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V CONGRESO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA VOLUMEN I I

ACTAS V CONGRESO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA VOLUMEN I I SIMPOSIO TEMÁTICO: “ARQUEOLOGÍA HISTÓRICA” SIMPOSIO TEMÁTICO: “GESTIÓN Y DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO” SIMPOSIO DE ESTUDIOS DE COLECCIONES SIMPOSIO TEMÁTICO: "INTERVENCIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL MARCO DE LOS PROYECTOS DE INFRAESTRUCTURA" SIMPOSIO TEMÁTICO: “LOS RETOS DE INTERVENIR UN SITIO YA INTERVENIDO” SIMPOSIO TEMÁTICO: “ARQUEOLOGÍA FUNERARIA” SIMPOSIO TEMÁTICO: “RETOS Y LOGROS EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO INMUEBLE” SIMPOSIO TEMÁTICO; “NUEVAS TECNOLOGÍAS APLICADAS A LA ARQUEOLOGÍA” Alejandro Arturo Neyra Sánchez Ministro de Cultura Leslie Carol Urteaga Peña Viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales Ministerio de Cultura Av. Javier Prado Este 2465, San Borja Lima, Perú Actas deI V Congreso Nacional de Arqueología Volumen II Segunda edición, agosto 2020 Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2020-04961 Diseño Gráfico: Pedro Cavassa Reproducido por Pentagraf SAC Jr. Pomabamba 770, Breña Lima, Perú Investigación e identificación de restos humanos en el escenario de la Batalla del Alto de la Alianza (1880). Aproximación metodológica para casos de conflicto Patricia Milena Vega-Centeno Alzamora La guerra declarada por Chile contra Perú y Bolivia (1879-1884), fue un largo proceso bélico que involucró una serie de enfrentamientos militares, tanto en el mar como posteriormente en tierra, a lo largo de varios sitios de batalla y combates navales. Uno de estos últimos corresponde al Campo de Batalla Alto de la Alianza o Campo de la Alianza (Tacna), el cual fue escenario de la contienda acaecida el 26 de mayo de 1880.1 En la actualidad, estos campos de batalla se encuentran en abandono y desprotegidos por la legislación peruana, lo cual permitió que hasta hace poco se realizaran en la zona actividades de saqueo para colecciones particulares. A consecuencia de uno de tales actos, en el 2015 se efectuaron excavaciones para la ubicación y posterior repatriación de un combatiente boliviano identificado varios años atrás y recién reportado ese año. En muchos países, los escenarios de batallas y las tumbas de los combatientes tienen protección legal del Estado, tanto por su carácter patrimonial como por su valor simbólico (sin importar su contexto). En el Perú, sin embargo, aún no hemos podido lograr este avance ni apreciar la enorme importancia de proteger este tipo de sitios. Tomando en consideración los postulados de Starbuck (2011), todos los restos humanos merecen un trato respetuoso y deben ser exhumados únicamente cuando: “(1) hay preguntas de investigación apremiantes, (2) existe la amenaza de destrucción durante la construcción u otra actividad que implique movimiento de tierras; (3) existe riesgo de perturbación por parte de los cazadores de tesoros; o (4) existe una ‘necesidad de saber’ legítima por parte de parientes o descendientes” (p. 89, traducción propia). En esos casos, es necesario diseñar y seguir protocolos de investigación e intervención para estos sitios. En consecuencia, y a raíz de las excavaciones para la repatriación del citado combatiente boliviano, nos percatamos tempranamente de una serie de limitaciones metodológicas, legales y de carencia de información, pues pese a la existencia de abundante documentación histórica e historiográfica, en muchos casos, esta es contradictoria sobre diversos acontecimientos ocurridos durante esta batalla. Asimismo, la información de los eventos post-batalla y del sistema de inhumaciones son más bien escasos, al igual que las investigaciones arqueológicas en el área de la contienda. Por este motivo, uno de nuestros objetivos e interés de estudio radica en la necesidad de trazar una metodología general de una investigación, que incluya una estrategia para la recopilación y el análisis de datos que permita la reconstrucción del paisaje del encuentro bélico y sus procesos. Actualmente, este espacio está declarado, mediante Ley 1605-2016- CR, como Santuario de Guerra por la implicación histórica y memoria de la población de Tacna; no obstante, no cuenta con un sistema de monitoreo ni vigilancia permanente. 1 31 El tema de investigación es complejo y amplio. Por ello, en esta etapa, se buscará abordar aspectos sobre: ¿qué criterios se deben seguir para identificar a los combatientes hallados en las excavaciones arqueológicas?, ¿cómo fue el sistema de inhumaciones en este campo de batalla? y ¿quiénes fueron los responsables de las inhumaciones? En general, la importancia de este tipo de trabajo radica en que nos permite no solo reconstruir el proceso de la batalla sino también los eventos o sucesos posteriores, algunos sistemas de inhumación de cadáveres, así como también los criterios que se deben aplicar para la identificación y reconocimiento de restos humanos. Por consiguiente, con las nuevas tecnologías, se pueden analizar algunos aspectos sociales y el impacto en el campo militar de las batallas decimonónicas del Perú. Como corolario, este trabajo está enfocado en el proceso de identificación de combatientes y está relacionado con el análisis de los procesos de inhumación en el Campo de Batalla Alto de la Alianza. Para ello, es necesario tomar en consideración que los restos óseos humanos constituyen un recurso arqueológico y son una clase importante de evidencia (Sofaer, 2006: 12; Sutherland, 2005: 28; Carman, 2013: 88). La identificación de atributos físicos, a partir de los restos humanos, no solo permite determinar edad, sexo, estado de salud, enfermedades, características físicas y lesiones, patologías, sino las causas de su muerte, grupo social, nacionalidad, etc. En el caso de las investigaciones de la arqueología prehispánica peruana, se ha escrito mucho sobre los rituales de la muerte o el ritual de enterramiento simbólico, la preparación del individuo, sus ofrendas, etc. Sin embargo, la literatura relacionada con muertes súbitas, violentas o de individuos abandonados e inhumados vinculados a un conflicto bélico son escasas.2 Esta carencia de información comparativa o estudios sobre la temática generó la necesaria investigación de los eventos ocurridos posteriores al desenlace de la batalla, así como el sistema de enterramiento de los combatientes caídos en ella. En este contexto, es necesario tomar en consideración que 2 las excavaciones de restos humanos en campos de batalla son, por lo general, una mezcla compleja e incompleta de cuerpos y artefactos del conflicto. En estos contextos arqueológicos se pueden ver reflejados sucesos acontecidos antes de la batalla (adecuación y modificación del paisaje para la contienda), durante el enfrentamiento (dispersión de la cultura material militar, restos de combatientes muertos, saqueo, requisa de armas, etc.) y posteriores a la batalla (métodos de inhumación y finalmente el abandono del escenario). En consecuencia, la identificación de los restos humanos hallados en un contexto adecuadamente investigado, suministra valiosa información para construir la historia particular de la vida de un combatiente y, por ende, nos permite conocer más datos sobre su batallón, su muerte, su entierro y grupo social. En estas microhistorias tenemos como protagonistas a oficiales, soldados, milicianos armados y rabonas. Los primeros, uniformados de acuerdo a los reglamentos de la época y los soldados equipados, en el caso del Alto de la Alianza, con diversos tipos de fusiles. Muchas de estas historias, en especial sobre los individuos de tropa, nunca las sabremos; sin embargo, existe documentación en los partes de guerra y archivos militares sobre los oficiales y su desempeño en el campo de batalla. No obstante, lo complejo que resulta la problemática para investigar en los escenarios de las batallas, es crucial e indispensable el empleo de la metodología de análisis que aportan los estudios sobre criminalística. Algunos criterios para la identificación y reconocimiento de restos humanos en conflictos bélicos El registro arqueológico en un campo de batalla es un punto de partida para el análisis del investigador, ya que permite complementar información mediante otros recursos, como los análisis forenses, criminalística, genéticos, isótopos, documentación histórica, georadar, topografía El único caso reportado corresponde a los restos de un soldado chileno hallado en Chorrillos (Tomasto y Lund, 2011; Ferreira, 2008). 32 (análisis espacial), fotografías del siglo XIX, entre otros. En este sentido, la búsqueda de evidencias y su documentación fue primordial, tanto en la etapa de campo como de gabinete. En el caso de las investigaciones del Alto de la Alianza, se tomó en consideración, en primer lugar, la importancia del examen inicial del escenario de la batalla y las modificaciones del paisaje de la contienda a través del tiempo; y en segundo lugar, de acuerdo a los hallazgos y la información histórica, el análisis del entierro de los cadáveres hallados en las excavaciones y su relación con el entorno inmediato. El objetivo original del proyecto de investigación durante el 2015, fue ubicar y evaluar en campo las evidencias relacionadas a la contienda, y entender el proceso de inhumación efectuado en 1880 a varios individuos al interior de una zanja-trinchera en ala izquierda aliada del campo de batalla. Por esta razón, se priorizaron los aportes de las investigaciones sobre criminalística, ya que, siguiendo la propuesta de Guzmán (2010), es necesario recabar información a partir de lo que el autor define en las investigaciones forenses como el “triángulo de la evidencia física”, la cual presenta la conexión entre escena, víctima y sospechoso o presunto responsable (2010: 11-22). Este mismo bosquejo es válido y aplicable para la reconstrucción de la evidencia arqueológica y el proceso de inhumación de cadáveres en los campos de batalla, así como para la reconstrucción de eventos post-batalla. Por este motivo, durante los trabajos efectuados en gabinete y campo en los años 2015 al 2018, hemos tomado en consideración el análisis de la evidencia física relacionada con: a) el escenario del entierro, b) los individuos (análisis de restos óseos humanos) y c) presuntos responsables de las inhumaciones o entierros de los cuerpos. A continuación, trataremos brevemente estos casos como etapas. Etapa 1 - El escenario del entierro Esta etapa corresponde a los trabajos de inspección del espacio físico en el Campo de Batalla Alto de la Alianza, así como de los elementos asociados en la zanja-trinchera excavada en la denominada ala izquierda aliada del escenario y que sirvió de fosa común. Adicionalmente, el análisis de la topografía y la estratigrafía3 del campo de batalla es un ítem básico que registrar, pues de éste esta depende mucho la identificación de los posibles criterios empleados después de la batalla en 1880 para la selección de la zona de inhumación de cadáveres o si era necesaria la excavación de fosas comunes o simplemente hondonadas para el tapado de los cuerpos con unas cuantas palas de arena. Debemos mencionar que, en las investigaciones arqueológicas de los campos de batalla, es necesario contrastar adecuadamente la información histórica con el paisaje actual a fin de determinar las modificaciones y transformaciones del escenario a través de los años. Como Starbuck (2011: 11) menciona, cada batalla es única, presenta sus propias peculiaridades, así como sus dificultades de investigación e interpretación. También se han tomado en consideración todos los indicios asociados que guardan relación directa con el evento y que se conservan en contextos arqueológicos. En las excavaciones del campo de batalla, por lo general, estos pueden ser: a) macroscópicos, como manchas, restos de fluidos biológicos, casquillos, plomos, fibras, impresiones, etc.; y b) el registro de marcas o huellas de herramientas (palas) en la zona de enterramiento. En nuestro caso, este registro se efectuó en todo el contorno de la línea de la zanja-trinchera excavada por el batallón boliviano Sucre4. Del mismo modo, en las investigaciones sobre los campos de batalla en la Guerra del Pacífico, se debe tomar en consideración el análisis de las fotografías de la época. En el caso del Alto de la Alianza, se conoce una sola fotografía del proceso de entierro de cadáveres efectuada por el ejército chileno. La estratigrafía del área de excavación es simple. Generalmente está compuesta por dos a tres capas bien definidas: una delgada, de arena de formación eólica; la siguiente, de escasos centímetros, compuesta por una tierra arcillosa de color marrón rojizo; y finalmente, una capa estéril de color blanquecino de consistencia compacta formada por caliza (Vega Centeno, 2018: 193). 4 Para tener un mejor panorama de la escena, se ha registrado y perennizado toda la zona con imágenes procedentes de dron, efectuadas por David Segurado y Christina Orcotoma en el 2016. 3 33 Figura 1. Imagen de los restos humanos del soldado boliviano de infantería y su vestuario militar. Sobre los restos humanos y su tratamiento después del enfrentamiento, en algunos campos de batalla de la Guerra del Pacífico, es posible hallar marcadores físicos de entierros, como cruces. Sin embargo, en el Alto de la Alianza, no se ha podido encontrar ningún indicio en superficie. En todas las épocas, una práctica común ha sido dejar a los muertos en el campo de batalla, siendo las fosas o tumbas comunes la forma más conocida del posterior entierro de combatientes muertos (Sutherland y Holst, 2010: 28). Esta costumbre también está documentada para el caso de la Guerra del Pacífico, aunque hay casos peculiares donde, por razones ideológicas y rituales, o por las circunstancias del caso, se tienen que enterrar individuos en tumbas aisladas en el mismo escenario de la batalla. Además, hay cierta consideración y diferente tratamiento con los oficiales, los que reciben mejor sepultura que la tropa, que generalmente está en fosas comunes5. En cuanto a los patrones u orden en la disposición de los cuerpos, los restos de los combatientes pueden ser colocados de manera ordenada en fosas comunes, con patrón de “lado a lado”, como es el caso de la fosa hallada al norte del actual “Campo Santo” en el Campo de Batalla Alto de la Alianza6, o pueden ser enterrados en una fosa común de forma amontonada y en desorden, con cuerpos sobrepuestos y entremezclados, como es el caso de la trinchera cavada por el batallón boliviano Sucre, que sirvió como fosa común después de la batalla7. En los casos analizados, se observa que fueron Resulta interesante el tratamiento que recibió el general boliviano Claudio Acosta, quien murió en el campo de batalla e, irónicamente, los chilenos lo enterraron con toda la pompa de un funeral militar completo, incluyendo la guarda de honor del regimiento Buin (Sater, 2016: 258). 6 Comunicación personal del arquitecto Vargas Giles (2017), responsable de la construcción del monumento conmemorativo en el campo de batalla. 7 Hacia 1980, la Comisión Nacional del Centenario de la Guerra del Pacífico decidió cambiar el lugar de la conmemoración de la celebración anual llevaba a cabo en la antigua cripta de los héroes (Cornejo, 2012: 4). Para esto, procedieron con maquinaria pesada a realizar excavaciones de acuerdo al diseño arquitectónico en un promontorio, lo que produjo el hallazgo de fosas con restos de más de 200 individuos de tropa en las inmediaciones del actual monumento, llegando a registrarse en la zona del campo santo hasta dos fosas (Mavilo Romero, comunicación personal, 2017). 5 34 entierros apresurados, pues los cuerpos, después de ser despojados de sus pertenencias más valiosas, fueron arrojados a la fosa y cubiertos con una delgada capa de tierra proveniente del parapeto de la zanja8. revisión de bolsillos, marcas en la ropa, orificios de bala, posibles cortes por bayoneta, etc. • Análisis de uniformología militar9, tomando en consideración que la vestimenta militar estaba normada por reglamentos vigentes10. Hacia el siglo XIX estaba acorde a la moda con diseños particulares, roles de acuerdo a la estructura jerárquica y prestigio social de la época. Antes y durante la guerra, los tres países en contienda vestían a sus ejércitos con una marcada influencia de la moda militar francesa (Hormazábal, en Greve y Fernández, 2008: 7, 187; Esposito, 2016: 41). Por lo tanto, un adecuado registro y comparación de la vestimenta con los reglamentos permite identificar la nacionalidad de un individuo y su batallón. • Equipamiento militar, que va de la mano con el estudio arqueológico de la cultura material militar. Asimismo, hay marcadas diferencias entre los equipos usados por oficiales, tropas, milicias, etc. • Lesiones o fracturas encontradas en los restos humanos (antemortem y postmortem) para determinar la causa de muerte. • Odontograma forense, ADN mitocondrial11, análisis de isótopos-estroncio12, reconstrucción facial13, etc. Etapa 2 - Análisis de los restos humanos (individuos)) Se ha efectuado una combinación de análisis de materiales, técnicas y procedimientos forenses para tratar de establecer la identificación de los combatientes. Para ello, nuestras investigaciones se enfocaron en los siguientes aspectos: • Posición de los cadáveres e identificación de rasgos que pudieran indicar enterramiento in situ, traslado, entierro secundario, etc. • Tomografías completas y radiografías. • Registro de evidencias de saqueo o retiro de pertenencias de los individuos. En el caso de la Batalla del Alto de la Alianza, los individuos fueron desvalijados de sus pertenencias y enterrados, en su mayoría, apresuradamente, en muchos casos en el mismo lugar donde murieron (Vega Centeno, 2018). • Examen de la ropa: tipo de material, talla, tipos de botones, distintivos, desgarros, zurcido, manchas, Quizás el único caso reportado hasta ahora sobre tratamiento mortuorio corresponde a un soldado chileno sepultado en el Cerro Zig-zag después de la batalla de San Juan (1881). Este fue enterrando a cierta profundidad en un espacio donde colocaron cuidadosamente su cuerpo con toda su indumentaria junto con parte de sus efectos personales: un morral, una canana, un poncho, un cuaderno, etc. (Tomasto y Lund, 2011). También hay casos como la necropsia y embalsamamiento practicado en el campamento de Las Yares al cuerpo del Ministro de Guerra Rafael Sotomayor, el 22 de mayo de 1880 (Ahumada, 1886, tomo III: 165). 9 Para Pfanner (2004), el uniforme militar es una forma de vestimenta con un simbolismo particular y larga historia y tradición. Es el elemento más conocido de los ejércitos, por lo tanto, su función primaria es la de identificación y distinción en contienda o con el resto de la población, ya que el uniforme y el equipamiento de cada arma porta particularidades que distinguen, diferencian e identifican al soldado con su arma o servicio (Pfanner, 2004: 93; también ver Medina, 1989: 180). 10 El 17 de marzo de 1821, el general San Martín aprobó el uniforme de generales y jefes del ejército. Consolidada la independencia en 1823, se detalló un nuevo reglamento de uniformes para la infantería y caballería. Posteriormente, en 1830, el presidente Agustín Gamarra aprobó el reglamento de uniformes del ejército y en 1827 describió y reglamento el uso de uniformes de las diferentes armas. Hacia 1878 el gobierno de Manuel Ignacio Prado prohibió la importación de uniformes (Medina, 1989: 180; Medina y Mendoza, 2005: 11). 11 Estos análisis fueron efectuados por Lars Fechman Schmitz; en el caso de los análisis de antropología forense, se contó con la colaboración de Luis Pezo y Micaela Álvarez. 12 Trabajo a cargo de Luis Pezo Lanfranco. 13 Trabajo a cargo de Danny Humpire; sin embargo, los trabajos quedaron inconclusos. 8 35 Figura 2. Tomografías de los restos humanos, el primero del peruano, seguido de los dos bolivianos. Nótese la ubicación de los impactos por proyectil y las lesiones. • Determinación aproximada de la hora de la muerte y análisis del proceso de la batalla, inicio del enfrentamiento y estrategia militar, desplazamiento de batallones, etc. • Determinación de trayectoria balística y ángulo de tiro. • Entomología forense. Según Villacorta (2018), el análisis de moscas, polillas, escarabajos, hormigas, “fauna cadavérica”, etc., asociadas a los individuos, puede brindar información esencial para estimar el intervalo postmortem. De acuerdo con Guzmán (2010), “si se analiza la edad o la fase que atraviesan los insectos encontrados en la escena, es posible establecer el día y hasta la hora del hecho” (p. 67). Por este motivo, es fundamental su estudio y adecuado registro en campo y gabinete. Figura 3. Puparia vacía de dípteros Calliphoridae, Synthesiomyia nudi- seta, Piophilidae y coccon de Tineidae (Villacorta, 2018: 12). Foto cortesía Biólogo Marco Villacorta. accionar de las ambulancias: la asistencia y traslado de los heridos, 3) al saqueo y retiro de equipos militares, 4) a la inhumación e incineración de cadáveres y, finalmente, 5) al abandono del espacio y exhumaciones posteriores. Para nuestro análisis de los hechos, se trató de efectuar Etapa 3 - Presuntos responsables de la una apreciación reconstructiva de los eventos ocurridos inhumación o entierro de los cuerpos después de la batalla, tomando en consideración la preLa Batalla Alto de la Alianza del 26 de mayo de 1880 culminó alrededor de las 3 p.m. Después de esta hora, gran parte del ejército vencedor se estacionó en el área del campamento aliado. Terminadas las últimas escaramuzas, se dio una serie de eventos particulares, algunos de forma simultánea y otros en el transcurso de los días posteriores. Estos sucesos, que han sido poco investigados, corresponden: 1) al repase de los heridos, 2) al 36 sencia de las ambulancias peruanas y bolivianas en la zona, así como la permanencia del ejército chileno en el área del campo de batalla por varios días (Cárdenas, 2012; Ahumada, 1880, tomo III: 334). Según el parte de la segunda ambulancia de la Cruz Roja peruana, el 14 de julio de 1880, los cadáveres eran despojados de su ropa, quedando en la más absoluta desnudez, especialmente los jefes y oficiales de la alianza; y lejos de haberlos sepultado, fueron escarnecidos y profanados. Fotografía de Díaz y Spencer (1880), controversial de la época. Claramente muestra a soldados bolivianos despojados de su vestimenta y zapatos, cuyos cuerpos parecen haber estado expuestos días a la intemperie. Son enterrados con unas cuantas palas de arena, sin excavación de fosa y únicamente uno de los soldados chilenos cuenta con una pala o lampa. Foto: cortesía Renzo Babilonia. Figura 4. También sabemos que no “fueron enterrados, sino por los sanitarios de la ambulancia, quienes no terminaron su tarea del todo, impedidos de hacerlo a causa de sus multiplicadas obligaciones en el hospital ambulancia de Tacna” (parte de Placido Garrido Mendívil, en Ahumada, 1886, tomo III: 330). En consecuencia, la tarea de enterrar los cadáveres recayó en las ambulancias aliadas, aun a pesar de su insistencia para el cumplimiento de las normas internacionales de Ginebra14. Tenemos referencia de que hasta diez días después de la batalla se armaban comisiones para el entierro de los cuerpos (parte de Placido Garrido Mendívil, Ahumada, 1886, tomo III: 331). De acuerdo a los informes del médico boliviano Zenón 14 Dalence, los chilenos incineraron cuerpos (Cárdenas, 2012: 181); sin embargo, este dato debe ser confirmado con futuras excavaciones e investigaciones arqueológicas. Finalmente, la investigación histórica en archivos militares ha sido crucial. No solamente permitió conocer la cantidad de oficiales heridos y muertos en la batalla, sino que se elaboró expedientes por cada uno de ellos. A modo de conclusiones Los motivos por los cuales se debe investigar y proteger de forma adecuada los campos de batalla de la Guerra del Pacífico son numerosos. Uno de los principales Sobre el desempeño de las ambulancias de la Cruz Roja peruana y boliviana en la Batalla del Alto de la Alianza, ver López Chang (2017). 37 es que en estos escenarios se encuentran enterrados cientos de combatientes que sacrificaron su vida por en defensa de la nación. Para ellos deben existir no solo protocolos de análisis ante su hallazgo, sino también un tratamiento adecuado y respetuoso, como corresponde a personajes y lugares con una fuerte connotación histórica para una nación. El adecuado registro de contextos permite analizar con mayor profundidad la serie de eventos acaecidos antes, durante y después de la contienda. Adicionalmente, es posible investigar el proceso de entierro, saqueo, abandono y ocupación del espacio. Como se ha demostrado, la totalidad de los eventos ocurridos después de la batalla no está documentada en ningún parte de guerra, memorias, cartas o diarios de la época; únicamente encontramos información escueta y algunos fragmentos de los sucesos siguientes a una batalla. Por esto, la comprensión de los eventos ocurridos durante una batalla y los procesos posteriores no es una tarea fácil, requiere de la implementación de adecuados procedimientos de estudio y formas de abordar la investigación, que, de forma ideal, necesita también de la participación de un equipo multidisciplinario. Entre los planteamientos que sugerimos en base a las investigaciones sobre criminalística, figuran estudios holísticos que abarquen el análisis del escenario de los entierros, los restos humanos, sus elementos asociados y la indagación de los presuntos responsables de los entierros, con la finalidad de reconstruir los acontecimientos como el repase o ejecución de heridos, el desempeño de las ambulancias con la asistencia y traslado 38 de heridos a la ciudad de Tacna, el saqueo, el despojo de pertenencias de los cadáveres, recojo de armas, el sistema de inhumaciones, la presencia de las rabonas o familiares y, finalmente, el abandono del escenario de la batalla y la exhumación posterior de los restos humanos hasta los procesos de repatriación. Agradecimientos Al Dr. Luis Pezo Lanfranco, Dra. Micaela Álvarez, Dr. Lars Fehren y al biólogo Marco Villacorta. Asimismo, a los historiadores que colaboraron con el proyecto, Lourdes Medina, Rafael de Osma, Guillermo Sánchez y Ana Gonzales. El equipo de investigación de gabinete contó con los arqueólogos: Pedro Vargas, Angélica Gómez, Jack Chávez, Devora Infanzón, Marcos Calderón, Paco Vallejo y José Luis Cotrina. Igualmente, fue valiosa la colaboración de Manuel Guerrero, Renzo Babilonia, Patricio Greve, Fernando Queens, Jorge Moscoso, Gary Osorio y Oscar Oviedo. Las instituciones que brindaron apoyo fueron la Compañía de Bomberos Garibaldi N° 6, Escuela Militar de Chorrillos, Universidad San Ignacio de Loyola, Área de Genealogía y Doctrina del Centro de Estudios Histórico Militares, Archivo Histórico del Cuartel General del Ejército, Archivo Regional de Cusco, Archivo Regional de Arequipa, Archivo Histórico de Tacna, Dirección Desconcentrada de Ministerio de Cultura en Tacna, Asociación para el Fomento de la Identidad Peruana, entre otras. Referencias bibliográficas Pfanner, T. (2004). Military uniforms and the law of war. International Review of Ahumada, P. the Red Cross, 86(853), 93-124. 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