Tantas venturas prodigó la suerte a la mitad primera de tu vida sólo para colmar, mudable y fiera, de desventuras su mitad postrera.
Yo he sido elegido por la suerte de las armas para quebrantar vuestras cadenas, como también he sido, digámoslo así, el instrumento de que se ha valido la providencia para colmar la medida de vuestras aflicciones.
Es Dios quien ha hecho al hombre sociable y quien le ha colocado en medio de sus semejantes, para que las exigencias naturales que él por sí solo no puede colmar las vea satisfechas dentro de la sociedad.
XXXVII A SUS AMIGOS Ahora, amigos, debemos beber y danzar alegremente; ahora es tiempo de colmar las mesas de los dioses con los exquisitos manjares de los Salios.
Como en castillo alpino o en poblado suele el cazador tras sus bravezas a las puertas de osos que ha cazado hincar las garras, pieles y cabezas; así el fiero gigante había colgado aquellos que juzgó mejores piezas. De otros infinitos se ven huesos y su sangre colmar fosos y accesos.
Esa mirada fue más elocuente que todos los juramentos de constancia; sus manos se estrecharon por un momento... pero un precipicio los separaba, precipicio moral que era imposible colmar.
Explóralo todo, en todos sentidos, sin orientación fija, que si llegas a conocer tu horizonte todo, puedes recogerte bien seguro en tu nido. Que nunca tu pasado sea tirano de tu porvenir; no son esperanzas ajenas las que tienes que
colmar.
Miguel de Unamuno
El novio no saltó a la fosa como Hamlet el dinamarqués, a decir disparates y echar bravatas filosóficas: era demasiado cristiano para cometer tamaña atrocidad; pero mientras se cantaron los responsos y el cura roció con agua bendita la linda cara de la muerta, mientras se tapó el ataúd y se dio tierra para
colmar la zanja, allí se estuvo el futuro esposo con los ojos fijos en aquel rostro celestial que iban a disputarle los gusanos del sepulcro, oyendo el sordo ruido de las palas, absorto y hecho de piedra.
Emilia Pardo Bazán
Este es, quizá, el verdadero motivo que ha decidido a algunos aristócratas bien intencionados, a filantrópicos charlatanes burgueses y hasta a economistas agudos, a colmar de repente de elogios nauseabundos al sistema cooperativo, que en vano habían tratado de sofocar en germen, ridiculizándolo como una utopía de soñadores o estigmatizándolo como un sacrilegio socialista.
En sus silentes oquedades yermas mis grutas borraron inclementes las estatuas frágiles —piedras inconexas— hasta romper los cinceles de mi fantasía —lubricismo triste de vacíos senectos— Entonces cavó el nido la arenaria ausencia… —soledosa huella— con sus giros lánguidos, vueltos osadía… Y rebelde de sumisiones ante la noche carnaval quiso
colmar mi vacuidad obsesa con la presencia turbia —anónima— de ahogados cuerpos, pobladores después de mi abandono.
Antonio Domínguez Hidalgo
Para colmar la medida de su poderío, cuando el famoso Ramm Rapelye se fue a dormir con sus antepasados, Wolfert Webber le sucedió en el sillón de honor de la taberna de Corlear's Hook, donde reinó por muchos años, honrado y respetado, tanto que nunca contó una historia sin que se la creyeran o hizo una broma sin que todos rieran sobre ella.
Reconozco que tenemos muchas carencias, que padecemos muchas insatisfacciones; y en el orden universitario las conozco muy bien y me angustia que no esté en mi mano colmar las peticiones como fueran mis deseos.