Yo me obligo con ella cercenar un copo de lana.” Y yo dije entre mí: “Y yo con mis dientes, aunque no son de acero, un pan de cuatro libras.” Tornóla a meter y ciñósela y un sartal de cuentas gruesas del talabarte, y con un paso sosegado y el cuerpo derecho, haciendo con él y con la cabeza muy gentiles meneos, echando el cabo de la capa sobre el hombro y a veces so el brazo, y poniendo la mano derecha en el costado, salió por la puerta, diciendo: “Lázaro, mira por la casa en tanto que voy a oír misa, y haz la cama, y ve por la vasija de agua al rió, que aquí bajo está, y cierra la puerta con llave, no nos hurten algo...
Pues algunos no las atizan para que atizadas alumbren más, sino porque atizadas a menudo se derritan más y ellos
hurten más cera para vender: estos son los que a la sepultura hacen la salva en el difunto y difunta, pues antes que ella lo coma ni lo pruebe, cada uno le ha dado un bocado, arrancándole un real o dos; mas con todo esto tiene el valor de la limosna.
Francisco de Quevedo
Para no encanecer ni envejecer nunca. 13. Para tener hijos la más estéril mujer del mundo. 14. Para que no te hurten los sastres. 15. Para no morirse jamás. 16.
64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el día tercero; porque no vengan sus discípulos de noche, y le hurten, y digan al pueblo: Resucitó de los muertos.
Los dueños se encomiendan a esta buena gente que he dicho, no para que no les
hurten (que esto es imposible), sino para que se moderen en las tajadas y socaliñas que hacen en las reses muertas, que las escamondan y podan como si fuesen sauces o parras.
Miguel de Cervantes Saavedra