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¿CRISIS DE AGUA O CRISIS DE RENTA?

Artículo para la Revista América Economía "Embarrassingly, in a few generations we seem to have created a mind-set that either assumes that the economy is at the very center of the universe, or that nature needs to be saved from us humans" 1 Carl Folke El cambio en el clima aunado al calentamiento global ha renovado las declaraciones y alertas sobre la crisis del agua ( pero no hay crisis "del" agua" si no "por" el agua…el agua no entra "en crisis", la sociedad si) . La crisis es un episodio, un momento de cambio radical, de ruptura con lo que se está acostumbrado, sea en un sentido positivo o negativo. Si la crisis no se gestiona en forma adecuada, o no se gestiona del todo, los resultados son imprevisibles y pueden originar situaciones desastrosas. Es por lo tanto evidente que para evitar o mitigar las crisis por el agua hay que estar preparado.

¿CRISIS DE AGUA O CRISIS DE RENTA? Axel Charles Dourojeanni Fundación Chile Artículo para la Revista América Economía “Embarrassingly, in a few generations we seem to have created a mind-set that either assumes that the economy is at the very center of the universe, or that nature needs to be saved from us humans” Carl Folke, science director of the Stockholm Resilience Centre at Stockholm University and director of Beijer Institute of the Royal Swedish Academy of Sciences Carl Folke El cambio en el clima aunado al calentamiento global ha renovado las declaraciones y alertas sobre la crisis del agua ( pero no hay crisis “del” agua” si no “por” el agua…el agua no entra “en crisis”, la sociedad si) . La crisis es un episodio, un momento de cambio radical, de ruptura con lo que se está acostumbrado, sea en un sentido positivo o negativo. Si la crisis no se gestiona en forma adecuada, o no se gestiona del todo, los resultados son imprevisibles y pueden originar situaciones desastrosas. Es por lo tanto evidente que para evitar o mitigar las crisis por el agua hay que estar preparado. Los cambios, cuando son relativamente lentos, van acondicionando la mente humana a ir aceptando situaciones no deseadas como si fueran normales. No perciben los cambios que van aconteciendo en forma paulatina hasta que llega una situación crítica. Los cambios graduales en el clima, en la calidad del agua, en la pérdida de glaciares o en la disponibilidad de agua subterránea son cambios cuyos efectos no provocan una reacción de la sociedad acorde con la gravedad potencial que tienen. Lo usual por lo tanto es esperar que ocurra un cambio abrupto en las situaciones para tomar medidas aun cuando muchas veces es muy tarde. ¿Estamos siempre esperando eso para tomar medidas? ¿Cuándo se puede decir que hay una “crisis por el agua” y de qué tipo de crisis se está hablando? ¿Cuándo ya ocurre una situación no deseada, cuando hay un cambio abrupto o cuando se prevé que este va a ocurrir? Y por un último ¿Crisis del agua para quien o quienes? Según Pedro Arrojo Agudo Español, impulsor de la Nueva Cultura del Agua. Actualmente es Profesor Titular del Departamento de Análisis Económico en Zaragoza. Su investigación está centrada desde hace 15 años en la Economía del Agua. El Dr. Pedro Arrojo Agudo ha sido galardonado con el Premio Goldman 2003 de Medioambiente correspondiente a la región europea. hay tres tipos de agua: Agua para la vida (un mínimo para mantener la vida de seres humano y ecosistemas), agua para la ciudadanía, es decir disponer de servicios de agua potable y saneamiento (agregaría disponer de agua para cultivos de subsistencia) y agua para la renta. Cualquier cambio en la disponibilidad de agua en los tres niveles provoca una crisis pero con muy diferente efectos. Si se carece de agua para la renta es una crisis económica, no de agua, si se deja de recibir agua a domicilio hay una crisis de acceso y si no hay agua para la vida hay una crisis… terminal. Un país debe velar por que no exista crisis en ningún caso pero sin duda debe proteger el agua para la vida y para la ciudadanía por sobre la generación de renta. Ello es evidente dado que el tan mentado desarrollo sustentable y/o sostenido en su base misma se refiere a la posibilidad de substitución infinita de la especie humana. Es decir que ser sustentable es equivalente a ser substituible por las generaciones venideras. Cuanta más variedad genética y cuanta mayor biodiversidad exista mayor será la posibilidad de substitución de especies y por lo tanto de sustentabilidad de la vida humana y la vida de los elementos natrales que lo sostienen. Para lograr esta meta es esencial recordar siempre que el agua es la base de la sustentabilidad de vida y por lo tanto no debe ser sometida a competir por la generación de rentas. Los países de la región han establecido metas de protección a la vida en sus constituciones y en las leyes de agua pero ciertamente están lejos de alcanzarlas si No gestionan adecuadamente el agua. La gestión del agua en búsqueda de la equidad en el acceso al agua así como la conservación de las cuencas de captación y otros, es clave para sostener la vida. El rol del estado en este emprendimiento es esencial y debe hacerlo junto con todos los que intervienen en su uso y en su gestión. Para ello debe contar con los recursos necesarios y sistemas participativos de gestión como son las organizaciones de cuenca con sus respectivos órganos (consejos equivalentes) y organismos (secretarías técnicas). Es importante recordar que en la práctica las cuencas no se “manejan”, por lo menos en forma directa. Lo que se debe “manejar” son las intervenciones que nosotros como seres humanos hacemos en las cuencas y sobre el agua causando alteraciones y efectos acumulados no deseados. Las organizaciones de cuenca son sistemas de gobernabilidad sobre territorios delimitados por razones naturales, a partir de gobiernos establecidos para gobernar sobre límites político- administrativos. Ello se ha logrado hasta ahora solo en parte y es evidente que aún hay resistencia a establecerlos en forma efectiva y con todas las atribuciones que requieren. Una de las formas de mitigar el efecto de los cambios en el clima y el calentamiento global es, por ejemplo, gestionar adecuadamente los acuíferos subterráneos (una reserva natural que no debe ser agotada para disponer de agua en casos de emergencia real). La sobre explotación de los mismos, la contaminación o la pérdida de zonas de recarga de aguas subterráneas es un camino directo a una crisis general para los que dependen de un mismo acuífero. Para evitar estas situaciones se requiere una gestión y ordenamiento del uso del agua a nivel de toda una cuenca y sus zonas de influencia y ello se logra en buena parte disponiendo de organizaciones de gestión de agua por cuenca. Las crisis por el agua pueden ser causadas por cambios globales en el clima o simples cambios estacionales que generan períodos de sequías… pero hoy en día hay ya muchos lugares en América Latina que están enfrentado crisis por el acceso al agua en cantidad y calidad, para la vida humana y de los ecosistemas y la ciudadanía, por causas mucho más directas y terrenales, como las causadas por la extracción y contaminación del agua para generar rentas. Se crea entonces una “falsa” crisis por el agua, una crisis que más apropiadamente se debe clasificar como una “crisis” de rentabilidad.