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El sentido evolutivo de la risa

El texto es una breve aproximación naturalista de la risa. Su sentido evolutivo y cómo los humanos no somos los únicos animales que ríen.

EL SENTIDO EVOLUTIVO DE LA RISA GUILLERMO DA COSTA PALACIOS «El tonto se ríe a carcajadas; el sabio, cuando mucho, sonríe suavemente» —Eclesiástico, 21:20 «Nada tiene sentido en biología si no es a la luz de la evolución» —Theodosius Dobzhansky M e propongo una breve aproximación naturalista de la risa. Aunque lo primero que uno evoca son acercamientos de tipo religioso-filosófico (es sabido que Aristóteles habría escrito —en su Comedia— que «el hombre es el único animal que ríe»; que, según Bergson, el hombre es un «animal que hace reír»; y qué decir de la magnífica escena de la biblioteca en El nombre de la rosa [Jean-Jacques Annaud, 1986], en la que el bibliotecario ciego —Jorge de Burgos— reprueba la risa… Me temo que el debate sobre si Jesús se rio alguna vez no es más que otra de las muchas disputas bizantinas). No es verdad, sin embargo, que la risa sea exclusivamente humana. Ya no es solo que también ríen los grandes simios —es decir, de la familia homínida—, sino que la risa se ha descrito en otros mamíferos como ratas y perros (v. el artículo de Panksepp, Jaak: «Beyond a Joke…», citado en la bibliografía). Las investigaciones de Panksepp hallaron que los roedores emiten, cuando se les hacen cosquillas, una especie de chirridos tan agudos que los humanos no podemos captarlos. También los emiten cuando juegan con otras ratas. ¿No es una forma primitiva de risa? En efecto, ratas y primates se ríen ante las cosquillas. ¡Y no son los únicos! Como se explica en la web del Proyecto Gran Simio (v. bibl.), hay reacción risible —o, más propiamente, «vocalizaciones positivas» o «expresiones de placer»— en búhos, perros, suricatos, pingüinos, delfines… Para la psicóloga Marina Davila Ross, […] la comunicación positiva de los animales […] está íntimamente relacionada con la evolución de la risa: al comunicarse unos y otros positivamente, estamos interactuando más con los individuos y es probable que esto juegue un papel importante para el desarrollo de la comunicación (web cit.). 1 El propio Darwin, en La expresión de las emociones en el hombre y los animales (1872), advirtió que la universalidad en la expresión de los sentimientos con sus gestos tiene su origen en acciones precursoras de animales ancestrales. Es sabido que las tribus de Papúa Nueva Guinea se ríen y fruncen el ceño de manera análoga a cualquiera de nosotros. «La sonrisa es evolutivamente antigua y se pueden ver variantes de ella en muchos tipos de primates» (v. el artículo de Graziano, Michael: «The first smile», cit. en bibl.). Evolución. El agente reidor. En el caso humano, me parece harto significativo que, según Panksepp, nuestra capacidad para reír sea anterior a nuestra capacidad lingüística. Porque, en primer lugar, […] los circuitos neuronales que controlan la risa se hallan en las regiones más primitivas del cerebro. En segundo lugar, formas ancestrales de juego en conexión con la risa existen en otros animales, mucho antes de que los humanos hubieran evolucionado con sus «ja, ja, ja» […]. En tercer lugar, Panksepp acude también a la propia etología humana. Aduce que los niños pequeños, cuyo sentido semántico del humor es todavía muy marginal, ríen y chillan abundantemente en sus contiendas lúdicas (v. Fernández Navarro, Luis: tesis doctoral cit. en bibl.). No es extrañar que, desde el punto de vista antropológico, haya una continuidad filogenética respecto de la risa. A mayores, hay reconstrucciones de árboles filogenéticos sobre la base de datos acústicos que comparan sonidos provocados por el cosquilleo en simios y humanos (v. Davila Ross, Marina; J. Owren, Michael y Zimmermann, Elke: «Reconstructing the Evolution…», cit. en bibl.). Dichas reconstrucciones evidencian que la risa —y otras expresiones emocionales humanas— emanan de «manifestaciones ancestrales de primates no humanos». Nietzsche se equivocaba. No es cierto que el hombre haya inventado la risa. Tanto Konrad Lorenz como Patricia Simonet, basándose en observaciones fisiológicas —Lorenz— y en vocalizaciones de perros —Simonet— explicaron que los perros presentan un equivalente a la risa humana («invitación a jugar», según Lorenz), que su risa contiene diferentes capacidades sonoras y que contribuye a minimizar el estrés en sus congéneres (Simonet). Río, luego existo. Amanece en la isla indonesia de Flores, es el año 16 000 a. e. c. Una criatura, Homo floresiensis, juega a chinchar a una rata gigante; jadea, emite una especie de risa. Unos minutos antes, este hobbit se sonrió de un congénere que resbalaba y caía mientras maniobraba con una herramienta de piedra en la cueva de Liang Bua. 15 500 años después, Buda reía debajo de una Ficus religiosa, un día de lluvia y tormenta… Qué es la risa. Humanos y otros primates, así como distintos animales mostramos esta respuesta física y psíquica que llamamos risa. Es una vocalización instintiva y estereotipada, y tiene el sentido evolutivo de hacernos notar parte de un grupo y exponer a los demás que estamos alegres y satisfechos. Como citábamos arriba, se trata de comunicación positiva y 2 expresión de placer; además, la risa es contagiosa. Y como dice el neurobiólogo José Ramón Alonso: […] La risa [es] una intensa fuerza emocional y social y es muy posible que fuera un aspecto clave de las actividades grupales de los primates donde sería una vía de comunicación para evitar enfrentamientos y generar empatía (v. entrada «Qué es la risa», en Neurociencia. El blog de José Ramón Alonso, cit. en bibl.). Una de las dificultades para reconocer la risa en otros animales está bien ilustrada en el ejemplo que presenta José Ramón Alonso en su blog. Solo 2 de 119 estudiantes universitarios reconocieron la risa de un chimpancé escuchada en una grabación, y la mayoría la interpretó de maneras tan dispares como ladridos, asma, prácticas sexuales o incluso sonidos no biológicos (aserrar, lijar). Quizá se encuentre aquí una de las razones para que a algunos investigadores les cueste tanto aceptar que los humanos no somos los únicos animales reidores. Y sin embargo, los chimpancés —por ejemplo— se ríen; si bien el sonido de su risa en mucho más restringido que el nuestro, debido a su rígido sistema de vocalización que solo expresa «una sílaba por respiración: cada sonido de su risa dura una exhalación o una inhalación» (José R. Alonso). Conclusiones. (i) La evolución moldea —o no selecciona en contra— «cualquier fenotipo1 que tenga una conexión apreciable con el genotipo2 y haya existido durante varias generaciones» (v. Polimeni, Joseph y P. Reiss, Jeffrey: «The first Joke…», cit.). Parece que ese es el sentido de la famosa frase de Dobzhansky citada arriba. La risa y el humor habrían existido desde hace miles o millones de años, y su capacidad de producirlos y observarlos son un proceso biológico o, dicho de una manera más técnica, «un rasgo fenotípico cognitivo […] que depende de un sustrato neurológico de base genética correspondiente» (ibidem). Como ya se ha dicho, la risa es evolutivamente adaptativa; en primer lugar porque genera un estado emocional positivo entre los semejantes y, por tanto, facilita el dinamismo y la actividad sociales (ya en Aristóteles la risa tiene dichos efectos sociales). El humor y la risa son evolutivamente positivos. La risa es placentera y facilita la resolución de conflictos. Acaso la risa tenga beneficios fisiológicos como el aumento de la inmunidad y una mayor tolerancia al dolor. (ii). Primates superiores (chimpancés, gorilas, orangutanes, bonobos) responden a las cosquillas con un comportamiento similar a la risa. «Los orígenes rudimentarios de la risa podrían tener al menos 14 millones de años» (ibid.). Se ha propuesto que la risa evolucionara «de la dificultad para respirar durante el juego» (v. Raine, Jordan: «The evolutionary origins of laughter…», 1 «Rasgos observables de un individuo (altura, color de ojos, etc.)». V. National Human Genome Research Institute: <https://www.genome.gov/es/genetics-glossary/Fenotipo>. 2 «Colección de genes de un individuo. El genotipo se expresa cuando la información codificada en el ADN de los genes se utiliza para fabricar proteínas y moléculas de ARN. La expresión del genotipo contribuye a los rasgos observables del individuo, lo que se denomina el fenotipo». V. NHGRI: <https://www.genome.gov/es/genetics-glossary/Genotipo>. 3 cit.). Como ya se ha indicado, tampoco en relación con la risa los humanos somos tan únicos. Panksepp descubrió la risa en ratas de laboratorio: «Son como niños pequeños cuando les haces cosquillas». Perros, delfines o suricatos también se ríen —a su manera. (iii). La risa no es algo adquirido —aprendido— sino incorporado. Somos reidores como somos sociales y culturales. Y —lo que es más fascinante— no reímos solos. Bibliografía — ALONSO, JOSÉ RAMÓN: «Qué es la risa». En Neurociencia. El blog de José Ramón Alonso, julio de 2015. Disponible en: <https://jralonso.es/2015/07/14/risa/>. — DAVILA ROSS, MARINA; J. OWREN, MICHAEL Y ZIMMERMANN, ELKE: «Reconstructing the Evolution of Laughter in Great Apes and Humans». En Current Biology, v. 19, n.º 13, junio de 2009. Disponible en: <https://www.cell.com/current-biology/fulltext/S0960-9822(09)01129-4>. — EMERGING TECHNOLOGY FROM THE ARXIV: «The Evolutionary Origin of Laughter». En MIT Technology Review, octubre de 2010. 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