Aprendizaje social e intenciones emprendedoras
Aprendizaje social e intenciones
emprendedoras: un estudio
comparativo entre México,
España y Portugal
Social learning and entrepreneurial intentions: a
comparative study between Mexico, Spain and
Portugal
José Carlos Sánchez
Universidad de Salamanca, España
Recibido: mayo de 2008.
Aceptado: febrero de 2009.
Correspondencia: José Carlos Sánchez, Avda de la Merced, 109, Universidad
de Salamanca, 37005 Salamanca, España. jsanchez@usal.es
Resumen
Abstract
El propósito del estudio ha sido explicar las diferencias
encontradas entre los niveles de actividad emprendedora
de México, España y Portugal a partir de un efecto
autorreforzante, por medio de mecanismos de aprendizaje social. Se hipotetizó que el país de residencia, como
variable indicadora del nivel de exposición a modelos de
rol emprendedores, predeciría la autoeficacia emprendedora y las intenciones de emprender de los jóvenes implicados en decisiones de carrera. Se recogieron datos de
autoinforme a partir de una muestra de 377 participantes
de los tres países. Los análisis de MANOVA y regresión
mostraron mayores niveles de autoeficacia e intenciones
emprendedoras en los jóvenes mexicanos en comparación con sus iguales españoles y portugueses, y que el país
de residencia influyó sobre la intención de emprender por
mediación de la autoeficacia emprendedora. Los resultados tienen importantes implicaciones para el fomento de
la creación empresarial entre los jóvenes.
The aim of this study was to account for regional
differences in entrepreneurial activity between Mexico,
Spain and Portugal from the own self-reinforcing nature
of entrepreneurship, through mechanisms of social
learning. It was hypothesised that the country of residence,
as indicative variable of the level of exposure to
entrepreneurial role models, would predict entrepreneurial
self-efficacy and entrepreneurial intentions of young
people involved in career decisions. Self-reported data
was collected from 377 participants from the three
countries. MANOVA and regression analyses showed
greater levels of self-efficacy and entrepreneurial intentions
in Mexican students in comparison to Spanish and
Portuguese, and that the country of residence affected
entrepreneurial intentions by the mediating role of selfefficacy beliefs. Those results have important implications
to foster entrepreneurship in young people.
Key words: entrepreneurship, role models, geography, college students.
Palabras clave: intención emprendedora, modelos de rol, diferencias
geográficas, estudiantes universitarios.
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Sánchez
ma con escasas capacidades emprendedoras (Nova Forum
& Sociedade Portuguesa de Inovação, 2004).
Introducción
Las tasas de creación de nuevas empresas varían
significativamente entre diferentes países, o incluso entre
diferentes regiones dentro de una misma nación. Es por
ello que a menudo se argumenta que ciertas partes del
mundo son más emprendedoras que otras. De acuerdo
con los últimos estudios internacionales del proyecto Global Entrepreneurship Monitor (GEM), destinado al estudio
comparativo de la creación de empresas entre diferentes
países del mundo (Bosma & Harding, 2006; Bosma, Jones,
Autio & Levie, 2007), los niveles más bajos de actividad
emprendedora corresponden a los países asiáticos desarrollados y a países centroeuropeos, ligeramente superados por los países de la Unión Europea. En contraposición,
las mayores tasas de actividad emprendedora parecen concentrarse en los países del antiguo imperio anglosajón, en
Latinoamérica y en los países asiáticos en vías de desarrollo.
Diferentes estadísticas apuntan a que Europa es una
de las regiones menos emprendedoras del mundo. Concretamente en España, únicamente el 7.3% de la población activa comprendida entre 18 y 65 años participa de
una actividad empresarial nueva (De la Vega, Corduras,
Cruz, Justo & González, 2006). Además, la creación de
una empresa propia es una alternativa laboral muy poco
valorada por las nuevas generaciones de población activa, de modo que el porcentaje de jóvenes emprendedores menores de 25 años no supera el 10%, y la mayor
parte de iniciativas emprendedoras corresponden a adultos mayores de 35 años (De la Vega et al., 2006).
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Las discrepancias regionales en materia de creación
de nuevas empresas son a menudo atribuidas a las condiciones económicas y sociopolíticas de cada país. En este
sentido, las diferencias observadas entre México, España y
Portugal resultan aún más evidentes si consideramos que
las condiciones en México en materia emprendedora son
más obstaculizantes que en España y Portugal, en términos
de políticas gubernamentales y de mercado, apoyo financiero y acceso a infraestructura comercial y física (De la
Vega et al., 2006; Djankov, La Porta, López de Silanes &
Shleifer, 2002; Lee & Peterson, 2000; Nova Forum & Sociedade
Portuguesa de Inovação, 2004). A pesar de esta circunstancia,
los habitantes de México crean cuatro veces más empresas
que los españoles y portugueses.
Estos datos sugieren que la relación entre la actividad emprendedora de un país y su infraestructura económica no es siempre positiva y lineal, de modo que las
diferencias pueden persistir a pesar de que las circunstancias políticas y económicas de distintos países sean similares (Reynolds, Millar & Maki, 1995). ¿Cómo podemos
explicar entonces las fuertes discrepancias encontradas
entre diferentes regiones del mundo en relación a sus tasas de actividad emprendedora? Bygrave y Minniti ((2000)
así como Minniti y Bygrave (1999) han aportado una explicación al respecto a partir de un proceso
autorreforzante. Más concretamente, los autores argumentan la existencia de interdependencia entre la decisión de
emprender a nivel individual y la cantidad de actividad
emprendedora local. En concreto, defienden que la existencia de altas tasas de creación de nuevas empresas en
una determinada región favorece la concentración em-
En la misma línea, las tasas de actividad emprendedora en Portugal son alarmantemente bajas, situándose
en torno al 4% de la población activa, valor muy por
debajo al de otros países de la Unión Europea (Nova
Forum & Sociedade Portuguesa de Inovação, 2004). Por otro
lado, la opción de emprender es ligeramente menos rechazada por los jóvenes portugueses en comparación
con los españoles, ya que la mayoría de las mujeres emprendedoras portuguesas son menores de 34 años, y en
el caso de los varones las tasas de actividad emprendedora están homogéneamente distribuidas a lo largo de todas las edades, desde 18 a 64 años (Nova Forum &
Sociedade Portuguesa de Inovação, 2004). No obstante, Portugal se caracteriza por una cultura nacional no emprendedora, donde la asunción de riesgos y la responsabilidad
individual son inhibidas y la población se percibe a sí mis-
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Este escaso espíritu emprendedor observado en
España y Portugal contrasta significativamente con el de
otros países, como los latinoamericanos. Por ejemplo, a
pesar de los obstáculos legales para crear negocios, México
ocupa uno de los primeros puestos internacionales en
actividad emprendedora total, alcanzando unas tasas del
18.74%. Además, se observa una alta tendencia a emprender entre los jóvenes del país, de modo que en torno
al 30% de los emprendedores mexicanos tienen entre 16
y 24 años, y la media de edad de los emprendedores se
sitúa en 33.5 años (Bosma & Harding, 2006; Bosma et al.,
2007).
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presarial en dicho territorio, lo que se convierte en un
importante factor capaz de influir sobre la decisión de
otros individuos de convertirse en emprendedores. Así,
según los autores, las tasas de actividad emprendedora
registradas en una región en un determinado periodo de
tiempo se convierten en predictivas de las tasas de actividad emprendedora futuras, en interdependencia con otros
factores económicos y políticos.
Una de las principales predicciones del modelo teórico de Bygrave y Minniti (Bygrave & Minniti, 2000;
Minniti & Bygrave, 1999) es que, si la actividad emprendedora genera un feedback positivo autorreforzándose a
sí misma, entonces deberá existir una relación positiva
entre los índices de actividad emprendedora registrados
en una región durante un periodo temporal determinado
y el siguiente. Asimismo, los autores invitan a poner a
prueba dicha hipótesis mediante estudios comparativos
entre comunidades con distintas tasas de actividad emprendedora. Bajo este cometido, este estudio pretende
explicar las diferencias en espíritu emprendedor entre
México, España y Portugal a partir del efecto de la concentración emprendedora regional, sobre las intenciones
emprendedoras de las nuevas generaciones de población
activa. Igualmente, se pretende explicar dicho efecto a
partir de mecanismos de exposición a modelos de rol y
creencias de autoeficacia.
Exposición a modelos de rol emprendedores
Uno de los mecanismos básicos por los que la actividad
emprendedora se autogenera a sí misma, consolidando
las diferencias entre países, se basa en los procesos de
aprendizaje social (Bygrave & Minniti, 2000; Minniti &
Bygrave, 1999). Según la Teoría del Aprendizaje Social de
Bandura (1977), la mayor parte del comportamiento humano es aprendido mediante la observación de modelos
que ejecutan el comportamiento en cuestión, siendo éste
uno de los medios más poderosos para transmitir valores, actitudes y patrones de pensamiento y comportamiento (Sánchez, 2006).
En el proceso de socialización del individuo, su entorno social le transmite normas, lenguaje, aspiraciones
educativas y preferencias de carrera a través del aprendizaje social y el modelado (Bandura, 1977). En este
contexto, la socialización emprendedora se refiere a las
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experiencias que preparan al individuo para elegir la opción de emprender (Dyer, 1994) en un proceso de aprendizaje a través del cual la persona adquiere y se familiariza
con el conocimiento y destrezas necesarias para desempeñar el rol emprendedor. Por tanto, la socialización emprendedora es un conjunto de experiencias relacionadas
con la realización exitosa de las tareas emprendedoras
que pueden ser fácilmente establecidas a partir de la
interacción con personas que poseen características emprendedoras que sirven como modelos de rol. Siguiendo la teoría de Bandura (1986), tales modelos dirigen la
atención del individuo hacia el fenómeno empresarial,
le inculcan los conocimientos y habilidades necesarios
para crear una nueva empresa y activan, facilitan y proporcionan apoyo al surgimiento de comportamientos
emprendedores.
En concreto, se ha visto que la existencia de modelos positivos del rol emprendedor en el entorno del individuo influyen sobre la decisión de emprender y se asocian
con la probabilidad de crear una empresa propia en el
futuro (e.g., Brockhaus & Horwitz, 1986; Dyer, 1994;
Kolvereid, 1996; Scherer, Adams, Carley & Wiebe, 1989;
Scott & Twomey, 1988). Es decir, los individuos con más
posibilidades de observar directamente a emprendedores serán más propensos a convertirse en emprendedores ellos mismos, puesto que experimentarán una mayor
interiorización de los conocimientos y destrezas necesarios para crear una empresa y tendrán una percepción
más positiva sobre la deseabilidad de convertirse en empresarios (Bygrave & Minniti, 2000; Minnity & Bygrave,
1999).
Por tanto, la concentración emprendedora local determina el grado de exposición de las nuevas generaciones
de población activa a modelos de rol emprendedores y, en
consecuencia, la probabilidad de que opten por la creación
de una empresa como vía de inserción laboral, consolidándose así las discrepancias regionales en materia emprendedora. De esta forma, las altas tasas de actividad
emprendedora existentes en México conllevan una mayor
exposición a modelos de rol emprendedores entre los jóvenes del país en comparación con los de España y Portugal, donde la concentración emprendedora es notablemente
más baja; en consecuencia, los jóvenes mexicanos deberían
tener una probabilidad más alta de crear su propia empresa en el futuro que los españoles y portugueses.
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tasas de actividad emprendedora registradas en una región durante un periodo de tiempo concreto podrían
determinar el grado de exposición de los individuos a
modelos de rol e influir sobre la proliferación de nuevas
iniciativas empresariales en la zona.
Intenciones emprendedoras y autoeficacia
emprendedora
El estudio de la relación entre las tasas de actividad emprendedora actuales y futuras supone analizar hasta qué
punto la actividad emprendedora existente en una región
en la actualidad es predictiva de la cantidad de nuevas
empresas que se crearán en dicha comunidad en los próximos años. Un índice de las tasas de actividad emprendedora futuras proviene del estudio de las intenciones de la
población de crear nuevas empresas a corto plazo.
No obstante, la literatura sobre intenciones emprendedoras ha puesto de manifiesto que existen otros
predictores más potentes de las intenciones de emprender que la observación de modelos de rol. Así, las investigaciones más exitosas en la explicación de la formación
de intenciones emprendedoras (e.g., Kolvereid, 1996;
Krueger, 1993; Krueger & Brazeal, 1994; Krueger, Reilly
& Carsrud, 2000); toman como referencia la Teoría del
Comportamiento Planificado de Ajzen (1991), y el Modelo sobre el Evento Emprendedor de Shapero (1982).
Desde ambos marcos teóricos se asume que un antecedente crítico a la formación de la intención de emprender es la factibilidad percibida o autoeficacia
emprendedora.
Las intenciones capturan los factores motivacionales
que influyen sobre un comportamiento determinado y
son indicadores del grado en que los individuos están
dispuestos a poner en marcha tal comportamiento (Ajzen,
1991). De hecho, en la literatura psicológica, las intenciones aparecen como un buen predictor del comportamiento planificado futuro (Ajzen, 1991), como es el de
emprender. Concretamente, estudios de meta-análisis
(Kim & Hunter, 1993) han probado empíricamente que
las intenciones predicen satisfactoriamente el comportamiento, explicando en torno al 30% de la varianza en
éste, en comparación con el 10% típicamente explicado
por el empleo de medidas directas de rasgos o actitudes.
Igualmente, el estudio de las intenciones permite una
mayor validez predictiva del comportamiento de emprender que la alcanzada a partir de otros antecedentes individuales y situacionales (Krueger & Carsrud, 1993). Por
ello, el análisis de las intenciones de emprender nos podría permitir conocer las preferencias laborales de los individuos de una región a punto de incorporarse al
mercado laboral, y estimar la posibilidad de que tales tendencias se materialicen en iniciativas empresariales propiamente dichas en el futuro.
La autoeficacia es una atribución de competencia
personal y control en una situación dada, reflejando la
percepción de una capacidad personal para realizar un
trabajo o tarea concretos (Bandura, 1986). El constructo
de autoeficacia emprendedora se refiere a la creencia de
la persona en sus propias habilidades para llevar a cabo
eficazmente las acciones y tareas específicas implicadas en
la creación y desarrollo de una nueva empresa. Diversos
autores han puesto de manifiesto que la autoeficacia emprendedora constituye un atributo distintivo de los emprendedores (e.g., Chen, Greene & Crick, 1998; De Noble,
Jung, & Ehrlich, 1999; Krueger & Brazeal, 1994;
Markman, Balkin & Baron, 2002).
Desde la Teoría Social Cognitiva se sostiene que una
de las principales fuentes para generar autoeficacia en las
personas es el modelado de rol o experiencia vicaria. El
modelado afecta a los sentimientos de competencia a través de un proceso de comparación social, debido a que la
gente a menudo juzga sus propias capacidades en comparación con las de otros (Bandura, 1997). De ello se desprende que la presencia de modelos del rol emprendedor
influye positivamente sobre los sentimientos de autoeficacia
emprendedora de las personas (e.g., Baron, 2000; Boyd &
Vozikis, 1994; Erikson, 2003). En concreto, Scherer et al.
(1989) encontraron que la presencia de un padre emprendedor se asociaba con mayores aspiraciones de educación
Como se ha señalado anteriormente, la investigación
sugiere una conexión entre la presencia de modelos de
rol en el entorno y el surgimiento de emprendedores (e.g.,
Brockhaus & Horwitz, 1986; Dyer, 1994; Scherer et al.,
1989; Scott & Twomey, 1988). Más concretamente, existe evidencia de relación entre la exposición a modelos de
rol y la formación de intenciones emprendedoras (e.g.,
Kolvereid, 1996; Krueger, 1993; Van Auken, Stephens,
Fry & Silva, 2006). En este sentido, cabe plantear que
cuanto mayores sean las posibilidades de una persona de
observar e interactuar con emprendedores exitosos, mayor será su intención de emprender. De esta forma, las
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en materia emprendedora, mayor autoeficacia emprendedora, y mayor preferencia por emprender.
Por ello, cabe plantear que el grado de exposición de
una persona a modelos de rol emprendedores afectará
su sentido de competencia para desarrollar exitosamente
las tareas implicadas en la creación y desarrollo de una
nueva empresa. Puesto que las tasas de actividad emprendedora existentes en una región pueden considerarse reveladoras del grado en que los habitantes de ese territorio
cuentan con oportunidades de observar e interactuar con
emprendedores en plena ejecución de su rol, cabe esperar que en aquellos territorios donde los niveles de actividad emprendedora sean altos, como en México, los jóvenes
a punto de incorporarse al mercado laboral desarrollen
mayores sentimientos de autoeficacia emprendedora que
los de otras regiones caracterizadas por sus bajas tasas de
actividad emprendedora, como España y Portugal. Con
base en ello, proponemos la siguiente hipótesis:
Hipótesis 1. El país de procedencia (México, España, Portugal) influye sobre la autoeficacia emprendedora de los individuos.
Por otro lado, el nivel de autoeficacia predice la elección
de carrera y los intereses ocupacionales (Bandura, 1997),
lo que incluye la opción de emprender. La gente evita
carreras y ambientes que creen que exceden sus capacidades y emprenden vocaciones para las que se juzgan capaces (Krueger & Dickson, 1994). En este sentido, cabe
argumentar que las personas podrían estar inclinadas a
desarrollar carreras emprendedoras en la medida en que
se juzguen en posesión de las destrezas necesarias para
desenvolverse en ese ambiente (Chen et al., 1998; Krueger
& Brazeal, 1994). Por ello, la autoeficacia es una de las
variables más frecuentemente incluidas en los modelos
explicativos de la formación de intenciones emprendedoras (e.g., Boyd & Vozikis, 1994; De Noble et al., 1999;
Kolvereid, 1996; Krueger & Brazeal, 1994; Krueger et al.,
2000; Sánchez, Lanero & Yurrebaso, 2005; Sánchez &
Yurrebaso, 2006; Zhao, Seibert & Hills, 2005). Con base
en esta evidencia, proponemos la siguiente hipótesis:
Hipótesis 2. La autoeficacia emprendedora influye sobre la
intención emprendedora de los individuos.
Teniendo en cuenta el planteamiento de la hipótesis previa, es de esperar que la autoeficacia emprendedora sea el
mecanismo mediador a través del cual la exposición a
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modelos de rol afecte la intención de los individuos de
poner en funcionamiento su propio negocio. En este sentido, Scherer et al. (1989) encontraron que los modelos de
rol influían sobre la preferencia por carreras emprendedoras a través de su efecto sobre la autoeficacia percibida.
Igualmente, Krueger et al. (2000) concluyeron que los
modelos de rol son capaces de afectar las intenciones de
emprender si cambian las creencias de las personas sobre
su habilidad para emprender exitosamente.
Así, cabe hipotetizar que el país de procedencia (México, España, Portugal), como indicativo de las tasas de
actividad emprendedora y grado de exposición a modelos de rol emprendedores, se asocie positivamente con la
autoeficacia emprendedora de los individuos, la cual a su
vez determine sus niveles de intención de emprender. Por
tanto, se plantea la siguiente hipótesis de trabajo:
Hipótesis 3. La relación entre país de procedencia (México,
España, Portugal) e intención emprendedora estará mediada por la
autoeficacia emprendedora.
Método
Participantes
Se trabajó con una muestra total de 377 participantes de
México (36.34%), España (35.54%) y Portugal (28.12%).
Del total, el 73.10% fueron mujeres y el 26.90% fueron
hombres, con edades comprendidas entre 18 y 25 años,
con una edad media de 21.34 (DT = 1.96). Todos los
participantes eran estudiantes universitarios vinculados a
diversas áreas de conocimiento en los tres países. Varios
autores (e.g., Krueger, 1993; Krueger et al., 2000) defienden el empleo de muestras de estudiantes en la investigación sobre intenciones emprendedoras, ya que permiten
trabajar con individuos implicados en procesos reales de
elección de carrera y estimar las tendencias emprendedoras a corto plazo de los jóvenes de un país a punto de
acceder al mercado laboral.
La muestra de México estuvo integrada por 137 participantes (83.20% mujeres y 16.80% varones), con edades
comprendidas entre 18 y 25 años, siendo la media de 20.93
(DT = 1.49). La muestra de España se formó a partir de
134 universitarios (62.70% mujeres y 37.30% varones) de
entre 18 y 25 años, siendo la media de edad de 20.65 años
(DT = 2.18). Finalmente, la muestra de Portugal estuvo
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compuesta de 106 participantes (72.64% mujeres y 27.36%
varones), con edades comprendidas entre 20 y 25 años y
una media de 22.75 años (DT = 1.45).
Todos los participantes del estudio respondieron voluntariamente a un cuestionario, que fue administrado en el
año 2007, por expertos en clases universitarias programadas. Dicho cuestionario estuvo integrado por tres apartados que permitieron evaluar las variables incluidas en la
investigación y que se describen a continuación:
ítems son me siento capaz de reconocer nuevas oportunidades en el mercado para nuevos productos y servicios, o me siento capaz de desarrollar y mantener
relaciones favorables con potenciales inversores. La
puntuación total en la escala se obtiene a partir de la
media de las respuestas a todos los ítems. A mayor
puntuación total en la escala, mayor autoeficacia emprendedora, y viceversa. La fiabilidad de la escala en
este estudio, medida a través del índice Alfa de
Cronbach, fue de (.90) para la muestra de México, (.88)
para la muestra de España, (.91) para la muestra de
Portugal y (.90) para la muestra total.
Intención emprendedora
País de residencia
Siguiendo el procedimiento comúnmente empleado por
otros autores (e.g., Krueger et al., 2000), se usó un solo
ítem para medir la intención emprendedora de los participantes. En concreto, se les pidió que indicasen su intención de poner en marcha un negocio en los próximos
cinco años, a través de una escala tipo Likert de 0 a 5
puntos. A mayor puntuación en el ítem, mayor intención
emprendedora, y viceversa.
Utilizamos el país de origen como variable indicativa del
grado de exposición a modelos de rol emprendedores.
Teniendo en cuenta las tasas de actividad emprendedora
de los tres países objeto de estudio, es de suponer que la
exposición a modelos de rol sea mayor en México, seguido por España y, en último lugar, Portugal. Siguiendo
esta lógica, se pidió a los participantes que indicasen su
país habitual de residencia, y las respuestas fueron codificadas para crear una variable ordinal: 1 = Portugal (baja
exposición), 2 = España (exposición media), y 3 = México (alta exposición). De esta forma, a mayor puntuación
en la escala, mayor exposición a modelos de rol emprendedores, y viceversa.
Instrumentos
Autoeficacia emprendedora
Se utilizó la Escala de Autoeficacia Emprendedora del cuestionario COE de Sánchez (2005), que mide las creencias
de las personas sobre sus propias habilidades para llevar a
cabo las tareas implicadas en la creación de una empresa.
La escala es una adaptación de la escala de De Noble et al.
(1999) y fue elaborada de acuerdo a las recomendaciones
de Bandura (1986) sobre la construcción de medidas de
autoeficacia específicas de dominio. De Noble et al. (1999)
han probado la fiabilidad y validez de la escala, y han encontrado que el constructo medido correlaciona positivamente con la intención de emprender.
Los ítems de la escala original fueron traducidos
al castellano a través de un procedimiento de traducción y retrotraducción (Behling & Law, 2000). La escala se compone de 23 ítems en los que los participantes
deben indicar el grado en que se sienten capaces de
realizar el comportamiento expresado en cada caso, a
través de una escala tipo Likert de 0 (completamente
incapaz) a 10 (completamente capaz). Ejemplos de
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Resultados
En la Tabla 1 se muestran las medias, desviaciones típicas
y correlaciones entre las tres variables del estudio, que
aparecieron positivamente relacionadas entre sí.
Se llevó a cabo en primer lugar un análisis multivariado
de la varianza (MANOVA), tomando como variable independiente el país de residencia, y como variables dependientes la autoeficacia emprendedora y la intención
de emprender. El efecto multivariado del país de residencia resultó significativo, con unos valores de F (4, 726)
= 9.57, p < .001, η2 = .90, de acuerdo con el criterio
Lambda de Wilks. Este resultado implica la existencia de
diferencias estadísticamente significativas entre los jóvenes de los tres países en las dimensiones de autoeficacia e
intención emprendedoras tomadas conjuntamente.
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Medias, Desviaciones Típicas y Correlaciones entre Variables
México España Portugal
1
1. Intención emprendedora
2
2. Autoeficacia emprendedora
.26*
3. País de residencia
.20*
.19*
M
DT
M
DT
M
DT
3.94
1.35
3.20
1.52
3.23
1.70
6.07
1.93
4.95
1.60
5.23
1.88
* p < .01
A continuación se analizaron los resultados separadamente para cada variable dependiente, a través de análisis de varianza (ANOVA de un factor), tomando un nivel
de significación ajustado de .025, de acuerdo con el criterio de Bonferroni. El efecto del país de residencia sobre
la autoeficacia emprendedora resultó significativo, alcanzando unos valores de F (2, 364) = 13.78, p < .001. Análisis Tukey post hoc mostraron mayores niveles de
autoeficacia emprendedora en los jóvenes mexicanos (M
= 6.07, DT = 1.93) en comparación con los españoles
(M = 4.95, DT = 1.60) y portugueses (M = 5.23, DT =
1.88). También resultaron significativas las diferencias entre jóvenes de los tres países en intención emprendedora,
F (2, 364) = 10.03, p < .001, mostrando de nuevo los
análisis Tukey, mayor intención emprendedora en los jóvenes mexicanos (M = 3.94, DT = 1.35) en comparación
con los de España (M = 3.20, DT = 1.52) y Portugal (M
= 3.23, DT = 1.70). No se encontraron diferencias significativas entre los participantes de España y Portugal en
ninguna de las dos dimensiones analizadas. Estos resultados proporcionan apoyo inicial a nuestras hipótesis de
trabajo, al confirmar la influencia del país de residencia
sobre la autoeficacia e intención de emprender.
Las hipótesis 1, 2 y 3 fueron analizadas con mayor
profundidad a través de un conjunto de análisis de regresión, cuyos resultados se sintetizan en la Tabla 2. El modelo de regresión 1 puso a prueba la primera hipótesis,
analizando la influencia del país de residencia sobre la
autoeficacia emprendedora. La ecuación resultó significativa, explicando el 3.5% de la varianza en autoeficacia
(R2 corregida = .035, F = 14.72, p < .001). Así, se encontró una relación positiva entre país de residencia, como
indicador del nivel de exposición a modelos de rol emprendedores, y la autoeficacia para emprender (β = .19, p
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< .001). Esta evidencia proporciona apoyo estadístico a
nuestra primera hipótesis.
El modelo de regresión 2 puso a prueba la segunda
hipótesis, analizando el poder predictivo de la autoeficacia
emprendedora sobre la intención de emprender. La influencia también resultó significativa, explicando el 6.8%
de la varianza en la intención de emprender (R2 corregida
= .068, F = 27.87, p < .001). En apoyo a nuestra hipótesis 2, se encontró una asociación positiva entre autoeficacia
e intención emprendedoras (β = .27, p < .001).
Para analizar la hipótesis 3, relativa a la relación
entre el país de residencia y la intención de emprender
un negocio por mediación de la autoeficacia emprendedora, se verificaron las cuatro condiciones establecidas por Baron y Kenney (1986) para probar relaciones
mediacionales a través de análisis de regresión. La primera condición se refiere a la existencia de una influencia significativa de la variable independiente (país de
procedencia) sobre el mediador (autoeficacia emprendedora). El modelo 1 empleado para probar nuestra
primera hipótesis comprueba también esta condición.
La segunda condición implica demostrar el poder
predictivo de la variable independiente (país de procedencia) sobre la dependiente (intención emprendedora). Para verificar este requisito se realizó un tercer
análisis de regresión (modelo 3), donde la influencia
del país de residencia resultó significativa, explicando
el 3.5% de la varianza en la intención emprendedora
(R2 corregida = .035, F = 14.24, p < .001). Es decir, se
confirma una relación positiva entre país de residencia, como indicador del nivel de exposición a modelos de rol emprendedores, y la intención emprendedora
(β = .19, p < .001).
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intención emprendedora (R2 corregida = .087, F = 18.41,
p < .001). Se encontró una asociación positiva entre
autoeficacia emprendedora e intención emprendedora
(β = .24, p = .004), que satisface la tercera condición de
mediación. Finalmente, se comprobó que la influencia del
país de residencia sobre la intención de emprender también resultó significativa en el modelo 4 (β = .15, p <
.001), siendo de menor magnitud que en el modelo 3 en
que se analizó aisladamente el de la autoeficacia emprendedora como mediador, lo que da apoyo a la cuarta condición de mediación. En suma, todos estos resultados
confirman, de acuerdo a la hipótesis 3, una relación entre
país de residencia e intención emprendedora parcialmente mediada por la autoeficacia emprendedora.
Para poner a prueba las condiciones tercera y cuarta
establecidas por Baron y Kenney (1986) se realizó un último análisis de regresión (modelo 4) en el que se tomaron conjuntamente la variable independiente (país de
residencia) y el mediador (autoeficacia emprendedora) en
la predicción de la variable dependiente (intención emprendedora). La tercera condición implica la existencia
de una influencia significativa del mediador sobre la variable dependiente en este análisis. La cuarta condición
establece que la influencia de la variable independiente
sobre la dependiente debe ser menor cuando se toma
conjuntamente con el mediador en comparación con la
influencia individual probada anteriormente. En nuestro
caso, el modelo 4 explicó el 8.7% de la varianza en la
Tabla 2
Análisis de Regresión
Modelo 1
Modelo 2
Modelo 3
Modelo 4
(VD: Autoeficacia)
(VD: Intención)
(VD: Intención)
(VD: Intención)
b
b
t
Autoefic. emprendedora
País de residencia
F
.27**
.19**
2
2
R
*
corregido
t
.24*
.19**
27.87**
3.77
4.67
.15**
2.90
14.24**
18.41**
.038
.071
.037
.092
.035
.068
.035
.087
p < .001; ** p < .01
Discusión
La coherencia encontrada entre las tasas de actividad
emprendedora registradas en México, España y Portugal
y las intenciones emprendedoras de los jóvenes a punto
de acceder al mercado laboral de los tres países se ajusta
a las predicciones de Bygrave y Minniti (Bygrave & Minniti,
2000; Minniti & Bygrave, 1999) sobre la naturaleza
autorreforzante del fenómeno emprendedor. Así, este
estudio apoya la idea de que las tasas actuales de actividad
emprendedora predicen los intereses emprendedores de
las futuras generaciones, existiendo una relación positiva
entre los índices de nuevas empresas creadas en una localidad en un determinado periodo de tiempo y el siguiente.
El propósito del estudio ha sido explicar las diferencias
encontradas entre los niveles de actividad emprendedora
de México, España y Portugal a partir de un efecto
autorreforzante, por medio de mecanismos de aprendizaje social como la exposición a modelos de rol y las
creencias de autoeficacia. Se hipotetizó que el país de residencia, como índice del grado de exposición de los individuos a modelos de rol emprendedores, permitiría
predecir los niveles de autoeficacia e intención emprendedoras de los jóvenes inmersos en procesos de elección de carrera. Se encontró que los jóvenes mexicanos
mostraron mayores niveles de autoeficacia e intenciones emprendedoras que sus iguales españoles y portugueses, y que el país de residencia influyó sobre la
intención de emprender por mediación de la
autoeficacia emprendedora.
116
b
t
5.28
3.84
14.72**
R
b
t
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Asimismo, los resultados sugieren que las diferencias
en actividad emprendedora observadas entre países como
México, España y Portugal tienden a consolidarse de generación en generación por medio de mecanismos de
aprendizaje social. Así, los mayores niveles de intención
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Aprendizaje social e intenciones emprendedoras
emprendedora encontrados entre los jóvenes mexicanos
en comparación con los españoles y portugueses pueden
explicarse, de acuerdo con el planteamiento inicial, por
las mayores posibilidades de observación e interacción
con modelos de rol emprendedores en México, dadas
sus elevadas tasas de actividad emprendedora, frente a
España y Portugal. De esta forma, la asociación positiva
encontrada entre país de residencia e intención emprendedora se une a evidencias previas que relacionan
sistemáticamente la existencia de modelos de rol en el
entorno del individuo y su intención de emprender (e.g.,
Kolvereid, 1996; Krueger, 1993; Van Auken et al., 2006).
Por otro lado, el papel mediador de la autoeficacia
emprendedora en la relación entre el país de residencia y
la intención emprendedora de los individuos también
apoya la importancia de los procesos de aprendizaje social en la explicación de las diferencias regionales en actividad emprendedora. El efecto positivo y directo del país
de residencia sobre la autoeficacia se explica de nuevo
por las mayores oportunidades de modelado en zonas
con alta concentración emprendedora, como es el caso
de México, y la menor observación e interacción con
emprendedores en países con relativamente bajas tasas
de actividad emprendedora, como España y Portugal.
Así, este resultado proporciona apoyo a estudios previos
que relacionan la exposición a modelos de rol con el surgimiento de creencias de autoeficacia en los individuos
(e.g., Baron, 2000; Boyd & Vozikis, 1994; Erikson, 2003;
Scherer et al., 1989).
Finalmente, nuestros resultados se ajustan a las predicciones de los modelos clásicos de intenciones emprendedoras (Ajzen, 1991; Shapero, 1982) y a evidencias previas
que destacan la autoeficacia o factibilidad percibida como
antecedente inmediato de las intenciones de emprender y
mediador de la influencia de otras variables como, en
este caso, la exposición a modelos de rol (e.g., Boyd &
Vozikis, 1994; Krueger et al., 2000; Scherer et al., 1989;
Zhao et al., 2005).
Del estudio pueden derivarse ciertas implicaciones
prácticas de interés. El apoyo obtenido a la sugerencia de
que la actividad emprendedora posee una propiedad
autorreforzante plantea la necesidad de poner en marcha
medidas de fomento de la creación de nuevas empresas,
especialmente en las regiones más aquejadas de escaso
espíritu emprendedor, como cierta garantía de concen-
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tración empresarial y crecimiento económico futuro. Además, dado el papel desempeñado por la autoeficacia
como motor de la intención de emprender, se plantea la
posibilidad de desarrollar medidas que favorezcan el surgimiento en los jóvenes inmersos en procesos de elección
de carrera, de sentimientos de competencia personal para
emprender. En este sentido, tomando como referencia
las fuentes de autoeficacia propuestas por Bandura (1997),
sería aconsejable poner en marcha iniciativas basadas en
los procesos de ejecución personal, modelado, persuasión social e inferencia positiva de estados fisiológicos y
emocionales. Con todo ello se podría generar un proceso de retroalimentación donde las creencias de autoeficacia
emprendedora de los individuos se tradujeran en intenciones y comportamientos emprendedores que, a su vez,
favorecerían la observación de modelos de rol, las creencias de autoeficacia y las intenciones de emprender de las
nuevas generaciones.
No obstante, la generalización de los resultados obtenidos en este estudio requiere de cierta precaución, debido a ciertas limitaciones metodológicas. Quizá la
principal debilidad se deba al empleo de una muestra de
estudiantes. Aunque diversos autores defienden el empleo
de este tipo de muestras en la investigación sobre intenciones emprendedoras (e.g., Krueger, 1993; Krueger et
al., 2000), las preferencias laborales de los estudiantes
pueden no ser claras y permanentes a lo largo del tiempo
y no traducirse necesariamente en comportamientos emprendedores en el futuro. Adicionalmente, los resultados
obtenidos pueden no ser generalizables a otras muestras
de emprendedores potenciales o de no estudiantes, dada
la escasa variabilidad de los participantes en ciertas variables como la edad y el nivel educativo.
Por otro lado, en este estudio se ha tomado el país
de residencia como índice del grado de exposición de los
individuos a modelos de rol emprendedores, partiendo
de las dispares tasas de actividad emprendedora registradas en México, España y Portugal. No obstante, hubiese
sido más adecuado el empleo de medidas directas para
estimar el grado de exposición a modelos de rol y su
relación con las tasas de actividad emprendedora regionales. Igualmente, otra debilidad del estudio se debe al
empleo de un único ítem para la medición de la intención
emprendedora. Aunque la investigación sobre intenciones emprendedoras se ha servido a menudo de medidas
de este tipo, el empleo de múltiples ítems permitiría re-
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ducir el error de medida y aumentar la fiabilidad y validez del estudio (Krueger et al., 2000).
Futuras investigaciones deberían dirigirse a analizar
las diferencias regionales en intención emprendedora y el
papel de la observación de modelos de rol a través de
una metodología más adecuada. Asimismo, se plantea la
necesidad de realizar estudios longitudinales que ayuden a
clarificar cómo evolucionan las intenciones a comportamientos emprendedores a lo largo del tiempo, así como
las diferencias regionales que pueden darse en el proceso.
Finalmente, la comprensión integral de la naturaleza
autorreforzante del fenómeno emprendedor requiere de
estudios que analicen cómo las variables personales y los
hábitos sociales interactúan con los factores
socioeconómicos y políticos en la proliferación de iniciativas emprendedoras en diferentes países del mundo.
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