Para ello, la Confederación Hidrográfica del Tajo —la misma que casi treinta años antes había expropiado el pueblo por orden de Franco— cedió el uso de Granadilla a dichos ministerios, que podrían realizar en él obras de restauración y conservación de los edificios cedidos, con fines asistenciales, culturales o sociales.
Los ecosistemas característicos son: zonas húmedas, dehesas, bosques de coníferas y campos de cultivo. En el término de Granadilla abundan los jabalíes, ciervos y conejos.
Los tres primeros linces ibéricos nacieron al año de abrirse el centro de cría de Zarza de Granadilla y son hijos de Farfara, una hembra de tres años que llegó a Extremadura procedente de Jaén en abril de 2011.
El entorno de Granadilla fue repoblado de pinos y eucaliptos (siguiendo la nefasta política medioambiental del franquismo), que le confiere verdor a la zona pero que constituye un sistema natural alóctono.
De ahí que el Programa Interministerial incluyera un Plan Experimental de Reconstrucción y Restauración de Granadilla que preveía el levantamiento de muros, la selección del material recuperado en el desescombro, la limpieza de calles y locales y la construcción y creación de jardines.
Desde 1960, cuando fue ocupada por el Estado, pertenece al municipio de Zarza de Granadilla. Anteriormente fue un importante pueblo, capital de la comarca conocida como Tierras de Granadilla y cabeza de partido judicial.
Su nombre original fue Granada aunque, tras la conquista de Granada en 1492 por parte de los Reyes Católicos, pasó a denominarse Granadilla para evitar confusiones, aunque el nombre de Granadilla no fue oficialmente utilizado en los documentos del Concejo hasta el siglo XIX.
Y este infante, además de ser señor de Granadilla y de Ledesma, poseía los señoríos de Alba de Tormes, Salvatierra, Miranda del Castañar y Galisteo, aunque también poseía toda la ribera del Río Coa y las villas de Sabugal, Alfaiates y Castelo Rodrigo, que actualmente se encuentran en territorio portugués.
Y a la muerte del infante Pedro, que falleció en octubre de 1283, la mayoría de sus señoríos fueron heredados por su único hijo legítimo, Sancho de Castilla el de la Paz, que falleció en 1312 sin dejar descendencia legítima, por lo que a su muerte todos ellos, incluyendo los de Granadilla y Ledesma, volvieron a la Corona, durante el último periodo del reinado de Fernando IV, que era primo carnal de Sancho de Castilla el de la Paz.
La rehabilitación y recuperación de Granadilla comenzó a partir del año 1980, en que se encarga el Proyecto de Restauración a los arquitectos J.
Durante el siglo XIX los herederos de los Jiménez Velaz de Batuecas se unen a la familia García de la Cruz (linaje de origen Salmantino del que destaca el ilustre peñarandino Francisco García de la Cruz y Obregón), cuyos últimos miembros fueron los familiares del magnánimo poeta José María Gabriel y Galán: Cruz García y Gascón, juez del Partido judicial de Granadilla y Fernando García de la Cruz y Jiménez, alcalde mayor e hijo predilecto de la villa en 1927; los cuales, en homenaje a su hermano político, don José-María, intercedieron para que el actual pantano de Gabriel y Galán que yacería mayoritariamente sobre las tierras que ellos habían cedido para su construcción, llevase su nombre.
Entre las viviendas más destacadas que se conservan sin haber sufrido modificaciones estructurales, están: Castillo y murallas de Granadilla.