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Del IPN al INAH. La ENAH

2022, Los cimientos académicos del INAH. Jornada conmemorativa del 80° aniversario del INAH

Las narrativas acerca de la antropología mexicana sostienen que el Departamento de Antropología (da) de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (encb, antaño Escuela de Bacteriología [eb]) del Instituto Politécnico Nacional (ipn) fue la base a partir de la cual se fundó la Escuela Nacional de Antropología e Historia (enah); empero, la portentosa historia de esa escuela ha opacado la trayectoria del mencionado departamento. Con el propósito de solventar esa carencia, en este trabajo presentamos los primeros resultados de una investigación en curso que, entre otros, tiene el objetivo de dilucidar cuáles fueron los motivos de enseñanza y las epistemologías más favorecidas por los profesores de esa dependencia, instaurada en el contexto de la educación socialista y en el momento más álgido del nacionalismo cardenista, justo el año de la expropiación de la industria petrolera.

LOS CIMIENTOS ACADÉMICOS DEL INAH Ignacio Rodríguez García Mette Marie Wacher Rodarte Coordinadores Jornada conmemorativa del 80° aniversario del INAH Los cimientos académicos del inah Jornada conmemorativa del 80° aniversario del inah • Científica Colección Etnología y Antropología Social • serie memorias LOS CIMIENTOS ACADÉMICOS DEL INAH Jornada conmemorativa del 80° aniversario del inah • Ignacio Rodríguez García Mette Marie Wacher Rodarte Coordinadores SECRETARÍA DE CULTURA INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA Rodríguez García, Ignacio y Mette Marie Wacher Rodarte (coords.) Los cimientos académicos del inah. Jornada conmemorativa del 80° aniversario del inah [recurso electrónico] / coord. e introd. de Ignacio Rodríguez García y Mette Marie Wacher Rodarte. – México: Secretaría de Cultura, inah, 2022 143 p. : ilus.,; 23 x 17 cm – (Colec. Etnología y Antropología Social, Ser. Memorias) ISBN: 978-607-539-632-3 1. Instituto Nacional de Antropología e Historia (México) – Discursos, ensayos y conferencias 2. Instituto Nacional de Antropología e Historia (México) – Historia I. Wacher Rodarte, Mette Marie, coord. II. t. III. Ser. LC GN17.3M6 I56 Primera edición eléctronica: 2022 Producción: Secretaría de Cultura Instituto Nacional de Antropología e Historia D. R. © 2022 Instituto Nacional de Antropología e Historia Córdoba 45, col. Roma; 06700 Ciudad de México informes_publicaciones_inah@inah.gob.mx Las características gráficas y tipográficas de esta edición son propiedad del Instituto Nacional de Antropología e Historia de la Secretaría de Cultura Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por escrito de la Secretaría de Cultura / Instituto Nacional de Antropología e Historia ISBN: 978-607-539-632-3 Hecho en México Índice • Introducción Ignacio Rodríguez García y Mette Marie Wacher Rodarte 9 Primera parte Comentarios a la sesión matutina Nicanor Rebolledo Recéndiz 15 El concepto de los monumentos históricos de interés nacional en el siglo xix y principios del xx 21 Pedro Paz Arellano Paul Kirchhoff, la migración de la izquierda y algunos principios que legó a la etnología mexicana 57 Mechthild Rutsch Del ipn al inah. la enah Mette Marie Wacher Rodarte y Juan Manuel Rodríguez Caso 67 Segunda parte Comentarios a la sesión vespertina María Teresa Romero Tovar 87 inah: la circunstancia de su creación (1938-1942) Eduardo González Muñiz 93 Con rumbo norte: los inicios del Centro Regional inah Sonora Claudia Jean Harriss y Hugo López Aceves Los autores 115 141 Del ipn al inah. La enah • Mette Marie Wacher Rodarte Juan Manuel Rodríguez Caso Las narrativas acerca de la antropología mexicana sostienen que el Departamento de Antropología (da) de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (encb, antaño Escuela de Bacteriología [eb]) del Instituto Politécnico Nacional (ipn) fue la base a partir de la cual se fundó la Escuela Nacional de Antropología e Historia (enah); empero, la portentosa historia de esa escuela ha opacado la trayectoria del mencionado departamento. Con el propósito de solventar esa carencia, en este trabajo presentamos los primeros resultados de una investigación en curso que, entre otros, tiene el objetivo de dilucidar cuáles fueron los motivos de enseñanza y las epistemologías más favorecidas por los profesores de esa dependencia, instaurada en el contexto de la educación socialista y en el momento más álgido del nacionalismo cardenista, justo el año de la expropiación de la industria petrolera. PROYECTO EDUCATIVO CARDENISTA: UN SOCIALISMO REVOLUCIONARIO Los ideales derivados de la Revolución Mexicana encontraron en el socialismo el espejo adecuado para intentar consolidarse al principio de la década de 1930, cuando la crisis económica global de 1929 y los consecuentes cambios en las relaciones del Estado mexicano con las organizaciones obreras tuvieron una oportunidad inigualable con la victoria electoral del general Lázaro Cárdenas. Ya desde diciembre de 1933, durante la Segunda Convención Ordinaria del Partido Nacional Revolu67 M. M. WACHER RODARTE Y J. M. RODRÍGUEZ CASO cionario (pnr), se había propuesto que la educación requería un enfoque radical, que sustituyera a la educación laica por la socialista. Tal propuesta se moderó mediante el uso del racionalismo como sinónimo del socialismo, con la pertinente aclaración del pnr de que este último era un “socialismo de la Revolución Mexicana”.1 Así, en el artículo 3° constitucional se estableció que “La educación que imparta el Estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del Universo y de la vida social”. En estas circunstancias, en la eb la antropología física, con su decidido interés en estudiar la materialidad del cuerpo humano, se equiparó a la botánica, la zoología, la zimología,2 la bacteriología y otras disciplinas destinadas al estudio de la naturaleza, que se entendieron como ciencias idóneas para formar en la juventud ese “concepto racional y exacto del Universo y la vida social” al cual aludía el texto constitucional. De manera que, junto con Olivé, sostenemos que la incorporación de la antropología en las aulas de la Escuela de Bacteriología respondió precisamente al biologicismo3 o, en otros términos, a los impulsos racionalistas latentes en el proyecto educativo socialista. Vale aclarar que considerar la inclusión de la antropología en una escuela de biología muestra el enfoque eminentemente pragmático que se proponía para las diferentes profesiones, postura alejada de la visión teórica defendida por la Universidad. Vemos aquí un eco del discurso pronunciado por Lázaro Cárdenas, al tomar posesión como presidente de la República, que enfatizaba la implantación de un modelo educativo que preparara a los individuos tanto en lo social como en lo científico.4 La creación de un espacio de enseñanza antropológica en una de las plazas fuertes de la educación socialista fue, asimismo, resultado de la 1 Susana Quintanilla, “La educación en México durante el periodo de Lázaro Cárdenas, 19341940”, en Diccionario de Historia de la Educación en México, 2002, http://biblioweb.tic.unam.mx/ diccionario/htm/articulos/sec_31.htm, véase nota sobre “Educación socialista”, biblioweb.tic.unam. mx/diccionario/htm/articulos/terminos/ter_e/edu_social.htm, consultado el 5 de septiembre de 2019. 2 Estudio de los procesos de fermentación de los alimentos. 3 Olivé Negrete, Julio César, Antropología Mexicana, México, Conaculta/inah/Plaza y Valdés, 2000, p. 323. 4 Discurso al protestar como presidente de la República, 30 de noviembre de 1934. Lázaro Cárdenas. Ideario Político. México, Era, 1972. 68 DEL IPN AL INAH. LA ENAH confrontación existente entre el gobierno y la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), institución que pugnaba por mantener su autonomía y el subsidio federal, a pesar de haberse negado a asumir las reformas del artículo 3° constitucional. Hay que recordar que, al mediar la década de 1930, la hoy Facultad de Filosofía y Letras (ffyl) ofrecía cursos de etnografía, antropología física, arqueología mexicana y maya en programas destinados a formar posgraduados en historia y geografía.5 Esos dos saberes estaban tan notablemente vinculados con las ciencias antropológicas que incluso en el Politécnico mantuvieron una posición relevante en el programa de estudios del da. Entre el grupo de materias que obligadamente debían cursar todos los alumnos de esa dependencia dos eran de antropogeografía y dos más de carácter histórico.6 Ahora bien, el da, en concordancia con los preceptos de la educación socialista, ideó formar técnicos en antropología: profesionales cuya misión primordial, en palabras de Miguel Othón de Mendizábal (1890-1945), uno de los creadores del departamento, era “la de explorar las más urgentes necesidades de los grupos indígenas del país y plantear medios prácticos para satisfacerlas, [sin] negar su contribución, grande o pequeña a la ciencia universal”.7 En tal sentido, mien5 Plan de Estudios de la Facultad de Filosofía y Bellas Artes de 1935, iissue-ahunam, c. 21. exp. 460, f. 12. 6 En 1939, el doctor Pedro C. Sánchez, a la sazón director del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, impartió un curso de Geografía General cuyos contenidos, en opinión de Rubín, habían sido similares a los de la antropogeografía instaurados un año después; oficio de Daniel Rubín de la Borbolla, jefe del Departamento de Antropología a Gerardo Varela, director de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, 17 de octubre de 1939. ahenah, s/c. En 1941, el Departamento abrió dos cursos de antropogeografía a cargo del profesor Jorge A. Vivó: el primero, Antropogeografía General, abordaba aspectos de geografía física y biológica, enfocados en la “Interrelación del medio físico y el hombre”, esto es, en la influencia del medio ambiente en la cultura, en la constitución física del hombre y en la manera en que la cultura modificaba la naturaleza; Anuario del Departamento de Antropología 1941, 1940, pp. 6-7. Con el mismo enfoque, el segundo curso de antropogeografía se centró en el continente americano. Las dos cátedras de contenido histórico, obligatorias para todos los alumnos, fueron Prehistoria y Protohistoria Generales, a cargo de Pablo Martínez del Río, e Historia de la Cultura, cuyo titular era Paul Kirchhoff (ibid.). 7 Mendizábal opinaba que los técnicos en antropología, como profesionales dotados de herramientas científicas adecuadas para diagnosticar los problemas enfrentados por los pueblos indios, debían ser el grupo de “avanzada de los ingenieros que construirán los caminos que nos conecten con las regiones aisladas, que perforen pozos para proporcionar a los sedientos aguas potables, construyan pequeños sistemas de riego que beneficien sus terrenos erizados o drenen pantanos insalubres […] de las organizadores de cooperativas […] de las brigadas sanitarias y de la Escuela Rural”. Miguel Othón de Mendizábal, “Esbozos etnográficos”, en Obras Completas, México, t. IV, 1946, pp. 155-160. 69 M. M. WACHER RODARTE Y J. M. RODRÍGUEZ CASO tras la Universidad tenía como finalidad preparar profesionistas de tipo liberal que trabajarían de acuerdo con sus intereses individuales, el Politécnico se ocupaba de formar los técnicos requeridos para la realización de programas de acción destinados a resolver los múltiples problemas nacionales, sin dejar de lado el desarrollo de la ciencia. Evidentemente, con este enfoque los profesionales en antropología egresados del Politécnico quedarían ligados al Estado, pues a fin de cuentas el aparato estatal era el encargado de dar solución a los problemas que aquejaban a la patria. Un proyecto de educación pública superior, además de justificarse en términos académicos, requiere el apoyo de un grupo con el poder suficiente para echarlo a andar. En el caso del da, tal respaldo provino de la red social que abrigaba a Mendizábal, la cual congregaba no sólo a directivos y catedráticos de la eb, sino del ipn en general. No en vano, Mendizábal había participado en el proceso de creación del Departamento de Medicina Rural, instancia educativa que empezó a operar en las aulas de la EB al mismo tiempo que el da. Y, más aún, en 1934 había intervenido, junto con Vicente Lombardo Toledano, Jesús Silva Herzog, Diego Rivera y otros artistas e intelectuales de izquierda, en la instauración de la Universidad Gabino Barreda, precisamente el lugar de nacimiento de la eb.8 Dicha universidad había adoptado dos objetivos: poner los estudios superiores al alcance de obreros y campesinos y formar profesionistas con una elevada vocación social en “carreras distintas a las llamadas carreras liberales o clásicas”.9 Empero, en 1937 se transformó (tan sólo dos años después de haber aparecido) en la Universidad Obrera, nombre con el cual se enfocó en preparar cuadros sindicales para nutrir las filas de la Confederación de Trabajadores de México.10 De 8 Jesús Nieto Sotelo, “La Universidad Gabino Barreda (1934-1936)”, Antropología. Boletín Oficial del INAH, México, núm. 65, enero-marzo de 2002, México, p. 58; Armando Lemos Pastrana, La Escuela Nacional de Ciencias Biológicas IPN. Una visión histórica, México, IPN, 2009, p. 39. 9 Nieto, op. cit., entre las carreras ofrecidas por la Universidad Gabino Barreda estuvieron Mecánica Dental, Economía e Ingeniería Municipal. 10 La Universidad Obrera, según se indicó en el órgano de difusión del centro educativo, sería “una institución dedicada al estudio de la doctrina socialista, de los problemas sociales en general, de las características del régimen burgués, de los aspectos contemporáneos del capitalismo, de la estructura de los países sin autonomía económica y de la realidad social mexicana”; todos estos eran asuntos de indudable interés para los trabajadores mexicanos. Natalia Priego Martínez, Ciencia, Historia y Modernidad: la microbiología en México durante el porfiriato, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2009, pp. 131-132. 70 DEL IPN AL INAH. LA ENAH ahí que la eb fuera acogida por el ipn, aunque debió esperar un año en calidad de asilada en el local de la Universidad Obrera, para finalmente trasladarse en 1938 al Casco de Santo Tomás, sede del ipn.11 Es importante señalar que la inclusión del nuevo departamento en la encb buscaba resolver la “necesidad de completar las carreras biológicas de utilidad para el hombre”, en la medida que las carreras antropológicas se ocupaban del propio ser humano.12 Así, sobre la marcha del azaroso proceso de creación de la eb, Miguel Othón de Mendizábal, exalumno de etnología del Museo Nacional e integrante de la misma institución; Daniel Rubín de la Borbolla (1907-1990), médico de profesión con estudios en antropología física en Estados Unidos, y Paul Kirchhoff (1900-1972), etnólogo alemán, miembro del partido comunista de su país de origen, emigrado a México en 1936, fundaron el da, cuya organización académica y principales temáticas de enseñanza se revisan a continuación. ANTROPOLOGÍA TÉCNICA Con el argumento de que “el momento social [había] colocado al antropólogo en situación que sustituye con ventaja al sociólogo frente a los problemas colectivos no sólo por su preparación económica, social, histórica […] sino muy especialmente por su criterio biológico”13 la encb anunció en 1938 la creación de las carreras de Antropología Física y 11 Una particularidad del ipn es que no cuenta con un decreto de creación, aunque se considera que quedó oficialmente instalado en 1937. Como señala Monteón, esta anomalía se debe al largo proceso que antecedió a su fundación con un claro objetivo: “Para cumplir con una de las tareas imperativas de la revolución, fue creado en 1937 el ipn, donde el alumnado, además de aprender artes y oficios, estudia carreras profesionales y subprofesionales, se capacita técnica y biológicamente para intervenir en el proceso de producción y se forman especialistas en distintas ramas de investigaciones científicas y técnicas, llamadas a impulsar la economía del país, mediante una explotación metódica de nuestra riqueza nacional”. VI Informe de Gobierno del Presidente Lázaro Cárdenas, correspondiente al ejercicio comprendido entre el 1° de septiembre de 1939 al 31 de agosto de 1940, México, D. F., 1° de septiembre de 1940, citado en Humberto Monteón González, El Instituto Politécnico Nacional: Proyecto Educativo Revolucionario del Cardenismo, p. 7, publicaciones. anuies.mx/pdfs/Revista58-S1A4ES.pdf. 12 Según el Anuario. Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, de 1938, citado en Johanna Faulhaber, “Los inicios de la enah y la carrera de Antropología Física”, en Eyra Cárdenas Barahona (coord.), 50 Años. Memoria de la ENAH, México, inah, 1993, p. 34. 13 Idem. 71 M. M. WACHER RODARTE Y J. M. RODRÍGUEZ CASO Antropología Social; la finalidad era formar, con una perspectiva integral, técnicos en ambas ciencias. Se “consideró oportuno no destruir la unidad de la carrera conservándole su especialidad social”, de manera que antes de optar por cualquiera de las dos disciplinas se debían cursar materias comunes a lo largo de dos años.14 Esta disposición se mantuvo viva aun cuando en 1939 el departamento empezó a ofrecer cuatro carreras: Antropología Física, Arqueología, Lingüística y Etnología (en lugar de Antropología Social) y, como es bien sabido, incluso devino en la enah. Otro aspecto alusivo al enfoque biologicista asumido por la antropología politécnica se advierte en el hecho de que la antropometría, disciplina que entendía al hombre exclusivamente como un ser biológico o material, ocupó un lugar preferencial en el plan de estudios de la carrera de Antropología Física. Persistía la idea de que esa clase de indagaciones “eran necesarias” no sólo para “conocer el mestizaje” sino para planear “cualquier obra de mejoramiento de la población”.15 No obstante, apenas un año antes de que el departamento se transformara en una escuela de antropología, la biotipología empezó a despuntar como otra materia central del plan de estudios de la especialidad física. Y aunque ese saber logró establecerse como una novedosa disciplina capaz de trascender la rigidez de las mediciones anatómicas, lo cierto es que sólo logró vestir con ropajes más sofisticados los predicados biologicistas y ciertamente raciológicos de la antropometría. En efecto, esa disciplina, introducida en el da por la profesora italiana Ada D’Aloja (1900-2004), tenía el propósito de fijar “tipos constitucionalísticos” o biotipos a partir de análisis numéricos de los consabidos datos antropométricos, en conjunto con otros relativos a las funciones “fisiológicas, endócrinas y psíquicas de los individuos”.16 Desde luego, hubo otras materias incluidas en el currículo destinado a formar a los futuros antropofísicos: Anatomía y fisiología, Biométrica y estadística,17 áreas de primordial interés porque su conocimiento era necesario para sistematizar y analizar las múltiples mediciones corporales que debía realizar un especialista en dicha profesión. Ibid., p. 35. Anuario del Departamento de Antropología 1941, México, Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, ipn-sep, 1940, p. 2. 16 Idem. 17 Idem. 14 15 72 DEL IPN AL INAH. LA ENAH En cualquier caso, con excepción de Luis Limón Gutiérrez, quien llevó a cabo una clasificación biotipológica del grupo mixteco,18 el resto de los trabajos de titulación de los alumnos de antropología física inscritos originalmente en el Politécnico recurrió en particular a la antropometría para caracterizar a poblaciones vivas o esqueléticas (cuadro 1). Cuadro 1 TESIS DE ANTROPOLOGÍA FÍSICA Alumno Tesis Año de titulación Eusebio Dávalos Hurtado La deformación craneana entre los tlatelolca 1944 Javier Romero Molina La población indígena de Tilantongo, Oaxaca 1946 Johanna Faulhaber Kammann Algunos aspectos antropológicos de la población de Tepoztlán, Morelos 1946 Luis Limón Gutiérrez Clasificación biotipológica del grupo mixteco 1946 Felipe Montemayor García Los efectos de la onchocercosis en la población de Acacoyahua, Chiapas 1947 Por su parte, la carrera de lingüística se comprometió con la educación indígena. Desde luego, a raíz de que en 1939, durante la Primera Asamblea de Filólogos y Lingüistas, se acordara que el medio más eficaz para castellanizar a los indios consistía en alfabetizarlos primero en su propia lengua,19 el departamento impulsó la formación de especialistas en el estudio de la lingüística descriptiva. Era este tipo de análisis, y no los hasta entonces predominantemente realizados en la esfera de la lingüística histórica, el que resultaba necesario para instituir programas de alfabetización en idiomas vernáculos. Con ese propósito, Roberto J. 18 Felipe Montemayor García, 28 años de antropología, tesis de la enah, México, inah, 1971, pp. 31-33. 19 s/a, “Acta de la Primera Asamblea de Filólogos y Lingüistas de México”, Boletín Bibliográfico de Antropología Americana, México, vol. III, núm. 1, ipgh, enero-abril de 1939, pp. 1-7. 73 M. M. WACHER RODARTE Y J. M. RODRÍGUEZ CASO Weitlaner (1883-1968), etnólogo austriaco radicado en México, en conjunto con Norman MacQuown (1914-2005), profesor invitado de la Universidad de Yale, inició la formación de “Biblioteca (con discos y películas) en lenguas indígenas de México”20 en la cual participaron, en calidad de “informantes” remunerados, hablantes de chinanteco, otomí y chocho.21 Asimismo, se incrementaron de manera significativa los cursos de idiomas nativos, de tal suerte que en 1941 el Departamento ya ofrecía clases de náhuatl, totonaco, tarasco, chinanteco, maya y una más de otomí y lenguas de la familia otomiana (cuadro 2). No obstante, fue la enah la institución que cosechó los primeros frutos de ese esfuerzo educativo cuando, en 1950, María Teresa Fernández Carrillo, alumna inscrita justo el año de fundación de esa escuela, se graduó con una investigación acerca de la fonémica del ixcateco.22 Cuadro 2 CURSOS DE LENGUAS INDÍGENAS EN 1941 Profesor Curso Wigberto Jiménez Moreno Náhuatl Roque Ceballos Novelo Maya Roberto J. Weitlaner Otomí Roberto J. Weitlaner Lenguas de la familia otomiana Roberto J. Weitlaner Chinanteco Morris Swadesh Tarasco Norman A. MacQuown Totonaco Fuente: Anuario del Departamente de Antropología 1941, México, 1940. En cualquier caso debemos recordar que el departamento respaldó tres investigaciones de utilidad para la educación de los pueblos indios 20 Daniel Rubín de la Borbolla, oficio dirigido al doctor Gerardo Varela, Director de la encb, 2 de abril de 1939, Archivo Histórico de la enah, s/c. 21 Ibid. 22 Felipe Montemayor, op. cit., p. 86. 74 DEL IPN AL INAH. LA ENAH con financiamiento del Departamento de Asuntos Indígenas,23 el profesor Morris Swadesh (1909-1967) condujo un proyecto experimental destinado a alfabetizar a los tarascos; por su parte, MacQuown avanzó en el estudio de la gramática del totonaco, motivo de indagación de su tesis de doctorado,24 y Weitlaner continuó con sus investigaciones etnográficas y lingüísticas en torno al ixcateco y el chinanteco. Uno más de los elementos distintivos del Departamento de Antropología fue su manifiesto interés por adiestrar a los discípulos en las técnicas de investigación in situ, asunto que además tenía la ventaja de acercarlos al conocimiento directo de los problemas nacionales que, en teoría, debían coadyuvar a resolver. Por eso, a partir de 1938, se estableció que todos debían cubrir cuatro estancias de campo (de aproximadamente cuatro meses) al término de cada ciclo escolar.25 Aquí conviene señalar que en la década de 1920 la Escuela Nacional de Altos Estudios de la Universidad (a la postre Facultad de Altos Estudios) ya había observado las virtudes formativas del trabajo de campo; sin embargo, debido a carencias financieras, el alumnado tuvo en pocas ocasiones posibilidad de emprender expediciones. Por ello pensamos que fue en el 23 Fundado por el presidente Cárdenas, el Departamento de Asuntos Indígenas tenía el propósito de plantear los medios más eficaces para que la acción gubernamental reportara beneficios a la población indígena del país. En ocasión de su apertura, Cárdenas manifestó que: “El conocimiento que tiene el Ejecutivo a mi cargo de las duras condiciones de vida en que se encuentra una buena parte de nuestra población indígena, carente de los más elementales beneficios de la civilización, sumida en la mayor pobreza y en muchos casos formando grupos aislados por completo del resto del país, me ha hecho buscar con ahínco los medios más eficaces para lograr que la acción gubernamental y administrativa del gobierno revolucionario, intensificándolo y enfocándolo consecuentemente para que se traduzca en un mejoramiento efectivo de las razas indígenas”; citado en Guadalupe Rivera Marín, “Lázaro Cárdenas: Visión a futuro: la educación cardenista,” en Lourdes Martínez Ocampo, José Manuel Villalpando, César y Felipe de Jesús Benítez Salazar (coords.), Lázaro Cárdenas: Modelo y legado, México, inehrm, 2009, p. 145. 24 Norman A. MacQuown, A Totonac Grammar, Austin, tesis, University of Texas, 1940. Publicada en español con el título Gramática de la lengua totonaca. Coatepec, Sierra Norte de Puebla, México, unam, 1990. En la realización de este trabajo MacQuown contó con la colaboración de un “informante” pagado por el Departamento de Antropología: Manuel Oropeza Castro, hablante de totonaco (Oficio de Norman MacQuown a Daniel Rubín de la Borbolla, 28 de abril de 1941, ahenah), quien aprendió con el lingüista estadounidense a escribir el totonaco “siguiendo la práctica de […] Sapir”, antaño profesor de MacQuown. Paulette Levy, La fonología prosódica del totonaco de Coatepec: los textos totonacos de N.A. MacQuown (1938-1940), México, unam, https://www. ailla.utexas.org/sites. 25 Oficio de Daniel Rubín de la Borbolla al doctor Gerardo Varela, Director de la encb, 3 de octubre de 1939, ahenah, s/c. 75 M. M. WACHER RODARTE Y J. M. RODRÍGUEZ CASO Departamento de Antropología donde el trabajo de campo empezó a convertirse en seña de identidad de la antropología mexicana. La mención del trabajo in situ conduce a hablar más ampliamente en torno al sello distintivo por excelencia, no sólo del Departamento de Antropología sino del ipn en general. Nos referimos al objetivo de preparar a técnicos con vocación social que, en el caso de los egresados de las carreras antropológicas, se abocarían de forma prioritaria a generar conocimientos prácticos, útiles para desarticular los múltiples obstáculos que impedían el desarrollo de la población indígena. Esta preocupación, así como el ideal de transformar a México en una nación culturalmente integrada, permeó las actividades docentes y de investigación impulsadas por los profesores de antropología del Politécnico. Más aún, fue motivo de análisis científico de un seminario instaurado ex profeso para revisar “Los problemas indígenas actuales de las Repúblicas de América”.26 Dicho seminario, a cargo de Othón de Mendizábal (quizá el profesor más interesado en formar a técnicos en antropología), muy probablemente adoptó un tono radical: en la década de 1930, Mendizábal ya participaba en organizaciones de izquierda y había estudiado la teoría marxista; en sus escritos hablaba de los “perniciosos regímenes clasistas”, de la lucha de clases y de la necesidad de sustituir “los prejuicios de todo orden, particularmente los religiosos […] sustituyéndolos por un concepto dialéctico del universo incluso del hombre y la sociedad y por una interpretación materialista de la historia”.27 Es por ello, en parte, que llegará a la conclusión de que la “prosperidad de una región indígena”, antes de fincarse en el desarrollo de acciones educativas o culturales, debía realizarse sobre la base de una previa y “atinada intervención económica”, sin que esto conllevara dejar de lado “otros problemas locales de obvia resolución, como el de la salubridad pública y el de la modificación de ciertas costumbres perniciosas; pero a condición naturalmente, de poner al alcance de los indígenas los elementos materiales que permitan tal modificación”.28 26 Departamento de Antropología de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, México, ipn-sep, 1940, p. 18. 27 Miguel Othón de Mendizábal, “El socialismo y la educación”, en Obras Completas, México, t. IV, 1946, pp. 377 y 381. 28 Miguel Othón de Mendizábal, “El Departamento Autónomo Indígena de México. Sus fines, su táctica y su organización”, en ibid., p. 336. 76 DEL IPN AL INAH. LA ENAH Para hacer visibles los desniveles en materia de salud que persistían en el territorio nacional, Mendizábal llevó a cabo, precisamente en el Laboratorio de Antropogeografía anexo al Departamento de Antropología, un análisis estadístico cuyos resultados mostraron la ingente necesidad de formar a clínicos especializados en la atención de la población rural, sin duda la más necesitada de cuidados médicos. No existe información disponible en archivo útil para determinar si algún estudiante de antropología contribuyó a la realización de este trabajo que, por lo demás, permitió defender a la Escuela de Medicina Rural de los embates de que era objeto por parte de la Facultad de Medicina de la Universidad. Lo que sí es posible asegurar es que, de los alumnos originalmente inscritos en el Politécnico, fue Ricardo Pozas quien dio más muestras de incorporar las enseñanzas de Mendizábal: a lo largo de su vida profesional mostró interés en impulsar proyectos ante todo dirigidos a elevar las condiciones económicas de los pueblos originarios del país. Asimismo, Pozas declaró haber aprendido con Kirchhoff que “la solución a los problemas del indio sólo puede alcanzarse en el marco de la lucha de clases, porque es en las clases sociales donde se presentan los cambios sociales”.29 Además de Mendizábal, y quizá del profesor de antropogeografía Jorge A. Vivó (1906-1979), antaño miembro del Partido Comunista de Cuba, su país de origen, Kirchhoff fue otro personaje que acercó al estudiantado al conocimiento del marxismo. En su casa organizó un seminario cuyo propósito, según lo advirtiera García Mora, consistió en revisar en términos etnológicos esa epistemología,30 si bien en las aulas del Politécnico dictó cursos acerca de las principales teorías antropológicas del momento: evolucionismo, funcionalismo y difusionismo. Queda pendiente investigar hasta dónde pudo reproducirse el pensamiento marxista en la Escuela Nacional de Antropología (ena) ya que, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y so pretexto de defender a México del fascismo, el control de Estados Unidos sobre el país aumentó a un grado tal que incluso en las instituciones científicas mexicanas se registró un incremento notable de profesores y proyectos financiados 29 Ricardo Pozas Arciniega, “Ponencia”, en Cuatro décadas de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, enah, 1982, p. 163. 30 Carlos García Mora, Paul Kirchhoff, el instigador, México, pp. 1-7, http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.com/, consultado en enero de 2019. 77 M. M. WACHER RODARTE Y J. M. RODRÍGUEZ CASO por instituciones estadounidenses. Entretanto es pertinente anotar que, entre las tesis dirigidas por Kirchhoff, una enfocó un problema de investigación no sólo relacionado con el marxismo, sino de profundo interés para el profesor alemán: Arturo Monzón buscó determinar si el calpulli había alcanzado un desarrollo evolutivo clasista o si en el momento de la conquista aún permanecía en el nivel hereditario estamental,31 asunto resuelto de manera breve y ciertamente rigurosa por Kirchhoff en un ensayo escrito en 195532 en el que propuso la noción de clan cónico. Coincidimos con Medina cuando indica que una de las temáticas privilegiadas por el da fue el estudio de la diversidad étnica o cultural.33 Dicho tópico se había incorporado al Museo Nacional desde mucho tiempo atrás, pero en el Politécnico –vale precisar– se abordó con una perspectiva geográfica mundial. A lo largo de cuatro cursos, Kirchhoff, Wigberto Jiménez Moreno y Julio Enríquez examinaron, con un enfoque histórico-comparativo, que en el caso de Kirchhoff no dejó de lado la revisión del “género de vida”, “los tipos fundamentales de la estructura social” y la etnografía de pueblos situados en todo el planeta y agrupados en “áreas culturales”.34 En efecto, el difusionismo equipado con una metodología dirigida a ubicar, rastrear y contrastar (ya fuera en espacios amplios o acotados) rasgos culturales –justamente con el fin de definir áreas culturales– fue una de las teorías más favorecidas por los profesores de etnología e incluso de arqueología del Politécnico. La mejor prueba de esto fue la noción de Mesoamérica, superárea cultural construida a partir de una serie de propuestas difusionistas por Kirchhoff, Weitlaner y Jiménez Moreno, quienes en el desarrollo de esa labor contaron con el apoyo de la información recogida en campo por Barbro Dahlgren (1912-2002) y Fernando Cámara Barbachano (1919-2007). Sería Dahlgren, alumna dilecta no sólo de los demiurgos de Mesoamérica sino también de Jorge A. Vivó, quien se mantendría en esa línea de investigación profundamente articulada con la historia y geografía, Felipe Montemayor, op. cit., pp. 42-45. Paul Kirchhoff, “The Principles of Clanship in Human Society”, en Morton Y. Fried (ed.), Readings in Anthropology, Nueva York, Thomas Crowell Co., v. II, 1959, pp. 259-70. 33 Andrés Medina, Recuentos y figuraciones: ensayos de antropología mexicana, México, unamiia, 1996, p. 247. 34 Anuario del Departamento de Antropología 1941, México, Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, ipn-sep, 1940, p. 14. 31 32 78 DEL IPN AL INAH. LA ENAH como lo demuestra en una obra35 en la que puso las bases para avanzar en la definición de las áreas culturales de los grupos oaxaqueños integrados a la rama sureña de la familia macrootomangue.36 Ahora bien, Jiménez Moreno advirtió que en el da había prevalecido la corriente “historicista”. Opinó que también Paul Kirchhoff, Pablo Martínez del Río, Roberto Weitlaner y Mendizábal comulgaban con esa perspectiva.37 Esta consideración se comprueba cuando se advierte que en 1940 la carrera de etnología tenía el propósito de adiestrar a “investigadores que puedan estudiar la evolución histórica de la cultura de los grupos indígenas y mestizos actuales, tanto en su aspecto precolombino como en su desarrollo después de la Conquista, para que, sobre esa base puedan interpretar y contribuir a la solución de sus problemas económicos, sociales e intelectuales”.38 Esto explica por qué, con excepción de tres discípulos, el resto de los inscritos en la especialidad de etnología se graduaron con trabajos elaborados en el marco de la etnología histórica: en otras palabras, una suerte de etnohistoria, cuyo propósito consistía en examinar con los recursos del evolucionismo y el difusionismo y con base en fuentes escritas, datos etnográficos recogidos en campo y resultados de indagaciones arqueológicas, diversos aspectos de la vida de las sociedades del pasado remoto (cuadro 3). La mayor parte de las tesis de etnología, cuyo problema de investigación se situó en el presente, en realidad empezó a fraguarse a partir de la llegada a la ena, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, del profesor estadounidense Sol Tax (1907-1995). Con base en la noción redfiliana del continuum folk-urbano, y fincado en otros preceptos de la llamada Escuela de Chicago, dicho personaje impulsó el estudio del cambio cultural y la organización social de las comunidades indígenas. Con ese enfoque, que dejó sin historia a los pueblos indios, elaboraron su investigación de grado Fernando Cámara Barbachano y Ricardo Pozas, en tanto que Calixta Guiteras Holmes (1905-1988) la empleó en indagaciones varias. Es pertinente anotar que sólo Cámara Barbachano se mantuvo del todo fiel al estructural-funcionalismo de la Escuela de Chicago, tal 35 Barbro Dahlgren de Jordán, La Mixteca. Su cultura e historia prehispánicas, México, Imprenta Universitaria, 1954. 36 Anuario…, p. 6. 37 Jiménez Moreno citado en Andrés Medina, op. cit., p. 250. 38 Anuario…, p. 1. 79 M. M. WACHER RODARTE Y J. M. RODRÍGUEZ CASO vez porque al concluir su carrera consiguió una beca para realizar estudios de posgrado precisamente en la Universidad de Chicago. Una vez liquidada la educación socialista y tras el reposicionamiento de la derecha, las pesquisas fincadas en los preceptos de la llamada Escuela de Chicago (esto es, los estudios referidos al cambio cultural) fueron ganando terreno en México en las aulas de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (enah). Resultaban convenientes para legitimar con los instrumentos de la ciencia la instauración de un indigenismo más preocupado en transformar el pensamiento de los indios que en aplicar medidas económico-políticas de corte radical (p. ej., la distribución de la tierra) para dar solución a sus problemáticas. PROYECTOS PARA CONVERTIR EL DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA EN UNA ESCUELA Ahora bien, en 1941 el da ya había alcanzado un cierto grado de solidez académica. Gracias al convenio de colaboración signado por el inah, la ffyl (a través de su Sección de Antropología Cultural) y la encb, había logrado estructurar finalmente un plan de estudio completo; asimismo, contaba con un número suficiente de profesores para impartir las materias de las cuatro carreras ofrecidas. En esas circunstancias se observó la necesidad de convertir el departamento en una escuela independiente de Ciencias Biológicas. Llegado, a este punto, las narrativas acerca de la antropología mexicana plantean, con una visión indudablemente presentista, que esa dependencia no tenía otra opción que convertirse en una escuela de antropología dependiente del inah. El Archivo Histórico de la enah, sin embargo, resguarda un proyecto de la autoría de Rubín que propone la fundación de la “Escuela Nacional de Ciencias Antropológicas, Geográficas e Históricas del Instituto Politécnico Nacional de la Secretaría de Educación Pública”.39 ¿Por qué se desechó este proyecto si la tríada historia-geografía-antropología coincidía con la perspectiva epistémica adoptada por un buen número de profesores del Politécnico, más adelante contratados por la enah?, ¿por qué salió del Politécnico la enseñanza de la antropología?, ¿acaso el Politécnico 39 ahenah, s/c. 80 DEL IPN AL INAH. LA ENAH no tuvo las condiciones económicas y políticas para sostener un proyecto de esa naturaleza una vez desaparecida la educación socialista? Y ¿por qué la enah retomó al final la idea de profesionalizar a historiadores, pero abandonó el objetivo de formar a especialistas en geografía? A éstas y otras preguntas referidas a las continuidades y discontinuidades que, en relación con el da, se presentaron en la ena daremos respuesta en futuros trabajos. Por ahora sólo diremos como conclusión que, en la decisión de transformar el da en una escuela dependiente del inah, la opinión de Alfonso Caso debió tener un peso fundamental: dicho personaje ya se hallaba en la cumbre de la comunidad antropológica nacional y como director del inah tenía bajo su mando dependencias anteriormente adscritas al Departamento de Monumentos Artísticos, Arqueológicos e Históricos de la sep,40 y con esto había acumulado gran poder. Cuadro 3 TESIS DE ETNOLOGÍA DE LOS ALUMNOS INSCRITOS ORIGINALMENTE EN EL DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA Alumno Tesis Año de presentación Pedro Carrasco Pizana Los otomíes. Cultura e historia prehispánica de los pueblos mesoamericanos de habla otomiana 1945 Miguel Acosta Saignes Los pochteca. Ubicación de los mercaderes en la estructura social tenochca 1945 Arturo Monzón Estrada El calpulli en la organización social de los tenochca 1947 Fernando Cámara Barbachano Persistencia y cambio cultural entre los tzeltales de los Altos de Chiapas. Estudio comparativo de las instituciones religiosas y políticas de los municipios de Tenejapa y Oxchuc 1948 40 Nos referimos al Departamento de Monumentos Arqueológicos, al de Monumentos Coloniales y al Museo Nacional. 81 M. M. WACHER RODARTE Y J. M. RODRÍGUEZ CASO Cuadro 3 TESIS DE ETNOLOGÍA DE LOS ALUMNOS INSCRITOS ORIGINALMENTE EN EL DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA (continuación) Alumno Año de presentación Tesis Silvia Rendón Mayoral Examen de la decoración aplicada en las alfarerías de Cuauhtitlán, Edo. de México, con una introducción al estudio de la cerámica popular mexicana 1948 Pablo Velázquez Gallardo La hechicería en Charapan, Michoacán 1950 Barbro Dahlgren de Jordán La Mixteca 1950 Anne M. Chapman La guerra de los aztecas contra los tepanecas. Raíces y consecuencias 1951 Jorge A. Vivó Escoto Integración de Chiapas a la Nación Mexicana 1951 Ricardo Pozas Arciniega La organización social de Chamula. Un pueblo indio de la Altiplanicie de San Cristóbal, Chiapas, México 1957 Fuente: Felipe Montemayor, 28 años de antropología, tesis, enah, México, inah, 1971. BIBLIOGRAFÍA Dahlgren de Jordán, Barbro, 1954, La Mixteca. Su cultura e historia prehispánicas, México, Imprenta Universitaria. Faulhaber, Johanna, 1993, “Los inicios de la enah y la carrera de Antropología Física”, en Eyra Cárdenas Barahona (coord.), 50 Años. Memoria de la ENAH, México, inah, pp. 33-37. García Mora, Carlos, Paul Kirchhoff, “El instigador”, México, pp. 1-7, http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.com/, consultado en enero de 2019. Guzmán, Martín Luis, 2001, Muertes históricas. Febrero de 1913. Dos clásicos de la literatura de la Revolución, México, Joaquín Mortiz, Col. Narradores Contemporáneos. 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