BOLETfN DE ARQUEOLoalA puep, N .o 4, 2000, 119-130
LOS TEJIDOS HUARI Y TIWANAKU:
COMPARACIONES Y CONTEXTOS
Amy Oakland Rodman * y Arabel Fernandez**
Resumen
Ell muchos aspectos de La cuLtura materiaL, Los tejidos huari y tiwallaku presentall y comparten
rasgos iconogra.ficos, pero se distinguen en su construccion y tecnicas de manufactura. Los tejidos huari
descubiertos en diferentes sitios a Lo Largo de La costa peruana poseen dis enos que Los ligan intimamente aL
centro de La cultura Tiwanaku, pero tam bien evocan distintas innovaciones iconograJicas con respecto a las de
este centro. Ell 10 que respecta a los tejidos tiwallaku, sus disenos son mucho mas restrillgidos y preselltan una
fuerte orientacion hacia La iconografia estandar conocida para la escuLtura en piedra. Ambas cuLturas crearon
una fastuosa vestimenta, la que es muy similar a primera vista, como es eL caso de las tunicas en tapiz, los
gorros de cuatro puntas, asi como Los mantos y camisas elaborados en urdimbres y tramas discontinuas ,
decorados por tenido aL negativo. Estos tejidos, sin embargo,fueroll hechos de mallera diferente, obedeciendo
a los patrones culturaLes establecidos delltro de su esfera de influellcia.
Las tunicas huari se distinguen por sus brillantes coLores, conformados a partir de dos tejidos que se
caracterizan por presentar sus orillos recortados. Estos tejidos fueron doblados y luego cosidos. Por otro
lado, las evidencias de tUllicas tiwanaku SOli limitadas: un examen de estas muestra que fueron elaboradas
como las tllnicas del estilo Inca, confeccionadas a partir de un solo tejido, con la abertura para el cuello
realizada durallte su elaboracioll. Otro es el caso de UIIO de los accesorios del estilo Huari, el gorro de cuatro
puntas, que comparte atributos COli aqueL desarrollado dentro de La esfera tiwallaku. Ambos son
sorprendelltemente similares, pero los gorros huari lie van pequenos mechones elltre los nudos, mielltras que
los ejemplares tiwallaku se caracteriwn por el cambio de color en los hilos empleados. En ambos cas os, estas
variaciones estan relacionadas con el sistema decorativo. Ell este articulo se discutiran evidencias textiles y la
iconograJia asociada a este material, el cualno ha podido cOllservarse en el centro de su dominio. Textiles
huari. procedell1es de El Brujo. valle de Chicama, Peru, seran presentados dentro de su contexto, asi como
tambiell los tejidos tiwanaku registrados en el cementerio de Sail Pedro de Atacama, Chile. Se expondran, por
IUlimo, las similitudes y diferellcias ex istentes en ambos estilos.
Abstract
HUARI AND TIWANAKU TEXTILES: COMPARISONS AND CONTEXTS
Like all aspects of material culture, textiles related to Huari and Tiwanaku exhibit many similar
iconographic characteristics, but remaill essentially distinct in terms of construction and techniques ofmanufacture. Huari textiles uncovered in many sites alollg the Peruvian coast have both close desigll ties to the
Tiwanaku center and design innovations clearly separate from any central source. Most Tiwanaku textiles
remain much more restricted in designs more clearly oriented to the standard icons knowll from Tiwanaku
stone sculpture. Even though both cultures created garments that seem remarkably similar atfirst glance such
as th e lIIall S tapestry tunic and four-pointed hat, as well as ullusualtex tiles such as discontinuous warp and
weft tie alld dye patchwork mantles and shirts. each of these tex tiles is COllstructed differently within its
respective sphere of influence.
Huari tunics use brilliant patterning in two separate webs or fabric pieces that are cutfrom the loom,
folded. alld then sewn together. Only afew Tiwallaku tunics have survived. but these all were woven like later
fnca types, with olle single web and the neck slot created with ill the weaving process. Huarifour-pointed hats
*California State Ulliversiry, Hayward. Art Department. e-mail: arodlllall @csuhayward.edu
** Mus eo de la Universidad de Trujillo. La Libertad. e-lIIail: arabeIJernandez@ yahoo.colll
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AMY OAKLAND RODMAN Y ARABEL FERNANDEZ
are remarkably similar to hats with four points discovered in the Tiwanaku sphere, but Huari hats ha ve pile
in the knots and Tiwanaku 's hats depend on the color change of the knots and yarns alone. The authors discuss
a larger series of textiles with iconography that relates them to the highland centers where cloth has not been
preserved. Huari textiles from EI Brujo, Chicama Valley, Peru are discussed in context along with Tiwanaku
textiles from well preserved burials in San Pedro de Atacama, Chile. The article discusses the similarities and
differences in textiles from Huari and Tiwanaku.
Los tejidos huari y tiwanaku: comparaciones y contextos
Gracias a la conservacion de ejemplares de tejidos huari y tiwanaku, se tiene conocimiento
acerca de sus diseiios, colores yalta calidad. Y aunque estas cualidades no son particulares al
Horizonte Medio. pueden ser consideradas como parte de las caracterfsticas del arte textil de este
periodo. En el area andina, los textiles tienen muy buena conservaci6n. hecho que ha motiv ado que
los antiguos tejedores fueran reconocidos entre los artesanos mas destacados del mundo. EI respeto
que tuvieron estos tejidos entre los pobladores andinos confirma que la vestimenta fue una de las
formas artfsticas mas valoradas en las Americas. Sin embargo, las condiciones climliticas propias de
las comunidades serranas, con sus periodos alternantes de humedad y sequedad, impiden por 10
general que el material organico se pueda preservar. Afortunadamente, las esferas de intluencia
huari y tiwanaku se extendieron mas alla del territorio nuclear, inc\uyendo territorios deserticos
donde se han descubierto ejemplares de sus tejidos.
En el caso de los tejidos huari. estos proceden en su gran mayorfa de la costa sur del Peru,
aunque la intluencia huari se extiende mas alla de la costa central, llegando hasta el valle de Chicama.
Por otro lado, la intluencia tiwanaku abarca los valles intermontaiia hacia el este y sur del lago
Titicaca, asf como tam bien el extrema sur de la costa peruana y los desiertos de Tarapaca y Atacama.
En este artfculo se seiialaran las caracterfsticas de los tejidos huari y tiwanaku. se discutiran los
contextos que han permitido la identificacion de los tejidos relacionados a cada cultura serrana
como aquellos que han sido descubiertos en regiones lejos de la capital de cada una. En cuanto a
Tiwanaku, la exposici6n se concentrara en las colecciones de San Pedro de Atacama. Para Huari, las
colecciones recientemente descubiertas en la Huaca Cao Viejo, del Complejo EI Brujo. valle de
Chicama, ayudaran en la identificacion tanto del estilo serrano Huari como del estilo local costeiio
creado despues del periodo de su intluencia en la costa.
De todos los tejidos, la estructura en tapiz permanece como uno de los mas valorados . EI
tapiz. un tejido en cara de trama. describe una construcci6n basica. Se trata del simple cruce de los
elementos de trama y urdimbre de la tela llana y el simple cruce de una trama sobre una urdimbre. que
encuentra su complejidad en la tediosa manipulacion de los hilos de trama. Para crear los diseiios,
las tram as de determinados colores crean m6dulos que dan lugar a la imagen final. Los tejedores
andinos siguieron tradiciones especfficas comunes a sus alianzas locales 0 regionales. En terminos
generales, los tejedores de tapiz de la costa crearon una tapicerfa con ranuras, es decir, los colores
adyacentes. cuyas tramas dan vuelta al final del area de color. no se entrelazan con las tramas del
color contiguo; los tejedores de la sierra. en cambio. produjeron el tapiz de una manera diferente: las
tram as de colores adyacentes se entrelazan una con otra. Existen otras diferencias. pero el tapiz
entrelazado es particularmente notable y retleja intluencia serrana en las colecciones de la costa.
donde el tapiz ranurado es la norma. EI tapiz es una estructura que requiere de gran paciencia en su
elaboraci6n. Tanto los tapices huari como tiwanaku fueron creados en telares muy grandes, de un os
7 pies 0 mas de 200 centfmetros de ancho, para 10 que se requirio la participaci6n de dos 0 mas
tejedores que debieron trabajar por varios meses de forma continua para completar la pieza (Fig. 1).
Es la imaginerfa plasmada en estos tejidos la que identifica a los tejidos relacionados a Huari
y Tiwanaku, y a los que se extendieron por la costa. Tanto para Huari como para Tiwanaku. la tunica
LOS TEJIDOS HUARl Y TlWANAKU
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en tapiz para el uso masculino ha sido considerada entre los tejidos mas preciados (Figs. 2, 3).
Asimismo, el aspecto tecnico de la elaboracion de la tunica es el que se define como elemento
diferenciador entre estas dos culturas (Oakland 1986b; Rodman y Cassman 1995). Sin embargo, el
hallazgo de una manta en tapiz tiwanaku de muy fina factura asociada a una mujer (Fig. 4, Oakland
1986b; Rodman 1992b) afirma que los atuendos femeninos tuvieron tambien el mismo valor que los
masculinos.
Para el sitio de Huari, las evidencias respectivas son nulas, ya que no se ha podido identificar
ninguna manta en tapiz huari hasta el momento, ni tampoco prenda alguna en tapiz relacionada a la
indumentaria femenina. Esto se debe tambien a que se conocen solo pocos contextos y que no se cuenta con anal isis ffsicos . Pero, si se consideran tambien las bolsas en tapiz entrelazado, que se conocen
tanto para la textilerfa huari como tiwanaku, y las tunicas en tapiz que seran descritas en las siguientes
Hneas, se concluye que cada cultura creo sus atuendos de manera diferente. Fuera del tapiz, los
tejedores huari y tiwanaku crearon tambien otros atuendos con patrones de tram a y urdimbre, como
telas funerarias pintadas, colgantes, fajas, asf como productos de estilos locales huari y tiwanaku.
Los tejidos huari provenientes de la sierra
Se conocen mas de 300 especfmenes de las tunicas en tapiz huari de uso masculino, los que
sugieren un rango definido de estilos y variaciones (Conklin 1983; Sawyer 1963). Entre los rasgos
basicos cuenta la repeticion de las unidades de diseiios, presentadas en bandas verticales, algunas
con dos bandas anchas centrales y dos bandas estrechas hacia los lados, otras con cuatro y hasta
seis band as verticales sobre un fonda monocromo. Otras, inclusive, repiten imagenes a 10 largo de
la tunica sin ningun fondo observable entre elias. En algunas tunicas, las bandas verticales con
diseiios se repiten solo en la mitad superior de la vestimenta, con un patron diferente 0 un fondo
simple debajo de ellos. Los tipos conocidos incluyen diseiios repetitivos de figuras que portan
cetros similares 0 que derivan enteramente de la imaginerfa representada en la Portada del Sol en
Tiwanaku. Otros estilos similares repiten un diseiio dividido, con un gancho 0 escalonado con
gancho. Otro tipo comun repite solo los frets en ambos lados del bloque dividido por la lfnea
diagonal de las bandas verticales multiples . Un estilo particular de la tapicerfa huari repite en pocos
colores y en dos simples bandas anchas una imagen de cuatro partes de una cara central y frets.
Algunos de los tapices mas elaborados presentan imagineria relacionada a un tema particular. Tal es
el caso de las maravillosas piezas descritas por Rowe (1979), en las que se presentan zampoiieros
huari y mujeres que tocan tambores. La figura comun en algunas tunicas se encuentra tan alterada
en 10 que respecta del modelo original que resulta diffcil determinarla (Sawyer 1963). En ciertos
especfmenes, la variacion puede haberse debido a la libertad que se tomo el tejedor 0 el diseiiador
para realizar cambios en los detalles. En otros, un lado de la figura aparece comprimida, mientras la
otra es ampliamente expandida. Otro diseiio que aparece com un mente en las tunicas huari se encuentra
fntimamente relacionada con la imaginerfa que aparece en los monumentos de piedra de Tiwanaku .
Se trata de los personajes con cabeza de ave que portan baculos de bandas verticales (Fig. 5). Como
se vera a continuaci6n, los pocos tapices tiwanaku presentan rasgos iconogriificos simi lares y, en
algunos casos, hasta identicos a algunos tapices huari . Pero la tapicerfa huari y tiwanaku se distinguen
entre sf total mente por sus estructuras.
Existen rasgos tecnicos muy particulares en las tunicas huari. Estas se conforman de dos
piezas tejidas de manera individual, que miden mas que 200 centfmetros de largo (7 pies) y solo 4060 centfmetros de ancho (22 pulgadas) . Las dos secciones quedaron unidas a 10 largo, dejando en la
parte central una ranura para el paso de la cabeza. Por 10 general, las uniones se realizaron con hilos
del mismo color que el utilizado en las piezas a unir; sin embargo, el tipo de puntada empleada hace
que la union destaque en la prenda. Su forma final se consiguio al doblar por la mitad las partes
unidas, cosiendose los bordes, pero dejandose las aberturas respectivas para el paso de los brazos.
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EI atuendo asf formado cubrfa todo el torso del individuo, lIegando hasta las rodillas . Debido al
ancho de la prenda, est a igualmente debi6 cubrir gran parte de los brazos . No hay evidencia de que
estos atuendos hayan quedado cefiidos a la cintura por una faja.
Esta conformaci6n de las tunicas huari a partir de dos piezas constituye su caracterfstica
principal. Las camisas de los estilos Tiwanaku e Inca, en cambio, se confeccionaron a partir de una
sola pieza. Es preciso afiadir que los orillos logrados en los tapices huari constituyen otro de los
rasgos tfpicos que identifican la tapicerfa huari . Parte del orillo que queda expuesto en la abertura del
cuello muestra que cuando el tejido fue retirado del telar, el cord6n que sirve para sujetar los hilos de
urdimbre a la barra del telar fue retirado, quedando los anillos Iibres para luego ser enlazados. EI
orillo opuesto fue cortado del telar y los hilos suehos fueron enlazados formando un trenzado,
evitando asf que los hilos se deshilachen. Estos dos atributos tecnicos constituyen elementos
especfficos de las tunicas en tapiz huari.
Por otro lado, el tipo de telar empleado para tejer este tipo de tapices constituye un
instrumento poco usual. Las barras del telar debieron a1canzar mas de 2 metros de largo y el urdido
no mas de 1 metro de largo . En algunos tejidos , las areas en diagonal de las secciones lIanas
muestran que los hilos de trama no quedaron entrelazados, 10 cual sugiere la participaci6n de varios
tejedores que trabajaron uno allado del otro, creando areas individuales en la misma fabricaci6n.
Tambien existen otros rasgos que sugieren la existencia de talleres. EI anal isis de los hilos de urdimbre
muestra que tanto la fibra de algod6n como la de camelido pueden haber sido usadas en el mismo
textil y que en algunos hilos se han mezclado dos 0 mas colores, por 10 que se les conoce como hilos
bfcromos (Bird y Skinner 1974; Conklin 1985; A. P. Rowe 1986) (Fig. 6).
AI parecer, la persona que estuvo a cargo del urdido tuvo a su disposici6n diferentes tipos
de hilos que escogi6 a su gusto. Es posible, ademas, que diferentes individuos fueran responsables
del hilado y retorsi6n de los hi los, y que estos hilos fueran luego distribuidos a los talleres en donde
otros individuos escogieron entre la gran variedad de hilos disponibles aquellos para ser usados
como urdimbres. Igualmente se puede plantear que otros individuos estuvieron a cargo del tejido de
cada pieza despues que estas fueron urdidas y aun otros trabajaron en el acabado de los tapices y
estuvieron a cargo del encadenado y trenzado de los orillos, asf como tambien de la uni6n de las
piezas. EI tejido de tapiz entrelazado de esta calidad consume un tiempo considerable y un solo
tejido de tap ices huari puede haber tornado muchos meses de trabajo colectivo con la participaci6n
de varios individuos. Sin duda, talleres especfficos fueron los responsables para producir piezas de
los diferentes estilos de tapiz huari, aunque su identificaci6n arqueol6gica probablemente no sea
posible, ya que los tejidos fueron encontrados lejos de su probable ubicaci6n serrana. Tampoco se
dispone de la informaci6n de excavaci6n para muchas piezas, ya que provienen de excavaciones
desconocidas. En los casos registrados con tapices huari, es notable la amplia variedad de estilos en
un solo sitio . PrUmers (1990) describi6 mas de 14 tipos de tapiz pertenecientes al periodo Huari,
descubiertos en entierros huaqueados del sitio EI Castillo, valle de Huarmey. Los estilos son muy
diferentes en colorido y disefio a aquellos tapices con la figura que porta el baculo, las bandasfret
y existen singulares versiones de figuras, pero todos proceden del mismo cementerio. En analogfa a
la producci6n y redistribuci6n de la tapicerfa inca, la tapicerfa huari debi6 tambien haber formado
parte de una enorme red de distribuci6n .
Muchos de los tapices huari registrados en contexte han fungido como envoltorios exteriores
de grandes paquetes funerarios (Reiss y StUbel 1880-1887; Ubbelohde-Doering 1967; A. P. Rowe
1986; Kaulicke 1997). Estos paquetes, usualmente, contienen una gran variedad de tejidos adicionales,
como bolsas, tocados , pelucas y cabezas postizas creadas a partir de tel as pintadas 0 madera
trabajada, que pueden ayudar a identificar aspectos locales y foraneos por su tipo de contexto. Sin
duda, futuros analisis ampliaran la comprensi6n de las complejas conexiones entre el sistema poHtico
LOS TEJIDOS HUARI Y TlWANAKU
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huari y sus representantes locales. La relacion de estos paquetes funerarios y el alto valor de las
tunicas huari como cubiertas exteriores de estos inmensos fardos deb en reflejar una conexion
estructural con Huari y su religion asociada.
Pocas bolsas han sido identificadas para la cultura Huari, pero se cuenta con una pieza,
prolificamente decorada, que indica que la tapicerfa tambien fue usada para efectos de atuendo de
dimensiones menores (Menzel 197: Fig. 127). La bolsa en tapiz huari fue hecha de un rectangulo,
doblado en el centro y cosido a los lados, dejando una abertura en la parte superior.
La tapicerfa huari tambien incluye elementos no asociados a entierros y que tampoco
corresponden a atuendos. En la region de Nazca se registr6 un tapiz muy fino y de grandes
dimensiones, que probablemente fue usado como estandarte. Se Ie encontro atado a un poste de
madera (Menzel 1977: Fig. 130). Otro ejemplar de fina factura, creado tal vez con propositos didacticos
o religiosos, de acuerdo con su construccion y disefio, debe haber cumplido una funcion distinta
(Conklin 1971).
Pero el tapiz no es la unica estructura textil que se identifica entre los tfpicos de la cultura
Huari . Los coloridos tejidos tefiidos al negativo fueron hechos con tramas y urdimbres discontinuas,
que forman pequefios tejidos en serie. AI retirarse del telar quedan como piezas individuales, se
tifien y luego se cosen (Fig. 7) . Estas han sido registradas en muchos sitios en asociacion directa
con tapices huari, como en Pachacamac (valle de Lurfn), Chimu Capac (valle de Supe), EI Castillo
(valle de Huarmey) y tambien algo mas al norte, en EI Brujo (valle de Chicama).
Otro tipo de textil muy conocido es el de los gorros de cuatro puntas (Frame 1990). Los
gorros huari de este tipo son de estructura anudada; cad a nudo lIeva un mechon de fibra de camelido
creando una textura afelpada que cubre toda la superficie. Los disefios geometricos predominan y
son ejecutados en colores brillantes; por 10 general, las imagenes se repiten en los cuatro lados del
gorro. Varios de los ejemplares documentados incluyen borlas que se proyectan de cada una de las
cuatro esquinas. Otro tocado en colecciones con textiles huari es uno confeccionado de una fibra
dura en enlazado oblicuo (Fig. 8). EI repertorio textil huari tambien incluye bolsas, bandas y fajas,
todas tejidas en tapiz entrelazado, tecnica muy tfpica de la sierra. Tambien existen textiles plumarios,
los que, dadas sus dimensiones, deben haber fungido como cobertores de muros; tambien los hay
pintados (Menzel 1977; Rodman 1997, 1998), asf como en forma de coloridos quipus (Conklin 1982).
Recientes descubrimientos de tejidos huari en el area nuclear permiten identificar los estilos
textiles como relacionados de manera directa con la ocupacion huari en el sitio eponimo. Su analisis
proveera de mucha informaci6n nueva. Se trata de una oportuna intervencion en el sitio de Vegachayoc
Moqo, en Huari, durante la cual se excavo un exquisito y unico contexto (Figs. 9A, 9B) . Restos
oseos humanos, asf como una rica y variada parafernalia funeraria, constituyen el primer contexto
funerario de esta naturaleza registrado para un sitio huari , ubicado en el mismo centro polftico y
religioso de est a cultura. Lamentablemente, el contexto funerario habfa sufrido disturbacion parcial,
producto del huaqueo (1. Perez, comunicacion personal) . Parte de los artefactos, sin embargo,
escaparon no solo a la destruccion de los huaqueros, sino tambien de las inclemencias del c1ima. EI
inventario textil incluye una variedad de artefactos que no habfan sido registrados anteriormente
para la textilerfa huari. De manera paradojica, el contexto de Vegachayoc Moqo no incluye uncus en
tapiz, gorros de cuatro puntas 0 los famosos tejidos conocidos como patchwork con decoracion en
tie dye, pero se pudo registrar un tapiz entrelazado (Figs. 9A, 9B) . En este conjunto destacan bolsitas
en miniatura, tejidas no s610 en esta ultima tecnica, sino tambien en la de tramas complementarias.
Estas bolsitas comparten tambien dos rasgos tecnicos tfpicos para las tunicas en tapiz, como son los
orillos anillados y el empleo de hilos de algod6n para las urdimbres e hi los de fibra de camelido para
las tramas. Tejidos rectangulares, como aquellos mencionados para los uncus con mangas del
Complejo EI Brujo, 0 los que se registraron en Pachacamac y la Huaca del Sol, asi como cintas 0 finas
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AMY OAKLAND RODMAN Y ARABEL FERNANDEZ
bandas, tambien son elaboradas en tapiz entrelazado. Por otro lado, cabe mencionar la identificaci6n
de otras bolsitas en miniatura, tejidas en espiral enlazado.
EI inventario textil tambien incluye cesteria. Cestitos de forma cuadrada 0 rectangular fueron
elaborados en fibra vegetal dura, probablemente un tipo de junco. Otro tipo de cesteria corresponde
a unos cestitos circulares y cestitos rectangulares de cuatro compartimientos, fabricados en una
tecnica poco comun en el area andina, que consiste en tejer hilos de variados colores sobre un
soporte de fibra dura 0 rigida. El material de uno de estos cestitos fue identificado como ichu. EI
tramado de los hilos produce una estructura similar al tapiz y podria ser confundida con la tecnica
conocida como soumac, empleada para la elaboraci6n de peines textiles 0 suntuarios, como los
encontrados para Moche (Fernandez 1995). Otro ejemplar muy singular en este conjunto es una
banda con lengtietas, prolificamente decorada. En la mitad superior se aprecian cuatro seres
zooantropomorfos vistos de perfil. Estan en actitud de sostener y hollar cabezas-trofeo, las que
ademas parece que ingirieron, dada la presencia de pequefias cabezas en el estomago. En las lengtietas
aparecen pequefias cabezas zoomorfas. Este ejemplar no s610 sobresale por los iconos descritos,
sino tambien por la alta calidad observada en su manufactura, obra que debi6 estar en manos de
artesanos bastante especializados (Fernandez 2001).
Los tejidos tiwanaku
En contraste con la amplia lista de tejidos huari de la sierra y los tejidos huari provincial,
s610 se han identificado pocas obras claramente relacionadas a Tiwanaku. La preservaci6n de
materiales perecibles es muy rara en el altiplano boliviano, pero se han logrado excavar tejidos
tiwanaku en cuevas secas alrededor del lago Titicaca, en los valles intermontafia cerca a Sucre,
Bolivia (Ibarra Grasso 1965; Oakland 1986a), en el sur del Peru (Conklin 1985; Goldstein 1989) y,
especialmente, en los desiertos del norte de Chile (Conklin 1985; Berenguer y Dauelsberg 1989)
como en San Pedro de Atacama (Oakland 1986a, 1986b; Rodman 1992a, 1992b, 1994). En esta zona se
han excavado miles de entierros en muchos cementerios, hecho que ha posibilitado que se pueda
identificar textiles producidos, al parecer, en la capital Tiwanaku, los cuales copian aquellos de las
regiones serranas y tejidos locales con filiaci6n tiwanaku (Rodman 1992a).
Como en los especimenes huari, los tejidos que deben ser considerados serranos y
especificos a la capital son muy escasos . Ciertos rasgos en estos textiles en tapiz entrelazado
tiwanaku son muy similares a la tapiceria huari, asi como tambien los gorros de cuatro puntas, pero
en 10 que respecta ala estructura, los textiles huari y tiwanaku son enteramente distintos en tecnicas
(Rodman y Cassman 1995). Un rasgo particular de los textiles tiwanaku serranos es el uso exclusivo
de los hilos de fibra de camelido, probablemente alpaca 0 vicufia, distinto a 10 que sucede en 10 huari,
que mezcla algod6n y lana aun en la tapiceria mas fina. Todos los hilos son hilados en Z y luego
retorcidos en S. Los hilos se retuercen siempre, tanto para la trama como para la urdimbre. Se han
reportado algunas excepciones a esta regia para unos pocos ejemplares: las bolsas de tapiz de
Tiwanaku y otros tejidos descubiertos en las cuevas de Omereque y Mojocoya (Oakland 1986a)
contienen una gran cantidad de hilos de algod6n, asi como tambien hilos que combinan fibra de
algod6n, fibra de camelido y fibra dura de plantas nativas procedentes de los valles intermontafia,
donde hoy en dia crecen una forma de algod6n y grandes plantas de maguey que continuan siendo
usados para la elaboraci6n de redes y sogas.
Algunos tejidos tiwanaku lucen muy similares a los tejidos huari, tales como los gorros de
cuatro puntas y los mantos y uncus en tie dye. Pero los gorros tiwanaku son anudados y no presentan
los pequefios mechones de cabello. No se conocen gorros de cuatro puntas huari asociados a
contextos funerarios, pero uno de filiaci6n Tiwanaku fue excavado en San Pedro de Atacama por
Gustavo Le Paige en Coyo Oriental. Pertenecia al fardo de un hombre de 18 a 26 afios, el cual tenia
una tunica de cara de urdimbre (Rodman 1992b). Por otro lado, los tejidos en tie-dye descubiertos en
LOS TEJIDOS HUARI Y TIWANAKU
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la esfera tiwanaku se han disenado, por 10 general, en grandes piezas cuadradas simples con menos
colores en los disenos (Fig. 10). La tapicerfa tiwanaku es escasa, pero ha sido registrada en San
Pedro de Atacama como parte de las vestimentas exteriores de grandes paquetes funerarios. Estos
fardos no presentan las cabezas postizas como aquellos huari, sino que los tejidos en tapiz fueron
puestos directamente sobre la cabeza, colocando el tocado encima. En San Pedro de Atacama se
registr6 un tapiz cuyos disenos son, de modo sorprendente, simi lares a los tapices huari con seis
bandas verticales que se desplazan a 10 largo de la superficie del tejido y llevan las figuras de seres
con cabeza de ave en acci6n de correr (Figs. 3, 5) sobre fondo de color vicuna. En este caso, sin
embargo, las figuras se alternan de manera diagonal y ocurre un cambio de color tambien en esa
direcci6n, exactamente como ocurre en el referido tapiz huari (Fig. 2).
Las tunicas en tapiz tiwanaku son estructuralmente muy distintas. Fueron tejidas en una
sola pieza de forma rectangular, doblada a la altura del hombro, con el cuello formado por un intrincado
ensamblaje como aquel descrito para las tunicas incas (Rowe 1979). No existe una costura central,
tampoco se tiene orillos trenzados 0 anillados, ni la mezcla de algod6n con fibra de camelido. En
algunos de los tapices tiwanaku mas finos se pueden contar entre 70 y 90 hilos por cm 2 • La superficie
aparece tan suave que los disenos parecen ser pintados, ya que la estructura del tejido queda muy
disimulada. Otros tapices tiwanaku, procedentes de San Pedro de Atacama, incluyen grandes mantas de mujer con un fondo rojo oscuro (Fig. 4), asi como tambien una tunica de hombre con rostros
entrelazados representados en las dos bandas de diseno. La compresi6n y distorsi6n de las imagenes
mencionadas para el estilo Huari tambien forman parte del patr6n decorativo tiwanaku, aunque las
imagenes en si son muy similares a las representadas en los tejidos huari, mientras que la estructura
del tejido tiwanaku es enteramente distinta.
A esto es preciso anadir las pequenas bolsas en tapiz tiwanaku, tejidas con urdimbres
circulares, 10 cual es un detalle tecnico muy comun en la amplia esfera tiwanaku. Fueron encontrados
en Mojocoyo, Bolivia, asi como en Arica (Fig. 11) Y San Pedro de Atacama, Chile (Fig. 12). Estas
bolsas han sido usualmente encontradas asociadas a tabletas talladas de rape.
Los tejidos tiwanaku tambien incluyen tipos provinciales como aquellos creados por medio
del bordado con representaciones de imagenes tiwanaku. Fueron recuperados de contextos funerarios
ubicados en cuevas secas, como las de Omereque, Bolivia, y en otras areas de este pais y del norte
de Chile. Los bordados crean finas Ifneas ubicadas en la abertura de grandes mantos en cara de
urdimbre y en placas bordadas procedentes de Arica (Fig. 13) Y Caserones, Chile (Figs. 14, 15)
(Rodman 2000; Southon et al. 1995). Los disenos tiwanaku tambien aparecen en los bordes de las
bolsas como aquellos orillos bordados de las bolsas listadas de Quitor (Fig. 16) YCoyo Oriente (Fig.
17) de San Pedro de Atacama, Chile. Los bordados de Atacama son muy similares a otras bolsas
bordadas con disenos tiwanaku mencionadas por Wassen (1972) para el sitio de Nino Korin en la
regi6n de Charazani, al norte del lago Titicaca , Bolivia. Siendo asi, se trata de dos areas que se
encuentran muy distantes dentro de la esfera de influencia tiwanaku. Estos textiles bordados parecen
ser de un estilo Tiwanaku provincial, producidos muy lejos del centro, pero que utilizan imagenes
que derivan de Tiwanaku.
Los tejidos huari provincial
Para Huari existe una gran variedad de textiles provinciales con una profunda inspiraci6n en
la imagineria de ese estilo. Han sido descubiertos dentro de una amplia regi6n a 10 largo de la costa
peruana entre Pachacamac, en Lurin, hasta El Brujo, en Chicama. Estos textiles fueron asociados a
paquetes funerarios enterrados en las huacas sagradas construidas en tiempos precedentes. Los
textiles huari son diversos y incluyen bolsas en tela doble (Fig. 18) Y fajas de mujer en tela doble
(Fig. 19) (Fernandez 1995: Lams. 30, 34; Prtimers 1995). Tambien existen mantas y bolsas con disenos
en urdimbres suplementarias y complementarias, pequenas placas de tapiz (Menzel 1977; Fernandez
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1998; Prtimers 1990), y textiles pintados, para solo mencionar algunas. Disefios huari pintados se
excavaron en Pachacamac (Uhle 1903: PI. 4.1) Y son especialmente comunes para Chimu Capac, Supe
(Menzel 1977; Rodman 1998). Un tejido pintado con disefio huari (Fig. 20) fue descubierto con otros
dos pintados de inspiracion local, siendo todos asociaciones de una misma estructura funeraria en
Chimu Capac (Figs. 21,22).
Tapices huari en pequefia escala tam bien se conocen de otros sitios. Uhle (1903) los denomino
«fetiches», refiriendose a aquellos encontrados en Pachacamac y en la larga terraza de la Huaca del
Sol, en Moche (Menzel 1977: Fig. 89; Uhle 1913). Distintas a las tunicas en tapiz huari, estas pequefias
placas en tapiz son tejidas sin tramas entrelazadas, dejando ranuras, estructura muy tfpica para la
costa peru ana.
Huaca Cao Viejo, valle de Chicama
Recientemente, en la Huaca Cao Viejo, Complejo EI Brujo, valle de Chicama, se han encontrado
placas en tapiz muy simi lares en asociacion a paquetes funerarios y ceramica que incluye botellas
cara-gollete, de coccion reductora y con imagenes en relieve (Figs. 23, 24) (Franco et al. 1994). La
ceramica encontrada en EI Brujo es muy similar a la de otros tipos con relieve encontrados en sitios
como Ancon y Chimu Capac, otros complejos con filiacion huari en la costa. Estas placas de tapiz se
encontraron enrolladas en uno de los paquetes funerarios de Huaca Cao y fueron dejadas como
ofrend as al interior del fardo (Figs. 25, 26) . En otros entierros, las placas estuvieron cosidas debajo
de la abertura del cuello de finos uncus con mangas de algodon . EI individuo principal de la Tumba
N. o 1, excavada en 1995, estaba vestido con dos de estos uncus con mangas y lIevaban las placas en
tapiz (Vilela y Fernandez 1995). EI disefio de la camisa exterior (Figs. 27,28) tiene mucha similitud con
las imagenes que portan los b<iculos, pero la imagen del segundo uncu (Fig. 29) parece estar mas
relacionada con las imagenes mas tardias Lambayeque y Chimu. EI tapiz con pequefias aberturas
creadas entre los colores de las tram as adyacentes, no se entrelaza. La Tumba N. o I tambien parece
haber sido un entierro muy importante dada su ubicacion, ya que se encontro directamente en uno
de los muros del Frontis Norte de Huaca Cao. Los muros con tizne evidencian un episodio de quema
similar al registrado en la base de las tumbas de Chimu Capac mencionadas por Uhle. Mezclados con
las cenizas de la base de la tumba se encontro un esqueleto humano y huesos de camelido, asf como
una variedad de tejidos quemados, que incluye el fragmento de un tejido escalonado con decoracion
en tie-dye, elaborado en la tecnica de tramas y urdimbres discontinuas, (Fig. 30), tejidos de gas a con
bandas en tapiz ranurado (Fig. 31) y un gran fragmento de una tunica en tapiz huari (Fig. 32). La tunica
presenta dos bandas verticales que aparecen sobre un fonda amarillo. Disefios de ganchos entrelazados
se repiten a 10 largo de una linea diagonal (Fig. 33), y se asemejan a los de muchas otras tunicas huari
registradas a 10 largo de la costa peruana. Los rasgos son tfpicos de la tapiceria huari, con urdimbres
de algodon de corta dimension; estan confeccionadas a partir de grandes rectangulos unidos para
crear la tunica, dejando la abertura para el cuello y los brazos, con sus orillos encadenados y trenzados.
Prototipos de los tejidos huari y tiwanaku
i,Es este estilo de tapiz entrelazado original del Horizonte Medio? Los ejemplos mas
tempranos se pueden encontrar en los elaborados tapices recuay, de la sierra norte, y en los tejidos
pucara de la sierra sur, de cuyos ejemplares poco se ha reportado. Ejemplos de los tejidos pucara
muestran bordes irregulares y una inusual forma de telar, pero el tapiz entrelazado es un elemento
estructural especffico (Conklin 1971). Las tunicas recuay constituyen, tal vez los ejemplos de mayor
similitud a las tunicas en tapiz huari, tejidos en una estructura parecida, a partir de dos piezas de
similar ancho y largo (Rodman y Cassman 1995). Sin embargo, no existen orillos entrelazados y
todos los ejemplos conocidos son tejidos hechos por completo en fibra de camelido, con frecuencia
tefiidos en rojo y dorado (Figs. 34, 35). Y, ciertamente, las tunicas en tapiz incas (A. P. Rowe 1978; J.
H. Rowe 1979) tienen antecedentes en los prototipos huari y tiwanaku que se han descrito aquf.
LOS TEJIDOS HUARI Y TIWANAKU
Fig. 1. Reconstruccion de un telar de tapiz con dos tejedoras tejiendo una seccion de un uncu de tapiz huari.
Dibujo de Amy Oakland Rodman basado en Guaman Poma de Ayala 1980 [1615] : Figs. 215, 647.
Fig. 2. Uncu masculino huari en tecnica de tapiz. Puede haber tenido mangas (90 por 100 centfmetros) (de
Lavalle y Gonzalez Garcia 1989: Fig. 183).
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Fig. 3. Coyo Oriental 5382, San Pedro de Atacama. Tunica en tapiz de hombre tiwanaku. Medidas: 86,2 par
105 centimetros. Museo R. P Gustavo Le Paige, S. J., San Pedro de Atacama (Foto: A. Oakland Rodman).
Fig. 4. Coyo Oriental 4012, San Pedro de Atacama. Manta de mujer en tapiz tiwanaku. Medidas: 150 par 80
cen tim etros. Museo R. P Gustavo Le Paige, S. J., San Pedro de Atacama (Foto: A. Oakland Rodman).
LOS TEJIDOS HUARI Y TIWANAKU
Fig. 5. Tunica tiwanaku. Figura tiwa naku portando un baston. Mus eo R. P Gustavo Le Paige S. J., San Pedro de Atacama,
N. inv.: 5382 (FOIO: A. Oakland Rodman).
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Fig. 6. Dela//e de tapiz huari can urdimbres bicromas hiladas en dos c%res. Fue elaborado en .libra de
came/ido (Folo: A. Oakland Rodman) .
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Fig. 7. Chimu Capac, valle de Supe. Detalle de una seccion de lextit huari tejido en urdimbres y tram as
discontinuas can disenos tenidos en tie-dye. En este ejemplar, el color raja eslaba pintado sabre lineas dejadas
en tie-dye. Phoebe Hearst Mus eum ofAnthropology, University of California, Berkeley, N. °inv.: 4-7486 (FOIO:
A. Oakland Rodman).
Fig. 8. Huaca Cao, Complejo £1 Brujo, valle de Chicama. Tocado Irenzado de ./ibra vegetal de la tumba
colectiva 1-1995 (2 03) (Folo: A. Oakland Rodman).
LOS TEJIDOS HUARI Y TIWANAKU
Fig. 98. Detalle del tapiz de la Fig. 9A (Foto: W H. Isbell).
Fig. 9A. Tapiz entrelazado huari encontrado en el sector
de Vegachayoq Moqo, Huari (Foto: W H. Isbell).
Fig. 10. Coyo Oriental 3937. Tunica grande tiwanaku, tejida en tramas y urdimbres discontinuas, con dibujos
formados en tie-dye. Museo R. P Gustavo Le Paige, S. J., San Pedro de Atacama (Foto: A. Oakland Rodman).
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Fig. II. Bolsa de tapiz de Tiwanaku formada con urdimbres circulares. Universidad de Tarapaca. Arica,
(Foto: A. Oakland Rodman).
Fig. 12. Solcor 3, San Pedro de Atacama. Detalle de una bolsa de tapiz de Tiwanaku form ada con urdimbres
circulares. Para completar la bolsa, su parte inferior estaba cos ida con una fila de pun to anillado cruzado
(cross-knit loop stitch) y su parte superior fue dejada abierta. Museo R. P Gustavo Le Paige, S. J., San Pedro
de Atacama (Foto: A. Oakland Rodman).
LOS TEJIDOS HUARI Y TIWANAKU
Fig. 13. Placa bordada de un uncu cara de urdimbre liwanaku. Universidad de Tarapaca, Arica (FOlo: A.
Oakland Rodman).
Fig. 14. Tarapaca 40, Caserones, T-5 . Placa bordada de un uncu cara de urdimbre tiwanaku. Museo Arqueologico de Jquique (Folo: A. Oakland Rodman).
AMY OAKLAND RODMAN Y ARABEL FERNANDEZ
Fig. 15. Tarapaca 40, Caserones, T-3. Banda bordada de un uncu cara de urdimbre tiwanaku. Museo Arqueologico de lquique (Foto: A. Oakland Rodman).
Fig. 16. Quitor 2, San Pedro de Atacama, Q2-65. Bolsa de cara de urdimbre tiwanaku con banda bordada.
Museo R. P. Gustavo Le Paige, S. J, San Pedro de Atacama (Foto: A. Oakland Rodman).
LOS TEJIDOS HUARI Y TlWANAKU
Fig. 17. Coyo Oriental 4089. Balsa de cara de urdimbre tiwanaku can banda bordada y franjas en urdimbres complementarias. Museo R. P Gustavo Le Paige,
S. J, San Pedro de Atacama (Foto: A. Oakland Rodman).
Fig. 18. Huaca Cao, Complejo El Brujo, valle de Chicama. N. inv.: 1C (046) 1995. Balsa de tela doble can
algod6n blanco y fibra de camel ida tenido en raja. La estructura del textif tiene pequenas secciones de tramas
discontinuas sabre urdimbres jZotantes (Foto: A. Oakland Rodman).
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Fig. 19. Huaca Cao, Complejo El Brujo, valle de Chicama, N. 0 inv. : 1 C (046) 1995. Faja de mujer en tela doble
con algod6n blanco y fibra de cam/dido teiiido en rojo. La estructura del textil tiene pequeiias secciones de
tramas discontinuas sobre urdimbres flotantes. Las fajas como este ejemplar tienen tambifm urdimbres
discontinuas en rojo (Foto: A. Oakland Rodman).
Fig. 20. Chimu Capac. Textil pintado huari 7165, Momia X, Tumba 12. Phoebe Hearst Museum of Anthropology, University of California, Berkeley (Foto: N. Porter).
LOS TEJIDOS HUARI Y TIWANAKU
Fig. 21. Chimu Capac. Textif pintado 7166, Momia X; Tumba 12. Phoebe Hearst Museum of Anthropology,
University o.lCalifornia, Berkeley (Foto: N. Porter).
Fig. 22. Chimu Capac. Textif pintado 716 7, Momia X; Tumba 12. Phoebe Hearst Museum of Anthropology,
University ofCalilornia, Berkeley (Foto: N. Porter).
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Fig. 23. Huaca Cao, Complejo El Brujo, valle de Chicama. Botella cara-gollete de cocci6n reductora con
imagenes de un ave en relieve. En su parte superior, la botella contiene algod6n preparado para hilar. N. inv.:
lC (046) 1995 (Foto: A. Oakland Rodman).
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Fig. 24. Huaca Cao, Complejo El Brujo, valle de Chicama. Fardo 1-1995. Jarra con asa de cocci6n reductora
con imagenes en relieve de un ave con una cabeza humana debajo su pico. (Foto: A. Oakland Rodman).
LOS TEJIDOS HUARI Y TlWANAKU
Fig. 25. Huaca Cao, Complejo El Brujo, valle de Chicama, N. 0 inv.: 48-1992. Placa de tapiz dejada como
ofrenda enrol/ada con otras placas puestas alrededor de un fardo de mujer (Foto: A. Oakland Rodman).
Fig. 26. Huaca Cao, Complejo EI Brujo, valle de Chicama. Dibujo de lafigura en la placa de tapiz 48-1992
(Dib.: A. Fernandez).
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Fig. 27. Huaca Cao, Complejo El Brl/jo, valle de Chicama, Fardo 1-1995. Uncu con manga de algodoll, con
fajas lejidas en urdimbres complemenlarias enfibra de camelido leiiido y con una placa en lapiz (Folo: A.
Oakland Rodman).
Fig. 28. Huaca Cao, Complejo EI Brujo, valle de Chicama. Fardo 1-1995. Placa de tapiz tejida del uncu con
manga de la Fig. 27 (Foto: A. Oakland Rodman).
LOS TEJIDOS HUARI Y T1WANAKU
Fig. 29. Huaca Cao, Complejo El Brujo, valle de Chicama. Fardo 1-1995. Placa de tapiz tejida sobre un
segundo uncu con manga de algodon (Foto: A. Oakland Rodman).
Fig. 30. Huaca Cao, Complejo El Brujo, valle de Chicama. Fardo 1-1995. Fragmento de textil huari de tramas
y urdimbres discontinuas y decoracion en tie-dye (Foto: A. Fenuindez).
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Fig. 31. Huaca Cao, Complejo El Brujo, valle de Chicama . Fardo 1-1995. Fragmento quemado de gasa con
banda en tapiz ranurado (Foto: A. Oakland Rodman).
Fig. 32. Huaca Cao, Complejo El Brujo, valle de Chicama. Fardo 1-1995. Granfragmento de una tunica en
tapiz huari (Foto: A. Oakland Rodman).
LOS TEJIDOS HUARI Y TIWANAKU
Fig. 33. Huaca Cao, Complejo El Brujo, valle de
Chicama. Detalle del diseiio de la tunica de La Fig. 32.
Fig. 34. Fragm ento de una tunica en tapiz recuay. M.
H. de Young M emorial Museum, San Fran cisco (Foto:
S. Berger).
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Fig. 35. Un gran textil recuay tejido en dos partes, elaboradas en tapiz. San Francisco Academy of Sciences
(Foto: R. Hartman).
LOS TEJIDOS HUARI Y TIWANAKU
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Agradecimientos
Las autoras desean agradecer a sus colegas de Bolivia, Chile, Peru y los Estados Unidos,
quienes generosamente han facilitado el material textil para su estudio, cuyos resultados se han
expuesto en el presente articulo. EI estudio de los textiles de Omereque y Mojoycoya, recolectados
por Ibarra Grasso y que se encuentran en el Museo de la Universidad de San Marcos, fue posible
gracias a la beca Fulbright obtenida por Amy Rodman. Geraldine Byrne de Caballero, David Pereira,
Ricardo Cespedes y Ram6n Sanzetenea colaboraron con el estudio de los textiles tiwanaku
procedentes de los valles de Bolivia. Otras colecciones bolivianas fueron estudiadas en el Museo
de Historia Natural, New York, donde se cont6 con la colaboraci6n de Vuka Roussakis y Barbara
Conklin. Gracias a la beca del National Endowment for the Humanities (RO-21963-89), fue posible el
estudio de los fardos funerarios del Coyo Oriental, forman do parte del equipo interdisciplinario Viki
Cassman, Bernardo Arriaza, Marfa Antoinette Costa y Agustfn L1agostera. La colecci6n textil huari
perteneciente a la Dumbarton Oaks tambien fue analizada en el verano de 1983. Los textiles recuay de
la Academia de Ciencias de San Francisco y del Museo M. H. de Young Memorial fueron analizados
con el apoyo de Russell Hartman y Melissa Levington.
Tambien fue estudiada la gran colecci6n de textiles recolectados en Chimu Capac por Max
Uhle, que se encuentra en la actualidad en el Museo de Antropologfa Phoebe Hearst, de la Universidad
de California, Berkeley; de ella provienen excelentes piezas huari. Agradecemos de manera especial
a Leslie Freund, Madeline Fong y Heiko Priimers, por su generosa colaboraci6n en diferentes aspectos
de este anal isis. Durante los ultimos tres atlos, las autoras vienen investigando los textiles del
complejo arqueol6gico EI Brujo, donde Arabel Fernandez trabaj6 de 1993 a 1998. Los estudios
fueron posibles gracias al apoyo financiero de la Fundaci6n Augusto N. Wiese. Nuestro trabajo
actual ha sido posible gracias a la beca del National Endowment for the Humanities (RZ-20323-98) y
a la colaboraci6n de nuestros colegas Vuka Roussakis y John Verano. Expresamos nuestra gratitud
a Regulo Franco, Cesar Galvez, Segundo Vasquez, Juan Vilela y a todo el equipo del Proyecto EI
Brujo. Recientemente, Arabel Fernandez L. estuvo a cargo del estudio de tejidos huari en Ayacucho.
Gracias tambien a William H. Isbell, quien proporcion61a beca para este estudio y todas las facilidades
del caso para que este se realizara; asimismo, a Ismael Perez, quien estuvo a cargo de la recuperaci6n
del contexto de Vegachayoc Moqo. Y, por ultimo, nuestro reconocimiento a William H. Isbell y Peter
Kaulicke por su apoyo en nuestro trabajo.
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