Y también encontramos: Chacinas, conejo, ensaladas de pimientos asados, migas de pan, perdiz, queso de cabra y setas. El acebuchal: Zona de ocio y esparcimiento con barbacoas, servicios, agua potable, etc.
Se encuentra cerca de la aldea de Tujena, junto al llamado Acebuchal del Alpízar, en un entorno típico de nuestra campiña, rodeado de campos de cultivo de cereal, girasol y olivos.
En las zonas bajas y arcillosas aparece el acebuchal aclarado desde tiempos inmemoriales para dejar paso al pasto que alimentará el ganado típico de la zona, la vaca retinta.
Desde el cortijo se ve el acebuchal, espacio incluido en la lista de “Lugares de Interés Comunitario”, que, sin duda, destaca en este homogéneo paisaje de la campiña onubense.
Cómpeta tiene en la montaña una barriada llamada El Acebuchal que recientemente se le ha construido una capilla para sus pocos habitantes.
Junto a la población de El Cuervo. Como única masa arbolada, sobre la sierra, se encuentra el acebuchal de La Guillena, con una extensión de casi 50 Ha.
El toponímico Zamora se halla muy difundido en el norte de África, con localidades como Zemmora, Zemmorah, Zemmouri, y Zemmoura o pueblos como el de los Zemmours La etimología de todas estas localidades se derivada de la palabra bereber “azemur”, es decir, acebuche u olivo silvestre, cuyo colectivo sería “azemmur”, acebuchal u olivar silvestre.
Por otra parte los análisis de las aguas residuales eran realizados hasta 2005 por la misma empresa privada a partir de las muestras colectadas en las estaciones depuradoras de aguas residuales (E.D.A.R.) de Getares, San García, Acebuchal, La Concha y La Mediana.
La misma leyenda sobre el hallazgo de la imagen a cargo de un pastor se encuentra unida a la dureza de los parajes naturales de Doñana: Una vez arraigada la romería de El Rocío, la masificación de peregrinos a lo largo de determinadas fechas es evidente, no sólo en la aldea de El Rocío donde se sitúa la ermita, sino también en zonas aledañas pertenecientes o no al parque como la Piara del Acebuchal, el Puente del Ajolí, la Boca del Lobo o el camino de Moguer.
Gran Canaria cuenta con entre 1500 y 200 hectáreas de acebuchal-lentiscal y algunos fragmentos de almacigares, que con unas 20 hectáreas son los mayores de las islas.
Los palmerales, sin embargo, se habrían desarrollado más tras la llegada de los humanos, al desaparecer otras formaciones. La isla de Lanzarote conserva apenas unas 3,5 hectáreas de acebuchal, apenas un 0,2% de lo que podría haber llegado a albergar.
Posee un acebuchal bien desarrollado, con acebuches de gran porte cercanos al arroyo, junto a los que crece un denso matorral formado por zarzas, aladiernos y acebuches de porte arbustivo.