Sólo quiere a muchachas de quince años y las azota, hasta hacerles saltar la sangre, con acebos y ortigas; es muy exigente en la elección de los culos.
Tiene una vegetación muy interesante: encinas, coscojas, quejigos, madroños, acebos, tejos, pinos silvestres, arce de montpellier, avellanos, hayas, manzanos silvestres, arizones, etc.
Cañones, desfiladeros, bosques de hayas, robles, encinas, acebos y madroños son algunos de los elementos que configuran su hábitat.;Desfiladero de Pancorbo El desfiladero ha marcado desde siempre su historia.
Alberga rincones húmedos donde afloran abedules, álamos temblones, tejos y acebos.;Pinar de la Garganta de El Espinar: Sus más de 3.000 ha cubren casi toda la superficie del valle del río Moros (Segovia).
En ocasiones se les ve acompañados de robles pubescentes (Quercus pubescens), arces (Acer campestre), acebos (Ilex aquifolium), etc.
En ésta y otras corrientes de agua hay bosques de alisos de pocos metros de anchura pero kilómetros de longitud, formando túneles vegetales en los que apenas penetra la luz hasta la llegada del otoño. Se pueden encontrar también loros, acebos, mostajos y arces.
Onís figura por primera vez como alcaldía en 1504 y por primera vez representado en la junta General del Principado en 1594, teniendo como representante a Juan González de Acebos.
La primera vez que Onís aparece como alcaldía es en 1504, siendo representado ante el principado en 1594 por Juan González de Acebos.
La diferenciación consiste en que el cono volcánico está más seco y soleado, con vegetación mediterránea típica compuesta de pinares artificiales y de acebos; mientras que el monte Somma es más húmedo, con una vegetación similar a la de los Apeninos, formada por castaños, robles, alisos, arces y acebos.
La flora de esta localidad, de extraordinario valor paisajístico y ecológico, está formada por árboles autóctonos, entre los que se encuentran robles, castaños, hayas, abedules, avellanos y acebos.
Los hayedos de la zona se enclavan en tres bosquejos: El Hayedo de Montejo, con 250 ha, se sitúa en la orilla derecha del Jarama, en la provincia de Madrid, y se conservan algunos ejemplares de hayas rodeados de robles, tejos, fresnos, acebos, servales, abedules y manzanos silvestres.
Así, entre el aroma del laurel, la belleza del ojaranzo en flor, elegantes durillos y acebos, se caminará por esta especie de selva, en compañía de los sonidos del mirlo acuático, el hábil martín pescador y las currucas o pinzones, que se esconden entre los helechos.