Pabellones y Oficinas de Administración del moderno Hospital, que Piñas lo ha bautizado con el nombre de LUIS MOSCOSO ZAMBRANO, distinguido filántropo, humanitario y patriota piñasiense.
Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser
bautizado?
La Biblia (Nuevo Testamento)
Jesús les dijo: La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser
bautizado; 10.40.
La Biblia (Nuevo Testamento)
El señor Humais, por su parte, sentía predilección por todos los que recordaban a un gran hombre, un hecho ilustre o una idea generosa, y de acuerdo con esto, había bautizado a sus cuatro hijos.
¿Qué es un cristiano? Es aquel que, estando bautizado..., bautizado..., bautizado. Emma subió los peldaños de la escalera, y cuando llegó a su habitación, se dejó caer en un sillón.
Todos los que obedezcan a los apóstoles serán salvos, y los que no obedezcan perecerán. «Quien crea y sea bautizado será salvo; quien no crea será condenado(40).
Por entonces hubo un gallero
bautizado, por lo ridículo y grotesco de su estampa, con el apodo de Chauchilla, el cual dejó a su muerte un legado de cien mil duros en favor de los pobres y de los hospitales da Lima.
Ricardo Palma
Los hacendados, a competencia, querían exhibir lo más fino de la cría, y el fallo del mercedario era por ellos acatado sin observación, La prueba general del ya escogido ganado se efectuó en la chacarilla del Estanco, donde había gran corral con burladeros. Entre los toros que allí se probaron hubo uno
bautizado con el nombre de Relámpago y oriundo de los montes de Retes.
Ricardo Palma
DE COMO CHRISTO FUE TENTADO ESCRIBE SANT LUCAS EN EL CAPITULO IV, V.1-13, Y MATHEO, CAPITULO IV, V.1-11. 1º Primero: después de haberse bautizado fue al desierto, donde ayunó quarenta días y quarenta noches.
Recuerdo que mi dómine tenía dos látigos,
bautizado el uno con el nombre de Orbegoso y el otro con el de Salaverry, y que los muchachos solíamos decirle: «Señor maestro, pégueme usted con Orbegoso y no me pegue con Salaverry».
Ricardo Palma
Se había casado, su mujer era hija de un gran maragato de la calle de Segovia, tenían un hijo, a quien había bautizado porque había que vivir en el mundo; él ya no era krausista, ni los había desde que Salmerón estaba en París.
Era buena cristiana, y sospechando que no la habían bautizado, la llevó al día siguiente a la parroquia donde le pusieron un nombre cualquiera que la débil criatura no escuchó jamás.