Sobre la tempestad de opacas tintas que finge el cielo, el Iris de oro, grana y azul suelta las cintas, y el mar muge o se duerme, y trina el ave o al nido torna, en tanto que la brisa de primavera suave lucha de invierno con el cierzo frío, y el cáliz cierra o ábrelo indecisa la flor sedienta a un alba sin rocío.
Sobre su frente pasaron con rudo silbar las balas, y gendarmes le acometen diciendo «¡Ríndete a Francia!» Y entonces él —«No se rinden los que nacen en España», y contra el jefe enemigo su ancho trabuco descarga. Cayeron dos, como arbusto que el cierzo en pos arrebata.
Y he aquí que el conde, en un viaje por llanuras acolchadas de nieve, mientras un
cierzo áspero y polar desgarraba los escarchados arabescos del ramaje sin hojas: yendo, como un «mujik», en la plataforma del tren, enfundado en su hopalanda de pellejas de carnero mal curtidas, endurecidas por el hielo, sintió en su pecho, repentinamente, como una punzada.
Emilia Pardo Bazán
Por qué tiembla la tierra pro qué las hondas mares se embravecen, dó sale a mover guerra el
cierzo, y por qué crecen las aguas del Océano y decrecen.
Fray Luis de León
La emperatriz de Alemania, de España la augusta reina, hermosa entre las hermosas, discreta entre las discretas; la gentil, fresca, radiante y embalsamada azucena, que dio a Toledo Lisboa, de paz y dominio prenda, en vez del trono del mundo, do el mundo la reverencia, yace en el doliente lecho, de nuestra humana flaqueza agotando las angustias, apurando las miserias, deslumbrada la hermosura, trastornada la cabeza: flor lozana que al impulso del
cierzo se troncha y seca, astro a quien apaga y hunde del Creador la omnipotencia.
Ángel de Saavedra
El promontorio que Éolo sus rocas candados hizo de otras nuevas grutas para el Austro de alas nunca enjutas, para el
Cierzo espirante por cien bocas, 450 doblaste alegre, y tu obstinada entena cabo lo hizo de Esperanza Buena.
Luis de Góngora y Argote
Y adormecido de sirenas prófugas no acerté a sembrarme de palabras como en las chispas de la flama hoy
cierzo y la mirada que de rostros me anegaba de pronto cesó las fantasías, porque un espejo que mis alas reflejaba me florecía en espinas...
Antonio Domínguez Hidalgo
Amigo del sur, hermano, al pensamiento que se me abre como grieta del fuego que arde en la inmensidad de tu inmensidad, te doy mi grito que vuelto puños tan se me estalla como la ira... fusil al aire, protesta al
cierzo, rompiendo hielos que nos congelan cada inquietud.
Antonio Domínguez Hidalgo
¡Y qué sol tan sol entre mis brazos! ¡Qué luz tan luz entre mis manos! ¡Qué
cierzo tan olvidado! ¡Qué llagas tan cicatrices! ...tan cicatrices.
Antonio Domínguez Hidalgo
6 Ahora que la ausencia está en reposo sin el sancto sanctorum del recuerdo me acobarda saber que ya no tengo ni un sollozo ni fuegos en mi infierno… Al vaso derramado no le importa… La gota se deshizo en su torrente y el vacío acumulado por el tiempo se hizo añicos con el cierzo… Soy tan solo una saudad de invierno que se marchita en su sofá de hielo.
Ni tampoco faltaron En el vicioso cesped escondidos Los lirios por el sol descoloridos, Los jacintos morados, Las anchas hacederas, Las pródigas junqueras, Y las altivas y sonantes cañas Rodeadas de mimbres y espadañas; Y aun al pie de una peña guarecidas (175) Del cierzo y de las ráfagas inquietas, Se levantaron de perfume henchidas Tempranas y odoríferas violetas.
ESQUINA Todo es así de intermitente cuando un camino vasto en semen no siembra más allá de una cosecha tenue y se apresura a devorar el
cierzo que late en un despecho… Entonces se hace el cáliz sorbo terso y se arrinconan los capullos en su estruendo hasta el instante que una torva llamarada despiadada se revela y acobarda.
Antonio Domínguez Hidalgo