Androgyne

"Dans son célèbre « roman matérialiste », Monsieur Vénus, Rachilde tisse tout un réseau d’images qui configure une nouvelle poétique du corps, indifférente à la doxa et irréductible à la transparence du cogito cartésien."
"[...] quasi un anticipo di certe postulazioni post-moderne, si direbbe che è il corpo stesso, prigione soffocante o maschera derisoria e crudele, ad essere indossato performativamente come una sorta di abito, a divenire medium opaco svincolato dal proprio referente."
[...] Sotto il gioco carnascialesco dei ruoli narrativi e delle configurazioni identitarie perturbate si smarriscono, in Monsieur Vénus,  le certezze canoniche del linguaggio d’uso nel gergo mutante o nella « étonnante perversion de la syntaxe » che approda a un « nouvel espace linguistique» """

The Neutral is a late concept which Barthes developed during his 1978 lecture course at the College de France. Defined as a stance of 'retreat' or 'oscillation' that dodges or 'baffles paradigm' (binary oppositions), it has never been referred to as directly associated with questions of gender and sexuality. Yet its sexual undertones can be strongly felt in many of Barthes's works. Given Barthes's reticence on his own gay sexuality and the interest the discovery of his posthumous autobiographical fragments/diaries sparked in the Feminist and Queer communities, it seems useful to revisit some of his own writings in order to better understand his implied views on sexual difference, homosexuality and identity politics. S/Z, Barthes's seminal analysis of Balzac's short story Sarrasine, emerges as a key text foretelling the figure of the Neutral, translating at the same time the relation between Barthes's own sexuality and work. Some fifty years after the 'Structuralist Controversy' at Johns Hopkins University, how can we read this exemplary (post)structuralist analysis in a way that re-inscribes the central question of sexuality and gender in-difference? We propose a hospitable rereading of S/Z that will open dialogues between Queer Studies and various branches of literary studies.

Fernand Khnopff created some of the most enigmatic and allusive works in the Symbolist idiom. The images of the feminine—both positive and negative—and the androgyne dominate his paintings, yet their connection with the artist's intellectual and philosophical milieu are seldom pinpointed. Understood in terms of the dualist Idealist metaphysics of Schopenhauer, these works can be approached from an iconographic perspective to reveal how the central concerns for all Symbolist artists—duality and the reconciliation of opposites—are encoded in his paintings through these figures, particularly in Avec Verhaeren: Un ange (1889) and Art, or the Caresses (1896).

Este trabajo proporciona una visión panorámica de los disfraces y los intercambios de género (femenino/masculino) para plantear una tipología compleja del travestismo. La articulación de la identidad sexual está en el imperativo máximo de un ensayo en el que se entrelazan ética y política. Se postula la vestimenta como algo más que accesorio, algo que representa a la persona en tanto es la encrucijada de sus voliciones y de nuestra imagen individual. El travestismo convoca la utopía de la autorreflexividad, la manipulación y la metamorfosis; hace creer en la posibilidad de que, en ese nuevo rostro adoptado, se puede hallar otra existencia, otra identidad mas interesantes. Remodelar el cuerpo sexuado es táctica de una máscara asumida y representada, de tal manera que el travesti masculino lo hace símbolo de su realidad ex-céntrica y exagerada, ya que hiperboliza, en su caso, las marcas de ser mujer. Sin embargo, cabe señalar también la importancia de analizar y observar las diferentes posibilidades de encuadramiento social y los motivos para encubrirse, de gran utilidad para estudiar las marcas del travesti y sus maniobras dentro de una gama de posibilidades y estrategias. De ahí la necesidad de cuestionar, en primer lugar, el estereotipo de identificar el travestismo como una práctica exclusicamente masculina y la de asociarla con la homosexualidad, para plantear esos ámbitos en los que son aceptados, por ejemplo, el de la fiesta popular y el del carnaval, con su noción de regeneración vital y la subversión de lo oficial. Otro elemento sobre el que se llama la atención es la asociación del travestismo con el ser hermafrodita en su afán de mimetizarse en la apariencia del contrario biológico y cultural, con el fin de exorcizar el binarismo de términos irreconciliables y la restauración de plenitud original, ya sea mediante una androginización de la mujer para subrayar sus rasgos masculinos, ya sea con una efebización del modelo de belleza en el hombre para caracterizar la suavidad y la delicadeza corporal.