-En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo -dijo, santiguándose, la mujer. -En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo -contestó, con la misma ceremonia, su auditorio.
como yo los he cogido, entonces confieso que bien he deshonrado al vecindario de Arfe. (Hondo murmullo en el
auditorio. Amenazas y maldiciones, que la horripilante curiosidad de oír acalla.) Juez.- Mida usted sus expresiones.
Emilia Pardo Bazán
Por fin, apareció en el púlpito nuestro vizcaíno y empezó su sermón con tal habilidad y gracia que la admiración, el asombro y el santo deleite henchían los corazones y los espíritus de todo el
auditorio.
Juan Valera
Señor Presidente, muchas gracias por darnos esta entrevista. -PRESIDENTE ERNESTO ZEDILLO: Al contrario, es un gusto y buenas noches a usted y a todo el auditorio.
Yo me acuerdo, pobrecito, como si lo estuviera viendo, me acuerdo de la cara de maese Pérez cuando, en semejante noche como ésta, bajaba de la tribuna, después de haber suspendido al
auditorio con sus primores...
Gustavo Adolfo Bécquer
ice el padre Isla (Ger.) que hallándose un predicador ignorante en lo más tierno de su sermón, entre un
auditorio lleno de temor de Dios, no sabiendo de qué texto echar mano para acabar de aterrarle y convencerle, exclamó con aquel verso de Virgilio, y como nadie le entendió quedaron todos persuadidos de que les había dicho una porción de picardías; «con lo cual -añade- lloraban aquellos salvajes que era una bendición de Dios».
Mariano José de Larra
La mayor dificultad que ofrecía el asunto era esa misma publicidad, ese amor colosal que la imaginación y la tradición abultan hasta lo infinito. ¿Cómo persuadir al
auditorio que la amante de Teruel podía dar su mano a quien no fuese dueño de su corazón?
Mariano José de Larra
Cuentan de su merced que siendo mayordomo del gremio, en una fiesta costeada por los escribanos, a la mitad del sermón acertó a caer un gato desde la cornisa del templo, lo que perturbó al predicador y arremolinó al
auditorio.
Ricardo Palma
No diré precisamente que sea necio el decirse uno las cosas a sí mismo, porque al cabo, ¿dónde habían de encontrar ciertos hombres un
auditorio indulgente si no hablasen consigo mismos?
Mariano José de Larra
Señor Presidente, muchas gracias por su presencia. El Presidente de la República: muy buenos días, Pedro, a usted y a su muy amable auditorio.
Pues explíquelo quien pueda: un día en que oí arrastrar por el lodo del desprecio a las Cutres, sin darme cuenta del porqué, me puse a defenderlas, y, sostuve, ante el escandalizado
auditorio, que sin duda una avaricia tan exaltada e incomprensible, ejercida en igual grado por tres mujeres, debía de tener alguna razón oculta, obedecer a un secreto de la vida, de esos que no se pueden explicar a la multitud, y que justifican los hechos ante la conciencia.
Emilia Pardo Bazán
En realidad, he encarnado una vez tal figura, pues a la edad de catorce años representé, ante un
auditorio infantil, la escena que Schiller hace desarrollarse entre Bruto y César en su conocido poema.
Sigmund Freud