Entre las poesías que se fijaron en carteles en diversos lugares públicos de Arequipa el 13 de junio de 1747 para celebrar la inauguración del monasterio de Santa Rosa, se encontraba un soneto suficiente aunque un poco encorsetado, pero...
moreEntre las poesías que se fijaron en carteles en diversos lugares públicos de Arequipa el 13 de junio de 1747 para celebrar la inauguración del monasterio de Santa Rosa, se encontraba un soneto suficiente aunque un poco encorsetado, pero que mostraba algo más que la alegría barroca ceremonial usual en las festividades religiosas en los vastos reinos que componían la Monarquía Católica: En dos bellas Ciudades divido el imperio de Jobe sea admirado el Orbe todo en una está postrado en la otra el Mundo todo está erigido Allá los Templos ruina han padecido acá se admira todo mejorado allá se muestra Dios tan enojado quanto se ostenta acá compadecido Pues, no es el mismo Numen poderoso que igual virtud en todo el Orbe encierra? Sí, mas sus luces a un Pastor zelozo Dadas las tiene, ia sobre la tierra destruia, pues, y postre riguroso; siendo paces acá, lo que allá guerra.