Manual
de
Iconografía
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
Contenidos
PALABRAS INICIALES
A LOS ICÓNGRAFOS
REGLAS PARA LOS ICONÓGRAFOS
ORACIONES PARA EL TRABAJO
María
AL COMENZAR CUALQUIER OBRA
CAPITULO I
EL ICONO
EL ESTUDIO DEL ICONO
INTRODUCCIÓN TEOLÓGICA
RESUMEN HISTÓRICO
EL ARTE ICONOGRAFICO
EL ICONO Y EL ARTE
EL ICONO Y EL ICONOGRAFO
EL ICONO Y EL ORTODOXO
CONTENIDO Y FORMA
Cecilia
Mascarenhas
CAPITULO II
MATERIALES
PANELES
TABLAS DE MADERA
COMIENZA
EL TRABAJO
de
DUREZA DE LA MADERA
TABLAS DE MADERA CONTRACHAPADAS
MADERAS AGLOMERADAS
LOS MARCOS
LOS TACOS
LA COLA
LA TELA
PREPARACION DE LAS TABLAS
Boschkowitsch
IMPRIMACIÓN SIN ENTELAR
IMRIMACIÓN ENTELADA (1)
IMPRIMACIÓN ENTELADA (2)
ELEMENTOS PARA PINTAR
PALETAS
PINCELES
PIGMENTOS
DILUYENTES
CAPITULO III
EL DIBUJO
Manual
IMPORTANCIA DEL DIBUJO
PERSPECTIVA INVERTIDA
SISTEMA PROPORCIONAL DE SIMETRIA DINAMICA
CONSTRUCCION DE UN RECTANGULO RAIZ OBTENIDO AFUERA DE UN CUADRADO
CONSTRUCCION DE UN RECTANGULO RAIZ OBTENIDO DENTRO DE UN CUADRADO
DESARROLLO DE DISEÑOS EN UN TRIÁNGULO RAÍZ
EL DIBUJO DEL ROSTRO
de
Iconografía
DE FRENTE:
DE SEMIPERFIL Y TRES CUARTO PERFIL:
LA FIGURA HUMANA
CAPÍTULO IV
EL DIBUJO Y SUS COMPONENTES
LA EXPRESIÓN DEL ROSTRO EN LOS ICONOS
LOS OJOS
LA NARIZ Y LAS OREJAS
LA BOCA
EL CABELLO Y LA BARBA
4. LAS MANOS Y LOS PIES
EL VESTIDO
EL AMBIENTE
LOS COLORES
Materiales
CAPITULO V
y
TRABAJANDO EL COLOR
Técnicas
COMO TRABAJAR LOS COLORES
LOS COLORES EN ROSTROS,
MANOS Y PIES
Base de carne común:
Base de carne simple:
Base de carne según Panselinos:
Base de carne según San Dionisio de Fourna:
Color carne simple:
Según San Dionisio de Fourna:
del
Arte
Otro color carne:
Según Panselinos:
Mezclas para la clarificación:
COLORES MEZCLADOS:
María
CLARIFICACIÓN EN FORMA DIRECTA
CLARIFICACIÓN POR HACHAZOS
CLARIFICACIÓN DILUYENDO
Emulsión:
PROCEDIMIENTO COMBINADO
LAS LUCES
Cecilia
LOS PIES Y LAS MANOS
EL CABELLO Y LA BARBA DE LOS JÓVENES
Base simple:
Mascarenhas
Base de Panselinos:
Base de San Dionisio de Fourna:
EL CABELLO Y LA BARBA EN LOS VIEJOS
LA BOCA
LOS PÁRPADOS
de
LOS DETALLES DEL ROSTRO
EL BLANCO DEL OJO
LAS VESTIDURAS Y EL AMBIENTE
FLECOS O MANCHADOS EN ORO
Cola de ajo
CAPITULO VI
Boschkowitsch
TERMINACION DEL
ICONO
LOS FONDOS
DORADO A LA HOJA
DORADO AL AGUA
Elementos para dorar
Preparación del “bole”
Emulsión para aplicar la hoja
DORADO CON CLARA DE HUEVO
DORADO AL BARNIZ
LINEAS FINALES
LOS HALOS
LAS INSCRIPCIONES EN EL ICONO
EL BARNIZADO
Olifa (receta original)
Manual
Olifa (preparado con elementos modernos)
CAPITULO VII
TIPOS DE ICONOS
GENERALIDADES
LA SANTA FAZ
de
Iconografía
ICONOS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
ICONOS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
SAN MARCOS
ICONOS DE LOS APÓSTOLES Y EVANGELISTAS
SAN SPIRIDÓN
ICONOS DE LOS SANTOS
GRANDES ICONOS
LA SAMARITANA
LA CRUCIFICCIÓN
EL DESCENSO AL HADES
PASCUA DE RESURRECCIÓN
LA ASCENSIÓN
PENTECOSTÉS
LA TRANSFIGURACIÓN
LA NATIVIDAD
DE NUESTRO SEÑOR
LA DORMICIÓN - ASUNCIÓN - CORONACIÓN
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
EL BAUTISMO DE NUESTRO SEÑOR
Materiales
y
CAPITULO VIII
SIMBOLOS EN
ICONOGRAFIA
Técnicas
SÍMBOLOS ESOTÉRICOS
SÍMBOLOS EXOTÉRICOS
PALABRAS FINALES
LA AUTORA
BIBLIOGRAFIA
del
Arte
1
Primeras palabras
Manual
de
Iconografía
PALABRAS INICIALES
Quienes se interesen por el arte bizantino deben realizar un viaje al pasado que no es fácil,
sobre todo para los hispano parlantes, porque la bibliografía sobre el tema en español es escasa
o nula.
Para el occidental es difícil comprender el arte bizantino; cree que este arte se rige por un
código de reglas fijas, que no se pueden transgredir. Se le ha dicho que los artistas bizantinos
no tenían interés en la novedad, la invención, la realidad y la actualidad pictórica. Piensa que el
arte bizantino es uniforme e impersonal.
Los artistas bizantinos respetaban enormemente la Teología cristiana. Se regían por las
indicaciones de los Santos Padres. Pero su libertad para crear y componer Iconos era total.
Estudiando las antiguas escuelas de Iconografía vemos que cada una de ellas tiene su sello, sus
formas y sus colores, manejados a voluntad por los artistas.
El Icono “EIKON” - del griego Imagen - es el pináculo del arte bizantino. El Icono tiene
gran significado como objeto de culto religioso, ganado por propio derecho; reconocido por el
Séptimo Concilio Ecuménico que restablece la veneración de los Santos Iconos en el Culto
Cristiano.
Los Iconos sobre un tema, deben mantener entre sí una gran similitud, para no perder el
espíritu de la composición, de aquél a quien representan y mantener, al tiempo, la veracidad del
creador que respeta concientemente la Tradición. Generalmente decimos que realizamos una
obra nueva sobre un tema viejo.
En la literatura existe un gran vacío en todo lo referente a la técnica necesaria para la
realización de un Icono. Con este modesto manual, es mi intención cubrir un pequeño lugar en
ese vacío y en nuestro idioma. Espero que esta publicación sea el primer paso para iniciar ese
“viaje al pasado” que nos lleve a comprender ese arte, tan maravilloso.
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
2
Manual de Iconografia Ortodoxa
María
DEDICADO
Con todo mi amor a mi esposo, Danilo y a mi hija, María Anastasia que me alentaron para realizar esta obra.
Cecilia
EN AGRADECIMIENTO
A mi madre, Margarita Estela Catalina Guisasola, quien con paciencia y dedicación tradujo del francés y del inglés los libros que me sirvieron de bibliografía y fue mi
correctora de textos.
Mascarenhas
GRACIAS
Al Archipreste Valentín Iwaszewicz, Presbítero de la Catedral Ortodoxa Rusa de la
Santísima Trinidad, por su ayuda espiritual y sus sabios consejos.
Al Padre Atanasio Suheil Salhani, Presbítero de la Catedral San Jorge de la Iglesia
de Antioquía por su colaboracion en la digramacion de este libro.
de
MI RECONOCIMIENTO
A Florencio Díaz Martínez por su colaboración en la realización de gráficos y la
presentación de este libro por computadora.
Boschkowitsch
ESPECIALMENTE
A Margaret Apergis & Sons de Atenas, Grecia, por haberme autorizado a incluir en
este libro los Iconos que ellos publican.
3
El dibujo
Manual
de
Iconografía
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
SAN HILARION "EL GRANDE" ABAD
4
Manual de Iconografia Ortodoxa
nio.
María
Nació en Tabaltha, cerca de la Ciudad de Gaza en Palestina en el año 291,
murió el 21 de octubre del año 372, día en
que la Iglesia celebra su fiesta.
San Hilarión fue cabeza y patriarca
de los religiosos cenobitas en Palestina.
Sus padres eran gentiles y ricos, lo enviaron a estudiar a Alejandría. Su primer
maestro era cristiano, viendo el niño especial que era San Hilarión, le prestó gran atención y lo instruyó en la religión cristiana e
hizo que recibiera el baustismo. Siendo ya
cristiano adquirió todas las virtudes de la religión y admiraba a sus mayores por su devoción, su modestia y su compostura.
Fue alumno de San Antonio “el Grande”, que tomó con particular cuidado la enseñanza de su discípulo. Vivió con los monjes del desierto donde también sobresalió instruyéndose en todos los secretos de la “Vida
Espiritual”.
A los 15 años volvió a Alejandría donde se enteró de la muerte de sus padres; herederó una cuantiosa fortuna. Dio parte de
esa fortuna a sus hermanos y el resto lo repartió entre los pobres.
Siguiendo el llamado del Señor se retiró al desierto de Palestina; un sitio espantoso, solitario y peligroso por la cantidad de
salteadores y asesinos que habitaban en él.
Allí sin temor comenzó su vida perfecta con
gran fervor y rigurosa penitencia,que duró
por espacio de 60 años .
Su vestido se reducía a un saco grosero y a una túnica de pieles en forma de
escapulario que le había regalado San Anto-
Su alimento consistía en higos secos o
lentejas remojadas o pan de cebada con raíces amargas.
Era enemigo del ocio, repartía su tiempo entre la oración y el trabajo manual.
Su habitación era una cueva tan pequeña que parecía una tumba. Su lecho eran
juncos en la tierra.
Durante muchos años luchó contra las
fuerzas del maligno, que lo atormentaba, para
esta lucha recurría a la oración y a la penitencia, dejando inclusive de comer durante
tres o cuatro días seguidos y dedicándose
por entero al trabajo.
Después de casi 20 años de lucha, el
Señor se manifestó al mundo a través del
Santo mediante grandes milagros que le dan
fama de Taumaturgo en vida. No sólo curaba el físico sino también el alma de los que
se acercaban a él.
Durante muchos años su gran fama no
lo abandonaba y era perseguido por seguidores, admiradores y discípulos.
San Hilarión introdujo en Palestina los
primeros monasterios y fundó muchos que
quisieron estar bajo su obediencia, les dio
reglas y los administró con dulzura y caridad.
San Hilarión prefería la soledad y la
vida alejada de los honores, pero su fama y
sus milagros lo seguían a todas partes. Trató
de esconderse en varios desiertos pero siempre era descubierto por algún milagro que
ocurría sólo con su presencia. Su fama recorrió Palestina, Egipto y llegó hasta Grecia.
Por último buscó refugio en la isla de
Chipre escondiéndose entre las piedras; allí
hacía una vida muy santa. Se decía que su
vida se parecía más a la vida de los Ángeles
que a la de los hombres. Allí vivió sus últimos cinco años.
Se difundió la noticia de que el Santo
se encontraba en la isla y que había predicho su muerte. Muchas personas, al enterarse de la predicción, se reunieron y espe-
Cecilia
Mascarenhas
de
Boschkowitsch
5
El dibujo
raron ese momento.
Murió a los 85 años y solicitó que se
lo enterrara allí mismo; se cumplió su deseo y se lo enterró en la isla.
Diez meses después su discípulo
Hesyquio hurtó su cuerpo secretamente y
lo trasladó al monasterio de Mayuna. Su
sepulcro se hizo glorioso por los milagros
que se seguían produciendo después de su
muerte.
En su traslado se encontró que sus
hábitos y su cuerpo estaban frescos e intactos como si estuviera vivo.
Hoy sus reliquias se encuentran repartidas en los monasterios que fundó.
Manual
ORACIÓN
Oh Señor por las intercesiones de
Tu Santo el Abad Hilarión haz que por
su intermedio logremos lo que por nuestros propios medios no podemos alcanzar.
A LOS ICONÓGRAFOS
de
Iconografía
San Dionisio de Fourna en su manual
de Iconografía expresa:
“Habiendo escuchado, Oh todos vosotros alumnos de los diligentes Iconógrafos,
como en su Santo Evangelio, Nuestro Señor
Jesucristo se enoja con aquel que enterró su
talento, diciéndole: “Siervo malo y perezoso, debías haber puesto mi dinero a intereses y entonces yo habría recibido mi propio
dinero con ganancias” (San Mateo 25), prestad atención..."
"Yo tenia temor de ser condenado por
perezoso y me apuré a incrementar el único
talento que el Señor me ha dado, es decir
este arte pequeño que yo poseo, que yo
aprendí, estudiando, copiando y trabajando...” “Porque lo aprendí con tanto trabajo
en mi juventud, lo he querido propagar en
beneficio de todos vosotros que sois de la
misma profesión, dandoos instrucciones en
este libro mío”. Más adelante expresa: ...
“Todo Iconógrafo debe rezar si desea aprender bien y después de las plegarias deberá
realizar las proporciones y características de
las figuras...".
A través de este trabajo en habla hispana, no tengo intención de igualar o realizar un trabajo como el de San Dionisio, pero
quiero dejar para aquéllos que intenten seguir este camino, una guía, para comenzar a
trabajar y luego hacer como dice San
Dionisio: “copiar todo trabajo de los maestros, en toda oportunidad, hasta que domine
Materiales
Escucha Oh Señor nuestra súplica. Amén.
De la mano de Tu San Hilarión llegué a Ti y a Tus Santos Iconos, Oh Señor!, sean para él mi veneración y mi gratitud.
y
Técnicas
del
Arte
6
Manual de Iconografia Ortodoxa
María
Cecilia
Mascarenhas
PARÁBOLA DE LOS TALENTOS
de
las proporciones y formas originales, sin hacer este trabajo al azar, sino con temor de
Dios y con la veneración debida a una tarea
Sagrada”.
Por eso ruego a quien tome este libro
y le sea útil que rece por mí al Señor, para
que nos libre de la condena del Servidor perezoso.
Esta guía, con la ayuda de Dios, es
todo lo que yo, sincera y verdaderamente,
puedo dejar y sólo puedo decir: Trabajad
bien, sin medir esfuerzos, con mucha atención y cuidado, para lograr una maestría
completa en este arte; porque es un trabajo
bello y admirable. Trabajad con devoción y
dedicación para recibir la Gracia y la Bendición de Dios.
No lo hagáis por ambición y amor al
dinero, porque quien hace este trabajo por
ambición, amor al dinero y sin devoción ni
dedicación, debe temer el castigo de Dios.
Más bien, antes de hacerlo de esta manera;
que no lo intente..
Aquél que tenga una intención recta,
trabaje siempre en presencia de Dios, rece
al Espíritu Santo, pida la intercesión de la
Santísima Virgen María, Madre de Dios, del
Santo Apóstol San Lucas y de todos los Santos.
Este es un trabajo para realizar siempre por amor a Dios, para hacer brillar la
verdad en los corazones, para llevar la Luz a
la vida y para abrir la ciudad de la paz.
Boschkowitsch
7
El dibujo
Manual
de
Iconografía
REGLAS PARA LOS
ICONÓGRAFOS
Antes de comenzar a trabajar haz el Signo de la Cruz en silencio y perdona a tus enemigos.
Sígnate varias veces durante el trabajo para fortificarte espiritual y físicamente
Evita toda palabra inútil, guarda silencio y guarda tu espíritu de la distracción.
Ora especialmente a Aquél que pintas el rostro. Él estará cerca de tí.
Cumple con cuidado cada detalle de tu Icono, como si trabajases ante el Señor Mismo.
Cuando dibujes o pintes extiende tus manos interiores hacia el Señor y pídele consejo.
No sientas celos del trabajo de otros Iconógrafos. Su éxito es el tuyo.
Al terminar, agradece al Señor Su Misericordia, porque Te ha acordado la Gracia de
pintar Imágenes Santas.
Sé el primero en orar ante tu Icono.
Si lo das a otro dile que debe ser bendecido y colocado en el altar durante un oficio
litúrgico.
No olvides nunca:
La alegría de expandir los Iconos en este mundo
La alegría del trabajo propio del Iconógrafo.
La alegría de dar a los Santos la posibilidad de resplandecer a través de Su Icono.
La alegría de estar en unión con el Santo cuyo rostro pintas.
Tampoco olvides:
Que tú serás la Gloria del Señor por tu Icono.
Que expandes la Gloria del Santo cuyo rostro pintas.
Que comulgas en la Gloria del Señor con tu Icono.
Que cantas la Gloria del Señor con tu Icono.
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
8
Manual de Iconografia Ortodoxa
María
Cecilia
Mascarenhas
NTRO. SR. JESUCRISTO SALVADOR
SANTÍSIMA TRINDAD
ORACIONES PARA EL TRABAJO
de
ORACIONES AL ESPÍRITU SANTO
AL COMENZAR CUALQUIER OBRA
Oh! Rey celestial, Consolador, Espíritu de Verdad, que estás en todas partes y
todo lo llenas, tesoro de todo bien y dador
de la vida, ven y fija tu morada en nosotros,
purifícame de toda mancha y salva nuestras
almas. Oh! Bondadoso.
Señor Jesucristo, Hijo Unigénito del
Eterno Padre! que has dicho con Tus purísimos labios “Sin Mí nada podéis hacer”, Oh!
Señor, Dios mío, acogiendo con fe en mi alma
y corazón Tu Divina Palabra, recurro humildemente a Tu bondad; ayúdame, a mí pecador, a fin de que por Tu Gracia concluya la
obra que hoy voy a empezar. En el Nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Boschkowitsch
Oh! Señor, infinitamente bondadoso!
Envía sobre nosotros la Gracia de Tu Espíritu Santo, que otorga y fortalece nuestras
fuerzas espirituales a fin de que, aplicándonos en la obra propuesta crezcamos para Tu
Gloria, Oh! Creador nuestro!.
AL FINALIZAR CUALQUIER OBRA
Tú eres la culminación de todo lo bueno, Oh Cristo mío, colma de alegría y felicidad mi alma y sálvame, ya que eres el único
Misericordioso. Amén
9
El dibujo
Manual
de
Iconografía
SAN LUCAS
NUESTRA SEÑORA DE LA PASIÓN
A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Salve María, Virgen María, Madre
de Dios, llena de Gracia, el Señor es contigo, Bendita Tú eres entre la mujeres y
Bendito el Fruto de Tu vientre, porque has
dado a Luz al Salvador de nuestras almas.
DE LOS ICONOGRAFOS
Dios Padre, en el Nombre de Tu Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo, envía la Gracia de
Tu Espíritu Santo sobre este Icono que pinta
tu servidor (a) .... para Tu Gloria Oh! Santísima Trinidad.
Con Tu mano invisible signa y bendice
este Icono, dales la fuerza de acción santificante, para que todos los que se acerquen a
él con veneración obtengan santificación,
bendición y salud. Amen
Tu! Que tan admirablemente imprimiste Tus rasgos en el paño enviado al Rey
Abgar de Edessa, y que tan maravillosamente
inspiraste a l Apóstol San Lucas. Ilumina mi
alma; guía mis manos para que puedan reproducir Tus Rasgos; los de la Santísima Virgen María, Tu Madre y de todos los Santos,
para la gloria y la Paz de la Iglesia.
Líbrame de las tentaciones y de las
imaginaciones malignas en el nombre de Tu
Madre, la Santísima Virgen María, del Apóstol San Lucas y de Todos los Santos. Amen
Tú, Dueño Divino de cuanto existe, ilumina y dirige el alma, el corazón y el espíritu
de tu servidor; lleva sus manos para que pueda representar digna y perfectamente Tu imagen, la de Tu Santa Madre y la de todos los
Santos para gloria y alegría de Tu Iglesia.
Amen
Materiales
Verdaderamente es digno venerarte,
siempre bendita y purísima Madre de Dios.
Tú eres más honorable que los Querubines
e incomparablemente más gloriosa que los
Serafines. Te glorificamos a tí que diste al
mundo a Dios el Verbo, sin dejar de ser
virgen y que eres la verdadera Madre de
Dios.
Bendita Madre de Dios! Ábrenos las
puertas de la misericordia para que nosotros, que ponemos en Tí toda nuestra esperanza, no perezcamos, sino que por Tu
intercesión seamos libres de toda calamidad, porque Tú eres la Salvación del pueblo cristiano.
y
Técnicas
Oh! Tú, madre de Dios, que tan admirablemente inspiraste al Evangelista San
Lucas, ilumina el alma de tu servidor (a) ...
conduce su mano a fin de que ejecute perfectamente Tus rasgos misteriosos.
del
Arte
10
Manual de Iconografia Ortodoxa
María
Cecilia
SAN JORGE
Mascarenhas
AL COMENZAR UN ICONO
Oh! Divino Señor de todo lo que existe!
Tú que has iluminado al Apóstol y
Evangelista San Lucas con Tu Santo Espíritu
y lo autorizaste a representar a Tu Santísima
Madre, que te llevó en sus brazos y dijo: «La
Gracia de Aquél que nació de Mí; se derrama por todo el mundo»
Ilumina y conduce mi alma, mi corazón y mi espíritu. Guía las manos de tu servidor indigno para que pueda dignamente y
perfectamente pintar Tu Icono, el de Tu
Madre y el de todos los Santos para gloria,
alegría y adorno de Tu Santa Iglesia.
Perdona mis pecados y los pecados
de aquellos los que veneran estos Iconos; y
que postrándose con devoción ante Ellos,
rindan veneración a Los que Ellos representan. Protégelos de todo mal e instrúyelos con
el buen consejo
Te lo ruego, por la intercesión de Tu
Santísima Madre, la siempre Purísima Virgen María, el Apóstol Lucas y todos los Santos. Amen
de
AL TERMINAR UN ICONO
Tú Mismo, Oh! Señor eres la realización y el cumplimiento de todas las cosas
buenas. Llena mi alma de alegría y de gozo
porque solamente Tu eres el amante de la
humanidad.
Permite que Tu Gracia santifique y habite en este Icono, que pueda edificar e inspirar a aquellos que lo contemplan y lo veneran; que glorificando El Uno representado, puedan arrepentirse de sus pecados y
sean fortalecidos ante cualquier ataque del
adversario.
Por intermedio de las plegarias de La
Santísima Virgen María, Madre de Dios, del
Apóstol San Lucas y de todos los Santos;
Oh! Salvador, Sálvanos. Amen
Boschkowitsch
11
El dibujo
humildes lo oyen y se regocijan.
Engrandeced conmigo al Señor, ensalcemos juntos Su nombre.
Busque al Señor y me escucho, me libero de todos mis temores.
Los que lo contemplan son iluminados,
sus rostros no serán avergonzados.
El pobre clama y el Señor oye, lo salva de todas tus angustias.
El Ángel del Señor acampa alrededor
de los que vibran en Él, y los socorre.
Gustad y ved cuan dulce es el Señor,
venturoso el hombre que se abandona a El.
Vibrad en el Señor, vosotros los Santos, nada falta a los que vibran en Él.
Los poderosos conocerán necesidad
y hambre, ningún bien faltará a los que buscan al Señor.
Venid, hijos, escuchadme, os enseñaré cómo vibrar de temor en el Señor.
¿Quién es el hombre que desea la vida,
que quiere los días para ver el bien?
Guarda tu lengua del mal y tus labios
de palabra mentirosas.
Apártate del mal y obra el bien, busca
la paz y síguela.
Los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos, atentos a su clamor.
El rostro del Señor se aparte de los
que obran mal, borra su memoria de la tierra.
Los justos claman y el Señor los oye,
los libera de todas sus angustias.
Cerca está el Señor de los quebrantados de corazón, salva los espíritus humildes.
Muchas son las aflicciones del justo,
de todas ellas lo libra el Señor.
Él guarda sus huesos, ni uno de ellos
será quebrantado.
Mata al malo la maldad, los enemigos
del justo serán condenados.
El Señor rescata el alma de sus servidores, no serán condenados todos los que
se abandonan a Él.
Manual
de
Iconografía
REY DAVID
SALMO 22 (23)
Materiales
El Señor es mi pastor, nada me falta.
En verdes praderas me hace recostar,
me conduce a las aguas quietas.
Aunque camine por el valle de la sombra de la muerte, no temo ningún mal porque
Tú estás conmigo.
Tu bastón y Tu cayado me consuelan.
Ante mí preparas una mesa frente a mis
opresores, unges mi cabeza con aceite y mi
copa rebosa.
Gozo y Gracia me acompañan todos
los días de mi vida.
En casa del Señor habitaré a lo largo
de los días.
y
Técnicas
SALMO 33 (34)
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su
alabanza estará siempre en mi boca.
Mi alma se glorifica en el Señor, los
del
Arte
12
Manual de Iconografia Ortodoxa
María
Cecilia
Mascarenhas
SAN BASILIO
ORACIONES PARA LA BENDICIÓN DE LOS ICONOS
El Icono se debe bendecir durante
la Santa Misa. El Icono a bendecir se ubica sobre el altar antes de comenzar el servicio. Después del Rito de la Penitencia o
Rito de Reconciliación, o sea antes de cantar el Gloria el celebrante canta la Oración de Bendición del Icono:
Sacerdote: con los brazos extendidos. - Bendito sea Dios ahora y siempre
por lo siglos de los siglos. Amen.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal ten piedad de nosotros (tres veces)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo. Ahora y siempre por los siglos de los
siglos Amen
Santísima Trinidad ten piedad de nosotros. (tres veces)
Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, vénganos el
tu reino, hágase tu voluntad como es en el
cielo, así en la tierra. El pan nuestro sustan-
de
cial de cada día, dánosle hoy, y perdónanos
nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes
caer en la tentación, mas líbranos del maligno.
Por que tuyo es el Reino, el Poder y la
Gloria. Oh Padre, Hijo Y Espíritu Santo ahora y siempre por los siglos de los siglos
Amen.
Señor ten piedad (tres veces)
Roguemos al Señor
Señor Todopoderoso, Dios de nuestros padres, adorado y glorificado en la Santa Trinidad; a quien la mente no puede comprender ni las palabras pueden describir, de
quien las Santas Escrituras nos han instruido; en quien creemos y por quien confesamos tener la existencia.
Dios Padre sin principio, con tu Hijo
Unigénito y tu Espiritu Santo, igualmente so-
Boschkowitsch
13
El dibujo
berano.
Tú eres quien en la Antigua Alianza,
en una aparición al Patriarca Abraham, te
revelaste a tí mismo en forma de tres Ángeles, y en nuestros días, después de la Encarnación de Tu Hijo Único, Nuestro Señor Jesucristo, en el seno de la Santísima Virgen
María, cuando fuiste bautizado por San Juan
en el Jordán, cuando te transfiguraste luminosamente en el Tabor, y en el momento de
tu Ascensión gloriosa a los cielos, nos mostraste la imagen de la Santísima Trinidad.
Tú nos enseñaste también a adorar tu
santa imagen, al dejarla impresa en un lienzo; esta imagen al ser enviada a Abgar, príncipe de Edesa, lo curó a él y a muchos otros
que padecían de varias enfermedades.
Tú no desaprobaste las imágenes de
tus Santos, sino que las aceptaste. Mira ahora
también este Icono (o estos Iconos) que
tus servidores han hecho para honra y gloria
Tuya; el Icono de (un solo Dios adorado
en la Trinidad) - (de Tu hijo Único Nuestro Señor Jesucristo) - (de tu Purísima y
Bendita Madre de Dios, Nuestra Señora
la Santísima Virgen) - (de Tu/s Santo/a/s...
N.N.) Bendícelo/s y santifícalo/s. Revistiéndolo/s del poder de la curación y de repeler
todo ataque diabólico, de tal manera que
todos los que oren con piedad ante él (ellos)
sean escuchados y alcancen la misericordia
de tu amor a la humanidad y sean templos
de Tu Gracia.
Porque Tú eres nuestra santificación y
a Ti sea la Gloria, oh Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos
de los siglos. Amen.
La paz sea con vosotros
Coro: Y con tu espíritu
Sacerdote: Inclinad vuestras cabezas al Señor
Coro: Ante Tí, Señor
Sacerdote: Oh Señor sin principio, invisible e incomprensible, que en el pasado,
en época de la Antigua alianza, ordenaste
que fuesen hechas imágenes de lo Querubines
en madera y oro y fuesen incrustadas en el
Arca del Testimonio, en el Templo de
Salomón.
Que aún ahora aceptas las imágenes,
hechas no sólo en recuerdo de tus saludables beneficios y divinas manifestaciones al
género humano, para honor y gloria de Tu
Santísimo Nombre, sino que no desapruebas las imágenes par recordar e imitar a tus
Santos, que Te han agradado en esta vida.
Escucha nuestra humilde oración y bendice este Icono (estos Iconos) santifícalo /s
y otórgale /s la Gracia y el Poder de expulsar los demonios, de curar toda enfermedad
y de ser un medio para llegar a Ti.
Porque Tú eres quien bendice y santificas todas las cosas, oh Dios Padre Eterno
y a Tí sea la gloria y a Tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo y a Tu Espíritu Santo y Bueno. Que da la vida, ahora y siempre por los
siglos de los siglos Amen
Coro: Amen.
Sacerdote: Rociando los Iconos con
agua Santa y Bendita -Sea santificado y
bendecido este Icono (estos Iconos), por la
Gracia del Espíritu Divino, y por medio de la
aspersión de esta santa agua, en el Nombre
del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo.
Amen.
Coro: Amen
Sacerdote: Haciendo la Señal de la
Cruz sobre el Icono con el aceite bendecido el miércoles Santo para la unción de
los enfermos (o con el Santo Mirón si el
Icono es para el Altar o para adornar la
Iglesia) - Sea santificado y bendecido este
Icono (estos Iconos), por la Gracias del Espíritu Divino, y por medio de este óleo, en el
Nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu
Santo. Amen.
Coro: Amen
Después el Sacerdote lo/s inciensa,
lo/s venera y lo/s besa, mientras el coro
Manual
de
Iconografía
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
14
Manual de Iconografia Ortodoxa
CAPITULO I
EL ICONO
María
EL ESTUDIO DEL ICONO
El Icono contiene en si-mismo historia,
Tradición, simbolismo, Teología y arte.
Para estudiar estos aspectos es necesario introducirnos en la vida de la Iglesia
porque la historia del Icono está relacionada
con la historia de la Iglesia y con la historia del
arte, dos aspectos diferentes pero unidos en
una realización en común.
La Tradición nos llega oralmente a
través de la palabra, de oraciones litúrgicas y
por los Evangelios apócrifos (Evangelios ocultos, cuya autenticidad autoral no está totalmente demostrada).
El Icono es un símbolo porque el símbolo es en si-mismo la presencia de lo que
simboliza y es la presencia del representado.
El Icono a través del símbolo, es una
enseñanza y una ayuda. Nos hace conocer el
Antiguo y el Nuevo Testamento y la vida de
los Santos.
El Icono no muestra; demuestra; por
eso utiliza el nombre, o título, como símbolo
perfecto. Las letras son símbolos con sonido,
componen nombres, marcan y señalan.
El Icono realiza la “Teología del Nombre”. Este nombre identifica la presencia del
representado y explica el pasaje evangélico
al que se refiere el Icono.
El Icono es “Teología en Color”. La
“Iglesia de Oriente” define Teológicamente
al Icono en función del “Dogma Trinitario” y
sobre todo permite entenderlo en función de
la “Encarnación”.
Para comprender la Teología en el
Icono es necesario conocer la “Teología
Patrística”. Esta Teología consiste en la ex-
Cecilia
Mascarenhas
de
SAN TEODÓRORO "EL ESTUDITA"
posición y estructuración del “Dogma
Trinitario” y la defensa de la Fe.
El punto de partida para la confesión
de la Santísima Trinidad es la “Persona”. En
la “Persona del Uno” encarnado se basa la
veneración de los Iconos. Un Icono se venera no se adora. Sólo se adora a Dios. Se
veneran: la Santa Cruz, los Santos Evangelios y los Iconos. (Veneración: considerar
que una cosa es digna de respeto por lo que
representa o recuerda).
El Icono es un arte que involucra todas
las técnicas del arte, porque un Icono se crea
y se re-crea en base a la Tradición, a la Biblia
y a los arquetipos y los prototipos. Tiene
cánones, (reglas Iconográficas eclesiásticas),
pero permite la libertad creadora del artista.
Para “escribir Iconos” correctamente
es necesario profundizar el estudio de la
historia, de la Tradición, del simbolismo, de
la Teología y del arte Iconográfico.
Boschkowitsch
15
El Icono
Manual
EL DESCENSO AL HADES
INTRODUCCIÓN TEOLÓGICA
Es casi imposible comprender al Icono
fuera del medio en que ha sido creado, o sea
del ámbito de la Iglesia.
El punto de partida para comprender
lo se encuentra en el fundamento de la Iglesia,
o sea la “Santísima Trinidad”.
Ésta es la base para la vida de la
Iglesia, para su orden canónico, para el carácter de su pensamiento Teológico, para su
espiritualidad y para su creación artística.
“El hijo y el Espíritu Santo, enviados
del Padre, revelaron la Santísima Trinidad;
no de una manera abstracta, como conocimiento intelectual, sino como una regla de
vida” (L. Ouspensky).
Juan en su primera Epístola dice “Tres
dan testimonio en el cielo, el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo. Tres dan testimonio en la
tierra el Espíritu Santo, el agua y la sangre”.
(1 Ep. Juan 1-7).
Para la “Teología Ortodoxa” el punto
de partida para confesar la Santísima Trinidad es “la Persona” (Hipostasis) misterio
esencial de la revelación cristiana; poseedora
de la naturaleza Divina en su plenitud.
La persona tiene importancia clave tanto para “la Teología del Icono” como para el
Icono mismo. Porque en “la Persona” concreta del “Uno” encarnado, se basa la veneración de los Iconos.
“La Persona de Dios” hecho hombre
es el único camino que conduce al prototipo
del Icono “Yo Soy el camino....”(Juan 14-6).
Los Padres de Séptimo Concilio Ecuménico dicen con relación al Icono “hemos
visto lo que escuchamos”, el Icono nos muestra silenciosamente lo que dice “La Palabra”.
También sabemos por San Pablo que
“nadie puede decir: Jesús es el Señor, si no es
por el Espíritu Santo” (1 Cor. 12-3); nadie
puede escribir “el Icono del Señor” si no es
por el Espíritu Santo. El fue, es y será el
“Iconógrafo Divino”.
Según los Santos Padres el Espíritu
Santo es la toma directa de la belleza que
comunica el esplendor de la santidad y se
revela como “Espíritu de la Belleza”.
Según San Gregorio Palamas “En el
seno de la Santísima Trinidad el Espíritu
Santo es el gozo eterno en el que los tres se
complacen juntos”. Explícita el Dogma Trinitario diciendo: “si el Hijo es la palabra que el
Padre pronuncia y que se hace carne, el
Espíritu Santo la manifiesta, la hace audible y
nos la hace escuchar en el Evangelio; pero El
queda oculto, misterioso, silencioso, nunca
habla de El mismo».
La obra del Espíritu Santo, como espíritu de belleza es una poesía sin palabras.
Los atributos más conocidos del Espíritu Santo son: “la vida y la luz”. La luz es, ante
todo, potencia de revelación; por eso el Dios
revelado es llamado “Dios Luz”.
Ya dentro de nuestro plano óptico, el
ojo no percibe los objetos en si mismos sino
por la luz que esos objetos reciben. El objeto
es visible porque la luz lo hace visible. “La
Palabra de Dios” en el primer día de la
creación fue “Que la luz sea”. Esta luz no es
la que aparece el cuarto día, cuando Dios
crea los astros, esta luz es la “Luz Increada”
de la cual hablan los Santos Padres. “El
Padre pronuncia la palabra, el Hijo la cumple
y el Espíritu Santo la manifiesta y la mantiene;
es “la Luz de la Palabra” (San Gregorio
Palamas).
de
Iconografía
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
16
Manual de Iconografia Ortodoxa
Tenemos conocimiento de esa luz a
través de la Biblia “Que la luz sea” (Gen. 13), Nuestro Señor expresa “Yo soy la luz”
(Juan 12-46) “El Padre es Luz”,” el Hijo es
Luz”, “el Espíritu Santo es Luz”. La luz es la
potencia de la revelación, “la Luz es Dios”.
(Juan 1-5).
La acción del Espíritu Santo condiciona todo acto en que lo espiritual toma cuerpo,
se encarna, se convierte en «Cristofanía»
(manifestación del Cristo). El Espíritu Santo
cubre con su sombra a María y la hace Madre
de Dios. De la Encarnación nace el Cristo.
De sus ‘Lenguas de Fuego” nace la Iglesia.
De un bautizado y confirmado hace un miembro de la Iglesia. Del vino y del pan hace la
Sangre y el Cuerpo del Señor. De la “Santa
Faz” hace un “Icono”. Así se convierte en el
“Iconógrafo Divino” que realiza el arquetipo
del cual vienen todos los Iconos. Estas acciones son «del Padre, por el Hijo y en el
Espíritu Santo” (San Basilio, el Grande).
La acción de Espíritu Santo coloca a la
Iconografía en el rango de arte sagrado y en
el camino de la santificación del hombre, y
por otra parte, esta acción esencialmente
carismática y al mismo tiempo eclesiástica
hace del Icono un lugar Teológico y por lo
tanto fuente de Teología.
La oración de “la Santificación de los
Iconos” dice: “Señor Dios, Tú creaste al
hombre a Tu imagen. La caída lo oscureció.
Pero la Encarnación lo restaura y lo restablece en su dignidad primera. Al inclinarnos ante
los Iconos, veneramos, Tu Imagen y Tu
Semejanza y en ellos Te glorificamos”.
Por lo tanto el Icono se realiza en
función de la Encarnación, y el Icono está
condicionado por la “creación a imagen y
para la semejanza de Dios”.
Por todo esto, toda alteración, todo
error dogmático sobre la doctrina de la Santísima Trinidad, conduce a la desacralización
del arte Iconográfico.
El Icono es “la Teología de la Imagen”.
“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”
(Juan 14,9); y realiza “la Teología Bíblica del
María
Nombre”.
El nombre identifica la presencia; “el
Nombre de Dios” no puede pronunciarse en
vano. El Icono del Cristo, no lleva nombre,
sólo letras; es el innombrable. Este hecho
está enraizado en esa noción, por eso lo
identifica como tal. Ningún Icono está terminado si no se lo marca con el nombre de los
que representa.
Moisés nos dice el Nombre de Dios
“Yo soy el que soy”...”Yo soy...” (Exodo 314); Jesucristo nos lo hace ver, nos muestra
Su Imagen; el Espíritu Santo nos lo hace
entender.
En el halo del Cristo se inscriben las
letras
“O”: del griego omicrón, él, demostrativo, fundamento, yo.
“N”: del griego, (es igual a V), ciertamente, si, aseveración, es, soy.
Cecilia
Mascarenhas
de
“w”: del griego omega, invocación,
llamado, antepasado del antepasado.
“Yo Soy el Alfa y el Omega” (Apocalipsis 1-8); principio y fin»; «que era, que es
y que ha de venir»,» unión del principio y del
fin». Todo aquel que contempla el Icono del
rostro humano del Cristo, Dios hecho hombre, contempla el misterio de la palabra y del
nombre. El arte Iconográfico es sinérgico; “el
Espíritu” ilumina al hombre.
Todos los “Iconos del Cristo” dan la
impresión de una semejanza tal que se lo
reconoce inmediatamente; pero esta semejanza no es un retrato. Justamente lo que se
revela en cada Icono de una manera única no
es la individualidad humana sino” la Hipóstasis
del Cristo”; de esta manera es única, eclesial
y personal a la vez. Por eso existen tantas
“Santa Faz” como Iconógrafos las han pintado. Pero su misterio está en que siempre se lo
reconoce porque es “Rostro de Rostros” y
“Rostro del Inaccesible”.
Según los Santos Padres, con el Cristo
la belleza de los cielos desciende a la tierra;
la belleza se acerca a nosotros, viene a nuestro encuentro, se hace íntima, cercana, em-
Boschkowitsch
17
El Icono
parentada con la substancia misma de nuestro ser.
Cuando nuestro espíritu se lanza buscando “la Belleza Divina”, encontramos al
“Icono”.
El Icono no es un objeto, ni un objeto
de arte, es la imagen, la semejanza visible del
Cristo, de quienes Lo precedieron, de quienes Lo acompañaron y de quienes Lo siguieron; es “Belleza y Luz”, por la Gracia de
Dios.
A través de la semejanza, que los Iconos tan misteriosamente transmiten, ilustran
los relámpagos inefables de “la Belleza Divina”.
En los Iconos, la belleza aparece como
un estallido desde la profundidad misteriosa
del ser, atestiguando la íntima relación entre
el cuerpo y el espíritu.
La Esencia Deificada, que se manifiesta en toda la naturaleza creada, nos hace ver
la “Belleza Divina”. La naturaleza se vuelve
hacia nosotros, nos habla, nos confía sus
cantos y sus colores secretos, nos llena con
una alegría desbordante y quiebra nuestra
soledad. Comulgamos con la belleza de un
paisaje, de un rostro y sentimos una extraña
consonancia con una realidad, que es la
“Presencia Una” de nuestra alma perdida y
reencontrada.
La experiencia artística sólo puede
prestarnos sus ojos mostrándonos un fragmento donde, sin embargo, el “Todo” está
presente, como el sol que se refleja en una
gota de rocío. Pero, conducido, por la mano
de Dios, el hombre a pesar de sí mismo
revierte el techo de lo estético y de lo ético y
lo convierte en “Fe”. La fe nos hace ver que
la verdadera belleza no está en la naturaleza
misma sino en la “Epifanía del Trascendente”, que hace de la naturaleza el lugar cósmico de Su resplandor.
Según los Santos Padres, en el orden
de la encarnación y la redención, el Cristo es
el arquetipo de todas las formas y por eso la
belleza sólo se formula partiendo de Dios.
Manual
Los “Santos Iconos” tienen su fundamento en el “Icono no hecho por mano de
hombre” - “la Santa Faz” - “Icono de Iconos”, “Belleza de Bellezas”, que nos expresa
y muestra la “Belleza de Dios”. Cuando
observamos los “Santos Iconos” observamos la “Belleza de la Luz de Dios”.
El relato del encuentro de Motovilov
con San Serafín de Sarov, durante el invierno
de 1831, en el corazón del desierto nevado,
nos muestra lo que significa esa luz, llamada
por San Gregorio Palamas “Luz Increada”.
Motovilov le dice al Santo que explique el estado de gracia; San Serafín pide que
lo mire; “yo lo miré y me asombré con
temor”. El Santo apareció como vestido de
sol; la visión fue de una luz enceguecedora y
una sensación poco habitual de calor y de
perfume. El encuentro terminó con un mensaje de San Serafín, “No es para ti solamente
que estas cosas han sido, sino para que por
tu intermedio pasen al mundo”
Esta experiencia relatada no es un éxtasis, un abandono del mundo, es un anticipo
de la “Luz del Padre, por Jesucristo, en el
Espíritu Santo” (San Basilio el Grande).
En este relato llama la atención la participación de los sentidos; la Gracia se experimenta, se vive, se siente como dulzura, paz,
gozo y luz.
Lo espiritual y lo corporal se integran.
Todo ésto nos hace ver el por qué del empleo
en la litúrgia del pan, del vino, del canto llano,
del Icono y del incienso. La litúrgia llama a
nuestros sentidos: nuestro oído, nuestra vista, nuestro olfato y nuestro gusto - para
elevarnos y devolver a la materia su dignidad
primera y su destino final; nos permite comprender que nuestro “cuerpo” no es substancia autónoma sino vehículo y parte de lo
espiritual.
La “Belleza de Dios” que es su luz, no
es material, ni sensible, ni intelectual, sino que
se da a sí misma y se deja contemplar a través
de la gracia de los elegidos que, por sus
propios sentidos, pueden “ver” lo que está
mas allá de “ellos mismos”. San Serafín, mas
de
Iconografía
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
18
Manual de Iconografia Ortodoxa
cercano a nosotros, nos hace ver que « la Luz
« de la Creación, del Thabor, de Pentecostés, es la única y verdadera “Luz Divina”; es
el misterio del “Octavo Día” y del “Cristo
Transfigurado”. San Serafín nos hace reconocer una realidad que es un aliciente para la
experiencia, de los Santos y de los hombres.
En las Escrituras, encontramos a Isaías
que clama; “qué bellos son, sobre los montes
, los pies del Mensajero!. Publica la paz,
ahonda la dicha y la salvación diciendo a
Sión: ¡Tu Rey viene! ¡Escucha! ¡Tus centinelas llaman! ¡Oye! ¡En coro se alegran porque
tus ojos ven al Señor! (Isaías 52, 7-8).
A través de los “Santos Iconos”, “la
Faz luminosa del Señor” mira a los hombres.
Es el “Cristo Transfigurado”. Los Santos
Padres afirman que lo que vemos en los
Iconos es la “Hipostasis del Cristo” y de
aquellos que han logrado la santificación.
Así el Icono se convierte en una experiencia profundamente religiosa, que nos hace
ver la “Luz de la Belleza de Dios”.
María
Cecilia
Mascarenhas
de
SAN AGUSTIN
RESUMEN HISTÓRICO
La Tradición dice que el primer Iconógrafo fue San Lucas, el Evangelista, que
dibujó sobre la tabla de una mesa la imagen
de la Virgen.
Los Evangelios Apócrifos hablan de
una imagen que el mismo Señor Jesucristo
dejó sobre un lienzo, llamado “el Icono no
hecho por mano de hombre” o “Santa Faz”,
que fuera llevado al Rey Abgar para que
curara su mal.
Para entender el proceso histórico, se
suele dividir la historia de la Iconografía en
varias etapas:
Boschkowitsch
1) Arte del siglo I
2) Arte simbólico
3) Período pre-Iconoclasta
4) Iconoclasmo
5) Período post-Iconoclasta
6) Período de oro de la Iconografía
7) Decadencia del Icono
19
El Icono
8) Icono de tipo renacentista
9) El Icono en la actualidad
La historia del arte de Roma, Grecia y
Siria del Siglo I, época en que Jesús de
Nazaret vivía, muestra la moda del retrato, la
perfección del dibujo, los colores y el conocimientos que tenían los artistas de la anatomía humana y animal. Por lo tanto no es de
extrañar que los primeros Iconos fueran realizados bajo la influencia del arte
grecorromano y sirio. La Tradición nos indica que la primera escuela Iconográfica estuvo en Siria, en Palestina.
El dato más valioso se encuentra en la
Historia de la Iglesia” - Libro VII, Capitulo
18 - escrita por el historiador Eusebio (265340). Eusebio dice que “ha visto” en Cesárea
(Palestina), Iconos de la Santísima Virgen,
de Nuestro Señor, de Pedro, Pablo y de los
Apóstoles.
Muchos de los cristianos de los primeros siglos eran judíos, fieles seguidores de la
Tora y de la Ley Mosaica. Para esos cristianos la “representación en imágenes” no era
fácil de aceptar. Por eso el testimonio de
Eusebio (que era reacio a aceptar los Iconos)
es muy valedero desde el punto de vista
histórico.
Las persecuciones a los cristianos de
los primeros siglos hicieron que el arte Iconográfico, que recién surgía, se ocultase y, en
cambio, el arte simbólico se hizo popular.
Los cristianos comenzaron a realizar,
en lugar de los Iconos, representaciones alegóricas y simbólicas, que en su mayoría se
tomaban de los símbolos bíblicos, tales como
el pez, el pan, las uvas, el cordero, la paloma,
etc. Estas representaciones se multiplicaban
en los lugares de reunión de los cristianos, las
catacumbas.
Se decoraban las tumbas y las paredes. Son famosas las Catacumbas de Roma,
de Pricilia y de Alejandría, donde todavía
encontramos verdaderos tesoros históricos
del arte simbólico e Iconográfico.
El símbolo más común era el pez =
Manual
ICTHUS, iniciales de las palabras “Jesucristo Dios Salvador”. Los cristianos para reconocerse entre ellos dibujaban un pez.
El ancla representa a la Virgen, como
ancla de la salvación. El cordero es el Cordero Inmolado de Isaias, el Cristo Salvador. La
paloma o las lenguas de fuego es el Espíritu
Santo. El arco iris, la alianza entre Dios y el
hombre. Una mesa con pan y una copa, la
Eucaristía sobre el altar. Estas representaciones simbólicas continúan formando parte
de la composición de los Iconos.
A partir de la época del Emperador
Constantino, el cristianismo deja de ser perseguido y es aceptado en el imperio, el Icono
vuelve a surgir como tal.
Surgen dos estilos Iconográficos bien
definidos que van a dar origen al estilo románico y al estilo bizantino.
El estilo románico tiene la gran influencia del arte de Roma, con los dioses de esa
época, por lo que surgen figuras del Cristo
parecidas a Zeus o a Júpiter y angelitos con
rizos parecidos a los hijos de saturno, etc.
El estilo bizantino en cambio es influenciado por el arte sirio y el helénico. Grecia le
da la elegancia y el equilibrio y Siria le da su
vigoroso impresionismo; pero ninguno cambia la «Esencia Religiosa» del arte bizantino.
Se convierte en un arte religioso que une tres
expresiones: la oriental, la helénica y la cristiana.
Desde Bizancio, el Icono se extiende
por todo el imperio y por todas las Iglesias,
en esa época el intercambio era fluido y
cordial, tanto como las comunicaciones lo
permitían, ya que las distancias eran difíciles
de sortear, de tal manera que no hay diferencias sustanciales en el tipo de pintura.
Es preciso recalcar que la expresión
Iconográfica no surge del clero, nace de las
comunidades, en los fieles, con la necesidad
de explicar a los iletrados los textos bíblicos.
Esto no quiere decir que el clero estaba
ausente de esta expresión cultural. No sólo
daba su visto bueno, sino que aceptaba ésta
expresión artística y corregía su expresión
de
Iconografía
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
20
Manual de Iconografia Ortodoxa
dogmática.
La Iglesia a través de lo siglos custodió
estas expresiones artísticas para que los Iconos se realizaran bajo su dirección dogmática.
Así llegamos al período llamado “Iconoclasta”.
Iconoclasmo - palabra griega compuesta - significa: Icono = imagen; clasta =
destrucción, devastación.
A lo largo de la Historia de la Iglesia ha
habido siempre, por diversas razones, Iconoclastas, algunos basados en principios dogmáticos, o Teológicos, o en ideologías extrañas a la fe cristiana. Pero la irrupción del
Iconoclasmo se hace notable en un período
importante y largo de la Iglesia, basándose en
herejías y en las “discusiones” que éstas
provocaban.
El Iconoclasmo interrumpe el desarrollo de la Iconografía bizantina, durante más
de un siglo. Sin embargo, esta interrupción,
no tiene tanta gravitación en otros lugares
como en Roma y su zona de influencia.
Desde el punto de vista histórico el año
313 divide a la historia de la Iglesia en dos: la
lucha por la vida, primero, y segundo la lucha
por la doctrina.
Así vemos que en los siglos IV, V, VI
y VII, surgen grandes Santos y Teólogos en
Oriente y Occidente que establecen enormes
“discusiones”, escriben numerosos tratados
y hacen lugar a seis Concilios Ecuménicos
que fundamentan los principios del Dogma
Cristiano.
En el año 726, a raíz de esta lucha
dogmática surge la llamada “lucha por la
defensa de los Santos Iconos”; en esta época
sobresalen San Juan Damasceno y San
Teodoro el Estudita que se convierten en los
grandes defensores del Icono.
El arte Iconográfico no pierde sin embargo, su continuidad histórica. Sobreviven
murales en la Iglesias de Hosios David, de
San Jorge de Tesalónica, el Mausoleo de
Galio Placido y el Baptisterio de Ravena, los
María
mosaicos de San Apolinario, etc.
Durante el Iconoclasmo se realizan,
entre otros, en Roma los murales de San
Cosme y San Damián.
Se conocen también los Iconos de la
Virgen de las Tres Manos realizada por San
Juan Damasceno, conservada en el Monasterio de Hilandar, de origen yugoslavo, en el
Monte Athos y la Virgen del Portal o de
Iviron (Iveria), conservada en el Monasterio
de Iviron también del Monte Athos.
El Iconoclasmo es vencido, por que es
una herejía total, y el Icono retoma su verdadero valor en el Séptimo Concilio Ecuménico
que restaura la veneración de los Santos
Iconos, y es considerado como el triunfo de
la ortodoxia.
A partir de ese Concilio el Arte Sagrado se divide, como se dividen las Iglesias de
Oriente y Occidente. Esta división no se
produce de un día para el otro, sino que se
produce en el transcurso de tres siglos. De
esta forma el arte bizantino perdura en Oriente;
y en Roma surge el arte italiano que adopta
características propias.
En el período post-Iconoclasta surgen
grandes escuelas Iconográficas como la de
Constantinopla, la de Creta, la de Tesalónica
y otras que coinciden con la cristianización
del pueblo eslavo; como la de Macedonia
(Yugoslavia), Bulgaria, Rumania y Rusia.
Con la caída del Imperio Bizantino, el
imperio de la ortodoxia se traslada a los
países eslavos, que reciben a los Iconógrafos
de muy buen grado. Rusia toma el lugar de
Bizancio y se convierte en el Gran Imperio
Ortodoxo donde sobresalen las escuelas de
Novgorod, Kiev y Moscú.
El período de oro de la Iconografía
comienza en el siglo XII, aparecen Iconógrafos como Teofanes el Griego, Daniel, Andre
Rublev en Rusia, Pancelinos en el Monte
Athos, entre los más renombrados.
De esta época encontramos las Iglesias de San Eutemio y San Demetrio en
Tesalónica, San Nikita en Yugoslavia, la
Iglesia del Protaton en el Monte Athos y la
Cecilia
Mascarenhas
de
Boschkowitsch
21
El Icono
Iglesia de la Anunciación de Moscú. De la
gran dedicación de Andre Rublev surge el
Icono de «la Santísima Trinidad» y «El Pantocrátor». Como muchos otros en diferentes
lugares.
La decadencia del Icono comienza en
el siglo XVII, en Rusia, con el Zar Pedro el
Grande, que saca a los Iconógrafos de la
Iglesia. Pasan a convertirse en artistas seculares y realizan imágenes fuera de toda corrección dogmática, dando lugar después a la
aparición del Icono renacentista.
Esta influencia renacentista llega a los
Balcanes y a Grecia en el siglo XIX, después
de la guerra de la independencia (18211828). Los Iconógrafos rompen con la Tradición y utilizan el naturismo y la técnica del
temple es reemplazada por el óleo; buscan el
fiel detalle anatómico y la belleza física; olvidan la perspectiva invertida y el arte de los
símbolos.
Durante las ultimas décadas ha resurgido el interés por el arte bizantino en el
mundo.
En Grecia hubo una revitalización significativa gracias al renombrado Iconógrafo
Fotio Kontoglu (1895-1965), busca los orígenes del arte, los revitaliza y los da a conocer a través de sus Iconos, sus publicaciones
y conferencias. Surgen las escuelas en Atenas y de Tesalónica con maestros Iconógrafos
que inculcan a sus alumnos el respeto por la
Tradición.
Rusos exilados como Evdokimov y
Leonidas Ouspensky vuelven a las fuentes y
publican libros donde se muestra la Teología
del Icono, llevan sus enseñanzas a Francia,
Alemania, EE.UU. y otros países.
Surgen Iconógrafos y escuelas Iconográficas en todo el mundo, siendo las mas
importantes la Francesa y la de Estados
Unidos.
En Rusia se comienzan a restaurar los
Iconos antiguos y se publican libros sobre los
Iconos y su restauración.
El Icono ha ido ganando espacio. In-
Manual
de
Iconografía
SAN ONOFRIO DEL MONTE ATHOS
clusive en la Iglesia Romana, con motivo de
cumplirse el milenio de la Cristianización de
Rusia, ha publicado libros y reproducciones
de Iconos rusos y romanos en papel, llegando en los últimos años al “delirio del interés”
con la caída del régimen comunista en Rusia,
y la libertad de culto en ese país.
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
22
Manual de Iconografia Ortodoxa
María
canto y poesía en color; es una resonancia
musical de líneas y formas. El Icono no es la
belleza tal como la concibe el arte profano,
sino “la Verdad” que desciende y se viste con
sus formas. El Icono relaciona dos infinitos:
“La Luz Divina” y el espíritu humano.
En el Icono, el detalle queda reducido
al mínimo y la expresión es lo máximo. Con
laconismo y sobriedad, el Icono se corresponde con la “Escritura Sagrada” sólo muestra lo esencial. Se debe renunciar a la expresión naturalista del espacio y con la profundidad deben desaparecer las sombras.
El arte Iconográfico, en lugar de representar una escena que el espectador mira,
pero de la que no participa, representa
personajes relacionados entre ellos por el
sentido general de la imagen y unidos sobre
todo al espectador mismo; porque es más
importante la comunicación con el espectador que la acción representada, dado que,
esta comunicación, debe conducirlo hacia su
propio interior.
La “Tradición de la Iglesia” cultiva el
refinamiento en el estilo y el gusto; y el
“Canon Iconográfico” precisa los grandes
principios que conciernen a la forma y al
contenido. La Iconografía no es un libre
juego de la imaginación sino la lectura de la
Biblia y de los arquetipos y la contemplación
de los prototipos; pese a ello, las reglas
Iconográficas no son inmutables; no comprimen la espontaneidad del Iconógrafo.
La rigidez de la regla Iconográfica preserva al Iconógrafo del subjetivismo impresionista de los románticos; y la sujeción al
ritmo contribuye a la claridad de la expresión
y a su pleno poder.
Aun así, sin abandonar los cánones, el
Iconógrafo puede modificar el ritmo de la
composición, los contornos, las líneas cortas
o largas, ciertos colores y los matices que
llegan a ser únicos para cada artista; y con
todo esto, puede expresar una característica
totalmente personal.
Iconógrafos como André Rublev y
Teofanes el Griego han escrito Iconos con la
Cecilia
Mascarenhas
SAN ATANASIO
EL ARTE ICONOGRAFICO
EL Icono no fue inventado por los
artistas, surge del pueblo y se convierte en
una “Tradición de la Iglesia” y una regla
confirmada. La Iglesia a través de sus clérigos vigila para que los Iconógrafos se abstengan de fantasear y sigan la Tradición; y
realicen Iconos dentro de los cánones establecidos.
Para ser un Iconógrafo, el arte y el
talento de un artista no bastan, aunque son
necesarios. El Icono para el Iconógrafo es un
camino; es una forma de vida, dedicada a la
contemplación y al estudio. Para “escribir
Iconos” se necesita la ascesis de la paciencia,
del silencio, de la perseverancia y de la
oración continua. El Iconógrafo debe alcanzar el dominio de los medios con que trabaja
para que ellos le sirvan para hacer un “relato
del cielo”.
Un Icono nunca puede descender por
debajo de cierto nivel artístico. Es alabanza,
de
Boschkowitsch
23
El Icono
misma composición y sobre el mismo tema;
y resulta asombroso constatar que, a pesar
de su parecido, no hay uno igual a otro. No
es posible encontrar dos Iconos idénticos, ni
aun si son hechos por el mismo Iconógrafo.
Hoy día se pueden observar copias idénticas, realizadas por copistas que se dedican
sólo a hacer este tipo de trabajo.
Cada Icono, cada Iconógrafo, cada
escuela, tiene su propio sello.
El arte Iconográfico es un lenguaje, un
sistema de expresión especial, cuyos elementos se relacionan con un sentido, de la
misma manera que el pensamiento se relaciona con las palabras de una frase. Su
contenido, su mensaje secreto, expresan “el
mas-allá”.
“La crisis actual del arte sagrado no es
estética; es religiosa” (Evdokimov). Si bien
en los últimos años hemos visto resurgir el
interés por los Iconos, no se comprende su
esencia, y aun existe a veces un “Iconoclasmo” (rechazo del Icono) encubierto, porque
progresivamente se ha ido perdiendo el
simbolismo litúrgico y la visión patrística de
lo religioso.
Actualmente, hay obras de arte sobre
temas religiosos que siguiendo las leyes ópticas lanzan su red sobre las cosas y constituyen una visión de lo que está “más-cerca”.
Los principios del arte religioso moderno están en fusión con un estado de
exteriorización, de separación, de distancia
y de aislamiento. Para expresarse buscan el
espacio que se interpone entre el ojo y las
cosas, a través de la unidad de la acción, y de
la red del tiempo; sólo son útiles para la vida
corriente, a través de su ilusión óptica.
La Iconografía en cambio, trata de
lograr un estado de interiorización, de unión,
de acercamiento y de comunicación. Para
expresarse busca la unión entre el ojo y el
Icono, a través de la diversificación en la
acción, sin tiempo, con la perspectiva invertida. No utiliza la ilusión óptica; trata de
mostrar la realidad espiritual y la imagen
visible de la Divinidad. No presenta una
Manual
óptica habitual e impone al espectador otros
principios.
EL Iconógrafo no puede ignorar nada
de las técnicas pictóricas, pero no debe
hacer de ellas la condición de su arte. El
Icono no copia la naturaleza; la relación entre
las dimensiones de los seres y las cosas no
entra en un Icono. Sugiere la presencia esquemática del mundo, a menudo por medio
de formas geométricas, que dibujan las escarpadas rocas de una arquitectura surrealistas. El Icono realiza una sabia abstracción
que quita la pesadez y conduce a una figuración paradójica de las cosas. La arquitectura, el mundo esquemático, las rocas, las
plantas y los animales que se utilizan no tienen
valor por sí mismos, sólo refuerzan el significado de los personajes y muestran la sumisión de lo material a lo espiritual.
La materia está viva pero inmóvil, aparenta una desmaterialización, convierte al
hombre terreno en hombre celestial. No se
rinde culto al físico; la desnudez se cubre, se
viste o se drapea, se adivina el misterio de la
Transfiguración a través los pliegues del vestido. No se ensalza ni se exalta la anatomía;
se deforma expresamente, se le da una aparente rigidez para subrayar la potencia interior. A través de las deformaciones voluntarias y admirablemente medidas, se muestra
el desapego de las formas terrenales se da
a los cuerpos una esbeltez tal que pierden su
carácter carnal.
Por otra parte, si se observa la desnudez en los Iconos, ésta se muestra como un
vestido de Gloria; no denota pesadumbre ni
sensualidad, sino corporeidad espiritual; la
carne se viste de espacio luminoso, con la
desnudez anterior a la caída.
El Iconógrafo trata el tiempo y el espacio con gran libertad, utiliza a su gusto los
elementos de este mundo y deja atrás la
audacia de la pintura moderna. Invierte la
perspectiva, hace que todos los tiempos y
lugares converjan en un punto; todo lo despliega hacia afuera. La posición de los personajes y su tamaño dependen del significado
de
Iconografía
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
24
Manual de Iconografia Ortodoxa
de la escena.
Respetando el ritmo propio de la composición y la forma plana de la tabla, el
Iconógrafo da libertad a cada parte del Icono
en función de sí mismo. Todo objeto se
presenta como sujeto conocido en sí mismo.
Los personajes del plano posterior pueden
ser mas grandes que los del plano anterior sin
que se pierda la armonía del conjunto.
El arte moderno modela en tres dimensiones, el arte Iconográfico modela en dos
dimensiones, sin tomar en cuenta la tercera.
El Iconógrafo organiza su composición en
base a la altura y no a la profundidad, subordina el conjunto a la superficie de la madera
plana o del lugar en que escribe el Icono; por
lo tanto, suprime el vacío y ubica los personajes sobre las dos dimensiones de la plancha, los coloca a lo largo de la superficie por
la cual parecen resbalar, salir y avanzar hacia
el que los contempla.
El Iconógrafo no trabaja el claro oscuro; no utiliza la profundidad ficticia, ni el
volumen, los reemplaza por la superposición
de colores y las manchas claras, (que dan la
impresión de distancia), por la perspectiva
invertida y los fondos luminosos.
No hay cronología en el tiempo; las
escenas se superponen siguiendo el orden de
un tiempo dado, la composición no se encierra jamás entre muros, los episodios se asocian según su sentido; la acción se desarrolla
fuera de los limites del lugar y del tiempo.
“No hay lugar”, “no hay tiempo”; “todo ha
sido, todo es y todo será”, “todo es siempre
presente y para siempre”.
La perspectiva, tal cual la estudiamos
en forma académica es un producto del renacimiento. Esta perspectiva consiste en que el
cono óptico, entre el objeto y el ojo, determina un punto de huida donde las líneas se
encuentran y que, para la mirada, se sitúa en
la línea del horizonte; los objetos alejados
parecen mas pequeños, todo está proporcionado a la distancia y da la ilusión de
profundidad. Es el sistema científico y matemático que representa un objeto en el espa-
María
cio.
En Iconografía hablamos de perspectiva invertida . Esta perspectiva consiste en
que el punto de huida, entre el cono óptico y
el objeto, no se sitúa atrás del cuadro, sino
adelante, en el espectador. Los objetos no
se ubican en forma proporcional a la distancia; no hay ilusión de profundidad. Esta perspectiva no es un sistema científico, ni matemático, es un «sistema espiritual» , que representa los objetos en un espacio celestial.
Las líneas se dirigen en sentido inverso; el
mundo del Icono está vuelto hacia el hombre, porque los personajes salen a su encuentro, o sea el mundo del Icono es el
comentario Iconográfico de la “Conversión
Evangélica”.
En la composición Iconográfica, la figura humana se basa en la figura del Cristo...,
“El Verbo se hizo carne y habitó entre
nosotros”...(Juan 1-14).
La cabeza da la dimensión y la posición del cuerpo; el rostro se centra en la
mirada, de ojos grandes y fijos, la frente es
ancha y alta. La boca y los labios están
privados de sensualidad; las orejas se alargan y la nariz es sólo una curva fina. El tono
oscuro de la piel suprime toda nota carnal.
La figura humana no se pone de perfil
- salvo en Judas el Iscariote (el traidor), en
satanás; y en los pecadores, o cuando los
personajes están en posición de veneración
al personaje principal. El perfil interrumpe la
comunicación, manifiesta gran agitación y
produce incapacidad de contemplación en el
espectador. La figura humana debe hacer
ver el hombre, escondido en el fondo del
corazón (1 Pedro 3 -4).
El Iconógrafo debe ser un gran maestro del dibujo. Variar las líneas hasta el
infinito, sin que pierdan precisión; el trazado
continuo se asocia al ritmo; un contorno
negro destaca y subraya el valor propio de la
figura .
El Iconógrafo hace del color un canto
y una poesía. Utiliza colores radiantes ; nunca bajos ni sombríos. El color se lleva hasta
Cecilia
Mascarenhas
de
Boschkowitsch
25
El Icono
su máxima saturación y ofrece una gama
cromática plena, hacia el blanco. Los colores
se pueden cambiar según el tema, la escuela
y el sentido de la composición.
A través de sus conocimientos, el arte
Iconográfico lleva “la Luz del Primer Día”
hasta “la Ciudad Luminosa” del “Ultimo Día”
.
Manual
de
Iconografía
SANTA BÁRBARA
EL ICONO Y EL ARTE
Hasta el siglo X, el arte de la Iconografía se mantuvo dentro de la tradición bizantina,
en Oriente y en Occidente. A partir de ese
momento, pintores como Giotto, Duccio,
Cimabue, introducen en el Arte Sagrado
occidental la facticidad óptica, la perspectiva, la profundidad , el juego de los clarososcuro, o sea el engaño visual .Olvidan el
lenguaje “Sagrado de los Símbolos” y de “la
Presencia”; trabajan plásticamente “temas
religiosos”, que por su realismo, golpean el
sistema nervioso; el “Misterio de los Símbolos” pierde su potencia secreta y se borra.
El arte comienza a alejarse de lo trascendente, rompe con los “cánones de la
Tradición” y cesa de integrarse al “Misterio
Litúrgico”. Los personajes aparecen de carne y sangre; están vestidos y ubicados en el
ambiente contemporáneo; el relato Bíblico,
el hecho milagroso, son sólo una ocasión
para ejecutar un retrato, una anatomía, un
paisaje; se apela a los sentimientos emocionales y no a los sentidos místicos.
A partir del renacimiento los grandes
estilistas se ejercitan en temas cristianos con
una total ausencia de sentido religioso, comienza el arte subjetivo. En el siglo XVIII, el
arte pierde el lazo entre contenido y forma y
se hunde progresivamente en la noche de las
rupturas, hasta llegar a la abstracción pura.
El conocimiento se separa de la contemplación; el ser se vacía, su contenido esencial se
desnaturaliza, se degrada, se destruye lo real
disociando sus elementos y se suscitan
discontinuidades infranqueables.
El artista , dedicado cada vez más a la
soledad, busca cierta clase de “super-objeto
de “supra-realidad”, porque para él la realidad simple no es expresable. Se esfuerza por
alcanzar ese lazo secreto por las cosas de
este mundo. En el deseo de conocer el objeto
secularizado, se pierde el misterio y se llega
a una abstracción docética, al juego fantasmagórico de sombras sin cuerpo.
El arte abstracto encuentra, en su punto de avance, una libertad sin prejuicios y sin
Materiales
y
Técnicas
del
Arte
26
Manual de Iconografia Ortodoxa
formas académicas. La forma exterior figurativa está deshecha.
Por lo tanto, se debe ver el arte de hoy
como “arte de la puerta cerrada”, no trasciende nada, porque el acceso a la forma
interior, -que es portadora del mensaje secreto-, está cerrado por “el ángel de la espada flamigia”.
EL arte debe elegir entre “vivir para
morir”, o “morir para vivir”, porque el camino
se va a abrir a través del “Bautismo del
Espíritu Santo”.
En la muerte, el arte encontrará su
resurrección; su renacimiento será el “Arte
Epifánico”, cuya expresión culminante es el
Icono.
En los últimos tiempos se ve que - en la
“Acción del Espíritu” como “una de la manos
del Padre” (G.Palamas)- hay, una sugestión,
una invitación decisiva dirigida a todos los
medios culturales, a fin de encontrar su intención original y culminar en una opción; volver
a la fuente, a Dios mismo.
Cuando un artista se convierte en Iconógrafo, encuentra su verdadera vocación en
un arte sacerdotal, cumpliendo con el Sacramento Teofánico y mostrando el lugar donde
“Dios desciende y asienta su morada”.
En la actualidad, aquel que quiera
llegar a ser Iconógrafo, debe hacer morir en
si mismo el arte tal como se lo concibe hoy
día, debe volver su vida hacia Dios, hacia el
“verdadero arte”.
La Iconografía es la representación
visible de «Lo Invisible»; es volver al símbolo, a lo simbólico. Porque el Icono se opone
radicalmente, a todo cuanto es retrato, a lo
subjetivo, a lo engañoso, a lo abstracto; el
Icono es únicamente relación entre “la Persona” que representa y su “Cuerpo Celestial”.
Por eso, resulta imposible realizar el
Icono de un viviente y toda búsqueda de
semejanza terrenal o carnal queda excluída.
En Iconografía la “Hipóstasis” se adueña de
la “semejanza” como tal, asumiendo el cuer-
María
po transfigurado que el Icono representa.
Por lo tanto, en su valor de símbolo, el Icono
sobrepasa el arte pero también lo ubica;
podemos admirar las grandes obras de los
maestros de la pintura y hacer de ellas la cima
del arte pictórico pero el Icono siempre está
aparte; como la Biblia, que se coloca por
encima de la literatura y la poesía.
Es posible ver el arte como algo más
perfecto que la Iconografía, porque justamente, ésta última no busca la perfección. La
perfección daña al Icono, porque descentra
la mirada interior y la saca de la «Revelación
del Misterio». La belleza del Icono se apoya
en un equilibrio de extrema exigencia; debajo
de cierto “límite” no es más que un dibujo,
por encima de ese límite el Icono resplandece
con la belleza estricta conforme al tema,
según San Basilio en la belleza de “Aquel que
es el Dios de los pintores de los Cielos y de
lo que está por encima de los Cielos”.
Para convertirse en receptáculo de la
“Belleza Divina”, “el Arte por la Fe”, se debe
abrir concientemente a la “Luz Divina”. Para
reencontrar la belleza cara a cara, para alcanzar el resplandor de la Gracia, debe sobrepasar lo sensible y lo inteligible, franquear
las “Puertas Sagradas del Templo” y llegar al
“Icono”.
El Icono es una invocación, es la
presencia, la belleza que viene al encuentro
de nuestro espíritu, no para arrebatarlo sino
para abrirlo a la proximidad ardiente del Dios
personal.
El arte del Icono no es autónomo; está
incluido en el “Misterio Litúrgico” de donde
fluye la “Presencia Sacramental”. El Icono
hace suya cierta transfiguración; los elementos de este mundo están en sumisión total a lo
espiritual. Pueden representar a la Virgen
con tres manos, hacer caminar a un mártir
que lleva en sus manos su propia cabeza o en
una bandeja sus propios ojos; poner el cráneo de Adán a los pies de la Cruz; personificar al Cosmos en la figura de un viejo rey y
al Jordán en la de un pescador; invertir la
perspectiva y hacer que todos los espacios
Cecilia
Mascarenhas
de
Boschkowitsch
27
El Icono
culminen en un solo punto.
Hoy en día, el pintor maneja los colores como un arco iris fuera de su contexto
cósmico; utiliza el espectro solar variándolo
de muchas maneras pero no une el cielo y la
tierra; no le dice al hombre nada de un modo
esencial; utiliza el juego del color sólo para un
fin estético.
En el Icono, el color y el arco iris no son
un juego estético; son símbolos escondidos.
Según la Biblia, “es el Símbolo de la Primera
Alianza” entre Dios y el hombre en caída.
En la Iconografía el arco iris sostiene el
cuerpo del Cristo en la Transfiguración, en la
Ascensión y en su “Glorioso Segundo Advenimiento”.
Ese simbolismo muestra lo ilimitado de
la expresión Divina y toma como punto de
partida la Encarnación: “Por Tu naturaleza,
por cierto eres ilimitado, pero Tu has querido, Señor, limitarte bajo el velo de la carne”.
En el Icono el Rostro del Cristo está
presente y con Él todo lo humano; su inmovilidad Iconográfica casi rígida, ese límite de
la forma, desborda lo ilimitado de su espíritu.
De su posición frontal o semi-frontal, sin
ningún artificio, su mirada nos quema sin
consumir y nos da su luz para poder vivir.
La propia luz del Icono le sirve de
materia colorante, lo hace ilumiscente por si
mismo, esto hace que toda fuente de luz sea
inútil; él mismo es fuente de luz.
Por estas razones, la Iconografía moderna es llamada más que nunca a encontrar
la potencia creadora de los primeros
Iconógrafos. “Hacer morir el arte, para que
el arte viva” a la Luz de la” Imagen de Dios”.
Hacer del arte profano, el arte Teofánico;
restablecer el Icono, buscar al “Ángel de la
Presencia y la belleza de «la Iglesia». Recrear
el rostro humano del hombre, con la Santa
Faz del Dios-Hombre; valorizar el alma humana con “la Mujer vestida de Sol”, “Su
Santa Madre”, “Gozo de todos los Gozos”,
que combate todas las tristezas y de quien
fluye toda la ternura.
Manual
de
Iconografía
Materiales
y
SANTA IRENE
Técnicas
EL ICONO Y EL ICONOGRAFO
del
Arte
En el manual de Iconografía del Monte
Athos se indica, a los Iconógrafos, “que para
escribir un Icono es necesario la plegaria con
lágrimas para que Dios penetre en el alma” y
explica que la Iconografía es un arte divino
que Dios mismo nos transmite”. También
dice “rezad a San Lucas, nuestro primer
Iconógrafo, de esa manera la inspiración del
Evangelista y la vuestra se emparentará en el
28
Manual de Iconografia Ortodoxa
nivel de las revelaciones del Misterio”.
El Iconógrafo debe aprender con dedicación rezando constantemente y como
dice el manual “debe invocar al Espíritu Santo para que lo dirija”. Luego debe realizar el
Icono de la Transfiguración para que la “luz”
brille en su corazón por la gracia de Dios.
El manual agrega “que el Iconógrafo se
presente con su Icono ante un presbítero,
para que éste, rece sobre él y recite el himno
de la Transfiguración”. De esta manera un
artista se convierte en un Iconógrafo aceptado y debe solicitar a su maestro Iconógrafo o
a otro Iconógrafo y luego a un obispo su
bendición apostolica para ser Iconógrafo
bendecido.
El Iconógrafo aprende que el Icono
canta la Gloria y la Belleza de Dios. Esa
Belleza que no necesita pruebas, porque Se
muestra a través del Icono mismo porque
evidencia la existencia de Dios. La Teología
del Icono nos habla de la “Esencia” y de la
“Energía” del Icono que son símbolos de la
“Presencia” que deberá manifestarse para
trascender al espectador.
El Iconógrafo debe aprender a través
de la contemplación, de la composición y de
la realización del Icono de la Transfiguración
que los Iconos se pintan con la “luz”. Esa luz
que no tiene sombras, y que enmarca las
figuras, esa luz que lleva al Iconógrafo a
clarificar los colores desde su color más
profundo. Aparece así la figura surgiendo de
una progresión, que reproduce el crecimiento de la luz en el interior del hombre.
El Icono es, por lo tanto, el reflejo
brillante del mayor atributo de la gloria, la
“Luz de Dios”. El Icono nos revela “la Luz”,
por eso se debe fusionar el elemento artístico
con la contemplación mística, para que se
vea que en el Icono está el brillo del mas allá;
porque el Icono revela la “Luz”; como oración purifica y transfigura al que lo contempla; como misterio enseña que en él está el
silencio habitado y la alegría del cielo en la
tierra.
El Icono marca la “Luz” de la forma
María
interior, así como la arquitectura sagrada
ordena el espacio del templo y el memorial
litúrgico ordena el tiempo de la oración.
El Icono es una escritura, una presencia, una contemplación y una oración y como
tal debe ser comprendido por el Iconógrafo.
El Iconógrafo no debe basarse en su
imaginación para realizar un Icono, debe
realizarlo según las escrituras y la Tradición..
El Séptimo Concilio Ecuménico declaró: “la
composición de los Iconos no se deja a la
iniciativa de los artistas; que se deben basar
en los principios establecidos por la Iglesia y
la Tradición religiosa. Sólo el arte pertenece
a los pintores; el ordenamiento y la disposición pertenecen a los Padres de la Iglesia”.
San Juan Damasceno dice: “Ya que el
Invisible, se revistió de carne y apareció
visible, tu puedes representar la semejanza
de Aquel que se encarnó”. Por eso el Icono
es una enseñanza Teológica, una participación litúrgica, una comunión (común-unión).
Es una visión transfigurada, una imagen del
cielo sobre la tierra. No es cualquier imagen;
muestra la Divinidad y a los Servidores de
Dios (Ángeles, Profetas, Santos, etc.) que se
nos manifiestan en el tiempo.
San Juan Damasceno dice: “El sacerdote toma el pan y el vino que se transforman
en el Cuerpo y la Sangre del Cristo y el
Iconógrafo toma la “materia” que se convierte en un mundo transfigurado. Toma el pan y
el vino, es decir las formas, las líneas , los
colores y el diluyente y hace una visión estética.
Los maestros Iconógrafos indican: “el
Iconógrafo debe poseer humildad, dulzura y
piedad. Debe tratar de vivir en paz. No debe
beber, ni robar. Ante todo conservará la
fuerza del alma y del cuerpo. Si no puede
vivir en celibato que se case. Si no es un
monje, como laico debe buscar la santidad
cumpliendo sus deberes de estado, pero
aspirando a imitar el ideal propuesto por
quienes se han apartado del mundo. Si no
puede hacerlo efectivamente, tiene que hacerlo en su interior. Debe visitar frecuente-
Cecilia
Mascarenhas
de
Boschkowitsch
29
El Icono
mente a su Padre espiritual, contándole su
manera de vivir. Guardará la disciplina y la
castidad. Huirá de la imprudencia y de la
agitación (desasosiego - ofuscación) porque
el Icono es una escuela de paciencia, silencio
y perseverancia”.
El Iconógrafo debe comprender y hacer comprender que la belleza del Icono no
está en su perfección estática sino en lo que
inspira al observarlo.
El artista convertido en Iconógrafo, no
crea para recibir elogios del hombre, sino
para que a través de su obra, el hombre
pueda llegar a Dios.
EL ICONO Y EL ORTODOXO
Manual
El Concilio de Constantinopla del Siglo IX, restablece definitivamente la veneración de los Iconos; del Icono en sí -mismo
como «Icono de la Ortodoxia». Este hecho
se recuerda el primer domingo de cuaresma.
La Iconografía es parte de la Tradición
y constituye una verdadera “Teología Visual”. Implica la conducción y la revelación
de las “energías” celestiales,, porque en la
Iconografía se encierra “el misterio”, cuyo
sentido no se da directamente sino que se
representa por medio de intermediarios, mediadores y símbolos que llevan el “mensaje
oculto”.
El Icono se considera un símbolo porque contiene en sí - mismo la “presencia” de
lo que simboliza.
El Icono es expresión de la iglesia y de
su enseñanza dogmática ; es revelación de la
vida en Cristo y de los misterios de la economía Divina para la salvación de los hombres.
El Icono es el arte resucitado; ni signo,
ni imagen, ni cuadro simplemente Icono. Símbolo de la “presencia”, lugar de “resplandor”
y visión “litúrgica del misterio” hecho imagen.
El Icono está integrado al “misterio litúrgico”
y no es posible comprenderlo fuera de esta
integración.
Este “Misterio Litúrgico” no se realiza
exclusivamente en el templo. Para el ortodoxo, la litúrgia se realiza también en los
hogares, rezando frente a su altar solos o en
familia recuerdan la frase del Señor cuando
dice “...donde están dos o tres reunidos en mi
nombre allí estoy yo, en medio de
ellos...”(Mateo 18-20).
En la casa de los cristianos ortodoxos,
los Iconos se ubican en los rincones o paredes de las habitaciones orientadas hacia el
este, porque la “luz viene de oriente”; transformando el lugar en el punto más importante
de la habitación.
Muchos dedican una habitación completa como templo del hogar, allí colocan la
de
Iconografía
Materiales
y
Técnicas
SAN ELEUTERIO Y SANTA ANTONIA
del
Arte
30
Manual de Iconografia Ortodoxa
Biblia sobre un atril y los Iconos cubren las
paredes, es allí donde prenden velas, inciensan
y rezan.
Hoy con los departamentos modernos
es difícil dedicar toda una habituación, por lo
tanto se elige un lugar, un rincón para este fin,
a veces cada integrante de la familia busca su
lugar en su habituación. El Icono trasforma el
hogar en una “Iglesia doméstica” y la vida de
los fieles en vidas orantes.
La Tradición dice que al llegar al hogar, el cristiano ortodoxo, debe inclinarse
ante él o los Iconos, rezar y recoger la mirada
a Dios y después saludar a los que están en la
casa; también al salir debe rezar y pedir la
bendición del Señor y luego partir.
El Icono nunca es una decoración; es
un centro de “Luz” que ilumina el espacio
dentro del cual se encuentra. En el templo,
los Iconos están como objetos de culto, no
para observarlos como en un museo. Todo
feligrés que entra al templo se siente tocado
por una sensación de vida incesante. Aun
fuera de los oficios todo parece estar esperando “los Santos Misterios”; todo parece
animado y a la espera del Cristo que viene a
darse en alimento espiritual. En esta grandiosa sinfonía, cada feligrés al mirar los Iconos
ve a Dios, a su Santa Madre, a los Angeles
y a sus hermanos mayores que lo precedieron
como seres vivos y con ellos participa de la
litúrgia y canta: “en Tus Santos Iconos contemplamos el tabernáculo celestial y Te alabamos con alegría”.
El mencionado Concilio de Constantinopla dice: " ...el Evangelio nos dice por la
Palabra, lo que el Icono anuncia por los
colores y nos lo hace presente...”. El Icono
atestigua la “Presencia “de los representados, expresa su intercesión y su comunión
con nosotros.
El Icono físicamente es sólo una plancha de madera; no tiene sustancia propia; no
encierra nada; todo su poder Teofánico lo
obtiene por medio de la Semejanza allí pintada que lo convierte en rayo esplendoroso,
que co-participa de la Divinidad. El Icono
María
traduce una “presencia energética”, no localizada, no encerrada, no creada, que surge de
su punto de concentración. Esta “Teología
de la Presencia” es lo que distingue al Icono
de un cuadro religioso.
El triángulo estético de toda obra de
arte se forma con: la obra propiamente dicha,
el artista y el espectador. El Icono rompe
este triángulo estético; la obra se inmanta con
su función mística, el artista se borra tras la
Tradición que habla, el espectador se prosterna en un acto de plegaria y adoración a
Dios. Para “oriente”, el Icono es un “Sacramental”. Por esta razón el Presbítero debe
verificar la corrección dogmática, la conformidad con la Tradición y el nivel de expresión artística del Icono. Además para que se
convierta en testigo, se colme de “La Presencia” y sea canal para la “virtud Santificadora”, el presbítero lo debe bendecir y consagrar para instituirlo en su función litúrgica.
El Icono es una peregrinación hacia
Dios por medio de la oración;una invitación a
acompañar y seguir la vida del Santo que
representa, invita a la conversión y señala
que el hombre en su humildad debe hacer de
la oración un estado permanente
Cecilia
Mascarenhas
de
Boschkowitsch
31
El Icono
Manual
poder de servir a los ideales de la Fe”
El contenido litúrgico de la Iconografía
contribuye para que los creyentes comprendan el gran misterio de la Eucaristía. Los
Iconos ofrecen al espectador, a través de la
desmaterialización, la impresión de una visión “extra-terrestre” y hacen incomparablemente perceptible el contenido de los himnos
y oraciones litúrgicas. “Que toda carne guarde silencio, en temor y temblor, que aleje de
si todo pensamiento terreno pues el Rey de
Reyes y el Señor de los Señores avanza para
ser inmolado en el alimento a los fieles”.
La Iconografía por su naturaleza es
“expresionista”. Su expresión artística es una
profunda experiencia de vida, no está limitada a las impresiones que el ojo recibe sino a
lo que manifiesta el alma. Se dirige primordialmente al espíritu.
El contenido de la Iconografía concurre al Trabajo Redentor del Cristo, “al mundo nuevo y al cielo nuevo; no concierne a lo
antiguo, a la naturaleza y a lo transitorio. Es
decir la Iconografía ortodoxa representa al
mundo regenerado por la Gracia Divina”
(Constantín Kalokyris).
El Icono no es una imitación servil de la
realidad sino que trata de expresar la naturaleza deificada.
La Iconografía es la visión de un mundo “a través de los ojos interiores” en el cual
la esencia profunda de las cosas se torna
comprensible, tal como “el esplendor
deiforme de la virtud”.
La Iconografía evita la representación
de las Sagradas formas según la realidad
natural y ve, a través de una abstracción
verdaderamente maravillosa sobre esas formas, como expresar la Realidad Espiritual
que constituye su mas elevada verdad.
Materia y forma, esto es contenido y
estilo, están en una relación tal que una
interpreta a la otra y ambos interpretan la
esencia de la Iconografía.
La forma Iconográfica es el elemento
que da a su expresión el poder y la superio-
de
Iconografía
LAS TRES LUMINARIAS
Materiales
CONTENIDO Y FORMA
La Iconografía es un arte que no copia
la naturaleza, ni busca la forma y el color.
Toma los elementos técnicos y logra expresar el «Significado de la Ortodoxia».
La Iconografía es un Arte Litúrgico y
Dogmático porque su contenido (propósito
para el cual ha sido creado) cubre las necesidades y propósitos de la Iglesia (espíritu y
no materia).
La Iconografía es un Servicio “a” y
“en” la Iglesia. El contenido se entrelaza con
la vida, la evolución y la Tradición ortodoxa
e interpreta el contenido histórico de la Fe y
las verdades doctrinarias.
Su contenido transcendental no es la
belleza física, ni la natural, sino la expresión
de la santidad. Lo bello en el Icono no esta
determinado por la natural formación del
objeto sino por su contenido sublime “ su
y
Técnicas
del
Arte
32
Manual de Iconografia Ortodoxa
ridad espiritual.
La Iconografía realiza sus creaciones en una concepción morfológica particular sacando
al espectador de lo transitorio en este mundo y dándole la idea de la creación renacida y del
mundo eterno.
En los Iconos se observan características similares, que se repiten a través de los tiempos.
Estas características exteriores se desnaturalizan expresando un estilo particular que no se limita
a lo exterior sino que da forma a la esencia del ser representado.
María
Cecilia
Mascarenhas
de
EL EPITAFIO (LA SEPULTURA DEL SEÑOR)
Boschkowitsch