceptos y palabras financieras que probablemente son menos comunes para los estudiantes, tales como la administración de una cuenta bancaria y el interés compuesto. El alcance de las tareas
en este nivel también incluye contextos que no son necesariamente comunes para estudiantes de 15 años de edad pero que serán relevantes en un futuro cercano. Las tareas también requieren la habilidad de identificar las consecuencias posibles de las
decisiones financieras y aplicar esto a elegir entre productos financieros (tal como es
una decisión entre dos ofertas de préstamo con diferentes términos y condiciones).
El nivel 5 de competencia financiera implica que los estudiantes pueden resolver
los aspectos más difíciles planteados en el dominio de la prueba PISA. Además de las
anteriores competencias, pueden aplicar su comprensión de un rango amplio de palabras y conceptos financieros a contextos que sólo comenzarán a ser relevantes más
adelante en sus vidas, tales como pedir dinero prestado en bancos. Pueden analizar
productos complejos y tener en cuenta características que son significativas pero no
inmediatamente evidentes, tales como los costos de transacción. Pueden trabajar con
un nivel alto de exactitud y resolver problemas financieros no rutinarios, tal como
calcular el saldo bancario en un estado de cuenta con varios factores (como comisiones de transferencia).
Las tareas en este nivel se relacionan con la habilidad de los estudiantes para ver
más allá de su momento presente, a problemas financieros que deberán resolver en el
futuro, o a tipos de decisiones financieras que serán relevantes para muchos de ellos
en el futuro, cualquiera sea el contexto de su país. También pueden describir los resultados potenciales de decisiones financieras, evidenciando comprensión de un panorama financiero más amplio (por ejemplo, el impuesto a la renta). Estas tareas se
relacionan con usos de mayor nivel de conocimiento y habilidades y pueden reforzar
otras competencias, tales como el uso de conocimiento matemático básico y la habilidad de planificar.
42
Finanzas personales y educación financiera
43
Un problema planteado en la prueba PISA
La señora Jones tiene un crédito de 8.000 zeds
con FirstZed Finance. La tasa de interés anual
para el crédito es del 15%. Cada mes tiene que
abonar 150 zeds.
Después de un año la señora Jones sigue debiendo 7.400 zeds.
Otra compañía financiera llamada Zedbest le
ofrece a la señora Jones un préstamo de 10.000
zeds con una tasa de interés anual del 13%. Cada
mes tendrá pagar también 150 zeds.
Pregunta 1
Si toma el préstamo de Zedbest, la señora Jones
tendrá que liquidar inmediatamente su préstamo
anterior. ¿Cuáles son los otros dos beneficios
financieros para la señora Jones si toma el préstamo de Zedbest?
Pregunta 2
Existe una posible consecuencia financiera negativa si la señora Jones toma el nuevo crédito con
Zedbest. ¿Cuál es?
Una respuesta correcta de la pregunta 1 requiere al menos el nivel 3 de competencia. Este
problema lleva a los estudiantes a reflexionar y evaluar las consecuencias de cambiar de un
conjunto de condiciones de préstamo a otro. Si bien la contratación de un préstamo en una entidad financiera puede no ser una situación común para estudiantes de 15 años de edad, esta
pregunta es relevante para ellos para un futuro próximo.
Se proporciona toda la información necesaria en la pregunta; para ganar el crédito por la
respuesta los estudiantes necesitan identificar qué es relevante y reflexionar sobre las consecuencias de realizar una acción financiera en particular.
La pregunta se ubica en la categoría planeamiento y administración financiera. Los estudiantes necesitan interpretar información financiera y numérica y razonar sobre el efecto que
tienen sobre su bienestar diferentes acciones y variables financieras.
No se requieren operaciones numéricas. Se asigna un crédito parcial para respuestas que incluyen referencia a tener dinero adicional para su uso, o bien a obtener una tasa de interés más
baja. Una de las dos implica el nivel 3 de competencia. Si se mencionan ambas se asigna un
crédito completo. En este último caso se considera que se alcanza el nivel 5 de competencia.
Resultados de niveles de competencia
PISA 2012
PISA 2015
% de estudiantes que pueden realizar tareas de cada
nivel o menor
Nivel
Puntos
1
326 a 399
2
400 a 474
85%
78%
3
475 a 549
62%
53%
4
550 a 624
32%
34%
5
625 o más
10%
12%
Finanzas personales y educación financiera
44
Resultados por país en que se evaluó la competencia financiera
Prueba PISA 2012
Puntos
Prueba PISA 2015
% en
% en
nivel 1 o nivel 5 o
menos
más
Puntos
% en
% en
nivel 1 o nivel 5 o
menos
más
China (a)
603
2
43
China (c)
566
9
33
Bélgica (b)
541
9
20
Bélgica (b)
541
12
24
Estonia
529
5
11
Canadá
533
13
22
Australia
526
10
16
Rusia
512
11
11
Nueva Zelanda
520
16
19
Países Bajos
509
19
17
Chequia
513
10
10
Australia
504
20
15
Polonia
510
10
7
OECD promedio
489
22
12
Letonia
501
10
5
Estados Unidos
487
22
10
OECD promedio
500
15
10
Polonia
485
20
8
Estados Unidos
492
18
9
Italia
483
20
6
Rusia
486
17
4
España
469
25
6
Francia
486
19
8
Lituania
449
32
4
Eslovenia
485
18
6
Eslovaquia
445
35
6
España
484
17
4
Chile
432
38
3
Croacia
480
17
4
Perú
403
48
1
Israel
476
23
9
Brasil
393
53
3
Eslovaquia
470
23
6
Italia
466
22
2
Colombia
379
57
1
(a) Shanghai
(b) Comunidad flamenca
(c) Beijing-Shanghai-Jiangsu-Guangdong
Finanzas personales y educación financiera
45
Anexo 2
S&P Global FinLit Survey
Standard & Poor’s Ratings Services realizó en 2014, con Gallup Inc., World Bank Development
Research Group y Global Financial Literacy Excellence Center, una encuesta global de competencias
financieras.97 Con entrevistas a más de 150.000 adultos de 148 países se determinó la proporción de
personas con competencias financieras básicas, considerando cuatro conceptos: diversificación de riesgo, inflación, cálculo de números e interés compuesto. Las preguntas son:
1
Suponga que tiene algún dinero. ¿Es más seguro poner
su dinero en un negocio o una inversión, o bien ponerlo
en varios negocios o inversiones?
a. en un negocio o inversión
b. en varios negocios o inversiones
c. no lo sé
d. no responde
2
Suponga que en los próximos 10 años los precios de los
bienes que usted compra se duplican. Si su ingreso también se duplica, ¿usted será capaz de comprar lo mismo
que puede comprar ahora, menos de lo que puede comprar ahora o más de lo que puede comprar ahora?
a. menos
b. lo mismo
c. más
d. no lo sé
e. no responde
3
Suponga que necesita pedir prestados 100 pesos. ¿Cuál
es la cantidad menor que usted deberá devolver: 105
pesos o 100 pesos más 3%?
a. 105 pesos
b. 100 pesos más 3 por ciento
c. no lo sé
d. no responde
4
5
Suponga que deposita su dinero en el banco por dos
años y que el banco agrega 15% por año en su cuenta.
¿El banco agregará en su cuenta más dinero en el segundo año, en comparación con el primero, o agregará el
mismo importe los dos años?
Suponga que usted tiene 100 pesos en una cuenta de
ahorro y que el banco agrega 10% por año en la cuenta.
¿Cuánto dinero tendría usted en la cuenta al cabo de
cinco años si no retira ninguna cantidad?
a. más
b. lo mismo
c. no lo sé
d. no responde
a. más de 150 pesos
b. exactamente 150 pesos
c. menos de 150 pesos
d. no lo sé
e. no responde
Una persona se considera financieramente competente cuando responde correctamente al menos
tres de los cuatro conceptos financieros básicos. Con esta definición, 33% de los adultos en el mundo
son competentes en estos asuntos financieros. “Esto significa que más de 3.500 millones de adultos, la
mayoría de ellos en las economías menos desarrolladas, no pueden comprender conceptos financieros
básicos.”
Los datos fueron relevados por Gallup en 148 países. Las muestras se basaron en la representatividad estadística y de nacionalidad de la población con 15 o más años de edad. El tamaño típico de mues-
97
Leora Klapper, Annamaria Lusardi & Peter van Oudheusden, Financial literacy around the World:
Insights from the Standard & Poor’s Ratings Services global financial literacy survey, 2015
Finanzas personales y educación financiera
46
tra fue 1.000 entrevistas, con muestras más grandes en Rusia (2.000), India (3.000) y China (4.184); y
más pequeñas en Belice, Haití, Jamaica y Puerto Rico (aproximadamente 500 en cada uno).
Se eliminaron cinco muestras que no satisfacían los estándares de Gallup. Al nivel de país, el margen de error muestral está entre 2,7% y 5,2%.
Con el criterio descripto de competencia financiera, en la tabla se indica el porcentaje de adultos con competencia financiera
Ordenados alfabéticamente por país
141 Afganistán
142 Albania
7 Alemania
139 Angola
91 Arabia Saudita
14
Ordenados por % de competentes
1 Dinamarca
71
14
2 Noruega
71
66
3 Suecia
71
15
4 Canada
68
31
5 Israel
68
77 Argelia
33
6 Reino Unido
67
97 Argentina
28
7 Alemania
66
134 Armenia
18
8 Países Bajos
66
9 Australia
64
9 Australia
64
21 Austria
53
10 Finlancia
63
65 Azerbaijan
36
11 Nueva Zelanda
61
46 Bahrein
40
12 Singapur
59
19
13 República Checa
58
132 Bangladesh
16 Belgica
55
14 Estados Unidos
57
78 Belize
33
15 Suiza
57
62 Benin
37
16 Belgica
55
54 Bielorrusia
38
17 Irlanda
55
116 Bolivia
24
18 Bután
54
100 Bosnia Herzegovina
27
19 Estonia
54
23 Botswana
52
20 Hungría
54
67 Brasil
35
21 Austria
53
68 Bulgaria
35
22 Luxemburgo
53
79 Burkina Faso
33
23 Botswana
52
117 Burundi
24
24 Francia
52
18 Bután
54
25 Myanmar
52
135 Camboya
18
26 España
49
55 Camerún
38
27 Eslovaquia
48
4 Canada
107 Chad
68
28 Letonia
48
26
29 Montenegro
48
42 Chile
41
30 Grecia
45
98 China
28
31 Túnez
45
69 Chipre
35
32 Uruguay
45
84 Colombia
32
33 Croacia
44
80 Corea
33
34 Eslovenia
44
70 Costa de Marfil
35
35 Kuwait
44
71 Costa Rica
35
36 Líbano
44
33 Croacia
44
37 Malta
44
Finanzas personales y educación financiera
Ordenados alfabéticamente por país
1 Dinamarca
94 Ecuador
101 Egipto
124 El Salvador
47
Ordenados por % de competentes
71
38 Hong Kong
43
30
39 Japón
43
27
40 Polonia
42
21
41 Sudáfrica
42
56 Emiratos Arabes Unidos
38
42 Chile
41
27 Eslovaquia
48
43 Mongolia
41
34 Eslovenia
44
44 Turkmenistan
41
26 España
49
45 Zimbabwe
41
14 Estados Unidos
57
46 Bahrein
40
19 Estonia
54
47 Kazajstán
40
85 Etiopía
32
48 Senegal
40
113 Filipinas
25
49 Tanzania
40
63
50 Ucrania
40
10 Finlancia
24 Francia
52
51 Zambia
40
25
52 Lituania
39
72 Gabon
35
53 Mauricio
39
95 Georgia
30
54 Bielorrusia
38
114 Franja Occid y Gaza
86 Ghana
32
55 Camerún
38
30 Grecia
45
56 Emiratos Arabes Unidos
38
26
57 Kenia
38
30
58 Madagascar
38
136 Haiti
18
59 Rusia
38
122 Honduras
23
60 Serbia
38
108 Guatemala
96 Guinea
38 Hong Kong
43
61 Togo
38
20 Hungría
54
62 Benin
37
118 India
24
63 Italia
37
32
64 Taiwan
37
102 Irak
27
65 Azerbaijan
36
129 Irán
20
66 Malasia
36
87 Indonesia
17 Irlanda
55
67 Brasil
35
5 Israel
68
68 Bulgaria
35
63 Italia
37
69 Chipre
35
81 Jamaica
33
70 Costa de Marfil
35
39 Japón
43
71 Costa Rica
35
119 Jordania
24
72 Gabon
35
47 Kazajstán
40
73 Malawi
35
57 Kenia
38
74 República Dominicana
35
133 Kirguizistán
19
75 Sri Lanka
35
130 Kosovo
20
76 Uganda
34
35 Kuwait
44
77 Argelia
33
28 Letonia
48
78 Belize
33
36 Líbano
44
79 Burkina Faso
33
52 Lituania
39
80 Corea
33
22 Luxemburgo
125 Macedonia
53
81 Jamaica
33
21
82 Mali
33
Finanzas personales y educación financiera
Ordenados alfabéticamente por país
48
Ordenados por % de competentes
58 Madagascar
38
83 Mauritania
33
66 Malasia
36
84 Colombia
32
73 Malawi
35
85 Etiopía
32
82 Mali
33
86 Ghana
32
37 Malta
44
87 Indonesia
32
53 Mauricio
39
88 Mexico
32
83 Mauritania
33
89 Puerto Rico
32
88 Mexico
32
90 Rep Democratica Congo
32
103 Moldavia
27
91 Arabia Saudita
31
43 Mongolia
41
92 Niger
31
29 Montenegro
48
93 Rep Congo
31
25 Myanmar
52
94 Ecuador
30
27
95 Georgia
30
104 Namibia
137 Nepal
18
96 Guinea
30
131 Nicaragua
20
97 Argentina
28
92 Niger
31
98 China
28
109 Nigeria
26
99 Peru
28
2 Noruega
11 Nueva Zelanda
8 Países Bajos
110 Pakistan
105 Panama
99 Peru
71
100 Bosnia Herzegovina
27
61
101 Egipto
27
66
102 Irak
27
26
103 Moldavia
27
27
104 Namibia
27
28
105 Panama
27
40 Polonia
42
106 Tailandia
27
111 Portugal
26
107 Chad
26
89 Puerto Rico
32
108 Guatemala
26
6 Reino Unido
67
109 Nigeria
26
93 Rep Congo
31
110 Pakistan
26
90 Rep Democratica Congo
32
111 Portugal
26
13 República Checa
58
112 Ruanda
26
74 República Dominicana
35
113 Filipinas
25
112 Ruanda
26
114 Franja Occid y Gaza
25
123 Rumania
22
115 Venezuela,
25
59 Rusia
38
116 Bolivia
24
48 Senegal
40
117 Burundi
24
60 Serbia
38
118 India
24
21
119 Jordania
24
126 Sierra Leona
12 Singapur
140 Somalia
59
120 Turquía
24
15
121 Vietnam
24
75 Sri Lanka
35
122 Honduras
23
41 Sudáfrica
42
123 Rumania
22
127 Sudan
21
124 El Salvador
21
3 Suecia
71
125 Macedonia
21
57
126 Sierra Leona
21
27
127 Sudan
21
15 Suiza
106 Tailandia
Finanzas personales y educación financiera
Ordenados alfabéticamente por país
49
Ordenados por % de competentes
64 Taiwan
37
128 Uzbekistan
21
138 Tajikistan
17
129 Irán
20
49 Tanzania
40
130 Kosovo
20
61 Togo
38
131 Nicaragua
20
31 Túnez
45
132 Bangladesh
19
44 Turkmenistan
41
133 Kirguizistán
19
120 Turquía
24
134 Armenia
18
50 Ucrania
40
135 Camboya
18
76 Uganda
34
136 Haiti
18
32 Uruguay
45
137 Nepal
18
21
138 Tajikistan
17
128 Uzbekistan
115 Venezuela,
25
139 Angola
15
121 Vietnam
24
140 Somalia
15
143 Yemen
13
141 Afganistán
14
51 Zambia
40
142 Albania
14
45 Zimbabwe
41
143 Yemen
13
Finanzas personales y educación financiera
50
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