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Manual de Iconograf a

Manual de Iconografía Materiales y Técnicas del Arte Contenidos PALABRAS INICIALES A LOS ICÓNGRAFOS REGLAS PARA LOS ICONÓGRAFOS ORACIONES PARA EL TRABAJO María AL COMENZAR CUALQUIER OBRA CAPITULO I EL ICONO EL ESTUDIO DEL ICONO INTRODUCCIÓN TEOLÓGICA RESUMEN HISTÓRICO EL ARTE ICONOGRAFICO EL ICONO Y EL ARTE EL ICONO Y EL ICONOGRAFO EL ICONO Y EL ORTODOXO CONTENIDO Y FORMA Cecilia Mascarenhas CAPITULO II MATERIALES PANELES TABLAS DE MADERA COMIENZA EL TRABAJO de DUREZA DE LA MADERA TABLAS DE MADERA CONTRACHAPADAS MADERAS AGLOMERADAS LOS MARCOS LOS TACOS LA COLA LA TELA PREPARACION DE LAS TABLAS Boschkowitsch IMPRIMACIÓN SIN ENTELAR IMRIMACIÓN ENTELADA (1) IMPRIMACIÓN ENTELADA (2) ELEMENTOS PARA PINTAR PALETAS PINCELES PIGMENTOS DILUYENTES CAPITULO III EL DIBUJO Manual IMPORTANCIA DEL DIBUJO PERSPECTIVA INVERTIDA SISTEMA PROPORCIONAL DE SIMETRIA DINAMICA CONSTRUCCION DE UN RECTANGULO RAIZ OBTENIDO AFUERA DE UN CUADRADO CONSTRUCCION DE UN RECTANGULO RAIZ OBTENIDO DENTRO DE UN CUADRADO DESARROLLO DE DISEÑOS EN UN TRIÁNGULO RAÍZ EL DIBUJO DEL ROSTRO de Iconografía DE FRENTE: DE SEMIPERFIL Y TRES CUARTO PERFIL: LA FIGURA HUMANA CAPÍTULO IV EL DIBUJO Y SUS COMPONENTES LA EXPRESIÓN DEL ROSTRO EN LOS ICONOS LOS OJOS LA NARIZ Y LAS OREJAS LA BOCA EL CABELLO Y LA BARBA 4. LAS MANOS Y LOS PIES EL VESTIDO EL AMBIENTE LOS COLORES Materiales CAPITULO V y TRABAJANDO EL COLOR Técnicas COMO TRABAJAR LOS COLORES LOS COLORES EN ROSTROS, MANOS Y PIES Base de carne común: Base de carne simple: Base de carne según Panselinos: Base de carne según San Dionisio de Fourna: Color carne simple: Según San Dionisio de Fourna: del Arte Otro color carne: Según Panselinos: Mezclas para la clarificación: COLORES MEZCLADOS: María CLARIFICACIÓN EN FORMA DIRECTA CLARIFICACIÓN POR HACHAZOS CLARIFICACIÓN DILUYENDO Emulsión: PROCEDIMIENTO COMBINADO LAS LUCES Cecilia LOS PIES Y LAS MANOS EL CABELLO Y LA BARBA DE LOS JÓVENES Base simple: Mascarenhas Base de Panselinos: Base de San Dionisio de Fourna: EL CABELLO Y LA BARBA EN LOS VIEJOS LA BOCA LOS PÁRPADOS de LOS DETALLES DEL ROSTRO EL BLANCO DEL OJO LAS VESTIDURAS Y EL AMBIENTE FLECOS O MANCHADOS EN ORO Cola de ajo CAPITULO VI Boschkowitsch TERMINACION DEL ICONO LOS FONDOS DORADO A LA HOJA DORADO AL AGUA Elementos para dorar Preparación del “bole” Emulsión para aplicar la hoja DORADO CON CLARA DE HUEVO DORADO AL BARNIZ LINEAS FINALES LOS HALOS LAS INSCRIPCIONES EN EL ICONO EL BARNIZADO Olifa (receta original) Manual Olifa (preparado con elementos modernos) CAPITULO VII TIPOS DE ICONOS GENERALIDADES LA SANTA FAZ de Iconografía ICONOS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ICONOS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN SAN MARCOS ICONOS DE LOS APÓSTOLES Y EVANGELISTAS SAN SPIRIDÓN ICONOS DE LOS SANTOS GRANDES ICONOS LA SAMARITANA LA CRUCIFICCIÓN EL DESCENSO AL HADES PASCUA DE RESURRECCIÓN LA ASCENSIÓN PENTECOSTÉS LA TRANSFIGURACIÓN LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR LA DORMICIÓN - ASUNCIÓN - CORONACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EL BAUTISMO DE NUESTRO SEÑOR Materiales y CAPITULO VIII SIMBOLOS EN ICONOGRAFIA Técnicas SÍMBOLOS ESOTÉRICOS SÍMBOLOS EXOTÉRICOS PALABRAS FINALES LA AUTORA BIBLIOGRAFIA del Arte 1 Primeras palabras Manual de Iconografía PALABRAS INICIALES Quienes se interesen por el arte bizantino deben realizar un viaje al pasado que no es fácil, sobre todo para los hispano parlantes, porque la bibliografía sobre el tema en español es escasa o nula. Para el occidental es difícil comprender el arte bizantino; cree que este arte se rige por un código de reglas fijas, que no se pueden transgredir. Se le ha dicho que los artistas bizantinos no tenían interés en la novedad, la invención, la realidad y la actualidad pictórica. Piensa que el arte bizantino es uniforme e impersonal. Los artistas bizantinos respetaban enormemente la Teología cristiana. Se regían por las indicaciones de los Santos Padres. Pero su libertad para crear y componer Iconos era total. Estudiando las antiguas escuelas de Iconografía vemos que cada una de ellas tiene su sello, sus formas y sus colores, manejados a voluntad por los artistas. El Icono “EIKON” - del griego Imagen - es el pináculo del arte bizantino. El Icono tiene gran significado como objeto de culto religioso, ganado por propio derecho; reconocido por el Séptimo Concilio Ecuménico que restablece la veneración de los Santos Iconos en el Culto Cristiano. Los Iconos sobre un tema, deben mantener entre sí una gran similitud, para no perder el espíritu de la composición, de aquél a quien representan y mantener, al tiempo, la veracidad del creador que respeta concientemente la Tradición. Generalmente decimos que realizamos una obra nueva sobre un tema viejo. En la literatura existe un gran vacío en todo lo referente a la técnica necesaria para la realización de un Icono. Con este modesto manual, es mi intención cubrir un pequeño lugar en ese vacío y en nuestro idioma. Espero que esta publicación sea el primer paso para iniciar ese “viaje al pasado” que nos lleve a comprender ese arte, tan maravilloso. Materiales y Técnicas del Arte 2 Manual de Iconografia Ortodoxa María DEDICADO Con todo mi amor a mi esposo, Danilo y a mi hija, María Anastasia que me alentaron para realizar esta obra. Cecilia EN AGRADECIMIENTO A mi madre, Margarita Estela Catalina Guisasola, quien con paciencia y dedicación tradujo del francés y del inglés los libros que me sirvieron de bibliografía y fue mi correctora de textos. Mascarenhas GRACIAS Al Archipreste Valentín Iwaszewicz, Presbítero de la Catedral Ortodoxa Rusa de la Santísima Trinidad, por su ayuda espiritual y sus sabios consejos. Al Padre Atanasio Suheil Salhani, Presbítero de la Catedral San Jorge de la Iglesia de Antioquía por su colaboracion en la digramacion de este libro. de MI RECONOCIMIENTO A Florencio Díaz Martínez por su colaboración en la realización de gráficos y la presentación de este libro por computadora. Boschkowitsch ESPECIALMENTE A Margaret Apergis & Sons de Atenas, Grecia, por haberme autorizado a incluir en este libro los Iconos que ellos publican. 3 El dibujo Manual de Iconografía Materiales y Técnicas del Arte SAN HILARION "EL GRANDE" ABAD 4 Manual de Iconografia Ortodoxa nio. María Nació en Tabaltha, cerca de la Ciudad de Gaza en Palestina en el año 291, murió el 21 de octubre del año 372, día en que la Iglesia celebra su fiesta. San Hilarión fue cabeza y patriarca de los religiosos cenobitas en Palestina. Sus padres eran gentiles y ricos, lo enviaron a estudiar a Alejandría. Su primer maestro era cristiano, viendo el niño especial que era San Hilarión, le prestó gran atención y lo instruyó en la religión cristiana e hizo que recibiera el baustismo. Siendo ya cristiano adquirió todas las virtudes de la religión y admiraba a sus mayores por su devoción, su modestia y su compostura. Fue alumno de San Antonio “el Grande”, que tomó con particular cuidado la enseñanza de su discípulo. Vivió con los monjes del desierto donde también sobresalió instruyéndose en todos los secretos de la “Vida Espiritual”. A los 15 años volvió a Alejandría donde se enteró de la muerte de sus padres; herederó una cuantiosa fortuna. Dio parte de esa fortuna a sus hermanos y el resto lo repartió entre los pobres. Siguiendo el llamado del Señor se retiró al desierto de Palestina; un sitio espantoso, solitario y peligroso por la cantidad de salteadores y asesinos que habitaban en él. Allí sin temor comenzó su vida perfecta con gran fervor y rigurosa penitencia,que duró por espacio de 60 años . Su vestido se reducía a un saco grosero y a una túnica de pieles en forma de escapulario que le había regalado San Anto- Su alimento consistía en higos secos o lentejas remojadas o pan de cebada con raíces amargas. Era enemigo del ocio, repartía su tiempo entre la oración y el trabajo manual. Su habitación era una cueva tan pequeña que parecía una tumba. Su lecho eran juncos en la tierra. Durante muchos años luchó contra las fuerzas del maligno, que lo atormentaba, para esta lucha recurría a la oración y a la penitencia, dejando inclusive de comer durante tres o cuatro días seguidos y dedicándose por entero al trabajo. Después de casi 20 años de lucha, el Señor se manifestó al mundo a través del Santo mediante grandes milagros que le dan fama de Taumaturgo en vida. No sólo curaba el físico sino también el alma de los que se acercaban a él. Durante muchos años su gran fama no lo abandonaba y era perseguido por seguidores, admiradores y discípulos. San Hilarión introdujo en Palestina los primeros monasterios y fundó muchos que quisieron estar bajo su obediencia, les dio reglas y los administró con dulzura y caridad. San Hilarión prefería la soledad y la vida alejada de los honores, pero su fama y sus milagros lo seguían a todas partes. Trató de esconderse en varios desiertos pero siempre era descubierto por algún milagro que ocurría sólo con su presencia. Su fama recorrió Palestina, Egipto y llegó hasta Grecia. Por último buscó refugio en la isla de Chipre escondiéndose entre las piedras; allí hacía una vida muy santa. Se decía que su vida se parecía más a la vida de los Ángeles que a la de los hombres. Allí vivió sus últimos cinco años. Se difundió la noticia de que el Santo se encontraba en la isla y que había predicho su muerte. Muchas personas, al enterarse de la predicción, se reunieron y espe- Cecilia Mascarenhas de Boschkowitsch 5 El dibujo raron ese momento. Murió a los 85 años y solicitó que se lo enterrara allí mismo; se cumplió su deseo y se lo enterró en la isla. Diez meses después su discípulo Hesyquio hurtó su cuerpo secretamente y lo trasladó al monasterio de Mayuna. Su sepulcro se hizo glorioso por los milagros que se seguían produciendo después de su muerte. En su traslado se encontró que sus hábitos y su cuerpo estaban frescos e intactos como si estuviera vivo. Hoy sus reliquias se encuentran repartidas en los monasterios que fundó. Manual ORACIÓN Oh Señor por las intercesiones de Tu Santo el Abad Hilarión haz que por su intermedio logremos lo que por nuestros propios medios no podemos alcanzar. A LOS ICONÓGRAFOS de Iconografía San Dionisio de Fourna en su manual de Iconografía expresa: “Habiendo escuchado, Oh todos vosotros alumnos de los diligentes Iconógrafos, como en su Santo Evangelio, Nuestro Señor Jesucristo se enoja con aquel que enterró su talento, diciéndole: “Siervo malo y perezoso, debías haber puesto mi dinero a intereses y entonces yo habría recibido mi propio dinero con ganancias” (San Mateo 25), prestad atención..." "Yo tenia temor de ser condenado por perezoso y me apuré a incrementar el único talento que el Señor me ha dado, es decir este arte pequeño que yo poseo, que yo aprendí, estudiando, copiando y trabajando...” “Porque lo aprendí con tanto trabajo en mi juventud, lo he querido propagar en beneficio de todos vosotros que sois de la misma profesión, dandoos instrucciones en este libro mío”. Más adelante expresa: ... “Todo Iconógrafo debe rezar si desea aprender bien y después de las plegarias deberá realizar las proporciones y características de las figuras...". A través de este trabajo en habla hispana, no tengo intención de igualar o realizar un trabajo como el de San Dionisio, pero quiero dejar para aquéllos que intenten seguir este camino, una guía, para comenzar a trabajar y luego hacer como dice San Dionisio: “copiar todo trabajo de los maestros, en toda oportunidad, hasta que domine Materiales Escucha Oh Señor nuestra súplica. Amén. De la mano de Tu San Hilarión llegué a Ti y a Tus Santos Iconos, Oh Señor!, sean para él mi veneración y mi gratitud. y Técnicas del Arte 6 Manual de Iconografia Ortodoxa María Cecilia Mascarenhas PARÁBOLA DE LOS TALENTOS de las proporciones y formas originales, sin hacer este trabajo al azar, sino con temor de Dios y con la veneración debida a una tarea Sagrada”. Por eso ruego a quien tome este libro y le sea útil que rece por mí al Señor, para que nos libre de la condena del Servidor perezoso. Esta guía, con la ayuda de Dios, es todo lo que yo, sincera y verdaderamente, puedo dejar y sólo puedo decir: Trabajad bien, sin medir esfuerzos, con mucha atención y cuidado, para lograr una maestría completa en este arte; porque es un trabajo bello y admirable. Trabajad con devoción y dedicación para recibir la Gracia y la Bendición de Dios. No lo hagáis por ambición y amor al dinero, porque quien hace este trabajo por ambición, amor al dinero y sin devoción ni dedicación, debe temer el castigo de Dios. Más bien, antes de hacerlo de esta manera; que no lo intente.. Aquél que tenga una intención recta, trabaje siempre en presencia de Dios, rece al Espíritu Santo, pida la intercesión de la Santísima Virgen María, Madre de Dios, del Santo Apóstol San Lucas y de todos los Santos. Este es un trabajo para realizar siempre por amor a Dios, para hacer brillar la verdad en los corazones, para llevar la Luz a la vida y para abrir la ciudad de la paz. Boschkowitsch 7 El dibujo Manual de Iconografía REGLAS PARA LOS ICONÓGRAFOS Antes de comenzar a trabajar haz el Signo de la Cruz en silencio y perdona a tus enemigos. Sígnate varias veces durante el trabajo para fortificarte espiritual y físicamente Evita toda palabra inútil, guarda silencio y guarda tu espíritu de la distracción. Ora especialmente a Aquél que pintas el rostro. Él estará cerca de tí. Cumple con cuidado cada detalle de tu Icono, como si trabajases ante el Señor Mismo. Cuando dibujes o pintes extiende tus manos interiores hacia el Señor y pídele consejo. No sientas celos del trabajo de otros Iconógrafos. Su éxito es el tuyo. Al terminar, agradece al Señor Su Misericordia, porque Te ha acordado la Gracia de pintar Imágenes Santas. Sé el primero en orar ante tu Icono. Si lo das a otro dile que debe ser bendecido y colocado en el altar durante un oficio litúrgico. No olvides nunca: La alegría de expandir los Iconos en este mundo La alegría del trabajo propio del Iconógrafo. La alegría de dar a los Santos la posibilidad de resplandecer a través de Su Icono. La alegría de estar en unión con el Santo cuyo rostro pintas. Tampoco olvides: Que tú serás la Gloria del Señor por tu Icono. Que expandes la Gloria del Santo cuyo rostro pintas. Que comulgas en la Gloria del Señor con tu Icono. Que cantas la Gloria del Señor con tu Icono. Materiales y Técnicas del Arte 8 Manual de Iconografia Ortodoxa María Cecilia Mascarenhas NTRO. SR. JESUCRISTO SALVADOR SANTÍSIMA TRINDAD ORACIONES PARA EL TRABAJO de ORACIONES AL ESPÍRITU SANTO AL COMENZAR CUALQUIER OBRA Oh! Rey celestial, Consolador, Espíritu de Verdad, que estás en todas partes y todo lo llenas, tesoro de todo bien y dador de la vida, ven y fija tu morada en nosotros, purifícame de toda mancha y salva nuestras almas. Oh! Bondadoso. Señor Jesucristo, Hijo Unigénito del Eterno Padre! que has dicho con Tus purísimos labios “Sin Mí nada podéis hacer”, Oh! Señor, Dios mío, acogiendo con fe en mi alma y corazón Tu Divina Palabra, recurro humildemente a Tu bondad; ayúdame, a mí pecador, a fin de que por Tu Gracia concluya la obra que hoy voy a empezar. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Boschkowitsch Oh! Señor, infinitamente bondadoso! Envía sobre nosotros la Gracia de Tu Espíritu Santo, que otorga y fortalece nuestras fuerzas espirituales a fin de que, aplicándonos en la obra propuesta crezcamos para Tu Gloria, Oh! Creador nuestro!. AL FINALIZAR CUALQUIER OBRA Tú eres la culminación de todo lo bueno, Oh Cristo mío, colma de alegría y felicidad mi alma y sálvame, ya que eres el único Misericordioso. Amén 9 El dibujo Manual de Iconografía SAN LUCAS NUESTRA SEÑORA DE LA PASIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN Salve María, Virgen María, Madre de Dios, llena de Gracia, el Señor es contigo, Bendita Tú eres entre la mujeres y Bendito el Fruto de Tu vientre, porque has dado a Luz al Salvador de nuestras almas. DE LOS ICONOGRAFOS Dios Padre, en el Nombre de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, envía la Gracia de Tu Espíritu Santo sobre este Icono que pinta tu servidor (a) .... para Tu Gloria Oh! Santísima Trinidad. Con Tu mano invisible signa y bendice este Icono, dales la fuerza de acción santificante, para que todos los que se acerquen a él con veneración obtengan santificación, bendición y salud. Amen Tu! Que tan admirablemente imprimiste Tus rasgos en el paño enviado al Rey Abgar de Edessa, y que tan maravillosamente inspiraste a l Apóstol San Lucas. Ilumina mi alma; guía mis manos para que puedan reproducir Tus Rasgos; los de la Santísima Virgen María, Tu Madre y de todos los Santos, para la gloria y la Paz de la Iglesia. Líbrame de las tentaciones y de las imaginaciones malignas en el nombre de Tu Madre, la Santísima Virgen María, del Apóstol San Lucas y de Todos los Santos. Amen Tú, Dueño Divino de cuanto existe, ilumina y dirige el alma, el corazón y el espíritu de tu servidor; lleva sus manos para que pueda representar digna y perfectamente Tu imagen, la de Tu Santa Madre y la de todos los Santos para gloria y alegría de Tu Iglesia. Amen Materiales Verdaderamente es digno venerarte, siempre bendita y purísima Madre de Dios. Tú eres más honorable que los Querubines e incomparablemente más gloriosa que los Serafines. Te glorificamos a tí que diste al mundo a Dios el Verbo, sin dejar de ser virgen y que eres la verdadera Madre de Dios. Bendita Madre de Dios! Ábrenos las puertas de la misericordia para que nosotros, que ponemos en Tí toda nuestra esperanza, no perezcamos, sino que por Tu intercesión seamos libres de toda calamidad, porque Tú eres la Salvación del pueblo cristiano. y Técnicas Oh! Tú, madre de Dios, que tan admirablemente inspiraste al Evangelista San Lucas, ilumina el alma de tu servidor (a) ... conduce su mano a fin de que ejecute perfectamente Tus rasgos misteriosos. del Arte 10 Manual de Iconografia Ortodoxa María Cecilia SAN JORGE Mascarenhas AL COMENZAR UN ICONO Oh! Divino Señor de todo lo que existe! Tú que has iluminado al Apóstol y Evangelista San Lucas con Tu Santo Espíritu y lo autorizaste a representar a Tu Santísima Madre, que te llevó en sus brazos y dijo: «La Gracia de Aquél que nació de Mí; se derrama por todo el mundo» Ilumina y conduce mi alma, mi corazón y mi espíritu. Guía las manos de tu servidor indigno para que pueda dignamente y perfectamente pintar Tu Icono, el de Tu Madre y el de todos los Santos para gloria, alegría y adorno de Tu Santa Iglesia. Perdona mis pecados y los pecados de aquellos los que veneran estos Iconos; y que postrándose con devoción ante Ellos, rindan veneración a Los que Ellos representan. Protégelos de todo mal e instrúyelos con el buen consejo Te lo ruego, por la intercesión de Tu Santísima Madre, la siempre Purísima Virgen María, el Apóstol Lucas y todos los Santos. Amen de AL TERMINAR UN ICONO Tú Mismo, Oh! Señor eres la realización y el cumplimiento de todas las cosas buenas. Llena mi alma de alegría y de gozo porque solamente Tu eres el amante de la humanidad. Permite que Tu Gracia santifique y habite en este Icono, que pueda edificar e inspirar a aquellos que lo contemplan y lo veneran; que glorificando El Uno representado, puedan arrepentirse de sus pecados y sean fortalecidos ante cualquier ataque del adversario. Por intermedio de las plegarias de La Santísima Virgen María, Madre de Dios, del Apóstol San Lucas y de todos los Santos; Oh! Salvador, Sálvanos. Amen Boschkowitsch 11 El dibujo humildes lo oyen y se regocijan. Engrandeced conmigo al Señor, ensalcemos juntos Su nombre. Busque al Señor y me escucho, me libero de todos mis temores. Los que lo contemplan son iluminados, sus rostros no serán avergonzados. El pobre clama y el Señor oye, lo salva de todas tus angustias. El Ángel del Señor acampa alrededor de los que vibran en Él, y los socorre. Gustad y ved cuan dulce es el Señor, venturoso el hombre que se abandona a El. Vibrad en el Señor, vosotros los Santos, nada falta a los que vibran en Él. Los poderosos conocerán necesidad y hambre, ningún bien faltará a los que buscan al Señor. Venid, hijos, escuchadme, os enseñaré cómo vibrar de temor en el Señor. ¿Quién es el hombre que desea la vida, que quiere los días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal y tus labios de palabra mentirosas. Apártate del mal y obra el bien, busca la paz y síguela. Los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos, atentos a su clamor. El rostro del Señor se aparte de los que obran mal, borra su memoria de la tierra. Los justos claman y el Señor los oye, los libera de todas sus angustias. Cerca está el Señor de los quebrantados de corazón, salva los espíritus humildes. Muchas son las aflicciones del justo, de todas ellas lo libra el Señor. Él guarda sus huesos, ni uno de ellos será quebrantado. Mata al malo la maldad, los enemigos del justo serán condenados. El Señor rescata el alma de sus servidores, no serán condenados todos los que se abandonan a Él. Manual de Iconografía REY DAVID SALMO 22 (23) Materiales El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace recostar, me conduce a las aguas quietas. Aunque camine por el valle de la sombra de la muerte, no temo ningún mal porque Tú estás conmigo. Tu bastón y Tu cayado me consuelan. Ante mí preparas una mesa frente a mis opresores, unges mi cabeza con aceite y mi copa rebosa. Gozo y Gracia me acompañan todos los días de mi vida. En casa del Señor habitaré a lo largo de los días. y Técnicas SALMO 33 (34) Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mi boca. Mi alma se glorifica en el Señor, los del Arte 12 Manual de Iconografia Ortodoxa María Cecilia Mascarenhas SAN BASILIO ORACIONES PARA LA BENDICIÓN DE LOS ICONOS El Icono se debe bendecir durante la Santa Misa. El Icono a bendecir se ubica sobre el altar antes de comenzar el servicio. Después del Rito de la Penitencia o Rito de Reconciliación, o sea antes de cantar el Gloria el celebrante canta la Oración de Bendición del Icono: Sacerdote: con los brazos extendidos. - Bendito sea Dios ahora y siempre por lo siglos de los siglos. Amen. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal ten piedad de nosotros (tres veces) Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre por los siglos de los siglos Amen Santísima Trinidad ten piedad de nosotros. (tres veces) Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, vénganos el tu reino, hágase tu voluntad como es en el cielo, así en la tierra. El pan nuestro sustan- de cial de cada día, dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del maligno. Por que tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria. Oh Padre, Hijo Y Espíritu Santo ahora y siempre por los siglos de los siglos Amen. Señor ten piedad (tres veces) Roguemos al Señor Señor Todopoderoso, Dios de nuestros padres, adorado y glorificado en la Santa Trinidad; a quien la mente no puede comprender ni las palabras pueden describir, de quien las Santas Escrituras nos han instruido; en quien creemos y por quien confesamos tener la existencia. Dios Padre sin principio, con tu Hijo Unigénito y tu Espiritu Santo, igualmente so- Boschkowitsch 13 El dibujo berano. Tú eres quien en la Antigua Alianza, en una aparición al Patriarca Abraham, te revelaste a tí mismo en forma de tres Ángeles, y en nuestros días, después de la Encarnación de Tu Hijo Único, Nuestro Señor Jesucristo, en el seno de la Santísima Virgen María, cuando fuiste bautizado por San Juan en el Jordán, cuando te transfiguraste luminosamente en el Tabor, y en el momento de tu Ascensión gloriosa a los cielos, nos mostraste la imagen de la Santísima Trinidad. Tú nos enseñaste también a adorar tu santa imagen, al dejarla impresa en un lienzo; esta imagen al ser enviada a Abgar, príncipe de Edesa, lo curó a él y a muchos otros que padecían de varias enfermedades. Tú no desaprobaste las imágenes de tus Santos, sino que las aceptaste. Mira ahora también este Icono (o estos Iconos) que tus servidores han hecho para honra y gloria Tuya; el Icono de (un solo Dios adorado en la Trinidad) - (de Tu hijo Único Nuestro Señor Jesucristo) - (de tu Purísima y Bendita Madre de Dios, Nuestra Señora la Santísima Virgen) - (de Tu/s Santo/a/s... N.N.) Bendícelo/s y santifícalo/s. Revistiéndolo/s del poder de la curación y de repeler todo ataque diabólico, de tal manera que todos los que oren con piedad ante él (ellos) sean escuchados y alcancen la misericordia de tu amor a la humanidad y sean templos de Tu Gracia. Porque Tú eres nuestra santificación y a Ti sea la Gloria, oh Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amen. La paz sea con vosotros Coro: Y con tu espíritu Sacerdote: Inclinad vuestras cabezas al Señor Coro: Ante Tí, Señor Sacerdote: Oh Señor sin principio, invisible e incomprensible, que en el pasado, en época de la Antigua alianza, ordenaste que fuesen hechas imágenes de lo Querubines en madera y oro y fuesen incrustadas en el Arca del Testimonio, en el Templo de Salomón. Que aún ahora aceptas las imágenes, hechas no sólo en recuerdo de tus saludables beneficios y divinas manifestaciones al género humano, para honor y gloria de Tu Santísimo Nombre, sino que no desapruebas las imágenes par recordar e imitar a tus Santos, que Te han agradado en esta vida. Escucha nuestra humilde oración y bendice este Icono (estos Iconos) santifícalo /s y otórgale /s la Gracia y el Poder de expulsar los demonios, de curar toda enfermedad y de ser un medio para llegar a Ti. Porque Tú eres quien bendice y santificas todas las cosas, oh Dios Padre Eterno y a Tí sea la gloria y a Tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo y a Tu Espíritu Santo y Bueno. Que da la vida, ahora y siempre por los siglos de los siglos Amen Coro: Amen. Sacerdote: Rociando los Iconos con agua Santa y Bendita -Sea santificado y bendecido este Icono (estos Iconos), por la Gracia del Espíritu Divino, y por medio de la aspersión de esta santa agua, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amen. Coro: Amen Sacerdote: Haciendo la Señal de la Cruz sobre el Icono con el aceite bendecido el miércoles Santo para la unción de los enfermos (o con el Santo Mirón si el Icono es para el Altar o para adornar la Iglesia) - Sea santificado y bendecido este Icono (estos Iconos), por la Gracias del Espíritu Divino, y por medio de este óleo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amen. Coro: Amen Después el Sacerdote lo/s inciensa, lo/s venera y lo/s besa, mientras el coro Manual de Iconografía Materiales y Técnicas del Arte 14 Manual de Iconografia Ortodoxa CAPITULO I EL ICONO María EL ESTUDIO DEL ICONO El Icono contiene en si-mismo historia, Tradición, simbolismo, Teología y arte. Para estudiar estos aspectos es necesario introducirnos en la vida de la Iglesia porque la historia del Icono está relacionada con la historia de la Iglesia y con la historia del arte, dos aspectos diferentes pero unidos en una realización en común. La Tradición nos llega oralmente a través de la palabra, de oraciones litúrgicas y por los Evangelios apócrifos (Evangelios ocultos, cuya autenticidad autoral no está totalmente demostrada). El Icono es un símbolo porque el símbolo es en si-mismo la presencia de lo que simboliza y es la presencia del representado. El Icono a través del símbolo, es una enseñanza y una ayuda. Nos hace conocer el Antiguo y el Nuevo Testamento y la vida de los Santos. El Icono no muestra; demuestra; por eso utiliza el nombre, o título, como símbolo perfecto. Las letras son símbolos con sonido, componen nombres, marcan y señalan. El Icono realiza la “Teología del Nombre”. Este nombre identifica la presencia del representado y explica el pasaje evangélico al que se refiere el Icono. El Icono es “Teología en Color”. La “Iglesia de Oriente” define Teológicamente al Icono en función del “Dogma Trinitario” y sobre todo permite entenderlo en función de la “Encarnación”. Para comprender la Teología en el Icono es necesario conocer la “Teología Patrística”. Esta Teología consiste en la ex- Cecilia Mascarenhas de SAN TEODÓRORO "EL ESTUDITA" posición y estructuración del “Dogma Trinitario” y la defensa de la Fe. El punto de partida para la confesión de la Santísima Trinidad es la “Persona”. En la “Persona del Uno” encarnado se basa la veneración de los Iconos. Un Icono se venera no se adora. Sólo se adora a Dios. Se veneran: la Santa Cruz, los Santos Evangelios y los Iconos. (Veneración: considerar que una cosa es digna de respeto por lo que representa o recuerda). El Icono es un arte que involucra todas las técnicas del arte, porque un Icono se crea y se re-crea en base a la Tradición, a la Biblia y a los arquetipos y los prototipos. Tiene cánones, (reglas Iconográficas eclesiásticas), pero permite la libertad creadora del artista. Para “escribir Iconos” correctamente es necesario profundizar el estudio de la historia, de la Tradición, del simbolismo, de la Teología y del arte Iconográfico. Boschkowitsch 15 El Icono Manual EL DESCENSO AL HADES INTRODUCCIÓN TEOLÓGICA Es casi imposible comprender al Icono fuera del medio en que ha sido creado, o sea del ámbito de la Iglesia. El punto de partida para comprender lo se encuentra en el fundamento de la Iglesia, o sea la “Santísima Trinidad”. Ésta es la base para la vida de la Iglesia, para su orden canónico, para el carácter de su pensamiento Teológico, para su espiritualidad y para su creación artística. “El hijo y el Espíritu Santo, enviados del Padre, revelaron la Santísima Trinidad; no de una manera abstracta, como conocimiento intelectual, sino como una regla de vida” (L. Ouspensky). Juan en su primera Epístola dice “Tres dan testimonio en el cielo, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Tres dan testimonio en la tierra el Espíritu Santo, el agua y la sangre”. (1 Ep. Juan 1-7). Para la “Teología Ortodoxa” el punto de partida para confesar la Santísima Trinidad es “la Persona” (Hipostasis) misterio esencial de la revelación cristiana; poseedora de la naturaleza Divina en su plenitud. La persona tiene importancia clave tanto para “la Teología del Icono” como para el Icono mismo. Porque en “la Persona” concreta del “Uno” encarnado, se basa la veneración de los Iconos. “La Persona de Dios” hecho hombre es el único camino que conduce al prototipo del Icono “Yo Soy el camino....”(Juan 14-6). Los Padres de Séptimo Concilio Ecuménico dicen con relación al Icono “hemos visto lo que escuchamos”, el Icono nos muestra silenciosamente lo que dice “La Palabra”. También sabemos por San Pablo que “nadie puede decir: Jesús es el Señor, si no es por el Espíritu Santo” (1 Cor. 12-3); nadie puede escribir “el Icono del Señor” si no es por el Espíritu Santo. El fue, es y será el “Iconógrafo Divino”. Según los Santos Padres el Espíritu Santo es la toma directa de la belleza que comunica el esplendor de la santidad y se revela como “Espíritu de la Belleza”. Según San Gregorio Palamas “En el seno de la Santísima Trinidad el Espíritu Santo es el gozo eterno en el que los tres se complacen juntos”. Explícita el Dogma Trinitario diciendo: “si el Hijo es la palabra que el Padre pronuncia y que se hace carne, el Espíritu Santo la manifiesta, la hace audible y nos la hace escuchar en el Evangelio; pero El queda oculto, misterioso, silencioso, nunca habla de El mismo». La obra del Espíritu Santo, como espíritu de belleza es una poesía sin palabras. Los atributos más conocidos del Espíritu Santo son: “la vida y la luz”. La luz es, ante todo, potencia de revelación; por eso el Dios revelado es llamado “Dios Luz”. Ya dentro de nuestro plano óptico, el ojo no percibe los objetos en si mismos sino por la luz que esos objetos reciben. El objeto es visible porque la luz lo hace visible. “La Palabra de Dios” en el primer día de la creación fue “Que la luz sea”. Esta luz no es la que aparece el cuarto día, cuando Dios crea los astros, esta luz es la “Luz Increada” de la cual hablan los Santos Padres. “El Padre pronuncia la palabra, el Hijo la cumple y el Espíritu Santo la manifiesta y la mantiene; es “la Luz de la Palabra” (San Gregorio Palamas). de Iconografía Materiales y Técnicas del Arte 16 Manual de Iconografia Ortodoxa Tenemos conocimiento de esa luz a través de la Biblia “Que la luz sea” (Gen. 13), Nuestro Señor expresa “Yo soy la luz” (Juan 12-46) “El Padre es Luz”,” el Hijo es Luz”, “el Espíritu Santo es Luz”. La luz es la potencia de la revelación, “la Luz es Dios”. (Juan 1-5). La acción del Espíritu Santo condiciona todo acto en que lo espiritual toma cuerpo, se encarna, se convierte en «Cristofanía» (manifestación del Cristo). El Espíritu Santo cubre con su sombra a María y la hace Madre de Dios. De la Encarnación nace el Cristo. De sus ‘Lenguas de Fuego” nace la Iglesia. De un bautizado y confirmado hace un miembro de la Iglesia. Del vino y del pan hace la Sangre y el Cuerpo del Señor. De la “Santa Faz” hace un “Icono”. Así se convierte en el “Iconógrafo Divino” que realiza el arquetipo del cual vienen todos los Iconos. Estas acciones son «del Padre, por el Hijo y en el Espíritu Santo” (San Basilio, el Grande). La acción de Espíritu Santo coloca a la Iconografía en el rango de arte sagrado y en el camino de la santificación del hombre, y por otra parte, esta acción esencialmente carismática y al mismo tiempo eclesiástica hace del Icono un lugar Teológico y por lo tanto fuente de Teología. La oración de “la Santificación de los Iconos” dice: “Señor Dios, Tú creaste al hombre a Tu imagen. La caída lo oscureció. Pero la Encarnación lo restaura y lo restablece en su dignidad primera. Al inclinarnos ante los Iconos, veneramos, Tu Imagen y Tu Semejanza y en ellos Te glorificamos”. Por lo tanto el Icono se realiza en función de la Encarnación, y el Icono está condicionado por la “creación a imagen y para la semejanza de Dios”. Por todo esto, toda alteración, todo error dogmático sobre la doctrina de la Santísima Trinidad, conduce a la desacralización del arte Iconográfico. El Icono es “la Teología de la Imagen”. “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14,9); y realiza “la Teología Bíblica del María Nombre”. El nombre identifica la presencia; “el Nombre de Dios” no puede pronunciarse en vano. El Icono del Cristo, no lleva nombre, sólo letras; es el innombrable. Este hecho está enraizado en esa noción, por eso lo identifica como tal. Ningún Icono está terminado si no se lo marca con el nombre de los que representa. Moisés nos dice el Nombre de Dios “Yo soy el que soy”...”Yo soy...” (Exodo 314); Jesucristo nos lo hace ver, nos muestra Su Imagen; el Espíritu Santo nos lo hace entender. En el halo del Cristo se inscriben las letras “O”: del griego omicrón, él, demostrativo, fundamento, yo. “N”: del griego, (es igual a V), ciertamente, si, aseveración, es, soy. Cecilia Mascarenhas de “w”: del griego omega, invocación, llamado, antepasado del antepasado. “Yo Soy el Alfa y el Omega” (Apocalipsis 1-8); principio y fin»; «que era, que es y que ha de venir»,» unión del principio y del fin». Todo aquel que contempla el Icono del rostro humano del Cristo, Dios hecho hombre, contempla el misterio de la palabra y del nombre. El arte Iconográfico es sinérgico; “el Espíritu” ilumina al hombre. Todos los “Iconos del Cristo” dan la impresión de una semejanza tal que se lo reconoce inmediatamente; pero esta semejanza no es un retrato. Justamente lo que se revela en cada Icono de una manera única no es la individualidad humana sino” la Hipóstasis del Cristo”; de esta manera es única, eclesial y personal a la vez. Por eso existen tantas “Santa Faz” como Iconógrafos las han pintado. Pero su misterio está en que siempre se lo reconoce porque es “Rostro de Rostros” y “Rostro del Inaccesible”. Según los Santos Padres, con el Cristo la belleza de los cielos desciende a la tierra; la belleza se acerca a nosotros, viene a nuestro encuentro, se hace íntima, cercana, em- Boschkowitsch 17 El Icono parentada con la substancia misma de nuestro ser. Cuando nuestro espíritu se lanza buscando “la Belleza Divina”, encontramos al “Icono”. El Icono no es un objeto, ni un objeto de arte, es la imagen, la semejanza visible del Cristo, de quienes Lo precedieron, de quienes Lo acompañaron y de quienes Lo siguieron; es “Belleza y Luz”, por la Gracia de Dios. A través de la semejanza, que los Iconos tan misteriosamente transmiten, ilustran los relámpagos inefables de “la Belleza Divina”. En los Iconos, la belleza aparece como un estallido desde la profundidad misteriosa del ser, atestiguando la íntima relación entre el cuerpo y el espíritu. La Esencia Deificada, que se manifiesta en toda la naturaleza creada, nos hace ver la “Belleza Divina”. La naturaleza se vuelve hacia nosotros, nos habla, nos confía sus cantos y sus colores secretos, nos llena con una alegría desbordante y quiebra nuestra soledad. Comulgamos con la belleza de un paisaje, de un rostro y sentimos una extraña consonancia con una realidad, que es la “Presencia Una” de nuestra alma perdida y reencontrada. La experiencia artística sólo puede prestarnos sus ojos mostrándonos un fragmento donde, sin embargo, el “Todo” está presente, como el sol que se refleja en una gota de rocío. Pero, conducido, por la mano de Dios, el hombre a pesar de sí mismo revierte el techo de lo estético y de lo ético y lo convierte en “Fe”. La fe nos hace ver que la verdadera belleza no está en la naturaleza misma sino en la “Epifanía del Trascendente”, que hace de la naturaleza el lugar cósmico de Su resplandor. Según los Santos Padres, en el orden de la encarnación y la redención, el Cristo es el arquetipo de todas las formas y por eso la belleza sólo se formula partiendo de Dios. Manual Los “Santos Iconos” tienen su fundamento en el “Icono no hecho por mano de hombre” - “la Santa Faz” - “Icono de Iconos”, “Belleza de Bellezas”, que nos expresa y muestra la “Belleza de Dios”. Cuando observamos los “Santos Iconos” observamos la “Belleza de la Luz de Dios”. El relato del encuentro de Motovilov con San Serafín de Sarov, durante el invierno de 1831, en el corazón del desierto nevado, nos muestra lo que significa esa luz, llamada por San Gregorio Palamas “Luz Increada”. Motovilov le dice al Santo que explique el estado de gracia; San Serafín pide que lo mire; “yo lo miré y me asombré con temor”. El Santo apareció como vestido de sol; la visión fue de una luz enceguecedora y una sensación poco habitual de calor y de perfume. El encuentro terminó con un mensaje de San Serafín, “No es para ti solamente que estas cosas han sido, sino para que por tu intermedio pasen al mundo” Esta experiencia relatada no es un éxtasis, un abandono del mundo, es un anticipo de la “Luz del Padre, por Jesucristo, en el Espíritu Santo” (San Basilio el Grande). En este relato llama la atención la participación de los sentidos; la Gracia se experimenta, se vive, se siente como dulzura, paz, gozo y luz. Lo espiritual y lo corporal se integran. Todo ésto nos hace ver el por qué del empleo en la litúrgia del pan, del vino, del canto llano, del Icono y del incienso. La litúrgia llama a nuestros sentidos: nuestro oído, nuestra vista, nuestro olfato y nuestro gusto - para elevarnos y devolver a la materia su dignidad primera y su destino final; nos permite comprender que nuestro “cuerpo” no es substancia autónoma sino vehículo y parte de lo espiritual. La “Belleza de Dios” que es su luz, no es material, ni sensible, ni intelectual, sino que se da a sí misma y se deja contemplar a través de la gracia de los elegidos que, por sus propios sentidos, pueden “ver” lo que está mas allá de “ellos mismos”. San Serafín, mas de Iconografía Materiales y Técnicas del Arte 18 Manual de Iconografia Ortodoxa cercano a nosotros, nos hace ver que « la Luz « de la Creación, del Thabor, de Pentecostés, es la única y verdadera “Luz Divina”; es el misterio del “Octavo Día” y del “Cristo Transfigurado”. San Serafín nos hace reconocer una realidad que es un aliciente para la experiencia, de los Santos y de los hombres. En las Escrituras, encontramos a Isaías que clama; “qué bellos son, sobre los montes , los pies del Mensajero!. Publica la paz, ahonda la dicha y la salvación diciendo a Sión: ¡Tu Rey viene! ¡Escucha! ¡Tus centinelas llaman! ¡Oye! ¡En coro se alegran porque tus ojos ven al Señor! (Isaías 52, 7-8). A través de los “Santos Iconos”, “la Faz luminosa del Señor” mira a los hombres. Es el “Cristo Transfigurado”. Los Santos Padres afirman que lo que vemos en los Iconos es la “Hipostasis del Cristo” y de aquellos que han logrado la santificación. Así el Icono se convierte en una experiencia profundamente religiosa, que nos hace ver la “Luz de la Belleza de Dios”. María Cecilia Mascarenhas de SAN AGUSTIN RESUMEN HISTÓRICO La Tradición dice que el primer Iconógrafo fue San Lucas, el Evangelista, que dibujó sobre la tabla de una mesa la imagen de la Virgen. Los Evangelios Apócrifos hablan de una imagen que el mismo Señor Jesucristo dejó sobre un lienzo, llamado “el Icono no hecho por mano de hombre” o “Santa Faz”, que fuera llevado al Rey Abgar para que curara su mal. Para entender el proceso histórico, se suele dividir la historia de la Iconografía en varias etapas: Boschkowitsch 1) Arte del siglo I 2) Arte simbólico 3) Período pre-Iconoclasta 4) Iconoclasmo 5) Período post-Iconoclasta 6) Período de oro de la Iconografía 7) Decadencia del Icono 19 El Icono 8) Icono de tipo renacentista 9) El Icono en la actualidad La historia del arte de Roma, Grecia y Siria del Siglo I, época en que Jesús de Nazaret vivía, muestra la moda del retrato, la perfección del dibujo, los colores y el conocimientos que tenían los artistas de la anatomía humana y animal. Por lo tanto no es de extrañar que los primeros Iconos fueran realizados bajo la influencia del arte grecorromano y sirio. La Tradición nos indica que la primera escuela Iconográfica estuvo en Siria, en Palestina. El dato más valioso se encuentra en la Historia de la Iglesia” - Libro VII, Capitulo 18 - escrita por el historiador Eusebio (265340). Eusebio dice que “ha visto” en Cesárea (Palestina), Iconos de la Santísima Virgen, de Nuestro Señor, de Pedro, Pablo y de los Apóstoles. Muchos de los cristianos de los primeros siglos eran judíos, fieles seguidores de la Tora y de la Ley Mosaica. Para esos cristianos la “representación en imágenes” no era fácil de aceptar. Por eso el testimonio de Eusebio (que era reacio a aceptar los Iconos) es muy valedero desde el punto de vista histórico. Las persecuciones a los cristianos de los primeros siglos hicieron que el arte Iconográfico, que recién surgía, se ocultase y, en cambio, el arte simbólico se hizo popular. Los cristianos comenzaron a realizar, en lugar de los Iconos, representaciones alegóricas y simbólicas, que en su mayoría se tomaban de los símbolos bíblicos, tales como el pez, el pan, las uvas, el cordero, la paloma, etc. Estas representaciones se multiplicaban en los lugares de reunión de los cristianos, las catacumbas. Se decoraban las tumbas y las paredes. Son famosas las Catacumbas de Roma, de Pricilia y de Alejandría, donde todavía encontramos verdaderos tesoros históricos del arte simbólico e Iconográfico. El símbolo más común era el pez = Manual ICTHUS, iniciales de las palabras “Jesucristo Dios Salvador”. Los cristianos para reconocerse entre ellos dibujaban un pez. El ancla representa a la Virgen, como ancla de la salvación. El cordero es el Cordero Inmolado de Isaias, el Cristo Salvador. La paloma o las lenguas de fuego es el Espíritu Santo. El arco iris, la alianza entre Dios y el hombre. Una mesa con pan y una copa, la Eucaristía sobre el altar. Estas representaciones simbólicas continúan formando parte de la composición de los Iconos. A partir de la época del Emperador Constantino, el cristianismo deja de ser perseguido y es aceptado en el imperio, el Icono vuelve a surgir como tal. Surgen dos estilos Iconográficos bien definidos que van a dar origen al estilo románico y al estilo bizantino. El estilo románico tiene la gran influencia del arte de Roma, con los dioses de esa época, por lo que surgen figuras del Cristo parecidas a Zeus o a Júpiter y angelitos con rizos parecidos a los hijos de saturno, etc. El estilo bizantino en cambio es influenciado por el arte sirio y el helénico. Grecia le da la elegancia y el equilibrio y Siria le da su vigoroso impresionismo; pero ninguno cambia la «Esencia Religiosa» del arte bizantino. Se convierte en un arte religioso que une tres expresiones: la oriental, la helénica y la cristiana. Desde Bizancio, el Icono se extiende por todo el imperio y por todas las Iglesias, en esa época el intercambio era fluido y cordial, tanto como las comunicaciones lo permitían, ya que las distancias eran difíciles de sortear, de tal manera que no hay diferencias sustanciales en el tipo de pintura. Es preciso recalcar que la expresión Iconográfica no surge del clero, nace de las comunidades, en los fieles, con la necesidad de explicar a los iletrados los textos bíblicos. Esto no quiere decir que el clero estaba ausente de esta expresión cultural. No sólo daba su visto bueno, sino que aceptaba ésta expresión artística y corregía su expresión de Iconografía Materiales y Técnicas del Arte 20 Manual de Iconografia Ortodoxa dogmática. La Iglesia a través de lo siglos custodió estas expresiones artísticas para que los Iconos se realizaran bajo su dirección dogmática. Así llegamos al período llamado “Iconoclasta”. Iconoclasmo - palabra griega compuesta - significa: Icono = imagen; clasta = destrucción, devastación. A lo largo de la Historia de la Iglesia ha habido siempre, por diversas razones, Iconoclastas, algunos basados en principios dogmáticos, o Teológicos, o en ideologías extrañas a la fe cristiana. Pero la irrupción del Iconoclasmo se hace notable en un período importante y largo de la Iglesia, basándose en herejías y en las “discusiones” que éstas provocaban. El Iconoclasmo interrumpe el desarrollo de la Iconografía bizantina, durante más de un siglo. Sin embargo, esta interrupción, no tiene tanta gravitación en otros lugares como en Roma y su zona de influencia. Desde el punto de vista histórico el año 313 divide a la historia de la Iglesia en dos: la lucha por la vida, primero, y segundo la lucha por la doctrina. Así vemos que en los siglos IV, V, VI y VII, surgen grandes Santos y Teólogos en Oriente y Occidente que establecen enormes “discusiones”, escriben numerosos tratados y hacen lugar a seis Concilios Ecuménicos que fundamentan los principios del Dogma Cristiano. En el año 726, a raíz de esta lucha dogmática surge la llamada “lucha por la defensa de los Santos Iconos”; en esta época sobresalen San Juan Damasceno y San Teodoro el Estudita que se convierten en los grandes defensores del Icono. El arte Iconográfico no pierde sin embargo, su continuidad histórica. Sobreviven murales en la Iglesias de Hosios David, de San Jorge de Tesalónica, el Mausoleo de Galio Placido y el Baptisterio de Ravena, los María mosaicos de San Apolinario, etc. Durante el Iconoclasmo se realizan, entre otros, en Roma los murales de San Cosme y San Damián. Se conocen también los Iconos de la Virgen de las Tres Manos realizada por San Juan Damasceno, conservada en el Monasterio de Hilandar, de origen yugoslavo, en el Monte Athos y la Virgen del Portal o de Iviron (Iveria), conservada en el Monasterio de Iviron también del Monte Athos. El Iconoclasmo es vencido, por que es una herejía total, y el Icono retoma su verdadero valor en el Séptimo Concilio Ecuménico que restaura la veneración de los Santos Iconos, y es considerado como el triunfo de la ortodoxia. A partir de ese Concilio el Arte Sagrado se divide, como se dividen las Iglesias de Oriente y Occidente. Esta división no se produce de un día para el otro, sino que se produce en el transcurso de tres siglos. De esta forma el arte bizantino perdura en Oriente; y en Roma surge el arte italiano que adopta características propias. En el período post-Iconoclasta surgen grandes escuelas Iconográficas como la de Constantinopla, la de Creta, la de Tesalónica y otras que coinciden con la cristianización del pueblo eslavo; como la de Macedonia (Yugoslavia), Bulgaria, Rumania y Rusia. Con la caída del Imperio Bizantino, el imperio de la ortodoxia se traslada a los países eslavos, que reciben a los Iconógrafos de muy buen grado. Rusia toma el lugar de Bizancio y se convierte en el Gran Imperio Ortodoxo donde sobresalen las escuelas de Novgorod, Kiev y Moscú. El período de oro de la Iconografía comienza en el siglo XII, aparecen Iconógrafos como Teofanes el Griego, Daniel, Andre Rublev en Rusia, Pancelinos en el Monte Athos, entre los más renombrados. De esta época encontramos las Iglesias de San Eutemio y San Demetrio en Tesalónica, San Nikita en Yugoslavia, la Iglesia del Protaton en el Monte Athos y la Cecilia Mascarenhas de Boschkowitsch 21 El Icono Iglesia de la Anunciación de Moscú. De la gran dedicación de Andre Rublev surge el Icono de «la Santísima Trinidad» y «El Pantocrátor». Como muchos otros en diferentes lugares. La decadencia del Icono comienza en el siglo XVII, en Rusia, con el Zar Pedro el Grande, que saca a los Iconógrafos de la Iglesia. Pasan a convertirse en artistas seculares y realizan imágenes fuera de toda corrección dogmática, dando lugar después a la aparición del Icono renacentista. Esta influencia renacentista llega a los Balcanes y a Grecia en el siglo XIX, después de la guerra de la independencia (18211828). Los Iconógrafos rompen con la Tradición y utilizan el naturismo y la técnica del temple es reemplazada por el óleo; buscan el fiel detalle anatómico y la belleza física; olvidan la perspectiva invertida y el arte de los símbolos. Durante las ultimas décadas ha resurgido el interés por el arte bizantino en el mundo. En Grecia hubo una revitalización significativa gracias al renombrado Iconógrafo Fotio Kontoglu (1895-1965), busca los orígenes del arte, los revitaliza y los da a conocer a través de sus Iconos, sus publicaciones y conferencias. Surgen las escuelas en Atenas y de Tesalónica con maestros Iconógrafos que inculcan a sus alumnos el respeto por la Tradición. Rusos exilados como Evdokimov y Leonidas Ouspensky vuelven a las fuentes y publican libros donde se muestra la Teología del Icono, llevan sus enseñanzas a Francia, Alemania, EE.UU. y otros países. Surgen Iconógrafos y escuelas Iconográficas en todo el mundo, siendo las mas importantes la Francesa y la de Estados Unidos. En Rusia se comienzan a restaurar los Iconos antiguos y se publican libros sobre los Iconos y su restauración. El Icono ha ido ganando espacio. In- Manual de Iconografía SAN ONOFRIO DEL MONTE ATHOS clusive en la Iglesia Romana, con motivo de cumplirse el milenio de la Cristianización de Rusia, ha publicado libros y reproducciones de Iconos rusos y romanos en papel, llegando en los últimos años al “delirio del interés” con la caída del régimen comunista en Rusia, y la libertad de culto en ese país. Materiales y Técnicas del Arte 22 Manual de Iconografia Ortodoxa María canto y poesía en color; es una resonancia musical de líneas y formas. El Icono no es la belleza tal como la concibe el arte profano, sino “la Verdad” que desciende y se viste con sus formas. El Icono relaciona dos infinitos: “La Luz Divina” y el espíritu humano. En el Icono, el detalle queda reducido al mínimo y la expresión es lo máximo. Con laconismo y sobriedad, el Icono se corresponde con la “Escritura Sagrada” sólo muestra lo esencial. Se debe renunciar a la expresión naturalista del espacio y con la profundidad deben desaparecer las sombras. El arte Iconográfico, en lugar de representar una escena que el espectador mira, pero de la que no participa, representa personajes relacionados entre ellos por el sentido general de la imagen y unidos sobre todo al espectador mismo; porque es más importante la comunicación con el espectador que la acción representada, dado que, esta comunicación, debe conducirlo hacia su propio interior. La “Tradición de la Iglesia” cultiva el refinamiento en el estilo y el gusto; y el “Canon Iconográfico” precisa los grandes principios que conciernen a la forma y al contenido. La Iconografía no es un libre juego de la imaginación sino la lectura de la Biblia y de los arquetipos y la contemplación de los prototipos; pese a ello, las reglas Iconográficas no son inmutables; no comprimen la espontaneidad del Iconógrafo. La rigidez de la regla Iconográfica preserva al Iconógrafo del subjetivismo impresionista de los románticos; y la sujeción al ritmo contribuye a la claridad de la expresión y a su pleno poder. Aun así, sin abandonar los cánones, el Iconógrafo puede modificar el ritmo de la composición, los contornos, las líneas cortas o largas, ciertos colores y los matices que llegan a ser únicos para cada artista; y con todo esto, puede expresar una característica totalmente personal. Iconógrafos como André Rublev y Teofanes el Griego han escrito Iconos con la Cecilia Mascarenhas SAN ATANASIO EL ARTE ICONOGRAFICO EL Icono no fue inventado por los artistas, surge del pueblo y se convierte en una “Tradición de la Iglesia” y una regla confirmada. La Iglesia a través de sus clérigos vigila para que los Iconógrafos se abstengan de fantasear y sigan la Tradición; y realicen Iconos dentro de los cánones establecidos. Para ser un Iconógrafo, el arte y el talento de un artista no bastan, aunque son necesarios. El Icono para el Iconógrafo es un camino; es una forma de vida, dedicada a la contemplación y al estudio. Para “escribir Iconos” se necesita la ascesis de la paciencia, del silencio, de la perseverancia y de la oración continua. El Iconógrafo debe alcanzar el dominio de los medios con que trabaja para que ellos le sirvan para hacer un “relato del cielo”. Un Icono nunca puede descender por debajo de cierto nivel artístico. Es alabanza, de Boschkowitsch 23 El Icono misma composición y sobre el mismo tema; y resulta asombroso constatar que, a pesar de su parecido, no hay uno igual a otro. No es posible encontrar dos Iconos idénticos, ni aun si son hechos por el mismo Iconógrafo. Hoy día se pueden observar copias idénticas, realizadas por copistas que se dedican sólo a hacer este tipo de trabajo. Cada Icono, cada Iconógrafo, cada escuela, tiene su propio sello. El arte Iconográfico es un lenguaje, un sistema de expresión especial, cuyos elementos se relacionan con un sentido, de la misma manera que el pensamiento se relaciona con las palabras de una frase. Su contenido, su mensaje secreto, expresan “el mas-allá”. “La crisis actual del arte sagrado no es estética; es religiosa” (Evdokimov). Si bien en los últimos años hemos visto resurgir el interés por los Iconos, no se comprende su esencia, y aun existe a veces un “Iconoclasmo” (rechazo del Icono) encubierto, porque progresivamente se ha ido perdiendo el simbolismo litúrgico y la visión patrística de lo religioso. Actualmente, hay obras de arte sobre temas religiosos que siguiendo las leyes ópticas lanzan su red sobre las cosas y constituyen una visión de lo que está “más-cerca”. Los principios del arte religioso moderno están en fusión con un estado de exteriorización, de separación, de distancia y de aislamiento. Para expresarse buscan el espacio que se interpone entre el ojo y las cosas, a través de la unidad de la acción, y de la red del tiempo; sólo son útiles para la vida corriente, a través de su ilusión óptica. La Iconografía en cambio, trata de lograr un estado de interiorización, de unión, de acercamiento y de comunicación. Para expresarse busca la unión entre el ojo y el Icono, a través de la diversificación en la acción, sin tiempo, con la perspectiva invertida. No utiliza la ilusión óptica; trata de mostrar la realidad espiritual y la imagen visible de la Divinidad. No presenta una Manual óptica habitual e impone al espectador otros principios. EL Iconógrafo no puede ignorar nada de las técnicas pictóricas, pero no debe hacer de ellas la condición de su arte. El Icono no copia la naturaleza; la relación entre las dimensiones de los seres y las cosas no entra en un Icono. Sugiere la presencia esquemática del mundo, a menudo por medio de formas geométricas, que dibujan las escarpadas rocas de una arquitectura surrealistas. El Icono realiza una sabia abstracción que quita la pesadez y conduce a una figuración paradójica de las cosas. La arquitectura, el mundo esquemático, las rocas, las plantas y los animales que se utilizan no tienen valor por sí mismos, sólo refuerzan el significado de los personajes y muestran la sumisión de lo material a lo espiritual. La materia está viva pero inmóvil, aparenta una desmaterialización, convierte al hombre terreno en hombre celestial. No se rinde culto al físico; la desnudez se cubre, se viste o se drapea, se adivina el misterio de la Transfiguración a través los pliegues del vestido. No se ensalza ni se exalta la anatomía; se deforma expresamente, se le da una aparente rigidez para subrayar la potencia interior. A través de las deformaciones voluntarias y admirablemente medidas, se muestra el desapego de las formas terrenales se da a los cuerpos una esbeltez tal que pierden su carácter carnal. Por otra parte, si se observa la desnudez en los Iconos, ésta se muestra como un vestido de Gloria; no denota pesadumbre ni sensualidad, sino corporeidad espiritual; la carne se viste de espacio luminoso, con la desnudez anterior a la caída. El Iconógrafo trata el tiempo y el espacio con gran libertad, utiliza a su gusto los elementos de este mundo y deja atrás la audacia de la pintura moderna. Invierte la perspectiva, hace que todos los tiempos y lugares converjan en un punto; todo lo despliega hacia afuera. La posición de los personajes y su tamaño dependen del significado de Iconografía Materiales y Técnicas del Arte 24 Manual de Iconografia Ortodoxa de la escena. Respetando el ritmo propio de la composición y la forma plana de la tabla, el Iconógrafo da libertad a cada parte del Icono en función de sí mismo. Todo objeto se presenta como sujeto conocido en sí mismo. Los personajes del plano posterior pueden ser mas grandes que los del plano anterior sin que se pierda la armonía del conjunto. El arte moderno modela en tres dimensiones, el arte Iconográfico modela en dos dimensiones, sin tomar en cuenta la tercera. El Iconógrafo organiza su composición en base a la altura y no a la profundidad, subordina el conjunto a la superficie de la madera plana o del lugar en que escribe el Icono; por lo tanto, suprime el vacío y ubica los personajes sobre las dos dimensiones de la plancha, los coloca a lo largo de la superficie por la cual parecen resbalar, salir y avanzar hacia el que los contempla. El Iconógrafo no trabaja el claro oscuro; no utiliza la profundidad ficticia, ni el volumen, los reemplaza por la superposición de colores y las manchas claras, (que dan la impresión de distancia), por la perspectiva invertida y los fondos luminosos. No hay cronología en el tiempo; las escenas se superponen siguiendo el orden de un tiempo dado, la composición no se encierra jamás entre muros, los episodios se asocian según su sentido; la acción se desarrolla fuera de los limites del lugar y del tiempo. “No hay lugar”, “no hay tiempo”; “todo ha sido, todo es y todo será”, “todo es siempre presente y para siempre”. La perspectiva, tal cual la estudiamos en forma académica es un producto del renacimiento. Esta perspectiva consiste en que el cono óptico, entre el objeto y el ojo, determina un punto de huida donde las líneas se encuentran y que, para la mirada, se sitúa en la línea del horizonte; los objetos alejados parecen mas pequeños, todo está proporcionado a la distancia y da la ilusión de profundidad. Es el sistema científico y matemático que representa un objeto en el espa- María cio. En Iconografía hablamos de perspectiva invertida . Esta perspectiva consiste en que el punto de huida, entre el cono óptico y el objeto, no se sitúa atrás del cuadro, sino adelante, en el espectador. Los objetos no se ubican en forma proporcional a la distancia; no hay ilusión de profundidad. Esta perspectiva no es un sistema científico, ni matemático, es un «sistema espiritual» , que representa los objetos en un espacio celestial. Las líneas se dirigen en sentido inverso; el mundo del Icono está vuelto hacia el hombre, porque los personajes salen a su encuentro, o sea el mundo del Icono es el comentario Iconográfico de la “Conversión Evangélica”. En la composición Iconográfica, la figura humana se basa en la figura del Cristo..., “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”...(Juan 1-14). La cabeza da la dimensión y la posición del cuerpo; el rostro se centra en la mirada, de ojos grandes y fijos, la frente es ancha y alta. La boca y los labios están privados de sensualidad; las orejas se alargan y la nariz es sólo una curva fina. El tono oscuro de la piel suprime toda nota carnal. La figura humana no se pone de perfil - salvo en Judas el Iscariote (el traidor), en satanás; y en los pecadores, o cuando los personajes están en posición de veneración al personaje principal. El perfil interrumpe la comunicación, manifiesta gran agitación y produce incapacidad de contemplación en el espectador. La figura humana debe hacer ver el hombre, escondido en el fondo del corazón (1 Pedro 3 -4). El Iconógrafo debe ser un gran maestro del dibujo. Variar las líneas hasta el infinito, sin que pierdan precisión; el trazado continuo se asocia al ritmo; un contorno negro destaca y subraya el valor propio de la figura . El Iconógrafo hace del color un canto y una poesía. Utiliza colores radiantes ; nunca bajos ni sombríos. El color se lleva hasta Cecilia Mascarenhas de Boschkowitsch 25 El Icono su máxima saturación y ofrece una gama cromática plena, hacia el blanco. Los colores se pueden cambiar según el tema, la escuela y el sentido de la composición. A través de sus conocimientos, el arte Iconográfico lleva “la Luz del Primer Día” hasta “la Ciudad Luminosa” del “Ultimo Día” . Manual de Iconografía SANTA BÁRBARA EL ICONO Y EL ARTE Hasta el siglo X, el arte de la Iconografía se mantuvo dentro de la tradición bizantina, en Oriente y en Occidente. A partir de ese momento, pintores como Giotto, Duccio, Cimabue, introducen en el Arte Sagrado occidental la facticidad óptica, la perspectiva, la profundidad , el juego de los clarososcuro, o sea el engaño visual .Olvidan el lenguaje “Sagrado de los Símbolos” y de “la Presencia”; trabajan plásticamente “temas religiosos”, que por su realismo, golpean el sistema nervioso; el “Misterio de los Símbolos” pierde su potencia secreta y se borra. El arte comienza a alejarse de lo trascendente, rompe con los “cánones de la Tradición” y cesa de integrarse al “Misterio Litúrgico”. Los personajes aparecen de carne y sangre; están vestidos y ubicados en el ambiente contemporáneo; el relato Bíblico, el hecho milagroso, son sólo una ocasión para ejecutar un retrato, una anatomía, un paisaje; se apela a los sentimientos emocionales y no a los sentidos místicos. A partir del renacimiento los grandes estilistas se ejercitan en temas cristianos con una total ausencia de sentido religioso, comienza el arte subjetivo. En el siglo XVIII, el arte pierde el lazo entre contenido y forma y se hunde progresivamente en la noche de las rupturas, hasta llegar a la abstracción pura. El conocimiento se separa de la contemplación; el ser se vacía, su contenido esencial se desnaturaliza, se degrada, se destruye lo real disociando sus elementos y se suscitan discontinuidades infranqueables. El artista , dedicado cada vez más a la soledad, busca cierta clase de “super-objeto de “supra-realidad”, porque para él la realidad simple no es expresable. Se esfuerza por alcanzar ese lazo secreto por las cosas de este mundo. En el deseo de conocer el objeto secularizado, se pierde el misterio y se llega a una abstracción docética, al juego fantasmagórico de sombras sin cuerpo. El arte abstracto encuentra, en su punto de avance, una libertad sin prejuicios y sin Materiales y Técnicas del Arte 26 Manual de Iconografia Ortodoxa formas académicas. La forma exterior figurativa está deshecha. Por lo tanto, se debe ver el arte de hoy como “arte de la puerta cerrada”, no trasciende nada, porque el acceso a la forma interior, -que es portadora del mensaje secreto-, está cerrado por “el ángel de la espada flamigia”. EL arte debe elegir entre “vivir para morir”, o “morir para vivir”, porque el camino se va a abrir a través del “Bautismo del Espíritu Santo”. En la muerte, el arte encontrará su resurrección; su renacimiento será el “Arte Epifánico”, cuya expresión culminante es el Icono. En los últimos tiempos se ve que - en la “Acción del Espíritu” como “una de la manos del Padre” (G.Palamas)- hay, una sugestión, una invitación decisiva dirigida a todos los medios culturales, a fin de encontrar su intención original y culminar en una opción; volver a la fuente, a Dios mismo. Cuando un artista se convierte en Iconógrafo, encuentra su verdadera vocación en un arte sacerdotal, cumpliendo con el Sacramento Teofánico y mostrando el lugar donde “Dios desciende y asienta su morada”. En la actualidad, aquel que quiera llegar a ser Iconógrafo, debe hacer morir en si mismo el arte tal como se lo concibe hoy día, debe volver su vida hacia Dios, hacia el “verdadero arte”. La Iconografía es la representación visible de «Lo Invisible»; es volver al símbolo, a lo simbólico. Porque el Icono se opone radicalmente, a todo cuanto es retrato, a lo subjetivo, a lo engañoso, a lo abstracto; el Icono es únicamente relación entre “la Persona” que representa y su “Cuerpo Celestial”. Por eso, resulta imposible realizar el Icono de un viviente y toda búsqueda de semejanza terrenal o carnal queda excluída. En Iconografía la “Hipóstasis” se adueña de la “semejanza” como tal, asumiendo el cuer- María po transfigurado que el Icono representa. Por lo tanto, en su valor de símbolo, el Icono sobrepasa el arte pero también lo ubica; podemos admirar las grandes obras de los maestros de la pintura y hacer de ellas la cima del arte pictórico pero el Icono siempre está aparte; como la Biblia, que se coloca por encima de la literatura y la poesía. Es posible ver el arte como algo más perfecto que la Iconografía, porque justamente, ésta última no busca la perfección. La perfección daña al Icono, porque descentra la mirada interior y la saca de la «Revelación del Misterio». La belleza del Icono se apoya en un equilibrio de extrema exigencia; debajo de cierto “límite” no es más que un dibujo, por encima de ese límite el Icono resplandece con la belleza estricta conforme al tema, según San Basilio en la belleza de “Aquel que es el Dios de los pintores de los Cielos y de lo que está por encima de los Cielos”. Para convertirse en receptáculo de la “Belleza Divina”, “el Arte por la Fe”, se debe abrir concientemente a la “Luz Divina”. Para reencontrar la belleza cara a cara, para alcanzar el resplandor de la Gracia, debe sobrepasar lo sensible y lo inteligible, franquear las “Puertas Sagradas del Templo” y llegar al “Icono”. El Icono es una invocación, es la presencia, la belleza que viene al encuentro de nuestro espíritu, no para arrebatarlo sino para abrirlo a la proximidad ardiente del Dios personal. El arte del Icono no es autónomo; está incluido en el “Misterio Litúrgico” de donde fluye la “Presencia Sacramental”. El Icono hace suya cierta transfiguración; los elementos de este mundo están en sumisión total a lo espiritual. Pueden representar a la Virgen con tres manos, hacer caminar a un mártir que lleva en sus manos su propia cabeza o en una bandeja sus propios ojos; poner el cráneo de Adán a los pies de la Cruz; personificar al Cosmos en la figura de un viejo rey y al Jordán en la de un pescador; invertir la perspectiva y hacer que todos los espacios Cecilia Mascarenhas de Boschkowitsch 27 El Icono culminen en un solo punto. Hoy en día, el pintor maneja los colores como un arco iris fuera de su contexto cósmico; utiliza el espectro solar variándolo de muchas maneras pero no une el cielo y la tierra; no le dice al hombre nada de un modo esencial; utiliza el juego del color sólo para un fin estético. En el Icono, el color y el arco iris no son un juego estético; son símbolos escondidos. Según la Biblia, “es el Símbolo de la Primera Alianza” entre Dios y el hombre en caída. En la Iconografía el arco iris sostiene el cuerpo del Cristo en la Transfiguración, en la Ascensión y en su “Glorioso Segundo Advenimiento”. Ese simbolismo muestra lo ilimitado de la expresión Divina y toma como punto de partida la Encarnación: “Por Tu naturaleza, por cierto eres ilimitado, pero Tu has querido, Señor, limitarte bajo el velo de la carne”. En el Icono el Rostro del Cristo está presente y con Él todo lo humano; su inmovilidad Iconográfica casi rígida, ese límite de la forma, desborda lo ilimitado de su espíritu. De su posición frontal o semi-frontal, sin ningún artificio, su mirada nos quema sin consumir y nos da su luz para poder vivir. La propia luz del Icono le sirve de materia colorante, lo hace ilumiscente por si mismo, esto hace que toda fuente de luz sea inútil; él mismo es fuente de luz. Por estas razones, la Iconografía moderna es llamada más que nunca a encontrar la potencia creadora de los primeros Iconógrafos. “Hacer morir el arte, para que el arte viva” a la Luz de la” Imagen de Dios”. Hacer del arte profano, el arte Teofánico; restablecer el Icono, buscar al “Ángel de la Presencia y la belleza de «la Iglesia». Recrear el rostro humano del hombre, con la Santa Faz del Dios-Hombre; valorizar el alma humana con “la Mujer vestida de Sol”, “Su Santa Madre”, “Gozo de todos los Gozos”, que combate todas las tristezas y de quien fluye toda la ternura. Manual de Iconografía Materiales y SANTA IRENE Técnicas EL ICONO Y EL ICONOGRAFO del Arte En el manual de Iconografía del Monte Athos se indica, a los Iconógrafos, “que para escribir un Icono es necesario la plegaria con lágrimas para que Dios penetre en el alma” y explica que la Iconografía es un arte divino que Dios mismo nos transmite”. También dice “rezad a San Lucas, nuestro primer Iconógrafo, de esa manera la inspiración del Evangelista y la vuestra se emparentará en el 28 Manual de Iconografia Ortodoxa nivel de las revelaciones del Misterio”. El Iconógrafo debe aprender con dedicación rezando constantemente y como dice el manual “debe invocar al Espíritu Santo para que lo dirija”. Luego debe realizar el Icono de la Transfiguración para que la “luz” brille en su corazón por la gracia de Dios. El manual agrega “que el Iconógrafo se presente con su Icono ante un presbítero, para que éste, rece sobre él y recite el himno de la Transfiguración”. De esta manera un artista se convierte en un Iconógrafo aceptado y debe solicitar a su maestro Iconógrafo o a otro Iconógrafo y luego a un obispo su bendición apostolica para ser Iconógrafo bendecido. El Iconógrafo aprende que el Icono canta la Gloria y la Belleza de Dios. Esa Belleza que no necesita pruebas, porque Se muestra a través del Icono mismo porque evidencia la existencia de Dios. La Teología del Icono nos habla de la “Esencia” y de la “Energía” del Icono que son símbolos de la “Presencia” que deberá manifestarse para trascender al espectador. El Iconógrafo debe aprender a través de la contemplación, de la composición y de la realización del Icono de la Transfiguración que los Iconos se pintan con la “luz”. Esa luz que no tiene sombras, y que enmarca las figuras, esa luz que lleva al Iconógrafo a clarificar los colores desde su color más profundo. Aparece así la figura surgiendo de una progresión, que reproduce el crecimiento de la luz en el interior del hombre. El Icono es, por lo tanto, el reflejo brillante del mayor atributo de la gloria, la “Luz de Dios”. El Icono nos revela “la Luz”, por eso se debe fusionar el elemento artístico con la contemplación mística, para que se vea que en el Icono está el brillo del mas allá; porque el Icono revela la “Luz”; como oración purifica y transfigura al que lo contempla; como misterio enseña que en él está el silencio habitado y la alegría del cielo en la tierra. El Icono marca la “Luz” de la forma María interior, así como la arquitectura sagrada ordena el espacio del templo y el memorial litúrgico ordena el tiempo de la oración. El Icono es una escritura, una presencia, una contemplación y una oración y como tal debe ser comprendido por el Iconógrafo. El Iconógrafo no debe basarse en su imaginación para realizar un Icono, debe realizarlo según las escrituras y la Tradición.. El Séptimo Concilio Ecuménico declaró: “la composición de los Iconos no se deja a la iniciativa de los artistas; que se deben basar en los principios establecidos por la Iglesia y la Tradición religiosa. Sólo el arte pertenece a los pintores; el ordenamiento y la disposición pertenecen a los Padres de la Iglesia”. San Juan Damasceno dice: “Ya que el Invisible, se revistió de carne y apareció visible, tu puedes representar la semejanza de Aquel que se encarnó”. Por eso el Icono es una enseñanza Teológica, una participación litúrgica, una comunión (común-unión). Es una visión transfigurada, una imagen del cielo sobre la tierra. No es cualquier imagen; muestra la Divinidad y a los Servidores de Dios (Ángeles, Profetas, Santos, etc.) que se nos manifiestan en el tiempo. San Juan Damasceno dice: “El sacerdote toma el pan y el vino que se transforman en el Cuerpo y la Sangre del Cristo y el Iconógrafo toma la “materia” que se convierte en un mundo transfigurado. Toma el pan y el vino, es decir las formas, las líneas , los colores y el diluyente y hace una visión estética. Los maestros Iconógrafos indican: “el Iconógrafo debe poseer humildad, dulzura y piedad. Debe tratar de vivir en paz. No debe beber, ni robar. Ante todo conservará la fuerza del alma y del cuerpo. Si no puede vivir en celibato que se case. Si no es un monje, como laico debe buscar la santidad cumpliendo sus deberes de estado, pero aspirando a imitar el ideal propuesto por quienes se han apartado del mundo. Si no puede hacerlo efectivamente, tiene que hacerlo en su interior. Debe visitar frecuente- Cecilia Mascarenhas de Boschkowitsch 29 El Icono mente a su Padre espiritual, contándole su manera de vivir. Guardará la disciplina y la castidad. Huirá de la imprudencia y de la agitación (desasosiego - ofuscación) porque el Icono es una escuela de paciencia, silencio y perseverancia”. El Iconógrafo debe comprender y hacer comprender que la belleza del Icono no está en su perfección estática sino en lo que inspira al observarlo. El artista convertido en Iconógrafo, no crea para recibir elogios del hombre, sino para que a través de su obra, el hombre pueda llegar a Dios. EL ICONO Y EL ORTODOXO Manual El Concilio de Constantinopla del Siglo IX, restablece definitivamente la veneración de los Iconos; del Icono en sí -mismo como «Icono de la Ortodoxia». Este hecho se recuerda el primer domingo de cuaresma. La Iconografía es parte de la Tradición y constituye una verdadera “Teología Visual”. Implica la conducción y la revelación de las “energías” celestiales,, porque en la Iconografía se encierra “el misterio”, cuyo sentido no se da directamente sino que se representa por medio de intermediarios, mediadores y símbolos que llevan el “mensaje oculto”. El Icono se considera un símbolo porque contiene en sí - mismo la “presencia” de lo que simboliza. El Icono es expresión de la iglesia y de su enseñanza dogmática ; es revelación de la vida en Cristo y de los misterios de la economía Divina para la salvación de los hombres. El Icono es el arte resucitado; ni signo, ni imagen, ni cuadro simplemente Icono. Símbolo de la “presencia”, lugar de “resplandor” y visión “litúrgica del misterio” hecho imagen. El Icono está integrado al “misterio litúrgico” y no es posible comprenderlo fuera de esta integración. Este “Misterio Litúrgico” no se realiza exclusivamente en el templo. Para el ortodoxo, la litúrgia se realiza también en los hogares, rezando frente a su altar solos o en familia recuerdan la frase del Señor cuando dice “...donde están dos o tres reunidos en mi nombre allí estoy yo, en medio de ellos...”(Mateo 18-20). En la casa de los cristianos ortodoxos, los Iconos se ubican en los rincones o paredes de las habitaciones orientadas hacia el este, porque la “luz viene de oriente”; transformando el lugar en el punto más importante de la habitación. Muchos dedican una habitación completa como templo del hogar, allí colocan la de Iconografía Materiales y Técnicas SAN ELEUTERIO Y SANTA ANTONIA del Arte 30 Manual de Iconografia Ortodoxa Biblia sobre un atril y los Iconos cubren las paredes, es allí donde prenden velas, inciensan y rezan. Hoy con los departamentos modernos es difícil dedicar toda una habituación, por lo tanto se elige un lugar, un rincón para este fin, a veces cada integrante de la familia busca su lugar en su habituación. El Icono trasforma el hogar en una “Iglesia doméstica” y la vida de los fieles en vidas orantes. La Tradición dice que al llegar al hogar, el cristiano ortodoxo, debe inclinarse ante él o los Iconos, rezar y recoger la mirada a Dios y después saludar a los que están en la casa; también al salir debe rezar y pedir la bendición del Señor y luego partir. El Icono nunca es una decoración; es un centro de “Luz” que ilumina el espacio dentro del cual se encuentra. En el templo, los Iconos están como objetos de culto, no para observarlos como en un museo. Todo feligrés que entra al templo se siente tocado por una sensación de vida incesante. Aun fuera de los oficios todo parece estar esperando “los Santos Misterios”; todo parece animado y a la espera del Cristo que viene a darse en alimento espiritual. En esta grandiosa sinfonía, cada feligrés al mirar los Iconos ve a Dios, a su Santa Madre, a los Angeles y a sus hermanos mayores que lo precedieron como seres vivos y con ellos participa de la litúrgia y canta: “en Tus Santos Iconos contemplamos el tabernáculo celestial y Te alabamos con alegría”. El mencionado Concilio de Constantinopla dice: " ...el Evangelio nos dice por la Palabra, lo que el Icono anuncia por los colores y nos lo hace presente...”. El Icono atestigua la “Presencia “de los representados, expresa su intercesión y su comunión con nosotros. El Icono físicamente es sólo una plancha de madera; no tiene sustancia propia; no encierra nada; todo su poder Teofánico lo obtiene por medio de la Semejanza allí pintada que lo convierte en rayo esplendoroso, que co-participa de la Divinidad. El Icono María traduce una “presencia energética”, no localizada, no encerrada, no creada, que surge de su punto de concentración. Esta “Teología de la Presencia” es lo que distingue al Icono de un cuadro religioso. El triángulo estético de toda obra de arte se forma con: la obra propiamente dicha, el artista y el espectador. El Icono rompe este triángulo estético; la obra se inmanta con su función mística, el artista se borra tras la Tradición que habla, el espectador se prosterna en un acto de plegaria y adoración a Dios. Para “oriente”, el Icono es un “Sacramental”. Por esta razón el Presbítero debe verificar la corrección dogmática, la conformidad con la Tradición y el nivel de expresión artística del Icono. Además para que se convierta en testigo, se colme de “La Presencia” y sea canal para la “virtud Santificadora”, el presbítero lo debe bendecir y consagrar para instituirlo en su función litúrgica. El Icono es una peregrinación hacia Dios por medio de la oración;una invitación a acompañar y seguir la vida del Santo que representa, invita a la conversión y señala que el hombre en su humildad debe hacer de la oración un estado permanente Cecilia Mascarenhas de Boschkowitsch 31 El Icono Manual poder de servir a los ideales de la Fe” El contenido litúrgico de la Iconografía contribuye para que los creyentes comprendan el gran misterio de la Eucaristía. Los Iconos ofrecen al espectador, a través de la desmaterialización, la impresión de una visión “extra-terrestre” y hacen incomparablemente perceptible el contenido de los himnos y oraciones litúrgicas. “Que toda carne guarde silencio, en temor y temblor, que aleje de si todo pensamiento terreno pues el Rey de Reyes y el Señor de los Señores avanza para ser inmolado en el alimento a los fieles”. La Iconografía por su naturaleza es “expresionista”. Su expresión artística es una profunda experiencia de vida, no está limitada a las impresiones que el ojo recibe sino a lo que manifiesta el alma. Se dirige primordialmente al espíritu. El contenido de la Iconografía concurre al Trabajo Redentor del Cristo, “al mundo nuevo y al cielo nuevo; no concierne a lo antiguo, a la naturaleza y a lo transitorio. Es decir la Iconografía ortodoxa representa al mundo regenerado por la Gracia Divina” (Constantín Kalokyris). El Icono no es una imitación servil de la realidad sino que trata de expresar la naturaleza deificada. La Iconografía es la visión de un mundo “a través de los ojos interiores” en el cual la esencia profunda de las cosas se torna comprensible, tal como “el esplendor deiforme de la virtud”. La Iconografía evita la representación de las Sagradas formas según la realidad natural y ve, a través de una abstracción verdaderamente maravillosa sobre esas formas, como expresar la Realidad Espiritual que constituye su mas elevada verdad. Materia y forma, esto es contenido y estilo, están en una relación tal que una interpreta a la otra y ambos interpretan la esencia de la Iconografía. La forma Iconográfica es el elemento que da a su expresión el poder y la superio- de Iconografía LAS TRES LUMINARIAS Materiales CONTENIDO Y FORMA La Iconografía es un arte que no copia la naturaleza, ni busca la forma y el color. Toma los elementos técnicos y logra expresar el «Significado de la Ortodoxia». La Iconografía es un Arte Litúrgico y Dogmático porque su contenido (propósito para el cual ha sido creado) cubre las necesidades y propósitos de la Iglesia (espíritu y no materia). La Iconografía es un Servicio “a” y “en” la Iglesia. El contenido se entrelaza con la vida, la evolución y la Tradición ortodoxa e interpreta el contenido histórico de la Fe y las verdades doctrinarias. Su contenido transcendental no es la belleza física, ni la natural, sino la expresión de la santidad. Lo bello en el Icono no esta determinado por la natural formación del objeto sino por su contenido sublime “ su y Técnicas del Arte 32 Manual de Iconografia Ortodoxa ridad espiritual. La Iconografía realiza sus creaciones en una concepción morfológica particular sacando al espectador de lo transitorio en este mundo y dándole la idea de la creación renacida y del mundo eterno. En los Iconos se observan características similares, que se repiten a través de los tiempos. Estas características exteriores se desnaturalizan expresando un estilo particular que no se limita a lo exterior sino que da forma a la esencia del ser representado. María Cecilia Mascarenhas de EL EPITAFIO (LA SEPULTURA DEL SEÑOR) Boschkowitsch