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La psicología evolucionista, una evaluación epistemológica (Tesis magister)

2021

Una de las implicancias de la teoría de la evolución por selección natural es que ella ha moldeado no solo el cuerpo sino la mente humana. La psicología evolucionista sostiene que la arquitectura mental es prominentemente modular; es decir, se compone de módulos mentales que evolucionaron, porque sus efectos resolvían con más eficacia problemas adaptativos particulares en el ambiente de adaptación evolutiva de la especie humana. No obstante, el debate sobre el grado de modularidad de la mente, así como el significado mismo de modular ha sido una historia de permanentes malentendidos. El objetivo de la presente investigación es evaluar las críticas conceptuales y teóricas contra la psicología evolucionista. En el desarrollo de este debate, no se ha discernido debidamente entre distintos niveles de análisis, se ha asumido una visión estrecha de la dinámica científica, no se ha tenido en cuenta los elementos principales para evaluar hipótesis adaptativas, hubo una interpretación poco generosa de los postulados de la psicología evolucionista y rasgos como innato, encapsulado y dominio específico adquieren un matiz distinto desde un enfoque funcional. Aclarando estas dificultades, se concluye que la psicología evolucionista es epistemológicamente viable.

Universidad Nacional Mayor de San Marcos Universidad del Perú. Decana de América Dirección General de Estudios de Posgrado Facultad de Letras y Ciencias Humanas Unidad de Posgrado La psicología evolucionista: una evaluación epistemológica TESIS Para optar el Grado Académico de Magíster en Filosofía con mención en Epistemología AUTOR Mike Christian CRUZADO TORRE ASESOR Mg. Álvaro Arturo REVOLLEDO NOVOA Lima, Perú 2021 Reconocimiento - No Comercial - Compartir Igual - Sin restricciones adicionales https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ Usted puede distribuir, remezclar, retocar, y crear a partir del documento original de modo no comercial, siempre y cuando se dé crédito al autor del documento y se licencien las nuevas creaciones bajo las mismas condiciones. No se permite aplicar términos legales o medidas tecnológicas que restrinjan legalmente a otros a hacer cualquier cosa que permita esta licencia. Referencia bibliográfica Cruzado, M. (2021). La psicología evolucionista: una evaluación epistemológica. [Tesis de maestría, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Letras y Ciencias Humanas, Unidad de Posgrado]. Repositorio institucional Cybertesis UNMSM. Metadatos complementarios Datos de autor Nombres y apellidos Mike Christian Cruzado Torre Tipo de documento de identidad DNI Número de documento de identidad 44530776 URL de ORCID https://orcid.org/0000-0002-5263-5660 Datos de asesor Nombres y apellidos Álvaro Arturo Revolledo Novoa Tipo de documento de identidad DNI Número de documento de identidad 08148444 URL de ORCID https://orcid.org/0000-0002-9170-9968 Datos del jurado Presidente del jurado Miguel Ángel Polo Santillán Nombres y apellidos Tipo de documento DNI Número de documento de identidad 08002363 Miembro del jurado 1 Nombres y apellidos Óscar Augusto García Zárate Tipo de documento DNI Número de documento de identidad 06688834 Miembro del jurado 2 Nombres y apellidos Javier Aldama Pinedo Tipo de documento DNI Número de documento de identidad 08005787 Datos de investigación Línea de investigación ODS 4.27 Lógica, epistemología e historia de la ciencia. Grupo de investigación Episteme Agencia de financiamiento Sin financiamiento. Universidad Nacional Mayor de San Marcos Ubicación geográfica de la investigación País: Perú Departamento: Lima Provincia: Lima Distrito: Cercado de Lima Latitud: -12.057031 Longitud: -77.081458 Año o rango de años en que se realizó la investigación 2019 – 2021 Filosofía http://purl.org/pe-repo/ocde/ford#6.03.01 URL de disciplinas OCDE Historia y filosofía de la ciencia y la tecnología http://purl.org/pe-repo/ocde/ford#6.03.02 UNIDAD DE POSGRADO ACTA DE SUSTENTACIÓN DE TESIS DE GRADO ACADÉMICO DE MAGISTER A los veintidós días del mes de diciembre de dos mil veintiuno, siendo las 08.00 horas, vía virtual, se reunió el Jurado de Grado integrado por los profesores Dr. Miguel Ángel Polo Santillán (Presidente), Mg. Álvaro Revolledo Novoa (Asesor), Dr. Óscar García Zárate (Informante) y Dr. Javier Aldama Pinedo (Informante) para calificar la sustentación de la tesis titulada La psicología evolucionista: una evaluación epistemológica, presentada por el señor Mike Christian Cruzado Torre Bachiller en Filosofía, para optar el Grado de Magíster en Filosofía con mención en Epistemología. Hecha la exposición y absueltas las preguntas formuladas por el Jurado, éste acordó la siguiente calificación de acuerdo a lo establecido por el Reglamento General de Estudios de Posgrado. Excelente (20) Habiendo sido aprobada la sustentación de la tesis, el Jurado recomendó que la Facultad proponga que se le otorgue el grado académico de Magister en Filosofía con mención en Epistemología al bachiller Mike Christian Cruzado Torre. El acto académico de sustentación concluyó a las Dr. Miguel Ángel Polo Santillán Presidente Profesor Principal T.C. Dr. Óscar García Zárate Informante Profesor Principal T.C. 10.00 horas. Mg. Álvaro Revolledo Novoa Asesor Profesor Auxiliar T.C. Dr. Javier Aldama Pinedo Informante Profesor Principal T.C. Dedicatoria La presente investigación se la dedico a mi Maguita, la mamá más maravillosa del mundo. Su sonrisa siempre me alegra la vida. Resumen Una de las implicancias de la teoría de la evolución por selección natural es que ella ha moldeado no solo el cuerpo sino la mente humana. La psicología evolucionista sostiene que la arquitectura mental es prominentemente modular; es decir, se compone de módulos mentales que evolucionaron, porque sus efectos resolvían con más eficacia problemas adaptativos particulares en el ambiente de adaptación evolutiva de la especie humana. No obstante, el debate sobre el grado de modularidad de la mente, así como el significado mismo de modular ha sido una historia de permanentes malentendidos. El objetivo de la presente investigación es evaluar las críticas conceptuales y teóricas contra la psicología evolucionista. En el desarrollo de este debate, no se ha discernido debidamente entre distintos niveles de análisis, se ha asumido una visión estrecha de la dinámica científica, no se ha tenido en cuenta los elementos principales para evaluar hipótesis adaptativas, hubo una interpretación poco generosa de los postulados de la psicología evolucionista y rasgos como innato, encapsulado y dominio específico adquieren un matiz distinto desde un enfoque funcional. Aclarando estas dificultades, se concluye que la psicología evolucionista es epistemológicamente viable. Palabras clave: adaptación, explicación próxima, explicación distal, modularidad Abstract One of the implications of the theory of evolution by natural selection is that it has shaped not only the body but the human mind. Evolutionary psychology holds that mental architecture is prominently modular; that is to say, it is composed of mental modules that evolved, because their effects effectively solved particular adaptive problems in the evolutionary adaptation environment of the human species. However, the debate on the degree of modularity of the mind, as well as the meaning of modular has been a history of permanent misunderstandings. The objective of the present investigation is to evaluate the conceptual and theoretical criticisms against evolutionary psychology. In the development of this debate, it has not been properly discerned between different levels of analysis, a narrow view of the scientific dynamics has been assumed, the main elements have not been considered to evaluate adaptive hypotheses, there was an ungenerous interpretation of the Postulates of evolutionary psychology and traits such as innate, encapsulated and domain specific acquire a different nuance from a functional approach. Solving these difficulties, it is concluded that evolutionary psychology is epistemologically viable. Keywords: adaptation, proximal explanation, distal explanation, modularity ÍNDICE INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………. 6 CAPÍTULO I TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN POR SELECCIÓN NATURAL 1.1. Antecedentes teológicos...…………………………………………………………………...11 1.2. Selección natural: la explicación tradicional...………………………………………………13 1.3. Selección natural: la síntesis moderna...……………………………………………………. 17 1.3.1. El problema del altruismo..……………………………………………………….. 19 1.3.2. La teoría de la eficacia inclusiva……………………………………………………20 1.3.3. El altruismo recíproco.…………………………..………………………………....23 1.4. Selección sexual………..………………………………………………………………….... 25 1.4.1. Selección intersexual e intrasexual ...………………………………………………26 1.4.2. Teoría de la inversión parental……..……………………………………………….27 1.5. El proyecto adaptacionista: aclaraciones conceptuales..…………………………………….29 1.5.1. Tres sentidos de adaptación…..………………………………….………………..30 1.5.2. Productos de la evolución…..……………………………………………………..32 1.5.3. Adecuación, exaptación y sprandel……………………………………………….34 CAPÍTULO II LA PSICOLOGÍA EVOLUCIONISTA 2.1. Definición y objetivos…..………………………………………………………….………..43 2.2. La psicología evolucionista como metateoría……..…………………….…………………..44 2.2.1. (M) Supuesto metateórico básico………………………………………………….47 2.2.2. Supuestos metateóricos especiales……..…………………………….……………50 - (M1) Mecanismos psicológicos evolucionados como la unidad principal de análisis…50 - (M2) Orientación modular de los mecanismos psicológicos evolucionados………...…54 - (M3) Ambiente de adaptación evolutiva……………………………………….……….57 2.3. Ejemplos de sistemas de procesamiento de información especializados (D-módulos)……...62 - Supervivencia……………………………………………………….…………………..62 - Reproducción……………………………………………………….…………………..66 CAPÍTULO III: EVALUACIÓN DE LAS CRÍTICAS EPISTEMOLÓGICAS 3.1. Heurística prospectiva y retrospectiva……………………………………………………….72 3.2. Just So Stories………………………………………………………………………………..73 3.2.1. Los Picapiedras o la idealización del pasado………………………………………75 3.2.2. Sobre la infalsabilidad de la PE……………………………………………………77 3.3. ¿Inferencias imposibles?.........................................................................................................83 3.3.1. Exacerbar las diferencias para mostrar lo especial de cada ser humano…...……...83 3.3.2. Escepticismo dogmático: el problema del grano grueso…...……………………...86 3.3.3. La forma refleja la función…………………...……………………………………88 3.4. Confusiones de niveles de análisis: los 4 porqués…………………………...………………92 3.4.1. Genes y epigenética…...…………………………………………………………...95 3.4.2. Ontogenia y neuronas……………...………………………………………………99 3.4.3. Variabilidad cultural y naturaleza humana………...……………………………..105 CAPÍTULO IV EN DEFENSA DE LOS MÓDULOS MENTALES MASIVOS (MMM) 4.1. Introducción……...…………………………………………………………………………110 4.2. La modularidad según Fodor………...……………………………………………………...113 4.3. La modularidad según la psicología evolucionista………...……………………………….114 4.4. Discusión sobre la caracterización de los rasgos modulares………………………………. 116 4.4.1. Innato…………………………………………………………………..................116 4.4.2 Encapsulado……...………………………………………………………………. 122 4.4.3 Dominio específico……...………………………………………………………...128 CONCLUSIONES………………………………………………………………………………138 REFERENCIAS………………………………………………………………………………...143 Índice de tablas y figuras Tabla 1: Coeficiente de relación genética entre diversos grupos parentales ………………………21 Figura 1: Tipos de procesos evolutivos…………………………………………………………..30 Figura 2: Esquema de los productos de la evolución……………………………………………...33 Figura 3: Esquema de los efectos de un rasgo R…………………………………………………40 Figura 4: Esquema jerárquico de las bases epistemológicas de la psicología evolucionista vista como una metateoría……………………………………………………………………………...46 Figura 5. Esquema sobre la percepción que usualmente se tiene sobre la influencia de los genes en los animales humanos y no-humanos…………………………………………………………51 Tabla 2. Distintos tipos de problemas adaptativos que ha padecido el ser humano a lo largo de su historia evolutiva…………………………………………………………………………………58 Tabla 3. Características usadas en la selección de emparejamiento entre hombres y mujeres según se reporta en estudios transculturales…………………………………………………………….71 Figura 6: Esquema de la interacción entre el ambiente de adaptación evolutiva, los problemas adaptativos, y las adaptaciones psicológicas y fisiológicas………………………………………72 Figura 7: Diversos tipos de evidencia para validar una adaptación psicológica…………………80 Figura 8. Rangos de evidencia sobre la postulación de una hipótesis de un rasgo psicológico adaptativo…………………………………………………………………………………………81 Tabla 4. Explicaciones próximas y distales……………………………………………………...94 Figura 9. Ilusión óptica de Roger Shepard……………………………………………………...122 INTRODUCCIÓN Objetivos y métodos Antes de la publicación del Origen de las especies (1856), la biología era preminentemente una actividad descriptiva sobre los mecanismos que subyacen en los organismos y cómo están integrados. Darwin brindó un marco teórico que posibilitó la generación de hipótesis, explicaciones y predicciones que convertirían a la biología como una actividad propiamente científica. Desde entonces, las explicaciones funcionales respecto de los diversos rasgos de los animales humanos estuvieron a la orden del día, aunque existía reticencia cuando se quería aplicar los mismos principios evolutivos al ser humano. Filósofos como Dewey comprendieron que la filosofía no podía estar alejada de estos nuevos descubrimientos, ya que sus implicaciones respecto a quién es el ser humano eran profundas. Sin embargo, era una minoría de filósofos quienes se veían a sí mismos como ‘darwinistas’ o ‘evolucionistas’. En 1968 salió a la luz el libro Sociobiología de Edward Wilson, el cual causó un revuelo por explícitamente querer indagar el distintivo carácter social del comportamiento humano desde los nuevos y fascinantes avances de la biología evolutiva. Nuevamente, los ataques de este abordaje llegaron de varios flancos, la crítica del filósofo de la ciencia Philip Kitcher (1985) fue muy influyente al respecto. A pesar de los hercúleos esfuerzos del filósofo de la biología Michael Ruse (1981, 1983a) para aclarar estas confusiones, los detractores seguían sosteniendo que los sociobiólogos eran deterministas, justificaban el status quo, el racismo o sexismo. Este intenso debate también conllevó a afinar con más cuidado las metodologías y las bases epistemológicas sobre las que se asentarían los nuevos avances en la comprensión del ser humano. 7 A mediados de los 80 e inicios de los 90 surgieron varios trabajos donde se aplicaban los principios darwinianos a la cognición humana (no al comportamiento mismo), lo que se llegó a conocer como la psicología evolucionista (en adelante, PE) (Barkow, Cosmides & Tooby & 1992). Esta perspectiva considera que la selección ha moldeado la mente humana (entendida como un sistema de procesamiento de información) para resolver una serie de problemas adaptativos que fueron recurrentes en nuestros ancestros. Dado que los problemas han sido de diferente índole, la mente que los ha resuelto también lo son (multitud de módulos o circuitos mentales), por lo que están sesgados en recoger ciertos tipos de información del exterior para producir comportamientos o respuestas fisiológicas adaptativas mediante reglas de inferencia o decisión. Una vez más, hubo un ácido recibimiento a este enfoque que se caracterizaba por su carácter adaptacionista, modular y de orientación computacionalista sobre el fenómeno mental. Los filósofos Mario Bunge y David Buller, el paleontólogo Gould, el genetista Lewontin y quizá con mayor énfasis, científicos sociales y antropólogos, han levantado feroces críticas contra la psicología evolucionista, desde que no son más que cuentos o relatos adaptacionistas sin ningún sustento empírico hasta no ser más que el mismo lobo disfrazado de oveja, el cual conlleva los mismos problemas que sus antecesores (v.g. deterministas, reduccionistas, etc.). Dada las continuas críticas que viene recibiendo la psicología evolucionista desde diferentes flancos, mi trabajo se centrará en evaluarlas. A pesar de que considero —y existen buenas razones para sostenerlo (Segerstrale , 2000; Geher & Gambacorta , 2004; Hagen, 2005, 2015; Jonason & Schmitt , 2016; Pinker, 2003, 2008)— que varios detractores sucumben —en última instancia— a la falacia moralista; es decir, pensar que una creencia es falsa, porque las consecuencias de que sea verdadera son indeseables (en corto, es falso porque es moralmente pernicioso), me enfocaré en los aspectos epistemológicos. 8 En ese sentido, el objetivo de la tesis es mostrar que una parte importante de este debate recae en confusiones conceptuales, la falta de discernimiento entre distintos niveles de análisis, una visión estrecha de la dinámica científica y una interpretación poco generosa de los postulados de la PE. El método empleado apelará a las clarificaciones terminológicas, tomando en cuenta el aparato conceptual proveniente de la filosofía de la biología, la filosofía de la ciencia y la filosofía de la mente en conjunción con la evidencia empírica disponible (antropológica, psicológica, genética, neurocientífica, etc.). Mi influencia filosófica se inscribe dentro de lo que se conoce como filosofía naturalista o biofilosofía. División de la investigación La psicología evolucionista es una metateoría que toma a la teoría de la selección natural como base para abordar el fenómeno psicológico. La división de la presente investigación se dividirá de la siguiente manera. En el capítulo primero, se describe la teoría contemporánea de la selección natural y la selección sexual, pues lo que se desprende de ambas es la teoría de la eficacia inclusiva y la teoría de la inversión parental, las cuales son cruciales para la generación de hipótesis y predicciones contrastables de la PE. Asimismo, se clarifican términos como adaptación, adecuación, exaptación y sprandel, los cuales han causado (y causan) enormes confusiones. En el segundo capítulo, muestra los objetivos y la definición de la PE, así como sus principales supuestos 1) la selección natural ha moldeado distintos rasgos del ser humano, específicamente, su psicología o mente (entendida como un sistema de procesamiento de información), por lo que una parte de ella estará inclinada a promover la supervivencia y reproducción, 2) la mente humana es modular, es decir, se compone, aunque no exclusivamente, de distintos circuitos o sistemas de procesamiento de información evolucionados que han ayudado a resolver diversos tipos de problemas adaptativos específicos (v.g. evitar predadores, con quién formar coaliciones, cómo 9 detectar tramposos, quién es una buena pareja, etc.), 3) los diversos módulos mentales han surgido en el ambiente de adaptación evolutiva de nuestra especie, por lo que están sesgados en resolver desafíos adaptativos recurrentes de nuestros antepasados cazadores-recolectores y no problemas actuales, con lo cual puede haber un desajuste (mismatch). Además, se muestra evidencia de los distintos problemas de supervivencia y reproducción que nuestra psicología está moldeada para resolver. Dado que los detractores concuerdan que nuestra psicología puede estar sesgada en procurar nuestra supervivencia y reproducción, las principales críticas subyacen a los supuestos 2) y 3). En ese sentido, el capítulo 3 analiza las acusaciones de que la PE no es sino cuentos adaptativos o so just stories, sugieren hipótesis infalsables o realizan inferencias imposibles de realizar. Además, se coloca énfasis en los distintos niveles de análisis (próximo y distal) y se sostiene que varias críticas no han tenido en cuenta estas distinciones o las han confundido. Finalmente, el capítulo 4 es una defensa de los módulos mentales masivos, dado que una parte considerable de las críticas han confundido los módulos según Fodor y han desestimado la modularidad a la Darwin; es decir, colocando énfasis en la funcionalidad. De ahí que, aunque los módulos se caractericen por ser innato, encapsulado o de dominio específico estos posean un matiz distinto bajo el dominio de la psicología evolucionista. Agradecimientos El presente trabajo tiene sus raíces en mi formación como estudiante de pregrado en la UNMSM, allí fui parte del grupo de filosofía analítica Sentido y Referencia, el cual permitió canalizar y profundizar mis intereses académicos. Además, haber culminado mis estudios de maestría en mi alma mater contribuyó a consolidar y ordenar mi investigación. Deseo expresar mi agradecimiento 10 al profesor David Villena Saldaña, quien me brindó bibliografía actualizada que me fue valiosa. También, mostrar mi aprecio a mi asesor de tesis durante la maestría, el profesor León Untiveros, quien me brindó sabios consejos y observaciones agudas a mis continuos avances de tesis. Asimismo, agradecer al profesor Álvaro Revolledo, pues me motivó a continuar (y acelerar) la investigación y sus apreciaciones finales fueron relevantes para fortalecer la estructura y afinar los argumentos del presente trabajo. Finalmente, no hay palabras que puedan expresar mi profundo cariño hacia mi papá y mi mamá, quienes son y serán mi eterna alegría. 11 CAPÍTULO I TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN POR SELECCIÓN NATURAL 1.1. Antecedentes teológicos Incluso para quienes no viven en bosques llenos de floresta y amplios valles o cerca de las sabanas es usual percatarse de que los diversos organismos (hormigas, calamares, aves de rapiña, coyotes, avispas, etc.) poseen rasgos y comportamientos que les permiten adecuarse al ambiente donde se desarrollan. En otras palabras, parecen moldeados por una mano superior oculta. Asimismo, en toda esta variedad, también encontramos similitudes y relaciones jerárquicas (los leones se parecen a los leopardos, aves muy pequeñas ponen huevos igual que aves muy grandes y de diferentes especies, los chimpancés poseen rasgos gestuales parecidos a los nuestros) en la multitud de ambientes. La adaptación y la diversidad aparecen como problemas o misterios que engendran diversas posturas teológicas, sobre todo, antes de 1859 (año de la publicación del libro El origen de las especies). Sobre ambas cuestiones, la historia natural va de la mano junto con la teología natural (apelar a la evidencia mundana a favor de la existencia de un ser supremo). En el siglo XIX, se volvió famoso el argumento del diseño, sistematizado y popularizado por el arcediano William Paley (2009) en su Teología Natural. En este texto, se sugiere un experimento mental en el cual compara el diseño de un reloj con el diseño de los organismos. Si alguien cruza un brezal, se tropieza con una piedra y se pregunta cómo llegó esa piedra justo ahí, no es absurdo responder que siempre ha estado en ese lugar. Si en vez de una piedra hubiera sido un reloj, esa misma respuesta sí que sería absurda, pues el reloj posee partes que se conectan para un propósito en particular (el 12 propósito es de su diseñador), de modo que si se dispone de otro modo no funcionaría o no lo haría correctamente. De forma análoga, las diversas características de los organismos no son sino funciones dadas por un gran diseñador, de ahí que, efectivamente, los organismos son diseñados por Él de un solo golpe 1 . Además, en la década de 1830, surgió un proyecto fomentado por el duque de Bridgewater, en el cual pedía a los intelectuales de la época que demostraran “el poder, la sabiduría y la bondad de Dios, tal como se manifiesta en la creación” (Cronin: 1995, p.31). Por un lado, tenemos el “creacionismo intervencionista”, cada rasgo de los organismos (color de piel, su forma de correr, sus comportamientos, etc.) ha sido diseñado desde el principio de su desarrollo para un fin preestablecido. En ese sentido, las especies han permanecido sin modificaciones desde su génesis, pues un ser perfecto los ha creado. Por ello, los rasgos de los organismos no poseen un componente histórico; es decir, no hay un ancestro común del cual ellos hayan evolucionado. Ciertamente, Dios no solo creó el mundo y lo dejó desenvolverse según leyes naturales creadas por él, siendo solo un contemplador de su creación; sino que, de vez en cuando, interviene para moldear nuevos diseños, los cuales podemos ver en la naturaleza 2. Por otro lado, tenemos el “creacionismo platónico”. Dios más que preocuparse en singularidades, ha dado modelos ideales (similar al estilo platónico) dentro de un objetivo superior. Es decir, en el plan divino existen arquetipos perfectos que los demás organismos y especies tienden a parecerse. Esta afirmación última es relevante, porque abre la posibilidad de que exista imperfección. Los creacionistas platónicos se enorgullecen de ello, porque veían confirmadas sus afirmaciones en las similitudes estructurales entre las especies, aunque a nivel individual cabe 1 2 Helena Cronin (1995) llama a esta postura “el argumento utilitarista del diseño”. De aquí subyace la frase teológica “Dios se deja conocer por medio de la naturaleza”. 13 esperar una serie de imperfecciones (dado que la forma o estructura es de mayor prioridad que la función o adaptación), a nivel global las estructuras encajan con el esquema de los modelos ideales. En ese sentido, es posible explicar la semejanza en la diversidad, porque los organismos han sido moldeados según la estructura básica de los planes divinos. En suma, los científicos interesados en explicar la adaptación tienden a investigar a los organismos de forma individual (analizando a los miembros de su especie, pero sin establecer conexiones con otras especies). Los interesados en la variación indagarán sobre las relaciones de los diferentes individuos en la naturaleza para hacer patentes las simetrías y el orden según el proyecto de la mente divina. En ambos casos, la intervención superior era inevitable en las explicaciones; también, se carecía de una relación entre adaptación y diversidad. Charles Darwin logra hacernos entender una forma de hacer compatible ambas ideas, así como dar cuenta de los diseños sin apelar a un diseñador. 1.2. La selección natural: la explicación tradicional Darwin (1859) conocía las implicancias sociales y culturales de sus ideas, un golpe directo a la visión teológica del mundo natural3, por lo que fue muy metódico al momento de exponer los argumentos que sostienen su teoría. En vez de comenzar por las afirmaciones más polémicas, se detendrá en dar cuenta de un fenómeno en el cual todos nosotros difícilmente podríamos estar en desacuerdo: la selección artificial. Él era un conocedor del mundo agrícola-ganadero y sabía que los cultivadores de plantas o los criadores de ganado eligen sus mejores ejemplares—y descartan 3 Se piensa que este golpe es el último lugar donde Dios podía esconderse; es decir, encontrar creencias razonables para postular su existencia, pero dado que Darwin nos ofrece una imagen naturalista del mundo, esta última opción se desvanece (Dupré, 2007). En ese sentido, la teología se naturalizó. 14 los peores— para obtener productos (verduras, flores y frutas más grandes o resistentes o ganado más carnoso, etc.). En su época, eran famosos los galgos (perros de carrera), los cuales llevaban una amplia historia de selección de los cachorros con mejores dotes para las carreras (patas largas, musculosos y pelo no lanudo). Los rasgos que poseen no aparecieron al azar, fueron desarrollándose por intervención del ser humano, al querer destacar ciertas características y descartar otras. Los springer spaniel son perros de caza, seleccionados para hacer salir a la presa de su escondite y de comprender las indicaciones de su amo, con lo cual han desarrollado una impresionante capacidad de aprender y comprender los gestos faciales (Roberts, 2019). El pequinés es un tipo de perro muy pequeño que mide entre 15 y 25 centímetros y un peso promedio de 6 kilos, seguramente seleccionado con fines estéticos. Aunque no se tenía ninguna idea sobre genes, se sabía que la prole no era idéntica a sus progenitores, las diferencias (por más sutiles) saltaban a la vista. Tales diferencias eran seleccionadas de acuerdo con el objetivo en la mente del ser humano y, a lo largo de varias generaciones, estas características se heredaban, con lo cual podíamos ver diferencias notables entre los individuos actuales y sus ancestros. Podemos explicar las variaciones (forma, color, tamaño, actitudes, comportamientos, etc.) de ciertos animales domésticos por selección artificial. ¿Pero qué sucede en la naturaleza? El famoso ejemplo de “los pinzones de Darwin” viene a colación (ABC, 2016; Coyne, 2009; Darwin,1859). Son 15 especies de aves que se hallan en el archipiélago de las Galápagos y la isla del Coco (Costa Rica), poseen fenotipos parecidos, pero divergen en tamaño y forma del pico, ello debido a las condiciones ambientales en la cuales les ha tocado vivir. Darwin barruntó que una especie podría haber llegado hace mucho tiempo y sus proles podrían haberse ido 15 modificando para adecuarse al ambiente, ya que daba la “coincidencia” de que los pinzones con picos gruesos se hallaban en un lugar donde había semillas duras, los pinzones con picos largos, moraban donde la fuente principal de alimentación eran las flores. Sus picos se ajustaban para el tipo de alimentación donde residían. ¿Quién fue el que seleccionó sus rasgos? Darwin explicó los diseños de los organismos sin apelar a un diseñador consciente. La argumentación darwinista es la siguiente: ➢ Los organismos están en constante lucha por la existencia (competencia por sobrevivir y reproducirse) Se toma la idea del clérigo Thomas Malthus: la población crece exponencialmente; los recursos, aritméticamente. Ante las limitaciones de los recursos se generan problemas y disputas. ➢ Esta lucha se produce por las presiones ambientales en el curso de la vida de los organismos En el contexto vegetal y animal, las variedades de organismos luchan por la existencia, debido a los desafíos ambientales; por ejemplo, carencia de alimentación, enfermedades, bruscos cambios climáticos o fenómenos naturales, amenaza de depredadores, etc. ➢ Dado que la prole no es igual a sus progenitores, existen diferencias que les ayudarán a lidiar mejor con las presiones ambientales. Como en el caso de las plantas, el ganado o los perros, se muestra que existe variabilidad en los rasgos de los organismos (un color que le ayude a camuflarse, picos más gruesos para alimentarse de granos pesados, piernas más veloces para huir de depredadores, etc.). 16 ➢ Ya que la descendencia hereda los rasgos de sus progenitores, quienes sobrevivan y se reproduzcan más pasarán esos rasgos a la siguiente generación, por lo que se volverán más prevalente en la población. En contraste con la selección artificial, en la naturaleza se carece de una mente que guie el proceso conscientemente, simplemente prevalece quien posee las características que le permitan lidiar mejor con los desafíos que afectan a su supervivencia y reproducción. En otras palabras, la naturaleza ha seleccionado qué rasgos son oportunos para sobrevivir y reproducirse (es decir, qué características aumentan su éxito biológico) y qué rasgos no lo son. ➢ Con el pasar del tiempo, las variaciones favorables se irán acumulando y expandiendo lo que llevará a un cambio gradual y heredable que ocurren en las poblaciones a través de las generaciones (evolución). Tal y como afirma Darwin: Las variaciones, por ligeras que fuesen, y cualquiera que sea la causa de que la procedan, si son en algún grado provechosas para los individuos de una especie, en sus relaciones infinitamente complejas con otros seres orgánicos y con sus condiciones físicas de vida, tenderán a la conservación de estos individuos y serán, en general, heredadas por la descendencia. La descendencia también tendrá, por tanto, la mayor probabilidad de sobrevivir, pues de los muchos individuos que nacen periódicamente de una especie cualquiera, sólo un corto número puede sobrevivir. He denominado a este principio, por el cual toda variación ligera, si es útil, se conserva, con el término de selección natural. (1859, p.49) En suma, podemos explicar los diseños de los organismos sin un diseñador consciente ni omnisciente. Efectivamente, las adaptaciones es lo que intenta explicar la selección natural. Hasta 17 aquí tenemos tres elementos a destacar: variación, herencia y selección natural. Sin variación ni herencia no era posible la selección natural, por lo que se necesitaba explicar una fuente permanente de variaciones y que algunas de estas variaciones se transmitan de una generación en generación; sin embargo, Darwin no tenía una respuesta convincente (Ruse, 1983a). Ello llegó varias décadas después. 1.3. La selección natural: la síntesis moderna En el transcurso de 1930, se produjo la síntesis entre las teorías de Darwin y Mendel, la cual fue tildada como neodarwinismo (en Gran Bretaña) o teoría sintética de la evolución (en EE. UU.) (Ruse, 2008). Ello permitió aclarar y explayar diversos conceptos relevantes en la teoría y explicación darwiniana que mostraremos a continuación4. Cada organismo posee un potencial biótico (número máximo de descendientes posibles para una especie dada), pero existen diversas presiones adaptativas tanto del medio (clima inhóspito, insuficientes recursos, etc.) como social (encontrar pareja, formar alianzas, etc.), por lo que no será posible satisfacerlo. Asimismo, los descendientes varían aleatoriamente en relación con sus progenitores debido a las variaciones (diferencias en los rasgos físicos, estructurales, químicos, comportamentales) producto de las mutaciones (alteración en la secuencia de ADN). Algunas de estas variaciones serán heredadas a través de los genes a la decendencia y en mayor proporción si permite una reproducción diferencial positiva (algunos sobrevivirán y se reproducirán más que otros); es decir, si tales genes o sus variantes (alelos) heredados aumentan su eficacia o aptitud biológica (fitness); es decir, la disposición o capacidad de un genotipo 4 La explicación no es histórica, no detallaremos todos los debates que se produjo, sino que expondremos de forma concisa los términos esenciales que, finalmente, serán relevantes para la presente investigación. 18 determinado en producir prole que continúe reproduciéndose en relación con la capacidad de otros genotipos en hacerlo. En suma, la selección natural da cuenta de este proceso, el cual ocurre cuando existe variabilidad, heredabilidad y reproducción diferencial no aleatorio. Además, sus productos son las adaptaciones, el rasgo que es común a una población que evolucionó por selección natural y les brinda a los individuos de esa población mayor eficacia biológica en comparación con los que le precedieron, pues resuelven de mejor manera los problemas adaptativos recurrentes en su ambiente ancestral. De este modo, a lo largo del tiempo, los organismos estarán gradualmente mejor adaptados a su ambiente5 y se dará paso a la evolución; es decir, se producirá un cambio en la distribución de las frecuencias genéticas dentro de una población a través del tiempo. En ese sentido, podemos dar cuenta de las semejanzas en la diversidad; esto es, las variedades de organismos se parecen, porque han evolucionado a partir de un ancestro en común. En suma, la selección natural al elegir, conservar y acumular rasgos que aumenten la eficacia biológica, a través de muchas generaciones, irá moldeando los aspectos de los organismos. Incluso es posible que durante todo este largo proceso los grupos de una misma especie no podrán cruzarse entre sí, no les será posible intercambiar sus genes, con lo cual habrá ocurrido el fenómeno de la especiación. De esta manera, se va formando lo que Darwin llamó el árbol de la vida, la génesis, surgimiento, la evolución de los seres y sus distintivos rasgos a partir de un o unos 5 Si las especies se encuentran adaptadas a su medio, la evolución tiende a ser lenta, pero si colonizan un nuevo ambiente, la selección natural tiende a ser más intensa. Asimismo, para que exista un cambio evolutivo enorme (v.g. de dinosaurio a un pollo), se requiere millones de años (Coyne, 2009). 19 ancestros comunes del cual todos somos descendientes. Es posible, por tanto, dar una explicación a la diversidad y la variedad de las especies naturales sin apelar a ningún agente sobrenatural. 1.3.1. El problema del altruismo La selección natural es exigente, agoradora, implacable. Es intolerante con la debilidad e indiferente al sufrimiento. Favorece al duro, al terco, al sano. Uno puede esperar que los organismos moldeados por esta fuerza lleven su sello, que sufran en su propia imagen, — se puede esperar que estén comprometidos en su lucha, persiguiendo sus propios intereses, sin importarles los demás—. Lo más seguro es que la selección natural con seguridad aleje la caballerosidad y el auto sacrificio. El egoísmo sería el ganador. (Cronin, 1995, p. 327) Efectivamente, si la selección natural sólo escoge a quienes poseen rasgos que aumenten su eficacia biológica, en un ambiente A1 podrán sobrevivir los más rudos, en un ambiente A2 los más nobles, en otro ambiente A3 los más sacrificados y así. No obstante, ello es contraintuitivo a primera vista. Si se supone que la naturaleza no es el paraíso y que en cada ambiente haya dificultades que sortear, ¿cómo es posible explicar el altruismo entre los animales? Si un rasgo así apareciera en un grupo, aquellos individuos que no posean este rasgo se aprovecharían de quienes que sí lo tuvieran, esos últimos irían desapareciendo y aquellos lograrían mayor eficacia biológica, pues ¿qué beneficio conllevaría arriesgarse o sacrificarse por otro organismo si no voy a poder seguir reproduciéndome? Veamos, un organismo O1 tiene una conducta altruista cuando su acción beneficia a otro(s) organismo(s) O2, en perjuicio de O1. Por ejemplo, el gorila que ahuyenta a depredadores para salvar a sus hijos a pesar de exponerse a un inminente peligro. El beneficio y el perjuicio se juzgan en función de si disminuye o aumenta la eficacia biológica. La acción del altruista reduce su eficacia 20 biológica (perjuicio), pero lo incrementa (beneficio) al individuo en quien recae su acción (Dugatkin, 2007). Asimismo, cabe diferenciar entre altruismo psicológico y biológico. En el primero, el organismo O1 beneficia a otro(s) organismo(s) O2, pues tiene la intención de hacerlo, aunque conlleve un perjuicio a O1. V.g. cuando se dona sangre o un órgano a un familiar, amigo o desconocido. En el segundo, se caracteriza por las consecuencias de una acción y no por la intención o motivos detrás de la acción altruista (es decir, tal y como lo hemos definido anteriormente). A pesar de que el altruismo biológico no se apela a intenciones, podemos afirmar que existe el altruismo en animales no-humanos por las consecuencias de su comportamiento (beneficio-perjuicio), aun si se carece de conciencia. En el razonamiento darwinano, el altruismo fue un problema difícil, dado que él concebía al individuo como la unidad de selección. Por tanto, se selecciona rasgos que aumenten la aptitud biológica de los individuos. En ese sentido, la eficacia darwiniana refiere al número de descendientes directos de un individuo que sobrevive y se reproducen en la siguiente generación. Sin embargo, desde un punto de vista de los genes, esta medida es muy estrecha. 1.3.2. La teoría de la eficacia inclusiva En el neodarwinismo, el gen es la unidad: i) funcional (posee la información para construir el organismo), ii) de herencia (transmite la información de una generación a la siguiente), iii) de cambio (los genes pueden pasar de una forma a otra a través de generaciones; es decir, producto de las mutaciones, un alelo cambia a otro alelo distinto) (Ruse, 2008). Hay un desplazamiento del individuo al gen, pues los genes son las unidades de herencia y la selección natural tiene que ver con la reproducción diferencial de los genes más que de los individuos (Dawkins, 1993). 21 Desde esta perspectiva, existe una relación genética entre los progenitores y la prole. El coeficiente de relación genética (r) entre el progenitor y su prole es de 0,5, existe 50% de probabilidades de transmitir un alelo determinado a su descendencia, pues los gametos (espermatozoides y óvulos) poseen una copia única de cada gen del progenitor, el (r) de la prole con sus progenitores es de 0,5 también, dado que recibe una copia de cada gen de cada progenitor, pero el (r) del abuelo y el nieto es de 0.25; es decir, la probabilidad de que abuelo y nieto compartan un alelo es de 25% y el (r) del sobrino y el tío (el hermano de su padre) también será de 0.25 (Dugatkin, 2007). A partir de estas consideraciones, veamos la siguiente tabla: Generación Hermano Medio hermano Primo hermano Propia 1/2 (0,5) 1/4 (0,25) 1/8 (0,125) Del padre 1/4 (0,25) 1/8 (0,125) 1/16 (0.0625) Del abuelo 1/8 (0,125) 1/16 (0.0625) 1/32 (0.03125) Del bisabuelo 1/16 (0.0625) 1/32 (0.03125) 1/64 (0.015625) Tabla 1. Coeficiente de relación genética entre diversos grupos parentales. Los datos son una adaptación de Lee Dugatkin (2007) La conexión entre el grado de parentesco (la relación genética que poseen) y el altruismo se va haciendo más evidente. Hamilton (1964) aplicó un análisis de costo-beneficio en la explicación de cómo evolucionó el altruismo y su relación con la maximización de la aptitud reproductiva. En su famosa “regla de Hamilton” (como se la rotuló), la selección natural favorece el gen del altruismo si r x b >c, donde r es el coeficiente de relación genética, b el beneficio de quien recibe (el receptor) del acto altruista y c el costo de quien actúa altruistamente (el actor). 22 La selección natural puede favorecer un gen 6 que provoque comportamientos altruistas si el costo c de ese comportamiento es menor que el beneficio b con lo cual se compensa, pues tales comportamientos recaen sobre los familiares (parientes); es decir, si b de la acción del altruista dado a los parientes consanguíneos es mayor que c, ya que el actor y el receptor (o los receptores) comparten genes comunes, pero todos los parientes no poseen el mismo r, por lo que solo tienen cierta probabilidad de poseer ese gen, de modo que las acciones altruistas se verán favorecidas con quienes portan mayor relación génica y disminuirá con quienes porten menos. Si adoptamos la perspectiva del gen, el altruismo posee sentido biológico. La eficacia darwiniana debe expandirse para capturar a los genes. No se debe medir la aptitud sólo por el número prole fértil que se logra tener (eficacia darwiniana), también se debe sumar y considerar a los parientes, pues ellos poseen fracciones de cargas genéticas similares a las nuestras; es decir, la eficacia o aptitud inclusiva (inclusive fitness). La teoría de la eficacia inclusiva ha sido un avance fundamental para explicar y comprender diversos aspectos biológicos y es la base de las investigaciones que desean aplicar una visión evolucionista sobre diferentes fenómenos (Schmitt, 2008; Soler, 2009; Scott-Phillips, Dickins & West, 2011). Al respecto, Goetz y Schackelford (2015) afirman que “La teoría de la eficacia inclusiva de Hamilton es considerada el más importante avance en nuestro entendimiento de la selección natural, tanto así que el término ‘teoría de la eficacia inclusiva’ es sinónimo de ‘evolución por selección natural’” (p. 570). Por tanto, un organismo puede tener un comportamiento altruista, incluso arriesgando su vida, si ello aumenta las probabilidades de sobrevivencia y reproducción de sus parientes (incrementa su eficacia inclusiva), esto es, fomenta la perpetuación de los genes que ambos Decir que existe “un gen” es una forma concisa de hablar, no se debe tomarla de forma tan literal, dado que puede haber más genes comprometidos los cuales están interrelacionados, pero resalta que el fenotipo en cuestión posee un componente e influencia genética. 6 23 comparten. Esta explicación también recibe el nombre de selección por parentesco (kin selection) (Hamilton, 1964; Maynard, 1964). La regla de Hamilton no sólo permite explicar el altruismo entre hermanos, o entre abuelo y nieto, sino entre cualquier par de parientes. Conociendo los costos y beneficios asociados con un acto altruista, y conociendo también el coeficiente de relación genética involucrado, la fórmula de Hamilton nos permite prever si la selección natural favorecerá el altruismo en ese caso y también para cualquier otra terna de valores de r,b y c. (…) Cuanto más cercana sea la relación de parentesco, tanto más probable se desarrollará el altruismo. (Dugatkin, 2007, p.173) Dado que compartimos el 50% de nuestros genes con nuestros hermanos y el 12.5% con nuestros primos, desde una perspectiva biológica, vale la pena sacrificarse por dos hermanos u ocho primos. En síntesis, el altruismo surgió como una estrategia evolutiva, pues incrementa la eficacia inclusiva. Esto explicaría las razones biológicas que poseen los más feroces animales para comportase altruísticamente con su descendencia y familiares, arriesgando su vida por alimentar, cuidar, protegerlos ante las amenazas. Entre los más feroces animales está el Homo sapiens, desde luego. 1.3.3. El altruismo recíproco Queda claro hasta aquí que la selección por parentesco no ayuda a explicar los casos de altruismo (o aparente altruismo) entre organismos no relacionados parentalmente u organismos de diferentes especies. Robert Trivers (1971) propuso su teoría denominada altruismo recíproco. La idea básica es que la interacción entre individuos y sus respectivos comportamientos cooperativos tiene mejores resultados que si fuesen egoístas. Para ello los individuos deben interactuar 24 frecuentemente y han de poseer una memoria7 que les recuerde cómo deben actuar (v.g. recordar si su colega ha cooperado anteriormente o lo ha traicionado). Se ayuda con la expectativa de recibir ayuda en un futuro. Robert Axelrod y William Hamilton, inspirados en el altruismo recíproco de Trivers, desarrollaron un modelo teórico aplicando la teoría de juegos y simulaciones por computadora. La táctica tit-for-that es una estrategia cooperativa condicional en la cual un individuo A coopera con otro individuo B y reproduce su comportamiento. Si B colaboró, A también colaborará la próxima vez (en la siguiente interacción), si B no lo hizo, A tampoco lo hará. Pero si B no colabora y luego lo hace, A lo perdona pues copiará la acción anterior olvidando las demás traiciones. En las hembras de los murciélagos vampiros (Desmodus rotundus), regurgitan la sangre para dárselo a otros compañeros (parientes o no-parientes) que no han tenido la suerte de encontrar comida. Asimismo, un murciélago puede morir de hambre al cabo de tres días, por lo cual, dadas las condiciones en las que se encuentran y las interacciones que se dan entre ellas, ha podido evolucionar un tipo de comportamiento altruista (Cronin, 1995). En suma, «mientras que la regla de Hamilton explica la cooperación y el altruismo entre parientes consanguíneos, ese artículo de Axelrod y Hamilton parece explicar su evolución en ausencia del parentesco genético». (Dugatkin, 2007, pp. 135). Si bien es cierto que en la explicación de la evolución del altruismo se ha apelado a la selección grupal (Sober & Wilson, 1999), esta no cuenta aún con evidencia suficiente (Penner, Dovidio, Piliavin & Schroeder 2005). 7 No necesariamente un cerebro desarrollado y complejo. 25 1.4. La selección sexual Darwin fue consciente de que había rasgos en los organismos que perjudicaban su supervivencia, no obstante, les ayudaban a reproducirse. Por ejemplo, la gran y colorida cola del pavo real le impide desplazarse con agilidad y es más susceptible a caer en las garras de los depredadores, pero tiene mayor chance de ser escogido por una hembra. De ser elegido, sus genes prevalecerán y se propagarán, de modo que la selección puede haber ejercido una presión sobre aquellos rasgos fenotípicos (colas grandes, coloridas y brillosas) que aumenten la reproducción diferencial incluso a costa de la supervivencia. Esta idea puede resultar anti-intuitiva a primera vista, pero es lo que se sigue de los principios evolutivos. Imaginemos que el organismo O1 haya recibido una mutación de un alelo que le permite vivir el triple del promedio de su especie, pero reduce drásticamente su fertilidad en contraste con otros organismos O2 que viven menos, pero que su tasa de fertilidad es mucho mayor. Por más beneficio individual que posea O1 en términos de supervivencia e incluso aunque este rasgo pueda a duras penas heredarse, lo más probable es que se pierda en pocas generaciones. Como diría el insigne evolucionista Jared Diamond (1999), no hay por qué envidar a Matusalén sino es posible dejar descendencia fértil. Para colocar un ejemplo concreto, Diamond explica el canibalismo sexual; el cual se da cuando un miembro de la pareja es devorado o muerto por el otro miembro al momento o después de copular. Esta situación ocurre en algunas arañas donde la hembra se alimenta del macho durante o luego de la cópula. Esta estrategia ha llegado a florecer por las peculiares condiciones en que viven estos especímenes. Las oportunidades de dejar descendencia son muy limitadas para los machos, dadas las bajas densidades de la población. En ese sentido, encontrar una pareja es sumamente difícil y si se la encuentra esa tal vez sea la única oportunidad de 26 procrear. Para ello, lo mejor (la estrategia más oportuna según el contexto) es dar a la hembra la alimentación necesaria, dado que el acceso a los alimentos se correlaciona con el aumento del número de la progenie producida. Si el macho intentara procrear sin que la hembra tenga los nutrientes necesarios para mantener a las crías, probablemente ninguno de ellos sobreviva, sus genes no pasarían a la siguiente generación, pero si ofrece como carnada puede ir legando más esperma mientras la hembra lo va devorando. La cantidad de espermatozoides legados va ligado a más huevos fertilizados. (pp. 13-14) Aunque se suela distinguir entre selección natural y selección sexual, actualmente la mayoría de científicos evolucionistas fusionan ambos términos bajo el rótulo de selección natural (Goetz & Shackelford, 2015). Habiendo realizado estas aclaraciones, se entiende por selección sexual el proceso que opera sobre los rasgos relacionados a incrementar la eficacia en los apareamientos y el número de descendientes. Debido al dimorfismo sexual, los machos suelen competir por tener mayor acceso a las hembras (selección intrasexual) o las hembras elegir al macho adecuado (selección intersexual). 1.4.1. Selección intrasexual e intersexual Manuel Soler (2009) realiza una síntesis de los aspectos más relevantes de la selección sexual y sus dos estrategias. Por un lado, la competencia entre machos por aparearse con hembras se conoce como selección intrasexual, (i) actúa favoreciendo la habilidad de un sexo (usualmente el macho) para competir por las fertilizaciones, (ii) la competencia puede ser directa (v.g. luchas), unas veces se da a través de la defensa de territorios o recursos que las hembras necesitan, otras veces creando jerarquía social, (iii) explica el surgimiento y evolución de las armas usadas por los machos en las riñas entre ellos (v.g. astas, cuernos, colmillos, etc.), (iv) cuando es intensa, provoca dimorfismo sexual más pronunciado (v.g. machos de mayor tamaño que hembras). 27 Por otro lado, la elección de un macho por parte de las hembras se cataloga como selección intersexual, (i) actúa favoreciendo los rasgos de un sexo (usualmente un macho) que sean eficaces atrayendo a los individuos del otro sexo (usualmente hembras), (ii) provoca (mayormente en machos) el surgimiento y la evolución de adornos que suelen ser exagerados y extravagantes (v.g. la cola del pavo real), (iii) es menos evidente que la selección intrasexual, (iv) las hembras pueden basar su elección en distintos rasgos sexuales secundarios simultáneamente. 1.4.2. Teoría de la inversión parental Además, la teoría de la selección sexual es la causa principal de las diferencias de aspecto de los sexos; es decir, del dimorfismo sexual. En la mayoría de las especies, resulta evidente el dimorfismo sexual entre machos y hembras. Poseen comportamientos diferentes respecto al cortejo, la caza, el modo de proteger a las crías, las feromonas que emiten, etc., pero ¿cómo surge el dimorfismo sexual, específicamente en el ser humano, y de qué manera se halla ligado a los aspectos comportamentales de las especies? La principal diferencia entre hembras y machos son el tamaño de células sexuales que generan (gametos). En el macho, los espermatozoides se generan en una cantidad enorme. Según Manuel Soler (2009), el hombre expulsa alrededor de 180 millones de ellos cuando eyacula y se generan 12 millones cada hora (bajo el coste de producción). Sin embargo, las mujeres nacen con una cantidad de óvulos (aproximadamente 400) para toda la vida y las van perdiendo con el pasar del tiempo. Además, los óvulos aportan nutrientes al espermatozoide (este solo aporta el ADN paterno). Asimismo, el tamaño de los espermatozoides es minúsculo en comparación con los óvulos (un millón de veces más grande). Estas diferencias son relevantes, porque condiciona el comportamiento reproductor de machos y hembras, dado que un gameto aporta más recursos a la descendencia que el otro, el acto sexual conlleva distintas cargas para ambos sexos. 28 La fecundidad del macho se limita solo por la cantidad de hembras de las que puede disponer y la hembra, dado que aporta más, es quien tiende a ser más selectiva al momento de escoger con quién procrear. La reducida cantidad de sus óvulos y lo que conlleva la fecundación, los gastos energéticos propios y de la prole, el embarazo, la gestación, la lactancia y la cría son factores importantes para la supervivencia y la manutención de la descendencia (quienes poseen sus genes). De ahí que las hembras poco selectivas 8 eran más vulnerables y podían caer en desgracia— así como su prole—; por lo que las chances de heredar sus genes disminuían. En contraste, las hembras que tendían a ser más selectivas lidiaban mejor con todo el peso que conlleva la gestación y los cuidados parentales. Por ello, la evolución ha favorecido que, en el caso de los humanos, las mujeres sean (en mayor proporción) más selectivas que los varones respecto a la elección de parejas y los varones a ser más competitivos para resaltar y ser elegidos (Schmitt, 2005). En síntesis, la contribución diferencial de cada sexo a la prole (la inversión parental) genera un conflicto de intereses (el macho al invertir menos está más predispuesto a acceder a más números de hembras, la hembra al invertir más está más predispuesta a ser más selectiva), lo que conlleva a estrategias reproductivas diferenciales (Vivaldi y Cabrero, 2002). Dado que el macho posee un gran potencial reproductivo, la selección favorecerá a quienes compitan por procrear con más hembras, en cambio, la selección favorecerá a las hembras que optimicen la calidad de la descendencia emparejándose con el macho adecuado9. Cuando se habla de estrategias evolutivas o en un lenguaje intencional “X desea esto, Y tiende a comportase de esta forma, Z intentará realizar tales acciones” no se debe entender como si se estuviera tomando acciones de forma consciente. 9 Ello no agota el complejo tema de la selección sexual, solo mostramos sus aspectos más resaltantes. Tanto varones como mujeres poseen estrategias de emparejamiento de corto o de largo plazo (Buss, 1994). 8 29 1.5. El proyecto adaptacionista: aclaraciones conceptuales Las ideas evolutivas rondaban en el ambiente académico de Darwin. Las investigaciones mostraban que los organismos iban cambiando con el transcurso del tiempo y se amoldaban al ambiente. Ese ajuste, se decía, entre el organismo y el ambiente mostraba que no era un suceso aleatorio, sino guiado por una mano sobrenatural que los dotaba de funcionalidad y explicaba por qué los organismos mostraban un diseño especializado. Darwin naturalizó tales explicaciones mostrando que era posible seguir manteniendo la creencia en que los organismos detentan ciertos diseños y funciones de acuerdo con el contexto en el cual evolucionaron, sin embargo, el proceso de tales cambios, diseños y funciones se debe a un proceso natural, sin intervención divina. En ese sentido, era posible explicar la variedad de adaptaciones y las complejas características de los organismos apelando a procesos naturales. La selección natural explicaba las formas adaptativas que tomaron las diversas variedades de organismos. Ello tuvo como consecuencia que la biología evolucionista tomase partido por el adaptacionismo, el enfoque que prima la investigación, identificación y verificación de las adaptaciones de los organismos fue cobrando mayor fuerza entre los investigadores (Sober, 1996). Pronto los debates acerca del significado de adaptación, así como sus características, límites y alcances se multiplicaron. Desde la década de los 70, surgieron una serie de críticos al Programa Adaptacionista (PA), como posteriormente se lo rotuló. El paleontólogo Gould y el genetista Lewontin destacan entre sus más severos críticos y el debate perduró más de cuatro décadas sin llegar— al parecer— a ningún consenso entre los involucrados10. Andrews, Gangestad y Matthews 10 Las críticas al (PA) mantenidas por la biología evolucionista se trasladaron rápidamente hacia la psicología evolucionista (PE), dado que esta también tenía como un concepto central el adaptacionismo para sus investigaciones. Las actuales críticas a la PE aún conservan los aspectos principales de las réplicas de Gould y Lewontin, por ello, se esclarecerá ciertos términos que suelen causar confusión y que serán importantes cuando abordemos las críticas epistemológicas en el capítulo 3 y las críticas a la hipótesis de la modularidad masiva mental en el capítulo 4. 30 (2018) afirman que “pocos debates son más centrales para la biología evolucionista y, en particular, para la psicología evolucionista [que el adaptacionismo]”. (p.490). El proyecto adaptacionista es la investigación focalizada en identificar, explicar y realizar hipótesis contrastables de los rasgos adaptativos en los organismos. Brevemente, este enfoque se pregunta cuáles son los criterios usados para detectar rasgos adaptativos y cómo comprobar que así son. El PA no identifica el proceso evolutivo (cambios a través del tiempo en la estructura orgánica) con el proceso de selección natural, dado que existen otros procesos como la deriva genética (fluctuaciones aleatorias en la frecuencia de los alelos), la selección sexual (proceso que selecciona rasgos que aumentan principalmente la eficacia reproductiva), en otros (Diéguez, 2012). Selección natural Procesos evolutivos Selección sexual Deriva genética, etc. Figura 1. Esquema de los distintos procesos evolutivos Sin embargo, se considera a la selección natural como un mecanismo fundamental para explicar los fenotipos complejos y funcionales, dado que estos aumentan la eficacia biológica de los individuos en una población ancestral y en un ambiente específico. Esto les permite sortear los problemas adaptativos (las presiones selectivas recurrentes del medio físico o social) y, con el tiempo, tales adaptaciones se fijan en las especies generando rasgos típicos. 1.5.1. Tres sentidos de adaptación La teoría de la evolución por selección natural brindó a la biología un marco teórico que le permitía realizar nuevas investigaciones, generar hipótesis, predicciones y refinar métodos para comprender y explicar la diversidad de rasgos de los organismos (Diéguez, 2012). En ese sentido, 31 se preguntaban cómo identificar rasgos adaptativos, qué rasgos son moldeados por la selección natural y por qué los han mantenido en el tiempo, etc. Ante la ambigüedad de la palabra ‘adaptación’ se suelen realizar la siguiente distinción: (a) Adaptación en sentido coloquial: una persona cambia de trabajo y pronto se llega a ambientar bien en este nuevo lugar; es decir, se ha adaptado a un sitio diferente. Aquí el sentido de refiere a la capacidad de un individuo de acomodarse a una situación actual específica (V.g. “luego de 3 semanas, me he adaptado a comer solo vegetales”, “he adaptado mi trabajo a esta nueva pandemia”, “las normas sociales de este país son extrañas, pero ya logré adaptarme”) (b) Adaptación como proceso: “es el proceso evolutivo que modifica un rasgo o conjunto de rasgos fenotípicos que aumentan la eficacia biológica de un organismo en un ambiente específico respecto a poblaciones ancestrales mediante selección natural” (Soler, 2002, p.148). (c) Adaptación como producto: el rasgo o conjunto de rasgos cuya configuración funcional compleja11 (special designe) se debe a que es producida por selección natural (SA). [Los procesos de selección natural no pueden explicar el origen o la aparición de caracteres adaptativos, sólo su expansión en poblaciones]. Es decir, la selección natural explica el cambio en la distribución de frecuencias de un carácter en una población, no su origen [es incorrecto afirmar ‘aparece este problema adaptativo, por eso, surge este rasgo adaptativo’]. Por tanto, no se puede decir que un carácter (adaptativo) aparece en una 11 En la literatura de la biología evolucionista, es común usar el término special designe para referirse a rasgos complejos que han sido moldeados por selección natural y cumplen la función de resolver problemas adaptativos (Buss, 1995). Es decir, mantienen la idea de que un fenotipo (por ejemplo, los diversos tipos de picos en las aves que están adaptados para consumir diferentes productos según el ambiente donde se hallen) posee un diseño específico para una función específica, pero sin comprometerse con un Diseñador. Sin embargo, usaré con mayor frecuencia el término “configuración funcional compleja” o “configuración funcional” para disminuir los malentendidos (salvo que el contexto evite claramente malas interpretaciones), dado que son muy comunes las confusiones y las suposiciones cuando se usan constantemente tales adjetivos (Al-Shawaf, Zreik, & Buss, 2018). 32 población debido a su funcionalidad [no es direccional], pero sí que se expande en dicha población debido a las ventajas selectivas que implica su función (proceso adaptativo). (Soler, 2002, pp. 148-149) Gould y Lewontin (1982) acusaron al PA de llevar de en su seno un paradigma panglossiano. En el relato expuesto por Voltaire (ironizando entorno a la idea de que vivimos en el mejor de los mundos posibles según Leibniz), el Dr. Pangloss asume esta postura afirmando que Las cosas no pueden ser de otra forma: todo tiene una finalidad y todo está hecho necesariamente para el mejor fin. Nótese atentamente que las narices han sido hechas para llevar gafas, y por ello tenemos gafas. Los pies han sido instituidos visiblemente para ir calzados y por este motivo tenemos zapatos. (Gould y Lewontin, 1982, p. 5) En otras palabras, el PA cree que todos los rasgos de los organismos son adaptaciones. No obstante, al parecer fue una licencia poética la que los llevó a realizar tal acusación, debido a que desde la época de Darwin (1859) se sabía que cada uno de los rasgos no pueden considerarse adaptaciones (Cronin, 1995). Y tampoco había evidencias de que la mayoría de los biólogos evolucionistas sostuvieran tales tesis (Dennett, 1999). Los diversos aspectos del fenotipo de un organismo estarán constituidos por ser adaptativos, subproductos o ruidos. 1.5.2. Productos de la evolución En principio, cualquier aspecto puede potencialmente convertirse en una adaptación dependiendo de las presiones selectivas y los efectos que posean. Los efectos hacen referencia al modo en el cual un aspecto del fenotipo interactúa con el ambiente. Un rasgo puede tener distintos efectos (neutrales, perjudiciales, beneficiosos). En ese sentido, el adaptacionismo tiene que ver con cómo un rasgo se expande debido a los efectos —en la aptitud biológica— que posee (Andrew, 33 Gangestad y Matthews, 2002). Un rasgo, en principio, puede poseer diversos efectos que incluso pueden ser perniciosos; sin embargo, si entre ellos han un efecto que resulta beneficioso y supera los costos de los efectos perjudiciales (en términos de sobrevivencia y reproducción), la selección natural puede operar sobre tal efecto. Adaptaciones Productos de la evolución Subproductos Ruidos Figura 2. Esquema de los productos de la evolución. Las adaptaciones son las características heredadas cuyos efectos resuelven más eficazmente problemas adaptativos (relacionados a la supervivencia y reproducción) que las alternativas en competencia durante el periodo de tiempo en el cual ellas evolucionaron (Tooby & Cosmides, 1992). Los problemas adaptativos son las diversas presiones selectivas por las cuales han pasado los organismos en su historia evolutiva. En ese sentido, cualquier rasgo heredado cuyo efecto contribuye a lidiar mejor con los problemas de supervivencia y reproducción será seleccionado, se mantendrá y acumulará con el tiempo, y predominará en la población gracias a sus efectos adaptativos en un ambiente ancestral. Los subproductos son características heredadas sin valor funcional que existen, porque están inherentemente acoplados a rasgos adaptativos. V.g. el ombligo es un rasgo que todos los seres humanos poseemos, pero carece de valor adaptativo. Su origen es una secuela de haber cortado el cordón umbilical a los recién nacidos. Por último, los ruidos son características heredadas sin valor funcional que surgen, debido a eventos ambientales azarosos o mutaciones genéticas (Soler, 2002; Geher, 2004). 34 El filósofo John Dupré (2002) remodela la crítica sosteniendo que el PA idealiza los aspectos ontológicos de las adaptaciones, pues asume que un rasgo posee efectos entre los cuales resalta uno que se relaciona con una mayor eficacia biológica, por lo que será seleccionado; por tanto, tal rasgo es funcional y explica su prevalencia. No obstante, cualquier característica tendrá numerosos efectos (distintos grados entre lo perjudicial, lo neutro y lo beneficioso) y muchos o todos ellos tendrán algún efecto en la aptitud biológica de un organismo; lo cual también explicaría su prevalencia. En ese sentido, su crítica es ontológica, ya que se basa en el reclamo que no todos los rasgos son adaptaciones (afirmación que es correcta, pero que no es incompatible con el PA). Es posible dramatizar el asunto sugiriendo un debate entre los atomistas vs. los integracionistas: Un adaptacionista extremo sostendrá que cada rasgo evoluciona independientemente de todos los demás [rasgos y sus efectos]. Un anti-adaptacionista extremo sostendrá que cada rasgo está inmerso en una red de correlaciones que hace que sea imposible cambiar una parte sin cambiar sistemáticamente la totalidad. [Los biólogos de carne y hueso raramente ocupan ninguno de los dos extremos]. (Sober, 1996, p.201) 1.5.3. Adecuación, exaptación y sprandel Siguiendo el análisis de Ginnobili y Blanco (2007), es posible ordenar las críticas de Gould y Lewontin de la siguiente forma. Ambos criticaban el abordaje del PA, pues entusiasmado por encontrar adaptaciones por todas partes, consideran características adaptativas a muchos rasgos sin considerar que puedan ser exaptaciones (Gould, 1991) o sprandels (Gould & Lewontin, 1979). Por esta razón, el PA (1) acopla selección natural y adaptación en vez de discernirlas, por lo que no conciben lo primero sin lo segundo y viceversa. Sin embargo, ello sería un error, dado 35 que cabe la posibilidad de que se dé (1.1) un proceso de selección natural sin adaptaciones o (1.2) un producto adaptativo sin selección natural. Para sustentar (1.1) sugiere este experimento mental: Una mutación que duplica la fecundidad de los individuos se extenderá rápidamente por la población. Si no hubiese cambio alguno en la eficiencia de la utilización del recurso, los individuos no dejarán más descendientes que antes, sino que simplemente depositarán el doble de huevos, a la vez que el excedente muere a causa de la limitación de recursos. ¿En qué sentido están los individuos de la población completa mejor adaptados que antes? (Gould & Lewontin, 1979, p.592) Como señala Ginnobili y Blanco (2007), la eficacia 12 es una propiedad relativa a un ambiente y tiempo específico, no en términos absolutos (comparaciones en un ambiente y en un tiempo cualquieras). Además, sea M la mutación que duplica la fecundidad de los individuos, si en el tiempo T2 (luego de M) se ha fijado M en una población, el ambiente diferirá de T1 (antes de M), dado que son distintas las presiones ambientales que han ocasionado la evolución del rasgo y la fijación en la población. Como afirma Lewontin (1978), los organismos no son pasivos ante el ambiente, sino que van creando nuevos nichos. La duplicación de la prole implica nuevas presiones para los individuos de la población (no es lo mismo una población de 1000 que una de 2000). En ese sentido, si son diferentes las presiones ambientales (antes de la mutación y después de fijada la mutación en la población), la comparación no es viable, dado que la selección (la cual mantiene, configura y propaga M en una población) diferirá en un ambiente u otro. 12 La eficacia se da cuando ciertas características de un organismo se ajustan bien a las características de un ambiente, por lo que le facilita la sobrevivencia y reproducción. 36 Cabe la posibilidad que tal mutación se haya fijado en la población, de ser ese el caso se trataría de un proceso estocástico, pero ese no es el tipo de ejemplos que Gould desea ofrecer. Por tanto, resulta confuso afirmar que haya selección natural —en corto, proceso que elige y expande mutaciones favorables— sin adaptación —producto final este lento proceso—; peor aún, realizar comparaciones relativas a la eficacia de una mutación en ambientes y tiempos distintos y sobre poblaciones distintas (según su ejemplo, la mutación duplica la fecundidad de los individuos, ello implica una presión selectiva nueva que puede generar conflictos, ser más susceptibles a depredadores, etc.). Es posible refinar su crítica e interpretarla como un cuestionamiento sobre la creencia de que (i) un rasgo adaptativo debe relacionarse necesariamente con la cantidad de prole. Es posible que una población, dada las pocas fuentes de alimentación, el número de depredadores, el tamaño de esa especie, etc. le convenga tener pocos hijos, esta sería una mejor estrategia dadas las condiciones que prevalece. En algunos casos, la multiplicación de prole será perjudicial. Por lo que la cantidad no se debe tomar en términos absolutos, sino relativos. Esta crítica hacia el PA es correcta asumiendo que el PA sostiene (i); lo cual no es el caso (Sober, 1996; Andrew, Gangestad & Matthews, 2002; Alcock, 2009). Respecto a (1.2) resulta conceptualmente incoherente afirmar que es posible adaptación sin selección. Un rasgo es considerado adaptativo, porque sus efectos inciden favorablemente en la eficacia inclusiva, tales efectos se propagan en una población ancestral por selección natural para cumplir una función específica respecto a un problema adaptativo particular. La selección es el único proceso conocido que produce configuración funcional compleja (diseño especial). Que en este proceso haya otros factores (desconocidos o estocásticos) que hayan incidido en la producción de ese rasgo adaptativo resulta plausible, pero no va al meollo del asunto. 37 No obstante, es posible reformular la crítica de Gould para que resulte más consistente (Ginnobilli y Blanco, 2007). Adaptación es el término que se aplica a un rasgo moldeado por selección natural (componente histórico), pero el término adecuación se entiende como el rasgo que muestra valor adaptativo en el presente sin hacer referencia a la razón de su génesis. Resulta plausible concebir adecuación sin selección, de ahí que no todos los rasgos adecuados son adaptaciones y ello podría ocurrir de tres modos: adecuación fisiológica (v.g. cuando los jugadores de futbol van a la altura días antes para “adecuarse” al ambiente), con base genética (v.g. casos de personas que nacen con una mutación que los hace inmunes ciertas enfermedades) y cultural13 (v.g. la “herencia” se da mediante el aprendizaje). Por tanto, así formulada, esta crítica permite discernir con mayor claridad los diversos procesos que pueden moldear los rasgos y es un llamado de atención para ser más precavidos; lo cual es razonable14. Otra crítica contra el PA es que (2) consideran la función actual de un rasgo y rápidamente afirman que es una adaptación cuando no es el caso. Esto sucede, porque no se toma en cuenta las exaptaciones y los sprandels. Por el primer término se entiende una característica que “ahora posee valor adaptativo, pero que no fue construido por selección natural para su uso actual” (Gould & Vrba, 1982, p.4). Por ejemplo, la emergencia de las plumas en las aves se debe a un factor termorregulador (es una adaptación), pero luego fue co-optado (en analogía con ‘adaptado’) para la función de volar (es una exaptación). El rasgo R (plumas), evoluciona por selección natural y cumple la función F1 (termorregulador), más adelante, R es co-optado para cumplir la función F2 (volar). 13 En el capítulo 3 abordaremos con más extensión las críticas hacia la psicología evolucionista formulada por investigadores en ciencias sociales. 14 En el capítulo 2 y 3, se describe y explica los criterios que usa la psicología evolucionista, tomada de la biología evolutiva, para discernir qué rasgos psicológicos son o no adaptativos. 38 Hay otro tipo de exaptación que Gould califica como sprandel. Un sprandel surge como un subproducto (es decir, efectos secundarios de una adaptación), pero cumple una función. El famoso ejemplo que coloca Gould (1979) es el de la catedral de San Marcos. Las enjutas [sprandels], espacios triangulares agudos formados por la intersección de un par de arcos, son subproductos necesarios en la arquitectura de una cúpula construida sobre arcos. (…) Este mosaico de la gran cúpula central de la catedral de San Marcos, es tan refinado, tan armonioso, tan bien logrado que uno pudiera estar tentado a considerarlo como la razón de ser del edificio arquitectónico; lo cual, sería, sin embargo, y de forma evidente, invertir el orden de las cosas. (p. 581) El espacio restante entre las intersecciones de los arcos son adaptaciones, porque cumple una función, pero el espacio no se produce con ese objetivo (no se colocan así los arcos para producir ese espacio y que posea una función), sino por el simple hecho de que si colocas dos arcos al lado del otro va a surgir un espacio. Estas distinciones permiten discernir mejor el origen, la funcionalidad original y la funcionalidad actual de cualquier carácter adaptativo. En síntesis, exaptaciones y sprandels se dan en las diferentes características que constituyen a los organismos, de modo que algunos serán (i) co-optadas de una adaptación, (ii) otras co-optadas de un sprandel. Por tanto, se acusa a los adaptacionistas15 de no percibir la cantidad de exaptaciones y sprandels existente en los organismos—sobre todo en los que produce el cerebro humano— por sus estrechas miras, ya que están enfocados en ver solo adaptaciones16. 15 En este grupo se encuentran los psicólogos evolucionistas. Buss, Haselton, Shackelford, Bleske y Wakefield (1998) replican que Gould asume que, si un rasgo no presenta una función actual, no cabe calificarlo de adaptación o exaptación, pero los rasgos no necesitan ser actualmente funcionales para calificarlos de adaptaciones o exaptaciones. Por ejemplo, el gusto por la grasa o los azúcares se explica, porque hace millones de años eran alimentos apreciados por su alto contenido energético; lo cual fue una adaptación para que busquemos o consumamos tales productos (Harari, 2018). Este gusto se da incluso cuando actualmente dispongamos 16 39 Como hemos visto, esta acusación es gratuita. No obstante, es plausible exigir investigaciones más exhaustivas para establecer si un rasgo funcional es efectivamente adaptativo o posee otras características. Además, sea una exaptación o adaptación, la explicación del proceso se encuentra necesariamente ligado a factores históricos. El filósofo Ernst Mayr (1983) aclara que la explicación de la historia de un fenómeno evolutivo se da mediante una “narración histórica”, en el sentido de que los productos de la evolución han de reconstruir la historia evolutiva del rasgo mediante preguntas respecto a cuáles han sido las ventajas selectivas responsables de su presencia en un ambiente ancestral. En otras palabras, tanto los biólogos como los psicólogos evolucionistas intentan explicar por qué existe tal rasgo y ello conllevan un componente histórico. Asumiendo que el origen y el cambio de función no se origina en primer lugar por la selección natural (y en ello Gould coloca mucho énfasis), ella sí explica, lo que no hacen los factores aleatorios o culturales, la evolución del rasgo para su función actual. Es decir, una vez aparecida la nueva funcionalidad, la selección iría optimizando y propagando el rasgo para cumplir con tal función y; por ende, el surgimiento de nuevas adaptaciones y su propagación en la población e incluso su fijación en la especie como un rasgo que forma parte de su naturaleza. Volviendo al ejemplo de las plumas en aves, y a que en un momento de su historia evolutiva facilitaron pequeños desplazamientos aéreos (posible origen de una nueva función), [a partir de ahí la selección natural favoreció la exageración del carácter (plumas) y con formas determinadas] (por ejemplo, asimétricas con respecto a los cañones en las plumas de diversos alimentos altos en azúcares o grasas. Ello explicaría el desajuste entre el ambiente ancestral en el cual evolucionó tal mecanismo y el ambiente actual. A pesar de ello, la inclinación por el consumo de alimentos altos en azúcares y grasas es una adaptación por la función ancestral que cumplió, aunque actualmente conlleve más perjuicios que beneficios (Evans & Zarate, 1999). Similarmente, aunque las plumas de las aves con el tiempo dejen de ser funcionales (no sirvan para volar o como termorregulador), igualmente es correcto calificar a las plumas que servían para volar como exaptación, debido a que no se requiere que un rasgo exaptado actualmente esté activo, sino que lo estuviera en el momento en que se afirma que sirvió como una exaptación. Es decir, las plumas en el tiempo T1 sería una adaptación (termorregulación), en T2 una exaptación (volar) y en el T3 no funcional. 40 más relacionadas al vuelo…) por lo que las formas de las plumas de aves actuales serían una adaptación al vuelo y no una exaptación. (Soler, 2006, p.149) Asimismo, dado que las presiones selectivas van variando a lo largo del tiempo, los efectos de los rasgos adaptativos no son eternos, de modo que es razonable esperar que vayan modificándose para ajustarse a nuevas presiones (Dennett. 1995); es decir, la selección optimiza y fomenta los rasgos para sus nuevas funciones. En el ambiente A1 y tiempo T1, el rasgo R posee una serie de efectos: Efecto funcional Efecto poco beneficioso Efectos del rasgo R Efecto neutral Efecto perjudicial Figura 3. Esquema de los efectos de un rasgo R. En otro ambiente A2 y tiempo T2, las presiones selectivas pueden variar por lo que los efectos que en un momento no fueron relevantes pueden volverse funcionales 17. La selección puede que no actúe sobre ellos en un primer momento, pero su optimización, así como la explicación del por qué ese rasgo se ha mantenido y propagado en esa población, sí le corresponde. En resumen, la selección explica la presencia de un rasgo en una población, su optimización, su función (tal rasgo es producido para solucionar tal problema adaptativo). Por ello, la adaptación es un concepto explicativo, debido a que está conectada al proceso de la selección 17 O un efecto funcional de una adaptación puede volverse disfuncional al variar rápidamente el ambiente. Como es el caso de nuestra inclinación natural hacia los dulces. En el capítulo 2 hablaremos más sobre el desajuste evolutivo (evolutionary mismatch). 41 natural. No obstante, ¿qué proceso explica las exaptaciones? Estas se dan— aparentemente— por un proceso de reclutamiento (“co-optación”); es decir, un rasgo es captado o reclutado para cumplir un nuevo propósito, pero ello solamente es “[reportar el nuevo uso, no explicarlo]. No hay ningún tipo de proceso a través del cual los viejos rasgos obtienen nuevos usos. El término “reclutamiento” subsume una multitud de diferentes formas en las cuales los rasgos son usados en los comportamientos” (Browne, 2002, p.511). Al fin y al cabo, una exaptación lo es porque parece una adaptación18. Un rasgo secundario es un efecto incidental de una adaptación. Gould hace un llamado al pluralismo en contra de un monismo centrado en las adaptaciones; sin embargo, por las razones que hemos mostrado, “la idea de que debemos decidir si el adaptacionismo es verdadero antes de empezar el proyecto construir y poner a prueba explicaciones adaptacionistas específicas es poner el carro delante de los bueyes”. (Sober, 1996, p.212). Si conceptos como sprandel o exaptación son útiles, sirve para frenar los excesos (o supuestos excesos) del pensamiento adaptacionista reportando, no explicando, que existen funciones que tal vez no hayan surgido en sus orígenes por selección natural, pero no es una daga mortífera como pensaba Gould y sus colegas. Incluso si resulta útil, tal vez sea conveniente proponer otros calificativos como efecto adaptativo (adaptative effect) o efecto fortuito (fortuitous effect) de la adaptación para disminuir confusiones (Crawford, 2002). Un efecto adaptativo de un rasgo es un efecto que contribuye a su eficacia actual, porque su eficacia depende directamente de procesos fisiológicos o psicológicos que evolucionaron 18 Aquí, hacemos un uso estricto del término exaptación según la definición de Gould y su relación con la EB. En ese sentido, las exaptaciones también poseen funciones, por ello, pueden competir con las adaptaciones. Sin embargo, si se entiende exaptaciones solamente como rasgos que posee utilidades (sin relación con la EB), el problema es más agudo, dado que solamente un rasgo como las manos poseen infinidad de usos y ¿puede un proceso de reclutamiento dar cuenta de todos los usos que en principio son infinitos? 42 en el ambiente de adaptación evolutiva para llevar a cabo una tarea similar, aunque no idéntica. Un efecto fortuito de una adaptación es un efecto que contribuye a su eficacia actual, pero no invoca a procesos fisiológicos o psicológicos que, a simple vista, parecen mediarlos (…) El concepto de efecto adaptativo focaliza la atención en cómo la historia de la selección natural afecta las funciones actuales. En mi opinión, eso es lo que realmente importa. (p.512) La bióloga Marlene Zuk (2002) es más concluyente sobre la importancia de las aclaraciones (o confusiones) ofrecidas por Gould: Finalmente, yo no estoy segura de que solamente describir si los rasgos son exaptaciones o actualmente adaptativos sea de mucho valor para comprender la evolución. Nuevamente, pocos biólogos evolucionistas que trabajan en sistemas no-humanos se preocupan por ese tema, a pesar de las esperanzas de Gould y Vrba. Una búsqueda bibliográfica de la ISI Web Science en la que se usa la palabra exaptación como palabra clave muestra solo 72 citaciones desde 1975. En contraste, la palabra adaptación produce 59,719. (pp. 533-534) Efectivamente, el enfoque adaptativo ha sido exitoso, tiene larga data (más de 70 años) y ha jugado (y juega) un papel heurístico sumamente valioso que guía las preguntas y los métodos de investigación en diversos ámbitos de la biología y estudios afines. 43 CAPÍTULO II LA PSICOLOGÍA EVOLUCIONISTA 2.1. Definición y objetivos La psicología evolucionista (PE) es un enfoque multidisciplinario que busca comprender, describir, explicar la mente y el comportamiento humanos aplicando los conocimientos de la biología evolucionista al fenómeno psicológico (Barkow, Cosmides, & Tooby, 1992). Además, posee una orientación computacionalista de la mente; la cual es entendida como sistemas especializados de información (o mecanismos psicológicos evolucionados) propensos a capturar o filtrar un rango limitado de información externa o interna (inputs) para producir comportamientos o efectos fisiológicos adaptativos (outputs) mediante inferencias o reglas de decisión (un procedimiento de ‘si-entonces’) (Tooby & Cosmides, 2015). En ese sentido, la PE es una metateoría, pues toma como supuesto central el pensamiento evolutivo biológico para indagar y generar teorías, hipótesis y predicciones respecto a nuestros mecanismos psicológicos evolucionados o módulos mentales como tradicionalmente se lo catalogó (Cosmides & Tooby, 1987). Asimismo, la PE considera que la mente humana (instanciada en el cerebro) se compone—aunque no exclusivamente— de un vasto número de sistemas especializados de procesamiento de información19 que han sido configurados (diseñados) por la 19 A pesar de que tradicionalmente no se ha afirmado que todos los rasgos psicológicos son adaptativos, se suele malinterpretar de esta manera (Cosmides & Tobby, 1997; Corrêa, Cabral dos Santos, Piccoli & Raad, 2017; Corrêa, 2018). Para evitar estas confusiones, cabe distinguir entre la versión débil y la fuerte de la hipótesis de la modularidad masiva (Samuels, 2000). La primera sostiene que la mente humana se compone en gran parte, pero no completamente, de módulos adaptativos. La segunda afirma que la mente humana está compuesta enteramente de módulos adaptativos. La primera versión es consistente con la asunción de que pueden existir mecanismos psicológicos evolucionados menos específicos que jueguen un rol importante en la eficacia inclusiva, así como en la interacción con otros módulos. Esta postura es defendida; por ejemplo, por Cosmides y Tooby (1987), así como por la mayoría de psicólogos evolucionistas actuales (Schmitt & Pilcher, 2004; Shackelford, & Liddle, 2014; Hagen, 2015; Lewis, Al-Shawaf, Conroy-Beam, Asao & Buss, 2017). 44 selección natural a través de una extensa historia evolutiva para resolver problemas adaptativos (a nivel computacional, entendidos como problemas de procesamiento de información) recurrentes en nuestros ancestros del Paleolítico. El objetivo de la PE es identificar 20 cuáles son esos problemas de procesamiento de información características de la especie humana, elaborar modelos psicológicos que pueden haber evolucionados para resolver tales problemas y testear las diferentes propuestas (Schmitt, 2008) 2.2. La psicología evolucionista como metateoría Una metateoría (Lakatos, 1970, 1978; Kuhn, 2013) les brinda a los científicos nuevos lentes para observar y analizar el mundo de una manera diferenciada. No se pregunta por el color de los lentes o la marca, sino si te permiten ver con claridad, incluso objetos que antes eran oscuros o borrosos y por su largo o corto alcance de visión; es decir, por su utilidad21. En ese sentido, una metateoría es un conjunto de supuestos básicos consensuados que los científicos usan para producir y desarrollar teorías de nivel intermedio e hipótesis; en otras palabras, es una herramienta heurística que guía la investigación abriendo nuevos caminos y evitando otros, releyendo y reinterpretación de hechos u observaciones anteriormente realizadas y provee criterios para reconocer o descubrir nuevos fenómenos. Es posible dividir en dos vertientes los supuestos de la PE (Durrant & Ellis, 2013). El primero hace referencia a (M) la teoría evolucionista moderna (supuesto metateórico básico) y el 20 Tooby y Cosmides (2015) consideran que existen dos grandes objetivos. Primero, a largo plazo, mapear el conjunto de adaptaciones evolutivas (genéticas, ontogenéticas, anatómicas, neurales, etc.) que constituyen la naturaleza humana. Segundo, a corto plazo, reconstruir o refundar las ciencias sociales (y en general, todas las áreas de las humanidades) proveyendo un modelo de la naturaleza humana (constituido por una serie de adaptaciones a diversos niveles) basado en las ciencias naturales. 21 La falsificación empleada por Popper (1980) no juega un rol relevante en la persuasión científica actual, pues los científicos no desean solo ir falsificando sus hipótesis o teorías, sino mostrar los criterios para conocer cuál de ellas es más verdadera que otra y tampoco las descartan rápidamente por algún resultado negativo o contradictorio (Conway & Schaller, 2002). 45 segundo (supuestos metateóricos especiales) se compone de tres aspectos: (M1) mecanismos psicológicos evolucionados como la unidad principal de análisis, (M2) orientación modular de los mecanismos psicológicos evolucionados, (M3) el ambiente de adaptación evolutiva. El supuesto metateórico básico está también asumido de forma consensuada por los científicos evolucionistas, mientras que los supuestos metateóricos especiales son propios de la PE. El rótulo ‘psicología evolucionista’ abarca ambos sentidos metateóricos y junto con las teorías de nivel intermedio (v.g. teoría de la inversión parental, teoría de la calidad genética, etc.) producen diversas hipótesis —afirmaciones generales sobre el estado del mundo (cómo es o está estructurado) que se esperan observar si la teoría desde la cual se genera es de hecho verdadera— y específican predicciones (instanciaciones testeables de las hipótesis; es decir, afirmaciones particulares sobre el estado del mundo que se espera observar si la hipótesis fuese verdadera) 22. Esta heurística propone una estructura jerárquica de la explicación psicológica evolucionista (Buss, 2019; Keteelar, Ellis, 2000): 22 Aspectos centrales de un abordaje científico (Hempel, 1966; Popper, 1984; Sober, 1996; Chalmers, 2000; Diéguez, 2012) 46 LA PSICOLOGÍA EVOLUCIONISTA COMO METATEORÍA Supuesto metateórico básico (M) Supuestos metateóricos especiales (M1, M2, M3) Teorías de nivel medio Teoría de la coevolución Teoría de la inversión parental parásito-huésped y selección sexual Teoría del altruismo recíproco Hipótesis H1: Especies en las cuales los sexos H2: Cuando los machos contribuyan H3 Miembros del sexo que invierten difieran en su inversión parental, a veces con recursos para la prole, menos parentalmente en la prole el sexo que más invierta será más las hembras seleccionarán parejas serán más competitivos entre sí selectivo en emparejarse. basadas, en parte, en su habilidad para acceder en el apareamiento y disposición para aportar recursos. con el sexo que invierte más. Predicciones específicas P1: Las mujeres han evolucionado P2 Mujeres han evolucionado preferencias P3: Mujeres se divorciarán de los preferencias y atracción por por hombres que muestran señales que hombres que no contribuyan con hombres de alto estatus indiquen disposición en invertir en ellas los recursos esperados si pueden y sus hijos hacerlo mejor en el “mercado de emparejamiento” Figura 4. Esquema jerárquico de las bases epistemológicas de la psicología evolucionista vista como una metateoría. 47 2.2.1. (M) Supuesto metateórico básico La PE considera la teoría de la evolución por selección natural como la base primordial de su propuesta y la asume como correcta, de modo que no buscan verificarla 23, sino indagar modos de aplicarla al estudio de la mente humana. Recordemos que la selección natural se basa en (i) la variación fenotípica, (ii) la reproducción diferencial y (iii) la heredabilidad. Los rasgos diseñados por la selección no solo incrementan su supervivencia, sino que están focalizados en aumentar su reproducción diferencial. Además, la selección natural es el único proceso conocido que produce adaptaciones (organización funcional compleja), debido a que sus efectos poseen funciones que han evolucionado para resolver problemas concretos en un ambiente ancestral. Asimismo, la teoría de la eficacia inclusiva conceptualiza los genes como las unidades de selección (Hamilton, 1964; Williams, 1966), por lo que una parte considerable de los diferentes rasgos fenotípicos (físicos, anatómicos, comportamentales) de los organismos ayudarán a sobrevivir y reproducir, otros serán efectos incidentales de las adaptaciones y otras ruidos. También, la selección sexual ha jugado un papel relevante en moldear nuestro fenotipo. Es posible dividir entre selección intraespecífica e interespecífica. La teoría de la inversión parental ha sido considerada como una teoría que ha revolucionado nuestra comprensión sobre el fenómeno del emparejamiento en animales humanos y no-humanos. La PE toma el trabajo de George Williams (1966), quien enfatiza la importancia de mapear las adaptaciones mediante la búsqueda de indicios que muestren un diseño especial (v.g. economía, eficiencia, complejidad, precisión, especialización) y hechos de diversa índole que sean compatible 23 Desde luego, los nuevos avances tendrán un impacto en afinar las propuestas de la PE. 48 con ello. El enfoque adaptacionista es la suposición adecuada cuando se examina por primera vez la biología de cualquier organismo vivo. Finalmente, la PE como metateoría promueve la unidad del conocimiento y la cohesión de distintas disciplinas científicas (antropología, medicina, neurociencia, genética, etc.) del cual, sostiene, carecen las ciencias sociales (psicología, sociología y en general las ciencias del comportamiento.), dado que —tradicionalmente— ellas se han visto como disciplinas autónomas (Tooby & Cosmides, 1990a, 1900b; Lieberman, 2006; Pinker, 2008; Nettle, 2009a). Esta situación ha generado que se postulen teorías e hipótesis a espaldas o en oposición a un enfoque evolutivo del ser humano y han tomado como modelo o influencia principal la idea empirista de la tabula rasa; es decir, la mente es un papel en blanco el cual posee exclusivamente contenidos provenientes del exterior (Pinker, 1994). Cosmides y Tooby (1997) considera que la metáfora de la pizarra en blanco se ha actualizado y que hoy se habla de un ordenador de propósito general; es decir, los contenidos mentales provienen exclusivamente del exterior (medio físico y social) y la arquitectura evolucionada mental se basa en un número muy reducido de mecanismos de procesamiento de información de propósito general (v.g. inducción, racionalidad, inteligencia, imitación, capacidad para la cultura), sin contenido y capaz de absorber cualquier tipo de información cultural o inputs ambientales igualmente bien; es decir, sin preferencia o tendencia innata. La antropóloga Susan Mckinnon (2012) en su libro —con un título muy sugerente— “Genética Neoliberal: mitos y moralejas de la psicología evolucionista” afirma que De acuerdo con la teoría de la mente que suscribe la gran mayoría de los antropólogos culturales, la misma está definida, no por mecanismos funcionalmente específicos que 49 resuelven problemas adaptativos determinados, sino más bien por mecanismos generales que permiten que el cerebro actúe como una herramienta flexible. Estos mecanismos generales son los que permiten a los seres humanos resolver una gran variedad de problemas en diferentes contextos, así como aprender y crear formas culturales y comportamientos distintos. De hecho, los antropólogos sostienen que los entornos variables y fluctuantes en los cuales tuvo lugar la evolución humana tienen que haber favorecido los mecanismos generales que permitían programas abiertos de comportamiento y cognición, exactamente lo opuesto a los módulos específicos para cada función que postulan los psicólogos evolucionistas. (p.8) Desde esta postura, se usan los mismos mecanismos para regular y resolver distintos problemas adaptativos (cómo evadir depredadores, qué expresiones faciales reflejan estados emocionales, cuáles son las señales a tener en cuenta para evitar el incesto, etc.). También, estos mecanismos carecen de contenido preexistente en sus procesamientos, no están configurados para detectar cierto tipo de información más fácilmente que otros, ni poseen características particulares para procesar inputs específicos. Por tanto “el mundo social organiza e infunde significado en las mentes individuales, pero nuestra arquitectura psicológica humana universal no tiene estructuras distintivas que organicen el mundo social ni le infundan significados”. (Cosmides y Tooby, 1997, p.4). A esta perspectiva se la denomina Modelo Estándar de la Ciencia Social (MECS). No se afirma que esta postura esté totalmente errada24, sino incompleta, dado que hace falta un enfoque evolucionista que la complemente. 24 Desde un nivel de explicación próxima, las ciencias sociales son sumamente valiosas y así lo ha reconocido la PE; sin embargo, se debe añadir explicaciones distales provenientes de un razonamiento evolutivo para que el panorama esté completo. Veremos este punto con más detalle en el capítulo 3. 50 En ese sentido, en el debate sobre si la estructura de la mente humana evolucionó para parecerse a un sistema de procesamiento general con pocos (o ningún) programas innatos o su evolución se parece a una red interconectada de múltiples sistemas de procesamiento de información innatos. en la cual cada uno se activa dependiendo del tipo de inputs proporcionado por el contexto, junto con un sistema de procesamiento más general que puede actuar como interfaz (regulando la interacción con otros módulos) (Barrett & Kurzban, 2006), la PE apuesta por la segunda opción25. 2.2.2. Supuestos metateóricos especiales Estos supuestos son propios de la PE, pues considera que se infieren (aunque no deductivamente) del conocimiento biológico evolutivo. (M1) Los mecanismos psicológicos evolucionados como la unidad principal de análisis Es incorrecto asumir que la selección haya llegado hasta nuestro cuello. Por un lado, se acepta que nuestra constitución física es producto de la selección natural. Por otro lado, se niega (o minimiza) que alcance al cerebro, pues él está configurado exclusivamente por la cultura o el aprendizaje social. Pocos dudarían que la vista fue diseñada para —entre otras funciones— ver, las manos para asir, los pulmones para respirar o el intestino delgado para la digestión de la comida, pero la mente y el cerebro ¿para qué están diseñado? 25 Incluso Tobby y Cosmides (1992), quienes a veces son considerados (en general, injustificadamente) como radicales en su postura sobre lo mental, afirmaban lo siguiente hace casi treinta años: “Esta debilidad de la arquitectura de dominio general no se debe a que todas las técnicas de resolución de problemas relativamente generales sean inútiles, de hecho, muchos son útiles. Por ejemplo, la capacidad de rechazar proposiciones, porque son contradictorias, la capacidad de asociación, la capacidad de recalibrar en función de las consecuencias de las acciones. La debilidad surge porque [la arquitectura de dominio específico] sensible al contexto y especializado es eliminado de la arquitectura mental”. (p.105). 51 Cuando se menciona que los genes codifican los rasgos físicos o anatómicos de los organismos, tales como los colores de las aves o las formas de sus picos o el color del cabello y la estatura en los humanes, no parece haber mucha discusión al respecto. Asimismo, si añadimos que comportamientos como amamantar a las crías, construir un nido o realizar bailes como forma de cortejo también son rasgos moldeados por los genes, no abre un conflicto siempre y cuando se registra hacia los animales no-humanos, ya que suele atribuir solo al ser humano la capacidad superior del razonamiento y la conciencia. Es decir, existe una “supra-racionalidad” atribuida a nuestra especie que explicaría todos nuestros comportamientos26. En su modo más extremo, el esquema de este pensamiento es el siguiente: Color/ físico ✔ Animales no-humano Comportamiento/psicología ✔ ¿Influencian los genes? Color/ físico ✔ Animal humano Comportamiento/psicología Figura 5. Esquema sobre la percepción que usualmente se tiene sobre la influencia de los genes en los animales humanas y no-humanos. Subyace la idea de que la razón, la conciencia, la inteligencia o simplemente la cultura en el ser humano ha sobrepasado los instintos, los genes o cualquier postulado biológico. Es incorrecto 26 Según el etólogo español Manuel Soler (2009), la revolución en el estudio del comportamiento animal se da cuando se acepta que existen comportamientos que son heredables; lo cual significa que existe un componente genético de por medio a través del cual puede actuar la selección natural optimizando los comportamientos; es decir, haciéndolos más adaptativos al ambiente donde se halla. Sin embargo, la PE no aplica la teoría de selección natural directamente al comportamiento, sino al nivel psicológico; es decir, a la mente (Barret, Pollet & Stulp, 2014). 52 asumir la concepción de que la evolución haya llegado hasta nuestro cuello, es decir, aceptar que nuestra constitución física es producto de la selección natural, pero no nuestro cerebro. Desde un punto de vista evolucionista, nuestro organismo ha pasado por un largo proceso de evolución a lo largo de su historia, los rasgos 27 cuyos efectos contribuían a aumentar las posibilidades de reproducirse se han ido preservando y propagando. Tales efectos de los rasgos no se limitan al color de los ojos y la estatura, sino a la estructura anatómica y sus órganos constituyentes, entre ellos, la mente y el cerebro (Shackelford, & Liddle, 2014). El cerebro es un sistema físico de componentes orgánicos, en el cual las neuronas (encargadas de transmitir información) se reúnen en circuitos (conjunto de conexiones especializados en procesar información diferenciada) cuyo trabajo consiste en recibir información del medio (físico y social) y de partes del cuerpo a través de receptores sensoriales, y producir comportamiento (movimientos musculares) (Cosmides & Tooby, 2015). Tales comportamientos poseen efectos 28 (unos serán neutrales, perjudiciales, o beneficiosos en relación con la aptitud inclusiva); por lo que es posible considerar los comportamientos, generados por la interacción del ambiente con nuestra psicología, como el reflejo de los rasgos de los organismos. En un nivel de análisis, tales rasgos son aspectos, componentes o propiedades del sistema nervioso, con lo cual producen outputs particulares (v.g. producir movimiento, percepciones, emociones, pensamientos, etc.) de acuerdo con ciertos inputs dados en ambientes particulares. En otro nivel de análisis, tales rasgos se describen en términos de algoritmos, circuitos o sistemas de 27 Recordemos que los rasgos son los aspectos fenotípicos relativamente estables del organismo, los cuales pueden ser diferenciados apelando a criterios como su apariencia, sus efectos, sus cusas, etc. Entre ellos se incluyen los rasgos disposicionales; decir, el rasgo x se expresa bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, la disposición de desarrollar callos si existe fricción continua o la disposición de aprender un comportamiento según ciertas condiciones específicas (Andrew, Gangestad, & Matthews, 2002). Los rasgos psicológicos son rasgos disposicionales. 28 Los efectos hacen referencia al modo en que un aspecto del fenotipo interactúa con el ambiente (Williams, 1996). 53 procesamiento de información, instanciados en la estructura del sistema nervioso o el cerebro, a través de procesos epigenéticos (interacción de genes y ambiente), que se encargan de regular tales comportamientos particulares (v.g. movimiento, pensamiento, emoción, etc.) (Gangestad, 2008). En ese sentido, la selección natural actuará no directamente en los comportamientos, sino en los sistemas de procesamiento de información que regulan tales comportamientos, pues ayudan a resolver problemas adaptativos de proceso de información, con lo cual promueven la eficacia inclusiva (Cosmides & Tooby, 1987). Este es el nivel de análisis de la teoría psicológica evolucionista29. Una descripción cognitiva especifica qué tipo de información toma el mecanismo como input, qué procedimiento usa para transformar esa información, qué tipo de estructura de datos (representaciones) operan sobre esos procedimientos y qué tipo de representación o comportamiento genera como output. El estudio de la cognición es el estudio de cómo los humanos y otros animales procesan la información. Para entender claramente los argumentos siguientes, es importante comprender exactamente qué se entiende por nivel cognitivo o nivel de procesamiento de información. (…) Algunos investigadores usan [el término ‘cognitivo’] en un sentido restringido, referidos a los llamados procesos “mentales superiores” como el razonamiento, distintos de otros procesos psicológicos como “emoción” o “motivación” (…). En contraste, nosotros usamos el término cognitivo y procesamiento de información para referirse a un lenguaje o nivel de análisis que puede ser usado para describir precisamente cualquier proceso psicológico: el razonamiento, la emoción, la motivación y el control motor pueden ser 29 Esta también es una diferencia relevante con la sociobiología, la cual aplicada la selección directamente al comportamiento. 54 descritos en términos cognitivos, si los procesos que les dan origen son conscientes o inconscientes, simples o complejos. (Tooby & Cosmides, 1992, p.65) La naturaleza humana consistiría en el conjunto de tales sistemas, módulos o mecanismos; es decir, el diseño psicológico adaptativo típico de nuestra especie. Tener en cuenta este nivel de análisis es importante, porque se ha creído que la infinidad de comportamientos humanos en distintas sociedades y culturas hace imposible la idea misma de “naturaleza humana”. Sin embargo, los mecanismos psicológicos evolucionados son sensibles a los diferentes tipos de inputs, por lo que su activación no será independiente del ambiente donde se desenvuelvan; en otras palabras, son dependientes del contexto. Entonces, detrás de los diferentes comportamientos manifestados entre individuos y las culturas subyace la arquitectura mental evolucionada (Tooby & Cosmides, 1990b; Cosmides &Tooby, 1992). (M2) Orientación modular de los mecanismos psicológicos evolucionados La PE sostiene que la mente está estructurada por una multitud de adaptaciones de dominio específico30 (apodada también la hipótesis de los módulos mentales masivos), en la que cada una de ellas ayuda a resolver problemas adaptativos específicos. Estas adaptaciones son entendidas como órganos mentales, módulos darwinianos, entidades psicológicas evolucionadas, programas 30 Actualmente existe un debate si realmente es necesaria la postulación de módulos mentales para sostener la viabilidad de la PE. Dentro de este marco, algunos psicólogos evolucionistas consideran que no hay necesidad de módulos, pues su veracidad no se demostrará mediante razonamientos teóricos sino evidencia empírica (Burke, 2014). Eso no significa que toda la empresa de la PE esté en jaque, pues se mantiene la idea de que la selección ha moldeado la psicología humana como muestran cada vez más las evidencias (Buss, 2019, Confer et. al., 2010). Así que tenemos libros de psicología evolucionista (Geher, 2014) donde no mencionan o toman en cuenta la postulación de módulos mentales en el sentido tradicional del término, esto es, según lo postulado por Cosmides y Tooby (1992). Dado que el debate en torno a los módulos ha estado lleno de confusiones, malentendidos, tergiversaciones y caricaturizaciones a lo largo de su historia, algunos autores optan por nombrarlos de forma distinta (v.g. mecanismos psicológicos evolucionados, módulos darwinianos, mecanismos psicológicos evolucionados). Pienso una parte considerable de las críticas a los módulos mentales masivos son infundadas. En el capítulo 4 argumentaré al respecto. 55 cognitivos especializados o mecanismos psicológicos adaptativos31 (MPAs) y poseen las siguientes características: i Un MPA surge y posee sus rasgos constitutivos, porque resolvió un problema particular relativo a la supervivencia o la reproducción de forma recurrente a lo largo de la historia evolutiva. ii Un MPA está diseñado para capturar solo una pequeña parte de la información. iii El input de un MPA le indica a un organismo el problema adaptativo particular al que se enfrenta. iv El input de un MPA es transformado en output a través de reglas o procedimientos de decisión. v El output de un MPA puede ser una actividad fisiológica, información para otros mecanismos psicológicos o un comportamiento manifiesto. vi El output de un MPA está dirigido hacia la solución de un problema adaptativo particular. (Buss, 2019, pp. 105-108) El debate sobre la modularidad ha sido extenso y en el camino existen muchos malentendidos y confusiones (Pietraszewski, & Wertz, 2021). Una causa se debe a que la idea de una mente modular fue postulada primeramente por Fodor (1983), pero su caracterización no se corresponde con el énfasis funcional que le da la PE. Por ello, a modo de evitar aumentar más confusiones, consideraré los MPA como D-módulos32—módulos psicológicos evolucionados a la 31 Evolved psychological mechanism o EPMs. En el capítulo 4 argumento a favor de la hipótesis de la modularidad masiva y examino que varios de los argumentos esgrimidos contra ella; en realidad, se enfocan en la versión modular de Fodor, no la de la PE. La letra D es por Darwin, 32 56 Darwin; es decir, enfatizando su valor adaptativo—; también entendidos como sistemas de aprendizaje funcional especializados en el procesamiento de información. Si nos preguntamos cuáles son los D-módulos que han surgido a través de la historia de nuestro linaje, eso dependerá del ambiente donde haya surgido el organismo y los diferentes tipos de desafíos que ha enfrentado. El ambiente posee un conjunto de información (inputs) que les ha llegado a los organismos través de sus sentidos y que su cerebro ha procesado para producir outputs —comportamientos, respuestas fisiológicas o psicológicas— que se ajusten mejor a los problemas de procesamiento de información (qué inputs son relevantes para resolver tal problema adaptativo); es decir, que sean más propensos a sobrevivir y reproducirse. Al ver un animal muerto y en descomposición por la calle, produce respuestas conductuales distintas. Si se es un ave carroñera, es un manjar que se debe comer cuanto antes 33. Si se es un humano, es repugnante y uno se debe alejar cuanto antes. Ante los mismos estímulos las respuestas son distintas. Cómo actuar según ciertos inputs está en función del sistema de procesamiento de información. Aquellos que comían carne podrida continuamente tendían a vivir y reproducirse menos que quienes lo evitaban; a lo largo del tiempo, la selección actuó sobre tal sistema que produjera comportamientos que detecten señales de alimentos en descomposición y produzcan acciones que eludan comerlo (v.g. generando asco o disgusto antes tales señales) (Hlay et al, 2021). En ese sentido, existe una competencia por solucionar desafíos sobre qué clase de inputs procesar. La selección actuará modificando, promoviendo, manteniendo u optimizando los D-módulos que tales módulos darwinianos son adaptaciones cuya función resuelve problemas adaptativos que fueron recurrentes en el ambiente donde evolucionó. 33 El sistema digestivo de los buitres presenta una acidez elevada y su intestino es capaz de matar las bacterias de un animal en descomposición (BBC, 2014). 57 promuevan la eficacia o aptitud reproductiva (reproductive success), pues en última instancia, la supervivencia es un mecanismo para su incremento (Trives, 2002). En resumen, lo esencial en la lógica evolutiva es que la selección natural maximiza la transferencia de genes (eficacia inclusiva). Ella operará sobre los efectos de los fenotipos que primen el aumento de la reproducción diferencial. Debido a que D-módulos regulan los comportamientos— específicamente los adaptativos— la selección promoverá aquellos Dmódulos que ayuden a resolver desafíos adaptativos (v.g. qué tipo de información se debe capturar de forma que pueda responder con mayor eficacia) que han sido constantes en la historia evolutiva de una especie generando efectos fisiológicos o comportamentales adaptativos. (M3) Ambiente de adaptación evolutiva (AAE) La historia del linaje de una especie está plagada de obstáculos que ha tenido que superar en diferentes momentos y ambientes, unos constantes y otros más variables 34. Han afrontado una serie de presiones selectivas (referidas a los desafíos del medio o a problemas sociales) según el ambiente donde han evolucionado35. En el caso del Homo sapiens, las adaptaciones que surgieron durante la hominización (el proceso por el cual nos convertimos en seres humanos) se dieron en el pleistoceno (un período que abarca aproximadamente hace 2 millones de años y finaliza hace 10 mil años). Asimismo, sólo hace 100 mil años la especie humana logró migrar fuera del África y 34 Por ejemplo, si la especie E en el ambiente A se ha enfrentado constantemente con el problema adaptativo de evadir al predador P1, entonces su cerebro está especializado en detectar señales que permitan evadir mejor a P1. En otras palabras, subyacen ciertos tipos de disposiciones de comportamiento de un organismo en ciertas situaciones. 35 Las presiones selectivas afectan la eficacia reproductiva de los organismos y se puede dividir en factores abióticos o bióticos. Los primeros hacen referencia a la temperatura, la humedad, la composición química del ambiente, la concentración de oxígeno y de CO2, el Ph, las radiaciones y fuerzas físicas externas (v.g. la presión soportada por los organismos en ambientes oceánicos, montañas, etc.) (Soler, 2002). Los segundos se relacionan elementos que afectan el acceso a recursos necesarios para la alimentación y reproducción, estos a su vez dan lugar a competencias intra e inter-específicas (entre los miembros de la misma especie o distintas especies respectivamente), reparto de recursos, depredación y parasitismo, etc. En ese sentido, este factor involucra desafíos que deben sortear los individuos en competencia con otros individuos, no solo con el medio físico (Soler, 2009). 58 expandirse por todos los continentes (Toobi & Cosmides, 1992, 2015). Nuestros ancestros han vivido alrededor del 99% de la historia evolutiva como cazadores-recolectores en pequeñas bandas nómadas de aproximadamente 150 personas (Dumbar, 1989). A partir de estas consideraciones surge el concepto de ambiente de adaptación evolutiva36 (AAE), el cual hace referencia a las diversas presiones selectivas recurrentes que subyacen en los entornos ancestrales en los cuales ha surgido el conjunto de adaptaciones que poseen las especies en general, y el ser humano en particular (Barkow, Cosmides & Tooby,1992). Existe una extensa variedad de presiones selectivas —entendidos como problemas adaptativos de procesamiento de información; es decir, qué tipo de inputs son relevantes procesar de forma eficaz y cuáles se puede descartar de acuerdo con este desafío adaptivo en particular— que han llevado— en última instancia— a generar mecanismos psicológicos evolucionados para regular y promover comportamientos adaptativos particulares (que aumenten la eficacia reproductiva). PROBLEMAS ADAPTATIVOS Evadir depredadores Elegir alimentos Seleccionar parejas Escoger un hábitat Miedo a las arañas y Evadir productos que Competir por atraer al Búsqueda serpientes. contengan sustancias sexo tóxicas. Elegir alimentos altos en grasas y azúcares. Environment of evolutionary adaptedness (EEA) opuesto encontrar un sitio con mediante diversas recursos y que sirva estrategias de refugio. (inteligencia, atractivo, generoso, poderoso, juventud, etc.). 36 por 59 Tabla 2. Distintos tipos de problemas adaptativos que ha padecido el ser humano a lo largo de su historia evolutiva (Confer, et. al., 2010, p.111). Los D-módulos encajan con las características del ambiente de adaptación evolutiva (clima, predadores, recursos alimenticios, plantas venenosas, tipos de animales disponibles, bandas enemigas, interacciones sociales, etc.), dado que las presiones recurrentes incidirán en la forma de las adaptaciones para hacer frente a cada problema específico. No obstante, no se debe entender el AAE como refiriéndose a un solo ambiente en particular en un lugar y tiempo determinados (un ambiente ancestral paradigmático donde todas nuestras adaptaciones surgieron), sino “el compuesto estadístico de las presiones selectivas que causaron el diseño de una adaptación. Por tanto, el AAE de una adaptación puede ser diferente del de otra” (Cosmides & Tooby, 1997, pp. 13-14). De ahí que sea importante diferenciar entre la AAE de una especie y la AAE de una adaptación. Los D-módulos surgieron para hacer frente a los problemas de un ambiente que nosotros ya no formamos parte. En términos evolutivos, 100 mil años (momento en el cual el Homo sapiens salió del África) es un tiempo muy corto para que ocurran modificaciones drásticas que configuren radicalmente la naturaleza psicológica, incluso a pesar de los grandes cambios surgidos con el advenimiento de la agricultura hace 10mil años y la revolución industrial hace tan solo 500 años (Lierberman, 2014). Poseemos un cráneo moderno, pero una mente de la Edad de piedra fue el slogan que ha abanderado y condensado la PE para dar cuenta de su perspectiva respecto a los Dmódulos (Evans & Zarate, 1999). La naturaleza humana, bajo esta visión, se encontraría en tales mecanismos psicológicos moldeados por la selección natural. Si las adaptaciones mentales han evolucionado hace millones de años en un ambiente que difiere del actual, ello indica que existe un desajuste evolutivo (evolutionary mismatch) entre los D-módulos para enfrentar problemas adaptativos de antaño y nuestro contexto contemporáneo. El 60 psicólogo evolucionista Glenn Geher (2004) coloca un excelente ejemplo que evidencia este desajuste evolutivo. Durante millones de años, las tortugas marinas llegaban a las playas de Florida para desovar y sus crías se dirigían hacia el mar, para vivir lejos de allí y regresar años después a Florida (¡como los neoyorquinos!). Resulta que la forma en que las tortugas jóvenes sabían dirigirse hacia la dirección del océano se basaba en la luz que brillaba por la noche en el mar. El mar refleja maravillosamente la luz de la luna y las estrellas, y durante millones de años, un simple algoritmo de "dirígete hacia la luz de la noche" permitió a las tortugas dirigirse efectivamente hacia el mar para seguir una estrategia de vida eficaz. Bueno, luego vino Miami (…) [Ella] y las otras grandes ciudades de la costa de Florida están llenas de muchas luces brillantes por la noche, lo cual provocó una catástrofe ecológica para las tortugas marinas. Moldeados por la evolución para dirigirse hacia la luz por la noche, millones de crías se dirigieron hacia las carreteras y ciudades, encontrando una muerte prematura en lugar de una larga vida marina. Este es todavía un problema actual que es abordado por varias entidades conservacionistas. (p. 18) Esta situación prevalece en el ser humano. Como señala el neuropsicólogo clínico Javier Tirapu: “La carga genética que condiciona nuestros instintos y nuestras conductas [mediadas por los circuitos neurales], las que nos dota de un diseño emocional para sobrevivir, apareció adaptada a los ambientes ancestrales y no a nuestra situación actual” (2008, p.38). Dado que la información recibida no es neutral a nuestros sistemas de procesamientos, habrá circunstancias en que ciertos comportamientos actuales nos sean perjudiciales, pues estamos inclinados a ellos. Por ejemplo, las adicciones actuales atentan flagrantemente contra los principios darwinianos, pues socaban la vida de las personas y de sus más allegados. 61 La visión de que el ser humano repita conductas placenteras y rechace las que no lo son, solo explica parte del problema de las adicciones. Desde un punto de vista evolucionista, las drogas activan el sistema dopaminérgico mesolímbico y los receptores opioides, con lo cual envían señales al cerebro que le indican beneficios de corte adaptativos (que desde luego no lo son). Ello, a su vez, incide en el aumento del consumo desplazando paulatinamente las conductas en principio adaptativas. De hecho, otras conductas del “hombre moderno” tienen unos efectos similares sobre el cerebro, por ejemplo, los videojuegos o internet. El cerebro humano demuestra continuamente su vulnerabilidad a recompensas que afectan a la adaptación porque nuestros cerebros no están diseñados para afrontar con efectividad el acceso a las drogas, a los video juegos o a internet. El desencuentro entre nuestros viejos cerebros y nuestros modernos ambientes tal vez sea la mayor causa de los problemas de salud mental que observamos en la actualidad. (…) Un organismo como el nuestro, con un sistema de recompensa anticuado y mediado químicamente, en una sociedad como la nuestra, resulta especialmente susceptible a la adicción. (Tirapu, 2008, pp. 40-41) Los rasgos de los organismos evolucionan para adaptarse a las características que posee el AAE dado que las presiones selectivas han sido recurrentes en su historia filogenética; sin embargo, cuando el ambiente cambia —sobre todo tan drásticamente—los organismos se hallan menos adaptados al AAE. Ello genera un problema, pues el conjunto de adaptaciones está integrado en las especies y, aunque las condiciones ambientales sean muy diferentes, aún siguen influenciando sus comportamientos. 62 Por estas razones, no es correcto asumir —como erróneamente piensa Lloyd y Feldman (2002, p. 154)— que la PE considera a los organismos individuales como maximizadores de eficacia (fitness-maximizers); sino como ejecutores de adaptaciones (adaptation-executers). Por tanto, al enfocarse en los comportamiento, la pregunta adaptacionista no es “cómo contribuye esta o aquella acción a la reproducción de este individuo en particular” [ fitnessmaximizers], sino “¿cuál es la arquitectura psicológica humana subyacente que conduce a este comportamiento en determinadas circunstancias específicas? [adaptation-executers]”. (Tooby & Cosmides, 1922, p.55) 2.3. Ejemplos de sistemas de procesamiento de información especializados (Dmódulos) Este es un breve esquema de los problemas adaptativos los cuales se pueden dividir según promuevan adaptaciones que incida en la supervivencia o la reproducción. Supervivencia Actualmente, gran parte del planeta (sobre todo las más occidentalizadas) consume grandes cantidades de grasas y azúcares que los lleva a padecer altos índices de obesidad. Nuestro país no escapa a esta tendencia. Según el Ministerio de Salud (2019), aproximadamente el 70% de adultos peruanos padecen de obesidad. Asimismo, casi un cuarto de millón de niños menores de 5 años presenta sobrepeso y obesidad. Esta tendencia a las grasas y azúcares se da en diferentes culturas con diferentes sistemas políticos, religiosos, costumbres o tradiciones. Ello resulta un misterio hasta que miramos con los lentes de la evolución cuáles eran los hábitos alimentarios de nuestros ancestros cazadores-recolectores en la sabana africana. El historiador Yuval Noah Harari (2018) realiza una explicación concisa al respecto: 63 ¿Por qué razón, si no, la gente se atiborra de comida con un elevado contenido calórico que no le hace ningún bien al cuerpo? Las sociedades ricas actuales están a punto de padecer una plaga de obesidad, que se está extendiendo rápidamente a los países en vías de desarrollo. La razón por la que nos regodeamos en los alimentos más dulces y grasientos que podemos encontrar es un enigma, hasta que consideramos los hábitos alimentarios de nuestros ancestros recolectores. En las sabanas y los bosques en los que habitaban, los dulces con un alto contenido calórico eran muy raros y la comida en general era escasa. Un recolector medio de comida de hace 30.000 años solo tenía acceso a un tipo de alimento dulce: la fruta madura y la miel. Si una mujer de la Edad de Piedra daba con un árbol cargado de higos, la cosa más sensata que podía hacer era comer allí mismo tanto como pudiera, antes de que la tropilla de papiones local dejara el árbol vacío. El instinto de hartarnos de comida de alto contenido calórico está profundamente arraigado en nuestros genes. En la actualidad, a pesar de que vivimos en apartamentos de edificios de muchos pisos y con frigoríficos atestados de comida, nuestro ADN piensa todavía que estamos en la sabana. Esto es lo que nos hace tragarnos una copa grande de helado Ben & Jerry cuando encontramos una en el congelador, y la acompañamos con una Coca-Cola gigante. (p.37) El ser amargo o ser dulce no es un rasgo que sea inherente a los alimentos, los concebimos así producto de los D-módulos diseñados para influir en nuestra conducta alimentaria (Geher, 2004). Un problema recurrente (v.g. ¿qué tipo de alimento debo comer con mayor asiduidad de modo que aumenten mis chances de vivir y cuáles debería evitar?) para nuestros ancestros era procurar alimentos altos en calorías y grasas, quienes estaban más motivados en buscar tales alimentos— en contraste con quienes no— mejoraban sus oportunidades de supervivencia. “Si 64 encuentras alimentos dulces, intenta comer lo más que puedas” parece haber sido la regla provista por un D-módulo para generar comportamientos que tiendan a engullir y motivarnos a buscar tales productos. Otras reglas como “si encuentras alimentos dulces o grasientos, evita comerlos” o “si encuentras alimentos dulces o grasientos, come con moderación” no han sido favorecidos por la selección natural. En ese sentido, estamos sesgados en buscar esos alimentos, pues fueron valiosos para nuestros ancestros, aunque actualmente esta tendencia nos produzca más perjuicios que beneficios37. Öhman y Mineka (2001) sostienen que los organismos poseen sistemas motores y nerviosos que permiten identificar señales que detenten peligros o amenazas mortales. Estos tipos de estímulos ejercerían una presión fuerte debido a que resultaría fatal para el organismo (sus genes no pasarían a las próximas generaciones) si no lo percibieran de forma rápida. El desafío adaptativo a encarar es “¿qué inputs son relevantes detectar de modo que actúe de forma rápida para evitar estos tipos de depredadores?” Los animales amenazantes emitirán sonidos, olores u otras señales que son susceptibles de ser detectados por organismos que se vean amenazados ante ellos. En el caso de los primates (incluido los humanos), debido al AAE, ha surgido el D-módulo del miedo hacia las serpientes y las arañas; es decir, aprendemos con mayor facilidad a detectar señales de ambos animales, debido a que la inoculación de su veneno conllevaría resultados mortíferos y su presencia ha sido un desafío recurrente en nuestra historia evolutiva. 37 Esta explicación de un patrón comportamental en diversas sociedades permite comprender que la función evolutiva de un mecanismo psicológico explica el por qué existe tal D-módulo (explicación distal o última); es decir, la función adaptativa conectada a la eficacia reproductiva, pero ello no agota los diversos componentes causales de un comportamiento en específico. También interviene los detalles de cómo el mecanismo psicológico trabaja (explicación próxima). En el capítulo 3 se profundizará al respecto. 65 En nuestro actual ambiente industrializado y altamente tecnológico, son las muertes por choque de auto o incluso por andar despistado por la calle mirando el celular las que nos causan más accidentes, pero no existe un D-módulo para evitarlos (lo cual sería actualmente beneficioso), pues la selección tiende a actuar de forma pausada y gradual, y toma varios miles de años en configurar o diseñar rasgos adaptativos (Darwin, 1959; Dawkins, 2003; Pinker, 2008; Tooby & Cosmides, 2015). En la antigüedad, los humanos que veían serpientes o arañas y en vez de escapar rápidamente se detenían a jugar con ellas o meditaban qué hacer o esperaban a investigar si realmente han visto lo que han visto enfermaban o morían más que aquellos que huían rápidamente, pues aunque la sombra de una serpiente tal vez sea el producto de una rama caída y la luz tenue de un atardecer, la energía gastada en saltar o evadir una señal de peligro es poca comparado con la consecuencia de morir o quedar mal herido (Evans & Zarate, 1999). En ese sentido, el D-módulo —la regla “si te encuentras con una serpiente o araña, detente o huye”— es selectivo (sesgado a un tipo de input en específico), automático (carece de un proceso de reflexión para actuar), encapsulado (una vez activado el módulo sigue su curso con poca posibilidad de que otros procesos interfieran) y relativo a un circuito neural especializado. (Ohman y Mineka, 2001 p. 485) Análogamente, el famoso “efecto García” (García y Koelling, 1996) muestra que las ratas aprenderán fácilmente a asociar náuseas con comida que, con sonidos o luces, porque en su historia evolutiva las náuseas se asociaban con comida tóxica o patógena, no con sonidos ni luces. Por tanto, en ellas evolucionó un sistema de aprendizaje especializado en procesar cierto tipo de información (v.g. detecte, como medida de alarma, señales de ciertas clases de alimento que 66 provoquen nauseas) más rápida y sencillamente que otros (v.g. que detecte señales de luces o sonidos que tiendan a provocar nauseas). En conclusión, [Las especies han evolucionado mecanismos de aprendizaje de problemas específicos que están especializados para aprender información relevante para los problemas adaptativos particulares que encontraron en el curso de su evolución]. Especies que no tienen una historia evolutiva siendo presas de serpientes; por ejemplo, no evolucionan estos mecanismos especializados de aprendizaje del miedo. (Al-Shawaf, Lewis, Wehbe & Buss, 2019, p.2) Reproducción Encontrar y conservar una pareja, así como dejar descendencia fértil, son problemas adaptativos cuyas consecuencias inciden en la aptitud reproductiva de los organismos, de modo que la selección debió moldear rasgos psicológicos que incrementaran nuestras posibilidades de resolver estas dificultades. La PE echa mano de la teoría de la selección sexual y la inversión parental (Trives, 1972), para generar hipótesis y arrojar luz al respecto. La teoría de Trives sostiene que debido a la asimetría en las células sexuales en la que una aporta nutrientes (mayoritariamente las hembras) y el otro no (mayoritariamente los machos) una suele ser más cauta al momento de emparejarse, pues si no recibe la ayuda correspondiente están en riesgo tanto ella como sus crías. Por tanto, las hembras que eran más cautas en elegir pareja dejaban más descendencia y sus genes se propagaban más. Los machos, en contraste, tenderán a aparearse con más hembras y a ser menos selectivos, por lo que competirán por aquellos rasgos deseables por las hembras 38. 38 Cabe resaltar que tal explicación no involucra ningún tipo de razonamiento consciente y existe una serie de estrategias de emparejamientos de corto o largo plazo en ambos sexos. Asimismo, ello se da en términos estadísticos, así que nadie debería sentirse aludido. En el capítulo 1 la explicación es más extendida. 67 En ese sentido, la inversión diferencial parental de cada sexo a la prole genera un conflicto de intereses (el macho al invertir menos está más predispuesto a acceder a más números de hembras, la hembra al invertir más está más predispuesta a ser más selectiva), lo que conlleva a estrategias reproductivas diferenciales —cada sexo diferirá en su comportamiento y psicología, pues la inversión es distinta— (Vivaldi y Cabrero, 2002). Debido a que el macho posee un gran potencial reproductivo, la selección favorecerá a quienes compitan por procrear con más hembras (tenderán a preferir emparejamientos a corto plazo), en cambio, la selección favorecerá a las hembras que optimicen la calidad de la descendencia emparejándose con el macho adecuado que invierta en ella y su prole (tenderán a elegir emparejamientos a largo plazo)39. En resumen, al momento de elegir una pareja, los problemas adaptativos que deben encarar son qué tipo de señales son deseables para una relación a corto o a largo plazo. Las señales variarán de acuerdo con el sexo40. Las mujeres, a nivel transcultural, tienen a ser más precavidas al elegir con quién emparejarse, estarán más orientadas a involucrarse en relaciones de largo plazo y escogerán a hombres que exhiban señales de poseer recursos económicos o buenas perspectivas financieras, alto estatus social y ligeramente mayores (ambos se relacionan con el acceso a recursos), laboriosos o ambiciosos (Buss, 1996). Asimismo, un hombre emocionalmente inestable tiende a ser egocéntrico, posesivos, monopolizar el tiempo de su pareja, muy celoso sexualmente, agresivos, malhumorado e infieles; no obstante, un hombre emocionalmente estable muestra conducta más equilibradas, dedica su esfuerzos al trabajo o estudios, se enfrenta mejor al estrés y ante condiciones 39 Ciertamente, existen varios factores a tomar en cuenta. Por ejemplo, la razón de sexos que es la proporción de hembras respecto al número de machos. Cuanto más machos haya por cada hembra, mayor será la competencia, pero si el número de macho es muy reducido, es posible que se inviertan los papeles y sean las hembras quienes compitan por los machos. 40 Por esta razón, a veces se suele señalar que la especie humana posee dos naturalezas. 68 adversas (Buss, 2000). Por tanto, las mujeres que en el pasado ancestral prestaban atención a señales de un hombre emocionalmente equilibrado y lo elegía tenían más chances de asegurar recursos para ella y su descendencia. Algunas investigaciones han mostrado que las mujeres prefieren voces masculinas más graves, sobre todo cuando están en ovulación y cuando lo consideran en un compromiso a corto plazo (Feinberg, et al., 2006). La voz masculina más grave se relaciona con altos niveles de testosterona, los cuales repercuten en el sistema inmunológico de los humanos. En ese sentido, la preferencia por tales rasgos sería análogo a la preferencia de las pavas en preferir machos con colas elaboradas, pues ciertos rasgos masculinos proporcionan señales honestas de la calidad genética de un hombre (Shackelford y Liddle, 2014). Análisis respecto al dimorfismo de las voces (Puts, Hodges, Cárdenas & Gaulin, 2007) señalan que el principal correlato acústico del tono (frecuencia fundamental F0) es aproximadamente la mitad de alto en comparación con las mujeres, las frecuencias formantes (formant frequencies) que afecta la percepción del timbre de voz están en un espacio más cercado en los hombres, tal espacio conocido como “dispersión de formantes” (formant dispresión Df) se halla inversamente relacionada a la longitud del tracto vocal, el cual es mucho mayor en los hombres. En este estudio que se llevó a cabo, hacían escuchar a las mujeres diferentes voces masculinas las cuales fueron manipuladas mediante programas de sofware para analizar mejor cuáles eran elegidas como predominantemente más masculinas. Los resultados mostraron que los grados bajos de F0 y la Df afectaban independientemente las atribuciones de dominancia entre los hombres. Ello sugiere que las voces de los hombres evolucionaron como señal de dominancia física. Este rasgo es deseable, porque involucra prestigio, 69 respecto o liderazgo. Además, los grados bajos de F0 y Df se desarrollan según los altos niveles de andrógenos, los cuales podrían ser signos honestos de vigor y salud. (p. 343) En síntesis, los hombres poseen una infinidad de diferencias físicas, de personalidad, emocionales, económicas, etc. Algunas de esas diferencias serán más deseadas que otras para las mujeres. Por ejemplo, unos rasgos serán neutrales (tamaño del ombligo, forma de la oreja, tener la uña del meñique muy corta), otros indeseables (tacaño, malhumorado, promiscuo, con muchas deudas) y otros deseables (habilidad atlética, inteligencia, laboriosos, empáticos, etc.). De entre las mil formas en que los hombres se diferencian, la selección, a lo largo de cientos de miles de años, centró las preferencias de las mujeres en las características más valiosas desde el punto de vista adaptativo (…) [Cada atributo por separado constituye un componente del valor que un hombre tiene, como pareja, para una mujer”]. (Buss, 1996, pp.44) Los hombres, a nivel transcultural, tienen a ser menos precavidos al elegir con quién emparejarse, estarán más orientados a involucrarse en relaciones de corto plazo, muestran mayor inclinación por el sexual casual, competirán con otros hombres en obtener más recursos y posicionamiento social, prefieren mujeres que exhiban señales de mayor valor reproductivo (la cantidad de hijos que probablemente uno tenga en el futuro), por lo que tenderán a interesarse en rasgos de juventud (la cual se relaciona con la fertilidad) o el atractivo físico en mayor medida que las mujeres. Sobre este último rasgo, es posible apelar que la belleza es relativa a la persona, la sociedad donde vida o la cultura a la que pertenece, por lo que la variedad es tan inmensa que no es posible brindar patrones al respecto, pero no es el caso. 70 Contrariamente a lo que a veces han sugerido algunos antropólogos, el concepto de belleza no parece que varíe de forma significativa entre culturas. Las principales características que han sido puestas de manifiesto por diferentes estudios como componentes de este concepto general de belleza son: labios carnosos, barbilla pequeña, piel suave y sin manchas, pelo lustroso, dientes blancos, pechos firmes, características simétricas, rasgos femeninos, y una relación cintura-cadera baja de aproximadamente 0.7, es decir, marcada por una cintura estrecha y unas caderas anchas. ¿Qué tienen en común estas características? Pues que todas ellas son indicadoras de buena salud y juventud y, ambas cosas, indican un elevado valor reproductivo. En definitiva, la belleza femenina no está definida por un conjunto de caracteres o rasgos arbitrarios, sino que, por regla general, las mujeres bellas son potencialmente más fértiles y pueden dar a un hombre un mayor número de hijos que otras menos atractivas. [Estas estrategias de búsqueda de pareja en humanos (…) son predicciones claras de la teoría evolutiva]. (Soler, 2009, p. 120) Cuando buscan relaciones a largo plazo, prestarán más atención a quién van a dirigir sus recursos; por ello, se necesita tener seguridad de paternidad. El problema adaptativo de la inseguridad paternal no es un desafío para las mujeres dado que siempre tendrán la certeza de que su hijo le pertenece (ella es quien da luz), el hombre no tiene tal seguridad (en la antigüedad no existía pruebas de ADN ni tenían conocimiento de óvulos ni espermatozoides). En ese sentido, ellos tenderán a preferir valores de emparejamiento a largo plazo como la castidad e inexperiencia sexual (Buss, 2015). Además, ellos les prestarán mayor atención a los celos sexuales (si su pareja le es infiel sexualmente en vez de comprometerse más emocionalmente); en contraste, las mujeres se enfocarán en mayor medida con los celos emocionales, dado que estaría en riesgo los aportes hacia ella y la prole (Buss, 2019). 71 Manuel Soler (2009), especialista en ecología del comportamiento, realiza un cuadro resumiendo las características usadas en la selección de emparejamiento entre hombres y mujeres según se muestra en los estudios transculturales del emitente psicólogo David Buss. La importancia relativa a cada uno de estos rasgos en ambos sexos varía entre 0 y 3 y se muestra su universalidad. CARACTERÍSTICAS Riqueza y recursos Posibilidades de conseguir recursos Ambición y competitividad Altura y fuerza Belleza y atractivo físico Juventud Virginidad o castidad Inteligencia Amabilidad y comprensión Que sea una buena persona IMPORTANCIA IMPORTANCIA ¿ES UNIVERSAL? PARA LOS PARA LAS MUJERES (SÍ: EN MÁS DEL HOMBRES (0-3) (0-3) 95% DE LAS CULTURAS) 1 2,5 Sí 1 2,5 Sí 0,5 2,5 Sí 0 2,8 2,5 1,5 Sí Sí 3 1,6 2 2 0 1,3 2 2 Sí NO Sí Sí 2,3 2,3 Sí Tabla 3. Características usadas en la selección de emparejamiento entre hombres y mujeres según se reporta en estudios transculturales (Soler, 2009, p.118). 72 CAPÍTULO III EVALUACIÓN DE LAS CRÍTICAS EPISTEMOLÓGICAS La psicología evolucionista (PE), como programa metateórico, posee una amplia gama de problemas y temas que ha abordado desde sus inicios en los 80 y su desarrollo en la década de los 90 hasta la actualidad. Las críticas provienen de diversos campos. Sin embargo, considero que existen críticas que van a la raíz de la concepción central de la PE, las cuales si son ciertas socavarían su base entera. A continuación, ponderaremos dichas críticas, pero antes se distinguirá entre dos tipos de abordajes heurísticos típicos de la PE. 3.1. Heurística prospectiva y retrospectiva Siguiendo la distinción propuesta por el filósofo de la ciencia Edouard Machery (2011), el primero es llamado heurística prospectiva; el cual hace referencia al conocimiento que se tiene de la AAE, las presiones selectivas recurrentes, y la generación de hipótesis y predicciones respecto a los módulos psicológicos. El segundo es la heurística retrospectiva (conocida también como ingeniería inversa) en el cual se apela a la estructura o forma de un posible módulo psicológico y se infiere qué problema adaptativo particular ha ayudado a resolver de modo que haya sido favorecido por la selección natural. AAE Problemas Adaptativos Adaptaciones psicológicas/fisiológicas Figura 6: Esquema de la interacción entre el ambiente de adaptación evolutiva, los problemas adaptativos, y las adaptaciones psicológicas y fisiológicas. 73 Las flechas amarillas pequeñas indican la dinámica de la heurística prospectiva, mientras que las verdes la heurística retrospectiva. En esta última se muestra con mayor claridad el ajuste entre las características que posee la EEA y el diseño de los organismos para encarar los problemas adaptativos de su EEA. La PE se enfoca principalmente en el segundo tipo de heurística, aunque los críticos acérrimos se han concentrado en la primera. Se evaluará ambas réplicas. 3.2. Just So Stories Gould (1991), junto con otros actuales críticos (Buller, 2005; Richardson, 2007; Laland & Brown, 2011), acusa a la EP de formular cuentos o narraciones adaptacionistas (Just so stories) para fundamentar que ciertos rasgos psicológicos son adaptaciones. Este término ha sido reinterpretado por lo menos de 12 diversas maneras (Smith, 2016). Lo esencial puede ser capturado por la siguiente definición ‘conjeturas plausibles basadas en narraciones históricas de carácter adaptacionista sin sustento empírico’. En ese sentido, lo que buscan las explicaciones respecto a los rasgos psicológicos adaptativos es que guarden coherencia histórica evolutiva. Un ejemplo paradigmático, parafraseando el caso propuesto por Javier Tirapu (2008), es el siguiente. Según los manuales de psicopatología, el trastorno Esquizotípico se caracteriza por la conducta excéntrica, anomalías en el pensamiento y el afecto. Además, tienden a ser supersticiosos y tener pensamientos mágicos (v.g. sufren cuadros de ilusiones y fantasías), algunas veces creen poseer poderes sobrenaturales o experimentar sucesos paranormales. Estos hechos pueden ser interpretados de forma adaptacionista; es decir, como rasgos adaptativos ancestrales que actualmente no son funcionales. Recordemos, el ser humano ha vivido buena parte de su historia evolutiva en grupos de 150 personas aproximadamente (Dunbar, 1992, 1998; Dunbar & Shultz, 2007). 74 Debido a que se carecía de medidas anticonceptivas, era difícil que ese número de personas se mantuviera estable en el grupo. Esta situación originaría conflictos internos (se reduce la sana convivencia o se dificulta el reparto de comida). El surgimiento de la esquizofrenia se encontraría; por ende, en la necesidad de dividir el grupo para embarcarse hacia nuevas aventuras junto con un pequeño séquito. El esquizofrénico, por las características que posee, sería el indicado en liderar al nuevo grupo que se ha dividido y, para ello, tendrá que convencer de forma decidida a sus nuevos seguidores de que no van a la deriva, sino que están siendo guiados hacia una meta suprema, pues resulta que él ha sido el elegido por un ser divino. En muchas religiones, los autodenominados “hijos de un ser divino” suelen apelar a revelaciones, voces ocultas, visiones, sueños o experiencias místicas para acreditar su figura de líder religioso. Realmente el pensamiento mágico, supersticioso, místico y religioso, así como sus creencias en la vida extraterrestre o en sus propios poderes induce a pensar que los esquizotípicos son los líderes religiosos elegidos para iniciar la búsqueda de la tierra prometida. Las revelaciones hechas a estos sujetos peculiares pueden haber jugado un papel primordial en las rupturas de grupos grandes para generar un grupo más pequeño que se embarque en la aventura de buscar una nueva identidad. (Tirapu, 2008, p.47) Esta es una explicación fascinante de cómo pudieron haber surgido tantos grupos religiosos y el por qué sus líderes tienen características tan parecidas. Además, guarda coherencia con la explicación adaptacionista, dado que los líderes de los grupos suelen tener el control de las mujeres y son quienes poseen más hijos que el resto. Sin embargo, tal hipótesis es totalmente indemostrable. ¿Cómo saber que cada líder de grupos humanos ancestrales, o la mayoría de ellos, eran esquizotípicos? Este caso sería considerado sin mayores reparos en un just so stories. 75 Por tanto, las explicaciones adaptativas que apelen solamente a la coherencia histórica evolutiva deben ser descartadas del ambiente científico y delegarlas a las revistas de poesía o literatura. No obstante, es injusto sostener que la EP son solo buenas historias, ya que encontramos una serie de investigaciones y evidencia empírica en prestigiosas revistas académicas (v.g. SAGE, Evolutionary Behavioral Sciences, Frontiers in Psychology, etc.), no en revistas de literatura (por más que sus acérrimos críticos lo deseen así). No obstante, esto no hace verdaderas las hipótesis de la PE (se caería en una tremenda falacia), pero quienes sostienen tan sueltamente que solo se basan en cuentos adaptacionistas tienen la carga de la prueba41. Veamos más a profundidad esta cuestión, quizá el razonamiento y las evidencias mostradas por la PE partan de premisas endebles; lo cual mellaría las conclusiones que se saquen. 3.2.1. Los Picapiedras o la idealización del pasado Algunos han mostrado una serie de evidencia que muestran que la AAE no es un lugar y tiempo determinado, sino que posee una amplia variedad (Laland & Brown, 2002), así que la PE no se corresponde con la evidencia. Creer que estamos adaptados a vivir como Los Picapiedras — la famosa serie de televisión— no es sino romantizar o idealizar un pasado que jamás existió. La AAE es un concepto importante para la EP; la cual hace referencia a los diversos problemas adaptativos que afectaron a nuestros ancestros y las circunstancias bajo las cuales los resolvieron. Para que surjan adaptaciones, los problemas deben ser continuos; es decir, que ciertas características del ambiente se mantengan constantes. Por ejemplo, si nos encontramos con un cóndor nos puede destrozar con su pico y sus garras. Sin dudas, esto sería un problema serio y sería conveniente que tengamos ciertas adaptaciones que nos permitan incrementar nuestras chances de 41 Este tipo de críticas parecen más la expresión de un deseo vehemente que la afirmación de un hecho. 76 resolver tal problema (un mecanismo de detección de cóndores, por ejemplo), pero las posibilidades de encontrarnos con un cóndor son sumamente bajas, por lo que tal dificultad no ha sido continua, de modo que la presión selectiva no es fuerte. Lo que sí poseemos es un miedo innato a las serpientes (Öhman, & Mineka, 2001), porque ha sido una amenaza constante en nuestra historia y es compatible con la evidencia sobre cómo fueron las condiciones ecológicas de aquella época. En corto, aquellos que eran más lentos en detectarlas o que no les tenían miedo, eran más susceptibles de ser mordidos y morir. En contraste, aquellos quienes poseían mecanismos de detección de serpientes y que les generaran miedo tendían a incrementar sus chances de sobrevivir. Ello sugiere que hubo una presión estadísticamente relevante para que pudieran surgir las adaptaciones. Estas no aparecen en corto tiempo, dado que los nuevos alelos deben coordinar y fijarse con otros locis; es decir, integrase a la configuración del organismo de modo que sus efectos produzcan más ventajas que perjuicios (si la mutación ayuda a resolver ese problema, pero lo conlleva daños fatales como tumores o esterilidad, la selección no la seleccionará ni propagará). Este proceso lleva cientos o miles de generaciones, sobre todo cuando las adaptaciones son complejas. Debido a que las adaptaciones evolucionaron y asumieron su moderna forma en diferentes tiempos y debido a que aspectos diferentes de un ambiente fueron relevantes para diseñar cada una de ellas, la AAE para una adaptación puede ser algo diferentes de otra AAE para otra adaptación. (Tooby & Cosmides, 2015, p.25) 77 3.2.2. Sobre la infalsabilidad de la PE Otra forma de formular el famoso Just So Stories es afirmar que las hipótesis adaptacionistas de la EP no son susceptibles de ser falsadas. Para postular que un rasgo es adaptativo se deben establecer criterios para identificarlos. La PE toma como base para las identificaciones de los rasgos adaptativos las contribuciones del eximio biólogo George William (1966), así como de otros psicólogos evolucionistas (Barkow, Cosmides & Tooby, 1992; Schmitt, 2008; Buss, 2015). Por ejemplo, entre los criterios que podemos destacar para considerar un rasgo psicológico como adaptativo es que estos sean42: (a) Universales: los mecanismos psicológicos deben ser prevalentes en la mayoría de los seres humanos. El conjunto de ellos formaría parte de la naturaleza humana. (b) Interactivas: es necesaria la exposición de ciertos ambientes para que se pueda expresar el mecanismo psicológico y pueda tener relevancia en el comportamiento del individuo. Por ejemplo, los callos —rasgo disposicional— surgen cuando hay fricción continua y cuando cesan van desapareciendo. (c) Funcionales: efectos de un rasgo que ayudan a resolver problemas adaptativos en el ambiente ancestral donde evolucionó, por ello, se propagó en la población, dado que aumentaba la eficacia inclusiva. (d) Modularidad: los mecanismos psicológicos no resuelven problemas globales sino específicos, por ello, tienden a estar configurados para cumplir con una función específica. Los PE consideran que existen una amplia gama de problemas adaptativos, ello les lleva a 42 Cada rasgo adaptativo, debido al problema que enfrenta, tendrá sus propias particularidades; de modo que no se espera que todos los rasgos postulados como mecanismos psicológicos evolucionados posean cada uno de estos criterios. 78 sugerir que también existe una multitud de módulos psicológicos especializados para resolverlos. (e) Económicos43: poca de la energía que se gasta es retenida en las adaptaciones a través del tiempo. No hay sólo una forma de resolver problemas adaptativos, pero si en la forma 1 se gasta menos energía que en la forma 2 y dado que los recursos no suelen ser abundantes, la forma 1 tendrá más chances de ser seleccionada. (f) Complejo: es un organización funcional compleja, debido a que las nuevas configuraciones o diseños no se crean de la nada, sino provienen de lo que ya existe; es decir, de anteriores adaptaciones (incluso de subproductos o ruidos). En ese sentido, se arrastran restricciones pasadas para las nuevas formas adaptativas. En suma, el rasgo debe mostrar un diseño especial para un propósito específico (la razón por la cual evolucionó) que ayude a resolver problemas adaptativos; con lo cual, ponderando los pros y los contras de los costos de tal diseño, los beneficios resulten mayores que los perjuicios en términos evolutivos; es decir, que, en última instancia, se incremente la posibilidad de sobrevivir y dejar prole fértil. Un segundo paso, luego de detectar qué rasgos podrían ser adaptativos, es postular hipótesis, predicciones y cuáles son las evidencias disponibles al respecto. Los constructos psicológicos no son observables directamente (v.g. amor, odio, conservador, etc.), deben ser inferidos mediante medidas psicológicas. Según Cronbach y Meehl, en su artículo seminal “Construct validity in psychological tests” de 1955, la validación de constructos psicológicos debe Para no confundir términos similares, en este caso preferimos el término “económico” a “eficaz”, dado que este último usualmente hace referencia a los rasgos de un organismo que se ajustan bien a las características de un ambiente y, como consecuencia, facilita la sobrevivencia y reproducción; es decir, aumenta la aptitud inclusiva. Desde luego, rasgos más económicos tienden a ser más eficaces. 43 79 cumplir al menos tres requisitos principales (a) el constructo X se articula en función de una teoría que determina lo que el constructo en mención es; es decir, qué conceptos están ligados al constructo y cuáles no, (b) proponer modos de medir empíricamente los conceptos. Por ejemplo, mediante encuestas, resultados experimentales, medidas comportamentales, análisis de casos, observaciones sistemáticas, etc., (c) testear empíricamente las relaciones hipotéticas entre los conceptos Cuando las relaciones se corresponden con las expectativas teóricas, se considera que el constructo postulado por el investigador es válido. Como nos enseñó Popper (1980) ninguna hipótesis es corroborada solo por una sola validación de la hipótesis en mención; es decir, por más que tal hipótesis haya recibido apoyo empírico. Por tanto, resultaría apresurado si cualquier investigador (incluyendo a los de la PE) afirman entusiastamente que sus hipótesis son hechos consumados solo por recibir cierto apoyo factual. En ese sentido, se prefiere apelar a una red nomológica (nomological network) de evidencia que sea continuamente afinada, actualizada y que se acumulen la evidencia que proviene de otras disciplinas. A través de tal red, es posible validar los postulados psicológicos adaptativos mediante la acumulación de evidencias. La siguiente muestra los distintos tipos de evidencia que se utilizan para validar una adaptación psicológica. 80 Figura 7. Diversos tipos de evidencia para validar una adaptación psicológica (Schmitt & Pilcher, 2004, p. 645) Dado que la PE es una empresa joven, resulta poco probable que un rasgo psicológico adaptativo posea evidencia de las 8 categorías expuestas en la figura 7. Sin embargo, es posible establecer rangos de evidencia. Por ejemplo, el rasgo adaptativo R1 solo posee evidencia de la casilla “Evidencia Fisiológica”, mientras R2 posee de 3 casillas (“Evidencia Médica”, “Evidencia teorética” y “Evidencia filogenética”). R1 no tendría menor grado de evidencia que R3. En síntesis, a partir del grado de evidencia de la postulación de un rasgo psicológico adaptativo es posible establecer los siguientes grados o rangos: 81 mínima: una casilla moderada: de dos a tres casillas Evidencia extensiva: de cuatro a cinco casillas ejemplar: de seis a más casillas Figura 8. Rangos de evidencia sobre la postulación de una hipótesis de un rasgo psicológico adaptativo (Schmitt, 2008). Desde luego, en cada una de las casillas entran en juego otras variables como el número de evidencias disponibles (si hay solo un ejemplo mostrado o múltiples ejemplos, si se realizó a través de metodología de calidad o no, si los posee técnicas actualizadas y bien ejecutadas, si sus niveles de control son óptimos, etc.) (Schmitt & Pilcher, 2004). Estas consideraciones con compatibles con la afirmación del insigne biólogo George Williams (1966) La adaptación evolutiva es un concepto oneroso y especial que no debería ser usado innecesariamente y un efecto no debería ser llamado una función a menos que sea claramente producido por un diseño y no por azar. Cuando se la reconoce, la adaptación no debería ser atribuida a un nivel de organización superior al exigido por la evidencia. La selección natural es la única explicación aceptable para la génesis y el mantenimiento de la adaptación. (p. v) Dos ejemplos al respecto. Los informes antropológicos muestran que en la mayoría de sociedades y culturas los miembros de las familias no tienden a procrear entre sí. Ello puede resultar un conocimiento trivial en la actualidad según los avances de la genética, pues sabemos que quienes tienen hijos con miembros de su familia conllevan problemas genéticos. Sin embargo, tal conocimiento especializado era desconocido por nuestros antepasados. Por lo que es sensato 82 postular que la evitación del incesto (incest avoidance); es decir, la inclinación por rechazar tener sexo con tus padres, hermanos o hijos es una adaptación (Brown, 1991). Ello es compatible con la Evidencia Intercultural y la Evidencia Médica, ya mencionada. Además, existe evidencia etnográfica de que en la vida caza y forrajeo de nuestros ancestros estaba ausente el incesto (Lieberman & Symons, 1998) y ello guarda sentido (Evidencia Etnográfica), dado que las relaciones entre parientes tienden a reducir las probabilidades de legar descendencia fértil (Evidencia Teórica) y tampoco encontramos evidencia de que en los animales salvajes sea común el incesto (Evidencia Filogenética). Por último, crecer con un miembro del sexo opuesto antes de los 6 años intensifica la evitación del incesto (Lieberman, Tooby & Cosmides, 2007); lo cual muestra el desarrollo de una configuración funcional específica (Evidencia Psicológica). En conclusión, la evitación del incesto como una adaptación psicológica encuentra evidencia en diversos tipos de estudios; por lo que sería razonable calificarlo como evidencia ejemplar. Otro ejemplo es la postulación de una adaptación psicológica a aprender fácilmente a temer a las serpientes (Öhman & Mineka, 2001, 2003). En otras palabras, es más fácil aprender a temerle a una serpiente que a un conejo. Existen evidencia fisiológica de todos los procesos internos que suceden cuando notamos una serpiente y los mecanismos hormonales que surgen como mecanismos de defensa o huida ante un posible depredador (Evidencia Fisiológica). Asimismo, se destacan evidencias filogenéticas y psicológicas. Dado que son tres el número de casillas en las evidencias mostradas es posible calificar a esta adaptación psicológica como moderada. En conclusión, los críticos acérrimos de la PE han afirmado que los postulados solo se basan en explicaciones narrativas o que sus hipótesis son infalsables, pero no son ciertas a la luz del desarrollo de la PE, tanto en sus postulados teóricos como empíricos. No obstante, algunas quejas se deben a que realizan inferencias imposibles. 83 3.3. ¿Inferencias imposibles? Una de las dudas más saltantes de los críticos hace referencia al AAE, pues si su configuración ha moldeado la psicología humana, el conocimiento detallado nos debería dar indicios fuertes de los problemas que encararon nuestros antepasados y que los supuestos módulos mentales ayudan a resolver, pero nuestro conocimiento es sumamente limitado e incluso nulo de cómo era el pasado ancestral, por lo que la PE estará viciado desde el principio (Buller, 2006; Smith, 2020). 3.3.1. Exacerbar las diferencias para mostrar lo especial de cada ser humano A veces se intenta mostrar una diferencia radical entre el pasado y el presente como si se el ser humano hubiera vivido en un planeta o galaxia diferente. Esto sucede pues los antropólogos tienden a exagerar la singularidad de las sociedades y culturas que analizan, y son más reticentes en ver las similitudes (Buss, 2011). Respecto a la AAE, aún la gravedad nos afecta, la geología se mantuvo relativamente estable, la química no ha variado drásticamente, no se tiene evidencias de que en aquella época los varones quedaran embarazados, las mujeres no menstruaran, los niños desde el nacimiento ya corrían o intentaban cazar presas, ni que fuera posible vivir 900 años, cortarse un miembro del cuerpo y que aparezca uno nuevo o la existencia de poblaciones que tengan la capacidad de vivir debajo de los océanos, que sus prole tenga la característica de poseer 4 extremidades, 3 ojos y con reproducción asexual. El punto no es que no haya diferencias importantes, sino que exagerarlas anula o nos ciega ante similitudes relevantes. Imaginemos dos billetes de un dólar, uno proveniente de USA y otro de Perú, podríamos decir que si analizamos en detalle ambos poseen un sinfín de diferencias: no son de colores idénticos, uno parece más desgastado, se obtuvieron por un proceso distinto, el otro parece ser de 84 una textura diferente, si los colocamos en un microscopio poseen otras bacterias, no ocupan el mismo espacio, el más viejo parece más sensible a climas húmedos, etc. Si esto sucede con simple billete, comparar dos lugares distintos dentro de un mismo continente o peor aún, comparar un ambiente pasado y uno presente multiplicaría infinitamente las diferencias. Por tanto, se debe tener cuidado en no inflar la singularidad de los ambientes, las sociedades o las culturas por más exóticas que nos parezcan (el relativismo cultural es muy influente en las ciencias sociales), pues tiende a volvernos miopes ante las similitudes relevantes. Además, si las diferencias ambientales y sociales son tan enormes ¿es imposible encontrar patrones culturales? El antropólogo evolucionista Donald Brown (1991) elaboró una extensa lista de universales humanos 44 (conducta y lenguaje manifiestos universales basados en trabajos etnográficos) entre los que podemos destacar: 44 • oposición al abuso de poder • periodos de aprendizaje críticos. • concepto de precedencia (así es como consiguió sus manchas el leopardo) • proverbios, refranes • machos participan en más violencia de coalición • concepto de justicia • chupar las heridas o el dedo • conciencia de la autoimagen (preocupación por la opinión de los demás) • distinción entre verdadero y falso Esto no significa que basta que una característica sea universal para inmediatamente inferir que sea parte de un módulo adaptativo. Nunca se afirmó tal falacia. Leer es universal, pero no hay un módulo para la lectura. Los criterios adaptativos antes mencionados no lo indican, destacan los criterios que se espera tengan los mecanismos psicológicos; pero debido a que cara mecanismo resuelve problemas distintos, no se espera que cada uno de ellos cumpla con todos los requisitos. 85 • interpretación de los sueños • producción musical • territorialidad • tabúes Ello sugiere que a pesar de la inmensa variabilidad aún podemos encontrar patrones universales humanos; por lo que se debe tener en cuenta un nivel de abstracción que captura la invariabilidad de lo variable (Tooby & Cosmides, 1990b). En ese sentido, cierta estructura de la AAE será similar y otra estructura será diferente a las condiciones actual respecto a los desafíos adaptativos. Más precisamente, a las diversas presiones selectivas recurrentes que subyacen en los entornos ancestrales en los cuales han surgido el conjunto de adaptaciones que poseen el ser humano (Barkow, Cosmides & Tooby,1992). Asimismo, tampoco es cierto de que si no conocemos con precisión milimétrica la AAE desconocemos los problemas adaptativos de nuestros ancestros. Cabe recordar que el AAE no solo hace referencia a condiciones o presiones ecológicas sino también sociales, v.g. los problemas derivados de la vida social juegan un rol preponderante en la evolución de los primates y, particularmente, del ser humano (Dunbar, 1998). Como indica Fischer (1999), durante la evolución: Los humanos han debido, entre otras muchas tareas, reconocer regularmente objetos, evitar depredadores, evitar el incesto, evitar ciertas toxinas en el embarazo, calcular distancias, identificar alimentos, cazar animales, adquirir una gramática, detectar cuándo los niños requieren ayuda, atender gritos de alarma, evitar enfermedades contagiosas, elegir pareja, inducir a la persona elegida a que los elijan, elegir a aquellas personas con alto valor reproductivo, balancearse al caminar, entender y fabricar herramientas… interpretar 86 correctamente las situaciones sociales, ayudar a parientes… evitar que su pareja tenga descendientes con terceros, mantener amistades, reconocer caras, reconocer nociones, cooperar, combinar adecuadamente estas tareas, etc. […] La solución de estos problemas condujo a la aparición de los módulos preprogramados que el modelo describe, y además al hecho de que esas soluciones son en un cierto modo similares, lo que permite afirmar que las conductas humanas tienen un carácter específico de su especie y que la naturaleza es, efectivamente única. (p.128) Muchos de estos desafíos aún son parte de nuestro día a día y nuestras predisposiciones hacia ciertos comportamientos todavía juegan un rol importante en nuestra forma de actuar. Por tanto, se ha de tener en cuenta este nivel de abstracción de esas regularidades, dado que las selección configura los rasgos de los organismos para sortear obstáculos en el ambiente donde evolucionó; en otras palabras, los organismos llevan la marca de la estructura que ha sido moldeada para sortear problemas adaptativos ancestrales. 3.3.2. Escepticismo dogmático: el problema del grano grueso El conocimiento del pasado a partir de elementos del presente siempre es dificultoso en diversas áreas del saber (antropología, física, química, biología, geología, etc.). No obstante, cierta indeterminación del pasado no es un fenómeno de saber todo o saber nada, dependiendo del área, existen gradaciones (Smith, 2016). Sterelny y Griffiths (1999) y Buller (2005) concuerdan en que las afirmaciones de la EP son muy generales respecto a las presiones selectivas de la AAE, que si uno analizara con mayor detalle dejarían de tener un sentido significativo. Por ejemplo, las aves pasaron por presiones selectivas en 87 las cuales los machos competían por aparearse con la mayor cantidad de hembras. Sin embargo, las aves despliegan diferentes comportamientos para atraer a futuras parejas, unos danzarán, otros construirán un nido, otros proveerán alimentos, etc. Entonces, sostener que los seres humanos pasaron por presiones selectivas para conseguir parejas es un hecho verdadero (un gran problema adaptativo) pero no detallado (subproblemas) y justamente son esos detalles relevantes de los que carecemos respecto de la vida de nuestros ancestros. Ese ese conocimiento el cual es básicamente incognoscible. El problema con este argumento es que disponemos de una serie de conocimientos sobre los comportamientos sexuales de los animales no humanos (Alcock, 2009) y lo sabemos partiendo de hipótesis adaptativas y contrastándolas con hechos del presente. Justamente, en esta clase de información es la que se basa el razonamiento respecto a las distintas formas de comportamiento sexual de las aves. En ese sentido, ¿solo es posible tal conocimiento cuando se trata solamente de animales no humanos, pero en la especie Homo sapiens tal información no es posible? Si la respuesta es afirmativa, los críticos tienen la carga de la prueba. De la historia de la ciencia podemos aprender que los investigadores trabajan con los mejores datos disponibles, se generan hipótesis, se rechazan otras, se confirman y— con el pasar del tiempo— se van refinando y reinterpretando los datos a la luz de nuevos descubrimientos (Hempel, 1966; Lakatos, 1978; Popper, 1980; Kuhn, 2013; Chalmers, 2000). Por tanto, las hipótesis generadas por la PE a partir del saber actual de la EEA no se vician automáticamente, porque no poseamos un amplio y detallado conocimiento, dado que la dinámica de la ciencia es basarse en el mejor conocimiento disponible e ir generando diversas hipótesis, nuevas metodologías, nuevas reinterpretaciones. Conocimientos futuros iluminarán las hipótesis propuestas, reforzando algunas o rechazándolas. La ciencia trabaja con el conocimiento que posee 88 a la mano, el mejor conocimiento disponible. Como pensaba Mario Bunge (2000), el exceso de escepticismo cae en el dogmatismo. 3.3.3. La forma refleja la función La generación de hipótesis es el corazón del progreso científico y la PE se ha destacado por esta característica. Se suele apelar a la heurística retrospectiva o ingeniería inversa; es decir, inferir la función a partir de la estructura del rasgo adaptativo (en corto, si el rasgo R1 exhibe características de diseño, entonces R1 está diseñado para la función F1). La forma refleja la función, pero la función viene primero es una frase que sienta sus bases en la dinámica de la biología evolutiva. En la historia de las especies, suceden diferentes desafíos adaptativos que deben sortear en distintos niveles (químicos, ecológicos, sociales, etc.). Por ejemplo, según el estudio de Barta et al. (2008) sobre la rutina migratoria de las aves, estas dependen de varios factores: la disponibilidad de comida, la calidad de las plumas, la locación geográfica y el momento del año. Todos estos factores son determinantes para ponderar cuál será el comportamiento óptimo que adoptarán las aves en tal o cual circunstancias. No es realista pensar que en todas las circunstancias y en todas las vicisitudes que se encuentren las aves posean decisiones óptimas para cada una de ellas. Por el contrario, es razonable asumir que posean reglas que en promedio produzcan comportamientos óptimos tomando en cuenta las regularidades de los problemas adaptativos que han formado parte de su historia evolutiva. Por todo lo dicho, Si las reglas son flexibles, entonces diferentes tipos de reglas (o parámetros para un tipo de regla dada) podría evolucionar en diferentes circunstancias. Si las reglas no son flexibles, 89 entonces es necesario que las reglas evolucionen para, en promedio, puedan desempeñarse bien en todas las circunstancias. (McNamara & Houston, 2009, p. 674) La selección estampa su firma en la forma de los organismos, porque los efectos de esa forma se relacionan con el aumento de su reproducción diferencial en su ambiente de adaptación evolutiva. Es posible entonces apreciar un encaje entre las características que posee la AAE y el diseño de los organismos; en otras palabras, el diseño refleja la estructura de la AAE. Asimismo, la selección captura los problemas adaptativos frecuentes y va moldeando a los organismos, por lo que estos, con el tiempo, exhibirán rasgos fenotípicos de diseño (Hagen, 2015). Entonces, la selección hace que los organismos sean textos históricos vivos los cuales pueden ser leídos si sabemos descifrar el lenguaje informacional-funcional con el cual fue escrito. [La selección natural es un algoritmo de aprendizaje]. El aprendizaje es la adquisición de información útil sobre el ambiente. A través de la reproducción diferencial de alelos entre generaciones, la selección natural aprende qué tipos de transformaciones incrementa la reproducción en un ambiente particular y almacena esa información en el genoma. En una especie, cada alelo ha sido fijado por la selección natural es una valiosa pieza de información sobre los rasgos que son útiles para la reproducción de esa especie en su AAE. Así, todas las adaptaciones del cuerpo son, en ese sentido, producto del aprendizaje (…) [Como todos los algoritmos del aprendizaje, la selección natural solo puede aprender patrones o relaciones estables]. (Hagen, 2005, p.160) Sabemos que los rasgos complejos funcionales han evolucionado por selección natural y que tales rasgos reflejan la estructura del ambiente ancestral. Las bibliotecas de medicina, neurología y genética están repletas de conocimientos sobre cuáles son las funciones del sistema inmune, órganos, huecos, células, neuronas, etc. Ciertamente, no es conocimiento completo, pues 90 las investigaciones siguen a la orden del día (Hagen, 2015, p.147). El punto es que este conocimiento ilumina cuáles fueron las presiones selectivas (su AAE) que promovieron la propagación de rasgos que resolvieran tales problemas adaptativos. A grandes rasgos, sabemos que la configuración actual de nuestros ojos o nuestra caminata bípeda han sido moldeados en un ambiente no acuático, debido a que dentro del agua nuestra visión se dificulta y nuestros pasos son lentos y descoordinados. En ese sentido, las adaptaciones psicológicas o fisiológicas reflejan los problemas adaptativos que fueron constantes para cualquier especie. Resulta sospechoso pensar que del cuello hacia abajo la selección nos ha moldeado, pero que el cerebro ha transcendido a este proceso natural, porque la cultura lo ha detenido o inhibido45. Esta es la clase de dicotomía cuerpo-mente que subyace en las críticas (además de cierta biofobia); y con mayor énfasis, en profesionales de humanidades y sociales (Van den Berghe, 1990; Wilson, 2009; Geher & Gambacorta, 2012; Perry & Mace, 2010; Varella, Seidl-de-Moura, Santos, Ferreira & Bussab, 2013; Jonason & Schmitt, 2016). Como hemos argumentado anteriormente, desde la visión de la PE la selección actúa a través de sistemas de procesamiento de información especializados (módulos darwinianos), estos sistemas competirán (quién soluciona de forma más eficaz, económica y fiable un problema específico) y evolucionarán a través de sucesivas generaciones en interacción con inputs externos (físicos o sociales) e internos (estados del organismo) para generar efectos comportamentales o efectos fisiológicos adaptativos (emociones, percepciones, razonamientos, etc.) (Cosmides & Tobby, 1987; Tooby & Cosmides, 2015). 45 En el siguiente apartado, mostraremos cómo las explicaciones culturales no se oponen a las distales, sino que se complementan. La evolución cultura actúan de forma más intensa y rápida que la evolución biológica, pero eso no implica que hemos trascendido nuestra biología. 91 Estos D-módulos han sido diseñados, porque captura problemas adaptativos frecuentes y particulares, no infrecuentes ni generales. Por ello, en un nivel menor, la amplia variabilidad sobre distintos aspectos y que se dan de forma inhabitual hace difícil que la selección pueda aprender algo útil, pero en un nivel de abstracción mayor, la selección— a través de sucesivas generaciones— aprende a detectar regularidades que inciden en la reproducción diferencial y diseña rasgos que resuelvan tales problemas. Así, se aclara mejor el sentido de que la forma refleja la función. La PE genera una serie de hipótesis psicológicas adaptativas (v.g. a través del razonamiento de ingeniería inversa, análisis de costo-beneficios o modelos de la evolución de rasgos óptimos), estas hipótesis compiten entre sí con el fin de detectar y explicar la forma o estructura de los sistemas de procesamiento de información especializados (o efectos secundarios de ellos). Si las hipótesis se cumplen y existe evidencia complementaria sólida, es razonable afirmar que la existencia de ese módulo darwiniano se debe a que cumplió una función específica para resolver un problema específico en su AAE. Solo en el 2013 en las revistas Evolutionary Psychology y Evolution and Human Behaviour, el 17% son artículos donde se derivan hipótesis mediante la reflexión de los problemas adaptativos que encararon nuestros ancestros en el Pleistoceno y al menos un 80% consiste en testear las hipótesis derivadas de fundamentos evolucionistas (Burke, 2014) y esta tendencia continua en la actualidad. En síntesis, el escepticismo radical sobre la AAE y las hipótesis adaptativas psicológicas no están justificadas para hacer la PE imposible. 92 3.4. Confusiones en diferentes niveles de explicación Antes de Darwin, las ciencias de ese entonces se limitaban a realizar descripciones sobre los distintos comportamientos que se observaban en distintos lugares (Alcock & Crawford, 2008). Aunque el conocimiento acumulado fue valioso, no era el panorama completo, pues faltaban explicaciones distales. Si estamos de acuerdo en que el hombre es un ser natural, que ha evolucionado de otros seres naturales durante millones de años y que la selección natural, a lo largo de nuestra historia evolutiva, ha moldeado nuestro cuerpo, incluidos nuestra psicología y cerebro, entonces una parte de estas poseerá estrategias que le permitieron sobrevivir y reproducirse (Dawkins, 1993). Ya desde la época de Darwin, las explicaciones funcionales eran vistas con recelo (Cronin, 1995). La llegada de la sociobiología a mediados de los 70 (el estudio del comportamiento social desde un enfoque biológico) propició un intenso debate sobre la posibilidad, las implicancias éticas y políticas, y los alcances cognoscitivos de este proyecto (Ruse, 1981a, 1983b; Segerstrale, 2000; Alcock, 2001). Sus detractores (Goudl & Lewontin, 1979; Gould & Vrba, 1982; Gould, 1991) no solo los acusaban de mala ciencia o pseudociencia, sino de pervertir la ética y la política (Pinker, 2003). A inicios de los 90 se fue consolidando lo que se catalogó como psicología evolucionista (PE) (Barkow, Cosmides & Tooby, 1992), una empresa que procura identificar y explicar la psicología y el comportamiento humanos teniendo como base la selección natural y una orientación computacionalista de la mente entendida como mecanismos psicológicos especializados (o sistemas especializados en procesar información) que han evolucionado para filtrar ciertos tipos de información (inputs) para producir comportamientos o efectos fisiológicos adaptativos (outputs) a través de reglas de decisión (un proceso de ‘si-entonces’) (Cosmides & Tooby, 1987). 93 Parte de las críticas a las hipótesis de la PE descansan en la ambigüedad de la pregunta “¿por qué se produce este comportamiento?”, la cual lleva a generar confusiones en distintos niveles explicativos. Se expondrán las críticas desde diferentes flancos a la PE y se mostrará que, si bien a primera vista parecen obstáculos insalvables, no lo son, pues muchas de las diferentes explicaciones son compatibles con el enfoque de la PE. Esta confusión se da, pues las críticas no toman en cuenta los criterios para evaluar las hipótesis adaptativas y son susceptibles de caer en la ambigüedad del lenguaje respecto al por qué sucede tal fenómeno psicológico o comportamental. A continuación, expondré una tabla (en base a las actualizaciones recientes) que servirá como marco teórico para abordar las críticas hacia la PE centradas en genes y epigenética, ontogenia y neuronas y variabilidad cultural y naturaleza humana. 94 Cuatro áreas de la DESARROLLO / HISTÓRICO FORMA ÚNICA biología: Una secuencia que da como resultado un Cuatro preguntas rasgo. El rasgo en un corte de tiempo. PRÓXIMO ONTOGENIA MECANISMO Explica cómo funcionan ¿Cómo se desarrolla el rasgo en los ¿Cuál es la estructura del rasgo?, ¿cómo los organismos mediante individuos? funciona? la Descripción de las formas del rasgo en Descripción de la anatomía, fisiología y etapas secuenciales de la vida y el regulación del rasgo, y cómo trabaja el mecanismo que controla el desarrollo. rasgo para lograr su función. Sistema Efectos de la heredabilidad en el nervioso para la detección de estímulos comportamiento ambientales, descripción de su mecanismo y ontogenia sistemas o desarrollo sensores-motores de vía interacciones gen-ambiente. sistema endocrino para ajustar la respuesta a los estímulos ambientales y sistema esquelético- muscular para ejecutar las respuestas. DISTAL/EVOLUTIVO FILOGENIA SIGNIFICANCIA ADAPTATIVA Explica por qué funciona ¿Cuál es la historia filogenética del ¿Cómo han interactuado las variaciones en ese organismo de esa rasgo? un rasgo con el entorno para influir en la manera. Es decir, cómo Descripción de la historia del rasgo aptitud biológica de manera que ayuden a una especie llegó a su reconstruida a partir de sus antepasados explicar la forma de ese rasgo? forma actual a través de la genotípicos Eventos Descripción de cómo las variaciones en el descripción una ocurridos durante la evolución desde el rasgo han influido en la aptitud. Función secuencia de formas y origen del comportamiento hasta el anterior y actual del comportamiento en cómo fueron influidas por presente. promover la eficacia reproductiva del de la selección natural y otros y fenotípicos. individuo. factores evolutivos Tabla 4. Explicaciones próximas y distales. Esta tabla se basa en los trabajos de Tinbergen (1963); Nesse (2013) y Alcock (2009). 95 3.4.1. Genes y epigenética Alcock (2009) brinda un ejemplo claro de explicación próxima que nos servirá para detectar confusiones de análisis. Nos cuenta que, en EE. UU. y Canadá, existe un ratón de campo que se caracteriza por ser monogámico; es decir, posee solo una pareja sexual, ya sea en el ciclo reproductivo o incluso toda la vida. Sin embargo, la mayoría de ratones de esa especie son polígamos, se relacionan con varias hembras en la misma estación reproductiva. Para explicar esta diferencia, las investigaciones mostraron qué regiones específicas del cerebro del macho monógamo poseen gran cantidad de receptores proteicos que se conectan a la hormona vasopresina. Cuando este copula reiteradas veces, la vasopresina es producida y liberada en la corriente sanguínea hacia la región palio ventral, siendo recibida por el receptor proteico V1a. Esta región cumple la función de proveer sensaciones reforzadoras asociadas a ciertos comportamientos. Entonces, cuando la vasopresina estimula a los receptores V1a se activan intensamente, ello actúa como un mecanismo de circuito cerebral de recompensa que motiva a los machos monógamos a permanecer al lado de su pareja, formando así lazos sociales de largo plazo. En los machos polígamos, el sistema de recompensa es diferente, ya que no poseen gran cantidad de receptores V1a. Además, este receptor es codificado por el gen avpr1a, que en la versión del macho monógamo hace aumentar los receptores V1a en la región palio ventral, pero en la versión del macho polígamo, no. Cuando a este último se le insertó la versión del gen de macho monógamo, su comportamiento se modificó, pues sus relaciones se volvieron mucho más estables e incluso antes de la copulación. Por tanto, el gen avpr1a contribuye en el comportamiento monogámico del macho de campo. Hasta aquí se evidencia un ejemplo claro de explicación próxima y cabe enfatizar que ninguna de las dos respuestas es incompatible o superior a la otra, sino complementarias. En 96 entendimiento de genes, hormonas, neuronas y partes específicas del cerebro es importante para comprender cabalmente el comportamiento. Si se pregunta ¿por qué ese roedor es monógamo? y se obtiene una respuesta similar, sabremos que se trata de un nivel próximo. Antes de 1859, la biología era una empresa descriptiva y fue recién con Charles Darwin que se tornó una ciencia propiamente dicha, pues brindó las bases teóricas para realizar hipótesis y predicciones contrastables. En ese sentido, cuando se desea realizar explicaciones distales o evolutivas, los investigadores recurren a su teoría e intentan de que sea compatible con ella. Las hipótesis psicológicas y comportamentales de la psicología evolutiva dan cuenta de explicaciones distales, no próximas. En una lectura poco atenta, han cuestionado y preguntado dónde, cuántos y cuáles son los supuestos genes que determinan el comportamiento adaptativo postulado por la PE (Rose, 2000; Lewontin; Rose & Kamin, 2003). Incluso, se ha llegado a afirmar que la PE sostiene la existencia de genes para todo o casi todo. Por ejemplo, un gen para resistirse a desempeñar ciertos roles, otro que provoca que un niño asesine a su hermanita recién nacida, otro para que un macho preñe a todas las hembras y así sucesivamente (McKinnon, 2012). Quizá esté de más decir que nadie en su sano juicio ha postulado algo semejante, dado que sostener que existen componentes genéticos para ciertos comportamientos no significa que solo importan los genes y nada más (Williams, 1966; Shackelford & Liddle, 2014). Además, estas réplicas parecen confundir la PE con la genética conductual, que está interesada, más bien, en saber qué diferencias entre personas que conviven en un ambiente en particular se explican a partir de diferencias genéticas; en otras palabras, dada una población P en un ambiente particular A, ¿hasta qué punto las diferencias entre las personas de esa P en ese A son explicables en base a diferencias de sus genes? (Cosmides & Tobby, 1997). 97 En contraste, la PE sostiene que el ser humano, como los demás organismos, posee una arquitectura universal típica de la especie conformada por adaptaciones psicológicas evolucionadas que son producto y se desarrollan a través de la interacción de los genes y el ambiente. Dado que esta arquitectura es universal, su base genética también lo es, por lo que la heredabilidad de adaptaciones complejas tiende a ser muy baja, no alta (Tooby & Cosmides, 1990). Las diferencias comportamentales de los individuos en diferentes contextos, por tanto, pueden surgir de esta arquitectura mental típica de su especie; por ejemplo, produciendo comportamientos adaptativos (v.g. arriesgar la vida para salvar a sus hijos) (Hamilton, 1964; Maynard, 1964), efectos secundarios (v.g. la violencia contra hijos que no son propios) (Daly & Wilson, 2018) o comportamientos desadaptativos (v.g. abarrotarse de dulces y grasas) (Lierberman, 2014). Teniendo en cuenta estas consideraciones, se hace más claro que ciertas críticas provenientes de la epigenética (el estudio de la interacción entre el genoma y el ambiente) como contrapuestas a la PE están mal guiadas. La epigenética hace referencia a los mecanismos no genéticos (no explicables debido a la secuencia del ADN) que altera o regula la expresión génica, a corto o largo plazo, y, por tanto, define el fenotipo del organismo (Delgado, 2014a; Delgado, 2014b). A veces, el proceso de regulación génica equivale a activar o desactivar un gen y este efecto puede transmitirse de una generación a otra sin afectar el código del ADN, sino encendiendo o apagando el gen (Scott-Phillips, Dickins & West, 2013). Gemelos idénticos monocigóticos comparten la misma secuencia de ADN, pero la expresión del genoma (su fenotipo) varía (v.g. no coinciden en la misma personalidad, uno desencadena una enfermedad mientras el otro no), debido a sus distintas experiencias o ambientes (diferentes relaciones sociales, estilos de dieta, aficiones, vicios, niveles de estrés, etc.) (Spuch & Agís-Balboa, 2014). 98 Se ha tratado la epigenética como una explicación distal (Scott-Phillips, Dickins & West, 2013), pero esta explica cómo opera el organismo, no por qué opera de esa forma en particular. Veamos el siguiente ejemplo (Champagne, 2008): en condiciones de estrés, las madres tienden a cuidar menos a sus crías y estas, a su vez, cuidan menos a su propia prole; mientras que, en condiciones benignas, las madres incrementan el cuidado de sus crías y estas son más propensas a aumentar el cuidado de su prole. Se ha demostrado que esta divergencia es consecuencia, no tanto por la herencia genética, sino comportamental; es decir, el comportamiento de los padres altera el comportamiento de las generaciones posteriores. Esta es la plasticidad inducida por el ambiente, en la que un mecanismo próximo mapea el medio ambiente y calibra el fenotipo de acuerdo con ello (…) Una consecuencia de esta plasticidad frente a la variación ecológica es que dos organismos genéticamente idénticos pueden ser fenotípicamente diferentes, debido al hecho de que existen en diferentes ecologías y, entonces, tienen fenotipos calibrados diferenciados. (Scott-Phillips, Dickins & West, 2013, p. 44) Como veremos más adelante, la naturaleza humana universal, entendida como rasgos psicológicos adaptativos típicos de la especie, no implica invariabilidad individual o cultural. En suma, el objetivo de la PE no es la búsqueda de genes ni se halla comprometida necesariamente con ellos; es decir, que, si no se logra identificar los genes de las posibles adaptaciones, entonces es una empresa viciada. Tampoco resulta adecuado proponer la epigenética como una explicación distal, sino próxima, pues permite entender cómo los organismos se ajustan al ambiente, pero no por qué lo hacen de esa manera en particular. Lo que se debe exigir son evidencias que muestren que tal adaptación muestre características de diseño; es decir, que los efectos de ese rasgo hayan servido para resolver un problema adaptativo específico. En ese sentido, sus críticas exigen datos 99 que se refieren a explicaciones próximas, lo cual, en el mejor de los casos, confunde niveles de análisis y, en el peor, caen en la caricaturización (falacia del hombre de paja). 3.4.2. Ontogenia y neuronas El filósofo y científico Mario Bunge no escapa de este error. Su animadversión hacia la PE, a la que cataloga dentro de la psicología informacionista, se ha hecho patente en diversas publicaciones. En su libro “Filosofía de la psicología” (Bunge & Ardilla, 2002) indica que, entre los diferentes tipos de pseudo-explicación, se encuentra el teleológico que “consiste en imaginar metas, haya o no pruebas para ello” (p. 289) y menciona a Freud quien, según sus palabras, afirma que los síntomas neuróticos surgen con el fin de evitar la angustia. Efectivamente, ya Darwin criticaba a quienes creen que en la naturaleza o que los organismos tienden a un fin último (quizá guiado por la mano de un ser superior), pero él naturalizó las explicaciones teleológicas. No hay Creador que guíe la evolución de los organismos, sino que es el azar (las variaciones) y la necesidad (selección natural) quienes dan cuenta de este proceso; es decir, variaciones que tengan efectos beneficiosos sobre la diferencia reproductiva serán seleccionados y, con el tiempo, quienes poseen tales rasgos serán más frecuentes en las poblaciones, en contraste con quienes no los ostentan. En un sentido, la finalidad de la selección natural es producir adaptaciones, pero este es un proceso natural, no metafísico o trascendental. Si hay variedad, heredabilidad y diferencia reproductiva, la selección natural operará, de lo contrario, no lo hará (Mayr, 1988). Bunge no toma en cuenta estas consideraciones, a pesar de que formaban parte de un amplio debate (Ruse, 1983a, 2008; Cronin, 1995; Andrew, Gangestad & Matthews; 2002). Por ello, cuando se 100 pregunta el porqué de un fenómeno, él lo entiende desde una explicación próxima, sin considerar la distal46. Las invocaciones de la finalidad están desprovistas de poder explicativo (…) es verdad que miramos para ver, pero es un hecho que hay que explicar (quizá encontrando que la activación de los lóbulos prefrontales ‘prepara’ la corteza visual y así facilita el funcionamiento de esta última. (Bunge & Ardilla, 2002, p.289) Ya que nos encontramos en el ejemplo sobre explicación (o pseudo-explicación) teleológica, se esperaría que se corrija y aclare el sentido en el mismo nivel de análisis, pero no es el caso. El por qué distal, en corto, afirmaría que vemos, porque tuvimos antepasados que lo hacían y ello fue evolucionando, dado que tenía un impacto en la reproducción diferencial. Esta confusión es común: Ahora que los psicólogos evolucionistas están hablando persistentemente sobre ‘mecanismos’ (…), ellos necesitan poner énfasis en los problemas subyacentes de causalidad y superveniencia [cómo opera el cerebro] en lugar de simplemente hacer suposiciones computacionales sobre la naturaleza de los procesos subyacentes. (Panksepp & Panksepp, 2000, p. 118) En ausencia de una teoría neurobiológica establecida de cómo (o de hecho si) los genes que sesgan el crecimiento y las conexiones de las neuronas durante el desarrollo influyen en los estados 46 Y cuando considera la evolutiva se muestra reticente. Señala que la explicación evolucionista apela a ventajas y desventajas selectivas de un rasgo conductual o mental, “por ejemplo, se ha sostenido que la evolución de la capacidad para sentir dolor se debe a su valor para la supervivencia, pues nos permite identificar estímulos nocivos y, por ende, evitarlos. Sin embargo, también se puede suponer que un umbral elevado de dolor en circunstancias críticas (por ejemplo, el parto o la batalla) confiere ventaja selectiva” (Bunge & Ardilla, 2002, p. 291). No se entiende bien cómo su réplica podría ser relevante ya que, en general, el dolor es un rasgo adaptativo (Woolf, 2010), lo que no implica que se posea la misma resistencia al dolor en cada parte de nuestro cuerpo, ni que sean iguales en hombre o mujeres o se rechace la posibilidad de que existan dolores no adaptativos o maladaptativos. 101 psicológicos relevantes, se carece de una parte fundamental de vía causal. (Laland & Brown, 2002, p.185). Peor aún, a veces se le suele imputar a la PE de que la postulación de módulos psicológicos implica que, a nivel cerebral, se dé solo en una parte específica del cerebro (Buller & Hardcastle, 2000; Gould, 1991). Para clarificar si la modularidad cerebral de dominio específico es una realidad física, la psicología evolucionista y las neurociencias deben basarse en la evidencia existente de la estructura y función del cerebro para respaldar todas las afirmaciones que intentan dilucidar cómo funciona la mente y el cerebro. (Panksepp & Panksepp, 2000, pp. 118-120) Sin embargo, solo se resalta su funcionalidad especializada y es compatible con que puede estar en una parte o en más regiones del cerebro (Cosmides, & Tooby, 1987; Tooby & Cosmides, 1992; Barrett, & Kurzban, 2006). Este punto es importante, porque la PE propone rasgos psicológicos evolucionados que resuelven problemas adaptativos específicos, pero no menciona cuáles son los correlatos neuronales específicos que forman el circuito de tales rasgos propuestos ni en qué parte particular del cerebro se procesa. Bunge concluye que la PE “concibe la mente como un ente en sí mismo, distinto y separado del cerebro, y capaz de trabajar con autonomía e incluso de mirar dentro de sí mismo” (Bunge & Ardilla, 2002, p. 121). Un hermoso non sequitur a todas luces. Este parece ser el mayor incomodo de Bunge para desacreditar la PE. Por ejemplo, en su Diccionario de filosofía (2001), afirma lo siguiente: Funcionalismo. La tesis según la cual en todos los casos lo único que se necesita son informes funcionales. Esta tesis es popular entre los biólogos moleculares, los psicólogos 102 cognitivos de la escuela computacionalista [v.g. la PE] y los filósofos idealistas de la mente. El funcionalismo es un obstáculo a la investigación científica y tecnológica, pues desalienta el descubrimiento de los mecanismos (…) inhibe la búsqueda de los mecanismos profundos [resaltado en el original]. (p. 90) En su libro “Las pseudociencias ¡Vaya Timo!” (2012) afirma que la psicología computacionalista es acientífica, pues se aísla a sí misma con respecto a la neurociencia y la ciencia social, y el aislamiento disciplinar es un indicador fiable de la falta de cientificidad (…) solo enmascara nuestra ignorancia sobre los mecanismos neuronales (recordemos que no hay explicación verdadera sin mecanismo y que todo mecanismo es material (…) valga lo dicho como muestra de pseudociencia. (p.54) Acusaciones similares47 encontramos en su libro “Pseudociencia e Ideología” (1985, pp. 83-87). Efectivamente, los circuitos cerebrales procesan información, por lo que una explicación completa de un output requerirá la descripción sobre el tipo de información representada y procesada, pero esta pueda ser obtenida sin saber al detalle los mecanismos neurales; es decir, no depende del conocimiento de su instanciación física, sino que muestre evidencia de que el mecanismo de aprendizaje especializado ha sido diseñado por la evolución para solucionar una tarea adaptativa específica; la cual sería su función. (Tooby & Cosmides, 2015; Lewis, Al-Shawaf, Conroy-Beam, Asao, & Buss, 2017). 47 Las investigaciones realizadas por la PE son multidisciplinarias e involucran nuevos descubrimientos sobre diversos fenómenos (genéticos, hormonales, neurales, etc.) (Barrett & Kurzban; 2006; Buss, 2015, 2019). Por ello, es un temor infundado, pues hay varios estudios que involucran un acercamiento neurocientífico (Krill, Platek, Goetz & Shackelford, 2007; Cosmides & Tooby, 2015). 103 Veamos el siguiente experimento mental. Imaginemos que se descubre que hubo civilización en Marte, ya que los robots que enviaron no solo muestran fotos nítidas en blanco y negro de la existencia de riachuelos, ríos y plantas, sino también huellas de animales y construcciones en forma de casas. Además, se ha encontrado un artefacto extraño: tiene forma triangular y posee un agujero grande en la parte superior y un complemento que sirve como tapa, y otro agujero, que está al lado derecho donde sobresale un tubo en forma de pico, y en el lado izquierdo, posee un asa. Su diseño no parece indicar que fue creado como arma de combate o instrumento de caza. A pesar de que el pico es un poco filudo, resultaría difícil que se use para cortar el cabello o las uñas, desmembrar carne de animales o labrar la tierra. Dado que tiene los rasgos de una tetera de tres lados con asa y pico, sus características reflejan que sirve para calentar líquidos, esa es su función. Es una conjetura razonable, a pesar de no saber de qué está constituido el material, cuánto pesa o de qué color es. La moraleja es que la evidencia de diseño especial es el criterio para afirmar que el rasgo de un organismo es una adaptación. De ahí que cabe preguntar si la hipótesis de un rasgo adaptativo posee propiedades que resuelvan ese problema en particular de forma precisa, eficiente, fiable y económica (William,1966). El rasgo debe mostrar una configuración especial para un propósito específico (la razón por la cual evolucionó) que ayude a resolver problemas adaptativos, ponderando los pros y los contras de los costos de tal diseño. En síntesis, la evidencia que apoya el postulado de una adaptación proviene de sus rasgos de diseño que predice. Por ejemplo, la teoría de la inversión parental de Trives (1972) señala que debido a la asimetría en las células sexuales en la que una aporta nutrientes (las hembras en mayor proporción) y el otro no (los machos en mayor proporción), las estrategias reproductivas serán distintas. Uno tenderá a querer aparearse con más hembras y a ser menos selectivos, por lo que competirán por 104 aquellos rasgos deseables por las hembras; la otra tenderá a ser más cauta al momento de emparejarse, dado que, si no recibe la ayuda correspondiente, está en riesgo tanto ella como sus crías. En ese sentido, el dimorfismo sexual producirá diferencias en distintos niveles (comportamental, fisiológico, anatómico), incluido el cognitivo (Ellis et al., 2008). Los psicólogos evolucionistas han postulado y han encontrado evidencias de que existen diferencias marcadas respecto a los celos románticos (Buss, Larsen, Westen & Semmelroth, 1992). La mujer no tendrá dudas de su maternidad respecto a su prole, pues en ella se da el embarazo, en cambio, para el padre este sí es un problema (sobre todo en un ambiente ancestral sin pruebas de ADN). Los celos de los hombres estarán sesgados en mayor proporción hacia señales de infidelidad sexual, mientras que los celos de las mujeres hacia indicios de infidelidad emocional (por la falta de compromiso en la relación a largo plazo y la pérdida de recursos). Asimismo, se identifican aspectos del rasgo postulado como adaptación para ver si existen otros rasgos que se integran para resolver el problema, lo cual haría improbable que ello se realice de forma azarosa; descartar que no sea un subproducto de una adaptación y, como cualquier otra hipótesis científica, cuán exactas y fiables son sus predicciones, si estas están mejor apoyadas que hipótesis alternativas y si con congruentes con otros tipos de evidencia (Schmitt y Pilcher, 2004). En suma, el criterio principal para testear una hipótesis adaptativa modular es si evidencia y predice un diseño específico para resolver problemas adaptativos específicos (Lewis, Al-Shawaf, ConroyBeam, Asao & Buss, 2017). 105 3.4.3. Variabilidad cultural y naturaleza humana. Recordando el primer ejemplo acerca de la monogamia o poligamia del ratón, una explicación distal apelaría a datos filogenéticos y procuraría alinear su explicación a factores que hayan aumentado su eficacia inclusiva. Es decir, el comportamiento monogámico se expandió, dado que la población de roedores escaseaba, por lo que adoptar una estrategia del cuidado de la pareja en vez de intentar aparearse con varias tenía mejores consecuencias en la multiplicación de sus genes. Análogamente, si deseáramos explicar la razón evolutiva del llanto de los niños se haría hincapié en que llorar es un comportamiento que incita la búsqueda de ayuda de su cuidador, pues aquellos niños que no lloraban tendían a sobrevivir menos o sufrir mayores dolencias. La explicación próxima del porqué llora el bebé podría apelar a factores externos: “la mamá dejó de amamantarlo”, “se cayó de su cuna”, “hace mucho frío y no está abrigado”; o internos, “su sistema límbico está alterado”, “tales hormonas no están funcionando como se debe”, “cierta parte del cerebro se activa cuando reciben estas señales”. Se las considera explicaciones próximas, porque dan cuenta de las causas inmediatas que desencadenan la expresión de un output (en este caso, el llanto). La distinción entre ambos tipos de explicaciones no se da de forma caprichosa o arbitraria, sino que es una consecuencia directa de la teoría de la evolución por selección natural (Ruse, 2008). Las adaptaciones se dan por un proceso de selección que discrimina rasgos de acuerdo con sus implicaciones en la eficacia inclusiva; en ese sentido, la selección producirá organismos que posean una serie de rasgos (físicos, químicos, comportamentales o mentales) que promuevan la expansión de sus genes (eficacia inclusiva). Por ello, los organismos parecerán haber sido diseñados (moldeados) para maximizar su reproducción diferencial, por lo que exhibirán formas funcionales (rasgos adaptativos) que den cuenta de ello (la forma refleja la función) (Mayr, 1983; Tooby & 106 Cosmides, 2015). Por tanto, si se quiere dar una explicación distal de la existencia de algún rasgo debo hacer referencia al efecto funcional que posee ese rasgo; es decir, de qué modo contribuye a la eficacia inclusiva (Gangestad, 2008). Estas distinciones son fundamentales para el paradigma del neodarwinismo (Dennett, 1999); sin embargo, no han sido adecuadamente distinguidas en la literatura respecto al entendimiento del comportamiento humano. Por ejemplo, Scott-Phillips, Dickins y West (2011) sostienen que una parte importante de la literatura basada en el entendimiento del altruismo o la cooperación no ha logrado discernirlo claramente. A la pregunta de nivel distal ‘por qué un individuo realiza un comportamiento en beneficio de otro’ (es decir, por qué existe tal comportamiento), se responde con uno de nivel próximo: ‘debido a la religión’, ‘a preocupaciones respecto a la culpa o alabanza’ o ‘rituales costosos’. Estas respuestas son factores que desencadenan respuestas inmediatas (v.g. generan comportamientos cooperativos), pero no explican por qué existe la cooperación en la población, pues una explicación distal de un rasgo menciona sus efectos en la eficacia inclusiva. No es que los estudios citados anteriormente sean poco valiosos, por lo contrario, ellos ayudan a explicar cómo los comportamientos cooperativos pueden conducir beneficios en la aptitud, de modo directo o indirecto. Nuestro punto es solo que ellos describen cómo la cooperación puede trabajar y no por qué trabaja. (p.41) Análogamente, sociólogos y antropólogos colocan énfasis en el aprendizaje y las experiencias de los individuos que son moldeados por la sociedad y la cultura que viven. Asimismo, apelan a la inmensa diversidad de comportamientos, vestimentas, rituales, sacrificios, actos egoístas, cooperativos, danzas, músicas, etc., para mostrar que es difícil, sino imposible, afirmar la existencia de una naturaleza humana inflexible que supuestamente tienen los Homo sapiens, pero 107 —sostienen— esta diversidad muestra que nuestra naturaleza es alta o infinitivamente moldeable, debido a la plasticidad general de nuestro cerebro. Se concluye que la variabilidad cultural se asienta en la plasticidad cerebral (McKinnon, 2012). Primero, cabe distinguir entre cultura emergente48 (evoked culture) y cultura transmitida (transmitted culture) (Nettle, 2009a). El primero se entiende como los outputs adaptativos (efectos de comportamiento o fisiológicos funcionales) que surgen (se activan) por la interacción entre las diferentes circunstancias locales (operan como inputs) y la arquitectura modular psicológica evolucionada. El segundo da cuenta de las ideas, valores, tradiciones o representaciones que existen inicialmente en una mente y se van transmitiendo hacia otras a través de la observación o interacción. Desde esta perspectiva, sostener la existencia de una naturaleza humana (adaptaciones psicológicas típicas de la especie) no implica invariabilidad cultural ni que la variabilidad fenotípica se basa en la variabilidad genotípica. Los saltamontes poseen la capacidad de poseer un cuerpo oscuro o verde si se los coloca sobre un fondo oscuro o claro, respectivamente. Esta variación no se basa en diferencias genéticas, sino que el desarrollo de uno u otro color se debe estrictamente al ambiente. En su historia evolutiva, la regularidad del ambiente donde solían habitar probablemente variaba entre fondos oscuros y claros, por lo que la selección ha configurado su estructura de modo que sea sensible a estos cambios ambientales, porque ello aumentaba su reproducción diferencial. “La capacidad para cambiar de color de acuerdo con las circunstancias locales es una característica genética del saltamontes, una característica que ha sido fijada por la selección natural”. (Nettle, 2009a, p.225) ‘Evocar’ en español tiene el sentido de ‘recordar’, por eso he preferido el término ‘emerger’, pues emerge de la interacción entre los módulos psicológicos y los contextos locales. 48 108 Análogamente, tenemos la cultura A que se caracteriza por la escasez de recursos y la cultura B donde hay abundancia de recursos. En la elección de una potencial pareja, son más deseados y atrayentes los cuerpos grandes en la cultura A, pero se prefiere los cuerpos más delgados en la cultura B. Afirmar que esta variación es simplemente cultural no es una explicación, sino una descripción de lo que sucede en ambas culturas, ya que no da cuenta del por qué se da este patrón cultural (escasos recursos, cuerpos grandes más atrayentes, abundante recursos, cuerpos delgados más atrayentes) ni por qué las diferencias entre sociedades se reflejan dentro de las sociedades (v.g. una clase social y económica baja en la cultura B tenderá a preferir cuerpos más grandes) (Nettle, 2009a). Asimismo, afirmar que las preferencias están determinadas por la cultura y asumir que esa es la explicación final de la variación cultural es confundir niveles explicativos. Efectivamente, los inputs de ambas culturas desencadenan distintos comportamientos, pero esa sería una explicación próxima, no última. En nuestra historia evolutiva, se ha recorrido diversos ambientes con altos y bajos recursos, la selección ha moldeado nuestra psicología para hacer frente a los desafíos adaptativos más recurrentes que se ha experimentado en nuestra filogenia, de modo que una estrategia eficiente era encontrar ciertos patrones y desencadenar respuestas particulares (Nettle, 2009b). En ese sentido, nuestra psicología evolucionada es sensible a las variaciones ambientales. La energía que se gasta en depositar grasa es energía desviada de otras funciones, y los cuerpos grandes hacen que varias actividades sean menos eficientes. Por tanto, si los recursos se mantendrán constantes y abundantes, se optimiza el éxito reproductivo al preferir un cuerpo pequeño para uno mismo y su pareja. No obstante, las reservas de grasa tienen una ventaja crucial si es probable que el flujo de recursos sea intermitente, ya que 109 permiten amortiguar la escasez. Por tanto, en un entorno donde es probable que exista tal escasez, es ventajoso preferir un cuerpo más grande para uno mismo y crucialmente —si eres hombre— para la madre de tus hijos. (Nettle, 2009a, p.228) Dada nuestra historia evolutiva, el patrón se explica a partir de una psicología evolucionada cuya función es modificar las preferencias corporales de acuerdo con las condiciones ambientales locales. En ese sentido, el patrón cultural emerge de la arquitectura mental modular evolucionada en interacción con los inputs ambientales particulares. La cultura emergente es una explicación distal, pues la capacidad de variar las preferencias corporales según la disponibilidad de alimento se entiende como una adaptación que mejora la eficacia inclusiva. Por esta razón, David Buss sostiene que “el mito de la cultura como una explicación causal, independiente de la psicología evolucionada de los humanos debe ser rechazada” (2001, p. 970). Finalmente, “la cultura emergente, entonces, es un concepto útil para explicar la diversidad y el cambio culturales, dentro y entre las sociedades” (Nettle, 2009a, p. 230). No obstante, ello no agota todo lo concerniente a la cultura, dado que aquí no se da cuenta del contenido de los rituales, danzas, rituales, etc. La cultura transmitida, por su parte, suele dar este tipo de explicaciones y los antropólogos son especialistas en informarnos con detalle de ello (Henrich, 2017; Cochran & Harpending, 2009). 110 CAPÍTULO IV UNA DEFENSA DE LA HIPÓTESIS DE LA MODULARIDAD MASIVA (HMM)49 La Psicología Evolucionista (PE) sostiene la hipótesis de la modularidad masiva (HMM), en el que la mente es entendida como un conjunto de módulos que cumplen una función específica para revolver problemas adaptativos recurrentes en nuestro ambiente de adaptación evolutiva. Este conjunto formaría parte de la naturaleza humana y el objetivo de la PE es identificarlos y explicarlos en términos distales. Sus detractores arguyen que la concepción modular es inconsistente con el conocimiento teórico y empírico actual. A partir de los trabajos de Carruthers, Crawford, Barrett y Kurzban defenderé que varias de las críticas contra HMM asumen la concepción modular de Fodor (F-módulos), quien enfatiza el aspecto intencional. Sin embargo, la PE destaca la funcionalidad biológica, concibe los módulos como rasgos adaptativos que evolucionan por sus efectos en la reproducción diferencial; es decir, módulos darwinianos (Dmódulos) y los entiende como sistemas de procesamiento de información. Ello les da un matiz distinto al carácter innato, encapsulado y de dominio específico de la concepción modular, por lo que las implicancias y los supuestos teóricos y empíricos también varían. Finalmente, aclaradas estas confusiones conceptuales y brindando evidencia factual, se concluye que la HMM es epistemológicamente viable. 4.1. Introducción El abordaje de la mente ha suscitado una serie de teorías de lo más variopintas. Antes de 1960, se la consideraba como una caja negra y las especulaciones sobre sus contenidos poco científicas. Posteriormente, la llamada “revolución cognitiva” permitió abordar la estructura 49 El presente capítulo es una ampliación del artículo que próximamente será publicado en la revista Tesis (2021). 111 interna mental a través de describir las relaciones sistemáticas entre inputs informativos y outputs comportamentales (Barret & Kurzban, 2006). Este nuevo lenguaje informático/computacional permitía describir de forma más precisa los procesos, las propiedades, las operaciones y la arquitectura regulatoria de los mecanismos psicológicos especializados en procesar información y que posibilitaron la moderna ciencia de la mente y sus bases físicas (Corrêa , 2018; Donato, 2018). Hacia finales de los 80 e inicios de los 90 se fue gestando la fusión de las ciencias cognitivas con una visión adaptacionista, lo que se catalogó como la “segunda revolución cognitiva”. El libro Adaptative Mind (1992) de Lesda Cosmides y John Tobby; agrupó una serie de artículos de destacados intelectuales (Steven Pinker, David Buss, Donald Symons, Margo Wilson, entre otros) y fue muy influyente en los nuevos avances del comportamiento y la mente humanos. El razonamiento era sencillo. Así como los organismos poseen rasgos físicos, químicos o fisiológicos que han sido moldeados por la selección natural, también el cerebro (un sistema físicoquímico) pasó por este proceso influyendo así en nuestro comportamiento, es decir, promoviendo ciertos comportamientos en vez de otros según los efectos que incidan en la eficacia biológica. Sin embargo, la selección natural no selecciona comportamientos en sí mismo, sino los mecanismos mentales que la hacen posible, pues estos regulan el comportamiento, así como el desarrollo y el cuerpo adaptativamente en respuesta a ciertos tipos de inputs para encarar problemas adaptativos concretos (Cosmides & Tooby, 1987). Ello permite realizar predicciones y proporcionar explicaciones sobre comportamientos manifiestos que esos mecanismos mentales generan o regulan (Schmitt, 2008). Dado que estos mecanismos resuelven problemas adaptativos puntuales recurrentes en el pasado ancestral se esperaba que la mente sea masivamente modular y no un mecanismo de procesamiento de información general. Sin embargo, desde sus inicios, su concepción modular dio 112 paso a una serie de controversias. En 1983, el filósofo Jerry Fodor publica “The Modularity of Mind”, un libro sumamente influyente y que abrió nuevos caminos para posteriores investigaciones. Se tendía a no diferenciar su caracterización (la cual llamaré ‘F-módulo’) de la postulada por los psicólogos evolucionistas, quienes hacen hincapié en la especialización funcional (por ello, los considero módulos a la Darwin o ‘D-módulos’). Ian Sthepen (2014) piensa que se gana poco formalizando prematuramente la fundación de la PE, pues se estaría colocando la teoría antes que la data. Es correcto sostener que, en última instancia, serán las futuras investigaciones las que arrojen luz sobre esta controversia. Sin embargo, algunas críticas han mal interpretado la teoría y, a partir de estos equívocos, han desestimado completamente la PE. Pietraszewski y Wertz (2021) sostiene que el debate no solo sobre el grado de modularidad, sino sobre el significado mismo de ‘modular’ ha sido una historia de permanentes malentendidos, por lo que básicamente no hubo un debate propiamente dicho. Esta ‘confusión modular’ (the modularity mistake) no ha permitido distinguir distintos (no necesariamente contradictorios) niveles de análisis; en concreto, el nivel intencional (bando de Fodor), el nivel funcional (bando de la PE) y el nivel de instanciación física (implementational level) (bando neurocientífico). Esta situación no se puede tomar a la ligera, pues “a engañado a toda una generación de científicos sobre la evolución y la mente, y activamente obstaculiza el progreso en la comprensión de cómo funciona la mente” (Pietraszewski & Wertz, 2021, p.4.). Por ello, el objetivo del presente ensayo es aclarar esta confusión; específicamente, entre los módulos según Fodor y la PE. En primer lugar, describiré los F-módulos y los D-módulos destacando los rasgos modulares que más han causado confusión como dominio específico, encapsulado e innato. En segundo lugar, mostraré y explicaré mediante argumentos teóricos 113 (provenientes de la filosofía de la mente y la filosofía de la biología) y evidencias empíricas, cómo los detractores de la hipótesis de la modularidad masiva (HMM) han errado en distinguir la caracterización funcional de la PE basándome principalmente en los trabajos del filósofo Peter Carruthers, los psicólogos Charles Crawford y Robert Kurzban, y el antropólogo Clark Barrett. Finalmente, concluiré que la concepción modular de la PE ha mostrado ser epistemológicamente viable, pues poseen evidencia empírica y sustento teórico robusto. 4.2. La modularidad según Fodor En 1983, Fodor popularizó la concepción modular de la mente. Su propuesta hacía referencia a un modelo teórico de organización jerárquica (arquitectura mental) compuesto por tres sistemas: 1) procesador central (sistema de cognición inteligente), 2) módulos (se hallan en la región cerebral periférica y actúan desde el material recibido por los trasductores), 3) trasductores (captan información ambiental mediante los sentidos). Inician el procesamiento de información de los inputs externos. Desde esta perspectiva, los F-módulos poseen las diversas características, pero nos centraremos en estas: Dominio específicos: restringidos a ciertos tipos de contenidos que constituyen sus inputs (solo procesan ese tipo en particular) y que poseen sus propios transductores Encapsulados: la información de cada módulo está restringida a cada uno de ellos sin existir comunicación ni influencia de otra parte del sistema (específicamente de niveles más altos de procesamiento). Innatos: no es aprendido por el individuo, sino que viene con él, pues posee un componente genético fuerte en el sentido de que ejerce un control difícil o imposible de evitar o modificar por el ambiente y el aprendizaje. 114 Fodor defiende la modularidad para el lenguaje o partes de la percepción y la rechaza para las capacidades cognitivas como raciocinio, inferencias, creencias, etc. Su visión fue sumamente influyente y abrieron nuevas líneas de investigación. Sin embargo, generó también una serie de problemas conceptuales y confusiones a los ojos de los psicólogos evolucionistas, pues melló o hizo más difícil entender la D-modular inspirada en la biología y necesariamente asociada a la funcionalidad (Buss, 2019). 4.3. La modularidad según la psicología evolucionista El abordaje de la PE le da un matiz distinto a cada una de estas características. En principio, si consideramos modular un rasgo que posee una función específica para resolver un problema particular, entonces ello se da a nivel celular, hormonal, en tejidos u órganos, así como en características anatómicas o fisiológicas. En ese sentido, la modularidad masiva permea todos los aspectos de los organismos (es universal), porque es más eficaz y confiable en la solución de problemas de adaptación que un dominio general (Gangestad, 2008). La PE extiende este razonamiento al nivel de lo mental. Debido a que los problemas adaptativos son problemas de procesamiento de información (qué tipos de inputs detectar, en qué momentos, cuán rápido responder, sobre qué dominio específico) se necesitan mecanismos de aprendizaje especializados que permitan filtrar información, procesarla y dar con la solución del problema adaptativo de forma eficiente. Las diversas presiones selectiva recurrentes que subyacen a entornos ancestrales nos dan pistas de cómo ha sido configurada la mente humana. En el Homo sapiens, la hominización ocurrió en el Pleistoceno (un periodo que abarca entre hace 2 millones de años y culminó hace 10 mil años con la llegada de la agricultura). El hecho de haber vivido la mayor parte de nuestra historia evolutiva —un 99%— en bandas de cazadores-recolectores de 115 aproximadamente 150 individuos (Dunbar, 1992, 1998) incide en nuestra psicología, pues allí ha surgido el conjunto de adaptaciones que poseemos (Barkow, Cosmides & Tooby,1992). Problemas como encontrar pareja, buscar comida, evitar alimentos tóxicos, identificar emociones, saber con quién cooperar, etc., han moldeado la cognición y el comportamiento para hacerles frente (Al-Shawaf, Lewin, Wehbe& Buss, 2019). En esta visión, la selección no se aplica directamente al comportamiento, sino mediante sistemas de procesamiento de información especializados (D-módulos), estos competirán (quién resuelve de forma más eficaz el problema en concreto) y evolucionarán a través de generaciones en interacción con inputs externos (físicos o sociales) e internos (estados del organismo) para generar comportamientos manifiestos (Cosmides & Tobby, 1987). Estas adaptaciones las entenderemos como D-módulos y su configuración se expande, pues ayudó a resolver un problema adaptativo recurrente en nuestra AAE, filtra una parte restringida de inputs (el tipo de inputs le muestra al organismos qué problema adaptativo encara), ese input se transforma en output mediante reglas o procedimientos de decisión (v.g. ‘Si-entonces’), el output se refiere a una actividad fisiológica, información para otros D-módulos o la expresión de un comportamiento manifiesto y el output de ese D-módulo se enfoca en resolver un problema adaptativo particular (Buss, 2019, pp. 105-108). En síntesis, desafíos adaptativos recurrentes de nuestro AAE requieren soluciones que puedan capturar esos patrones; por esta razón, se requiere D-módulos, pues actúan de forma eficiente al capturar inputs relevantes y producir outputs que resuelvan tales desafíos. Debido a que son problemas de procesamiento de información particulares requieren mecanismos de procesamiento de información particulares cuyos efectos inciden en la eficacia biológica; por ello, han sido seleccionados en un ambiente ancestral para cumplir una función específica. Veamos brevemente el contraste de los D-módulos con los F-módulos: 116 Dominio específico: las adaptaciones evolucionan para cumplir funciones específica, esto es, resolver problemas en dominios particulares, por ello son menos adecuadas para resolver problemas en otros dominios (Barrett & Kurzban, 2006). Encapsulado: las operaciones internas de un módulo no pueden basarse en ninguna información retenida fuera de ese módulo, esto no es afirmar que el sistema no pueda acceder a ninguna información almacenada, por su puesto, ya que podría tener su propia base de datos, en la cual consultar durante sus operaciones. (Carruthers, 2006, p. 5) Innato: Contiene información sobre el problema ambiental que miembros de esa especie ha enfrentado, así como su solución, el cual está codificado en los genes por la selección natural. En el momento de la concepción, esta información está disponible para un organismo en desarrollo. Durante el desarrollo, copera con la información del entorno del desarrollo actual para producir el fenotipo de la adaptación. (Crawford, 2008, p. 201) 4.4 Discusión sobre la caracterización de los rasgos modulares Si bien las evidencias empíricas son fundamentales para el avance del conocimiento, los debates teóricos también se deben tomar en cuenta, ya que es posible malinterpretar una perspectiva y asumir que esa visión conlleva supuestos erróneos o posee consecuencias inadmisibles. Esto tiene como consecuencia guiar las investigaciones por un camino errado o desechar arbitrariamente teorías o hipótesis valiosas. Veremos que esta situación sucede en las controversias sobre la viabilidad epistemológica de la PE. 117 4.4.1 Innato Se ha interpretado la PE como sosteniendo una postura genética fuerte, casi en el sentido de determinismo genético (la idea de que los genes controlan el comportamiento) (Rose, 2000). A partir de esa errada interpretación a) se pregunta dónde están los supuestos genes o cuál es la base genética para tal comportamiento si es que existe (Lewontin, Rose & Kamin, 2003), b) muestran evidencia de que las experiencias sí influyen en nuestros pensamientos y acciones como si ello contradijese a la PE (Peter, 2013), c) asumen que la variedad de comportamientos a nivel cultural mostraría que los genes y, por ende, los supuestos módulos psicológicos evolucionados, si es que existen, poseen poca o nula influencia (McKinnon, 2012). a) En busca de los genes La viabilidad epistemológica de la PE no depende de encontrar los genes para algún comportamiento en particular, puesto que no se necesita tal conocimiento para explicar un rasgo adaptativo, sino las evidencia de diseño (eficiente, económico, complejo, modular, funcional, etc.) que el supuesto rasgo posee (Williams, 1966). Aunque careciéramos de la más mínima información sobre cuáles son los genes involucrados en nuestros ojos que permiten una visión particular, su diseño muestra que están configurados para ver de ciertas formas y no de otras, mejor en unas circunstancias y no en otras, distinguen un rango de tamaño, etc. (Puell, 2006). El rasgo debe mostrar un diseño para un propósito específico, pues esta es la razón por la cual evolucionó; es decir, los efectos de su diseño ayudaron a incrementar la eficacia inclusiva (Lewis, Al-Shawaf, Conroy-Beam, Asao & Buss, 2017). Ciertamente, un ojo es un rasgo palpable y observable, no así los módulos mentales. Por ello, luego de detectar un posible módulo mental, la PE realiza hipótesis y predicciones al respecto. Por 118 ejemplo, se postula que poseemos un D-módulo sesgado en aprender fácilmente a detectar señales (inputs) de animales que fueron una amenaza constante en nuestro ambiente ancestral (específicamente, a las serpientes) y a responder (outputs) rápidamente al respecto (deteniéndose, huyendo o luchando) (Öhman, 2001). Este D-módulo actúa así: “Si percibes señales de una serpiente, ¡huye!”. Esta regla de decisión fue esencial, pues incidía positivamente en la eficacia inclusiva. Quienes percibían señales de serpientes y no se alarmaban o las acariciaban, no propagaron sus genes en comparación con quienes sí se mostraron atentos. Asimismo, se apela a una red nomológica de evidencias (fisiológicas, médicas, interculturales, filogenéticas, etc.) (Schmitt & Pilcher, 2004). La validación de las hipótesis de los D-módulos dependerá de cuánta evidencia posea. En el caso del ejemplo anterior, existe distintos tipos de evidencias que la confirman (Öhman, 2003). Lo fundamental hasta aquí es que las hipótesis de la PE buscan explicar el fenómeno a un nivel distal, no próximo. La explicación próxima responde a la pregunta “¿cómo funciona ese organismo” mediante la descripción de su ontogenia y sus mecanismos, mientras que la explicación distal responde a la pregunta “¿por qué funciona ese organismo de esa manera?” mediante la descripción de su filogenia y su significancia adaptativa (Tinbergen, 1963; Nesse, 2013, Alcock, 2009). La búsqueda de genes corresponde a una explicación próxima, no distal. Asimismo, quizá el lenguaje intencional de frases como “existe un gen X para el rasgo Y” o “el rasgo comportamental Y posee un módulo mental X” hallan llevado a confusión. Con ello, solo se enfatiza que la expresión de un rasgo, y su respectivo efecto por el cual fue seleccionado, posee un componente genético significativo, el cual no descarta las condiciones específicas de fondo ni la interacción con el ambiente (Crawford, 2000). 119 b) ¿Las experiencias importan? Es posible distinguir entre entorno ecológico (v.g. tipos de parásitos, flora y fauna), entorno social (v.g. normas culturales) y entorno interno (v.g. la carga de mutaciones de un individuo) (Lewis et al., 2017). Los D-módulos son sensibles a ellos, pues han evolucionado para extraer información específica de acuerdo con los desafíos recurrentes del entorno ancestral, por lo que diferentes entornos pueden conllevar distintos tipos de informaciones pertinentes para computar y encarar problemas adaptativos, lo cual resulta en diferentes outputs. En ese sentido, la existencia de rasgos psicológicos evolucionados es sensible a los contextos, no se niega las influencias ontogenéticas, ecológica, sociales o culturales, por tanto, no se espera que se expresen en todos los entornos conocidos 50 (Tooby & Cosmides, 2015). Los rasgos psicológicos son rasgos disposicionales, se expresan de un modo en particular si se dan ciertas condiciones. Los callos son rasgos disposicionales, aparecen cuando hay fricción, de lo contrario no. Veamos un ejemplo. Organismos que causan enfermedades han sido prevalentes en nuestra historia evolutiva y han ejercido una fuerte presión selectiva (Ackerman et al., 2009), por lo que poseer mecanismos que ayuden detectar señales tempranas de patógenos e inciten a evadirlos (en términos comportamentales) serían beneficiosos. Se postula que los individuos de regiones que históricamente han padecido tasas más altas de enfermedades infecciosas mostrarán una menor apertura a la experiencia, sociosexualidad y extraversión, pues tales acciones disminuyen la posibilidad de infecciones, tal hipótesis ha encontrado evidencia (Schaller & Murray, 2008). Asimismo, los patógenos afectan la morfología durante el desarrollo (los hace más asimétricos). Unos estudios han mostrado que quienes viven en zonas con alta densidad de parásitos prestan Peor aún creer que la PE sostiene que “los mecanismos innatos mentales gobiernan todo el comportamiento humano” (Herrnstein-Smith, 2005, p. 130) o que todos los rasgos mentales son adaptativos (Smith, 2020), pero la PE toma en cuenta las diferencias entre adaptaciones, efectos incidentales de las adaptaciones y ruidos (Hagen, 2005). 50 120 mucho más atención e importancia al atractivo físico de sus parejas (Gangestad & Buss, 1993, Ainsworth & Maner, 2019). Según Corrêa, Cabral dos Santos, Piccoli & Raad (2017) cada producto de la evolución (incluido los módulos mentales) conlleva un proceso de maduración, debido a que pasan por procesos ontogenéticos particulares y se van desenvolviendo de acuerdo con periodos adecuados según la ventaja adaptativa en cuestión51. Por ello, las experiencias en distintas etapas de la vida de un individuo son relevantes en la expresión de los D-módulos. c) ¿Es posible conjugar la variedad comportamental con los rasgos psicológicos innatos? A lo que la PE hace referencia es a los sistemas de procesamiento de información especializados y no a la universalidad del comportamiento manifiesto (Tooby & Cosmides, 1990). Veamos, Thornhill (1980) investigó las tácticas reproductivas del “escorpión volador” (Panorpa), los machos (a) consiguen un insecto muerto y copulan mientras la hembra se lo come (b) generan una masa de saliva proteica como regalo nupcial (c) si no les es posible (a) ni (b) intentan forzar a la hembra para aparearse. Los machos adultos disponen de todas estas tácticas, la aplicación dependerá de la habilidad competitiva de los machos relativas a las contingencias de los factores internos y externos. La táctica (a) es más exitosa si los machos detentan mayor habilidad competitiva; en contraste, la (c) si es mucho menor. Al respecto, Crawford (2008) propone un experimento mental valioso para una mejor comprensión de la interacción entre T-módulos y variación individual y ambiental: 51 Cabe diferenciar entre una adaptación innata y el fenotipo de una adaptación (Crawford, 2008). El primero da cuenta de la información y la solución, codificada en los genes por selección natural, sobre los problemas ambientales que fueron recurrentes para los miembros de una especie, lo segundo puede no contribuir a la eficacia biológica en un momento particular del tiempo evolutivo donde el organismo vive actualmente; por lo que cabe la posibilidad de producirse situaciones de desadaptación. 121 Suponga que trillizos idénticos de escorpiones voladores residen en diferentes ambientes en competición macho-macho. El trillizo A reside en un ambiente de intensa competición machomacho. El trillizo B reside en un lugar de competición moderada. Finalmente, el trillizo C reside en un ambiente donde la competición macho-macho está ausente. ¿Cuán diferentes serán sus comportamientos? El intento de forzar una copulación estará ausente en el ambiente del trillizo C; el cual está libre de competición. Sin embargo, esta táctica será usual en el ambiente de intensa competición del trillizo A. La táctica de la masa proteica será una táctica de apareamiento frecuente en un ambiente de moderada competición del trillizo B. Finalmente, la táctica del insecto muerto será una táctica vista en el ambiente del trillizo C. Debido de que los trillizos machos de escorpiones voladores son genéticamente idénticos, las diferencias genéticas entre ellos no pueden contribuir a las diferencias en su comportamiento de cortejo. Entonces, la heredabilidad de las tácticas es cero. Sin embargo, los genes de los tres machos—y, en efecto, los genes que cada macho de escorpión volador tiene— han contribuido al desenvolvimiento de los comportamientos antes vistos. [Si bien es verdad que los diferentes ambientes están produciendo las diferencias de comportamiento y que las diferencias genéticas no están involucradas, las diferencias ambientales actúan a través del mecanismo de procesamiento de información genéticamente innato que todos los escorpiones voladores poseen]. Por tanto, los genes que cada macho escorpión voladores poseen está profundamente involucradas en la producción de todas esas diferencias de comportamientos. ¡Cero heredabilidad no implica que los genes no afectan el desarrollo! (pp. 204-205) Por tanto, señalar la variedad de comportamientos a nivel cultural como refutación automática de los D-módulos no resulta satisfactorio, puesto que estos pueden darse a través de D-módulos o efectos asociados a los D-módulos (efectos secundarios). Estos estudios muestran que la 122 postulación de una naturaleza humana universal 52 ligada a sistemas de procesamientos de información especializada no implica invariabilidad cultural, por el contrario, si tales sistemas son sensibles a la variedad de inputs culturales da como resultado outputs variables culturalmente53 (Al-Shawaf, Lewin, Wehbe & Buss, 2019). 4.4.2 Encapsulado Figura 9. Ilusión óptica de Roger Shepard (1990) Al observar ambas mesas, nuestro cerebro las interpreta como si no fueran iguales, pero lo son. Los paralelogramos sobre las mesas son idénticos, incluso si tenemos conocimiento (realizamos las mediciones correspondientes) de que son iguales las seguimos percibiendo como distintas. Nuestros estados cognitivos no varían a pesar de la información nueva recibida. Incluso aunque deseáramos percibirla tal como es, parece que estamos impedidos cognitivamente de La idea de una naturaleza humana (entendida como el conjunto de rasgos adaptativos típico de la especie) no implica que cada adaptación sea idéntica, dado que existen variaciones individuales, sociales o económicas. Todos tenemos corazones, riñones o hígados que cumplen las mismas funciones, pero debido a distintos factores (v.g. problemas genéticos, complicaciones en el desarrollo, mutaciones, exposición a un ambiente de gran altitud) no son idénticos. El estómago de un niño nacido en la población más humilde de Ayacucho no es el mismo que uno nacido en el sector económico más acomodado de Lima, aunque sus estómagos cumplen funciones similares no son idénticos. Análogamente, un D-módulo será sensible a las experiencia y factores coyunturales. Las mamíferas embarazadas son sensibles a las hormonas (progestina, estrógeno y prolactina) que libera la placenta del feto para maternalizar su cerebro. Además, durante el embarazo y en el momento del nacimiento, el aumento de oxitocina desencadena conductas de preocupación hacia sus bebés (abrigarlos, amamantarlos, limpiarlos, etc.). No obstante, si la madre es adicta a las drogas (v.g. cocaína o heroína) suele mostrar una conducta menos maternal, pues los efectos de estos estupefacientes supera los efectos de los opiáceos endógenos que producen satisfacción por el bienestar de su bebé (Churchland, 2015, p. 46). 53 Otros comportamientos no estarán asociados a los D-módulos (se tiene en cuenta el ruido y los efectos secundarios). También, la evolución cultural, sobre todo en los últimos 10 mil años, ha sido sumamente rápida e influyente (Cochran & Harpending, 2009). 52 123 hacerlo. Ello mostraría que el procesamiento de información posee un filtro que captura inputs específicos, sus operaciones internas son automáticas y no pueden basarse en ninguna información mantenida fuera de ese sistema (la información está encapsulada) (Fodor, 1983). Fodor (2000) distingue entre dos tipos de arquitecturas cognitivas bien marcadas: “La gran división es entre nociones de modularidad que implican información encapsulada y nociones de modularidad que no la implican” (p.56). Esto supondría que a) cada módulo sea independiente y que incluso se encuentren en algún lugar particular del cerebro (Buller & Hardcastle, 2000; Gould, 2000), b) los módulos, al ser automáticos, deberían responder rápidamente al filtrar los inputs específicos para los cuales están configurados (Fodor, 1983). a) Sobre la independencia modular y su ubicación cerebral Son los F-módulos que se caracterizan por ser fuertemente encapsulados (sus operaciones internas no pueden ser basarse en ninguna información mantenida fuera de ese sistema), pero no necesariamente los D-módulos que remarcan la funcionalidad encapsulada, los cuales son compatibles con las ciencias de la computación (Hagen, 2005). En otras palabras, lo que está encapsulado, desde un punto de vista evolucionista, es la función, no la data en sí misma. Los problemas adaptativos, desde la visión computacional, se entienden como problemas respecto a qué tipo de información se deben filtrar o procesar. Sin embargo, los módulos propiamente dichos, a consideración de Fodor (2000), sería solo aquellos informacionalmente encapsulados; lo cual constituye una visión no necesariamente errónea, sino distinta dado que su análisis se da a nivel intencional, no funcional (Pietraszewski & Wertz, 2021). Los D-módulos poseen un filtro que deja pasar ciertos inputs y desestimará toda la demás información contenida en la mente, solo los procesos encapsulados pueden ser tanto austeros 124 (frugal) en la captación de cierta cantidad inputs (la información requerida) para su normal funcionamiento y en la complejidad de los algoritmos que se despliegan para procesar la información (Carruthers, 2006). “La evolución favorecerá una variedad de heurísticas de búsqueda que sean suficientemente buenas sin ser exhaustivas” (Carruthers, 2006, p.15) y que la computabilidad de inputs sea satisfactoria en lugar de óptima (Cosmides & Tooby, 1987). Por tanto, resulta plausible sostener que, desde una visión funcional, en un sistema encapsulado modular “las operaciones internas no pueden verse afectadas por mucha o toda información retenida en la mente en el curso de su procesamiento” (Carruthers, 2006, p.16). Ello indica que los módulos no son completamente aislados, pueden interactuar con otros módulos y ser susceptibles de formar redes integradas. Esta errónea interpretación de los módulos como siendo carente de interacción es asumida incluso por algunos defensores de la PE. El psicólogo Darren Burke (2014) en su artículo “Why isn’t everyone an evolutionary psychology” defiende la PE de sus detractores e incentiva a no temer (por sus supuestas implicaciones éticas o políticas) o mostrar un escepticismo radical sobre este abordaje que tantas contribuciones valiosas ha mostrado. Sin embargo, se muestra receloso de la tradicional visión cognitiva computacional y modular de la PE, pues él prefiere un enfoque cognitivo que prime “las interacciones dinámicas e integradas entre el organismo y el medio ambiente, este es un ajusto mucho más natural para un enfoque evolutivo” (p.3). La idea subyacente a la creencia de que los módulos son totalmente independientes es que el fallo de una adaptación mental no afecta a otra; lo cual sería evidencia de su falta de integración. Al respecto, el caso del autismo es sugerente. Dado que los problemas en el medio físico (búsqueda de comida, orientación especial) difieren de los del medio social (con quién cooperar, lucha por el dominio territorial, búsqueda de pareja) (Soler, 2002), se distingue entre una mente física y una 125 mente social, en el cual cabe esperar que si un módulo en un dominio no funciona correctamente los demás módulos sí lo harán. Investigaciones han mostrado que los niños autistas carecen de una teoría de la mente (cuando un sujeto atribuye estados mentales como creencias, deseos, intensiones, etc. a sí mismo y a otros); es decir, su capacidad para penetrar en la mente de las personas se ve seriamente disminuida, lo cual les trae dificultades en los procesos de comunicación social (Baron-Cohen, 2010), pero deja intactos otros sistemas cognitivos funcionales (Baron-Cohen, Leslie & Frith, 1985). Por tanto, resulta plausible sostener que, si bien su mente social está comprometida, la mente física actúa sin tales complicaciones; por lo que ambas son independientes. Efectivamente, son independientes, pues la carencia de un módulo no necesariamente daña a otro módulo. Sin embargo, no se sigue necesariamente que el conjunto de adaptaciones mentales no esté integrado o incomunicado. La pérdida de visión no afecta el sentido del gusto, la carencia del sistema auditivo posee poca o ninguna influencia en el sistema digestivo, pero no se infiere que los individuos no posean una organización integral de sus componentes. La selección natural nos brindó la maquinaria del procesamiento de información para producir comportamiento, al igual que nos dio la maquinaria de procesamiento de información para producir la digestión. Esta maquinaria selecciona — y frecuentemente busca — información particular del entorno; lo manipula, extrae inferencias de él, una parte es almacenada en la memoria de forma alterada, el producto [del procesamiento] de la maquinaria se utiliza para realizar modelos mentales, para informar a otras partes del sistema e instruir a las neuronas motoras responsables del comportamiento. La función 126 evolutiva del cerebro humano es procesar información de manera que conduzca hacia comportamientos adaptativos. (Cosmides & Tooby, 1987, p.282) En un sistema interactivo funcional complejo, no se espera que el daño de cualquiera de sus partes sea mortal para el individuo, ni que cada una de ellas sea totalmente independiente, un sistema así sería difícil que logre evolucionar. Si bien se espera que la red modular sea susceptible de interactuar (como lo harían los órganos físicos ante una dificultad), no se sigue que deban siempre interactuar o deban interactuar con todos los módulos. La metáfora de la navaja suiza (Cosmides & Tooby, 1997) para hacer comprensible la idea de que la mente posee distintos mecanismos particulares para solucionar diferentes problemas específicos y no un mecanismo general que resuelva todos los problemas, pudo haber sido hasta cierto punto esclarecedora, pero quizá también contribuyó a fomentar la creencia de que los módulos estaban compartimentados y que no establecían comunicación, solo cumplían mecánicamente su función. Finalmente, exigir el lugar donde se encuentra los módulos es reclamar por una explicación próxima, pero esa no es el nivel explicativo de la PE. Ella resalta la funcionalidad especializada de los D-módulos y estos son compatibles con que puedan estar en una parte o en más regiones del cerebro (Cosmides, & Tooby, 1987, Tooby & Cosmides, 2015; Barrett, & Kurzban, 2006). Dado que su nivel de análisis es una orientación computacionalista de la mente, se mapean los mecanismos psicológicos evolucionados a través de estos lentes; los cuales —en última instancia— son plausibles de estar instanciados a nivel neural. Al respecto, Mario Bunge (2001, 2012) consideraba a la psicología computacionalista (como él la calificaba) de ser una pseudociencia, porque —supuestamente— se aísla de la neurociencia y ello es un indicio de no ser científica. Sin embargo, existen varios trabajos que 127 abordan las cuestiones neurocientíficas y las buscan integrar a los trabajos de la PE (Mundale & Bechtel, 1996; Ray, 2013; Elimari, & Lafargue, 2020). b) ¿Cuán automático debería ser? Dado un D-módulo, la detección y el procesamiento de ciertos tipos de inputs pueden ser automáticos, pero la generación de su respectivo output puede tomar un lapso relevante si así lo exige el problema adaptativo específico. Por ejemplo, la evitación del incesto (incest avoidance) es la tendencia de evadir y mostrar disgusto por mantener relaciones sexuales con miembros de tu familia (padres, hijos y hermanos). Estudios (Lieberman & Symons, 1998) sugieren que la mente está inclinada a buscar señales que identifiquen a familiares, por lo que sería una adaptación psicológica que solucionaría el problema del incesto y sus deletéreas consecuencias genéticas. Hay, por lo menos, dos principales señales: la co-residencia infantil (ver crecer a otro niño en la misma casa durante años) y la asociación maternal perinatal (mirar a tu madre dando de lactar a otro niño). Estas son dos tipos de información específica que usa la mente humana para identificar parientes cercanos y evitar el incesto (Lieberman, Tooby & Cosmides, 2007). Esta adaptación psicológica para detectar parientes y el procesamiento de inputs especializados puede ser automática, pero la generación de su respectivo output tomará un lapso más prolongado y es razonable, en términos evolutivos, que sea así. En el pasado ancestral, se vivía en bandas de 150 o 200 personas (Dunbar, 1992, 1998), si se recibe visita de no parientes por un periodo corto de tiempo y el mecanismo se activa automáticamente haciendo disminuir el deseo sexual nuestras chances de encontrar una pareja futura disminuiría. Cada breve visita resultaría en más aversión sexual incluso con desconocidos. En contraste, la detección, el procesamiento y la generación de un output (detenerse, luchar o huir) ante las señales de un depredador como una serpiente exige que la respuesta sea más rápida (Ohman y Mineka, 2001). Ambos casos son 128 problemas adaptativos distintos, lo que conllevará respuestas distintas. En términos evolutivos, es plausible que los D-módulos funcionen así (teniendo en cuenta los costos y beneficios y su implicancia en la eficacia inclusiva). Evidentemente, este último rasgo psicológico adaptativo será diferente a otro procesador de información especializado debido a que actúan sobre diferentes inputs, en un periodo específico, con estrategias diversas, responden a propiedades del ambiente distintos y actúan más automáticamente, porque así lo demanda el problema adaptativo en concreto. Dado que se busca eficacia, no se espera que sean lentos, pero no se sigue que deban ser todos sumamente automáticos (en la detección, procesamiento y respuesta). Asimismo, no es incompatible con que puedan ser influenciados a voluntad, aunque sí se espera que tal influencia no se dé tan fácilmente (Gangestad, 2008). 4.4.3. Dominio específico Laland y Brown (2002) defienden la posibilidad de apelar a la mente como un procesador general e intentan brindar una explicación al respecto mostrando su viabilidad evolutiva; es decir, reinterpretando fenómenos que aparentemente concuerdan con un enfoque modular de la mente apelando a una explicación de la mente como procesador general. a) Critica que los D-módulos pueden no ser tan específicos como pensábamos, sino más generales de lo que creíamos, b) se reinterpretan fenómenos (v.g. búsqueda de pareja, evitar predadores) a la luz de una regla general o c) se apela a la plasticidad cerebral. También, Laland y Brown (2002) aceptan que pueda haber casos en que la especialización de procesamientos psicológicos reduzca los costos y el gaste de energía en contraste con 129 procesamientos generales o de mayor alcance, pero eso— señalan— no descarta que pueda haber soluciones generales si eso acarrea menor costo por un trabajo bien hecho. a) Los módulos no son tan específicos Por ejemplo, los seres humanos podrían tener un módulo que los lleve a estar predispuestos a temer a las serpientes, pero no tienen módulos que discriminen entre serpientes peligrosas e inofensivas o especies constrictoras o venenosas, a pesar del hecho de que se puede concebir alguna utilidad de tal discriminación. Procesos de dominio general no son más incompatibles con la teoría evolutiva que procesos de dominio específico (Laland y Brown, 2002, p. 183). Por un lado, los rasgos biológicos funcionales, así como las adaptaciones psicológicas, no necesitan tener un nivel de detalle como exigen Laland y Brown para ser considerado genuinamente específicos (discriminar entre serpientes peligrosas e inofensivas, constrictoras o venenosas). Quizá el costo de diferenciar con exactitud entre una serpiente venenosa de una inofensiva pueda ser letal en un entorno ambiental ancestral, dado que tomaría segundos valiosos para defendernos (más precisión conlleva más lentitud). Dado que el veneno de las serpientes han sido un problema adaptativo mortal, es menos costoso ser más inexacto en su detección que más exacto. Es mejor un sistema que responda con rapidez ante una amenaza tan letal a pesar de que pueda emitir falsas alarmas, este sería un coste de gasto de energía y tiempo, aquel se paga con la muerte (Mineka & Öhman, 2002). Asimismo, si más útil significa más optimizado y, por tanto, exigir que un rasgo sea óptimo y más optimizado para catalogarlo como realmente particular, no tomaría cuenta los trade-off de las adaptaciones (Alcock & Crawford, 2008). Cada rasgo adaptativo acarrea costos (v.g. tiempo y 130 energía) y se espera que en ese trade-off los efectos de los rasgos que promueven la eficacia biológica sean mayores que los perjuicios y así sean susceptibles de ser seleccionados. Por otro lado, que el módulo del miedo a las serpientes no sea tan puntual no se sigue que sea de dominio general como se da a entender. Se lo relaciona principalmente como un dominio específico porque procesa información relevante sobre los cuales subyacen mecanismos apropiados (fisiológicos, hormonales, neurales, etc.) para cumplir una función puntual respecto de un problema particular recurrente ancestralmente y no para otro problema; en ese sentido, i) los inputs computados están delimitados y se correlacionan con las amenazas recurrentes en el pasado evolutivo de los primates, ii) mecanismos de aprendizaje del miedo a las serpientes estarán sesgados en detectarlas y motivar una rápida respuesta al margen de que se tenga conciencia, iii) la activación del módulo, por estar frente a un peligro letal, difícilmente encontrará interferencias de otros módulos, iv) probablemente los circuitos cerebrales subyacentes se localicen en áreas subcorticales o en el tronco encefálico (Öhman & Mineka, 2001). Al respecto, John McNamara y Alasdair Houston (2009) cuestionan la idea de que las reglas sean completamente flexibles, en el sentido de que estas puedan especificar qué hacer en cada posible circunstancia y puedan especificar una respuesta plástica altamente flexible, ya que El número de situaciones es muy vasto para esperar que evolucione una decisión óptima para cada situación. En cambio, probablemente los animales evolucionarán reglas que, en promedio, funcionen bien en su entorno natural… El mensaje es que el mundo es tan complejo para que la evolución produzca reglas de comportamientos óptimos en cada posible circunstancia (p. 671). 131 b) Reinterpretando hechos a partir de reglas generales Laland y Brown (2002) insisten en que las reglas generales son evolutivamente viables. Incluso Cosmides y Tooby (1987) nunca lo negaron categóricamente; sin embargo, el modo en que lo argumentan no resulta satisfactorio. Una regla como ‘es probable que las acciones que van seguidas de un resultado positivo se repitan, mientras aquellas que van seguidas de un resultado negativo serán eliminadas” es de dominio general en el sentido de que puede aplicarse igualmente a la conducta relacionada con la búsqueda de alimentos, evitar depredadores o buscar pareja (p. 184). En primer lugar, en la mayoría de culturas, los humanos están motivados a buscar grasas y azúcares, porque fueron fuentes de energía valiosas, pero escasas en la sabana africana. Para obtener grasas se debe cazar animales gordos o carroñar, para azúcares se necesita encontrar frutas maduras. Ambas tareas no son sencillas, de modo que un deseo intenso por buscar estos alimentos resultaría altamente adaptativo. Sin embargo, en nuestro medio actual, donde tales productos son fácilmente accesibles, ese deseo intenso resulta contraproducente e igualmente lo seguimos consumiendo (Evans & Zarate, 1999). Lo que en un momento fue una adaptación, actualmente se ha convertido en una desadaptación evolutiva (evolutionary mismatch), lo cual juega a favor de ser considerada una adaptación mental diseñada para lidiar con problemas adaptativos ancestrales y no actuales (Andrews, Gangestad & Matthews, 2002). La regla mostrada por Laland y Brown, por ser tan general, no da cuenta de ello. En segundo lugar, esa regla es susceptible caer en el problema de la explosión combinatoria que se da cuando se tiene que computar una gran cantidad y tipos de información sin ninguna o con una guía muy superficial como para tomar decisiones que ayuden a resolver el problema de 132 forma eficiente (Tooby & Cosmides, 1992). Dado que distintos problemas conllevan distintas soluciones, diversas clases de inputs que computar de acuerdo con las presiones del medio físico o social, las cuales a su vez poseen múltiples desafíos, adaptaciones psicológicas que funcionan como filtros de información, operarán de forma más eficiente y tenderán a evitar la explosión combinatoria (Confer et al., 2010). c) Sobre la plasticidad cerebral Se ha querido mostrar que el procesamiento de información general puede ser compatible con una explicación evolucionista, puesto que la plasticidad cerebral subyace a este mecanismo; de modo que no se la puede descartar sin más (Laland y Brown, 2002; Buller & Hardcastle, 2002; Bolhuis, Brown, Richardson & Laland, 2011). Esta afirmación es correcta y solo futuras investigaciones mostrarán la respuesta, no es dable negarla categóricamente solo a partir de la teoría sin evidencia sólida que la respalde, pero —nuevamente— el modo en que la intentan defender su postura es cuestionable. Por ejemplo, respecto a la evitación del incesto (incest avoindance); en el cual los individuos de diferentes culturas tienden a evadir y sentir disgusto por mantener relaciones sexuales con familiares (hermanos, hijos o padres), la hipótesis de Westermarck (1891/1922) postula que existen mecanismos de aprendizaje evolucionados que capturan información relevante para detectar parentescos y rehusar el contacto sexual (v.g. ver a tu madre embarazada y luego cuidar al bebé, y convivir con otro niño durante años), dado que la endogamia conlleva graves problemas genéticos (Lieberman & Symons, 1998). Al respecto, Bolhuis, Brown, Richardson & Laland (2011) señalan que no es necesario postular módulos mentales para dar cuenta de este fenómeno, puesto que el conocimiento de tal 133 información puede ser transmitido a través del “folclore, cuentos y canciones, así como prohibiciones y proscripciones de comportamientos establecidos por la costumbre y la ley” (p.3). Sin embargo, Westermack (1891/1922) ha respondido a esta objeción: La teoría del aprendizaje social en cuestión implica que el hogar es mantenido libre de relaciones incestuosas por ley, costumbre o educación. Pero incluso si las prohibiciones sociales podrían prevenir uniones entre parientes cercanos, ellas no podrían prevenir el deseo de tales uniones. El instinto sexual difícilmente puede ser cambiado por prescripciones y dudo si todas las leyes contra las relaciones homosexuales, incluso las más draconianas, han podido alguna vez extinguir el deseo de alguien que ha nacido con tendencias homosexuales. Sin embargo, nuestras leyes contra el incesto son apenas percibidas como restricciones sobre los sentimientos individuales y la simple razón de esto es que en casos normales no existe el deseo por los actos que prohíben (pp. 192-193). Lieberman (2006) analiza 4 hipótesis que se siguen de la teoría de aprendizaje social para explicar la evitación del incesto y ninguna recibe apoyo. Nuevamente, es posible que el procesamiento de información general puede ser compatible con una explicación evolucionista, pero el modo en que lo desea respaldar no es satisfactorio, pues es mejor interpretada y explicada mediante módulos mentales específicos. Sobre todo, cuando se producen casos de desadaptación evolutiva, pues el módulo no evolucionó para resolver problemas actuales, sino ancestrales. Si la hipótesis del mecanismo psicológico específico de evasión del incesto es correcta; el cual está diseñado para identificar individuos que co-habitan durante los primeros años de vida e inhiben el desarrollo de atracción sexual de esos individuos, entonces es posible que se den casos de desadaptación evolutiva. 134 Se reportó la existencia de matrimonios en Taiwán; en la cual una niña es adoptada por la familia de su futuro esposo y criada en su casa hasta el día de su boda, a partir del cual se espera que adopten los papeles de esposo y esposa. Debido a que cohabitan desde niños, el mecanismo de evitación de incesto identifica a su futura pareja como si fuera un pariente cercano. Como consecuencia, se reporta que tales matrimonios reportan menos interés sexual, menor tasas de fertilidad, relaciones satisfactorias más bajas y tasas de divorcios más altas (Liberman, et. al. 2007; Liberman & Symons, 1998). Asimismo, matrimonios entre hijos de hermanos, en el Líbano, suelen ser menos exitosos (Wolf, 1995) y niños criados en los mismos kibutz israelíes (sentamientos judíos) pocas veces se casan (Shepher, 1983). También, hermanos genéticamente emparentados que no reciben información específica relacionada con la co-residencia y la asociación materna perinatal pueden sentir menos rechazo de comprometerse sexualmente e incluso enamorarse (Childs, 1998). Finalmente, dado que las explicaciones ofrecidas por la PE son a nivel distal; el por qué (nivel filogenético y funcional) no compite con las explicaciones próximas que dan cuenta del cómo (nivel causal y ontogenética), ambas son complementarias, aunque a veces no se las suele discernir con claridad (Barret, Pollet & Stulp, 2014). Las hipótesis socioculturales investigan las causas próximas de fenómenos mentales (qué información social y culturales son relevantes para el desarrollo del mecanismo psicológico, cómo este trabaja, en qué condiciones suelen desenvolverse, etc.), mientras que las hipótesis adaptativas cuál ha sido el valor funcional de tal fenómeno mental de modo que pueda formular predicciones sobre sus causas próximas (cuáles son los inputs específicos que desencadenan su activación y cómo ha de operar tal mecanismo psicológico) (Al-Shawaf, Lewin, Wehbe & Buss, 2019). 135 Para que haya conflicto entre hipótesis adaptativas y socioculturales estas deben predecir causas próximas de comportamiento opuestas o que no estén alineadas. Sugerir una explicación sociocultural como refutación instantánea, cuando en realidad puede ser compatible con una explicación adaptativa, malentiende los niveles de análisis y explicación (Nettle, 2009). 4.5. Síntesis La psicología evolucionista entiende la mente como un conjunto de módulos mentales masivos que resuelven problemas adaptativos específicos que fueron recurrentes en nuestro ambiente de adaptación evolutiva. Unas de sus características son el ser innato, encapsulado y de dominio específico. Desde su concepción, el debate se ha tornado en una historia llena de confusiones entre uno y otro bando. Por un lado, la modularidad según Fodor, quien enfatizaba el nivel intencional; por otro lado, la modularidad según la PE, que destacaba su aspecto funcional. Estas diferencias son importantes, pues ambos asumen e implican postulados teóricos y empíricos distintos. Por esa razón, se prefiere calificar a los módulos mentales como D-módulos (módulos adaptativos a la Darwin); es decir, sistemas de procesamiento de información especializados y a partir de allí aclarar las confusiones. Lo innato refiere a la información codificada en los genes por selección natural sobre el problema ambiental que miembros de esa especie ha enfrentado, así como su solución. Esa información es sensible tanto a los inputs internos de los organismos como a los ambientales para el desencadenamiento del output. No es correcta la acusación de que los D-módulos asumen una concepción genética fuerte, no toma en cuenta las experiencias o es incompatible con la variedad de comportamientos culturales. 136 Por encapsulado se entiende que las operaciones internas del D-módulo no pueden basarse exclusivamente en información conservada fuera de ese módulo adaptativo; lo cual no impide que puedan interactuar con otros módulos formando redes integradas, pues lo que está encapsulado es la funcionalidad. Ello indica que cada problema adaptativo, entendido como un problema de qué clase de información se debe procesar, desencadena distintos tipos de D-módulos. Por ello, es erróneo asumir que la PE considera los módulos como aislados unos de otros, reprocharle que no muestra evidencia de en qué lugar del cerebro se encuentran o creer que, dada la filtración de los inputs correspondientes, la generación del output debe ser sumamente automática. Ser de dominio específico indica que el D-módulo cumple una función específica, resolver el problema adaptativo particular que es la razón por la cual evolucionó en el pasado ancestral. Esto sugiere que pueda existir una desadaptación evolutiva, al encontrarnos con desafíos adaptativos en un entorno contemporáneo. No se requiere que los D-módulos sean sumamente específicos para ser genuinamente específico, pues se debe tener en cuenta los trade-off de los efectos de las adaptaciones. Apelar a una regla general que explique un vasto número de problemas adaptativos es susceptible de caer en el problema de la explosión combinatoria por la gran cantidad de información que se debe computar sin tener una guía específica que permita discriminar eficientemente. En contraste, los D-módulos al ser específicos evitan este problema y, aunque puedan darse casos de desadaptación evolutiva —debido al ambiente contemporáneo— ello apoya la hipótesis de la masiva modularidad mental, no de la mente como procesador general. Si bien la plasticidad general es un elemento importante para explicar integralmente fenómenos comportamentales, esta da cuenta de explicaciones próximas. En cambio, las explicaciones de la PE son de nivel distal. En principio, no hay incompatibilidad entre ambos niveles de explicación. 137 Finalmente, como nos muestra la historia de la ciencia, la acumulación de evidencias sólidas nos indicará cuál es la postura más acertada y, una vez aclaradas estas confusiones conceptuales, hasta el momento todo indica que la PE es epistemológicamente viable. Cabe prestar atención a las discusiones teóricas, pues estas no solo ayudan a entender la complejidad, los supuestos e implicaciones del fenómeno y las teorías que lo abordan, sino que también guían las investigaciones futuras. 138 CONCLUSIONES 1. Cada organismo posee un potencial biótico, pero la existencia de diversas presiones selectivas (sociales o ambientales) impide alcanzarlo totalmente. Además, los descendientes varían aleatoriamente de sus progenitores, dado que las variaciones son producto de las mutaciones. Algunas variaciones serán heredadas a través de los genes a la prole y se propagarán si aumentan la reproducción diferencial; es decir, si estos genes o sus variantes (alelos) heredados incrementan su eficacia o aptitud biológica. En síntesis, la selección natural explica este proceso; el cual sucede cuando existe variabilidad, heredabilidad y reproducción diferencial no aleatoria. 2. En el neodarwinismo, el gen es la unidad funcional, de herencia y de cambio. La eficacia darwiniana (la medición de la aptitud por el número de prole fértil del individuo) se expande para abarcar los genes; es decir, la eficacia inclusiva considera a los parientes que poseen fracciones de cargas genéticas similares, pues transmitirán sus genes a otras generaciones. La regla de Hamilton explica el altruismo entre parientes mediante la fórmula “r x b >c”, siendo r el coeficiente de relación genética, b el beneficio de quien recibe el acto altruista y c el costo de quien actúa altruísticamente. 3. La selección sexual es el proceso que opera sobre los rasgos relacionados a incrementar la eficacia en los apareamientos y el número de descendientes. Se divide en selección intersexual e intra sexual. Además, explica el dimorfismo sexual (las diferencias de fenotípicas entre los sexos). La contribución diferencial de cada sexo a la prole genera un conflicto de intereses (el macho al invertir menos está más predispuesto a acceder a más números de hembras, la hembra al invertir más está más predispuesta a ser más selectiva), lo que conlleva a estrategias reproductivas diferenciales. Esto se conoce como la teoría de la inversión parental. 139 4. Cabe distinguir entre procesos evolutivos (selección natural, selección sexual, deriva genética, etc.), sentidos de adaptación (coloquial, proceso y producto), productos de la evolución (adaptaciones, subproductos, ruidos) y entre adecuación, exaptación o sprandel. 5. La psicología evolucionista (PE) se entiende como un enfoque multidisciplinario que busca comprender, describir, explicar la mente y el comportamiento humanos aplicando los conocimientos de la biología evolucionista al fenómeno psicológico. Su objetivo es identificar cuáles son esos problemas de procesamiento de información características de la especie humana, elaborar modelos o hipótesis psicológicos que pueden haber evolucionados para resolver tales problemas y testear las diferentes propuestas. 6. La PE es una metateoría (herramienta heurística que guía la investigación) que se compone de un supuesto metateórico básico (la teoría de la selección natural) y de tres supuestos metateóricos especiales (i) los mecanismos psicológicos evolucionados (o D-módulos) son la unidad principal de análisis (estos son comprendidos como sistemas de procesamiento de información especializados, su diseño se expandió por selección natural, ya que es eficaz en filtrar una parte restringida de inputs, los cuales transforma en outputs mediante procedimientos de decisión); (ii) los mecanismos psicológicos evolucionados poseen una orientación modular (la mente está principalmente estructurada por una multitud de adaptaciones psicológicas de dominio específico que surgen, porque resuelven un problema adaptativo particular mediante la filtración de inputs y su posterior transformación en outputs —respuesta fisiológica, psicológica o comportamental— mediante reglas de decisión, este output de un D-módulos está direccionado a resolver un problema adaptativo específico); (iii) el ambiente de adaptación evolutiva (las diversas presiones selectivas recurrentes que subyacen en los entornos ancestrales en los cuales ha surgido el conjunto de adaptaciones que poseen las especies en general, y el ser humano es particular). Dado que los D- 140 módulos no están diseñados para lidiar con problemas actuales y el contexto es diferente, puede ocurrir desajustes evolutivos. En ese sentido, se considera a los organismos como ejecutores de adaptaciones más que maximizadores de eficacia. 7. La PE propone dos tipos de abordajes heurísticos (prospectiva y retrospectiva). Se le acusa de que sus hipótesis son infalsables; sin embargo, se establecen criterios objeticos para identificar las adaptaciones (complejos, económicos, eficientes, interactivos, modulares, etc.); es decir, el rasgo debe mostrar un diseño especial para un propósito específico (la razón por la cual evolucionó) que ayude a resolver problemas adaptativos puntuales. Ello se une a la generación de hipótesis (tomando en cuenta las teorías biológicas) y predicciones contrastables; así como una red nomológica de evidencia provenientes de distintas áreas del saber (evidencia genética, fisiológica, médica, teórica, filogenética, intercultural, cazador-recolector). Según el peso de la evidencia disponible para validar una hipótesis adaptativa, se le puede asignar niveles de evidencia a las hipótesis psicológicas adaptativas (mínima, moderada, extensiva o ejemplar). 8. El conocimiento detallado del pasado siempre nos será incompleto y nuestro ambiente de adaptación evolutiva (AAE) no escapada de ello, pero no se sigue que la PE realiza inferencias imposibles, poseemos conocimiento de los problemas ecológicos y sociales que atravesaron, muchos de los cuales (sobre todo los sociales) aún se mantienen (v.g. evitar el incesto, ciertas toxinas en el embarazo, qué indicadores son fiables al momento de elegir una pareja a corto o a largo plazo, etc.). En ese sentido, se ha de tener en cuenta las regularidades de los problemas que hemos atravesados, pues la selección estampa su firma en los diseños de los organismos, pues los efectos de esos diseños aumentaron la reproducción diferencial en el AAE. Por esta razón, existe un encaje entre las presiones selectivas (las características de la AAE) y el diseño de los organismos; en otras palabras, el diseño refleja la estructura de la AAE. Por ello se afirma que los 141 organismos son textos históricos vivos que se pueden leer si sabemos descifrar el lenguaje (computacional-funcional) con el cual fue escrito. 9. La pregunta “¿por qué se produce ese comportamiento” es ambigua y generó (y genera) confusiones en los distintos niveles de explicación de un fenómeno. El nivel próximo explica cómo funcionan los organismos mediante la descripción de su ontogenia (la descripción de las formas del rasgo en etapas secuenciales de la vida) y de sus mecanismos (la descripción de cómo trabaja su sistema nervioso, endocrino o esquelético-muscular). El nivel distal explica por qué funcionan los organismos de esa manera mediante la descripción de su filogenia (la historia evolutiva del rasgo) y su significancia adaptativa (de qué manera contribuye o contribuyó a la eficacia inclusiva). La PE se enfoca en las explicaciones distales, no próximas. 10. Se asume que la idea de naturaleza humana es incompatible con la variabilidad individual y cultural. Cabe distinguir entre una cultura emergente (los ouputs adaptativos que emergen de la interacción entre las distintas circunstancias locales, que operan como inputs, y la arquitectura modular evolucionada) y una cultura transmitida (ideas, valores, tradiciones o representaciones transmitidas de una mente a otras). En ese sentido, el patrón cultural emerge de la arquitectura mental modular evolucionada con los inputs ambientales particulares. 11. El debate sobre la modularidad mental es una historia de malentendidos, pues no se ha sabido distinguir con claridad entre distintos niveles de análisis (intencional, instanciación física y funcional). Rasgos modulares como innato, encapsulado o dominio específico poseen diferentes connotaciones según el tipo de abordaje. Dado que Fodor tuvo una influencia notable en la concepción de la mente como modular, esta se confunde con la concepción modular de la PE enfocada en la funcionalidad, no en la intencionalidad. 142 12. Lo innato de un D-módulo apunta hacia el contenido de la información sobre el problema ambiental que miembros de esa especie ha enfrentado (no es una mente como tabula rasa) —así como su solución— el cual está codificado en los genes por selección natural. En el momento de la concepción, esta información está disponible en el organismo durante su desarrollo y coopera con los inputs del entorno del desarrollo actual para producir outputs (fenotipos) de la adaptación particular. Si bien los distintos ambientes (con inputs variables) producen diferentes comportamientos y estas diferencias no poseen un correlato genético, las diferencias ambientales actúan a través de los D-módulos genéticamente innatos. Por ello, la variabilidad de comportamientos a nivel cultural no refuta automáticamente las hipótesis modulares psicológicas. 13. Un D-módulo encapsulado significa que sus operaciones internas no pueden basarse en ninguna información retenida fuera de ese D-módulo, lo cual no implica que el sistema no pueda acceder a ninguna información almacenada que le pueda servir consultar durante sus operaciones. En otras palabras, lo que está encapsulado es la función. Los D-módulos varían de acuerdo con el problema adaptativo que están enfrentando, por ello, la detección, el filtro y el procesamiento de ciertos inputs pueden ser automáticos, pero la generación de su respectivo output puede tomar un lapso relevante si así lo exige el problema adaptativo. Ello evita caer en la explosión computacional. 14. El dominio específico de un D-módulo apunta a que las adaptaciones evolucionan para cumplir funciones específicas que resuelvan problemas específicos en dominios particulares. Unos Dmódulos serán menos adecuados para resolver problemas en otros dominios o cuando el ambiente varía sustancialmente (produciendo un desajuste evolutivo). No es razonable exigir detalles minuciosos para que un D-módulo sea considerado genuinamente específico, pues se debe considerar los costos y beneficios del problema en cuestión. 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