Child As Method Traducido

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A DESPROPÓSITO

Teknokultura. Revista de Cultura Digital y Movimientos Sociales


ISSNe: 1549-2230

https://doi.org/10.5209/tekn.84628

El niño como método: Un dispositivo para leer la geopolítica de la infancia


Erica Burman1

Recibido: 10 de noviembre de 2022 / Aceptado: 25 de enero de 2023 / OPR

Resumen. El niño como método es un enfoque analítico que aborda las prácticas sociopolíticas centradas en el
posicionamiento otorgado al niño/los niños que pone de relieve las intersecciones necesarias entre las economías políticas
de la infancia con las dinámicas geopolíticas, al tiempo que contrarresta las funciones normalizadas y hegemónicas (de
abstracción e individualización) típicamente representadas por las figuraciones del niño/la infancia. Se presenta como una
transformación creativa de Asia como método, de Chen (2010), en la que participan Border as method, de Mezzadra y
Neilson (2013), así como la teoría feminista, concretamente la teoría de la interseccionalidad. Se considera el estatus de
"método" en el niño como método, junto con su contribución potencial a los estudios sobre la infancia y la teoría social
como un contrapeso psicosocial a las tecnologías dominantes que asisten a la infancia.
Palabras clave: Asia como método; estudios fronterizos; teoría feminista; estudios sobre migración; estudios postcoloniales.

[El niño como método: Un dispositivo para el análisis de las geopolíticas de la


infancia
Resumen. El niño como método' es un recurso analítico que toma al/la niño-a/los-as niños-as como punto de encuentro
o nodo de una serie de prácticas políticas, económicas y geopolíticas, para contrarrestar la abstracción e individualización
inherentes a las representaciones hegemónicas de 'el niño' y la infancia. El dispositivo 'niño como método' se inspira en una
interpretación particular de los libros Asia as method (Chen, 2010) y La frontera como método (Mezzadra y Neilson,
2013/2017), al igual que en la teoría feminista, en particular, la interseccionalidad. La condición de 'método' de este
recurso analítico, además de su posible aportación a los estudios de la infancia y la teoría social, permite articular una
respuesta psicosocial a las tecnologías dominantes interesadas en la infancia.
Palabras clave: Asia como método; estudios fronterizos; estudios sobre migración; estudios postcoloniales; teoría feminista.

Tabla de contenidos. 1. 1. Introducción. 2. Recursos que informan al niño como método. 3. ¿Un método? 4. Comentarios
finales. 5. 5. Referencias.

Cómo citar: Burman, Erica (2023). El niño como método: Un dispositivo para leer la geopolítica de la infancia.
Teknokultura. Revista de Cultura Digital y Movimientos Sociales, 20(2), 243-250. https://doi.org/10.5209/tekn.84628

1. Introducción modos históricamente particulares de la infancia.


Centrado en los niños y la infancia, este enfoque se
El "niño como método" (en lo sucesivo, sin comillas) orienta tanto a situarlos dentro de relaciones
es un enfoque analítico que aborda las prácticas sociopolíticas más amplias como a explorar cómo esto
sociopolíticas centrándose en el lugar que ocupan el también interviene y contribuye a las ciencias sociales
niño o los niños. Aunque comparte características con y humanas.
otros enfoques críticos que actualmente informan los Un punto de partida clave para el niño como
estudios sobre la infancia y la teoría social, surge de los método es la comprensión de que las construcciones de
estudios transnacionales y postcoloniales y tiene un la infancia, incluidas las que se refieren a la figura del
compromiso específico con ellos. Además, se basa en "niño", funcionan para producir y restringir las formas
compromisos feministas y psicosociales que ponen en de infancia que viven y practican los niños. La
primer plano los modelos materialistas de subjetividad ausencia del artículo definido ("el") o indefinido ("a")
y emociones como necesarios para una política de que califica a "niño" refleja los problemas que plantea
transformación social. Una de sus preocupaciones cada calificación, tanto de normalización como de
principales es contrarrestar la práctica cultural diferenciación. Porque en cuanto se califica a un niño
generalizada de abstraer a los niños de contextos y como "el" o "una", surge inmediatamente la pregunta:
dinámicas político-culturales más amplios. Esta ¿qué niño, de qué contexto/tiempo/clase/género, etc.?
abstracción individualiza las condiciones sociales y La disciplina de los estudios sobre la infancia habla de
también garantiza la globalización espuria de las la infancia y de muchos otros significados.
desigualdades culturales y sociales.
1 Universidad de Manchester (Reino Unido)
E-mail:erica.burman@manchester.ac.uk
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2504-5120
Teknokultura 20(2) 2023: 243-250 243
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que incluye otras designaciones que van más allá de la Sin embargo, como se verá más adelante, el niño como
condición de minoría, como la método no es una metateoría, sino más bien una
minorización/marginación cultural. Esto incluye la investigación analítica destinada a formular
condición de grupo subcultural, en lugar de estar indagaciones innovadoras para, sobre y con los niños.
definido únicamente por modelos jurídicos o de
desarrollo basados en nociones (discutibles) de
capacidad o competencia. Estos significados diversos
reflejan historias culturales distintas y las posiciones
filosóficas correspondientes, y funcionan mucho más
allá de las vidas de niños específicos históricos y
encarnados (aunque también tienen un impacto muy
significativo en ellas). Sin embargo, como se reconoce
ampliamente, el uso de la forma plural, "niños",
conlleva más dificultades, ya que se corre el riesgo de
subordinar las especificidades y diversidades a una
generalidad implícita o a lo común asociado con el
sustantivo colectivo, devolviendo de nuevo el análisis
de la vida de los niños a un relato espuriamente
universalizado (Hanson et al., 2018).
El niño como método se ocupa, por tanto, de las
posturas que se producen para y sobre los niños, y de
cómo éstos se comprometen con dichas posturas. Pero
también se ocupa de las consecuencias de tales
construcciones para otras personas movilizadas y
organizadas por y a través de la infancia, incluidos los
adultos; y de los demás papeles e identidades con los
que los niños y la infancia están entrelazados y
enredados. Atender a estas posiciones incluye
necesariamente la reflexividad crítica o lo que algunos
han llamado difracción crítica como parte del marco
ético-político del proyecto.
Aunque el estatus de "método" se estudiará más
adelante, aquí hay que destacar el trabajo realizado por
la preposición "como". Conectar "niño" y "método"
con "como" indica una relación entre los dos términos
("niño" y "método") que no implica una identificación
entre ellos. Esto invita inmediatamente a considerar
qué se incluye y qué se excluye en las alineaciones o
yuxtaposiciones de términos implicadas, incluidas las
cuestiones de reconocimiento, reconocimiento erróneo
y la correspondiente violencia simbólica perpetrada, al
tiempo que también pone de actualidad cómo la
posición de observación desde la que se realizan dichas
alineaciones está necesariamente implicada, implicada
o enredada.
Reconocer las condiciones sociopolíticas de la
constitución y el desempeño de la infancia no debe
interpretarse en el sentido de que dichas construcciones
determinan directa o completamente la infancia. Lejos
de rechazar la actividad agéntica de los niños, prestar
atención a los modos de infancia disponibles en
contextos culturales y políticos específicos invita a
prestar atención a cómo los niños navegan y negocian
estos contextos, y reconoce su necesario compromiso
con ellos. Las psicotecnologías de la infancia informan
y regulan claramente a los niños, así como a otras
partes de su entorno, de forma iterativa e interactiva.
Del mismo modo, las cuestiones conceptuales en torno
al estatus de las perspectivas o "experiencias" de los
niños, aunque claramente importantes, se desplazan
temporalmente en favor de un enfoque analítico que
aborda cómo se conectan y se constituyen en relación
con condiciones materiales y relacionales específicas.
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niños, incluyendo también el estudio de artefactos transformación creativa de Asia como método, más que
culturales de y sobre la infancia. una aplicación del mismo, ya que el proyecto y las
agendas de Chen y su dirección disciplinaria son
claramente diferentes. Más bien, el niño como método
2. Recursos para informar al niño como método surge de una lectura resonante de Asia como Método,
para contemplar preocupaciones convergentes con
Dos recursos conceptuales específicos informan el
proyecto del niño como método, tal y como he llegado
a entenderlo. Estos son: Asia como método, de Kuan-
Hsing Chen (2010), y Frontera como método, de
Sandro Mezzadra y Brett Neilson (2013). Como
expongo a continuación, el tercer recurso -la teoría de
la interseccionalidad- se entiende mejor como un
conjunto de debates que figuran dentro de estos dos
libros y los atraviesan, junto con sus correspondientes
disciplinas, pero que (en mi opinión) también requiere
un mayor énfasis. Por lo tanto, esbozo a continuación
los puntos clave de cada recurso y su relevancia para
el niño como método. En consonancia con el enfoque
"no disciplinario" propuesto, estos tres recursos
deberían interpretarse como una tensión mutua, así
como una profundización potencial de los análisis de
cada uno a través de sus encuentros recíprocos.

2.1 Asia como método

El influyente texto de Kuan-Hsing Chen (2010) Asia


como método establece una agenda para desvincular los
estudios culturales de los imaginarios y prácticas
orientalistas y coloniales. Siguiendo las aportaciones
intelectuales y políticas de Frantz Fanon, Albert
Memmi, Edward Said y Stuart Hall, entre otros, Chen
defiende un análisis geomaterialista (es decir, un
análisis cultural-económico sensible a las políticas y
relaciones locales/globales) que comprende tres
aspectos: la descolonización (considerada como un
momento o acontecimiento político); la
desimperialización (que aborda las inversiones y deseos
afectivos tanto del colonizador como del colonizado); y la
desguerra fría (que considera una dinámica global clave
que ha configurado, y sigue configurando, las
relaciones locales, regionales y transnacionales).
Asia como método evalúa el estado actual de los
estudios culturales poscoloniales, abordando el
problema de la continua orientación hacia los centros
coloniales que, favorables u hostiles, siguen
manteniendo su influencia estructuradora. Analiza
"Asia" como espacio imaginario, pero también discute
las complejas y controvertidas relaciones históricas y
actuales entre los distintos países que componen el
Asia contemporánea. El análisis de Chen evita las
lecturas esencialistas tanto de las prácticas culturales
coloniales como de las precoloniales o "indígenas".
Asia como método aborda los debates sobre el estatus
de la modernidad, cuestionando su alineación con la
occidentalización o con los Estados Unidos europeos.
Su tratamiento se corresponde con los recientes
llamamientos a favor de sociologías conectadas, en
lugar de análisis suscritos a modernidades múltiples
que pasan por alto las desigualdades globales
persistentes derivadas del colonialismo (Bhambra,
2014).
Lo que aquí denomino el niño como método es una
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la descolonización y los enfoques materialistas Chen no se limita a criticar, sino que aboga por
"aplicados a". intervenciones concretas, como lo que denomina
estudios sobre la infancia. "interreferencias". Se trata de una práctica que consiste
El análisis de Chen puede interpretarse como una en desviar la atención de las fuentes tradicionales de
conexión con debates clave sobre cómo las poder y conocimiento (procedentes de Europa o
concepciones de la infancia, y los propios niños, se Norteamérica) para prestar atención a las relaciones
relacionan de forma complicada con las historias del locales y regionales y observar nuevas prácticas
colonialismo, así como con las formas en que los niños "sincréticas" que combinan lo antiguo y lo nuevo.
y la infancia se incorporan a los proyectos
(neocoloniales) de desarrollo. Es importante
desnaturalizar los modelos de "inversión social" y
capital humano en los que se basan actualmente las
políticas internacionales de desarrollo (ya sean del
Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la
Organización Mundial de la Salud o, de hecho,
UNICEF y el PNUD), en los que los niños, al igual que
las mujeres, se consideran el material principal para el
desarrollo social y económico.
Apropiándose y reformulando los argumentos de
Chen, el niño como método toma como tema la
problemática de la descolonización de la infancia. Está
claro que una aplicación exacta al ámbito de la
infancia sería a la vez imposible e indeseable, esto
último porque implicaría precisamente el tipo de
reclutamiento y elisión entre niño, nación y relaciones
transnacionales que es necesario desmantelar. Sin
embargo, el niño y la infancia figuran claramente como
espacios imaginarios, y se necesitan enfoques que
permitan la desorientación o la desestabilización de sus
anclajes histórico-culturales euroestadounidenses (véase
también Rollo, 2018, 2023).
Además, el niño como método aborda dos puntos
clave: centrarse en momentos histórico-culturales
específicos y en los intereses, relaciones e inversiones
afectivas de los diversos y múltiples actores y agentes
implicados. Si bien estos puntos resuenan con los
actuales relatos influenciados por lo posthumano,
intenta resistirse a la abstracción y a los
correspondientes impulsos neocoloniales a los que
éstos se exponen por su origen explícito y su
alineación con la teoría poscolonial.
Del tratamiento de Chen se desprenden al menos tres
puntos relevantes para el niño como método. En primer
lugar, se plantean cuestiones de subjetividad, así como
de posicionamiento estructural y relaciones
geopolíticas específicas. Chen recurre a la obra del
psiquiatra revolucionario Frantz Fanon como fuente
crítica clave para permitir la fundamentación de la
subjetividad y el cambio dentro de las condiciones
políticas, considerando específicamente las
experiencias de racialización bajo condiciones
coloniales en relación con la transformación política.
Una segunda cuestión aborda el problemático tropo
que equipara la infancia con la colonización, a pesar de
cierta a l i n e a c i ó n del posicionamiento de los
pueblos colonizados con los niños a través de prácticas
comunes de desempoderamiento y condición
minoritaria. En tercer lugar, para contrarrestar el
nacionalismo metodológico de muchos análisis
actuales de la teoría social y los estudios culturales,
Chen destaca las influencias mutuas y mutuamente
constitutivas que existen desde hace mucho tiempo
entre los contextos nacionales.
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nuevo, o tradicional/indígena y moderno/"occidental", 2.2 Frontera como método


como
indicativo de nuevas modalidades críticas y emergentes. Un segundo recurso relacionado que inspira al niño
Cabe destacar tres puntos. En primer lugar, aunque como método es Border as method, de Sandro
la desinversión de la relación colonial primaria Mezzadra y Brett Neilson (2013). Este libro es una
propugnada por Chen invita al compromiso con los intervención en y desde los estudios de geografía y
vecinos culturales y geográficos, se reconoce que desarrollo que se centra específicamente en la
estas relaciones próximas también han sido coloniales migración y el trabajo. Su afirmación clave es
y a menudo hostiles. De ahí que abordar los agravios
históricos y construir alianzas regionales sea un
proyecto político significativo y desafiante, aunque
algunas de esas divisiones fueran precisamente las
fabricadas por las potencias coloniales europeas. Esto
puede considerarse políticamente relevante a la hora
de considerar las alianzas prácticas que deben forjarse
no sólo entre los modos de infancia privilegiados y
marginados, sino también junto a, a través de, entre y
dentro de niños y adultos en posiciones diferentes.
Un segundo punto es la reformulación que hace
Chen de la noción de "sincretismo". Aunque éste ha
sido durante mucho tiempo un concepto central en los
estudios culturales y coloniales, entendido como una
mezcla de prácticas especialmente evidente en
contextos colonizados, Chen revisa y profundiza su
análisis para convertirlo en un modo de subjetividad
decididamente antiesencialista y también consciente.
Sus detallados análisis muestran cómo siempre se han
producido y se producirán híbridos, mezclas y
reformulaciones de prácticas culturales y políticas,
entre y a través de los Estados, enriqueciendo así los
debates sobre las dinámicas locales/globales.
Resonantes análisis dentro de los estudios de
infancia y educación pueden verse con la actual
atención y diversas reformulaciones culturales de la
teoría sociocultural (vygotskyana) (Burman, 2019a).
La teoría sociocultural no solo es un modelo cada vez
más influyente dentro de los estudios de infancia y
educación, sino que además se basa en premisas
sociomaterialistas de construcción y configuración
subjetiva (González Rey, 2014). Como enfoque
formulado desde la Rusia revolucionaria, su
trayectoria intelectual puede leerse como una
ejemplificación de la problemática de Chen tanto de la
Guerra Fría como de la necesidad de Des-Guerra Fría
(Yasnitsky y Van der Veer, 2016). (Como ha señalado
un crítico, también podríamos llamar a este enfoque
"la revolución como método").
En tercer lugar, basándose en estas ideas, Chen
aboga por prestar atención al modo en que las
prácticas culturales se forjan a través de las
condiciones actuales y como respuestas a las mismas,
y luego se reconocen a través de las historias
predominantes del presente. Estas descripciones
matizadas y críticas de las prácticas de los estudios
culturales también se aplican claramente a los estudios
sobre la infancia, lo que permite realizar análisis más
claros de las reivindicaciones de y sobre las formas
culturales de la infancia que también practican los
niños, como indican claramente los estudios sobre el
consumo infantil y las reinscripciones y explotaciones
de género realizadas por el trabajo digital de los niños
(Gill-Peterson, 2015).
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que las fronteras incluyen a la vez que excluyen, por lo cuándo y cómo se producen tales inclusiones,
que exigen el estudio de las formas específicas y exclusiones y migraciones entre categorías.
activas de inclusión/exclusión que producen. Al Los préstamos de herramientas y análisis entre
centrarse en la figura del migrante, el proyecto de disciplinas son fructíferos. Los geógrafos sociales y los
Mezzadra y Neilson consiste en profundizar en los psicólogos críticos están prestando atención al modo en
análisis marxistas de la desposesión y la explotación que el léxico dominante del desarrollo individual e
más allá de las nociones demasiado generalizadas de infantil moviliza metáforas casi geográficas (de viaje,
"neoliberalismo" y "globalización". El trabajo marginal migración, transición a través de las fronteras, etc.). La
- "subcontratado", móvil, informal, inseguro, no naturalización y la correspondiente abstracción de estas
regulado y mal pagado, precisamente porque atraviesa metáforas de
el binario producción/reproducción- es aquello en lo
que el capital confía cada vez más para su extracción
de plusvalía. Es significativo que, al igual que Chen,
no hablen de los niños y la infancia.
Resulta especialmente interesante lo que Mezzadra
y Neilson identifican como formas de "inclusión
diferencial" o "relativa" producidas a través de las
fronteras (consideradas no sólo nacionales y, de hecho,
no sólo físicas, sino también culturales y afectivas).
Retomando este punto para una perspectiva orientada a la
infancia, se podría argumentar que, al igual que los
inmigrantes, los niños no sólo están "excluidos" de las
prácticas que conforman sus vidas. Dado que esta
exclusión es económicamente productiva (al servicio
del capitalismo global), también produce formas
particulares de participación (para algunos actores, si
no para los excluidos). De ahí que, precisamente en
virtud de su exclusión, los excluidos se conviertan en
"...protagonistas centrales en el drama de componer el
espacio, el tiempo y la materialidad de lo social
mismo" (Mezzadra y Neilson, 2013, p. 159).
Desarrollar este argumento en relación con los estudios
sobre la infancia y la niñez invita a agendas de
investigación que exploren no sólo cómo, por ejemplo,
los niños producen trabajo para los adultos (como
maestros, cuidadores, trabajadores sociales, etc.), sino
también cómo las divisiones y distinciones entre adulto
y niño, específicamente aquellas que excluyen a los
niños de esto, configuran así la construcción de lo que
es y hace lo social. Es decir, permite una perspectiva
que no sólo analiza las consecuencias de tal
posicionamiento político-económico para los niños,
sino también cómo esto funciona para constituir lo
social, tanto si se les ve como participantes en ello
como si se les excluye.
De forma similar al análisis del sincretismo de
Chen, la formulación de Mezzadra y Neilson de la
inclusión diferencial llama la atención sobre su
práctica distribuida y localmente navegada, y por tanto
variable. A partir de estudios de casos en muchos
contextos nacionales, destacan cómo, en el capitalismo
globalizado y multinacional, los poderes
gubernamentales se delegan en los Estados nación y
entre ellos, de forma que las organizaciones no
gubernamentales locales pueden ser delegadas para
asumir las autoridades gubernamentales, complicando
así la forma en que se promulgan las políticas
internacionales nacionales (ya sean aplicadas o
resistidas). Este análisis de las contradicciones y
divisiones en acción ayuda a desbaratar las
designaciones demasiado fáciles o inequívocas que
podrían verse dentro de los binarios adulto-niño,
invitando en cambio a prestar mucha atención a dónde,
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condiciones sociopolíticas funciona para refundirlas infancia. No obstante, se puede considerar que este
como normas que luego se movilizan como estándares texto es relevante para las consideraciones sobre la
(Coons, 2014). Una lectura geográfica de estos infancia, ya que invita a un análisis social y
términos permite un análisis más situado, relacional y materialista más profundo no sólo de las formas en que
encarnado que puede resistir la individualización y la las fronteras nacionales marcan a los niños y a la
psicologización (Gordo y De Vos, 2010; De Vos, infancia, sino también de las complejas y específicas
2015). Estas dos dinámicas interrelacionadas dinámicas locales, así como globales, producidas por
(individualización y psicologización) contribuyen a estos procesos económicos transnacionales.
eliminar lo sociopolítico de la interpretación de las
desigualdades. En términos políticos, esto se
concentra en los individuos, las familias y las
comunidades como el lugar para la intervención y el
cambio (cada vez más temprano) y también ocluye el
papel del Estado y los organismos más amplios en la
producción de esas desigualdades (por ejemplo, Millei y
Joronen, 2016). En su lugar, prestar especial atención a
los espacios y contextos en los que surgen y se
practican dichas normas y prácticas permite
documentar la configuración sociopolítica de las
condiciones de y para las actividades.
Una estrategia clave para resistirse a las lecturas
teleológicas de la infancia como mera preparación
para la edad adulta ha sido prestar atención al viaje,
más que al destino, indicando al mismo tiempo
trayectorias múltiples y no progresivas que pueden
identificarse a escalas espacio-temporales más
amplias (O'Dell et al., 2017), lo que incluye permitir
lecturas más agénticas e interdependientes de estas
(Holt, 2013). La relevancia de la frontera como
método para el niño como método, sin embargo, no es
simplemente transponer el punto de vista y la
trayectoria de la figura del migrante al viaje de
desarrollo cronológico encarnado de los niños. Si lo
hiciéramos, perderíamos el objetivo de ambas
iniciativas, que consiste en mostrar cómo estos sujetos
marginales (en algunos aspectos equivalentes, pero
distintos) del desarrollo económico y social
"constituyen por su propia desviación" esas mismas
normas a las que están tan -en algunos casos
devastadoramente- sujetos.
Además, retomando el giro espacial de la teoría
social, el llamamiento de Mezzadra y Neilson a
considerar las características temporales y espaciales
como necesarias para comprender las complejas y
cambiantes subjetividades en juego habla de las
transitorias y complejas dis/continuidades históricas
encarnadas que habitan los niños (así como los adultos
que una vez fueron niños), mientras que prestar
atención a (lo que ellos llaman) "paisajes fronterizos",
así como a los cruces de fronteras como múltiples
encuentros (incluso como "sujetos en tránsito")
también profundiza el análisis de las vidas de los
niños. A pesar de que, sorprendentemente -dado el
papel social necesario de los niños en la producción,
especialmente en (lo que a menudo se denomina
inadecuadamente, a pesar de los muchos Norte dentro
del Sur y viceversa) el Sur Global, la relativa juventud
(demográficamente hablando) del Sur Global por
razones significativas), y quizás especialmente el
papel clave de los aparatos transnacionales de
regulación y control de la migración constelados en
torno a los niños (Christinaki 2022)- Mezzadra y
Neilson no dicen casi nada sobre los niños y la
250 Burman, Erica. Teknokultura 20(2) 2023: 243-250

2.3 Interseccionalidad estructura sobre la experiencia (o las identificaciones


sentidas), o viceversa. En mi opinión, por muy valiosos
La teoría de la interseccionalidad constituye un tercer que hayan sido estos debates para aclarar el estatus y
recurso clave para el niño como método. Esta los usos de los enfoques de la interseccionalidad, en
contribución distintiva de la teoría feminista surge del gran medida no tienen en cuenta que lo que hace que un
activismo feminista negro, indígena, latino y asiático a análisis sea interseccional es cómo se utiliza o se pone
partir de la década de 1970 (Combahee River en práctica. Es tanto una investigación crítica como una
Collective, 1981) como una forma de reconocer las praxis crítica (Hill Collins y Bilge, 2016), que combina
relaciones mutuamente constitutivas pero espacio- teoría y acción (Grzanka 2020).
temporalmente (cultural-histórica y políticamente)
complejas entre estatus o posiciones clave que se
producen y estructuran mutuamente, de manera que el
género (por ejemplo) no puede considerarse si no es en
su relación mutuamente constitutiva con la "raza", la
clase, la (des)capacidad o la sexualidad (por ejemplo).
Entre los muchos recursos que la teoría de la
interseccionalidad aporta a los estudios sobre la
infancia, y por lo tanto también al niño como método,
se encuentra no sólo la atención al carácter
mutuamente entretejido, relacional y
socioestructuralmente situado de los diversos
posicionamientos sexuados, de género, de clase,
racializados, (des)capacitados y geográficos de los
niños (por nombrar sólo algunos posibles ejes
relevantes) que con frecuencia modulan y moderan los
órdenes y estatus generacionales. La incorporación de
los enfoques de la interseccionalidad en las
instituciones, a través de las disciplinas y dentro del
discurso transnacional ofrece un ejemplo de cómo una
cuestión de derechos civiles se ha incorporado a las
políticas de derechos humanos. Otra idea es que,
dependiendo del contexto o encuentro específico, estas
posiciones de intersección pueden llegar a ser más
prominentes en la determinación de las acciones de los
niños, las interacciones y, de hecho, el tratamiento por
los demás más allá de (pero también en relación con)
que su condición de infancia. Esta teoría feminista, que
surge de las críticas y los debates formulados por las
mujeres negras y las mujeres de color, no solo
prefigura la atención más amplia a la teoría de la
frontera y la teoría desde los márgenes, sino que
también conlleva implicaciones para las
reivindicaciones de conocimiento (Hill Collins y Bilge,
2016). En concreto, junto con otras teorías feministas,
lo que se destaca aquí es cómo el conocimiento -
incluido el del investigador- está necesariamente
situado y es perspectivo, lo que conlleva implicaciones
para la realización y la interpretación de la
investigación.
Continúan los debates sobre el estatus de la
interseccionalidad como teoría o enfoque de otras
teorías. En primer lugar, si se trata de una metodología
(Nash, 2008) y, en segundo lugar, en caso afirmativo,
cómo (Winker y Degele, 2011); en tercer lugar, si solo
puede utilizarse para cuestionar las desigualdades o, en
cuarto lugar, si escapa -e incluso debería hacerlo- a las
trampas de la política de identidad (centrada
inicialmente en las mujeres negras), cuyas limitaciones
filosóficas y políticas (solipsismo y jerarquías de
opresión, respectivamente) habían generado en parte
su necesidad (Cho et al., 2013). Otros debates se
refieren, en quinto lugar, a si sus orígenes en una
epistemología del punto de vista favorecen la
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El marcado explícito de la teoría de la comprometidas que puedan abordar mejor las


interseccionalidad como surgida de los feminismos complejidades y fluidez político-culturales de las
negros pone en primer plano las cuestiones de la posiciones y vidas de los niños. El niño como método
racialización y el colonialismo de un modo que no es tanto un método técnico o procedimental como
precedió a la preocupación por las reivindicaciones y una investigación analítica o un conjunto de
los derechos diferenciales a la ciudadanía, los compromisos epistemológicos. Como dispositivo
derechos y la movilidad de Asia como método y tecnocultural, toma al niño como punto nodal en un
Frontera como método. Esta teoría feminista no sólo conjunto de prácticas, relaciones sociales y
prefigura la atención más amplia que se presta a la disposiciones institucionales como forma de leer las
teoría de la frontera y a la teoría desde los márgenes, prácticas político-culturales, incluidas las prácticas
sino que también tiene implicaciones para las académicas. Aunque no está comprometido con ningún
reivindicaciones de conocimiento. En concreto, junto modelo o teoría específicos de la infancia, el niño
con otras teorías feministas, lo que aquí se pone de como método pretende apoyar la generación de
relieve es cómo el conocimiento -incluido el del
investigador- está necesariamente situado y es
perspectivo, lo que conlleva implicaciones tanto para
la realización como para la interpretación de la
investigación.
Hay cuatro razones para incluir la teoría de la
interseccionalidad como un recurso clave para el niño
como método. En primer lugar, como intervención
feminista específicamente identificada en el discurso
de las ciencias sociales (y humanas), ya que las
contribuciones feministas se relegan con demasiada
frecuencia como derivadas o subsidiarias de otras
"narrativas más grandes". Sus reivindicaciones de
conocimiento también coinciden con los recientes
llamamientos a una teoría modesta o inmadura, tanto
en relación con los estudios sobre la infancia
(Gallacher y Gallagher, 2008; Kraftl, 2020) como en
otros lugares (Haraway, 1997). En segundo lugar, el
enfoque de la teoría de la interseccionalidad sobre la
relacionalidad, la interdependencia y las relaciones
necesarias y constitutivas entre el posicionamiento
estructural y la subjetividad (independientemente de
cómo esté configurada) tiende un puente entre las
apropiaciones de las teorías marxistas de la praxis y la
conciencia y los compromisos feministas más
recientes con la actuación y la performatividad
(Butler, 1990). En tercer lugar, existe un enfoque
correspondiente sobre el papel de las relaciones de
poder en la constitución y restricción de cómo y qué
ejes de subjetividad y posicionamiento adquieren su
relevancia. Por último, como ya se ha indicado, la
interseccionalidad se menciona y moviliza
explícitamente tanto en Asia como método como en
La frontera como método (quizás como una forma de
alinearse con los enfoques feministas en general).

3. ¿Un método?

Al igual que Asia como método y Frontera como


método, el niño como método se inspira en marcos
postestructuralistas, concretamente foucaultianos,
debates feministas sobre la interseccionalidad y
perspectivas psicoanalíticas sociales. En
correspondencia con estos, entonces, el método se
entiende no como una cuestión de procedimiento
técnico, sino más bien como un "ángulo epistémico" o
"imaginario narrativo" (Park, 2016). Se trata de una
intervención conceptual para permitir el
planteamiento de preguntas más interesantes y
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una investigación empírica basada en teorías y de comparación educativa transnacional predominantes,


comprometida desde el punto de vista ético y político. e identificando cómo esto suprime la atención a los
Estas perspectivas conjuntas -Asia como método, procesos globales que mantienen y reproducen las
Frontera como método y teoría de la desigualdades locales y regionales, y las presiones
interseccionalidad- invitan claramente a criticar los ambientales (Shahjahan et al., 2017). Por otra parte, una
modelos de investigación imperantes, y las técnicas y reciente y fructífera línea de crítica
prácticas correspondientes, como (al menos) cómplices
del colonialismo, el imperialismo y el patriarcado. Los
enfoques de investigación feministas y de
descolonización también rechazan la separación entre
teoría y método, así como entre metodología y método,
abogando por una responsabilidad y un compromiso
activistas y ético-políticos que trasciendan las
tecnologías o paradigmas de investigación (Takayama
et al., 2015). Además, las investigadoras feministas
llevan mucho tiempo argumentando que lo que cuenta
como conocimiento, y cómo se recibe e interpreta,
refleja cómo, dónde, cuándo y por quién fue generado.
Por lo tanto, las cuestiones ontológicas sobre la
perspectiva y el estatus del generador de conocimiento
entran en el estatus epistemológico del conocimiento
que se genera en formas que pueden ser aceptadas y
aprovechadas activamente, en lugar de ser oscurecidas.
Considero que el niño como método se basa en
estas intervenciones conceptuales para permitir el
planteamiento de preguntas más interesantes que se
comprometan mejor con las complejidades,
diversidades y fluidez político-culturales de las
posiciones y vidas de los niños. Al igual que la "teoría
del sur" (Connell, 2014), sus compromisos
epistemológicos pretenden generar nuevas agendas de
investigación. Como afirman Mezzadra y Neilson,
"aporta ideas productivas sobre las tensiones y los
conflictos que desdibujan la línea que separa la
inclusión de la exclusión, así como sobre el código
profundamente cambiante de la inclusión social en el
presente" (p. 6).
No obstante, como cabría esperar de un
A continuación se exponen algunas consideraciones
metodológicas. La "interreferencia" de Chen (2010)
podría aplicarse para describir las formas de
desvinculación de la infancia de la teleología
normalizadora de los modelos de desarrollo (ricos, del
norte, capitalistas avanzados), para centrarse en cambio
en las relaciones locales (tanto cruces como fricciones)
entre varias prácticas de la infancia (espacial o
temporalmente distintas) que compiten y se suceden.
Esto sería coherente con el llamamiento de Mezzadra y
Neilson (2013) a alejar las agendas de investigación de
los estudios comparativos (o lo que solían llamarse
estudios "de área") para emprender análisis
transnacionales que, en cambio, basándose en su noción
de inclusión diferencial, atiendan a "resonancias y
disonancias producidas por los encuentros y choques
entre conceptos y una materialidad que puede ser muy
distante de aquella en la que se formularon
originalmente" (p. 8).
La literatura reciente sobre sociología de la
educación
movilizado argumentos equivalentes, motivando un
alejamiento de los estudios educativos comparativos
hacia los estudios transnacionales (Takayama et al.,
2017), en particular destacando la política nacionalista
y estatista encubierta presumida por los instrumentos
Burman, Erica. Teknokultura 20(2) 2023: 243-250 253

la infancia y la investigación educativa es precisamente más amplias, en las que los niños deben figurar como
explorar las formas en que los Estados nación han algo más que tropos políticos o teóricos.
producido históricamente, y siguen produciendo A pesar de la ausencia casi total de niños
actualmente, narrativas específicas de la infancia y la infancia tanto en Asia como método y Frontera
(Millei e Imre, 2016). como método (este último especialmente llamativo
Juntos, estos recursos desplazan el enfoque en los teniendo en cuenta
orígenes a favor de los encuentros, las reuniones, los
cruces y las intersecciones, que ofrecen conceptos
útiles para enmarcar las investigaciones críticas sobre
la infancia. Como investigación analítica, pues, lejos
de que el método no sea una preocupación del niño
como método, el objetivo es fomentar y poner en
diálogo enfoques de investigación diversos,
innovadores y creativos al servicio de la
documentación de cómo se entienden el niño/la
infancia/los niños, y las prácticas institucionales que
los rodean, en toda una serie de ámbitos geopolíticos
y disciplinarios. Sin embargo, es importante que el
proceso de documentación vaya más allá de la
descripción para someter a un escrutinio crítico las
prácticas ético-políticas implicadas en la elaboración,
interpretación, aplicación y recepción del material.
Aunque mantiene el papel de lo empírico, el
modelo emergente de investigación dista mucho de
los enfoques científicos tradicionales e incluso de las
ciencias sociales, ya sean enfoques experimentales
preocupados por la predicción, la manipulación de
variables y la refutación de hipótesis, o incluso
posturas etnográficas que se limitan a describir y no
pretenden alterar o cambiar lo que registran. Al igual
que con Asia como método, y Frontera como método,
considero que el niño como método está aliado con
los enfoques activistas de la investigación, que
entienden la investigación como un conjunto de
prácticas socialmente negociadas y coactuadas que se
llevan a cabo en solidaridad con grupos marginados y
oprimidos, y a menudo coproducidas con ellos. El
objetivo es posibilitar algún cambio, aunque sea, en
primera instancia, a nivel de conceptualización, junto
con un compromiso epistemológico de prestar
atención a las experiencias vividas y las perspectivas
de los más afectados. Evidentemente, el modo en que
se generen e interpreten estos documentos (ya sean de
experiencia o de otro tipo) dependerá del tema y el
enfoque específicos.

4. Comentarios finales

En este artículo he esbozado la justificación y los


recursos conceptuales que informan un enfoque que he
denominado el niño como método, como contribución
a los debates sobre el estatus del niño/la infancia dentro
de las prácticas y relaciones sociales. Más que un
modelo dogmático o completo, se trata de un enfoque
evolutivo para inspirar y conectar las investigaciones
entre debates disciplinarios. Aunque los lectores
pueden considerar que hace tiempo que se abordan
estos sentimientos y cuestiones, lo que quizá sea
distintivo es el marco analítico que destaca las
necesarias intersecciones entre la economía política de
la infancia y las dinámicas geopolíticas. Tales
dinámicas, locales y globales, deben figurar como
parte de iniciativas postcoloniales y anticapitalistas
254 Burman, Erica. Teknokultura 20(2) 2023: 243-250

su enfoque en el trabajo), el niño como método varias arenas de producción cultural que involucran a
moviliza estos marcos críticos no simplemente al niños, incluyendo representaciones de, y actividades
servicio de una conversación interdisciplinaria con los con y por niños. Además de explicar el niño como
estudios culturales, los estudios postcoloniales o los método como una forma de leer las prácticas
estudios sobre migración, ni como equivalente directo educativas, así como una forma de leer la teoría
de éstos, sino más bien como una emergencia sociocultural (Burman, 2019a), se ha utilizado como
sincrética de problemas y recursos comunes que busca un marco explícito para una lectura crítica de los
el compromiso mutuo, más que la mera aplicación. Por escritos de Fanon (Burman, 2019b). Actualmente lo
tanto, mis reivindicaciones del niño como método no estoy desarrollando como una metodología narrativa
son originales, ya que en cualquier caso irían en contra participativa intergeneracional que se apropia de la
de su compromiso con las políticas sociopolíticas, práctica artística de los "objetos encontrados" para
relacionales y materiales de la generación de analizar formas y espacios de "infancia encontrada"
conocimiento. Más bien, el objetivo es cristalizar las (Burman, 2022c), mientras que otros investigadores lo
preocupaciones analíticas emergentes que ya están en han utilizado como marco analítico para memorias
marcha para permitir que otras investigaciones etnográficas (incluidas autobiográficas) de infancias
conceptuales y prácticas se comprometan e intervengan (post)socialistas (Millei et al., 2018; Burman y Millei,
en los debates actuales de la teoría cultural y social. 2022), y como un medio para leer las dinámicas de
Como investigación analítica, más que modelo, la género y neocoloniales recapituladas a través de la
precisa orientación política británica de protección infantil
La forma que adopta el niño como método está sobre el reconocimiento transgénero (Cassal, en curso).
necesariamente orientada al ámbito específico y a la El niño como método, por tanto, pretende introducir la
intervención emprendida. Sin embargo, existen claras infancia como analítica central en el análisis de lo
posibilidades de elaborarlo en relación con social.

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