Luego había llegado aquella blanca nube meridional, se había producido aquella cadena de explosiones en el aire y aquella columna de humo en el valle.
Cruel cocinera. Nos engaña con postizos de humo y nos adorna con ricitos de oro. Nos seduce con brebajes fugitivos que nos hacen asar a fuegos lentos cuando todos con su estirpe en alto se derraman en sus jugos densos, sintiéndose perpetuos en el horno donde cuecen sus aromas fatuos los inciensos.
Al concluir, quiero citar a uno de nuestros mejores poetas, Wally Mongale Serote, que ha escrito estas bellas palabras en su obra Ofay-Watcher Looks Back: "Quiero ver lo sucedido; Luego, Silencioso como las raíces al romper la tierra Miro lo sucedido Distingo si sobre las casas hay humo o polvo Quiero ver lo sucedido Luego, Silencioso como las plantas que muestran su verdor Quiero ver lo sucedido, Cuando las casas me hacen preguntar: ¿vive alguien aquí?
—Cierto —dijo Dupin después de una larga y reposada bocanada de humo de su pipa—, aunque yo mismo sea culpable de algunas malas rimas.
—Veamos— dijo Dupin lentamente, entre una y otra bocanada de humo—; realmente pienso, G, que usted no ha hecho todo lo que podía en este asunto.
Más allá de los árboles, del otro lado del arroyo, ahora el fuego se reflejaba sobre la tierra desde lo alto de su bóveda de humo y bañaba todo el paisaje, transformando en vapor dorado la línea sinuosa de la niebla.
--Dices bien: hazte comandante... (exclamó Ramón.) La paga no es
humo..., sino después que uno se la ha fumado.... ¡Ay! ¡Todo eso acabó para mí!
Pedro Antonio de Alarcón
La mesa estaba rodeada por una multitud heterogénea que envenenaba el espacio con su hálito impuro, y el humo del tabaco envolvía como en una neblina los rostros de los jugadores; los que ganaban reían y chufleaban refrescando las resecas fauces con algún que otro cortado de aguardiente; los perdidosos, con las cejas fruncidas, ponían miradas siniestras y amenazadoras en las cartas que con atormentadora lentitud iba haciendo aparecer uno de los que tallaban; los más veteranos en aquellas clases de lides, sentados en torno de la mesa, apuntaban algunos las jugadas creyendo poder someter a sus cábalas la veleidosa fortuna.
En fin, reducido a la desesperación, me ha encomendado el asunto. — ¿Y quién puede desear —dijo Dupin, arrojando una espesa bocanada de humo—, o siquiera imaginar, un oyente mas sagaz que usted?
Las principales disposiciones del CMCT OMS relativas a la reducción de la demanda figuran en los artículos 6 a 14: medidas relacionadas con los precios e impuestos para reducir la demanda de tabaco, y medidas no relacionadas con los precios para reducir la demanda de tabaco, a saber: protección contra la exposición al humo de tabaco; reglamentación del contenido de los productos de tabaco; reglamentación de la divulgación de información sobre los productos de tabaco; empaquetado y etiquetado de los productos de tabaco; educación, comunicación, formación y concientización del público; publicidad, promoción y patrocinio del tabaco; y medidas de reducción de la demanda relativas a la dependencia y al abandono del tabaco.
Después de que se le hubo puesto en el fuego, los Xibalbá comenzaron a oler, todos comenzaron a estar aturdidos, pues verdaderamente agradable era el perfume que olían del humo de la sangre.
Durante algunos instantes permanecieron en silencio ambos amigos, silencio que fue el primero en romper el Muñequero: -Pos mira: lo mejor que hacemos es agüecar el ala y dirnos a ca del Frescales a tomarnos dos chatos del de los Moriles, que nos caerán la mar de requetebién, porque es que yo no he visto bálsamo más archisuperior pa cuando uno tiée pintaos al negro humo toítos los interiores.