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Presentación del Dossier #18 Valor(es) y ciudad(es)

2022, Quid 16

El “valor” ha sido un tema central en los estudios urbanos. Una de las líneas más importantes fue su tratamiento en relación al suelo urbano y de la vivienda (Topalov, 1979; Jaramillo, 1982; Harvey, 2013), que recupera desde la teoría marxista la particularidad de la tierra como mercancía. Desde el inicio de El Capital, Marx deja en claro que la utilidad de los objetos no flota en el aire y que una cosa puede ser valor de uso sin ser valor de cambio y otra puede ser un objeto ser útil y producto del trabajo humano sin ser mercancía. Las ciudades tienen un enorme potencial para asegurar derechos comunes y brindar cobijos en común a las personas; sin embargo, cuando la vivienda cede en favor del espacio vacío que de esta manera acumula riqueza, la calidad de vida se ve afectada y la desigualdad se robustece sin tregua.   En el caso de las ciudades latinoamericanas, los primeros estudios –hoy clásicos– se constituyeron en diálogo con las teorías de la dependencia y las formas de urbanización locales. En los 1990, de la mano de procesos de privatización creciente del espacio público y políticas de ajuste, se fue instalando una visión del valor en tanto dimensión cuantificable que se expresa en relación al mercado inmobiliario, la financiarización (sobre todo en el mercado formal), así como en los procesos de gentrificación, turistificación o la creación de “distritos/ polos de desarrollo” , en un palimpsesto en el que la ciudad ha ido entramando y texturando imágenes de sí misma (Gravano, 2005). Claro está, que el precio del suelo urbano y la valorización del capital (a partir del capital financiero e inmobiliario) han encontrado en la ciudad un lugar de reproducción central. Esa valorización llevó a la “burbuja” que terminó con lo que se conoce como la crisis mundial de 2008. Una crisis que se manifestó de muchas formas y en diversos tiempos en las economías dominantes y las dependientes (por usar esta vieja fórmula esquemática pero elocuente), pero que sin dudas tuvo fuerte impacto en la economía mundial llevando a la adopción de políticas de austeridad (Knight, 2012; Knight y Stewart, 2016; Narotzky, 2020) que afectaron la vida de las personas y las economías cotidianas (Narotzky, 2020). Estos procesos agudizaron las desigualdades y en las ciudades se sintieron (y siguen sintiendo) de una manera inevitablemente cruel. En América Latina esa burbuja financiera y el colapso de las hipotecas subprime iniciada en Estados Unidos no fueron tan notorias como en los países “centrales”. Como ha planteado Segura (2014:2) para América Latina en las últimas décadas asistimos a un “movimiento paradójico en las relaciones entre ciudad y desigualdad en la América Latina contemporánea: mientras por un lado en la última década muchos países de la región han implementado políticas que lograron reducir (levemente) la desigualdad de ingresos, por el otro continúa la expansión de áreas metropolitanas fragmentadas iniciada en los años 70 y profundizada a partir de los años 90”. Así, durante la década de 2000 asistimos a una Pink tide en el que los gobiernos progresistas contribuyeron a una mejora en la distribución del ingreso de amplios sectores de la población que, sin embargo, no se reflejó en un mayor o mejor acceso a la vivienda.  Con la organización de este dossier nos propusimos retomar estas líneas y problematizaciones buscando contribuir a un camino complementario capaz de potenciar la mirada antropológica desarrollada en las últimas décadas acerca del tratamiento etnográfico del concepto de valor. Nos referimos concretamente a pensar de forma compleja la producción de valor(es) y las formas en que las personas dan sentido, importancia, a las acciones que sostienen, producen, proyectan, sus vidas. Es posible decir que esta línea no ha estado totalmente ausente en los estudios urbanos, ya que de alguna forma está presente en los primeros estudios de la Escuela de Chicago (Park, 1999; Wirth, 1999) así como en las reflexiones de Simmel (2002) sobre la vida urbana; sin embargo, consideramos que no ha despertado la importancia que merece en el mundo actual, donde las vidas urbanas se desvalorizan a la par que las mercancías urbanas se vuelven cada vez más valiosas, o mejor dicho, rentables.

Presentación del Dossier #18 Valor(es) y ciudad(es) María Inés Fernández Álvarez Doctora en Antropología. Investigadora del CONICET con sede en el Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA, CONICET-UMET) del que es Vicedirectora. Profesora del Departamento de Antropología de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina. E-mail: mifernandezalvarez@gmail.com Julieta Gaztañaga Doctora en Antropología, Investigadora del CONICET con sede en el Instituto de Ciencias Antropológicas-UBA, Profesora del Departamento de Antropología de la Facultad de Filosofía y Letras, y de la Carrera de Ciencias de la Comunicación Facultad de Cs. Sociales, Universidad de Buenos Aires, Argentina. E-mail: julieta.gaztanaga@conicet.gov.ar Eugênia Motta Doctora en Antropología Social. Profesora del Instituto de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro e investigadora de posdoctorado del Museo Nacional, Universidad Federal de Rio de Janeiro, Brasil. E-mail: motta.eugenia@gmail.com Mariano Perelman Doctor en Antropología (UBA), Investigador del CONICET con sede en el Instituto Gino Germani, docente del departamento de Antropología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. E-mail: mdperelman@gmail.com.ar El “valor” ha sido un tema central en los estudios urbanos. Una de las líneas más importantes fue su tratamiento en relación al suelo urbano y de la vivienda (Topalov, 1979; Jaramillo, 1982; Harvey, 2013), que recupera desde la teoría marxista la particularidad de la tierra como mercancía. Desde el inicio de El Capital, Marx deja en claro que la utilidad de los objetos no flota en el aire y que una cosa puede ser valor de uso sin ser valor de cambio y otra puede ser un objeto ser ú til y producto del trabajo humano sin ser mercancı́a. Las ciudades tienen un enorme potencial para asegurar derechos comunes y brindar cobijos en común a las personas; sin embargo, cuando la vivienda cede en favor del espacio vacío que de Fernández Álvarez et al, Quid 16 Nº 18 - Dic. 2022 – Mayo 2023 (1-7) 1 esta manera acumula riqueza, la calidad de vida se ve afectada y la desigualdad se robustece sin tregua. En el caso de las ciudades latinoamericanas, los primeros estudios –hoy clásicos– se constituyeron en diálogo con las teorías de la dependencia y las formas de urbanización locales. En los 1990, de la mano de procesos de privatizació n creciente del espacio pú blico y polı́ticas de ajuste, se fue instalando una visión del valor en tanto dimensión cuantificable que se expresa en relación al mercado inmobiliario, la financiarización (sobre todo en el mercado formal), así como en los procesos de gentrificación, turistificación o la creación de “distritos/ polos de desarrollo” , en un palimpsesto en el que la ciudad ha ido entramando y texturando imá genes de sı́ misma (Gravano, 2005). Claro está, que el precio del suelo urbano y la valorización del capital (a partir del capital financiero e inmobiliario) han encontrado en la ciudad un lugar de reproducción central. Esa valorización llevó a la “burbuja” que terminó con lo que se conoce como la crisis mundial de 2008. Una crisis que se manifestó de muchas formas y en diversos tiempos en las economías dominantes y las dependientes (por usar esta vieja fórmula esquemática pero elocuente), pero que sin dudas tuvo fuerte impacto en la economía mundial llevando a la adopción de políticas de austeridad (Knight, 2012; Knight y Stewart, 2016; Narotzky, 2020) que afectaron la vida de las personas y las economías cotidianas (Narotzky, 2020). Estos procesos agudizaron las desigualdades y en las ciudades se sintieron (y siguen sintiendo) de una manera inevitablemente cruel. En América Latina esa burbuja financiera y el colapso de las hipotecas subprime iniciada en Estados Unidos no fueron tan notorias como en los países “centrales”. Como ha planteado Segura (2014:2) para América Latina en las últimas décadas asistimos a un “movimiento paradójico en las relaciones entre ciudad y desigualdad en la América Latina contemporánea: mientras por un lado en la última década muchos países de la región han implementado políticas que lograron reducir (levemente) la desigualdad de ingresos, por el otro continúa la expansión de áreas metropolitanas fragmentadas iniciada en los años 70 y profundizada a partir de los años 90”. Así, durante la década de 2000 asistimos a una Pink tide en el que los gobiernos progresistas contribuyeron a una mejora en la distribución del ingreso de amplios sectores de la población que, sin embargo, no se reflejó en un mayor o mejor acceso a la vivienda. Con la organización de este dossier nos propusimos retomar estas líneas y problematizaciones buscando contribuir a un camino complementario capaz de potenciar la mirada antropológica desarrollada en las últimas décadas acerca del tratamiento etnográfico del concepto de valor. Nos referimos concretamente a pensar de forma compleja la producción de valor(es) y las formas en que las personas dan sentido, importancia, a las acciones que sostienen, producen, proyectan, sus vidas. Es posible decir que esta línea no ha estado totalmente ausente en los estudios urbanos, ya que de alguna forma está presente en los primeros estudios de la Escuela de Chicago (Park, 1999; Wirth, 1999) así como en las reflexiones de Simmel (2002) sobre la vida urbana; sin embargo, consideramos que no ha despertado la importancia que merece en el mundo actual, donde las vidas urbanas se desvalorizan a la par que las mercancías urbanas se vuelven cada vez más valiosas, o mejor dicho, rentables. Dossier. Presentación del Dossier #18… 2 La necesidad de pensar la relación entre producción de valor a partir de la interrelación entre procesos económicos y sociales se vuelve así fundamental como tema de investigación y posicionamiento político. Entendemos que la (vida en la) ciudad no se reduce a su dimensión económica sino que incluye los diferentes proyectos y modos de vida urbanos así como en las diferentes formas en que la ciudad se apropia, se usa. De esta manera, la producción de valor urbano no se reduce a la esfera económica ni a su sentido de diferencia social significativa sino que requiere pensar en las formas de construcción de valor y de lo valorable que remite a procesos políticos, sociales, morales, ideológicos. Este enfoque resulta crucial para la investigación situada y crítica, ya que permite atender de manera sistemática a las condiciones de posibilidad de los procesos políticos y a sus implicancias productivas, tan relevantes para examinar las relaciones entre la producción material de lo social y la acción política en las tramas urbanas (Gaztañaga, 2010). En cuanto a la noción de valor, se trata de pensarlo como aquello que realiza el modo en que las acciones adquieren significado al ser incorporadas en alguna totalidad social má s amplia (Graeber, 2013; 2018). Este es un enfoque fértil en sentido teórico-metodológico y casuístico. Una noción de valor como tal, en lugar de disponer series simbó licas y materiales, má s o menos mensurables para clasificar y comparar, y acaso luego concluir (algo acerca de algú n mundo social en particular), nos lleva a considerar a las relaciones sociales humanas en su capacidad diná mica y sus energı́as creativas, en lo que tienen de socialmente establecido y contingente, ası́ como en las disposiciones para la acció n, esperada, institucional, e inesperada, disruptiva (Gaztañaga, 2018; Ferná ndez AS lvarez, Gaztañ aga, y Quiró s, 2017). Este desplazamiento implica ir más allá de una noción restringida de economía permitiendo ponderar en nuestro análisis sobre las formas de producción de valor los esquemas desde lo que se define lo que es bueno y deseable en la vida y las personas producen “vidas que merecen ser vividas” (Narotsky y Besnier, 2014). En este sentido, nuestra apuesta es también comprender estas formas de vivir una vida digna a partir de lo que las personas consideran valorable. Esta perspectiva, permite y requiere un análisis multi-procesual y multi-escalar, centrada en la experiencia que como plantea Narotzky (2022) está en la base de los marcos morales que construyen lo valorable. Así también resulta necesario pensar estas formas de producir valor y justificar las formas de construir vidas dignas a partir de los discursos expertos y “ordinarios” (Narotzky y Besnier, 2014; Neiburg, 2006). La vida en las ciudades y la construcción misma de las ciudades debe ser pensada, entonces, a partir de la experiencia de los actores que construyen ciudad sobre la base de relaciones interpersonales, grupales, desde proyectos a futuro así como valores morales. Diferentes prácticas y luchas construyen las vidas en la ciudad y producen diferentes tipos de valores. Por ejemplo, la capacidad que tienen los actores por hacer uso del espacio público como lugar de trabajo y de apropiación de un valor económico, como espacio de protesta para imponer proyectos de vida legítimos (Fernández Álvarez, 2018; Perelman, 2022) son procesos centrales que producen diferentes formas de acumulación. Desde el punto de vista de la casa (tomada como un arreglo complejo de personas, objetos y espacios construidos y que se constituye en relación con otros) es constitutiva de la economía, de los proyectos individuales y colectivos sobre lo que construye la vida digna (y la buena/ mala muerte) (Motta, 2021). La casa como relaciones implican interdependencia, Fernández Álvarez et al, Quid 16 Nº 18 - Dic. 2022 – Mayo 2023 (1-7) 3 asimetrías, afectos y conflictos visibles a través de los intercambios cotidianos, la comensalidad y el uso del dinero (Motta, 2014). Si pensamos a la ciudad en su complejidad y a partir de las disputas por proyectos de vida que se valen de la materialidad urbana para producir formas dignas de vivir, una mirada multiescalar se torna central. Y una mirada que piense en la complejidad de la producción del valor necesaria. Pensando en la producción del valor tanto en términos económicos como sociales, políticos, morales, que construyen formas de producir la vida, este dossier invita a pensar la relación entre la producción de valor, la de ciudad y los efectos para la vida urbana. La producción de valor urbano -como la pensamos- remite a una multiplicidad de procesos en los que se produce valor económico pero también formar valoradas de vivir, de estar, de pensar el pasado, el presente y el futuro (Fernández Álvarez y Perelman, 2020). El dossier está compuesto por la traducción de un artículo de David Graeber y cinco artículos. Una lectura conjunta da cuenta de la necesidad de pensar multidisciplinar y multiprocesualmente el valor. Así también, muestran que el valor remite a múltiples cosas, procesos y que resulta necesaria una perspectiva holística y compleja. El texto que abre el dossier es “Es el valor lo que da existencia a los universos” de David Graeber. El artículo aparecido en inglés en 2013 es parte del incansable trabajo intelectual y político que realizó el autor durante su vida. Allí, Graeber resume diferentes concepciones y formas de entender el valor en Antropología. Expone cinco formas en las que lo que podría llamarse la teoría del valor de Chicago realiza intervenciones nuevas e importantes en cuestiones de teoría social en general. Las dos primeras formas se derivan directamente del trabajo de Turner y, de hecho, fueron inicialmente desarrolladas para romper con los supuestos convencionales sobre lo que Marx estaba tratando de hacer y, por lo tanto, sobre cómo podría ser una antropología propiamente marxista; aunque está convencido de que estas ideas tienen implicaciones mucho más amplias. La tercera es una síntesis de las ideas de Turner y de Graeber, e implica una nueva forma de concebir la sociedad. Las dos últimas, que son de Graeber, proponen algunas formas nuevas —y, espero, fructíferas—de pensar sobre la cosmología, la “ontología” y la imaginación. En el primer artículo del dossier, Matías Alexander Aravena Hinojosa y Maximiliano André Vergara Corrotea, a partir de un trabajo etnográfico en la comuna de Peñalolén cerca de Santiago de Chile, muestran el modo en que a partir del cachureo -recoger objetos en la basura, o “cachureos”, que puedan ser revalorizablesexploran la transformación y la producción de + valor(es) que se producen. Los autores argumentan que la vida urbana está configurada por distintas relaciones con los objetos lo que pone en tensión diferentes regímenes de valor (los arreglos y el orden que definen qué es el valor y la jerarquía entre distintos valores) y horizontes de valor (referente al contexto social, espacial y temporal en que los objetos se sitúan para poder ser enmarcados como valiosos). Su estudio da cuenta de cómo en un microbasural se constituye como un campo de disputa en el cual determinado valor es producido, un ensamblaje complejo de materiales y temporalidades que tensiona, a partir de los pobladores que recogen y venden Dossier. Presentación del Dossier #18… 4 cachureos, la planificación urbana, la gestión del aseo y el cuidado de la infraestructura urbana. En el segundo texto “El valor de conocerse del pueblo en el contexto de prácticas de aprovisionamiento”, Bárbara Galarza analiza el modo en que un grupo de mujeres producen valor económico y extra-económico por el hecho práctico de conocerse del pueblo. A partir de un trabajo de campo iniciado en 2010 en un poblado mineroindustrial de la región centro bonaerense, la autora se centra en la compleja producción cotidiana de relaciones sociales de proximidad y totalidades imaginarias que se construyen interactuando regularmente en ámbitos doméstico-barriales. Ese conocerse y el modo en que se articulan proyectos produce diferentes tipos de valores y de formas identitarias. El tercero de los trabajos, de Federico Agustín Oriolani y Guadalupe Blanco Rodríguez se titula “Construcción, dinero y cuidado: el valor de la casa propia para mujeres migrantes y no migrantes de barrios populares de Mar del Plata”. Allí les autores se focalizan en el valor que mujeres migrantes y no migrantes de los sectores populares le otorgan a la casa propia. El texto avanza sobre el modo en que la relación entre dinero y el cuidado permite apreciar las jerarquías y moralidades que se establecen entre las distintas prácticas y actividades que se consideran cuidado. La casa propia en un contexto de precarización permite no solo articular las diferentes formas de producir valor, de circulación de dinero sino también comprender cómo periferia extendida en la que se han constituido diferentes barrios populares con problemas de acceso a infraestructura pública, bienes y servicios que complejizan las domesticidades. En “Tras los rastros del agua. Análisis del impacto de la inundación del 2 abril de 2013 en La Plata en el mercado de suelo urbano”, de Daniela Vanesa Rotger, se analiza la relación entre inundaciones, valor del suelo urbano y de la vivienda y de la memoria colectiva en la producción del valor urbano. La autora avanza en torno a la memoria colectiva o la “amnesia de las inundaciones”, como testimonios del tipo de valoración social que adquieren los terrenos de acuerdo a sus diversos atributos. Para ello, estudia de forma minuciosa los precios del suelo en diferentes zonas de la ciudad. En el último de los trabajos, “De la devaluación a la ‘puesta en valor’. Cultura y procesos colectivos en la producción del patrimonio ferroviario de ciudades medias bonaerenses”, Ana Silva muestra el modo en que los espacios ferroviarios desvalorizados con las privatizaciones de la década de 1990 en Argentina adquieren un nuevo valor social y económico a partir de culturizar esos espacios. Este proceso se da a partir de una dimensión vivida del valor y genera emergencias de distintas iniciativas colectivas que buscan revalorizar espacios, herramientas y saberes vinculados a esas actividades. Cada uno de estos trabajos provee miradas precisas y complementarias de un problema cuya complejidad requiere desafiar compartimientos temáticos estancos y miradas atomizadas. Referencias bibliográficas Fernández Álvarez et al, Quid 16 Nº 18 - Dic. 2022 – Mayo 2023 (1-7) 5 ABRAMO, P. (2003). 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