EL CAMINO ESPAÑOL
-Álvaro González Díaz
Introducción
Según los expertos, el Camino español fue una de las mayores obras de ingeniería y
logísticas de la Modernidad, creado para suministrar recursos como armamento,
hombres, víveres… a los soldados de los Tercios y a los ejércitos que servían a la
Monarquía Hispánica.
Siguiendo la teoría de Elliot, quien afirma que el Imperio español tenía un fallo muy
importante y era que había mucho territorio y pocos hombres, el camino español puede
regular esta relación inversa de hombres y territorios siendo una vía terrestre de vital
importancia para el control del Imperio, por supuesto, de los enemigos de este, ya que
atravesaba Europa desde Italia hasta Bélgica.
Debido a que las rutas marítimas eran constantemente atacadas por piratas berberiscos y
otomanos en el Mediterráneo y por ingleses y holandeses en el Atlántico se decidió tal
obra maestra para poder trasladar los suministros necesarios vía terrestre. Era, sin duda,
más segura aunque, por otro lado, más lenta ya que los ejércitos se desplazaban a pie
cubriendo la distancia del camino hasta su destino.
Este articulo pretende, de manera breve, a través del análisis de lo que supuso esta
magnífica obra de ingeniería y logística, así como de sus principales expertos, hacer un
resumen del desarrollo y evolución del camino que comunicaba Milán con Bruselas y
transportaba hombres, víveres y armamento entre otras cosas. Supone, según el
ingeniero de caminos Agustín Sánchez Rey, una red muy amplia de comunicaciones
(Laínez, 2012, p. 47) que –continua explicando- pudo realizarse debido a la ingente
labor legisladora y organizativa, fruto de la capacidad que demuestran los españoles
cuando están bien dirigidos y se proponen un objetivo. Así pues, la “mayor red
caminera del mundo” (op. cit), debido a razones geopolíticas, se derivaba de la
expansión española por varios territorios.
¿Qué es el camino español?
Los amigos de la página homónima “el Camino Español” nos muestran una definición
que podemos aplicar para entender mejor la situación.
En este sentido, El Camino Español es una ruta histórica que une Milán y Bruselas y
que recorrieron los Tercios durante el siglo XVI y XVII. Su objetivo principal era
mantener conectados los Países Bajos Españoles con el centro de la Monarquía
hispánica. La dificultad para hacer llega mercancías, dinero y soldados por vía
marítima, por el deterioro de las relaciones con Inglaterra, provocó que se habilitara
esta ruta terrestre. Los Tercios españoles, que provenientes de Castilla y Aragón, se
formaban en las tierras italianas (Sicilia, Nápoles, Milán,…) y que protegían el
Mediterráneo de los envites musulmanes, fueron los que se desplazaron por esta vía
que conectaba directamente estas dos ciudades claves de la monarquía hispánica.
Esta ruta atravesaba Estados aliados (Saboya y Lorena) y territorios pertenecientes a
la corona Española (Milanesado, Franco-Condado y Países Bajos Españoles),
bordeando Francia, con el fin último de mantener conectados los territorios de la
Corona Española. Lorena y Saboya tenían, en su firme alianza con España, un
salvoconducto para evitar que la siempre belicosa Francia se expandiera a su costa.
Este itinerario se utilizó durante los difíciles años que iban desde 1567 (la primera
ruta) hasta 1634 (la última) y durante su existencia fue cambiando su trazado
adaptándose según los apoyos que conseguía la corona española para tener conectados
sus territorios (cantones católicos suizos, los Habsburgos austriacos,…)1. (…)
Contexto del Camino Español
El Camino Español surge, como se ha visto, por necesidad de transportar hombres a los
Estados de la Monarquía Hispánica. Este camino que atravesaba Europa, con una
longitud de unos 1000 km (Alex Claramunt, 2017), se desarrolló en un contexto de
rebeldía en los Estados de Flandes. Así, continua el autor, en 1566 se observa el
estallido de una Revuelta en Flandes que daría lugar al inicio de Guerra de Flandes. Esta
rebelión constituyó un enorme desafío para la Monarquía Hispánica, que, para la lucha
contra los insurrectos, dependía de sus tercios y demás tropas reclutadas en otras
regiones que eran precisos trasladar hasta Flandes (op. cit.). Además, las relaciones con
Inglaterra se habían roto y era peligroso trasladar ejércitos vía marítima, por lo que se
hizo necesario innovar.
Así, Laínez (op. cit.) establece que la Primera Ruta que partía hacia Flandes fue la que
se desarrolló para evitar esta rebelión. Partía desde Milán, donde se concentraban las
tropas españolas, y bordeando el lago Como que iniciaba la travesía de los Alpes,
atravesaba Saboya y el Franco Condado, Lorena, Alsacia y Luxemburgo para concluir
en Namur o Bruselas. Así, desde 1567 hasta 1630 el Camino Español funcionó y
permitió a España librar sus guerras contra los rebeldes holandeses, en palabras de
Esparza (2017, p.157) “una hazaña técnica fuera de lo común”.
En este sentido, y para entender mejor el contexto del camino español, Julio Albi (2017,
pp. 15-16) establece la necesidad de los Tercios de no estancarse ya que “eran unidades
móviles”, de intervención, una característica –continua- que se observaba en todos los
tercios ya estuvieran en Flandes o en Italia. Esta característica era de vital importancia y
por ello se desarrolló el Camino Español que permitía unir los territorios imperiales y,
por tanto, hacer posible que la infantería cubriera los terrenos cuando se demandase.
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El Camino Español se hace necesario para acometer la guerra que comenzaba y,
nuevamente, Albi (op. cit.) establece que la importancia de este camino residía en que
podían cubrir todos los frentes debido a sus ramificaciones. Es decir, desde Flandes se
podía intervenir en Francia y Alemania e incluso en Inglaterra, mientras que desde el
camino italiano se podía acudir al sur del Sacro Imperio, al Norte de África, Grecia y el
Mediterráneo.
Entonces, debido al “Compromiso de Breda”, una reclamación formal de libertad
religiosa que se presenta a la gobernadora de Flandes –Margarita de Parma, hermana de
Felipe II- en 1566 y al consecuente estallido de la rebelión de 1567, Felipe II se ve
obligado a mandar al Duque de Alba a pacificar la zona y preparar un viaje del propio
rey a los Países Bajos (Esparza, op. Cit.)2. Todo esto, con el añadido de que los caminos
terrestres nunca se habían usado para transportar grandes ejércitos.
Es en este contexto cuando se crea el Camino Español.
El Camino Español
El Camino Español era una ruta “disuasoria” en tanto que debía atravesar bosques y
montañas durante un trayecto de unos 1682 km (Esparza, op. cit.). Además, los ejércitos
eran grandes y pesados al incluir huestes con miles de hombres (unos 10000 hombres
según los expertos) con su impedimenta, carros, artillería, mujeres de tropa, víveres e
incluso ganado vivo. En este sentido, los caminos que utilizará el Duque de Alba, en la
primera fase del camino, serán los viejos caminos comerciales, que hasta entonces no
habían visto pasar un ejército por ahí. Además, esta hazaña supone una media de unos
23 km diarios para los ejércitos. Para ello, como se establece en “Historia Cero” (2013),
Un años antes de la partida de Alba, Francisco de Ibarra envió un ingeniero con 300
zapadores para hacer el camino más ancho para el paso de las tropas. Las tropas
necesitaban mapas y en muchos casos se hacían fundamentales las indicaciones de los
lugareños de los sitios por donde discurría el camino. En este sentido, para el primer
viaje, el Duque de Alba se llevó los planos de Fernando de Lanoy.
Laínez, establece que hubo tres rutas y que estas se utilizaron según la época y el
transcurso de la guerra. El Camino Español se comenzó a utilizar en 1567 y concluyó en
1630, aproximadamente, cuando los enemigos de España -como Francia, sobre todocomenzaron a llevar la guerra hacia los territorios europeos de la Monarquía Hispánica
y de sus aliados imposibilitando la viabilidad del camino.
Alex Claramunt (op. cit.) establece que la ruta original del Camino Español partía de
Génova, Republica aliada de la que procedían hombres preeminentes al servicio de los
Austrias, como el almirante Andrea Doria y uno de los comandantes más destacados
del Ejército de Flandes, Ambrosio Spínola. Después, atravesaba el Milanesado y
discurría hacia el norte por Saboya y los Cantones Suizos hasta el Franco Condado
2
Aunque este viaje no llegará a producirse como establece Albi (op. cit).
(posesión española) para, inmediatamente, atravesar Lorena y pasar por Luxemburgo
hasta Bruselas. Así, nuestro Don Quijote se hace eco de ello y menciona el trayecto
“Viajé a Génova, fui desde allí a Milán, donde me acomodé de armas y de algunas galas
de soldado, de donde quise ir a asentar mi plaza al Piamonte; y estando ya de camino
para Alejandría de la Palla, tuve nuevas que el Gran Duque de Alba pasaba a Flandes3”.
Sin embargo, Laínez, establece que hubo más de una ruta. Esto se debe, nuevamente en
palabras de Claramunt, a que había numerosos enemigos en las fronteras de los
territorios españoles, por lo que este camino supuso para los Austrias incesantes retos
de índole diplomática y logística. Por ejemplo, la segunda ruta, según Laínez, también
partía desde Milán y, pasando por Colico y Sondrio, atravesaba la Valtelina y el Tirol
austriaco. Desde aquí, el trayecto bordeaba el sur de Alemania y, cruzando el Rin, por
las proximidades de Estrasburgo llegaba a Bélgica por Luxemburgo. Este camino,
continua Laínez, se hizo de manera necesaria ya que Francia se había aliado con el
duque de Saboya que cerró el paso por este territorio y, consecuentemente, el acceso por
el Franco Condado a Lorena4. En este sentido, se observan varias rutas. Y si bien el
camino en torno a 1634 ya no se utilizaba, durante su existencia, como bien muestran
los expertos, tuvo que ir adaptando su trazado original según los apoyos que la
Monarquía Hispánica iba obteniendo para la conexión de sus territorios. En la Página
del Camino Español se establece, en postura similar a Laínez, que era muy difícil
establecer varias rutas ya que los trayectos, como se ha mencionado, cambiaban. En este
sentido, desde 1567 hasta 1634 (la última vez que los tercios pasan por el camino) se
cuentan 6 itinerarios diferentes (1567, 1595, 1601, 1620, 1623 y 16245), mostrándose –
como afirma Cervera (2017)- la diferencia a partir de 1610 cuando el cardenal
Richelieu, consciente del peligro del camino, se atrae como aliado de Francia al Duque
de Saboya, un cambio que se hace patente ya a partir de 1622 quedando esta ruta
bloqueada como establecen Claramunt y Laínez entre otros.
Así, en torno a 1623 la ruta del camino originario, aunque ya había cambiado en algún
matiz y territorio, quedó bloqueada teniendo que buscar una ruta alternativa que
atravesaba la Valtelina y el Tirol hasta Alsacia y de aquí, como se ha mencionado, hasta
Luxemburgo. También coinciden los expertos en que a partir de 1631 con la irrupción
de los suecos en la Guerra de los Treinta Años en camino ya mostraba síntomas de
decadencia al estar en su mayoría bloqueado por los enemigos de España. Durante el
periodo que transcurre de 1631 a 1634, aproximadamente, hubo una nueva ruta,
partiendo también desde Milán, que atravesaba los cantones católicos de suiza, entraba
en el sur de Alemania por Waldshut para proseguir hacia Alsacia y Luxemburgo
(Laínez, op. Cit.).
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https://www.abc.es/historia/abci-camino-espanol-gran-hito-logistico-siglo-clavado-tercios-costadofrancia-201710221907_noticia.html
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Alex Claramunt establece, en este sentido, que la Política Exterior de Francia giraba en torno a cortar el
Camino Español.
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Consecuencias
Tras ello, España se ve obligada a redoblar sus esfuerzos diplomáticos para mantener las
rutas en las zonas fronterizas con Francia y Austria con la firme convicción de mantener
el Franco Condado frente a las pretensiones francesas (Laínez, op. cit. p.51).
A partir de 1633 el camino español estaba prácticamente estrangulado. Es por ello, que
la Monarquía Hispánica se ve en la necesidad de despejar dicha ruta y es cuando en
1635 se produce la batalla de Nördlingen donde los Tercios Españoles, a las órdenes del
Cardenal-infante, se cubrieron de gloria dejando tras de sí 8000 muertos en el campo de
batalla además de capturar unos 4000 prisioneros.
En el ámbito económico, Claramunt, establece que el bloqueo del Camino Español fue
una gran pérdida económica ya que si bien antes el camino había actuado de
dinamizador económico de las zonas por las que pasaba, ahora solamente había
pérdidas, tras 1633, ya que España necesitaba mover sus unidades y recursos. En este
sentido, el camino español generaba riquezas porque aparte de movilizar gran cantidad
de efectivos estos necesitaban cobijo y manutención, generando comercio y dando
beneficio a las poblaciones por las que pasaban los tercios.
Otra consecuencia del camino fue también, aunque no fue la tónica principal, los
altercados que hubiera entre los efectivos militares y la población por la que pasaban.
Esto no es que fuera muy común pero en caso de producirse altercados los causantes
eran severamente castigados, ya que, en palabras de Claramunt, se debía mantener a
toda costa la conexión entre los territorios de la Monarquía Hispánica.
A pesar de todo, la consecuencia directa de la pérdida del camino fue el cambio de la
fisionomía política. Francia comenzó a absorber los estados de Alsacia y Lorena así
como el Franco Condado. Todo ello imposibilitó el despliegue de los tercios como hasta
ahora lo hacían. El bloqueo del camino también pone de manifiesto la debilidad de la
Monarquía Hispánica, es decir, era su fortaleza pero también su punto débil y, a partir
de ese momento, los ejércitos quedaban cada vez más aislados ante los enemigos
tardando los refuerzos en llegar en muchos casos, o directamente no llegando refuerzos.
Conclusiones
El camino español pone de manifiesto una gran hazaña militar en cuanto a la logística y
la ingeniería de caminos. Sirvió para reforzar y proteger muchos territorios, distanciados
unos 1500 km, y tener estos controlados. Los hombres se alistaban en España, se
instruían en Italia y de ahí partían a combatir, sobre todo en Flandes, a toda Europa.
Esto era un movimiento constante y ponía de relieve la capacidad de movilización que
tenía la Monarquía Hispánica de sus ejércitos, en un trayecto que se cubría en un par de
meses.
Sirvió, así mismo, para que la Monarquía Hispánica cubriera todos sus compromisos
internacionales y tuviera sus fronteras guarnecidas. El Camino Español fue una gran
hazaña que duró unos 80 años pero también fue una amenaza constante para Francia,
sobre todo, e Inglaterra, quienes hicieron lo posible por bloquear este camino.
El camino inicial, el que inaugurara el Duque de Alba, fue transformándose debido a los
vaivenes de la guerra y según la actuación de los enemigos de la Monarquía Hispánica.
Sin embargo, los reyes sabiendo de la importancia del camino invirtieron mucha
diplomacia y recursos en su mantenimiento ya que era el eje que comunicaba el imperio
y permitía actuar vía terrestre en cualquier parte de Europa –es decir, el Camino fue
razón de Estado siempre-. Por lo tanto, el camino fue fundamental también, y sobre
todo, para los amos de la guerra, los tercios –el eje central de los ejércitos del imperio-,
quienes acudían de un territorio a otro viviendo en constante pie de guerra.
El camino español supuso la culminación de la Revolución Militar a la que tanto
apelaba Parker y que hizo que la Edad Moderna fuera la Edad de la hegemonía
española.
Se observa que el Camino Español fue posible gracias a la maquina logística del
Imperio, por un lado –en la que trabajaron grandes ingenieros creando pasos de
montaña, ensanchando caminos, construyendo puentes…-, y al despliegue de
diplomacia, por otro lado. En cuanto a la diplomacia se observa que el Duque de
Saboya fue fundamental ya que cuando este se alía con Francia, España comienza a
perder maniobrabilidad por su trayecto habitual, teniendo que buscar a partir de 1620
otro camino alternativo y variando las rutas del Camino en función de la guerra. Una
ruta, por cierto, que nos sirvió para vencer en Nördlingen, por poner un ejemplo.
En resumidas cuentas, España tenía muchísimos territorios que atender y, también,
muchos enemigos. Como la vía marítima era peligrosa se optó por la vía terrestre, un
camino que abarcaba los territorios del Imperio en su totalidad de sur a norte y de norte
a sur. Cubría 1600 km y se tardaba en recorrerlo un mes y medio aproximadamente en
jornadas de 25 km diarios.
Bibliografía
ALBI DE LA CUESTA, J., De Pavía a Rocroi. Los tercios españoles, Desperta Ferro
ediciones, 2017, Madrid
CLARAMUNT SOTO, A., “El camino Español. Cuatro siglos y medio de proeza
logística”,
Desperta
Ferro,
2017,
en
https://www.despertaferroediciones.com/2017/camino-espanol/
ESPARZA, JOSE J., Tercios, la esfera de los libros, 2017, Madrid
MARTINEZ LAINEZ, F., Pisando Fuerte. Los tercios y el Camino Español, Edaf,
2012, Madrid
Recursos Web
El Camino español, https://www.xn--elcaminoespaol-1nb.com/que-es/
Historia Cero, http://elaugedeladerecha.blogspot.com/2013/05/el-camino-espanol-delos-tercios-de.html